Page 1 of 5
1 2 3 5

Cultura y mercantilización en la disputa por la hegemonía

“Lo que define nuestra cultura como moderna es el hecho de que, desde fines del siglo XV, la producción y la circulación de las formas simbólicas han estado creciente e irreversiblemente atrapadas en proceso de mercantilización y transmisión que ahora poseen un carácter global.” (John B. Thompson)

La cultura en el mundo moderno no puede ser vista como una actividad, una obra, una creación, o un patrimonio neutral, abstraído del contexto histórico y social, en una sociedad jerarquizada, atravesada por relaciones asimétricas de dominación y subordinación, de explotación y de opresión.

John B. Thompson acepta de la antropología cultural su concepción de la cultura como formas simbólicas, como fenómenos que tienen principalmente un carácter de significación en el proceso de su producción y de su recepción. Pero complementa esa idea construida por Clifford Geertz (sobre algunas nociones de Paul Ricoeur), con la aceptación de un contexto socioespacial y estructural: social, es decir, en relaciones de poder importantes para comprender la cultura.

En nuestro caso, se trata de la cultura moderna porque, del siglo XV a la fecha, en un proceso creciente, la cultura ha sido mercantilizada y mediada por instituciones y por procedimientos tecnológicos que la atraviesan en su proceso de producción y recepción, a más de hacerla un fenómeno complejo, inserto en las relaciones de dominación y subordinación, así como en resistencias de las clases y grupos subalternos a esa dominación. Por lo cual, la cultura está plenamente involucrada en el proceso de reproducción de la ideología y de la disputa por ella, es decir, en la disputa por la hegemonía. La cultura, entonces, no es apolítica, sino que está atravesada por las relaciones de poder, de dominación y de resistencia, de hegemonías y contrahegemonías.

“El surgimiento de la comunicación masiva –escribió John B. Thompson– se puede entender como la aparición en la Europa del siglo XV y comienzos del XVI de una serie de instituciones relacionadas con la valoración económica de las formas simbólicas y con su circulación extendida en el tiempo y el espacio. A partir del rápido desarrollo de estas instituciones y de la explotación de nuevos recursos técnicos, la producción y circulación de las formas fue mediada cada vez más por las instituciones y los mecanismos de comunicación masiva. Este proceso irreversible de mercantilización de la cultura acompañó el surgimiento de las sociedades modernas, las constituyó en parte y las definió, también en parte como modernas.”

La competencia e interacción entre formas simbólicas (cultura) forma parte de la disputa por la hegemonía. No hay así dialecto, conversación, relato o texto periodístico, académico, literario o producción artística que no necesite, para ser comprendido, ponerse en relación con la estructura asimétrica, jerárquica, excluyente, de la sociedad moderna. Es decir, hoy ningún análisis de la cultura puede prescindir de verla y leerla inserta en las relaciones de poder que prevalecen en la sociedad actual.

De esta manera, el Thompson retoma con nuevos enfoques algunas preocupaciones clásicas de la teoría crítica (Adorno y Horkheimer, Marcuse, Fromm, Benjamin), tratando de hacer justicia a la complejidad del tema, por ejemplo, recurriendo al concepto de “campo” de Pierre Bordieu, para ubicar en él a los actores, productores y receptores de bienes culturales,  y su interacción en la disputa por recursos y “capitales”, tanto económicos como simbólicos, es decir, el valor económico que se le atribuye o reconoce a los productos culturales y el valor o negación de valor en términos de legitimidad o prestigio de producciones culturales entre los actores que comparten y diputan en el campo social respectivo a la cultura.

Y recordemos que prestigio es una de las formas de entender que algo es hegemónico. La disputa por el prestigio, de discursos, textos, obras, puestas en escena, músicas, es parte de la disputa de por la hegemonía (ser popular, conocido, famoso, aplaudido, deseado, aprobado) y obedece no solo a leyes de mercadotecnia, sino también a luchas ideológicas, por caso: exaltando al individuo y su irreductibilidad, según la ideología burguesa liberal, o proponiendo lo colectivo y lo comunitario, lo común.

Así por ejemplo, la arquitectura y el urbanismo estándar promueven la vivienda unifamiliar y, con ello, la familia nuclear (“la familia pequeña vive mejor”), en detrimento de la familia extensa (que puede incluir abuelos, tíos, sobrinos, primos…) para perpetuar la fragmentación individualista. Y en lo urbano, la arquitectura y el urbanismo hostil, que mediante picos metálicos y recursos semejantes impiden el uso de bancas, parques o espacios abiertos como espacio público, Por ejemplo, poniendo jardineras en las plazas públicas u otros objetos que la inutilicen para la reunión masiva de protestas, manifestaciones, mítines de grupos indígenas, mujeres, trabajadores, o actividades económicas populares, como tianguis y mercaditas.

La defensa del espacio público como patrimonio cultural de todos (común) va a contracorriente de esa hegemonía de lo privado y excluyente, a promover el valor de uso por sobre el valor de cambio y promover lo público y colectivo por encima de la privatización o el uso patrimonialista de la ciudad y el territorio por un gobierno o partido.

Es solo un ejemplo posible, porque la cultura siempre está en el ojo del huracán de la disputa por la hegemonía en Internet y redes digitales, cine, radio, televisión, libros, revistas, cómics, canciones, bailes, teatro, murales, carteles, graffiti, adivinanzas, chistes, giros idiomáticos, maneras de vestirse o peinarse, desde lo masivo hasta los nichos minoritarios de productos “de culto”.

John B, Thompson, (2002), Ideología y cultura moderna, Teoría crítica social en la era de la comunicación de masas, México, UAM Xochimilco.

Fuente de la información :  https://zapateando.wordpress.com

Fotografía: Concepto.de

Comparte este contenido:

Entrevista a Mickaël Correia: «Una carrera de cabeza hacia la mercantilización extrema del fútbol”

MUNDIAL DE QATAR/ JULIEN SALINGUE

Julien Salingue: No es la primera vez que un gran acontecimiento deportivo, como los Juegos Olímpicos o la Copa del Mundo, suscita polémica, pero realmente tenemos la impresión de que esta competición en Qatar está cristalizando muchas cosas, muchas críticas.

Mickaël Correia: Es cierto que, si se compara con el último Mundial de Rusia, con un Putin que fue considerado, poco antes del evento, como el carnicero de Alepo en Siria, y en el que todo parecía olvidado de repente, esta vez está ocurriendo algo sorprendente. Como dices, hay algo que cristaliza con Qatar. Para mí hubo dos puntos de inflexión: uno social y otro ecológico.

El punto de inflexión social fue la famosa investigación de The Guardian sobre los 6.500 trabajadores muertos en los estadios de la Copa del Mundo, que supuso un auténtico shock para mucha gente. Así que es cierto que hay un poco de hipocresía porque podemos estar seguros de que también hubo muchas muertes durante los Juegos Olímpicos de Pekín, salvo que de allí no supimos nada en absoluto (cuántas muertes hubo, cuántas personas fueron internadas, cuántos uigures fueron explotados…), dado el hermetismo del régimen. Pero bueno, la investigación de The Guardian supuso un electroshock, aunque cabe señalar que ello no permite hablar necesariamente del problema global de los trabajadores migrantes en Qatar (90% de la población, casi un millón trabajando en la construcción).

