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Privatización de la educación universitaria y desestabilización: Proyecto de larga duración

Por: Ramón Cesar Gonzalez Ortiz

La colocación de barricadas en uno de los accesos a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como diferentes quemas y destrozos reportados el jueves 25 de febrero de 2016. En respuesta a la detención de Jorge Emilio Yorch Esquivel Muñoz. Mismo que fue señalado por las autoridades como vendedor de drogas afuera del auditorio Justo Sierra, actividad que supuestamente encubría mediante la venta de tacos1.

Debe correlacionarse con otros conflictos suscitados anteriormente en el Auditorio Justo Sierra, conocido como Che Guevara. Debido a que dicho auditorio ha estado bajo control de diferentes grupos desde 1999-2000, después del asalto policíaco-militar llevado a cabo por la hoy extinta Policía Federal Preventiva (PFP), el 6 de febrero de 2000 y que posibilito la culminación la huelga estudiantil en la UNAM, mediante la represión estudiantil.

En vista de que, conforme han salido los integrantes del Consejo General de Huelga de la UNAM, diferentes colectivos han mantenido el control del Auditorio Che Guevara, como la Coordinación de Colectivos Auditorio Che Guevara, y el grupo Okupache u Okupas. Siendo uno de los episodios más recientes que tuvo hechos de violencia, previo a las barricadas y las quemas reportadas por la detención del Yorch, el suscitado el día 3 de marzo de 2014 —en aquel entonces el rector de la UNAM era José Narro—. Aquel día un grupo de personas con el rostro cubierto trató de expulsar a otro colectivo para tomar el control del Auditorio Che Guevara. Las personas en el interior acusaron que los habían golpeado con toletes, además de atacarlos con pistolas eléctricas y pistolas de diávolos2.

Asimismo, en noviembre de 2014 se dio otro hecho violento en Ciudad Universitaria. Un oficial secretario del Ministerio Público, un elemento de la Policía de Investigación y dos peritos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) acudieron para hacer una diligencia, ante la supuesta denuncia del robo de un teléfono celular a una estudiante. Y cuando cumplían con tal diligencia, unas 20 personas, según la PGJDF, los agredió y en el altercado un elemento de la Procuraduría detonó su arma de fuego, por lo que resultó lesionado un estudiante en la pierna.

“El elemento de la Policía de Investigación dijo haber realizado disparos al aire para evitar el ataque, resultando lesionada en el muslo izquierdo, una persona de sexo masculino que se encontraba en el sitio”, indicó la Procuraduría. Mientras que, según la UNAM, “el grupo que se encontraba en el auditorio Justo Sierra persiguió al funcionario (que disparó) y algunos de sus integrantes lo lesionaron”. Tras esos hechos, personas con el rostro cubierto prendieron fuego a un vehículo de la PGJDF, y lanzaron objetos a elementos de la policía capitalina.

Hechos que guardan una estrecha relación con la detención del Yorch, durante la cual según indico la Procuraduría General de la República (PGR), que al momento de ésta realizada sobre Avenida Universidad, le encontraron 50 envoltorios de cocaína en piedra, 26 pastillas psicotrópicas “Ribotril”, y una bolsa con 300 gramos de marihuana. En tanto que la UNAM indicó que Esquivel Muñoz El Yorch,es una persona ajena a la universidad, y que los disturbios tras su detención fueron obra de “provocadores”, que se refugian en el auditorio Che Guevara.

A este respecto, catedráticos como Alberto Paredes de la Facultad de Filosofía y Letras, han venido promoviendo la expulsión de estos grupos al indicar que ningún grupo de profesores, estudiantes, o exestudiantes tiene el derecho de administrar por su propia cuenta el auditorio. Y que el hecho de no recuperarlo ha significado sensibilidad política excesiva para no provocar problemas con esos grupos que se han apropiado de ese auditorio, según indico el profesor. Añadiendo que muchos profesores e investigadores de la UNAM esperan que el nuevo rector, Enrique Graue, tome medidas legales y recupere el Che Guevara3.

