Page 13 of 18
1 11 12 13 14 15 18

“Se impone un marco general para hablar de la educación como en crisis constante”

Entrevista/22 de septiembre de 2016/Fuente: debatebuenaeducacion

Por Samuel Grillo, de la CLADE

Docente en la Universidad de Córdoba (UNC), Argentina, e investigadora del fenómeno de la mediatización en escenarios educativos, Eva da Porta nos habla acerca de la influencia de los medios de comunicación en la percepción sobre la calidad de la educación en los centros públicos. Para Da Porta, los medios muchas veces abordan la educación como un espacio deficiente, ineficiente y conflictivo. “Eso hace que ciertos sentidos sobre la educación se hagan parte del sentido común, que es el magma sobre el cual se apoyan luego muchas políticas privatizadoras o represivas sobre los docentes y estudiantes”.

Lea abajo la entrevista completa:

Los medios tienen una gran influencia en la formación de la opinión pública, ¿cómo esto influye en la percepción que se tiene sobre que es una educación de calidad? 

El rol ideológico de los medios está siendo nuevamente analizado. En las últimas décadas se habían abandonado las teorías de la imposición y la manipulación ideológica por miradas más centradas en la interpretación y en la capacidad de las audiencias para elegir e interpretar los mensajes mediáticos. Pero algo ha cambiado también estos años en la forma en que los medios producen ideología. Han aprendido y desarrollado mecanismos de imposición muy potentes, articulándose con otros poderes y diversificando su capacidad de imposición simbólica. Así que hoy estamos revalorizando aquellas ideas de los años 60 y 70, que señalan el poder mediático como uno de los poderes centrales del capitalismo contemporáneo en donde se forma y define la opinión pública.

En ese marco, el campo educativo está expuesto a la forma en que los medios se refieren a las distintas cuestiones educativas, pues en estas sociedades mediatizadas la cosa pública está atravesada por los discursos y debates mediáticos. La educación hoy no puede evitar estar hablada, significada y visibilizada por los medios y en ese sentido está expuesta a las formas en que los medios hacen sus discursos: de un modo fragmentado, centrado en el escándalo y el valor noticia, en ciertos estereotipos y visiones simplificadas de la realidad, en argumentos esquemáticos y también orientados ideológicamente. No hay relato mediático neutral, siempre hay una posición asumida. Aunque la noticia tienda a contarse «objetivamente», siempre hay recortes, elecciones, valoraciones que encuadran el tema que se cuenta.

La cuestión de la calidad educativa rápidamente se convierte en parte de un argumento esquemático, que opera como todo argumento simplificado y ciertamente estereotipado, dando por supuesto un conjunto de cuestiones asociadas a ese término, que no se discuten y operan como sentido común cada vez que se usa en una noticia o discurso mediático. En este esquema, calidad se opone a cantidad, es decir a la educación masiva, educación pública que busca la cobertura total de la población. De modo que la educación pública comienza a vincularse con la «mala calidad». Por otro lado y estrechamente vinculado con esto, la calidad se vincula a escuela privada, a los modos educativos que ponen énfasis en la individualidad, el mérito personal y el rendimiento en estándares internacionales. Lo que ocurre es que nunca se explicita claramente qué se entiende por calidad educativa, se la da por comprendida y ese mecanismo es justamente el que esconde cómo el discurso neoliberal se ha apropiado de ese término y lo ha cargado de sentidos todos opuestos a la educación pública garantizada por el Estado más cercana al modelo liberal democrático, aun fuerte en nuestra región, que el neoliberalismo necesita transformar. Para ello su principal carta es la «calidad educativa», pues nadie se opondría a querer una educación de calidad. Lo que ocurre es que para lograrla es necesario, según el discurso neoliberal, adecuar nuestros sistemas educativos a los estándares y las lógicas del mercado, las empresas y las tecnologías de la evaluación.

Hay sectores que defienden simplemente el éxito en pruebas estandarizadas, mientras los movimientos que actúan por el derecho a la educación defienden un concepto más amplio de educación con calidad. ¿Te parece que los medios tienen peso en este debate? ¿De qué manera influyen en la construcción del concepto de la calidad de la educación en la sociedad?

Las pruebas estandarizadas son también otro de esos sentidos que se imponen sin análisis y que se asocian a la calidad educativa. Además se asocian a una idea esencialista de la educación como si hubiera conocimientos que son valiosos para todas las escuelas, para todos los países y para todos los niños y niñas, de manera que imponiéndoles un mismo sistema de medición sea posible conocer el grado de excelencia educativa de los distintos países. Ese modelo homogeneizador no tiene nada que ver con una perspectiva de derechos, que considera que el acceso y la posibilidad de educarse es un derecho universal, pero no los contenidos ni las modalidades, pues cada contexto, país, comunidad tiene derecho a decidir cuáles son los contenidos que considera significativos. Las pruebas estandarizadas arrasan las diferencias e imponen una misma vara de medición a países que tienen condiciones educativas muy diversas y no homogéneas.

Si claro que los medios inciden en esos debates y como dije antes inciden por cercanía ideológica con el modelo neoliberal y privatista, pero otras veces de un modo casi irreflexivo porque reproducen sin cuestionar el discurso social que surge de algunos «especialistas» y fundaciones cuya función central es ofrecer argumentos simplificados que permitan imponer la lógica del mercado, las mediciones estandarizadas y los rankings como única lógica válida para analizar la realidad educativa. Esos diagnósticos y propuestas se toman como datos de la realidad, no como interpretaciones interesadas de determinados grupos sociales. En ese sentido es muy importante que los y las periodistas evalúen críticamente las fuentes informativas, informes interesados de fundaciones y ciertas estadísticas o recomendaciones interesadas en imponer un modelo de mercado.

A modo de ejemplo, se toma como un dato de la «mala calidad educativa» de un país, los resultados de una encuesta realizada por una de estas fundaciones a empresarios, preguntándoles cómo valoran el nivel educativo con que egresan las y los estudiantes del sistema educativo secundario. Esta operación es grave y se repite en numerosos medios no necesariamente adherentes a un discurso privatizador. No se cuestionan las fuentes, ni los intereses que persiguen estas fundaciones o especialistas que difunden informes negativos sobre la educación pública y que dan «recomendaciones» a los gobiernos de cómo mejorar esas performances, como son las pruebas estandarizadas.

¿Qué impacto tiene esta cobertura? ¿Esto es capaz de crear un ciclo que afecta el proceso educativo, influyendo en las políticas gubernamentales dirigidas a la educación?

La influencia de los medios es múltiple y compleja. Podría decirse que más que imponer directamente las políticas crean el clima favorable para tomas de decisiones en uno o en otro sentido. En líneas generales, los medios son muy críticos de la educación pública, de los docentes y estudiantes que se movilizan en defensa de sus derechos y de la masividad del sistema público. Se impone un marco general para hablar de la educación como en crisis constante, como un espacio deficiente, ineficiente y conflictivo. Eso hace que ciertos sentidos sobre la educación se hagan parte del sentido común y de lo aceptable, que es el magma sobre el cual se apoyan luego muchas políticas privatizadoras o represivas sobre los docentes y estudiantes.

Usted coordinó una investigación sobre las disputas alrededor de la privatización de la educación en los medios de comunicación de la región. ¿Es posible percibir alguna relación entre el abordaje que se le da al público y al privado y la calidad educativa?

