Cómo los proveedores de eLearning pueden ayudar a los estudiantes que luchan en línea

POR MATTHEW LYNCH

Edtech es una gran industria que crece cada año. Sin embargo, incluso con la cantidad de dinero que genera, muchas empresas de edtech terminan fallando en unos pocos años. Cuando se trata de eso, las empresas de educación técnica siguen siendo una empresa, y es esta creencia la que a menudo conduce al fracaso. Abrir una empresa en la industria edtech es idealista, y muchos emprendedores nuevos esperan hacer un mundo mejor con su empresa edtech. Pero, hay una cosa que están haciendo que arruina el mercado.

Los problemas de hoy son diferentes.

Lo que muchas empresas de edtech olvidan es que los problemas de hoy son diferentes a los problemas de su propia infancia. . Estas empresas a menudo intentan resolver los problemas que se atormentaban a sí mismos, lo que conduce a la confusión entre maestros y estudiantes. El mercado de la educación está en constante cambio, y sin la comprensión adecuada de los problemas de la escuela, edtech se vuelve obsoleto.

Los maestros de hoy también son diferentes. Pasan horas y horas tratando de enseñar a sus alumnos, calificar trabajos y hacerlos mejores ciudadanos de la sociedad. Las compañías de Edtech necesitan comunicarse con los maestros para comprender realmente qué problemas enfrentan ellos y sus estudiantes. Sin embargo, incluso eso podría no ser suficiente.

Hay problemas que se concretan cuando se observan las diferencias en cada estado y distrito escolar. Un enfoque único para todos no funcionará, pero personalizar edtech para cada escuela puede ser una empresa costosa que puede no ser rentable para las compañías de edtech. Debido a esto, no quieren personalizar el software y otros elementos cuando son una empresa de inicio sin capital. Por mucho que edtech en cada distrito sea importante, los intereses corporativos impiden que esto suceda .

Sin empatía por parte de las empresas

Los intereses corporativos están destruyendo el mercado de la educación tecnológica porque no se están comunicando con los maestros sobre cuáles son sus necesidades en el aula. Algunas de las empresas de edtech más grandes se centran en un elemento y evitan las escuelas. Sin embargo, para las empresas de edtech que desean trabajar a nivel local con las escuelas, necesitan comunicarse y mostrar empatía sobre lo que los maestros están experimentando. 

Ninguna escuela necesita computadoras digitales o iPad con el mismo plan de estudios aburrido. Necesitan compañías de tecnología que se preocupen por los estudiantes y quieran educar mejor con tecnología. Para hacer eso, debe haber un estudio a nivel local realizado por empresas edtech. Los intereses corporativos son importantes en cualquier empresa, pero no deberían ser lo único que les importa a las empresas de edtech.

Pensamientos conclusivos

Cuando las empresas ingresan al mercado de la educación tecnológica, deben saber que están entrando en un mercado lucrativo pero idealista. Puede que no sea el más rentable cuando se hace correctamente. Las empresas de tecnología de la información deberían amar la educación, y sus ganancias no deberían ser lo primero en lo que piensan. Para que esto cambie, se necesita más interacción entre empresas y maestros. Deben comprender y empatizar con las escuelas para encontrar soluciones en edtech que ayuden a todos.

Fuente: https://www.thetechedvocate.org/how-corporate-interests-are-destroying-the-edtech-market/

Comparte este contenido:

Entrevista a José Herrera Plaza sobre accidente nuclear en Palomares. Consecuencias (1966-2016)

Entrevista a José Herrera Plaza sobre accidente nuclear en Palomares. Consecuencias (1966-2016)
“En caso de accidente nuclear nacen por doquier criterios elevados al rango de «cuestiones de estado», siempre antepuestos al ámbito, salud e intereses de los afectados”
Por: Salvador López Arnal

José Herrera Plaza (Almería, 1955) cursó estudios de Economía en la Universidad de Valencia. Técnico Superior en Imagen y sonido, trabaja actualmente como cámara operador, en Canal Sur TV. Desde 1985 ha seguido de cerca todo lo relacionado con el accidente nuclear de Palomares. En 2003 fue coautor y coorganizador del libro y exposición en el Centro Andaluz de Fotografía ”Operación Flecha Rota. Accidente nuclear en Palomares”. Posteriormente dirigió el largometraje documental homónimo (2007).

