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LOMLOE: ¿en qué afecta al fomento de la lectura?

Por: Educación 3.0

Entre las novedades que incluye la nueva ley educativa que entrará en vigor el próximo curso se encuentra la obligación de un tiempo diario de lectura en el aula. Jesús Hernán, director de Legiland, subraya en este artículo la importancia de fomentar el hábito lector.

La nueva ley educativa (LOMLOE) estará vigente a partir del curso 2022/2023. Algunos de los elementos clave sobre los que se vertebra son: los derechos de la infancia, la defensa de la igualdad de género, la personalización del aprendizaje, el desarrollo sostenible o la inmersión al mundo digital; pero, ¿Qué dice sobre algo tan esencial como el fomento de la lectura?

En este sentido, la nueva ley apenas propone cambios significativos respecto a las anteriores. La principal novedad es la obligación de un tiempo diario de lectura en el aula. Esto es algo que la LOE y la LOMCE ya contemplaban para Primaria, pero no para Secundaria. Parece una buena medida y, desde luego, un reto para los educadores, que tendrán que cambiar algunos hábitos para dejarle espacio de calidad a la lectura.

La ley reconoce que el fomento del hábito y del gusto por la lectura impacta directamente y de manera positiva en la mejora de la comprensión lectora, la capacidad de expresarse, la gestión de la información, el pensamiento crítico y el aprendizaje de nuevos conocimientos. Sin embargo, delega en las Administraciones educativas la concreción y promoción de los planes de fomento de la lectura y presupone, no queda claro cómo, la colaboración de las familias y del voluntariado, así como el intercambio de buenas prácticas.

En referencia a las bibliotecas escolares, la LOMLOE no introduce apenas novedades. Habla de la obligación de los centros de disponer de una biblioteca, pero no entra en detalle sobre su funcionamiento, recursos o características. Tampoco menciona quién debe gestionar la biblioteca y no exige personal cualificado para ello. En ese sentido, no parece que la triste realidad de las bibliotecas escolares vaya a cambiar demasiado.

El hábito lector: clave para el éxito escolar

Un estudio realizado por la OCDE a partir de las pruebas PISA 2000, demuestra que disfrutar de la lectura es más importante para el éxito escolar que el estatus socioeconómico de la familia. Otra investigación británica dirigida por el profesor Mark Taylor, que siguió a casi 20 mil personas desde la adolescencia hasta la edad adulta, revela que la lectura por placer es el primer predictor de éxito profesional. Sin embargo, el último estudio PISA 2018 sitúa a España con 477 puntos, significativamente por debajo de la media de la OCDE (487) y de la Unión Europea (489). Visto esto, es comprensible que las leyes educativas sigan poniendo el foco en fomentar el gusto y el hábito lector, huyendo del concepto de lecturas obligatorias.

LOMLOE fomento lector

La pregunta que muchos docentes y equipos directivos se hacen es: ¿cómo llevar a la práctica la nueva normativa? Si a la poca concreción de la misma sumamos la compleja realidad del día a día en un centro educativo y que el fomento lector no siempre es una prioridad, la solución se antoja una quimera.

Áreas para desarrollar el hábito lector

Un plan de trabajo que tenga como propósito fomentar el gusto por la lectura y desarrollar el hábito lector debe tener en cuenta, al menos, cuatro áreas:

  • El catálogo: poner al alcance del alumnado un amplio, variado y atractivo surtido de lecturas de todo tipo. Esto, con la fragilidad de las bibliotecas escolares es cada vez más difícil y requiere de un gran compromiso y mucho tiempo por parte de educadores e, incluso, de las familias.
  • La autonomía: situar al lector en el centro del plan lector y fomentar su autonomía y construcción de un criterio propio.
  • La mediación: todo el profesorado -no solo los de lenguas- debe ser capaz de acompañar, orientar y mediar al alumnado desde la diversidad.
  • El clima: hay que proponer dinámicas y actividades transversales relacionadas con la lectura que se orienten a crear un clima y una cultura lectora en el centro.

El hábito lector es algo que se construye en el día a día y al que es necesario darle su espacio y tiempo. Para que un plan lector funcione debe contar con tiempo, confianza y el compromiso del equipo directivo y de todas las áreas, como también remarca la LOMLOE. Dada la complejidad de la misión, cada vez más centros disponen de una plataforma digital específica para vertebrar el plan lector que les ayuda optimizar el tiempo, gestionar el trabajo, dinamizar las lecturas y medir los resultados.

En resumen, la LOMLOE sigue apostando para que desde los centros educativos se fomente el gusto por la lectura y se desarrollen hábitos lectores que perduren y así producir un impacto positivo en el plano académico, personal y profesional del alumnado. Para ello, se obliga a destinar un tiempo diario a la lectura y se pide la implicación y compromiso de todas las áreas. La nueva Ley educativa sigue reconociendo y refuerza la importancia del fomento lector, esperemos que dé sus frutos en el mundo real en los próximos años.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/lomloe-fomento-lector/

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CCOO continúa con la presión en Cataluña para revertir la elección de personal por parte de las direcciones

Por:

  • El sindicato busca la manera legal de echar por tierra diferentes normativas relacionadas con autonomía docente y de los equipos directivos que facilitan la contratación directa de determinados perfiles que se ajusten al PEC del centro y que suponen la posibilidad de saltarse las listas de sustitutos e interinos.

