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Informe: «En épocas de crisis el racismo recrudece».La brecha entre blancos y negros en Latinoamérica.

Por: actualidad.rt.com/23-05-2018

América Latina presenta grandes condiciones de desigualdad, manifestada en los ingresos, el acceso al trabajo, la educación, salud y vivienda digna, que varían según el color de piel. Mientras en Argentina se escondió a la minoritaria comunidad afro durante décadas, en otros países de la región, como Brasil y Colombia, el conflicto toma mayores dimensiones por su densidad poblacional y su inmensa brecha social.

«No es fácil ser parte de una minoría en Argentina», considera Miriam Gomes, una ciudadana afrodescendiente nacida en el Cono Sur. Su padre llegó al territorio latinoamericano partiendo desde Cabo Verde, su país de origen, un pequeño grupo de islas ubicado en el océano Atlántico que al día de hoy apenas supera los 500.000 habitantes. En la actualidad, según la entrevistada, hay unas 25.000 personas vinculadas a aquella nación —por haber nacido allí o tener ascendencia con ese origen— radicadas en el suelo argentino.

Miriam Gomes, presidió cuatro veces la Sociedad Caboverdiana en Argentina.«El racismo es histórico en la escuela. Esto no se enseña porque la nación argentina se constituye como un proyecto de país que se pretendía blanco, culturalmente europeo. Había que borrar rastros de otras culturas, sobre todo en el siglo XIX».Miriam Gomes, presidió cuatro veces la Sociedad Caboverdiana en Argentina.

«La comunidad llegó a mediados del siglo XIX y comienzos del XX, en calidad de ciudadanos libres, pero huyendo de las condiciones de sometimiento en las que vivían con el colonialismo portugués», repasa. Asimismo, aquellas islas «tenían falta de agua, en verdad pueden pasar cinco, seis o siete años sin lluvias, lo que provocó hambrunas tremendas a lo largo de su historia». Así las cosas, los inmigrantes que llegaron al continente americano «encontraron trabajo rápidamente en la marina mercante o en astilleros», enseña, «lo que permitió que las comunidades se asentaran, resolviendo el tema del idioma, la salud y el trabajo».

Gomes es argentina e hincha de Racing —uno de los equipos grandes del fútbol argentino—, aunque la construcción del sentido común local siempre planteó que el ciudadano argentino debe ser blanco, exclusivamente, dejando a un lado a negros e indígenas. Aclarar que nació en la región rioplatense es una constante en su vida: «Ponen en duda mi nacionalidad todo el tiempo, me preguntan de dónde soy. La primera impresión es creer que uno es de afuera, la extranjerización», comenta. Por esta clase de obstáculos sociales, es necesario que las comunidades minoritarias se mantengan unidas. En efecto, la entrevistada presidió la Sociedad Caboverdiana de Argentina en cuatro oportunidades, siendo la primera mujer en hacerlo desde 1993: «También tuve que librar una batalla al interior de la comunidad contra el machismo y el patriarcado», destaca.

La historia de las comunidades afrodescendientes en Argentina está oculta. De hecho, pocos saben que habitan el territorio incluso antes de la conformación del Estado moderno. La idea de que el país está conformado exclusivamente por descendientes de europeos, causalmente, traspasó fronteras y también se repite en otros sitios de la región, invisibilizando a muchos colectivos sociales.

Miriam Gomes, presidió cuatro veces la Sociedad Caboverdiana en Argentina. «No tenemos acceso a la toma de decisiones ni a los poderes del Estado. Nuestros chicos apenas terminan la escuela primaria, la confrontación racial es muy fuerte y muchos abandonan».Miriam Gomes, presidió cuatro veces la Sociedad Caboverdiana en Argentina.

Miriam fue docente de Literatura durante más de 30 años en colegios públicos de la provincia de Buenos Aires, y sostiene que este pensamiento se sostuvo por un fuerte sesgo ideológico, también desde las aulas: «El racismo es histórico en la escuela. Esto no se enseña porque la nación argentina se constituye como un proyecto de país que se pretendía blanco, culturalmente europeo. Había que borrar rastros de otras culturas, sobre todo en el siglo XIX». Los alumnos difícilmente aprendan sobre héroes, patriotas, artistas, pensadores, gestas y luchas de la comunidad afro, que también integran la cultura argentina.

Sobre el aspecto educativo, critica que en las escuelas suele enseñarse que en 1813, cuando se impulsó la libertad de vientres —que garantizaba la libertad a los hijos de esclavas —, se terminó la esclavitud en su totalidad. «La esclavitud se abolió en 1853», cuando nació la Constitución Nacional, desmiente. Al respecto, expresa: «En realidad, siempre me llamó la atención que Argentina tuvo cuatro décadas de vida republicana conviviendo con un régimen esclavista y nadie hace hincapié en ese dato». A veces, la indiferencia duele más que un garrotazo policial.

La parte negra de la historia

El historiador Diego Buffa, uno de los coordinadores del Programa de Estudios Africanos del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), enseña que bajo la conformación de las naciones en la región creció el actual sesgo cultural: «Los que eran distintos al grupo dominante a menudo fueron víctimas de un trato racista, porque el mero hecho de que fueran diferentes se consideraba una amenaza en función del concepto de un Estado monolítico«.

Asimismo, destierra el mito histórico —sostenido incluso en el 2018— de que el país tenía tan pocos negros, que simplemente desaparecieron en el siglo XIX, por arte de magia. Lejos de ello, el experto señala que durante la colonia había importantes comunidades afros en las provincias de Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán y Buenos Aires, que persisten en la actualidad. Particularmente, la importante cantidad de comunidades cordobesas se evidencia también con la duración de sus políticas racistas; por citar un ejemplo, la UNC exigía la ‘pureza de sangre’ para ingresar al ámbito académico, hasta la Reforma Universitaria de 1918, destaca Buffa.

Un hombre afrodescendiente vende productos en las calles de Cartagena, Colombia. / Fredy Builes / Reuters

«En casi todas partes, esta población es víctima de discriminación racial y exclusión, razón por la cual sufre grandes privaciones económicas y sociales, al igual que ocupa un número mucho menor de cargos directivos en la sociedad que los alberga», subraya el especialista. Desde su punto de vista, este grupo social no solo incluye a descendientes de africanos esclavizados traídos a América Latina durante el período colonial, «sino también a un nuevo conjunto de africanos que —aunque minoritario en relación al primero — llegaron y siguen llegando en busca de una mejor situación económica o por razones políticas, desde finales del siglo XIX».

«Seguimos excluidos»

Por su parte, Gomes puntualiza en la construcción del sentido común local y critica a los medios de comunicación que «perpetuaron la idea de exotización y los estereotipos». Y sigue: «Basta con mirar revistas como Caras y Caretas de principios del siglo XX, donde la mayoría de las publicidades tenían negros en posiciones animalescas, caracterizados como monos y siempre asociados a productos de limpieza, contrastándolos con hombres blancos».

