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La astronomía y su enseñanza en la educación secundaria

Autor: Universidad Nacional de Córdoba

Año: 2012

Editorial: Universidad Nacional de córdoba

País: Argentina 

Sinopsis: El Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de Córdoba, reconociendo la necesidad de los docentes a cargo de los espacios curriculares involucrados del nivel secundario en cuanto a su actualización en las temáticas asociadas a la Astronomía y la necesidad de reflexionar la nueva propuesta, propone una capacitación en formato de curso semipresencial.

El Observatorio es una institución centenaria que forma a astrónomos en una amplia variedad de áreas, con amplia experiencia en investigación y educación, lo que posibilita a los docentes de nivel secundario acercarse a los resultados y temáticas de investigación actuales, y permite acceder a un caudal de conocimientos y metodologías imprescindibles a la hora de volcarlos en los procesos de enseñanza-aprendizaje en el aula.

En esta, propuesta «La Astronomía y su Enseñanza en la Educación Secundaria», se plantea un núcleo de conceptos básicos que seleccionamos como fundamentales en la formación de todo docente que asuma la responsabilidad de enseñanza de la Astronomía en el ciclo con orientación Ciencias Naturales de la enseñanza secundaria.

Partiendo de una presentación histórica y epistemológica de la Astronomía como ciencia, pasamos luego al redescubrimiento de la luz como fuente importante para el estudio de una buena parte de los cuerpos celestes. Los contenidos aparecen estructurados jerárquicamente con los diferentes tipos de objetos astronómicos, los cuales serán presentados y estudiados en forma particular.

Descargar aquí: https://openlibra.com/es/book/download/la-astronomia-y-su-ensenanza-en-la-educacion-secundaria

Fuente e imagen tomada de: https://openlibra.com/es/book/la-astronomia-y-su-ensenanza-en-la-educacion-secundaria

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La perversión de la investigación y el bilingüismo en Madrid

Por: Julio Rogero 

El uso de las evidencias científicas para hacer política pasa primero por ser extremadamente cuidadosos para determinar qué constituye una evidencia y cuáles, en última instancia, pueden dar paso a políticas concretas.

Que la política pública debe tener en cuenta la investigación académica es un mantra que resuena cada vez con más fuerza en el debate público, incluido el campo educativo. “Hagamos política educativa basada en la evidencia”, proclamamos al unísono. No estoy tan seguro, no obstante, de que todos los que suscriben esta declaración asuman sus implicaciones. La primera de ellas es que hay que ser extremadamente cuidadosos para determinar qué constituye una evidencia y cuáles, en última instancia, pueden dar paso a políticas concretas. En ese sentido, es habitual que las investigaciones ofrezcan resultados contradictorios y que sea necesario un buen número de ellas y mucha discusión hasta lograr un consenso amplio (rara vez unánime) entre la comunidad científica. El debate tiene aún mayor complejidad cuando se trata de conectar los resultados con medidas concretas. De ahí la importancia de ser transparentes y de mantener abierto el debate teórico y metodológico.

Mi argumento es que la Comunidad de Madrid carece, en muchas ocasiones, del rigor y prudencia necesarios en el análisis y presentación pública de datos e investigaciones educativas, de manera que, en lugar de conducir a mejorar la educación, sirven para legitimar sus políticas. Para sostener esta idea pondré algunos ejemplos que provienen, en su mayoría, del documento I Fase de la Evaluación del Programa Bilingüe, realizado por la Consejería de Educación, Juventud y Deporte de la Comunidad de Madrid, y que ha servido como fuente argumental del discurso público de los responsables de la política educativa de la región en los últimos tiempos. Iré contrastando esos ejemplos con premisas básicas en metodología de investigación social:

“Un resultado fiable requiere datos representativos”

El informe de la CAM extrae resultados de las evaluaciones internacionales PISA (alumnos de 15 años) y TIMSS (alumnos de 4º de primaria) que provienen de muestras de centros bilingües y no bilingües que no son representativas, por lo que sus resultados no son fiables. Si los resultados extraídos no son fiables, mucho menos lo son conclusiones como las que aparecen en el informe citado -“no parece que el hecho de enseñar Ciencias en inglés repercuta negativamente en los alumnos”-, que además contradicen estudios de rigor metodológico contrastado. Esta falta de representatividad no ha impedido asegurar a la Consejería en notas de prensa y en su propia web que los resultados de PISA y TIMSS “avalan el bilingüismo”.