Y acordes con la postura de Alberto Paredes, otros señalamientos han abundado aun más al contexto de una situación “caótica”, indicando mediante un comunicado en mayo de 2015 que, dentro de la UNAM, otra preocupación constante en cuanto a la seguridad de la máxima casa de estudios, ha sido el consumo, venta y distribución de drogas en las instalaciones universitarias. Y en 2014, se indico que se detectaron a 46 personas vinculadas con esas actividades.

Conforme a lo cual proceso reporto el año pasado que, desde mediados de 2014, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM se convirtió en el principal punto de venta de drogas en el sur de la Ciudad de México, según denunciaron alumnos y profesores de la institución. Además indico que, el fenómeno, “alarmante de por sí”, ha estado acompañado de una ola de asaltos, robos y acoso sexual. De forma tal que, estudiantes y trabajadores de esa facultad contaron a Proceso lo ocurrido y “clamaron” por su ayuda4.

Finalmente, viene a coadyuvar para la generación de un clima de psicosis general dentro de la UNAM, el asesinado del jefe de servicios de la facultad de Química, José Jaime Barrera Moreno, dentro de las instalaciones de la misma Universidad Nacional Autónoma de México, el pasado 28 de junio. Atribuyéndose tal hechos el grupo autodenominado Individualistas tendiendo a lo salvaje (ITS)5. En una carta abierta difundida en su portal con fecha 29 de junio. Dicha agrupación además indicó que todavía piensan ir más lejos, anticipando que habrá más crímenes y que a sus víctimas les arrancarán el cuero cabelludo.

Internacionalización del capital, nueva división del trabajo social y la reforma educativa

Todos los eventos que hemos destaco dentro de la UNAM, deben ser analizados dentro del marco general en que se esta moviendo el país, desde los sexenios panistas a la fecha. Puesto que tienen de fondo el hecho de que en México durante las tres ultimas décadas, se encuentra enquistado un modelo económico que solo funciona para una minoría, mediante la creación y mantenimiento de beneficios políticos y económicos, que han posibilitado que la riqueza de cuatro multimillonarios en nuestro país aumente de un equivalente al 2 por ciento del PIB en 2002, a 9 por ciento en 2014.

Debido a que parte de la fortuna de estos cuatro sujetos se deriva de sectores que han sido privatizados, concesionados y/o regulados por el sector público. Mediante un sistema regido por el amiguismo, que los privilegia y los protege, de cual son ejemplo Germán Larrea y Alberto Bailleros, dueños de empresas mineras6, entre otros tantos.

En el mismo tenor, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) condonó créditos fiscales por más de medio millón de pesos por impuestos no pagados a Ridman y Gregorio Idele Fridman, a los que se les perdonaron 479 mil 580 pesos, así como a Martha María Gutiérrez Cantú, la que debía 22 mil 690 pesos en impuestos. Personajes que se encontraban en la lista de mexicanos con inversiones en el extranjero y se acogieron al programa de repatriación de capitales, supuestamente vigente hasta el primero de junio pasado7.

De suerte tal que, como indicó Adolfo Gilly, la Constitución promulgada en Querétaro en 1917 ha sido desmantelada por el Congreso de la Unión. Y pese a que el país cuenta con muchas leyes, hoy México es un país sin ley. Sumido en múltiples violencias, ha desprotegido tanto a los trabajadores urbanos y rurales como a sus grandes riquezas naturales frente al poder de las finanzas, nacionales e internacionales que actúan fuera de toda ley que no sea la propia8.

Todo lo cual es concerniente al modelo de acumulación capitalista de tipo neoliberal que el Estado mexicano ha adoptado desde 1980. Mismo que ha trasladando funciones que antaño realizaba el Estado surgido de la revolución mexicana, como servicios de distinto tipo proporcionados hacia toda la población, mediante instituciones públicas, empresas estatales y paraestatales, rematados a una fracción de la burguesía mexicana y del gran capital trasnacional.

