Page 2 of 15
1 2 3 4 15

Opinión | ¿Qué está faltando en la enseñanza de la lectura?

Por: Sofía García-Bullé

En Estados Unidos, el 80 % de niños y jóvenes consume contenido en redes sociales, reporta la Asociación Americana de Psicología.

Los niños no están leyendo. Esa es una de las mayores preocupaciones que familias y docentes han externado desde que tenemos memoria. ¿Qué tan cierta es esta aseveración? ¿Qué grietas podemos encontrar en este argumento que a estas alturas se asemeja más a un mantra? En Estados Unidos, solo el 20 % de los adolescentes reporta leer libros, revistas o periódicos diariamente por entretenimiento, pero el otro 80 % consume contenido de redes sociales, según sostiene la Asociación Americana de Psicología.

En Inglaterra, 65 % de los niños de 5 a 15 años usan sitios o aplicaciones de redes sociales. En Colombia, de acuerdo a una encuesta publicada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), el 70.4 % de los colombianos mayores de cinco años leyeron en plataformas digitales en el último año, y el 64 % lo hicieron a través de redes sociales o servicios de mensajería.

No es si leen o no, es lo que están leyendo

Podríamos argumentar entonces que los niños y jóvenes sí están leyendo, ¿pero cuál es la calidad de lo que leen? ¿Están desarrollando las habilidades y herramientas cognitivas que se supone que la lectura otorga? Entre los beneficios de la lectura están el entendimiento del lenguaje, el vocabulario, la construcción de oraciones, la coherencia, el pensamiento crítico, la comprensión, la memoria, la imaginación, la apertura y tolerancia a puntos de vista e ideas diferentes, entre muchas otras más que necesitaríamos otro texto completo para abordar. ¿Qué tantas de estas facultades se entrenan leyendo publicaciones de Facebook y Twitter, o blogs e historias en Reddit?

Si bien, este es un tema altamente infra-estudiado, vale la pena abrir conversación sobre el valor de este tipo de lectura además de la manera en la que el Internet y el contenido digital está cambiando la forma en que niños y jóvenes aprenden y leen. En un contexto en el que todo tipo de información circula en todo momento y es de fácil acceso, podemos hablar de una democratización de contenidos, pero también de una sobreexposición a los mismos. Lo anterior dificulta la lectura profunda, que es de donde se desprende el aprendizaje de las habilidades recién mencionadas. En artículos anteriores, hemos hablado también sobre el manejo de información en redes sociales, las cámaras de eco y otras prácticas comunicativas que lastiman la calidad de la lectura y disminuyen significativamente su función como recurso didáctico.

Una cuestión de formatos

Las redes sociales son un espacio muy diverso, se pueden encontrar aprendizajes muy valiosos en subforos de Reddit o hilos de Twitter, o material completamente inútil y polarizante en los mismos foros. Un flujo de información tan variante debería verse caso por caso. Obviamente no sería posible cubrirlos todos, pero sí sería plausible realizar un trabajo de curaduría. Tomar una muestra pequeña de lo que vemos en la red, usarlo como material de estudio, hacer las preguntas correctas dependiendo del tema que se quiera tratar en clase: ¿Está bien escrita esta publicación? ¿Qué fallas de ortografía podrían detectarse? ¿Cómo se compara con un pasaje de un libro que trate el mismo tema? ¿La información es falsa, verdadera, tendenciosa, incompleta? ¿Qué pensamientos y emociones evoca?

Si hablamos de literatura, valioso y útil no es lo mismo. El Quijote es, sin duda, una de las obras literarias definitivas del idioma español, pero fallaríamos como docentes si no entendiéramos que su valor es más apreciativo que funcional. Es necesario tener una conversación sobre la diferencia entre los libros que nos muestran lo mejor del español, y los que nos enseñan a pensar y comunicar efectivamente dentro del español cotidiano. Son estos últimos los que pertenecen a los programas escolares de nivel básico, medio y medio superior.

En España, 88 estudiantes fueron encuestados sobre su conformidad con el material de lectura escogido por sus escuelas y su utilidad para inculcarles el hábito de la lectura. Jóvenes entre 15 y 18 años mostraron una seria desconexión entre las obras escogidas para sus institutos (la mayoría escritas en la época medieval) y su capacidad de relacionarse con estos contenidos para aprender de estos. “[…] La selección de los textos con que se pretende enseñar a leer literatura, aquellos prescritos en los currículos, no suelen ser adecuados a la experiencia vital, lectora y cultural de los adolescentes. Seguimos siendo rehenes del índice de la historia literaria nacional, en vez de abrirnos a los clásicos universales y a la literatura juvenil actual de calidad”, comentaron Guadalupe Jover y Rosa Linares, profesoras de lengua y coautoras del nuevo currículo de Lengua Castellana y Literatura, que es la norma que regula cómo se aprende y se evalúa la materia.

Para inculcar en niños y jóvenes el hábito de la lectura, no basta con escoger libros con contenido rico en estructura lingüística, vocabulario, ideas, posturas y todos los demás elementos que hacen una obra aplicable al material didáctico. También es necesario que conecte con el alumnado, que la comunicación que incluye no esté tan lejos de la que usan ellos, que las experiencias que narra o temas que maneja sean relacionables. Si a final de cuentas la lectura es una herramienta para entender mejor el mundo, comunicarse y navegarlo, tiene más sentido que el currículo esté compuesto de obras que reflejen el mundo en el que los estudiantes viven.

¿Qué piensas del hábito de la lectura en niños y jóvenes? ¿Piensas que va en declive? ¿Qué estrategias has usado para incentivar la lectura en los alumnos? Si eres estudiante ¿Cuáles libros preferirías leer en clase? ¿Te gustaría que se incluyeran medios digitales? ¿Cómo preferirías que se abordara la materia en el aula para motivar la lectura? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

Comparte este contenido:

Raquel Díez: «Hay más dificultad de trabajar temáticas de igualdad con las familias que con el alumnado, que las naturaliza»

Por:

  • Raquel Díez es maestra. Ahora mismo imparte en educación infantil. Además, es licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas y es una apasionada de la escritura. A esto se suma su compromiso con la igualdad, que la llevó a hacerse coordinadora de Igualdad en diferentes centros educativos en Andalucía. Todo esto es el cóctel que hizo que hace unos años comenzara una colección de álbumes ilustrados que, junto a los materiales y actividades didácticas que los acompañan, le hayan supuesto la recepción del Premio Rosa Regás que adjudica la Junta de Andalucía a los materiales coeducativos.

Letras Coeducativas es el nombre del proyecto que aglutina, no solo cuatro títulos de álbumes ilustrados que ha escribo Raquel. Detrás de estos hay una plataforma web en la que ella misma se ha dedicado a crear todo tipo de material didáctico para que puedan usar las familias y el profesorado. Una colección pensada para trabajar desde infantil hasta el último curso de primaria y en la que se tratan diferentes asuntos como la igualdad, la lucha contra los estereotipos de género, o la libertad afectivo-sexual de sus personajes.

Raquel Díez es la responsable en buena medida tras escribir El príncipe Serafín, un álbum para el que le costó encontrar editorial. «Me decían que era raro», comenta la autora. El personaje principal no tiene definida explícitamente su orientaciún sexual, algo que, según comenta Díez, niñas y niños suelen naturalizar sin demasiado problema pero que en el mundo adulto, a veces, cuesta más. Hablamos con ella de estos y otros asuntos relacionados con su labor y la igualdad entre hombres y mujeres.

Hace poco que te han dado el premio Rosa Regás en la Junta de Andalucía a la colección Letras Coeducativas ¿nos puedes contar en qué consiste?

A parte de ser maestra soy escritora de literatura infantil y, además, hace muchos años que soy coordinadora de igualdad en muchos de los centros en los que he estado. Las personas que trabajamos en igualdad necesitamos una especie de instrucciones para trabajar en los centros, el plan de igualdad estratégico, que tiene unos objetivos y contenidos, y es una serie de temáticas que tenemos que abordar en los centros.

