Entrevista a Maxine Molyneux: “Con el movimiento de derechos humanos muchas feministas pudieron impulsar cambios”

09 Abril 2017/Fuente: pagina12/Autor:Mariana Carbajal

Molyneux vivió su adolescencia en Argentina y es una estudiosa de los movimientos feministas en América latina. Recuerda el periódico anarquista del siglo XIX La Voz de la Mujer y el papel que jugó Evita.

Piensa que el acceso al aborto es uno de los derechos fundamentales para las mujeres y le sorprende que en la Argentina, donde vivió durante su adolescencia, y siempre volvió, sea todavía una demanda, casi una utopía. Maxine Molyneux se hizo feminista, como muchas mujeres de su generación, por el descontento absoluto que sentía frente al mandato social que pesaba sobre ella. Eran fines de los sesenta. Su padre, un ingeniero aeronáutico que estableció la ruta de la British Airways en el Cono Sur, se oponía a que fuera a la universidad. Por ser mujer. Pero ella, se rebeló. Hoy es una reconocida socióloga feminista, profesora catedrática de la University College London, donde estableció y dirigió hasta hace tres años el Instituto de las Américas. Los movimientos de mujeres en Latinoamérica son uno de sus temas de investigación. Con esa lupa, mira, con entusiasmo, expresiones como las de Ni Una Menos y campañas contra la violencia machista y la misoginia como la “Million Women Rise”, que nació en Londres, o la Marcha de las Putas, que surgió en Canadá, distintas manifestaciones de protesta contra la cultura machista y los ajustes económicos. “Las nuevas generaciones de jóvenes están viendo que lo logros para las mujeres no son tan impresionantes como esperábamos” y “están diciendo basta”, dice Molyneux, en una entrevista con PáginaI12, recién llegada a Buenos Aires.

Tiene una agenda bien cargada. Hoy dará a las 18 la conferencia “Historia, logros y desafíos en el Cono Sur: diálogos feministas entre generaciones”, en el Centro Cultural Paco Urondo de la Facultad de Filosofía y Letras, de la UBA. La actividad es libre y gratuita pero requiere inscripción previa a: conferenciamolyneux@gmail.com

América latina, sostiene, se distingue por la importancia y variedad de sus feminismos y por las reformas legales que, después de los años 80, impulsaron una mayor igualdad de género. Sin embargo, todavía hay muchas áreas de política pública donde no se observan avances y algunas donde se han producido retrocesos. Estas últimas –apunta– se han convertido en el foco del activismo de nuevas generaciones de feministas. ¿Cuán diferentes son las luchas, tácticas y desafíos que enfrenta la actual ‘ola’ de activismos feministas frente a las de décadas pasadas? Ese será uno de los ejes de su exposición, en la que además, lanzará un nuevo proyecto de investigación colaborativo sobre los feminismos en Argentina, Uruguay y Chile. Cuenta que le hicieron en Londres entrevistas para la revista The Economist, el diario The Telegraph, y programas de TV, sobre el fenómeno de Ni Una Menos en Argentina y las masivas movilizaciones que se dieron en el país y en la región.

–¿Cómo está viendo esa presencia masiva de mujeres en las calles?

–No sé si se puede hablar de cuarta ola o si de hecho son olas. Hay que pensar cómo periodizar estos distintos momentos. Ese trabajo hay que hacerlo y es una de las preguntas centrales de la investigación que estamos comenzando. Dicho eso, si creo que hay un momento nuevo. Una renovación. En Reino Unido hemos vivido un período de declive del activismo feminista hasta los últimos años, una especie de compromiso de aceptación del presente, la gente aceptaba y no protestaba. Feministas como yo estábamos bastante deprimidas con esa aceptación. Sentir que hubo algunos avances importantes en derechos humanos pero por otro lado, la misoginia empeoró, es más abierta, explícita. Pero ahora ya no se está aceptando. Lo vemos con expresiones como las de Ni Una Menos y campañas contra la violencia machista y la misoginia como la “Million Women Rise”, la Marcha de las Putas, distintas manifestaciones de protesta contra la cultura machista y los ajustes económicos. Y esto sucede porque hay una renovación, nuevas generaciones de jóvenes que están viendo que los logros no son tan impresionantes como esperábamos. Se están presentando nuevos actores en estas luchas. Hay un momento distinto sin dudas. Es difícil explicar por qué surge un movimiento social en determinado momento pero se pueden dar bastantes razones: con las condiciones económicas de los últimos 30 años la gente no ha experimentado progresos, y hay un sentimiento de desencanto con los mecanismos representativos, son muchas cosas que convergen en este escenario. Y las jóvenes están diciendo basta, especialmente con las oportunidades restringidas que tienen en el mercado laboral, la distribución del trabajo doméstico y el cuidado, que sigue siendo tan desigual y recae mayoritariamente sobre las mujeres, por ejemplo, después de la maternidad les cuesta reinsertarse laboralmente en los mismos niveles que estaban antes, hay muchas situaciones de discriminación que todavía persisten, algunas más obvias y otras más sutiles.