El segundo shock está más relacionado con la cuestión ecológica. En cuatro años, este tema, en particular el del clima, está muy presente en la opinión pública, sobre todo en Europa. Y desde este punto de vista, este tipo de mega-evento tiene cada vez menos sentido, y además no sólo afecta a Qatar, también lo podemos ver en las críticas que se están vertiendo sobre los Juegos Olímpicos de 2024 en París. En Qatar, esto se ha centrado en algo simbólico: los estadios con aire acondicionado. Evidentemente, es importante, pero es un poco como los obreros muertos en las obras: siete de los ocho estadios van a estar climatizados y, evidentemente, es un despilfarro desde el punto de vista ecológico, pero en realidad el verdadero horror climático se encuentra en la huella de carbono de este evento, que acabamos de ver que fue subestimada, ya que hablamos de seis millones de toneladas de CO2 en lugar de los tres millones anunciados por la FIFA. Y, de hecho, la culpa la tienen principalmente los 100 aviones, que van de un lado a otro cada día, sobre todo entre los países vecinos y Doha.

Así que estos dos elementos han contribuido a la cristalización de las cosas, y a eso podemos añadir lo que ha estado ocurriendo en el fútbol durante los últimos tres o cuatro años. Asistimos a una huida hacia adelante, e insisto en la palabra, no es una deriva, es una huida hacia adelante, en el campo de la comercialización extrema del fútbol. Y aquí hemos llegado a puntos que rozan el absurdo: ocho estadios en una ciudad de 800.000 habitantes, hacer jugar a los futbolistas en invierno, en plena temporada de fútbol, todo eso es absurdo… Es una expresión de dónde está el fútbol industrial hoy en día: la aseptización del fútbol, la represión de los aficionados, la monopolización de la riqueza por unos pocos grandes grupos. Frente a esto, hay un creciente enfado que también se expresa en relación con este Mundial, y esto también se puede ver en las gradas, del lado de los aficionados, con pancartas en muchos países que dicen «Boicot a Qatar», lo que demuestra que no es sólo una crítica generalizada que viene de los intelectuales, sino que también viene de los estadios.

S.: Y también está la dimensión de la corrupción, relativa a la atribución de la Copa del Mundo a Qatar, con algunos franceses prominentes, ¿incluido un tal Nicolas Sarkozy

C.: Es cierto que en Francia esta dimensión está presente, en otros países no lo sé. Sarkozy ha sido citado en una causa judicial sobre la adjudicación del Mundial a Qatar; Michel Platini también y Zinedine Zidane, que es el embajador de Qatar, lo que ha disgustado a mucha gente, incluso a mí mismo. En lo que respecta a Francia, también podemos constatar que hay más de 200 expertos en seguridad, fuerzas policiales, que van a Qatar, con un contrato firmado bajo el mandato de Hollande, de colaboración para gestionar la represión policial. Si se juntan todos estos elementos, se puede decir que Francia es prácticamente coorganizadora de este evento en Qatar: ayudó mucho en la adjudicación de la Copa del Mundo, actúa como portavoz con figuras como Zidane, y cogestiona la seguridad…

Y añado que todo esto también pone de manifiesto la impunidad de las autoridades futbolísticas, de la FIFA, que sigue haciendo su negocio a pesar de todos los casos de corrupción que se arrastran desde hace diez años, en particular el asunto Sepp Blatter [presidente de la FIFA de 1998 a 2015, implicado en casos de corrupción, sobornos, etc.]. Y lo mismo ocurre en Francia y en la Federación Francesa de Futbol, con los casos que han salido a la luz, incluida la violencia sexual, y esta impunidad general que subleva a los amantes del fútbol.

S.: Decías que entre los hinchas, en las gradas, también se expresa el enfado, llegando algunos a abogar por el boicot…

C.: Sí, se está expresando. Se puede hacer de forma muy sencilla, con una gran pancarta «Boicot a Qatar», que hemos visto en todas partes durante el último mes. En este caso, hay que ver que está muy ligado al discurso de los aficionados ultras, al discurso anti-FIFA, con el lema «FIFA: mafia», y digamos que el Mundial de Qatar es una buena oportunidad para dar contenido a este discurso, señalando con el dedo a la FIFA, que intenta apoderarse del fútbol.

Lo que esto muestra es también la relación de la FIFA con los regímenes no democráticos. La FIFA siempre se las ha arreglado para celebrar eventos de este tipo, sobre todo Mundiales, en [países con] regímenes autoritarios. No olvidemos esta declaración de Jérôme Valcke, secretario general de la FIFA que en 2013 dijo: «A veces es preferible un nivel de democracia más bajo para organizar un Mundial.»

Así que existe esta crítica que se expresa en las gradas, y también hay muchas iniciativas que se están poniendo en marcha en toda Francia, una especie de contraprogramación, con muchos debates, de nuevo a iniciativa de los grupos de aficionados. Es interesante ver cómo lo que podemos llamar, con muchas comillas, la «gente de las gradas» se está apoderando de esta cuestión, en las gradas y en otros eventos. Esto está muy lejos de la hipocresía de algunos ayuntamientos, en las grandes ciudades, que explican que no van a poner una pantalla gigante, que es una forma cómoda y fácil de revestirse de virtud.

S.: Especialmente Anne Hidalgo cuando se piensa en los vínculos PSG-Qatar…

C.: Sí, es evidente que también…

S.: Y si nos situamos, digamos, en el punto de vista de Qatar… Sabemos que los Emiratos, Arabia Saudí y las monarquías del Golfo en general tienen una política de soft power ofensiva para vender su imagen a nivel internacional, especialmente a los países occidentales: promoción del turismo, uso de influencers, etc. ¿Qué papel desempeña la Copa del Mundo en esta estrategia para Qatar?

C.: Para responder a esta pregunta, hay que recordar, en primer lugar, que estamos en plena crisis energética. Y para un cierto número de países, especialmente Francia, es difícil boicotear a Qatar, que es uno de los mayores productores de gas del mundo. Recientemente, Alemania ha firmado un enorme contrato de suministro de gas con Qatar, y en Francia tenemos a Total, que también ha firmado un enorme contrato para explotar uno de los mayores yacimientos de gas del mundo… Así que ya estamos en esta situación: hoy necesitamos que Qatar nos suministre energía.

En realidad, es un largo camino el que ha llevado a la concesión de la Copa del Mundo a Qatar, y a que ésta se celebre realmente allí. Es una larga operación de seducción que viene desde los años 2000, y más aún en 2010: la compra del PSG en 2011, el mecenazgo artístico, en particular en los grandes museos, los contratos energéticos, las esferas de los influencers de Instagram, el poder blando también en los barrios populares… Y está funcionando.

Hay que ver que en las críticas a esta política de Qatar puede haber algo peligroso, cierto tipo de islamofobia, y Qatar juega muy bien con esto, diciendo: tenéis una visión demasiado europeísta y etnocéntrica.

Si queremos anclar todo esto en la dimensión geopolítica, económica e incluso climática, tenemos que entender que se trata de un país muy pequeño, que es un gran productor de petróleo y gas, que sabe que, dentro de unas décadas, sus reservas, sobre todo de gas, se agotarán, y que por lo tanto necesita invertir su capital en diversas fuentes de ingresos. En este sentido, Europa, y especialmente Francia, son verdaderos territorios de inversión para ellos, y el Mundial sirve para limpiar la imagen de un país antidemocrático y autoritario enviando este mensaje: somos un Estado que evoluciona, podemos ser buenos socios comerciales, así que no cierren la puerta a nuestras inversiones; al contrario, ábranla.