Estos estereotipos, opina la docente, se vinculan también al machismo: «Hoy se piensa que la mujer negra está siempre dispuesta al sexo». Por otro lado, subraya que el contexto social acentúa esta clase de tensiones, porque «en épocas de crisis, el racismo recrudece». Para finalizar la entrevista, manifiesta: «El objetivo es la inclusión social, porque seguimos excluidos. No tenemos acceso a la toma de decisiones ni a los poderes del Estado. Nuestros chicos apenas terminan la escuela primaria, la confrontación racial es muy fuerte y muchos abandonan». Según Gomes, el problema «ahora se ve enfocado en los inmigrantes senegaleses, que sufren acoso policial, persecución, violencia física, verbal y simbólica».

Oficina de migraciones en Argentina. / Martin Acosta / Reuters

Así lo confirma Arfang Diethiou, presidente de la Asociación de Residentes Senegaleses en Argentina (ARSA): «La mayoría son vendedores ambulantes, tenemos problemas con el espacio público y la Policía», destaca. Diethiou nació en Senegal y llegó a Sudamérica por razones económicas. Al igual que él, hay aproximadamente 5.000 personas más. «No dejan a los muchachos trabajar en la calle. Siempre hay problemas, porque a nuestra gente no le queda otra», se queja. Según describe, la mayor parte de este colectivono tiene papeles, es decir, vive en el país de modo irregular o inestable. Por ello, es casi imposible obtener un empleo formal: «Con la crisis que hay en Argentina, es mucho más difícil conseguir un trabajo sin ser argentino», describe. Pero eso no es todo, el acceso a la vivienda o una cobertura médica es un anhelo casi inalcanzable para aquellos senegaleses que no tengan documentos.

«A mí me pasó, queriendo alquilar un departamento. Entré a una inmobiliaria y me dijeron que no había nada para mí, pero cuando entró un argentino, pidiendo lo mismo, le dijeron que sí», recuerda. En definitiva, ¿cuáles son sus principales obstáculos?: «El color de piel», responde, sin vacilaciones. Pero va más allá: «A veces hay discriminación silenciosa, la gente te ve como si fueses un ladrón», lamenta. Sin embargo, a pesar de estos graves conflictos, Diethiou dice que se sienten integrados: «Por lo general hay buena onda con los argentinos». Aun así, aunque tenga optimismo, todavía les adeudan sus derechos básicos. Por lo pronto, el trabajo informal implementado por senegaleses se convirtió en una postal habitual en las calles de la Ciudad de Buenos Aires, donde la tensión con las fuerzas de seguridad aumenta cada día.

Brasil y Colombia, dos ejemplos de la brecha

Hay países de la región donde la brecha social es mucho más evidente y abarca a una inmensa cantidad de personas. Brasil es el caso más paradigmático: la mitad de su población —unos 97 millones de personas—, es afrodescendiente. Nadie podría decir que se trata de una minoría, aunque las diferencias sociales así lo hagan parecer. Un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) explicaba en 2012 que, si bien la injusticia en la distribución de la riqueza entre blancos y negros se estaba reduciendo, todavía había grandes inequidades: la proporción de adultos pobres era 1,3 veces mayor en negros, con el 34,5%, que entre los blancos, con el 26,6%. Resta por ver si aquellos índices se modificaron tras la asunción del presidente Michel Temer, en agosto del 2016.

Un manifestante sostiene una pancarta durante el Día Nacional de la Conciencia Negra en Brasil. / Nacho Doce / Reuters

Colombia es otro caso ejemplar para graficar la discriminación, que se manifiesta de forma implícita y explícita en la sociedad. Allí, uno de cada diez ciudadanos es afrodescendiente. Basta con recorrer cualquier ciudad o pueblo colombiano para percibir que el acceso a un trabajo estable, en la mayoría de los casos, es una cuestión de piel. En la zona costeña esta brecha social es aún más escandalosa. Casi todos los vendedores ambulantes son negros, y ofrecen productos variados: ropa, comidas, jugos, artículos de bisutería como pulseras o aretes y también estupefacientes, a plena luz del día. A su vez, la mayoría de las mujeres afros que trabajan en la calle brindan masajes en las playas, principalmente a turistas.

Las diferencias socioeconómicas se perciben a simple vista e impactan los ojos, pero más allá de percepciones subjetivas, hay estadísticas que así lo demuestran. En 2010, un informe titulado ‘Desigualdad étnico-racial en la distribución del ingreso en Colombia’, realizado por expertos en economía de la Universidad del Valle, sostenía que, en promedio, los afrodescendientes percibían ingresos un 32% más bajos que los blancos. Lo curioso del estudio es que a medida que los ingresos aumentan, también crece la brecha. Por ejemplo, si tomamos al sector más rico de la población blanca y lo comparamos con los más adinerados de la población afro, los blancos de clase alta percibían un 40% más que los negros, aumentando la diferencia por el color de piel.

Afrodescendientes extraen metales preciosos en el río Dagau, departamento de Cauca (Colombia). / Jaime Saldarriaga / Reuters

Como bien puede suponerse, la desigualdad económica también se traduce en otra clase de desigualdades sociales, como la educativa. Volviendo a hablar de promedios, la comunidad negra tiene 7,4 años de educación aprobados, mientras que los blancos alcanzan los 9,4. En esa línea, el informe destaca que, en la media, la retribución económica que recibe un ciudadano blanco por cada año que sume a su formación educativa es un 20% mayor al ingreso que recibe una persona afro por hacer exactamente lo mismo. Ya pasaron ocho años de aquel relevamiento, pero basta con visitar el país para comprobar que el contexto social y económico no cambió demasiado.

La región en cifras

  • ¿Cuántos afrodescendientes hay en América Latina?

Un extenso estudio publicado por la CEPAL y Naciones Unidas en 2016 expuso, basado en censos desarrollados por cada país entre los años 2010 y 2013, que la región tiene aproximadamente 527 millones de habitantes. De ese total, más de 111 millones pertenecen a la comunidad afro, es decir, el 21%. Los países con más habitantes negros son: Brasil —97 millones de personas, el 50,9% de la población total—, Colombia —4,8 millones, el 10,5%—, Cuba —4 millones, el 35,9%—, México —1,3 millones, 1,2 %— y Ecuador —un millón, 7,2%—.

