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Colombia: Estos son los cambios que hizo el ICFES para las pruebas de carreras técnicas y tecnológic

América del Sur/Colombia/02-08-2020/Autor(a) y Fuente: www.elespectador.com

La entidad explicó que este sábado 1° de agosto los más de 72 mil estudiantes inscritos deberán presentar la prueba de manera virtual. Para las personas que no puedan hacerlo se abrió una nueva fecha que será el 23 de agosto.

Ante la situación sanitaria que atraviesa Colombia por la pandemia del coronavirus, el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (Icfes) cambió las fechas para la presentación de las pruebas Saber TyT para los estudiantes que cursan carreras Técnicas y Tecnológicas.

Por medio de un comunicado, la entidad explicó que la presentación virtual de la prueba se mantiene para este sábado 1° de agosto para los más de 72 mil estudiantes que se habían inscrito con anterioridad. Estas serían las primeras pruebas de estado que se presentan de manera 100 por ciento electrónica en el territorio nacional.

“Hasta último momento realizamos todos los esfuerzos para aplicar las pruebas en sitio para las personas que no contaban con computador e internet para hacer el examen en casa, pero ante el crecimiento de contagios, las cuarentenas locales y restricciones a la movilidad, y para proteger la salud de este grupo de citados, les ofreceremos la alternativa de presentarlo desde casa el domingo 23 de agosto”, aseguró la Directora General del Icfes, Mónica Ospina Londoño. (Puede leer: ¿Cuándo volverán los niños al colegio?)

¿Por qué es importante presentarlas?

La Prueba Saber T y T es una evaluación que es requisito para certificarse en carreras técnicas y tecnológicas en el país.

¿Quiénes la deberán presentar?

De los más de 99.000 estudiantes de instituciones técnicas y tecnológicas habilitados para hacer el examen, cerca de 27.000 manifestaron no poder presentarlo desde sus casas por problemas de conectividad.

Se les había permitido en su momento hacerlo de forma presencial en espacios habilitados por la entidad. Sin embargo, por las recientes cifras de contagio solo será de manera virtual.

¿Cuándo ser realizará?

Este sábado 1°de agosto. Para los estudiantes que manifestaron no contar con un computador en casa, el ICFES amplió el plazo y abrió una nueva fecha que será el 23 de agosto.

En dado caso de que no se pueda presentar en ese periodo de tiempo habrá una nueva convocatoria de manera presencial para el 14 y 15 de noviembre.

¿Cómo garantizar que los estudiantes no hagan trampa durante el examen virtual?

Mónica Ospina, directora del ICFES, dijo que “antes de iniciar la prueba les aparecerá un compromiso ético con el cual buscamos fomentar los valores de honestidad y la cultura de legalidad y transparencia”.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/estos-son-los-cambios-que-hizo-el-icfes-para-las-pruebas-para-carreras-tecnicas-y-tecnologica/

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Covid-19 y una brutal neoprivatización educativa en América Latina

Desde el año 2015 venimos denunciando el riesgo que ocurriera un Apagón pedagógico Global (APG), que tendría una expresión concreta en la virtualización y la relocalización de una parte importante de los procesos de enseñanza-aprendizaje en la casa. Esta tendencia al APG había sido anunciada en varios documentos de las Bancas de Desarrollo y de los organismos multilaterales.

Escalamiento del Apagón Pedagógico Global

Sin embargo, buena parte de la izquierda pedagógica desestimó este escenario al considerarlo improbable. Comprender esta realidad implicaba reconocer que estamos ante un reseteo planetario de la cultura educativa, lo cual desafiaba muchas de las certezas construidas en el campo de las alternativas pedagógicas. La más reciente publicación del Foro Económico Mundial de Davos “Covid-19: el Gran Reseteo” (julio, 2020) confirma las valoraciones y análisis prospectivos que hacíamos hace años.

Siempre señalamos responsablemente, que no sabíamos cuál sería el evento o el mecanismo para ello, pero que la tendencia del capitalismo cognitivo de la tercera revolución industrial apuntaba en esa dirección. El Covid-19 se convirtió en el evento que construyó las condiciones de posibilidad para el desarrollo a escala planetario del Apagón Pedagógico Global.

La transición entre la tercera revolución industrial a la cuarta revolución industrial hizo inminente este acontecimiento. Esta transición comportaba la consideración, por parte del capital, de la obsolescencia de la máquina ducativa newtoniana de la primera y segunda revolución industrial. Obsolescencia determinada por el impacto de la aceleración de la innovación en los procesos educativos.