Mickaël Correia, periodista y escritor, autor de Una historia popular del fútbol. Asturias: Hoja de Lata (2019).

https://lanticapitaliste.org/arguments/societe/entretien-une-fuite-en-avant-dans-le-domaine-de-la-marchandisation-extreme-du

Traducción: viento sur

Comparte este contenido:

Organizaciones sindicales reivindican la mejora de las condiciones laborales en la universidad durante la cumbre de Unesco en Barcelona

Por:

  • La capital catalana acoge estos días la tercera Conferencia Mundial de Educación Superior (WHEC2022) de Unesco con el objetivo de «remodelar las ideas y prácticas en la educación superior para garantizar el desarrollo sostenible para el planeta y la humanidad». La Internacional de la Educación, de la mano de CCOO exigen hablar, entre otros temas, de las condiciones laborales de PDI (personal docente e investigador) y PAS.

El empeoramiento de las condiciones laborales del personal docente e investigador, también del de administración y servicios, no es ninguna novedad desde hace algunos años. Numerosas han sido las informaciones desde, sobre todo 2010, que han dado la voz de alarma sobre salarios irrisorios y condiciones draconianas para el personal que da clase e investiga en las universidades españolas.

Se trata de una situación que no afecta, ni de cerca, solamente a España, sino que es una tendencia bastante extendida en otros países, de nuestro entorno cercano, pero no solo. También en América Latina la situación del profesorado universitario es precaria. Entre otros motivos, por la privatización de este sector educativo. La región sudamericana es, en el mundo, la que mayor tasa de privatización de universidades tiene. Al menos, así lo ha asegurado Yamile Socolovsky, responsable de Educación Superior e Investigación de la IE en América Latina (IEAL).

Tanto ella como David Edwards, secretario general de la Internacional de la Educación (IE) y Encina González, secretaria de Universidad e Investigación de FECCOO Estatal han celebrado esta mañana una rueda de prensa en Barcelona en el marco de la celebración de la Conferencia Mundial de Educación Superior de Unesco. El motivo, señalar algunos de los problemas más importantes de la educación superior que, según han comentado, parece que quedarán fuera deprograma de la Conferencia.

Problemas

Los problemas de la universidad, desde el punto de las centrales sindicales, se encuentran principalmente en la pérdida de condiciones dignas de trabajo en el personal docente de los centros de educación superior. La precarización de este sector supone, como explicó González, que en España no sea hasta los 45 años que alguien ve estabilizada su carrera profesional en la universidad. Esta es la razón de que sea complicado que la educación superior atraiga a personas jóvenes que hagan el relevo necesario.

Salarios bajos y concatenación de contratos temporales que, como explicaron tanto González como Edwards afecta principalmente a las mujeres, que se llevan la peor parte. Como comentó la responsable de CCOO, además de esto, ellas publican sus investigaciones en revistas más prestigiosas que ellos pero tienen menos citas (cosa que impacta también en sus condiciones de trabajo).

La mercantilización es otro de los problemas que han señalado los tres líderes sindicales. Uno de sus puntos importantes está relacionado con los requisitos, tanto en España como en buena parte del mundo, de que el personal docente e investigador, realice publicaciones en revistas prestigiosas e indexadas. Algo que repercute en sus condiciones salariales. Esta circunstancia supone que, explicó Socolovsky, que unas pocas editoriales de estas mismas revistas reciban importantes cantidades de dinero público que se paga para que este personal pueda publicar el resultado de sus investigaciones. En muchos casos, además, estas mismas editoriales cobran importantes sumas de dinero para permitir que otras y otros investigadores puedan leer estos mismos artículos.

Además de esta situación con las revistas indexadas, la situación de la pandemia y el cierre de centros universitarios durante varios meses en todo el mundo obligó a lo que en su momento el ministros Castells llamó enseñanza híbrida, es decir, a que las universidades rápidamente intentaran responder a esta situación a través de la digitalización de sus cursos. Una digitalización acelerada que, como denuncian los sindicatos, ha supuesto que muchas empresas tecnológicas hayan aprovechado para hacerse con parte de un nicho de mercado que mueve muchos millones de euros anualmente.

Como explicó Encina Gonzáles, la «digitalización ha consistido en poner lo mejor de cada quien sin que haya garantía de calidad de la enseñanza», a lo que se suma un sobreesfuerzo continuado durante muchos meses, una cierta exposición de la vida privada del profesorado y un empeoramiento de las condiciones de trabajo.

A esto, Edwards unió el negocio que supone «la recolección de datos a través de la huella digital del alumnado»; una huella que se produce por el uso de aplicaciones y redes privadas en vez de públicas y basadas en código abierto. Para él, los gobiernos deben proteger al alumnado y «deben ir más allá del enfoque comercial basado en datos».

Finalmente, el otro gran problema señalado por los representantes sindicales es la privatización de la universidad. Por una parte, con la proliferación de una gran cantidad de centros universitarios creados y gestionados por empresas privadas (como recordaja Yamile Socolovsky, América Latina es la región del mundo con más universidades privadas), como es el caso, como comentó Gonzáles, de Madrid y Cataluña en los últimos años.

Socolovsky sostuvo que es esencial una universidad pública «especialmente de los países de la región para superar obstáculos históricos que condicionan a nuestra población de llegar a condiciones dignas de vida».

Los tres dirigentes sindicales han exigido que estas situaciones tengan reflejo en el desarrollo de la Conferencia. Han denunciado que la agenda de este encuentro no es transparente y que no está claro qué tipo de declaración acabará publicándose una vez que termine y hasta qué punto la Unesco se verá obligada a seguirla.

Por eso han pedido tener más espacio en su desarrollo y que cuestiones relacionadas con la inversión pública o la mejora de las condiciones de trabajo (dignas y en libertad) tengan un peso importante en los debates.

LOSU

Sobre el nuevo anteproyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario que presentó hace unos días el ministro de Universidades, Joan Subirats, Encina González ha asegurado que todavía están valorando el texto pero que le parece «prolijo en ciertos temas y generalista en otros». Al sindicato le preocupa la financiación y el porcentaje sobre el PIB (que no se sabe si saldrá del Gobierno o de las CCAA) y que «se aleja de las medias de la UE y la OCDE».

También aseguró que queda perfilado todo lo que tiene que ver con el personal y se obvia la negociación con los representantes de los trabajadores. «No se constituye la mesa de negociación, dijo, y se deja en las CCAA la legislación».

González cree que esa posible desregulación por falta de claridad en el texto pueda suponer la creación de diferentes sistemas universitarios dependiendo de las comunidades autónomas, que no se contemple en el texto nada relativo al Estatuto del PDI o que haya poca definición en la posibilidad de que las matrículas sean gratuitas. También señala la preocupación de que el texto de la ley no haga un mayor control sobre la proliferación de universidades privadas y que, al no ser muy definida, sus desarrollos posteriores puedan suponer que se dé la vuelta al sentido del preámbulo de la ley.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/05/17/organizaciones-sindicales-reivindican-la-mejora-de-las-condiciones-laborales-en-la-universidad-durante-la-cumbre-de-unesco-en-barcelona/

Comparte este contenido:

¡UNESCO … ASÍ NO!