  • En promedio, son más pobres

El artículo también revela los injustos contextos económicos presentes en Brasil, Ecuador, Perú y Uruguay, con datos del 2014. Sobre el ‘Gigante de Sudamérica’ grafica que el 33% de la población negra se encontraba en el sector más pobre de la sociedad, mientras que en la población blanca eso solo ocurría con el 16%. En Ecuador las diferencias también son considerables: si se mide de modo proporcional, el 34% de los afros estaban entre los más empobrecidos, mientras que entre los blancos el número alcanzaba al 22%. Esto significa que, en ambos casos, una de cada tres personas afrodescendientes se encontraba en una situación vulnerable. 

En Perú, los afrodescendientes tenían al 20% de su población entre los más pobres, pero los blancos solo tenían el 13%. Uruguay, que tiene una comunidad afro mucho más pequeña que en naciones como Brasil o Colombia, de todos modos tiene un problema grande: mientras que entre los blancos hay un 27% de personas ubicadas en el quintil más humilde del país, entre los negros ese sector social alcanza al 50% de toda su población, es decir, casi el doble.

  • Mortalidad infantil

Los índices de niños que mueren antes de cumplir el año de vida también son mucho más altos en pequeños afrodescendientes. En Colombia se da la diferencia más grave: de 1.000 infantes blancos, 16 fallecen, pero si el mismo criterio se usara con 1.000 niños afros, las muertes aumentan a un promedio de 26,3. En Ecuador la mortalidad alcanza una media de 20,5 pequeños de piel blanca y 25 afrodescendientes.

En Brasil la diferencia es entre 18,7 y 24,2, mientras que en Venezuela la brecha está entre 14,3 y 18,4. Según el informe, la única excepción a esta alarmante regla es Argentina, donde de cada 1.000 niños afros el 12,5 pierde la vida, pero la cifra se agranda a 14 entre las personas blancas. Cabe destacar que en aquel país los negros no abarcan, según datos oficiales, ni el 1% de la población total.

  • Mortalidad materna

Las madres afros ocupan un lugar alarmante en las estadísticas, principalmente en Ecuador, Colombia y Brasil. En el primer escenario, según datos recogidos entre 2010 y 2013, por cada 100.000 nacimientos se producen 69,1 muertes maternas en todo el país. Sin embargo, si reducimos los 100.000 nacimientos solo sobre la población afro, hay 272,5 fallecimientos en madres, aumentando la cifra de modo exponencial. En Colombia, con estadísticas del mismo período, la diferencia es entre 66,5 y 152,9, mientras que en Brasil, con números del 2011, la brecha va desde 50,6 hasta 68,8. «Las condiciones de pobreza en que viven las mujeres afrodescendientes en la región agravan sus condiciones de salud sexual y reproductiva», comunica el informe. Asimismo, repasa que «si bien la mortalidad materna ha disminuido en la región, continúa siendo alta en el caso de las mujeres afrodescendientes».

  • Embarazo adolescente

La franja etaria considerada va desde los 15 hasta 19 años. En Brasil, Uruguay, Costa Rica, Colombia, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Argentina, Panamá y Honduras, «entre un 14% y un 25% de las adolescentes afrodescendientes ya han tenido al menos un hijo». Salvo por estos últimos tres países, donde las estadísticas se revierten, en el resto el porcentaje de embarazo adolescente es bastante más elevado entre mujeres afros, principalmente en Ecuador (otra vez): el 25,3% de las adolescentes afrodescendientes son madres, mientras que entre las chicas blancas el número se reduce al 16,7%.

  • Educación

Si consideramos las personas que acceden a la universidad, una de las instancias superiores en la vida educativa, el estudio de la CEPAL y Naciones Unidas revela que en Colombia solo el 9,3% de la población afro ingresa a una casa de estudios, mientras que en los blancos el 17,2% de ellos aprende una carrera por la vía académica. La diferencia en Uruguay es todavía peor: de 5,2% a 20,4%.

En Ecuador, en tanto, la brecha va desde 12,9% a 30,3%, por citar algunos de los tantos ejemplos latinoamericanos. En Argentina, los números sobre la ecuación vuelven a revertirse; el 23,7% de los negros llega a la universidad, entre los no afrodescendientes la cifra es 20,3%. Vale aclarar, sin embargo, que las estadísticas, en promedio, son del año 2010; desde aquel entonces al 2018 muchas corrientes migratorias arribaron al Cono Sur y merecen nuevas estadísticas.

  • Desempleo

En Honduras, Costa Rica, Argentina, Nicaragua, Venezuela, Uruguay, Panamá, Colombia, Ecuador y Brasil la tasa de desocupación es mayor, en proporción, entre personas negras, a diferencia de Bolivia, donde ocurre lo contrario. El caso brasilero, con datos del 2010, es de los más complejos: el 6,6% de los hombres afros estaban sin empleo, y en los varones blancos el 4,5% no tenía trabajo. La diferencia entre mujeres es más grande: 12,4% de las negras y 8,1% de las blancas. En Uruguay, la brecha entre hombres negros y blancos desempleados es del 4,8% y 4,3%, pero si hablamos del sexo femenino, el dato crece al 12,5% y 8,4%, respectivamente.

  • Ingresos

Aquellos que sí tienen empleo también encuentran grandes diferencias monetarias, solo por ser afrodescendientes, y aún mayores si son mujeres. Supongamos que hay un grupo de personas que tiene el mismo grado de educación, en este caso, alcanzando el nivel terciario. Sin considerar la experiencia laboral de cada uno, la única diferencia que habría entre ellos sería su color de piel y el sexo.

Una mujer sin hogar está sentada en su casa improvisada en Río de Janeiro, Brasil. / Pilar Olivares / Reuters

Los números de la discriminación son contundentes: «Entre las personas ocupadas que se ubican en el tramo más elevado de escolaridad, se puede observar que las mujeres afrodescendientes reciben un ingreso por hora equivalente a un 58% del que reciben los hombres no afrodescendientes; a su vez, los hombres afrodescendientes perciben un ingreso equivalente al 73% del que reciben los hombres no afrodescendientes, en tanto que las mujeres no afrodescendientes perciben un 75% del ingreso que obtienen los varones no afrodescendientes». Por si no se entendió, según las estadísticas, las mujeres negras, aun teniendo aptitudes académicas, perciben salarios considerablemente peores, incluso que hombres afro, y por supuesto, mujeres blancas. Los hombres blancos, en promedio, son quienes más dinero reciben por hacer sus tareas, al tope de la escala valorativa racial.

A pesar de que el conflicto tenga una raíz histórica, nacida en la conquista de América con la implementación de políticas esclavistas y la utilización de mano de obra africana, la brecha social perdura. Pasaron más de cinco siglos desde la colonización europea. Parece que fue ayer.

«Desamor, desencuentro, perdón y olvido, cuerpo con mineral. Pueblos trabajadores, infancias pobres, cinco siglos igual», canta el artista argentino, León Gieco.

