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Chile. Estudiantes de educación secundaria denuncian hostigamiento policial

América del Sur/Chile/08 Julio 2017/Fuente: Kaos en la red

Comunicado de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, ACES.

En las últimas semanas, posterior a la ocupación en la Dirección General de Carabineros, compañeras de la ACES que fueron detenidas en aquella ocasión, han sido víctimas de intimidaciones y amenazas por parte de personajes anónimos que poseían información sobre sus vidas personales y posiciones políticas, y como asamblea creemos necesario dar a conocer los casos que pasaremos a relatar a continuación.

Caso 1:

Mi nombre es Paloma Ramírez, estudiante del Liceo Tajamar, militante de la Ofensiva Secundaria y participante activa de la ACES. El día lunes 19 de junio, a las 14:30 aproximadamente estaba en el comedor de mi liceo llamando a mi compañera Antonia Guzmán. Llamé varias veces, en ninguna contestó y a la tercera seguía marcando con ruidos extraños, hasta que me respondieron diciéndome que “me cuidara y no asistiera al corta-calle” que se realizaría dos horas después en mi liceo, dejándome claro que no era mi compañera la que había respondido. Esa misma noche se estacionó afuera de mi casa un auto extraño, sin patente, sin marca y con los vidrios polarizados. Al día siguiente llegué a mi casa alrededor de las siete de tarde y decidí ir a comprar un cigarro. Me senté en una banquita a una cuadra de mi casa cuando se me acercaron tres tipos que ocultaban su cara para pedirme fuego; al momento de entregármelo me tomaron la mano y dijeron “cuídate y diles a tus compañeros que se cuiden”, les exigí que me soltaran y respondieron “deja de militar o te empezarán a pasar suceder cosas malas”. Quedé descolocada y me fui lo más rápido a mi casa. A los minutos apareció un auto afuera, el mismo del día anterior. El día miércoles de esa semana, posterior a la marcha, me junté con un compañero para contarle los sucesos que me habían estado pasando, buscando y recibiendo el apoyo que necesitaba; al tomar la micro en dirección al liceo, a la altura de La Moneda se suben dos tipos, uno se sienta a mi lado y el otro atrás. El tipo más próximo pone su mano en mi muslo, a lo que yo reaccioné de forma inmediata exclamando que se alejara, mientras que su acompañante me dijo “Te gusta andar sapeando cabra culiá”, se formó un dialogo y el sujeto del principio exclamó que le hiciera caso o “estuviese atenta a las consecuencias”, bajándose después en un par de paraderos más.

Caso 2:

Mi nombre es Catalina Sepúlveda, militante de la Ofensiva Secundaria y participante de la ACES y el lunes 26 de junio, a eso de las 20 horas, estaba en el paradero de Lía Aguirre con Vicuña Mackenna esperando la E03 con un amigo que me acompañaba. Nos subimos a la micro, avanzamos hacia el final y nos sentamos. Al mismo tiempo tres hombres se sentaron a nuestro lado. No presté atención a sus vestimentas ni a sus rostros porque me parecían normales. Cuando me bajé de la micro en Santa Rosa con Linares, los tres hombres también se bajaron, caminé una cuadra y media aproximadamente donde ellos seguían mi paso, cruzando y atravesando las mismas calles que yo, siempre detrás de mí. Fue así hasta entrar a mi condominio; al entrar me quedé al lado de la puerta, para revisar las llaves en mi banano, los miré y ellos caminaban lento, mirándome fijamente y señalándome, por lo que entré para poder interactuar con más personas. El miércoles de esa misma semana, tomé una micro 230 en San Antonio, y me senté mirando para el sentido contrario en que avanzaba la micro, al lado de una señora de edad. Miré hacia atrás y dos filas más atrás vi a dos tipos, uno era de estatura normal, con bigote claro, rapado al cero y con chaqueta de mezclilla, el otro era alto de pelo oscuro e iba con un jockie negro, lentes oscuros y vestía una parca negra. En Av. Matta se bajó la señora del lado y el hombre que vestía con parca negra se sentó junto a mí, y el caballero de cabeza rapada me miraba en todo momento. Acercándome al paradero 19 de Santa Rosa me paré para bajarme y los dos hombres se pararon al mismo tiempo que yo. Fue ahí cuando quien se había sentado a mi lado me siguió y me dijo “¿cómo te has portado Catita?”, lo quedé mirando con miedo ya que el sabía mi nombre. Sonrío y dijo “ojalá que te estés portando bien y tus compañeros igual, porque luego se les acabará el hueveo”. Solo reaccioné para tocar el timbre reiteradas veces para que el chofer abriera la puerta más rápido, ellos siguieron en la micro. Entré a mi condominio acelerada y me quedé paralizada frente a la caseta del conserje y llamé a mi mamá ya que no estaba en el departamento aún y no me sentía segura estando sola al aire libre y sin compañía.