Otras Voces en Educación 

El movimiento sindical, gremial y pedagógico, docente, estudiantil y de funcionarios de la educa- ción universitaria, académicos(as), investigadores(as) e intelectuales expresamos nuestra preocupa- ción por la agenda, contenido, proceso y ruta de la III Conferencia Mundial de Educación Superior (CMES) a realizarse del 18 al 20 de mayo de 2022 en Barcelona, España. Nuestra posición se fun- damenta en las siguientes razones:

1. La UNESCO conformó un comité organizador de la III CMES que excluyó a las organizaciones naturales del mundo académico, gremial y sindical de docentes, estudiantes y trabajadores universitarios(as), a la par que hacía alianzas con sectores empresariales, corporaciones, capi- tal trasnacional educativo, bancas de desarrollo y filantropía vinculada al gran capital;

2. La agenda fue elaborada sin un proceso de consulta amplio y participativo. Se excluyeron te- mas de especial importancia como el mundo del trabajo docente en el siglo XXI, así como los procesos de privatización, mercantilización y desterritorialización que asedian a las universida- des en la sindemia del COVID-19. Los 10 puntos de la agenda de la III CMES abren peligrosa- mente las puertas a la lógica del mercado en la educación superior.

Una agenda para la III CMES construida desde la externalidad de la educación superior es una amenaza contra el pensamiento crítico y la autonomía universitaria a escala planetaria.
Se anuncia que la III CMES no tendrá una declaración final, por lo que su realización sin líneas claras de orientación estratégica puede servir para legitimar políticas neoliberales a profundi- zarse en la próxima década. Esperamos que esto se corrija en la propia III CMES

3. A horas de la realización de la III CMES no se han dado a conocer los documentos que respal- dan cada uno de los puntos de la agenda, soslayando el necesario debate de ideas previo a la cita de Barcelona. Nos preguntamos ¿Cuál es el motivo de tanto secretismo? ¿Conferencia Mundial sin documentos de trabajo?

De hecho, en la forma de plantear los temas de la agenda de la III CMES se evidencia una orientación de educación para satisfacer las demandas del mercado, algo que esperamos se conjure en el marco de las sesiones de la III Conferencia Mundial de Educación Superior.
En cualquier caso, consideramos que Barcelona 2022 no es un punto de llegada sino de parti- da para la construcción de resistencias educativas solidarias, emancipadoras y de defensa de la universidad pública. Seguiremos trabajando en el fortalecimiento del tejido social que lucha en favor del derecho humano a una educación pública universitaria gratuita, científica, popular y emancipadora.

¡¡¡ Si la UNESCO se entrega a los brazos del capital trasnacional que quiere convertir a la educación en una mercancía, les universitarios(as) juntaremos nuestras conciencias para defender el futuro de la educación pública universitaria!!!

Enrique Elorza, Centro de Pensamiento Crítico Pedro Paz. Universidad Nacio- nal de San Luis, Argentina
Florencio Díaz Pinzón, ASOPROF, Panamá
Hayah García, UPT “Clodosbaldo Russián, Venezuela

Luis Enrique Aguilar, Unicamp
Omar Hurtado Rayugsen, Instituto Pedagógico de Caracas / UPEL- Venezuela Emilio Beltrán Díaz, CNTE-México
Greti Richard, MS
Saúl Elizarraras Baena, La izquierda socialista
Flavio De Jesús Castillo Silva, Instituto Multieducativo Latino
Isaac Ángeles Contreras, CNTE , México
Federico Schuster, Universidad de Buenos Aires, Argentina
Andrés Giura, Amsafe Rosario, Argentina
Alex Fergusson, Universidad Central de Venezuela
Larissa González, Red por los Derechos de la Educación
Edurne Alonso Fierro, BENUFF
Ezequiel Darío Alfieri, EIPHISTORICA-Argentina
María Mojica, ASOPROF- Educador Popular, Panamá
Eligio Moha Félix, Colectivo ECCE, México
Belén Tovar, UBV, Venezuela
Raquel Delgadillo Macías, MexEspArg, México
José Gregorio Oviedo Araujo, Universidad Nacional Experimental del Trans- porte , Venezuela
Javier Biardeau, UCV, Venezuela
José Armando Durán, Proyecto Radio Talento “”tu voz escolar”
Nancy Espasandin, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la Repúbli- ca Oriental del Uruguay
Luis Miguel Alvarado Dorry, CIIOVE
Fernando Santana, CEIPH, Argentina
Fanny Bruzual, Docente, Venezuela
Fernando Lázaro, CEIPH – UNLU, Argentina
Michel Mujica, UCV y MPPRE, Venezuela
Martha Rocío Alfonso Bernal, Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación – FECODE, Colombia
Gerardo Luis Martín Conde, Teoría y Praxis Sociológica AC
Jacinto Dávila, Universidad de Los Andes, Venezuela
Javier Córdova Iturregui, Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios

Ángel Rodríguez Rivera, Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios José de Jesús Valdovinos C, CINPECER CLACSO
Rosa Cañadell Pascual, SIEC, España
Fernando Bossi, Fundación Emancipación

Vladimir Laura Chambi, Confederación de Trabajadores de Educación Urbana de Bolivia
Jorge Gantiva Silva, SPU-TOLIMA. COLOMBIA
Faustino Pineda De La Cruz, Secretaria de Educación Superior SEP, México Marcos Vinicio Sandino Montes, UNAN-León

Jurjo Torres-Santomé, Universidade da Coruña, España
Mercedes Martínez Padilla, Federación de Maestros de Puerto Rico
Selene Kareli Zepeda Pioquinto, Universidad Pedagógica Nacional, Colombia Lourdes Velásquez de Urbáez, Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en Educación
Melquiades Alonso, Universidad Nacional de Asunción
Tarek Aboaasi, CIM y UPTP JJ Montilla
Miguel Rivera, Federación de Maestros de Puerto Rico
Carmen Fonseca Cuenca, Presidenta ASPU UPN
Laura Aragone, UNR. Argentina
Marcelo Pucheta, Argentina
Faustino Celestino Martínez, CNTE NUEVO León-Maestros de Nuevo León Jesús Delgado Mendoza, Sindicato de la Uptm
Gustavo Teres, AMSAFE .Asociación del Magisterio de Rosario. República Argentina
Juan Aguilar Díaz, AEVE Panamá
Daniela Barruel, Movimiento por la Unidad Docente
Jorge Enrique Briones Vega, Movimiento por la Unidad Docente
Rosa Zunilda Miranda, SIPROTRASO PY – Acción Sindicalista Clasista
César Rodas, Tapea, Red por el derecho a la Educación
Pedro Urbina González, Falcón. Venezuela
Ana Bordón, SITRAFACSO, Paraguay
Luisa Ocariz, SITRAFACSO, Paraguay
Nancy Merlo, Universidad Nacional Experimental del Magisterio Samuel Ro- binson, Venezuela
Rodulfo Humberto Pérez Hernández, Centro de Estudios Simón Bolívar, Ve- nezuela
Mirtha Maldonado Acción Sindical Clasista
Leopoldo Múnera Ruiz, Universidad Nacional de Colombia
Ariel Soto Callisaya, Magisterio
María del Carmen López Vásquez, Centro de Estudios MAEEC ; México