En nuestra investigación, que fue comparativa entre cuatro países (Argentina, Chile, México y Ecuador), pudimos encontrar muchas características comunes en los medios de tipo hegemónico. Un enfoque crítico respecto de la educación pública siempre caracterizada como un espacio caótico, sin orden, sin calidad, ineficiente y muchas veces contrario a los intereses de las familias y de los propios niños y niñas. Lo que termina siendo un argumento muy potente porque se pone a los niños como víctimas de la mala calidad del sistema y fundamentalmente de sus docentes, que se preocupan más por defender sus derechos que en que sus estudiantes tomen clases. Ese argumento desconoce que la educación es un derecho que, para ser efectivo, requiere de condiciones mínimas para desarrollarse, por ejemplo docentes bien remuneradas/os. De modo que los argumentos críticos sobre las escuelas públicas toman algún aspecto y lo descontextualizan de la problemática general.

El otro tema que se repite es la crítica al Estado desde esquemas de mercado. De este modo el Estado aparece como ineficiente para «administrar» el sistema. En su lugar se ofrecen modelos mixtos o directamente privatizadores. El otro tema recurrente es la criminalización de la protesta docente y estudiantil. Los paros, demandas y movilizaciones son tratados muchas veces con terminología policial, legal y vinculada al delito, como «los sediciosos», «los ocupantes ilegales», «los violentos» para referirse a estudiantes o maestras/os en lucha.

De manera general, se observa que en la cobertura mediática sobre la educación se toma en cuenta la opinión de representantes del poder público, las y los llamadas/os “expertas/os” y, cada vez más, representantes del sector privado. Poca expresión tienen las y los estudiantes y docentes. ¿Cómo hacer para que la voz de la comunidad educativa esté más presente?

Ese punto es central cuando nos preguntamos no solo cómo tratan los temas educativos los medios, si no quienes son las voces autorizadas que hablan en los medios, a quienes consultan. En nuestra investigación, apareció con mucha claridad que estudiantes y docentes son «habladas/os» por otros, que son escasas las posibilidades que tienen de hablar y dar testimonio en primera persona. Cuando lo hacen, los medios los ponen en tono genérico «maestro huelguista», «estudiante movilizado», sin darle un reconocimiento y legitimidad a su palabra. Frente a esto, los que aparecen como enunciadores autorizados son algunos funcionarios políticos cuyas palabras no son cuestionadas y son tomadas como «los hechos», y fundamentalmente la voz de ciertos especialistas de fundaciones o universidades privadas, cuya trayectoria intelectual no suele ser reconocida.

Sin embargo se auto instituyen como autoridades o especialistas en temas específicos (calidad educativa, financiamiento educativo, fracaso escolar, bullying o educación autosustentable) que dan datos e interpretaciones de la realidad desde un saber técnico que parece a-ideológico, pero que si se rastrea lo que está más allá, quienes financian esa investigación, las preguntas que se hacen, los métodos para obtener la información, claramente aparecen los intereses por imponer un modelo neoliberal y privatizador.

Las y los docentes e investigadoras/es de los sistemas públicos son escasamente consultadas/os como expertas/os, y en su lugar aparecen fundaciones, coaliciones o grupos de empresarias/os e intelectuales preocupadas/os por la educación, que son los que ofrecen regularmente informes caóticos sobre la educación pública que terminan siendo tomados por los medios como noticia, como la realidad misma.

¿Qué se puede hacer para cambiar el enfoque en las noticias, generando discusiones sobre cómo construir un sistema público de educación fortalecido y de calidad? ¿Los medios están dispuestos a hacer ese cambio?

Los medios siguen la lógica de la noticia. Lo que no entre en esa dinámica queda en los márgenes, lo que no pueda llamar la atención de las/os destinatarios se descarta. En ese sentido es importante disputar la agenda de los medios. Generar información, noticias, informes, que los medios puedan tomar como noticia por algunos motivos. Eso es importante, también es importante debatir, desnaturalizar lo que aparece como «la realidad educativa», mostrar que solo son argumentos y que se pueden ver los hechos desde otro lugar. Es importante establecer diálogo con periodistas y comunicadoras/es sensibles a la problemática, y desarrollar algún tipo de formación u orientación para ellas/os del mismo modo que se hace respecto de cuestiones como violencia de género o delito e infancia. Ofrecerles otros argumentos, otras formas de analizar los problemas educativos, mostrar la falacia escondida atrás de esos informes de especialistas que no transparentan sus verdaderas intenciones, y apuntar a que estudiantes y docentes, cuando entrevistadas/os, puedan desarticular la lógica que los estigmatiza y los criminaliza.

A su vez potenciar los numerosos medios de tipo progresista y alternativo que en estos últimos tiempos han crecido a la luz del desarrollo de las redes. Estos medios tienen otros enfoques sobre educación, les dan voz a actores educativos excluidos de los grandes medios y fundamentalmente se posicionan frente a la educación como un derecho. Este es un fenómeno notable que también hemos podido constatar en nuestra investigación. Estos hallazgos siguen la idea que plantea Manuel Castells, quien señala que cuando hay una alianza fuerte entre modelo político y discurso de los medios dominantes, las redes son el espacio para expresar el malestar y expresar los temas que quedan excluidos de esos espacios hegemónicos.

¿En qué medida la percepción de la “mala calidad” en las escuelas públicas debilita el sistema educativo público? ¿Qué recomendaciones haría para las organizaciones de la sociedad civil que quieren influir en los medios de comunicación desde una perspectiva de los derechos humanos y del fortalecimiento de la educación pública?

En primer lugar es importante reconocer que más allá de los medios, la educación pública en nuestros países es aún muy valorada y defendida cuando es atacada. El tema es que este tipo de operatoria es sutil. Cuando solo se publica en un medio durante un mes el modo en que las universidades y las escuelas se «destruyen» en una medida de fuerza, como un paro docente o una toma estudiantil, la imagen de deterioro y desidia se terminan imponiendo por sobre la de defensa de derechos, que es la razón que hace que un docente o un estudiante deje de cumplir sus roles cotidianos y decida una medida de este tipo.

Frente a esa imagen de deterioro es importante que las organizaciones educativas hagan públicas estas demandas y comuniquen no solo las demandas, si no también los resultados, los hallazgos, los «éxitos» de la educación pública, no en términos de mercado si no en términos de lo que la propia organización se propone a verificar. Por ejemplo alfabetizar a un grupo de mujeres migrantes, recuperar técnicas artesanales ancestrales o lograr que las y los estudiantes desarrollen procesos creativos en las escuelas. Es importante que estas ideas puedan acceder a la agenda pública. De igual modo es importante diseñar una estrategia comunicacional cuando se va a realizar una medida de fuerza, para no dejar que los medios armen la noticia con los estereotipos repetidos infinitas veces. Es importante decidir quiénes van a hablar a los medios, qué van a decir y dónde pondrán los énfasis en sus discursos.

A su vez, es importante la articulación y el trabajo en red entre las organizaciones para potenciar los medios alternativos, los observatorios y todos aquellos espacios mediáticos que potencien una perspectiva de derechos y no naturalicen la lógica de mercado que hoy se impone de modo sutil y silencioso.

Fuente: http://www.debatebuenaeducacion.org/index.php/entrevistas/55-se-impone-un-marco-general-para-hablar-de-la-educacion-como-en-crisis-constante

Imagen: www.debatebuenaeducacion.org/images/Cheryl%20LT.jpg

Comparte este contenido:

La Guerra Mediática y los Cambios Dinámicos

Por Fernando Buen Abad.