Cabe destacar que en ambos casos, antes de que comenzaran a ocurrir los hechos relatados anteriormente, miembros de la Subsecretaría de Prevención del Delito del Ministerio del Interior asistieron a las casas de ambas compañeras para amedrentar a sus familias, sosteniendo la idea de que en base a su participación activa en la política ambas son eventuales delincuentes; y si no se hacían cargo tendría que hacerlo el Servicio Nacional de Menores.

Además, a estos dos casos relato se suma el ya denunciado con anterioridad por Violeta Yáñez, encargada de comunicaciones de la asamblea, que vivió amenazas similares en una micro de camino a su casa.

Es por todo lo anterior que como Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios declaramos que:

1. Repudiamos todo tipo de hostigamiento contra aquellos que se desempeñen por opción personal en discusiones, asambleas, actividades, protestas, entre otras, que tengan carácter político. Sobre todo si estos se realizan contra compañeros de la ACES, organización que se caracteriza por una lucha constante a favor de los estudiantes secundarios del país.

2. Estamos atentas y atentos a esta seguidilla de actos cobardes que se han realizado contra nuestras compañeras movilizadas durante las últimas semanas. Y queremos enfatizar que, debido a la naturaleza de los miembros de la ACES, no nos quedaremos callados ante estos intentos de vulneración, hostigamiento, y amenazas, porque como históricamente lo hemos dicho, a nosotros nada ni nadie nos trancará el paso.

Fuente: http://kaosenlared.net/chile-estudiantes-educacion-secundaria-denuncian-hostigamiento-policial/

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Movimientos estudiantiles: el poder de los jóvenes

Por: Semana Educación

Los estudiantes han logrado generar cambios de gran magnitud en la estructura política y educativa de Colombia. Estos son los que cambiaron el transcurso de la historia.

Desde hace décadas, los jóvenes han abanderado las luchas a favor de la transformación del sistema educativo y social en el país. “La injerencia de los estudiantes en los cambios políticos y colectivos nacionales ha sido y seguirá siendo de gran valor”, recalcó el jurista Alejandro Venegas Franco en un encuentro del movimiento estudiantil en la Universidad del Rosario.

Una influencia que no ha mermado con el paso de los años. En 2016, la capacidad de movilización de estos jóvenes se hizo especialmente notoria tras la victoria del No en el referendo por los acuerdos de paz. Su incidencia y liderazgo en la convocatoria de las marchas por la paz, que inundaron el país, evidenció que el movimiento estudiantil todavía está vigente.

Protestas históricas

Los comuneros de la UIS

En 1964, Colombia entera fue testigo de cómo la determinación de 28 alumnos sin mayores pretensiones que las de reivindicar ciertas insatisfacciones con el manejo de la Universidad Industrial de Santander (UIS) por parte de las directivas, fueron capaces de catalizar el descontento de miles de personas en la Plaza de Bolívar en Bogotá.

Los jóvenes salieron en la mañana del 7 de julio de ese año desde Bucaramanga, con el objetivo de recorrer casi 500 kilómetros a pie, hasta la capital del país. Un éxodo que fue cobrando fuerza a medida que la caminata sumaba pasos y departamentos. Por donde pasaban, los lugareños de Santander, Boyacá y Cundinamarca se agolpaban a los pies del asfalto para apoyar su causa. La prensa local empezó a hacer eco de la noticia y obligó a los grandes medios nacionales a registrar el hecho entre sus páginas. A ellos se les empezó a conocer como los ‘Comuneros del siglo XX’ y a su peregrinaje, la ‘Marcha del Triunfo’.

