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300 millones de niños en el mundo son victimas de violencia

Por: Tele Sur

En Latinoamérica 70 millones de niños se encuentran en condiciones de pobreza, y 2 de 3 de estos menores de edad son víctimas de violencia.

Alrededor de 300 millones de niños y niñas en el mundo viven en situación de violencia, el dato se desprendel del informe publicado el pasado miércoles por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) “Una situación habitual: violencia en las vidas de los niños y los adolescentes”.

El documento destacó los datos relacionados al “maltrato doméstico durante la primera infancia; la violencia en la escuela; las muertes violentas entre los adolescentes; y la violencia sexual en la infancia y la adolescencia”, advirtiendo que los daños a menores de edad es naturalizado y comprendido como un modo efectivo de crianza.

Maltrato infantil a nivel global

Las cifras del “maltrato doméstico durante la primera infancia” reflejadas en el estudio señalaron que 300 millones de niños de 2 a 4 son víctimas de algún tipo violencia, y 250 millones de niños son castigados físicamente.

También expresó que seis de cada diez infantes de 12 a 23 meses son víctimas de disciplinas violentas; así como mostró que solo 60 países ha tomado medidas legales contra la violencia infantil, por lo que quedan 600 millones de niños menores de cinco años sin protección jurídica.

Desde el abuso escolar, en hogar y comunidades sufren muchos menores de edad en el mundo, sin respuesta jurídica que los ampare. EFE 

El acoso escolar es otro tema que acontece a la mayoría de los niños y adolescentes del mundo, en este caso 130 millones de estudiantes sufre de hostigamiento escolar en edades comprendidas de 13 a 15 años; otros 732 millones de menores de edad se establecen en escuelas donde el castigo corporal es permitido; en los últimos 25 años se registraron 59 ataques de balas a escuelas, y en su mayoría de Estados Unidos.

Los actos violentos entre adolescentes pueden deberse a muchos factores, pero la mayoría terminan gravemente heridos, e incluso muerte. El estudio indicó que cada siete minutos un adolescente en el mundo muere, y los jóvenes de 15 a 19 años son más vulnerables a padecer ataques de violencia. Estos tienen gran impacto en África del norte, América y Oriente medio.

Por otro lado, la violencia sexual infantil y de adolescencia es un grave problema con gran frecuencia, este documento señaló que aproximadamente 15 millones de mujeres entre 15 y 19 años en el mundo han sido víctimas de violación; destaca también que las personas de bajos recursos económicos son abusadas sexualmente con más frecuencia que las clases media y alta.


Abuso a menores de edad el América Latina

Desde un enfoque latinoamericano, estudios apuntan que 70 millones de niños se encuentran en condiciones de pobreza, y 2 de 3 de estos menores de edad padecen de violencia verbal, física y sexual en centros educativos, hogares y comunidades.

De esta manera, 2 de cada 3 niños menores a 15 años sufren de disciplinas agresivas en el hogar, y 3 de cada 10 estudiantes son acosados en institutos educativos desde los 13 a 15 años de edad.

Algunos datos de Unicef en el 2017 indicaron que 1 de 4 homicidios de niños o adolescentes que se cometen a nivel mundial ocurre en la región latinoamericana.

La Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños, Marta Santos Pais, aseguró que «cada cinco minutos hay un niño que muere como resultado de actos de violencia» y agregó que  «lo más frecuente son los casos de violencia al interior de las familias».

Los planteamientos para la erradicación de la violencia infantil se pretenden instaurar a nivel mundial, para crear las condiciones necesarias de bienestar para los menores de edad. EFE

Santos aseguró que por el momento existen diez países de la región con legislaciones fuertes que prohíben la violencia y acatan medidas de protección a las víctimas, también se procuran maneras de reintegración para que se recuperen del trauma.

Santos expresó que «es claramente un problema de mucha preocupación y por eso se ha incluido como prioridad en la nueva Agenda Global de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, lo que nos abre una enorme oportunidad para cambiar la realidad».

Este informe planteó una serie de medidas para erradicar la violencia que sufren los niños, niñas y adolescentes, reflejadas en la Agenda Global de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030.

En la Agenda se propone diferentes medidas, entre ellos estan: acceso a un sistema de justicia para menores de edad, igualdad de género, planes y acciones de organizaciones nacionales para contrarrestar la violencia infantil, cambiar las normas educativas que perpetúan la violencia, y de esta manera transformar el sistema cultural y de conciencia para acabar con el abuso infantil.

Fuente: https://www.telesurtv.net/telesuragenda/-300-millones-de-ninos-en-el-mundo-son-victimas-de-violencia-20171102-0050.html

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Hacia un perfil del docente investigador para Latinoamérica

María Margarita Galindo

La transformación de la profesión docente tiene que partir de una cuidadosa reflexión respecto a qué se espera de ella en el siglo XXI. Esto significa definir las competencias básicas que requiere para desarrollar los procesos de enseñanza y el aprendizaje acordes con las necesidades de la sociedad en un mundo globalizado.

La formación para la profesión docente exige tener claridad respecto de hacia dónde ir. Los profesores reproducen lo que aprendieron cuando fueron alumnos y se corresponden a la formación que recibieron. Por eso es fundamental definir claramente el perfil del profesor que se pretende lograr, entendiendo que el perfil son todos aquellos rasgos y competencias que determinan la actuación, en este caso profesional, de un individuo.

En este orden de ideas, el docente en su actuación como profesional, debe desempeñar diferentes roles que según Serrano (1999) son el rol de facilitador, orientador, promotor social e investigador. Al respecto Ramírez, Escalante y Pena (2006) señalan lo siguiente “El rol del docente como investigador implica que posea conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores que le permitan conocer la realidad socio-educativa e incorporarse efectiva y permanentemente a la investigación…”

En este sentido queda explicito la necesidad de formación a la hora de investigar. Bajo este contexto, existen habilidades, destrezas, conocimientos y capacidades indispensables para el desarrollo de un proceso investigativo.