S.O.S. por la comunicación para la emancipación

Todo escenario de guerra es un nudo de tensiones desiguales y combinadas que cobran fuerza y se debilitan al fragor de victorias y derrotas que se ven, o que no se ven, según convenga o según se pueda. La Guerra Mediática, asimétrica, perversa y camuflada… no es distinta. En situación de Guerra Mediática los errores se notan rápido y operan en contra nuestra de inmediato. Toda información que se confunde, que se demora, que no llega, que se intercepta o que no produce los efectos previstos, abre fisuras riesgosas, genera debilidad y permite filtraciones cargadas con peligros incalculables. Las víctimas llegan a adorar a sus victimarios. En la Guerra Mediática corregir errores rápidamente en una obligación de supervivencia.

Nada es infalible. Incluso las tácticas y las estrategias más meditadas y probadas, suelen sufrir derrotas. Los tropiezos, en todas metodologías, deben ser parte del presupuesto y cada fracaso hipotético debe contener variables para su solución y superación en plazos muy cortos. Incluso los aciertos y las victorias, en su carácter efímero y relativo, deben acompañarse con dispositivos de re-aseguro y duración dialécticos. Todo está en movimiento permanente y el quietísimo es un peligro siempre.

Países como Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Cuba y Venezuela que en intensidades diversas, pero con ataques permanentes, enfrentan una Guerra Mediática sistemática, deben contar con modelos de adaptación y avance muy dinámico y muy efectivo para dar respuesta a la metralla mediática que los agobia sin reposo. Deben ensayar estrategias y tácticas -defensivas y ofensivas- que exigen artillerías bien entrenadas y calificadas para perfeccionar tareas vitales de información, puesta en común, feed back, propaganda, agitación y orientación política… minuto a minuto. Lo que falla debe ser reparado rápido, lo que triunfa debe ser blindado y profundizado. Horas perdidas son peligros acumulados y derrotas seguras.

Por impericia, por ignorancia, por lecturas erróneas del escenario de guerra o por burocratismo, se descuida la lucha y se la banaliza con rutinas desacertadas mientras el enemigo ataca con sus mejores tecnologías, su mayor creatividad y sus mejores laboratorios de Guerra Psicológica. Cada una de las herramientas debe ser analizada permanentemente y ninguno de sus dispositivos lógicos puede dejarse al azar o a la improvisación boba. Todo debe operar con acuerdo a un plan general emancipador y nada puede quedar sin ser evaluado para que ofrezca su mejor aporte. ¿Existe semejante “plan” emancipador?

Todo parece indicar que para combatir a la Guerra Mediática burguesa predomina en “nuestras filas” la improvisación, la egolatría, la sordera y el subjetivismo. Que derrochamos recursos y oportunidades de manera irresponsable y suicida mientras creemos que nuestros formatos y nuestros gustos, sacados de los formatos y gustos oligarcas, serán suficientes para reducir y superar a la andanada mediática enemiga. Cometemos errores de errores y hemos llegado a circunstancias muy graves por no haber sabido ni podido contrarrestar la parte de la Guerra Económica del capitalismo contra los pueblos que se desarrolla en el campo de la “comunicación”. “En la demora está el peligro”. Decía José Eloy Alfaro.

Y, encima de todo, las buenas y promisorias estrategias que una vez se desarrollaron (aun incipientemente) sufren hoy por estancamientos y retrocesos de todo tipo y combinación. Por la fuerza de la rutina y la esclerosis burocrática van pareciéndose cada día más a lo que hacen y dicen, de forma y fondo, los “medios” enemigos de los pueblos trabajadores. Y no hay quien escuche con sensibilidad comprometida. Se comprende, quizá, el problema como algo secundario o como algo postergable, si acaso se lo comprende.

Es nuestra prerrogativa y nuestra obligación ofrecer perspectivas críticas, y autocríticas, liberadas de la palabrería oportunista, didáctica o pedante… purgada de tufos apocalípticos. Es una responsabilidad ética, propia de la fraternidad revolucionaria, advertir a todos, y a nosotros mismos, las consecuencias de esos errores que pueden ser terminales y que pueden llevarnos a escenarios infernales.

Especialmente cuando nuestra producción crítica es susceptible de ser usada por los enemigos de clase para golpearnos con sus tergiversaciones, des-contextuaciones y calumnias de siempre. Pero las precauciones no son frenos. Si la crítica científica, que asume su responsabilidad colaborativa, ha de ganarse antipatías, esas serán producto de que alguna de las partes no entiende que Revolución es necesariamente crítica fraterna. Mucho peor que el enojo del algunas vanidades es la derrota de todos por los egos de algunos y por las irresponsabilidades en combate.

Hoy hace falta una re-ingeniería integral de todas nuestras herramientas de lucha mediática. Re-inventar TeleSur, TVES, VIVE, Venezolana de Televisión… Prensa Latina, La Jornada… con acuerdo en un plan continental de lucha que nos defienda y nos libere de las mentiras imperiales infiltradas a todas horas en las cabezas y en los corazones de los pueblos. Un plan que nos garantice que la información que nos importa llegue a donde nos urge. Que los frentes de lucha tengan aseguradas las palestras donde expongan sus principios y sus fines. Que la denuncia a las canalladas enemigas se propague por todo el mundo y tenga efectividad en la ética de los pueblos para movilizar a la justicia social. Que conquistemos la prerrogativa de la organización para la movilización y la acción con el poder donde debe estar que es en el pueblo trabajador. Que nos ayudemos entre todos a destrabar los flujos y que si alguien nos bloquea hagamos fisuras inmediatas por todas partes para que nadie se quede sin saber que estamos todos en pie de lucha tratando de unificar todas las luchas contra el capitalismo… en todo el mundo.

Es urgente una re-ingeniería del método emancipador de contenidos y enriquecedor de experiencias formales, en una dialéctica poderosa que no pueda ser degollada por burocracia alguna, por el cambio de jefes ni por aventurerismo de arribistas, oportunistas o trepadores. Es urgente una re-ingeniaría consensuada desde la semántica hasta la distribución táctica. Hace falta dar ese paso, por fin, que tanto han pedido los líderes más avanzados y los pueblos en combate. Hace falta tomar la decisión por un Nuevo Orden Mundial de la Información y de la Comunicación, por la Paz, por los Derechos Humanos… por la Revolución de la Comunicación que tanto anhelamos, que tanto importa y que tanto nos urge.

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/La-Guerra-Mediatica-y-los-Cambios-Dinamicos-20160921-0003.html

Imagen:

Comparte este contenido:

Nicaragua: Los niños que transforman su pueblo a golpe de noticias

Centro América/Nicaragua/18 Septiembre 2016/Fuente: elpais /Autor:Melissa Silva Franco/Jinotega 

Un programa de radio y televisión es la principal herramienta de un grupo de jóvenes periodistas para combatir los problemas que ensombrecen Nicaragua

Keyling se resistía a ir a la escuela. Con sus ocho años a cuestas, ella prefería ir a vender tortillas al mercado que enfrentarse a la aventura de aprender a leer y escribir. Su destino apuntaba a que sería una de las alrededor de 120.000 niñas que no asisten a la escuela en Nicaragua cada año, para después convertirse en una pieza más dentro de la economía informal que abunda en este país centroamericano.

Pero un cartel en la calle que ofertaba gratis una lista de actividades extraescolares abrió a Keyling un nuevo camino. Se trataba de la Asociación Infantil Tuktan Sirpi, una organización que enfoca sus proyectos a mejorar la vida de los niños y adolescentes trabajadores en Jinotega, una ciudad al norte de Nicaragua, con una población mayoritariamente rural y campesina.

El mismo día que visitó la sede del Club Infantil, Keyling se plantó frente a un micrófono para hablar sobre su experiencia como niña trabajadora. Esta escena ocurrió hace ocho años y desde entonces no ha dejado de crecer como comunicadora.

