‘Brexit’: ¿Otra raya para el tigre?

Por: Elsa Claro

¿Fue inesperado el durísimo golpe que acaba de recibir David Cameron? Intentó mejorar su posición en su partido mediante el referendo, pero le salió el tiro por la culata

¿Fue inesperado el durísimo golpe que acaba de recibir David Cameron? Puede, dado que las encuestas, por lo general engañosas, decían que la permanencia en la Unión Europea predominaba en el favor de los votantes. El porcentaje fue 52% para salir y 48% para quedarse. Los dígitos pudieran aumentar algo al término del conteo, pero como están, deja claro que la mayoría no desea permanecer en unas estructuras cada vez más sofocantes –así lo plasman muchos- aunque no debería descartarse que este referéndum lo que midió en realidad fue un malestar ciudadano acentuado por diversas causas internas.

Tampoco se debe poner fuera de los análisis la diferencia de criterio según el área. En Irlanda del Norte, Escocia y el Peñón de Gibraltar, el sufragio favorable a permanecer en la Unión Europea fue más alto que el de los en contra. Eso da lugar a resbaladizos contextos.

En lo inmediato ya existen declaraciones como las realizadas por el viceministro principal del Gobierno norirlandés, Martin McGuinness, quien reaccionó al conocer los resultados, planteando lo imperioso de convocar una consulta popular sobre la unidad de Irlanda, o lo que es igual, reactiva la posibilidad de salir de la tutela de Londres, para incorporarse a la República irlandesa, fin siempre deseado por los nacionalistas.

Lo mismo si progresa como si no este criterio, el resultado descoloca al Partido Unionista Democrático, probritánico, en favor del mantener al Ulster dentro del Reino Unido, pero que ante la nueva realidad, está obligado a tomar una decisión difícil pues la economía norirlandesa está muy vinculada a la UE de la cual recibe notables beneficios. Lo que decidan los unionistas, dependerá en buena medida de quién y qué proponga el sustituto de Cameron, en un Plan B que los conservadores tories admitieron no tener, pero se ven forzados a considerar de inmediato.

Otro posible disidente está anunciado desde antes y es el de Escocia, donde también prefieren permanecer dentro del Pacto. No sería nada extraño que se convoque a un referéndum de soberanía y esta vez con un sí a la independencia. La paradoja está en que cuando los escoceses lo intentaron antes, desde Bruselas amenazaron con no admitirles si se separaban del Reino Unido.

Aunque el referéndum no es de obligado cumplimiento, ignorar el resultado es imposible. La salida de la UE se impuso por más de un millón de votos, pese a la división del criterio ciudadano. En los territorios de Inglaterra y Gales, excepto Londres (centro neurálgico de la City que determina las finanzas) optaron por dejar la UE. En Escocia e Irlanda del Norte, como hemos referido, desean, por mayoría, la permanencia.

A todas estas y como si no bastara con el fraccionamiento evidenciado en el plebiscito, las tendencias políticas pudieran comenzar a hacer uso interesado de la situación. Unos abogan por un adelanto de elecciones, en tanto los conservadores en el gobierno solo plantean hacer un cambio de figuras (Cameron por Equis) pero continuar en el poder.

Se retiran o modifican del debate formulaciones como la que, buscando el Brexit, dijeron que salir del Pacto Comunitario implicaba la recuperación de 440 millones de euros por semana, cifra que ingresa el Reino Unido a la UE para el Fondo Común, y que esa cantidad se podría destinar al que fue en algún momento anterior el mejor servicio sanitario del mundo y perdió esa condición. Quizás sirviera para el sector de la enseñanza, han sugerido. En los hechos, mejorar esos renglones no depende de la UE, ni de a cuánto asciende la contribución, sino de la voluntad política de quienes administran el país.

Lo que sobreviene es nebuloso. Se trata de la tercera economía europea y del primer país en salir de la asociación. Se dice que otros le imitarán. Ya se verá. El Reino Unido tiene, de momento, dos años para acomodarse a la nueva situación. Cameron no quiere ser el gestor de esa etapa y por ello dejará el cargo antes de octubre. Es lo que anunció. En ese lapso se requiere hacer ajustes en el terreno comercial (los destinatarios principales del R.U. son sus actuales socios), y en el financiero (no huelga recordar que ese es el fuerte de los británicos). Otros ajustes se imponen.

Algún atisbo surgirá esta misma semana de la reunión de los líderes de la Unión Europea convocados a Bruselas para examinar, ante todo, este dilema que añade otro más a los muchos que encaja esta asociación de países y mercados. Nadie oculta que el golpe es fuerte y que peligra el proyecto, suficientemente golpeado por la crisis económico-financiera que, se oculte o no, sigue imperando. ¿Será solo otra raya para el tigre o una especial marcha de un antes-después?

Tomado de: http://www.lahaine.org/mundo.php/brexit-iotra-raya-para-el

Imagen: https://www.google.com/search?q=%27Brexit%27+Texto+completo+en:+http://www.lahaine.org/brexit-iotra-raya-para-el&espv=2&biw=1366&bih=623&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjcyYD__8PNAhVJdR4KHTz8AToQ_AUICCgD#imgrc=QZfg_VsVp0VcOM%3A

 

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