Estábamos en el capítulo VI, “El proyecto Indalo”, cuando señalas que en 1968 se expuso por primera vez ante público especializado lo sucedido en Palomares. ¿Dónde fue? ¿Quiénes intervinieron hablando de lo sucedido en Palomares?

JH.- En la primavera de 1968 se celebró un simposio en Interlaken (Suiza) con el título de «Protección Radiológica del público en caso de una catástrofe nuclear». La valiosa experiencia adquirida por la JEN en Palomares dio para dos ponencias de los responsables españoles, una del Dr. Eduardo Ramos y otra del que estaría 15 años a cargo del Proyecto Indalo, el farmacéutico Emilio Iranzo. Estos dos documentos tuvimos que conseguirlos en 2005 en los EEUU. Su gran importancia como fuente es que en estas intervenciones en el extranjero aportan y expresan lo que en España callan, a pesar de financiarse con fondos de todos los españoles. Por supuesto no se nombran los enterramientos, ni los altos índices dejados en la zona agrícola de la vega.

Luego, según explicas, hubo otro simposio en 1969. ¿Aportó alguna novedad respecto al tema?

JH.- Este otro se celebró en Viena bajo el patrocinio de la OIEA. Aquí no se vuelve con una descripción de las medidas de descontaminación. Se intenta determinar el riesgo a que ha estado (pretérito) sometida la población, cuando un año antes, en ese mismo momento y en los venideros, se seguían produciendo numerosos aerosoles con la resuspensión del plutonio, americio y uranio, tal como reconocería en 1984 el propio Iranzo en la reunión anual de la Health Physics Society Nueva Orleans.

Señalas también que, durante ese tiempo, se esta viajando continuamente a Palomares. ¿Quiénes son esos viajeros? ¿Con qué objetivos?

JH.- Los viajes son para la toma de muestras de los cultivos, pesca, ganado, flora silvestre muestreadores de aire y tierra, dentro del llamado Proyecto Indalo, para el estudio de la contaminación dejada voluntariamente en la zona. Todo para poder investigar el comportamiento de un gran desconocido como era, a mediados de los 60, el plutonio.  

Hablas en este apartado de un accidente cuando se estaba trasvasando líquido radiactivo del reactor suizo Shapir. ¿Qué pasó?

JH.- En España estaba en marcha el «Proyecto Islero» que, entre otras finalidades, intentaba analizar las posibilidades de poseer armamento nuclear netamente nacional. Para ello era preciso conocer la praxis de la reelaboración de combustible gastado de las centrales para la producción de energía. No hacía mucho que se había construido en la JEN la planta caliente M-1. Un prototipo experimental de reelaboración de este material, con sus celdas calientes correspondientes. Ya se habían obtenido los primeros gramos de plutonio por medio de las barras gastadas del reactor JEN-1. En 1970 se estaba reprocesando el combustible del reactor suizo Saphir. Cuando se trasvasaban 157 l. de líquido radiactivo hubo una fuga que vertió 60 l. a la alcantarilla. De ahí paso al Manzanares, al Jarama y finalmente al Tajo, donde fue detectado en su desembocadura en un control rutinario. El líquido tenía altas proporciones de isótopos de cesio, estroncio y rutenio. El problema fue el uso del agua contaminada para los regadíos del Manzanares y Jarama. Gran parte de los productos agrícolas fueron comprados para su enterramiento en los aledaños de la JEN. Otra significativa fracción siguió los canales de comercialización hasta los consumidores. El secretismo fue aún más férreo que en Palomares. El futuro de las centrales en construcción o en proyecto estaba en juego. No existen documentos conocidos al respecto, por lo tanto no podemos evaluar con exactitud los comportamientos gubernamentales en toda catástrofe nuclear: el grado de minusvaloración y de negligencia en la radioprotección del público.

En nota, creo que es la 34, hablas de un libro titulado “Energía nuclear en España”. Dices que es un libro inédito. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no se ha editado?

JH.- Sí se editó, pero que yo sepa no se ha distribuido públicamente. El libro «Energía Nuclear de España. De la JEN al CIEMAT» es un magnífico libro que intentaba rellenar un hueco inadmisible de nuestra historiografía. Fue escrito por encargo del CIEMAT. La tarea se le encomendó a dos prestigiosos historiadores especializados en ciencia y tecnología: Romero de Pablos y Sanchez Ron. Al parecer, las descripciones, comentarios y valoraciones de algunos pasajes no fueron del agrado de los responsables del encargo. En vez de hacer constar el disenso por otros medios, fue sepultado en algún sótano, una vez impreso. Total, pagaban los españoles.