Al calor de la LOE de 2006, la Generalitat de Cataluña aprobó, en 2009, su Ley de Educación. En ella se abría la posibilidad a que un cierto porcentaje de los claustros pudiera ser elegido por la dirección de los centros. En 2010 y 2014 se aprobaron hasta tres decretos que desarrollaban partes de esta normativa y en los que se aprobaba que las direcciones podían solicitar perfiles profesionales concretos, así como la posibilidad de «despedir» a todo el personal del claustro que no tuviera plaza definitiva.

Ambas posibilidades, la de definir perfiles laborales concretos, así como la potestad de decidir quién sí y quién no continúa en un claustro el siguiente septiembre han sido ampliamente contestadas, sobre todo el los últimos años. Según explica Ester Satorras, secretaria general de la FECCOO en Girona, al principio las direcciones de los centros no hicieron un uso excesivo de estas posibilidades, pero de un tiempo a esta parte las cosas han cambiado. Esta dirigente sindical asegura que se producen algunas situaciones de abuso importantes por parte de ciertas direcciones y que ni la Conselleria ni la Inspección hacen nada al respecto.

La situación ha ido empeorando, hasta el punto de que el pasado mes de noviembre el sindicato presentó un concencioso-administrativo contra la última norma publicada que da más autonomía en la selección a las direcciones de centro. Se trata de la Resolución EDU/1852/2021 del pasado mes de junio en la que se establecen los criterios de utilización del procedimiento de selección de candidatos por parte de las direcciones de centro. Según los servicios jurídicos de CCOO esta normativa incumple lo dictado por la Lomloe, que recorta algunos de los provilegios de las direcciones. Algo que no pasaba con la Lomce, por ejemplo.

El contencioso-administrativo ha sido admitido a trámite y se celebrará en el mes de marzo de 2023, dentro de un año. En el juicio, si llega a celebrarse, se presentará el testimonio de 12 docentes que se han visto perjudicados por las normativas que confieren esta potestad a las direcciones de centro.

Mientras tanto, el sindicato ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas con las que presionar al Parlamento autonómico para que se reviertan las medidas adoptadas en cuanto a la capacidad de las direcciones de conformar sus claustros.

Fuentes de Educación insisten en el que el sistema de elección por parte de las direcciones tiene sus controles y que estas no se hacen a dedo, sino en función de una serie de necesidades y acordes a los Proyectos Educativos de Centro.

En cualquier caso, el contencioso-administrativo no solo pretende echar por tierra la última normativa publicada en Cataluña, sino que, de manera indirecta, busca derogar el artículo 50.6 del Decreto 102/2010, de 3 de agosto, de autonomía de los centros educativos; el artículo 10.1 e) del Decreto 155/2020, de 2 de noviembre, y el artículo 28 de Decreto 39/2014, de 25 de marzo, por el que se regulan los procedimientos para definir el perfil y la provisión de puestos de trabajo docentes, por ser contrarios al ordenamiento jurídico y lesivos para los intereses del funcionariado y el personal interino docente de Cataluña.

Para el sindicato, el sistema, una década después de haberse implantado, no ha demostrado una mejora en los resultados del sistema educativo catalán y sí lo ha llenado de subjetividad a la hora de realizar según qué contrataciones.

Según Satorras el sistema puede llegar a suponer, por ejemplo, discriminación para docentes embarazadas que no vean confirmada su continuidad en el centro educativo por su estado y en previsión de las futuras bajas. A esto se añaden otros riesgos, según el sindicato. Si una dirección decide la contratación de alguien que está al final de la lista, deja fuera a otros profesionales con más experiencia y méritos o, por ejemplo, que una interina que tenga que dejar el puesto porque vuelva la funcionaria de carrera, puede que se quede sin trabajo al ser posibles las contrataciones «a dedo» y no quedar, entonces, plazas disponibles. Un particular que, en realidad, ocurre en cualquier otro lugar, al ir avanzando la lista de interinos con las diferentes contrataciones.

Para el sindicato, además de los efectos directos sobre la situación laboral de muchas personas, hay otros más discretos y que se relacionan con el miedo a dar opiniones disconformes con la dirección en los claustros para evitar problemas con la continuidad de las plazas de trabajo. O personas que prefieren no solicitar reducciones de jornada para asegurarse el trabajo.