“Llegué al club sin saber leer, ni escribir. Entonces a través del área de comunicación comencé a asistir al refuerzo escolar, volví a estudiar y empecé a trabajar como periodista en el programa de televisión y radio. De lo contrario, lo más seguro es que me hubiese quedado vendiendo lo que sea en el mercado. Hoy estoy por terminar mi secundaria y luego iré a la universidad”, cuenta.

La vida de Keyling es un reflejo de la influencia que ha tenido el club infantil en Jinotega. “Nosotros apostamos por construir una sociedad donde los niños, niñas y adolescentes sean los protagonistas de sus propios cambios, y del cambio del entorno donde viven. Ellos son los actores participativos”, explica Lidya Palacios, directora de Asociación Infantil Tuktan Sirpi.

Alrededor de 120.000 niñas no asisten a la escuela en Nicaragua cada año. Normalmente  se convierten en una pieza más dentro de la economía informal

Esta participación tiene su eje central en dos programas: TVChaval@s y Hablando de la Niñez. Los niños comunicadores son los encargados de producir cada segundo de estos espacios en la televisión y en la radio, con una mínima participación por parte de los adultos. Entre los temas que tratan en estos espacios audiovisuales se encuentran aquellos que más preocupan al grupo, o el que solicita alguna escuela. Los pequeños periodistas se asesoran con abogados, psicólogos y expertos en Jinotega para luego comenzar a trabajar los guiones.

“Nosotras trabajamos junto a los niños y adolescentes la incidencia política y social a través de los medios de comunicación social. Nuestro objetivo es que la población infantil desarrolle ese sentido de la participación ciudadana, de la necesidad del cumplimiento de sus derechos”, agrega Lidya Palacios.

Este largo camino comenzó hace dos décadas, un período en el que más de 450 niños y adolescentes han formado parte de los grandes cambios en Jinotega.

“Yo voy a la escuela, luego me paso por el Club Infantil y me quedo trabajando, aprendiendo nuevas cosas, haciendo sondeos. Y luego me voy a mi casa para hacer los deberes de la escuela, y ayudar a mi hermanito. No tengo tiempo de estar en la calle o perdiendo el tiempo, eso me gusta”, comenta Kenneth, un niño que sigue los pasos de sus padres, quienes fueron pequeños comunicadores.

Yader Chavarría es el coordinador de este grupo de periodistas. Él comenzó hace 15 años como niño comunicador. “Los chavales hoy generan un cambio en la ciudad. Ellos hacen programas orientativos para frenar la violencia en los hogares, del Estado hacia sus ciudadanos, del incumplimiento de los derechos. Hoy usted puede salir a la calle y preguntar a cualquier adulto y le dirá que hay que escuchar a los niños. Pero en 1995, en Jinotega había otra mentalidad, y esa mentalidad era que había que pegarle a los niños, porque para los adultos, los niños sólo entendían a través de golpes, gritos, castigos”.

La metodología de trabajo que da vida a este proyecto se basa en dos programas. Uno de ellos se llama De par en par y consiste en que los niños y adolescentes aprendan de los adultos y entre ellos como iguales. “Aquí no viene ningún adulto u otro niño con más experiencia a decirte qué hacer, sino que es un trabajo más colectivo, una transferencia de conocimiento entre iguales”, explica Francis Zea, una comunicadora del Club Infantil que a comienzos de año recibió el galardón de mejor periodista joven en Nicaragua, un premio otorgado por el gobierno nacional.

El segundo programa Un paso atrás busca que los niños más experimentados cedan espacios a los nuevos talentos para que desarrollen sus aptitudes en los programas que realizan en la tele y en la radio. Es así como los técnicos de cámaras, de la radio y los periodistas se van rotando paulatinamente para que el nivel de participación sea igualitario.

Una escuela, un vertedero, y unas políticas

A comienzos del 2000, Jinotega ocupaba el cuarto puesto en la lista de las regiones con más actos delictivos en el país, pero en el 2015 ya había descendido hasta el undécimo puesto, convirtiéndose en la región que más ha disminuido la violencia en Nicaragua durante los últimos 15 años. Un dato que se complementa con que es el departamento con mayor participación ciudadana de sus niños y adolescentes, por datos suministrados por la Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía de la Presidencia del Estado.

Para las autoridades no es un secreto que el trabajo del Club Infantil es una de las claves del éxito. Los niños comunicadores tienen una larga lista de trofeos sobre sus logros sociales en Jinotega. Estos periodistas comunitarios no sólo disminuyen las estadísticas de violencia familiar y embarazos de adolescentes, a través de las secciones de prevención y denuncia que producen en sus programas en los medios de comunicación, sino que además trabajan con los concejales municipales para proponer programas que aseguren el cumplimiento de sus derechos.

¨Las autoridades municipales nos escuchan con respeto. Yo misma he hecho una exposición ante ellos sobre la importancia de incluir en sus programas de Gobierno nuevas políticas que incluyan a las personas con discapacidad física e intelectual. Les recordamos a las autoridades que tenemos unos derechos y hay que cumplirlos”, explica Elgyng, una comunicadora que ha tenido que abandonar la escuela por padecer retardación de retina.

Más de 450 niños han pasado por un Club Infantil que ha conseguido reducir los niveles de violencia de la zona

Otro de los logros de este club está en la mejora de la infraestructura del pueblo. Un breve recorrido por los parques centrales, algunas escuelas y zonas recreativas de Jinotega son suficientes para detectar que se encuentran en condiciones óptimas. “Nosotros hacemos campañas, denuncias y reportajes hasta que la municipalidad deja todo muy bonito”, dice Francis Zeas.

Un grupo de 50 familias que vive en el vertedero de basura de Jinotega abrió las puertas a los niños comunicadores, quienes hicieron un especial de entrevistas y reportajes hasta que lograron un gran paso: junto a la comunidad, los comerciantes y las escuelas crearon un programa de reciclado municipal. Esta política consiste en que los niños y adolescentes de este vertedero recorren escuelas y comercios dando charlas sobre el reciclado y buscando los residuos para así no tener que trabajar en condiciones inhumanas entre los escombros. Por un lado, este eco club incentiva el respeto por la naturaleza, y por otro genera mejoras en la vida de sus habitantes.

“Yo trabajaba en ese lugar feo (el vertedero) y ahora vengo a la ciudad para reciclar en las escuelas, en las tiendas. Con el dinero que gano puedo comprar golosinas y útiles escolares” cuenta Britney, de nueve años.

Sin fronteras

Desde comienzos del 2016, el Club Infantil multiplica la experiencia en escuelas situadas en zonas rurales y campesinas del norte de Nicaragua. El objetivo de este programa –impulsado por la ONG Educo y con apoyo de los ayuntamientos de San Cugat y Sabadell– es incentivar la participación ciudadana de niños y adolescentes que no tienen fácil acceso a los medios de comunicación social.

“El club infantil es una referencia de cambio en Jinotega, y en Nicaragua. Es un hecho innegable. Por eso no dudamos en sumarnos al trabajo para que cada día más niños sean los hacedores de sus propios cambios”, añade Juan Mauricio Castillo, director de Educo en Nicaragua.

De esta experiencia surgen dos nueva líneas de trabajo, con el objetivo de multiplicar la participación de los niños, niñas y adolescentes a través de la comunicación. La primera de ella es en las zonas rurales de Jinotega. Es así como en grupo de seis niños comunicadores viajan hasta estas comunidades lejanas para hacer actividades con los estudiantes, a través de las metodologías De par en par y Un paso atrás.