Pero el profesorado se ve desbordado de trabajo en muchas cosas, a parte de la programación académica. Cuando nos enfrentamos a estas cosas tenemos el problema de que no tenemos tiempo. Se me ocurrió utilizar unos títulos de la biblioteca para, a través de la literatura trabajar en igualdad. Abordar, a nivel de centro, todos los contenidos. ¿Cómo lo hago? Se me ocurrió hacer unos títulos y que cada uno estuviera dedicado a una etapa: infantil, a los dos ciclos de primaria.

A raíz de trabajar los libros, he creado una plataforma en mi web con el proyecto que es lo que ha sido premiado. Llevamos muchos años de trabajo detrás. He ido elaborando materiales y recursos conforme a los contenidos de los planes de igualdad de los centros. En la plataforma se encuentran recursos didácticos tanto para el alumnado como el profesorado. Utilizo metodologías como los juegos interactivos, lecturas activas, videocuentos, concursos… Y, a parte, fichas didácticas y propuestas para el profesorado, un monón de recursos.

Creía que el premio era tan solo por los libros, pero veo que hay mucho detrás…

El premio está diseñado en dos modalidades. Una es para proyectos que no han sido publicados y que pueden ser materiales sobre igualdad que ha elaborado el profesorado en los centros. Y la otra es para materiales ya publicados, referentes a temas coeducativos. Como además de los libros hice todo un proyecto didáctico con los materiales, entiendo que se ha elaborado todo ese trabajo.

¿Cómo es que te haces coordinadora de igualdad? ¿Por qué?

La primera vez que cogí el plan de igualdad yo estaba un poco perdida, como está mucha parte del prfesorado que, de hecho, requiere mucha formación en igualdad. Incluso en los mismos conceptos sobre qué es el feminismo la sociedad todavía tiene conceptos erróneos. El profesorado necesita una formación en igualdad. Yo, a raíz de ser coordinadora, he recibido unos cursos y me he formado en esta materia. He estado todos estos años aprendiendo y siento la necesidad de formar al profesorado, sobre todo, para trabjar estas temáticas y hacer que la sociedad avance. A día de hoy, nuestra generación tiene cierta limitación en los conceptos. Hay, incluso, más problema de trabajar estas temáticas en las familias que en el alumnado, que lo naturaliza. Las nuevas generaciones lo ven todo con más naturalidad.

Leía unas declaraciones tuyas sobre los problemas que a veces teníais con las familias por estas cuestiones. No sé si has notado cambios a lo largo de estos años, a peor…

Empeorado no, afortunadamente. Aunque siempre hay casos aislados; no son la gran mayoría, ni mucho menos. Cada vez que avanzan las generaciones los temas se ven con naturalidad. Pero es verdad que hay reticencias por parte de las familias. Hay casos, aunque no sean la generalidad. Hay falta de conciencia y, sobre todo, no se termina de normalizar en las familias y esto sería muy necesario porque los niños y las niñas sufren. Se dan problemas de convivencia en los centros por las discriminaciones sexistas, desafortunadamente. Son cosas en las que tenemos que estar constantemente trabajando. Es una cosa constante, una realidad educativa. No puede mirar para otro lado porque está ahí, como está ahí cualquier otra cosa de la vida cotidiana.

¿No te cansa un poco esa especie de trabajo de Sísifo de repetir cada cierto tiempo las mismas cosas?

Sinceramente me gusta lo que hago. La enseñanza es así, dinámica. Aunque repitas contenidos los puedes trabajar de múltiples maneras. Si analizas el proyecto, se trabaja la motivación del alumnado, la innovación para el profesorado que puede hacer que se motive para trabajar desde un punto de vista globalizado y no parcelado en las áreas.

¿Cómo consigues este trabajo?

Yo lo consigo a través de la literatura. La lectura de un libro es algo fácil de trabajar en cualquier área. No solo trabajamos la narrativa escrita sino también la audiovisual. Como te comentaba, hay muchos recursos lúdicos, interactivos y audiovisuales de cara a motivar en las metodologías activas. Gracias al centro de interés de un libro, se pueden trabajar millones de contenidos desde las diferentes áreas.

Entrando en harina ¿cuáles son los temas que tratas en los libros?

Los libros están editados por una editorial valenciana: Onada Imagina. Una editorial que ha confiado en el proyecto desde el principio. El primero de los libros fue El príncipe Serafín. Pero empiezo por el libro de infantil (3-6) que es Pepota y Pepino. El premio lo siento compartido tanto con la editorial como con las ilustradoras que me acompañan. Además del trabajo didáctico que yo he podido hacer, ellas han colaborado con todo lo demás del ámbum ilustrado. Las imágenes son muy importantes en este trabajo. En el caso de Pepota y Pepino el libro está ilustrado por Desirée Acevedo. En él, rompemos con los esterotipos sexistas en la socialización primaria en el niño y la niña. Pepino es un niño que lleva zapatos rosas, que le gusta la cocina, es más asustadizo mientras Pepota es más aventurera. Él lee, juega a la comba, ella hace el pino. Damos un concepto de niño y niña muy diferente al del niño de azul y la niña de rosa. Se trabaja también el lenguaje no sexista. Los textos son divertidos, cortos, con mucha rima. El libro está pensado para el 3-6 años como todos los materiales y fichas.

Luego tenemos Me encanta mi papá, que es para el primer ciclo de primaria. Este se centra en una imagen que huye de los estereotipos de género y muestra los diferentes modelos familiares como, por ejemplo, el de un padre que además de tener su trabajo, cuida del niño, plancha, hace la compra lleva al niño al colegio, lee cuentos, ayuda con la tarea… Las ilustraciones son de Sylvia Vivanco, que es la otra ilustradora del proyecto. El libro está libre de estereotips sexista, con textos muy rítmicos.

El tercer libro es Mi mamá es única, también con Sylvia Vivanco. En él se ensalza la figura de la mujer como madre cuidadora y también como trabajadora. Se fomenta la inclusión de la mujer en la sociedad, con trabajos que tradicionalmente se han visto como de hombres. Va presentando estos trabajos como la policía, la conductora, la arregla todo, la correcaminos, la deportista…

Por último está El príncipe Serafín. Este es un libro muy especial, el primero que saqué y que dediqué a la censura literaria, por el trabajo que costó que saliera….

¿Qué es lo que sucedió?

Hay que ser feliz más allá de los dictados sociales. El libro lo dediqué a la censura, a los protocolos, al conformismo, a los tabúes, al convencionalismo, a la exclusión. Para mí fue un acto de reveldía, en el libro hice lo que me dió la gana. Costó mucho poder publicar el libro, porque las editoriales lo veían raro. En España han salido de temáticas parecidas, pero este es el primer álbum ilustrado que presenta esta figura con este tipo de masculinidad.

Serafín vive obsesionado con el matrimonio porque lo dicta la tradición. Decide poner un anuncio para encontrar pretendientes y pretendientas y se viste con sus mejores galas. Aparecen en las páginas del libro una serie de personajes, como la Vampira Casimira; el Brujo Don Pirujo; la Rana Juana, que le acosa para que le bese (se trabaja el aprender a decir no); también está el Sireno Macareno, que busca un matrionio de conveniencia… El principe se va encontrando con todo tipo de estereotipos y acaba la cosa con la Pirata Renata. Serafín se enamora de ella pero ella no quiere casarse con nadie y le anima a luchar por su sueño, que es bailar. Y se da cuenta de que su felicidad no está dentro de un vínculo amoroso sino en lo que realmente le hace feliz.

La historia ensalza la libertad; naturaliza también la sexualidad del personaje. No se sabe si es heterosexual u homosexual. ¿Por qué le tenemos que catalogar? Él busca a la persona, un vínculo amoroso que cree que le hará feliz. Él se relaciona y punto. No me gusta estereotiparlo.

Además de los libros tienes otro materia, ¿no?