“Un indicador debe tener validez, es decir, debe ser capaz de cuantificar adecuadamente aquello que pretende medir”

En el documento citado y, a partir de él, en diferentes pronunciamientos públicos, la Consejería asegura que Madrid está entre las regiones con mayor inclusión académica. Para ello, utiliza el índice de inclusión académica de PISA, que mide en qué medida estudiantes con resultados diferentes en esta prueba comparten centro. El aumento de este indicador entre 2012 y 2015 en Madrid, periodo de expansión del Programa Bilingüe, lleva a la Consejería a concluir “que no hay efecto de “segregación” en el bilingüismo”.

Conviene recordar que, en el ámbito educativo, una de las premisas para la inclusión es que las escuelas y aulas sean heterogéneas, es decir, que acojan la diversidad del alumnado sin exclusión alguna. El indicador elegido por la CAM, primero, no permite conocer el grado de segregación por centro según el origen social o las necesidades educativas (por discapacidad, etc.) del alumnado; y segundo, no detecta si los estudiantes de diferentes orígenes sociales y desempeños académicos están en aulas diferentes dentro de los propios centros. Una de las formas de extender el programa bilingüe en Madrid ha sido crear, dentro de los institutos, grupos diferentes de alumnos en función de su nivel de inglés. Los datos de varios municipios de la corona sur de la región muestran una segregación extrema del alumnado con necesidades educativas especiales según el tipo de enseñanza bilingüe o no bilingüe. Por tanto, la validez del indicador que utiliza la Comunidad de Madrid para captar el grado de inclusión educativa tiene, a mi juicio, una validez muy limitada.

“Una evidencia requiere cierto consenso entre la comunidad científica que solo puede ser fruto del debate”

En su evaluación, la Consejería comenta los resultados de cinco estudios académicos sobre diferentes aspectos del programa bilingüe (solo dos de ellos publicados y, por tanto, validados -provisionalmente- por la comunidad científica). Al menos tres de esos estudios observan efectos negativos del programa y reclaman mejor información para evaluarlo adecuadamente. Sin embargo, las “Conclusiones de todos los estudios” seleccionadas por la Consejería omiten las del más riguroso e incluyen solo resultados positivos, que se dan por válidos sin discusión. Dicho de otro modo, se selecciona la evidencia que interesa para validar una política escogida por motivos no explícitos, que pueden ir desde la confianza irracional (no científica) hasta la defensa de intereses particulares. No olvidemos que, antes de que se evaluara por primera vez, el Programa Bilingüe llevaba ya 11 años en funcionamiento y se había extendido al 45% de los colegios e institutos de la región.

Si se analizan las conclusiones que extrae la Consejería de los estudios citados, se comprueba que las dos primeras no aparecen como tal en ninguna de las investigaciones, sino que son interpretaciones que pueden calificarse de atrevidas: (1) “En la Educación Secundaria se recupera la ligera pérdida de conocimientos durante los primeros años de la Educación Primaria en las materias que se imparten en inglés (Ciencias)”; y (2) “A largo plazo, durante toda la etapa educativa obligatoria (Primaria y Secundaria), el Programa Bilingüe no reduce los conocimientos y las competencias en ninguna asignatura”. La tercera conclusión indica que (3) “el Programa Bilingüe mejora de forma destacada el aprendizaje de la lengua inglesa”; si bien no sabemos si lo hace de forma destacada, parece evidente que sí los mejora, al menos entre los alumnos que se mantienen en el programa, pues no se evalúa el aprendizaje de quienes lo abandonan. Por último, la cuarta conclusión nos lleva a rescatar uno de los eslóganes más repetidos en metodología de investigación:

“Correlación no implica causalidad”

La Consejería asegura que (4) “El Programa Bilingüe también mejora otros aspectos educativos como los hábitos de lectura”. La aseveración resulta sorprendente, pues es difícil aventurar una explicación sobre por qué se produce ese efecto. ¿Se prueba realmente que las diferencias son atribuibles al programa? El estudio del que se extrae esta conclusión (recordemos, sin representatividad contrastada y que no ha sido publicado) cae, a mi juicio, en un error frecuente en ciencias sociales: confundir relación estadística con relación causal. Convendría descartar, por ejemplo, que tales diferencias no se deben a que sean los alumnos con mejores hábitos de lectura quienes tienen más probabilidades de acceder y mantenerse en el Programa Bilingüe. En síntesis y como puede comprobarse, la Comunidad de Madrid no parece haberse guiado por la prudencia y el rigor metodológico para alcanzar estas conclusiones, sino por aquella máxima del periodismo “nunca dejes que la realidad te arruine un buen titular”.

