Eduardo Mendoza, un Cervantes en defensa de las Humanidades en las aulas

Por: Mónica Zas Marcos

Eduardo Mendoza aspiraba a lo mismo que Alonso Quijano: «correr mundo, tener amores imposibles y deshacer entuertos». El escritor barcelonés ha agradecido este jueves el premio más importante de las letras hispanas como no podía ser de otra forma: honrando al Quijote. En una época de desprestigio de la enseñanza de Humanidades, Mendoza nos retrotrajo a un tiempo de gran formación literaria, debates en las aulas y ensoñaciones cervantinas.

«Yo estaba empeñado en escribir, pero no sabía ni cómo ni sobre qué. La lectura del Quijote fue un bálsamo y una revelación», ha confesado el autor de La verdad sobre el caso Savolta. Ha recordado sus cuatro lecturas del clásico de Cervantes y las cuatro lecciones distintas que sacó en cada momento.

La primera vez fue durante su formación preuniversitaria, el preu, donde tuvieron que leer y comentar El Quijote. «La verdad es que Don Quijote y Sancho no fueron bien recibidos. Nuestro Shangri-La eran las sesiones dobles del cine de barrio, no el Siglo de Oro», ha admitido. Sin embargo, pronto cayó rendido al lenguaje cervantino gracias a la labor de sus profesores y a la vocación que les transmitían. Aunque siempre con los pies de plomo, porque «las vocaciones tempranas son árboles con muchas hojas, poco tronco y ninguna raíz».

«A diferencia de lo que ocurre hoy, en la enseñanza de aquella época prevalecía ella educación humanística, en detrimento del conocimiento científico, de conformidad con el lema entonces vigente: que inventen ellos», ha añadido Mendoza, en una critica velada con un chascarrillo.

«A diferencia de lo que ocurre hoy, en la enseñanza de aquella época prevalecía ella educación humanística, en detrimento del conocimiento científico»

«La lectura del Quijote fue un bálsamo y una revelación. De Cervantes aprendí que se podía cualquier cosa: relatar una acción, plantear una situación, describir un paisaje, transcribir un diálogo, intercalar un discurso o hacer un comentario, sin forzar la prosa, con claridad, sencillez, musicalidad y elegancia», recordaba el autor. Una lección que ha aplicado a sus propias obras, que con tanta gracia y naturalidad se convirtieron en la lectura preferida de muchos hispanohablantes.

Algo parecido ocurre con el humor de ambos Cervantes, un arte que descubrió del Quijote en su tercera lectura. «Entonces, ya era lo que nuestro código civil llama un buen padre de familia«. Eduardo Mendoza dice que, hoy en día, «El Quijote ha perdido gran parte de su jocosidad» porque no se considera más que una «parodia del estilo artificioso de las novelas de caballerías».

«Lo que descubrí en la lectura de madurez es que había otro tipo de humor, un humor que camina paralelo al relato y crea un vínculo secreto con el lector», ha dicho. Esa relación se basa en disfrutar de la compañía del novelista y es la que convierte al humor en un género literario tan respetable como cualquier otro.

«Lo que descubrí en la lectura de madurez del Quijote es que hay un humor que camina paralelo al relato y crea un vínculo secreto con el lector»

Eduardo Mendoza se ha despedido con una reflexión sobre la locura de Don Quijote y la locura del mundo. «Alguna vez me he preguntado si don Quijote estaba loco o si fingía estarlo para transgredir las normas de una sociedad pequeña, zafia y encerrada en sí misma».

«Es justo lo contrario de lo que me ocurre a mí. Yo creo ser un modelo de sensatez y creo que los demás están como una regadera, y por este motivo vivo perplejo, atemorizado y descontento de cómo va el mundo», ha finalizado.

Y por último, un buen consejo para los siguientes premios Cervantes o para cualquiera que se crea protagonista de un relato más bonito que la realidad: «Para los que tratamos de crear algo, el enemigo es la vanidad. La vanidad es una forma de llegar a necio dando un rodeo».

Fuente: http://www.eldiario.es/cultura/libros/Eduardo-Mendoza-recoge-premio-Cervantes_0_635186755.html

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Argentina: La literatura debe ser pilar de la educación, según el escritor Paco Ardit

América del Sur/Argentina/Agosto del 2017/http://www.elespectador.com

«Es un desafío promover la lectura con la cantidad de estímulos digitales que hay, así que en las escuelas se debe buscar la forma de impulsar el contacto con la literatura a través de la vía digital», resaltó Freiberg.

Su faceta de escritor se centra en el ámbito de la enseñanza del español, con una serie de lecturas por niveles para aprender «de forma natural, sin tener que hacer uso de traducciones o textos bilingües», explicó.

La serie está integrada por 26 títulos, divididos en 6 niveles asociados al marco de referencia de aprendizaje de idiomas.

Los cuatro primeros constan de cinco títulos por cada nivel, con diferentes estilos y géneros, mientras que los últimos tienen tres historias en cada uno, precisó el autor.

Freiberg empezó a publicar en 2012, una época en la que estudiaba alemán y encontró «una serie de lecturas graduadas que tenían contenidos para adultos: ciencia ficción, aventuras, dramas, etc., con tramas más elaboradas».

Esa serie «me pareció interesante y me motivó más para leer, así fue como surgió la idea de hacer algo similar en español», precisó Paco Ardit, quien debutó así en el mundo literario.

«El nombre surgió de Ardit, un cantante de tango argentino, y Paco me sonó a un nombre que remite a España o al español», detalló.

Walter Freiberg se mostró orgulloso con su evolución tras haber superado las 40.000 copias en ventas.

«Me alegra mucho ver que a la gente le han gustado y dejen sus opiniones porque eso ayuda muchísimo a ganar relevancia en el plataforma de Amazon, que es donde están sucediendo la mayoría de las ventas», señaló.

«Algo que me parece interesante, en cuanto a la publicación en la plataforma, es que vendo estas novelas separadas pero también en paquetes ordenados por niveles, por ejemplo, vendo el paquete A1 unido con descuento», añadió el escritor.

Además de la versión digital, Freiberg inició la venta en papel de sus libros, «cuando en diciembre del año pasado Amazon ofreció esta posibilidad dentro de la plataforma de KDP (Kindle Direct Publishing)».

Acaba de publicar su última novela didáctica, «Elektra», y ahora planea producir las versiones de sus 26 novelas en audiolibro.

Un formato que consideró «muy valioso para cualquier tipo de publicación, sobre todo para alguien que trabaja contenidos de aprendizaje de idiomas». «Me parece importante para redondear este producto», concluyó.

Para el nivel A1, las lecturas que Ardit ofrece en Amazon son «Ana, estudiante», «Fútbol en Madrid», «Tengo Milonga», «Muerte en Buenos Aires» y «Los novios».

«El hacker», «Pasaje de ida», «Laura no está», «Un yankee en Buenos Aires» y «Porteño stand-up» son los títulos de las historias que el autor argentino ha escrito para el nivel A2.

«Crimen en Barcelona», «Comedia de locos», «La última cena», «Amor online» y «Viaje al futuro» integran el nivel B1, mientras que en el B2 ofrece «El robo del siglo», «La maratón», «Perro que habla no muerde», «Llamada perdida» y «Marte: 2052».

Para los alumnos en el nivel C1, las novelas disponibles son «El día del juicio», «La fuga» y «Para normal».

Y por último, en el novel C2, además de la citada «Elektra», Ardit ha escrito «Tsunami» y «La última apuesta». EFE

Fuente:

http://www.elespectador.com/noticias/cultura/la-literatura-debe-ser-pilar-de-la-educacion-segun-el-escritor-paco-ardit-articulo-707365

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/zeh_oxj_kLZHX5mcvc5CwfgZutdXkw1yjoDXCv4KOtjcoO2OxY_r7TlsarOHdvKsWJ2UzA=s85

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