MALASIA Nuevo gobierno crea un ministerio separado de educación superior

Asia/Malasia/Universityworld

os grupos académicos han acogido con beneplácito la decisión del nuevo primer ministro de Malasia, Muhyiddin Yassin, de dividir el ministerio de educación existente en dos: un ministerio de educación superior bajo un nuevo ministro, Noraini Ahmad, una de las cinco mujeres miembros del nuevo gabinete de 30 miembros. y un ministerio de educación separado que supervisa los sectores primario y secundario.

Cuando comenzó a ocupar el cargo el 10 de marzo, Ahmad dijo que su enfoque en el trabajo sería mejorar el desempeño de la educación superior a nivel nacional e internacional.

Khairy Jamaluddin, ex ministro de juventud y deportes bajo el gobierno de UMNO de 2013-18, se une al gabinete como ministro de ciencia, tecnología e innovación.

Muhyiddin juró el 1 de marzo después del colapso inesperado de la coalición Pakatan Harapan (Alianza de la Esperanza) o PH. Muhyiddin, como presidente de Bersatu, el Partido Indígena Unido de Malasia, dominado por los malayos, se retiró de la alianza y precipitó su colapso.

El Congreso de la Asociación Académica de Malasia (MAAC) dijo en un comunicado que un ministerio de educación superior separado significaría un desarrollo más centrado de las instituciones de educación superior.

Reintroducir un ministerio separado de educación superior «permitirá a los ministros responsables de educación y educación superior centrarse en sus respectivas agendas en función de sus diferentes niveles (o requisitos) e intereses», dijo el presidente de MAAC, Idrus Mohd Masirin, citado por la agencia de noticias Bernama de Malasia. .

Los dos ministerios se dividieron en 2004, se fusionaron nuevamente en 2013 y se separaron nuevamente en 2015, antes de fusionarse bajo el ministro de educación de PH, Maszlee Malik, después de que PH asaltara una victoria histórica en las elecciones nacionales de mayo de 2018, suspendiendo seis décadas de gobierno de UMNO.

“La educación es un área muy amplia. Su concepto y sistema a nivel escolar y universitario son diferentes, por lo que acojo con beneplácito la decisión del gobierno de colocarlos bajo diferentes ministerios «, dijo R Badlishah Ahmad, vicecanciller de la Universiti Malaysia Perlis, en un comunicado emitido el 10 de marzo.

Agregó que la investigación universitaria juega un papel importante como agente de transformación para las industrias, lo cual sería más fácil de realizar bajo un ministerio separado.

‘Una pesadilla para todos los involucrados’

Los académicos dijeron que bajo el ministerio de educación, que tenía una tarea importante para mejorar el acceso y la equidad en el sistema escolar, la educación superior no había sido un enfoque.

«En el pasado, un ministerio separado para la educación superior estaba indudablemente más enfocado en términos de visión, planificación y entrega de educación superior de calidad», dijo Morshidi Sirat, profesor del departamento de humanidades de la Universiti Sains Malaysia, quien fue director general de educación superior en el entonces ministerio de educación superior independiente en 2013-14, y subdirector general en el ministerio antes de eso.

«Si bien la educación sin interrupciones de primaria a secundaria y luego post-secundaria a terciaria es una buena idea, administrar un ministerio tan enorme y muy complejo con una burocracia y estructura administrativa de alto nivel es una pesadilla para todos los involucrados», dijo Morshidi a University World News .

“Como un ministerio, muchos elementos de política relacionados con la educación superior se consideran secundarios en comparación con el sector escolar. Y las reuniones estuvieron generalmente dominadas por el sector escolar. Los ministros de educación ponen mucho más énfasis en el sector escolar ya que esta es su ‘base de poder’. Las asignaciones financieras para el ministerio de educación también son generalmente más pesadas para el sector escolar ”, agregó.

Sin embargo, Morshidi también señaló que “la ventaja de un ministerio era que los problemas relacionados con la escuela y las universidades podían ser discutidos y decididos por un ministro de educación. Y todos deben seguir la línea. Con dos ministerios, siempre hay una tendencia a ponerse del lado del ministerio de educación en términos de cuestiones relacionadas con el progreso de los estudiantes de la escuela a las universidades «.

Regresar a la agenda de internacionalización

Los académicos predicen al menos un retorno parcial a las políticas anteriores sobre educación superior, ya que Muhyiddin fue ministro de educación bajo el gobierno anterior de UMNO de Najib Razak. El aumento de la autonomía de las universidades para generar parte de sus propios ingresos, pero que generó presiones financieras para algunas universidades públicas, también entró en Razak.

Las políticas de educación superior de UMNO anteriores incluyen la agenda de internacionalización, aunque esto se vio socavado por los enormes recortes presupuestarios a la educación superior en 2016 y 2017 .

“Evidentemente, incluso con recortes masivos durante 2016-18, las universidades públicas de Malasia han mantenido su clasificación global. Algo debe estar funcionando aquí. Pero, en realidad, las universidades públicas han estado profundizando en sus reservas durante los últimos tres años. Esto no es sostenible a largo plazo ”, dijo Morshidi.

«La internacionalización de la educación superior siempre se ha enfatizado [ya sea] en uno o dos ministerios», señaló, pero dijo que la internacionalización también dependía en gran medida del ministerio del hogar, que supervisa la inmigración, las visas de estudiantes y otros requisitos.

Morshidi dijo que era importante volver a la agenda de internacionalización para hacer del país «un centro internacional para la educación y el talento».

Sin embargo, «a menos y hasta que el Ministerio del Interior vea esto como una agenda nacional importante, habrá problemas en términos de políticas e implementación».

La prominencia mundial se considera importante para la educación superior, dijo Morshidi, pero no obstante atribuye a Maszlee su «énfasis en los valores centrales, la filosofía de la educación nacional y las iniciativas más allá de las clasificaciones globales».

Maszlee emitió notablemente una directiva para que las universidades no se «obsesionen con las clasificaciones globales».

Logros de PH bajo Maszlee

El Movimiento Académico de Malasia o GERAK, la organización de la sociedad civil que apoya el PH y que también había pedido la división del ministerio de educación para separar el ministerio de educación superior, dijo en el momento de la renuncia de Maszlee en enero que Maszlee también había » puesto en marcha el desmantelamiento de la tan criticada y abusada Ley de universidades y colegios universitarios ”, que había impuesto restricciones a las actividades políticas de los estudiantes en el campus.

«Basado en una preocupación genuina por la libertad académica y la autonomía», Maszlee estableció un comité que había estado «trabajando duro» para derogar el acto, dijo GERAK en un comunicado reciente.

Las enmiendas a la ley se aprobaron en el parlamento el 10 de diciembre de 2019, pero no se logró una ley más integral para reemplazar la ley antes de que Maszlee renunciara el 3 de enero.

Maszlee también creó un comité independiente para la selección de vicerrectores de universidades públicas el año pasado para despolitizar la selección de directores de universidades públicas. Sin embargo, esto fue resistido en gran medida por los titulares que «usaron la vieja práctica estándar de obtener el apoyo de personas e instituciones poderosas fuera de la academia», dijo GERAK en su declaración.

GERAK también atribuyó a Maszlee la creación de un Comité de Integridad independiente «fuera de los límites y posibles restricciones» del ministerio para investigar el fraude y las malas prácticas dentro de las universidades .

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Universidad e investigación científica en la Venezuela en tiempo de crisis

Por: Karl Tulin

“El que manda debe oír aunque sean las más duras verdades y aprovecharse de ellas para corregir los males que produzcan los errores”

Simón Bolívar

Inicio este escrito con unas premisas que servirán de filtro a posibles lectores, que alimentados por radicalismos políticos, son propensos a entablar discusiones estériles en las que no pretendo malgastar energía. Mi intención, además de catártica, es recordar con añoranza el impulso iniciado a comienzos de este siglo en búsqueda y el establecimiento sostenible del necesario desarrollo académico de la institución universitaria y la investigación científica como elementos fundamentales para la construcción del “país potencia”, ese que tanto se menciona desde la esfera gubernamental, pero que no se manifiesta de manera real, aunque sí de forma virtual y discursiva. La ocasión es propicia para manifestar lo que la mayoría de personas que laboran en las universidades e instituciones científicas nacionales conoce: las penurias actuales referidas a la infraestructura, al presupuesto institucional y al tema salarial, lo que obviamente atenta contra la existencia y misión de esas instituciones.

De entrada manifiesto mi postura en pro de la democracia socialista, creo en el proyecto del socialismo bolivariano del siglo XXI impulsado por el ímpetu, gallardía y valentía de Hugo Rafael Chávez Frías. Soy un profesor ubicado en el mayor estrato del escalafón universitario (Profesor Titular a Dedicación exclusiva), con el más alto grado académico (Ph.D), soy un científico, digamos que consolidado, con más de cinco decenas de libros, monografías y artículos publicados en revistas científicas de circulación nacional e internacional; con ello se reflejan mis áreas de interés académico-científico y sirven de sostén al desempeño como profesor de pregrado y postgrado, permitiendo la capacidad de haber dirigido, en calidad de tutor, un poco más de tres decenas de trabajos conclusivos de grado en los niveles de licenciatura, maestría y doctorado.