Te cito: “Vemos en este suceso, en el asunto que tratamos, y en la mayoría de los accidentes nucleares, unas similares e inmutables pautas en autoridades y organismos competentes, independientemente de la época, régimen político o cultura dominante” (p. 202). ¿Es así realmente? ¿Es independiente de todo eso que señalas? ¿Nos haces un resumen de esas pautas similares?

JH.- Puesto que este tema da para mucho, según nos refiramos a las valoraciones del suceso o de sus consecuencias a medio y largo plazo en personas y medioambiente, me centraré sinópticamente en las actitudes y valoraciones institucionales a corto plazo de cara a los afectados y opinión pública: a) Con el plausible objetivo de evitar el pánico colectivo se minimiza sin tope alguno lo sucedido. Se publicitan notas oficiales de la situación en las zonas contaminadas alejadas de la realidad. A los afectados únicamente se les repite el «no pasa nada», pero no se les forma, ni mucho menos informa, de los riesgos y de cuestiones básicas de radioprotección. b) A la hora de adoptar medidas de radioprotección de cara a los afectados, la evaluación de riesgos, las estrategias remediadoras, se ven influenciadas por todo lo anterior, o se anteponen los intereses políticos o militares, de la empresa afectada, sector, o las relaciones internacionales. En caso de accidente nuclear nacen por doquier criterios elevados al rango de «cuestiones de estado», siempre antepuestos al ámbito, salud e intereses de los afectados.

Esto puede servir como plantilla para cualquier accidente, llámense Islas Marshall, Palomares, Chernóbil, Fukushima y lo que pueda acontecer.

Hablas también de los problemas de importación, denunciado por E. Ramos, del nuevo CCE (Contador del cuerpo entero). ¿Qué pasó? ¿Qué problemas hubo? ¿Era importante este contador?

JH.- Por incomprensible que parezca, tuvieron problemas en la aduana, que mantuvo inmovilizado durante semanas el material. Ello a pesar que era equipo científico y para un organismo público.

El Contador de cuerpo entero era un sofisticado dispositivo de última generación que ambicionaba medir el plutonio en los pulmones de los vecinos a través de la débil radiación (gamma) que emite, durante un tiempo de 30-40 minutos mientras el paciente escucha música tumbado. Era un equipo ultrasensible que exigía un sofisticado blindaje y que muy pocos países tenían. De alguna manera se ofreció como la «estrella» del Proyecto Indalo. Tan grandes fueron las expectativas que suscitó como el fiasco de sus resultados.

 

cont

El contador de cuerpo entero, o contador de radiactividad corporal, fue la dotación material «estrella» que donaron los norteamericanos para el Proyecto Indalo. El modelo no funcionó correctamente para el plutonio por falta de sensibilidad. Las mediciones de otros radionucleidos, como el americio o uranio, jamás han salido a la luz. (Foto: NARA).

 

¿Quién fue el doctor Francisco de los Santos al que aludes en este apartado?

JH.- Fue el encargado de operar el Contador de cuerpo entero. Para ello se había tenido que desplazar varias veces a los EEUU. Posteriormente se le nombró responsable de las medidas de plutonio en la zona.  

En la nota 48 habas de unas cartas entre W. Langham y E.J. Valerio. ¿De qué iban esas cartas? ¿Tenían interés?

JH.- Ya vimos en su momento que el Dr. Langham fue el autor intelectual de la descontaminación parcial en Palomares y de la investigación con las personas y el medioambiente en Proyecto Indalo. En esta carta que aludes, Langham hace su último viaje a Palomares antes de perder la vida en un accidente de aviación. Allí observa que las labores del Proyecto estaban paralizadas por la fuga de líquido radiactivo del reactor suizo Saphir. Casi la totalidad de los recursos de la División de Medicina y Protección se habían dedicado a la evaluación de la dispersión. La ayuda en efectivo y material estadounidense también se paralizó hasta la reanudación de los trabajos.

Comentas que la jubilación del doctor Eduardo Ramos generó un gran hueco. ¿Por qué? ¿Era tan importante su papel? ¿Quién le sustituyó?