Y todo lo cual es resultado a su vez de la internacionalización del capital, manifiesto a partir de los años 50 en el hecho de que el parque industrial existente en regiones de América Latina, fue ampliado y desdoblado hacia nuevas ramas productivas (la automotriz, por ejemplo). Fenómeno que obedeció a una doble determinación: primero al hecho de que, la velocidad de la innovación tecnológica en los centros volvía rápidamente obsoletos equipos que no se encontraban todavía amortizados, por lo que resultaba atractiva su transferencia hacia los países dependientes, donde podían seguir siendo utilizados. Y en segundo lugar, la protección tarifaria o la imposición de las cuotas de importación que se habían mantenido en los países dependientes, (que unido a las facilidades creadas por dichos Estados para atraer al capital extranjero, como la construcción de infraestructura, cesión de terrenos, exención de impuestos, etc.) le ofrecieron a las empresas extranjeras mercados cautivos9.

Pero esto ocasiono dos problemas, en primer lugar la brusca introducción de innovaciones tecnológicas en los parques industriales, caracterizados por un parco desarrollo técnico, condujo a una gran heterogenidad tecnológica, especialmente en los sectores a los que se dirigió la inversión extranjera: bienes de consumo suntuario (artículos de lujo) y bienes de capital10.

Y en segundo lugar, las innovaciones tecnológicas fueron las causantes de que una vez trascurrido el plazo de maduración de las inversiones, éstas encontraran dificultades para poder reinvertir sus ganancias en el mercado nacional, debido a la saturación relativa del mismo, por lo que se propuso exportarlas a las matrices, lo que ocasiono nuevas presiones sobre las divisas11 disponibles, lo cual ocasiono la caída de la tasa de crecimiento en la región. Y esto llevo a su vez a promover la restricción de la repatriación de beneficios y posteriormente restricciones sobre la exportación de manufacturas. Hechos que en su conjunto derivaron hacia el surgimiento de organismos de integración regional, que en ese momento fueron la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), el Pacto Andino y el Mercado Común Centro Americano12.

De manera que, la economía Latinoamericana desequilibrada por la preponderancia de la industria de bienes suntuarios, que se reflejo en 2014 a partir de la venta de automóviles, relojes, vinos, champaña, ropa de diseñador, entre otros artículos de lujo. Registraron un aumento de 5.2% en comparación con unos 13 mil 300 millones de dólares que se gastaron en 2013. Y tal situación ha apuntado a que el mercado suntuario creciera un 15 %13.

Y que ha tenido como consecuencia la restricción de los mercados nacionales, debido principalmente a la superexplotación del trabajo, manifiesta en la creciente concentración del ingreso. A este respecto la firma Wealth Insight, ha indicado que México es el segundo país en Latinoamérica con más millonarios en México, después de Brasil. De manera que el grupo de multimillonarios en México representa el 0.14% de la población mexicana, lo cual asciende a poco más de 119 millones de habitantes, en un abierto contraste con los 50 millones de pobres que hay en el país14.

Todo esto ha venido coadyuvando como un sólido cimiento para que estemos en la actual crisis. Debido a que estos hechos no han sido privativos de América Latina, sino que se ha dado una intensificación de la competencia internacional, desde la segunda mitad de los años sesenta, lo que acentuó el proteccionismo en los Estados Unidos y Europa, máxime cuando despunta Japón en aquella época y hoy China y Rusia, por citar dos países.

Y dentro de tal escenario, el capitalismo ha recurrido a las “crisis periódicas” para generar cambios en la economía. De manera que en cualquiera de sus manifestaciones, dichas catástrofes han derivado en la centralización de los medios de trabajo, lo que ha eliminado en consecuencia a los menos eficientes. Reduciendo la fuerza de trabajo mediante la destrucción o expulsión de las actividades productivas, a la vez que se promueve el empleo más intensivo y/o extensivo de la fracción de trabajadores que permanecen activos15.