Como premisa final he decidido adoptar el anonimato para evitar posibles discusiones infructuosas, tanto con antichavistas de ignorancia política supina, como con chavistas fanáticos, en especial con las “termitas rojas rojitas”, esos que definiera Roberto Hernández Montoya en su artículo Termitas; esa rapaz especie con encendido verbo revolucionario como único elemento para mantenerse en el entorno gubernamental y así continuar con el devastador daño que le hacen a la patria y a la revolución. Con esta última premisa supongo no perder mi energía vital, ni ser tildado de desleal o traidor.

Las instituciones científicas y universitarias nacionales han pasado por etapas que fluctúan entre una oscura decadencia y un destacado esplendor; la última de ellas es evidenciada durante la primera década del presente siglo. Con el ascenso al poder de Hugo Chávez esas instituciones tuvieron el último de esos períodos de brillo, luego del oscuro lapso que transitó durante la segunda presidencia de Rafael Caldera y sus flamantes ministros de Cordiplan y Educación, ¿recuerdan las frases: “estamos mal pero vamos bien” y “la educación venezolana es un fraude”? ¿Hemos salido de ello? Son varios los hechos que dan muestran de esa luminosidad, traigo a la memoria algunos de ellos:

1. Devolución del Jardín Botánico de Caracas a la casa que vencía la sombras. Ese hermoso paraje capitalino le fue arrebatado a la Universidad Central de Venezuela por uno de sus ilustres catedráticos: Rafael Caldera, el mismo presidente del proceso de pacificación que fue manchado por la continuación de la persecución política de períodos presidenciales anteriores, por un considerable número de asesinatos y desaparecidos del ámbito universitario y por losmacabros allanamientos militares a varias universidades autónomas del país, entre ellas a aquella que sí vencía las sombras.

2. Importante ajuste salarial en todos los sectores laborales del espectro universitario, ello a pesar de las dudosas negociaciones que sobre el tema tejían (aún se hace con actores de la especie de termitas rojas rojitas) las oscuras y nada académica dirigencia de FAPUV, FAPICUV y otros órganos sindicales de los cuerpos administrativos y obreros de las instituciones científicas y universitarias del país.

3. Reconocimiento y cancelación, en muy corto tiempo, de las prestaciones sociales a los jubilados de todo el personal universitario. Por la forma en que fue realizado ese pago, se anuló la tradicional práctica proselitista de las autoridades rectorales para cumplir con ese compromiso. También se llevó a efecto el pago del fideicomiso derivado de los pasivos laborales generados desde mediados de la década de los años 1970, una deuda considerada impagable pero que se materializó gracias a la labor del entonces ministro de Educación Superior, Samuel Moncada; el mismo que actualmente defiende al país de los ataques de la derecha latinoamericana y mundial más troglodita, y que emanan de los devaluados espacios políticos en la OEA y en la ONU.

4. Importante impulso a las actividades de postgrado e investigación científica, vale recordar las misiones Ciencia (2006) y Alma Mater (2009). Hubo un significativo aumento tanto en las subvenciones a las actividades científicas y de innovación tecnológica, como en el auspicio y subvención a la organización de diversos eventos de carácter académico-científico. También se promovió la incorporación de un mayor número de personas a programas como el PEII (Programa de Estímulo a la Investigación e Innovación); igualmente se democratizó y aumentó la acreditación y subvención a proyectos que fueron contemplados en el “Proyecto Nacional Simón Bolívar” en su “Primer Plan Socialista del Desarrollo Económico y Social de la Nación” para el período 2007-2013.

5. Considerable aumento en el número de instituciones universitarias, colocando a Venezuela a la vanguardia en latinoamericana, y quizá en niveles geográficos mayores, en lo referente al número relativo de estudiantes universitarios. Viene a mi memoria un programa en cadena televisiva nacional en el que le fue presentado al presidente Hugo Chávez el proyecto de la Universidad de las Ciencias Exactas, allí le fue mostrado al presidente hasta la maqueta de las instalaciones que albergaría esa novedosa y necesaria universidad; transcurridos más de 10 años de esa cadena televisiva, esa futura universidad continúa como papel de trabajo. A lo largo de su vida como presidente de la República, fueron varias las ocasiones en las que Hugo Chávez manifestó y expuso la necesidad que tenía la patria (¡hoy aún más!) de competentes profesionales en Matemáticas, Física y Química e idóneos investigadores científicos.

Con esta muestra de acciones gubernamentales emprendidas por Hugo Chávez en pro del desarrollo educativo, científico y tecnológico, el país se encaminaría, con el sostenimiento de sus planes, a la consolidación de un cuerpo científico nacional y de instituciones universitarias con un alto nivel académico como ejes básicos y fundamentales para el alcance del país potencia, el real y necesario. Lamentablemente, vista la situación que actualmente atravesamos, es trivial notar el asombroso deterioro no solo de estos elementos estructurales, sino también en casi todos los pilares que deben sostener la construcción de la sociedad provista del ideal bolivariano: “mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”. Este daño sufre una gigantesca aceleración con la enfermedad y muerte del presidente Hugo Chávez; tal desgracia arreció la acción devastadora de las termitas rojas rojitas desde sus hábitats en casi cualquiera de los organismos del estado: empresas básicas, gran parte de los ministerios, Asamblea Nacional, Asamblea Nacional Constituyente, gobernaciones y alcaldías; nidos que aún están allí, muy activos y socavando el proyecto político bolivariano; lo peor es que lucen invulnerables a las múltiples denuncias de diversos sectores de la sociedad, incluyendo las de importantes intelectuales y de numerosos actores políticos afectos a la revolución bolivariana. Otra obvia afirmación es que con la desaparición física de Hugo Chávez se potenciaron, de manera inimaginable y criminal, las acciones desestabilizadoras promovidas desde los Estados Unidos para acabar con el gobierno constitucional de Nicolás Maduro y borrar hasta el menor vestigio del ideal político que propició nuestra primera independencia; acciones estas que con diversas y novedosas formas de guerra, subyacen a sus objetivos económicos y al apetito imperial para apoderarse de nuestros inmensos recursos naturales; esas intervenciones belicistas cuentan con el concurso de una oposición política nacional, que a pesar de estar caracterizada por lo más degradado de los idearios políticos y por sus atajos terroristas y golpistas, ha logrado secuestrar la mayor parte del espacio de los macilentos partidos políticos y de otros organismos opositores; también ha conseguido la adhesión de una importante parte de la población, esa cuya formación y criterios políticos son fundamentados y alimentados de forma subterránea a través de las poco fiables redes sociales. Esos atropellos imperiales de desestabilización y polifacéticos escenarios de guerra contra la patria tienen el apoyo de varios gobiernos títeres, en su mayoría carentes de valores sociales democráticos, con históricos nexos con el narcotráfico, promotores y sostén de ejércitos paramilitares encargados de llevar a cabo las maniobras terroristas y de violaciones de los más elementales derechos humanos.

Efectivamente, le ha tocado muy duro el tránsito como Presidente de Venezuela a Nicolás Maduro, lo que no le exime de específicas responsabilidades; por ejemplo librarse de la plaga de termitas rojas rojitas que le rodean y adulan en su anillo político más próximo. ¿Cuántos del Gabinete Ejecutivo han sido removidos luego de su solicitud, en marzo pasado, de poner sus cargos a la orden? Uno se pregunta, ¿cuántos le hicieron caso? Varias observaciones al respecto, y hasta ruegos, han realizado distinguidos políticos e intelectuales, entre las que se destaca el crítico y autocrítico discurso que hiciera en el mes de diciembre pasado el diputado a la Asamblea Nacional Constituyente, Julio Escalona. Hasta estos días de mediados del mes de julio, el país político aún no se entera de cuántos ministros pusieron su cargo a la orden luego del pedido presidencial. Pocas destituciones se han producido en el tren ministerial a pesar que son muy escasos los funcionarios ministeriales que no se destacan por la ineficiencia, ineptitud y desidia. ¿Qué hay del equipo económico? ¿No es este suficientemente responsable del descalabro de la economía y la merma en el ingreso económico de la mayoría de los venezolanos como para ser destituido? El ingreso mínimo mensual nacional apenas ronda los USD 7 al cambio en las mesas oficiales. Bien es cierto que mediante el sistema de bonos asignados a través del portal de la Patria se contrapesa un tanto esa pérdida; sin embargo, esa forma de compensación salarial no es del todo satisfactoria y resulta ciertamente excluyente.

Retorno al objetivo específico de estas líneas. Hace 6 años el salario de los trabajadores universitarios (obreros, administrativos y profesores) inició una desmedida caída, al punto que en abril de este año, el mayor salario universitario (Profesor Titular a Dedicación Exclusiva) no llegó a los 14 USD mensuales al cambio oficial del sistema Dicom; más desgarrador, ese máximo salario universitario no alcanzaba para comprar al mes o 2,5 kilos de proteína animal, o tres cartones de huevos, o el tratamiento antihipertensivo de mi cónyuge y el propio; o más insolentemente, no alcanzaba para comprar una caja de cerveza, de muy mala calidad por cierto. Este cuadro ha incentivado un peligroso aumento en la desbandada de un altísimo porcentaje del personal universitario hacia el exterior, lo hacen en búsqueda de mejores condiciones de vida y de elementos que el estado venezolano ha dejado de aportar para realizar labores de docencia universitaria e investigación científica. Esos profesionales, en su mayoría con muy altas calificaciones académicas y científicas, era parte sustancial para sostener la esencia de la misión universitaria y científica; es este uno de los graves peligros del éxodo académico-científico. Desgraciadamente la fuga de cerebros, o diáspora científica venezolana como a muchos le agrada decir, es negada u ocultada por voceros ministeriales mediante argucias estadísticas. No develar, comprender ni revertir este inusual fenómeno en el cuerpo académico y científico venezolano, es inmoral y conducirá a una profundización en la desgracia nacional de tener un sistema educativo de muy mala calidad y un deficiente cuerpo científico y tecnológico; ambos elementos son indispensables para recorrer el camino correcto en cualquier proyecto de desarrollo social.