El 21 de julio alcanzaron la tan ansiada plaza capitalina. De acuerdo con el estudio La marcha de los estudiantes, 1964. Un hito del  movimiento estudiantil en Colombia, elaborado por el profesor Álvaro Acevedo Tarazona, cerca de 500.000 personas los recibieron en las inmediaciones de ese enclave icónico con flores y pañuelos blancos.

A su regreso a Bucaramanga, y tras largas conversaciones entre los representantes de los estudiantes de la UIS y las directivas, se levantó la huelga estudiantil que ya sumaba dos meses y que había sido el detonante de la movilización de los 28 jóvenes. Se acordó dar mayor representación de las asambleas estudiantiles en la toma de decisiones; mejoramiento de la calidad y eficiencia del profesorado; respeto a la libertad de cátedra y expresión y una reforma de los estatutos generales de la universidad, entre otros.

Abanderados del cambio

Los historiadores indican que el movimiento estudiantil de 1971 representa la mayor movilización de esta índole en la historia de Colombia. No solo porque involucró a casi todas las universidades públicas y privadas, sino porque fue la primera vez que una protesta de estudiantes logró congregar a otros sindicatos y gremios bajo una misma consigna: “Por una educación nacional, científica y de masas”.

Aunque las protestas iniciaron en enero de ese año, el hecho que desencadenó el paro estudiantil a nivel nacional fue el asesinato, el 26 de febrero, de 20 personas en la Universidad del Valle, durante una manifestación reprimida por el Ejército. A partir de ese momento, se sucedieron los enfrentamientos entre estudiantes y la fuerza pública de las grandes universidades del país como la Nacional, la del Cauca y la de Cartagena.

La fuerte represión provocó una mayor unión entre las asambleas de estudiantes de todo el territorio que se materializó en la elaboración del Programa Mínimo del Movimiento Nacional Estudiantil, fruto de intensas discusiones ideológicas.

El documento sentó las bases de las reivindicaciones estudiantiles y las aspiraciones políticas y educativas. Constaba de seis puntos, el más importante, el que hablaba de abolir los Consejos Superiores Universitarios, conformados por representantes de los gremios y el clero (sectores extrauniversitarios), y modificarlos por un organismo integrado por estudiantes, profesores, rectores y un portavoz del Ministerio de Educación, cuya función sería la de gestionar las universidades bajo la fórmula del cogobierno.

El gobierno, por su parte, expidió el 25 de junio el Decreto 1259, por el cual le otorgó a los rectores las facultades que antes tenían las demás autoridades universitarias. De acuerdo con los profesores Miguel Ángel Pardo y Miguel Ángel Urrego, la arbitrariedad de los rectores fue denominada como “autonomía universitaria”.

Los desencuentros y el paro continuaron hasta el mes de septiembre, cuando el Estado y los estudiantes llegaron a un acuerdo por el que se constituyó el nuevo gobierno universitario y se estableció el cogobierno en la Universidad Nacional y la de Antioquia, disueltos ambos en 1972. A pesar de la brevedad de los logros, el movimiento estudiantil del 71 evidenció el poder de convocatoria de la juventud para presionar a los entes gubernamentales.

El movimiento de la constituyente

Tras el asesinato del aspirante a la presidencia Luis Carlos Galán, el 11 de marzo de 1990 los colombianos estaban convocados a votar para elegir sus representantes en el Senado, Cámara, Asamblea Departamental, Concejo, Alcaldías y juntas administradoras locales.

En total, seis papeletas. Pero faltaba una adicional, o eso consideraron un grupo de estudiantes de universidades públicas y privadas que propusieron la inclusión de la séptima con la leyenda “Voto por Colombia. Sí a una Asamblea Constituyente”. Pretendían el planteamiento de una reforma constitucional que contemplara, por un lado, los nuevos desafíos en derechos y aseguramiento de  la paz en el país y, por otro, la puesta en marcha de una democracia participativa.