Resultando así que, las distintas crisis que hemos venido asistiendo han dado lugar a una centralización salvaje, mediante la que se han formado una masa de recursos necesarios para la promoción del desarrollo de nuevas tecnologías, posibilitando mejorar las condiciones de competitividad. De manera que el retorno de las inversiones productivas hacia los países imperialistas, en el último tercio de los 70 favoreció una formidable revolución tecnológica, especialmente en áreas como la microelectrónica e informática, telecomunicaciones, biotecnología y nuevo materiales, así como en la producción de energía y la industria aeroespacial. Más aun, todos estos eventos propiciaron cambios sustanciales en los niveles de empleo y remuneración, así como en los modos de organización, gestión del capital y de la fuerza de trabajo.

La nueva división del trabajo hace necesario modificar la educación en el tercer Mundo

A partir de tales condiciones, el crecimiento económico dejo de corresponderse con la ampliación del empleo. Manifiesto en el hecho de que, tras ostentar de manera estable tasas de desempleo equivalentes a 4% de la fuerza de trabajo hasta 1973, el desempleo se elevo rápidamente en los 24 países más industrializados, alcanzando su punto máximo en 1983 con un 8%, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Afectando a 31 millones de personas, no obstante se logra superar un poco la recesión gestada a principios de esa década, llegando la tasa de desempleo a un 6% en 1990, pero después de entonces la línea ascendente en la tasa de desempleo ha continuado. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), El dato final del desempleo para 2015 se calculo en 197,1 millones de personas y para 2016 está previsto que aumente de alrededor de 2,3 millones para situarse en 199,4 millones. Siendo probable que otros 1,1 millones de desempleados se agreguen a la cifra en 2017, según el informe de la OIT Perspectivas sociales y del empleo en el mundo – Tendencias 2016 (WESO, en inglés)16.

Pero para imponer tal patrón de “desarrollo económico”, que combina crecimiento y desempleo, le ha sido necesario al sistema capitalista, romper con la resistencia del movimiento obrero. Ante lo cual se gestaron memorables batallas libradas a finales de los años 70 y principios de los 80, siendo una de las más duras la que llevo a cabo Margaret Thatcher contra los mineros ingleses, al principio de su gobierno. Y se repiten estos enfrentamientos en Estados Unidos, Alemania, Francia e Italia principalmente.

Luchas que en conjunto con el aumento del desempleo lograron debilitar a los sindicatos, observándose en el hecho de que entre 1970 y 1990 el índice de sindicalización de la masa laboral se redujo de 23 a un 17% en los Estados Unidos, de 42 a 40% en Gran Bretaña, de 22 a 10% en Francia y de un 37 a un 28% en Japón17.

Golpes contra la clase trabajadora que le permitieron a las empresas poder recurrir en gran escala a la terciarización de su personal, lo cual ha implicado el despido de trabajadores y su posterior recontratación, a través de pequeñas empresas prestadoras de servicios, eximiendo a las grandes empresas del gasto con prestaciones sociales. Así como les permitió adoptar medidas enmarcadas en la llamada flexibilización, procedimiento que ha obligado a los obreros a aceptar modificaciones en los contratos de trabajo, que le afectan desde el mismo puesto de trabajo, hasta el salario y la jornada laboral, en su duración e intensidad.

Y finalmente, pero de gran relevancia para comprender en su totalidad el actual proceso privatización de la educación universitaria, hacia abajo. Es el hecho de que los golpes asestados contra la clase obrera, acentuaron la diferenciación existente en los mercados de mano de obra, interponiendo una distancia creciente entre el trabajador y el proceso material de producción, lo que ha contribuido a aumentar la jerarquización existente entre los trabajadores, de acuerdo al grado de calificación, tanto desde el punto de vista del empleo como de la remuneración18.

Hechos que en primera instancia son atribuibles en buena medida al cambio tecnológico mismo, puesto que éste llevo a que incidiera el conocimiento de manera cada vez más importante en los procesos de producción. De forma que el conocimiento permitió a su vez que se abriera un amplio campo para el desplazamiento de la producción manufacturera a los países del Tercer Mundo. Y que ha sido una de las causas determinantes para la reducción de la oferta de trabajo en los Estados Unidos. Debido a que las fábricas modernas y el “estado del arte” de la maquinaria, han podido ser instaladas en casi todas partes del mundo. Resultando en que los productores rutinarios [directamente ligados a la producción] de los Estados Unidos, entraran en competencia directa con millones de productores rutinarios de otras naciones. Hecho que además afectará no sólo a los obreros, sino a los técnicos de nivel medio y alto (léase Instituto Politécnico Nacional).

