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Entrevista a Samir Delgado: “La poesía es humanidad que se levanta y camina”

Entrevistador: Fernando Salazar Torres*

¿Qué es el Tren de los Poetas y cuáles son sus fundamentos?

—Realmente es un tren imaginario, existe únicamente durante el trayecto de los poetas que viajan en cualquier medio de transporte para llegar a la ciudad y compartir las literaturas del mundo, por eso el tren es un símbolo poético, un paradigma para el ensueño. Y los fundamentos siempre han sido universalizar la poesía, la dimensión creativa de la humanidad, a todos los ámbitos de la sociedad. Los orígenes del proyecto radican en Castilla-La Mancha, territorio quijotesco; el proyecto fue fundado en 2013 como un homenaje a los poetas hispanoamericanos que cruzaron en tren el bando republicano durante la guerra civil española en una muestra de solidaridad internacional. El Tren de los Poetas es el mismo que llevó a Pablo Neruda, César Vallejo y tantos más, aunque ahora transporta hasta la ciudad de Durango en México a escritores de todo el mundo; el sueño continúa en el corazón mismo del país que acogió fraternalmente a todos los refugiados de la república española. Por eso mismo el Tren de los Poetas es un hito cultural con vocación de futuro.

En el Tren de los Poetas hemos conocido el testimonio de autores como Abdul Hadi Sadoun, de Irak, o Rayen Kvyeh, de la nación mapuche, que aspiran a todo.

—¿Cuáles serían las repercusiones culturales y sociales de los vínculos actuales entre México y España?

—En este año 2017 se cumple el cuadragésimo aniversario del restablecimiento de las relaciones entre México y España, es importante destacarlo debido a que los gobiernos van a su ritmo y las sociedades de ambas orillas habitan un mismo pálpito, hay un vínculo muy especial entre México y los distintos pueblos del Estado español que hay que seguir profundizando; en arte y literatura los puentes de conexión resultan de enorme trascendencia y todavía hay mucho que hacer para superar la distancia oceánica. Sólo cabe pensar en la embajada mexicana en Madrid, es un espacio con galerías de arte y la biblioteca del centenario de Octavio Paz, ningún país tiene nada que se parezca en toda Europa. Y me lastima especialmente que por ejemplo a día de hoy el legado de poetas como Luis Cernuda, Pedro Garfias o Emilio Prados permanezcan en un limbo, prácticamente desconocidas sus tumbas, tan ajenos a lo que sucede en Madrid. Y otros desajustes impropios para la altura de estos tiempos, donde exponentes de la generación abstracta mexicana como Manuel Felguérez o uno de los últimos muralistas, Guillermo Ceniceros, sean poco divulgados en España, teniendo un parentesco generacional indiscutible con otros pintores del mismo género en la otra orilla.

—¿Por qué considera importante el testimonio de los poetas como visión alternativa en el contexto social e histórico en que vivimos?

—En plena globalización neoliberal la poesía representa un bastión de resistencia cultural para la defensa del derecho universal a la vida, a la pluralidad lingüística de las naciones y a la igualdad total más allá de toda frontera impuesta. La literatura es biografía, vida que se escribe, escritura de lo que está vivo, las identidades de los pueblos y las experiencias individuales y colectivas sobre el mundo, los entornos de las ciudades, la naturaleza, el amor. Cada voz poética es una mirada singular, transferencia simbólica al común de los mortales de todo aquello bello y justo que nace de la creación literaria, ese duende del que habló García Lorca, el ángel de la jiribilla de Lezama Lima. En el Tren de los Poetas hemos conocido el testimonio de autores como Abdul Hadi Sadoun, de Irak, o Rayen Kvyeh, de la nación mapuche, que aspiran a todo, y poetas de tantos otros lugares que representan una cartografía fundamental del sentir poético de la humanidad.

—¿Cuáles son los criterios usados para que participen los poetas a este proyecto?

—Cada poeta tiene su propio registro literario, siempre consideramos la variedad y el pluralismo como vectores enriquecedores, debido a los recursos racionales y equilibrados de los presupuestos económicos siempre se aspira a que los poetas estén cerca o de paso para que no resulte excesivo el gasto, apostamos por un modelo de gestión alejado de los capitales privados y que siempre las inversiones culturales repercutan en la sociedad plenamente, que la poesía llegue a nuevos públicos, fomentando la lectura en lugares deprimidos socialmente, intensificando las actividades en bibliotecas y centros educativos. Todos los poetas del mundo son bienvenidos, y los esfuerzos para que todo esto funcione siempre han sido a favor de una cultura participativa, el cambio social y el desarrollo comunitario. La poesía, los poetas, sus libros suman un valor inconmensurable a la vida social que no entra en las cotizaciones de la bolsa ni en los debates parlamentarios. La poesía es humanidad que se levanta y camina.

México es el lugar ideal para un tren de poetas, para continuar avivando la utopía de un mundo mejor.

—Además del papel de los poetas, ¿existen otras actividades que acompañen al Tren de los Poetas?

—Desde una perspectiva cultural el Tren de los Poetas siempre se nutre de un abanico de actividades complementarias que acompañan a los poetas en sus estadías: ciclos de cine, muestras de libros, exposiciones de arte. En este primer semestre del proyecto en México hemos inaugurado una colección de libros bajo el nombre de “Nuestra América” en la Biblioteca Pública del Estado de Durango; comenzamos a desarrollar las líneas de trabajo para hacer itinerante el programa de visitas a otros estados de la república con la presencia de autores nacionales y latinoamericanos, además de la próxima aparición del sello editorial del Tren de los Poetas a escala transfronteriza, hispanohablante. Y por supuesto la plantación simbólica de los árboles de la poesía en homenaje a escritores de todas las lenguas y geografías.

—¿Cuál es la visión de la mexicanidad desde el exterior?

