Page 1 of 2
1 2

Ser o no ser socialista

Por: Lidia Falcón

El dilema existencial del PSOE parece haberse resuelto con la elección de Pedro Sánchez como Secretario General. Según lo vertido por los contendientes en la polémica campaña de primarias, se trataba de elegir entre ser socialistas o centrista; afirmarse en sus principios ya centenarios de defensa de las clases trabajadoras o arrimarse al espacio liberal para atraerse el voto de las clases medias, con la concesión, eso sí, de ayuditas para los pobres, y obtener la fuerza y el poder de la aceptación de las bases del partido o del “establishment”.

Ganaron las propuestas de Sánchez demostrando una vez más que las bases del partido son más socialistas que la dirección, al igual que sus votantes, causa de que en los últimos años ese partido haya perdido 5 millones de votos. Los de todos aquellos a los que no gusta la deriva liberal burguesa de Zapatero y Rubalcaba, y siguen creyendo que votar PSOE es votar socialismo. Ya antes de esta reciente constatación de la adscripción ideológica de buena parte del pueblo español, este hecho era evidente. Los votantes del PSOE lo eran porque preferían un Estado social, frente al Estado liberal del PP. Y resulta sorprendente que los dirigentes del partido no hayan sido capaces de comprenderlo. Instalados en la soberbia por las sucesivas victorias de González, dilapidaron el caudal acumulado por la persecución y la opresión de la dictadura. Y ciertamente el caudal era impresionante porque han tenido que transcurrir cuarenta años para que la mitad de sus votantes los abandonaran. Los militantes y votantes no valoraban el apoyo del capital que pagaba las sedes del partido y las millonarias campañas electorales, sino el discurso populista de González y de Guerra. Hasta que se cansaron de esperar que las promesas se hicieran realidad.

Lentos pero seguros, millón a millón, los electores han ido comprendiendo que aquellos principios y estrategias que se aprobaron en el Congreso de Suresnes de 1974, donde incluso se llegaba a hablar de aceptar la lucha armada para alcanzar el poder, a las transformaciones que se van a suceder en 1976 y sobre todo en 1979, donde se abandona el marxismo, el PSOE no es un partido socialista sino de la derecha avanzada liberal, directamente aliado con el capital.

Los escándalos de corrupción y de crímenes de Estado que jalonaron los últimos años del gobierno de González, acabaron con él, pero cuando el PSOE remontaba con la victoria de Zapatero –más debida al fracaso del PP que a méritos propios- la sumisión de este a los dictados de la troika europea sumieron al partido en los fracasos que han cosechado Rubalcaba y Sánchez. Recuperarse de ellos es la principal tarea del nuevo secretario general. Y se supone que se dispone a ello volviendo al discurso de la legitimidad que le concede el apoyo de los afiliados, y al enfrentamiento con su verdadero enemigo: la derecha. Lo que puede enardecer los ánimos decaídos de una militancia desencantada y escéptica que ha visto como desde los Pactos de la Moncloa hasta la última reforma laboral, su partido ha sido autor, coautor y cómplice del hundimiento del movimiento sindical, estudiantil y vecinal, de la pérdida de derechos y ventajas económicas duramente conquistadas por la clase obrera, desde el Estatuto de los Trabajadores hasta el cumplimiento de las órdenes emanadas por Bruselas; del sostenimiento económico de la Iglesia Católica; del imperdonable pecado mortal de habernos introducido en la OTAN, incluyendo la estructura militar que estaba exenta, según se formulaba en la pregunta del referéndum, y por supuesto del mantenimiento de la monarquía.

Pero este entusiasmo de hoy de los afiliados al PSOE tendrá que afianzarse viendo los avances que Sánchez consiga en el terreno legislativo, de donde emanan todas las órdenes, y allí el nuevo secretario general es enormemente débil. En primer lugar por su fuerza parlamentaria: 85 diputados. Con ella hacen falta varios aliados para llegar a la Moncloa, y estos a su vez o son de derechas o son sus rivales o son independentistas o son más débiles que él mismo.

En segundo lugar y no de menor importancia, por haber abandonado su escaño parlamentario para dar un golpe de efecto espectacular que ha encandilado a muchos de sus seguidores, que alaban su coherencia y honradez, pero que ha sido un error político. Porque además de ser honrado hay que ser inteligente, y perder su representación en la Cámara le supone un hándicap. ¿A quién nombrar como portavoz parlamentario cuando la mayoría de los diputados se pasaron con armas y bagajes al sector sometido a las directrices de la coordinadora? ¿Cómo controlar un grupo parlamentario que en su mayoría le dio la espalda en la crisis de octubre? ¿Ese portavoz podrá dominar la evidente hostilidad que le tendrán sus compañeros? ¿Y, en caso de disidencia, e incluso de rebelión, cómo se hará Sánchez con el mando desde fuera del Parlamento?

Estos serán los problemas inmediatos, y no pequeños, con que se encontrará el secretario general, en el interior de su organización. Pero los votantes que le han alzado a la dirección del partido esperan algo más que volver a ser espectadores de las guerras fratricidas de los dirigentes que ya conocen. Se trata de gobernar para cambiar el país y aquí no caben muchas combinaciones. Con la fuerza parlamentaria que tiene el partido socialista debe buscar los aliados que le voten en una moción de censura, y nuevamente se presenta el mismo dilema que en enero y junio de 2016. O con Ciudadanos, con quien se asoció en enero a toda prisa, o con Podemos que muestra continuamente su rivalidad y su rechazo porque le considera su principal estorbo en su pretendida y rapidísima carrera hacia la Moncloa. Y aun así tampoco suman, como se dice. Y por tanto hay que acercarse al espectro nacionalista e independentista que miran en direcciones opuestas. Los vascos ya han conseguido del PP el botín que pretendían, los catalanes aseguran que se “lo harán ellos solos”, en cuanto proclamen la independencia.