«Es una falta de democracia absoluta», asegura Satorras. Según relata, ella misma ha sufrido las consecuencias de este sistema con por el embarazo de su tercer hijo y la baja que tuvo que pedir por temas sanitarios. No llegó a pisar el centro en el que tenía la plaza y a finales de junio la informaron de que no continuaría en el claustros el siguiente mes de septiembre.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/03/01/ccoo-continua-con-la-presion-en-cataluna-para-revertir-la-eleccion-de-personal-por-parte-de-las-direcciones/

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El pedagogo Gregorio Luri apuesta por dos leyes educativas en España en lugar de una para mejorar el sistema

El Doctor en Filosofía por la UAM, pedagogo y ensayista experto en Educación, Gregorio Luri, es partidario de que España tenga dos leyes educativas, en lugar de una, para mejorar la calidad y el sistema educativo.

En unas jornadas parlamentarias organizadas por el Grupo Parlamentario Popular, el experto ha criticado la falta de consenso reinante en España a la hora de aprobarse una nueva norma en el ámbito educativo. Ese ha sido el caso, por ejemplo, de la última Ley de Educación, la LOMLOE (también conocida como ‘Ley Celaá’).

«Es difícil el consenso educativo, por tanto, quizás fuera bueno, en vez de pensar en una ley educativa, pensar en dos leyes, una sobre la estructura orgánica del sistema y otra sobre los contenidos», ha señalado Luri, que considera que en el primer caso sería «más fácil» llegar a un acuerdo.

Durante su intervención, el filósofo ha instado a fijarse en los sistemas educativos de otros países, como Finlandia, un «éxito» a su juicio: «Todos ellos comparten un rasgo muy fácil de definir, pero difícil de crear, han creado un círculo virtuoso de la confianza».  «La Administración confía en las escuelas, las escuelas confían en las familias y las familias en la Administración; hay una confianza mutua», ha destacado el experto, que no obstante, no considera «buena idea copiar a nadie».

En este sentido, el experto asegura que «ningún método ofrece garantías de calidad», ni siquiera la reducción de las ratios. «No es cierto», sentencia Luri, que asegura que generar confianza es la «clave».

Y es que, el filósofo indica que «este círculo no se refuerza con una sucesión de leyes educativas». De hecho, «cuantas más leyes se sucedan, más estamos transmitiendo a las escuelas que la normativa de hoy es una normativa provisional», afirma, y a su juicio, «la provisionalidad de la ley es un elemento que afecta a la credibilidad». «Hay que ser más serio, la seriedad es un elemento de confianza en la Ley», ha reclamado.

Asimismo, ha abogado por crear un Libro Blanco de la función docente que recoja los puntos de fractura del sistema educativo en España, ya que considera que los docentes son la parte más importante del proceso educacional. «No tiene sentido elaborar leyes educativas sin la complicidad de los docentes», comenta.

Fuente: https://www.europapress.es/sociedad/educacion-00468/noticia-pedagogo-gregorio-luri-apuesta-dos-leyes-educativas-espana-lugar-mejorar-sistema-20210510201006.html

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LOMLOE, Nueva ley de educación: Una tibia recuperación de lo perdido

Desde el punto de vista más pedagógico hace una opción por el modelo competencial y el aprendizaje por proyectos.

Desde el punto de vista más pedagógico hace una opción por el modelo competencial y el aprendizaje por proyectos.

En este país, no terminamos nunca de avanzar. En educación, con ocho leyes en 40 años, vamos dando un paso adelante y dos para atrás y así nunca conseguimos un sistema educativo que tenga el financiamiento que se merece, la equidad necesaria y el nivel de calidad que precisamos. La nueva Ley educativa la podríamos resumir en: una tibia recuperación de lo que perdimos con la antigua ley del PP, la LOMCE.

Y como sí que avanza, pero no suficiente, las críticas le llueven por todas partes, básicamente por la derecha más reaccionaria y las patronales de la concertada. No tanto porque conculca unos “derechos adquiridos” por los centros privados concertados, sino porque la educación es un campo de batalla político, y la oposición tiene que protestar, aunque no tenga ninguna razón.

De hecho, si no fuera porque la ley anterior era tan reaccionaria en muchos aspectos, quien tendría que protestar sería el 60 o 70 % de la población que escolariza sus hijos e hijas en la escuela pública, la de todos y todas.

Decía que se avanza, tímidamente, en algunos aspectos: elimina los itinerarios segregadores desde los 13 años; suprime las reválidas, recupera la Educación Infantil como etapa educativa, desde los 0 a los 6 años; devuelve las competencias sustraídas a los claustros y consejos escolares;  pierde protagonismo la asignatura de Religión; introduce la coeducación, el medio ambiente y la memoria democrática en la escuela;  refuerza la inmersión lingüística catalana al devolver a las lenguas co-oficiales la consideración de lenguas vehiculares, juntamente con el castellano. Proclama la gratuidad en los centros concertados (difícil de llevar a cabo), así como la pérdida del concierto educativo en los centros que segregan por sexo (más difícil aún de cumplir, ya que el Tribunal El TJSC ya ha dejado en suspenso la resolución aprobada por el Departamento de educación en Cataluña de suspender el concierto a 11 centros del Opus Dei que segregan por sexo), y prohíbe destinar suelo público para centros privados.

