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“La gramática no tiene sexo, no es ni incluyente ni excluyente”: Concepción Company

Por: .

 

«La gramática no refleja necesariamente el mundo. El mundo está dividido en dos: hombres y mujeres; la gramática no lo está, es un hecho arbitrario de sedimentación secular y herencias milenarias», expresó a ZETA la reconocida lingüista

Desdoblar en masculino y femenino algunas palabras, utilizar todxstod@s o todes, así como separar entre lenguaje sexista y lenguaje inclusivo, ha sido una moda promovida desde instituciones gubernamentales o asociaciones civiles, a veces practicada por algunos sectores de la población hispanohablante.

Investigadora Emérita del Instituto de Investigaciones Filológicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua y de El Colegio Nacional, la lingüista Concepción Company Company compartió con ZETA un análisis sobre este importante tema que ocasiona reflexiones y debates.

Para empezar, reconoció:

«Hay en los últimos 10 años, fundamentalmente, propuestas desde organismos oficiales, como la Secretaría de Gobernación, Sindicato de Trabajadores de la Educación, organismos gubernamentales, en el sentido de que hay que hacer una lengua desdoblada, en masculino y femenino -en aquellas zonas donde se puede desdoblar en masculino y femenino-, para darle respeto e igualdad a las mujeres.

«Mi planteamiento es que el respeto y la igualdad a las mujeres no se va a lograr si decimos presidente o presidentajuez o jueza, sino que se va lograr cuando la mujer gane igual que un hombre y tenga las mismas posibilidades de acceso educativo, laboral, en salud, etc. que tienen los hombres, da igual cómo se le llame, presidente o presidenta. Todos estos organismos gubernamentales tienen manuales del buen hablar y buen escribir, del hablar respetuoso desdoblado, y entonces me dicen: “Igualdad es que te llamen arquitecta”; ¡no!, igualdad es que me paguen igual si soy igual de buena, que yo tenga las mismas oportunidades de acceder a ese puesto que un arquitecto, o me paguen mejor si soy mejor.

«Yo reconozco, como mujer, que hay un gran problema de desigualdad entre hombres y mujeres, un problema social, sin duda, por supuesto que lo hay; no somos minoría biológica, pero sí se nos trata, como minoría; las mujeres, apenas en los últimos 10 años, 20 años, estamos teniendo acceso a puestos directivos, a lugares que hasta ahora han sido privilegio de los hombres, eso lo reconoce cualquiera que tenga ojos, pueda leer un periódico o redes o pueda oír radio y televisión, eso es una realidad», advirtió Company Company.

 

ENTRE EL “LENGUAJE INCLUSIVO” Y EL “LENGUAJE SEXISTA”

Doctora en Letras, con especialidad en Lingüística Hispánica por la UNAM, primero se le preguntó a Concepción Company:

— ¿Qué opina respecto a que desde instituciones gubernamentales se promueve el llamado “lenguaje inclusivo”?

«Pues a mí me parece que están gastando energías inútilmente, es una ridiculez. Yo soy la primera que quiero igualdad y he peleado y trabajado por ella como mujer, pero forzar la lengua y decir: los y las mexicanasniños y niñasqueridos todos y queridas todas, -por cierto, ¿por qué tienen que ir los hombres por delante?-, me parece que es absolutamente antieconómico. Si usted dice: “El hombre es un ser racional”, no tengo ningún problema, yo no me siento excluida de ese enunciado genérico.

«El meollo de esto es que tenemos que entender que la gramática es una serie de convenciones seculares, incluso milenarias, sedimentadas en forma de reglas, de hábitos y de rutinas, de muy lenta transformación, y debemos entender, cosa sabida, que el masculino no refleja sexo, refleja una convención indiferente al género. Si yo pregunto “¿cuántos hijos tiene?”, supongo que piensa en hijos e hijas, en todos; pero si yo le pregunto “¿cuántas hijas tiene?”, quedan excluidos; ésa es la prueba de que el masculino es indiferente. Mire, llevo tiempo diciéndolo, la manera gramatical de empoderarse las mujeres y de excluir a los hombres, si así lo desean, es decir todo en femenino: estimadas todas, así haya hombres presentes, estos automáticamente se hacen invisibles, quedan fuera. Entones, no sé por qué tenemos que desdoblar si el femenino es la herramienta poderosa para excluir.

«Los dueños de la lengua somos los hablantes, podemos hacer cosas como escribir lxs, l@s; usted puede hacer lo que quiera porque el dueño de la lengua es usted, ella, yo, todos somos dueños de la lengua, pero la lengua funciona en tanto que es una convención social y que todos estamos de acuerdo en que sirve y significa algo. Las iniciativas grupales no tienen éxito gramatical.

«Usted pone una @, un signo medieval, porque ahora es la moda, hace veinte años no hubiera puesto una @. La x, la @, la e son una convención que está en el ambiente político, en el ambiente social hace tres o cinco años, pero es una convención, es un acuerdo de una pequeña comunidad. Escribir con x o con @ va en contra de la pauta de la lengua española, porque la lengua española no tiene ninguna sílaba con tres consonantes. Entonces, decir todxs es impronunciable, no pertenece al patrón fónico del español».

 Pero quienes argumentan sobre el “lenguaje sexista”, aducen al sistema patriarcal…

«Nadie niega que en sus orígenes, las zonas que se marcan en masculino y femenino, hayan podido reflejar un sistema patriarcal, en las sociedades protoindoeuropeas, e incluso en la sociedad romana, hace unos 2,300 o 2000 años, claro que eran sistemas patriarcales, y a la fecha son sistemas patriarcales; pero las comunidades de lenguas que no tienen género, como el turco, como el árabe o como las lenguas amerindias en su mayoría, son sistemas patriarcales, entonces, poner toda la energía en desdoblar en estimados todos, estimadas todas es una energía inútil, porque la lengua es, vuelvo a decirle, un repositorio de hábitos, de tradiciones, de rutinas y nunca cambia por un decreto. Ni la Cámara de Diputados ni un grupo de feministas van a cambiar la lengua, son los usuarios de todos los días, los hablantes de la banqueta los que cambiamos verdaderamente la lengua; es una lentísima transmisión de pequeñas innovaciones de padres a hijos, de abuelos a nietos, esos somos los protagonistas.

«La gramática es como si fuera un teflón a la que se le resbala todo, sólo le hacen mella aquellas innovaciones que sirven para algo en el funcionamiento de la gramática. Si queremos meterle correspondencia a la lengua española con el mundo real pues tendríamos que meterle correspondencias genéricas a unas minorías que son reales como las famosas minorías T: travestis, transgéneros, transexuales, que son ámbitos distintos de preferencias sexuales; o sea, es un asunto muy complejo y la gramática no da cuenta de todas esas complejidades del mundo.

«Yo lo que creo es que es una superficialidad decir que esto tiene que ver con cómo está estructurado el español, me permito decirlo: es una superficialidad y un desconocimiento profundísimo de la historia de la lengua decir que esto se debe a un sistema patriarcal; hay un montón de sociedades patriarcales cuyas lenguas no han marcado jamás un género».

— ¿Por qué es incorrecta la separación de “lenguaje sexista” y “lenguaje inclusivo” que se hace desde algunas instituciones o asociaciones civiles con el argumento de que es “para visibilizar a todos los grupos sociales”?

«Yo creo que es muy válida la batalla de visibilización femenina, es muy válida, yo la apoyo, por supuesto. Yo les pregunto después a las feministas, sean cuales sean sus preferencias sexuales: ¿qué se hace con las minorías que son homosexuales o que son transexuales?; eso no sé ni cómo se va a marcar en la gramática y tienen el mismo derecho de ser representadas esas minorías lingüísticamente, eso es lo primero. Lo segundo, si esa batalla fuera correcta socialmente no significa que la lengua la vaya a asumir. Usted puede ponerse con una pancarta durante 50 años diciendo todes o todxs para ser incluyente, pero está por verse que la gramática lo vaya a sedimentar y a incorporar.

«Yo lo que creo es que es absolutamente arbitrario y convencional, además de elitista, decir tod@s o todxs, con x es impronunciable, ya que se elimina de la posibilidad de igualdad a todas las sociedades que han vivido por milenios sin escritura; el 90 por ciento de las lenguas del mundo nunca ha desarrollado escritura, supongo que tienen derecho igual que las que sí tienen escritura, a ser iguales entre hombres y mujeres. Escribir con @ es un elitismo, si usted no tiene un teclado o no sabe escribir, no pasó por la escuela y sabe que ese signo medieval, @, le puede servir como aparente inclusión, pues me parece que es elitista porque excluye a la oralidad. El de la x excluye igualmente a la oralidad. En suma, ¿acaso las mujeres que son hablantes de lenguas que han existido por milenios en la oralidad, lenguas carentes de escritura, no tienen derecho a la igualdad social?

«Me parece a mí que son unas batallas con mucha energía para cero resultados, habrá que esperarse ciento y pico años, unas cuatro generaciones para ver si algo se logró. ¿Qué significa “se logró”?, que 500 millones de hispanohablantes o 125 millones de mexicanos estén de acuerdo en desdoblar en cualquier acto de habla, cuando la zona gramatical permite el desdoblamiento, y ese acuerdo no se va a producir en unos años y no sabemos si se producirá alguna vez».

 

ALGUNOS INTENTOS REGULATORIOS EN LA HISTORIA DE LA LENGUA

Autora de los libros El siglo XVIII y la identidad lingüística de México (Academia Mexicana de la Lengua y Universidad Nacional Autónoma de México, 2007) y Los opuestos se tocan. Indiferencias y afectos sintácticos en la historia del español (El Colegio Nacional, 2017), entre otros, la doctora Concepción Company Company compartió con ZETA algunos ejemplos de cómo a lo largo de la historia del español ha habido diversos intentos regulatorios y algunas modas en el uso del idioma:

«En los dos mil años de la historia de la lengua española ha habido intentos regulatorios y nadie les ha hecho caso; los intentos regulatorios suelen venir desde instancias de poder, como la Corona; en el período de los Reyes Católicos o con los borbones en el siglo XVIII, con la creación de las academias hubo muchos decretos de buen uso de la lengua, pero con pocos o nulos resultados en el empleo del español día a día. Por ejemplo, en el siglo XVIII les dio -era una moda, se veía bonito- por poner dobles consonantes, grupos cultos, se llaman: escribían proppositto, con doble pp y doble tt; les encantaba, era algo así como complejizar, como hacer más culta la lengua; y entonces llegó la Real Academia Española en 1743, en su primera Ortografía, y emite la recomendación de “simplifíquense los grupos cultos”, como dobles tt, doble bb, dobles ff, dobles ss, o ph, les encantaba, prophecía con ph en lugar de con f. ¿Sabe quién les hizo caso?, nadie.

«Escribían con doblamiento consonántico hasta bien entrado el siglo XIX y no fue por un decreto de la Real Academia de la Lengua, fue porque entra una prisa comunicativa, se generalizan los periódicos en el sentido de diario, más entra un hecho fundamental que es la revolución industrial a mediados del siglo XIX y se incorporan grandes masas al trabajo, hombres y mujeres, de hecho el inicio del feminismo está en la revolución industrial porque necesitan mano de obra y tienen que entrar las mujeres a las fábricas.

«Por la prisa y la necesidad de rapidez se olvidaron de que era bonito escribir con doble tt, doble pp, doble ff y doble ss, entonces cuál fue el efecto, no tiene que ver con un decreto, tiene que ver con cómo funciona la sociedad. A la fecha, hay variación interesante en grupos consonánticos en el español; por ejemplo, en Argentina o Uruguay se escribe y dice transcripto, con pt, pero setiembre, sin p; en México o en España, es justamente al revés, transcrito y septiembre, esta variación, como cualquier otra de la lengua, sólo prueba que es convencional, y prueba que no se les hace caso a los decretos emitidos desde instancias de poder.

«Este desdoblamiento de masculino y femenino es, además, una zona muy pequeña del español, es un cuatro o cinco por ciento de la lengua española que se puede desdoblar, no es nada moderna, todos creemos que es un descubrimiento darle visibilidad a las mujeres, pero en textos del siglo XVI usted se encuentra “se presentó la declaranta”, “se presentó la testiga”, y le puedo garantizar que no es un intento de visibilización o de inclusión.

«En la Audiencia de México, en el centro del virreinato de la Nueva España, usted no encuentra ninguna declaranta ni ninguna testiga, porque hay una normatividad mucho más culta; en cambio encuentra, por ejemplo, en documentos de Oaxaca y Chiapas “fue llamada a dar su testimonio María Pérez, se apareció la testiga ante el juez o ante el Santo Tribunal en tal ciudad de Chiapas”; en zonas marginales de la Audiencia están las testigas y las declarantas mucho más presentes. Este desdoblamiento se retrae porque en el siglo XVIII hay una corriente muy culta, desde centros educativos fuertes, como la Ciudad de México, la audiencia de la Nueva Galicia, Guadalajara hoy, también una zona fuerte, se retraen esos desdoblamientos y fueron sacados de nuevo hace unos años como algo innovador. ¿Qué es lo que hace un desdoblamiento?, bueno le da visibilidad a la mujer, pero yo no quiero visibilidad, yo quiero verdadera igualdad, que son cosas distintas».

 

“LA GRAMÁTICA NO TIENE SEXO”

Para concluir la entrevista con ZETA, la reconocida lingüista argumentó por qué la gramática no es incluyente ni excluyente:

«La gramática no tiene sexo, no es ni incluyente ni excluyente, es una herramienta que atraviesa nuestra vida y que usamos diariamente para funcionar en la vida. La gramática es una serie de convenciones, es arbitraria. Por ejemplo, la palabra arte en singular es el arte, en plural son las artes, eso es una muestra de arbitrariedad, así ha sido por siglos. Es decir, la gramática no refleja necesariamente el mundo. El mundo está dividido en dos: hombres y mujeres; la gramática no lo está, es un hecho arbitrario de sedimentación secular y herencias milenarias».

— ¿Por qué “la lengua no tiene sexo, no es ni incluyente ni excluyente”?

«Ninguna lengua tiene sexo, algunas tienen género. El género es una adscripción arbitraria, convencional, sedimentada por siglos, de que una comunidad de hablantes marca como masculino algunos aspectos, marca como una terminación de femenino a otros y marca neutro o como invariable otros.

«En el caso del español, en una parte mínima de la lengua, el género coincide con el sexo de los individuos; es una zona que refiere a seres animados, por ejemplo, niño-niña, gato-gata, perro-perra, pero no hay una relación entre sexo y género; hay muchas zonas de masculino y femenino, desdobladas en género a través del artículo o a través de terminaciones, el cólera-la cólera, que remiten a significados muy distintos de hombre-mujer. Los adjetivos, por supuesto, tienen la posibilidad de alternar entre masculino y femenino, como blanco-blancanegro-negra, pero también hay algunos invariables como azul, café; por lo tanto, sigue aflorando la arbitrariedad y el carácter convencional.

«La mayoría de lenguas del mundo no marca género; por ejemplo, una propiedad característica de la gran mayoría de lenguas amerindias es que ninguna tiene género; tampoco el finlandés tiene género, ni el turco ni el árabe. Por ejemplo, el finlandés no tiene género; todo mundo dice: “claro, es que Finlandia es primer mundo, por eso ha eliminado históricamente las distinciones de género”. Tampoco tiene género el turco, ¿usted cree que la sociedad en Turquía es igualitaria?

«Tampoco tiene género la mayoría de lenguas amerindias y ¿usted cree que la mixteca es igualitaria por carecer de género?, no; la convención matrimonial es que compran a la mujer, normalmente, o sea, la piden a cambio, y si a la mujer le va muy bien valdrá unas 20 cajas de cerveza y una cabra o un cordero; y no solo eso, sino se la llevan a la casa de la suegra, ésa es la tradición y se vuelve prácticamente sirvienta de la suegra. La lengua no tiene género, pero esa sociedad es profundamente inequitativa para la mujer, al menos, desde nuestro punto de vista de mujeres de otra sociedad.

«Tampoco tiene género el persa. ¿Usted cree que la sociedad en Irán es igualitaria? Bueno, no solo no hay visibilidad de la mujer, sino que las tapan; y carece de género, jamás ha tenido ninguna marca parecida a blanco-blancanegro-negrapresidente-presidenta, jamás.

«Entonces, hay lenguas con dos géneros como el español, con algunos residuos de neutro; hay lenguas con tres géneros: masculino, femenino, neutro, como el latín; hay lenguas con cuatro o más géneros que marcan masculino, femenino, neutro, masculinos animados, femeninos animados, como el polaco; o sea, es totalmente arbitrario, no tiene que ver con la distinción de sexos ni con igualdad entre sexos».

Fuente de la entrevista: https://zetatijuana.com/2019/03/la-gramatica-no-tiene-sexo-no-es-ni-incluyente-ni-excluyente-concepcion-company/

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Francia: En los colegios franceses a los padres se les llamará «progenitor 1» y «progenitor 2»

Europa/Francia/21 Febrero 2019/Fuente: El confidencial

Con esta nueva ley se pretende que los padres o madres del mismo sexo no se sientan excluídos y no sufran ningún tipo de marginación o de discriminación

Una familia no tiene que estar formada solamente por un padre y una madre. Es a fin de cuentas un concepto antropológico y, por lo tanto, definido socialmente, por lo que debe ser flexible y adaptable a las diferentes realidades y estructuras diferentes de cada situación.

Para que los padres del mismo sexo no sufran ninguna discriminaciónFrancia ha aprobado una enmienda en su parlamento para que a partir de ahora en los documentos oficiales escolares no aparezca ni «padre» ni «madre», figurando en su lugar «progenitor 1» y «progenitor 2».

Con esta medida, impulsada por el presidente Emmanuel Macron, se busca reducir la marginación que sufren las familias que no están formadas por un núcleo de hombre y mujer o solo por un miembro, ya sea abuela, abuelo, tíos.. etc. «Esta ley busca que la legislación reconozca la diversidad familiar de los niños, también en los formularios administrativos», ha explicado en la comparecencia la diputada Valerie Petit.

«Tenemos familias que se encuentran frente a unas casillas marcadas por modelos sociales y familiares bastante anticuados. Para nosotros, este artículo es una medida de igualdad social», asegura ‘The independent‘. No obstante, este lenguaje inclusivo ha sido duramente criticado por los conservadores, ya que aseguran que su aplicación deshumaniza la paternidad y puede ocasionar conflictos al intentar definir qué progenitor debería ser catalogado como el 1 o el 2. Además, los que están a favor de la medida ven errores porque consideran que no se da cabida a las familias monoparentales.

Por ello, Anne-Christine Lang, una de las parlamentarias promotoras de la iniciativa, ha propuesto reescribir la enmienda y poner «padre-madre-padre-madre» en los documentos administrativos para evitar «el problema de la priorización», pero en ese caso no se contaría con otro tipo de familiares que se hacen cargo de los pequeños.

Medida contradictoria

En 2017, el primer ministro francés, Edouard Philippe, ordenó la prohibición del llamado «lenguaje inclusivo» en los textos oficiales, contra el que ya se había alzado la Academia de la Lengua. En la circular, el jefe del Ejecutivo invitaba a rechazar ese tipo de escritura, que incorpora un sufijo femenino en un sustantivo masculino, en favor de una mejor comprensión del contenido.

Los más conservadores argumentan que su aplicación deshumaniza la paternidad y puede ocasionar conflictos al definir quién es el 1 o el 2

«Más allá del respeto del formalismo propio de las actas de naturaleza jurídica, las administraciones dependientes del Estado deben adecuarse a las reglas gramaticales y sintácticas, principalmente por razones de inteligibilidad y de claridad», apuntaba en un documento publicado en el Boletín Oficial del Estado. La única excepción será la relacionada con la publicación de convocatorias públicas de empleo, donde sí se incluirá el masculino y el femenino para evitar caer en una preferencia de género.

El lenguaje inclusivo había sido defendido en Francia en círculos feministas, para quienes el masculino no es neutro e implica una «invisibilización» de las mujeres. «Si ya es difícil aprender una lengua, ¿qué sucederá si en su uso se añaden los sufijos alterados?», preguntaba la institución fundada por el cardenal Richelieu.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2019-02-20/escuelas-francesas-cuidado-lenguaje-padres-madres-ninos_1837202/

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Uruguay: Llega al país un canal digital sobre sexualidad

América del Sur/ Uruguay/ 28.01.2018/ Fuente: www.elpais.com.uy.

Una adolescente, en versión de dibujo animado, le explica a su mascota (un pez) que ya no tendrá que cambiarle el agua de la pecera todos los días porque ahora hay un método de limpieza de «larga duración».

El ejemplo sirve para ilustrar que si no se quiere quedar embarazada, hoy existen anticonceptivos reversibles de larga duración, como los implantes subdérmicos.

De este estilo son los seis videos que se lanzarán el miércoles en Uruguay y que pretenden ser una «guía de educación sexual» pero en internet.

Amaze, como se llama la plataforma digital, es un proyecto internacional orientado «al acceso a la educación integral en sexualidad» para los niños y adolescentes de entre diez y 14 años. A Uruguay llega mediante el impulso de la ONG Iniciativas Sanitarias y, según un comunicado de la organización, cuenta con el apoyo de Diego Rossi, titular de Programa Nacional de Educación Sexual en la ANEP. La institución audiovisual Dodecá fue la encargada de darle vida al proyecto e incluyó en los videos lenguaje inclusivo para personas sordas y con baja visión.

Las anteriores iniciativas que intentaron desembarcar en las escuelas uruguayas han generado un intenso debate y la oposición de algunos grupos religiosos. De hecho en 2017 hubo una juntada de firmas contra la ANEP.

Fuente de la noticia: https://www.elpais.com.uy/informacion/educacion/llega-pais-canal-digital-sexualidad.html

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Pigna: “La mujer está poniendo en cuestión el origen del mundo”

Por: Qué Digital.

El historiador estuvo en Mar del Plata para presentar su libro “Mujeres Insolentes I y II” y habló de la revolución feminista, del rol de la mujer en la historia, de educación sexual y de lenguaje inclusivo.

Las mujeres que refleja Felipe Pigna en su libro hicieron historia. Igual que muchos hombres. Pero a ellas se les mezquinó la memoria de sus actos. Tardaron en aparecer en los libros, en las revistas, en los manuales de la escuela, en las conmemoraciones y ser reconocidas a nivel popular. Fueron mujeres valientes, arriesgadas, talentosas, capaces de ir contra lo que su época decía que había que hacer. Estuvieron a la altura de una historia que luego las arrumbó en un costado, fueron las “insolentes” en ese mundo.

***

Bajo esa premisa, esta semana el reconocido historiador y escritor Felipe Pigna estuvo en Mar del Plata para presentar “Mujeres insolentes de la historia I y II”, un libro que -en forma didáctica y acompañado por las ilustraciones de Augusto Costhanzo- le propone a quien se zambulle en sus páginas descubrir personajes increíbles y busca que las lectoras se imaginen a sí mismas “como valientes protagonistas de su propia historia”.

En el marco del ciclo de escritores “Verano Planeta 2019”, el historiador dialogó con QUÉ Digital y en una entrevista ahondó acerca de la revolución feminista, se refirió al rol de la mujer en la historia, destacó la importancia de la educación sexual en las escuelas, habló de la necesidad de perspectiva de género en el periodismo (y en todos los ámbitos) y hasta hizo sus consideraciones acerca del lenguaje inclusivo.

La mujer al poner en cuestión el poder patriarcal está poniendo en cuestión el origen del mundo, el modelo capitalista y esto es lo que jode. Rompe el paradigma y en esto se equivocan aquellos que creen que solamente la Iglesia se opone a esto: no es solamente la Iglesia, es el sector conservador y va mucho más allá. Es el poder puesto en cuestión, cuando cuestionás el orden patriarcal estás cuestionando el poder y el modelo de reproducción”, resumió Pigna.

FELIPE PIGNA (2)

– ¿Por qué contar la historia de las ‘mujeres insolentes’ y por qué este formato de libro?

– Primero, porque el libro nació con mi visita a escuelas primarias. Yo voy mucho a escuelas primarias con mi colección de historietas, que se está usando mucho en las escuelas y ahí las chicas y los chicos me preguntaban por qué no veían en sus libros la historias de las mujeres. Entonces me pareció lindo hacer un libro pensado especialmente para los chicos, con un guiño infantojuvenil pero para todo público.

Por eso recurrí a mi amigo Augusto Costhanzo que es un gran ilustrador. Un poco lo hicimos juntos, yo le iba contando los perfiles de estas mujeres y él iba haciendo los bocetos que se convirtieron en estos dibujos maravillosos, que la verdad sintetizan perfectamente lo que uno quiere contar. Hay algunos guiños para quien lo agarra, como “El séptimo sello” de Ingmar Bergman, en el caso de Alejandra Pizarnik. Nos dimos todos los gustos, es un libro que nos dio mucho placer hacer y pasan cosas muy lindas con él. Me llegan fotos aInstagram de nenas leyéndole a sus madres el libro. Una lectora me contó la historia, que vinieron por Ruta 2 y la nena le venía leyendo el libro en vez de escuchar la radio o cosas al revés, como lecturas nocturnas. Estoy muy contento con el libro.

– Y como historiador, ¿qué visión tenés respecto al rol que se le da a la mujer en la historia?

– Hoy justamente es el cumpleaños de Simone de Beauvoir, que fue la mujer que escribió hace setenta años “El segundo sexo”, donde ella habla de cómo el primer sexo -obviamente lo nombra así irónicamente-, el sexo masculino, definió según sus gustos, sus placeres, aspiraciones sexuales, su forma de ver a la sociedad, al segundo sexo. En ese contexto ella habla también de cómo se contó la historia y estas frases tremendas como “detrás de todo hombre hay una gran mujer”, siempre detrás. Así que creo que eso explica mucho cómo se ha contado la historia y cómo se sigue contando, porque el periodismo cuenta cotidianamente la historia, se sabe que el periodismo es la primera versión de la historia.

Se sigue viendo en cómo se escribe sobre un femicidio, cómo se habla mal de la víctima, se la reta. O en una violación, cuando se dice “la chica estaba donde no tenía que estar”, cosas increíbles que seguimos escuchando, porque hay una falta de educación en estos temas. Por eso creo que es importante una Ley de Educación Sexual Integral donde realmente hablemos de lo que es la sexualidad hoy.

“El periodismo cuenta cotidianamente la historia, se sabe que el periodismo es la primera versión de la historia”.

FELIPE PIGNA (5)

Lo que uno advierte con mucha alegría cuando va a las escuelas es que para los chicos no es un tema, porque no tiene que ser un tema, tiene que ser algo natural; cuando lo convertimos en un tema encerrado en sí mismo vamos provocando problemas, psicopatías y demás, y los pibes lo viven con total naturalidad. Hablan del novio de mi tío, la novia de mi tía, los nuevos modelos sexuales, los nuevos géneros con total naturalidad, como tiene que ser.

Yo creo que eso debería ser completado académicamente y pedagógicamente por la educación, ampliando conocimientos, hablando de anticoncepción, de placer, una de las cosas que parece estar ausente cuando hablamos de sexualidad, que no es otra cosa que eso en definitiva y viene muy relegado. Fijate lo que se tardó, en los discursos previos, para que en el Congreso alguien hablara del placer, al debatirse la Ley de Aborto. Hubo una mujer que habló del placer como tema central en la cuestión de la sexualidad.

Ni hablar de los adolescentes, yo estoy hablando de los niños. Igual hay que cuidarlos y ahí debería estar el Estado. Sabemos que estamos en presencia de un Estado voluntariamente ausente en estas cosas, porque está presente en otras. Por eso uno tiene que bregar porque se convierta en algo formal porque de hecho pasa.Tengo 35 años de docencia y la realidad entra por la ventana, por debajo de la puerta, uno en el aula habla de la cotidianidad independientemente de los atrasados, ridículos y vetustos programas de estudio que se siguen tramitando, pero es imposible no hablar de la realidad. Esto tiene que tener una formalidad, tiene que tener un marco teórico.

– Hablaste sobre el debate por la interrupción voluntaria del embarazo. Como historiador, ¿cómo viste ese momento?

– Pocas veces en la historia argentina la gente estuvo tan expectante y con un tema tan delicado. Tan debatido por suerte previamente, porque el debate parlamentario fue lamentable. Pero el debate previo de especialistas, filósofos, científicos fue riquísimo. No así el parlamentario con grosas excepciones. Es un momento histórico muy interesante y uno puede equivocarse si cree que es un fenómeno mundial: la verdad es que es un fenómeno bastante argentino. Yo tengo la suerte de viajar por Europa y América Latina y no es una oleada mundial, está creciendo, pero no pasa en Italia, en España pasa menos porque es un país extremamente conservador y católico y no llega a permear las costumbres, no está esta preocupación que denota la sociedad, ya sea por hipocresía o porque realmente lo cree.

“Pocas veces en la historia argentina la gente estuvo tan expectante y con un tema tan delicado. Es un momento histórico muy interesante y uno puede equivocarse si cree que es un fenómeno mundial: la verdad es que es un fenómeno bastante argentino”.

Me parece fundamental que la discusión no sea segmentada y que fue realmente lo que pasó y va a pasar porque seguramente se va a tratar, habrá que ver cómo se comportan estos señores y señoras. Creo que es muy importante y hay un antes y un después, ya está instalado y no se vuelve para atrás. Por ejemplo, en otro contexto la nota que salió en Clarín (sobre la violación ocurrida en el Camping El Durazno de Miramar) hubiera pasado desapercibida. Sin embargo el diario tuvo que salir a aclarar y soportar un reto muy fuerte de la sociedad.

De todas formas, lo que no tenemos que repetir es que fue “una cuestión de incorrección”, porque es algo que no corresponde, que tiene que ver con que todavía los medios no consideran apropiado dar una formación en género a sus periodistas, que se pueden equivocar, yo no cargo las tintas sobre ese periodista. Ese periodista labura en un contexto donde nadie le dice nada, donde nadie revisa con una mirada con perspectiva de género qué es lo que corresponde.

Hay que dejar de permitir que el femicidio sea una información morbosa, para pasar a tratarla como una información tremenda que llame la atención para terminar con esto, para bajar los niveles de violencia verbal, visual, que vivimos todos los días. Lamentablemente creo que sigue tratándose el tema desde el morbo, la carga es sobre la víctima: qué hacía, qué no hacía, cómo era su Twitter, cómo era su Facebook, cómo se vestía, qué fotos provocativas publicaba. Todas esas barbaridades; ni siquiera hay forma de debatir eso, es inadmisible. Al que hay que investigar es al victimario, no a la víctima.

– En un volumen similar de “Mujeres Insolentes”, ¿a qué mujeres contemporáneas incluirías?

– Están ahí en revisión, vamos a ver cómo se portan  (risas). Al panteón histórico con suerte acceden las guerreras, quedan afuera las artistas, científicas, feministas, docentes que incluí en este tomo. Me parece fundamental y por eso era muy difícil seleccionar 58 en estos dos tomos, por eso elegí mujeres por época y por rubro, que un poco simbolizan a todas las demás. Esa es la idea y por supuesto alguna mujer debe haber quedado afuera y siempre hay lugar para ponerlas en un futuro volumen.

SOBRE LENGUAJE INCLUSIVO

Durante la entrevista, Pigna dio también su visión respecto al lenguaje inclusivo, ese que puso en debate a la sociedad argentina durante el 2018 y que utiliza la letra “e” como reemplazo de las desinencias genéricas masculinas, en busca de generar un cambio, en busca de una lengua -y por ende una sociedad- más inclusiva.

“Es un debate muy interesante y a mí me parece que hay que llegar a eso, cuesta porque es una cuestión de revolución del lenguaje, de costumbres, de cómo uno habla. Me parece que es absolutamente lógico que uno no diga “los doctores” y esté hablando de mujeres. Evidentemente eso hay que cambiarlo, sé que nos va a costar pero no por mala voluntad sino porque me parece que hay que ir adaptándolo”, reflexionó el historiador, quien a modo de ejemplo, propuso: “Hay casos más graves, comocuando decimos ‘la historia del hombre’ ¿Cómo la historia del hombre? La humanidad en todo caso. Pero bueno está instalado así y me parece perfecto que se llegue a ese nivel de cuestionamiento”.

FELIPE PIGNA (4)

En esa misma línea, Pigna ahondó sobre el rol de la mujer en el siglo XXI y el crecimiento del movimiento feminista a nivel global. Así, recordó a un sociólogo, que se preguntaba quién sería el protagonista de los cambios en este siglo XXI: “Murió hace poco y no llegó a ver que la protagonista es la mujer. La mujer al poner en cuestión el poder patriarcal está poniendo en cuestión el origen del mundo, el modelo capitalista y esto es lo que jode. Rompe el paradigma y esto es lo que jode y en esto se equivocan aquellos que creen que solamente la Iglesia se opone a esto: no es solamente la Iglesia, es el sector conservador y va mucho más allá. Es el poder puesto en cuestión, cuando cuestionás el orden patriarcal estás cuestionando el poder y el modelo de reproducción Insisto que no tiene vuelta atrás y hay que hacer lo posible para que no la tenga.

Fuente de la entrevista: https://quedigital.com.ar/cultura/felipe-pigna-en-mar-del-plata-la-mujer-esta-poniendo-en-cuestion-el-origen-del-mundo/

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Por qué sí al lenguaje inclusivo: desde la lingüística hacia lo social

Por: La izquierda Diario/Raquel Barbieri Vidal/12-12-2018

Aceptar o dejar de aceptar el lenguaje inclusivo responde más a una postura política que a una lógica gramatical proveniente del conocimiento profundo de la lengua castellana y de las raíces comunes con las otras que componen la familia de las lenguas romances, las cuales son: catalán, sardo, portugués, francés, italiano, rumano, occitano, y gallego.

Todos estos idiomas provienen del latín vulgar (Sermo vulgaris), no refiriéndose el adjetivo “vulgar” al hecho de que existiera otro latín “culto”, sino al dinamismo y presencia de la lengua en el Imperio romano; en resumen, la lengua hablada en el cotidiano, la lengua viva.

Al compartir origen, siempre encontraremos similitudes entre estos idiomas, como, por ejemplo, cuando decimos en francés “des autres” (de los otros/otras) que ya conlleva la inclusión, o su equivalente en catalán, “dels altres”, que también se refiere al femenino tanto como al masculino, y el italiano “degli altri”, mismo caso.

Saliendo un poco de las lenguas romances que en sí contienen tantos casos de lenguaje inclusivo que daría para escribir un libro, los invito a conocer algunos ejemplos de una lengua de las llamadas “aglutinantes”, en este caso, una ugro-finesa, el idioma húngaro o magiar.

En este idioma, tanto para decir “uno” o “una”, se emplea el artículo indeterminado “egy”. Lo mismo sucede cuando nos referimos a “alguno” o “alguna”, que se unifican en el vocablo “néhány”, o cuando al hablar de un profesor o profesora decimos “tanár” y si se trata de alguien que enseña a nivel universitario, “egyetemi tanár”.

Viajando un poco hacia el noroeste de Europa, en las lenguas anglosajonas se encuentra presente el factor unificador, como se da en inglés el caso de “some” (algo, algunos, algunas), “any” (nada, algo, ninguno, ninguna; acorde al contexto). Y siendo que los adjetivos en inglés carecen de género y número, tanto encontraremos una frase que diga “Some beautiful landscapes” (algunos paisajes hermosos) como “Some beautiful women were leading the parade” (algunas mujeres hermosas encabezaban el desfile).

Entonces, visto y considerando que la lengua es un hecho dinámico, que se renueva todo el tiempo, el tiempo y la energía que gastan en construir memes en detrimento del lenguaje inclusivo, bien harían en desglosar su propio idioma, compararlo con otras lenguas, ser honestos consigo mismos y verificar que nuestra habla de hoy no se parece en nada siquiera a la del siglo XIX; que el idioma inglés que hablaba mi abuelo materno en su infancia en Londres y en su juventud en Oxford, no es el mismo que hablamos hoy en día, puesto que fue en 1918 que gran cantidad de verbos regulares pasaron a ser irregulares, y dejó de usarse el “Thou” para referirse a una segunda persona a quien uno no tutea, equivaliendo a un “Usted” del español, para dar lugar a un “You” neutro, que tanto equivale a “Usted, como a ustedes, vosotros, tú y vos”.

Luego de ese gran cambio producido en la lengua inglesa (el tercero desde su formación en el año 1066 tras la Batalla de Hastings), y de otros que hoy no mencionaré para no salirme de la esencia pura de la idea que deseo transmitir, hubo otras modificaciones que se sucedieron y que aún ocurren.

De hecho, una de mis palabras favoritas y usadas en inglés es “Nevertheless” (“sin embargo”) que a mis alumnos suele encantarles por su sonido, y por la cual hace tres años que estamos en lucha (quienes enseñamos el idioma) con la Universidad de Oxford que la considera obsoleta, pretendiendo descartarla del diccionario para solamente promover y utilizar su equivalente “However” que, en mi opinión, si bien es un sinónimo, no es útil a la hora de emplearla en poesía, letras de canciones o fina prosa. Sí es más adecuada y breve para textos técnicos, científicos y cualquiera que no sea literario.

¿Y quién tiene razón en cuanto a un idioma, si ni siquiera quienes nos dedicamos a ellos y vivimos de ellos no podemos arribar a un acuerdo?
¿A dónde quiero llegar con esto? A que los idiomas van haciéndose y modificándose según los usos y costumbres de los lugares.

Siendo que el Reino Unido no cuenta con un equivalente a la RAE (Real Academia Española) ni a la AAL (Academia Argentina de Letras), allí, los cambios son impuestos por las universidades que se dedican al lenguaje, teniendo en cuenta qué palabras caen en desuso por parte de la población, y cuáles se incorporan como nuevas.

Es obvio que, ante la llegada de nuevos productos tecnológicos y fenómenos sociales a nuestras vidas, se nos hace imprescindible crear palabras y términos que describan desde un objeto hasta una situación, y siendo que la inclusión genérica es parte de la historia que nos toca protagonizar, tiene lógica y sustento el empleo del lenguaje inclusivo que deseche el masculino como abarcador de la totalidad, limitándolo a describir lo masculino únicamente.

¿Acaso hablamos hoy el castellano de nuestros abuelos? Ni siquiera ése hablamos. ¿Acaso ellos hablaban como cuando Cervantes escribió el Quijote en el siglo XVII? En lo absoluto.

¿Alguien dice hoy: “Rosa ha cantadas dos canciones”? Seguro que no. Pero antes sí se decía de ese modo, puesto que, en el pretérito perfecto compuesto, el participio pasado solía concordar en género y número gramaticales con el objeto directo, como sigue ocurriendo en francés (acuerdo del participio pasado) y en italiano antiguo, no ya en el contemporáneo.

Para hacer un paréntesis en los datos, quiero decir que observo cotidianamente mi entorno, y leo los muros de Facebook para analizar quiénes realizan las publicaciones más contrarias al lenguaje inclusivo. A priori, lo hace una gran parte del voto macrista, aunque también personas con ideas políticas diversas que, amparadas en el conservadurismo, opinan desde un lugar subjetivo, y en general, de desconocimiento del desarrollo lingüístico a lo largo de los siglos.

Me encuentro también con personas que no dominan ni su propia lengua, que en su universo vocabular abundan los vulgarismos, las faltas de ortografía, la sintaxis desarticulada, y aun así se sienten amos de un idioma que para ellos debería permanecer indemne, lo cual no ha sucedido nunca ni sucederá. Es que el mensaje implícito es que nada debe cambiar, que todo debe permanecer como está.
¿Estas personas que tanto defienden el dejar el idioma con su marca patriarcal, pensarán que un idioma es una imposición tribal, algo indiscutible, inmutable?
Primero surgió el grito, posteriormente nació la palabra. Más tarde, se hilaron las frases y nació la estructura sintáctica. Nada vino puesto desde la noche de los tiempos. Nada tiene por qué permanecer inmutable.

Por otro lado, quienes sí dominan su idioma y se posicionan en contra del lenguaje inclusivo como si fuese una afrenta a la dignidad humana, lo hacen mayoritariamente porque no desean extirpar el patriarcado de raíz, porque no empatizan con el movimiento feminista, porque ignoran lo que cité previamente, que, en otras lenguas de diverso origen, el género no existe y sí la generalización.
La historia de la evolución lingüística contradice a los detractores del lenguaje inclusivo, a los conservadores de mente pétrea que se sienten seguros en su zona de confort y prefieren burlarse y desdeñar a quienes hemos adoptado el castellano inclusivo para ciertas publicaciones en nuestros muros, que espero vayan intensificándose con el correr del tiempo hasta lograr una transformación del idioma que represente el cambio social que estamos presenciando y del cual participamos en primera persona (del singular y del plural).

Para culminar, mi último párrafo será escrito en lenguaje inclusivo y aprovecharé para enviar mi mensaje personal:

Todes juntes podemos cambiar el mundo; todes unides. Si solamente reaccionamos cuando nos toca a nosotres soles, de nada sirve; sería simplemente un grito egoísta. Que el bien de les otres esté primero y después, nuestras ambiciones personales.
Tu tristeza es la mía; tus causas, son mis causas. Yo me siento bajo tu piel, te entiendo, te apoyo; otro tanto espero de tu parte hacia mí. No me dejes naufragar en el mar de la soledad cuando soy tu camarada, tu par.

No te abandonaré. Sos mi compañere, mi prójimo, vivimos bajo el mismo cielo, ambes tenemos hambre, frío, calor, sueño, tristeza y alegría.

Tenemos que caminar juntes, respetarnos, valorarnos como personas humanamente diferentes, y socialmente iguales que deberíamos ser, como decía nuestra líder socialista Rosa Luxemburgo.

En lugar de pelear por el lenguaje inclusivo, te invito a pelear por los derechos de les más perjudicades por el sistema capitalista explotador de adultes, y ahora legalmente también de niñes.

Que te espanten el hambre, la enfermedad, la pobreza extrema, la miseria, el gatillo fácil, la falta de trabajo, la explotación, la segregación de les riques hacia les pobres, la deshumanización a estas alturas del siglo XXI, y no el cambio de un idioma por otro más representativo del sentir inclusivo, donde todes somos importantes y todes tenemos que luchar por los derechos de les más vulnerables.
Ni siquiera es obligatorio que uses tal idioma si no te gusta; pero no te burles. La burla habla más de les emisores que de les receptores.

*Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Por-que-si-al-lenguaje-inclusivo-desde-la-linguistica-hacia-lo-social

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La transmisión de valores

Por: Yolanda Quiroga. 

La educación es la única herramienta para lograr un pleno desarrollo del potencial humano. Es la única capaz de acortar la brecha a quien accede a un entorno que favorezca e impulse su pleno desarrollo personal. Es difícil hablar de educación en este escenario donde está tan devaluada y carente de ser una política de Estado como lo especifica la Ley Nacional de Educación Número 26.206-Artíc 3- «La educación es una Prioridad Nacional y se constituye en política de Estado».

Así planteado este escenario, el término valores, ha sido desvirtuado y se ha utilizado indiscriminadamente, sin tener en cuenta la verdadera magnitud y trascendencia del mismo. Ciertamente, vivimos en una sociedad que muestra un franco deterioro en la capacidad de convivencia entre seres humanos. Todo se valida en las distintas formas de actuar en todos los ámbitos. Aún utilizando el llamado «Lenguaje inclusivo» (reemplazo de letras que le dan género a las palabras ej. todes = todos, diputades = diputados se cambian los pronombres ellos por elles, letras utilizan @) todo, ajeno a nuestro ricos giros idiomáticos. Esto también se manifiesta más allá de la preparación cultural de los individuos y en sus diferentes roles. Desafortunadamente en la actualidad no se les concede a los valores la importancia que realmente tienen. Muchos medios televisivos no son ejemplos de contenido, ni actitudes de sus conductores y animadores.

Uno de los síntomas de la sociedad contemporánea es el deterioro de la moral, manifestado por un cambio progresivo consistente en la aceptación de opciones, que en otros tiempos, fueron considerados como delictivos por el común sentido moral. Podríamos decir que estos valores «tradicionales» forjan nuestra nacionalidad y cultura como educación, libertad, honestidad, patriotismo, respeto a los demás, solidaridad, paz, empatía y otros. Sólo la escuela, permanece valorada.

Cabe pensar en la familia, primera educadora en la adquisición de valores. Ellos se adquieren con el ejemplo. La familia estimula las primeras relaciones y la escuela contribuye a la educación moral como socialización, trasmite normas y significación de valores que se consideran positivos. Por ello, el docente debe conocer a sus alumnos para que con respeto puedan reflexionar sobre la dinámica de vida social.

Lo importante es el ejemplo que dan los padres a sus hijos en su forma de relacionarse con los otros, los maestros, los políticos, los medios.

Cabe señalar que la imitación, no es el único mecanismo de aprendizaje que tienen los niños, es el primero y sienta las bases para el futuro. El hecho de vivir en sociedad, nos lleva a desarrollar otros valores considerados sociales. Ella, basada en individuos con valores, es la llave para una convivencia sana.

Fuente del artículo: https://www.diariodecuyo.com.ar/columnasdeopinion/La-transmision-de-valores-20181012-0060.html

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Eulàlia Lledó: «La RAE tiene la idea curiosa de que manda sobre la lengua y eso es demoledor»

A través de un informe confiado a la RAE, Carmen Calvo ponía contra las cuerdas a nuestro templo de la lengua, conocido por su apatía en materia de género, mientras que mostraba en público su «respeto» por el mismo. Pero la política fue clara y, si no responde como se espera, hay «muchos hombres y mujeres expertas que nos podrían ayudar».

Los argumentos de la institución son los mismos: la economía del lenguaje y lanzar una norma que se use en altas instancias y se ignore en la calle. Pero para Eulàlia Lledó (Barcelona, 1952) es solo una explicación oportunista. Esta doctora el Filología románica se especializó durante décadas en la investigación de los sesgos sexistas y androcéntricos de la literatura y de la lengua y, si bien aplaude la propuesta política, no entiende que el Gobierno haya inmiscuido a la RAE.

Sobre todo porque, aunque han prometido que el informe será «objetivo y apolítico», estará firmado por un académico que ya reconoció en su estudioSexismo lingüístico y visibilidad de la mujer que, con el lenguaje inclusivo, «no se podría hablar».

La RAE le ha encargado el informe de la reforma de la Constitución a Ignacio Bosque, académico que ya desaprobó en 2012 las guías públicas que apuestan por un lenguaje más inclusivo. ¿Qué podemos inferir de su elección?

El de 2012, conocido como informe Bosque, era un documento destinado a criticar y desprestigiar las guías, era bastante específico. Y en él, además, confundía gramática con uso. Era un escrito que tomaba las guías como si fueran la palabra de dios, y casi nunca hablan de norma o gramática, sino de uso. En este sentido, Bosque erró el tiro y confundió las dos cosas.

Como detalle, uno de los puntos que más se tocaba en aquel informe era una crítica muy radical a las dobles formas, y en el texto las utiliza tres veces. En su día escribí un artículo y di una conferencia sobre esto, sobre criticar una cosa en la que luego se incurre. Era bastante curioso.

La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ya ha insinuado que se lo dijo a la RAE por deferencia, pero que si no se muestra colaborativa se lo encargará a otros expertos.

Es que directamente no comprendo cómo encargaron el informe a la Real Academia. Cuando, lo primero, la postura de la RAE al respecto es una y es clara, y lo segundo, estamos hablando de una cuestión política no lingüística. Si fuese favorable, todavía. Pero no entiendo que se traspase esta responsabilidad y este poder a la Academia, más del que ya cree que tiene sobre la lengua. Y que además se le dé potestad sobre decisiones políticas que no son propias de esta institución.

Me resulta extraño que una propuesta del Ministerio de Igualdad, que es ya política dura y que en todo caso debería recabar el sentir la ciudadanía, se deje en manos de la Academia.

Hay algunos han mostrado su disconformidad sobre este informe, como Pérez Reverte. ¿Por qué la vieja guardia (masculina) de la RAE se siente amenazada por estas medidas?

La RAE tiene la idea curiosa de que manda sobre la lengua, lo cual es demoledor. El inglés, por ejemplo, no tiene academia. La lengua hace como todas las demás, que es evolucionar a partir de muy distintos factores. Las que tienen instituciones, como la nuestra o la francesa, se molestan mucho cuando los hablantes se saltan sus preceptos.

Por ejemplo, en un momento decidieron que no se podía decir Primera Ministra. Ahora, visto con el tiempo, es un poco ridículo, ¿no? Por eso es gente especialmente reaccionaria a que alguien, al margen de la RAE, proponga modificaciones, análisis de los diccionarios, etc. Hay una cosa que se llama la misoginia ilustrada que es de lo peor que hay. De todos modos, están empezando a alzarse voces que disienten.

Recuerdo que hubo un académico que se opuso cuando la RAE dijo que a Angela Merkel se le debía llamar «la canciller» no «la cancillera». Es un despropósito porque es un femenino regular, por lo tanto es cancillera seguro. O Soledad Puértolas, que hace unas semanas se mostró partidaria de incluir «machirulo» en el diccionario. Pero, en general, la RAE es una academia con una inercia y una carga reaccionaria muy grande.

Esta inercia tiene que ver con que solo haya ocho mujeres de los 46 académicos. Sin embargo, hace meses entrevistamos a tres de ellas y se mostraron en contra de las cuotas.  

Aquí hay una confusión que nos hace mucho daño. Lo que hay en la Academia es cuota masculina, que es una cuota extendida de forma agobiante. Tiene que ver con los esquemas del corporativismo masculino para enraizarse y que no cambien las cosas. Yo no sé cómo, con la desproporción tan flagrante que hay, alguien se puede atrever a hablar de cuota femenina. Pero normalmente entramos en este trato.

Hablando ahora del desdoblamiento del lenguaje. ¿Es cierto, como dijo Bosque, que está pensado para usarse delante de micrófonos o en textos oficiales y que es difícil que sea más usado en la calle que el masculino genérico?

A mí me gustaría desdramatizar esta cuestión. Se habla de las dobles formas como si fueran un invento artificioso que no tienen nada que ver con las lenguas. Cuidado. Es un recurso más de la lengua. Ha estado siempre aquí. Los romanceros utilizan dobles formas, El cantar del Mio Cid también. Y estamos hablando de poesía, que sí que es un lenguaje delicado. El Antiguo Testamento está lleno de dobles formas. De verdad que no entiendo los aspavientos.

Es muy difícil no utilizar una doble forma cuando se habla de la posibilidad, por ejemplo, de que en el PP haya una nueva presidenta o presidente. Antes no cabía la posibilidad de que hubiera una mujer al frente y entonces el masculino servía, pero no porque fuera genérico, sino porque ni se contemplaba a las mujeres. Como ahora ocupamos los rangos que nos corresponden, las dobles formas se usan cada vez más.

De hecho, la RAE dictaminó que lo correcto era decir Consejo de Ministros, aunque la mayoría sean mujeres e incluso los hombres jurasen el cargo con el doblete.

Ese es un ejemplo muy bueno. Pero es mucho exigir que las ministras juren el cargo como ministros. ¡Es que no lo son! Ya no se puede obviar la presencia femenina en este Consejo, y la lengua lo refleja. Lo raro es que se hubiera reflejado en el primer gobierno de Felipe González, donde no había ni una sola mujer. Simplemente la lengua se adecua a la realidad, como hace siempre.

Los académicos siempre aluden a la economía del lenguaje como el principio fundamental de nuestro idioma. Si esto es verdad, como indica Elena Álvarez Mellado, ¿no estaríamos abocados a expresarnos con gruñidos mínimos?

Exacto. El principio de economía solo es la base del lenguaje cuando les interesa. La lengua por definición es redundante, marcamos las cosas las veces que hace falta. Si yo digo «una periodista alta y espabilada» estoy marcando el femenino tres veces. Si el principio de economía fuera el que rige nuestra lengua, usted me diría: «¿le puedo hacer una entrevista?» y yo le diría, «sí», nada más.

O cuando negamos una cosa, podemos decir «no», y la Academia diría que con un «no» ya basta. No, no, en absoluto, de ninguna manera, ni hablar del peluquín. ¿Ve? La lengua es así. O la cantidad de veces que usamos el diminutivo, que siempre son más largos que la palabra. En Andalucía te tomas un cafelito, y yo una vez fui a que me pusieran un panecillo, y la señora me dijo que eso era un mollete de Antequera. ¿Donde está la economía de la lengua ahí? Ese principio se utiliza una vez cubiertas las necesidades comunicativas.

¿Y qué opina de las alternativas al desdoblamiento, como el uso de la «e» en «ciudadanes» o el de la «x»? Villanueva las llamó ridículas e inoperativas.

No diría nunca que una propuesta es ridícula. Pero sí que creo que la lengua tiene suficientes mecanismos y recursos para facilitar la presencia de quien sea. Y esta es una intervención quirúrgica sobre la que veo poco futuro. Y me puedo equivocar, eh. La diferencia es que la doble forma ya existe, no es lo mismo.

Respecto al principio de economía, además, hay derroches que no molestan en absoluto. Entre la clase política se ha puesto de moda hablar de la «ventana de oportunidad», que es un anglicismo, cuando con oportunidad vamos que chutamos. En cambio, a este respecto la RAE no parece concernida.

Dijo que en su día el uso de «diputada» o «abogada» fue objeto de mofa y ahora está normalizado. ¿Cree que ocurrirá lo mismo con «portavozas» y «miembras» y por el que también han sido ridiculizadas algunas políticas?

A mí entender, portavoza es innecesario, porque el género de quien habla ya lo indica el artículo: el o la portavoz. Hace una semana, también en la radio se referían a Corinna Wittgenstein como «la testaferra». ¿Qué quiere decir esto? No es necesario, pero indica la gran tendencia que tiene el castellano de marcar el femenino con «a». En muchos casos es innecesario, pero al mismo tiempo es imparable. Hacer mofa con esto es ridículo. Me recuerda al escándalo con las primeras diputadas. La hemeroteca hoy haría enrojecer a mucha gente.

Con miembras, en cambio, es posible que ocurra lo que pasó entonces con diputadas o abogadas. Además, en la palabra «miembro» hay un plus masculino, y a muchas les molesta ser reconocidas así. Esto es interesante porque muestra la complejidad de todo lo que influye sobre la lengua. Pero la RAE solo se rasga las vestiduras cuando las propuestas vienen de fuerzas progresistas en general y feministas en particular.

En el informe anterior, Bosque reconocía que había usos misóginos del lenguaje pero en casos como “los dirigentes acudieron con sus mujeres”, porque se da por hecho que los que dirigen son solo hombres. ¿Qué peligro hay en confundir la elección sexista del lenguaje con su herencia misógina?

Aquí tendríamos que distinguir entre contenido y forma. Si dices: «la población blanca tiene mayor cociente intelectual que la población negra», la lengua no tiene nada que ver, lo único que indica es que la persona que dice esto es racista. Nadie diría que la lengua es racista. En la frase, «los dirigentes fueron con sus mujeres», la lengua no tiene ninguna culpa porque podrías decir la frase que quieras.

Esta confusión está muy extendida: confunden el pensamiento sexista de alguien con la lengua sexista.

Por último, ¿cree que está usando el Gobierno de Pedro Sánchez esta reforma con fines políticos o por un verdadero compromiso con el lenguaje inclusivo?

No lo sé, supongo que habrá de todo en este intento. Está teniendo ciertos gestos muy buenos que se tendrían que haber realizado hace mucho, como la exhumación de los restos del dictador, intentar darle un nuevo sentido al Valle de los Caídos (aunque creo que es muy difícil) o volver a atender a los muertos de las cunetas de este país.

Este puede ser un gesto más, pero no tengo por qué suponer que es solo de cara a la galería. El hecho de que hayan recuperado el Ministerio de igualdad, sin ir más lejos, es más que un gesto.

Fuente; https://www.eldiario.es/cultura/Eulalia-Lledo-RAE-lengua-demoledor_0_794420886.html

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