“Esto da voz a los niños que nunca la han tenido en los medios, y de esta manera comenzarán a tener acceso a la participación, a la libertad de expresión, a decir sin miedo lo que les gusta y lo que no, lo que quieren que mejore en su entorno, en su vida como ciudadanos”, asegura Keyling, una de las participantes de este programa.

Bryan tiene 10 años, y vive en Datanlí, una de estas zonas rurales. Él nunca había tocado una cámara, ni sabía que los niños podían “salir por la tele”, pero cuando se presentó la oportunidad de participar en el Club Infantil no dudó en ser parte de ello. Ya han pasado tres meses desde su primera clase, y a la hora de definir lo que significa esta experiencia para él, suelta con total convencimiento: “Es autoestima”.

En España, la ONG Educo produjo en trabajo multimedia en conjunto con los niños del Club Infantil que se titula Protagonistas del cambio, en el que se recoge la experiencia, y que busca incentivar a que niños de distintos países se sumen a la participación ciudadana.

Fuente de la noticia: http://elpais.com/elpais/2016/09/12/planeta_futuro/1473674532_982017.html?id_externo_rsoc=FB_CC

Fuente de la imagen:http://ep02.epimg.net/elpais/videos/2016/09/12/planeta_futuro/1473674532_982017_28336000_fotograma_3.jpg

Comparte este contenido:

Finlandia: Media study on racism launched

Finlandia / 07 de septiembre de 2016 / Fuente: http://www.finlandtimes.fi/

A new study supported by the Academy of Finland will investigate the production and incitement of racism in the modern media environment.
The aim of the study is to examine how the discourses on racism are transmitted through different channels of communications, from Facebook to newspapers, and from country to country.
The joint project involves the University of Helsinki, the University of Tampere, and the Aalto University.
The study will deal with the mainstream media and the social media, as well as online materials and discussions, by combining methods of computer science and social science.
The researchers wish to, among other things, analyse the impact of news events and to understand the importance of Facebook’s news stream in the formation of racist speech.
The research will also seek to build tools to be able to reduce the expression of racism.
Fuente noticia: http://www.finlandtimes.fi/education/2016/09/02/29794/Media-study-on-racism-launched
Comparte este contenido:

“El papel que desempeñan los medios no es pasivo ni inocente” Entrevista a Argentina Casanova

América del Norte/México/03 Septiembre 2016/Autora: Fernanda Sánchez Jaramillo/Fuente: Rebelión

-FSJ: ¿Qué papel cumplen los medios de comunicación en la multiplicación de la violencia contra la mujer?

-AC: Junto a quien comete el feminicidio o la tortura, un medio que le da cobertura – la mayoría de las veces- con un discurso cuyo efecto es sembrar terror en otras mujeres alecciona y multiplica su efecto a través de las redes sociales. Por sí mismo, el “terrorismo sexista” de los medios debe ser visibilizado para ser desmontado. El papel que desempeñan los medios de comunicación no es pasivo ni inocente.

-FSJ: ¿Qué elementos se requieren para informar con rigor sobre violencia contra la mujer?

-AC: Identificar los elementos que criminalizan a las víctimas de la violencia feminicida y evitar hacer uso de estos; además, comprender y asumir que existe responsabilidad social de los medios de comunicación como reproductores de la violencia, pero también entender su rol en la prevención, evitando la reproducción de modelos, estereotipos y figuras sexistas o discriminatorias que naturalizan la violencia contra niñas y mujeres.

-FSJ: ¿Qué se debe evitar al reportar sobre violencia contra la mujer?

-AC: Exhibir los cuerpos desnudos, sus rostros, ofrecer datos personales que faciliten su identificación y de familiares, ya que esto contribuye a la violencia comunitaria. Evitar aportar elementos que contribuyan a la criminalización en la sociedad y, por el contrario, ocultar o minimizar aquellos que permiten comprender los contextos de violencia e identificar las intersecciones de la discriminación. Los medios “ocultan”, por ejemplo, los datos cuando son menores de edad, su situación de discapacidad y violencias previas para evitar que haya una “idenficación o empatía” con la víctima y, en cambio, generan morbo y enjucian con frases como estas: “era puta”, “era bailarina”, era “mala madre”, “era drogadicta”, todo lo que apunta a justificar la violencia y al agresor.

-FSJ: ¿Es “epidémica” la violencia contra la mujer en México?

-AC: Recientemente la ONU consideró la violencia contra la mujer como una “pandemia mundial”, que afecta a algunos países, entre ellos México. Esto se relaciona con las anquilosadas estructuras de género que contribuyen a la violencia; además de ser, en sí mismas, formas de violencia contra las mujeres pues restringen el pleno desarrollo y la libertad de elegir sobre las vidas y los cuerpos de las mujeres. La ONU estima que 70% de las mujeres sufren violencia en su vida.

-FSJ: ¿Los medios revictimizan a la mujer, a su familia y a las supervivientes de violencia?

-AC: Sí, por supuesto. En el ensayo Los derechos humanos de las mujeres y la criminalización de las identidades femeninas en las coberturas periodísticasi expongo este proceso de victimización. Cuando las mujeres son víctimas de un hecho de violencia que vulnera su dignidad, lo que tenemos son páginas de periódicos, notas en radio o en televisión en las que entrevistan a familiares o a las mismas víctimas, se replica información en la que sus datos personales son expuestos con la consecuente sobre-victimización y riesgo de discriminación en sus espacio de trabajo y convivencia social. Incluso en casos de víctimas de violencia sexual la información se convierte en un factor detonador de violencia comunitaria y/o escolar.

-FSJ: En México varios medios de comunicación parecen haberse especializado en la necrofilia, relatan el número de muertes y de muertas, pero… ¿Analizan la violencia machista contra las mujeres?

-AC: Creo que se ha abordado una cobertura necrofílica, pero no con perspectiva de género. Por eso proponemos una metodología más allá del “uso del lenguaje incluyente” o que evite la criminalización. Proponemos una pauta de análisis que identifique, y elimine, los elementos de la criminalización y la discriminación y la cobertura periodística que contribuyen al terrorismo sexista. El terrorismo sexista de los medios se manifiesta en cinco formas: por un lado, está lo que Rita Segato ha llamado “pedagogía de la crueldad”; una segunda forma es la criminalización de las identidades femeninas; la tercera, la reproducción de los discursos patriarcales de control, especialmente sobre el cuerpo de las mujeres; la cuarta es la propaganda-proclama de los hechos violentos contra el cuerpo de las mujeres y, la quinta, violenta y alecciona. Así las he clasificado para el análisis para “desmontar” estas formas de redacción, edición, estilo y diseño periodístico.

-FSJ: ¿Qué impacto tiene en una niña o en una adolescente la información que recibe a través de los medios?

-AC: La propaganda-proclama de la violencia ocurre cuando la cobertura hace apología de los hechos violentos, que se cometen contra el cuerpo de las mujeres, naturalizándolos, e incluso utilizando palabras que las despojan de su identidad y su condición de persona para referirse a ellas como cosas sin vida y sin valor. Un ejemplo son los títulos de noticias como: “Encuentran enmaletada”. Los medios pueden ser reforzadores de estereotipos/roles y las coberturas-enfoque-lenguaje, son distintas formas de una violencia, estableciendo causas-efectos ligadas a conductas femeninas, es decir, plantean lógicas de castigo frente a ciertos actos de las mujeres. Por eso encontramos portadas ilustradas con hechos que relacionan una mujer desnuda tipo playboy y, simultáneamente, la fotografía de una víctima de violación o feminicidio desnuda. El impacto de esos enfoques es el terror en el cual vivimos las mujeres en México en donde hemos aprendido que transgredir tiene consecuencias que se pagan con la vida.