Leandro Lutzky

*Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/272524-epocas-crisis-racismo-recrudece-brecha

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Frei Betto: El descuido de la formación ideológica, causa de los retrocesos en gobiernos progresistas en América Latina

Brasil/20 de Mayo de 2018/Resumen Latinoamericano

-Para el fraile dominico brasileño, Frei Betto, una de las causas principales de los retrocesos en gobiernos progresistas en América Latina es el descuido en la formación ideológica de la sociedad.

A su juicio, no se trata de un fenómeno nuevo ni propio del continente, pues ya se había dado en la antigua Unión Soviética y en el resto de Europa del Este.

Durante su participación en la II Conferencia Internacional Con todos y para el bien de todos, dedicada a José Martí, Betto defendió esos criterios a la luz del pensamiento político y antimperialista martiano.

Señaló que la región avanzó mucho en los últimos años, se logró elegir jefes de Estado progresistas, conquistar conexiones continentales importantes como la alianza bolivariana, Celac, Unasur, pero se cometieron errores.

Precisó que uno de ellos fue descuidar la organización popular, el trabajo de educación ideológico y “allí entra en juego José Martí porque él siempre se preocupó por el trabajo ideológico”, agregó.

Según el teólogo de la liberación, los retrocesos en una sociedad desigual significan que hay una permanente lucha de clases. “No podemos engañarnos, pues no se garantiza el apoyo popular a los procesos dando al pueblo sólo mejores condiciones de vida, porque eso puede originar en la gente una mentalidad consumista”, aseveró.

El problema está -afirmó Betto- en que no se politizó a la nación,  no se hizo el trabajo político, ideológico, de educación, sobre todo en los jóvenes, y ahora la gente se queja porque ya no puede comprar carros o pasar vacaciones en el exterior.

En su opinión, hay un proceso regresivo porque no se ha desarrollado una política sostenible, no hay una reforma estructural, agrarias, tributarias, presidenciales, políticas. “Encauzamos una política buena pero cosmética, carente de raíz, sin fundamentos para su sustentabilidad”.

Al referise a Brasil, espera que no pase lo peor, el regreso de la derecha al poder. Según su análisis, eso depende mucho de Dilma en los próximos dos o tres años. “Pero lamentablemente, por lo pronto, no hay señal de que va a cambiar la política económica que hace daño a los más pobres y favorece a los más ricos”, afirmó.

Aseveró que el consumismo y la corrupción están matando la utopía en pueblos de nuestra América, como Argentina y otros, porque -señaló- la gente no tiene perspectivas de sentido altruista, solidario, revolucionario, de la vida, se va hacia el consumismo, y eso afecta toda perspectiva socialista y cristiana, que es desarrollar en la gente valores solidarios. “La solidaridad es el valor mayor tanto del socialismo como del cristianismo”, subrayó.

Betto insistió en que en eso radica la falla en gobiernos progresistas. En su opinión no se hizo un trabajo de base, de formación ideológica de la gente.

Agregó que la educación para el amor, para la solidaridad, es un proceso que hay que desarrollar pedagógicamente, y como eso no se cuidó desde un primer momento, ahora se afrontan las consecuencias lamentablemente.

Al abordar el proceso de distopía, es decir, los intentos de presentar la utopía como algo del pasado, reiteró que en los países  como Brasil o Venezuela, los gobiernos se equivocaron al creer que garantizar los bienes materiales  equivalía a  garantizar condiciones espirituales, y no es así.

Betto -en el caso de Cuba- expresó que el gobierno revolucionario, que ha hecho un trabajo ideológico de educación política con el pueblo, ha sido demasiado paternalista.

Explicó que la gente ha mirado a la revolución como “una gran vaca que  le da leche a cada boca”, pero con eso no se moviliza a la gente para un trabajo más efectivo en  la consolidación ideológica relacionada, por ejemplo, con  la producción agrícola e industrial.

Consideró que, aunque admite poder equivocarse, la dependencia de la Unión Soviética llevó a Cuba a acomodarse un poco, y hoy importa  del 60 al 70 por ciento de productos especiales de consumo y eso convirtió prácticamente en una nación que exporta servicios médicos, educadores, profesionales e importa turistas para conseguir más divisas.

Educación política, participación, compromiso efectivo con la lucha, adecuación de la teoría y la práctica, es lo correcto y ahí están los ejemplos de Martí, de Fidel Castro que han vivido dentro del monstruo, como el caso de Martí,  y el de Fidel que proviene de una familia latifundista y se convirtió en revolucionario.

¿Qué pasó en la conciencia de José Martí y de Fidel Castro, quienes  tenían la oportunidad de hacerse un lugar en la burguesía, pero tuvieron una dirección evangélica para los pobres y asumieron la causa de la liberación?, se preguntó.

La respuesta es la que va a indicarnos el camino que vamos a seguir para evitar que el futuro de América Latina sea de nuevo un lugar de mucha desigualdad, de mucha pobreza, porque corremos el riesgo de ser de nuevo neocolonia de Estados Unidos y de Europa Occidental.

Enfatizó que no es fácil vivir en un mundo en el que el neoliberalismo proclama que la utopía está muerta, que la historia ha terminado, que no hay esperanza ni futuro, que el mundo siempre va a ser capitalista, que siempre va a haber pobres, miserables, y ricos, y que, como en la naturaleza, siempre va a haber día y noche y eso no se puede cambiar.

Betto señaló que la derecha se une por interés, y la izquierda por principios, y cuando la izquierda pierde los principios. Y agregó: Cuando la izquierda viola el horizonte de los principios y va por los intereses, le hace el juego a la derecha.

La tarea de la izquierda es movilizarse en la línea de una alta formación política y por ese camino es que debemos trabajar, sentenció.

Sobre las restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, expresó que la Isla debe lograr cómo establecer buenas relaciones con Estados Unidos y administrar bien la suspensión del bloqueo sin tornarse vulnerable a la seducción capitalista.

Mostró su preocupación cuando ve a los jóvenes cubanos irse del país para aprovechar la ley de ajuste porque es señal de que la gente está corriendo contra el tiempo para tornarse ciudadano de Estados Unidos, “porque en el momento en que termine el bloqueo esa ley va abajo”. Pero Cuba tiene que preguntarse por qué jóvenes formados en la revolución quieren ser ciudadanos de Estados Unidos?

“El peligro que hay aquí, dice, es que la revolución la ven esos jóvenes como un hecho del pasado y no un desafío del futuro, y cuando la gente la ve como un hecho del pasado ya mira las cosas no por sus valores, por su horizonte revolucionario, sino por el consumismo”.

El socialismo, aseguró, ha cometido el error de socializar los bienes materiales, y no socializó suficientemente los bienes espirituales, porque un pequeño grupo podía tener sueños de cosas distintas que se podían hacer, y los demás los han tenido que aceptar.