La cuarentena sanitaria por la pandemia del Covid-19 obligó a generar respuestas en materia de escolaridad y educación. Las medidas educativas elaboradas por las burocracias de los ministerios de educación, fueron construidas a partir de la apelación al concepto de “emergencia”. La real emergencia sanitaria, fue usada para desarrollar un giro inusitado, dramático y excluyente en la educación.

La llamada emergencia educativa sirvió de pretexto para que en la mayoría de países se intentara dar continuidad a las labores escolares, ya no en las escuelas, liceos y universidades sino “en casa” y por mecanismos remotos, en su mayoría codificados al público bajo las expresiones de “educación virtual en casa” y “universidad en casa”.

El paradigma neoliberal de la sociedad educadora

Esta “nueva Realidad” nos obliga a revalorar el paradigma educativo neoliberal de la “sociedad educadora”, que desembarcó con fuerza en la región en la década de los ochenta del siglo XX.  Esta iniciativa, en la era de la transnacionalización del capital y de la mundialización cultural contemplaba la intención de ir transfiriendo a las familias, docentes y estudiantes, las condiciones mínimas para el cumplimiento al derecho a la educación.

El fortalecimiento de los mecanismos para garantizar el pago de las matrículas y “colaboraciones para las sociedades de padres y representantes” en las escuelas públicas, sirvieron como caballo de Troya para intentar recargar en las familias los costes del mantenimiento de los planteles escolares, las actividades extraordinarias, los docentes suplentes, etc., en la ruta para que las madres y los padres fueron asumiendo la responsabilidad educativa que correspondía a los Estados.

Cada vez más se le fue transfiriendo a las familias muchas de las responsabilidades que otrora habían asumido los Estados. Esta intención pudo concretarse solo parcialmente y de manera desigual en los países de la región, gracias a la movilización del magisterio, los profes universitarios y los estudiantes; las familias lo hicieron en menor medida, atrapadas porla cultura evaluativa de la calidad educativa..

La exigencia de mayores aportes a los sistemas escolares por parte de las familias se encubría con el discurso funcional de la co-responsabilidad para alcanzar una educación inclusiva de calidad, algo que se convertía en un chantaje funcional para la desmovilización de las familias.

Esa “noción” de la co-responsabilidad comporto un salto en la construcción de hegemonía, sobre la necesidad que los Estados “compartieran” con las familias los costes de la educación pública. Esta operación de propaganda, abrió las puertas a reformas en las constituciones nacionales y las leyes de educación que implicaron un abandono drástico de las responsabilidades del Estado, encubiertas con discursos progresistas.

La obligación de los Estados en garantizar el derecho a la educación

Desde una perspectiva emancipadora y de Estado Docente, la responsabilidad de garantizar el derecho a la educación es de los Estados Nacionales. Es decir, los Estados entre otras cosas, deben garantizar que:

  1. a)el presupuesto destinado a la educación no sea inferior al 6% del Producto Interno Bruto o menor del 20% presupuesto público;
  2. b)exista unalegislación educativa que garantice el acceso universal a la escolaridad y en igualdad de condiciones, por lo menos, a los estudiantes de educación inicial y primaria. En algunos países esta obligación se extiende al bachillerato;
  3. c)elaborar los planes de estudio y los modelos de enseñanza-aprendizaje que garanticen un aprendizaje contextualizado a cada realidad,desafíos epocales y necesidades de la población;
  4. d)construir lainfraestructura necesaria (escuela, liceos, preescolares, universidades) para garantizar la igualdad de condiciones de aprendizaje;
  5. e)dotar las escuelas, liceos y universidades de loselementos, equipos y contenidos inherentes a la aceleración de la innovación y garantizar que todes los y las estudiantes tengan las mismas condiciones de acceso a estas tecnología y conocimientos;
  6. f)desarrollar unacontinua actualización de la formación inicial y permanente de los y las docentes que permita  garantizar el papel de la escuela como institución democratizadora del conocimiento entre los sectores populares.

Previo a la pandemia muchas de estas condiciones mínimas de partida no eran cubiertas por los Estados nacionales, lo cual generaba resistencias, movilizaciones y denuncias del movimiento magisterial y estudiantil. La desinversión en educación y la precarización de las condiciones de trabajo de los y las docentes actuaban como disparadores de la premisa neoliberal de abandonar la responsabilidad de los Estados con la educación pública, dando paso al modelo de sociedad educadora.

