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Tecno-optimismo escolar en línea

Por: Erick Juárez Pineda

Uno podría presumir que la transición de la educación formal a los instrumentos en línea sería temporal y, terminada la cuarentena después de que la población sea inoculada por COVID-19, la infancia y juventud en el mundo regresará a los salones de clase. Sin embargo, conforme pasan los días, señales desde las instituciones de educación superior y del sector privado en todo el mundo muestran que hay un tecno-optimismo preocupante que quiere aprovechar la coyuntura para convencer que la transición a la educación en línea es urgente y, con ello, continuar, por otras vías, las tendencias estrictamente métricas de la educación. Me explico.

Alex Beard hizo un reportaje fascinante para The Guardian titulado “Can computers ever replace the classroom?”. En el reportaje, Beard nos lleva de la mano por la historia de Derek Haoyang Li, uno más de los emprendedores de la industria digital en China, quien, en una especie de paralelo con Elon Musk en el terreno de la educación, quiere revolucionar el campo. ¿La vía? El uso de inteligencia artificial para medir y diseñar en tiempo real las experiencias de aprendizaje de aquellos quienes usan las plataformas diseñadas por su compañía, Squirrel AI, la cual se ha introducido en el mercado de la educación privada asiática (en particular de China) como una potente herramienta para garantizar grandilocuentes resultados: desde pasar exámenes hasta ‘crear genios’. El apetito de Haoyang Li es tanto como la egolatría usual desplegada por los nuevos emprendedores de la industria tecnológica: aspira, abiertamente, en transformar a la profesión docente en una herramienta auxiliar de la inteligencia artificial, crear profesiones precarizados de la gig economy, al igual que Uber o cualquier otra apliación de celular.

Los empresarios de la industria de la inteligencia artificial en la educación, como cualquier otro empresario cuyo negocio depende del internet, están más conscientes de la brecha digital que el resto de nosotros, de ello depende su mercado. Aunque muchos consumidores (familias) del mundo en desarrollo no se han integrado, los de las economías más desarrolladas son el laboratorio. Sus resultados servirán para la expansión. Luego entonces, estos días de pandemia son oro para experimentar con plataformas digitales, productos en línea, para comprometer a universidades y otras instituciones a comprar licencias, e incluso, convencer a gobiernos de nuevamente gastar millones en software y contenidos pre-cargados. Más allá de la crítica usual -pero relevante- de que estas tecnologías crean brechas entre alumnos sin acceso a tecnologías y profesores no entrenados en ellas y aquellos que sí, la aspiración fundamental es desmantelar a la institución escolar formal para transformarla a la escolarización en pequeños productos: una vez más, menús adaptables al usuario.

Las preocupaciones sobre estas transformaciones pueden ser fácilmente descalificadas. El tecno-optimismo suele calificar a las críticas como atavíos que niegan el progreso humano, como reacciones conservadoras que gustan de instituciones caducas en su diseño, o aún más, en trasnochismos de izquierda que niegan el panegírico de las buenas nuevas de la computadora. Sin embargo, más allá de las críticas usuales, indispensables, sobre desigualdades, gasto público ineficiente, calidad (que quizás sea más débil conforme estas plataformas logren tener mejor rendimiento), quiero hacer una defensa breve del salón de clase en otros términos.

Una de las funciones no-escolares más importante de las escuelas es la socialización. Efectivamente, en sistemas educativos fragmentados, la falta de diversidad en las escuelas puede hacer que la socialización pueda terminar reproduciendo desigualdades, por ejemplo, que padres busquen escuelas para que sus hijos tengan compañeros de la misma clase social. Pero, igual, en la escuela se crean redes de solidaridad, aprendizajes para la vida, además de la difusión del positivo efecto del juego y la amistad en el desarrollo infantil. En estos días en que el mundo digital nos absorbe, y más con la pandemia, estamos recordando lo importante y relevante de nuestra socialización. Somos, a final de cuentas, seres que aprendemos y vivimos en comunidades. Digitalizar la escuela implica separar a los infantes de sus congéneres, de su comunidad.

Pretender que el chat de WhatsApp o Zoom resolverán esas brechas es ilusorio. La investigación en psicología en estos días lo ha dejado claro: Brooks y colegas argumentan en The Lancet que el distanciamiento social puede causar problemas emocionales, depresión, estrés, insomnio, estrés postraumático y agotamiento emocional. Igualmente en The LancetLee argumenta que el incremento de enfermedades mentales en el aislamiento durante la pandemia en toda la infancia y juventud alejada del salón de clase en la pandemia será considerable, sobre todo porque un sostenimiento importante de la salud de muchos son las amistades en los salones de clases.

El salón de clase es también un modelador del comportamiento social. Las escuelas son para muchos segundos hogares, sistemas de protección ante el abuso, y crean expectativas sobre el futuro que no se consiguen en línea. Entiendo que, ante las crisis pedagógicas de la educación enciclopedista y el abuso escolar, substituir al salón suene tentador, pero puede tener un efecto perverso: dejar abandonadas a juventudes en desarrollo. La escuela, el edificio y sus maestros, son un brazo del Estado para dirigir generaciones. Dejar en manos del mercado digital esa función sería irresponsable, más cuando los Estados buscan soluciones más baratas para suplantar instituciones.

La digitalización absoluta, en lugar de ser complementaria, amenaza la profesión magisterial y su rol de guía en la formación de generaciones. Al igual que los médicos, el magisterio es uno de esos cuerpos del Estado que proveen servicios fundamentales. Reducirlos a ser apoyos en línea cuando la plataforma no alcanza a cubrir las necesidades inmediatas de los alumnos es subestimar el efecto que tienen los maestros en la creación de expectativas, sueños y formas de socialización para la vida. Quizás un buen crítico dirá que he romantizado a la escuela ante sus defectos, pero más bien creo en su mejora, no en su reemplazo.

Finalmente, el proyecto digitalizador, que seguramente aprovecha estos días en vender sus productos a los gobiernos gracias a los adultos que creen ingenuamente que, como sus hijos se la pasan revisando el celular, ya no hay más que adaptarse haciendo de la escuela un celular, es una nueva fase del proyecto educativo de la métrica por sobre la experiencia escolar completa. Aunque muchas reformas educativas incentivadas por PISA han sido derrotadas por los sindicatos magisteriales en el mundo, la obsesión con reducir los malos números de PISA sigue causando pesadillas nocturnas a los ministros de educación del mundo. Nuevamente creerán que transformar la educación en una tableta resolverá el problema de que los niños no sepan responder problemas en un examen. El sueño evaluativo de mercado no ha muerto. Sin embargo, espero que, como en otras pandemias y calamidades, las instituciones como la escuela resistan el embate.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/tecno-optimismo-escolar-en-linea/

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Mundo: Cinco tecnologías de aplanamiento de curvas que están desarrollando los jóvenes

Mundo/06-06-2020/Autor(a) y Fuente: gestion.pe

Los jóvenes de todo el mundo están desarrollando nuevas tecnologías para ayudar en la lucha contra la COVID-19.

Estas innovaciones incluyen ventiladores de bajo coste, suministros médicos impresos en 3D y contenedores de transporte reutilizados como salas de UCI, según Weforum.

La COVID-19 ha infectado a casi 5 millones de personas en todo el mundo y sigue propagándose rápidamente. Aunque los bloqueos se están reduciendo en algunos países, los efectos de este virus seguirán sintiéndose hasta que se encuentre una solución o vacuna viable. Y mientras el mundo espera esa solución, los jóvenes adoptan una actitud de «hazlo tú mismo» y utilizan tecnologías emergentes para fortalecer los esfuerzos de ayuda local, a menudo en algunos de los lugares más afectados y vulnerables del planeta.

Desde protectores faciales impresos en 3D hasta una aplicación impulsada por IA que puede clasificar a pacientes en situación de riesgo, estos son solo algunos ejemplos de las transformaciones tecnológicas que Global Shapers y Young Global Leaders (YGL) del Foro Económico Mundial han desarrollado para responder a la pandemia global:

1. Barcelona Hub e YGL Javier García Martínez han producido un ventilador artificial escalable para aliviar la presión sobre los hospitales en medio de una escasez grave. Su dispositivo utiliza piezas certificadas que pueden obtenerse fácilmente en instalaciones médicas y tiendas en línea, y cumple con toda la normativa médica en España. Tres hospitales ya están probando el dispositivo en sus UCI, ofreciendo a los pacientes que sufren los síntomas más graves una mayor oportunidad de supervivencia. El equipo detrás del proyecto, Open Ventilator, ha producido ocho prototipos y ha obtenido fondos para desarrollar otros 25 dispositivos.

2. Madrid Hub está imprimiendo en 3D mascarillas faciales, filtros respiratorios y respiradores automáticos para algunos de los hospitales más afectados del mundo. Para ampliar su trabajo, se unieron a Coronavirus Makers, una comunidad compuesta por más de 17.000 jóvenes científicos, ingenieros y diseñadores que utilizan sus habilidades para ayudar a poner fin a la escasez de equipos que salvan vidas en España.

Del mismo modo, Boston Hub está apoyando al Hub de Gaza en la impresión de equipos 3D para trabajadores médicos de primera línea en una ciudad poco equipada para responder a la pandemia, dada la debilidad de sus infraestructuras sanitarias tras décadas de conflicto. Juntos, Global Shapers han imprimido 1.000 protectores faciales, 50 gafas protectoras y 20 piezas de respiración para apoyar las respuestas locales en Gaza, al tiempo que proporcionan a las familias empobrecidas acceso a las necesidades básicas y a comidas regulares.

«En lugares donde las infraestructuras sanitarias son prácticamente inexistentes, los jóvenes pueden desempeñar un papel vital en la experimentación de nuevas tecnologías que realmente tienen la capacidad de salvar millones de vidas en esta pandemia. Y esto es muy necesario en un contexto como el nuestro», afirmaba Shahd Alfarra de Global Shapers Gaza Hub.

3. Los jóvenes también están detrás de soluciones innovadoras de cuidados intensivos. Emma Greer, del Milan Hub, está detrás de un proyecto llamado CURA (Unidades conectadas para enfermedades respiratorias), que reutiliza los contenedores de transporte como UCI. El primer contenedor se desplegó en Turín en abril y está previsto que se amplíe a hospitales de toda Italia, así como en Europa y América Latina. El proyecto está siendo fabricado por jóvenes diseñadores, ingenieros y profesionales médicos voluntarios.

Siguiendo un camino similar, YGL Cameron Sinclair y su equipo en Jupe Health han lanzado una nueva empresa para desplegar refugios médicos para uso de tres grupos diferentes: trabajadores de la salud agotados mental y físicamente, pacientes de UCI que están gravemente enfermos o pacientes cuyos síntomas no son potencialmente mortales. Los espacios móviles se producen a 1/30 del coste de las habitaciones de hospital estándar y se pueden enviar a cualquier lugar utilizando la infraestructura logística existente.

4. Trabajando con un equipo de médicos venezolanos, YGL Andres Simon Gonzalez-Silen ha desarrollado Telesalud COVID-19, una solución de telemedicina digital gratuita. La plataforma proporciona servicios de salud virtuales que incluyen consultas remotas y supervisión entre médicos y pacientes, con el objetivo de descongestionar los sistemas de salud que ya eran deficientes y se han visto debilitados por la crisis humanitaria actual. Desde su inicio, Telesalud COVID-19 ha apoyado a más de 80.000 venezolanos en el extranjero, realizando más de 25.000 pruebas y derivando a 1.150 pacientes de alto riesgo a hospitales locales.

5. Zebra Medical Vision, liderado por YGL Eyal Gura, ha creado un método escalable basado en inteligencia artificial para rastrear la propagación de COVID-19. Esta solución, junto con un algoritmo de aprendizaje automático, analiza las tomografías computarizadas para detectar la capacidad pulmonar de los pacientes y predecir mejor su recuperación. Cuando el equipo se necesita urgentemente, esta tecnología es compatible con la clasificación de pacientes, basada en la progresión comprobada de la enfermedad. Este mes, Gura desplegará su producto en los Hospitales Apollo, el proveedor de atención médica más grande de la India, que atiende a más de 40 millones de pacientes.

«Los jóvenes no pueden esperar a que otros tomen medidas ante la COVID-19. Esta es nuestra nueva normalidad y es la oportunidad perfecta para actuar con un propósito hoy», afirmó González-Silen.

Fuente e Imagen: https://gestion.pe/fotogalerias/5-tecnologias-de-aplanamiento-de-curvas-que-estan-desarrollando-los-jovenes-noticia/?ref=gesr&foto=5

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Nueva York: Distopía de alta tecnología: la receta que se gesta en Nueva York para el post-coronavirus.

Distopía de alta tecnología: la receta que se gesta en Nueva York para el post-coronavirus.

Por Naomi Klein

En este revelador artículo para The Intercept, la periodista canadiense Naomi Klein analiza el fichaje del ex Ceo de Google Eric Schmidt para encabezar una comisión para «reimaginar la realidad post-Covid» en Nueva York donde, dice, comienza a gestarse un futuro dominado por la asociación de los estados con los gigantes tecnológicos: “Pero las ambiciones van mucho más allá de las fronteras de cualquier estado o país”. Klein define una Doctrina del Shock pandémico, a la que llama el nuevo pacto o New Deal de las Pantallas (Screen New Deal). Plantea el riesgo liso y llano de que esta política de las corporaciones amenace destruir al sistema educativo y de salud. El rastreo de datos, el comercio sin efectivo, la telesalud, la escuela virtual, y hasta los gimnasios y las cárceles, parte de una propuesta “sin contacto y altamente rentable”.

La cuarentena como laboratorio en vivo, un «Black Mirror», y la aceleración de esta distopía a partir del coronavirus: “Ahora, en un contexto desgarrador de muerte masiva, se nos vende la dudosa promesa de que estas tecnologías son la única forma posible de proteger nuestras vidas contra una pandemia”. Cuáles son las dudas (de siempre) y cómo, bajo el pretexto de la inteligencia artificial, las corporaciones vuelven a pelear por el poder de controlar las vidas. (Traducido por Agencia Lavaca.org).

Durante la sesión informativa diaria sobre coronavirus del gobernador de Nueva York Andrew Cuomo el miércoles, la sombría mueca que llenó nuestras pantallas durante semanas fue reemplazada brevemente por algo parecido a una sonrisa.

La inspiración para estas vibraciones inusualmente buenas fue un contacto en video del ex CEO de Google Eric Schmidt, quien se unió a la reunión informativa del gobernador para anunciar que encabezará una comisión para reimaginar la realidad post-Covid del Estado de Nueva York, con énfasis en integrar permanentemente la tecnología en todos los aspectos de la vida cívica.

«Las primeras prioridades de lo que estamos tratando de hacer», dijo Schmidt, «se centran en telesalud, aprendizaje remoto y banda ancha… Necesitamos buscar soluciones que se puedan presentar ahora y acelerar la utilización de la tecnología para mejorar las cosas». Para que no haya dudas de que los objetivos del ex CEO de Google eran puramente benevolentes, su fondo de video presentaba un par de alas de ángel doradas enmarcadas.

Justo un día antes, Cuomo había anunciado una asociación similar con la Fundación Bill y Melinda Gates para desarrollar «un sistema educativo más inteligente». Al llamar a Gates un «visionario», Cuomo dijo que la pandemia ha creado «un momento en la historia en el que podemos incorporar y avanzar en las ideas [de Gates] … Todos estos edificios, todas estas aulas físicas, ¿para qué, con toda la tecnología que se tiene?» preguntó, aparentemente de modo retórico.

Ha tardado un tiempo en edificarse, pero está comenzando a surgir algo parecido a una doctrina del shock pandémico. Llamémoslo «Screen New Deal» (el New Deal de la pantalla). Con mucho más de alta tecnología que cualquier otra cosa que hayamos visto en desastres anteriores, el futuro que se está forjando a medida que los cuerpos aún acumulan las últimas semanas de aislamiento físico no como una necesidad dolorosa para salvar vidas, sino como un laboratorio vivo para un futuro permanente y altamente rentable sin contacto.

Anuja Sonalker, CEO de Steer Tech, una compañía con sede en Maryland que vende tecnología para el auto estacionamiento de vehículos (self parking), resumió recientemente el nuevo discurso que genera el virus. «Hay una tendencia definida a la tecnología sin contacto con humanos», dijo. «Los humanos son biopeligrosos, las máquinas no lo son».

Es un futuro en el que nuestros hogares nunca más serán espacios exclusivamente personales, sino también, a través de la conectividad digital de alta velocidad, nuestras escuelas, los consultorios médicos, nuestros gimnasios y, si el estado lo determina, nuestras cárceles. Por supuesto, para muchos de nosotros, esas mismas casas ya se estaban convirtiendo en nuestros lugares de trabajo que nunca se apagan y en nuestros principales lugares de entretenimiento antes de la pandemia, y el encarcelamiento de vigilancia «en la comunidad» ya estaba en auge. Pero en el futuro, bajo una construcción apresurada, todas estas tendencias están preparadas para una aceleración de velocidad warp (forma teórica de moverse más rápido que la velocidad de la luz).

Este es un futuro en el que, para los privilegiados, casi todo se entrega a domicilio, ya sea virtualmente a través de la tecnología de transmisión y en la nube, o físicamente a través de un vehículo sin conductor o un avión no tripulado, y luego la pantalla «compartida» en una plataforma mediada. Es un futuro que emplea muchos menos maestros, médicos y conductores. No acepta efectivo ni tarjetas de crédito (bajo el pretexto del control de virus) y tiene transporte público esquelético y mucho menos arte en vivo. Es un futuro que afirma estar basado en la «inteligencia artificial», pero en realidad se mantiene unido por decenas de millones de trabajadores anónimos escondidos en almacenes, centros de datos, fábricas de moderación de contenidos, talleres electrónicos, minas de litio, granjas industriales, plantas de procesamiento de carne, y las cárceles, donde quedan sin protección contra la enfermedad y la hiperexplotación. Es un futuro en el que cada uno de nuestros movimientos, nuestras palabras, nuestras relaciones pueden rastrearse y extraer datos mediante acuerdos sin precedentes entre el gobierno y los gigantes tecnológicos.

Si todo esto suena familiar es porque, antes del Covid, este preciso futuro impulsado por aplicaciones y lleno de conciertos nos fue vendido en nombre de la conveniencia, la falta de fricción y la personalización. Pero muchos de nosotros teníamos preocupaciones. Sobre la seguridad, la calidad y la inequidad de la telesalud y las aulas en línea. Sobre autos sin conductor que derriban peatones y aviones no tripulados que destrozan paquetes (y personas). Sobre el rastreo de ubicación y el comercio sin efectivo que borra nuestra privacidad y afianza la discriminación racial y de género. Sobre plataformas de redes sociales sin escrúpulos que envenenan nuestra ecología de la información y la salud mental de nuestros hijos. Sobre «ciudades inteligentes» llenas de sensores que suplantan al gobierno local. Sobre los buenos trabajos que estas tecnologías eliminaron. Sobre los malos trabajos que producían en masa.

Y, sobre todo, nos preocupaba la riqueza y el poder que amenazaban a la democracia acumulados por un puñado de empresas tecnológicas que son maestros de la abdicación, evitando toda responsabilidad por los restos que quedan en los campos que ahora dominan, ya sean medios, minoristas o transporte.

Ese era el pasado antiguo conocido como «febrero». Hoy en día, una gran ola de pánico arrastra a muchas de esas preocupaciones bien fundadas, y esta distopía calentada está pasando por un cambio de marca de trabajo urgente. Ahora, en un contexto desgarrador de muerte masiva, se nos vende la dudosa promesa de que estas tecnologías son la única forma posible de proteger nuestras vidas contra una pandemia, las claves indispensables para mantenernos a salvo a nosotros mismos y a nuestros seres queridos.

Gracias a Cuomo y sus diversas asociaciones multimillonarias (incluida una con Michael Bloomberg para pruebas y rastreo), el estado de Nueva York se está posicionando como la brillante sala de exposición para este sombrío futuro, pero las ambiciones van mucho más allá de las fronteras de cualquier estado o país.

Y en el centro de todo está Eric Schmidt. Mucho antes de que los estadounidenses entendieran la amenaza de Covid-19, Schmidt había estado en una agresiva campaña de lobby, presiones y relaciones públicas impulsando precisamente la visión de la sociedad del Black Mirror (o Espeo Negro, por la serie inglesa) que Cuomo acaba de darle poder para construir. En el corazón de esta visión está la perfecta integración del gobierno con un puñado de gigantes de Silicon Valley: con escuelas públicas, hospitales, consultorios médicos, policías y militares, todas las funciones principales se externalizan (a un alto costo) a empresas privadas de tecnología.

Es una visión en la que Schmidt ha estado avanzando en sus funciones como presidente de la Junta de Innovación de Defensa, que asesora al Departamento de Defensa sobre el mayor uso de la inteligencia artificial en el ejército, y como presidente de la poderosa Comisión de Seguridad Nacional sobre Inteligencia Artificial, o NSCAI, que asesora al Congreso sobre «avances en inteligencia artificial, desarrollos relacionados con el aprendizaje automático y tecnologías asociadas», con el objetivo de abordar «las necesidades de seguridad nacional y económica de los Estados Unidos, incluido el riesgo económico». Ambas juntas están llenas de poderosos CEOS de Silicon Valley y altos ejecutivos de compañías como Oracle, Amazon, Microsoft, Facebook y, por supuesto, los colegas de Schmidt en Google.

Como presidente, Schmidt aún posee más de 5.3 mil millones de dólares en acciones de Alphabet (la compañía matriz de Google), así como grandes inversiones en otras empresas tecnológicas, esencialmente ha estado llevando a cabo una reestructuración con sede en Washington en nombre de Silicon Valley. El objetivo principal de las dos cámaras empresarias es solicitar aumentos exponenciales en el gasto del gobierno en investigación sobre inteligencia artificial y en infraestructura que permita tecnologías como la 5G, inversiones que beneficiarían directamente a las compañías en las que Schmidt y otros miembros de estos grupos tienen amplias participaciones.

Primero en presentaciones a puertas cerradas para legisladores y más tarde en artículos de opinión y entrevistas públicas, el argumento de Schmidt ha sido que, dado que el gobierno chino está dispuesto a gastar dinero público ilimitado para construir la infraestructura de vigilancia de alta tecnología, mientras permite a las empresas tecnológicas chinas como Alibaba, Baidu y Huawei obtener los beneficios de las aplicaciones comerciales, la posición dominante de los EE.UU en la economía global está al borde del colapso.

El Centro de Información de Privacidad Electrónica recientemente obtuvo acceso a través de una solicitud de la Ley de Libertad de Información a una presentación realizada por el NSCAI de Schmidt hace un año, en mayo de 2019. Sus diapositivas plantean una serie de afirmaciones alarmistas sobre cómo la infraestructura reguladora relativamente laxade China y su apetito sin fondo por la vigilancia está haciendo que se adelante a los EE.UU. en varios campos, incluyendo la inteligencia artificiaal para diagnóstico médico, vehículos autónomos, infraestructura digital, ciudades inteligentes, viajes compartidos y comercio sin efectivo.

Las razones dadas para la ventaja competitiva de China son innumerables, desde el gran volumen de consumidores que compran en línea; «La falta de sistemas bancarios heredados en China», lo que le ha permitido saltar sobre efectivo y tarjetas de crédito y desatar «un enorme mercado de comercio electrónico y servicios digitales» utilizando «pagos digitales»; y una grave escasez de médicos, lo que ha llevado al gobierno a trabajar estrechamente con compañías tecnológicas como Tencent para usar la AI (inteligencia artificial) como medicina «predictiva». Las diapositivas señalan que en China, las compañías tecnológicas «tienen la autoridad de eliminar rápidamente las barreras regulatorias, mientras que las iniciativas estadounidenses se ven envueltas en el cumplimiento de HIPPA y la aprobación de la FDA».

Sin embargo, más que ningún otro factor, el NSCAI señala la voluntad de China de adoptar alianzas público-privadas en la vigilancia masiva y la recopilación de datos como una razón para su ventaja competitiva. La presentación promociona el «apoyo y participación explícita del gobierno de China, por ejemplo, en el despliegue del reconocimiento facial». Sostiene que «la vigilancia es uno de los ‘primeros y mejores clientes’ para Al» y, además, que «la vigilancia masiva es una aplicación asesina para el aprendizaje profundo».

Una diapositiva titulada «Conjuntos de datos estatales: vigilancia = ciudades inteligentes» señala que China, junto con el principal competidor chino de Google, Alibaba, están corriendo por delante.

Esto es notable porque la empresa matriz de Google, Alphabet, ha estado impulsando precisamente esta visión a través de su división Sidewalk Labs, eligiendo una gran parte de la costa de Toronto como su prototipo de «ciudad inteligente». Pero el proyecto de Toronto se cerró después de dos años de controversia incesante relacionada con las enormes cantidades de datos personales que Alphabet recolectaría, la falta de protecciones de privacidad y los beneficios cuestionables para la ciudad en general.

Cinco meses después de esta presentación, en noviembre, el NSCAI emitió un informe provisional al Congreso que suscitó la alarma sobre la necesidad de que EE.UU actúe frente a la adaptación China de estas tecnologías controvertidas. «Estamos en una competencia estratégica», afirma el informe , obtenido a través de FOIA por el Centro de Información Electrónica de Privacidad. “La inteligencia artificial estará en el centro. El futuro de nuestra seguridad y economía nacional está en juego ”.

A fines de febrero, Schmidt estaba llevando su campaña al público, tal vez entendiendo que el aumento de presupuesto que su junta directiva estaba pidiendo no podría aprobarse sin una mayor aceptación. En un artículo de opinión del New York Times titulado “Silicon Valley podría perder frente a China», Schmidt pidió «asociaciones sin precedentes entre el gobierno y la industria» y, una vez más, haciendo sonar la alarma de peligro amarilla:

AI (inteligencia artificial) abrirá nuevas fronteras en todo, desde biotecnología hasta banca, y también es una prioridad del Departamento de Defensa. … Si las tendencias actuales continúan, se espera que las inversiones generales de China en investigación y desarrollo superen a las de Estados Unidos dentro de 10 años, aproximadamente al mismo tiempo que se proyecta que su economía sea más grande que la nuestra .

A menos que estas tendencias cambien, en la década de 2030 competiremos con un país que tiene una economía más grande, más inversiones en investigación y desarrollo, mejor investigación, un mayor despliegue de nuevas tecnologías y una infraestructura informática más sólida. … En última instancia, los chinos están compitiendo para convertirse en los principales innovadores del mundo, y Estados Unidos no está jugando para ganar.

La única solución, para Schmidt, era un chorro de dinero público. Elogiando a la Casa Blanca por solicitar una duplicación de la financiación de la investigación en inteligencia artificial y ciencia de la información cuántica, escribió: “Deberíamos planear duplicar la financiación en esos campos nuevamente a medida que creamos capacidad institucional en laboratorios y centros de investigación. … Al mismo tiempo, el Congreso debe cumplir con la solicitud del presidente para obtener el nivel más alto de financiamiento de I + D de defensa en más de 70 años , y el Departamento de Defensa debe capitalizar ese aumento de recursos para desarrollar capacidades innovadoras en inteligencia artificial, cuántica, hipersónica y otras prioritarias áreas tecnológicas «.

Eso fue exactamente dos semanas antes de que el brote de coronavirus se declarara una pandemia, y no se mencionó que el objetivo de esta vasta expansión de alta tecnología era proteger la salud de los estadounidenses. Solo que era necesario evitar ser superado por China. Pero, por supuesto, eso pronto cambiaría.

En los dos meses transcurridos desde entonces, Schmidt ha sometido estas demandas preexistentes, para gastos públicos masivos en investigación e infraestructura de alta tecnología, para una serie de «asociaciones público-privadas» en inteligencia artificial y para el aflojamiento de innumerables protecciones de privacidad y seguridad, a través de un ejercicio agresivo de reposicionamiento discursivo. Ahora, todas estas medidas (y más) se están vendiendo al público como nuestra única esperanza posible de protegernos de un nuevo virus que nos acompañará en los próximos años.

Y las compañías tecnológicas con las que Schmidt tiene vínculos profundos, y que pueblan las influyentes juntas asesoras que preside, se han reposicionado como protectores benevolentes de la salud pública y generosos campeones de los «héroes cotidianos» de los trabajos esenciales (muchos de los cuales perderían sus empleos si estas compañías se salieran con la suya). Menos de dos semanas después del cierre del estado de Nueva York, Schmidt escribió un artículo de opinión para el Wall Street Journal que estableció el nuevo tono y dejó en claro que Silicon Valley tiene toda la intención de aprovechar la crisis para una transformación permanente.

Al igual que otros estadounidenses, los tecnólogos están tratando de hacer su parte para apoyar primera línea de respuesta a la pandemia. …

Pero cada estadounidense debería preguntarse dónde queremos que esté la nación cuando termine la pandemia de Covid-19. ¿Cómo podrían las tecnologías emergentes desplegadas en la crisis actual impulsarnos hacia un futuro mejor? … Empresas como Amazon saben cómo suministrar y distribuir de manera eficiente. Tendrán que proporcionar servicios y asesoramiento a los funcionarios del gobierno que carecen de los sistemas informáticos y de la experiencia.

También deberíamos acelerar la tendencia hacia el aprendizaje remoto, que se está probando hoy como nunca antes. On line, no existe un requisito de proximidad, lo que permite a los estudiantes obtener instrucción de los mejores maestros, sin importar en qué distrito escolar residan …

La necesidad de una experimentación rápida a gran escala también acelerará la revolución biotecnológica. … Finalmente, el país está atrasado hace tiempo en infraestructura digital real … Si queremos construir una economía futura y un sistema educativo basado en tele-todo, necesitamos una población totalmente conectada y una infraestructura ultrarrápida. El gobierno debe hacer una inversión masiva, tal vez como parte de un paquete de estímulo, para convertir la infraestructura digital de la nación en plataformas basadas en la nube y vincularlas con una red 5G.

De hecho, Schmidt ha sido implacable en la búsqueda de esta visión. Dos semanas después de la aparición de ese artículo de opinión, describió la programación ad hoc de educación en el hogar que los maestros y las familias de todo el país se vieron obligados a improvisar durante esta emergencia de salud pública como «un experimento masivo en el aprendizaje remoto». El objetivo de este experimento, dijo, era «tratar de descubrir: ¿cómo aprenden los niños de forma remota? Y con esos datos deberíamos ser capaces de construir mejores herramientas de aprendizaje a distancia que, cuando se combinan con el maestro … ayudarán a los niños a aprender mejor ” Durante esta misma videollamada, organizada por el Club Económico de Nueva York, Schmidt también pidió más telesalud, más 5G, más comercio digital y el resto de la lista de deseos preexistente. Todo en nombre de la lucha contra el virus.

Sin embargo, su comentario más revelador fue el siguiente: “El beneficio de estas corporaciones, que amamos difamar, en términos de la capacidad de comunicarse, la capacidad de lidiar con la salud, la capacidad de obtener información, es profundo. Piensa en cómo sería tu vida en Estados Unidos sin Amazon «. Agregó que la gente debería «estar un poco agradecida de que estas compañías obtuvieron el capital, hicieron la inversión, construyeron las herramientas que estamos usando ahora y realmente nos han ayudado».

Es un recordatorio sobre que, hasta hace muy poco, el rechazo público contra estas corporaciones estaba creciendo. Los candidatos presidenciales discutían abiertamente la caída de la gran tecnología. Amazon se vio obligado a abandonar sus planes para una sede en Nueva York debido a la feroz oposición local. El proyecto Sidewalk Labs de Google estaba en una crisis perenne, y los propios trabajadores de Google se negaban a construir tecnología de vigilancia con aplicaciones militares.

En resumen, la democracia se estaba convirtiendo en el mayor obstáculo para la visión que Schmidt estaba promoviendo, primero desde su posición en la cima de Google y Alphabet y luego como presidente de dos poderosas juntas asesorando al Congreso y al Departamento de Defensa. Como revelan los documentos de NSCAI, este inconveniente ejercicio del poder por parte del público y los trabajadores tecnológicos dentro de estas megaempresas, desde la perspectiva de hombres como Schmidt y el CEO de Amazon, Jeff Bezos, desaceleró enloquecedoramente la carrera armamentista de la inteligencia artificial, manteniendo flotas de automóviles y camiones sin conductor potencialmente mortales fuera de las carreteras, evitando que los registros de salud privados se conviertan en un arma utilizada por los empleadores contra los trabajadores, evitando que los espacios urbanos se cubran con software de reconocimiento facial, y mucho más.

Ahora, en medio de la carnicería de esta pandemia en curso, y el miedo y la incertidumbre sobre el futuro que ha traído, estas corporaciones ven claramente su momento para barrer todo ese compromiso democrático. Para tener así el mismo tipo de poder que sus competidores chinos, que ostentan el lujo de funcionar sin verse obstaculizados por intrusiones de derechos laborales o civiles.

Todo esto se está moviendo muy rápido. El gobierno australiano ha contratado a Amazon para almacenar los datos de su controvertida aplicación de seguimiento de coronavirus. El gobierno canadiense ha contratado a Amazon para entregar equipos médicos, generando preguntas sobre por qué omitió el servicio postal público. Y en solo unos pocos días a principios de mayo, Alphabet ha puesto en marcha una nueva iniciativa de Sidewalk Labs para rehacer la infraestructura urbana con $ 400 millones en capital semilla. Josh Marcuse, director ejecutivo de la Junta de Innovación en Defensa que preside Schmidt, anunció que dejaría ese trabajo para trabajar a tiempo completo en Google como jefe de estrategia e innovación para el sector público mundial, lo que significa que ayudará a Google a sacar provecho de algunas de las muchas oportunidades que él y Schmidt han estado creando con su lobby.

Para ser claros, la tecnología es sin duda una parte clave de cómo debemos proteger la salud pública en los próximos meses y años. La pregunta es: ¿estará la tecnología sujeta a las disciplinas de la democracia y la supervisión pública, o se implementará en un frenesí de estado de excepción, sin hacer preguntas críticas, dando forma a nuestras vidas en las próximas décadas? Preguntas como, por ejemplo: si realmente estamos viendo cuán crítica es la conectividad digital en tiempos de crisis, ¿deberían estas redes y nuestros datos estar realmente en manos de jugadores privados como Google, Amazon y Apple? Si los fondos públicos están pagando gran parte de eso, ¿el público no debería también poseerlo y controlarlo? Si Internet es esencial para muchas cosas en nuestras vidas, como lo es claramente, ¿no debería tratarse como una utilidad pública sin fines de lucro?

Y aunque no hay duda de que la capacidad de teleconferencia ha sido un salvavidas en este período de bloqueo, hay serios debates sobre si nuestras protecciones más duraderas son claramente más humanas. Tomemos la educación. Schmidt tiene razón en que las aulas superpobladas presentan un riesgo para la salud, al menos hasta que tengamos una vacuna. Entonces, ¿no se podría contratar el doble de maestros y reducir el tamaño de los cursos a la mitad? ¿Qué tal asegurarse de que cada escuela tenga una enfermera?

Eso crearía empleos muy necesarios en una crisis de desempleo a nivel de depresión y les daría mayor margen a todos en el ambiente educativo. Si los edificios están demasiado llenos, ¿qué tal dividir el día en turnos y tener más educación al aire libre, aprovechando la abundante investigación que muestra que el tiempo en la naturaleza mejora la capacidad de los niños para aprender?

Introducir ese tipo de cambios sería difícil, sin duda. Pero no son tan arriesgados como renunciar a la tecnología probada y verdadera de humanos entrenados que enseñan a los humanos más jóvenes cara a cara, en grupos donde aprenden a socializar entre ellos.

Al enterarse de la nueva asociación del estado de Nueva York con la Fundación Gates, Andy Pallotta, presidente de United Teachers del Estado de Nueva York, reaccionó rápidamente: “Si queremos reimaginar la educación, comencemos por abordar la necesidad de trabajadores sociales, consejeros de salud mental , enfermeras escolares, cursos de artes enriquecedores, cursos avanzados y clases más pequeñas en distritos escolares de todo el estado «, dijo. Una coalición de grupos de padres también señaló que si realmente habían estado viviendo un «experimento de aprendizaje remoto» (como lo expresó Schmidt), los resultados fueron profundamente preocupantes: «Dado que las escuelas cerraron a mediados de marzo, nuestro la comprensión de las profundas deficiencias de la instrucción basada en pantalla solo ha crecido «.

Además de los obvios sesgos de clase y raza contra los niños que carecen de acceso a Internet y computadoras en el hogar (problema que las compañías tecnológicas están ansiosas por cobrar, mediante grandes ventas tecnológicas), hay grandes preguntas sobre si la enseñanza remota puede servir a muchos niños con discapacidades, como lo exige la ley . Y no existe una solución tecnológica para el problema de aprender en un entorno hogareño superpoblado y / o abusivo.

El problema no es si las escuelas deben cambiar ante un virus altamente contagioso para el cual no tenemos cura ni vacuna. Al igual que todas las instituciones donde los humanos actúan en grupos, las escuelas cambiarán. El problema, como siempre en estos momentos de conmoción colectiva, es la ausencia de debate público sobre cómo deberían ser esos cambios y a quién deberían beneficiar. ¿Empresas tecnológicas privadas o estudiantes?

Las mismas preguntas deben hacerse sobre la salud. Evitar los consultorios médicos y los hospitales durante una pandemia tiene sentido. Pero la telesalud pierde en gran medida frente a la atención persona a pesona. Por lo tanto, debemos tener un debate basado en la evidencia sobre los pros y los contras de gastar recursos públicos escasos en telesalud, en comparación con enfermeras más capacitadas, equipadas con todo el equipo de protección necesario, que pueden hacer visitas a domicilio para diagnosticar y tratar pacientes en sus hogares. Y quizás lo más urgente es que necesitamos lograr el equilibrio correcto entre las aplicaciones de seguimiento del virus, que con las protecciones de privacidad adecuadas tienen un papel que desempeñar, y los llamados a un Cuerpo de Salud Comunitario que pondría a millones de estadounidenses a trabajar no solo haciendo seguimiento de contactos sino asegurándose de que todos tengan los recursos materiales y el apoyo que necesitan para estar en cuarentena de manera segura.

En cada caso, enfrentamos decisiones reales y difíciles entre invertir en humanos e invertir en tecnología. Porque la verdad brutal es que, tal como están las cosas, es muy poco probable que hagamos ambas cosas. La negativa a transferir los recursos necesarios a los estados y ciudades en sucesivos rescates federales significa que la crisis de salud del coronavirus ahora se está convirtiendo en una crisis de austeridad fabricada. Las escuelas públicas, universidades, hospitales y tránsito se enfrentan a preguntas existenciales sobre su futuro. Si las compañías tecnológicas ganan su feroz campaña de presiones y lobby para el aprendizaje remoto, telesalud, 5G y vehículos sin conductor, su Screen New Deal, simplemente no quedará dinero para prioridades públicas urgentes, sin importar el Green New Deal (el Nuevo Pacto Verde) que nuestro planeta necesita con urgencia.

Por el contrario: el precio de todos los brillantes dispositivos será el despido masivo de maestros y el cierre de hospitales.

La tecnología nos proporciona herramientas poderosas, pero no todas las soluciones son tecnológicas. Y el problema de externalizar decisiones clave sobre cómo «reimaginar» nuestros estados y ciudades a hombres como Bill Gates y Eric Schmidt es que se han pasado la vida demostrando la creencia de que no hay problema que la tecnología no pueda solucionar.

Para ellos, y para muchos otros en Silicon Valley, la pandemia es una oportunidad de oro para recibir no solo la gratitud, sino también la deferencia y el poder que sienten que se les ha negado injustamente. Y Andrew Cuomo, al poner al ex presidente de Google a cargo del cuerpo que dará forma a la reapertura del estado, parece haberle dado algo cercano al reinado libre.

Autora: Naomi Klein

Fuente de la Información: https://www.lavaca.org/portada/la-distopia-de-alta-tecnologia-post-coronavirus/

 

 

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Coronavirus: ¿Covid-19 acelerará el uso de robots para reemplazar a los trabajadores humanos?

Mundo/19-04-2020/Autor(a): Zoe Thomas/Fuente: www.bbc.com

A medida que una pandemia se apodera del mundo, una persona podría ser perdonada si se hubiera olvidado de otra amenaza para la forma de vida de la humanidad: el surgimiento de los robots.

Para bien o para mal, los robots reemplazarán a muchos humanos en sus trabajos, dicen los analistas, y el brote de coronavirus está acelerando el proceso.

«La gente suele decir que quiere un elemento humano para sus interacciones, pero Covid-19 ha cambiado eso», dice Martin Ford, un futurista que ha escrito sobre las formas en que los robots se integrarán en la economía en las próximas décadas.

«[Covid-19] va a cambiar las preferencias del consumidor y realmente abrirá nuevas oportunidades para la automatización».

Las empresas grandes y pequeñas están ampliando la forma en que usan robots para aumentar el distanciamiento social y reducir la cantidad de personal que tiene que venir físicamente al trabajo. Los robots también se están utilizando para realizar roles que los trabajadores no pueden hacer en casa.

Walmart, el minorista más grande de Estados Unidos, está utilizando robots para fregar sus pisos.

Los robots en Corea del Sur se han utilizado para medir temperaturas y distribuir desinfectantes para manos.

Con los expertos en salud advirtiendo que algunas medidas de distanciamiento social pueden ser necesarias hasta 2021, los trabajadores robotizados pueden tener una mayor demanda.

robots de limpieza en el pasillo de un hospitalCopyright de la imagenUVD-ROBOTS
Image captionUVD-Robots, que fabrica robots de limpieza para hospitales, ha recibido cientos de nuevos pedidos desde que estalló Covid-19

Trae los robots limpiadores

Las empresas que fabrican productos de limpieza y desinfección han visto crecer la demanda.

UVD Robots, la fabricación danesa de robots de desinfección con luz ultravioleta, envió cientos de sus máquinas a hospitales en China y Europa.

Las tiendas de comestibles y los restaurantes que ofrecen comida para llevar también usan estas máquinas.

Los expertos dicen que a medida que se reabran más empresas, podemos esperar ver una mayor adopción de esta tecnología; es posible que vean robots limpiando sus escuelas u oficinas.

«Los clientes ahora se preocupan más por su seguridad y la seguridad y salud de los trabajadores», dice Blake Morgan, autor de The Customer of the Future.

«Los movimientos hacia la automatización pueden mantenerlos a todos más saludables y los clientes recompensarán a las empresas que hagan esto».

Todavía hay limitaciones. La Sra. Morgan señala que los pagos automáticos en los supermercados deberían reducir las interacciones humanas, pero debido a que muchos sistemas no funcionan bien o se rompen fácilmente, los clientes los evitan y acuden a los cajeros humanos.

Ayuda con el distanciamiento social.

El servicio de alimentos es otra área donde es probable que aumente el uso de robots debido a problemas de salud.

Las cadenas de comida rápida como McDonald’s han estado probando robots como cocineros y servidores.

En los almacenes, como los operados por Amazon y Walmart, los robots ya se usaban para mejorar la eficiencia. El brote de Covid-19 tiene a ambas compañías que buscan aumentar el uso de robots para clasificar, enviar y empacar.

Los robots Kiva mueven estanterías de mercancías alrededor de un almacén de AmazonCopyright de la imagenAFP
Image captionAmazon ya usa miles de estos robots para transportar productos en sus almacenes.

Esto puede reducir la cantidad de quejas de los trabajadores del almacén que dicen que no pueden distanciarse socialmente de sus colegas en las condiciones actuales. Pero, según los expertos en tecnología, algunos de ellos quedarían sin trabajo.

Una vez que una empresa ha invertido en reemplazar a un trabajador con un robot, es poco probable que la empresa vuelva a contratar para ese papel. Los robots son más caros de crear e integrar en las empresas, pero una vez que están en funcionamiento, los robots suelen ser más baratos que los trabajadores humanos.

Según el futurista Martin Ford, el uso de robots en el mundo posterior a Covid-19 también presenta algunas ventajas de marketing.

«La gente preferirá ir a un lugar que tenga menos trabajadores y más máquinas porque sienten que pueden reducir el riesgo general», explica.

IA que es tan real como los humanos

¿Qué pasa con los roles de servicio donde se necesita una persona para ofrecer una lección o pauta?

Se está desarrollando inteligencia artificial que puede reemplazar a tutores escolares, entrenadores y asesores financieros.

Las grandes empresas tecnológicas están ampliando el uso de la inteligencia artificial. Tanto Facebook como Google confían en AI para eliminar publicaciones más inapropiadas ya que los moderadores de contenido humano de las compañías no pueden revisar ciertas cosas desde casa.

Los escépticos de los robots habían creído que los humanos tendrían una ventaja en esos trabajos. Eso podría estar cambiando a medida que los bloqueos han hecho que los humanos se sientan más cómodos con la idea de conectarse de forma remota. El instructor o asesor en la pantalla no necesita ser una persona real, solo necesita pensar y actuar como tal.

Un informe de 2017 de los consultores mundiales McKinsey predijo que un tercio de los trabajadores en los EE. UU. Sería reemplazado por automatización y robots para 2030. Pero eventos como las pandemias tienen el potencial de cambiar todos los plazos y los expertos dicen que depende de los humanos decidir cómo quieren para integrar esta tecnología en el mundo.

Fuente e Imagen: https://www.bbc.com/news/technology-52340651

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JAPÓN Robots asisten a graduación en lugar de estudiantes

Asia/Japón/euronews

Una universidad en Japón ha decidido cancelar su ceremonia de graduación debido a las medidas de distanciamiento social generadas por la pandemia de coronavirus. En cambio, un equipo de robots, con iPads para caras, está reemplazando a los estudiantes y recolectando diplomas en su nombre, escribe Maeve Campbell para Euronews .

Con el nombre de ‘Newme’, los robots han sido desarrollados por ANA Holdings como una solución basada en tecnología, para que los estudiantes no tengan que viajar hacia y desde la Universidad Business Breakthrough (BBT) en la ciudad capital de Tokio. Los ‘robots avatar’ son muy realistas, aparecen en trajes de graduación y se visten a sí mismos mientras los estudiantes controlan sus movimientos de forma remota desde su casa usando computadoras.

«Sabíamos que había muchos estudiantes que desearían asistir a la ceremonia de graduación pero no podrían hacerlo debido a la preocupación por el coronavirus», dijo a Euronews Living el profesor Shugo Yanaka, decano del departamento de gestión global de la Universidad BBT. «De repente se me ocurrió una idea de la Ceremonia de Graduación de Avatar», dice, y agrega que quería que fuera como una «experiencia de teletransportación».

El profesor Yanaka planteó la idea por primera vez en una reunión de profesores celebrada en febrero y logró dar vida al proyecto en solo un mes y medio. Esto debería ser un «mensaje positivo» para el mundo, concluye Yanaka, diciendo que espera que «energice a las personas que deseen encontrar un avance para organizar ceremonias / eventos» en este difícil período.

Se ha hecho un video documentando el día:

Soluciones tecnológicas sostenibles para combatir los viajes.

La ‘Ceremonia de graduación de Avatar’ podría ser una forma innovadora de evitar que los estudiantes viajen en medio de la crisis del coronavirus, pero no es la única solución tecnológica en respuesta a eventos y reuniones cancelados.

Los artistas pop han recurrido a Instagram para transmitir conciertos en vivo desde sus salas de estar , ya que salir y salir a conciertos ya no es posible. Los teatros transmiten en vivo obras de teatro y óperas directamente a nuestros hogares y las escuelas funcionan a través de portales de aprendizaje electrónico . Los empleados funcionan a través de reuniones en aplicaciones de video como Zoom e incluso las bodas socialmente distanciadas se están moviendo en línea.

Los activistas climáticos han estado pidiendo que se realicen más reuniones a través de videollamadas durante algún tiempo, a medida que la crisis ambiental continúa aumentando. El sector de viajes representa el 8 por ciento de las emisiones globales de carbono en general y viajar por trabajo cubre una gran parte de eso. En 2018, la empresa multinacional de contabilidad PwC estimó que los viajes de negocios fueron el mayor contribuyente a su huella de carbono como empresa, representando el 53 por ciento.

Como resultado, la demanda de reuniones virtuales ya se está disparando. “A nadie le gusta levantarse a las 4 de la mañana para llegar a un aeropuerto y pasar un par de días en reuniones sin ver un lugar. No es viajar, es solo moverse a donde trabajas «, dijo a Wired Fred Mazzella, fundador del servicio de coche compartido BlaBlaCar.

«Es bueno para el medio ambiente y para el equilibrio entre la vida laboral y personal»

Fuente:  https://www.euronews.com/living/2020/04/07/robots-attend-graduation-in-place-of-students-at-japanese-university

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Pere Vila: «La inteligencia artificial es algo más que un simple robot»

La irrupción de la inteligencia artificial en los medios de comunicación es un hecho. Cada vez más redacciones incorporan este tipo de herramientas que ayudan al profesional a hacer su trabajo de una forma más completa. Por ello, la regulación de la inteligencia artificial y su uso es fundamental. La Comisión Europea el pasado 19 de febrero dio a conocer su propuesta de Libro Blanco para regular esta tecnología.

Pere Vila, director de Planificación e Innovación Tecnológica de Radio Televisión Española (RTVE), considera que queda mucho trabajo por hacer y ver todas las posibilidades tecnológicas que estas herramientas pueden ofrecer al periodista.

¿Cómo percibe la irrupción de la inteligencia artificial en los medios de comunicación?

La inteligencia artificial es algo más que un simple robot que va redactando noticias, sino que está aplicada a la producción de noticias y, con ello, varios elementos diferentes independientes unos de otros. Hay un elemento que que es sean sistemas de alertas a los periodistas y que realmente puedas programarlo y trabajarlo. La creación de metadatado automático en televisión también sería una buena aplicación de inteligencia artificial.

Va entrando poco a poco a diferentes velocidades y con distintos ritmos en cada uno de estos ámbitos. Las alertas de noticias, por ejemplo, es un ámbito que está maduro, pues hay varios en el mercado que están bien. En el tema de las redacción automática de textos empiezan a haber cosas, pero el ámbito de la aplicación es un poco limitado, igual que con los temas de metadatado automático. Tengo la sensación de que cada día va entrando más y que, como son sistemas que aprenden de ellos mismos, cada año que pasa van mejorando y poco a poco ocuparán una parte importante del trabajo que hacemos ahora. Esto no quiere decir que vayamos a quedar fuera, pero que del 100% del trabajo a lo mejor en cinco años un 15 o un 18% del trabajo lo estamos haciendo mediante herramientas de este tipo.

«En cinco años, un 15 o un 18% del trabajo será mediante herramientas de inteligencia artificial»

¿Qué desarrolla Radio Televisión Española (RTVE) en esa línea? 

Lo que estamos haciendo en RTVE es monitorear diferentes fases. Pensamos que sí hay que monitorizar cada uno de estos y en la medida que sea posible y que sea útil ir entrando poco a poco, porque hacer todo el cambio de golpe es muy difícil.

¿Han encontrado dificultades éticas en el desarrollo de su labor?

Nos da la impresión de que el momento en el que estamos ahora es un tema de reflexión, no que tenga aplicación inmediata. Creo que hay que prever y reflexionar sobre inteligencia artificial, pero ahora estamos más interesados en chequear y ver las posibilidades reales que en analizar.

«La Comisión Europea tiene que ir trabajando»

¿Qué opinión tiene sobre la consulta pública del Libro Blanco de regulación de la Comisión Europea sobre la inteligencia artificial?

En principio, no tengo una opinión asentada. Es un tema en el que la Comisión Europea tiene que ir trabajando. Tenemos que ir publicando y compartiendo.

¿Tiene alguna sugerencia en esa línea de puntos sobre inteligencia artificial que deberían tomarse en cuenta  para regularla en la Unión Europea?

Hay varios campos y temas de reflexión. Por ejemplo: en el tema de personalización de la información y de la detección automática de texto. Creo que hay ámbitos de trabajo en los que hay que desarrollar y profundizar.

¿Cree que va a repercutir en los medios de comunicación esta propuesta de la Comisión Europea?

Va a repercutir y tiene que repercutir. Hay medios que ya no se hacen porque son muy caros para hacerlos, pero se podrían hacer de manera automática. Por ejemplo, en un contenido neutro como la previsión meteorológica, estaríamos haciendo una sola previsión y con la personalización de contenidos darías a cada persona lo que le interesa en función de sus gustos e intereses. Vamos a poder personalizar todos estos temas y ahí habrá que entrar. Las noticias que tienen implicaciones políticas o sociales complican las cosas, porque ahí será necesaria regulación y seguimiento.

*Entrevista elaborada por Kelly Robledo y Belén Sanch

Fuente: http://www.aikaeducacion.com/entrevistas/pere-vila-la-inteligencia-artificial-es-algo-mas-que-un-simple-robot/

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España: Un ‘Facebook’ con IA para que los adolescentes usen las redes sociales de manera segura

Europa/España/15-03-2020/Autor(a) y Fuente: www.agenciasinc.es

Por: SINC

Una nueva red social, llamada PESEDIA, utiliza inteligencia artificial (IA) y juegos educativos para advertir a los adolescentes del alcance y los riesgos de la información que van a publicar en internet. Ha sido desarrollada por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia.

PESEDIA se basa en técnicas de inteligencia artificial e incluye diferentes juegos educativos. Esta red social, desarrollada por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) es capaz de advertir al usuario de forma muy gráfica sobre el alcance y riesgos de la información que va a publicar. Incluye también un analizador de contenido que detecta información sensible del usuario y es capaz de discernir sus sentimientos y nivel de estrés al escribir sus mensajes.

La red incluye un analizador de contenido que detecta información sensible y es capaz de discernir el nivel de estrés al escribir los mensajes

“Se trata de una red dirigida principalmente a adolescentes, ya que nuestro objetivo es que sirva como una plataforma educativa en el uso de las redes sociales. Hasta el momento, se ha utilizado ya en talleres de las cuatro últimas ediciones de l’Escola d’estiu de la UPV, con los niños y niñas de entre 11 y 14 años. Ahora bien, nuestro objetivo es poder trasladar la tecnología desarrollada a otras redes sociales para que pueda ser usada no solamente por adolescentes, sino por un público más general, que desee disponer de un agente personalizado asesor en privacidad”, destaca Estefanía Argente, investigadora de la UPV.

Para el desarrollo de PESEDIA, el equipo clasificó la sensibilidad de diferente información del usuario: edad, nombre, fecha de nacimiento, peso… y así hasta 74 variables distintas. Además, identificó aquellos factores más relevantes que hacen que un usuario acepte determinadas sugerencias mientras navega por la red social.

“También hemos desarrollado un módulo que permite analizar los datos de velocidad y forma de escritura de los usuarios cuando escriben mensajes en PESEDIA, información de la que se puede inferir los sentimientos y niveles de estrés del usuario”, explica Argente.

‘Paternalismo blando’ 

Con todo ello, los investigadores propusieron dos mecanismos de ‘paternalismo blando’ que ofrecen información al usuario sobre el riesgo para la privacidad de publicar un determinado contenido. Según la investigadora, esta idea consiste en mostrar mensajes al usuario, del tipo“El riesgo de privacidad de tu mensaje es alto; la publicación podrá ser vista por más de 1000 usuarios”, con el fin de tratar de influir en su decisión, pero sin limitarla.

Usa  también mecanismos de argumentación y persuasión para informar sobre el riesgo de privacidad de las publicaciones

Explica que han trabajado con lo que se denomina ‘empuje mediante imágenes’ mostrando, por ejemplo, las imágenes de perfil de algunos de los usuarios a los que podría llegar su mensaje, y con ‘empuje mediante números’ para indicar cantidades de usuarios a los que alcanzará la publicación.

“En este sentido –dice Argente– advertimos al usuario de que podría estar dando información de dónde está o a dónde va, y podemos darle más razones para ayudarle a decidir sobre si publicar o no el mensaje correspondiente, en función de la audiencia del mensaje, del contenido del mismo –si revela datos médicos, personales–, y a los posibles problemas sociales que pudiera ocasionar. Por ejemplo, si el mensaje implica a terceras personas que podrían verse afectadas”.

Referencia bibliográfica:

J.Alemany, E.del Val, J.Alberola, A.García-Fornes. “Enhancing the privacy risk awareness of teenagers in online social networks through soft-paternalism mechanisms”. International Journal of Human-Computer Studies. DOI:10.1016/j.ijhcs.2019.03.008

Fuente:

UPV
Fuente e Imagen: https://www.agenciasinc.es/Noticias/Un-Facebook-con-IA-para-que-los-adolescentes-usen-las-redes-sociales-de-manera-segura
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