Cuenta el columnista de El Espectador Óscar Alarcón que los periódicos publicaron la papeleta entre sus páginas para que el ciudadano la recortara y la introdujera en la urna. Así, la consulta logró el apoyo de unas dos millones de personas, aunque la Registraduría no las reconoció como válidas.

Esta situación de apoyo masivo a la consulta provocó que el  gobierno finalmente legalizara esta papeleta por decreto y se facultara a la Organización Electoral para contabilizar los votos que se depositaran en las elecciones presidenciales del 27 de mayo de 1990. La victoria del Sí precipitó una nueva Constitución, la del 91 y el derrocamiento de una Carta Magna que había quedado obsoleta.

Resurrección estudiantil

Tras 20 años sin apenas injerencia, el movimiento estudiantil logró en 2011 desafiar a un gobierno entero y parar una reforma, planteada por el presidente Juan Manuel Santos y su ministra de Educación de ese entonces, María Fernanda Campo, para reformar la Ley 30 que reglamenta la educación superior en Colombia.

Los puntos más controvertidos que se introdujeron y que provocaron la movilización de los estudiantes fueron los siguientes: consolidar un modelo de universidades con ánimo de lucro, permitir la entrada de capital externo en las instituciones oficiales y autorizar que el gobierno destinara recursos públicos a las privadas.

Ante estas propuestas, los universitarios comenzaron a organizarse dando origen a la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (Mane), responsable de las grandes marchas que se convocaron para las siguientes semanas.

La primera fue la del 7 de abril que unió a estudiantes, profesores y sindicatos en torno a varias demandas como mejores condiciones salariales para los docentes, pensionados y empleados; mejoras en derechos laborales y sindicales y rechazo a la reforma que se pretendía incluir en el Plan Nacional de Desarrollo 2010 – 2014.

El gobierno, desoyendo las proclamas de los jóvenes, decidió radicar el proyecto ante el Congreso de la República, generando malestar entre la comunidad académica. 32 universidades públicas del país declararon un paro nacional indefinido hasta que Santos reconsiderara su postura y formulara una nueva reforma con el beneplácito de todos los sectores afectados.

Finalmente, el 11 de noviembre, el mandatario retiró la propuesta y los estudiantes dieron por finalizada la huelga que los tenía apartados de las aulas de clase.

La generación de la paz

Después de la victoria del No en el plebiscito por la paz el 2 de octubre de 2016, la incertidumbre política y las reacciones en contra del resultado se tomaron las redes sociales, que se consolidaron como el nuevo escenario desde donde miles de jóvenes y ciudadanos volcaron su descontento y su malestar.

Fue entonces cuando un  grupo de universitarios canalizó todo ese enfado y frustración en torno al movimiento estudiantil que desde las movilizaciones de 2011 estaba aplacado y disperso. Con una clara vocación social y política, estudiantes de universidades públicas y privadas de Bogotá, como la Nacional y los Andes, convocaron multitudinarias marchas que lograron unir a más de 50.000 ciudadanos en la Plaza de Bolívar bajo un mismo lema: “Queremos la paz”.

El éxito de este llamado estudiantil, promovido por jóvenes que soñaban con ser la primera generación de colombianos que no viviría más el conflicto armado, precipitó que los estudiantes de 30 universidades de todo el país se unieran a esta causa y replicaran la iniciativa y las marchas en sus respectivas ciudades. Juntos elaboraron un manifiesto con siete planteamientos, entre ellos, que las víctimas debían ser el centro de los acuerdos, el cese del fuego se debía mantener y se debía acabar con la polarización, las mentiras y la manipulación que entorpecían el proceso.

Lo más significativo de este movimiento de estudiantes es que logró unir a una gran número de colombianos de diferentes procedencias, estratos socioeconómicos e incluso inclinaciones políticas en torno a una demanda común, al margen de si en el referendo habían votado por el Sí, por el No, eran abstencionistas o indecisos.