–¿En qué medida se diferencian la actual ola de activismos feministas frente a las de décadas pasadas?

–Lo más obvio es el uso del “social media”, el uso de internet y medios sociales, como herramienta novedosa de activismo, que da inmediatez y facilita la comunicación, la capacidad de coordinar acciones, la trans nacionalización de los protestas. Los movimientos ya no dependen de los medios de comunicación hegemónicos para difundir sus propias acciones. Eso es muy distinto. No sabemos si esa herramienta sola alcanza para generar la cohesión, los lazos de solidaridad, que requieren ciertos actores colectivos para consolidarse como movimiento y tener resultados a largo término. Hay algunos que argumentan que ese activismo que se llama “clickismo” lleva a acciones más individuales y fragmentadas. Y que en tiempos anteriores había más cohesión, más lazos de solidaridad. Yo no estoy tan convencida con esa visión. Cuando hay mucho escepticismo y crítica hacia los partidos políticos –no estoy hablando de Argentina en particular, sino en general– hay gente que sostiene que los movimientos deben reemplazar a los partidos políticos. Si los partidos políticos están faltando a su deber de representar se ve que la gente busca otros caminos para influir políticamente. En la historia del feminismo, por su diversidad, se ve que hay distintas maneras de hacer activismo. Yo pienso que hay que luchar en cualquier espacio, pero hay que tener una visión estratégica en función de los resultados que se buscan. Es una pregunta complicada. En realidad, se necesitan tanto movilizaciones en las calle como el trabajo para realizar los cambios que se reclaman.

–¿Cómo analiza el triunfo del Brexit? ¿Qué impacto podría tener sobre las mujeres en particular?

–El Brexit dividió a la población del Reino Unido 48 por ciento contra 52 por ciento. Fue una apuesta arriesgada del Partido Conservador, que no esperaba el resultado y no se había preparado para ello. Los Brexiteers mintieron consistentemente a lo largo de la campaña sobre los efectos positivos de salir de la Unión Europea, mientras jugaban la carta de la inmigración. Estamos siendo sacados del mercado inmediato más grande y pagaremos un alto precio por tener acceso a determinados mercados de exportación, por lo que vamos a estar en peores condiciones que ahora, las consecuencias financieras negativas serán muy serias según calculan autoridades financieras independientes. En estas circunstancias de recesión económica continuada, los recortes a los sectores del gasto público donde se concentran los empleos de las mujeres –la educación, la salud–, auspician un panorama sombrío para la población femenina.

–Las dos mujeres que llegaron al puesto de primer ministro en Gran Bretaña provienen del partido conservador. ¿Hay razones para pensar por qué se consolidaron esos liderazgos femeninos en la derecha y no en espacios políticos más progresistas?

–Esto tristemente puede ser leído como un fracaso del Partido Laborista para hacer más en función de promover a mujeres en posiciones de liderazgo. Todavía es un club de varones y se ha convertido aún más en eso bajo el liderazgo de Corbyn.

–Uno de sus primeros trabajos de investigación fue sobre el anarquismo feminista en Argentina de fines del siglo XIX y principios del XX. En los archivos del Instituto de Historia Social en Amsterdam, encontró una joya que la deslumbró: la colección de ejemplares del periódico anarquista La Voz de la Mujer.  Dijo que “Descubrir esos archivos fue un momento hermoso”. ¿Por qué le interesaba el tema?