Debemos tener cuidado que el logro del 6% del PIB como piso mínimo no sea usado en buena medida para la firma de contratos con las grandes transnacionales tecnológicas en materia de contenidos educativos digitales y virtuales, ni para construir la infraestructura base para la transición a la cuarta revolución industria.

Continuando recargando en las familias, estudiantes y docentes el grueso de la inversión en equipamiento tecnológico básico (computadores, laptops, celulares) y la conectividad al internet. Subrayar siempre que esto es y sería privatización educativa y triunfo del paradigma neoliberal de sociedad educadora.

En el plano internacional el neoliberalismo educativo cada vez más se aseguraba que en muchos de los protocolos de los organismos multilaterales, el derecho a la educación apareciera sin sus apellidos sustantivos de gratuita, popular, científica y laica. Cada vez más en estos protocolos aparece el compromiso de vincular el sector privado al cumplimiento del derecho a la educación, que no es otra cosa que la transición a la construcción de hegemonía respecto a la educación como una mercancía.

El tránsito abrupto de un modelo de educación presencial en las escuelas, al modelo de “educación virtual en casa”, de “universidad en casa” y, el temor del contagio mortal, posibilitó un acelerado abandono de estas premisas de responsabilidad de los Estados Nacionales de garantizar las condiciones mínimas para el desarrollo del derecho a la educación.

La neoprivatización educativa en el marco de la pandemia

El Coronavirus aceleró y escaló a una dimensión impensable solo meses atrás, las tendencias privatizadoras de la educación. El modelo de “educación virtual en casa”, de “universidad en casa” que han impulsado los sistemas educativos en América Latina ha comportado una privatización de hecho. Las responsabilidades de los Estados de garantizar las condiciones mínimas para desarrollar los procesos de enseñanza y aprendizaje han sido abandonadas y se ha entrado en la lógica del neoliberalismo educativo.

Ahora, en el marco de la pandemia del Covid-19 son las familias, les estudiantes y los y las docentes, quienes deben asumir los costes del pago del internet, la suscripción a plataformas privativas para poder dar clases, la compra o reparación de sus computadoras para dar clases. Los Estados se desentienden usando el acostumbrado lenguaje de la “vocación docente”, de la “mística de los educadores”, para desentenderse de su responsabilidad.

Muchos de los contenidos educativos en este contexto de “virtualidad en casa” son los que están disponibles en las plataformas privativas. Los y las docentes no fueron formadas y no están siendo formados adecuadamente para trabajar en entornos digitales, lo cual ha implicado una serie de déficits y problemas derivados del ensayo y error, de “como va viniendo vamos viendo”.

Se pretende culpabilizar de los errores a los docentes, convirtiéndose el Estado en un evaluador, en expresión de la cultura evaluativa sobre los docentes, escondiendo con ello que se está produciendo una brutal privatización educativa.

Las condiciones en las cuales se están desarrollando los procesos de enseñanza aprendizaje son desiguales y estratificadoras. Muchos estudiantes no cuentan siquiera con una casa donde estudiar de manera estable, otros no poseen familia que les apoye, la mayoría no tienen textos o acceso a internet, ni computadoras.

La escuela, con sus programas alimentarios procuraba garantizar que toes comieran por lo menos una vez al día, precisamente para igualar las condiciones de partida para aprender a aprender. Las medidas tomadas por los ministerios de educación. han roto en solo meses, la conquista social de asociar el derecho a la educación con garantías de igualdad de condiciones para desarrollar los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Esa “nueva normalidad” está siendo poco denunciada, por el contrario, en muchos casos está ocurriendo con el silencio cómplice de importantes sectores de la academia y los sindicatos burocráticos patronales.  Como en todo proceso de opresión, las resistencias marcan la diferencia y hoy casi un centenar de organizaciones del magisterio en la región, educadores populares y pedagogos críticos han comenzado a denunciar y movilizarse en contra de esta realidad.

Educación de primera para incluidos en la tecnología

Para colmo, con el pretexto de la emergencia sanitaria se está produciendo una estratificación de la educación. Los que tienen acceso a computadores e internet, cuyo porcentaje no excede el 50% de la población en América Latina y el Caribe, tienen la posibilidad de participar en la educación remota que intenta darle continuidad a los procesos de escolarización, accediendo a información actualizada derivada en gran medida de su capacidad de navegación conducida por la red de internet.

Los otros y otras, la mayoría de estudiantes, que no tiene acceso a computadora e internet están recibiendo enseñanza por televisión o radio, con contenidos y metodologías de la televisión educativa de los sesenta del siglo XX, transitando el aprendizaje con una mirada desde el retrovisor, no hacia el presente y el futuro.   Esto redundará en nuevas formas de exclusión.