JH.- Las personas consultadas que conocieron o trabajaron con el Dr. Eduardo Ramos, han coincidido en que era la persona más preparada en radioprotección. Independientemente de sus conocimientos, era un ser que generaba confianza y empatía en los vecinos de Palomares y Villaricos. Algo indispensable como interlocutor del organismo regulador con los afectados por el accidente.

¿De qué va la propuesta que en 1978 hicieron los científicos Dean, Richmond y Wachholz?

JH.- Estos científicos integraban el primer relevo generacional de científicos encargados de supervisar el Proyecto Indalo. Se dieron cuenta de los altísimos niveles de contaminación de la Zona 2, junto al cementerio. Constataron que se resuspendía el plutonio en aerosoles cuando soplaba viento superior a 20-30 km/h y ello suponía un incremento del riesgo de inhalación por parte de las personas y su contaminación interna. Con las evidencias, presentaron la propuesta de descontaminar esa zona y enterrar allí mismo la tierra, mientras los de la JEN mantenían silencio. Cualquier opción menos que ese plutonio estuviese a merced de los vientos. Es posible que desconocieran la existencia ya de dos fosas con 4.000 m3 de residuos. Como era de esperar, su propuesta caería en saco roto pues suponía contradecir la historia oficial. Ni en Madrid ni en Washington interesaba destapar la caja de los truenos, con otras dos zonas (la 3 y 6) con parecida situación. Además, ni a los políticos de esas dos capitales, ni a sus familias, les llegaban los aerosoles de Palomares. Habría que esperar 25 años para retornar a ese problema, evaluarlo y buscar posibles soluciones.  

Comentas también que en 1986 la JEN se transformó en CIEMAT, un organismo que aún existe. ¿Qué relaciones tenía y tiene con el CSN? ¿Supuso algún avance organizativo? ¿Todo empezó entonces a moverse como señala Teresa Mendizábal, la que fuera directora de Medioambiente y Secretaria General del CIEMAT?

JH.- El Consejo de Seguridad Nacional llevaba 6 años cuando la JEN pasa a denominarse CIEMAT. Para evitar malentendidos y duplicidades quedan asignadas al CIEMAT las labores de evaluación y ejecución de los programas, con la remisión de informes al CSN, mientras que este ejerce un rol decisorio.

Evidentemente aquello fue algo más profundo que un cambio de siglas o de remodelación orgánica. A partir de ahora se remiten al CSN y al Depto. de Energía norteamericano un informe semestral sobre el Proyecto Indalo. Las estrategias comienzan a diseñarlas personas distintas a las que colectan y analizan los datos.

¿Qué trabajo publicó el CIEMAT en la prestigiosa revista científica Health Physic?

JH.- Desde inicios del Proyecto Indalo, el Dr. Langham y sus sucesores instaron a los miembros de la JEN a publicar en revistas científicas para el incremento en el conocimiento del desconocido plutonio en un medio agrícola habitado. Pero Emilio Iranzo era renuente, supuestamente amparado en la voluntad política. No deseaba que se conociera la realidad de lo que habían dejado los norteamericanos. Lo que llama poderosamente la atención es que su actitud es mucho más cerrada que la de sus pares, que fueron los causantes, aunque con el silencio cómplice de personas como él. Tras años donde los únicos datos que salieron de la JEN fue en congresos y simposios de personal especializado, cerrado al público, la prestigiosa revista Health Physic les publicó un artículo en 1987.

También se jubiló tiempo después alguien que estuvo muy relacionado con el accidente, Emilio Iranzo. ¿Qué balance puede hacerse de su trabajo en este tema?

JH.- Los 15 años aproximadamente que está el farmacéutico Emilio Iranzo al frente del Proyecto Indalo por parte española, constituyen un periodo variable, para nada fácil, que se ve influenciado negativamente por los cambios administrativos, las indecisiones, moratorias e impagos por parte norteamericana y una falta de sistematización en los objetivos y estrategias de investigación por ambas partes. En España, la crisis del petróleo del 73 y la posterior inflación dispara los costes, lo que ocasiona que la aportación financiera española se incremente porcentualmente. Ahora van a ser los españoles, con sus impuestos, los que financien mayoritariamente un problema generado por los EEUU, con la humillante aquiescencia de las autoridades españolas.  

Cito unas palabras de un informe de 1993: “No hay mejor oportunidad en cualquier parte del mundo para estudiar una población, en una sociedad altamente compleja con labores en agricultura intensiva, donde existe cerca contaminación de plutonio sin control gubernamental”. Se habla de Palomares. ¿Exageraban? ¿Convencieron a sus superiores?