–Por la precocidad de ese periódico La Voz de la Mujer que fue tan radical en 1896 en Argentina. Las editoras hablaban de la sexualidad, de la opresión que vivían por su condición de mujeres, de la necesidad de promover la igualdad entre hombres y mujeres. Me interesó cómo Argentina con su extenso movimiento anarquista, tenía esa corriente feminista adentro. Fue algo raro en el continente en ese momento. Y más similar a lo que estaba pasando en partes de Europa, sobre todo España. Me interesaba la comparación y las condiciones que llevaron a tener ese tipo de influencia en el discurso político argentino de esa época. Ver que la palabra feminista se usaba en esa época. No solo en ese periódico feminista, sino que hubo debates, bastante anti feminista también de algunos hombres anarquistas.

–¿Qué puntos en común encuentra con los feminismos en Chile, Uruguay y Argentina?

–Esa es la investigación que estamos armando. Esas respuestas las podré dar cuando terminemos. Los tres países con sus distintas formas de estado, cultura políticas y formas de organización del feminismo, son un terreno fructífero para hacerse las siguientes preguntas: ¿pueden los feminismos de los tres países periodizarse de la misma manera o no? ¿Cuáles son las diferencias en cómo se relacionan las feministas con el Estado, y con qué resultados? Es notable que en el caso de Argentina un país de medianos ingresos que, sin embargo, no pudo consolidar una institucionalidad de género a largo plazo, y sus logros en términos de igualdad de género son menos significativos que por ejemplo Uruguay. Lo que se puede ver es que los tres países empezaron con movimientos feministas en el siglo XIX. Es interesante ver con qué Estados dialogan, es fascinante ver como feminismos de varios tipos evolucionaron con distintos aliados, con qué efectos y qué tipo de relaciones se dan entre Estados y sociedades. Es muy interesante la Argentina con su periodo de peronismo clásico, hay muy interesantes discusiones sobre el legado de Evita y qué tipo de intervención hizo en relación a los derechos de las mujeres, cuando ella no era feminista, y tenía una idea tradicional y conservadora de la mujer, pero, sin embargo, impulsó algunas de las demandas del feminismo, como el voto femenino, que antes habían promovido las socialistas, y derechos sociales, hizo cosas importantes para la clase trabajadora. Aunque es una figura controversial. Los tres países vivieron la tragedia de las dictaduras militares, y a través del movimiento de derechos humanos muchas feministas pudieron impulsar cambios, con logros importantes.

–La agenda de las últimas décadas del movimiento de mujeres estuvo muy anclada en la Argentina en la problemática de la violencia de género y la demanda por los derechos sexuales y reproductivos, y particularmente la despenalización del aborto. Pero el tema del aborto no se ha logrado discutir todavía en el Congreso. ¿Cómo hay que mirar esa imposibilidad?

–Es uno de los derechos fundamentales la posibilidad de controlar el cuerpo de las mujeres. Porque históricamente no tener ese derecho ha generado que muchas mujeres recurran a abortos inseguros con altas tasas de mortalidad y morbilidad de mujeres por gestación. Por eso es una cuestión de vida o muerte. No es secundario. Quienes se oponen son las fuerzas conservadoras que han ganado fuerza en el debate. Es un proceso internacional que excede a la Argentina. En América latina, sobre todo en América Central, tienen las leyes más restrictivas de acceso al aborto y esa situación es aún más grave teniendo en cuenta la crisis del Zica.

–Frente a las movilizaciones de mujeres que se han dado en la Argentina, hay hombres que se preguntan qué lugar deben ocupar ellos…

–Los hombres deben ser solidarios con las mujeres en todos los espacios. Si quieren marchar, a mí no me molesta. Pero me entristece el poco interés que tienen, en general, sobre las temáticas de género, la historia del feminismo, nuestras luchas.

–¿Por qué todavía es visto el feminismo como lo contrario del machismo, como un extremismo, en lugar de ser entendido como un movimiento que apunta a lograr la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres?

–Hay un prejuicio cultural alimentado por quienes se oponen al feminismo, y se ocupan de denigrarlo. Quizás esto tiene que ver con el proceso de que el feminismo pasa a ser parte del sentido común y de la cultura pública, aparece en la TV, en las revistas, etc. En muchas reuniones surge ese cuestionamiento y yo respondo, cada vez que me lo dicen: si dirían lo mismo en un debate sobre racismo. No me dirían lo mismo. Entonces es un prejuicio hacia las reivindicaciones de las mujeres. Sin embargo, un fenómeno nuevo es que estamos viendo en Inglaterra gente famosa que se declara feminista, incluso, ciertos hombres, y eso es muy interesante. Espero que esto no sea un momento pasajero, sino un signo de un cambio cultural duradero.