Por otra parte, quienes viven en zonas de difícil acceso y precaria conectividad, con limitadas posibilidades incluso de acceder a una señal de radio, están recibiendo una educación por módulos, educación de tercera, que trata de ocultar que les están dejando en los bordes de la marginalidad intelectual.

La apelación a la contingencia y la emergencia no tiene justificación alguna, cuando las autoridades educativas desoyeron las advertencias que hicimos desde cinco años sobre un inminente Apagón Pedagógico Global (APG) y la obligación que tenían los Estados para prepararse para escenarios como estos, con la mirada pensada en la inclusión educativa y la justicia social.

La escuela no volverá a ser lo que era

Esta realidad no puede hacer que nos refugiemos de manera conservadora en intentar volver a las condiciones existentes antes de la pandemia. La escuela, liceo y universidad que teníamos en febrero del 2020 tampoco representaban la aspiración de los sectores populares y críticos respecto a lo que debería ser una educación liberadora y emancipadora.

Se trata entonces de comprender y trabajar de manera renovada por una nueva escuela gratuita, popular, democrática, laica, científica y presencial, que reivindique la tradición y el saber pedagógico acumulado por décadas, pero que sea también sea capaz de empalmar con lo nuevo, lo emergente en clave de resistencia anticapitalista.

Alternativas

Ciertamente lo peor que puede pasar es que un niño, niña o adolescente quede desconectado del sistema escolar. El hecho que consideremos que es necesario como remedial urgente, la educación por televisión, radio o módulos, no nos impide advertir que ello está comportando una nueva estratificación, con un claro sentido de clase.

Son los pobres, las mujeres trabajadoras, la clase obrera, los campesinos, quienes viven en condiciones de marginalidad en los barrios quien están resultando más afectados por la neo privatización educativa en marcha y la estratificación de la escolarización determinadas por el acceso a computadores y conexión a internet.

Las alternativas están en el plano epistémico y en la organización para la resistencia.  En el primer plano, la sorpresa y la sensación de vértigo que esta situación de la cuarentena por el Covid-19 ha causado en amplios sectores progresistas nos lleva a afirmar que lo urgente es clarificar lo que está pasando y el horizonte inmediato de la opresión neoliberal.

Lo segundo, reivindicar que las experiencias de colectivos pedagógicos en las escuelas, liceos y universidades emerge con fuerza como una práctica muy potente para avanzar de manera colectiva, desde abajo en la comprensión de lo ocurre y la elaboración de resistencias anticapitalistas.

Tercero, fortalecer la unidad de los sindicatos y gremios docentes combativos, con los movimientos de educadores populares y pedagogos críticos para de manera conjunta elaborar una ruta de acciones coyunturales y estratégicas.  Es momento de inventar para no errar.

 

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Niños fueron encerrados en China por hasta 10 días en un campo de adicción a internet

Un grupo de hombres que manejaba un autoproclamado centro de tratamiento para adicciones a internet en el sureste de China fue condenado a prisión, luego de que sus miembros fueran declarados culpables de encerrar a niños en aislamiento solitario por hasta 10 días.

La instalación es uno de los cientos de centros de desintoxicación estilo campo de entrenamiento que se han abierto en China a lo largo de los últimos diez años, en medio de crecientes preocupaciones sobre la cantidad de tiempo que los jóvenes pasan en internet.

A pesar de la censura generalizada y el estricto control gubernamental, China tiene una de las bases de usuarios de internet más grandes del mundo: con más de 850 millones de personas que tienen acceso a la web, incluyendo aproximadamente 200 millones de usuarios entre los 15 y 35 años.

Los campamentos de tratamiento tuvieron un auge de popularidad en los años siguientes a la decisión de China en 2008 de reconocer oficialmente la adicción a internet como un trastorno mental. Sin embargo, una serie de reportes de prensa negativos y acusaciones de grave abuso físico ha generado preocupaciones cada vez mayores durante los últimos años.

En 2014, una niña de 19 años murió en la ciudad de Zhengzhou, provincia de Henan, luego de que supuestamente fue golpeada por instructores en un centro de desintoxicación de internet, según informes de medios estatales chinos. Otros reportes han afirmado que los campamentos han utilizado tratamientos similares a las terapias electroconvulsivas.