“Cuando se interpreta un dato, hay que analizar sus limitaciones”

Cuando se critica la política educativa madrileña, la respuesta más frecuente desde la Consejería es que el sistema funciona bien porque los resultados en PISA y TIMSS superan el promedio nacional y, en ocasiones, también el de la OCDE. Cuando se recuerda que esos datos son limitados y se reclama otro tipo de información, la única respuesta es que los resultados educativos de Madrid “son buenos”. La Consejería, al soslayar que las fuentes de datos son marcos que condicionan cómo y sobre qué se habla, impone su discurso y su diagnóstico. Ofrece sus respuestas, pero no permite elegir las preguntas. Interpreta una parte de la realidad, pero oculta otra.

Cualquier indicador ofrece, por definición, una imagen deformada de un aspecto de la realidad. Su relato es, en el mejor de los casos, una abstracción de lo que se pretende observar. Esa capacidad de simplificar la complejidad del mundo nos cautiva y, muchas veces, hace que detengamos la reflexión, especialmente cuando los datos encajan con nuestra visión del mundo. El dato descontextualizado, sin transparencia metodológica, como verdad incuestionable o argumento cerrado representa una visión insuficiente del conocimiento. No solo la investigación ha de ser rigurosa, sino también la interpretación de sus resultados, que deben someterse a discusión. Esos resultados deben entenderse como señales e indicios para identificar los problemas y las posibles soluciones, y no como acicate para la autocomplacencia y el autobombo.

En conclusión, la Comunidad de Madrid, con demasiada frecuencia, utiliza las estadísticas como los borrachos usan las farolas: para apoyarse, en lugar de para alumbrarse. A quienes nos interesa y apasiona la educación comprobamos cómo, muchas veces, los datos se convierten en mentiras sutiles, camuflajes interesados de problemas acuciantes, envoltorios que legitiman injusticias, ocurrencias, desamparos y negligencias, en lugar de en información útil para lograr una mejora educativa y una ciudadanía más informada y reflexiva. No me atrevo a afirmar si este abuso de los datos es consciente o si, por el contrario, es fruto del autoengaño, pero ambas posibilidades son enormemente preocupantes. Hagamos política educativa basada en la evidencia, pero antes usemos la investigación educativa de manera responsable.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/04/la-perversion-de-la-investigacion-y-del-bilinguismo-en-madrid/

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Impulso al estudio de las políticas educativas

Por: Pedro Flores Crespo

La investigación educativa de México debe estar de plácemes. El pasado 27 de mayo, durante la entrega de los premios de ciencia, el presidente Enrique Peña Nieto anunció que se crearán cuatro nuevos centros públicos de investigación y uno de ellos será sobre políticas educativas. El resto abordará temas como aeronáutica, desarrollo metropolitano y zonas áridas.

Por otro lado, tres días después del anuncio de la creación de ese centro, el Fondo de Cultura Económica (FCE) instaló el Consejo Editorial de lo que será la Revista de Reformas y Políticas Educativas (REPE) cuyo objetivo será “difundir investigación científica relevante, con una orientación humanista, que promueva un diálogo informado entre la comunidad académica nacional e internacional, los tomadores de decisiones y los actores interesados de las comunidades escolares”.

Que el FCE impulse un proyecto editorial de esta naturaleza abre la oportunidad para discutir —de manera más rigurosa y constante—, la forma en que el gobierno y la sociedad se organizan y actúan para tratar de resolver los problemas educativos del país. Esto es precisamente la política educativa: cursos de acción explícitos o implícitos que surgen desde los gobiernos democráticamente electos, pero que los distintos actores sociales reconfiguran para cumplir con las finalidades que el Estado se va fijando. Una de estas finalidades puede ser la distribución equitativa de la calidad para todos los sectores, especialmente, para aquellos que enfrentan mayores desigualdades.