En la web hay propuestas didácticas de cada libro, se le explica al profesorado cómo puede ir trabajando en cada ficha. Son propuestas y actividades también para el alumnado. Todo esto se puede descargar desde la web. También hay talleres coeducativos con los materiales. Y en cada taller encuentras las actividades, los juegos interactivos, imágenes. Y también están los recursos para el profesorado que, además, tiene una sección propia dentro de la web. Propuestas didácticas, fichas, actividades interactivas, el vídeocuento, las obras teatrales, desarrollos teatrales…

La enseñanza, la creatividad, la escritura es algo que me gusta y cuando algo te gusta sacas tiempo de donde no lo tienes

¿De dónde sacas el tiempo para hacer todo esto?

Pues me paso el tiempo haciendo estas cosas, probándolas en clase; por las tardes me organizo la programación con cuentos. Ahora estoy dando Música y esto me lleva a pensar un proyecto con la música. Voy buscando un poco en función de mis necesidades. Muchas veces no nos gustan los materiales que tenemos a mano o no nos parecen fáciles, de manera que yo los creo. Realmente trabajo para mí. Y para aportar. Todos estos recursos de la web son gratuitos, se los puede descargar cualquiera.

Me he formado en diseño de páginas web, en audiovisuales y, además de maestra, soy licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas y estuve trabajando en una empresa de publicidad. Para mí todo lo que es la creatividad es un mundo que me fascina. La enseñanza, la creatividad, la escritura es algo que me gusta y cuando algo te gusta sacas tiempo de donde no lo tienes.

¿Cómo te ha caído el premio de la Junta?

Es un reconocimiento a tu labor y se agradece. Porque muchas veces nos hartamos de trabajar y yo gano lo mismo que cualquiera. No gano nada, realmente. Los recursos están ahí para quien los quiera utilizar, yo comparto mi trahajo y realmente nadie me paga por hacer esto. El reconocimiento me cae bien: lo que hago le sirve a las personas y encima me lo reconocen como un buen trabajo. Es bonito y un orgullo. Que lo que hago gusta, funciona, está ayudando. Y a mí, con que a una persona le valga, me quedo contenta. Pienso que es una ayuda, sobre todo pensando en los y las niñas. No solo están para aprender matemáticas, lengua y ciencias. Tienen que aprender valores de tolerancia y la vida social.

No sé cómo lo percibes pero me parece que en los últimos años hay más tensión sobre el profesorado para que no habléis de según qué cosas para evitar problemas con las familias, con la administración… Algo que parece que estaría superadísimo…

Los docentes tenemos que justificar todo lo que hacemos, aunque nos obliga la ley a trabajar esta temática. Por ley los centros tienen que trabajar estas cosas. La inspección educativa también revisa los planes de Igualdad porque es oblgiatorio trabajar estos contenidos. Y aún así, el profesorado tiene que justificar por que lo hace.

O la educación emocional que es tan importante. Estamos con los contenidos sin cambiar. Año tras año hacemos los mismos contenidos, con los mismos libros de texto. Los sinónimos, los antónomos, todos los años lo mismo, de 1º a 6º. ¿Dónde está la educación emocional o el funcionamiento del cerebro? Si no sabes cómo funciona el cerebro, o lo que es una repsuesta asertiva y una agresiva… Si no le dedicas tiempo a esto en los colegios, la mayoría no lo van a hacer porque no hay formación.

Este tipo de contenidos me parecen necesarios. Necesarios para nosotros mismos: conocernos como personas es lo más importante. A raíz de conocernos y saber cómo motivarnos, vas a saber estudiar, vas a querer ser lo que quieras.

Y tener la capacidad de creer que puedes hacerlo. Que hay muchas personas sin autoestima ninguna. Que piensan “esto no es para mí, yo no tengo oportunidades”, y no. Tenemos un sistemas en que, aunque todavía hay muchas desigualdades, todavía podemos empezar una educación y llegar muy alto, que todavía tenemos becas para estudiar.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/01/24/hay-mas-dificultad-de-trabajar-tematicas-de-igualdad-con-las-familias-que-con-el-alumnado-que-las-naturaliza/

Comparte este contenido:

Un clásico de la literatura venezolana y universal

Decía Baudelaire que el genio no es más que la infancia recuperada a voluntad, y sería difícil superar esta definición del gran visionario. Estamos tan perdidos en un mundo adulto de ideas afiladas y proyectos absurdos, que el hechizo de los caballos de madera es la vía más segura para hallar nuestro auténtico ser.

Las memorias de Mamá Blanca de la venezolana Teresa de la Parra, que Dyskolo acaba de reeditar, nos dibuja a través de los ojos de una niña un retrato entrañable y magistral de la América rural de mediados del siglo XIX, pero es sobre todo una espléndida muestra del poder de la literatura para recobrar el paraíso encarnado en el niño que fuimos.

Teresa de la Parra nació en 1889 en París en una familia de la aristocracia criolla venezolana y entre Europa y América transcurrió su vida, la de una mujer lúcida y elegante que trató siempre de reflejar con armonía de palabras la belleza del mundo, pero también sus contradicciones que la inquietaban. Tras unos cuentos modernistas en la estela de Rubén, en 1924 publicó su primera novela, Ifigenia, diario de una señorita que escribió porque se fastidiaba, parcialmente autobiográfica, en la que describe con ironía el ambiente de la alta sociedad de Caracas al tiempo que se rebela contra el papel subordinado impuesto en ella a las mujeres. Aunque al fin María Eugenia, la protagonista, renuncia al hombre al que ama, que está casado con otra, y se sacrifica como la Ifigenia de la mitología, en su caso en aras de la reputación familiar y las buenas costumbres, hay que decir que el rumbo que la autora escogió para su propia vida no se plegó demasiado a los esquemas tradicionales.

Nuestra novelista vivió una existencia intensa de viajes y amistades, y reivindicó una literatura que denunciara la situación de la mujer y recogiera sus aspiraciones. Según ella, ésta debía disfrutar igualdad de derechos, trabajar, ser financieramente independiente, y considerar a los hombres como amigos y compañeros, y no como propietarios o enemigos. Era el suyo un feminismo que definía como moderado, más evolucionista que revolucionario. En 1927, invitada a impartir conferencias en La Habana, Teresa conoció allí a la etnóloga cubana Lydia Cabrera, cuya amistad fue un fuerte apoyo en sus últimos años, una época difícil en la que aquejada de tuberculosis peregrinó por balnearios y sanatorios hasta su fallecimiento en Madrid en abril de 1936.

Regreso al paraíso

Si en su primera novela nuestra autora había expuesto las contradicciones de la sociedad en que vivía, en la segunda y última, Las memorias de Mamá Blanca, que ve la luz en París en 1929, emprende viaje a “la niebla de sus primeros recuerdos”, territorio virgen en el que busca las claves de su vida posterior.

Una “Advertencia” que abre el libro nos informa de que éste recoge la parte inicial de las memorias legadas a la autora por una anciana a la que conoció de niña, una misteriosa mujer amante de la música, las flores y los pequeños goces cotidianos, que vivía sola en una vieja casa señorial. No obstante, pronto comprendemos que es la propia Teresa la que une sus recuerdos en gavillas de literatura para construir la obra.

Seis hermanitas conviven con sus padres en Piedra Azul, una hacienda con trapiche de papelón (dulce extraído de la caña de azúcar), acompañadas de una legión de sirvientes: Evelyn, almidonada mulata de Trinidad, que con varias ayudantes se cuida de las niñas, Candelaria, la cocinera, mayordomo, peones y mucha más gente. Páginas deliciosas nos relatan la relajada existencia de las minúsculas señoras feudales de aquel mundo, entretenida en travesuras como hartarse de guayabas mientras Evelyn almuerza o interrumpir con cánticos el trabajo de su padre en el escritorio.

Blanca Nieves, la narradora, de cinco años y tercera en edad, es una soñadora incorregible que sufre las pullas de la positivista y belicosa Violeta, un año mayor, aunque es capaz de encantar con sus cuentos a las más pequeñas. Los peores momentos de la fantasiosa son cuando su mamá se empeña en aplicarle al cabello tratamientos para rizárselo, pues lo encuentra demasiado liso. Como compensación, en estas horas la madre entretiene a la niña con fábulas e historias que despiertan su amor por los libros: “Cuando yo salía del cuarto de Mamá tenía la cabeza rizada como un borrego y el alma trémula de emociones”.