—México ha sido un lugar paradigmático para la ensoñación del extranjero, aquellos escritores de otras latitudes que miraban a México con la atracción de aquello distinto, exótico y fascinante, no han sido pocos los poetas y artistas que hicieron de México su lugar de preferencia para la creación. La mexicanidad sigue siendo una identidad dinámica, plural y atrayente, a pesar de los problemas estructurales que asolan, dificultan y pervierten la calidad de vida de las mayorías y los derechos democráticos de cada rincón de la república, el mayor patrimonio del país es la cultura, el potencial inmenso de las nuevas generaciones y el legado de las culturas indígenas, México por eso es el lugar ideal para un tren de poetas, para continuar avivando la utopía de un mundo mejor, para seguir construyendo puentes de paz entre los pueblos de la Tierra.

Fuente de la Entrevista:

Samir Delgado: “La poesía es humanidad que se levanta y camina”

Fernando Salazar Torres *

 Escritor mexicano (Ciudad de México, 1983). Poeta, ensayista y gestor cultural. Licenciado en filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa (UAM-I), donde también obtuvo el grado de Maestría en Humanidades, especialidad en teoría literaria. Ha publicado el poemario Sueños de cadáver (el golem editores, 2010) y Visiones de otro reino (el golem editores, 2015). Su poesía y ensayos se han publicado en distintas gacetas y revistas literarias impresas y electrónicas, entre las que destacan Círculo de Poesía (México) y Valenciana, revista de la Universidad de Guanajuato. Fue cofundador del grupo Literagen y subdirector de la revista de crítica literaria el golem; actualmente forma parte de el golem editores. Dirige el taller literario “el golem”. Coordina las mesas críticas sobre literatura mexicana “Crítica y pensamiento sobre la poesía y la narrativa en México” y “Vértice en el tiempo. Reunión de poetas”.
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Darío Villanueva: “Hay que aprovechar el potencial de la literatura para seducir”

26 de julio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Darío Villanueva

Hace ya algunos años Carlos García Gual nos alertaba sobre el creciente descrédito de las humanidades y la literatura en la sociedad actual. De hecho, los programas educativos actuales han reducido considerablemente el número de horas dedicadas a la lectura y estudio de la literatura. ¿Cree que existe un desapego real por la cultura literaria? 

Sí, lo atribuyo a una visión muy reductora de la formación de las personas. Existe un orden de valores trastocados donde se le concede importancia absoluta a lo que, visto desde otro punto de vista, resulta secundario. Se da mucha importancia a la pragmaticidad, a la supuesta eficacia, también se utiliza el término empleabilidad. Se considera que es más importante enseñar destrezas puntuales y prácticas que contribuir a la configuración de la personalidad, que es lo fundamental en las primeras etapas de la formación de las personas. En este sentido, lo que no se aprende durante la infancia es imposible aprenderlo más tarde porque la persona va madurando mientras está siendo educada y cuando llega a cierta edad se desliga del proceso educativo. Pero las destrezas concretas y puntuales siempre se pueden aprender. De hecho, la propia configuración de la sociedad, cada vez más, nos va a exigir una formación continua. Yo creo que es una falta de perspectiva respecto a lo que es sustantivo en esa etapa primera de formación básica, donde hay que configurar en plenitud la personalidad de los jóvenes.

¿Qué valores y qué destrezas puede aportar la literatura a la formación de los estudiantes?
En primer lugar, tiene una función fundamental que es enseñar de manera grata la lengua. La primera destreza que la gente adquiere al leer es la destreza expresiva: conoce su idioma, su vocabulario, se familiariza con las estructuras gramaticales y aprende ortografía. No hay mejor manera de aprender ortografía que leyendo. Aparte de esto, la literatura enseña la condición humana y proporciona un gran número de informaciones complementarias de tipo histórico, artístico, económico, científico. Está llena de contenido y de sabiduría. Yo distinguiría tres utilidades máximas: el conocimiento del idioma, el enriquecimiento de los contenidos de los que ya hemos hablado, y por último la condición del sentido estético. La literatura emociona a través de la belleza y a través de la palabra, y esa vinculación entre emoción, belleza y palabra es uno de los réditos mayores que podemos obtener de la literatura.

¿Qué consecuencias cree que puede traer consigo este desdén por los estudios humanísticos?
Lo que ya hace años algunos sociólogos como Marcuse llamaban el “hombre unidimensional”, es decir, seres humanos enormemente limitados con unas perspectivas muy chatas, muy reducidas. Llegaríamos a un despilfarro del enorme potencial de desarrollo que la condición humana nos proporciona y que la formación humanística nos ayuda a desarrollar en plenitud. Esto tiene unas consecuencias muy malas porque la propia vida social, la propia democracia, necesita de ciudadanos excelentes, formados al máximo. La atención a las humanidades tiende a crear individuos y ciudadanos mejores.

A pesar de ello, a todos nos gustan las buenas historias y sobre todo a los niños y niñas. ¿Qué cree que se puede hacer desde las aulas para que el alumnado aprecie los buenos libros y goce con su lectura?
Precisamente esto. Los profesores tenemos que conseguir que brote la chispa del disfrute estético en nuestros alumnos. Hay que tener mucho cuidado en no presentar la literatura como una disciplina árida o con unas exigencias utilitarias. Tenemos que aprovechar el potencial que tiene la literatura de seducir, de emocionar, de producir un efecto de percepción de belleza en los estudiantes. Tenemos que evitar que nuestra manera de enseñarla introduzca una barrera entre el estudiante y la propia literatura. El profesor debe ser muy transparente y dejar que sea la propia literatura la que actúe e interaccione con el estudiante. Hay determinadas estrategias que pueden ayudar mucho a esto.

¿Qué tipo de estrategias?
Sobre todo una buena selección de los textos, una buena interpretación de cuáles son los horizontes de expectativas de los alumnos que pueden cambiar de un año al otro, de una promoción a otra promoción. Tener las antenas muy desplegadas para empatizar con el alumno. Con el conocimiento que los profesores tenemos, debemos saber proyectar sobre nuestros alumnos aquella literatura que en ese momento a ellos les pueda enganchar. No se trata de enseñarles la literatura que ellos prefieran, sino crear una confianza con ellos para introducir toda la literatura que nosotros creemos que deben conocer.