Contar con un espacio de “diálogo informado” como la REPE era una necesidad tanto académica como política. Política porque es imprescindible elevar el debate público sobre la educación mexicana con conocimiento y académica porque aún desconocemos muchos aspectos del desarrollo de las políticas públicas en educación. Por ejemplo, ¿por qué un determinado problema social (e.g. bullying) llega a conformar parte de la agenda pública? ¿Qué grupos sociales impulsan tal agenda? ¿Quién se oponen y bajo qué argumentos lo hace? ¿Es verdad que la pluralidad ideológica le imprime mayor efectividad a las políticas? ¿Por qué se entorpece tanto la implementación de las reformas educativas a pesar de que nacen de importantes cambios constitucionales? ¿Cómo “estructuran” las leyes a las políticas educativas en un país con altos grados de impunidad? ¿Se evalúan rigurosamente las políticas y los programas educativos actuales? ¿Qué programas funcionan efectivamente para elevar los aprendizajes de los niños y jóvenes y cuáles no? ¿Cómo las maestras y maestros producen conocimiento útil para mejorar el diseño de las reformas y las políticas educativas? ¿Por qué se reproducen las asimetrías de poder entre los actores centrales de las políticas?

A medida que la realidad cambia, requerimos mejores lentes para analizar las políticas públicas. Incluso, el lenguaje se renueva. Llama mucho la atención, por ejemplo, cómo los pioneros de la investigación educativa en México, en un principio, utilizaban el término “acción” en lugar de “política”; incluso ahora prosiguen los debates sobre si es apropiado hablar de “políticas públicas” o solamente de “decisiones gubernamentales”.

Con la revista del FCE sobre políticas educativas se reconoce a un campo de estudio que se ha ido consolidando en los últimos años, pero que no por esto, vive exento de varios retos. Uno de ellos es el desarrollo de mejores teorías para explicar cómo ocurren los procesos de la política pública. ¿Debemos seguir utilizando invariablemente el modelo neocorporativo para explicar el cambio en la educación? ¿Será posible aplicar el enfoque de redes de política (policy networks) dados los cambios políticos y sociales que hemos experimentado en los últimos tres lustros?

Otro reto académico es la integración de la dimensión de la política de “alto nivel” con lo que ocurre cotidianamente en las escuelas y en las aulas. Sin caer en el lugar común o clisé de que “lo de abajo” es más importante de lo que ocurre en las altas esferas del poder, sí es necesario reflexionar cómo ambas dimensiones de poder se integran e influyen mutuamente. Si hacemos un esfuerzo intelectual en este sentido, quizás pronto podríamos construir una visión más amplia y profunda de los actores del sistema educativo, sus niveles de cooperación, esquemas de conflicto y sobre todo, sus percepciones y razones.

Pero aparte de los retos intelectuales, la Revista de Reformas y Políticas Educativas (REPE) va a enfrentar desafíos de índole práctica. Por ejemplo, tendrá que definir más claramente su identidad y lidiar con los tortuosos esquemas de evaluación para las revistas científicas e ingresar a los índices de calidad. Pese a esto, la posibilidad de promover una cultura académica mucho más abierta y plural a través de este medio de divulgación científica es real. Enhorabuena.

Fuente: http://campusmilenio.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=4469:impulso-al-estudio-de-las-politicas-educativas&Itemid=256

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Panamá: Métodos para fortalecer la investigación

Centro América/Panamá/18 Diciembre 2016/Fuente y Autor:panamaon

Aportar al campo de información de estudiantes y fortalecer el proceso de investigación en Panamá de los profesionales que cursan el nivel doctoral, fueron parte de los objetivos por los que se realizó el I seminario de actualización, organizado por la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad del Istmo.

La Decana de la Facultad, la Dra. Beatriz Domínguez, destacó que el seminario se efectuó en el marco de fortalecer el conocimiento investigativo que necesitan para consolidar la tesis Doctoral. “Con esta actividad generamos un espacio para el análisis crítico, la disertación de los paradigmas epistémicos y orientaciones metodológicas. Estamos construyendo una cultura de investigación que consolidará la investigación en Panamá”, manifestó.

Por su parte, la Rectora Adriana Angarita, expresó que se impulsarán estos encuentros sobre investigación de manera regular y permanente en la Universidad del Istmo, a objeto de promover la producción de conocimiento investigativo de calidad en Panamá, cumpliendo con la misión de Innovación y Tecnología que caracterizan a esta casa de estudios.