Por el relato asoman otros sugestivos personajes. El primo Juancho, visitante habitual en la hacienda, quejoso y erudito con algo de Don Quijote, es un hombre sin lugar en el mundo, “no por falta de aptitudes, sino por exceso de pensamientos.” Afiliado al partido liberal, desprecia por igual el inmovilismo de los conservadores y la corrupción de sus correligionarios. Vicente, apodado Cochocho (un tipo de piojo), es un peón y el auténtico factótum de Piedra Azul. Sin zapatos ni apellido, él es para las niñas maestro de ciencias naturales y castellano aurisecular, y también de humilde bonhomía, aunque su innata prudencia no le impide fungir de capitán en las luchas revolucionarias que sacuden el país.

Conocemos además las liturgias del corralón, pacífica república de las vacas, y del trapiche, reino de asombro para la troupe infantil, con sus lentos bueyes, sus montones de caña y las labores mecánicas de los peones. Sobre este edén cruzan sin embargo nubes sombrías, como cuando una de las niñas fallece de sarampión, y en el final del libro, la venta de la hacienda supone para todas el acceso a una nueva vida muy lejos del paraíso. En Caracas, donde en un principio confunden la Catedral con un trapiche, las montaraces aprenden el significado del dinero y son enviadas al colegio que ha de convertirlas en señoritas distinguidas.

Una obra maestra de la literatura de Nuestra América

Las memorias de Mamá Blanca hilvana los recuerdos de una infancia feliz y coral, y nos deleita con personajes bien burilados y estampas de la Venezuela recién independizada. Seis hermanitas crecen, rodeadas de protector afecto, en un paraíso donde su mirada se impregna por doquier de fértil y sugestiva naturaleza: “Nuestros juguetes preferidos los fabricábamos nosotras mismas bajo los árboles, con hojas, piedras, agua, frutas verdes, tierra, botellas inútiles y viejas latas de conservas. Al igual de los artistas, sentíamos así la fiebre divina de la creación; y, como los poetas, hallábamos afinidades secretas y concordancias misteriosas entre cosas de apariencias diversas.”

Piedra Azul es un universo de ensueño para las jóvenes protagonistas, y el relato cautiva al lector con el ritmo de su prosa y el placer de una remembranza rebosante de ingenioso humor y ternura. En la sociedad idealizada, sin atisbo de conceptos marxistas, rige una coexistencia armoniosa de las clases sociales, aunque la transformación llame a la puerta en los discursos del tío Juancho o las correrías paramilitares de Vicente Cochocho. A través de sus experiencias infantiles, la autora nos descubre cómo se tejieron los lazos que la ligaron con su tierra y sus gentes.

Las memorias de Mamá Blanca aportó a las letras latinoamericanas una primera pieza maestra de literatura de evocación, pero exhibe además un realismo que es amorosa fidelidad a la personalidad múltiple y fascinante de Venezuela. De este modo, preludia la obra narrativa de Rómulo Gallegos, coterráneo y amigo de Teresa, cinco años mayor que ella.

Unos ojos de niña despiertan a un universo encantado por los ritmos y sensaciones de la naturaleza. Teresa de la Parra, elegante mujer de mundo, alcanza su sabiduría mayor en estas páginas memorables, como cuando reconoce: “Yo creo que el cuerpo suele adornarse con detrimento del espíritu”.

Fuente: https://rebelion.org/un-clasico-de-la-literatura-venezolana-y-universal/

Comparte este contenido:

Ortografía: ¿un dolor de cabeza innecesario?

Por: Marcelo Colussi

La obra cumbre de su literatura, el inmortal “Don Quijote de la Mancha”, de Miguel de Cervantes Saavedra, es el segundo texto más leído mundialmente.

El español es hoy uno de los idiomas más hablados en el mundo como lengua materna.

Con más de 500 millones de personas hispanohablantes desde la cuna, está entre los cinco idiomas más hablados en todo el planeta, junto al chino mandarín, el inglés, el hindi y el árabe. Por lo pronto, dado su gran difusión, es una de las cinco lenguas oficiales en el Sistema de Naciones Unidas.

El español es el idioma oficial de 21 países, latinoamericanos básicamente: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, España, Guinea Ecuatorial, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela; además de Puerto Rico, donde coexiste con el inglés.

Aunque no sea idioma oficial, el español se habla también en Estados Unidos (ya varios estados sureños lo han oficializado, dado la gran cantidad de hispanohablantes con que cuentan), Belice, Andorra y Gibraltar. Como segunda lengua está en franco crecimiento, porque es uno de los idiomas más estudiados a nivel global.

La obra cumbre de su literatura, el inmortal “Don Quijote de la Mancha”, de Miguel de Cervantes Saavedra, es el segundo texto más leído mundialmente, luego del libro sagrado del cristianismo: la Biblia.

A lo largo de los años, ha dado figuras del más alto renombre en las letras universales, ya clásicos obligados y traducidos a numerosos idiomas, muchas de ellas con Premio Nobel de Literatura: Miguel de Cervantes Saavedra, Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Calderón de la Barca, Octavio Paz, Jacinto Benavente, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Camilo José Cela, Francisco de Quevedo, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Eduardo Galeano, Miguel de Unamuno y un largo etcétera. Pero su ortografía es endemoniada.

“Se benden tortillas”, “Pinchaso”, “No horinar aquí”, “Se hasen valcones”. Anuncios así no nos sorprenden; por toda la geografía latinoamericana los encontramos.

Incluso en más de algún aparato público puede leerse tranquilamente “Telefono”, sin tilde. Y aún más: en un cuadro del presidente Juan José Arévalo, en Guatemala, se ve en su banda presidencial la palabra “Livertad”. Y en Nicaragua, un documento emitido durante la Revolución Sandinista, llevaba un sello del “Govierno revolucionario”, mientras que una calificadora de excelencia universitaria de México otorga un certificado con la palabra “mencion”, sin acento. ¿Somos unos brutos que no sabemos escribir los hispanohablantes? La cuestión es más compleja.

Sin dudas en Guatemala (cosa común a toda el área hispanohablante), pese a un Nobel de Literatura (Miguel Ángel Asturias), un Príncipe de Asturias (Tito Monterroso), un Premio Internacional Juan Rulfo (Mario Monteforte Toledo) –grandes galardones de las letras mundiales– la ortografía es aún una asignatura pendiente.

El 18% de analfabetismo abierto del país, más allá las mencionadas luminarias literarias, no augura sino más faltas de ortografía. Ahora bien: ¿es grave eso?

Retomando lo que dijeron otros grandes literatos de la región, el uruguayo Mario Benedetti, por ejemplo, podemos pensar algo más integral, más superador del asunto: “Los escritores latinoamericanos deberíamos dedicarnos a analizar otras cuestiones más importantes que afectan nuestra lengua, entre ellos, la alta tasa de analfabetismo que soporta la región”.

O, como planteara el colombiano Gabriel García Márquez: “¡Juvilemos la hortografía! [Debemos] hacerla más humana, afable, familiar. (…) que se busque fin a ese tormento que padecen los hispanoparlantes desde la escuela”.

En realidad, la pregunta de fondo debería a apuntar a lo que señala Benedetti, o más aún, al meollo que está en juego en todo esto: ¿hasta dónde son necesarias esas tediosas reglas ortográficas? ¿Qué agregan ellas de verdaderamente positivo a la vida?

Seguramente decir esto traerá como reacción inmediata una andanada de críticas (viscerales en muchos casos) defendiendo a capa y espada la ortografía (una coma hace una gran diferencia: “Estoy de puta madre” no es lo mismo que decir “Estoy de puta, madre”). El debate, por cierto, no es nuevo.