JH.- El Proyecto Indalo sufrió muchos altibajos. En ocasiones la moral caía y las dudas sobre su continuidad aparecían. A diferencia de los españoles, ellos valoran mucho la investigación en todos los campos. Antes que un politicastro tome una decisión arbitraria sobre investigación y tecnología, como ha sucedido los últimos años en este país, analizan pormenorizadamente los pros y contras. El texto seleccionado, nada exagerado, es una versión de la reafirmación que ya hizo el Dr. Langham antes de su muerte y que fue efectiva para su prórroga. Junto con las Islas Marshall, Palomares ha sido uno de los dos mejores laboratorios vivos para investigar el plutonio, con la diferencia de que allí sí había control gubernamental. Hasta el nuevo milenio, aquí no; sencillamente porque no existía reconocimiento oficial del problema.  

Hablas de una nueva etapa desde 1997. ¿Por qué nueva?

JH.- Pues porque se firma un nuevo acuerdo: el Proyecto de Anexo I, que supone un incremento de la seguridad jurídica, la continuidad de criterios a grandes rasgos, con especial énfasis en la reevaluación de plutonio y americio en las zonas aradas en 1966, las nuevas áreas cultivadas y aquellas que no se descontaminaron en su día. Además se realiza una auditoría de lo realizado hasta ahora, el Programa de Revisión de Palomares.  

En el apartado 6.1.6, dedicado al “Coste”, ¿de qué costes hablas?

JH.- Desde el inicio se pudo calcular que el Proyecto Indalo iba a precisar unos recursos materiales y humanos significativos y constantes en el tiempo, pues era a largo plazo. Cuando le propusieron a los españoles iniciarlo, los norteamericanos hablaron enseguida de dinero en efectivo y todo tipo de equipos, pero muy cucos ellos, sin especificar montos ni plazos. La cuestión quedaba a su entera discrecionalidad. Los españoles picaron y ello les supuso soportar las incertidumbre en forma de numerosas moratorias, rebajas e incluso impagos. Otro de los muchos «Bienvenidos Mr. Marshall» padecidos en las relaciones bilaterales. Porcentualmente los EEUU comenzaron en los 60 haciéndose cargo del 75% aprox. de los gatos. En los años 70 únicamente pagaban la mitad y de los 90 hasta 2009, financiaban alrededor del 25%. Dieron la vuelta a la tortilla como auténticos prestidigitadores.

Te pregunto a continuación por el seguimiento radiológico de la tropa norteamericana si te parece. 

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=217542

Imagen principal: Conchita Álvarez Ramis fue una de las primeras mujeres que trabajó en el Proyecto Indalo. Durante 9 años fue la que más se desplazó a Palomares para colectar muestras para su análisis. Descubrió en los caracoles el efecto bioacumulador del plutonio en la concha y vísceras. Aquí la vemos en el Laboratorio de Los Álamos. (Foto: The Atom). 

 

 

Comparte este contenido:

Entrevista a Bárbara Villalba: “El estado chileno está cometiendo un genocidio camuflado”