Entre los asistentes al seminario estuvieron participantes del Programa de Doctorado en Educación con énfasis en investigación de las sede Panamá, Santiago, Penonomé, Chitré y Colón. A la vez, asistieron expositores de alto perfil con temas de actualidad como: Nuevas Tecnologías y su Aporte al Trabajo Doctoral por Dr. Miguel Vargas Lombardo; Escenarios de Acción Doctoral por Dr. Adán Vega; Producción de Conocimiento a Nivel Doctoral por el Dr. Pedro Pineda y finalmente, Proceso y Producto de Generación de Tesis Doctoral por el Dr. José Renán García, quienes motivaron a los doctorandos a que publiquen sus investigaciones una vez que terminen sus estudios para aumentar las publicaciones de nuestro país.

 

Fuente de la noticia: http://www.panamaon.com/noticias/educacion/17056-metodos-para-fortalecer-la-investigacion-en-panama.html

Fuente de la imagen:https://www.panamaon.com/m/p/770×410/media/files/20537-media.jpg

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Los pensamientos más profundos de los niños, recopilados por una profe de filosofía

Por: Hector G. Barnés

Desde hace un par de décadas, Jana Mohn Lone, de la Universidad de Washington, se ha convertido en una de las mujeres que mejor entiende los pensamientos ocultos de los niños. No es psicóloga ni pediatra. Simplemente, se trata de una profesora de Filosofía que ha promovido uno de los proyectos más interesantes para acercar dicha disciplina a los más pequeños. Se trata de PLATO, una red de aprendizaje y enseñanza de la filosofía preuniversitaria que ha llegado a un gran número de colegios estadounidenses.

“Los padres a menudo no se enfrentan a las preguntas de sus hijos como si estas tuviesen el potencial para abrir líneas filosóficas de pensamiento porque tendemos a asumir, muchas veces sin pensar realmente sobre ello, que los niños no son capaces de realizar exploraciones filosóficas”, escribe la profesora en su libro ‘The Philosophical Child’ (Rowman & Littlefield). En casi todos los países, recuerda la autora, la filosofía se considera una materia solo para adultos, al contrario de lo que ocurre con otras como las matemáticas, que también son muy abstractas. Por ello estamos perdiendo un gran caudal intelectual, ya que los niños son capaces de plantear cuestiones que quizá ni siquiera los adultos se atreverían.

La felicidad no se alcanza intentando ser feliz. Llega al buscar la felicidad de los demás

No solo eso, sino que los niños y adolescentes atraviesan etapas complejas que los adultos suelen ignorar y que, sin embargo, pueden resultar reveladoras. “La infancia es más que una etapa de ‘adultos en formación’, y las perspectivas de los niños pueden enriquecer la forma en que entendemos el mundo”, recuerda Lone. Con el objetivo de demostrar que los niños pueden aportar más de lo que pensamos, la profesora ha recogido algunas de las mejores reflexiones que ha oído de su boca para ‘Business Insider’. Aquí están las mejores.

Felicidad: “La felicidad no se alcanza intentando ser feliz. Llega al buscar la felicidad de los demás” (8-9 años)

Un clásico del bienestar bien conocido en la teoría pero olvidado en la práctica. Como recordaba una investigación realizada por el profesor de Psicología de la Universidad de Oregón Ulrich Mayr, el altruismo contribuye a despertar los centros de placer en el cerebro. Sin embargo, incluso aquellos que hablan del egoísmo del altruismo coinciden en señalar que el camino más corto para sentirnos bien es ayudar a los demás.

Una de las lecciones que se aprenden al hacernos adultos es que la línea de separación entre nuestros sentimientos no está tan clara como pensábamos. A juzgar por esta frase, muchos niños piensan de manera semejante, y son conscientes de que no es tan fácil separar una sensación de otra. O quizá solo sea una forma sofisticada de decir “los polos opuestos se atraen”…

Imaginación: “Creo que los niños no saben muchas cosas sobre el mundo y por eso nuestra mente es más libre para imaginar cosas” (7-8 años)

Basta con comparar una novela infantil con otra destinada al público adulto para comprobar cómo las primeras suelen ser mucho más libres y imaginativas que las segundas, incluso aunque estas también sean fantásticas. A medida que nos hacemos adultos, el autocontrol y nuestra socialización provocan que lo que en el pasado era un juego termine viéndose simplemente como una herramienta para entender el mundo que nos rodea. En muchos casos, dejando la imaginación fuera de la receta.