Ciertamente el ser o no ser de Pedro Sánchez es existencial. Y desde que logró la secretaria general en las primeras primarias ha recorrido muchos meandros intentando encontrar su destino. Cuando en enero se fue a Portugal creímos que iba a escoger la solución a la portuguesa, y de ello presumió algún tiempo, hasta que de pronto se alió con Ciudadanos, dejándonos perplejos. Y cuando ante la negativa de Podemos a apoyar esta alternativa se celebran las segundas elecciones, le abandonaron un buen número de votantes y perdió 5 escaños.

Tiene, quizá, la oportunidad de dar marcha atrás al calendario y repetir la visita a Lisboa, pero España no es Portugal, donde afortunadamente no surgen Mesías que pretendan desgajar de su Estado una porción de territorio  y Podemos no es el Bloco de Esquerda ni el Partido Comunista portugués es Izquierda Unida.

Ciertamente, como he repetido numerosas veces, tampoco en España se puede esperar un avance de la izquierda sin que  se repita el Frente Popular, ya que no hay otra manera de oponer una mayoría electoral a la derecha rocosa e instalada. Pero en dicho cervantino: segundas partes nunca fueron buenas, y como afirma el axioma marxiano, si la primera es una tragedia la segunda es una farsa. Lo que se puede temer que ocurra  de estar obligados a contar con el PdeCAt, ERC, Bildu o el PNV, de cuya lealtad quedan muchas dudas.

Y todavía hay  que analizar qué efectos y consecuencias tendrá en Podemos e IU la elección de Pedro Sánchez y las medidas que estas formaciones se propongan tomar. Pero eso es tema de otro artículo.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2017/05/23/ser-o-no-ser-socialista/

Comparte este contenido:

Entrevista a Carlos Fernández Liria, Olga García Fernández y Enrique Galindo, autores de Escuela o barbarie

Entrevista a Carlos Fernández Liria, Olga García Fernández y Enrique Galindo, autores de Escuela o barbarie
“Hemos pasado de considerar la educación como un derecho a considerarla como una inversión para un negocio vital que va a durar toda la vida”

 

Salvador López Arnal

Carlos Fernández Liria es profesor de filosofía en la UCM. Entre sus numerosos libros cabe citar En defensa del populismo (2015), Para qué servimos los filósofos (2012) y El orden de El Capital (2010, con Luis Alegre Zahonero. Olga García Fernández es profesora de enseñanza secundaria. Milita en las Marea por la Educación Pública de Toledo. Enrique Galindo Fernández es también profesor de enseñanza secundaria. Activista de la Marea Verde.

Nos centramos, en esta conversación, en algunas de las temáticas desarrolladas en su libro Escuela o barbarie. Entre el neoliberalismo salvaje y el delirio de la izquierda, publicado por Akal, Madrid, 2017.

 Antes de entrar en el contenido de vuestro libro permitidme situarme en los alrededores. Escuela o barbarie es el título de vuestro libro. ¿Un homenaje, un recuerdo a la disyuntiva excluyente de Rosa Luxemburgo sobre socialismo o barbarie?

Carlos.- Sí, por supuesto. No hemos tenido socialismo y cada vez tenemos más barbarie, eso nadie lo puede poner en duda. En doscientos años de capitalismo, nos hemos cargado el planeta. No sé si nos hacemos una idea de esto. Doscientos años es apenas un pestañeo en el curso de 50.000 años que lleva el homo sapiens sobre el planeta. El capitalismo, un sistema de producción que no puede descansar, que necesita crecer a un ritmo creciente en un planeta que no crece a su vez, que es redondo y muy limitado, es un sistema suicida, que avanza vertiginosamente hacia el abismo. Con respecto a la escuela pública la nueva ola neoliberal está siendo demoledora. Y es algo muy doloroso, porque la escuela pública es probablemente la más bella de las creaciones humanas de todos los tiempos.

Sois tres autores, ¿cómo os ponéis de acuerdo para el libro?

Carlos.- Ya son quince años de lucha en común. Conocí a Olga y Enrique en la lucha contra el Informe Bricall, lo que fue la antesala de la lucha contra Bolonia. Entonces eran alumnos míos. Lo que ellos hicieron, lo que hicieron los estudiantes de esa generación por salvar la Universidad pública de los planes neoliberales fue impresionante. Estas generaciones de estudiantes han plantado cara a todos los libros blancos, a todos los informes ministeriales, con una competencia que dejaba boquiabiertas a las autoridades académicas. Precisamente por eso jamás se les dejó discutir públicamente en los medios de comunicación. Porque la documentación que manejaban los luchadores antiBricall y los antibolonia (al menos en la Facultad de Filosofía) era abrumadora. En las pocas ocasiones en las que alguna autoridad académica se atrevió a discutir con ellos, en los encierros que tuvieron lugar en la Facultad, por ejemplo (hay que decir a su favor que sí lo hicieron el rector Carlos Berzosa y el que luego fue ministro de educación, Ángel Gabilondo), creo que quedó muy claro que sus argumentos eran incontestables y que sólo se les discutía con lugares comunes, tópicos manidos y apelaciones a la esperanza europea. De la lucha contra el Informe Bricall surgieron muchos de los que hoy son profesores de enseñanza secundaria de Filosofía. La lucha contra Bolonia, por otra parte, fue toda una escuela de pensamiento, en la que se formó toda una generación. De ahí surgió luego Juventud sin Futuro, el 15M y, sin duda, gran parte de Podemos.