Fuente de la entrevista:  https://www.pagina12.com.ar/28109-con-el-movimiento-de-derechos-humanos-muchas-feministas-pudi

Fuente de la imagen: https://images.pagina12.com.ar/styles/focal400x300/public/2017-03/na17fo01_23.jpg?itok=RxicoFd

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Muere a los 103 años la maestra republicana que defendió la educación pública frente a Primo de Rivera, Franco y Wert

05 Marzo 2017/Fuente: publico.es/Autor:A. TORRÚS

Alejandra Soler luchó contra las leyes educativas de la dictadura de Primo de Rivera y Franco y salió a la calle, con casi 100 años, para unirse a la ‘primavera valenciana’ en protesta contra la conocida como ‘ley Wert’.

Miles de estudiantes salen a la calle en defensa de la educación pública. El movimiento pasa a conocerse como ‘la primavera valenciana’. El entonces jefe superior de Policía de Valencia, Antonio Moreno, comparece en rueda de prensa y califica de «enemigo» a los manifestantes. Entre aquellos miles de jóvenes en lucha, considerados como enemigos, se encuentra una mujer de 98 años, Alejandra Soler, que ya lleva a sus espaldas una vida en lucha por la educación pública contra los dictadores Primo de Rivera y Francisco Franco y que no dudó en salir a protestar con la ‘ley Wert’.

Alejandra Soler ha fallecido esta semana (el miércoles) a la edad de 103 años. Como legado deja una vida de lucha por la educación pública que quiso compartir hasta el final con los más jóvenes: «Mi lucha es para que el saber sea asequible para todas las clases sociales. El saber no puede ser monopolizado por una clase social», señaló Soler en una entrevista concedida a Público en 2014.

«La ley ‘Wert’ es una concesión a la educación fuera del Estado y a favor de las élites. Quieren que la gente piense menos y tenga los oídos menos abiertos»

Soler, que fue condecorada con la Alta Distinción de la Generalitat valenciana en 2016 y nombrada hija predilecta de València, comenzó su lucha estudiantil durante la dictadura de Primo de Rivera. Con apenas 14 años se afilió a la Federación Universitaria Escolar (FUE) y su objetivo era tumbar la nueva ley educativa de la dictadura, conocida como ‘ley Callejo’, en honor a su promotor Eduardo Callejo. «Me afilié porque era una joven batalladora. No podía consentir esa ley educativa. Querían hacer de la educación pública una enseñanza dogmática muy influenciada por la Iglesia Católica«, señalaba.

De la lucha contra la ‘ley Callejo’ a la de la ‘ley Wert’ pasaron 85 años, pero Soler identificó claramente que, pese al tiempo transcurrido, la batalla era la misma: «La ley ‘Wert’ es una concesión a la educación fuera del Estado y a favor de las élites. Quieren que la gente piense menos y tenga los oídos menos abiertos. Ese era el objeto último de la ‘ley Callejo’ y ese es el objetivo de la ‘ley Wert’. Están hipotecando el cerebro español«, denunciaba la mujer en 2014.

Los tiempos de la República

El 14 de abril de 1931 fue uno de los días más felices de la longeva vida de Alejandra Soler. Tenía 17 años. Estaba en València. «Me volví loca. Salí a la calle gritando. Todos estábamos como locos. Era maravilloso. Entonces los comunistas eran grupos muy pequeños y dogmáticos. Recuerdo que salieron a la calle gritando ‘Viva los soviet y abajo la República’. Casi los matamos», recordaba Soler con una sonrisa en la boca.