-FSJ: ¿Pueden los medios contribuir a disminuir la violencia contra la mujer?

-AC: Sí. Creo que el trabajo de análisis, observación, monitoreo y documentación tiene como fin encontrar esos “hilos conductores” que atraviesan estas coberturas y plantear su deconstrucción a partir de nuevas propuestas y ejercicios. Personalmente creo que no se trata solo de incorporar un lenguaje incluyente o evitar la discriminación, ya que la información visual, el lugar que se otorga a las notas, la forma como se aborda, lo que se enuncia y lo que se omite contribuye a la criminalización y al terrorismo en las coberturas periodísticas.

-FSJ: Finalmente ¿Qué impacto tienen las guías para periodistas que muchas veces permanecen en los escritorios sin ser utilizadas?

-AC: He mirado muchas guías y creo que cada una tiene sus propios aportes, pero no bastan. Se requiere el compromiso de los propietarios de los medios, la aprobación y aplicación de leyes que sancionen la apología a la violencia y los discursos de odio; además el compromiso del profesional de la comunicación. En México hemos formado redes y alianzas de comunicadoras feministas, periodistas con perspectiva de género.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216011&titular=%93el-papel-que-desempe%F1an-los-medios-no-es-pasivo-ni-inocente%94-

Comparte este contenido:

El periodismo originario, contra los relatos transgénicos

Claudia Korol

En nuestras tierras, antes de ser «latinas» y «americanas», los pueblos creaban sus propias historias. Las contaban de generación en generación, para que los relatos no perdieran el origen y pudieran continuar sin fin.

No existía el cuento del fin de la historia. No existía la planta sin conciencia de su raíz. No existían las semillas que no nacieran de sus respectivos frutos. No había relatos transgénicos.

Hacer la historia y contarla, eran tareas comunitarias. Cada cual hacía su parte. El relato, era responsabilidad de los mayores. Su palabra era escuchada y multiplicada.

Los pueblos originarios creían que en los ancianos y ancianas estaba la sabiduría y el conocimiento del mundo. Hacia ellos se ejercía respeto, reconocimiento, y no desprecio, como en este tiempo descartable.

En nuestras actuales prácticas de comunicación, en las maneras en que intentamos entretejer las palabras y los actos, reconocemos a esos hombres y mujeres de estas tierras -que todavía no eran latinoamericanas-, periodistas que contaron la historia del origen mismo del mundo.

Después, muchos siglos después, llegaron los conquistadores con sus armas, con sus Biblias, con sus escribas. Desde entonces hubo por lo menos dos tipos de periodistas. Quienes cuentan las historias del pueblo, para que nadie olvide el origen, la raíz, la semilla, ni la tierra; y que contando historias, las hacen y rehacen junto a su gente. No son ni quieren ser «la voz de los oprimidos». Son los oprimidos y las oprimidas que encuentran sus propias voces.

Pero está también el otro periodismo, el de la Biblia y la espada, el de las guerras y la CNN. El de las semillas y los relatos genéticamente construidos para complacer a la Corona de turno y a sus virreyes.

La batalla ha sido y es despareja. Atraviesa el tiempo y llega hasta nuestro siglo 21.

Hoy los periodistas de la Corona cuentan sus cuentos a través de poderosos monopolios de la comunicación. Son muchos, demasiados, los que han sufrido la maldición de Malinche, y venden sus noticias y hasta sus almas por cuentas de vidrios, utilizan sus palabras como cosmético para decorar el rostro sucio del poder.

Muy lejos de ellos y de sus mentirosos relatos, las periodistas que cuentan las historias que crean los pueblos, batallan con medios rudimentarios, desde los templos sagrados de todas las resistencias. La mayoría no tiene nombres conocidos, pero sus palabras corren de boca en boca, como conjuro contra el olvido y la desmemoria. Hay algunos nombres sagrados como los templos de la resistencia. No hace falta nombrarlos. Dicen los antiguos habitantes de la tierra que no conviene gastar las palabras sagradas. Basta con reconocer lo que ellas nombran. Periodistas del hacer cotidiano, del mensaje anónimo, de la clandestina revelación del mundo. Periodistas que no se entregan, ni por cuentas de vidrio, ni por un lugar al amparo y al servicio del poder, ni por casualidad, ni por error. Son muchos, muchas más de los que imaginamos detrás de unos pocos nombres queridos que siguen siendo testimonio y dando la pelea. Periodistas originales y originarios, que cuentan aquello que crean junto al pueblo, que entibian la memoria con los fuegos de todos los olvidados y olvidadas, que comparten las historias de los vencidos como quien ceba un mate que luego andará de mano en mano. Periodistas que no se resignan, y vuelven una y otra vez a desafiar a la derrota. Periodistas que desaparecidos, aparecen en el fuego de la pasión que nombra. Periodistas que olvidadas, tejen en los desvanes de la memoria, telares de identidad.

Periodistas que poniendo palabra sobre palabra, utilizan la verdad como cemento y la historia del pueblo como cimiento. Periodistas de la verdad, de la palabra verdadera. Semilla verdadera. Periodistas de la tierra, del pueblo que crea y de la pasión que continúa. Desde los templos de las resistencias, el abrazo a las periodistas originarias, a las que honran la memoria sagrada de quienes no cuentan para el poder. Y en el genérico femenino en que nombramos a las periodistas, incluimos también a los periodistas desafiantes de todas las dominaciones que impone la cultura patriarcal, racista, burguesa. Periodismo originario, comunicación que circula la verdad, lanzando con la onda del pueblo, piedras de palabras verdaderas a la desinformación globalizada.

Fuente del articulo: http://www.panuelosenrebeldia.com.ar/content/view/358/123/

Fuente de la imagen: http://ticket2europe.eu/wp-content/uploads/2016/07/periodismo-cide-300×200.jpg

 

Comparte este contenido:

Adolescencia y juventud en Cuba: de urgencias y desafíos

Por. Lisandra Fariñas Acosta

A colocar la mirada en las adolescentes y en el diseño e implementación de políticas para empoderarlas en sus entornos cotidianos tanto en el ámbito privado como público, convocó el panel «Invirtiendo en las adolescentes: el futuro comienza hoy»

Una etapa difícil, polémica, de cambios continuos. Así la definen, con razón, muchos expertos. Pero hay que aprender a mirar también este periodo de la vida como una etapa de oportunidades, reflexionaba un profesor hace ya algún tiempo sobre los desafíos que entraña arribar a la adolescencia.

Justamente a colocar la mirada en las adolescentes (sin perder de vista que ello implica invertir en ellos también), y en el diseño e implementación de políticas para empoderarlas en sus entornos cotidianos tanto en el ámbito privado como público, convocaba el pa­sado 11 de julio, Día Mundial de la Po­blación, el panel «Invirtiendo en las adolescentes: el futuro co­mienza hoy», or­ganizado por el Fon­do de Po­blación de las Na­ciones Unidas (UNFPA) y el Cen­tro de Es­tudios sobre la Juventud (CESJ).

“No se es vulnerable por ser adolescente” reflexio­naba en el encuentro la doctora Nati­vidad Gue­­rrero, jefa del Departamento de Investigaciones del Centro Nacional de Educación Sexual, pero de las oportunidades que les generemos de­penderá que tanto ellas como ellos puedan construir su futuro, lo cual es su derecho, y evitar que caigan en situaciones de vulnerabilidad.