Fue el primer paso para trazar el camino hacia la reconciliación nacional y el preámbulo de la implementación de los acuerdos de paz con los que se inauguró una etapa histórica para Colombia: la del fin del conflicto armado.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/movimientos-estudiantiles-historicos-en-colombia/529694

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Chile: Estudiantes se manifestaron por “Una Educación No Sexista” en Baquedano

América del Sur/Chile/17 Junio 2017/Fuente: Publimetro

La manifestación se desarrolló en el marco de los casos de acoso y abuso sexual que ha afectado a alumnas de diferentes casas de estudio en el último tiempo.

En busca de la erradicación de este tipo de conductas, la noche del jueves se desarrolló la marcha convocada por estudiantes secundarios y universitarios para protestar por lo que denominaron la “educación sexista” que habría en el país, luego de conocerse casos de acoso sexual que ha afectado a alumnas de diferentes casas de estudio en el último tiempo.

Un centenar de manifestantes se agruparon en Plaza Italia alrededor de las 20:00 para manifestarse en contra de lo que denominaron el “sexismo” en las universidades, tras conocerse el caso en la escuela de periodismo de la Universidad de Concepción que involucran a 3 profesores de la mencionada casa de estudio y por la que existe una denuncia en Fiscalía.

La marcha comenzó de manera pacífica en Baquedano, sin embargo, tras la interrupción del tránsito, Carabineros procedió actuar con el carro Lanzaguas para dispersar la protesta. Hasta el momento, Carabineros no ha dado un parte oficial sobre el número de detenidos por los incidentes.

Fuente: https://www.publimetro.cl/cl/noticias/2017/06/16/incidentes-finaliza-marcha-una-educacion-no-sexista.html

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Exigen estudiantes de Universidad de Puerto Rico firma de preacuerdos

Centro América/Puerto Rico/17 Junio 2017/Fuente: Prensa Latina

Los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR) reclamaron a la junta de gobierno de la institución que firme los preacuerdos alcanzados durante la huelga de 71 días que terminó la semana pasada.
Los alumnos del campus de Río Piedras, que reanudaron la docencia el lunes, aprovecharon el receso del mediodía para marchar por distintas facultades y dependencias de la UPR.

‘Luchar, luchar, luchar hasta vencer’, gritaban los manifestantes que reclaman también que se audite la deuda pública del país, ascendente a más de 73 mil millones de dólares.

El portavoz estudiantil Juan Collazo afirmó que realizarán diversas actividades para demandar la aprobación de los acuerdos alcanzados durante la huelga, que en su momento más álgido incluyó los once recintos de la UPR, la Escuela de Artes Plásticas y el Conservatorio de Música en defensa de la educación pública.

Entre los reclamos se hallan evitar un alza en el coste de la matrícula para el próximo año y la devolución de un vagón que es utilizado de Comedor Universitario para los estudiantes que carecen de dinero para costear su alimentación.

También repudian que se imponga un recorte escalonado de 512 millones de dólares al presupuesto de la UPR, tal como exige la junta de control fiscal impuesta por Washington al gobierno puertorriqueño.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=93389&SEO=exigen-estudiantes-de-universidad-de-puerto-rico-firma-de-preacuerdos
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Argentina: La lucha del transporte y el movimiento estudiantil

Argentina/13 de junio de 2017/Autora: Candela Guzmán/Fuente: http://laizquierdadiario.com

Córdoba se encuentra paralizada por sexto día consecutivo debido al paro de las y los choferes de UTA. El rol del movimiento estudiantil en este paro.

Esta semana Córdoba protagoniza una de las luchas obreras más importantes de los últimos años. Por una semana la rutina se paralizó y el conjunto de la ciudad se ve atravesada por la gesta de los y las choferes de la UTA Córdoba. Las patronales, justicia, gobiernos y medios de comunicación ponen todos sus recursos para encarar una furiosa campaña en contra de las y los trabajadores.