Silvia Beatriz Paulín Méndez, MAEEC MEXICO.
Miguel Erasmo Zaldivar Carrillo, Centro de Estudios MAEEC-CLACSO, México Claudia Monreal Mijares, Colectivo Kaichuk Mat Dha, México
Mireya Zarate Velasco, MAEEC, México
Sylvia Hernández Fernández, Sección 22, Universidad del Pueblo
Luis Gustavo, ¡No a la privatización!
Ricardo Torres, Kaichuk Mat Dha, México
Guadalupe Ramos Ortiz, MAEEC, México
Elizabeth Lorenzana Albino, Jubilados
Rubén Darío Merlin Vásquez, MAEEC Oaxaca, México
José Luis González, Movimiento Pedagógico Dignidad Magisterial Venezuela Emilio Becasis, Secretaría de Nivel Superior Amsafe Rosario; Argentina Teresa Margarita Rivas Soto, Kaichuk mat dha, México
Guadalupe Camargo, AEVE, Panamá
Lorena Gordillo, FADIUNC/ Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza-Argentina Maricela López Ayora, Independiente
Adriana Natividad Salazar, Sección XXII, México
Cristina Nafissi, FADIUNC, Argentina
Myriam Barahona Torres, Federación Nacional de Asociaciones de Funciona- rios de la Universidad de Chile- FENAFUCH
Cira Novara, Savia. Paraguay
Celeste Houdin, Sindicato de Profesionales de Trabajo Social del Paraguay- SIPROTRASO PY
Delia Concepción Caceres, Sitrafacso, Paraguay
Evangelista Pereira, Sitrafacso, Paraguay
José Arnulfo Bayona, ANEP Bogotá, Colombia
Nelly Mosquera Z, Equipos Docentes de Colombia -regional Bogotá
Edilma Tigreros Bernal, ¡Hay que defender la educación pública!
Luis Carlos Hurtado Rojas, CCPASS
Sara Alonso, CIEH
Sara Catalina Viveros Granja, Fundeas, Colombia
Dorys Ardila, Gestapaz
Andrea Riascos, Batucada empoderada
María Limpia Díaz, SITRAFACSO , Paraguay
Guillermo Horacio Rodríguez Tobón, TERCERAA CIVILISTA – EKO-URBANISTICA Luis Carlos Salinas Traslaviña, Universidad del Tolima, Colombia
José Luis Medrano Torres, Taller de Construcción del Socialismo (TACOSO) María Isabel Moreno Martínez, Corporación José Marta”, Colombia
Flor María Barreiro, Gamvica
Ana C Castillo, Kuagro Ri Changaina
Osmar Sostoa, Sociedad de Escritores del Paraguay
Gonzalo Gámez, Monpeco
Sebastián Guerrero Lacoste, Escuela Pública Comunitaria – Chile
Liz Rocío Martínez Brizuela, Feupy
Trino Barrantes Araya, Lápiz Sin Permiso y afiliado al SINDEU, Costa Rica Esteban Beltrán Ulate, Partido Frente Amplio Costa Rica
Beatriz Aguero, Profesional independiente
Rafael Eduardo López Alfaro, UNED PRO, Costa Rica
Andrea Cuenca Botey, UNED, Costa Rica
Lupe Vásquez Martínez, Fundación Mundo Vital
Grace Venegas Bonilla, UNED, Costa Rica
María Gines Quiñonez Meneses, Corporación Colombia Visión Sur
William Hernández, Profesor Universitario UNEXCA, Venezuela
Cynthia Crespo, SINPAE
Eduardo Castillo A, UNED Costa Rica
Luis Alberto Muñoz Montero, Pensionado
Olga Rocío Uribe Parra, FECODE, Colombia
Rodrigo Antonio Campos Cordero, UNED (Costa Rica)
Jorge Orozco León, MAEEC, México
Luisa Paz Jiménez, Universidad Estatal a Distancia- UNED- Costa Rica
Aura Eraso, Corporación Nuevo Arco Iris _ Capítulo Nariño
María Luisa Niño Corredor, Asociación Distrital de Educadores, Colombia Viviana Ayde Vargas Rivera, Secretaría de educación del distrito
Dina Cabañas, Docente independiente
Deyanira Duque Ortiz, Asociación de servidores Públicos del ministerio de ciencia, tecnología e innovación
Darío Balvidares, Investigador en Política Educativa – Ciudad de Buenos Aires – Argentina
Lenny Patricia Calvache Castro, CORPORACION COLOMBIA VISION SUR Gilberto Mora Arcos, Universidad de Nariño. Docente Jubilado
Andrea Zilbersztain, Ceiph, Argentina
Luis Ardila, Independiente
Marlene Vázquez Salazar, Uned Costa Rica
Amanda Rincón Suárez, Codema – Cooperativa del Magisterio, Colombia Claudio Julián, Filósofo Universidad Nacional de Colombia”

…….Continúan más firmas (en depósito)

Luis Bonilla-Molina, Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación
Osvaldo Coggiola, ANDES, Brasil
Encarni Salguero Rodríguez, Federación de Enseñanza CGT, Estado español. Francisca Staiti, Secretaria General, CONADU-Histórica, Argentina

Claudia Baigorria, Secretaria de Formación, CONADU – Histórica, Argentina José Cambra, ASOPROF, Universidad de Panamá.
Luis Bueno Rodríguez, CNSUESIC, México
Luz Palomino, Profesora universitaria, Venezuela

Sócrates Silverio Galicia Fuentes, CNSUESIC, México (agrupa más de 50 sin- dicatos de docentes universitarios, profesionales de la cultura e investigado- res científicos)
Rose Mary Hernández, UNERG, Venezuela

Pedro Hernández, CNTE, Sección 9 Democrática, México
Fernando Abrego, ASOPROF, Panamá
Oscar Vallejos, Secretario Adjunto, CONADU-Histórica, Argentina
Luis Sánchez. AEVE, Panamá
Iolanda Segura, USTEC, Cataluña, España
Alfredo Velásquez, SUTEP. Perú
Marco Raúl Mejía, Movilización Social por la Educación, Colombia
David Lobao, SINASEFE, Brasil
Miguel Ángel Hernández Velázquez, Sindicato de Trabajadores del Instituto de Educación
Media Superior de la Ciudad de México (SITRAIEMS-CDMX), México
Vicent Mauri, Intersindical valenciana, España
Myriam Barahona, FENAFUCH, Chile
Eduardo González, Colegio de Profesores y Profesoras, Chile.

Peter McLaren, Universidad de Chapman, EEUU Laura Isabel Vargas, UNE, Ecuador
Gustavo López, ASPU.UPN, Colombia
Foro Venezolano por el Derecho a la Educación Sociedad Venezolana de Educación Comparada Carlos Bracho. OIREPOD, Venezuela