Reflexiones que, y partiendo de que de la adolescencia de hoy dependen nuestros jóvenes del mañana, nos abocan a un esbozo de lo que sin duda constituyen aciertos, y también las brechas y desafíos de la siempre urgente necesidad de invertir en quienes construyen no ya el futuro, sino el presente del país.

Pero para la Máster María Josefa Luis Luis, subdirectora científica del CESJ, la inversión en esta población no puede verse enfocada en una única arista por las exigencias propias de este grupo.

En Cuba, dijo, “pudiera pensarse que no hay di­señadas políticas dirigidas específicamente a esta po­blación, al no contar con un ministerio de Ju­ven­tud, pero sí existen, subsumidas en las políticas universales del país y que no son específicas únicamente de la adolescencia o la juventud”, apuntó a Granma.

En ese sentido, precisó por ejemplo, que la política educacional ha establecido la enseñanza obligatoria hasta el noveno grado para todos los me­nores, independientemente de su sexo, al tiempo que el Estado cubano se esfuerza continuamente por ofrecer oportunidades ilimitadas de sa­lud y educación a las niñas, adolescentes y jóvenes cu­banas, que les permita alcanzar  independencia social y construir importantes proyectos de vida, como profesionales y técnicos.

Asimismo, ejemplificó, en el ámbito la­boral, le­gislaciones como el Código del Trabajo contemplan acápites dirigidos a pro­teger los más jóvenes. “La edad promedio para la inserción la­boral es 19 años y se exige, para comenzar a trabajar y el empleo de la fuerza calificada y remuneración, solo capacidades, habilidades y resultados de trabajo, in­dependientemente de la edad y el sexo”.

De igual modo el sistema de salud pública prioriza en sus estrategias a esta población —trascendió en el panel mencionado—, pues desde la infancia cuentan por ejemplo con un esquema de vacunación que los protege de múltiples enfermedades, además de la cobertura sanitaria gratuita y accesible para todos los grupos de edades.

Otra muestra de ello es la atención primaria pre­natal universal y el parto institucionalizado pa­ra todas las embarazadas, sin tomar en cuenta si viven en zonas rurales o urbanas. Ello se comporta con especial atención para aquellas que residen en zonas de difícil acceso, lo que garantiza la salud materna y contribuye a que se alcancen indicadores de mortalidad materna de calidad; y para las madres adolescentes que reciben un se­guimiento estricto y un acompañamiento durante el embarazo, el parto y el puerperio.

Ellos y ellas en el centro del vórtice
El mayor y mejor recurso de un país es su po­blación, por lo que construir una sociedad que in­cluya a cada segmento de esta es vital para la articulación de cualquier proyecto social. Pero, son los adolescentes y jóvenes estratégicos dentro de esta construcción, y conocer hacia donde van, qué piensan, necesitan, y quieren es el primer paso…

En Cuba, son múltiples las urgencias y desa­fíos a los que se enfrentan todavía. Según refirió el CESJ en el panel, enfocar desde el género las estrategias políticas para la atención a las juventudes y a toda la población si­gue siendo necesario, en aras de posibilitar una educación popular transformadora de los basamentos machistas de nuestra cultura cívica, defendidos in­cluso por mujeres de todas las edades. Al respecto, las percepciones de riesgo de enfermedades de trans­misión sexual y embarazo —se­ña­laron los po­nen­tes— son más expresadas por mujeres y esto no es por co­rres­pondencia genética sino social.

Por otro lado, la cultura y otras consideraciones fa­miliares inciden en que aún no sean muchos los hombres, ni familias las que se acojan a “la ley de paternidad” luego del nacimiento de los hijos, la cual permite la asunción familiar de estrategias en función de la rápida incorporación de la madre joven al escenario de estudio o trabajo.

Se trata del Decreto-Ley 234 de la Maternidad de la Tra­ba­jadora (2003), con su Resolución complementaria número 22/2003, que otorga iguales derechos a los padres cubanos para obtener una licencia laboral y quedarse al cuidado de los hijos durante el primer año de vida. Si bien esta ley es un logro, aún este derecho  en­cuen­tra prejuicios, estereotipos y resistencias en la so­ciedad cubana.

También, señalaron los panelistas, los escasos servicios de cuidados a personas adultas mayores condicionan, de igual forma, la dedicación de las mujeres a estos, renunciando a sus proyectos de vida como estudiantes o trabajadoras.

La investigadora del Centro de Estudios De­mo­gráficos de la Universidad de La Habana (CE­DEM), Grisell Rodríguez, decía sobre este te­ma a Gran­ma que esto forma parte de un problema  “puer­tas hacia adentro, donde se mantienen y re­producen patrones de comportamiento machistas, y prevalece la sobrecarga de roles a la mujer”.

Es una realidad que las responsabilidades asumidas hacia el interior de la familia hacen que mu­chas jóvenes capacitadas, renuncien a las posibilidades de ocupar cargos de dirección en el escenario del Estado y el gobierno; a pesar de las políticas que favorecen que esto pueda ser posible. A ello, se suma la carencia de escenarios de cuidado a los menores, en respuesta a la alta demanda, por lo cual muchas se ven ante la disyuntiva de renunciar al estudio o el trabajo, para cuidar a su descendencia, dijeron los expertos.

En lo que se refiere a salud sexual y reproductiva, es el embarazo adolescente en Cuba un foco de atención sobre el cual deben centrarse las miradas desde los múltiples sectores involucrados.

Si bien las estadísticas regionales están muy por encima de la tasa de embarazo adolescente del país, la tasa en Cuba de fecundidad adolescente —que de acuerdo con datos de la Dirección de Re­gistros Médicos y Estadísticas de Salud del Mi­nisterio de Salud Pública, es de 51.8 por 1 000 mu­jeres de 15 a 19 años— es una muestra que exis­ten brechas en este sentido.

“Cuando una adolescente queda embarazada o tiene un hijo, su salud, educación, potencial de obtener ingresos y todo su futuro pueden estar en peligro, y puede quedar atrapada en una vida sumida en la pobreza, la exclusión y la impotencia”, señaló la máster Raida Semanat, investigadora de la línea Fa­milia y Sexualidad del CESJ.

De ahí que, apuntó, resulta imprescindible que las familias comprendan el derecho que tienen las y los adolescentes a la información sobre anticoncepción, porque forma parte del derecho que tienen a su salud. Insistió en el hecho de que salvar estas brechas  en los más jóvenes es garantizar un proyecto de independencia e igualdad de posibilidades, sobre todo para la mujer.

Familia y escuela… Un camino para andar
Pero esa inversión en adolescentes y jóvenes no puede ir desligada de la que se haga en la familia, crucial para revalorizar el papel de esta  en relación con esas poblaciones, reflexionó María Josefa Luis.

A juicio de la Doctora en Ciencias Keyla Es­tévez, jefa del Departamento Sociopolítico del CESJ, “hay dos instituciones en la sociedad —la familia y la escuela cubana— que tienen los roles de la educación, pero está faltando que se complementen en una mejor preparación de todas las juventudes, y hoy no se les exige en este sentido”.

Estas dos instituciones, dijo, saben que tienen mu­chas deudas al respecto. “Hoy está ocurriendo un fenómeno en la sociedad cubana relacionado con que los adolescentes y jóvenes creen ciegamente y hacen lo que dice la familia. Nuestro último estudio  de adolescentes reveló que esta institución es la que decide por los jóvenes, por ejemplo, en cuanto a su futuro profesional, relación con los
coetáneos…”.