Todo lo que está vivo morirá. Así sabemos que está vivo

Madurez: “Cuando piensas por primera vez en ello, dices ‘Oh, los mayores son maduros, porque puedes confiar en ellos’. Pero también te das cuenta de que ser fiable también significa tener tu propia opinión y ser capaz de guardar secretos. ¡Y los mayores son muy malos en eso! Sin embargo, si lo piensas bien –hasta que parezca que te va a estallar la cabeza–, te das cuenta de que no se trata de tu edad o de si eres mayor o un niño, se trata de quién eres” (9-10 años)

Una de las señales de madurez es empezar a ser responsable de su propio comportamiento. Sin embargo, cada vez es más frecuente en la ficción (sea drama o comedia) ver a adultos infantilizados, incapaces, como explica este alumno, de comportarse de manera acorde a su edad, y a niños mucho más sabios que sus progenitores. No es un síntoma casual.

Muerte: “Todo lo que está vivo morirá. Así sabemos que está vivo” (7-8 años)

Uno de los momentos más complicados en toda relación entre padres e hijos es cuando se aborda el tema de la muerte. Esta reflexión suena casi orientalista, en su aceptación de la muerte como parte esencial del ciclo de la vida. ¿Y si en realidad el ser humano mantiene, de forma natural, una relación más espontánea con la muerte y es la sociedad la que impone sus tabúes a medida que crecemos?

Animales: “Lo que pensamos sobre las criaturas más importantes para nosotros depende de nuestras preferencias. Pensamos que la gente, los perros y los gatos y otras mascotas son más importantes que los mosquitos, pero eso se debe a que nos relacionamos con ellos. Si alguien tuviese un mosquito como mascota, probablemente lo verían de otra forma”.

Habrá quien califique esta reflexión de relativista o de pensamiento blando, pero también es una pertinente reflexión sobre la flexibilidad de nuestro sistema de valores que señala hacia una conciencia animalista en desarrollo.

Niños: “La infancia no consiste simplemente en convertirse en adulto. Es un tiempo para nosotros. Lo que nos ocurre nos afecta toda nuestra vida. Eso no ocurre con los adultos. Creo que lo que experimentamos lo sentimos con mayor profundidad y permanece con nosotros”

¿Cuáles son sus novelas preferidas? ¿Y películas? ¿Y discos? ¿La noche más divertida de su vida? Probablemente, aquellas que leyó, vio, escuchó o vivió durante la infancia y la adolescencia. A pesar de la importancia que tienen esas experiencias formativas en nuestras vidas, los adultos tienden a menospreciarlas, como bien señalan los estudiantes de Lone. Un buen recuerdo de que vivimos en una sociedad más “adultocéntrica” de lo que nos gustaría pensar.

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-09-29/pensamientos-filosofia-ninos_1265929/

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Francia: Science spending boosted in French budget

Europa/Francia/Septiembre de 2016/Fuente: Nature

RESUMEN: El gobierno de Francia ha propuesto un impulso inusualmente generosa a la investigación y la educación superior en su proyecto de presupuesto de 2017, publicado el 28 de septiembre. «Este es el mayor aumento desde hace 15 años,» Así lo anunció Thierry Mandon, Ministro de Educación Superior e Investigación de Francia, a los reporteros en una conferencia de prensa. Aunque el presupuesto global del gobierno aumentaría en un 2%, el ministerio de Mandon se ha asignado un alza del gasto del 3,7%, a 23.85 millones de € ($ el 26,7 millones de dólares) para el año 2017. La parte de ese presupuesto dedicado a la investigación también se elevará un 3,7%, hasta los € 7,9 mil millones. Sin embargo, algunos científicos tienen un punto más sombrío en las figuras. El gobierno, con un ojo puesto en recuperar el poder en las elecciones del próximo año, ya ha prometido un aumento de sueldo a los funcionarios públicos – el cual, en Francia, incluyen muchos investigadores y profesores universitarios. Los que pagan se eleva, junto con la tensión en el sector de la educación causada por el aumento del número de estudiantes, lo cual podría tragarse a gran parte del aumento del presupuesto de Mandon, dice Bernard Meunier, un químico que es presidente de la Academia de Ciencias de Francia.