Rosemary Gómez Ularte, SINDEU, Costa Rica
César José Valdovinos Reyes, CINPECER Rius CLACSO México
Hugo Aboites, México
María del Carmen López, MAEEC, México
Eduardo Sánchez, FETRASUV, Venezuela
Sara López, SITRAFACSO, Paraguay
Laura García Tuñón, ENDYEP (Encuentro entre Docentes y Educadores Po- pulares) Argentina
Maruja Romero Yépez, Universidad Nacional Abierta, Venezuela
Carlos Munévar, Colectivo La Roja Colombia,
Bernardo Mancano Fernándes, Universidade Estadual Paulista – UNESP Jorge Antonio Patty Guzmán, Asociación de Sociedades Científicas de Estu- diantes de la Universidad Técnica de Oruro – Estado Plurinacional de Bolivia Henry Barco Melo, La Gotera
Angélica García, Docente, México
Fermín Carreño M, SIPAUAEMEX , México
Zuleika Matamoros, Marea Socialista, Venezuela
Jesús Campos, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Venezuela Débora Gribov Novogrebelsky, Universidad de la República Uruguay
Pedro Luis González Requena, Unellez, Venezuela
Fernando David García Culebro , Zona escolar 008, México
Eva Gómez, Docente Universitaria, México

page2image24955536 page2image24967184 page2image24965728 page2image24966560 page2image24967808page2image24958240 page2image24956368 page2image24964688 page2image24953040 page2image24968016 page2image24957616page2image24956784 page2image24964272 page2image24968432 page2image24952832 page2image24958656page2image24957200 page2image24959072 page2image24960112 page2image24960944 page2image24961360page2image24961984 page2image24962400 page2image24963024 page2image24962816 page2image24965520 page2image24954496page2image24960320 page2image24957408 page2image24963856 page2image24963648 page2image24954080page2image24955328 page2image24962192 page2image24957824 page2image24958448 page2image24953872page2image24955120 page2image24958864 page2image24965936 page2image24968848 page2image24964064page2image24948928
Comparte este contenido:

Evaluación de la calidad de la educación

POR: NOEL AGUIRRE LEDEZMA

Las más de las veces, la cotidianidad genera experiencias que motivan análisis y aprendizajes, así como contribuye a la construcción de teorías y propuestas, un ejemplo de ello se presenta en el blog de la Editorial Vicens Vives (2021), que como introducción a una entrevista a Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), coordinador del informe PISA (Programme for International Student Assessment) de la OCDE, textual dice lo siguiente: “Andreas Schleicher también conocido en Alemania como Mr. Pisa, contó en una entrevista a Deutschlandfunk que su maestro de primaria de la escuela estatal lo calificó como ‘No apto’ para estudiar secundaria. Su padre, profesor de pedagogía, no estuvo de acuerdo con el juicio, y decidió apuntar a su hijo a una escuela Waldorf. La decisión se mostró acertada: Schleicher no solo consiguió los mejores resultados en la escuela, sino que ganó un premio especial en el prestigioso concurso nacional ‘Jugend forscht’ (‘La juventud investiga’) por el desarrollo, junto a su primo, de un programa de reconocimiento de voz. Esta experiencia le mostró a Andreas Schleicher la importancia de no cerrar las puertas de la escuela a ningún estudiante, porque nadie puede saber con exactitud todo el potencial que se esconde en cada uno de ellos” (sic).

Este relato motiva a plantearse varios interrogantes. Entre otros, ¿qué explica que, al cambiarse de una escuela a otra, Schleicher no solo consiguió mejores resultados sino que ganó un premio especial?, ¿qué hubiese pasado con Schleicher si las evaluaciones fueran homogéneas?, ¿qué podría haber ocurrido si no hubiese acudido a otras alternativas?, ¿qué se puede deducir de esta experiencia para entender los procesos de evaluación en educación?, ¿el propósito de la evaluación es establecer rankings o para calificar a unos de buenos y a otros de malos? La evaluación, más de un sistema educativo, tiene distintas comprensiones, metodologías, alcances e implicancias; responde a un sinfín de experiencias institucionales y cotidianas que requieren análisis y debates en sus múltiples dimensiones. Es una invitación a dejar de hacer “opinática” y profundizar el estudio, debate y construcción de propuestas, mucho más de quienes en automático piden “PISA, PISA,…”

Eso explica por qué la evaluación de la educación en el último tiempo sufre un constante acoso de tendencias que son contrarias a postulados de educación liberadora y transformadora, corrientes favorables a la mercantilización y visión empresarial de la educación que al amparo de un supuesto criterio de mayor eficiencia del sistema deriva en evaluaciones que incorporan conceptos como privatización y competitividad; rendimiento académico, desempeño y competencias; estándares e indicadores como una manera solapada de imponer una lógica y concepción de educación. De esta manera, aparecen temas que pretenden convertirse en una moda antes que en una discusión de fondo sobre educación, como las evaluaciones internacionales con una visión homogénea o como las de calidad educativa que, en el marco del enfoque de capital humano, se concentran en la calidad del aprendizaje cognitivo de lo que ocurre únicamente en el ámbito de la escuela y aula reduciendo la concepción de educación a escuela, para colmo de carácter tradicional (Vega, 2014). Es tal la arremetida de estas corrientes que en tiempos previos a la emisión de resultados de las evaluaciones internacionales se comienza a buscar la “nota” de la evaluación para señalarlos en público: “éstos son los países, departamentos, instituciones educativas y estudiantes malos y éstos son los buenos”. Estas miradas sobre calidad educativa y evaluación en el sector educativo distorsionan el carácter de política pública y la constitución de una sociedad democrática, además que hacen olvidar la naturaleza de la educación.

Queda mucho por reflexionar, debatir, analizar y proponer. Es tiempo de “…evaluar la evaluación educativa” (Gentili, 2014), fortalecer la cultura de participación y evaluación de políticas públicas e impedir que la euforia evaluadora que “perjudica a nuestros hijos y empobrece nuestras aulas” se consolide. No olvidemos que “La evaluación se comprende como un medio: el acento está puesto en los fines formativos y pedagógicos” (OREALC/ UNESCO Santiago, 2020). En el tema hay mucho que decir, seguiremos debatiendo en próximos artículos.

Noel Aguirre Ledezma es educador popular y pedagogo. Fue ministro de Planificación del Desarrollo y viceministro de Educación Alternativa y Especial.

Fuente de la información: https://insurgenciamagisterial.com

Comparte este contenido:

La ciencia maltratada, privatizada y mercantilizada

Durante miles de millones de años, la vida se ha abierto camino en todos y cada uno de los rincones existentes en el planeta Tierra. Vida en continuo cambio, no solo proliferando sino adaptándose a todo tipo de condiciones, con diferentes formas de alimentarse, reproducirse y crecer.

Pero la historia humana no es sino una entre miles, tantas como ramas en las que se diversifica el árbol de la vida en la Tierra.  Grande es la fuerza de los conocimientos y, pertrechados con ellos el hombre es invencible. Pero ¿nos son asequibles los conocimientos?
Es obvio que nuestra especie está sometida a los mismos mecanismos de cambio y selección que el resto de los organismos que pueblan nuestro hábitat, nuestro medio ambiente y para entender hacia donde nos dirigimos debemos comprender cómo hemos llegado hasta aquí.
El Covid-19 no cae del cielo, sino que es consecuencia de un sistema capitalista patriarcal, productivista y devastador, que ha alterado el equilibrio de los ecosistemas, incluyendo virus y bacterias. El urbanismo y la deforestación asociada al desarrollo capitalista está obligando a muchos de estos animales a migrar e instalarse cerca de los humanos, lo que multiplica las probabilidades de que microbios, que para estas especies son benignas, pasen a las personas y muten en patógenos.
Los apologistas del capitalismo sostienen que no hay razones para cuestionarlo. Pero cuando ocurre una crisis como ésta, la gente se da cuenta de que el sistema no funciona y que tenemos que contenerlo, e incluso quizás superarlo. Pero el problema es que hoy no parece que mucha gente sea capaz de establecer una conexión entre el virus y el capitalismo.
La enfermedad sigue siendo percibida como un evento aleatorio, algo que ha ocurrido sin más, como un relámpago o la caída de un meteorito. Apenas hay discusión sobre cómo el capitalismo produce pandemias a pesar de que haya una considerable base científica al respecto.