“El capitalismo lo hizo al revés, socializó los sueños para privatizar los bienes materiales… Y ahí llega el sufrimiento de los jóvenes que ponen en su vida cuatro cosas: dinero, fama, poder y belleza, y cuando no alcanzan ninguno de esos parámetros van siempre a los ansiolíticos, las drogas, viene la frustración de los falsos valores, la cual viene siempre desde donde hemos puesto nuestra expectativa”, concluyó.

Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2016/01/30/frei-betto-el-descuido-de-la-formacion-ideologica-causa-de-los-retrocesos-en-gobiernos-progresistas-en-america-latina/

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Desafío TIC en Latinoamérica: no es la tecnología, sino su integración en el modelo educativo

Guatemala/24 de Marzo de 2018/El Economista

  • Ha contado con la participación de casi 2.300 profesores y medio millar de directores.
  • La sede de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) acogió ayer la presentación del Estudio sobre la inclusión de las TIC en los centros educativos de Aulas Fundación Telefónica, desarrollado por la OEI y ProFuturo, proyecto promovido por Fundación Telefónica y Fundación Bancaria «la Caixa». El análisis se ha realizado en 144 centros educativos de 7 países de América Latina (Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá y Uruguay) y en él han participado más de 450 directores y casi 2.300 profesores.

    Del estudio se desprenden datos como que el 77% de los docentes de los centros analizados usan los ordenadores en clase al menos una vez al mes para que sus estudiantes realicen consultas en Internet (76%) o para la presentación de trabajos escolares (66%). Pero también que no basta con entregar ordenadores a las comunidades educativas o asegurar su conexión a Internet de banda ancha. La calidad educativa en Latinoamérica no radica en la presencia o ausencia de la tecnología, sino en cómo y para qué se aplica esta en el aula, como explicó durante la presentación Paulo Speller, secretario general de la OEI: «Estamos aquí para construir el futuro en base a las demandas del presente. Desde nuestro organismo es lo que llevamos haciendo desde hace 70 años trabajando por la educación en Iberoamérica».

    Como evidencia el estudio, hoy algunos de los principales retos de innovación educativa en Latinoamérica pasan por políticas públicas que garanticen la alfabetización digital del profesorado o la integración de las TIC en el currículo académico. Así lo expuso Sofía Fernández de Mesa, directora general de ProFuturo: «el proyecto de Aulas Fundación Telefónica nace en 2009 con el objetivo de formar a los docentes en tecnologías para que, a su vez, hicieran uso de ellas en las aulas. Ese es el objetivo que tiene hoy ProFuturo, al que se ha transferido este proyecto. Si no somos capaces de formar a nuestros docentes y alumnos en estas nuevas competencias que nos exige la nueva sociedad tecnológica, no vamos a poder ser productores de esa economía digital, sino tan solo consumidores».

    En los últimos 10 años Latinoamérica ha avanzado a pasos agigantados en la inclusión de las TIC en las aulas. «El estudio nos ha demostrado que el cambio educativo es posible. Hay centros que están haciendo un trabajo excelente en el uso de la tecnología en contextos vulnerables», declaró la coordinadora del Instituto de Evaluación (IESME) de la OEI, Tamara Díaz. Es el ejemplo de uno de los cinco profesores latinoamericanos que vinieron a Madrid para contar su experiencia de primera mano, María Jacinta Ramos de Chica, docente del centro educativo Presbítero Norberto Cruz en El Salvador: «claro que tenía miedo a las tecnologías al principio, pero somos docentes de reto. Y gracias a eso, hoy ya hay cambios con los estudiantes en nuestra institución, como clases de vídeo llamadas para trabajar con varias aulas al mismo tiempo». Ingrid Fabiola Roesch, profesora de la escuela Cantón Xepache, Quetzaltenango, en Guatemala, asegura: «gracias a las TIC los docentes de mi país se están preparando mejor porque los alumnos y los padres nos lo exigen».

    A esta presentación se unieron las reflexiones de los expertos en innovación educativa Juan Freire («La tecnología no hace magia, pero las personas usando la tecnología, sí. Aprender tecnología es aprender comunicación»), Claudia Limón («La tecnología tiene muchas potencialidades pero no puede corregir una mala práctica pedagógica. Tiene que incorporarse de forma transversal») y Axel Rivas («Internet tiene que ser un derecho humano sobre el que poder construir otros derechos»).

    Fuente: http://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/9022871/03/18/Desafio-TIC-en-Latinoamerica-no-es-la-tecnologia-sino-su-integracion-en-el-modelo-educativo.html

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México y países de Latinoamérica analizan sistema educativo en la región

México – Latinoamérica / 11 de marzo de 2018 / Autor: Notimex / Fuente: 20 Minutos

Con el fin de generar un diálogo que permita verter semejanzas y diferencias de los sistemas educativos en América Latina, arrancó la XXXIX Reunión de Coordinadores Nacionales del Laboratorio…
Con el fin de generar un diálogo que permita verter semejanzas y diferencias de los sistemas educativos en América Latina, arrancó la XXXIX Reunión de Coordinadores Nacionales del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE), que se realiza, del 7 al 9 de marzo, en la capital del país.
Al inaugurar el encuentro, la consejera del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Margarita Zorrilla Fierro, quien es coordinadora nacional del LLECE en México, dijo que con lo anterior se espera fortalecer a los sectores educativos de la región.
Este evento, convocado también por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) se realiza en el marco del desarrollo del Cuarto Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE), que tiene entre sus objetivos producir información válida para evaluar, comparar y explicar el desempeño de los estudiantes de la región.
Permitirá tomar decisiones estratégicas en relación a la implementación del piloto del estudio ERCE, que se aplicará durante 2018 y, junto con los países participantes, delimitar las acciones de los socios para cumplir con las metas establecidas en la Agenda Educativa hacia el 2030.
El LLECE es la red que reúne a los sistemas nacionales de medición y evaluación de la calidad educativa de 19 países de América Latina, la cual es coordinada por la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/Unesco Santiago).
El evento, consta de tres jornadas de trabajo. La primera está destinada a la revisión de los instrumentos del estudio ERCE, tanto de las pruebas de logros de aprendizaje, como de cuestionarios de factores asociados y sus módulos nacionales.
La segunda estará enfocada en el muestreo del estudio ERCE, en la preparación de los pilotos norte y sur, y en el proceso de captura de datos. La tercera jornada se centrará en el trabajo con los socios técnicos y financieros y en la redacción de los acuerdos de la reunión.
Por su parte, Atilio Pizarro, coordinador general del estudio ERCE en la OREALC/Unesco Santiago, comentó que las reuniones de coordinadores tienen una importancia trascendental en todo el proceso del Cuarto Estudio ERCE y que éstas representan una instancia de seguimiento a los acuerdos que se han tomado en las reuniones anteriores, en función del diseño e implementación del estudio.
“Esperamos que sea una actividad altamente fructífera, que permita fortalecer el trabajo conjunto entre el Laboratorio y los países, reforzándolo como el mecanismo principal de monitoreo con que cuenta la región”, expresó.
Finalmente, el consejero presidente del INEE, Eduardo Backhoff Escudero, dijo que después de 20 años de existencia del LLECE, es digno reconocer el trabajo de la Unesco y de la OREALC, pues permite tener una radiografía del aprendizaje que se da en los distintos países.
“El aprendizaje tardó en llegar como política pública, como foco de atención para los países, pero llegó para quedarse”, apuntó y señaló que para saber si los objetivos del aprendizaje de los alumnos se cumplen, la evaluación es fundamental, sobre todo en la tarea de establecer políticas públicas en la materia.