Este martes, documentos judiciales muestran que cuatro hombres ––de apellidos Wu, Ren, Zhang y Qu–– fueron declarados culpables de detención ilegal, luego de confinar a 12 jóvenes bajo un régimen de aislamiento solitario por hasta 10 días en la Academia Yuzhang en la provincia de Jiangxi. Once de las víctimas tenían menos de 18 años en ese momento.

El centro había aparecido en los titulares de prensa en 2017, después de que el gobierno local anunció que investigaría las denuncias de castigos corporales estrictos que se habrían utilizado contra los estudiantes en un intento de “cultivar el carácter moral de los adolescentes”, según reportes en los medios estatales.

De acuerdo el tabloide estatal Global Times, los exalumnos acusaron al personal de la Academia Yuzhang de poner a nuevos estudiantes en “pequeñas habitaciones negras” con nada más que una manta y una olla para ir al baño.

“Me vigilaban todo el tiempo”, relató un exalumno, de apellido Xuan, al Global Times en 2017.

El gobierno chino ha tomado una serie de medidas en los últimos años para combatir la adicción a internet. En noviembre, Beijing anunció un toque de queda para las personas menores de 18 años, con el objetivo de evitar que jugaran en línea hasta altas horas de la noche. Entre semana, pueden jugar hasta 90 minutos y hasta tres horas los fines de semana.

Los menores en China tienen prohibido jugar videojuegos en línea entre las 10 p.m. y las 8 a.m.

En mayo de 2019, el gobierno chino introdujo un sistema antiadicción para los niños al agregar un “modo juvenil” en 18 sitios populares de vídeo, lo que restringió los tiempos de uso y el contenido de los usuarios.

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2020/07/08/ninos-fueron-encerrados-en-china-por-hasta-10-dias-en-un-campo-de-adiccion-a-internet/

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Computadores e Internet para garantizar el derecho a la educación

Por: Ángel Pérez Martínez. 

 

Sin estos dos bienes no se garantizará el derecho a la educación y se ampliará la brecha social. 

Con la pandemia, las escuelas cerradas y el confinamiento, el peso de la familia y las condiciones donde viven y estudian los niños cobró renovada importancia. La riqueza material e inmaterial (cultura, formación, tipo de trabajo e intercambios sociales) de la familia y el tiempo que puedan destinar los padres de familia, la calidad de estos acompañamientos y las capacidades para involucrarse en el proceso educativo de los hijos en la casa, ahora, resultan imprescindibles. 

Desde los años setenta del siglo pasado Pierre Bourdieu y otros señalaron que gran parte de la vida y de la forma como nos involucramos en la sociedad, así como las oportunidades de desarrollo de las personas dependen del capital económico, el capital cultural y el capital social de las familias (entorno) en el que nacen los seres humanos y transcurre su vida.  

Esta es una de las razones por la que sociólogos, economistas y educadores han insistido que en el ordenamiento social los niños con desventajas económicas, culturales o sociales tienen menos oportunidades educativas que su contraparte, los niños que nacen o provienen de familias con mayor riqueza.

Luego, en países como Colombia, donde existe una altísima concentración de los ingresos y de la riqueza, no hay nada nuevo cuando se afirma que una minoría de niños tienen mayores recursos (materiales e inmateriales) para aprender, y que, si la sociedad y el Estado no buscan compensar estas inequidades con los otros niños, a través, por ejemplo, de un sistema educativo de buena calidad para todos, estas desventajas se ampliarán en el tiempo.

Estas desventajas de los niños, a futuro, se legitimarán por la vía del mérito, porque en aparentes condiciones de igualdad, competirán unos y otros para acceder a instituciones educativas de educación superior de calidad o para acceder al mercado laboral, mediante concursos, donde se vincula el conocimiento con habilidades profesionales o personales.  

El sociólogo y pedagogo Emile Durkheim, desde comienzos del siglo pasado, sustentó la necesidad de considerar la educación como un hecho social, donde la escuela es una institución que permite a la humanidad un método privilegiado de integración, de socialización y de aprendizaje. En este proceso, los países desarrollados, de manera especial los europeos, después de la segunda guerra mundial, enfatizaron en la inversión y calidad de los sistemas educativos, como una forma de cerrar brechas sociales y de luchar contra la pobreza y las inequidades que producen no solo la riqueza material, sino la pobreza cultural y las interacciones sociales de las familias.  