El bombardeo permanente en contra de la lucha fue acompañada por detenciones ilegales, despidos y persecución. Ellos ya tienen todo su arsenal preparado y así fue a principio de año con la lucha docente, luego con las y los trabajadores municipales y de Luz y Fuerza. Pero esta vez todos esos recursos fueron en vano, porque del otro lado se encontraron con la pelea decidida de las y los choferes, de una lucha que salió desde abajo, en asambleas, con medidas efectivas como el paro y la movilización.

La dimensión de esta lucha excede al transporte. Esto es así no sólo porque las cúpulas sindicales de otros gremios se vieron obligadas a pronunciarse y apoyar, sino porque marca un hito y un ejemplo provincial y nacional de cómo resistir el ajuste. Para muchos sectores opositores al gobierno nacional como es el kirchnerismo, la «resistencia» (siempre y cuando no traicionen) es sólo en las instituciones del régimen o en palabras. Pero ahora, para millones que ven esta lucha con sus propios ojos, puede haber en la clase obrera que lucha a pesar de las burocracias sindicales una opción para resistir y avanzar.

Claramente esta no es una lucha más, sino que pone en el centro a la clase obrera como el único sujeto capaz de paralizar una ciudad y hacer temblar los planes de los capitalistas y sus partidos. La campaña mediática fue y seguirá siendo tan rabiosa porque van a hacer todo lo posible para que este ejemplo no se generalice. Pero, a pesar de que permanentemente quieren enfrentar a trabajadores contra trabajadores, esta lucha fue vista con simpatía por cientos de miles que ven como sus condiciones de vida empeoran mes a mes. Miles que ven cómo las cúpulas sindicales traicionan, negocian la paz social a costa de la vida de las y los laburantes. Definitivamente esta lucha se convirtió en un gran ejemplo para el conjunto de las y los explotados y oprimidos.

¿Cuál es el rol que podemos jugar desde el movimiento estudiantil?

Las y los estudiantes podemos ser un aliado importante de las y los trabajadores. Podemos, en común, construir una fuerza social capaz de hacer frente a los planes de ajuste. Esa unidad que en Córdoba tiene tanta tradición no puede ser sólo declamada. Los aportes a la lucha deben ser concretos. Por un lado sumando fuerzas, por eso desde la Juventud del PTS y desde la lista La Trinchera que conformamos con otras fuerzas en la Universidad Nacional de Córdoba hemos dado pasos en ese sentido, pero se tienen que extender.

Desde estar a disposición para sumar fuerzas en los piquetes en las puntas de línea como hacernos presente cotidianamente en las concentraciones y en las movilizaciones. Por otro lado, es importante difundir la posición de las y los trabajadores entre las y los estudiantes para que no sea sólo la versión de la patronal la que llegue.

Quieren enfrentarnos laburantes contra laburantes para quitar del medio los verdaderos responsables: Mestre y los empresarios. En este sentido, invitamos a los y las choferes en lucha a recorrer la universidad para debatir curso por curso el contenido de esta lucha y sumar apoyos, poder convencer a cientos de estudiantes que se tienen que sumar activamente. Si esta lucha gana el conjunto de las y los explotados y oprimidos estaremos en mejores condiciones para enfrentar el ajuste en todos los terrenos, incluyendo a la educación pública.

Esta práctica, lamentablemente, es ajena a las agrupaciones como La Bisagra y La Mella que conducen la Federación Universitaria de Córdoba. Un comunicado el cuarto día de paro para decir «hicimos algo», lejos está de ponerse a la altura de los hechos. Este debate nos parece necesario por la responsabilidad que implica estar al frente de las organizaciones estudiantiles. Se pueden subir fotos de barricadas los 29 de mayo o reivindicar en el papel la gran historia de lucha de la clase obrera argentina, pero con esto no se retoma una tradición.

Al ajuste se lo enfrenta poniéndose a la cabeza de los procesos de lucha cuando se están desarrollando. Por ejemplo, una medida mínima es estar presentes en la lucha cotidianamente jugándose con todas las fuerzas, no basta con que un día vayan un par de militantes. Otra medida mínima es llamar a una asamblea en los centros de estudiantes o una interfacultades desde la Federación o poner todos los recursos para una contra campaña mediática que llegue a todos y todas los y las estudiantes. Seguramente, haciendo esto, muchos estudiantes se van a oponer, pero de lo que se trata es de abrir instancias de participación y de resolución a todos los y las estudiantes, más aún cuando se trata de hechos que conmueven la realidad en la ciudad.