¿Y las familias, cómo pueden transmitir a los más pequeños el gusto por la lectura?
Que sean ellos mismos los favorecedores de la lectura. Esto pasa por la aproximación al libro, en cualquiera de los soportes. Yo creo que el libro impreso va a continuar teniendo vigencia, pero si hoy en día los nativos digitales empiezan a leer a través de dispositivos electrónicos, no desdeñar tampoco que la primera lectura literaria llegue desde allí. De todos modos, la propia pujanza del sector editorial demuestra que sigue muy vigente la aproximación al libro. Los libros que hoy se editan están concebidos en función de las expectativas de los más jóvenes, son muy seductores. Pueden ser una obra de arte, una máquina muy perfecta. Los padres lo que tenemos que hacer es que nuestros hijos sepan que la lectura forma parte de nuestra vida.

Este año se celebra el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de el Quijote. ¿Qué hace de esta obra un libro tan universal?
Es la obra más universal de nuestra literatura, y casi podría decir que es la más universal de todas las literaturas. El Quijote es fundamentalmente y, al mismo tiempo, un libro regocijante, melancólico y sabio. Está lleno de sabiduría culta y popular. Don Quijote y Sancho son dos arquetipos que aportan las dos dimensiones cultas: la de los libros y la de la vida. Como se pasan todo el tiempo hablando, porque el Quijote es un libro de diálogos, resulta muy seductor para los lectores porque se acaban por sentir inmersos en una conversación en la que se habla de muchas cosas que siguen teniendo plena vigencia hoy. No defrauda nunca. Hay mucha gente que hace con el Quijote como con la Biblia: abrirlo por una página al azar y empezar a leer. Y lo que está leyendo le resulta de utilidad. Es un libro gracioso e irónico, pero tiene una profundidad humana muy grande. Es un libro melancólico porque todos nos sentimos identificados con lo que querríamos ser y lo que la vida nos permite. El choque entre el modo en que nos gustaría ver las cosas y cómo las cosas son definitivamente.

¿Es esa la razón por la que este libro continúa apelando al lector tal y como lo hacía hace 400 años?
Sin duda alguna, esa es una prueba incontestable. Los clásicos son los libros que le siguen diciendo cosas a los lectores que pertenecen a una sociedad distinta a aquella en la que el libro fue escrito. Lectores que ya no tienen contacto posible con quien fue el autor. En el caso del Quijote, incluso apela a lectores que no pertenecen a la lengua en la que fue escrita y tampoco a la sociedad ni al país. El Quijote es una obra profundamente española, pero al mismo tiempo aporta unos valores de universalidad.

¿Usted cree que se lee suficientemente el Quijote en nuestros centros educativos?
No puedo emitir una respuesta al respecto porque no dispongo de datos exactos. Lo que sí podemos decir es que el sistema no ofrece garantías de que el Quijote sea una lectura, no digo obligatoria, pero sí obligada dentro de los planes de estudios. Hace 100 años, cuando se conmemoraron los 300 años de la publicación de las dos partes del Quijote, hubo varios decretos del Gobierno para establecer la lectura obligatoria en todas las escuelas. Entonces hubo polémica porque algunos escritores decían que estaba muy bien, por ejemplo Miguel de Unamuno, pero también hubo quien se postuló en contra, como Ortega y Gasset. Su argumento era que consideraba que el Quijote era una obra desmitificadora y que a los niños hay que ofrecerles mitos, cosas en las que crean.

Algunos docentes creen que la extensión de la obra o el lenguaje cervantino son obstáculos a la hora de leer y estudiar el Quijote en las aulas. ¿Recomienda usted aproximarse a él a través de adaptaciones?
Sí, sin duda alguna. El Quijote es un libro para leerlo más de una vez y a mí me parece que la primera vez, para engancharse, la mejor manera de hacerlo es a través de las magníficas adaptaciones que existen ya desde el siglo XIX.

¿Qué características debe tener una buena adaptación?
Fundamentalmente que, con mucho respeto a la lengua de Cervantes que aún es un lenguaje muy similar al nuestro, evite aquellos párrafos y aquellos términos donde hay una distancia mayor. Que las palabras no se conviertan en una barrera para su compresión. También es muy interesante aligerar los meandros y recovecos que el Quijote tiene sobre todo al principio, y que distraen el argumento principal y pueden resultar disuasorios. La intercalación de historias ajenas a la línea principal es algo que también puede aligerarse en las ediciones adaptadas.

¿Qué papel atribuye usted a los clásicos en la educación?
Para mí es un papel fundamental. La literatura es un repertorio de obras eminentes que han conseguido superar las barreras del tiempo y el espacio. De modo que, aunque yo soy decidido partidario de leer la lectura actual y creo que se debe fomentar que los jóvenes se conviertan en lectores de la literatura de su momento, sin embargo, los clásicos han dicho cosas que no se han mejorado después de ellos y que nos hablan a nosotros de nuestra realidad. Esa es la condición de un clásico. Es como si hubieran conseguido acuñar de manera perfecta los sentimientos, las pasiones, las circunstancias.

¿Las nuevas tecnologías están cambiando los hábitos de lectura de los estudiantes?
Sí, en general, toda nueva tecnología cambia nuestros hábitos. McLuhan decía que las nuevas tecnologías actúan como extensiones de nuestros sentidos. Modifican nuestra relación con el entorno, pero no hay que ser catastrofistas. No hay que pensar nunca que los cambios van a destruir la condición humana, que es muy fuerte y muy poderosa. Son cambios que no son modificaciones irreversibles. Igual que la radio no terminó con la conversación, la televisión y el cine no terminaron con el teatro, hoy en día el libro electrónico no está terminando con el libro de papel.

Las editoriales se esfuerzan cada vez más en conseguir formatos que resulten atractivos para un público saturado de estímulos a su alrededor. ¿Qué cree que debe hacerse para que la edición impresa siga resultando atractiva para esta generación?
A mí me parece que las ediciones pensadas para un público juvenil son muy atractivas, y que los diseñadores son unos auténticos artistas, no solo porque se expresen artísticamente, sino porque saben encontrar el punto del receptor: saben colocarse en la perspectiva estética de este. No es un tema que me preocupe en absoluto. Creo que la industria editorial va por muy buen camino y el libro de papel, sin dar el paso a la interactividad que posibilita el mundo digital, goza de muchísimos elementos y factores de extraordinaria atracción para el lector.
Yo sigo muy atentamente la producción de literatura juvenil  e infantil y verdaderamente me quito el sombrero ante lo que editores y diseñadores están haciendo.