La cantidad y calidad de los recursos materiales que los hogares destinen para apoyar el proceso educativo en casa del niño o adolescente pasan por: destinar un lugar y un escritorio o mesa donde el estudiante pueda concentrarse y realizar las labores educativas, con o sin virtualidad; contar con libros y otros utensilios educativos, de acuerdo con el grado escolar y las necesidades que determine el docente y; tener acceso a Internet y a un computador, por lo menos. Los padres que trabajan en casa y tienen un hijo, o más, saben que un solo computador no resuelve el problema. 

Sobre los recursos materiales en casa para estudiar, diversos estudios muestran que los niños con desventajas económicas durante el encierro están muy afectados. Como lo mencioné en el artículo anterior, una encuesta aplicada en Inglaterra por investigadores del Institute for Fiscal Studies a 4.000 padres de familia de estudiantes entre 4 y 15 años encontró que los niños, ubicados en la quinta parte de ingresos más altos de las familias pasan 5,8 horas al día en actividades educativas, 75 minutos más que sus pares, en el quinto más pobre de los hogares 4,5 horas al día.

También, el estudio señaló que 58% de los niños más pobres, de primaria, no cuentan con un espacio donde estudiar en casa. En Chile otra encuesta del proyecto Educación 2020 encontró que el 67% de los estudiantes no tienen materiales para realizar tareas y el 63% no tienen un espacio cómodo para estudiar.  

En Colombia los datos del DANE señalan que mientras el 97% de las familias estrato 5 y 6 tienen conexión a Internet, solo el 17% de las familias que pertenecen al estrato 1 acceden a este servicio. Además, se conoce que cerca de 5 millones de estudiantes de los colegios oficiales no tienen en sus casas ni conexión a Internet, ni computadores. Este dato nos permite afirmar que más del 60% de los estudiantes más pobres hoy no tienen posibilidades de recibir de los colegios oficiales y de sus maestros enseñanza en línea, de manera virtual. 

Con pandemia o sin pandemia, la sociedad y el Gobierno deben reconocer que sin computadores y sin Internet de buena velocidad no existen posibilidades reales de educación de buena calidad para los niños más pobres.  

Por fortuna el país empieza a reaccionar para solucionar este problema de inequidad y de exclusión. En el último mes el MEN anunció la compra de 101.771 portátiles a $526.416 cada uno. La ministra de las TIC sostuvo que el país comprometerá recursos en los próximos 10 años por $2,1 billones para lograr conectar a 10.000 sedes educativas rurales, con la ventaja adicional que se beneficiarán las familias que viven en el entorno. Además, varias secretarías de educación ya anunciaron esfuerzos similares. 

Destaco el caso de Bogotá que adquirió 100.000 computadores con su respectivo acceso a Internet para suplir las necesidades de 300.000 estudiantes en la ciudad, y lo más importante, de manera complementaria, convocó a una Donatón (entre el 29 de junio y el 31 de julio) a los empresarios, a las cooperativas y en general a los ciudadanos que estén en capacidad de hacerlo, para que donen dinero, o computadores nuevos o usados (en buen estado), de tal manera que se puedan entregar equipos a una mayor parte  de los 200.000 niños de la ciudad que aún no cuentan con computador. ¡Invito a ser solidarios en favor de los niños de la ciudad!

Fuente del artículo: https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/computadores-e-internet-para-garantizar-derecho-a-la-educacion-por-angel-perez/292420

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Acoso escolar en tiempos de confinamiento

Por: Educación 3.0

¿De qué manera ha afectado el confinamiento a las víctimas del acoso escolar? Antonia Martí Aras y Cristina Gabarda Méndez, directora y profesora, respectivamente, del Máster Universitario en Acoso escolar y mediación en la Universidad Internacional de Valencia, reflexionan sobre cómo han influido las nuevas tecnologías en el bullying y señalan la necesidad de que la sociedad actúe desde todos los contextos posibles para acabar con este problema.

La situación de pandemia y de crisis sanitaria nos ha llevado a un proceso de confinamiento generalizado que ha durado meses. Esta inesperada situación de aislamiento social repentino ha supuesto un reto emocional para toda la población, pero, en especial, para los menores. Para la mayoría de ellos, vivir confinados y sin poder compartir momentos lúdicos y escolares con sus compañeros les ha generado estados de ansiedad y frustración que los padres han debido gestionar en función de sus propios recursos y habilidades personales.

Ante esta situación, hemos detectado un grupo de alumnos a los que la no asistencia a los centros escolares ha supuesto una tregua a su sufrimiento. Nos referimos a los alumnos que diariamente son acosados en las aulas y fuera de ellas, víctimas del bullying. Constantemente deben afrontar, la mayor parte de las veces en silencio, agresiones físicas y psicológicas.