«Mi lucha es para que el saber sea asequible para todas las clases sociales. El saber no puede ser monopolizado por una clase social»

Soler, de hecho, se afilió al PCE tras la fallida revolución de octubre de 1934. Apenas dos años después, una parte del ejército, con el general Mola, Franco y Queipo de Llano al frente, se levantó en armas contra la República: «Durante la guerra estuvimos defendiendo a la República. Y esto es muy importante. Defendimos la República y no una transformación en un régimen que estuviera más a la izquierda (en referencia a Estado comunista). Nos jugamos la vida por la República y no había ningún peligro de llegar a esa situación. Eso lo utilizó Franco para justificar su golpe de Estado»

De un campo de concentración francés a Leningrado

Con la victoria de Franco en la Guerra Civil, Alejandra Soler cruzó la frontera francesa en 1939 y fue a pasar a un campo de concentración. Su marido, a otro. El reencuentro entre ambos se produjo en Leningrado, hoy San Petersburgo. Ella quería vivir en la URSS y allí se convirtió en la maestra de los niños de la guerra. Pero la vida aún le depararía más sorpresas.

Al poco de llegar a Leningrado el ejército nazi inició el asedio a la ciudad y Alejandra y su marido buscaron refugio en el sur. De su memoria no se borrará nunca la crueldad de la histórica batalla de Stalingrado ni la desilusión que supuso conocer la URSS de Stalin: «Sigo siendo comunista y siempre lo seré, pero lo que se hizo no se puede tolerar».

«El mundo cambiará»

En aquella entrevista en 2014, Soler señalaba a Público que sentía mucha rabia porque sabía que moriría pronto y mantenía intacta la «magnífica curiosidad de saber lo que va a pasar». «Estamos en un momento histórico. Se está viviendo el final de una época histórica y va a acontecer un cambio en la vida de la gente. Están intentando mantener el statu quo, pero ya no se puede seguir así. No hay salida económica, ni política, ni intelectual, ni científica», aseguraba Alejandra, que decía entonces: «El mundo no cambiará mañana, pero cambiará».

Alejandra no ha vivido lo suficiente para ver el cambio que deseaba, pero su lucha hace que ese momento esté más cerca. Su legado sirve de ejemplo. Descanse en paz.

Fuente de la noticia:http://www.publico.es/politica/muere-103-anos-maestra-republicana.html

Fuente de la imagen:http://www.publico.es/uploads/2017/03/03/original_58b9a3990d408.jpg

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Italia: Agencias de ONU instan a extender logros en desarrollo de mujer rural.

Europa/Italia/26.02.2017/Autor y Fuente:http://prensa-latina.cu/
La necesidad de consolidar, multiplicar y ampliar las experiencias del trabajo para el empoderamiento económico de la mujer rural, centró hoy aquí la reunión de representantes de cuatro organismos de la ONU sobre ese tema.

El encuentro se desarrolló durante un taller de aprendizaje del programa conjunto Aceleración del Progreso hacia el Empoderamiento Económico de la Mujer Rural, dirigido a compartir conocimientos y buenas prácticas.

Esa iniciativa de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y ONU Mujeres, fue creada para apoyar proyectos específicos en Etiopía, Guatemala, Kirguistán, Liberia, Nepal, Níger y Rwanda.

Representantes de esas siete naciones expusieron sus experiencias en un panel en el cual destacaron los resultados en cuanto al desarrollo de capacidades en tecnología agrícola, asesoramiento nutricional, acceso a servicios financieros y generación de ingresos en función del empoderamiento económico de las féminas en el medio rural.

En la reunión intervinieron Fredrik Alfer, vice representante permanente de Suecia ante la FAO, Margot Skarpeteig y Sylvia Wohlers, vice representantes de Noruega y Guatemala, respectivamente, ante las agencias de la ONU con sede en Roma, y Kawinzi Muiu, directora de la oficina de género del PMA.

Las exposiciones, preguntas y el debate en general giraron en torno al rol clave de la mujer rural en el logro de los cambios económicos, ambientales y sociales necesarios para el desarrollo sostenible, frenados por el acceso limitado a créditos y falta de asistencia sanitaria, educacional e incluso de la propiedad de la tierra para trabajar.

La situación se agrava debido a las crisis y conflictos, las persistentes carencias económicas y alimentarias, además de los recurrentes efectos del cambio climático en zonas rurales.

Empoderar a las mujeres rurales, armarlas de todo el conocimiento necesario es invertir no solo en el bienestar y sostén de la familia y la comunidad, sino también para el desarrollo alimentario en general por su elevada presencia como mano de obra agrícola mundial.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=66549&SEO=agencias-de-onu-instan-a-extender-logros-en-desarrollo-de-mujer-rural

Imagen: http://oclacc.org/sites/default/files/mujere_rural.jpg

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