 ¿Covid-19 como oportunidad?

La crisis del coronavirus pone en evidencia las limitaciones y riesgos, a nivel humano y social, pero también económico, del sistema capitalista. Nos pone frente al espejo de lo que puede ser el futuro en un marco de emergencia climática.
En un escenario de crecientes fenómenos climáticos extremos, solo un estado del bienestar fuerte, sistemas de protección social suficientes y un tejido comunitario y socioeconómico resiliente nos permitirá hacer frente a la creciente vulnerabilidad.
La economía de mercado muestra, en momentos como el actual, el sinsentido de un sistema financiero especulativo y volátil. Se hace evidente que el capitalismo financiarizado y globalizado es incapaz para hacer frente a situaciones de crisis humanitaria como la que plantea la pandemia del Covid19 o la actual emergencia climática.
Los problemas se contagian rápidamente, la incertidumbre se convierte en histeria colectiva en los mercados financieros, las dependencias de importaciones y exportaciones se vuelven vulnerables y la deuda insostenible se convierte en un peso imposible de seguir cargando.
Ante estas evidencias, seria recomendable, como resaltan algunos economistas poner en valor los beneficios de una nueva economía de circuito corto, que produzca bienes y servicios que respondan a las necesidades de las personas y no a las posibilidades de rentabilidad de la inversión.

La verdad es la luz de la razón

Creemos que en una crisis como la del Covid 19, la economía debe sostenerse en el saber, pero “el saber se mercantiliza y al mismo tiempo se privatiza”. Al transformarse el estatus del ser humano en relación al saber, convirtiéndose en “proveedor” y “usuario” se facilita la conversión de este en un objeto de valor.
De modo que es fácilmente asimilable al ciclo de producción/consumo que define a los distintos objetos que se ponen a disposición en el mercado, (ergo) el saber se convierte en una mercancía más, que se vende, se compra y se consume, deja de ser un “valor de uso” para transformarse en un “valor de cambio”.
En plena pandemia, nos aprestamos a un nuevo ejercicio dialéctico, donde las derivas comerciales, estarán nuevamente presentes, en efecto grupos de investigadores, laboratorios, empresas farmacéuticas están en la actualidad lanzados en la comercialización de la vacuna.
Apenas diez meses después la gente ya está siendo vacunada contra la Covid-19, a pesar de que, al comienzo de la pandemia, nos advirtieron que se necesitan años para desarrollar una vacuna.
Nos encontramos, por tanto, ante una situación de ¿falta de legitimidad de la ciencia, al estar enmarcada en el ciclo de valorización capitalista, el cual intenta hacer pasar como “saber” lo que es interés económico; por lo tanto, el saber vale como forma de obtención de plusvalía?.
Sublime realidad, capitalista, que precede un asunto de feroz competencia entre los Estados-nación, quienes, además, entran en conflicto con las grandes multinacionales, que también desean poseer ese saber para reforzar sus posiciones, además de establecer sutilmente un marco ideológico con las vacunas chinas y rusas.
En este marco el saber ya no es apreciado por su valor epistemológico (todo nuevo saber es positivo) para distribuirse públicamente (todo el mundo tiene derecho al saber) sino por su valor monetario/económico (se investiga aquello de lo que se extraiga rentabilidad), de modo que se controlan los flujos de información según intereses comerciales (al conocimiento tendrá acceso solo quienes puedan pagarlo).
En esta situación, el saber cómo “búsqueda de lo verdadero” pierde relevancia en favor de otra perspectiva guiada sustancialmente por la rentabilidad económica, lo que comporta el problema de su pérdida de legitimidad. ¿Cómo confiar en un saber dirigido por intereses espurios?
¿Quién puso el dinero?
Debido a la urgente necesidad de la vacuna, los gobiernos y los donantes han invertido miles de millones de dólares en proyectos para crearlas y probarlas. Organizaciones «filantrópicas» -como la Fundación Gates- respaldaron la búsqueda, así como celebridades de todo tipo y organizaciones sin fines de lucro, que han otorgado casi 1.900 millones de dólares. En total, los gobiernos han proporcionado 8.600 millones de dólares, según la empresa de análisis de datos científicos Airfinity.
Solo 3.400 millones de dólares provienen de la propia inversión de las empresas, y muchas de ellas dependen en gran medida de la financiación externa.

 Vacunas contra la covid-19: ¿a qué se debe el secretismo?

La pandemia hace que la demanda mundial de vacunas sea superior a la oferta. El mundo entero se disputa una plaza para recibir la vacuna contra el coronavirus, un bien todavía demasiado escaso y producido por pocos laboratorios farmacéuticos.
Los gobiernos firman contratos con las compañías que han desarrollado esas vacunas en tiempo récord y, sin embargo, información crítica de esos acuerdos permanece oculta para el gran público debido a estrictas cláusulas de confidencialidad. Cuánto cuestan o cómo se distribuirán son detalles que en la mayoría de los casos la ciudadanía desconoce, porque así lo exigen los acuerdos firmados.

El problema es mundial

En respuesta a una petición de información del Parlamento Europeo a mediados de noviembre, la comisaria de Salud, Estela Kiriakides, afirmó que “Debido a la naturaleza altamente competitiva de este mercado, la Comisión está legalmente imposibilitada para desvelar la información que contienen estos contratos”.
La ministra belga de Presupuesto, Eva de Bleeker, tuvo que retirar, poco después de publicarlo, un mensaje en Twitter en el que recogía la lista de precios de los laboratorios con los que había negociado la Unión Europea (UE).
A las quejas por el incumplimiento de los compromisos adquiridos por algunos fabricantes de vacunas se suman ahora las voces que exigen mayor transparencia en un asunto de salud pública vital. La polémica sigue subiendo de tono, sobre todo en la UE, enojada después de que los laboratorios Pfizer y AstraZeneca le comunicarán que no estarán en condiciones de suministrarle al bloque la cantidad de dosis iniciales acordadas.
Ello ha llevado a que, según fuentes de la UE citadas por la agencia Reuters, desde Bruselas se les exija a las farmacéuticas que hagan públicos los términos de los contratos y amenace con controlar las exportaciones de las vacunas producidas en Europa.

¿Por qué tanto secreto?

