Líder supremo de Irán critica plan de educación de Rouhani «influenciado por Occidente»

Irán/08 mayo 2017/Fuente: Swissinfo.ch

El líder supremo de Irán criticó el domingo al Gobierno del presidente Hassan Rouhani por promover un plan de educación de Naciones Unidas «influenciado por Occidente», que sus aliados de línea dura creen que contradice los principios islámicos.

Los comentarios del ayatolá Ali Khamenei fueron formulados antes de la elección de 19 de mayo, en la que el presidente Rouhani buscará la reelección.

«En este país, la base es el Islam y el Corán. Este no es un lugar donde pueda permitirse que el estilo de vida occidental defectuoso, corrupto y destructivo propague su influencia», declaró Khamenei ante un grupo de educadores, según su sitio en Internet.

«No tiene sentido aceptar un documento como ese en la República Islámica», agregó Khamenei, en referencia al plan Educación 2030 propuesto por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Khamenei no entró en detalles sobre su oposición al plan de la UNESCO, pero comentaristas de línea dura en Irán sostienen que su promoción de la igualdad de género en la educación es contraproducente con el Islam.

El líder supremo tiene la palabra final sobre la política en Irán y se ha distanciado en reiteradas oportunidades de Rouhani en las últimas semanas. Sin embargo, no ha respaldado a ninguno de los opositores de línea dura del presidente, entre ellos el influyente clérigo Ebrahim Raisi y el alcalde de Teherán, Mohammad Baqer Qalibaf.

Un reporte de derechos humanos de la ONU publicado en agosto de 2015 sostuvo que Irán casi ha logrado la matrícula universal y la paridad de géneros en todos los niveles educacionales.

Sin embargo, el informe agregó que las políticas de género adoptadas en 2012 llevaron a una caída en la matrícula de mujeres en las universidades.

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/l%C3%ADder-supremo-de-ir%C3%A1n-critica-plan-de-educaci%C3%B3n-de-rouhani–influenciado-por-occidente-/43163596

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Siria: El inglés con bombas entra

Siria/13 de Marzo de 2017/El Mundo

Bomba, bala, mortero, francotirador, fusil… son las primeras palabras que aprenden en inglés los niños que estudian en los colegios sirios bajo control del autodenominado Estado Islámico. También suman, restan y multiplican utilizando, en lugar de manzanas y peras, imágenes de lanzagranadas o coches bomba. [En los libros de Historia, junto a las banderas negras y un fusil Kalashnikov, los pequeños pueden ver cómo España se cuela en sus aulas representada por una carabela de Colón y un molino de El Quijote]. Algunos colegios han sido rebautizados con nombres de terroristas mártires. Y la Física y la Química están fuera del itinerario educativo por ser materias contrarias al islam…

Así es la educación del terror diseñada por el Ministerio de Educación creado por los seguidores del Al Bagdadi. Crónica tiene acceso a sus libros de texto y a todo el plan del califato para adoctrinar a sus hijos en el islam más excluyente. Entre sus 70 escuelas, el Daesh distingue incluso centros públicos, que son gratuitos, y concertados. Aunque su afán educativo trasciende las propias aulas. En las calles, los responsables de mantener el rigor de su ideario terrorista son los miembros de un gabinete creado ex profeso para ello: el de Prédica y Mezquitas, que desarrolla desde «cursos de arrepentimiento» hasta clases de jurisprudencia islámica con una larga lista de sanciones para quienes contravengan sus normas.

El Ministerio de Educación que han puesto en marcha contempla la asignatura de inglés, sí, pero con sus propios libros de texto: dos manuales editados por el Califato titulados Inglés para el Estado Islámico. Y no es el único material escolar que ha editado el Daesh para educar a sus niños y lavar sus cerebros. Todos los libros infantiles están plagados de armas. Hasta las matemáticas sirven para adoctrinar a los más pequeños en las 70 escuelas que controlan en Siria. La apariencia de los libros es moderna y atractiva. Pero sus contenidos resultan impactantes. Como un ejercicio para practicar la multiplicación, que consiste en señalar con una flecha el resultado correcto entre varias opciones para la operación «5×3». En la página no sólo hay números o dibujos infantiles: lo que los niños unen realmente con su lapicero son un lanzagranadas RPG y un vehículo militar iraquí. Otro ejercicio se llama «Ayuda al francotirador»: «Su rifle tiene 24 disparos y ante usted se encuentran siete objetivos de la coalición de cruzados. ¿Cuántos tiros recibirían de forma uniforme cada uno de los enemigos cruzados?». Otro: «Si tiene tres pistolas en frente y dispones de nuve balas, ¿cuántos disparos podrás realizar?».