Siguiendo en el tema salarial; luego de la desaparición de las funestas organizaciones FAPUV, FAPICUV y análogas, ha emergido otra que parecía la tabla de salvación para optar a mejores condiciones laborales y a un salario digno, como reza la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; sin embargo, tras tres convenciones colectivas firmadas, y una engavetada bajo el resguardo del más lúgubre ministro de Educación Universitaria que hemos tenido, las condiciones laborales en las instituciones universitarias y científicas del país han empeorado. Esta nueva organización sindical, cuyo rimbombante nombre y siglas es difícil recordar, ha excedido con creces la ineficiencia e incompetencia gremial de aquellas extintas y corruptas organizaciones de la cuarta república. No han sido capaces ni de concretar el programa “CLAP universitario”; de hecho, no pasaron de aplicar una encuesta para saber quienes aceptaban adherirse al programa. Por otra parte, no hay conocimiento exacto de cómo nace ese sustituto órgano, ni de cómo fue constituido su cuerpo directivo: ¿hubo algún proceso electoral nacional que condujera a su conformación? La verdad, lo desconozco. Algo que sí es verdad absoluta: toda su dirigencia es roja rojita, algunos de sus integrantes hasta es diputado a la Asamblea Nacional Constituyente. Hace muy pocas semanas se realizó un casi clandestino y escuálido “Congreso Constituyente de Trabajadora/es Universitaria/os”, ello en el marco de algo denominado “Congreso Constituyente de la Clase Obrera y el Frente Universitario Antiimperialista”. Con tanta escualidez transcurrió el asunto, que apenas en el programa de Venezolana de Televisión: Al aire, se hizo una corta entrevista a uno de esos difusos dirigentes gremiales, la que no pasó de ser un rosario jingles políticos carentes de ideas concretas para lograr la recomposición salarial de los trabajadores universitarios y su ambiente laboral. ¿Algún aporte de la cabeza ministerial sobre el tema?, no se escucha o lee ninguno. Finalizado el evento se esperaban las propuestas que emanarían del congreso ¿Qué se conoce de ellas? Hasta ahora, nada. Lo desgraciadamente cierto es que el salario mensual que percibe cada persona laboralmente adscrita a cualquier instituto de educación universitaria continúa siendo una vergüenza nacional; mientras, esa dirigencia gremial roja rojita permanece haciendo caso omiso a lo exigido constitucionalmente en el tema salarial.

Ahora algunas líneas dedicadas a los programas de pregrado y postgrado, programas de formación de científicos y a los programas de estímulo y apoyo a la investigación científica, desarrollo e innovación tecnológica. Todos ellos tuvieron un importante apoyo e impulso en la gestión presidencial de Hugo Chávez. Es una vergüenza (propia, colectiva y ajena) tener que narrar algunos de sus actuales infortunios, pero es inevitable pues mantenemos la esperanza que esta desgraciada realidad sea conocida por el Presidente de la República.

Así como la deserción profesoral, casi todos los programas de formación de profesionales universitarios están sufriendo una pérdida considerable en el número de estudiantes; en particular, el número de alumnos activos en las carreras de ciencias básicas es aterrador. Genéricamente las razones que conducen a este abandono estudiantil son claras: a) Necesidad de obtener algún rebusque que ayude a compensar el menoscabo en el ingreso familiar provocado por el bloqueo, la guerra, el sabotaje contra el país y la pésima respuesta del equipo económico gubernamental. b) Ausencia de un efectivo y digno programa de becas estudiantiles, los montos de las pocas asignadas son realmente humillantes. c) Desarticulación de los comedores que atendían la alimentación de los estudiantes universitarios más necesitados, y de los sistemas de transporte universitario urbano y suburbano. En ambos aspectos no solo es evidente la responsabilidad ministerial, también está a la vista la ineficiencia, ineptitud y desidia de la gerencia universitaria, sin distinción de ser o no afectos al gobierno.

Con relación a los programas nacionales de postgrado y su natural consorte: la actividad científica, el panorama tampoco es halagador. El éxodo al exterior del significativo porcentaje de académicos y científicos nacionales ha puesto en serio riesgo la continuidad y sostenimiento de los postgrados, aunado a ello está la inexistencia de programas nacionales estables de becas de postgrado; a esto también hay que añadir la incomprensible terquedad en varias instituciones que alojan y ejecutan programas de postgrados al no tener becas para sus propios programas, incluso con características de ayudantías docentes, pero que en paralelo se empeñan en mantener y actualizar unos sistemas arancelarios que se han convertido en piedra de tranca al ingreso de nuevos alumnos a esos postgrados. Es absolutamente paradójica esa testarudez: pensar que con los ingresos arancelarios se sostendrán esos programas, y al mismo tiempo olvidar que sin alumnos esos postgrados no existirían. Tal paisaje agrava aún más la situación e incide de forma negativa en el sostenimiento y creación de nuevos proyectos y líneas de investigación. En el área de las ciencias básicas, casi la totalidad de los estudiantes de postgrados son a su vez parte del personal docente de diversas instituciones universitarias; en consecuencia es obvio que con unos salarios que no alcanzan a cubrir las necesidades alimentarias, no tengan capacidad para pagar esos aranceles, que en algunos casos (incluso en universidades públicas) han sido indexados con el salario mínimo, que si bien es ridículamente bajo en casi cualquier contexto de país subdesarrollado, tal indexación es demasiado alta para un asalariado universitario venezolano. Existen postgrados en ciencias básicas que hace varios años no inician nuevas cohortes, por ende han quedado sin alumnos; hay programas de postgrados que recibiendo la autorización del Consejo Nacional de Universidades para su funcionamiento, no han iniciado actividades pues nadie concurre a los llamados de ingreso, ello por cuenta de las dificultades económicas y la ausencia del necesario apoyo institucional, local o nacional, que han sido narradas.

Sin postgrados sólidos no hay investigación científica, y sin esta no hay postgrados ni estables ni de calidad. Conclusión trivial: los programas de formación de nuevos y necesarios científicos y tecnólogos en el país están técnica y literalmente paralizados o desaparecidos. Igual suerte tuvieron programas tradicionales como el PEII; entre el 2015 y 2016 los investigadores e innovadores acreditados por ese programa dejamos de recibir, sin explicación alguna, el apoyo económico trimestral para llevar a efecto las labores inherentes a la investigación científica e innovación tecnológica, que incluso, ante el devaluado salario, servían de suplemento minúsculo a este. Ante la falta de información oficial podría afirmarse que el PEII se extinguió entre la basta e inoperante burocracia de los órganos directores oficiales de tales actividades. De la misma forma han desaparecido, desarticulados o desmantelados, los programas de apoyo y subvención a la organización de eventos nacionales de carácter científico y tecnológico. Es necesario mencionar que durante un acto televisado en cadena nacional el pasado mes de febrero, el Presidente Nicolás Maduro, en el marco del décimo tercer aniversario de la Misión Ciencia, además de aprobar la creación de centros científicos en cada estado del país, aprobó, “en apoyo alos científicos e investigadores que contribuyen día a día con el desarrollo integral de la Patria”, “recursos para un Bono Científico y la incorporación a un plan de asignación de Viviendas y Vehículos”. Aunque después de cinco meses de sus anuncios no se sabe nada de ellos, hay que decir: ¡enhorabuena Presidente! Ojalá se rectifiquen los errores propios de la Misión Ciencia, no se vuelvan a repetir los de la cuarta república y se tome definitiva y certeramente el rumbo para el logro de los objetivos de esa loable misión. El Presidente Chávez comprometía a la Misión Ciencia como plataforma para formar veinte mil nuevos doctores y darle entrenamiento de postgrado a sesenta mil licenciados. No obstante, según los datos de la Ricyt (Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología), en la que participan instituciones y organismos nacionales de ciencia y tecnología de los países de toda América y la Península Ibérica, el anhelo del Presidente Chávez no se ha logrado; es más, el número anual de doctores graduados en postgrados nacionales hasta el año 2009 (no hay datos desde el 2010) vino en descenso. Con esos datos, no hay duda en asegurar que el equipo asesor en materia de ciencia y tecnología le ha mentido al Presidente Nicolás Maduro, tanto, que lo condujeron a decir en ese acto de febrero pasado, según se lee en el portal web de Telesur, que “Venezuela tiene la capacidad científica para el desarrollo de este campo en el país”; algo absolutamente falso vistas las condiciones actuales de nuestro aparato científico y tecnológico. El Presidente Hugo Chávez lo tuvo claro, para lograr esa capacidad era necesario crear una consolidada masa crítica de científicos y tecnólogos, coadyuvando con una red de postgrados nacionales consolidados, estables y de buena costura académica y científica.

