Cuarta Transformación O Transformación De Cuarta

Por: Miguel Erasmo Zaldívar Carrillo

 

La Cuarta Transformación ya cumple más de un año de nacimiento y Patricios y Romanos se aprestan a darle con el mazo porque para muchos esta época histórica es la hija de nadie, la huérfana de teorías a la que debemos asesinar: los de la derecha la odian por atrevida y los de la izquierda, por tímida.

Al criticar, por ejemplo, a la reforma educativa le llaman “La reforma de la cuarta T” para dejar claro que, no es una propuesta ni de la izquierda ni de la derecha; que es algo insulso sin contenido ni destino que merezca ser defendido. La izquierda[1] no la llamaría “nuestra reforma” porque una parte de ella, la mayor, se alejó de los debates y prefirió observar desde las gradas para el camino que tomaba el toro sin arriesgar en la trifulca; y la que sí participó lo hizo tibiamente, como un amague. La derecha, por su parte, se metió en el ruedo y propuso (en nombre de la maestra y el propio), y gritó y jaloneó hasta que logró una reforma flaca que no llega a reforma; pero no la adopta, porque pertenece a un gobierno al que ni por poco desearía validar.

La 4T nos dejó con las ganas dirían algunos desde las calles en medios de sus protestas; no es lo que pensábamos; es más de lo mismo, esta es una transformación de cuarta. Es a este punto al que me quiero dedicar en esta pequeña reflexión. ¿Es la 4T más de lo mismo? ¿Constituye la 4 T un paso adelante o no lo es? ¿Es cuarta transformación o transformación de cuarta? No pretendo acá debatir con la derecha neoliberal, corrupta y entreguista porque a ellos no les interesan más que sus propios intereses y los de sus amos: el dinero y el imperialismo norteamericano.

Para dar curso al análisis que proponemos abordaremos algunos puntos de partida:

  1. El movimiento al que denominan 4T nace del disgusto social al que nos condujo el neoliberalismo rapaz y ello garantizó que a su rededor se agruparan muchísimas personas de extracción humilde, de clase media y algunos elementos de la burguesía nacionalista. Esto significa que no es un partido que nace de una ideología X (de izquierda o de derecha) sino un movimiento social heterogéneo que con el pasar del tiempo debuta como partido en su aspiración de tomar el gobierno y ejecutar su proyecto (ciertamente su proyecto conlleva un beneficio notable hacia los más desposeídos y eso tiene a que se le clasifique como de centro izquierda o izquierda). Aunque debe decirse con toda claridad que ni los que se creen de derecha ni los de izquierda puede reclamar para sí la paternidad de tal movimiento.

En la historia de los partidos mexicanos, los de más larga data, se aprecia con mucha fuerza su constitución institucionalizada. Son organizaciones establecidas desde una cúpula con ideales definidos y con el recurso para aglutinar en rededor a los que compartieran esos ideales. Así pasó con el PRI, el PAN y el PRD.

MORENA crece de otro modo y por ende carece de los males de estos partidos tradicionales a los que hoy tiene que enfrentarse. Morena nace desde abajo, sin dinero, sin recursos para comprar voluntades. Morena va tocando puertas, deshelando voluntades, ofreciendo una utopía, que, en aquellas negras condiciones históricas, ya parecía inconquistable. Y logra lo inaudito, en muy pocos años, arrebata el resultado electoral a los partidos tradicionales con toda y su estructura, sus subalternidades y estructura material. Morena no nace del caudillismo como se ha querido argumentar; nace de la utopía a las que nos obligó la terrible noche neoliberal. Era tanta la corrupción, el descaro y la transa que mucha gente terminó por creer que debíamos unirnos y hacer algo ya.

  1. El movimiento al que denominamos 4T tuvo que construir sus estructuras en un corto tiempo, apelar a la selección de representantes que muchas veces no tenían la experiencia mínima y en otras carecían de toda la catadura moral deseada.

De pronto, sin experiencia y sin tener el capital humano necesario se dieron a la tarea de elegir representantes; muchos de ellos, con colas largas; como se dice por estos lares. Se tuvieron que hacer alianzas para poder llegar al gobierno, de otra manera habría sido imposible. Y se empezó a trabajar en una dirección que yo, en lo personal considero fundamental: el saneamiento moral del gobierno. Una propuesta ética que atrajera a la masa empobrecida y evitara la riposta de la derecha cínica. Esto no es poca cosa; los gobiernos de izquierda y centro izquierda que han fracasado en este continente lo han hecho por problemas relacionados a la corrupción que no pudieron exorcizar. Cuando AMLO dice “no robar, no mentir, no traicionar” está apelando a un discurso de esencias porque el hombre es ética y sin ella nos queda la barbarie.  En el contexto histórico mexicano esta idea resulta de una trascendencia contundente, porque ofrece una utopía a la terrible realidad que vivíamos y de paso, aniquila las posibilidades de recuperación de sus oponentes porque ellos que nacieron y crecieron en las corrupciones no pueden sustraerse de ellas sino a costa de perder hegemonía.

  1. La hegemonía que MORENA está construyendo se basa en la moralidad, en el servicio y en la rendición de cuentas de los representantes y, eso, como ha de entenderse, se constituye en un ejercicio educativo que llevará tiempo, esfuerzo y muchas traiciones. La dominación de la derecha histórica mexicana, luego que se decidió abiertamente por el neoliberalismo, se basaba en la compra de voluntades y el asesinato de oponentes. El ejercicio de la política al más alto nivel se comenzó a caracterizar por la mediocridad, la banalidad y el desparpajo. Era de entender que una oposición que carecía de toda moralidad estaba lista para su muerte definitiva. Las barbaridades de Peña Nieto no fueron otra cosa que la expresión de la esencia de una manera de hacer política para servir a unos pocos.

Es por ello que en el ejercicio actual de gobierno el mayor reto de la lucha contra la corrupción son las propias estructuras burocráticas heredadas por el nuevo gobierno y que en sus ethos fusionaban con la lógica de “el que no transa no avanza”. Y ello, bajo el fuego cruzado del PAN y el PRI que, como se sabe, utilizan balas trazadoras llenas de billetes y cheques en blanco. Hoy vemos como los equipos para atacar el Covid-19 se pierden en algunas entidades estatales demostrando la permanencia de agujeros negros de corrupción en los que pueden perderse muchas buenas intenciones de la 4T. ¿Cuántos representantes de MORENA resistirán la tentación? Solo la historia dirá con quienes le atinamos y con quienes no. Pero para saberlo no podemos dejar de hacer ni de avanzar.

  1. MORENA, al ser una propuesta ética y de restauración nacional debe llamar a la unidad en todo momento. Por primera vez en muchos años tenemos un gobierno de todos y para el bien de todos y no un gobierno de minorías rapaces de espaldas al pueblo trabajador. Esta realidad tiende a arrebatar los ánimos a algunos izquierdistas que sienten nauseas de caminar junto a antiguos enemigos y viejos explotadores.

En este punto los que se ubican a la izquierda y en el centro izquierda debe estar en el ánimo de trabajar para construir. No debe ocurrirnos como con la reforma educativa: que a falta de propuestas unidas y contundentes por parte de las izquierdas; la historia, que no se detiene, se inclinó a la derecha. Las tibias reformas que logramos en el plano educativo no solo se deben a la tozudez de la derecha que no se dejará derrotar a las buenas, sino que también son resultado de nuestro desempeño y nuestra incapacidad de unirnos definitivamente en este crucial momento de la historia.

Los que se suman a la tarea de transformar a México serán de una ayuda enorme, lo que por celos o dudas no se sumen estarán del lado equivocado de la historia. Sumarse no significa tener las mismas visiones, ideas o argumentos. Lograr esto es imposible en un país tan basto y diverso como México. Para unirnos debemos solamente entender que nos enfrentamos al mismo enemigo histórico y que frente a ese enemigo hemos perdido muchas veces por nuestra falta de unidad. La historia cuando el oprimido la deja a su albedrío puede ser cruelmente cínica: ver al hijo de Colosio del lado de los asesinos de su padre no hace más que confirmarnos esto.

La revolución de Octubre de 1917 comenzó siendo una revolución democrática burguesa y no una revolución proletaria; las primeras expectativas en cumplirse no fueron las que directamente afectaban a la masa oprimida; cada cosa se haría en su momento. Lenin, explicando la importancia de los momentos de transición entre la revolución democrático-burguesa y la revolución proletaria y la necesidad de que los obreros comprendieran explicaba “(…) la lucha y solamente la lucha, determina hasta qué punto la segunda logra rebasar a la primera” (V.I.Lenin, 1928, pág. 161) Para este político y revolucionario es la lucha la que va abriendo las posibilidades históricas y la que decide que bando sale vencedor. Retraernos de los momentos y espacios de lucha es una dejación y una irresponsabilidad.

Debemos entender con total claridad que la 4T es solo un momento histórico con una muy especial coyuntura; si deseamos justicia debemos presionar, trabajar, movilizar y unirnos para que esa justicia se concrete. Si queremos mejorar la educación hay que tomar todos los espacios de lucha y construir, proponer, trabajar para que esa educación se dé y para que los cambios sucedan. Ni la injusticia desaparece sola ni la justicia crece por generación espontánea. Debemos sumarnos a la historia.

  1. MORENA no es un destino, es solo el instrumento que hemos construido para hacernos del timón de la historia e inclinarlo a favor de los más desposeídos. Debemos ser capaces de construir un instrumento como este y de mejorarlo sistemáticamente. El enemigo nos dirá que no servimos para esto o para lo otro, crearán dificultades para que no podamos avanzar ni en la dirección ni en la velocidad que queremos, para ello debemos estar preparados.

Es fundamental pensar este punto calmadamente porque para la derecha asesina mexicana es fácil hacer desmadre para responsabilizarnos de ellos. Impedirán que los hospitales estén listos a tiempo, crearán dificultades para que lleguen los medicamentos, harán todo por retrasar las obras, criticarán las obras que hagamos. Ello no debe ser fuente de desánimo; es natural que no deseen perder sus privilegios históricos, es natural que luchen a muerte porque son muchos los goces que están perdiendo.

Con tristeza vemos que cuando se asesina a una mujer o a un luchador social algunos dicen: hay van aumentando los muertitos de la 4T; haciendo responsable a este gobierno de la muerte dolorosa de un camarada. La derecha entonces replica como campana de iglesia: “Si, los muertos de la 4T”. Me queda claro que cuando digo gobierno no hablo de un bloque monolítico y ético que ya está al servicio de la liberación. Es claro que el gobierno de Oaxaca no es ni paralelo ni solidario con el gobierno de Veracruz.  No es lo mismo un gobernador priista que uno panista que uno de ellos vestido de MORENA que un gobernador francamente morenista al servicio de la nación. La diversidad de políticos que se junta en este momento de la historia puede quitar las ganas de lucha a algunos. La derecha que no se deja derrotar se preparó muy bien para penetrar a MORENA que no termina de vencer. Es el momento de los monstruos como nos alertaba el viejo topo.

Para montarnos en la 4T y llevarla a puerto seguro debemos aprender a entender las complejidades de la historia y del momento en que vivimos. Repito, estamos en una coyuntura a la que denominamos 4T y podremos sacar de ella todas las victorias que seamos capaces si nos unimos y trabajamos con suficiencia. Pudiera ser que la derecha, igual que se roba los respiradores, asesine a nuestros camaradas, ahora que gobierna la 4T, solo para robarse la esperanza y la fe en la victoria que se construye. Ha hecho tantas atrocidades que no nos extrañaría.

  1. Sin tener conciencia histórica y una utopía es muy difícil conquistar la liberación de nuestros pueblos porque la magnitud de los sacrificios que tendremos que hacer exigen de nosotros un carácter a toda prueba y ello emerge de la lucha diaria y de la educación que seamos capaces de construir.

La educación del capitalismo es anti utópica y contraria a la unidad que son, como se ha dicho, dos pilares fundamentales de todo proceso de liberación actual. Es anti utópica porque pone al sujeto con sus mezquinos intereses personales por encima de la colectividad y la sociedad.  El éxito ha sido definido desde un sujeto para un sujeto que está, por definición, de espaldas a la sociedad humana. Se es exitoso cuando se llega, en solitario, a ciertos niveles establecidos de antemano por la competitividad y la meritocracia.  La utopía, por el contrario, es colectiva, social y se alimenta del sacrificio que hacemos por los otros. La utopía salva al hombre del hombre y es por ello que en este momento la tarea esencial de la derecha mexicana es evitar que esa utopía se visibilice por las grandes masas y se pueda concretar en hechos.

Cuando nos arrebatan la utopía nos quitan con ello la unidad necesaria. Una va de la mano de la otra. Y es que la unidad frente a la barbarie del neoliberalismo solo puede darse en torno a una nueva eticidad y, esa eticidad, estará sostenida en la visión de un mundo en el que esta barbarie sea superada definitivamente. Pero no debemos llamarnos a engaños: Luego de Juárez vino Porfirio y luego de Cárdenas los gobiernos neoliberales. Podemos estar en un excelente momento y luego pasar a otra oscuridad histórica de muerte y despojo.

Es por ello que debemos considerar el último punto de este pequeño análisis.

  1. La 4T deberá convertirse en un poderoso proceso educativo a nivel social, familiar, escolar e individual. Fundar éticamente a una nación implica el sacrificio, confianza y el trabajo sistemático de todos; en especial de los maestros.

En lo personal creo ver en las mañaneras una actividad especialmente pedagógica. No se trata solo de que el residente en persona informe cada día lo que ya es, en sí, de una capacidad de dirección, una coordinación del trabajo y una humildad innegable. En este ejercicio de mandar obedeciendo se ve al presidente responder, respetuosamente, las mayores majaderías imaginables dando un claro ejemplo de civismo y responsabilidad frente a sus funciones. Se agrupan periodistas y panfletarios de las más diversas tendencias políticas y a todos se les atiende con la misma seriedad. Si cada presidente o gobernador de este país se tomara este ejercicio en serio y lo ejecutara en sus territorios al menos una vez a la quincena ya sería de una enorme ganancia.

La derecha se está ocupando de desvirtuar este ejercicio de democracia para arrebatarle su potencial político educativo. Ni en las mayores democracias del mundo se había visto un fenómeno tal de rendición de cuantas permanente y esencial de todo el aparato central de gobierno porque el presidente llama a cada burócrata a asumir su función de servicio con el mismo respeto y humildad. ¿Cuándo con Fox, Calderón o Peña tuvimos algo ni cercano a esto?

Pero este ejercicio educativo sería insuficiente si quedara a nivel de gobierno. Si nos restringimos solo a su dimensión pedagógica debemos reconocer que la escuela está siendo convocada a desarrollar hacia sus interiores ejercicios similares en los cuales la propuesta de Freire quedaría castrada de su potencial emancipador. Sin educación la 4T quedará solo en buenas intenciones.  Necesitamos continuar luchando por la mejora del modelo educativo mexicano, pero junto a ello hemos de construir la escuela que nos merecemos.

 “La herencia de la cultura capitalista y la contaminación de la masa de maestros con sus defectos, (…), no puede,  sin embargo, impedir que se tome a esos maestros en las filas de los trabajadores de la enseñanza política, ya que estos maestros poseen conocimientos, sin los que no podremos alcanzar nuestros objetivos.” (V.I.Lenin, 1928, pág. 151) “Nuestra tarea consiste en vencer toda la resistencia de los capitalistas (…) la ideológica, la más profunda y poderosa”) (V.I.Lenin, 1928, pág. 151)

 La tarea educativa también ocupó la atención de los procesos emancipatorios en este continente; Cuba y Nicaragua son dos excelentes ejemplos de ello. Cuando en Cuba las bandas contrarrevolucionarias asesinaron a Conrado Benites y cuando en Nicaragua se asesina a Águedo Morales lo hacen sabiendo que la tarea de educar es de primer orden y que la revolución sin educación no puede avanzar. Cualquier transformación social de profundidad que pretenda desarrollarse sin producir los necesarios cambios educativo queda en el intento, experiencias hay muchísimas.

  1. Aunque la figura de AMLO ha sido esencial para lograr la unidad en torno a la utopía que nos llevó a la victoria debemos ser cuidadosos de no personalizar demasiado los procesos tal y como pretende la derecha conservadora.

Para la derecha conservadora todo es AMLO y en torno a AMLO. Ello es un elemento esencial de su guerra ideológica porque se debilita un proceso que se hace depender de un sujeto, con todas las limitaciones que como hombre portamos cada uno de nosotros. La izquierda no debe cometer el error de identificar a la 4T con el presidente, aunque él es su rostro más visible y congruente. En primer lugar, porque se invisibiliza el trabajo de millones de personas que la energizan, la ejecutan y la sostienen y; en segundo lugar, porque si falta la persona se asesina al proceso, como han hecho muchas veces en la historia.  AMLO no es la 4T sino un soldado, abnegado, consciente y sacrificado a su servicio, es un compañero de lucha.

En este sentido debemos tener muy claro que estamos en un proceso histórico vivido por  millones de personas comprometidas con la transformación nacional. Debemos entender que habrá muchos aciertos y también desaciertos que nos pertenecen a todos por igual. Si no deseamos errores no deberíamos hacer revoluciones. No se hacen estas transformaciones con un protocolo guía, no nos dieron la victoria con un mapa de la ruta a seguir, debemos improvisar y tenemos derecho a errar. Sin embargo, nuestros errores y los errores de la derecha conservadora son de muy diferente naturaleza (pero eso será tema de otra comunicación).

Considero que AMLO es una garantía porque su transparencia personal, su fidelidad a las ideas y su apego a la legalidad se constituyen en una poderosa e inagotable fuente de atracción. Pero el proceso es responsabilidad y pertenece a todos. No se puede aniquilar la corrupción por decreto sino con acciones conscientes de millones de mexicanos. Estamos de acuerdo en que las escaleras se barren de arriba hacia abajo, pero para saber si quedaron limpias se debe subir de abajo hacia arriba. Las dos direcciones de trabajo son fundamentales porque el control debe emerger del espacio del que emana el poder, el pueblo.

En este punto diríamos que la 4T será o no será más de lo mismo, en dependencia de lo que hagamos los que estamos inmersos en el cambio y de cómo seamos capaces de sortear las dificultades que nos ponga la derecha y la vida. Nadie pensó que a estas alturas estaríamos encerrados en casa, cosa que afectará el desarrollo económico previsto y tal vez algunos programas, pero hacer de esta situación otra victoria dependerá de nosotros.

En definitiva, la respuesta a la pregunta de si esta es una cuarta transformación o una transformación de cuarta dependerá de lo que hagamos todos en este crucial momento de la historia. Lo que sí nos queda claro es  que no tendremos a nadie para hacer responsable por aquello que debimos emprender entre todos.

 

Referencias

V.I.Lenin. (1928). La cultura y la revolución cultural. Moscú, URSS: Progreso.

 

[1] No es claro hablar de izquierda, pero no teniendo otro remedio lo haré queriendo conceptuar a todas las fuerzas que buscan algo de justicia social para los ninguneados de la historia desde posturas muy diversas y, no pocas veces, distantes.

 

El autor escribe para OVE

Imagen: https://pixabay.com/illustrations/mexico-flag-mexican-flag-1460659/

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