Pero se deja por el camino una gran cantidad de reivindicaciones que son cada día más necesarias: No termina con la segregación educativa. No contempla la desaparición de los conciertos educativos. No pone fin a la precariedad de los profesionales. No soluciona la discriminación laboral del profesorado del Cuerpo de PTFP, no dota al sistema de recursos suficientes. No elimina la religión del horario lectivo. No rebaja las ratios (una de las demandas más urgentes), no garantiza la gratuidad de las escuelas infantiles ni de la universidad, ni revierte el modelo de direcciones autoritarias ni opta por la elección democrática de las mismas.  Por citar algunas de las carencias más importantes.

Desde el punto de vista más pedagógico hace una opción por el modelo competencial y el aprendizaje por proyectos, apuesta por la agrupación de asignaturas por ámbitos y limita las repeticiones de curso. Todo ello para algunos sectores no es más que el vaciamiento cultural y el desprecio a la memoria, la exigencia y el esfuerzo, lo que repercute negativamente en el alumnado más desfavorecido, porque si en la escuela no se les proporciona conocimientos, no podrán encontrarlos en otro sitio. De hecho, no hay una apuesta clara por racionalizar, disminuir o mejorar los currículos, que sería lo conveniente y necesario.

En definitiva, es un paso tibio hacia adelante, pero con muchos pasos a recorrer. Y, a pesar de ello, a pesar que no se avanza nada en la reversión de la privatización de la enseñanza, que se consolida la doble red financiada con fondos públicos y que, de hecho, se reconoce la permanencia de la educación privada concertada, la patronal de la escuela concertada ha declarado la guerra a la nueva ley, ha creado una plataforma y ha convocado numerosas protestas aduciendo medidas que ni siquiera se corresponden con la realidad de la ley, ya que “ni se quita el castellano, ni desaparecen los centros de educación especial, ni se suprimen los conciertos, ni se elimina religión” ¿Por qué protesta, pues, la patronal concertada y la iglesia si es una ley casi hecha a su medida?, se preguntan algunos.

Han aparecido también críticas sobre la necesidad de pactar las leyes educativas, para no tener que deshacerlas cada cambio de gobierno. Y es verdad que sería muy conveniente una ley que pudiera ser aceptada y mejorada en los sucesivos gobiernos, sin tener que cambiarla cada vez, pero el problema es que, con estos mimbres, con esta oposición, con esta derecha y estas patronales religiosas que defienden con uñas y dientes sus privilegios, sus negocios y su poder para transmitir su ideología a los futuros jóvenes, digo, con estos mimbres es imposible hacer ningún pacto.

La cuestión de la doble red educativa, de la segregación social que ello conlleva y del supuesto “derecho a elegir” son temas que, en este país, se han permitido por demasiado tiempo. Las izquierdas, en general, han sido poco agresivas y han denunciado poco lo que ello comporta, y ahora es mucho más difícil revertir la situación ya que hacen valer sus “derechos adquiridos”.  No deja de ser curioso, y terrible a la vez, que una de las protestas que esgrimen las organizaciones de la concertada es que la nueva ley los considera “subsidiarios” de los centros públicos, cuando en realidad nacieron justamente para ser esto: subsidiarios, para poder escolarizar a toda la población en un momento en que las escuelas públicas no podían atender a todo el alumnado.

Necesitamos, no solamente avanzar más en los diversos aspectos antes mencionados, sino, sobre todo, hacer mucha pedagogía y cambiar el discurso. Es necesario dotar a la educación pública de todos los recursos necesarios y convencer a la mayoría de la población que la escuela no tiene que ser un reflejo de la familia, sino un lugar en donde se aprenden conocimientos y valores compartidos con la sociedad, un lugar donde se abren las mentes y no una continuación de la ideología de los padres y madres. Es necesario convencer que la socialización entre diferentes culturas, ideologías, clases sociales, religiones, sexos, identidades, etc. Es una gran riqueza y es lo que permite una sociedad cohesionada y una juventud sabia y crítica. Y ello sólo puede hacerlo la educación pública.

Seguiremos insistiendo. Nos jugamos el futuro.

  • Rosa Cañadell. Llicenciada en Psicologia. Profesora. Exportaveu d’USTEC.STEs. Articulista. Membre fuundador del Seminari ïtaca d’Educació Crítica (SIEC). Defensora de l’educació pública. 

Fuente: https://kaosenlared.net/lomloe-nueva-ley-de-educacion-una-tibia-recuperacion-de-lo-perdido/

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«El Congreso aprueba una LOMLOE mejorada, pero lejos aún de las necesidades educativas actuales»

Por: Tercera Información

STERM INTERSINDICAL señala que la controversia política y las demandas de la enseñanza privada en defensa de unos privilegios que no tienen parangón en Europa, no deben ocultar ni las mejoras ni las deficiencias de la ley.