Finalmente, mínimas palabras en relación a la infraestructura física de las instituciones universitarias. Producto de las terroríficas guarimbas, las brutales consecuencias del bloqueo, saqueo y guerra económica contra el país, los sabotajes al Sistema Eléctrico Nacional y demás métodos de destrucción del Estado, la desatención ministerial, su desidia y deshonrosa atención a estas instituciones, lo que unido a la negligencia e inoperancia de la mayoría de autoridades universitarias, han conducido a un lamentable y vergonzoso estado de sus instalaciones que causan indignación. No es exagerado afirmar que la infraestructura universitaria venezolana está en destrucción, o aun destruida, basta visitar y observar cada una de sus sedes para percibir esa cruda y desolada realidad; no exponemos ejemplos para evitarle pensar al lector ajeno al ámbito universitario que se le está mintiendo.

Está en las manos del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela la capacidad de atajar el acelerado deterioro de la universidad venezolana y de la investigación científica e innovación tecnológica, y al mismo tiempo de recomponerlas a objeto de retomar el perdido camino al desarrollo social. Para tal fin son imprescindibles equipos ministeriales (chavistas o no) competentes y conocedores de las precarias y reales situaciones descritas. Numerosas son las críticas que se han hecho y hacen a la gerencia en el MPPEU (antes MPPEUCT), con ese nivel de ineficiencia, ineptitud y desidia nadie puede ser ministro.

Fuente: https://www.ensartaos.com.ve/universidad-e-investigacion-cientifica-en-la-venezuela-en-tiempo-de-crisis/

 

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Rafael Garesse: «Nuestra responsabilidad es cuidar nuestra docencia y la investigación universitaria»

Por: Noelia García.

Rafael Garesse Alarcón, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Facultad de Medicina de la UAM, fue elegido rector de la Universidad Autónoma de Madrid –fundada en 1968– en mayo de 2017. Tras casi año y medio, el rector apuesta por un sistema de ayudas económicas que permitiera acceder a la educación superior a todos los jóvenes. Esta universidad celebra su 50 aniversario «afrontando un importante cambio de época y lo hacemos con entusiasmo, con ambición y con un alto sentido de responsabilidad», indica Garesse.

¿Cuáles son los principales retos futuros de la universidad española?

Nuestro sistema educativo se encuentra en un fuerte proceso de modernización impulsado por las nuevas demandas de la sociedad. La internacionalización de los sistemas de enseñanza superior obliga a las universidades a competir en un mundo global en docencia, en investigación y en transferencia del conocimiento. Es necesario crear un ecosistema en el que convivan una docencia de alta calidad y un elevado dinamismo, una investigación competitiva que afronte tanto la generación de conocimiento básico, guiado por la curiosidad, como los grandes retos sociales, y una transferencia del conocimiento a la sociedad que genere impacto social. La universidad debe asumir además plenamente su papel de liderazgo social en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y en la formación de su estudiantado en valores éticos y solidarios. Estamos ante un periodo de retos y desafíos que tenemos que afrontar con exigencia y rigor. Y todo este proceso de cambio conlleva un profundo debate sobre la gobernanza de las universidades y su modelo de financiación.

Uno de los cambios más notables es el que se produce en el mercado laboral. ¿Cómo afronta la UAM el desafío de adaptar sus programas académicos a lo que demanda el mercado?

Este cambio social continuo no puede llevarse a cabo sin abordar la actualización constante de nuestra oferta docente. Somos plenamente conscientes de las necesidades que tienen nuestros estudiantes, jóvenes que viven en un mundo de cambios vertiginosos dominado por la tecnología, los avances de la ciencia y la diversidad social. La Universidad Autónoma de Madrid aborda este gran reto con una oferta creciente de cursos abiertos online, los denominados MOOC’s, mejorando constantemente nuestras herramientas para la innovación docente y ampliando la oferta de dobles grados y de grados más abiertos, que ofrecen mayores posibilidades a los estudiantes para que elaboren su propio itinerario formativo. Además estamos poniendo en marcha una amplia oferta de cursos dirigidos a distintos sectores públicos y privados de nuestra sociedad, porque somos muy conscientes de que la formación a lo largo de toda nuestra vida será esencial en un futuro muy cercano.

En los últimos tiempos hay quienes consideran que el buen hacer de la universidad española está cuestionado. ¿Está de acuerdo con esta afirmación?

En el contexto en el que vivimos, con cambios disruptivos a todos los niveles, creo que las instituciones educativas son cuestionadas en cierto modo, al igual que lo son muchas otras en ámbitos como la economía, la sanidad o la política. Necesitamos definir con claridad qué se espera de la universidad en una sociedad que evoluciona a un ritmo tan acelerado, y teniendo en cuenta que la educación superior está en el centro del triángulo del conocimiento. Somos el motor del desarrollo social. Esta responsabilidad es especialmente notable para las universidades investigadoras públicas de tipo generalista, entre las que se encuentra la UAM, que deben tener un impacto global en todos los ámbitos del conocimiento. Nuestra responsabilidad es cuidar al máximo nuestra docencia, nuestra investigación y nuestro compromiso con la sociedad en unas condiciones de máxima exigencia.

¿Cree que sobran universidades en España?

El número de universidades en España en términos comparativos, por millón de habitantes, es similar o inferior a la que tienen la mayoría de países europeos o un país como Estados Unidos. Por tanto, considero que no sobran universidades. Lo que caracteriza a nuestro sistema universitario es su homogeneidad, particularmente en el sistema público, que está compuesto en su inmensa mayoría por universidades investigadoras y generalistas que comparten objetivos muy similares. La puesta en marcha del Espacio Europeo de Educación Superior a finales de los años 90 y la creación de la ANECA en 2014 fue el sello definitivo para la homogeneización. Las diferencias existentes en la actualidad están en cierta medida condicionadas por las Comunidades Autónomas, de las que depende la financiación. La creatividad, la flexibilidad, y con ella la autonomía, en la práctica han casi desaparecido.

La cuestión no es por tanto el número de universidades, que es adecuado, sino su especialización. En este ecosistema complejo y teniendo en cuenta la reciente convocatoria para la creación de las European Networks como apuesta de futuro del Espacio Europeo de Educación Superior, las universidades deberían diferenciarse más, especializarse, definir su propia identidad.

Las universidades españolas no lideran los principales rankings internacionales. ¿Por qué cree que sucede esto y qué sería necesario para que cambie?

La situación no es mala, sobre todo si tenemos en cuenta las actuales circunstancias en materia de financiación. Sin entrar a valorar otras universidades, la UAM figura décima en el ranking mundial QS top 50 under 50 2018, es tercera a nivel europeo y primera en España. En cuanto al QS World University ranking 2019, hemos subido 28 puestos, ocupando el lugar 159 entre las mejores universidades del mundo y siendo identificada por primera vez como la mejor universidad de España. Por materias, en el Ranking ARWU, la UAM aparece en una excelente posición en Física y Matemáticas, concretamente entre los puestos 51-75, posición en la que lleva ocho años consecutivos, siendo una de las áreas con mejores resultados de la Universidad. Para que la posición de las universidades españolas mejore aún más en los rankings internacionales sería precisa una financiación muy superior a la actual y un mayor grado de autonomía en la gestión de nuestras instituciones.

¿Qué le parece la idea de implementar un sistema universitario gratuito, como ya existe en otros países europeos?

La implementación de un sistema universitario gratuito me parecería muy bien. Pero lo más importante en estos momentos sería que existiera un sistema de ayudas económicas que permitiera acceder a la educación superior a todos los jóvenes, independientemente de su condición socioeconómica. Y no solo a la universidad más cercana a su lugar de residencia, sino a la universidad que eligiera y a la que debería poder acceder en función exclusivamente de sus méritos, no de su renta familiar. Las universidades públicas necesitan disponer de un modelo de financiación que se adapte al sistema que la sociedad demanda. Lo que verdaderamente nos preocupa es el acceso de los jóvenes a la educación superior. En este sentido, la UAM dispone de un fondo social para nuestro estudiantado que complementa las becas y ayudas de los gobiernos central y autonómico. Ningún estudiante debe quedarse excluido del acceso a la universidad por razones económicas. Hay que trabajar por tanto en un modelo de financiación justa para todos.

¿Quién cree que es responsable de la baja empleabilidad de los universitarios españoles?

Según el informe recientemente publicado de la universidad española en cifras, la tasa de empleo de los universitarios españoles es del 79%, frente al 82% de media en la OCDE. Esta diferencia se debe probablemente sobre todo a la debilidad estructural del mercado de trabajo en nuestro país. Sin embargo, es importante que en la formación universitaria se desarrollen un número mayor de competencias transversales cada vez más importantes, que incluyen el multilingüismo, la capacidad emprendedora, el liderazgo, la formación humanística, el enfoque de género, la diversidad y otras muchas. Todo ello es necesario reforzarlo lo antes posible, y en la Universidad Autónoma de Madrid estamos trabajando de un modo decidido en esa dirección.