Antonia Martí Aras y Cristina Gabarda Méndez

Acoso escolar online

Otra parte de estos alumnos víctimas de agresión han visto incrementadas las conductas de acoso escolar fuera de los centros a través de las nuevas tecnologías. Si hay algo que se ha dado durante este periodo de confinamiento, ha sido una mayor conectividad a redes sociales e Internet, viéndose incrementadas las agresiones y vejaciones morales y emocionales.

Como hemos recogido, el uso, que en tiempo de confinamiento se ha convertido en un abuso, de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son muy habituales en la adolescencia y preadolescencia, tanto en el ámbito personal y social, como en nuestras aulas escolares. Las nuevas tecnologías están provocando cambios profundos en la forma de relacionarse con los demás y, con ello surgen fenómenos peligrosos como el cyberbullying: una forma de intimidación, a través del teléfono móvil y de Internet. Se desencadena junto con la expansión tecnológica propia de esta era y no deja de ser una extensión del acoso offline que sufren los menores en el ámbito escolar y que traspasa las aulas, provocando consecuencias emocionales y psicológicas mucho más profundas y difíciles de resolver como la baja autoestima, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad o pensamientos suicidas, pérdida de interés en actividades que antes le resultaban placenteras, aislamiento social, trastornos fóbicos, entre otras. Todas son las secuelas que la violencia en la red puede generar en menores con estrategias de afrontamiento que aún están pleno desarrollo.

Compañeros señalan a una niña, haciéndole acoso escolar.

Es fundamental que la sociedad actúe desde todos los contextos posibles para poder poner fin a la alta prevalencia de este fenómeno en nuestra población adolescente, además, desde un contexto multidisciplinar: desde la escuela, con la formación e información de toda la comunidad educativa trabajando desde la prevención a edades muy tempranas, fortaleciendo así valores e intereses contrarios a la violencia y haciendo énfasis en la inteligencia emocional. Por otro lado, las familias deben ser formadas y atendidas, la brecha digital es un gran factor de riesgo para la perpetuación de tales conductas, además de la falta de supervisión parental o la comunicación negativa dentro del seno familiar. Y desde la comunidad: a nivel social y cultural, con tolerancia cero a la violencia, la sanción de conductas de acoso y la existencia y promoción de campañas de sensibilización y actuación frente al acoso y ciberacoso son fundamentales.

Por último, la atención y tratamiento psicológico de las víctimas y agresores y sus familias por equipos de especialistas multidisciplinares accesibles, es fundamental para su recuperación y evitar reincidencias.

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/acoso-escolar-en-tiempos-de-confinamiento/

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América Latina: Convocatoria Acciones en Internet para Erradicar el Racismo

América Latina/12-07-2020/Autor(a) y Fuente: unesco.untref.edu.ar

La Cátedra UNESCO Educación Superior y Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina invita a participar en la Convocatoria de Acciones en Internet orientadas a promover reflexiones y debates sobre las múltiples formas de racismo que aún persisten en los sistemas de Educación Superior, y contribuir a su erradicación.
Está dirigida a propuestas de acciones en Internet y/o redes sociales, diseñadas y a ser puestas en práctica por estudiantes, docentes, investigadoras/es, y otras/os trabajadoras/es (de cualquier rango y posición) de instituciones de Educación Superior de América Latina.
Contacto: educacionsuperiorcontraelracismo@untref.edu.ar
Fuente e Imagen: http://unesco.untref.edu.ar/actividades
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Bangladesh prohíbe el acceso a Internet a un millón de personas en un campo de refugiados lleno de rumores sobre el virus

Redacción: El Diario

Los líderes rohingya están pidiendo a las autoridades de Bangladesh que levanten la prohibición de usar Internet impuesta a un millón de refugiados en la ciudad bengalí de Cox’s Bazar. Dicen que los rumores y el pánico sobre la COVID-19 están disuadiendo a la gente de hacerse el test.

Las restricciones para comunicarse están exacerbando las ya de por sí difíciles condiciones de los refugiados rohingya procedentes de Myanmar. Familias de hasta ocho personas viven en la misma habitación de unas estrechas chozas de bambú, usando inodoros y grifos comunitarios. En algunas zonas, hay escasez de elementos tan básicos como el jabón.

En esta ciudad de Bangladesh sudoriental, a 20 millas de la frontera con Myanmar, los organismos de ayuda han advertido una y otra vez por la facilidad con que que el virus podría propagarse por los campamentos sin capacidad médica para enfrentarlo. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud hasta el 10 de junio, 35 refugiados dieron positivo en las pruebas de la COVID-19. Tres personas han muerto y hay 30 en cuarentena, aunque se teme que haya más casos no detectados.