Lo que hay detrás de esta inmovilidad de la Federación, es que las agrupaciones que hoy la están conduciendo no se proponen cambiar el modelo de organización de la Franja Morada. Siempre leemos con entusiasmo el nacimiento de nuestra federación al calor de la Reforma Universitaria, del rol que jugó en el Cordobazo. Esa tradición se quiso borrar con el secuestro, tortura y desaparición de una generación de luchadores y luchadoras estudiantiles, imponiéndose un modelo de Centros de Estudiantes que se dedican a brindar pequeños servicios y manejar cuotas de poder y recursos en el régimen universitario. Cambiar esa práctica de la Franja Morada se tiene que demostrar en luchas como estas. Sin cambiar las prácticas, sin buscar la expresión y participación del conjunto del movimiento estudiantil todavía se está lejos de esto.

Fuente de la Noticia:

http://laizquierdadiario.com/La-lucha-del-transporte-y-el-movimiento-estudiantil

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Una estudiante caída

Por: Carlos Aldana

Una joven muerta en una protesta estudiantil en Guatemala evidencia una sociedad en la que el poder ha hecho de la educación una herramienta para construir y vivenciar una ciudadanía del silencio y la sumisión.

No quisiera escribir sobre esto, pero es necesario para rendir un breve y mínimo homenaje a quienes, a su modo y en sus niveles, luchan por la dignidad en cualquier parte del planeta. Y para insistir en algunas cosas que se silencian en la pedagogía predominante.

El pasado 26 de abril, los estudiantes de un centro educativo público de la ciudad de Guatemala, salieron a protestar enfrente de las instalaciones en las que estudian. Eso significó que detuvieron el tránsito vehicular de una avenida muy transitada. Pedían algo básico: que les nombraran profesores que no tienen, que les arreglaran las instalaciones muy deterioradas y que quitaran al director por múltiples abusos. Estaban con sus carteles alzados y sus gritos de voces adolescentes y juveniles, cuando un piloto salvaje arremetió contra el grupo de estudiantes que tenía enfrente. Dejó varios heridos, pero en ese mismo instante cercenó una pierna a la estudiante Brenda Domínguez, quien murió tres días después.

¡Una estudiante de 16 años muerta!, por demandar lo que el Estado tiene obligación de proveer. Pero ese escenario de demanda en la calle es un escenario de desesperación, después de todo un año de tener reuniones para plantear sus solicitudes, para pedir soluciones, para ser escuchados con dignidad y respeto. Al final del día de la tragedia, ya en horas avanzadas de la noche, les resolvieron la petición del cambio de director (¡después de un año, lo resuelven en ocho horas trágicas!). Lo de los docentes sigue sin resolverse, más de un mes después, y la infraestructura va para largo. Pero el “después” de la tragedia ahora está marcado por la culpabilización a los estudiantes por la muerte de su compañera, o a los padres por “no educarlos bien”, o a los profesores “por permitirles protestar”. Las culpas están dirigidas a las víctimas del hecho y no a las responsabilidades de las autoridades incapaces de resolver problemas, escuchar y atender demandas.

Al estar cerca, en un breve acompañamiento, con estudiantes, padres y madres de ese establecimiento educativo, puedo darme cuenta de cuánta voz es acallada en los momentos más difíciles, después de la indiferencia, el irrespeto o el desprecio. Sigue marcado este mundo por una ausencia completa de escucha y de auténtico diálogo ciudadano alrededor de los problemas educativos, sobre todo cuando los principales interlocutores son las y los jóvenes estudiantes. Si estos son pobres, la cosa se agrava y complica aún más. No escuchar con dedicación y plena atención es una actitud que no educa hacia una cultura política diferente. O tal vez ahí están las semillas que alimenten la resistencia necesaria para sobrevivir con dignidad.