¿En qué punto estamos con el 3+2?

El futuro va a depender del análisis y de la evolución del Espacio Europeo de Educación Superior en los próximos años. Estamos a las puertas de un proceso de convergencia de las universidades europeas que posiblemente obligue a introducir cambios a corto plazo. Los nuevos grados que se oferten, que no existan en la actualidad, podrán optar por el 3+2, obviamente, siempre y cuando el plan de estudios se justifique acorde a los criterios establecidos. Los tradicionales seguirán como hasta ahora, 4+1, con la excepción de los grados de mayor duración

A título personal, ¿cuál le gustaría que fuese su legado cuando deje de ocupar su puesto en el Rectorado?

Estamos celebrando nuestro cincuenta aniversario y creo que la UAM puede estar muy orgullosa de todo lo realizado, pero afrontamos un importante cambio de época y lo hacemos con entusiasmo, con ambición y con un alto sentido de responsabilidad. Me gustaría que mi legado sea haber puesto en marcha la transformación necesaria para que la Universidad Autónoma de Madrid sea un referente a nivel mundial en generación de conocimiento, en formación de ciudadanos con sólidas capacidades profesionales y elevados valores éticos, y en la creación de sociedades sostenibles. En la UAM trabajamos por impulsar un proyecto colectivo y sólido, una universidad pública de referencia, impulsando proyectos como la European Civic University, en la que participamos ocho universidades punteras de Europa para crear un espacio en el que estudiantes, docentes, investigadores y personal administrativo y de servicios pueda moverse de un país a otro como si estuviesen dentro de su institución de origen. Una alianza que pondrá en valor lo mejor de cada una de estas grandes universidades y que nos permitirá dar un paso decisivo en ese camino hacia la creación de una gran institución europea y global.

Además, nos solicitan que rellenemos una ficha en la que preguntan, entre otras cosas, cuáles son sus principales aficiones…

Soy un gran aficionado a la música y al deporte. Procuro escuchar música siempre que puedo y soy de los que se paran en la calle cuando veo a dos niños jugando con una pelota. Siempre se aprende algo nuevo. Y mi gran afición es la curiosidad, aprender cosas nuevas me apasiona.

Fuente de la entrevista: https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/9670556/01/19/Rafael-Garesse-Nuestra-responsabilidad-es-cuidar-nuestra-docencia-y-la-investigacion-universitaria.html

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¿Estamos presenciando la muerte de la filosofía?

Por: Alejandro Martínez Gallardo. Pijamasurf. 19/05/2017

AL QUERERSE PARECER A LA CIENCIA, LA FILOSOFÍA HA PERDIDO SU ALMA Y SE HA VUELTO IMPOTENTE E INSIGNIFICANTE EN UN MUNDO DOMINADO POR LA VISIÓN MATERIALISTA.

Robert Frodeman y Adam Briggle, en un texto publicado en el New York Times (y traducido en Letras Libres), trazan un breve recuento de cómo la filosofía occidental ha perdido su camino, ha perdido en gran medida su identidad y su fuerza. El punto de inflexión en lo que podemos llamar un desvío del espíritu de la filosofía (poniendo como punto de partida el helenismo) es:

la ubicación de la filosofía dentro de una institución moderna (la investigación universitaria) a finales del siglo XIX. Esta institucionalización convirtió a la filosofía en una disciplina que sólo podía cursarse seriamente en un ambiente académico. Este hecho representa uno de los fracasos persistentes de la filosofía contemporánea.

Los autores atinadamente entienden que la academia, como una estructura que finalmente sirve al statu quo, fagocita al filósofo genuino:

En contra de las inclinaciones de Sócrates, los filósofos se volvieron expertos, como los demás especialistas disciplinarios. Esto ocurría aun cuando enseñaban a sus estudiantes las virtudes de la sabiduría socrática que resalta el papel del filósofo como un no experto, un cuestionador, un tábano.

Sócrates, por supuesto, era el filósofo itinerante, el filósofo que se ensuciaba las manos en el pantano existencial y que cuestionaba a la autoridad –hasta el punto de morir por sus principios. Algo que en la sociedad dominada por la filosofía del materialismo científico (que en realidad es una una no filosofía) sería considerado ridículo, una muestra de un pensamiento mágico primitivo o de naïveté, pero que para Sócrates era la culminación natural e incluso la consagración de su filosofía, que es siempre fundamentalmente un entrenamiento para la muerte. Una muerte que es la consecuencia de la vida y, por lo tanto, la garante de la moral.

La filosofía, al buscar la legitimidad y la prosperidad que da la academia, y siendo que la ciencia era el conocimiento que cosechaba prestigio y que generaba entusiasmo a finales del siglo XIX, se le arrimó a la ciencia, por así decirlo. Parte del método de la ciencia es el análisis y la fragmentación del saber, la creación de expertos que manejan lenguajes hiperespecializados que difícilmente pueden dialogar entre sí y los cuales difícilmente pueden ser entendidos por la persona promedio. “Si la filosofía iba a tener un lugar seguro dentro de la academia, necesitaba tener su propio dominio discreto, su propio lenguaje arcano, sus propios estándares de éxito y sus propias preocupaciones especializadas”, escriben los autores. Esto es lo que ha pasado con la filosofía, se han producido expertos de universidades que poco tienen que decirle a las personas que se preguntan sobre “quiénes somos y cómo debemos vivir”. La filosofía buscando plaza en las universidades y en los institutos dejó de ser relevante, dejo de tener un sentido existencial y dejó, también, de producir sabios, que podían abarcar la complejidad de la existencia en toda su diversidad. Al no poder abarcar la existencia en su totalidad, de manera integral, su saber dejó de ser una guía para vivir. Más aún, la filosofía (y con filosofía hablamos de un fenómeno occidental) dejó de poder competir con la ciencia porque dejó de producir logros –mientras que la ciencia produce tecnología que transforma el mundo material, la filosofía, al perder su sentido de ser un modo de vida, una práctica integral, dejo de transformar el mundo espiritual del hombre, dejó de producir logros: hombres sabios, hombres buenos, hombres iluminados.

El panorama actual deja al filósofo en una marcada desventaja, incluso en un estado de frustración. La filosofía ha “caído presa de la ‘envidia por la física’”, la física que produce conocimiento exacto. “A nosotros también se nos mide con la misma vara: el examen de nuestra producción, arbitrada entre pares”, dicen los autores. “Nosotros también desarrollamos subespecializaciones más allá de la comprensión de la persona común. En todas estas formas somos intensamente ‘científicos’”. Salve que la filosofía no produce conocimientos exactos, matemáticos, ciencia dura. O al menos no conocimientos que puedan medirse de la misma forma. Y no tendría por qué hacerlo, y ciertamente no exclusivamente (pues recordemos que los científicos eran hasta hace unos 2 o 3 siglos “filósofos naturales”). El tema aquí es que la modernidad ha creído –y es sólo una creencia– que el conocimiento objetivo es superior, que tal cosa como la objetividad existe y que el mundo está allá fuera, esperando inmóvil e inalterado por nuestra propia agenda interrogativa a que descubramos sus secretos con nuestros aparatos. Bajo esta visión, es imposible que la filosofía pueda competir con la ciencia y por lo tanto queda relegada. El dominio de la filosofía es la subjetividad, y en ello yace justamente su riqueza, puesto que nuestra experiencia, todo lo que realmente nos importa, es subjetivo. Como señala el físico de Stanford, Andréi Linde:

Debemos recordar que nuestro conocimiento del mundo empieza con la percepción, no con la materia. Estoy seguro de que mi dolor existe, porque mi ‘verde’ existe, y mi ‘dulce’ existe. No necesito prueba de su existencia, porque estos eventos son parte de mí; todo lo demás es una teoría.

El filósofo moderno vive en la torre de marfil de las instituciones académicas, filosofando en una computadora, haciendo una labor intelectual que poco afecta al mundo, que poco cambia a las personas –incluyendo al mismo filósofo que, al buscar profesionalizar su saber y hacerlo más científico, prefiere mantener un cierto rigor, una cierta distancia, una cierta ironía desapegada y tratar su materia como si estuviera estudiando un espécimen inerte en un laboratorio. Esto significa que lo que estudia nunca es él mismo, y por lo tanto no tiene como principio esencial transformarse a sí mismo o incluso mejorar su propio instrumento perceptivo para poder alcanzar una cognición más elevada. Todo es muy estéril, como en un laboratorio. Se trata fundamentalmente, como ha dicho un filósofo, de tirar el castillo de arena de otro filósofo, de crear la gimnasia verbal más deslumbrante. “La actividad filosófica recayó en una competencia por probar qué tan astuto se puede ser para crear o destruir argumentos”, dicen Frodeman y Briggle.

Al vivir en la comodidad de la academia, el filósofo (si es que se le puede llamar así) pierde vitalidad. Deja de ponerse a prueba y de ejercer la gran máxima de la antigüedad helénica, como estaba escrito en el oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo”. Se convierte en un funcionario más de la intelligentsia. Todo esto se ve reforzado, como ha denunciado el exprofesor Terry Eagleton, por el modelo clientelar neoliberal de las grandes universidades, que son sobre todo negocios. Y la filosofía y las humanidades en general no son buen negocio (ni para los alumnos, ni para las universidades que viven de donaciones y de fondos gubernamentales para realizar investigación).