¿De qué escuela habláis en vuestro libro? ¿Cómo debemos entender barbarie en el título?

Olga.- Hablamos de la escuela republicana, heredera de los planteamientos de autores como el francés Condorcet y de los españoles Marcelino Domingo y Lorenzo Luzuriaga. Una escuela que, por republicana, está al servicio de la construcción de lo común, de lo público y que, por este motivo, tiene como base la formación de ciudadanos críticos a través del conocimiento; críticos, fundamentalmente, con la sociedad y las instituciones que la alberga. Debemos entender la barbarie como la pretensión de hacer de la escuela el lugar en el que, más que instruir para la emancipación, se eduque para la formación de la conducta a través de dinámicas como el coaching, el «pensamiento positivo», la «iniciativa emprendedora» y toda esta suerte de técnicas para la creación de según qué tipo de sujeto acorde a los intereses corporativos que demande el sistema productivo.

Enrique.- Hablamos, en efecto, de la escuela pública, que es una conquista de las clases populares después de muchas luchas y mucho sufrimiento. No hay que olvidar que escolarizar a los niños y niñas de las clases trabajadoras fue la manera de poder sacarlos del trabajo en las fábricas y en el campo y costó mucho conseguirlo. Que se consiga arrancar una institución como la escuela pública al curso de la historia, a los intereses de los patronos y terratenientes, debe ser considerado una victoria, todo lo precaria que se quiera, de los principios ilustrados y que merece la pena defender a toda costa. Desde luego la lucha no acaba ahí, después hay que defenderla de los intentos de pervertir esa institución y convertirla en otra cosa. Como dice Olga, es precisamente a esos intentos a lo que llamamos barbarie, a la pretensión de convertir la escuela en una mera fábrica de mano de obra, en un gimnasio laboral, olvidando que pertenece a su propia constitución esencial ser, en parte al menos, lo otro del trabajo, el lugar donde cabe siquiera asomarse a eso que Marx llamó «el reino de la libertad», y que la propia palabra «escuela», que deriva de skholé, ocio, recuerda.

Carlos.- Sin darnos cuenta, hemos pasado de considerar la educación como un derecho a considerarla como una inversión para un negocio vital que va a durar toda la vida. Esta jugada se viste siempre con palabras bonitas (prestadas, por cierto, de discursos izquierdistas), pero es una barbaridad. Y nuestro libro intenta diagnosticar hasta qué punto.

¿Por qué es tan salvaje ese neoliberalismo al que apellidáis como salvaje?

Enrique.- Para mí el salvajismo neoliberal consiste fundamentalmente en el ataque sistemático a todas las instituciones que podrían proteger mínimamente a la población de los excesos del mercado desregulado y, complementariamente, en la pretensión insensata de crear un «hombre nuevo» adaptado única y exclusivamente a los parámetros mercantiles: el emprendedor. Si te fijas en el tipo humano que se pretende implantar con esa figura te encuentras con individuos atomizados compitiendo todos contra todos en la jungla del mercado, en una especie de estado natural hobbesiano, artificialmente creado, donde impera el darwinismo social. Eso es de un salvajismo sin precedentes.

Olga.- Porque no deja lugar libre de explotación, literalmente. No existe espacio público no colonizado por sus intereses corporativos. La sanidad, primero, y la escuela pública, después: el lugar de producción de los futuros trabajadores bajo el paradigma de la flexibilidad, del reciclaje permanente (aprendizaje a lo largo de toda la vida) y de la automotivación, de la mentalidad proactiva que se retroalimenta a sí misma para aguantar en una agónica carrera hasta el infinito en la búsqueda de realización personal. Todo ello bajo la condición principal de que, fundamentalmente, este trabajador debe ser consumidor, para mantener infinitamente el margen de beneficios de las diferentes corporaciones internacionales y de los organismos que las defienden (FMI, OMC, OCDE).

Carlos.- Es algo peor que salvaje, es suicida y criminal al mismo tiempo. Es ridículo y estúpido pensar que el capitalismo va a respetar las instituciones republicanas, el estado de derecho, la democracia o la escuela pública cuando ni siquiera es compatible con el equilibrio ecológico más elemental de este planeta. Yo siempre recuerdo las palabras de Dennis Meadows, del que fue, como se sabe, el coordinador del informe del Club de Roma sobre «Los límites del crecimiento», el estudio que en 1972 daría el pistoletazo de salida al movimiento del ecologismo político. Mucho tiempo después, en una entrevista de 1989, al ser preguntado si aceptaría realizar hoy un estudio semejante, respondía: «Durante bastante tiempo he tratado ya de ser un evangelista global, y he tenido que aprender que no puedo cambiar el mundo. Además, la humanidad se comporta como un suicida, y ya no tiene sentido argumentar con un suicida una vez que ha saltado por la ventana». No es muy esperanzador, desde luego. Un suicida que ya ha saltado por la ventana no tiene ni tiempo ni ganas para reflexionar sobre cosas tales como el sentido de la escuela pública.

¿Al delirio de qué izquierda hacéis referencia? ¿Qué tipo de delirio por cierto?