Quizá fuera de nuestro país cueste entender cómo o por qué estudiantes de secundaria tienen que estar en las calles, demandando lo que es obligación del Estado, o cómo los gritos y las voces alzadas nos recuerdan la negación del derecho a la educación. La realidad es que, a la negación estructural de derechos humanos de todo tipo, también se suma la negación del derecho a exigirlos. Y se suma la criminalización que se hace de toda protesta, ya sea por la vía jurídica, o por la vía de la descalificación inclemente que tiene lugar por las redes sociales.

Sin embargo, todo esto es una muestra de cuánto o cómo debemos sentir a la educación en estos tiempos. De cómo debemos dejar la miopía política que nos hace quedarnos en las aulas, y empezar a tener muy claro que los sistemas educativos se conciben, diseñan y deciden desde y para los intereses del poder hegemónico, ese al que una voz juvenil de protesta le suena a música desentonada que le enturbia su paz.

Una estudiante caída, en una pacífica demanda que no debió ocurrir, representa la realidad más dramática de las y los jóvenes de nuestras sociedades empobrecidas. Pero también acalladas por el poder que ha hecho de la educación una herramienta para construir y vivenciar la ciudadanía del silencio y la sumisión.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/06/05/una-estudiante-caida/

 

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Australian: Q&A: Protesters confront Education Minister Simon Birmingham over university fee increases

Australian/ 16 may 2017/By: Georgina Mitchell/Source: http://www.theage.com.au

Education minister Simon Birmingham has been confronted by student protesters on live television, after the government controversially proposed in the federal budget to cut funding to universities while raising student fees.

Mr Birmingham appeared alongside Greens senator Larissa Waters, shadow treasurer Chris Bowen and representatives from the university and business world in a special episode of the ABC’s Q&A on Monday night.

 

The panel planned to dissect the budget and what it had to offer for all sectors of society.

However, in the hours before the program aired, Q&A producers drew the ire of students for refusing to include a young person on the panel.

A handful of students waved signs and banners outside the Arts Centre Gold Coast under the watchful eye of police, with slogans including «Game of Loans» and «education for all, not just the rich».

In the studio, the situation heated up after a questioner pointed out Mr Birmingham had been an active student politician who opposed increases to fees.

«So why is it now, 20 years on, that your view has complete changed?» the questioner asked, to applause. «Can you please justify to me why you think that the proposed changes to increase fees and lower the HECS repayment threshold is fair for university students across this country?»

Mr Birmingham said a lot has changed over the last 20 to 30 years, and began to say there had been enormous growth in the number of students going to university when a woman began shouting from the crowd.

«You’re making students pay,» the woman said, as Ms Waters nodded in agreement. The program did not show the protester in the audience but her shouting was audible.

The woman continued shouting until she was grabbed by security guards and removed from the audience.

Another audience member then began to shout: «How can you justify the cuts to the tax repayment thresholds?» before he too was removed.

Host Tony Jones tried in vain to bring order as the audience applauded the interjections.

«I think you can see it’s a university town, there’s a good deal of passion here in the audience,» Jones said.

Mr Birmingham, who had agreed to answer the first woman’s interjection, said students have been protesting for generations.

Ms Waters quipped: «It’s a shame they’re not being listened to.»

Labor says it will oppose the government’s proposed changes to higher education, which include a 7.5 per cent increase in fees, reducing the HECS loan repayment threshold to an annual salary of $42,000, and applying an efficiency dividend to universities.

The Greens have also opposed the controversial changes, meaning the government will need to negotiate with the Senate cross-bench if they want to pass the $2.8 billion in savings.

It is the second time protesters have drowned out an education minister on Q&A, after a group of students in Sydney unfurled a banner and began chanting at Christopher Pyne in 2014.

Those students – also protesting cuts to higher education – forced the program to cut to file footage of a musical performance while they were removed by security.

In response, the program launched a review of its security policies and apologised to Mr Pyne, who is now the minister for defence industry.

Source:

http://www.theage.com.au/federal-politics/political-news/qa-protesters-confront-education-minister-simon-birmingham-over-university-fee-increases-20170515-gw5i9m.html

 

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