Además de la interactividad que ofrecen los formatos digitales, ¿Qué más ventajas cree que tienen este tipo de libros?
Tienen la ventaja de la hipertextualidad, que se refiere a la relación del texto con otros textos. También la neutralización entre lo oral y lo escrito, y también la contraposición de los signos simbólicos, que son las palabras, y los signos icónicos, que son las imágenes. El libro electrónico incluye voz, sonido, imagen, movimiento, y también permite que el actor interaccione con él. Es como un gran complejo de comunicación. El libro tradicional también es interactivo porque el acto de leer también es un acto de interacción. Al leer, debemos cooperar con el libro, inquiriendo sobre aquello que le falta al libro y poniéndolo nosotros con nuestra imaginación. Por esto la lectura es una actividad extraordinariamente activa.

Y por contra… ¿algún inconveniente?
Puede ocurrir que la capacidad de seducción que tienen acabe favoreciendo más la superficialidad que la profundidad del concepto. Que la carcasa sea tan seductora que no permita ir al fondo de la cosa.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/dario-villanueva-hay-que-aprovechar-el-potencial-de-la-literatura-para-seducir/

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Teresa Colomer: “La literatura es el mejor instrumento para adquirir muchas competencias”

Fuente: http://blog.tiching.com/

Teresa Colomer

Antiguamente la literatura infantil y juvenil no existía. ¿Por qué surge?
Durante siglos los niños participaron de la literatura popular sin considerarse un público diferenciado. La literatura “para ellos” surge a medida que la infancia pasó a considerarse como una etapa de la vida con rasgos y necesidades específicas.

¿En qué momento ocurre esto?
Los libros para niños y jóvenes empezaron a producirse a gran escala en el siglo XIX. La extensión de la escolarización conllevó la necesidad de tener libros en las aulas y también dotó a muchos más niños y niñas de la capacidad de leerlos fuera de ellas.

¿Debe haber un género literario específicamente escrito para los más pequeños?
Los niños deben tener una literatura que se adapte a su capacidad de lectura y a su experiencia de vida. Hay algunas obras que no se han escrito pensando en ellos y que en cambio les son accesibles y atractivas. Pero la mayor parte de su imaginario artístico está formado por las obras que han sabido situarse a su altura y ver el mundo desde la perspectiva de sus intereses, emociones e intelecto; obras que aprovechan también su capacidad de juego con los materiales o su fascinación por la imagen.

En el caso concreto de la literatura juvenil, ¿cree que obedece a unas oportunidades del mercado o a una verdadera necesidad del aprendizaje de los adolescentes?
Creo que no hace falta producir libros dirigidos específicamente a los adolescentes más allá de los quince o dieciséis años. Al final de esta etapa se trata ya simplemente de un problema de buena selección literaria. Pero la literatura juvenil entre los doce y los dieciséis años sí que tiene razón de ser. Lo demuestra la creación de los clásicos juveniles del siglo XIX, que han nutrido las lecturas de aventuras y maduración personal de generaciones.

¿Cuál es la importancia que se da actualmente a la transmisión de valores en la literatura? 
Excesiva. Cuando los adultos escriben para niños o compran libros para ellos, muy a menudo piensan que “de paso” hay que contarles cómo deben comportarse en el mundo. Pero la buena literatura cuenta cómo son los humanos, no cómo deberían ser. Posee inevitablemente una perspectiva moral, pero no debería tener una “moraleja”, como no la tienen las buenas obras para adultos.
Dicho esto, también hay que advertir que es cierto que la literatura ejerce una función socializadora que puede aprovecharse para normalizar temas que están llenos de tabúes y prejuicios sociales. De hecho, los temas y valores de la literatura infantil y juvenil son un retrato sociológico excelente del modo en que la sociedad que los produce quiere verse a sí misma.

¿Es beneficiosa la actual oferta de títulos tan diversa o podemos hablar de diferentes “calidades” dentro de la literatura que debemos diferenciar?
Al igual que en la literatura para adultos, hay muchas clases de libros y de calidades. Por eso resulta necesario precisar a qué tipo de obras nos referimos en lugar de hablar de ella como un tipo único de ficción artística.

¿Qué recomendaría a los docentes que quieren fomentar la lectura de sus alumnos?
Hay mucha experiencia, investigación y prescripción sobre el tema. Algunos consejos generales son: crear un entorno poblado de obras, tanto físicamente, como en lecturas en voz alta por parte del docente de manera frecuente; otorgar tiempo de lectura autónoma en el aula; otorgar tiempo de discusión de libros en el aula; conocer muy bien los libros que se van a recomendar a los niños; asociar la lectura a actividades creativas, muy diversificadas y con sentido; llevar a cabo actividades que refuercen la autoimagen como lectores, como por ejemplo juegos de evocación de los libros leídos; enlazar la lectura en el aula con la lectura social, acudiendo a bibliotecas, actuaciones teatrales, etcétera; así como asociar a las familias en el esfuerzo por hacer evidente que la lectura ocupa un lugar imprescindible en el mundo.

¿Ve correcto cómo se evalúa actualmente la capacidad lectora? 
La capacidad lectora tiene distintas habilidades relacionadas y pueden evaluarse diferenciadamente o en conjunto. Los métodos de evaluación han desarrollado procedimientos bastante sofisticados para hacerlo y nos dan información muy útil para saber cómo mejorar en nuestra enseñanza. Siempre que no los usemos para participar en competiciones entre escuelas o entre países que simplemente pongan etiquetas autocomplacientes o estigmatizantes.

La literatura está siendo relegada de los planes de estudio. ¿Qué consecuencias puede tener este hecho?
Es algo muy preocupante. Equivoca tanto objetivos como métodos. Parece considerar la educación literaria como un lujo prescindible ante la urgencia de dotar de competencias útiles para moverse de forma práctica en el mundo actual. Y centrar la educación en esta perspectiva utilitarista no responde a la formación deseable como personas y ciudadanos.