Estos eventos llevaron a que los Estados Unidos dedicaran sus esfuerzos hacia la educación, desde el nivel prescolar hasta el nivel superior a fin de compensar la reducción de la oferta interna de empleo mediante la transformación en gran escala de personal existente, en cuadros altamente calificados. De suerte que los productores rutinarios en los Estados Unidos se convirtieron en cuadros altamente calificados y permitieron que sus viejos empleos se transfirieran hacia los países dependientes19.

Así, los países del Tercer mundo como México hemos sido colocados frente a una nueva división del trabajo, que ha venido operando a nivel de la fuerza de trabajo misma y no como anteriormente ocurría, a través de la posición ocupada en el mercado mundial por la economía nacional en donde el trabajador se desempeña. Dando paso así a una participación del trabajador en un verdadero ejército industrial internacionalizado, en proceso de constitución durante los 70’, hoy explícito en la lucha magisterial de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

Toda vez que la competencia obrera se encuentra en función del grado de educación, cultura y calificación productiva de cada uno de los trabajadores. Y a los únicos que se les pretende brindar una educación de calidad en nuestros países, para que puedan competir en el mercado mundial laboral, es a los hijos de las oligarquías nacionales, la burguesía monopólica, que están en contubernio empresarial con algunas fracciones que conforman el gobierno y la partidocracia.

Mientras que por otro parte la educación para la clase trabajadora pretende ser eliminada como un principio constitucional, y convertir a la educación en una mercancía solo asequible a las fracciones pudientes ya indicadas. Y a los profesores que trabajen en dicho esquema de escuelas privadas (ya imperante, pero no en masa como se pretende al desmantelar a la CNTE) sean debidamente superexplotados.

Situación que ha profundizado constantemente la dependencia de zonas como África y América Latina, debido a que los países imperialistas, desde antes de la nueva división del trabajo mantenían una inmensa superioridad en materia de investigación y desarrollo, lo cual les permitió innovaciones técnicas, configurándose así un verdadero monopolio tecnológico. Monopolio que sumado a la capacidad de inversión de los países imperialistas, les ha posibilitado ejercer el control sobre la transferencia de actividades industriales a los países más atrasados. De tal forma le han sido transferidas hacia países como México industrias menos intensivas en “conocimiento” e imposibilitándoles el surgimiento de economías nacionalmente integradas, al dispersar entre diferentes naciones las etapas de la producción de mercancías20.

Ocasionado que desde hace años, los altos salarios se encuentren en los países imperialistas, donde se han dando los mayores avances en la informática, la biotecnología, la tecnología espacial, las nuevas tecnologías y los nuevos materiales. Debido a que en los centros de investigación y las universidades de élite del Primer Mundo se han desarrollado las tecnologías del futuro y se han monopolizado mediante el derecho de patentes y licencias. Configurándose así cada vez más una brecha abismal desde el punto de vista de ciencia y tecnología, así como en lo referente al aspecto económico y de calidad de vida.

Por ejemplo, tan sólo en 1900, había 3,600 científicos e ingenieros por cada millón de personas en los países del Primer Mundo, mientras que en los países del Tercer Mundo se contaban apenas con 200 por millón. Mientras que Japón y Estados Unidos dedicaban en esos años el 3.1 y el 2.8 por ciento de su PIB a la investigación y el desarrollo, el promedio latinoamericano era tan sólo del 0.5 por ciento. Empeorando tan panorámica el hecho de que se ha dado una cooptación sistemática de los mejores pensadores del Tercer Mundo mediante la “fuga de cerebros” (Brain Drain), motivadas en gran parte por las mejores oportunidades de ingreso y oportunidades de trabajo21.