Samaja (2004), destacado epistemólogo e investigador argentino, concienzudamente señala lo siguiente respecto a la formación en investigación

…Creo, de igual modo, que sí se puede enseñar a investigar, aunque agrego un importante requisito para que esto sea viable’ que la enseñanza tenga como objeto fundamental, no la transmisión de preceptos metodológicos, sino la comprensión del proceso de investigación: esto es, la comprensión de la naturaleza de su producto; de la función de sus procedimientos y de las condiciones de realización en que transcurre. (p. 13)

Si bien analizamos la afirmación del autor se identifican tres elementos básicos: el primero es que si es posible asumir la formación de docentes investigadores como un ejercicio de primer orden para el desarrollo del sector universitario primordialmente, el segundo elemento es comprender que formar un docente investigador no es enseñarle manuales de metodología, es un una tarea indispensable dejar a un lado la posición de que saber investigar es aprender metodología y el tercer y último elemento es comprender que formar un docente investigador significa direccionar una formación sustentada en la comprensión del acto investigativo como un “proceso” que implica el reconocimiento de la naturaleza del producto (objeto del conocimiento), la función de cada paso y procedimientos (método-metodología)  que se da dentro del proceso investigativo, así la comprensión del entorno (medios) donde ocurre dicho proceso investigativo.

Lo precedente lleva al profundo análisis del significado de la tarea investigativa dentro la función docente. La investigación debe reconocerse como lo que es; un proceso de producción de conocimiento científico y hacia ese horizonte debe apuntalar el perfil del docente investigador que indudablemente debe diseñar y construir la universidad latinoamericana.

Dentro de este orden de ideas, en el ámbito educativo permanentemente existirá una preocupación por el cuerpo docente, por su interacción directa con la producción y la difusión del saber. Es necesario abogar por la sana interacción entre profesores e investigadores o, mejor aún, por un alto desempeño del docente investigador, fortaleciendo espacios para la reflexión que conduzcan a su formación pedagógica e investigativa, en procura de una educación con calidad, entendida ésta como la coherencia existente entre todos los estamentos comprometidos con el sistema educativo y el cumplimiento de las expectativas generadas por la estructura social. (Hernández, 2009, p.4)

El docente investigador tiene la autoridad que le confiere el ser constructor y creador de conocimiento a partir de sus propias investigaciones, a diferencia del docente repetidor de teorías ajenas, los centros educativos deben promover la apertura de espacios académicos, donde la investigación sea la base de la docencia. (Hernández, 2009, p. 6)

Ahora bien, cabe preguntarse si la universidad latinoamericana esta contribuyendo a la formación de ese docente investigador que aspira y que exige de manera urgente la sociedad en Latinoamérica. La educación es indudablemente el motor de mayor empuje para el desarrollo de una nación y para ello es necesario consolidar un docente investigador capacitado lo suficientemente para generar el conocimiento científico que se requiere.

Al respecto, Elizondo y Ayala (2007) señalan

La escasa demanda de conocimientos endógenamente generados ha caracterizado al sector productivo latinoamericano. Esta es una de las debilidades más fuertes del proceso de desarrollo de Latinoamérica, la falta de producción científica y la poca relación entre el conocimiento producido y el sistema económico, y en las consecuencias de ello para la investigación y la enseñanza superior en el continente.

El desarrollo está sujeto al conocimiento que se produzca desde el sector universitario y para ello hace falta que nuestras universidades capaciten el talento humano encargado de producir tal conocimiento, por ello el perfil que se reclama está centrado en un docente capacitado en el campo de investigación, que implica el desarrollo de competencias ontológicas, filosóficas, teóricas, epistémicas y sociológicas propias del acto investigativo.

Las demandas actuales de la sociedad exigen reconocer que es la investigación la que orienta el camino para despejar las dudas, formar para el trabajo emancipador, construir, desarrollar y socializar los nuevos conocimientos que se constituyen en fuentes de paz, progreso y desarrollo; pero ante todo, reconoce la investigación como gestora de pensamiento, conocimiento, tecnología y creadora de saberes.

La región reclama un docente – investigador; un docente comprometido con su labor de formar profesionales de alto nivel que tengan las herramientas necesarias para llevar a la practica el proceso investigativo que le permita transformar su realidad.

En este sentido, Terán (s/f) afirma “las competencias del docente-investigador se caracterizan por ser multidimensionales: integran holísticamente conocimientos, habilidades, principios y comportamientos direccionadas a las prácticas investigativas; así como una reflexión y análisis crítico sobre los contextos que las condicionan…” (p.55)

Lo citado no hace otra cosa sino resumir el significado del docente investigador, un docente que mantiene contacto directo con la realidad, que mantiene una práctica originaria, asume responsabilidades, fomenta el pensamiento crítico y reflexivo en sus estudiantes, promueve la investigación desde su propio testimonio de vida entre otros elementos que hacen que ese docente no sea un docente más sino un docente investigador.

En este sentido, es pertinente señalar que durante el periodo de las escuelas normales que nacieron en la región, el docente solo fue formado para “dar clases” y no para hacer ciencia, ese docente solo recibió formación para “transmitir conocimientos” y no para investigar (Peñalver, 2005). En la actualidad, ese docente requiere de su transformación y evolución, vivimos en un mundo globalizado y dominado por las tecnologías de información y comunicación que exige un docente con pertinencia en su práctica, un docente capaz de combinar su función pedagógica con su quehacer investigativo.

Para lograrlo, el gran paso es constituir desde el seno del sector universitario una aproximación del perfil del docente investigador que nuestra región necesita, es urgente sentar las bases del docente que aspiramos tener. En este sentido, el reto de la sociedad y sus instituciones universitarias deben estar enfocados a formar profesionales altamente capacitados para generar conocimientos capaces de conducirnos a los cambios y las transformaciones necesarias que particularmente deben nacer desde el sector educativo y sus docentes, por ser estos los lideres que amparan la formación y transformación de la sociedad.

Es indispensable que los cambios giren en torno a la nueva concepción de un docente formado en y para la investigación. Un docente no conformista, comprometido con la producción de conocimiento científico para lo cual requiere una genuina formación donde nuestras universidades, a través de políticas públicas de Estado establecidas, son las Instituciones responsables de ofrecer dicha formación.