Fuente de la Noticia:

https://www.20minutos.com.mx/noticia/341227/0/mexico-y-paises-de-latinoamerica-analizan-sistema-educativo-en-la-region/
Fuente de la Imagen:
http://umc.minedu.gob.pe/llece/
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ProFuturo lleva educación digital de calidad a 5,6 millones de niños de 23 países

Asia-África-Latinoamérica / 21 de enero de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: El Economista

El objetivo para 2018 es que 7,7 millones de niños se hayan beneficiado.

«Si se aprovecha de la manera correcta y es accesible a escala universal, la tecnología digital puede cambiar la situación de los niños que han quedado atrás –ya sea debido a la pobreza, el origen étnico, el género, la discapacidad, el desplazamiento o el aislamiento geográfico– al conectarlos a numerosas oportunidades y dotarles de las aptitudes que necesitan para tener éxito en un mundo digital. Pero a menos que ampliemos el acceso, la tecnología digital puede crear nuevas brechas que impidan que los niños alcancen todo su potencial». Así arranca el último informe de Unicef sobre el «Estado Mundial de la Infancia 2017» publicado hace pocas semanas.

Contra estas brechas educativa y digital enfoca sus esfuerzos ProFuturo en 23 países de África, Asia y Latinoamérica desde julio de 2016. A cierre de 2017 son ya 5,6 millones los niños que están teniendo la oportunidad de usar herramientas y contenidos digitales para enriquecer su aprendizaje.

ProFuturo es uno de los proyectos de educación digital más grandes del mundo, que nace de un deseo compartido por Fundación Telefónica y Fundación Bancaria «la Caixa» de que todos los niños y niñas del mundo tengan las mismas oportunidades, y cuyo reto es reducir la brecha educativa proporcionando una enseñanza digital de calidad en entornos vulnerables. Con su labor, ProFuturo aspira a convertirse en un referente de la transformación e innovación educativa mejorando la enseñanza de millones de niños a través de la tecnología.

Tal y como recoge el último informe de UNICEF «Estado Mundial de la infancia 2017», el 29% de los jóvenes entre 15 y 24 años (346 millones de personas) no tienen acceso a Internet. Este dato se acentúa en el continente africano, donde un 60% de los jóvenes no puede conectarse a la Red, un porcentaje que en Europa se reduce hasta el 4%. Además, el 56% de los sitios web del mundo están en inglés, lo que provoca que los niños que solo hablen lenguas minoritarias, o sin recursos para aprender este segundo idioma, no puedan encontrar contenidos relevantes para su educación.

La propuesta educativa de ProFuturo tiene como sellos de identidad la calidad, la sostenibilidad a lo largo del tiempo y el acceso desde todos los rincones, ya sean zonas vulnerables, rurales, remotas o en situación de conflicto o crisis humanitaria. Para lograrlo, su solución educativa se modula y se adapta a cualquier entorno y contexto, disponga o no de conectividad, y está disponible en español, francés, inglés y portugués, las lenguas oficiales donde está presente el proyecto. Todo ello con el objetivo de proporcionar la mejor educación a 10 millones de niños, que actualmente están en riesgo de exclusión social, en 2020.

Según datos ofrecidos por Unicef y Unesco, el 12% de las personas más pobres (más de 170 millones) saldrían de su situación si todos los estudiantes de sus países tuvieran la escolarización básica. Además, un niño nacido de una madre que sabe leer, tiene un 50% más de posibilidades de sobrevivir pasados los 5 años.

El 4º de los Objetivos de Desarrollo Sostenible propone al mundo trabajar para garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos. En esta tarea César Alierta, presidente de ProFuturo y presidente de Fundación Telefónica, lidera este área de trabajo como Asesor Global del Fondo ODS para la Educación Digital y Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Es evidente que un cambio en la educación es hoy más que nunca una necesidad y, por este motivo, con su labor a través del ambicioso proyecto ProFuturo, Fundación Telefónica y Fundación Bancaria «la Caixa» ponen al servicio de esta causa su experiencia para transformar la educación en los entornos más vulnerables. Eligen hacerlo a través de la educación digital, por su experiencia con las nuevas tecnologías, y porque la tecnología permite llegar a más personas en menor tiempo adaptando y personalizando la enseñanza a cada entorno de aprendizaje.

Desde su nacimiento en 2016, casi 6 millones de niños de 23 países han podido acceder a un sistema educativo de calidad y adaptado a sus necesidades gracias a ProFuturo. El objetivo para 2018, es que 7,7 millones de niños se beneficien de esta iniciativa.

Fuente de la Noticia:

http://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/8872507/01/18/ProFuturo-lleva-educacion-digital-de-calidad-a-56-millones-de-ninos-de-23-paises.html

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Bogotá 39: voces para contar Latinoamérica

21 Enero 2018/Fuente: El pais /Autor: FRANCESCO MANETTO

La lista de autores del continente menores de 40 años que promueve el Hay Festival de Cartagena de Indias propone una ventana a lo que une y distancia a esta generación

Gabriel García Márquez terminó de escribir Cien años de soledad a los 39. Esa es la edad de corte establecida para la selección de talentos literarios latinoamericanos promovida por el Hay Festival y que la semana que viene se presentará en Cartagena de Indias. Hablar de esta lista, Bogotá 39, implica una suerte de ejercicio de numerología. Se trata de 39 escritores de ficción que aún no han cumplido los 40. Provienen de 15 países. Sus nombres se dieron a conocer en mayo, 10 años después de la primera edición de esta iniciativa. Representan, de alguna manera, una generación. Algunas de las mejores mentes de su generación. 39 propuestas para seguir leyendo.