De suerte que la transnacionalización capitalista ha impactado, como ya destacamos, en la misma fuerza de trabajo, al transferir desniveles crecientes en materia de saber y capacitación técnica. Contexto en el cual se entiende la exigencia hoy en día de la “reforma educativa”. Que mantiene cuatro intenciones de fondo, expoliar a la clase trabajadora de parte de su raquítico salario, mediante la solvencia de su educación, quitarle al Estado gastos “superfluos” en materia de educación, “flexibilizar” a la fuerza de trabajo educativa para que se incorpore a la educación privada que se pretende sea brindada por escuelas patito como Grupo Azteca, y que se mantenga la división del trabajo que actualmente opera al nivel de la fuerza de trabajo misma.

Intentando mantener en los países imperialistas los cuadros de trabajadores más calificados y en nuestros países los menos calificados, razones por las cuales, razones por las cuales se hacen “innecesarias” universidades públicas de calidad y el Instituto Politécnico Nacional. No obstante, tal proyecto de educación de élite, también ha predominado en los mismos países imperialistas, mediante lo cual se ha dejado fuera a grandes grupos de trabajadores.

La guerra contra las drogas y los narco-paramilitares, traje hecho a la medida del neoliberalismo

En este contexto, la UNAM como organismo viviente en el cuerpo de la nación e institución heredera, depositaria y creadora de un patrimonio de conocimiento encarnado en mujeres y hombres de la vida real. Tejido cultural que viene desde su múltiple herencia histórica y cubre desde la educación infantil hasta la investigación de frontera. Éste patrimonio inmaterial desde hace años también se encuentra bajo ataque22.

Sin escapar de hechos como el perpetrado hace más de un año en Ayotzinapa, donde fuerzas uniformadas del Estado desaparecieron a 43 estudiantes normalistas, futuros educadores. Dentro de una reformulación dictatorial que durante el largo y trágico siglo XX vivo nuestro continente y que a la par de la supresión de libertades, derechos y garantías, se dio un asalto o un intento para controlar la universidad desde el poder, ejemplos de lo cual son: Brasil, Chile, Argentina, Perú, Bolivia, Nicaragua, Honduras, Guatemala, etc.

De forma que hoy en México hemos estado presenciando irrupciones brutales del poder para someter tanto a maestros como a estudiantes. Muestra de esto son los recientes hechos de violencia suscitados por el Estado en Nochixtlán, Oaxaca. Así como los 43 estudiantes normalistas desaparecidos desde hace más de un año. Todo lo cual ha venido ocurriendo en medio de una vorágine de desapariciones, asesinatos, secuestros, feminicidios, apresamientos, violencia cotidiana y miedo que hoy recorre la República. Y que se presenta a las puertas de la UNAM tras su reciente sucesión en la Rectoría y la consiguiente demanda de resolución en el conflicto del auditorio Che Guevara.

Contexto en cual además no debemos pasar por alto el hecho de que todo el sistema educativo está en estos días bajo ataque. Desde el nivel kínder hasta el universitario, pasando por la primaria, la secundaria y la preparatoria. Y para lo cual la Reforma Educativa es la punta de lanza de tal ataque. Siempre que es una imposición del gobierno federal, al no ser debatida por los educadores y acordada con ellos, es decir, con quienes conocen y ejercen el oficio.

Manifestando su carácter punitivo mediante la detención de los maestros: Othón Nazariega Segura, Roberto Abel Jiménez, Efraín Picasso y Juan Carlos Orozco. Quienes permanecen presos en el penal de máxima seguridad de El Altiplano en el estado de México, lejos de sus familias, sus defensores y sus compañeros. Mientras que tantos se encuentran amenazados de apresamiento23.

Situación de represión, donde además no podemos pasar por alto que el actual gobierno en turno, igual que los gobiernos panistas pasados ha intentado construir una legitimidad mediante la desafortunadamente afamada “guerra contra las drogas” y juegos mediáticos como la fuga y recaptura del “Chapo Guzmán”, dejando aun lado la resolución y atención de problemas urgentes de la sociedad mexicana, como es la educación.