Según Jonathan García, experto en salud pública en la Universidad de Harvard, en EEUU., “esto no es nada nuevo; es frecuente que en los contratos entre los sistemas de salud de los países y las farmacéuticas se incluyan cláusulas de confidencialidad”. “Los laboratorios buscan fraccionar el mercado para poder negociar precios distintos con los diferentes países”, añade.
Esto les permite negociar con los países en función de sus recursos, ofreciéndoles precios más bajos a las naciones pobres o en desarrollo y exigiendo cantidades más altas a los más ricos.
La compañía AstraZeneca ha revelado que la vacuna que ha desarrollado en colaboración con la Universidad de Oxford tendrá un coste aproximado entre 3 y 4 dólares por dosis (se requiere de dos). Pero el suyo es, por ahora, un caso excepcional. Además de los precios, se mantienen muchas veces en secreto la información relativa a la producción y logística, y las conocidas cláusulas de responsabilidad.
En ellas se estipulan límites a la responsabilidad de los laboratorios en el caso de posibles efectos adversos de los medicamentos y se indica que si hay diferencias no las resolverán los tribunales nacionales, sino unas cortes especiales de arbitraje internacional.
Las voces que reclaman mayor transparencia alertan de que la urgencia por el desarrollo de una vacuna, para una enfermedad que se ha cobrado ya más de dos millones de vidas en todo el mundo, ha podido llevar a los gobiernos a aceptar limitaciones de responsabilidad aún mayores.
En la Estrategia para la Adquisición de Vacunas que hizo pública la Comisión Europea se decía que “la responsabilidad por el desarrollo y el uso de la vacuna, incluida cualquier indemnización específica requerida, recaerá sobre los estados miembros que la adquieran”.
No obstante, estamos hablando de una emergencia sanitaria global, de algo que sucede cada 100 años, ante lo que uno esperaría que el sistema utilizara mecanismos mucho más transparentes y buscara un esquema más cooperativo. En cambio, vemos que se sigue buscando un mercado monopólico y mantener ventajas en los precios.
Las diferencias en el acceso a las vacunas han llevado al mundo a un riesgo de “fracaso moral catastrófico”, como definió el director de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, el hecho de que los países más necesitados vayan a tener que esperar años para inmunizar a su población.
La historia de las epidemias muestra que no sería la primera vez. Ya sucedió con la poliomielitis y la viruela, enfermedades erradicadas mucho antes en los países más avanzados. O con el VIH, que todavía diezma a muchas poblaciones africanas cuando los pacientes en el llamado primer mundo han visto prolongada significativamente su esperanza de vida gracias al desarrollo de los tratamientos antirretrovirales.
Como resultado, los analistas de inversiones pronostican que al menos dos de estas compañías, la empresa estadounidense de biotecnología Moderna y la alemana BioNTech con su socio, el gigante estadounidense Pfizer, probablemente ganarán miles de millones de dólares.

Fuente: https://rebelion.org/la-ciencia-maltratada-privatizada-y-mercantilizada/

Comparte este contenido:

La educación de 2021: igualdad social y tecnología

Por: Hugo Casanova Cardiel*

La educación nacional no enfrenta un buen pronóstico para 2021. Ni los problemas estructurales de la educación, ni sus asuntos coyunturales muestran señales consistentes de mejora. Y ello no representa un vaticinio pesimista, por el contrario, hoy resulta impostergable contar con un diagnóstico realista y demandar desde la sociedad un cambio de rumbo en el que se entienda que la educación no puede continuar siendo un ámbito ideologizado y mercantilizado por los poderes político y económico, sino un espacio estratégico comprometido con la formación de la niñez y la juventud con un horizonte de justicia social y de construcción de un mejor futuro nacional.

A las insuficiencias estructurales en términos de cobertura, calidad y equipamiento que han caracterizado por décadas a nuestro sistema educativo, se sumaron, en el año de la pandemia, serios problemas que ponen de manifiesto las vulnerabilidades sociales, educativas y digitales de la sociedad. Baste recordar que, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, hoy apenas 21.9 por ciento de la población vive en condiciones de no pobreza y no vulnerabilidad social. Eso significa que en este 2021, el legado para ocho de cada 10 mexicanos será de algún déficit en términos de ingresos, salud, vivienda o educación. De manera particular el ámbito educativo seguirá siendo afectado por la crisis sanitaria que alejó de las instalaciones físicas a 36.5 millones de niños y jóvenes que son fiel reflejo de las asimetrías sociales.

Como se sabe, las estrategias gubernamentales para contrarrestar el cierre de las instalaciones escolares se apoyaron prioritariamente en las tecnologías digitales. De tal forma, las modalidades que asociaban la educación a la tecnología lograrían ubicarse como una respuesta oportuna ante una situación de clara emergencia. Sin embargo, en ese escenario también surgirían voces que llamaban a remplazar la educación tradicional por formas pretendidamente más efectivas y modernas. En tal sentido, la educación presencial comenzó a ser caracterizada por sus inercias pedagógicas y –como si ello fuera una cuestión de simple voluntad– por su falta de apego a la tecnología. En realidad, se cuestionaba lo escolar y se discutía la vigencia de la institución: cursos, programas, estrategias didácticas e incluso maestras y maestros que, esta vez, eran remplazados por la pantalla y por conductores de televisión.

Sin embargo, es necesario señalar que la educación difundida por medios digitales ha estado muy lejos de cumplir con el ideal de extenderse a grupos sociales más amplios. En vez de ello, se han hecho patentes las desigualdades de todo tipo y las mayorías volvieron a quedar al margen de los beneficios educativos. En 2020 se hicieron manifiestas las dimensiones de la brecha social y digital de los mexicanos y se pudo constatar como el estudiantado y sus familias tuvieron que asumir una parte significativa de los costos educativos en términos de equipamiento, conectividad, material documental y espacios físicos para el estudio. Eso sin contar el déficit vivido en términos afectivos, colaborativos y de socialización, difícilmente atendidos a través de la pantalla.

En el caso de la educación superior se ha hecho patente la supremacía del software propietario (Zoom, Google, YouTube) por encima de las modalidades libres. Así, las plataformas privadas han incursionado en los espacios personales e institucionales apropiándose y mercantilizando los datos de los particulares. Los corporativos informáticos fundan su acción en un modelo empresa-cliente que es transferido a la educación en una lógica en la que el conocimiento y la información devienen en mercancía. En tal sentido, se manifiesta una fuerte oposición entre las aspiraciones igualitarias de la educación pública y los intereses de los corporativos proveedores de servicios tecnológicos.

Por todo ello, hoy resulta imprescindible comprender a profundidad la racionalidad y mecanismos de operación de las modalidades digitales de enseñanza, así como su impacto real en los procesos educativos. Acaso sea posible plantear que, antes de convertirse en el remplazo de lo presencial, las herramientas tecnológicas en su conjunto pueden contribuir a su mejor desempeño. Así, el reto sería lograr que, aun tratándose de modalidades diferentes, sean orientadas hacia un fin compartido.

No cabe duda que necesitamos dar respuesta a las dimensiones estructural y coyuntural de la educación. En ambos casos las tecnologías digitales aparecen como un medio con enormes potencialidades para renovar lo educativo. Sin embargo, para atender la problemática de ese sector no basta con expresar buenas intenciones. Es preciso tomar decisiones con rigor y estrategia: estudiando las virtudes de lo digital, pero también considerando sus posibles riesgos. Es indispensable construir modalidades digitales pertinentes e igualitarias, acordes con los problemas de nuestro país –y no simplemente transfiriéndolas de otros contextos– y, por supuesto, es urgente fortalecer y renovar la modalidad presencial a la que habremos de regresar en algún momento.

¿Qué es necesario considerar para la vuelta? Sin duda debe insistirse en el tema de la cobertura en todos los niveles bajo un criterio de justicia social y exigencia académica. Es necesario contar con establecimientos educativos seguros, equipados, conectados, preparados para contingencias y situaciones calamitosas. Asimismo, deben hacerse los ajustes curriculares que permitan la plena incorporación de las modalidades digitales. Y, finalmente, ha de emprenderse un sólido programa de formación en el que maestras y maestros puedan adquirir las herramientas didácticas –presenciales y digitales– para contribuir a la educación de la niñez y la juventud mexicanas del tercer milenio. Ni más ni menos.

Director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2021/01/09/opinion/014a1pol

Comparte este contenido:
Page 1 of 5
1 2 3 5