France’s government has proposed an unusually generous boost to research and higher education in its 2017 draft budget, released on 28 September. “This is the largest increase for 15 years,” Thierry Mandon, France’s research and higher-education minister, told reporters at a press conference.

Although the government’s overall budget would rise by 2%, Mandon’s ministry has been allotted a 3.7% spending hike, to €23.85 billion (US$26.7 billion) for 2017. The portion of that budget dedicated to research will also rise 3.7%, to €7.9 billion.

But some scientists have a gloomier take on the figures. The government, with one eye on regaining power in next year’s elections, has already promised a salary increase to civil servants — which, in France, include many researchers and university teaching staff. Those pay rises, together with the strain on the education sector caused by rising student numbers, could swallow up much of Mandon’s increased budget, says Bernard Meunier, a chemist who is president of the French Academy of Sciences.

“This budget is the absolute minimum to prevent the complete collapse of the system,” says Patrick Lemaire, a biologist at the University of Montpellier and founder of the researcher-led campaign group Sciences en Marche.

The figures must still be approved by parliament and could change if presidential and parliamentary elections, to be held between April and June 2017, alter France’s balance of power.

Research-agency budgets

There is good news in the budget for the country’s national research agency (ANR), a sought-after source of project-based funds that judges grant applications on a competitive basis. At the beginning of this year, leading scientists warned that the ANR had been experiencing ‘dramatic’ cuts in funding. In March, President François Hollande promised the ANR a larger budget, pledging that more of its competitive projects would be funded than in recent years. In the 2017 draft budget, the ageny accordingly receives a 9% hike on its 2016 outlays, to €609 million.

Mandon tells Nature that he expects the success rate of grant applications to the agency to rise from 9% last year to 14% this year, and up to 20% next year. Yet, the ANR’s budget is still some 20% lower than it was in 2012, Lemaire notes, and it still has no confirmed amount dedicated to basic or blue-skies research.

Hollande emphasized the importance of basic research in a speech given a day before the budget was released, to mark the 350th anniversary of the French Academy of Sciences. “There can be no savings on basic research,” he said, adding that, over time, it determined the place of the nation’s economy. In the speech, Hollande also delivered a strong defence of science, criticizing the “constant doubts cast on scientific data”, and “obscurantists” on issues such as climate change.

A detailed breakdown of what labs can expect from the budgets of France’s other grant-giving agencies, such as the basic-research agency CNRS and the biomedical agency INSERM, will not be finalized for a few weeks, pending negotiations with research unions, a ministry official says.

Meanwhile, a controversial government system that is supposed to increase private-sector research funding — by giving away around €6 billion each year in tax credits to French companies — could be in line for reform, Mandon tells Nature. The tax credits have come under fire for their cost and for alleged abuses of the system. Mandon says that a university-led economic analysis of the system is being planned this year, and should provide a report next February. “It will be an independent study, whereas most such exercises are conducted by government agencies,” he says.

Fuente: http://www.nature.com/news/science-spending-boosted-in-french-budget-1.20709

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¿Seguir pasos o ser investigador?

Patricia Quiroga Pacheco (*)

El progreso del hombre ha estado vinculado con el desarrollo del conocimiento y este a su vez con la investigación. Durante mucho tiempo imperó una forma de proceder que aún persiste en nuestros días. Me refiero a la lógica que guía al método científico. Una sucesión de pasos que reconoce la realidad como única, la indagación desprovista de valores, la intención es la generalización a partir del estudio con muestras representativas acompañada de la siempre relación de causa y efecto. Esta lógica permeó el modo de investigar en los escenarios humanos, entre ellos en la educación.

La práctica investigativa sin conciencia ha llevado a la repetición y a la deshumanización de los hechos sociales. Por ello la formación del investigador debe ser integral y basada en aquello que subyace como piso sólido de un proceso investigativo. Con esto me refiero a lo señalado por Moya Otero (2003) quien interpreta a Habermas sobre las condiciones de racionalidad de un saber: “son aquellas que hacen aceptable las razones que se pueden definir para que las conclusiones obtenidas en una investigación puedan ser aceptadas como válidas y, como tales, al corpus de conocimiento heredado” (p. 8).