De hecho, circula por allí un Manifiesto contra la Ortografía, donde se llama a su olvido para “dejar que todos podamos tener el derecho sagrado de escribir como nos dé la real gana y no como los académicos de la lengua española, en uso de su anacrónico y monárquico poder quieren que escribamos”.

Ahora bien: tomando la posición de quienes la adversan (que además de García Márquez son otros muchos buenos escritores): ¿qué aportaría en el rótulo de marras “hasen” en lugar de “hacen”? ¿Habría más “livertad” si la escribimos con b alta? ¿Dejaríamos de “horinar” en la calle si el rótulo fue escrito sin h?”? ¿Para qué se mantiene la ortografía?

Fuente de la información e imagen: https://www.telesurtv.net

Comparte este contenido:

Libro (PDF): Sueños que da pánico escribir : Pacheco y Blanco, una mirada crítica

Reseña: CLACSO

Las escrituras de Pacheco y Blanco son guías imprescindibles de nuestra hora; ambos han labrado una imagen del escritor responsable que, en mitad de la tormenta, trabaja con dignidad y honradez en el medio literario y cultural sin voltear hacia atrás, seguro de que al final del recorrido encontrará, mínimamente, la luz de la estación que tal vez sin proponérselo buscaba: la que reúne el texto con sus lectores -eso lo sabía muy bien Fernando Benítez. Pacheco y Blanco pertenecen a dos generaciones distintas pero se encuentran en el interés y la inquietud por la poesía, que los une y tal vez los identifica; es visible la pasión de ambos por T.S. Eliot (1888-1965), a quien Pacheco le ha dedicado muchos días y esfuerzo.

Autor(es): Ruiz Abreu, Álvaro – Compilador/a o Editor/a
Editorial/Editor: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, DCSH/UAM-X
Argumentos. Estudios críticos de la sociedad
Idioma: Español
Año de publicación: 2012
País de Edición: México
  ISBN : 978-607-477-746-6
Descarga:   Libro (PDF): Sueños que da pánico escribir : Pacheco y Blanco, una mirada crítica
Fuente e imagen: http://biblioteca.clacso.edu.ar
Comparte este contenido:

Dark Academia, una tendencia problemática

Por: Paulette Delgado

Lo que empezó como un “club de lectura” se convirtió en una comunidad de jóvenes influenciados por las culturas del renacimiento, barroco y el romanticismo, dando paso a la tendencia conocida como Dark Academia.

Con más de un millón de publicaciones en Instagram e innumerables cuentas dedicadas a la tendencia, Dark Academia está tomando al mundo por sorpresa, pero ¿qué es exactamente la Dark Academia? Este término se refiere a una subcultura con un gran énfasis en la lectura, la escritura y el aprendizaje. Se trata de personas que tienen interés por la literatura clásica europea, el latín, el arte, la poesía, la moda de Europa occidental, lo inusual y lo ilícito.

Aunque ha tenido un auge en popularidad este año, la tendencia Dark Academia apareció por primera vez en el año 2015 en la plataforma Tumblr. Su enfoque era más hacia la lectura que a la moda ya que la gente recomendaba libros clásicos y novelas góticas y rendía homenaje a la novela de Donna Tartt “El Secreto”. Este libro gira en torno a un grupo de seis estudiantes que se ven envueltos en misterios y secretos que, junto a su profesor, entablan discusiones intelectuales, creyéndose superiores.

«,»resolvedBy»:»embedly»,»providerName»:»Tumblr»}» data-block-type=»22″>

A lo largo de los años, lo que empezó como un “club de lectura” debido a las recomendaciones, fue creando una comunidad de jóvenes influenciados por las culturas del renacimiento, barroco y el romanticismo, entre otras. Y aunque la literatura es parte de los pilares del Dark Academia, la caligrafía también es importante. La gente que sigue esta tendencia a menudo experimenta con la lingüística, la caligrafía y prueba plumas estilográficas.

Generalmente, la tendencia tiene dos lados: por un lado, están los clásicos tanto del canon de la literatura como de la historia del arte, y por el otro, una serie de obras de la cultura pop. Por ejemplo, los seguidores pueden leer obras como “Antígona” de Sófocles o “Harry Potter” de J.K Rowling, ver películas como “La sociedad de los poetas muertos” de 1989 o “Entre navajas y secretos “ que se estrenó en el 2019. En cuanto a música, artistas desde Frédéric Chopin hasta Lorde se incluyen dentro de las listas de reproducciones.

En cuanto al aspecto de la moda, otra área de la tendencia que es la más popular, está asociada a la élite inglesa masculina, buscando dar la impresión de estudiar en una universidad de principios del siglo XX: blazers, suéteres de cuello alto, ropa vintage donde predominan los cuadros y tonos otoñales. Esta moda es sumamente atractiva para los jóvenes ya que promueve un estilo andrógino ya que es común usar sacos o chaquetas clásicas.

La pandemia juega un papel importante en su reciente popularidad ya que muchos estudiantes anhelan una educación más tradicional, en lugar de sus clases remotas. Otro factor importante es el declive de las carreras de humanidades para priorizar aquellas de las áreas STEM, como en el Reino Unido donde el Departamento de Educación recortó en un 50 % la financiación de las instituciones de artes y humanidades. Sin embargo, el origen de la tendencia es preocupante ya que perpetúa de manera inherente que el estudio occidental y la literatura clásica es el epítome de la academia. Además, idealiza el estereotipo de hombres delgados, blancos, ricos e intelectuales como los estudiantes de Julian Morrow en el libro de Donna Tartt “El Secreto” o los de John Keating en la película ”La sociedad de los poetas muertos”.

Sobre este último ejemplo, al igual que en la Dark Academia, glorifica ciertos textos escritos por autores masculinos blancos que representan la literatura inglesa y excluye a cualquier otra persona que no se ajuste al ideal eurocéntrico de autenticidad. De manera sutil pero segura, esta estética alimenta la formación del canon y las narrativas opresivas que históricamente favorecen las narrativas de hombres blancos.

En gran parte, el movimiento está basado en la estética de las películas y novelas de décadas pasadas, creando una visión nostálgica y romántica de un tiempo antes del declive de las humanidades. Para que avance, se necesitan programas, películas, libros y demás que romanticen el conocimiento y aprendizaje basado en la educación actual. No hay nada de malo en romantizar la educación, siempre y cuando incluya distintas narrativas y voces, no sólo de hombres blancos, sino de mujeres, minorías, y todas las regiones más allá del mundo occidental. Promover sólo esta narrativa como “clásica” ayuda a mantener jerarquías determinadas por género y raza, pero ¿y si la Dark Academia enfatizara distintas voces además de los personajes masculinos ricos, blancos y heteronormados?

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx

Comparte este contenido:

Entrevista a Julio César Pol, poeta, docente e investigador puertorriqueño: “Mi trabajo actualmente es levantar los fundamentos para esta nueva poesía, la poesía etnográfica”

Julio César Pol nació en agosto de 1976 en Ponce, Puerto Rico. Ha publicado cuento y poesía en revistas como El Sótano 00931 (2001), Encuentro (1997), Desde el límite (2002), Palabreiros (2004), Letras Salvajes (2004), Borinquen Literario (2004), Hostos Review (2005), Aullido (2006), Prometeo Digital (2006), Los Poetas del Cinco (2007), Baquiana (2007). Obtuvo premios en los certámenes del ICPR Junior College, Universidad de Puerto Rico en Ponce, Universidad Politécnica de Puerto Rico, Círculo Jaime Marcano, Certamen del Círculo de Recreo de San Germán, Pen Club de Puerto Rico y el Certamen de Poesía Olga Nolla. Fue director de la revista El Sótano 00931 y Coordinador General de los encuentros de (De)Generaciones. Es editor de la antología Los rostros de la Hidra (2008) con las casas de Isla Negra Editores y Ediciones Gaviota y Poesía de Puerto Rico: Cinco décadas. Sus libros La luz necesaria (2006), Idus de Marzo (2008), Mardi Gras (2012) y Sísifo (2017) fueron publicados bajo el sello de Isla Negra Editores. Posee un doctorado en Economía. Es docente e investigador en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez. A partir de El ala psiquiátrica (2020), su quinto poemario, volvemos a intercambiar unas palabras que son para ser compartidas con todos vosotros.

– Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – Julio, El ala psiquiatra (2020) es su quinto poemario. ¿De qué trata este poemario?

– Julio César Pol (JCP, en adelante) – El ala psiquiátrica (2020) es una confrontación a cómo la sociedad percibe y oculta los problemas de salud mental; cómo los sistemas de salud mental manejan la “locura”, al “loco” o a la “loca”; cómo el mercado clasifica y diseca los problemas de salud mental y los convierte en flujos financieros. También es una inmersión en la locura, en los razonamientos de las personas con problemas de salud mental, en la experiencia de saberse sin control.

Con El ala psiquiátrica continúo trabajando un tipo de poesía al que llamo “poesía etnográfica”. La etnografía es el estudio de las etnias, de su modo de vida, de los rasgos, de su cultura (i.e., signos, valores, creencias, motivaciones, prácticas, énfasis y perspectivas). Trata de observar, descubrir y documentar el modo de vida de la gente en ese grupo: ¿Qué hace esta gente? ¿Cómo se comportan? ¿Cómo interactúan entre ellos? ¿Cómo interpretan “la realidad”? ¿Cómo justifican sus decisiones? ¿Cuáles son sus aparentes incongruencias y sus ambigüedades? Entonces, he estado trabajando con mis últimos libros una poesía que haga eso. Una poesía que logre una inmersión profunda en la etnia, en un grupo (e.g., en los lugares de trabajo, en los hogares, en los manicomios, en las cárceles). Una poesía que le permita al lector vestirse de otra piel, en esa otra realidad. Que permita al lector descubrir los signos, los procesos mentales, las decisiones, las f(r)icciones, las incongruencias de ese grupo de gente. Una poesía que explore la gente en un espacio físico y en un período de tiempo, la experiencia humana en el cronotopo. No un cronotopo como los propuestos por Immanuel Kant o Mijaíl Bajtín, sino uno en el que el espacio y el tiempo (i.e., que habita en las mentes humanas) están intervenidos por una causalidad en reversa (i.e., cum hoc ergo propter hoc) donde el conocimiento y la experiencia se apropia de las realidades físicas, para crear nuevas formas, mediciones, significados y valores en el cronotopos percibido. El cronotopos percibido, en contraposición al físico, el cual es el que es vital para la literatura.

El yo lírico ha gobernado la poesía por los últimos siglos. Ese modelo está agotado y es la gran barrera para que la poesía se integre a la sociedad. Los temas de la poesía se han limitado al amor, a las pasiones, a la familia, al hogar, lo que está bien, pero no se puede quedar ahí. El mundo es más rico y complejo que esto. ¿Cuánto se puede decir de todos los grupos que forman los seres humanos? Principalmente de los que no tienen voz. Los que actualmente son invisibles en la poesía por que el yo lírico los rechaza y aborrece sus circunstancias. Pienso en las 867 ocupaciones de la Clasificación Estándar de Ocupaciones (SOC, por sus siglas en inglés); en las 1,065 industrias que tiene el Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte (NAICS, por sus siglas en inglés) del 2017; en los 70,000 códigos de enfermedades que posee la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD, por sus siglas en inglés); en las 4,300 religiones a nivel global y aproximadamente 650 grupos étnicos en el mundo. Todos estos códigos interactuando los unos con los otros en distintos escenarios de tiempo y espacio. Cada uno de estos códigos, o estos grupos es una vida alterna, un pequeño mundo y merece su propio poemario. Y ni remotamente lo tiene. Hasta hoy los poetas han girado en torno al yo lírico, teniendo como centro su narcisismo, dándole vueltas a su cola. Por eso, la poesía ha perdido pertinencia. Hasta hoy los poetas hemos hecho un trabajo sencillamente deficiente. La poesía actual apenas roza la superficie de la experiencia humana.

El poeta tiene que asumir su responsabilidad como un termostato social. Con la poesía se tiene tomar el pulso de los grupos de personas, de las etnias y de los pueblos. Tenemos que retomar ese propósito. Con esa visión, la poesía tiene tanto o más que aportar que cualquier rama de las ciencias sociales.

Pero, una vida no da para esa encomienda. Mi objetivo es crear la zapata. Mi trabajo actualmente es levantar los fundamentos para esta nueva poesía, la poesía etnográfica.

– WRS – Sé que vos es un autor temático. ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajar el tema que abordas en El ala psiquiátrica? ¿En qué se diferencia del tema que tratas en sus otros cuatro poemarios?

– JCP – Estudié dos doctorados. Uno en Economía, el cual es puramente cuantitativo, y un segundo doctorado en Evaluación Interdisciplinaria, el cual es primordialmente cualitativo. En los estudios cualitativos tuve la oportunidad de estudiar y practicar un poco la etnografía y hacer un pequeño estudio sobre las decisiones de consumo de las familias nucleares con niños en centros comerciales. Fue una experiencia rica y luminosa. Esta técnica busca documentar y describir la cultura de grupos humanos atados por denominadores comunes, así también comunidades, en un principio comunidades primitivas. Esta forma de investigación contempla a los individuos, dentro de su grupo social con el fin de descifrar sus creencias, su perspectiva, su sistema de valores, su ubicación espacial y temporal -su cronotopos.

Esa experiencia coincidió con discusiones con mis compañeros de la revista y grupo literario El Sótano 00931. Ellos me trajeron la idea de escribir “un poemario redondo y circular”. Para la mayor parte de los poetas el reto es realmente escribir “el poema”. Pero en El Sótano 00931 los ojos estaban puestos en algo mucho más ambicioso y complicado, crear unos poemas que funcionaran como un sistema. Generar un grupo de poemas que se alimentaran mutuamente, que llevaran al lector a un pequeño universo. Conozco muchos poetas que han escrito uno o dos poemas excepcionales, pero muy pocos han escrito un poemario que en su unidad sea excepcional. Eso se convirtió en el reto para mí y para los miembros del grupo.

En mí la poesía etnográfica y la creación de un libro redondo surge con Mardi Gras (2012)Mardi Gras entra al espacio del hogar y el tema de la familia y del obeso. Luego en Sísifo (2017) trabajo el espacio de la oficina y el tema de las relaciones de poder entre los trabajadores y los jefes. En El ala psiquiátrica (2020) me adentro en el espacio del hospital psiquiátrico y abordo la temática de la locura y los shocks entre las desviaciones de los “locos” y las “locas” con la “norma-lidad”. Ahora me encuentro trabajando los espacios de la cárcel y la iglesia.

En el caso de El ala psiquiátrica (2020) tuve una experiencia personal con un familiar muy querido el cual desarrolló una enfermedad mental crónica. Esta persona sencillamente no tenía ningún tipo de control. Si bien la experiencia fue surreal, lo que más me impresionó y a los que nunca había estado expuesto fue al sistema de salud mental, con sus trabajadores, especialistas e instituciones y a los usos y costumbres de esa sub-cultura, los cuales también son surreales

Entonces, para descifrar esta experiencia, me distancié y me puse los sombreros de investigador social y escritor; combiné la técnica de la etnografía con mis herramientas de poeta y con lo que había aprendido como estudiante de psicología. Comencé a analizar, a deconstruir, a estudiar mis experiencias con pacientes de salud mental, sus cuidadores y el personal entrenado. Así abordé la documentación las experiencias utilizando un medio artístico.

– WRS – El ala psiquiátrica es un poemario entre otros poemarios, cuentos y ensayos. Sé que el Colegio Ergos le premió un trabajo poético en 1994. Todavía no lo conocía, ni idea tenía de su existencia. ¿Cómo llega a la literatura? ¿Quiénes fueron esos maestros, madres, abuelas, vecinos que te pusieron ese primer papel en la mesa para que se llenara de palabras, de imágenes literarias?