El brote ha coincidido con la temporada de gripe, aumentando la confusión sobre los síntomas, pero desde la comunidad explican que la gente está evitando acudir a los centros médicos porque temen ser trasladados a instalaciones de aislamiento. Se ha informado de dos personas que huyeron de la cuarentena la semana pasada porque creían que los enviarían a centros alejados de su familia.

Muchos de los desplazados rohingya refugiados en Cox’s Bazar huyeron a Bangladesh en 2017, después de que Myanmar iniciara una represión militar contra ellos, una minoría musulmana, con «intención genocida«, según la ONU.

Las condiciones son cada vez más desesperadas después de tres años en los campamentos, con personas sin acceso a la educación o a un medio de subsistencia. Desde principios de año, muchos han intentado huir de Cox’s Bazar embarcándose en peligrosos viajes marítimos hacia Malasia, a más de mil quinientos kilómetros distancia. Entre ellos ha habido muchos atrapados en el mar durante meses debido al cierre de fronteras con que los países reaccionaron a la pandemia del coronavirus. Esta semana, Malasia ha detenido a 270 refugiados después de que su pesquero de arrastre, con daños, fuera interceptado por la guardia costera del país.

Bangladesh interceptó otro barco que transportaba a cientos de refugiados de Cox’s Bazar y lo escoltó hasta Bhasan Char, una remota isla de cieno, aparentemente para reducir el riesgo de introducir el virus en Cox’s Bazar.

Otros refugiados temen correr la misma suerte aunque el Organismo de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) haya dicho que hay 200 camas en centros de aislamiento y de tratamiento de infecciones respiratorias graves, además de cientos más en proceso de instalación.

Mohammad Shaiful tiene 25 años y vive con su esposa, su tío y su hija de un año en el campamento. La desinformación, dice, se ha propagado a toda velocidad. «Corre el rumor de que van a matar a la gente en cuarentena», explica. «Como si los médicos les estuvieran inyectando algo que causa las muertes. Además, los médicos están ‘contagiando’ el coronavirus a personas que ni siquiera lo tienen y matándolas. La gente tiende a creer en esos rumores en lugar de pensar un poco».

A los refugiados les piden que mantengan una buena higiene y el distanciamiento social, pero al mismo tiempo se han reducido los trabajos de las ONGs para minimizar el riesgo de transmisión. Aunque siguen los servicios esenciales, como la alimentación y el saneamiento, un dirigente comunitario se queja de que en su zona los retretes se habían vuelto inutilizables por falta de mantenimiento.

«Honestamente, no estamos practicando el lavado de manos y las medidas de sanidad porque las ONGs responsables del lavado de manos y de la higiene y el saneamiento no vienen al campamento», dijo Mohammad Jaffa, líder comunitario en el campamento 7 de Cox’s Bazar.

Tun Khin, presidente de la Organización Rohingya de Myanmar en el Reino Unido, menciona el agradecimiento de los rohingya a Bangladesh por haberlos acogido en Cox’s Bazar, pero pide que permitan la conexión a Internet para que la gente pueda recibir información y noticias fiables sobre la pandemia. «No pueden seguir lo que está pasando en el mundo y saber cuántas personas han muerto. Necesitan saber lo que está sucediendo con la COVID-19 para poder aprender y entender que es un peligro para toda la comunidad», dijo.

El gobierno bengalí ha dicho una y otra vez que hace mucho más por los rohingya que el resto de países y que la prohibición de Internet se debe a razones de seguridad.

Abu Tahir, de 37 años, que vive con su esposa y tres hijos, dice que se habían cerrado los mercados y las tiendas pero que la gente no podía permanecer aislada todo el día dentro de sus pequeñas habitaciones. «No sé qué pasará si doy positivo en el test de coronavirus. No estoy tan seguro de esto de la cuarentena. Si algo me va a pasar, me gustaría tener a mis hijos y a mis seres queridos cerca. Dicen que no hay tratamiento para esta enfermedad, ¿entonces qué sentido tiene aislar? Ya hemos pasado por mucho. Pero sobrevivimos porque el Todopoderoso tiene un lugar especial para nosotros. Va a cuidar de nosotros», explica Tahir.

Fuente: https://www.eldiario.es/desalambre/Piden-Bangladesh-Internet-rohingya-coronavirus_0_1037296952.html

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