Carlos.- Comenzamos el libro criticando el concepto althusseriano de Aparato Ideológico de Estado (AIE). Sobre el tema de la escuela, la izquierda de los años sesenta-setenta comenzó implantando un delirio que luego, además, iba a resultar de lo más funcional al salvajismo neoliberal que se iba a encargar de triturar la escuela pública. Es la idea de que la escuela pública -la más grandiosa de las conquistas que la clase obrera aportó a la humanidad- sería un aparato ideológico al servicio de la clase dominante, una institución disciplinaria del género de las cárceles y los reformatorios, que debería ser superada y sustituida por algo mejor, más imaginativo, más lúdico, más creativo, más libre y participativo, etc. Pero eso es lo malo, que esas utopías heredadas de mayor del 68 finalmente se han hecho realidad. Y el espectáculo es desolador. La izquierda, sí, ha colaborado mucho en la tarea de difamación orquestada contra la escuela pública. Su discurso antiautoritario y siempre pretendidamente innovador ha encajado a la perfección con los planes neoliberales que veían en la escuela pública un lujo social que hacía a la población «vivir por encima de sus posibilidades». Al final, tanta innovación ha «hecho migas» la escuela (la expresión es de Michel Eliard, el autor que mejor ha diagnosticado el problema en Francia). Nuestro diagnóstico se podría resumir así: la izquierda, pretendiendo combatir el autoritarismo estatal al servicio del capitalismo, lo que hizo, invariablemente, fue combatir lo poco de Ilustración y de República que habíamos logrado incrustar en la sociedad capitalista. Y así, la izquierda colaboró en la instauración de una Nueva Edad Media, que es lo que tenemos actualmente, un nuevo reino de lo privado, en el que los señores feudales son ahora grandes corporaciones económicas que operan y negocian en paraísos legales (y fiscales), al margen de cualquier control político parlamentario. El delirio izquierdista ha sido siempre una obsesión por la innovación. No se quería advertir que en este mundo hay muchas cosas sobre las que no conviene innovar (es un tontería intentar reformar imaginativamente el teorema de Pitágoras, por ejemplo) y muchas cosas que conviene incluso conservar a cualquier precio: para empezar, la más importante de ellas, la dignidad, que es lo más importante que hay en la vida, porque sin dignidad ni siquiera merece la pena vivir. Con toda esa obsesión por la perpetua innovación, la izquierda ha cuidado muy poco de la dignidad de las instituciones escolares. No se advertía que en eso de innovar era imposible competir con el turbocapitalismo neoliberal. Al final, el capitalismo ha innovado mucho más y mucho más rápido. Y no ha dejado títere con cabeza.

Olga.- Nos referimos al delirio de una izquierda que ha dejado de lado a su clase, que no se siente clase obrera o no entiende cuáles son los intereses de la misma cuando, en lugar de defender la instrucción, la impartición de contenidos, pone por encima de la misma la inclusión contemplativa y afectiva de las diferencias sociales, adjudicando a la escuela la labor de resolverlas en lugar de armar al alumnado con los conocimientos, con la preparación que, al convertirse en ciudadanos, le permitirían combatir esas diferencias sociales que no van a dejar de existir por mucho que nos creamos el discurso del emprendimiento individual, de que todos podemos llegar a ser clase media, a base de ser «empresarios de sí mismos». Como en su momento afirmó Salustiano Martín en La comprensividad como estratagema (la lucha de clases en la educación) , justo cuando la clase obrera (allá por los 80) tuvo la posibilidad de acceder al conocimiento, a la formación que les daría acceso a la igualdad real (isonomía), vio como la progresía, las cúpulas de izquierda, ya, de facto, clase media, decidieron que era mejor que se contentaran con algo más lúdico, no tan pesado como el conocimiento que aportan los contenidos. Un delirio traidor a la clase, alineado con los intereses neoliberales, en el caso de la progresía del PSOE y creyente acríticamente en el poder de la pedagogía, del acompañamiento afectivo, por encima del conocimiento, en el caso de IU y Podemos.

Enrique.- Es lo que podríamos llamar el delirio del pedagogismo. Una izquierda que asume los parámetros capitalistas y que, ante su impotencia para introducir cambios políticos reales, reconduce sus pretensiones de transformación social al ámbito educativo, pretendiendo que la educación resolverá los problemas sociales, por lo que cualquier problema social que se presente tiene que ser tratado en la escuela. Así, esta se va vaciando de contenidos sustantivos, va abandonando su misión de transmisión cultural crítica y sustituyéndola por una suerte de tratamiento psicológico que termina siendo puramente adaptativo. Una parte nada despreciable de la izquierda (incluso la que se autoconcibe como rupturista) ha abrazado este «buenismo» educativo que termina por producir resultados extraordinariamente reaccionarios; al encomendar al sistema educativo una misión imposible se termina por ponerlo permanentemente en cuestión y los más perjudicados son precisamente los más desfavorecidos socialmente, pues se les hurta el acceso a los contenidos culturales a partir de los cuales podrían comprender y poner en cuestión las causas políticas y económicas que los abocan a esa situación desfavorecida.

Dedicáis el libro a vuestros alumnos y a los compañeros y compañeras de Mareas por la Educación Pública. ¿Qué papel han jugado estas mareas en los últimos años de ataque directo y sin contemplaciones a la escuela pública?

Olga.- Un papel esencial, el de la denuncia, el de la exigencia de reflexión acerca de la importancia de defender y conservar lo público, lo común, lo de todos. Las Mareas son, ante todo, un esfuerzo inagotable por resistir, por unir a alumnos, padres, profesores y la sociedad en general en la defensa de la escuela pública. Las Mareas son, asimismo, un espacio heterogéneo, lo que significa debate, crítica, encuentros y desencuentros y, ante todo, con Nietzsche, el rugir del león, la posibilidad de decir «no», de abrir el espacio de libertad necesario para, sabiendo que hay mucho destruido, que la nada avanza, poder construir poco a poco y duramente un cerco alrededor de la escuela pública para conservarla como institución frente a los diferentes intereses corporativistas que la amenazan.