El filósofo moderno vive en y come de la academia. El término academia proviene de la escuela que fundó Platón en Atenas, pero poco tiene que ver con la idea de Platón de lo que era el quehacer del filósofo, del que ama la sabiduría. Platón entendió la filosofía fundamentalmente como una preparación para la muerte (Fedro, 67cd) y como un hacerse como un dios (Teeteto 176b). Pocas cosas pueden estar más lejos de la discusión académica que esto actualmente. Si un profesor de filosofía hoy en día anunciara que la filosofía está para divinizarse o para aprender a separar el alma del cuerpo y alcanzar un estado superior con la muerte sería probablemente tenido por loco y seguramente perdería su cátedra. Y, sin embargo, para esto está la filosofía esencialmente. O, al menos para ser buenos (lo cual nos hace morir mejor y nos hace como los dioses). Lo dicen Frodeman y Briggle: “Al convertirnos en especialistas, hemos perdido de vista el todo. Hoy, el objetivo de la filosofía es ser listo, no bueno. Este ha sido el meollo de nuestra perdición”. El filósofo moderno se ha convertido en el sofista que criticaba Sócrates, en aquel que sólo se hace pasar por sabio, en aquel que usa el intelecto para agenciarse beneficios mundanos, no para la trascendencia.

Cuando decimos que la filosofía está al borde de la muerte nos referimos a la filosofía en el sentido original del término, en el sentido que le dio Pitágoras (quien acuñó el término) y la tradición platónica. La labor que se realiza en las universidades es intelectualmente muy valiosa, incluso exquisita en su imbricación racional, en su devaneo del Logos, en su especialización y en su hermenéutica, pero no es filosofía. No tiene verdadero amor al conocimiento. El amor transforma a una persona, modifica radicalmente su forma de ser y relacionarse con el mundo (se dice que el amor hace que uno se convierte en el amado). La verdadera sabiduría también (el que conoce se convierte en lo que conoce; el que ama es amor; la gnosis disuelve la diferencia entre el sujeto y el objeto). Uno llega a amar la sabiduría, se hace un filósofo, justamente porque la filosofía tiene el poder de cambiarnos la vida, de cambiar sustancialmente nuestra experiencia en el mundo. Alcanzar un cierto estado de conocimiento significa alcanzar un cierto estado de ser, según Gurdjieff. A uno pueden gustarle los juegos intelectuales, los entramados de la razón, los problemas lógicos y la perfección del discurso pero esto no produce amor, se necesita algo más hondo, que estremezca el ser en su médula (algo que toque lo que los antiguos filósofos griegos llamaban el alma pero que hoy en día parece haber sido ostracizada del saber políticamente correcto). Amor y sabiduría son los senderos esenciales, en muchos sentidos sinónimos, que permiten que el ser humano alcance la felicidad duradera, la paz, la libertad, la iluminación. Y no menos que esto; decir que sólo nos permiten paliar neurosis, hacer la existencia más llevadera, hacernos más productivos o algo así es participar en una cortedad de visión, en un reduccionismo propio del materialismo científico. (Cabe notar que en el budismo tántrico la sabiduría y la compasión son consideradas los dos aspectos básicos y complementarios que llevan a la iluminación, los cuales son simbolizados como la cópula de lo masculino y lo femenino. Un simbolismo similar ocurre con la rosa y la cruz de los místicos rosacruces). El filósofo genuino, el que sirve y honra a la Sophia Perennis, no aspira menos que a la totalidad, que a lo absoluto, que a vencer por siempre la muerte y el sufrimiento, que a encontrar lo verdadero intemporal. Este objetivo tan noble parte de una fe basada en la tradición y en los crecientes atisbos que se van generando en su camino de conocimiento. En nuestra época, en la que la fe es considerada un signo de ignorancia y en la que se considera que sólo existe lo que se puede medir (y por lo tanto, la misma existencia de la conciencia se pone en duda), la labor del filósofo enfrenta una profunda crisis existencial, está herida de muerte en tanto que aquello que le da su más alta vida se considera inexistente o imposible.

Podemos ver que la filosofía se encuentra desprestigiada en el hecho de que los maestros orientales budistas o hinduistas y demás que vienen a Occidente conciben el concepto de filosofía como el aspecto meramente intelectual del conocimiento. Desdeñan que se diga que sus disciplinas espirituales son filosofías. Dicen peyorativamente “eso es sólo filosofía”, conocimiento intelectual sin sustancia, habladuría que no se pone en práctica y por lo tanto no tiene valor (lo que Sócrates habría llamado sofistería). Por supuesto no conocen o conocen muy poco la tradición filosófica de los pitagóricos, de los neoplatónicos, de los estoicos, de escuelas místicas como los alquimistas, de los padres de la Iglesia (para quienes la filosofía de Platón y Aristóteles fue fundamental), los místicos cristianos o incluso de algunos filósofos continentales como Nietzsche y Schopenhauer, para quienes la filosofía no podía existir divorciada de una forma de vivir y encarar el mundo. En las tradiciones de la India se hablaba de los panditas y los siddhas o mahasiddhas. Los panditas son grandes eruditos que conocen con maestría los textos; los siddhas son personas cuya característica esencial son los logros de la práctica, son los grandes yoguis que han alcanzado la unión divina que da la sabiduría. Por supuesto, la tradición habla de personas que eran ambos, grandes maestros como Abhinavagupta, Tsongkhapa o Longchenpa, que tenían amplios conocimientos de los textos y de la doctrina pero que a su vez habían alcanzado todo los logros de la práctica, habían comprobado que lo que la doctrina y la tradición sostenían era verdad y con su experiencia revitalizaban la tradición. Los siddhas eran siempre más respetados que los panditas. En Occidente no parece que tengamos actualmente siddhas, tenemos sólo panditas. En algún momento los tuvimos: Pitágoras, Plotino, Paracelso, San Juan de la Cruz, Böhme, Swedenborg y muchos otros. Seguramente es por esto que mientras Occidente coloniza Oriente con su tecnología y economía, de manera más discreta Oriente coloniza Occidente con su “filosofía”. Esto es algo que puede verse, por ejemplo, entre numerosos físicos que han volteado a Oriente para encontrar el sentido que la ciencia no les proveía (Bohm, Schrödinger, Bohr, Heisenberg y otros más).

En Oriente, quizás porque se está más cómodo en la ambigüedad y se sospecha de las definiciones, no existe o no existía una categoría estrictamente correspondiente a la filosofía (tampoco a la ciencia y a la religión). En Oriente se habla sobre todo de una práctica, de un sendero. Los sabios antes que escribir libros son maestros que enseñan con su ejemplo. Las personas que se interesan por el conocimiento (y por lo tanto por la transformación, no la mera información) hacen sadhana, una práctica espiritual diaria. Se les conocía por su sadhana o por su maestro no por ser de una corriente filosófica o de tal religión. Curiosamente esto no está lejos del sentido original de la filosofía que, según Pierre Hadot, es esencialmente un ejercicio espiritual. Esto no es casualidad: el surgimiento de la filosofía en Grecia no fue un fenómeno espontáneo, grandes filósofos como Pitágoras aprendieron los misterios de Egipto y recibieron enseñanzas orientales, conformaron un complejo crisol de influencias y de innovaciones. De aquí el título de su libro Ejercicios espirituales y filosofía antigua, donde dice:

De hecho, estos ejercicios –tal como podemos advertir en el texto de G. Friedmann– corresponden a un cambio de visión del mundo y a una metamorfosis de la personalidad. La palabra “espiritual” permite comprender con mayor facilidad que unos ejercicios como estos son producto no sólo del pensamiento, sino de una totalidad psíquica del individuo que, en especial, revela el auténtico alcance de tales prácticas: gracias a ellas el individuo accede al círculo del espíritu objetivo, lo que significa que vuelve a situarse en la perspectiva del todo (“Eternizarnos al tiempo que nos dejamos atrás”).

[…] La práctica de la filosofía no consistía en producir la teoría de la lógica, eso es la teoría de hablar bien y pensar bien, tampoco en producir la teoría de la física, eso es del cosmos, ni en producir  la teoría de actuar bien –sino que se ocupaba de hablar bien, de pensar bien, de actuar bien y de estar verdaderamente consciente del lugar que uno ocupa en el cosmos.

Terminamos, me parece con justicia poética, con palabras de Manly P. Hall, el filósofo y esoterista canadiense que desdeñó y fue desdeñado por la academia, pero quien con su vida y obra encarnó el espíritu verdadero de la filosofía, una tradición de sabiduría que se mantiene viva gracias a raros esfuerzos, pero que cada vez está más marginada:

En esta era en la que la palabra “filosofía” tiene poco significado si no está acompañada de algún otro término calificativo, el cuerpo de la filosofía ha sido segmentado en innumerables ismos, más o menos antagónicos, los cuales se han esforzado tanto por refutar las falacias de uno o del otro que las cuestiones más sublimes del orden divino y el destino humano han sufrido un deplorable descuido.