Entonces, a partir de lo señalado el investigador debe reflexionar sobre qué quiere estudiar, develar, justificar la epistemología que soportará su intención, y elegir o construir una metodología que se conecte con la misma. Bajo este escenario queda superado el monismo metodológico y epistemológico, es decir se abren los caminos y es el investigador quien debe elegir responsablemente y en forma argumentativa el modo de abordar la investigación.

Muchos autores han propuesto vías para cuidar el proceso de investigación. Sandoval (2002) hace mención a Taylor y Bogdan, estos autores señalan que lo que define la metodología es tanto la manera de cómo enfocamos los problemas como la forma en que buscamos dar respuesta a los mismos; mientras que Guba propone dar respuestas a tres preguntas básicas: ¿Cómo se concibe la naturaleza del conocimiento y de la realidad?, ¿Cómo se concibe la naturaleza de las relaciones entre el investigador y el conocimiento que genera?, y ¿Cuál es el modo de construir el conocimiento de investigador?

La respuesta a estas tres preguntas nos ubican en los tres planos del conocimiento: ontológico, epistemológico y metodológico. La realidad podrá ser única o múltiple, la relación investigador-conocimiento podrá ser objetiva (distante) o intersubjetiva (cercana), y los métodos a seguir tendrán que ser seleccionados de acuerdo a las respuestas anteriores. Una diversidad de opciones preexistentes podrán ser consideradas o en todo caso construidas por el propio investigador.

Muchos autores, quienes son estudiosos de estos asuntos, han escrito libros para poner en evidencia las posibilidades que tiene un investigador a la hora de hacer la selección. Es común encontrar en estas obras las características que definen un paradigma de investigación, e inclusive se señalan correspondencias entre paradigmas y métodos, pero más que seguir “recetas” es imperioso hacer un ejercicio de comprensión que le otorgue al investigador los fundamentos para basar sus argumentaciones y que le permitan defender la epistemología que soporta su elección.

A la luz de lo anterior, haré un intento por “poner a prueba” una intención de investigación. Su título preliminar es: Construcciones sociales acerca del rol de las universidades pedagógicas latinoamericanas en el proceso de formación continua de los profesionales de la docencia.

El título sugiere la intención de dar la palabra a los docentes para que versionen sobre la formación continua desde la experiencia vivida en las universidades pedagógicas. Ontológicamente, el tema de la formación continua es concibiendo como diverso porque será posible valorar lo que cada docente consultado tenga a bien decir, sobre lo cual podrán haber coincidencias o divergencias; pues bien, la base epistemológica que soporta esta pretensión es el construccionismo social, dado que este valora la interacción con la realidad, las realidades múltiples, pero muy especialmente el intercambio social (intersubjetividad); como opción metodológica se considerarán los que posibiliten la interpretación de los discursos de los actores sociales y aprecien lo que Heidegger denominó: estructura del mundo de la vida y den cabida al investigador como ente importante del proceso.

Lo anterior se presenta como un ejercicio didáctico que puede ser realizado por los investigadores con el propósito de apreciar las conexiones que son los cimientos de su pesquisa, y de no apreciarlas, propiciar la introversión y transformación como vías para el fortalecimiento de esta.

A modo de síntesis, el arte de investigar supera el seguimiento de pasos, se trata de un proceso de crecimiento profesional que amerita una reflexión permanente hasta llegar a la consolidación de epistemología y metodología sobre la que se erigirá el nuevo conocimiento.

Referencias

Moya Otero, J. (2003). Una ciencia de la educación ¿pluralismo metodológico y/o pluralismo epistemológico? [Documento en línea]. Disponible: http://rabida.uhu.es/dspace/bitstream/handle/10272/3519/b15761782.pdf?sequence=1 [Consulta: 2015, Enero 17]

Sandoval, C. (2006). Investigación cualitativa. Colombia: Arfo.

(*) Patricia Quiroga Pacheco

Contacto: patricia.quirogap@gmail.com

La autora forma parte del Doctorado Latinoamericano en Educación Políticas Públicas y Profesión Docente.

El presente es un artículo inedito, publicado con el consentimiento de la autora.

Fuente de la imagen:

https://pixabay.com/static/uploads/photo/2013/11/28/10/02/man-219928_960_720.jpg

https://pixabay.com/static/uploads/photo/2014/12/14/02/48/human-567566_960_720.jpg

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