Enrique.- En concreto, Mareas por la Educación Pública es un espacio para que las distintas asambleas de los territorios del Estado puedan coordinarse e intercambiar puntos de vista e iniciativas. Ese espacio costó mucho esfuerzo construirlo y darle estabilidad, y muchos compañeros y compañeras de Madrid, de Baleares, de Galicia, de Andalucía, etc., se han dejado la piel para ello. La dedicatoria es un pequeño reconocimiento a su inmenso trabajo. No ha sido nada fácil mantener la independencia frente a los intentos de instrumentalización por parte de partidos y sindicatos. Hay que estar todo el rato recordando que esto es un movimiento social básicamente asambleario que no se vincula con ningún partido ni sindicato, aunque algunos militemos además en partidos políticos y estemos afiliados a sindicatos y haya, evidentemente, mayor afinidad con unos que con otros. También es cierto que la Marea Verde, como movimiento social, ha bajado de intensidad en los últimos tiempos, pero es importante mantener viva la llama y tener una estructura que permita coordinarnos y estar preparados cuando, por decirlo así, «suba la marea» de nuevo. Además van surgiendo causas concretas en diferentes lugares, los compañeros de Andalucía están dando la batalla ahora mismo contra los intentos de Susana Díaz de favorecer a la concertada, y han conseguido algunas cosas; en Madrid, ahora mismo, la lucha contra el cierre del Pérez Galdós en concreto y, en general, contra la privatización acelerada del sistema de enseñanza madrileño que los sucesivos gobiernos del PP están llevando a cabo. A partir de esas luchas se van creando y fortaleciendo redes de resistencia al salvajismo del que hablábamos antes. Es una labor necesaria e importantísima.

Habláis también de Daniel Noya, un ejemplo para la escuela pública afirmáis. ¿Quién es Daniel Noya? Os pregunto ahora sobre él

De acuerdo cuando quieras.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=226138&titular=%93hemos-pasado-de-considerar-la-educaci%F3n-como-un-derecho-a-considerarla-como-una-inversi%F3n-para-

 

Comparte este contenido:

España: La educación, clave del futuro

Por:Ma Luz Marinez Seijo

Como clave y eje fundamental para nuestro futuro como sociedad entendemos los socialistas la educación. La educación siempre ha sido para los socialistas uno de los pilares en nuestro proyecto para alcanzar la igualdad, para compensar las diferencias socioeconómicas y culturales de partida y lograr una sociedad más libre, demócrata y cohesionada.

El legado del PSOE en materia de educación ha sido importante en la historia de nuestra democracia. Las grandes reformas educativas, la consolidación del derecho a la educación, la compensación de desigualdades en el acceso a la educación y la modernización e innovación en los centros educativos han venido de la mano de gobiernos socialistas.

Sin embargo, los avances en el pasado no son suficientes para asumir una posición de autocomplacencia ante los retos que no sólo la sociedad actual demanda, sino también ante los retrocesos que las políticas liberales, de reajustes económicos y de sobrecarga ideológica han impuesto en nuestro sistema educativo. El presente y el futuro exigen nuevos compromisos, principios y alternativas que el nuevo socialismo democrático debe afrontar, siendo imprescindible recuperar la igualdad de oportunidades  y que la educación vuelva a recuperar su función de ascensor social para todos.

Nuestra sociedad tiene retos importantes y demanda respuestas educativas para formar a ciudadanos libres, con sentido crítico y con valores democráticos, pero también el sistema educativo tiene la responsabilidad de ofrecer formación para dar respuesta a las necesidades laborales presentes y futuras de nuestra sociedad.

Hoy en día nos enfrentamos a un sistema educativo que debe afrontar el reto de formar para nuevas profesiones que ni siquiera hoy existen, que requieren unas cualificaciones y competencias distintas. La inteligencia artificial o la robótica son ejemplos de ciencias que van a estar cada vez más presentes en nuestras vidas.

En otras palabras, nos encontramos ante un formidable reto de adaptar el currículum educativo desde las edades tempranas, reformar el contenido de nuestro sistema de formación profesional y el universitario, y consolidar un verdadero sistema de formación a lo largo de toda la vida – introduciendo la enseñanza de comunicación compleja –desde idiomas hasta lenguaje de codificación. Es necesario realizar una transición educativa para que la formación de nuestros niños y jóvenes sea más integral y que se  potencie de manera más decidida la creatividad, la inteligencia emocional, el reconocimiento de pautas complejas, el desarrollo de habilidades sociales o el  desarrollo de la capacidad de comunicación efectiva de forma transversal desde la educación primaria.

Perseguimos una educación de calidad que debe adaptarse a los retos y características de nuestra sociedad, en la que se hace cada vez más necesario un currículo avanzado y realista sobre los contenidos que verdaderamente son necesarios para nuestros niños, centrado en alfabetizaciones múltiples, en contenidos relevantes (actualizado en sus conocimientos científicos y humanistas), flexible y adaptado y que tenga como objetivo la adquisición de las competencias clave del alumnado.

Estos nuevos retos requieren a su vez métodos de enseñanza más colaborativos, participativos y motivadores, que persigan la participación, la curiosidad, la ilusión y las ganas de aprender a lo largo de la vida de nuestros alumnos y alumnas para que alcancen a su vez un mayor éxito escolar.

En todo este proceso, el profesorado es la clave, que merece no sólo un mayor reconocimiento social sino además los recursos necesarios y adecuados para que su formación inicial y permanente sean una prioridad. La formación del profesorado debe centrarse en los distintos perfiles que la figura del docente requiere hoy en día para responder a las necesidades de la diversidad del alumnado de hoy en día y de su contexto social.

Por ello hay que reorientar y reforzar la formación docente, impulsar la investigación y el conocimiento de nuevos modelos pedagógicos entre el profesorado y así crear un sistema de I+D+i educativa conectada con la formación inicial y permanente del profesorado.

Existen muchos más retos en educación, pero para poder abarcarlos es necesario   prestigiar la educación pública y dotarla de todos los recursos necesarios para que sea el referente de escolarización de máxima calidad en todas las etapas educativas, desde la educación infantil hasta la universitaria, en la escuela urbana y también en la escuela rural.

La calidad sin recursos no es creíble. La educación es futuro y requiere compromiso, participación de la comunidad educativa, de la sociedad y más recursos humanos y económicos. El progreso y la innovación que se requieren para modernizar nuestro sistema educativo y homologarlo con los países de nuestro entorno son grandes prioridades en este proyecto que queremos ofertar en la nueva socialdemocracia. Pero el gran reto que tiene por delante la sociedad en su conjunto consiste en formar a pequeños ciudadanos y ciudadanas y convertirlos en grandes personas, esa es la prioridad de los socialistas.

FUENTE:http://blogs.publico.es/otrasmiradas/8417/8417/

Comparte este contenido:

Ética socialista.

Por: Vicente Blanco.

“Sin embargo, para que esto sea posible necesariamente debemos poner en práctica  la Ética Socialista, la cual nos ayudará a desarrollar los principios del Socialismo, o sea la Democracia, la Justicia, la Equidad, la Solidaridad entre otros, y de allí también desarrollar formas organizativas mediante las cuales el pueblo genere capacidad para decidir y transformar la realidad en beneficio colectivo”.   LENIN

          Considero un tema bastante importante a tratar en este proceso de transformación social, pues el mismo juega un papel determinante en las actitudes  de actuación que deben asumir los revolucionarios que se encuentran cotidianamente abocados al logro del sueño de Bolívar  planteado y que se debe consolidar para el fortalecimiento de la soberanía y autodeterminación que como pueblo libre tenemos que mantener como una conquista legada por nuestros antepasados.

         Básicamente, se puede decir que La palabra Ética proviene del griego ethos cuyo significado es costumbre, pero una costumbre ceñida a la moral  y también reguladora del desempeño laboral de las diversas profesiones, para que se enmarquen en unas características que deben poseer para evitar un mal desempeño, de allí los Códigos de Ética de los egresados universitarios para cumplir con su trabajo como por ejemplo el del Contador Público, el Médico Cirujano y el del Periodista por mencionar algunos, pero también en necesario afirmar que debe estar como un componente fundamental, esencial, primordial  e inseparable en el accionar político de todo militante debido a que dentro de una realización de tareas revolucionarias deben aflorar los principios y valores que posee el o la camarada, por la sensibilidad y conciencia social con la que realiza su trabajo buscando con ello el alcance de aspiraciones colectivas.

         Asimismo, es obligante en este caso mencionar el legado ideológico y moral  que nos dejó nuestro Padre Libertador cuando mencionó el 15 de febrero de 1819, en lo que se conoce como una de sus mejores piezas  discursivas “Moral y Luces son los polos de una República” aspectos que sustentan filosóficamente hablando a la Revolución Bolivariana, pues basta con observar los ejemplos de integridad y dignidad que Bolívar nos dejo a los cuales también con mucho respeto hacia el genio de América podemos incorporar los suministrados por otros pensadores latinoamericanos para estar claros en el compromiso histórico que existe.

         Ahora Bien, según  Gramsci “La ética socialista procede de la historia de la emancipación humana, de la lucha de clases y las leyes objetivas del desarrollo continuo de la sociedad, y del impulso creador, transformador de los seres humanos; esto es, de los procesos dinámicos complejos de las relaciones humanas en el desarrollo de la producción de su vida material y espiritual, hacia la satisfacción de sus necesidades materiales, hacia la plena expansión y expresión de sus potencialidades creadoras, hacia la realización de su condición humana integral, solidaria y libre de la vida para la vida.”

         Por ello, en un gobierno socialista, interpretando a ese filósofo italiano, se debe buscar el pleno bienestar para los pobladores hasta alcanzar la suprema felicidad, eso si con un ciudadano plenamente transformado en un ser social, capaz de apropiarse de un pensamiento colectivo de accionar para impulsar de esa manera los valores que se requieren para vivir en sociedad, donde como dijo  Fidel al referirse al  che “el ejemplo” sea la base fundamental que motorice el desempeño de los servidores públicos, para que ellos con su desempeño sean esencia del modelo de hombre y mujer a seguir, en función de las características que debe poseer el individuo  para sentirse realizado en sus aspiraciones fundamentales.

         Ahora bien, ese desempeño  deseado está aun lejos de la conciencia de mucho “revolucionario” que todavía  carece de compromiso con la obra colectiva, con los preceptos y principios éticos  y lo más importante,  la reafirmación de su dignidad como militante de la vida para el alcance de las aspiraciones de la obra colectiva  para identificarse plenamente con los ideales del socialismo y su Ética como un componente primordial, necesario, fundamental, importante, ineludible, inquebrantable  e inmediato de la acción política que debe acompañarlo para la reconstrucción de la patria de Bolívar como compromiso impostergable de la de Revolución Bolivariana y el Sur a seguirse en  el marco que debe acompañar la actuación de cada militante de la lucha por un mundo mejor, máximo cuando se ejercen funciones de gobierno a cualquier nivel, pues son el centro de atención del común de la población por ello el decoro, altruismo, desprendimiento y la entrega deben ser una condición en cada hombre y en cada mujer que acompañen con mística y convicción de militante las gestiones que se realicen como accionar para brindar a los venezolanos un mejor país con una profunda creencia en sus dirigentes políticos revolucionarios.