Entre ellos figuran el cubano Carlos Manuel Álvarez; los colombianos Felipe Restrepo Pombo (director de la revista Gatopardo), Giuseppe Caputo y Juan Cárdenas; los mexicanos Valeria Luiselli y Emiliano Monge; los argentinos Samanta Schweblin y Mauro Libertella; los peruanos María José Caro, Claudia Ulloa Donoso y Juan Manuel Robles; el dominicano Frank Báez; el ecuatoriano Mauro Javier Cárdenas; el chileno Gonzalo Eltesch. Los eligió un jurado formado por los escritores Leila Guerriero, Carmen Boullosa y Darío Jaramillo e integran una antología editada por Galaxia Gutenberg (a la venta el 31 de enero), que se propone “celebrar la buena literatura” y reflejar la diversidad de las letras latinoamericanas.

Cualquier selección de este tipo plantea preguntas e invita a formular hipótesis sobre sus hilos conductores y la naturaleza de los escogidos. Bogotá 39 no pretende ser un canon, algo que por definición solo puede existir a posteriori. Sugiere más bien una conversación generacional en la que destacan los lazos, los vínculos personales, el registro de la primera persona, la narración autobiográfica y la literatura de las pequeñas cosas, pero también la violencia, los entornos urbanos, la idea de frontera o la búsqueda de la representación política a través de códigos no convencionales.

El empeño no es nuevo. Hay una cierta historia de la literatura latino­americana contada a golpe de listas y generaciones. Del casi omnipresente boom de los sesenta a su reacción de McOndo, materializada en una antología publicada en Santiago de Chile en 1996. Lengua de Trapo lanzó en 1997 otra recopilación, Líneas aéreas, y Páginas de Espuma compila cuentos desde 2002 en su serie Pequeñas resistencias. Y si la revista Granta eligió en 2010 a los 22 narradores jóvenes en español, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) promovió el año siguiente el programa Los 25 secretos mejor guardados de América Latina, y en 2016, Ochenteros, una aproximación estética delimitada por la década del nacimiento de los elegidos. En ese hilo crítico, Bogotá 39 pretende ser una hipótesis de futuro, como lo fue la primera selección, que acertó en bastantes de los nombres que osó aventurar.

“La lista es un poco una apuesta. Pero no creo que sea cerrada, definitiva. Si hubiera pensado que aspiraba a lista canónica, no hubiera podido poner un solo voto. De haber cambiado una sola persona del jurado hubiera sido distinta”, explica Guerriero. Jaramillo considera, con todo, que hay algunos nombres indiscutibles. Uno de ellos es Valeria Luiselli, mexicana, nacida en 1983 y radicada en Nueva York. “A pesar de que hace unos años habría dicho que no hay tal cosa como una nueva generación, a medida que van pasando los años, sí es verdad que hay una conversación muy viva de autores que escriben en una misma lengua. La tengo en modo constante y profundo con gente de mi edad”, continúa. “Algunas de esas personas [de la lista] nunca las he visto, pero sí las he leído”. Y esta forma de comunicar genera un diálogo, aunque no sea literal en algunos casos, sobre la diversidad poética, de las formas, el interés por cómo abordar la actualidad, incluso las reflexiones sobre la circulación de los libros en español entre las dos orillas del Atlántico.

Bogotá 39 se publicará en colaboración con 14 editoriales independientes. Y es precisamente el papel que han desempeñado algunos pequeños sellos lo que está empezando a agitar el sector. Esta lista coincide, señala José Hamad, “con algo muy importante que revela un cambio de paradigma”. El trabajo de editoriales como la mexicana Sexto Piso —a la que Hamad se acaba de incorporar como editor tras años de trabajo como cazatalentos literario—, la argentina Eterna Cadencia o la chilena Laurel está contribuyendo a una suerte de emancipación de los narradores latinoamericanos. “Tradicionalmente, había que pasar por Barcelona o Madrid para obtener una legitimación”, continúa Hamad. Ahora “solo hay cinco autores que se publican originalmente en España en esa lista”. Solo la mitad, además, se podían encontrar hasta ahora en las librerías españolas. Las editoriales independientes han dado el primer paso para competir en sus territorios con los grandes grupos. Un fenómeno que abre la puerta a la descentralización y que supone un giro con respecto al pasado reciente.

“Un número significativo salió de escuelas universitarias de creación literaria”, continúa Jaramillo. Se dedican al oficio de escribir en distintos terrenos, del periodismo a la edición, pasando por la producción audiovisual o el teatro. Varios de ellos ya han publicado sus trabajos auspiciados por grandes grupos. Random House tiene ocho autores en la lista, aunque solo dos publicaron su primer libro con esa editorial. Y hay 13 mujeres. El jurado rechazó las cuotas preestablecidas. “Nunca pensamos cuántos hombres y cuántas mujeres teníamos que meter”, asegura Jaramillo, aunque la proporción femenina en el elenco final es más alta que la inicial. En definitiva, incide Guerriero, prevaleció la “libertad de los criterios de cada uno”.

“Creo que nuestra generación recuperó dos cosas que habían perdido prestigio y se veían con desconfianza en las anteriores: el interés por las vanguardias históricas o por las zonas poco exploradas de la tradición y la toma de posición política”, razona Juan Cárdenas. “Lo llamativo es que eso no ha significado que se nos pueda encasillar en un espacio ideológico cerrado ni en una estética precisa. Basta comparar a Emiliano Monge con Eduardo Rabasa y a estos dos con Giuseppe Caputo para ver que estamos en el mismo territorio, pero haciendo cosas muy distintas”. Este último habla de violencia en un país como Colombia, azotado por más de medio siglo de conflicto armado, desvinculándola del imaginario colectivo y planteando un dilema ético y estético: “¿Cómo podemos estar cerca de la representación de la violencia sin crear más violencia?”, se pregunta.

“Los 39 que quedamos podrían ser perfectamente otros 39, y eso habla de una calidad muy grande de lo que se escribe en el continente”, apunta Felipe Restrepo Pombo. “Los del boomtenían vínculos, fueron unidos por Carmen Balcells, fue un proyecto editorial y literario. Aquí vivimos en diferentes países, vivimos muy lejos y creo que tenemos preocupaciones diferentes. Juan Gabriel Vásquez, que formó parte de la primera selección de Bogotá 39 junto a Daniel Alarcón, Guadalupe Nettel o Junot Díaz, describe de forma gráfica esta brecha generacional, aunque lo hace con la advertencia de que se trata de una aproximación. “Una de las maneras de explicar la distancia del boom con nosotros es el cambio del gran angular al microscopio. La presa mayor del boom eran esas novelas que eran un gran fresco de una situación”. Con el paso del tiempo, muchos empezaron a echar mano de la primera persona, del punto de vista. Para Vásquez, entrar en la lista supuso comenzar una conversación con otros autores. “Lo fantástico en el descubrimiento es cuánto nos unen las diferencias, cuánto nos une la atomización de los gustos, la diferencia de intereses”.