– JCP – La poesía llega por mi madre. Ella me leía poemas de pequeño. Luego en el Colegio una de mis maestras, Adelaida Bidot, me regaló unos casetes de música de protesta y leyó mis primeros cuentos y poemas. También compartí mis poemas con la psicóloga escolar, la Dra. Charline Lizarraga y ella me puso en contacto con el gran escritor ponceño Juan López Bauzá. El a mis 15 años me obsequió mi primer libro de Vallejo y de Neruda. Ese encuentro con Juan fue trascendental, formalizó mi amor por la lectura y me alentó a continuar escribiendo. Yo he intentado continuar con ese legado que me transfirió Juan, y en ocasiones, he tenido la oportunidad de obsequiar libros de poesía a los escritores jóvenes que se me acercan.

– WRS – En sus primeros dos poemarios, La luz necesaria e Idus de Marzo, ¿cómo el poeta nos devela su mirada a lo marginal en el Caribe que habita?

– JCP – En estos dos poemarios un tema reincidente es la poesía desde la pobreza. Cuando los escribí era un joven universitario pobre. Pero, sin importar estas circunstancias estaba descubriendo y experimentando los mundos caribeños. Idus de Marzo es un poemario contra la desigualdad social y los atropellos de la clase dominante.

– WRS –¿Cómo vos ha integrado su experiencia creativa a su diario quehacer y a su interés por un lenguaje propio y disciplinado en Mardi Gras y Sísifo?

– JCP – El día es para mi familia y mi trabajo. La noche es para mi obra literaria. Requiere mucha disciplina. Pero cada proyecto literario es obstinado y me exige que le dedique su tiempo. Es intenso para el cuerpo.

– WRS – El ala psiquiátrica es una mirada que nos retrotrae a la realidad desde un imaginario de seres vivos y enfermos. A mí me recordó que ya en Sísifo vos nos dejaba entrever la locura que se vive dentro de contextos normales de trabajo.

– JCP – En Puerto Rico la locura es un síntoma colonial, pero también es un síntoma de la percepción de que se vive al final de los tiempos, esto a nivel colectivo o individual. La situación colonial de Puerto Rico, el desplome de la población, una depresión económica que ha durado más de 15 años, desastres naturales como sequías categoría 3 y 4, huracanes categoría 4 y 5, terremotos y pandemias han generado un contexto amenazante que la gente ha percibido como apocalípticos. Cuando la gente experimenta amenazas continuas a su vida y a su bienestar y no encuentra como zafarse, se disocia.

En el libro Los condenados de la Tierra, Franz Fanon describe los trastornos mentales de los sujetos colonizados como “psicosis reaccionales”. Fanon dice que lo que desencadena esas psicosis reaccionales es no solamente “la historia psicológica, afectiva y biológica del sujeto”, sino también “la atmósfera sanguinaria, despiadada, la generalización de prácticas inhumanas, la impresión tenaz que tienen los individuos de asistir a un verdadero apocalipsis.” Ese miedo constante no solo por la vida biológica, sino la continua amenaza al estilo de vida, quiebra a muchas personas.

Foucault también habla de esto en su libro Historia de la locura en la época clásica. En este libro Foucault dice:

¿Qué anuncia el saber de los locos? Puesto que es el saber prohibido, sin duda predice a la vez el reino de Satán y el fin del mundo; la última felicidad es el supremo castigo; la omnipotencia sobre la Tierra y la caída infernal. La «Nave de los locos» [el ala psiquiátrica] se desliza por un paisaje delicioso, donde todo se ofrece al deseo, una especie de Paraíso renovado, puesto que el hombre no conoce ya ni el sufrimiento ni la necesidad; y sin embargo, no ha recobrado la inocencia. Esta falsa felicidad constituye el triunfo diabólico del Anticristo, y es el Fin, próximo ya. Es cierto que los sueños del Apocalipsis no son una novedad en el siglo XV; pero son muy diferentes de los sueños de antaño. La iconografía dulcemente caprichosa del siglo XIV, donde los castillos están caídos como si fueran dados, donde la Bestia es siempre el Dragón tradicional, mantenido a distancia por la Virgen, donde —en una palabra— el orden de Dios y su próxima victoria son siempre visibles, es sustituida por una visión del mundo donde toda sabiduría está aniquilada. Es el gran sabbat de la naturaleza; las montañas se derrumban y se vuelven planicies, la tierra vomita los muertos, y los huesos asoman sobre las tumbas; las estrellas caen, la tierra se incendia, toda vida se seca y muere. El fin no tiene valor de tránsito o promesa; es la llegada de una noche que devora la vieja razón del mundo.”

Nosotros los puertorriqueños vivimos en ese apocalipsis en esa ausencia de PROMESA.

– WRS – Vos ha sido editor de otros autores, además de escritor. ¿Qué otros autores inspiran su trabajo creativo?

– JCP – Los poetas que más me han impresionado son Rafael Alberti, Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Oliverio Girondo, Pablo Neruda, Nicanor Parra, Ernesto Cardenal, Allen Ginsberg, Lawrence Ferlinghetti, Leopoldo María Panero Blanc, Manuel Ramos Otero, Charles Bukowski, Gioconda Belli, Ana Istarú, entre tantos otros.

– WRS – Vos no sólo ha escrito poesía. ¿En qué otros géneros literarios se siente cómodo?

– JCP – Es natural para los poetas sentirse cómodo con el ensayo. Como economista y evaluador trabajo mucho el ensayo. Pero me gusta trabajar el cuento. He escrito varios libros de cuento infantil y comencé dos libros de cuentos cortos. Solo que el cuento requiere mucha soledad y tiempo para desarrollarlo efectivamente. En este momento me interesa consolidar mi propuesta como poeta.

– WRS – Cuando nos conocimos, ya vos estudiaba economía a nivel graduado en la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras. ¿Cómo relaciona su quehacer de escritor con su trabajo creativo publicado o no y su formación académica en economía?

– JCP – La poesía y la economía son herramientas para la descubrir la verdad. Una utilizando la razón y la otra las emociones. El orden y el caos son vitales para entender la experiencia humana.

Mi poesía está inmersa en teoría económica. Escondo en mis poemarios muchos conceptos económicos que en un futuro probablemente se integren al lenguaje coloquial. Esto me permite aportar a la poesía desde otro ángulo. El marco de la poesía es uno íntimo, privado, reflexivo. Por eso la poesía debe a aspirar a confrontar al individuo a la reflexión intima, social y estética.

El campo de batalla de la poesía es el individuo, esa es la variable de elección o el sujeto de cambio. Por el contrario, las herramientas de la disciplina económica que tengo me permiten proponer cambios sociales, justificarlos, llevarlo al plano del plan, ejecutar la idea. Hoy la economía es la ciencia social más escuchada en términos de política pública y es la disciplina desde la cual se puede ejecutar más efectivamente renovaciones sociales.

– WRS – En el año 2007, obtuvo el Premio Nacional de Poesía, 2006 que concede el PEN Club de Puerto Rico por La luz necesaria. En el 2013 y en el 2018 recibió también menciones del Pen Club de Puerto Rico por Mardi Gras (2012) y Sísifo (2017). ¿Cómo se sintió vos al obtener dichos premios de parte de sus pares?

– JCP – El escritor se añeja, se curte no solo en sus lecturas. Los certámenes, las reseñas, las publicaciones personales y antológicas, las lecturas al público, las conversaciones con los pares hacen al escritor. En el caso particular de los certámenes, los certámenes le toman el pulso a la literatura y cumplen el propósito de alentar a que se continúe con la tradición de publicar y de que los trabajos sean evaluados por pares.

Los compañeros del Pen Club han hecho un trabajo excepcional. íBravo por ellos! Sin recursos económicos ni dádivas del estado han mantenido un proyecto nacional propio y vivo, a contracorriente. A ellos mi más profunda admiración y agradecimiento.

– WRS – Si fuera a hacer un escogido de un poema de cada uno de sus cinco poemarios, ¿cuáles serían esos cinco poemas? ¿Por qué? ¿Puede compartirnos algunos?