El docente ya no puede ser un simple repetidor de las teorías de otros, debe estar capacitado para; desde el abordaje de sus praxis diaria, poder construir sus propias teorías que den sustento científico a su hacer pedagógico; es esta precisamente la base de la concepción del perfil del docente investigador que requiere la región latinoamericana.

REFERENCIAS

Elizondo, L. y Ayala, F. (2007). El equilibrio entre la enseñanza y la investigación en países latinoamericanos. Revista Iberoamericana de Educación. [Revista en línea]. Disponible: http://www.rieoei.org/deloslectores/1913Elizondo.pdf [Consulta: 2017, Enero 3]

Hernández, I. (2009).El docente investigador en la formación de profesionales. Revista Virtual Universidad Católica del Norte. Nº27.pp 1-21. Fundación Universitaria Católica del Norte: Colombia.

Peñalver, L. (2005).  La formación docente en Venezuela. Estudio diagnostico.  UNESCO – IESALC

Ramírez A, Escalante S. y Pena G. (2006) Perfil de los docentes de formación para el trabajo y de la educación técnica: centros educativos de fe y alegría en los estados Táchira, Mérida, Trujillo y Apure. [Revista en línea]. Disponible en http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-49102006000300013&lng=es&nrm=iso. [Consulta: 2016, Diciembre 29].

Samaja, J. (2004). Epistemología y Metodología. Elementos para una teoría de la investigación científica. 3ª edición, 4ª reimpresión. Buenos Aires-Argentina: Editorial Universitaria de Buenos Aires. [Libro en línea]. Disponible: http://ens9004.mza.infd.edu.ar/sitio/upload/12-%20SAMAJA,%20J.%20-%20LIBRO%20-%20Epistemologia%20y%20metodologia.pdf [Consulta: 2016, Noviembre 30]

Serrano, M. (1999). El proceso de enseñanza-aprendizaje. Mérida, Venezuela: Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes.

Terán Acosta, G. (s/f). Formación y Gestión de desempeño del docente Investigador en la Educación Superior: Modelo Teórico Basado en Competencias. Eidos 53-59.

 

Fuente de la imagen:

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/cd/Biblioteca_Casa_de_Col%C3%B3n_Nacho_Gonz%C3%A1lez.JPg

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Por la Unidad del Magisterio de Nuestra América

Declaración de Santiago de Chile.

Valparaíso y Santiago de Chile, Julio de 2017.

“Somos aún México, Venezuela, Chile, el azteca español, el quechua español, el araucano español; pero seremos mañana cuando la desgracia nos haga crujir entre su dura quijada, un solo dolor y no más que un anhelo.

Maestro: enseña en tu clase el sueño de Bolívar, el vidente primero. Clávalo en el alma de tus discípulos con agudo garfio de convencimiento. Divulga a la América, su Bello, su Montalvo, su Sarmiento, su Lastarria, su Martí. No seas un ebrio de Europa, un embriagado de lo lejano, por lejano y extraño, y además, caduco de hermosa caduquez fatal”.

Gabriela Mistral.

 

En los marcos del Segundo Seminario Internacional de Educación “Hacia la Construcción de un Curriculum para la Democratización del Aula, la Escuela, la Sociedad y el continente”, realizado en Valparaíso y Santiago de Chile los días 10 y 11 de Julio de 2017, organizado por el Sindicato Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación –  SNTE Chile, se aprueba presentar públicamente nuestra posición respecto a la coyuntura latinoamericana y el plan de trabajo elaborado por la Comisión Internacional de la Asamblea del SNTE Chile, integrada por representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación – CNTE de México, el Sindicato Nacional Fuerza Unitaria Magisterial – SINAFUM de Venezuela y el Sindicato Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación – SNTE Chile:

Latinoamérica padece una crisis histórica provocada por el capitalismo -hoy en su expresión neoliberal- arrasando con nuestros recursos naturales, limitando nuestros medios de producción, explotando a nuestros trabajadores y trabajadoras, en suma, imponiendo las leyes de mercado por sobre los derechos sociales y humanos fundamentales. En este sentido, los imperialismos europeos y, particularmente el norteamericano, han tomado toda clase de ofensiva a nivel continental: asedio a gobiernos democráticos y sus pueblos, como en la hermana República Bolivariana de Venezuela; desmantelamiento de derechos conquistados por los pueblos latinoamericanos tras años de lucha, con la participación activa y cómplice de los sectores de derecha, como en México, Argentina y Brasil entre otros; y experimentando las más nocivas medidas neoliberales en contra de nuestra América, como el ejemplo de Chile, medidas que luego son exportadas hacia otras latitudes del continente en el afán imperialista Neocolonizador.

La educación latinoamericana está sometida a tales ofensivas, cuyas medidas neoliberales podemos verificar, por ejemplo, en las Reformas Educativas impulsadas en Chile y México, tendientes a la privatización de la educación, reducción del rol de los Estados en las garantías constitucionales para la población, y precarización de condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras de la educación, procurando un sistema educativo reproductor de conocimientos y de instrucción para la fuerza laboral tercerizada y extractiva requerida por el modelo neoliberal.

Bajo esta caracterización, las organizaciones de trabajadores y trabajadoras de la educación, abajo firmantes, declaramos lo siguiente:

  1. Hemos tomado la firme decisión de unir nuestros caminos para, en conjunto, construir uno fundamentado en la necesidad de hacer frente común a la arremetida neoliberal. Hemos decidido unir las diversas experiencias de lucha, pasadas y presentes, del magisterio latinoamericano. Hemos decidido proponernos como objetivo mirar nuestro futuro para aportar, desde la unificación de nuestras luchas, a la liberación del continente desde una perspectiva latinoamericanista.
  2. Bregamos por la creación de un Proyecto Educativo Indoafrolatinoamericano y caribeño, capaz de pensarse a sí mismo en tanto sea capaz de interpretar nuestra necesidad de integración de los pueblos y que camine de la mano con los procesos democratizadores en los planos económico y político, para recuperar nuestros recursos naturales, nuestra soberanía y el derecho al trabajo digno como derecho fundamental de la clase trabajadora, necesarios para la creación de una vida digna.
  3. Rechazamos todo intento injerencista de los gobiernos de Chile, México y otros, que a través de la OEA intentan impulsar la política intervencionista diseñada desde el imperio norteamericano. Como magisterios democráticos latinoamericanos abogamos por la paz, la soberanía y la autodeterminación de los pueblos y el respecto a los procesos que cada pueblo se dote de manera democrática y participativa, por lo mismo repudiamos todo acto de violencia hacia los trabajadores y sus familias, sean estos golpes blandos como el ocurrido en Brasil, sea la represión de Macri o Bachelet a los movimiento sociales o sea una intervención militar extranjera como la que se está fraguando en Venezuela.
  4. Nos pronunciamos en apoyo a las luchas del Magisterio de Brasil y Argentina quienes se movilizan junto al movimiento sindical y social de sus países en rechazo a las medidas de retroceso de derechos sociales iniciado por los gobiernos de Temer y Macri.
  5. Acordamos entregar nuestro apoyo irrestricto al proceso de la Revolución Bolivariana de Venezuela, a su pueblo y al gobierno constitucional y democráticamente electo del Presidente Nicolás Maduro.
  6. Ponemos a disposición toda nuestra capacidad solidaria para enfrentar en conjunto la avanzada neoliberal que precariza el trabajo y privatiza los derechos sociales, agrupándonos continentalmente como Magisterios Democráticos y continuando la senda de la unidad continental de todas y todos los trabajadores de Nuestra América.
  7. En este contexto de resistencia de los Pueblos y los Magisterios de Nuestra América Morena, han tomado la decisión de pasar a la ofensiva de la organización Magisterial, crear el capítulo Americano de la Federación Internacional de Sindicatos de la Educación – FISE. Para avanzar en esta necesaria tarea realizaremos un Encuentro promotor de la iniciativa durante el año 2017, dónde los equipos de trabajo de cada organización sindical realizarán un diagnóstico y caracterización de la situación de cada país y sus Movimientos Pedagógicos, para avanzar en un programa que considere como objetivos centrales la Descolonización de la Educación de Nuestra América, la creación de la Universidad de los Pueblos y de un Centro de Innovación Educacional que nos permita avanzar en el desarrollo de un Nuevo Proyecto Educativo para nuestro continente que considere la realidad indoafrolatinomericana y caribeña de nuestros territorios.
  8. Nuestra decisión de organizarnos, además de tener los objetivos ya enunciados, se propone llevar la voz de las trabajadoras y trabajadores de la educación de nuestro continente a diversas instancias internacionales y continentales, como la OIT, el ALBA, UNASUR, CELAC y MERCOSUR.

Hoy es el tiempo de los Pueblos de Nuestra América y las Trabajadoras y Trabajadores de la Educación tenemos la gran tarea de Democratizar el Aula, la Escuela, la Sociedad y el Continente entero.

Con el ejemplo de los grandes educadores de nuestra américa Simón Rodríguez, Gabriela Mistral, José Martí, Lucio Cabañas, Paulo Freire y José Carlos Mariategui, Unidos y Organizados, Hasta que la Dignidad se Haga Costumbre.

“Algún día América tendrá una voz de Pueblo Unido. Una voz que será respetada y oída; porque será la voz de pueblos dueños de su propio destino”.

Presidente Salvador Allende Gossens.

Avanza y camina el nuevo Magisterio de América Latina.

En representación de las Organizaciones Nacionales participantes firman esta Declaración:

Michael Humaña

Presidente Sindicato Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación – SNTE Chile.

Rafael Henríquez

Vicepresidente Sindicato Nacional de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación – SNTE Chile.

Orlando Pérez

Presidente Sindicato Nacional Fuerza Unitaria Magisterial – SINAFUM de Venezuela. Vicepresidente de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores de Venezuela. Secretario General de la FISE.

Juan Melchor Román

Dirección Política Nacional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación de México.

Daniel López Castellanos

Dirección Política de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación – CNTE, Chiapas, México.

Adhieren a esta carta:

Fabián Caballero

Vice Presidente de Educación y Capacitación y miembro del Comité Ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores – CUT de Chile.

Mario Olivares

Consejero Nacional de la Central Unitaria de Trabajadores – CUT de Chile.

Luis Miranda

Presidente Federación Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación – FENATREDUC de Chile.

Oscar Méndez

Vicepresidente de la Federación Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación – FENATREDUC de Chile.

 

Fuente de la noticia: http://snte.cl/por-la-unidad-del-magisterio-de-nuestra-america/

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Latinoamérica: KiVa, el programa contra el acoso escolar que ya se aplica en cinco países latinoamericanos

Publicado en AmericaEconomia.com
Ya son once años desde su creación y los resultados hablan por sí solos. El éxito de este programa contra el acoso escolar ha generado una disminución significativa de esta problemática, no sólo en Finlandia, sino que en países de todo el mundo, donde KiVa fue solicitada luego de ver su efectividad.

Esta iniciativa fue creada por la profesora Christina Salmivalli, en 2006. Si bien las cifras de acoso escolar no eran alarmantes en Finlandia, la intimidación en enseñanza básica no presentaba una tendencia decreciente. Esto provocó que el gobierno decidiera invertir y abordar el tema desde una perspectiva distinta.

Así se creó KiVa (Kiusaamista Vastaan en su idioma original; contra el acoso escolar, en español) y se puso a disposición de todas las escuelas. El primer año alrededor de un 70% de los establecimientos iniciaron la capacitación, cifra que fue en aumento. Entre 2007 y 2009, 15 mil niños fueron intervenidos. Un incremento que fue sólo el comienzo, ya que a partir de este último año los estudiantes que participaron alcanzaron los 370 mil.

«El número de escuelas que querían implementar el programa fue más de lo que creíamos, así que no fue difícil convencer al resto. Pero, por supuesto, había mucho trabajo. Los miembros de mi equipo viajaban durante semanas entrenando al personal escolar de diferentes provincias de todo el país», recuerda Christina Salmivalli.

¿Qué es KiVa?

KiVa es una iniciativa que busca combatir la intimidación en niños de seis a 12 años, pero a diferencia de los métodos tradicionales, apunta a trabajar directamente con la víctima, el acosador y también los testigos. El programa se aplica a través de dos formatos: acciones universales como, por ejemplo, charlas que se realizan dos veces al mes a modo de prevención, y acciones puntuales en casos que necesiten ser manejados con mayor rigurosidad.

Los cambios generados en Finlandia durante el primer año de implementación fueron significativos, a tal punto que los casos de bullying desaparecieron en el 79% de las escuelas y se redujeron en el 18%. Gracias a esas cifras exitosas es que el interés se apoderó de países como Nueva Zelanda, Países Bajos, Estonia, Reino Unido e Italia, que enseguida solicitaron la capacitación.

La implementación conlleva meses de preparación en el entorno escolar y algunos casos son más fáciles que otros. «Creo que la implementación es más desafiante en contextos donde la prevención del acoso no se prioriza o donde los directores no lo ven como un problema que necesita atención. En algunas escuelas, el bullying puede ser visto como «normal» o algo que sólo pertenece a la infancia, y no tan perjudicial», advierte Salmivalli.

KiVa en América Latina

Según un estudio  de Cepal y Bullying Sin Fronteras de 2014, el 37,2% de los estudiantes latinoamericanos de sexto grado reconocen haber sido insultados o amenazados; entre 12% y 14% experimentó violencia verbal y el 10% dice haber sufrido amenazas de un compañero. Un panorama preocupante que ha generado el interés latinoamericano por importar KiVa, programa que llegó a la región en 2012, luego que investigadores chilenos se interesaran tras comprobar el efectivo impacto de KiVa a nivel mundial. Actualmente Chile, al igual que Argentina, Colombia, México y Perú, se encuentran en proceso de implementar la solución finlandesa.

En el caso chileno, el lanzamiento oficial de la iniciativa se realizó a fines de mayo pasado. Actualmente, los coordinadores ya están realizando un estudio de evaluación en 33 escuelas de Santiago, para luego comenzar a implementar KiVa en establecimientos educacionales durante el segundo semestre del 2017.

Desafíos múltiples

Si bien el programa ha logrado cautivar el interés de distintos gobiernos e instituciones en el mundo, Christina Salmivalli considera que el principal obstáculo para su adopción se asocia al apoyo económico y humano necesario para la introducción de KiVa en las escuelas. «Creo que encontrar tiempo y recursos para la implementación sistemática es un gran desafío», resalta Salmivalli.

En Finlandia, la iniciativa contra el acoso escolar ya lleva vigente once años, sin embargo, con lentitud ha ido aumentando el número de colegios que trabaja bajo este sistema a nivel global. Los números pueden mostrar bajas positivas en el acoso, desde el primer año de implementación, pero las autoridades locales a veces se ven entrampanadas en los pasos administrativos iniciales, mientras que KiVa, según su creadora, necesita de confianza a largo plazo, de un manejo sostenible que aliente el desarrollo de un programa con mayor investigación y retroalimentación de los coordinadores. «Queremos construir una comunidad KiVa internacional, para unir a investigadores, socios, entrenadores y escuelas. Queremos apoyarnos mutuamente en el trabajo anti-intimidación sostenible».

FOTO: PIXABAY.COM

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Las otras caras de la violencia escolar en Latinoamérica

Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticas del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

En un estudio realizado por UNICEF (2011) sobre la violencia escolar en América Latina y el Caribe, se plantea que aún existen escuelas donde se vulneran los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño. Se reportan casos de castigos corporales, maltrato emocional, abuso sexual, así como una tendencia creciente del acoso entre pares e inclusive de agresiones de estudiantes y, en algunos casos, de padres contra maestros y autoridades educativas. Los datos arrojados por UNICEF dan cuenta principalmente de estas situaciones y lógicas de la violencia que emergen al interior de las escuelas, reproduciendo maltratos emocionales y físicos que los niños y adolescentes experimentan en su cotidianeidad. El caso del maltrato emocional sistemático entre pares, esto es, entre los mismos compañeros y compañeras de escuela, es motivo de atención en los últimos años, tanto por las políticas públicas, los medios de comunicación y el mismo campo de la investigación educativa. Esto en parte se debe al alto porcentaje de estudiantes que han sido víctimas, o que tienen conocimiento de hechos de maltrato, acoso u hostigamiento escolar, el cual se sitúa entre el 50% y el 70% de la población estudiantil en América Latina (UNICEF, 2011).

La violencia entre pares, más conocida como bullying, es objeto de discusión permanente y es identificada como una de las principales evidencias de la violencia escolar. Aunque se trata de una problemática escolar clave en la configuración de las identidades de los estudiantes y que atenta contra el desenvolvimiento social y cultural de los sujetos, la prioridad que se ha puesto en el análisis y visibilización de este tipo de violencia escolar, ha llevado a ocultar otros procesos significativos vinculados con la violencia que ocurre en las escuelas latinoamericanas.

No resulta llamativo que sean los propios gobiernos latinoamericanos, quienes aducen la importancia de erradicar el bullying escolar, asumiéndolo como la principal problemática sociocultural y comunicativa de las escuelas, mediada por la violencia física y emocional entre los mismos estudiantes. Sin embargo, esta no es la única evidencia de violencia escolar. El foco puesto en los niños y adolescentes como protagonistas de los actos de violencia, pese a que retrata una situación crítica y bisagra de las escuelas latinoamericanas, contribuye al mismo tiempo a la gestación de dinámicas de estigmatización y criminalización de los niños y jóvenes que asisten a la escuela. La identificación de alumnos problemáticos, por lo general, pertenecientes a sectores extremadamente vulnerables, construye una perspectiva estigmatizante de los jóvenes, a quienes se les segrega y atribuye la condición de mal comportamiento. Esta atención puesta en la culpabilidad de los niños y jóvenes en la ejecución de los actos de violencia, silencia e invisibiliza otras caras de la violencia escolar, que tienen como principal responsable a los gobiernos latinoamericanos y a su complicidad con actividades ilícitas. Tal es el caso de la inserción de los aparatos represivos estatales en los propios espacios escolares y la expansión de las redes de narcotráfico y guerrilla que atenta directamente al derecho a la educación de miles de niños y jóvenes latinoamericanos e incumple, por lo tanto, otros derechos básicos y libertades fundamentales.

La destrucción de instituciones educativas por explosiones detonadas, morteros y cohetes, bombardeos aéreos, incendios y saqueos; la ocupación de escuelas por las fuerzas militares, de seguridad, la policía armada o los grupos del crimen organizado, así como el secuestro de niños para ser reclutados forzosamente a las filas de esos grupos criminales, son algunas de las problemáticas a las que se enfrentan cotidianamente las escuelas más vulnerables de Latinoamérica y el Caribe.

Estos incidentes violentos implican el uso de la fuerza en formas que interrumpen y disuaden la provisión educativa, poniendo a educadores y estudiantes en riesgo en ambientes que deberían ser seguros y fuentes de protección. Aún más si se tiene en cuenta que la escuela ha sido identificada históricamente por su papel decisivo en la transformación de los patrones de violencia y para promover el desarrollo de habilidades pacíficas. Esta función se encuentra en crisis, sobre todo a causa de las políticas estatales que, coadyuvadas al mercado privado internacional, la corrupción y la complicidad con el narcotráfico, han hecho de la escuela latinoamericana un escenario sumido en la violencia, la devastación y la privación de derechos fundamentales.

En el caso de Haití, los abusos sexuales contra escolares y mujeres continúa siendo una táctica común en algunos conflictos, los cuales se producen como resultantes de secuestros y ataques a los centros educativos. Estos secuestros son llevados a cabo por bandas criminales armadas y se producen cuando los niños están en camino hacia o desde la escuela. Las niñas representan casi la mitad de las víctimas menores de edad (UNESCO, 2010).

En Brasil, en 2007, ocho escuelas municipales y guarderías de Río de Janeiro, fueron ocupadas sin previo aviso por la policía armada. “Estas instalaciones se utilizaron como base para un ataque de tipo militar contra las bandas de narcotraficantes armados, convirtiéndolas en blanco de ataques mientras los estudiantes seguían asistiendo a clases” (UNESCO, 2010: p.179).

Esta operación involucró a 1.300 policías militares y civiles, además de soldados de la Fuerza Nacional. Los edificios escolares sufrieron grandes daños, y en una ocasión las granadas habían explotado en el patio de la misma escuela.

Por su parte, en Colombia, en 2006, la UNESCO (2010) documentó que las guerrillas de las FARC habían incendiado una escuela en Puerto Jordania, utilizada anteriormente como centro de votación para las elecciones. La denotación de granadas y el incendio de establecimientos educativos es una práctica cotidiana de estos grupos armados, así como el reclutamiento de niños para integrarse a las fuerzas paramilitares.

En México, maestros de seis escuelas de Ciudad Juárez fueron amenazados por miembros de un cártel. “En una serie de advertencias escritas colocadas en las paredes de la escuela a partir del 12 de noviembre de 2008, las bandas de narcotraficantes armados amenazaron con secuestrar a estudiantes si los maestros no pagaban bonos de navidad a los traficantes” (UNESCO, 2010: p. 209)

El 17 de marzo de 2009, en la región de Triqui, San Migel Copola, en el estado de Guerrero, se encontraron más de 20 cartuchos de alto calibre en el campus de un instituto de bachillerato de Oaxaca tras una incursión de bandas armadas en la comunidad. Esto obligó a las escuelas secundarias y primarias de la región a suspender las clases por cierto periodo.

Pese a los diferentes instrumentos legales, así como a la existencia de las Directrices para Prevenir el Uso Militar de Escuelas y Universidades en Conflictos Armados, la violación de los derechos de los niños y jóvenes más vulnerables sigue en aumento. Incluso, estas directrices, aunque constituyen disposiciones vigentes del derecho internacional, no tienen carácter vinculante en sí mismas, por lo que los estados latinoamericanos no están obligados a ejecutarlas.

En este contexto, los casos de militarización de las escuelas, abusos sexuales y el secuestro y desaparición forzada para reclutamiento no solo violenta y censura la garantía del derecho a la educación, sino principalmente el derecho internacional humanitario, destinado a limitar y evitar el sufrimiento humano en tiempo de conflicto armado.

El arrebato de las condiciones dignas de infraestructura y seguridad edilicia son algunos de los rasgos más visibles de esta problemática. El uso militar de las escuelas, tanto como base militar y objetivo de conflicto, termina acechando la propia infancia: familias quebradas por el reclutamiento forzoso de sus niños e identidades forjadas por el miedo y la inseguridad permanente. El temor de trasladarse a la escuela por el uso militar que se hace de ellas, así como de todas las situaciones violentas que se desencadenan de este factor, es una constante en miles de niños. Casualmente este es un aspecto estructural que no se encuentra lo suficientemente investigado, a diferencia, por ejemplo, del estudio de la fobia escolar que responde más a aspectos psicosociales que a las condiciones materiales de existencia, como el conflicto armado y la guerra.

La omisión de todos estos casos a los ojos de los gobiernos latinoamericanos, ejemplos de la violencia que se ejerce hacia las escuelas, no es casual. Sólo se alude a la relación entre el narcotráfico, la militarización y las escuelas, cuando se pretende estigmatizar y criminalizar a determinadas comunidades. Tal es el caso de la desaparición de los estudiantes de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. Desde el gobierno mexicano, se intentó aducir, como causa de su desaparición, que los estudiantes se encontraban involucrados con una red de crimen organizado. La insistencia del gobierno por instalar en el imaginario esta perspectiva criminalizante de los jóvenes de Ayotzinapa, ha sido una constante. De esta manera se advierte que la única alusión que se hace desde la política pública a la relación entre el narcotráfico y la violencia escolar, se ejecuta bajo un manto de estigmatización y criminalización de los jóvenes utilizada, en este caso, como una estrategia más de ocultamiento de la responsabilidad y complicidad estatal.

La importancia de la visibilización de las otras caras de la violencia escolar, esto es, de la militarización de las escuelas latinoamericanas, convertidas en escenarios de guerra, es fundamental para la garantía del derecho a la educación, clave e inalienable. En las poblaciones más pobres y vulnerables de Latinoamérica, este derecho se encuentra negado, al estar instaladas en territorios permanentes de conflicto armado.

A sabiendas que los estados latinoamericanos están imbricados en esta problemática y que las reformas educativas actuales desatienden estos factores, ¿qué papel tiene la investigación educativa en este contexto? ¿cómo transformar los análisis lineales y unilaterales que se realizan sobre violencia escolar, de manera que se incluya la mirada de las comunidades y escuelas violentadas por la guerra y el conflicto? ¿qué papel tienen los organismos internacionales en este proceso, aún más si se tiene en cuenta que estos poseen información precisa sobre esas otras caras de la violencia escolar? ¿cómo hacer exigible el derecho a una educación libre de violencia y abusos?

Referencias

UNICEF (2011). Violencia escolar en América Latina y el Caribe: Superficie y fondo.  Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)

UNESCO (2010). Education Under Attack. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

 

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/las-otras-caras-de-la-violencia-escolar-en-latinoamerica/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/08/tumblr_m3vfxe6PpY1rvr5wko1_500.jpg

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Aceleremos el progreso educativo

Por: Felipe Calderón

Enfrentamos retos formidables. La población mundial aumentará en más de 2 mil millones de personas hacia 2050 y debemos ser capaces de garantizar mejores condiciones de vida para más personas, particularmente en los países en vías de desarrollo. Es urgente proporcionar educación adecuada para que las nuevas generaciones puedan integrarse a mercados en vertiginosa transformación. Además, la automatización y los cambios tecnológicos pueden dificultar aún más el encontrar trabajo para aquellos trabajadores poco calificados.

Sin embargo, a nivel global, los recursos destinados a la educación son insuficientes: hay países en América Latina y África que están invirtiendo menos del 3% de su PIB en educación pública, cuando el promedio en países de altos ingresos ronda el 5%. Incluso cuando hay voluntad para invertir en educación, dichas inversiones han sido, en muchos casos, mal dirigidas e ineficientes. Esto se debe a que las políticas educativas han fallado en identificar claramente cuáles son los resultados deseados y dar los pasos adecuadas para llegar a ellos. Por ejemplo, frecuentemente se ha priorizado la expansión de la cobertura educativa a costa del aprendizaje mismo.

Particularmente, en América Latina, de los 111 millones de niños y adolescentes en edad escolar, 14 millones no asistían a la escuela, de acuerdo con datos de 2014. Adicionalmente, hay niños y jóvenes que, aunque asisten a la escuela, no aprenden a leer adecuadamente o a hacer operaciones matemáticas básicas, limitando severamente sus oportunidades.

No obstante, hay que reconocer el esfuerzo que estamos haciendo y los avances reales que América Latina ha logrado en décadas recientes. De acuerdo con la UNESCO, en 2014, en nuestra región invertimos en promedio 5% del PIB regional en educación, un aumento de 25% respecto a lo que se invertía en el 2000. Este porcentaje nos coloca, como región, a la par de varios países industrializados.Además, hoy en día, 8 de cada 10 niños en América Latina y el Caribe tienen acceso a la educación infantil y la mayoría de los niños están matriculados en la escuela primaria.

En varios países de la región, hay políticas públicas que pueden servir como ejemplo para otros países del mundo en desarrollo. En Brasil – uno de los países con logros importantes en materia de educación en América Latina – hay evidencia de que las niñas de escasos recursos que participaron en programas comunitarios de educación preescolar tienen el doble de probabilidad de alcanzar el quinto grado de educación primaria y tres veces más probabilidades de alcanzar el octavo grado en relación a sus pares que no asistieron a dichos programas. En México, las inversiones en educación superior de bajo costo han creado oportunidades educativas para jóvenes, aumentando la permanencia escolar; en paralelo, han favorecido una mayor disponibilidad de ingenieros y técnicos, impulsando la competitividad de industrias como la automotriz. Asimismo, con el programa social Oportunidades, logramos cerrar las brechas de género en educación primaria, secundaria y media superior. Más recientemente, hay que destacar el encomiable esfuerzo de distintas fuerzas políticas en México para mejorar la calidad de la educación.

Si queremos garantizar el derecho a la educación para todos nuestros niños, este es el momento de poner el pie en el acelerador; América Latina podría ser quien señale el camino en la dirección correcta. Nuestros países – junto a la comunidad internacional – se han comprometido a alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sustentables (ODS) “Educación Inclusiva y de Calidad para Todos”, promovido por la ONU, para el 2030. Si los países latinoamericanos se unen al esfuerzo común para alcanzar una educación inclusiva y de calidad para todos, estaríamos contribuyendo directamente al progreso en todos los otros Objetivos de Desarrollo Sustentable, tanto en nuestra región como a nivel global.

Un informe reciente de la Comisión Internacional para el Financiamiento de Oportunidades Educativas Globales, de la cual tengo el honor de ser Comisionado, nos muestra que tenemos una gran oportunidad frente a nosotros: si todos los países logran acelerar las tasas de progreso educativo –en términos de cobertura y aprendizaje de habilidades básicas, a través de los niveles de educación preescolar, primaria y secundaria– hacia los niveles alcanzados por el 25% de países que están avanzando más rápidamente , lograremos que todos los niños de países en desarrollo tengan acceso a educación de calidad para el 2030.

Con este fin, la Comisión ha presentado un plan para aumentar gradualmente las inversiones globales en educación, con la meta de pasar de un total global de $1.2 billones de dólares actuales a $3 billones de dólares por año hacia 2030. En principio, los gobiernos de países en desarrollo deberán comprometerse a aumentar el financiamiento a la educación y a emprender reformas para hacer que el gasto educativo sea más eficiente y eficaz. Dichas reformas promoverán que las políticas educativas estén enfocadas a obtener los resultados adecuados, promover la inclusión de los grupos más desaventajados e innovar para mejorar la calidad de la educación.

A cambio, la Comisión plantea un acuerdo para desencadenar apoyo de la comunidad internacional dirigido a quienes asuman el compromiso anteriormente mencionado. En términos concretos, esto se logrará a través de una propuesta transformadora: un Mecanismo Internacional de Financiamiento para la Educación, el cual nacería a partir de una alianza entre el Banco Mundial, bancos regionales de desarrollo y países donantes. Esta plataforma no solo buscaría coordinar y armonizar la acción de los bancos multilaterales, sino que también tiene el objetivo de atraer capital privado para incentivar la participación de la banca de desarrollo.

La evidencia está de nuestra parte: invertir en educación es invertir en mejores oportunidades para mejorar la calidad de vida de las personas. Educar a una niña es el camino más seguro para reducir la mortalidad infantil. En países en desarrollo, reducir a la mitad el subsidio a los combustibles fósiles e invertir la mitad de ese ahorro en educación redundaría en un beneficio neto de $3 mil millones de dólares para el 20% más pobre de cada país. Asimismo, la creatividad y la innovación estimulan soluciones sustentables para resolver problemas locales, como expandir el acceso a la energía y al agua potable. La educación es una de las principales herramientas para formar ciudadanos comprometidos con las instituciones de sus países y los valores democráticos que fundamentan la vida en sociedad.

Por si fuera poco, hay evidencia adicional acerca de los beneficios económicos de invertir mejor en educación. El análisis de la Comisión arroja que, en países en desarrollo, cada dólar invertido en un año adicional de escolaridad genera 10 dólares en beneficios. Ampliar la cobertura y mejorar la calidad de la educación ayuda a desacelerar las presiones migratorias y a activar el crecimiento económico.

Por ello, los miembros de la Comisión pedimos al Grupo de los 20 -con Argentina, Brasil y México como miembros clave- que apoyen este plan. En este momento en el que los líderes se preparan para sus reuniones en Hamburgo, Alemania, pedimos que los países latinoamericanos lleven consigo las mejores prácticas de nuestra región, junto con el compromiso firme de mejorar nuestros propios estándares educativos de acceso, calidad y aprendizaje.

Poner en marcha el plan de la Comisión nos acercaría a lograr los Objetivos de Desarrollo Sustentable e ilustraría todo lo que puede ser alcanzado a través de la cooperación internacional, contrarrestando a las voces que, irresponsablemente, llaman al aislacionismo.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/05/27/opinion/1495900896_739206.html

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Latinoamérica duplica jóvenes en educación superior, pero persiste inequidad

21 Mayo 2017/Fuente: terra/Autor: EFE

La tasa de jóvenes de Latinoamérica y el Caribe que se matriculan en educación superior pasó del 21 al 43 % entre 2000 y 2013, aunque persisten retos como la alta tasa de deserción o la conexión con el mercado laboral, reveló un informe del Grupo Banco Mundial.

En el informe «Momento decisivo. La educación superior en América Latina y el Caribe», presentado hoy en la Ciudad de México, la institución afirma que este incremento de alumnos -que actualmente es de 20 millones- en la región ha beneficiado especialmente a jóvenes procedentes de entornos socioeconómicos bajos y medios.

No obstante, «todavía hay brechas en el acceso» equitativo, dado que, entre otros motivos, los estudiantes con menos recursos económicos cuentan con una educación previa -primaria, secundaria y preparatoria- de menor calidad, resalta en una entrevista con Efe María Marta Ferreyra, economista del Banco Mundial y líder del equipo que realizó el informe.

Ferreyra señala que, aunque la educación superior tiene el «potencial de aumentar la productividad y la equidad de las sociedades», esta «no puede resolver por sí sola todos los problemas», porque las instituciones solo pueden agregar conocimiento «en la medida que los estudiantes (que llegan) estén bien preparados académicamente».

El incremento de matriculaciones ha venido de la mano de un mayor número de instituciones y de más programas de estudios, o la ampliación de estos.

Aun así, existe un número de programas muy bajos «en ciencias e ingeniería, y esto explica por qué la región innova tan poco», argumenta Ferreyra.

El estudio destaca que, en promedio, alrededor de la mitad de la población de entre 25 y 29 años que comenzaron la educación superior en algún momento no finalizaron sus estudios, porque aún están cursándolos o porque desertaron.

México y Perú son los dos únicos países de la región en los que la tasa de graduación está más cerca de la estadounidense (un 65 %).

Por ello, aseguró Ferreyra, es necesario canalizar a los estudiantes hacia programas que tengan «posibilidades de éxito» y hacia planes e instituciones que «realmente agreguen valor».

«Uno de los principales desafíos que enfrentan las universidades es conectarse mejor con el mercado laboral, entender qué es lo que necesita el mercado, revisar la oferta de carreras, la duración, el contenido y la relevancia», indicó la economista argentina.

El Grupo Banco Mundial aboga por que se haga pública información respecto al porcentaje de estudiantes que acaba graduándose en cada carrera, las perspectivas laborales o cuánto ganan los graduados, para que los estudiantes y las familias puedan tomar «buenas decisiones».

En este sentido, aquellos estudiantes que se están incorporando a la educación superior que están menos preparados académicamente, tienen menos ingresos y/o son los primeros de su familia en acceder a este nivel educativo, «plantean desafíos muy serios al sistema».

Estos jóvenes «necesitan elegir muy bien su programa de estudio», para lo que requieren asesoría, y una vez dentro de la institución, necesitan un acompañamiento académico.

La argentina estimó que las instituciones de educación superior son difíciles de regular porque «no todos los estudiantes buscan lo mismo»: «A algunos les importa mucho la capacidad de obtener retornos laborales después, mientras que otros están interesados simplemente en aprender algo, independientemente de cuánto vayan a ganar».

El informe remarca la pertinencia de «diseñar sistemas de financiamiento eficientes, responsables y equitativos» para incorporar a los estudiantes.

«La región, en este momento, no puede desperdiciar el talento de tantos estudiantes que simplemente no pueden estudiar porque no tienen los medios», reflexionó Ferreyra, quien recordó que incluso cuando la educación es gratuita, hay jóvenes que tienen que dejarla de lado porque no pueden permitirse «dejar de trabajar».

Fuente de la reseña: https://www.terra.com.co/noticias/mundo/latinoamerica/latinoamerica-duplica-jovenes-en-educacion-superior-pero-persiste-inequidad,25b571372efc6888102957c8845f3a7fxk6ijmpi.html
Fuente de la imagen: https://estaticos.efe.com/efecom/recursos2/imagen.aspx?lVW2oAh2vjMQjsr1dVXHmKTfW7LZsAQQQ4TncnkXVSTX-P-2bAoG0sxzXPZPAk5l
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