Antes de la sabiduría debe llegar la capacidad de la sabiduría. El entendimiento es sólo posible para un organismo que se ha entrenado para entender; y uno no se entrena solamente deseando, suspirando, escuchando. Como un atleta debe entrenarse para tener un alto rendimiento corporal, así también el estudiante de filosofía debe poner sus pensamientos, emociones y acciones bajo una disciplina especializada si es que quiere lograr fuerza filosófica.

Fuente: http://www.pijamasurf.com/2017/05/estamos_presenciando_la_muerte_de_la_filosofia/

Fotografía: Pijamasurf

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Uruguay: Seminario de investigación en educación rural suma más temas a los clásicos de pedagogía rural

Uruguay/21 octubre 2016/Fuente: ladiaria

Desde ayer y hasta hoy se desarrolla el séptimo Seminario Internacional de Investigación sobre Educación Rural, organizado por el Departamento de Educación para el Medio Rural del Consejo de Educación Inicial y Primaria. Como cada año desde 2010, se realiza en el Centro Agustín Ferreiro, en La Cruz de los Caminos (Canelones). Participan 150 personas, mayoritariamente de nuestro país, pero también los hay de Argentina, Chile, Brasil y Colombia; hay maestros rurales, estudiantes de formación docente, investigadores universitarios, docentes de educación media y educación no formal.

Limber Santos, director de Educación Rural, explicó a la diaria que el seminario “gira en torno a la producción de conocimiento, que en algunos casos se deriva de la investigación académica y en otros casos de instancias que no llegan a ser de investigación propiamente pero sí son de reflexión y de conocimiento derivado de la reflexión”. Santos habló de “una tríada, donde la formación continua de los docentes se pueda retroalimentar con los procesos de reflexión y de investigación”.

Estos siete años de continuidad del seminario han permitido que cada vez haya más ponencias pero, además, que aparezcan nuevos temas. Por ejemplo, una de las ponencias, a cargo de las coordinadoras de escuelas rurales de Paysandú, Maldonado y San José, trata sobre la inclusión en las aulas rurales de niños sirios, rusos y alemanes hijos de familias migrantes. Santos aclaró que la investigación está en fase exploratoria, pero que los primeros resultados “refuerzan una hipótesis planteada antes y que la manejamos todo el tiempo: el potencial que tienen las interacciones entre los pares cuando estos son asimétricos entre sí”. “Para aprender se necesita de las asimetrías”, puntualizó Santos, refiriéndose al beneficio para el aprendizaje que se da en un aula multigrado, donde un niño de 12 años interactúa con uno de cinco. Informó que “un proceso similar también se da en este otro tipo de asimetría, donde ya no tiene que ver la edad sino manejar lenguas distintas, y cómo los niños interactúan de un modo tal que entre ellos se hacen entender y hay un aprendizaje mutuo que se da por la relación de asimetría”.

De la misma manera, dijo que será necesario estudiar fenómenos como los procesos de migración de un sitio rural a otro, que se están dando en nuestro país, donde cada vez hay menos niños en el campo. Hoy hay 1.100 escuelas rurales y 860 de ellas son unidocentes.

Fuente noticia: http://ladiaria.com.uy/articulo/2016/10/seminario-de-investigacion-en-educacion-rural-suma-mas-temas-a-los-clasicos-de-pedagogia-rural/

Fuente imagen:http://www.isef.edu.uy/wp-content/blogs.dir/8/files/2016/09/SEMINARIO-EDUCACION-RURAL.jpg

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España: La crisis está detrás de 260.000 muertes por cáncer en la OCDE

España/26 mayo 2016/Autora: María Valerio/Fuente: http://www.elmundo.es/

El desempleo y los recortes en sanidad desde 2008 están detrás de 260.000 muertes por cáncer en los países de la OCDE, 160.000 de ellas concretamente en territorio de la Unión Europea. Ésta es la dramática conclusión de un amplísimo análisis que se acaba de publicar en la revista The Lancet y que subraya la importancia del acceso universal a la sanidad como única receta contra este incremento de la mortalidad.

El estudio es el primero en analizar el efecto del desempleo y los cambios en la sanidad pública en un indicador tan objetivo como la mortalidad por cáncer. En total se han analizado las cifras de 70 países de la OCDE que representan a dos mil millones de pacientes oncológicos diagnosticados entre 1990 y 2010. Para el trabajo se analizaron las estadísticas en torno a cuatro tumores que representan la mayor carga de esta enfermedad en el mundo occidental: próstata, cáncer de mama, colon y pulmón (estos dos últimos tanto en hombres como en mujeres).

Los autores del estudio proceden de la Universidad de Oxford, Imperial College y King’s College (Reino Unido), así como de la Universidad de Harvard (ésta en EEUU). «Nos sorprendió que fuese una cifra tan alta. 260.000 muertes adicionales en pacientes con cáncer en la OCDE es un número muy significativo y refleja hasta dónde pueden llegar los efectos de la crisis económica».

En sus conclusiones observaron que un aumento de las tasas de desempleo de sólo un 1% se reflejaba en un incremento de la mortalidad por cáncer, pero este efecto desaparecía en los países con un acceso universal a los cuidados sanitarios.

La misma relación se observó con respecto a los recortes en la inversión pública en sanidad. Cada 1% de reducción en el gasto del Producto Interior Bruto (PIB) destinado a la salud se relacionó con un aumento de 0.0053 muertes adicionales por cáncer por cada 100.000 habitantes.

«Este estudio ofrece unos resultados que se antojan plausibles: el desempleo aumenta la mortalidad por cáncer, pero sólo en aquellos países en que no hay cobertura sanitaria universal, en los que los pacientes no pueden costearse la sanidad», comenta el doctor Miguel Martín, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Afortunadamente, añade, «España tiene cobertura universal, por lo que no creemos que la crisis reciente y el desempleo hayan aumentado la mortalidad por cáncer en nuestro país. No obstante, este estudio debe servirnos de aviso para el futuro: si reducimos la cobertura sanitaria o introducimos restricciones importantes en las prestaciones sanitarias, podemos encontrarnos con un aumento de la mortalidad por cáncer también en España«.

En esta idea coincide también uno de los autores del trabajo, Mahiben Maruthappu, que explica a EL MUNDO que España es precisamente uno de los países en los que el análisis no ha observado un exceso de mortalidad por cáncer. «Sólo hemos visto este incremento en los países que no ofrecen una cobertura sanitaria universal, como EEUU». En cambio, los países [como España], en los que la cobertura sí es universal, los efectos de la crísis económica en los últimos años no han reflejado este efecto.

Por ejemplo, sólo en EEUU, los autores calculan un exceso de 18.000 muertes por cáncer; casi 4.000 en México y 1.500 fallecimientos extra en Francia.

El único diagnóstico en el que no se observó esta relación directa entre desempleo y recortes con la mortalidad por cáncer es el cáncer de pulmón en mujeres. Sin embargo, el doctor Maruthappu admite que «nuestros datos no nos permiten deducir la causa de ello». A su juicio, una posibilidad es que las mujeres con este tipo de cáncer tengan peor supervivencia que los hombres, «aunque esta hipótesis no se sostiene de acuerdo con la evidencia actual».

En un comentario que publica la misma revista, Graham Colditz, de la Universidad de Washington (EEUU), subraya la importancia que estos datos deberían tener sobre todo en países en los que no se ha implementado aún una cobertura sanitaria universal, como es el caso de EEUU. Y es que como subraya el estudio, en estos territorios, el cuidado de la salud se puede obtener a través de seguros privados que contrata la empresa para su trabajador, «pero si la persona está en paro, los diagnósticos se retrasan y los tratamientos se administran demasiado tarde».

El doctor Javier Mar, miembro de la Asociación Española de Economía de la Salud (AES), explica que en el País Vasco -una de las comunidades españolas que cuenta con un registro poblacional de cáncer- las estadísticas desde el año 2000 reflejan una reducción de la mortalidad por cáncer del 1% anual; una tendencia que también se observa en las estadísticas nacionales desde hace algunos años.

«A nivel poblacional la cobertura universal se ha mantenido», explica este especialista del Servicio Vasco de Salud. Y en el caso de la población más afectada por los recortes, «como pueden ser los inmigrantes en situación ilegal, se trata de un porcentaje pequeño que, además, por tratarse de una población generalmente joven y sana, no tiene un gran reflejo en las estadísticas de cáncer».

En el caso de otras enfermedades que podrían haberse visto influidas por la situación económica en España en los últimos años, como las patologías cardiovasculares, el doctor Mar explica que «están relacionadas con tantos factores que es difícil identificar el impacto específico de la crisis».

Fuente de la Noticia:

http://www.elmundo.es/salud/2016/05/26/5745c26246163f02798b45e2.html

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Principios para la investigación universitaria en tiempos de revolución

                                                                                    Una Institución donde no se realice investigación

ni extensión, no merece ser llamada Universidad.”

Fidias  G.  Arias

INTRODUCCIÓN

Universalmente son tres las principales funciones de toda Universidad: docencia, investigación y extensión. Sin embargo, la realidad nos muestra que en Venezuela y Latinoamérica, muchas Instituciones sólo se dedican a impartir clases como forma de reproducción del conocimiento sin realizar intentos por generarlo, ni por contribuir a su extensión o aplicación en la solución de problemas sociales.

Si bien es cierto, que existen muchos factores que dificultan los procesos de investigación en la universidad, no es menos cierto que aun en condiciones favorables, la investigación se desvía de sus fines para transformarse en una actividad burocrática y elitista, poco vinculada con las necesidades de la sociedad.