– JCP – Un poema de cada poemario: Expreso de occidente de La luz necesaria; Las bailarinas de Idus de Marzo; La intemperancia de Salomón de Mardi Gras; Supervisor de Sísifo; y cuerpos celestes de El ala psiquiátrica. Los escogí porque son poemas que en mayor o menor grado confrontan a la sociedad y al lector.

EXPRESO DE OCCIDENTE

Amémonos de tren en tren

como dos dioses que huyen

y saben

que en la última parada

les esperan

los ateos

LAS BAILARINAS

A Isabel

Las bailarinas

destrozan sus pies diez años

para entrar en el Bolshoi.

Sus costillas atraviesan su carne;

ellas, el escenario.

Sus dedos deformes

chocan contra el suelo

en esas largas horas

en que practican su hambre.

Las bailarinas

lacónicas y perfectas, guardan el equilibrio.

Anulan su espíritu bajo el rostro frío

del mármol de Moscú.

Con gracia extienden sus manos.

Y -como ángeles o cisnes-

levitan en el contrapeso de su sombra.

Las bailarinas yerguen

sus pechos secos

para alcanzar la promesa

de los escenarios de Tokio y Londres

antes de cumplir los treinta años.

Ellas olvidan, engañan su aliento

y sus cuerpos parecen entender.

Las bailarinas

mueren o nacen girando

sobre la punta de sus dedos.

LA INTEMPERANCIA DE SALOMÓN

beber del fruto

-no de la manzana-

del glúteo

que no sacia

probar la gota de sudor

en la mujer amarilla

bajando espesa como la soya

la leche avinagrada y tibia

del sudor de la mujer blanca

haciendo surcos

entre estrías

desvariar en el vahído del sudor

de la mujer negra

probar el éter del comino

subiendo puñales por la carne

pero de la mujer roja

no la gota de azafrán

sino el vapor

de un pubis que te consume

lentamente entre llamas

SUPERVISOR

El súper-visor

Sabe

Abre sus ojos

Y estás desnuda

Puede ver lo que subyace

Debajo de tu lengua

Lee el demeanor de las sombras

La carta que piensas

Atraviesa el reloj y la pared que lo sostiene

Él ve los memos venir

La gente irse

En su clarividencia

Cierra sus ojos

Te deja de pensar

Y vuelves

A estar

Vestida

cuerpo celeste

el hombre es una cuerda

tendida entre el animal y el superhombre,

-una cuerda sobre un abismo

friedrich nietzsche, así habló zaratustra

sus dedos arrastran cuerpos celestes

se ennegrecen con el hollín de las estrellas

con sus uñas perfora hoyos negros

en el canvas infinito

con un giro de cintura mueve galaxias

hilvana con ondas gravitacionales de baryshnikov

planetas y satélites en espiral

sus manos chocan de prisa sobre sistemas solares

y del polvo nacen nébulas

en la excitación estática de los erizos

su pelo

ramalazos puntiagudos de oro puro

explosiones de lava dorada

de las venas de sus manos emanan astros azules

de su sudor

planetas líquidos

un soplo dispersa meteoritos

y de su saliva

surge el hielo de los cometas

aquel cuarto de hospital

no lo guardaba de él mismo

aquel rectángulo

era el universo que se expandía

– WRS – Vos fue el editor de una revista literaria que sirvió de junte con escritores de su generación, pero también de escritores de otras generaciones. De su generación, ¿qué escritores destaca de aquellos con los que compartió en El Sótano 00931?

– JCP – De mis contemporáneos, Casquillos (2008) de J.D. Capiello; Testamento (2013) de Carlos Cana; Efectos secundarios (2004) de Kattia Chico; Miss carrusel (2010) de Myrna Estrella; Ventriloquus (2013) de Juanmanuel González; Kitsch (2006) de Federico Irizarry; Simplemente Angelats (2019) de Robert Jara; Bilis (2017) deZuleyka Pagán; Realid(H)ades (2006) deAmarilis Tavárez; Undead (2017) de John Torres; y Malacostumbrismo (2012) de Carlos VázquezSon libros excepcionales.

– WRS – De la experiencia de ser el Coordinador General de los encuentros de (De)Generaciones, ¿qué tiene que recordar? ¿Cuál fue la acogida entre pares de generaciones literarias diferentes? ¿Qué escritores conoció y destaca de esa época de (De)Generaciones?

– JCP – Fue una experiencia bien grata integrar a los escritores de todas las generaciones o promociones literarias. Yo soy amigo de muchos escritores Guajanos y del ’80, sin contar los de mi generación. Los del ’70 fueron siempre un poco más herméticos. Pero todos estos grupos son grupos idiosincráticamente disímiles. Eso me trae a relieve todas las transformaciones que ha experimentado Puerto Rico en las últimas décadas.

El Puerto Rico donde creció la generación del ‘60 fue uno rural, de extrema pobreza. En cambio, los miembros de la generación del ‘70 se formaron en una isla con tasa de crecimiento de dos dígitos, la envidia de cualquier país industrializado del mundo. En gran medida esto se dio porque Estados Unidos utilizó a Puerto Rico como “la gran vitrina” de su modelo capitalista. Entiendo que por eso los escritores del ’70 tienen una personalidad más aristocrática y están obsesionados por la belleza. A partir de los ‘70 este modelo se desinfló y las tasas de crecimiento mostraron una pendiente decreciente. Los compañeros del ’80 crecieron en un claroscuro, la transición al desastre. Esa rebeldía en ellos se lee. Pero, todos los autores de El Sótano 00931, con los que he podido compartir más de cerca, nacieron y se criaron en un país con un modelo desgastado en continua desaceleración. Esta muerte lenta continuó hasta que el modelo no dio más y comenzó a presentar crecimientos negativos a mediados de la década del 2000. Esto ha provocado, entre tantas cosas, la migración de más de un millón de puertorriqueños, una reducción poblacional y de la economía agregada, la imposición de una Junta de Control Federal y la quiebra del gobierno. Nosotros somos hijos de esa vorágine social, de un Puerto Rico en estado de descomposición.

– WRS – Vos es oriundo de Ponce. ¿Se considera un autor puertorriqueño o no? O, más bien, un autor de literatura sea esta puertorriqueña o no. ¿Por qué? ¿Cómo integra su identidad étnica, su género e identidad de género, su orientación sexual y su ideología política en su trabajo creativo-poético?

– JCP – Ponceño, puertorriqueño, negro puertorriqueño y caribeño, varón, cristiano, heterosexual, socialdemócrata, escritor y economista. Uno le pertenece a su contexto, al espacio y al tiempo en que uno se desarrolla. Indiscutiblemente todo esto está ahí. Uno siempre es más que la suma de las definiciones y todas las limitaciones que impone cada categoría. Lo que soy resulta de todas estas interacciones e incongruencias.

– WRS – Ya para finalizar, ¿qué otros proyectos creativos tienes recientes y pendientes?

– JCP – Estoy culminando mi más reciente poemario, titulado Panóptico. En Panóptico, el cual espero sea publicado para el 2022, trabajo el espacio de la cárcel. Trata sobre los temas de la legalidad, la norma, el castigo, y cómo los seres humanos se enfrentan a ese mundo. Ya comencé a abordar otros espacios que son críticos para nuestra sociedad, como las instituciones educativas, de investigación y las iglesias.

También, estoy trabajando con una antología de los autores de la Revista El Sótano 00931. Esta antología compila los más de 40 libros publicados por el grupo en los últimos 20 años. También espero que sea publicada para el 2022 por el sello de Isla Negra. Estoy trabajando en adición el cuento infantil y el cuento breve. Además, de un libro de ensayos en que mezclo economía y literatura, que ya me parece eterno.

Wilkins Román Samot, Doctor de la Universidad de Salamanca, donde realizó estudios avanzados en Antropología Social y Derecho Constitucional.

Fuente: https://rebelion.org/mi-trabajo-actualmente-es-levantar-los-fundamentos-para-esta-nueva-poesia-la-poesia-etnografica/

Comparte este contenido:
Page 2 of 15
1 2 3 4 15