¿Por qué es tan necesaria la literatura?
La literatura resulta el mejor instrumento que poseemos para adquirir muchas competencias. Para dominar el lenguaje y la lectura, para advertir cómo el lenguaje busca efectos en el receptor o cómo nos endosa implícitos que nos permiten valorar el lenguaje publicitario, político, financiero, etc. Pero también porque el imaginario literario nos educa sentimentalmente. Su potencia es tan enorme que todas las colectividades humanas la han utilizado siempre en todas las culturas.

¿Y cómo puede estar perdiendo tanta fuerza en los planes de estudio?
Pues también hay que señalar que muchas prácticas docentes allanan el camino a este error. Si la literatura se reduce a un conocimiento histórico de obras y autores, a leer y escribir sin propósito ni exigencia, el resultado de sus beneficios no se alcanza y sustituirla por otros contenidos en los planes de estudio resulta muy tentador para los legisladores.

¿Son beneficiosas las lecturas obligatorias o cree por el contrario que causan rechazo?
Nuestros estudios muestran que los buenos lectores las valoran positivamente y los lectores débiles y los no lectores las detestan. De hecho, los segundos las utilizan para justificar su falta de afición a la lectura. Pero no parece que la lectura obligatoria sea realmente la causante de ello.
En la escuela casi todo resulta obligatorio, desde dar volteretas en gimnasia a resolver problemas matemáticos. Creo que el tema debe situarse en el cómo se utiliza la obligatoriedad. Ni siempre ni del todo: debes leer diez minutos en la cama, pero yo lo hago contigo, debes leer una obra pero eliges entre varias, etcétera.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/teresa-colomer-la-literatura-mejor-instrumento-adquirir-muchas-competencias/

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Porque los profes también leen

21 de junio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Miyer Pineda

Una reflexión a propósito de la novela ‘Los muertos’ de Jorge Carrión.

Leí Los muertos (2010) en unas cuantas horas; esa poderosa novela de Jorge Carrión que poco a poco se vuelve un clásico de la literatura. Hace mucho no leía en los terrenos literarios un texto así. No era uno de esos típicos novelones pseudo-existencialistas cargado de injertos y de hallazgos fáciles que ahora se imponen ofrecidas como el secreto más grande –hay que decirlo- del mercado. Los muertos es una maquiavélica construcción; una suerte de caja china con la que el lector se distrae hasta que cae en un laberinto que lo pone a cuestionar múltiples nichos en los que intentaba refugiarse.

Me recordó la novela Los detectives salvajes (1998) aun sabiendo que el laberinto de Bolaño extraviaba al lector en el desierto y en otras zonas muertas propias de su extensión; también me recordó The fight club (1996) de Chuck Palahniuk, consciente de la voluble pesadez que impone el ritmo de esa nocturna y extraña forma de resistir el mundo que significa esta novela.

Pero Los muertos es otra cosa; me recordó a Huxley: “¿Y si este mundo fuera el infierno de otro planeta?”. La novela de Carrión es un rigor distinto que recorre los rituales de las últimas generaciones que son lúcidas y conscientes de su mundo; de la virtualización terrible de las emociones.

Y al fondo la novela de Phillip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?  O incluso las Crónicas marcianas de Ray Bradbury con Blade Runner (1982) de fondo.

También el guiño al cine: me recordó Soy leyenda (2007), pero sobre todo Seven (1995); películas que nos dejaron habitar el infierno, la ciudad de Nueva York, uno de los círculos del infierno de Dante.

Sin embargo estoy siendo sesgado: la novela también se ofrece como un diálogo sobre el impacto en la construcción de lo humano que ha sostenido la industria del entretenimiento y su simbiosis con el arte durante las últimas décadas.

He dicho los rituales de las últimas generaciones, y entonces debo señalar algunos de ellos para dar cuenta de uno que otro de los problemas que nos plantea esta novela:

La televisión como una suerte de matrix a través de la cual nos encontramos con nuestras emociones y con nuestra necesidad de complejidad; y no estoy hablando de la estupidez que la mayor parte del tiempo nos inyectan a través de ese aparato; recordemos que R-H Moreno Durán decía que la televisión no era más que un poco de propagandas interrumpidas por unos programas; no, hablo de la complejidad laberíntica que se encuentra ahora en esos recintos a través de series que hacen las veces de folletines contemporáneos y que logran seducir por su poder argumental.

Se tiene que aceptar que hay series de televisión que se pueden considerar como obras maestras. Personalmente considero que Breaking Bad logró unos  niveles únicos y hasta ahora insuperables de rigor estético; y son ese tipo de series las que se terminan convirtiendo en parte de la banda sonora de nuestro ocio vital; camino que había sido inaugurado por The Wonder Years a finales de los ochenta.

En la novela también se encuentran los problemas de la ficción y de la realidad, o el de los derechos que poseen los personajes de ficción a morir dignamente, a que los dejen tranquilos, a que no abusen de su memoria, ni de sus restos. Sí, así como lo leen. Y de la mano con este tópico, tenemos el dolor que produce la muerte de uno de estos personajes. Recuerdo una anécdota que contaba el poeta Jorge Eliécer Ordóñez sobre el llanto que le produjo a Gabo la muerte del coronel Aureliano Buendía. O para no ir más lejos, la desazón que produjo en el espectador la golpiza que le propinó Bane a Batman en la tercera parte de la trilogía de Nolan, The Dark knight Rises (2012): Bane le ha quebrado la espalda al murciélago luego de propinarle una paliza, la pantalla se pone oscura por un segundo, y todos nos sentimos angustiados, pensamos que el murciélago ha muerto, o peor, que ha quedado inválido, y entonces ¿qué haremos sin héroes?

Sin embargo, más allá de esta subversiva idea se encuentra una radiografía de lo que sucede con los planteamientos de teóricos como Peter Singer quien plantea que así como es necesario comenzar a reconocer los derechos humanos en verdad, también debe legislarse sobre los derechos de los animales, las ballenas, los delfines, los perros, etc., y si esto es plausible e incluso necesario, ¿por qué no pensar que don Quijote o los replicantes de Blade Runner también tienen derechos?