14 Agosto 2016/Fuente: APL/Autor:Por Oscar Castelnovo

“Yo siento que el estado chileno está cometiendo un genocidio camuflado, se trata de un estado terrorista y de un genocidio como el de hace quinientos años, pero solapado, donde los medios de comunicación lo ocultan y la comunidad en general no advierte lo que sucede”.
Así lo expresó Bárbara Villalba, docente, y miembro de Coordinadora por la Defensa del Pueblo Mapuche que agrupa a una diversidad de organizaciones autónomas e independientes. En esta conversación en la APL, la compañera refiere a las principales demandas mapuches, habla de las leyes antiterroristas, la cárcel, la muerte, el despojo que sufren los vulnerados y de los beneficios que esta represion reporta a las empresas forestales chilenas y a las multinacionales. De ese modo, las acciones de una lucha legítima son encuadradas en figuras del código penal. Por caso, treinta comuneros hoy tras las rejas y los nombres Alex, Matías y Jaime, tres jóvenes asesinados en la “democracia” chilena, dan cuenta de esta política de exterminio.
-¿Cuándo comenzó esta nueva etapa de despojo y cuáles son sus características?
– El pueblo mapuche, desde siempre, ha reivindicado y tratado de recuperar territorio que fue despojado desde el estado chileno. En la últimas décadas se han establecido empresas forestales particulares y multinacionales, con la venia del estado y sin respetar el convenio de la Ley Indígena, a usurpar estas tierras con mayor fuerza. El inicio de esto fue en el año 1978, en plena dictadura de Pinochet, cuando el Chile decidió ser un país en desarrollo, a sangre y fuego, a través de las empresas forestales. Eso se cobró muchas muertes en las comunidades mapuches de todo el país. En los años 90 – ya en la llamada democracia- comienzan con mayor fuerza aún los particulares, principalmente colonos alemanes, a intervenir en las tierras mapuches. A su vez, los mapuches tratan de recuperar sus territorios perdidos y por eso el Estado desata con más fuerza la represión en las comunidades.
-¿Quiénes ahora son los “dueños” de las tierras?
– Hay particulares, que son descendientes de colonos alemanes; hay transnacionales y hay empresas forestales, como Forestal Mininco – principalmente-, que es la que está en ese territorio. Son particulares que se enriquecen y envían su dinero afuera mientras las comunidades empobrecen cada día.
-Te escuchamos referir a cómo se vulnera la Ley Indígena
-Sí, porque se supone que la Ley Indígena sobrepasa a toda otra ley, pues dice que los territorios mapuches no se pueden enajenar, vender ni expropiar. Pero por intereses particulares muy poderosos el Estado ignora la ley indígena y aplica la Ley Antiterrorista y la Ley Interior del Estado.
-¿Qué establecen esas leyes?
Son leyes que vienen desde la dictadura, son leyes de guerra. Dice, por ejemplo, que si alguien atenta contra propiedad particular o estatal es pasible de penas de años de cárcel, de presidio. Hay comuneros a los que les han dado cuarenta años de cárcel en primera instancia y están peleando esas condenas en la cárcel. La represión opera en el intento de desarticular las comunidades. Para esto comenzaron a apresar a las máximas autoridades ancestrales mapuches. Estos son los lonkos y las machis. (Las machis, que pueden ser mujeres y también hombres, son la fuerza femenina que hace la sanación y las encargadas de buscarlas yerbas medicinales para curar a los enfermos. Los lonkos son las máximas autoridades ancestrales de cada territorio).
-Estas comunidades que van por la recuperación de las tierras ¿en qué momento fueron desalojadas?
-Es todo un proceso que viene desde el año dos mil. Distintas comunidades y sectores territoriales del sur de Chile han comenzado sus procesos de recuperación territorial. Una de las principales recuperaciones, y donde ha habido más muertes, es en la región de La Araucanía, estamos hablando de la Novena Región. ¿Cuál es la problemática que tiene el Estado con las comunidades? Primero, que las comunidades, los mapuches, están metiéndose con grandes empresas transnacionales que tienen mucho poder en su relación con el Estado. Entonces eso es un problema para el Estado. En segundo lugar, la conciencia y la capacidad que tiene el pueblo mapuche de sus propias reivindicaciones y por lo cual el estado chileno no tiene cómo hacerles el peso o sea cómo contra argumentar, porque son completamente legítimas y totalmente legales. Y el estado incrementa el ritmo de la ferocidad represiva porque los inversores extranjeros empiezan a temer por sus intereses en territorios que están en conflicto.
-El Estado no tiene argumentación, pero tiene la fuerza…
Claro. Tiene la fuerza. Es lo que pasa con el Estado terrorista. Por otro lado para el estado chileno (más allá del gobierno de turno porque lo hemos visto con Frei, Lagos, Piñera, Bachelet y todos.) esto ha dejado de ser un problema local pasando a ser un problema a nivel nacional.