La portada del libro ya advierte de lo que va a venir: la imagen de un blindado equipado con una metralleta que dispara números. Así aprenden a calcular.

Materiales como estos son obligatorios en la escuela pública de Al Yaqeen, en Abu Kamal, en la región de Deir ez-Zor, a 144 kilómetros al sur de la ciudad de Deir ez-Zor, en la misma frontera entre Siria e Iraq. En sus pupitres se sientan 300 alumnos, a cargo de nueve profesores que por 120 euros al mes siguen estrictamente el programa y los libros de texto elegidos los terroristas. Los padres no pagan nada por la educación de sus hijos; ni siquiera por el material escolar. En los últimos tres años, desde que los más de 200.000 habitantes de la localidad están bajo el control de los hombres de Al Bagdadi, el terror se ha instalado en Deir ez-Zor, pero las escuelas nunca han dejado de funcionar ni han dejado de ser públicas. La educación siempre ha sido una obsesión para el Estado Islámico.

Así que han diseñado su propio plan. Que incluye la asignatura de Historia, en la que encontramos una referencia a España. En la ilustración de portada del libro de Primaria aparece un típico molino manchego, como los de El Quijote, y una carabela de Colón, mezclados con un skyline estadounidense y una mezquita. Podría ser, éste sí, uno de los libros que todas las mañanas mete en su mochila cualquier niño español. Salvo por la bandera negra del Califato y un kalashnikov coronan la imagen.

Los pequeños del ISIS también estudian obligatoriamente Ciencias Sociales, que aprenden en inglés. El foco es la familia tradicional. En la lección 1 de este manual los niños repasan cuáles son los miembros de la familia a través de una fotografía que parece sacada de un álbum casero: sólo que si bien el abuelo, el padre y el tío son reconocibles, las mujeres -la abuela, Khadeeja, de 56 años; la madre, Hafsa, de 42; la tía Maryam, de 22 años, y la hermana Sara, de 15- no pueden distinguirse entre sí. Aparecen las cinco juntas, tapadas por un velo integral negro que cubre su cabeza y su cuerpo completamente. Cada milímetro de su piel.

Hasta aquí las ciencias. El Califato ha eliminado la Física y la Química de su plan escolar: las considera «contrarias a la enseñanza islámica», argumentan los seguidores de Al Bagdadi.

Las clases de caligrafía y gramática árabe, de sharía (enseñanza religiosa) y de educación física completan el currículum escolar planificado para ganar las mentes y los corazones de los habitantes más jóvenes del Estado Islámico.

El Ministerio de Educación del Califato, responsable del profesorado y de los programas académicos de la organización terrorista, fue una de las primeras instituciones que entró a funcionar tras la proclamación del IS y trabaja de forma coordinada con el denominado Ministerio de Prédica y Mezquitas, dedicado a difundir la ideología de la organización a través de programas educativos y de propaganda.

El proyecto educativo del Daesh echó a andar a principios de 2014 en la ciudad siria de Al Raqa. Uno de los primeros pasos fue la segregación de sexos: a partir de entonces todas las escuelas serían diferentes para hombres y para mujeres. Tras la proclamación del llamado Califato, los terroristas cerraron colegios -todos los que aplicaban el sistema educativo sirio anterior y los centros privados, lo que causó desplazamientos masivos de estudiantes y profesores- e implantaron su doctrina. Los cambios afectaron incluso a los nombres de los colegios. Ocurrió en la ciudad siria de Al Bukamal. Los terroristas rebautizaron centros como la escuela-mezquita Al-Rahman, que pasó a llamarse al-Sheikh Faris al-Zahrani, en honor a un terrorista ejecutado por Arabia Saudí en enero de 2016.

Hoy abren sus puertas en Siria alrededor de 70 escuelas con el sistema educativo del Daesh. Y aunque toda la enseñanza es pública, existen dos tipos de colegios: públicos y concertados. Los primeros son gratuitos y dependen directamente del Ministerio de Educación del Califato. En ellos el absentismo escolar es muy elevado por el temor de los habitantes a ser atacados por bombardeos de la Coalición. De hecho, en zonas como Al Raqa y Deir ez-Zor los yihadistas están utilizando las escuelas como cuarteles y no dudan en explosionarlas si se encuentran en riesgo de caer en manos del enemigo. Por eso resulta muy difícil obtener una relación exacta del número de alumnos sometidos a las enseñanzas extremistas.

Las escuelas concertadas, por su parte, fueron instauradas por maestros que siguen residiendo en zonas bajo control del Daesh y que poseen un permiso especial del Ministerio de Educación para impartir el currículum de los terroristas. Los padres pagan cerca de 10 dólares al mes por que sus hijos asistan a estas clases que son hoy la opción preferida para las familias sirias que habitan en las regiones tomadas por el régimen. Aunque algunos padres recurren también a unos colegios clandestinos donde los chicos puedan adquirir conocimientos científico-técnicos proscritos, como Física y Química, o aprender otras materias que el Daesh ha prohibido.

En Al Raqa existe además un colegio especial. Es la Escuela de los Cachorros de al-Furqan, creada recientemente para los hijos de los combatientes extranjeros. A sus aulas, a diferencia del resto, acuden niños de ambos sexos; eso sí, en distinto horario, de mañana y tarde. También es especial porque, además de recibir educación académica, sus alumnos reciben entrenamiento militar, incluido el manejo de armas largas y cortas. En la Escuela de los Cachorros, que depende directamente de la máxima autoridad en la capital siria del Califato, trabajan unos 20 empleados, hombres y mujeres. Aunque el temor a los ataques aéreos hace que su ubicación cambie con frecuencia.

Cursos de arrepentimiento

Cuando el califato implantó su sistema educativo los maestros se convirtieron en una pieza fundamental de su ejército ideológico: se vieron forzados a someterse a los llamados «cursos de arrepentimiento, para retractarse de la «infidelidad» en la que habían incurrido en el pasado al haber firmado su compromiso con los sistemas docentes sirios anteriores. Pero la estrategia de educación del grupo terrorista se extiende más allá del control de las aulas. Y quien lleva la batuta es el Gabinete de Prédica y Mezquitas.

Los soldados de este gabinete son los shariiyin (expertos en jurisprudencia islámica), una suerte de funcionarios de la administración regional que, presentes en todas las provincias, operan en las llamadas Oficinas de Prédica y Mezquitas, ubicadas generalmente en los propios templos. Sus instrumentos: sermones (jutbas) recitados los viernes en las mezquitas y que ellos mismos redactan y coordinan; cursos monográficos sobre el islam y de jurisprudencia islámica o sharía; concursos para niños y adolescentes con motivación religiosa, como los de recitación y memorización del Corán… Y los folletos y carteles propagandísticos que, expuestos en las zonas de afluencia o en los accesos a las mezquitas, explican cómo debe uno comportarse e incluso cómo debe cortarse la barba.

El arrepentimiento

Los cursos de adoctrinamiento que más asfixian a la población son los conocidos como de «arrepentimiento» (en árabe tauba o istitaba). Una verdadera pesadilla para muchos. Durante unos 45 días, los alumnos asisten a clase en un austero internado llamado Centro de Enseñanza para el Arrepentimiento. Un lugar desconocido, a menudo una gran mezquita o un edificio con suficiente capacidad, donde duermen, comen y aprenden todos aquellos que pueden suponer una amenaza para el Califato. No sólo disidentes, reclusos o miembros de otros grupos que abandonaron las armas en su día y no se han sumado al IS. También jueces, periodistas, abogados… cualquiera que haya cobrado o cobre del régimen.

Lo primero que recibe un cursillista del «arrepentimiento» son unos utensilios básicos para el aseo y para pernoctar, y una tarjeta con su nombre, número, curso y fecha de inicio. A partir de ese momento el alumno cobrará un dólar al día -más o menos al salario actual de un combatiente soltero del Daesh- y estará bajo la protección del califa.

En su primer interrogatorio, los jefes de la sharía le preguntarán: ¿participaba en las manifestaciones contra el Régimen?, ¿luchaba con las facciones contrarias al Daesh?, ¿pretende jurar fidelidad al grupo…?

El interno recibe a continuación un mensaje aparentemente conciliador. Los responsables del curso le invitan a olvidar las torturas que, en su caso, han podido padecer en las cárceles del IS, argumentando que eran fruto de la mente perturbada de los temidos Amniyin, miembros del aparato de seguridad, que «no representan al verdadero Daesh». «En todas las organizaciones se cometen errores», añaden. El verdadero Daesh es una «organización islámica» -nada más- cuya finalidad es restaurar el Califato y luchar contra los chiíes.

Fidelidad o castigo

Y así pasan los días. Con oraciones al alba, sesiones de formación sobre el Corán y la sharía, el estudio, actividades de limpieza…. Los alumnos, en pequeños grupos, ven vídeos con combates del Daesh contra el Gobierno iraquí (generalmente se evitan imágenes de la lucha contra grupos islamistas). La comida es limitada y el trato al interno es brusco, con frecuentes reproches por supuesta falta de rendimiento y acusaciones de cobardía o ineptitud. Aunque para los estándares sirios actuales, los alumnos reciben un trato digno si respetan las normas. En caso de incumplirlas, se les castiga con la prolongación de los días de internado.

Al acabar en el Centro de Enseñanza para el Arrepentimiento, los graduados tienen dos opciones: regresar a sus hogares o jurar fidelidad al grupo terrorista. A los primeros el Régimen les proporciona un salvoconducto para que se desplacen a sus residencias, con medidas de restricción de movimientos y comparecencia en las sedes del Daesh.

Los segundos, los convencidos, quedan a disposición de los terroristas como miembros de pleno derecho. Su destino habitual serán los frentes más castigados, con alta probabilidad de morir en combate. Son los menos.

Pese a que el Califato invierte mucho esfuerzo y dinero en este internado, los resultados reales de estos cursos son pequeños. Los convocados suelen asistir a las sesiones para evitar represalias sobre ellos o sus familias, pero no por convicción. Sólo una minoría modifica su ideología, jura fidelidad o se une a la lucha armada. Aunque también hay quienes, sin jurar fidelidad al IS, sí sienten fuertes convicciones religiosas y cierta afinidad ideológica con el Daesh. A ellos el proceso de «arrepentimiento» les llega a generar fuertes dudas y la «autoridad moral» de los profesores les causa una impresión positiva.

Al acabar, el graduado recibe una tarjeta acreditativa con su nombre, su foto y el sello del Daesh. En un vehículo cerrado lo conducen fuera de la instalación.

¿Y las mujeres? Apenas existen en el sistema educativo de Al Badgadi. Rara vez se convocan cursos de sharía para ellas. El Daesh entiende que deben ser los tutores, padres o esposos los que se responsabilicen de enseñar a las personas que de ellos dependen. Así, dentro y fuera de las aulas, la maquinaria sigue funcionando.

Fuente: http://www.elmundo.es/cronica/2017/03/10/58b9ac8b22601d0b0e8b45ce.html

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El Estado Islámico secuestró a 14 personas de escuela religiosa en Afganistán

Afganistán/16 de Enero de 2017/RCN Radio

El Estado Islámico (EI) secuestró este domingo a 12 profesores y 2 empleados administrativos de una escuela religiosa en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán, donde las autoridades han lanzado un operativo para su rescate.

“Desafortunadamente, nuestros 12 profesores y 2 empleados administrativos fueron secuestrados hoy por guerrilleros armados del EI en Nangarhar”, indicó el Ministerio de Educación en un comunicado.

Los profesores fueron capturados mientras supervisaban los exámenes de mitad de curso en el patio del centro.

“Nuestras actividades no son políticas ni militares, son imparciales, y tales acciones contra nuestros empleados no son justificables”, indicó el Ministerio, que agregó que todos los profesores son religiosos.

Attaullah Khogyanai, un portavoz del Gobernador de Nangarhar, confirmó el secuestro e indicó que las autoridades locales han comenzado a realizar “serios esfuerzos” para el rescate y liberación de los profesores.

Nangarhar ha sido el principal bastión del EI desde su aparición en 2015, donde mantienen combates no solo con las fuerzas de seguridad afganas sino con los talibanes.

La presencia del grupo terrorista en esta provincia se ha reducido de 10 a apenas 2 o 3 distritos tras varias operaciones de las fuerzas afganas con apoyo de Estados Unidos.

No obstante, el EI continúa perpetrando atentados y acciones de gran impacto en diversas partes del país.

Afganistán atraviesa una situación de recrudecimiento de la violencia desde el fin, al término de 2014, de la misión militar de la OTAN, que se mantiene en el país con alrededor de 13.000 efectivos en tareas de asistencia y capacitación a las tropas afganas.

Fuente: http://www.rcnradio.com/internacional/estado-islamico-secuestro-14-personas-escuela-religiosa-afganistan/

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Libro: El mundo árabe desde Sudamérica : posicionamientos y visiones a partir de la Primavera Árabe

Reseña: Esta compilación es el fruto de la tarea de colaboración entre el Programa de Estudios sobre Medio Oriente del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba y el Instituto Rosario de Estudios del Mundo Árabe e Islámico (IREMAI), mediada a través de encuentros y talleres de trabajo realizados en los últimos años. Así, este trabajo procura materializar los resultados de investigaciones individuales y colectivas que convergen en torno a la agenda interregional sudamericano-árabe, sus contenidos, actores, discursos y representaciones. en dicho esfuerzo confluyen diversos enfoques disciplinarios: la comunicación, la historia, la ciencia política y las relaciones internacionales.

Fuente de Descarga: http://biblioteca.clacso.edu.ar/novedades/novedades_inicio_detalle.php?id=12159

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Niños sirios regresan a las aulas tras expulsión del EI de Manbij

Siria/10 de octubre de 2016/La Información

En el primer día «normal» de escuela desde hace dos años, un grupo de alumnos de Manbij grita en el patio, haciendo caso omiso de los grafitis del Estado Islámico, expulsado de esta ciudad siria hace casi dos meses.

Para ellos, se trata de un día excepcional pues es su primera vuelta a las aulas normal tras haber vivido dos años bajo el yugo del grupo yihadista.

«Estamos felices de haber vuelto a la escuela y esperamos venir todos los días», asegura Ghefrane, una niña de 9 años, con coleta y suéter rosa claro.

Ghefrane regresó a la escuela Bayram, que el EI había denominado «Abdallah Azzam», nombre del fundador del yihadismo mundial.

El grupo extremista había prohibido la enseñanza tradicional, priorizando los cursos de religión, y había pintado en los muros que rodean el centro su bandera negra y blanca.

«El EI no nos dejaba ir a la escuela […] Echábamos de menos a nuestros profesores y lo que nos enseñaban, así como nuestros libros de texto», confía a la AFP.

Los yihadistas se apoderaron de Manbij a principios de 2014 e impusieron allí su interpretación radical del islam.

Cerraron cientos de escuelas en la ciudad y en sus alrededores en noviembre de 2014, dejando sin clases a 78.000 niños durante dos años, afirmó el coordinador del departamento de educación de la ciudad, Hasan Harun.

Pero el pasado agosto, combatientes kurdos y árabes agrupados en las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y apoyados por Estados Unidos retomaron la ciudad.

Inmediatamente después, Harun y su equipo se pusieron manos a la obra para establecer un inventario de las escuelas que podían recibir alumnos de nuevo.

De los 390 centros de enseñanza de Manbij y sus alrededores, 192 reabrieron este año y 59 están siendo reformados.

El resto de las escuelas siguen estando controladas por el EI, afirma Harun.

«El comienzo del año escolar fue realmente magnífico. Allá donde iba la gente me preguntaba: ¿Cuándo reabrirán las escuelas?», indica Harun, sonriendo. «Todo el mundo estaba muy entusiasmado».

Harun guarda malos recuerdos del breve reinado del EI, asegurando que algunos de sus colegas fueron decapitados, acusados de «colaboración con el régimen».

En la escuela Bayram, durante el recreo, los niños corren por el patio con un balón de fútbol desinflado o se divierten jugando con las piedras.

Dentro, una veintena de escolares patalean en sus bancos mientras dos jóvenes maestros les explican que tendrán que recuperar en diez meses todo lo que no aprendieron en dos años.

Radiante, la pequeña Rana al Hussein, de 9 años, está sentada en primera fila, con una pequeña pila de libros en su pupitre.

«Cuando la gente de Dáesh [acrónimo árabe del EI] estaba aquí, no estudié. Sólo vine al colegio dos o tres días y después paré», dice.

«Se me partía el corazón, de verdad, cuando veía que utilizaban nuestras escuelas para almacenar minas», agrega, explicando que quiere convertirse «en médico para ayudar a la gente».

«Lo más triste era ver a los niños intentando aprender un oficio o jugando al balón en la calle, pues no tenían otra cosa que hacer», señala Tarek Al Sheij, profesor de la escuela Bayram.

Si bien los docentes están contentos de volver a las aulas, saben que tienen mucho por hacer. Los libros y el material escolar escasean y los niños están tan retrasados se han tenido que agrupar en la misma clase a alumnos de diferentes edades.

«Como pueden ver, algunos estudiantes apenas recuerdan el alfabeto», subraya Hassan Othman, un profesor de una veintena de años.

«Cuando cerraron las escuelas y tuvieron que quedarse en casa, los profesores tenían la sensación de que todo lo que habían enseñado (…) se había olvidado», cuenta Hassan.

«Así que pueden imaginarse lo que hemos sentido cuando [las escuelas han abierto]. No hay una sensación más agradable».

Fuente: http://www.lainformacion.com/educacion/escuelas/Ninos-regresan-expulsion-EI-Manbij_0_957805232.html

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El burkini en la Europa de las libertades

Por Ángeles Ramírez

En estos días, la vestimenta de las musulmanas ha vuelto a estar de actualidad porque al menos diez ciudades costeras francesas han prohibido el burkini, un bañador de cuerpo entero con un gorrito, que utilizan las mujeres que no quieren mostrar el cuerpo. Como obedeciendo a una consigna, algunos alcaldes – la mayoría del partido Republicano de Sarkozy, más un socialista- decidieron a la vez que ese traje de baño debía ser erradicado de las playas francesas.

Los argumentos para la prohibición, como siempre, han sido de lo más diverso, pero al saltar a los medios españoles, hay básicamente uno: que el burkini representa la opresión sexista y las mujeres que lo portan, la vanguardia del islam y el oscurantismo fundamentalista.

De este modo, el prohibicionismo sostiene que esas vestimentas son símbolos que atentan contra la autonomía de las mujeres, contra la igualdad de géneros y que por tanto, necesariamente las mujeres lo llevan contra su voluntad, mostrando justamente su sumisión y necesidad de ser liberadas y empoderadas. O aún peor, lo llevan voluntariamente, lo cual muestra su intención de extender esos valores patriarcales en la “Europa de las libertades”. La discusión sobre el burkini ha hecho reaparecer también al pañuelo y al niqab, como parte del escenario discursivo.

Sin embargo, la afirmación de que estas prendas son siempre un signo de dominación patriarcal, no refleja la realidad: la relación entre el pañuelo y el patriarcado es diversa porque lo son los contextos en los que viven 1.500 millones de personas musulmanas.

No es lo mismo un pañuelo en un país como Arabia Saudí, con norma vestimentaria para las mujeres, que en Francia, donde está prohibido llevar un niqab por la calle; ni el de una mujer trabajadora del puerto de Tánger que el de una de la alta burguesía yemení; ni el de una activista universitaria belga que el de una campesina senegalesa.

Para muchas mujeres, poder llevarlo como parte de sus creencias religiosas es un triunfo, como sería el caso de una francesa con niqab; para otras, es la herramienta para poder salir a la calle y trabajar o estudiar o bañarse en el mar, como la joven obrera cairota; y para otras, finalmente, puede ser una imposición legal o social contra la que se revuelven, como las mujeres saudíes. Por otra parte, la correspondencia entre “más ropa = mujeres sometidas // menos ropa = mujeres emancipadas” es muy cuestionable también en el mundo no musulmán, en que los cuerpos semi-desnudos de las mujeres se han convertido en una mercancía al servicio del patriarcado.

Lo que siempre es inequívocamente un signo del patriarcado es que a las mujeres, por ley, se las obligue a vestirse (o a no hacerlo) de determinada manera y sean multadas o encarceladas si no lo hacen. Es bien interesante que a nadie se le haya ocurrido perseguir legalmente – ni en la playa ni fuera de ella- a los hombres con barba larga, con qandoras y pantalones hasta los tobillos, signo inequívoco de la militancia salafista. O a las monjas de la mayoría de las órdenes católicas, que defienden valores contrarios a la igualdad entre hombres y mujeres, como bien nos enseña el obispo Cañizares, entre muchos otros.

Por tanto, el tema de los significados no se resuelve y estas generalizaciones señalan un gran desconocimiento –y atrevimiento- de las realidades sociales y políticas contemporáneas por parte de las personas responsables de los discursos y de las políticas. Algo semejante se podría decir del otro tema de los debates, la asociación del burkini con los grupos fundamentalistas y de las mujeres que los llevan con las vanguardias de estos grupos. Según el primer ministro francés, es la traducción de un proyecto político de contra-sociedad.

Sin embargo, es absurdo suponer que todas las mujeres musulmanas que van con hiyab o burkini y sí, también con niqab, son militantes islamistas o que están comandadas y manipuladas por quienes sí lo son. Por supuesto que hay mujeres activistas de diferente índole entre las musulmanas, algo que por otra parte no es ilegal. Lo que sí es ilegal –por no poner otros adjetivos, como totalitario o fascista- es prohibir ciertas vestimentas porque representan determinadas posturas políticas que no compartimos. En todo caso, debemos combatir esas ideologías con herramientas políticas: la restricción de derechos no lo es.

Sorprendentemente, ha sido poco tratado el tema más importante, que es el déficit democrático que supone la prohibición de una prenda vestimentaria en un lugar público. Obviamente, el objetivo de los Estados prohibicionistas no es la lucha contra el patriarcado y la salvaguarda de la igualdad entre hombres y mujeres, puesto que no parece haber una relación entre la prohibición y la disminución de la desigualdad.

Es fundamental recordar que el veto al burkini –como antes pasó con el hiyab y el niqab- se inscribe una larga lista de restricciones de derechos a las personas musulmanas en Europa, a través de la regulación del cuerpo de las mujeres, con el fin de disciplinar a poblaciones que son identificadas por el discurso dominante como diferenciadas de la “nacional” e “intrusas”, independientemente de su nacionalidad. Pero además son socialmente menos favorecidas y por tanto, más sensibles a la discriminación y al racismo. Son las “clases peligrosas”.

Por ello puede afirmarse que se trata de leyes, de dictámenes o normas que van directamente contra las mujeres musulmanas, contra las comunidades musulmanas y contra la población en general.

Pero la cuestión va mucho más allá, porque no se trata de Europa contra el islam, sino del control del espacio público por parte del Estado, comenzando por las poblaciones más vulnerables. Es un modo de aprovechar el estado de emergencia o el miedo al terrorismo para imponer restricciones a la ciudadanía: en la misma línea que se prohíben concentraciones o se elabora una ley mordaza que recorta la libertad de manifestación, se veta el niqab, el burkini o el hiyab, en nombre de la supuesta protección de la población. Políticamente se institucionalizan las políticas racistas, empujando a la gente y a parte de la izquierda hacia los discursos identitarios de la derecha y la extrema derecha, que definitivamente, son los únicos actores, junto con el patriarcado, que se refuerzan en este contexto. Luchemos contra eso.

Fuente:  http://www.vientosur.info/spip.php?article11639#sthash.TtmLL0S5.dpuf

Imagen tomada de: http://scd.france24.com/en/files/imagecache/france24_ct_api_bigger_169/article/image/france-burkini-maires.jpg

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