La novela encara la relación entre identidad y memoria; en alguna parte plantea la tesis de que “tener un nombre significa poseernos” (47); así abordamos el nombre del esclavo, el del desaparecido, el de la víctima, el del replicante, pero sobre todo, el derecho a la memoria, a poseer críticamente un pasado, esa otra ficción que se le debe disputar a la Historia.

Desde esta perspectiva se pueden advertir los nefastos ataques a la memoria, ya sea desde la estupidez y la frivolidad, o desde los mecanismos de control del sistema, y así entonces resignificar la cada vez más importante labor de la hermenéutica para dignificar a Mnemósine en los terrenos de la comprensión.

En Los muertos toda cicatriz es un segundo ombligo porque nadie se conoce hasta que no ha dado vida, o la ha defendido, o la ha guerreado. La novela propone esa noción de que todo es un relato, y de que somos piezas en el relato dramático del cosmos, esa novela escrita a miles de voces, a través del gran narrador que es un Topo desapareciendo frente a los ojos de Nadia (Los muertos), o de Nadie (La Odisea).

Los muertos aborda el problema de la Historia como ficción y el de la ideología como ficción, porque es un hecho que necesitamos ficciones para vivir y no sucumbir ante la horda de las vivencias primitivas; el problema es que esas ficciones aplastan y delimitan la utopía de lo humano: En la novela un adolescente pinta en un muro “No hay futuro”” (131), y otro personaje cuenta que “Estábamos muertos y podíamos respirar” (154).

Como lo hacen muchas novelas en los últimos años, Los muertos también asume la reflexión sobre la novela, ese dispositivo estético que reflexiona sobre sí mismo; así entonces se presenta como el terreno ideal en el que se despliegan los abismos y los fantasmas interiores en su diálogo con el mundo. Jugar a ser Dios, dirigir el concierto interpretar todos los instrumentos y ser el único público.

Carrión estuvo en Tunja. No sé quién hizo la gestión para traerlo a estas tierras en las que alguna vez estuvo el mar. Conversó con Darío Rodríguez, otro gestor cultural y desocupado lector. El Festival se llamó Carmina ¡Qué labor tan importante cumplen estos señores que se dedican a hacer encuentros, talleres literarios y a mantener espacios de lectura! Revitalizan nuestro encuentro con la literatura, esa otra forma de desaparecer.

Carrión habló de sus novelas, de sus ensayos, de sus series favoritas. Firmó libros, y en cierta forma enalteció el quehacer literario en estas tierras áridas para la escritura de rigor, capaz de conversar con el mundo.

Escribí este texto porque hace unos días uno de mis estudiantes me pidió que le recomendara un libro que lo golpeara. Le dije que le respondería en una columna para que la sugerencia llegara a más oídos ávidos de leer cosas geniales. Por ahora les recomiendo algunos consejos de Carrión sobre el arte de escribir[1], mientras, me dispongo a leer Los huérfanos, la novela que le sigue a Los muertos y que hace parte de una tetralogía. Sin embargo confieso que me toma algo de tiempo; es un problema proponer en este juego a Carrión contra Carrión. Ahí nos vemos.

[1] www.microrevista.com/consejos-a-un-joven-escritor/

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/blog/porque-los-profes-tambien-leen

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Unesco celebra la obra de Roa como un «motor de la paz».

El mensaje de las obras de Roa Bastos, repartida en diversas novelas, cuentos y guiones de cine y teatro, buscaba promover la paz y la comprensión mutua, dijo la directora de la Unesco, Irina Bokova, en un acto realizado este miércoles en homenaje al centenario del autor.

Por: Unesco.

«Gran parte del trabajo y la vida de Augusto Roa Bastos fueron definidos por la lucha por la dignidad y los derechos humanos, así como por el enaltecimiento de la cultura guaraní como parte de la rica diversidad del Paraguay», destacó Bokova.

Añadió que el centenario del autor es una oportunidad para «celebrar una obra poderosa, profundamente inscrita en la cultura latinoamericana».

«Veo también la oportunidad de celebrar la diversidad cultural en el mundo, como motor de la paz y de la comprensión mutua. Éste mensaje, que era el de Roa Bastos, hoy es portador de los valores de la Unesco», expresó.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) realizó este miércoles un acto para conmemorar el centenario del nacimiento del autor, quien falleció en 2005 en Asunción, dejando un legado imborrable a la narrativa.

El evento, realizado en la sede del organismo internacional en París, estuvo presidido por Bokova y el ministro de cultura del Paraguay, Fernando Griffith, según informó la Secretaría Nacional de Cultura en un comunicado.
En su discurso inaugural, la titular de la Unesco dijo que el evento tenía por objetivo «celebrar el poder de la memoria y de la palabra, para promover los valores que compartimos con el autor, a través del Centenario de Roa Bastos».

En otro momento, los especialistas Ramiro Domínguez y Milagros Ezquerro se refirieron al conjunto de la obra roabastiana, enfatizando su inscripción en la realidad social acuciante de América Latina, así como su poder creador y el múltiple significado del mensaje del autor para las nuevas generaciones de escritores.

Tras las disertaciones se proyectó la película «La lucha hasta el alba», un cortometraje elaborado a comienzos de los años ’80 por Augusto Roa Bastos y sus alumnos de la Universidad de Toulouse, ciudad francesa en la que el escritor compatriota estuvo asilado por más de 14 años.

Fuente: http://www.ultimahora.com/unesco-celebra-la-obra-roa-como-un-motor-la-paz-n1091105.html

Imagen: http://media.ultimahora.com/adjuntos/161/imagenes/007/173/0007173411.jpg

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Uniendo literatura, música y arte: otra forma de evaluar

07 de junio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Lola Moreno Lozano

¿Se puede relacionar la literatura con la música y con el arte? ¡Por supuesto! Quizás fuese mejor preguntar si no se debería hacer siempre así.

¿Alguna vez lo habéis intentado? Cada curso que pasa estoy más convencida de que la fusión de las tres artes es gratificante y positiva. Aplicarlo es sencillo: sólo hay que elegir un texto (o un movimiento literario) y, a partir de él, una canción y un cuadro.

Mi primer intento fue en el 2012, aprovechando la asignatura de Literatura Universal. Les propuse al grupo que tenía que conectaran un poema de Baudelaire (“Perfume exótico”), un cuadro de Klimt (“El beso”) y una composición de Satie (“Les Gymnopédies nº1”). Nos encantó la experiencia.

Al curso siguiente, aprovechando una afonía y unas clases a última hora de la mañana, lo repetimos conjugando la poesía trovadoresca con el rock. Fue genial. Por eso este año hemos vuelto a usar el recurso ampliando la temática a la literatura medieval y Ausiàs March.

Y este trimestre lo hemos vuelto a intentar. En 4º de la ESO, hemos partido de algunos cuadros de Friedrich para comprender qué era el Romanticismo.

Tras ver las imágenes, los alumnos han ido extrayendo posibles características (color que predominaba, por qué creían que eran así, sentimientos que querían transmitir, figuras que resaltaban, actitud de las mismas, etc.) De ahí hemos sacado una idea general y nos hemos adentrado en el mundo de las letras: Bécquer, Espronceda… tenían mucho que decir. Encima, parecía que encontrábamos coincidencias. ¡Genial!

¿Y la música?

Pues nada mejor que tener a un grupo de adolescentes conocedores de los cantantes o grupos de éxito para que ellos mismos propusieran canciones en las que creían haber encontrado restos de cuanto estábamos viendo en clase. De hecho, fue uno de ellos quien, hace ya unos años, me habló de Sharif.

Nos pusimos manos a la obra y vimos que algunas de sus composiciones cuadraban con el espíritu romántico.

Además de captar su atención con algo que no esperan, las clases se hacen más amenas. Se involucran y participan mucho más. Si conseguimos también conectar los poemas de aquellos autores que les resultan tan lejanos con referentes actuales, ganamos su interés.

Por otro lado, podríamos pararnos a pensar en la cantidad de competencias básicas que se desarrollan siguiendo esta metodología:

  • Comunicación lingüística: los alumnos deben expresar sus ideas de manera oral, escrita o ambas, según se requiera. Si la actividad se lleva a cabo en el aula, implicará interactuar con sus compañeros, con lo que eso supone en cuanto a argumentación, refutación, concesión del adversario, respeto y tolerancia. Ya tenemos unos cuantos puntos a favor para intentarlo.
  • Aprender a aprender: la Comisión para la Educación de la Unión Europea considera que esta competencia influye en el resto por el proceso de obtención y asimilación de nuevos conocimientos que conlleva. El estudiante construirá su conocimiento a partir de experiencias y tendrá que ser capaz de aplicar lo aprendido en diferentes contextos, no sólo en el académico.
  • Social y cívica: por la capacidad que requiere para relacionarse con otros compañeros de manera democrática y participativa (volvemos a lo expuesto en la lingüística).
  • Conciencia y expresiones culturales: porque los alumnos aprecian el mensaje que se expresa a través de la música, la pintura o la misma literatura. Aprenden a escuchar (que no oír), mirar (que no ver) y leer (que no ojear) la música, la pintura y la literatura.

Se podría completar más el listado ofreciendo alguna actividad relacionada con las TIC: participación en un blog de clase, en un muro digital (tipo Padlet), o elaboración de un trabajo (vídeo, audio) que se compartiría después por Youtube, Classroom, etc. ¡Aquí podrás encontrar algunos de los resultados!

¿Y la evaluación?

Para tener una idea individualizada y ajustada (en la medida de lo posible) de si han aprendido, se puede correr el riesgo de abandonar las preguntas cerradas en los exámenes y ofrecerles, por el contrario, cuestiones que les hagan recordar lo que se ha visto en clase (más que lo que se subraya en el libro). Si todo ha ido bien, los resultados son positivos.

Éstas son dos de las preguntas que tenían que contestar los alumnos de 4º en una prueba de evaluación y algunas de sus respuestas:

  1. Busca en estos fragmentos de canción 2 versos que puedan relacionarse con el Romanticismo.
  2. Explica qué característica representarían.

“Quiero escribir un verso inmortal, que se entienda sin lenguaje, 
limpio y puro como el sol sobre el paisaje (…)

Todo mi mundo está aquí. 
Chico, ¿sabes? No nos vamos a rendir.
Tengo velas y viento, suelas y aliento,
y un bolígrafo hambriento que no sabe mentir (…) 

Y pido otro día, otro suspiro, 
otra danza,
otro tango bailando con la esperanza,
otro renglón, otra enseñanza,
otra canción que me lleve a donde el corazón no alcanza.
Sólo quiero bailar como la arena y el aire,
como las olas y el mar,
no parar de dar vueltas en el baile.
Suena la música,
afuera hay ruido, pero aquí suena la música.
Mi canción no es un reproche, es una súplica
en esas noche que la pluma es mi república”. 

(Sharif, Sobre los márgenes)

En los versos “Todo mi mundo está aquí. Chico, sabes no nos vamos a rendir. Tengo velas y viento, suelas y aliento, y un bolígrafo hambriento que no sabe mentir”, el cantante hace referencia a la exaltación del “yo” individual. Tiene un espíritu rebelde, que no sigue las normas. También se puede observar que es un personaje aventurero, valiente. Por otro lado, vemos esas ansias de libertad.

”Sólo quiero bailar como la arena y el aire”, “En esas noches que la pluma es mi república”: En el Romanticismo había algunas características como la soberbia, la soledad y la libertad. Estos dos versos son una mezcla porque indican soledad con libertad. “En esas noches que la pluma es mi república”, Sharif nos dice de alguna manera que escribiendo es más libre y que no le hace falta nada más.

Observa esta imagen y piensa: ¿qué ideas representa?

viajero frente al mar de niebla

La imagen representa ideas muy características del Romanticismo, como pueden ser la soledad, el sufrimiento, el dolor… El hombre se encuentra solo entre todas las nubes. También representa la percepción del poeta / pintor romántico como un ser superior, un ser elegido. Esta característica se ve reflejada en el hecho de que el hombre está de pie, como por encima de las nubes y mostrando una actitud altiva. Es una obra que desprende misterio, pues no sabemos qué son esas nubes que hay debajo de él. Además, representa la tristeza, porque es un cuadro pintado con colores sombríos, oscuros, que lo último que reflejan es alegría.

Para los alumnos que requieren una adaptación se puede pedir menos densidad en las explicaciones, aparte de tener en cuenta el tamaño de la letra y la disposición tipográfica de toda la prueba.

Después de todo lo expuesto, creo que merece la pena intentarlo. No hay nada que perder. ¿Te apuntas?

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/uniendo-literatura-musica-arte-otra-forma-evaluar/

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Enfoque de China: Letras jóvenes devuelven el brillo a la «Tierra de la novela»

Asia/China/28 Mayo 2017/Fuente y Autor:spanish.xinhuanet

Lei Linyao es una joven que a sus 22 años está a punto de graduarse de la universidad. Zhang Yinxia, una experimentada maestra de primaria de 31. Hace poco, sus primeras novelas salieron a la luz en una reconocida revista literaria.

Ambas son nativas del distrito de Zheng’an, un pequeño lugar pintoresco del municipio de Zunyi de la provincia de Guizhou, en el suroeste de China.

En 2008, gracias a sus continuos éxitos en la creación literaria, Zheng’an fue distinguido por el Ministerio de Cultura con el título honorífico del «Distrito de la Cultura Folclórica y las Artes de China (Categoría novela)», o simplemente «Distrito de la Novela».

En su primer número de este año, la revista Escritores de Guizhou publicó las primeras novelas cortas de tres jóvenes estrellas de las letras de Zheng’an, entre ellas Lei Linyao (La nevada de aquel año) y Zhang Yinxia (Higo).

Zheng’an es un distrito relativamente atrasado, pero esto no le ha impedido convertirse en una tierra de renombre por sus éxitos en la creación novelesca, y por su inusual número de escritores.

Desde mediados del siglo pasado, Zheng’an ha sido la cuna de muchos novelistas destacados, como Wen Zhiqiang, Shi Ding, Zhao Jianping y Wang Hua.

De ellos el más reconocido es Shi Ding, quien fue el primer autor nacido allí que ganó varios premios nacionales y llegó a obtener fama internacional. Incluso, vio publicadas sus obras fuera de China en inglés, japonés, italiano y tailandés.

A finales del siglo pasado, en medio del furor del desarrollo económico del país, una excesiva concentración en ese aspecto hizo que se descuidaran el desarrollo cultural y la creación artística. Entonces Zheng’an perdió brillo, y su creación literaria no era tan vigorosa como antes.

En los últimos años, con el apoyo del gobierno distrital y con los esfuerzos de la comunidad de escritores y aficionados locales, la situación ha empezado a cambiar. Cada día más gente se suma a la reconstrucción de la gloria de la tierrra de la creación literaria.

«Cuando estaba en el tercer año de la universidad, un escritor anciano, a pesar de tener ya 80 años hizo un largo recorrido para ir a visitarme. Me dijo que había leído un texto mío y que le alegraba ver nuevas caras en el mundo de la creación literaria, que, según él, eran el futuro y la esperanza de las letras de Zheng’an», recuerda Lei Linyao, quien estudia en la Universidad Normal de Guizhou.

La chica dijo que las palabras del anciano escritor tocaron lo más hondo de sus sentimientos. Sintió que de la «Tierra de la novela» empezaba a brotar de nuevo las palabras, y que escribir ya iba más allá simplemente del honor, que se convertía en una presión, en la necesidad de «hacer algo».

En realidad, no era la única que estaba pensando así, y por esa época ya muchos lugareños habían puesto manos a la obra. Entre ellos, Lei tiene palabras especialmente halagüeñas para un escitor de origen campesino llamado Qin Chaoguo, quien con frecuencia visitaba al padre de ella para que juzgara sus manuscritos.

«El es un campesino auténtico, sin mucho dinero, vestido humildemente, y sus pantalones suelen estar sucios debido a sus labores agrícolas y a la mala condición de los caminos. Pero su dedicación a las letras es conmovedora», dice la joven.

Según Lei Lin, presidente de la Asociación de Escritores de Zheng’an, el distrito tiene 11 escritores registrados a nivel nacional, más de 20 a nivel provincial, más de 60 a nivel municipal y más de 400 a nivel distrital. Hasta ahora ellos han creado en total más de 110 novelas largas y medianas, y más de 1.000 novelas cortas y mini-novelas.

Para Lei Linyao, la creación novelesca es un trabajo que causa mucho sufrimiento. Por un personaje, por un drama, porque se tiene que repensar mucho; incluso ha llegado a soñar que la novela es real y ella es una protagonista. Convertirse en parte de las historias es, asegura, «una tortura».

Por su parte, Zhang Yinxia, la profesora de primaria, también cree que la creación literaria «duele».

Zhang es una profesional escritora y también es ama de casa. Ahora está trabajando en su nueva novela, «Flores brotan en un lugar lejano».

«Ya he escrito la mitad, pero creo que la estructura de la historia no está bien. Por eso necesito empezar de nuevo reescribirla».

«No tengo pistas, me niego a mí misma, incluso desconfío de mí misma. No estoy segura de si podré componerla nuevamente», se lamenta.

«Verdaderamente los autores somos gente que sufre. La vida real ya es muy compleja, pero nosotros además nos dedicamos a crear desesperadamente un mundo espiritual. Lo hacemos por el honor y la prosperidad de la novelística de nuestra tierra natal», asegura.

Todos los días, Zhang Yinxia debe repartirse entre las labores caseras, el trabajo en la escuela y la creación literaria. La presión y el cansancio a veces la llevan a pensar en renunciar. Pero entonces recuerda lo importante que es la novela para ella y para Zheng’an, y persevera.

«Yo solo soy un pequeño grano de arena en el círculo de la creación literaria en mi tierra natal, pero solo cuando muchos pequeños granos como yo se unan y formen uno solo, podremos mantener ese honor de ser la ‘Tierra de la novela’. ¿Acaso estoy equivocada?».

Fuente de la noticia: http://spanish.xinhuanet.com/2017-05/26/c_136318271_2.htm

Fuente de la imagen:ish.xinhuanet.com/2017-05/26/136318271_14958051711961n.jp

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