– ¿Además de la tierra, cuáles son las principales demandas?
– Los movimientos mapuches plantean la necesidad de ser reconocidos constitucionalmente, lo cual está aún pendiente. Esto significaría que por imperio de la Constitución (que hoy está pensada desde Chile y no desde el pueblo mapuche) ellos puedan decidir frente a las situaciones que los afectan y que puedan ser reconocidos en la diferencia, en cuanto a su propio desarrollo económico, político y cultural.
O sea, que sus reivindicaciones sean escuchados como pueblo y no como grupos campesinos desarticulados.
Exacto. Otra cuestión, que es la que me preocupa difundir principalmente, es que el estado chileno muestra hacia afuera este conflicto como un “tema mapuche”, cuando en realidad es un conflicto que viene originado por el poder, desde el mismo estado. A la vez, presenta al mapuche como al delincuente violento que atenta contra los pobrecitos particulares, ya sea colonos o empresas forestales. De este modo oculta la situación de que los mapuches tienen su propio derecho de reivindicación territorial y por querer ejercerlo están siendo reprimidos y encarcelados.
-¿Cuáles son los efectos que tiene sobre la población la actividad de las empresas forestales?
En todo este tema, aparte de ocupar los territorios ancestrales mapuches, las forestales contaminan y devastan el territorio. Se ha talado todo el bosque nativo plantando eucaliptus, con lo cual también se ha reducido el agua porque cada eucaliptus chupa diariamente doscientos litros de agua y entonces los ríos y las napas subterráneas se han secado completamente. Así, no queda agua para el pastoreo ni para la agricultura mapuche. Además, las forestales están continuamente rociando con aviones pesticidas altamente contaminantes para el agua y las siembras de los mapuches.
-¿De qué lugares estamos hablando?
– Las regiones del Bío Bío, Araucanía y Los Ríos, principalmente. En esta última recién ahora se están recuperando ciertos territorios. Entre muchas otras, Temuco, Concepción y Valdivia son ciudades con zona rural, totalmente aisladas y encajonadas por estas forestales de las que hablamos. Hay que considerar que las comunidades son aledañas a las ciudades como referencia geográfica para que se entienda un poco la ubicación. Las comunidades suelen tener un gran número de familias reducidas en sectores muy pequeños territorialmente, que es el espacio que les ha quedado. Entonces están tratando de recuperar el territorio usurpado por las forestales. En esas zonas hay campesinos pobres que son criollos, como les llaman ustedes, o mezcla con mapuches, está la gente de las comunidades mapuches de los cuales muchos se desplazan a la ciudad a trabajar justamente por esta reducción territorial que han sufrido, y está la gente que viene con ascendencia de colonos alemanes o suizos, y que son quienes tienen el latifundio de las tierras dado por el Estado.
-¿Cuántxs comunerxs están en prisión o fueron asesinados por esta lucha?
– En esta situación de represión, son treinta y dos comuneros mapuches presos en distintas cárceles de Chile, en las comunidades están quedando los niños menores de edad – así como los ancianos- siendo reprimidos constantemente con allanamientos violentos, amedrentados a cualquier hora del día. Hay niños con perdigones en su cuerpo y esto no lo dicen los medios de comunicación de Chile. Hay niños que han sido secuestrados por organismos desconocidos de particulares y abandonados lejos de sus comunidades.
Y, dentro del contexto de represión y encarcelamientos, durante el gobierno de Lagos, en el año 2002, el primer comunero mapuche asesinado fue Alex Lemun, un chico de 17 años que estaba en un proceso de recuperación de tierras. Le llegó el balazo de un carabinero por la espalda y murió en el hospital. El carabinero hasta el día de hoy está en servicio. Otro chico fue Matías Catrileo, ultimado por un carabinero, en 2008, en el gobierno de Bachelet, en un proceso de recuperación territorial. También Jaime Mendoza Collio muerto por la espalda por un disparo del cabo de Carabineros Patricio Jara Muñoz durante la recuperación del Fundo Santa Alicia, reivindicado por las comunidades mapuche del sector como territorio ancestral; su asesinato fue en 2009, durante la gestión de Bachelet. No hay ningún responsable juzgado por estos crímenes.
Fuente de la entrevista: http://www.resumenlatinoamericano.org/2016/06/13/entrevista-con-barbara-villalba-coordinadora-por-la-defensa-del-pueblo-mapuche-el-estado-chileno-esta-cometiendo-un-genocidio-camuflado/
Fuente de la imagen:http://www.resumenlatinoamericano.org/wp-content/uploads/2016/06/chile-genocidio-620×400.jpg
Comparte este contenido:

Las trampas del lenguaje

Fernando Luengo

No estamos ante un asunto menor. En torno a el lenguaje se construye el discurso dominante; en realidad, todos los discursos, de ahí la importancia de ser cuidadosos y rigurosos.

¿Quién alzaría la voz en contra de la austeridad y del uso racional (razonable) de los recursos, tanto los privados como, sobre todo, los públicos? Ser austeros, evitar el despilfarro debería formar parte de nuestro código moral más íntimo, permanente e inexpugnable. Quizá por esa razón sea imposible encontrar un vocablo más usado (y también más desgastado) que el de “austeridad”.  Es en ese contexto, deliberadamente equívoco, donde se invocan, se proponen y se imponen las políticas de austeridad sobre las finanzas públicas.

El lenguaje del poder, usado y aceptado coloquial, política y mediáticamente, cargado de lógica intuitiva, nos traslada a un espacio conceptual y analítico donde la crisis económica es el resultado del despilfarro público, y donde, en justa correspondencia, la salida pasa por poner orden en las finanzas gubernamentales. No queda otra alternativa, en consecuencia, si se quiere retornar a la senda del crecimiento (icono sagrado de la economía dominante, y también de una parte de la heterodoxa), que recorrer el camino de la disciplina presupuestaria.

Con un apoyo mediático sin precedentes, se repiten una y otra vez las mismas expresiones: “todos somos culpables y, en consecuencia, todos tenemos que arrimar el hombro”, “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y ahora toca apretarnos el cinturón”, “el Estado es como una familia, no puede gastar más de lo que ingresa” “la austeridad es una virtud que, si la practicamos con convicción y firmeza, nos permitirá salir de la crisis”. Tan sólo son algunos ejemplos, de uso bastante frecuente, de un discurso simple (simplista), directo y, por qué no decirlo, muy efectivo; nos entrega palabras y conceptos fácilmente manejables, que proporcionan un diagnóstico de quiénes son, o mejor dicho somos, los culpables y cuáles son las soluciones.

Según ese mismo lenguaje, ampliamente aceptado, todos somos responsables y el mayor de todos el Estado, despilfarrador por naturaleza. Por esta razón toca adelgazarlo, y de esta manera liberar (literalmente) recursos atrapados y mal utilizados por el sector público, para que la iniciativa privada, paradigma de la eficiencia, los pueda utilizar. Continuamente se invoca la autoridad de los mercados, como si estuvieran gobernados por una racionalidad indiscutible y como justificación de que no hay alternativas. Los Estados son el problema y los mercados la solución. Este es otro de los grandes iconos de la economía convencional, al que se acude con más frecuencia, y que pretende ser tan obvio que no precisa mayores comentarios o explicaciones.

Pero el lenguaje nunca es inocuo, presenta una evidente intencionalidad. Por esa razón, es imprescindible cuestionarlo desde la raíz misma, pues su aceptación y utilización ha supuesto una gran victoria cultural de las políticas neoliberales y de las elites.

Estos razonamientos y su lógica, implacables e inexorables en apariencia, nos alejan de una reflexión sobre la complejidad, sobre las causas de fondo de la crisis; causas que apuntan a la desigualdad, al triunfo de las finanzas sobre la economía social y productiva, a las divergencias productivas, sociales y territoriales que atraviesan Europa, de norte a sur y de este a oeste.. y también a una unión monetaria mal diseñada y, lo más importante, atrapada entre los intereses de la industria financiera y las grandes corporaciones. Causas que apuntan, en definitiva, a las contradicciones, insuficiencias y límites de la dinámica económica capitalista,

El lenguaje del poder oculta que, en realidad, el término “los mercados” refleja los intereses de operadores financieros, inversores institucionales, fondos de alto riesgo, empresas transnacionales y grandes fortunas que, cada vez con más desparpajo, fijan la agenda de gobiernos e instituciones. Estas son las “las manos visibles” a las que nuestros dirigentes han entregado las riendas de la actividad económica. Ese mismo lenguaje omite una cuestión clave: la operativa de los mercados ha estado gobernada por el despilfarro. Hemos asistido a una asignación ineficiente de recursos (que, como la economía convencional nos recuerda continuamente, son escasos) que ha supuesto una enorme destrucción de riqueza; no solamente cuando la crisis hizo su aparición, sino mucho antes, al penalizar la inversión productiva y social y favorecer, de este modo, el bucle financiero.

Todos estos asuntos han quedado fuera de foco. Por esa razón, urge hacer valer otro lenguaje, en realidad, otro marco conceptual e interpretativo que nos capacite para transformar el actual estado de cosas al servicio de la mayoría social.

Tomado de: http://www.sinpermiso.info/textos/las-trampas-del-lenguaje

Fuente de la imagen: http://i1.mdzol.com/files/image/685/685610/5742e9c155f60_565_319!.jpg?s=10154967798a9781cde412eb9e9d8d5c&d=1464003890

Comparte este contenido: