‘Uno para todos’: un maestro interino entre el compromiso y el abismo

Si tiene ganas de ver cómo un maestro construye su relación con los hombres y mujeres de los que se hace responsable y consigo mismo, esta es una de sus películas.

«Uno para todos» es la primera parte de la conocida frase que une los tres mosqueteros, que resulta que son cuatro, y en este caso es el título de una película dirigida por David Ilundain, responsable de B -cinta sobre el juicio a Bárcenas por la contabilidad del PP-, que son más de cuatro. Unos cuantos más. Toda una clase de chicos y chicas de sexto de primaria de la ciudad de Caspe. Además, esta película inauguró el BCN Film Festival 2020 y ayer jueves, día 25, se hizo una primera proyección en los cines Verdi de Barcelona. Llegará a las salas de cine a mediados de agosto.

Para mí es un día especial, porque he podido ir al cine después del confinamiento y tenía mucho mono de cine y, además, en mi querido Verdi, mi segunda residencia.

El protagonista de la película afirma que para recibir ayuda hace falta dejarte ayudar. Y yo añado que no siempre quien más cerca está es quien te puede ayudar mejor, como ocurre en la película El río de la vida.

Aleix es un joven interino que va a Caspe y ha de afrontar una clase de sexto. Cuando llega, en plena noche, se detiene ante la escuela y duerme dentro del coche. Al día siguiente se reúne con la directora. No piensen que es un primer encuentro muy preparado. No, cinco minutos de conversación para recibir una carpeta con los horarios, la lista de alumnos y las normas -que no nos falten nunca las normas- de la escuela. No hay un maestro de acogida ni nada que se le parezca. La película no nos muestra una escuela repleta de reuniones. Sólo vemos una y es para decidir si se expulsa una alumna que ha pegado un compañero y se ha sublevado contra uno de los maestros. Y es que Uno para todos quiere mostrarnos otras cosas, no el funcionamiento de una clase o un maestro en su elemento, como ocurre en buena parte del cine que tiene a la escuela y las aulas como protagonistas.

El guión emprende otras rutas mucho más desconocidas pero muy importantes. El maestro, este espléndido, inseguro y observador Aleix -al que da vida unos de los actores más auténticos del cine actual, hablo de David Verdaguer, que sabe transmitir sólo con un gesto leve o con una mirada todas las emociones que vive- se da cuenta de que falta un alumno. Cuando pide información, ante sí se abre un abismo porque le informan de que está en casa porque padece una grave enfermedad. Pero hace otro descubrimiento: nadie quiere que vuelva porque este chico maltrataba a sus compañeros. El chaval enfermo, después de recibir la visita del maestro, vuelve a asistir a la escuela y comienzan a salir los conflictos que si no son acogidos por alguien, y ese alguien sólo puede ser un maestro comprometido para mejorar las vidas de sus alumnos, se convertirán en una costra que impedirá que las heridas cicatricen.

Aleix navega como puede en este mar de desconocimiento y de inexperiencia y tampoco recibe un apoyo decidido del resto del claustro que se hace poco presente en toda la historia. Pero aún nos queda por hacer otro descubrimiento. Del maestro no sabemos nada o casi. Aleix debe tener un pasado e intuimos que la vida la ha herido. Sólo en la medida en que pueda ayudar a sus alumnos a afrontar la llegada del compañero enfermo y la imprescindible reconciliación, sólo en el momento que sea capaz de decir a una de las chicas que si quiere ayuda debe ser lo suficientemente valiente como para pedirla y aceptarla, podrá él también firmar las paces con el pasado.

Hay muchos momentos brillantes, pero no puedo evitar destacar una escena antológica: tiene lugar en una especie de castillo de madera que hay en un parque infantil. Es muy importante saber encontrar el espacio donde la confidencia surja con bastante naturalidad. El aula está demasiado connotada, no deja de ser un espacio de poder. Hay un lugar bastante neutro para facilitar la proximidad y el parque infantil y unas gotas de humor lo hacen posible.

No espere ver grandes didácticas ni innovadoras metodologías, aunque la propuesta de hacer un juego de ordenador nos muestra un trabajo por proyectos muy competencial y motivador.

Ahora bien, si tiene ganas de ver cómo un maestro construye su relación con los hombres y mujeres de los que se hace responsable y consigo mismo, esta es una de sus películas.

Al final, cuando todo ha sido perdonado y se termina el curso, me temía un final de poetas muertos, de sonrisas de Monalissa, de profesores Hollands o de chicos del corazón. Pero mi temor no se ha cumplido. El final es mucho más adecuado. No acepta ningún tipo de grandilocuencia, porque responde al tratamiento íntimo de todo lo que ha pasado: una escena en casa del niño enfermo entre él y una de las compañeras de la clase y el maestro que sabe que ha llegado el momento de salir de escena, que ya no lo necesitan.

Este es uno de los finales. Nos queda otro: Aleix solo dentro del coche, a punto de irse… pero no os adelanto nada más, sólo que la reconciliación con el pasado ya se ha hecho realidad y es muy importante porque tenemos que aprender a convivir con nuestras sombras. Y con nuestras luces.

Creo que vale la pena ir a la sala del cine y dejarte acariciar por tanta sensibilidad y tanta inteligencia, porque las dos cosas, cuando van unidas, son mucho mejores.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/06/26/uno-para-todos-un-maestro-interino-entre-el-compromiso-y-el-abismo/

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España: Aleix, el maestro desconcertado que en 2020 nos meterá en la piel de los interinos

Europa/España/03-11-2019/Autor(a):Víctor Saura/Fuente: eldiariodelaeducacion.com

Por: Víctor Saura

‘Uno para todos’ es el título de una película que se ha rodado entre Caspe y Arenys de Munt en la que el protagonista es un maestro interino que llega a un pueblo para cubrir una baja y tiene que lidiar con un contexto educativo desconocido y un alumno con una enfermedad grave. Hablamos con su director, David Ilundain.

“Es un debate muy actual, pero difícil de abordar en el cine: ¿cómo combinamos esta revolución tecnológica y social que estamos viviendo, estos cambios en las relaciones sociales tan acelerados, con una educación que se pensó para la anterior revolución industrial?”. David Ilundain es navarro y hace dos años que se instaló en Badalona; Uno para todos es su segundo film. En 2015 estrenó B, la película, inspirada en el caso Bárcenas y que obtuvo varias nominaciones a los Goya. Una historia radicalmente diferente de la de ahora. “Es cierto –comenta–, he pasado de hablar de lo peor de la sociedad a todo el contrario, a qué hacemos para mejorarla y, sin duda, la educación es la gran herramienta que tenemos”.

Uno para todos es ficción, pero se inspira en un caso real. Ilundain leyó en un diario la historia de un maestro interino de Aragón a quien habían premiado por un proyecto y que después de esa efímera gloria había seguido con su vida de interino precario y trotamundos. De ahí salió la chispa de la historia. A partir de aquí todo el resto no tiene nada a ver, si bien sí que se ha querido ambientar en un pequeño pueblo aragonés. “La idea de situar la trama en eso que dicen la España vaciada, así como la llegada a un lugar inhóspito, un poco como de western, nos parecía un componente muy interesante”, comenta el director.

El protagonista de la historia es Aleix (interpretado por David Verdaguer), un maestro catalán que ha cambiado de aires por motivos personales y que se hace cargo del grupo de 6º de esta escuela de pueblo sin saber si será por un periodo corto o si conseguirá acabar el curso, puesto que cubre la vacante de una maestra que ha tenido que pedir la baja a causa de complicaciones en el embarazo. Entre sus alumnos hay uno con una enfermedad grave, que falta mucho en clase, y esto le lleva a plantearse dinámicas para reintegrarlo en el grupo, puesto que muchos compañeros le rechazan.

El interino no se siente parte del equipo

“Aleix hace años que es interino y arrastra su propia trama personal, tiene síntomas de burnout, y sabe que en realidad no forma parte del equipo y que no puede pensar en un proyecto a largo plazo ni recogerá nunca los frutos de su trabajo y, además, sus alumnos tienen una dinámica heredada y no son especialmente receptivos a los cambios que él propone… todo ello le genera un cóctel de emociones sobre él mismo y sobre su profesión”, explica el director. Y hasta aquí puede leer, para no caer en spoilers. Es más drama que comedia, si bien, según afirma Ilundain, “es una película luminosa y positiva”.

David Ilundain, en un rodaje | Foto cedida por el director

La idea del film surge del mismo Ilundain, que leyó la noticia por casualidad y la compartió con Valérie Delpierre, productora ejecutiva de Verano 1993 y también de Uno para todos. Está producida por Inicia Films y Fasten Films, y de la distribución se hace cargo Acontracorriente Films. El guión es de Coral Cruz y Valentina Viso, pero buena parte de la tarea de documentación la hicieron los mismos Ilundain y Delpierre. Quisieron conocer al maestro aragonés y después se han entrevistado con otros maestros interinos para saber cómo son y cómo sienten su trabajo. Clara Segura, Patricia López Arnaiz, Ana Labordeta y un grupo de 18 niños completan el reparto. Ilundain calcula que el montaje estará terminado a finales de año y que se podrá ver en la primavera u otoño de 2020 pero, en todo caso, “esto depende sobre todo de lo que decida la distribuidora”.

En Badalona y en barracones

La edad de los niños de la película también fue cuidadosamente elegida. “Les queríamos maduros, con un cierto criterio sobre las cosas, pero no queríamos situar el argumento en un contexto de adolescentes, por eso el último curso de primaria era el ideal”, dice Ilundain. Precisamente el director tiene una hija casi de esta edad, que hace 5º, y un hijo más pequeño, que hace 2º. De su experiencia como padre de una escuela de Badalona tiene sentimientos encontrados: habla muy bien de los docentes que han tenido sus hijos, pero no tanto de los medios con los que trabajan. Su escuela, Badalona Port, es una de tantas en módulos prefabricados… desde hace más de 10 cursos.

“Me sorprendió mucho encontrarme con una escuela en barracones –comenta David Ilundain–, y pensé que era una cosa puntual hasta que luego supe que, como los nuestros, había centenares. En el caso de Badalona hay una suma de desidia e ineficacia de las dos administraciones, la municipal y la autonómica, y esto es muy frustrante. Cataluña no proyecta afuera esta imagen de saturación de los servicios sociales y educativos; cuando vienes de fuera y ves esto te sorprende, porque hablan tanto de hacer país y para eso no hay nada mejor que tener una buena educación”.

Fotograma de ‘Uno para todos’

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/23/aleix-el-maestro-desconcertado-que-en-2020-nos-metera-en-la-piel-de-los-interinos/

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