“Desde Vi­gots­ky 1 y otros expertos que han estudiado estos te­mas, quedó sentado que la principal actividad para el adolescente era el intercambio con los coetáneos, llevarse bien con su grupo, y que este  lo autodetermine, autorregule, autoexija, autoevalúe…”, reflexionó.

Sin embargo, ¿qué está sucediendo hoy en Cuba?, insistió. “El grupo no se está conformando por afiliación (por destacamentos, organizaciones como la FEEM) sino por los que son similares a uno, esto quiere decir que dentro de la propia escuela cubana hay subdivisiones por clase”.

En este contexto, argumentó, “donde la fa­milia está decidiendo, y está claro que es en las dos instituciones referidas donde se debe decidir todo, debemos apostar que las inversiones se hagan dentro de las mismas. No es responsabilidad ni de los me­dios de comunicación, ni de un organismo es­pecífico, sino de que la sociedad acabe de asimilar que debe unirse en función de la educación de los más jóvenes. Eso implica las críticas.

“Pero hay que tener en cuenta que se trata de una sociedad que ha arrastrado más de 20 años de situaciones económicas difíciles, donde la fa­milia se ha adaptado a ‘resolver cosas’ de una forma muchas veces no convencional ni educativa, al tiempo que la escuela ha pasado por ese difícil periodo acarreando pérdida de maestros, planes de estudios descontextualizados… y un grupo de temas que, en ambas instituciones, es­tán impidiendo educar de una forma mejor”.

De acuerdo con Estévez García, se re­quie­re de una ma­yor conciencia, de atemperar planes de estudios, que se elaboren currículum más apegados a las individualidades, y que permitan y les den libertad al claustro de profesores de adaptar los contenidos a las condiciones de un lugar, e insertar temas de impacto para la comunidad.

“Hoy el Ministerio de Educación está escribiendo un perfeccionamiento donde el currículum institucional es el que el claustro de profesores puede modificar en función de las peculiaridades del entorno inmediato y el alumno. Pero ¿hemos educado a la gente para eso, cómo le decimos a un metodólogo municipal o funcionario de cualquier nivel que tiene que preguntar  cómo lo hace cada centro, y adaptarse a las adecuaciones internas?

“Hará falta un periodo de adaptación en que la gente entienda que ya puede proponer, y que de ello depende hacer y cambiar un grupo de cosas”, señaló.

Por otra parte, precisó que es urgente logar que lo cognitivo vaya de la mano de lo formativo. “Existe hoy la asignatura de educación cívica que intenta suplir estas carencias, pero no es suficiente. ¿Cómo se hace conciencia ciudadana? To­­dos los días. Puede perfectamente un profesor de Biología a la vez que enseña sobre las células, transmitir a sus estudiantes que debemos cuidar el entorno y ver la vida integralmente. Y eso le falta a la escuela cubana hoy”.

En este sentido— mencionó— debemos  tra­tar que los cambios y transformaciones se pien­sen en función de ese niño, adolescente o joven, no co­mo adulto, si­no como muchacho/a que nació en el entorno de una familia, que arrastra años de periodo especial, que interactúa con un celular al lado de su cuna… y la educación tiene que transformarse a tono con ese contexto.

Para la investigadora del CESJ, la escuela tiene además responsabilidad en la formación de la familia, y al respecto mencionó que el programa de las vías no formales, es uno de los buenos espacios que existen para educar y preparar a esta en mu­chos temas, pero no se han aprovechado todas sus potencialidades.

Construir un futuro a tu medida
En ese sentido refirió Estévez García que hay que propiciar políticas integrales, acciones que les permitan desarrollarse a los jóvenes por sí mismos, a partir de las cuales les brindemos oportunidades de independencia, autodeterminación, y participación más amplia y donde ese joven autoconstruya cómo quiere que sea su vida. “De­be­mos ser menos verticalistas y paternalistas. Par­ticipar implica poder, querer y saber hacerlo”.

En ese contexto, y con la mirada puesta además en mantener un conjunto de logros e indicadores alcanzados, es fundamental propiciar espacios de participación y fortalecer los ya existentes, en tanto “potenciar la identidad na­cional en nuestros jóvenes, categoría en constante renovación”, es también una urgencia en la búsqueda de que las nuevas generaciones “se apropien de lo mejor de nuestra cultura, la hagan suya, la fortalezcan y la renueven”, reflexionó el director del CEDEM, Antonio Aja Díaz.

“Si queremos tener en un futuro ciudadanos participativos, revolucionarios, dispuestos, saludables, alegres, hay que ocuparse en esta etapa, de la cual dependerá el ciudadano de otros tiempos”, apunta la especialista María Josefa Luis.

Al respecto, mencionó que en los estudios de participación realizados por el CEJC los jóvenes —aunque reconocen que existen varios— ha­blan de la necesidad de espacios de comunicación y que se tengan en cuenta sus cri­te­rios. “Los espacios existen pe­ro no siempre se aprovechan. Para participar hay que saber hacerlo y ahí hay una brecha”, apuntó la experta.

Con este criterio coincide An­to­nio Aja, para el cual “nuestros jóvenes de­ben encontrar y reconocer al escenario de la sociedad cubana como el de su futuro y no solo el del presente”, y agrega que “la cla­ve está en cómo logramos que hagan esta realidad suya y participen en la conformación de ese futuro al que aspiran, lo cual incluye entregarles la posibilidad de la toma de decisión de ellos y ellas sobre dicha construcción social”.

Aja significó que en la sociedad actual, no pueden perderse de vista que para estas poblaciones existen temas vulnerables de los que no po­demos desentendernos, pues forman parte de realidades en el mundo, y a las cuales estamos expuestos. En ese sentido mencionó conductas como la drogadicción, la prostitución, el alcoholismo, donde la escuela, la familia y los medios de comunicación tienen un rol determinante.

Al calor de nuevos cambios
Con los nuevos escenarios en el ámbito socio económico que se abren en el país, emergen va­rias preocupaciones para los jóvenes cubanos.

Si por una parte —explica la investigadora Ma­ría Josefa Luis Luis— en la esfera laboral se ha visibilizado la importancia que ha representado el hecho de que el Estado garantice el empleo, y aún la mayoría de los jóvenes trabajen en el sector estatal; es una realidad el acercamiento creciente al sector privado. “Hoy conviven el querer trabajar con el Estado, para garantizar la seguridad laboral, y el deseo de em­plear­se además en el privado, para satisfacer las necesidades que el salario no permite cubrir”.

Pero las nuevas formas de gestión imponen, también a los jóvenes, múltiples retos; ante prácticas ya consolidadas como que el mayor número de contratos no se hacen por escrito sino de forma verbal. Es una alerta, pues esta población ve distante el proceso de jubilación y ni siquiera piensa en ello, advirtió.

“Entre un 29 y 31 % de los trabajadores por cuenta propia son jóvenes, y de ellos alrededor de un 46 % son contratados”, refirió la entrevistada.

Asimismo, acotó que las investigaciones re­velan que hay más hombres que mujeres dueñas de negocios, y proporcionalmente es mayor, en el caso de ellas, el número de mujeres jóvenes contratadas que propietarias de determinada ac­tividad comercial. En el caso de las muchachas, la investigadora explicó se suman hoy otras limitaciones, pues ellas se enfrentan a exigencias que pueden ir desde condicionantes de edad, color de la piel hasta el ser madres o no, entre otras.

Fuente: http://www.somosjovenes.cu/articulo/adolescencia-y-juventud-cuba-urgencias-y-desafios-final

Imagen: www.somosjovenes.cu/sites/default/files/articulos/adolescentes_5_juventudrebelde.jpg

Comparte este contenido:
Page 13 of 18
1 11 12 13 14 15 18