Desde el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Enseñanza de la Región Murciana, STERM Intersindical, celebramos sin duda la eliminación de los aspectos más lesivos de la LOMCE: segregación del alumnado, eliminación de competencias a claustros y consejos escolares, calificación de la materia de Religión, reválidas. Igualmente somos plenamente conscientes de que supone un pequeño avance en las nuevas medidas de admisión del alumnado en cuanto a la distribución equilibrada del alumnado entre la pública y la concertada, se elimina la posibilidad de establecer perfiles de profesorado. Celebramos que la coeducación, el respeto a la diversidad y la educación afectivo-sexual, la inclusión e incluso la crisis climática sean aspectos centrales de la exposición de motivos. La mayor autonomía de los centros educativos -aún con importantes limitaciones democráticas-, la oferta pública para el ciclo 0-3 años, las prohibiciones de donar suelo público para la construcción de centros privados y de subvencionar colegios que segregan por razón de sexo, son todas ellas medidas necesarias.

Por otro lado, los cambios que introduce la LOMLOE sobre inmersión lingüística, el papel de la enseñanza privada concertada o la eliminación de las reválidas, la eliminación de los estándares de aprendizaje y la reducción de las veces que el alumnado puede repetir a lo largo de su escolaridad obligatoria -medidas que han demostrado ser ineficaces para reducir el fracaso y el abandono escolar- son para adecuarse a la realidad de lo que ya sucede en nuestros centros educativos con buen resultado -la cooficialidad de las lenguas propias-, o para acercarse a lo que es norma general en nuestros vecinos europeos que ni subvencionan la enseñanza privada, ni establecen carreras de obstáculos al alumnado, si no que tratan de integrarlo poniendo los medios  humanos y materiales para ello.

Sin embargo, desde STERM Intersindical, echamos de menos una apuesta más valiente para esta octava ley educativa de nuestra etapa democrática, ya que no permite hacer realidad algunas de las reivindicaciones históricas del sindicato y del colectivo docente. Consideramos que se ha perdido una oportunidad para que el profesorado y la comunidad educativa, que son quienes finalmente aplican la ley, puedan opinar y debatir en profundidad. Y que no puede suponer un cheque en blanco para aceptar políticas educativas que no contemplan las mejoras que consideramos necesarias como:

  • La reducción de las ratios, imprescindible para una atención personalizada del alumnado.

  • La falta de un nuevo modelo de ingreso a la función pública docente, ya que el actual está obsoleto y no garantiza la consolidación del profesorado interino. Al mismo tiempo, ha de solucionarse la problemática de 170.000 personas interinas, casi un tercio de la totalidad del profesorado del sistema educativo público no universitario. Hay que dar estabilidad a este profesorado, y esta ley tampoco lo establece.

  • Recuperación de derechos laborales y mejoras educativas: no se contempla la reducción de jornada lectiva,  la estabilidad de las plantillas,  los planes de estabilidad para el profesorado interino, etc.

  • La equiparación del Profesorado Técnico de Formación Profesional como profesorado de Educación Secundaria que recoge la ley, es un gran paso, pero no incluye a todo este colectivo, lo cual nos preocupa.

  • La Religión Católica debe quedar fuera del currículo escolar. No es suficiente que no cuente para la nota media, que luego repercute en temas como la EBAU o la concesión de becas. La laicidad debe ser una de las bases del sistema educativo en un estado aconfesional, como establece la Constitución Española que es el Estado Español.

  • Ha de asegurarse una financiación del sistema público de enseñanza que la LOMLOE no contempla.

  • La eliminación de la asignatura de Ética en la Enseñanza Secundaria Obligatoria es inaceptable.

En definitiva, vemos como la ofensiva que están protagonizando las derechas y las patronales de la enseñanza privada concertada, con el apoyo de otras organizaciones representativas de esta enseñanza subvencionada con dinero público y en la que están utilizando a menores en sus protestas, es un tema político que en ningún caso responde, pues, a planteamientos educativos ni pedagógicos. Responde a la defensa de unos privilegios que se han dado en España, que se han incrementado con la aprobación de la LOMCE en diciembre de 2013 y que no se dan en el resto de países europeos, salvo alguna rara excepción.

Para Sterm Intersindical la LOMLOE supone una mejora con respecto a la LOMCE porque elimina sus aspectos más lesivos, pero es claramente insuficiente para quienes esperábamos un compromiso y una respuesta a la Escuela Pública, y consideramos que es otra oportunidad perdida para avanzar hacia la Escuela que queremos.

Secretariado de STERM Intersindical

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/20/11/2020/106652/

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Educación cultural y artística en tiempos de pandemia

Por: Víctor Manuel Rodríguez

  • A la difícil situación de las artes y la cultura dentro de los centros educativos, ya sea por su peso en la LOMCE o por la complejidad de muchos colectivos para acceder a ellas, se suma ahora la pandemia, que ha dejado en una situación muy compleja para que puedan desarrollarse actividades que hasta ahora eran casi normales.

Es evidente que en estos tiempos de pandemia, miedos, incertidumbre y restricciones varias, el mundo del arte y la cultura se está convirtiendo, si no en el eslabón más débil, al menos en unos de los más afectados de forma directa y dramática. Cines, teatros y espectáculos a medio gas –y eso si tienen suerte–; artistas que apenas pueden encontrar un hueco para la creación y mucho menos para la difusión de su obra; músicos que no sólo no pueden actuar sino apenas ensayar en condiciones; centros culturales, salas de exposición, cafés o locales cerrados o con acceso muy restringido…

No es de extrañar, porque tampoco es algo que pueda achacarse sólo a esta nueva y complicada situación. Las políticas culturales en nuestro país vienen siendo cada vez más cicateras y torpes. El arte –las artes– y la cultura en general son considerados por muchas administraciones productos de lujo prescindibles, cuando no peligrosos y desestabilizadores. Los medios de comunicación y entretenimiento y, de forma destacada, la televisión han ido poco a poco desplazando de sus programaciones cualquier contenido cultural y reemplazándolo por propuestas cada vez más burdas y zafias en las que se ensalzan y entronizan personajes y comportamientos chabacanos e incultos, maleducados y a menudo agresivos.

Por otro lado, en el ámbito educativo asistimos desde hace años, y sobre todo desde la aprobación de la LOMCE, a un desmantelamiento lento pero seguro de las enseñanzas artísticas, acompañado de manifestaciones de responsables políticos que las tildan de irrelevantes o, en todo caso, de muy residuales.

Una situación a la que, sin embargo, muchos profesionales de la educación han tratado de resistirse a través de diferentes vías.

La primera, sin duda, el propio empeño de los y las docentes por dotar de un mínimo de calidad y coherencia a las actividades artísticas que se desarrollan en los pocos espacios y tiempos que aún nos quedan; aprovechando, a lo largo de las etapas obligatorias, los resquicios de un currículo desmesurado, obsoleto y bulímico, y tratando de dignificar un Bachillerato de Artes al que hay quienes consideran el último recurso para el alumnado que no puede o no quiere acceder a las modalidades que de verdad importan.

La segunda vía que hemos adoptado en muchos centros, a mi modo de ver con notable éxito, ha sido la de incorporar a personas y entidades relacionadas directamente con el mundo del arte y la cultura. Muchas veces en las propias actividades lectivas, a través de proyectos, conferencias, actuaciones e intervenciones que nos han aportado nuevos aires y una motivación adicional para nuestro alumnado. Otras veces, a través de actividades y programas de carácter extraescolar en los que, si bien no se beneficia de forma directa todo el alumnado, se generan espacios de libertad, de reflexión y debate, de experimentación y creación.

En los colegios de FUHEM han sido muchos los colectivos o las personas a las que hemos recurrido. Desde hace años hemos desarrollado proyectos de trabajo de forma regular con entidades como Pedagogías Invisibles, la asociación Akántaros o Calatea Teatro, hemos realizado muchas actividades conjuntas con el Círculo de Bellas Artes y hemos contado en nuestras aulas o en nuestras actividades extraescolares con otras personas o grupos de personas que nos han ayudado a mantener viva en lo posible la llama del arte y la cultura, pero también de la transgresión, la crítica, la reflexión y la militancia, para colaborar en la construcción de un mundo mejor y más culto, más libre y más humano. Por supuesto, también hemos acudido con nuestro alumnado a cines, teatros, espectáculos, conciertos, museos, exposiciones y otras muchas manifestaciones culturales que engrosaban nuestras posibilidades de conectar lo que pasa en las aulas con el mundo de la cultura y las artes.

La crisis por la que estamos atravesando, con las incertidumbres, miedos y restricciones a los que aludía al principio, ha supuesto también un freno a estas actividades y, sobre todo, a las que tenían que ver con la colaboración de agentes culturales y artísticos externos.

Más allá de los meses transcurridos el pasado curso sin actividad educativa presencial, que supusieron ya un varapalo para el trabajo que veníamos desarrollando en estos ámbitos, programar en este nuevo curso actividades en las que podamos contar con profesionales externos resulta tremendamente difícil con los escenarios de prevención y reducción de contactos en los que se desarrolla nuestra labor.

De igual modo, hemos restringido –si no lo estaban ya en los propios lugares en los que se desarrollan– nuestras salidas de carácter artístico y cultural. Mantenemos algunas, como imagino que harán en muchos otros centros, pero no nos engañemos: el desplome es de tal magnitud que hace casi inviable la pervivencia de muchas de las actividades que se programaban cada año y, por ende, de muchas compañías, colectivos y artistas muy volcados con las instituciones educativas.

A esta dificultad en las actividades en el horario lectivo se añade un desplome generalizado en las de carácter extraescolar. Si bien se ha conseguido mantener a duras penas las relacionadas con los deportes o los juegos en el exterior, las que tenían que ver con el teatro, la danza, la música y el canto o la creación literaria, entre otras, se han quedado, sencillamente, sin usuarios.

El panorama es, desde luego, poco alentador, y resulta muy difícil esperar o imaginar una solución en el corto plazo. Tal vez lo único que podamos hacer ahora es, al menos, ser conscientes de esta penosa realidad y tratar de no mirar para otro lado como si no fuera cosa nuestra. Aprovechar cualquier posibilidad, por modesta que sea, para que no desaparezcan de nuestras escuelas los aires siempre frescos que nos aportan los distintos colectivos y personas que han trabajado con nosotros y nos han enriquecido con su buen hacer.

Y, por encima de todo, mantener viva la esperanza y el deseo de volver a contar con todas las alianzas posibles y necesarias cuando pase esta tormenta perfecta que ha golpeado de forma tan dura a un sector imprescindible en nuestros centros educativos, en nuestras maltrechas sociedades y en nuestras vidas.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/11/04/educacion-cultural-y-artistica-en-tiempos-de-pandemia/

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Francisco López Rupérez: “La escuela todavía no consigue compensar lo que no se aprende en casa”

Por: Ana Torres Mernárguez. 

 

Francisco López Rupérez (Madrid, 71 años) no aprendió a ser perseverante en el colegio. Fue su padre quien le inculcó el sentido del esfuerzo, según cuenta en su último libro El currículo y la educación en el siglo XXI (Narcea) el que fue presidente del Consejo Escolar del Estado —máximo órgano consultivo en materia educativa del Gobierno— entre 2012 y 2016, con el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Tras una vida dedicada a la educación —fue consejero de la OCDE y de la Unesco en París—, cree que las sucesivas leyes educativas —está en trámite la octava de la democracia— no han tenido un efecto contundente a pie de aula y da un dato: el país no ha conseguido reducir el abandono escolar temprano al 15% como fijó la Comisión Europea para 2020 (está en el 17,2%).

En su última publicación, López Rupérez, que actualmente es el director de la Cátedra de Políticas Educativas de la Universidad Camilo José Cela, analiza los retos que debe afrontar el currículum en España con una prioridad: integrar las llamadas competencias globales (las habilidades sociales de los alumnos) de una forma efectiva, “con menos burocracia” y con más trabajo práctico por parte de los estudiantes.

Pregunta. Cuenta en su libro que su padre fue quien le transfirió las habilidades no cognitivas, las que no están relacionadas estrictamente con el conocimiento. ¿Se pueden adquirir en la escuela? ¿Qué peso tiene el capital sociocultural de la familia?

Respuesta. Mi padre fue un pequeño empresario y de él aprendí valores como el esfuerzo o la autoconfianza. Son habilidades de la esfera personal que en la vida adulta tienen un efecto directo en el plano laboral. Hay muchas evidencias que demuestran como las empresas valoran cada vez más esos comportamientos, incluso a veces por encima de los conocimientos. Una forma de aprenderlas es a través del ejemplo, de ver ese proceder en otra persona cuando eres niño. Esa es una de las novedades que incluye el currículum por competencias, que se introdujo en España con la LOE (ley educativa aprobada por el PSOE en 2006). La principal novedad es que no solo se centra en los conocimientos, sino en las actitudes y valores. El problema es que todavía no tenemos experiencia en la evaluación de esas habilidades.

P. ¿Está la escuela en España en posición de equilibrar esas habilidades entre quienes lo aprenden en casa y quienes no?

R. No. La escuela todavía no consigue compensar lo que no se aprende en casa. Ese es uno de los grandes desafíos. Cuando era presidente del Consejo Escolar del Estado desarrollamos una investigación en colaboración con siete universidades españolas sobre el papel de las familias. La implicación parental es uno de los cinco factores que más impacto tiene sobre los resultados académicos. Esto nos lleva al problema de la equidad.

P. La OCDE lanzó en 2018 la llamada Global Competence para evaluar a los alumnos de ese plano dentro de las pruebas PISA. Según estudios de Project Zero, de la escuela de educación de la Universidad de Harvard, hay una base científica muy fuerte sobre la relación entre la capacidad para aprender y el estado emocional.

R. La OCDE todavía no ha encontrado la fórmula para evaluar esas habilidades sociales. Uno de los errores que se cometió en España al incorporar las competencias en el currículum (con la LOE) fue que se hizo sin una estrategia y sin un método claro de evaluación. Se ignoró la complejidad del proceso, no se formó suficientemente al profesorado, ni se analizó cómo lo estaban haciendo otros países de la UE. Entonces ya lo advertimos desde el Consejo. La evaluación es necesaria, sirve para ordenar comportamientos inteligentes, para corregir errores y aprender de la experiencia. Si no hay datos sobre nuestra evolución, iremos a ciegas. Por eso, hay que replantear el sistema de evaluación, de forma que suponga menos burocracia para los docentes.

P. Dice en su libro que la LOMCE, la ley educativa aprobada por el PP en 2013, supuso todavía un mayor perjuicio para la implantación de esas competencias en el sistema educativo. ¿Por qué?

R. En España hay una excesiva confianza en el poder de las normas para transformar la realidad, y eso por sí solo no funciona. La LOE introdujo el enfoque por competencias para todas las asignaturas en primaria y secundaria. Luego la LOMCE profundizó más en el error y lo extendió también al bachillerato: todas las etapas, todos los cursos, todas las materias y al mismo tiempo. Se ignoró el enfoque gradualista que han adoptado la mayoría de países de la UE, que permite avanzar de forma progresiva y aprender de la experiencia, teniendo en cuenta de que se trata de una orientación del currículo novedosa.

P. Critica en su libro que la educación va a la zaga del progreso tecnológico y que, a la larga, eso genera mayor desigualdad económica. Hay institutos públicos en los que la red wifi no funciona.

R. Hay un dato muy revelador que sale del informe PISA 2018 (que mide las competencias en matemáticas, comprensión lectora y ciencias de los alumnos de 15 años de los países de la OCDE). En España, el 48,8% de los alumnos afirmaron que no se conectaban nunca a Internet desde su centro educativo, o lo hacían menos de media hora. Eso demuestra que los déficits de infraestructuras digitales son menores que los de uso. Además, el 78,9% de los estudiantes dijo que en su centro no hay libros electrónicos, el 68,3% que no hay tabletas disponibles, y el 44,7% que no hay portátiles disponibles.

P. ¿Cree que el sistema espera que sea la Universidad quien corrija ese déficit tecnológico de los alumnos al acceder a ella?

R. Cerca de un 65% de los alumnos no van a la Universidad –según datos de Eurostat, en 2019 el 38,6% de la población entre 25 y 64 años tenía estudios universitarios, frente al 31,6% de media de la UE-. Si no adquieren esas competencias digitales en el ámbito escolar, lo tendrán que hacer en el futuro con una eficacia muy inferior. Según la UE, se trata de una de las competencias básicas, al mismo nivel del cálculo o de la lectura. Es el abc del consenso internacional en materia educativa.

P. Sobre el aprendizaje a lo largo de toda la vida, afirma que la educación es un prerrequisito para el aprovechamiento posterior de esa formación. ¿Dónde está la grieta en el sistema para explicar el 17,2% de abandono escolar temprano (jóvenes entre 18 y 24 años que dejaron los estudios una vez obtenido el título de la ESO)?

R. La formación a lo largo de toda la vida está condicionada de forma drástica por el hecho de haber completado los estudios de secundaria. Si no, es poco probable que se beneficien de esas posibilidades a lo largo de su vida adulta. Los portugueses, por ejemplo, ya han bajado su tasa de abandono escolar al 10%, mientras España no ha sido capaz de alcanzar el objetivo del 15% con el que se comprometió con Europa para 2020 (la media de la UE está en el 10,3%). Los mecanismos de atención a la diversidad, el apoyo a los alumnos con déficits de aprendizaje no están funcionando. Las actuaciones previstas en la normativa para reducir las diferencias en los resultados académicos ligadas el estatus socioeconómico no son efectivas. Somos los terceros en repetición por detrás de Luxemburgo y Bélgica, con una tasa de repetición entre alumnos de 15 años del 30,5%. Cuanto mayor es la repetición, menor es la tasa de graduación en la ESO, con un valor predictivo del 67%, según nuestra última investigación a partir de datos del Ministerio de Educación. Hay que replantear ese tipo de políticas y no centrarse solo en mejorar las becas. Eso costará dinero.

P. En el Congreso se está tramitando la octava ley educativa de la democracia. ¿Las diferentes normas han mejorado el sistema educativo?

R. España está estancada en el plano educativo. La evolución del sistema presenta una línea cuasi horizontal. Por ejemplo, en la última década, la población entre 25 y 34 años que ha completado la educación secundaria superior (bachillerato o formación profesional) ha pasado del 65,3 al 69,4 %, mientras que Portugal, en ese mismo periodo, ha evolucionado del 52,5 al 74,6%. Es decir, nos ha adelantado. Hay otro dato: según un análisis de PISA sobre la evolución de cada país desde la primera edición del informe (2000) hasta la última (2018), el diagnóstico para España es de una evolución “plana” o “negativa”, mientras que para Portugal es “positiva”. En el año 2011, nuestros vecinos portugueses ampliaron la obligatoriedad de la enseñanza hasta los 18 años.

P. La OCDE ha identificado retos comunes para diferentes países, el primero es el rediseño de los currículums, que están sobrecargados. Es un tema que no parece interesar a los partidos en la oposición.

R. Los currículos superextensos promueven aprendizajes superficiales, hay que aligerarlos. Los aprendizajes profundos están contemplados en los parámetros educativos internacionales. El objetivo es que los alumnos puedan trasladar unos conocimientos concretos a otras disciplinas. Para que los contenidos se fijen en la memoria a largo plazo tienen que generarse estructuras, conexiones sinápticas en el cerebro. Eso hay que fabricarlo, lleva tiempo, y tiene que estar orientado por el profesor. Hay que dedicar más tiempo a aprender la misma cosa.

Fuente de la entrevista: https://elpais.com/educacion/2020-08-04/francisco-lopez-ruperez-la-escuela-todavia-no-consigue-compensar-lo-que-no-se-aprende-en-casa.html

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