Imagen: http://1.bp.blogspot.com/-_RHqwnStx20/UJhnrvck9CI/AAAAAAAABrQ/bz-BahvPn_8/s1600/gramsci2cm6.jpg

Comparte este contenido:

Transformación universitaria y economía productiva

Por: Roger Lázaro

Sobre la transformación universitaria, se ha planteado una profusa gama de posiciones, expuestas por diversos autores, entre los que destacan Miguel Ángel Pérez Pírela, Víctor Álvarez, Iraida Vargas, Ana Julia Bozo, Luis Damiani, Judith Valencia, María Egilda Castellanos y Rigoberto Lanz, entre otros; opiniones que han sido colocadas en el debate sobre la universidad necesaria para nuestro país, posturas como: la universidad indisciplinaria, productiva, del conocimiento y participación del poder popular, comunidad de intelectuales, incluyente y democrática, «borrón y cuenta nueva», universidad democrática, como espacio emblemático de producción de conocimiento entre las propuestas consideradas, no las únicas por cierto.

La mayoría de las posiciones implícita o explícitamente, si focalizamos algunas de sus variables apuntan hacia el desarrollo de una economía productiva, quizás en algunos casos sin proponérselo o ubicadas en otro contexto, ajeno al actual.

Ahora bien, en una sociedad rentista, como la nuestra, los valores del rentismo han permeado y colonizado el pensamiento académico y político en la educación universitaria nacional, y estos valores deben ser considerados en el proceso de transformación universitaria; por otra parte, en la revolución bolivariana, a pesar de cambios fundamentalmente cuantitativos( creación de universidades, incremento de la matrícula , número y montos de becas, cupos y otros) y algunos cualitativos, ha sido más sencillo, crear nuevas universidades y transformar en universidades politécnicas territoriales a los colegios e institutos universitarios, que transformar los signos y símbolos de la vieja universidad tradicional autónoma y experimental, que ha estado coadyuvando con el rentismo, alejándose del apoyo al desarrollo de una economía productiva.

En momentos en que la caída de los precios del petróleo han llegado a sus niveles más bajos, por causas sobre las cuales no me referiré ahora, la guerra económica se agudiza, empujada por el gran capital y sus aliados locales, la escasez campea, la especulación se hace indetenible y la estanflación nos ahoga, pareciera que al fin se acelera la caída del rentismo y se toma conciencia de la necesidad impostergable de la «industrialización especializada para las exportaciones, donde la ciencia y la industria manufacturera sean motores de la economía, estableciéndose una correlación entre la industria y desarrollo», tal como lo plantea magistralmente el Economista y Ex Ministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas, en carta al Presidente Maduro, con la propuesta: «Renovar el Socialismo Venezolano».

Es así como, el proceso real de transformación universitaria debe inscribirse en un período de transición entre una sociedad rentista y la sociedad industrial; en esta sociedad rentista, salvo honrosas excepciones; cada venezolano quiere hacerse rico ya, sin riesgo, con la llamada viveza criolla, razón por lo cual, fue tan acelerado e indetenible el bachaquerismo en esta coyuntura de guerra económica, donde grandes sectores de la población, incluso personas y funcionarios públicos que se definen como chavistas se convirtieron en el eficaz ejercito bachaquero de su verdugo, el gran capital local, regional, nacional y transnacional.

Finalmente recomendar humildemente al nuevo ministro de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, aprovechar asertivamente los aspectos cualitativos de avanzada en materia de transformación universitaria, como los Programas Nacionales de Formación y la territorialización, que busca la solución de los problemas del territorio con las potencialidades del mismo, pero ahora, en las postrimerías del rentismo, estos avances deberían enfocarse desde la visión de industrialización, tantas veces planteada y boicoteada por los valores del rentismo.

Por otro lado, plantear la necesidad de la adopción de una teoría y método de planificación tecno político y participativo, capaz de conducir con éxito el proceso de transformación universitaria que coadyuve con el desarrollo de una sociedad industrial para los próximos veinte años; se trata de la Planificación Estratégica Situacional, dado que, a juzgar por los resultados, las teorías y métodos utilizados hasta ahora han sido contrabandos ideológicos, en el marco de esta promiscuidad ideológica, que lejos de ayudar a la transformación universitaria, la detienen. Por ejemplo la mayoría de las instituciones del país, incluyendo las universitarias aplican Planificación Corporativa, y quién dijo que las universidades son corporaciones para estar diagnosticando con el FODA.

Fuente: http://www.aporrea.org/educacion/a241148.html

Comparte este contenido:

France’s battered socialists vote for presidential candidate

Francia/Enero de 2017/Fuente: Financial Times

RESUMEN: Las elecciones primarias han comenzado en Francia cuando el Partido Socialista intenta encontrar un candidato para la carrera presidencial de este año. Siete candidatos están en la carrera, incluyendo el ex primer ministro Manuel Valls. Sólo hay una mujer entre los candidatos.La votación de la primera ronda se celebra hoy, con una segunda vuelta el próximo domingo.Después de votar, Valls dijo a los reporteros: «El único mensaje para enviar hoy es sobre la participación, que los votantes franceses deben ir y votar.Eso es lo más importante. Las cartas están sobre la mesa, ahora vamos a tomar parte.Los últimos sondeos de opinión sugieren que Valls es el favorito, pero dos políticos expulsados del gobierno socialista por cuestionar las políticas económicas no están muy lejos.Benoit Hamon es ex ministro de Educación y Arnaud Montebourg fue el ministro de Economía.