En este sentido, el presente ensayo se propone formular y desarrollar una serie de principios orientadores sobre lo que debe ser la Investigación Universitaria al servicio de la construcción de un nuevo modelo social y educativo.

PRINCIPIO 1: LA INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA DEBE SER AMPLIA Y ABIERTA A TODOS LOS PARADIGMAS Y CORRIENTES DEL PENSAMIENTO

Ningún paradigma de investigación es superior a otro. El predominio de alguno dependerá del área de conocimiento, disciplina o concretamente, del objeto de estudio. Así mismo, los paradigmas evolucionan, y la aparición de nuevos modelos para el abordaje de la realidad no significa la desaparición de los anteriores. Por otra parte, para adoptar una postura epistemológica y criticar otras, primero es necesario conocerlas y debatirlas en profundidad. Profundizar y discutir en el contexto académico y científico, es lo que debería hacer todo investigador universitario para evitar el “monismo metodológico” y el pensamiento único.

Así mismo, la investigación universitaria debe combatir la imposición de “modas metodológicas”, en otras palabras, propuestas no validadas, caracterizadas fundamentalmente por el uso de palabras rebuscadas y sustitución de unos términos por otros, muchas veces no pertinentes que nada aportan para la producción de conocimientos, pero que “seducen” precisamente, a los que no investigan.

PRINCIPIO 2: LA INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA DEBE MOSTRAR PERTINENCIA SOCIAL

Incluso en aquellas áreas de ciencias básicas o de las humanidades, cuyos productos no tienen una aplicación inmediata en la solución de problemas sociales, la investigación universitaria debe generar resultados que contribuyan al desarrollo de la sociedad, sobre todo en las ciencias aplicadas. Esta vinculación se puede lograr estableciendo una correspondencia entre las líneas de investigación universitaria y las áreas prioritarias de la nación.

Por supuesto, ello no significa un excesivo pragmatismo. La investigación pura y dirigida a la formulación de teorías, constituye la base y sustento de la investigación aplicada. Como dijera Kurt Lewin “No hay nada más práctico que una buena teoría”. En este sentido, tanto la investigación básica como la aplicada, deben tener pertinencia social, es decir, debe asumir un carácter humanista, en función de las necesidades de la sociedad y del contexto nacional, regional y local.

PRINCIPIO 3: LA INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA DEBE PROPICIAR LA INCLUSIÓN CON PREDOMINIO DEL TRABAJO COLECTIVO SOBRE LO INDIVIDUAL

El trabajo de investigación colectivo no significa poner un grupo de asistentes o de encuestadores al servicio del director o jefe de proyecto. Si bien es cierto que debe haber una coordinación de la actividad investigativa, la estructura organizativa debe ser lo más horizontal posible, con el fin de lograr mayor interacción entre los investigadores de larga experiencia y los aprendices.

En cuanto a los resultados, la investigación en colectivo responde a intereses sociales para lograr el beneficio de las comunidades, en contraposición con aquellos trabajos individuales que sólo sirven para producir artículos en publicaciones de circulación limitada y sumar puntos en el escalafón universitario.

PRINCIPIO 4: LA INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA DEBE CONSIDERAR LOS CONCEPTOS DE INTERDISCIPLINARIEDAD Y TRANSDISCIPLINARIEDAD

La interdisciplinariedad en la investigación implica el uso de teorías, métodos y técnicas de investigación propias de distintas disciplinas, en el abordaje de un mismo problema u objeto de estudio. A diferencia de la multidisciplinariedad en la que cada experto investiga de manera independiente, la investigación interdisciplinaria supone el trabajo en equipo y fusionado de los especialistas de las distintas disciplinas. En este sentido, problemas sociales tan complejos como la pobreza y el desempleo, pueden ser abordados en conjunto por economistas, sociólogos, psicólogos, trabajadores sociales y educadores, con el fin de lograr, tanto una explicación como una compresión global del fenómeno.

Por otra parte, la transdisciplinariedad significa ir más allá de las disciplinas, es decir, además de la actuación de los especialistas de diversas ramas científicas en la investigación, se debe que considerar la participación como investigadores de otros grupos no necesariamente universitarios, pero si con una visión cercana al problema objeto de estudio: obreros, empresarios, campesinos e indígenas. En esta dirección, se parte de una concepción inclusiva y diversa de la investigación en la que no se descarta la perspectiva y aporte de aquellos actores sociales no profesionales, pero inmersos en una realidad y con capacidades y saberes tan importantes como el conocimiento disciplinar.

PRINCIPIO 5: LA INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA DEBE SER FLEXIBLE EN CUANTO A ESQUEMAS Y ESTILOS DE PRESENTACIÓN

Mucho se ha dicho que la investigación es un proceso libre y creativo, por lo que no tiene cabida un esquema único para la presentación de proyectos e informes (Arias, 2012). En este sentido, los docentes-investigadores deben diferenciar el esquema del proceso de investigación en la práctica, del esquema de presentación del producto escrito que contiene la descripción y resultados de la investigación desarrollada: informe, trabajo de grado o tesis.

No obstante, la flexibilidad en investigación no significa falta de rigurosidad. Los investigadores universitarios deben conocer las distintas normativas nacionales e internacionales en materia de estilo para publicaciones, con el fin de divulgar los resultados de sus investigaciones. Específicamente, para la presentación de informes productos de investigación, las comunidades científicas y académicas han creado y adoptado normas de estilo con alcance internacional. Pero, así como no existen esquemas únicos, tampoco se asume una normativa única de estilo de presentación. Por ejemplo, aun cuando en ciencias sociales la normativa más empleada es la emanada por la Asociación Americana de Psicología (APA), en medicina y ciencias de la salud el estilo imperante proviene de las Normas de Vancouver.

PRINCIPIO 6: LA INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA COMO FUNCIÓN ESENCIAL DEL ALMA MÁTER, DEBE SER UNA ACTIVIDAD RUTINARIA Y PERMANENTE

La investigación universitaria no debe limitarse a la elaboración de trabajos de grado, tesis o trabajos de ascenso. Debe convertirse en parte fundamental de la Cultura Universitaria. Más allá del debate sobre la dualidad de funciones del docente-investigador, se parte de un principio: todo profesor universitario debe ser en alguna medida, un investigador. De esta manera, el docente deja ser únicamente un transmisor y reproductor de conocimientos, para convertirse en un generador de nuevos saberes. Queda de parte de las instituciones universitarias la promoción de la investigación como una actividad integrada con la docencia. Para ello se requieren profesores a tiempo completo, o a dedicación exclusiva, pero con el debido acompañamiento y control para garantizar la producción investigativa.

PRINCIPIO 7: LA INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA DEBE PRESERVAR SUS FINES: BÚSQUEDA DE LA VERDAD, GENERACIÓN DE NUEVOS CONOCIMIENTOS Y SU APLICACIÓN EN LA SOLUCIÓN DE PROBLEMAS Y SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES SOCIALES

Recientemente se ha observado la confusión de algunas universidades al considerar como investigación otras actividades vinculadas. El significado de investigación es muy preciso y nada ambiguo. Actividades como servicio comunitario, desarrollo de proyectos socio-productivos y la organización de eventos académicos, en sentido estricto, no constituyen labores de investigación. Investigar es buscar nuevos conocimientos, descubrir, responder interrogantes no resueltas, comprobar la efectividad de la aplicación de los resultados obtenidos, en fin, buscar la verdad para el desarrollo y progreso de la humanidad.

No obstante, la investigación es una actividad vinculada al desarrollo tecnológico, de allí la denominación de INVESTIGACIÓN MÁS DESARROLLO (I+D), es decir, toda creación tecnológica está soportada con una investigación previa. Así como también, la investigación está relacionada con la planificación de proyectos económicos y sociales, los cuales necesariamente, deben partir de estudio de factibilidad o de un diagnóstico de necesidades sociales, etapas que sólo pueden ser realizadas a través de una investigación aplicada (Arias, 2006).

No hay diagnóstico sin un estudio o investigación previa” (Arias y Hernández, 2015).

REFERENCIAS

Arias, F. (2006). Mitos y errores en la elaboración de tesis y proyectos de investigación. Caracas: Episteme.

Arias, F. (2012). El proyecto de investigación: Introducción a la metodología científica. Caracas: Episteme.

Arias, F. y Hernández, N. (2015). La investigación: una experiencia formativa. Valencia-Venezuela: Asociación de Profesores de la Universidad de Carabobo.

 

REFERENCIAS EN INTERNET

Arias, F. (2006). Mitos y errores en la elaboración de tesis y proyectos de investigación. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/ 44519319 Mitos_y_errores_en_la_elaboracion_de_tesis_y_proyectos_de_investigacion_Fidias_G_Arias_Odon

Arias, F. (2012). El proyecto de investigación: Introducción a la metodología científica. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/44358466 _El_proyecto_de_investigacion_introduccion_a_la_metodologia_cientifica_Fidias_G_Arias

*Fuente de la imagen: http://investigacion-cientifica-docente.blogspot.com/2015/06/resena-sobre-la-evaluacion-de-la-investigacion-universitaria.html

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