Otro de los narradores incluidos en 2007, Ricardo Silva, considera que algo ha cambiado en la década que media entre una y otra lista: la revolución de las redes sociales, que supone un cambio de paradigma para la comunicación y, al mismo tiempo, curte a quien escribe ante el juicio, a menudo gregario, del público. “Vivimos y escribimos en una época de la inmediatez”, agrega Restrepo Pombo sobre ese feedback instantáneo que ofrecen las redes.

Gabo, en cambio, tuvo que esperar casi un año para que la editorial Sudamericana publicara en Buenos Aires las historias de los Buendía. Fue en junio de 1967. Pero entonces el premio Nobel ya había cumplido 40 años.

Hay Festival Cartagena de Indias (Colombia). Del 25 al 28 de enero.

BOGOTÁ 39 / 2017

Carlos Manuel Álvarez (Cuba)

Frank Báez (República Dominicana)

Natalia Borges Polesso (Brasil)

Giuseppe Caputo (Colombia)

Juan Cárdenas (Colombia)

Mauro Javier Cárdenas (Ecuador)

María José Caro (Perú)

Martín Felipe Castagnet (Argentina)

Liliana Colanzi (Bolivia)

Juan Esteban Constaín (Colombia)

Lola Copacabana (Argentina)

Gonzalo Eltesch (Chile)

Diego Erlan (Argentina)

Daniel Ferreira (Colombia)

Carlos Fonseca (Costa Rica)

Damián González Bertolino (Uruguay)

Sergio Gutiérrez Negrón (Puerto Rico)

Gabriela Jauregui (México)

Laia Jufresa (México)

Mauro Libertella (Argentina)

Brenda Lozano (México)

Valeria Luiselli (México)

Alan Mills (Guatemala)

Emiliano Monge (México)

Mónica Ojeda (Ecuador)

Eduardo Plaza (Chile)

Eduardo Rabasa (México)

Felipe Restrepo Pombo (Colombia)

Juan Manuel Robles (Perú)

Cristian Romero (Colombia)

Juan Pablo Ronconce (Chile)

Daniel Saldaña París (México)

Samanta Schweblin (Argentina)

Jesús Miguel Soto (Venezuela)

Luciana Sousa (Argentina)

Mariana Torres (Brasil)

Valentín Trujillo (Uruguay)

Claudia Ulloa Donoso (Perú)

Diego Zúñiga (Chile)

 

Fuente de la noticia: https://elpais.com/cultura/2018/01/19/babelia/1516376790_462513.html

Fuente de la imagen:https://ep01.epimg.net/cultura/imagenes/2018/01/19/babelia/1516376790_462513_1516379729_noticia_normal_reco

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Chile: Tender un puente

26 Noviembre 2017/Fuente: que pasa/Autor:  Paula Namur

En 2010, Gonzalo Plaza estaba en Washington DC. Trabajaba en la división de monitoreo y evaluación del Banco Interamericano de Desarrollo, cuando recibió un llamado desde Nokia Latinoamérica que lo tentó. Al economista, que había trabajado en el ministerio de Educación, en la Cepal y en la superintendencia de pensiones de Chile, lo buscaban para hacerse cargo del proyecto Puentes Educativos, que apuntaba a cambiarle la cara a la educación rural.

Ocho años antes, Nokia y la fundación Pearson se habían asociado a nivel internacional para implementar el proyecto Bridge IT. ¿El objetivo? Entregar herramientas del siglo XXI para la educación a través de equipos tecnológicos como celulares. Quisieron extenderse a 10 países, abarcando África, el Sudeste Asiático y Latinoamérica, entregando a cada país US$1 millón para implementar el proyecto y conseguirse los socios locales. En la región, los elegidos fueron Chile y Colombia. A nuestro país el proyecto llegaría en 2010 de la mano de la ONG Achnu (Asociación Chilena Pro Naciones Unidas).

El economista aceptó el desafío de liderar la implementación de este proyecto y hacerlo sostenible en tres años. “De los 10 países que empezaron, sólo en dos el proyecto siguió vivo después de los 3 años: Filipinas y Chile”, asegura Plaza.

De a poco el proyecto fue tomando rumbos propios. Ahora el foco no está en TI, sino en metodologías para que los profesores desarrollen nuevas habilidades en los estudiantes. “El discurso en educación en 2010 estaba muy basado en la tecnología, que estaba en boga, pero poco a poco a nivel mundial los expertos fueron dándose cuenta de que esta no lo era todo. Nosotros dimos el giro y nos centramos en la metodología, integrando aprendizaje basado en proyectos, comunidades de aprendizaje, entre otras que ponen al estudiante como protagonista del proceso”, agrega Plaza, quien en 2012 fue elegido por el World Economic Forum como uno de los 16 chilenos líderes sub-30.

Puentes Educativos es hoy un programa de innovación en escuelas rurales que busca desarrollar habilidades del siglo XXI a través de la formación de los profesores, acompañamiento y entrega de recursos educativos como tablets. Su nicho es la educación multigrado, y el objetivo es cambiar el paradigma de la educación rural.

A la fecha han capacitado a más de 2.500 profesores, lo que ha impactado a 20 mil niños en 700 escuelas de 95 comunas del país. Su presupuesto anual son $700 millones.

“Había que cambiar esa concepción de la innovación basada en la tecnología, porque la innovación es mucho más que eso, es cambiar la forma de hacer las cosas, y eso puede ser con un computador o sin él”, dice Plaza.

El proyecto ha sido reconocido de manera internacional: en 2014 y 2015 el BID destacó a Puentes Educativos como una de las 50 iniciativas más innovadoras en educación de Latinoamérica. Y, este mes alcanzaron un hito importante al expandirse a Guatemala y Nicaragua gracias al financiamiento de Fondo Chile, una alianza de cooperación del PNUD_y el gobierno de Chile.

¿Los siguientes pasos? “Lo primero era consolidarnos en Chile, y luego internacionalizarnos hacia Latinoamérica. Es una región altamente rural y nuestro proyecto tiene un hábitat mucho más propicio para el entorno rural: las escuelas son multigrado, y en ese espacio es lindo desarrollar habilidades como la colaboración, solución de problemas, trabajo en equipo, pensamiento crítico, entre otros. Por lo tanto, nuestro desafío es estar en muchos más países de la región. México, Perú, Colombia y Paraguay son países donde probablemente trabajemos en un futuro próximo”, asegura.

Fuente de la noticia: http://www.quepasa.cl/articulo/actualidad/2017/11/tender-un-puente.shtml/

Fuente de la imagen: http://s3-us-west-1.amazonaws.com/app-static-quepasa/wp-content/uploads/2017/11/24030008/Gonzalo-Pla

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