Primary elections have begun in France as the Socialist Party attempts to find a candidate for this year’s presidential race.

Seven candidates are in the running, including former prime minister Manuel Valls.

There is only one woman among the candidates.

A first round ballot is being held today, with a run-off next Sunday.

After voting, Valls told reporters: “The only message to send out today is about turnout, that French voters must go and cast a ballot.

“That’s the most important thing. The cards are on the table, now let’s all take part.”

Latest opinion polls suggest Valls is the favourite, but two politicians kicked out of the Socialist government for questioning economic policies are not far behind.

Benoit Hamon is a former education minister and Arnaud Montebourg was the economy minister.

After voting, Hamon said: “I expressed my ideas everywhere in France, and in the overseas territories, and I hope I’ve been able to convince. We’ll see.

“If the turnout is strong, it’ll give a lot of legitimacy to the chosen candidate, otherwise it’ll be more difficult. So, we need a big turnout.”

But the polls also suggest that the Socialists have little chance of winning the presidential ballot in April, no matter who the candidate is.

The political Right in France recently chose former prime minister Francois Fillon as its presidential candidate, rejecting an attempt at a comeback by ex-president Nicolas Sarkozy.

Independent candidate Emmanuel Macron, a former economy minister, is also high in the polls, along with the leader of the far-right National Front party, Marine Le Pen.

Primary elections held on the Left and Right are a relatively new concept in France.

The voting is open to ordinary members of the public, as long as they declare that they share the party’s values and make a token payment of one or two euros.

Fuente: http://www.euronews.com/2017/01/22/primaries-begin-in-france-to-choose-socialist-presidential-candidate

Comparte este contenido:

Fidel nos mira aun después de muerto

Por: Nestor del Prado

Fidel nos mira aun después de muerto, no porque yo piense que haya vida después de la muerte. Tampoco se trata de un recurso literario para adornar la tristeza, ni para descargar esta tormenta emocional que me sigue oprimiendo el pecho y la garganta; esto último solo el tiempo lo resolverá. Voy a tratar de explicar este título aparentemente de ficción.

Me encontraba escribiendo la respuesta al acertijo de turno en Cubadebate, necesitaba concentración y apagué el televisor. A las 00:51 horas del sábado 26 de noviembre, recibí una llamada en el celular que tenía a mi lado. Era mi querido compañero Melchor, que me preguntó si me había despertado; al comprobar que no sabía la noticia me dijo: “Murió Fidel”; sin pensar le pregunté la fuente de esa noticia tantas veces falseadas. Cuando me explicó lo de la alocución de Raúl, no hubo margen a la esperanza.

Invitados por la Unión de Informáticos de Cuba (UIC) y de Matanzas, estuvimos Melchor Gil, Pepe Fernández, Popi Olivera, Miguel Katrib, Jorge Barrera y yo todo el día 24 de noviembre en Matanzas, rememorando la historia de la computación en Cuba, y en particular nuestras vivencias de la participación de Fidel. La proeza de la producción de la primera computadora cubana; la introducción creciente de la informática en la economía y la sociedad; el papel de la Escuela Vocacional Lenin; los Joven Club; la fundación de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI); estuvieron entre los temas principales.

El auditorio de todas las edades, pero principalmente de jóvenes., que oyeron hablar de 45 años atrás. La mayoría tenían menos de esa edad.

También nos acompañaron María Esther y Tatiana, vicepresidentas de la UIC, y Fidel Pancorbo, el anfitrión y presidente de la UIC en Matanzas.

Hubo muchas anécdotas de lo dicho y lo hecho por Fidel en estos temas ya mencionados.
Ninguno de los allí presentes imaginábamos que nos separaban poco más de 24 horas de la muerte de Fidel. Fue una especie de homenaje póstumo adelantado y fortuito.

Cuando digo que Fidel nos mira aun después de muerto, es porque seremos nosotros mismos los que nos miraremos con las enseñanzas de Fidel; como dijo el Che, identificados con sus maneras de apreciar los principios y los peligros; con sus lecciones frente a éxitos y fracasos, frente a victorias y reveses. Ya no podremos contar con sus opiniones en tiempo real ante sucesos nuevos; tampoco debemos pretender componer recetas a partir de sus discursos y sus reflexiones, eso sería faltar a su esencial definición del concepto de Revolución.

Martí murió hace más de 120 años, pero fue y seguirá siendo autor intelectual de proezas revolucionarias y ojalá que de sencillas obras en el cumplimiento del deber de cada día. Con Fidel somos nosotros los encargados de que suceda lo mismo. Sus restos mortales descansaran a pocos metros de distancia, en la heroica ciudad de Santiago de Cuba.

No sé si Fidel habrá dejado escrita una reflexión póstuma; ya su leal hermano Raúl, nuestro entrañable Raúl, seguramente nos dirá lo necesario y suficiente en el acto anunciado en la Plaza de la Revolución, el próximo 29 de noviembre.

Quiero terminar estas breves palabras entregando mis sinceras condolencias a Dalia, a Fidelito, Jorge Ángel, Alexis, Alex, Alejandro, Antonio y Ángel.

¡Hasta la victoria siempre!

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/11/28/fidel-nos-mira-aun-despues-de-muerto/#.WDzVqRJGT_s

Imagen: http://www.radiorebelde.cu/reflexiones/

Comparte este contenido:
Page 1 of 2
1 2