Y que peor aun, cada vez más han salido a la luz la participación de grupos paramilitares, o narco-paramilitares para reprimir la constante insurgencia social. Así lo vienen corroborando testimonios como los dados por pobladores y defensores de los derechos humanos en Nochixtlán, Oaxaca. Al indicar que elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca y civiles armados pertenecientes a la Unión de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort), grupo paramilitar ligado a facciones del PRI. Participaron En el operativo de desalojo del pasado 19 de junio, que cobró nueve vidas y dejó más de 100 heridos, en dicha comunidad24.

De acuerdo con los defensores de los derechos humanos, es más que improbable que los miembros de Ubisort hayan actuado sin el amparo de algún grupo de poder político o del Estado. Siempre que la organización triqui tiene fuertes vínculos con sectores del PRI, particularmente con el entorno del ex gobernador Ulises Ruiz, cuyos operadores políticos en Nochixtlán son los hermanos Herminio y Daniel Cuevas, diputado local electo y presidente municipal electo, respectivamente.

Además de que, el contacto histórico de la Ubisort con el poder estatal ha sido el ex diputado local y ex presidente municipal de Juxtlahuaca José Mejía, señalado públicamente por familiares de la activista Alberta Cariño como uno de los autores intelectuales de su asesinato, en un ataque en el que también pereció el finlandés Jyri Jaakkola (abril de 2010).

Motivos por los cuales los defensores de los derechos humanos consideran muy probable que el 19 de junio en Nochixtlán hayan actuado personas del grupo del ex alcalde de Santo Domingo Ixcatlán, Fredy Eucario Morales, no obstante que este se encuentre actualmente preso. Éste personaje en abril de 2008 ordenó el asesinato de tres personas a plena luz del día (a una la mataron a golpes y luego subieron el cuerpo a un vehículo y le prendieron fuego; a otra le cercenaron los genitales a machetazos).

De manera que, el comando paramilitar de la Ubisort, anteriormente encabezado por Eucario Morales, hasta la fecha, sigue operando en la región triqui y otras partes del estado. Señalados como un grupo paramilitar que también actúa en el narcomenudeo local, según afirmaciones de un defensor de los derechos humanos25.

Ante tal panorámica, es probable que los mismos elementos desestabilizadores se estén presentando en la máxima casa de estudios (UNAM), para por fin lograr si privatización.

Bibliografía

Sotelo Valencia Adrián. “Neoliberalismo y educación. La huelga en la UNAM a finales de siglo”. Ediciones el Caballito, 2000.

González Casanova Pablo. “La universidad necesaria en el siglo XXI”. Era, 2001.

González Casanova Pablo. “Aritmética contrarrevolucionaria”. Universidad Autónoma de Puebla, 1976.

Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. “La teoría social latinoamericana. Cuestiones contemporáneas Tomo IV”. UNAM, Ediciones el caballito, 1996.

 

Hemerografía

La Jornada. “La UNAM en la crisis de la República”. Por: Adolfo Gilly, miércoles 4 de noviembre, de 2015.

La Jornada, jueves 21 de abril de 2016.

La Jornada, lunes 4 de julio de 2016.

La Jornada, jueves 7 de julio de 2016.

Revista Rebelión. “Las universidades son de clase alta”. Por: Pedro Echeverría V., 24-02-2016.

Rebelión. “Los rectores deben ser otra cosa”. Por: Pedro Echeverría V., 11-03-2016. 

Rebelión. “En México se entregan varios millones de certificados desde primaria al doctorado”. Por: Pedro Echeverría V., 23-06-2016.

Rebelión. “México contra la privatización de su educación”. Por: Eleuterio Gabón, 06-07-2016.

Animal Político. “El auditorio Che Guevara: una historia de tomas y confrontaciones”. 

Revista Proceso. “Ciencias Políticas de CU, centro de distribución de drogas”. Por: Patricia Dávila, 09-05-2015.

Revista Contralínea, “Reforma educativa autoría de Mexicanos Primero”. 08-07-2016.

Notas

1 Animal Político. “El auditorio Che Guevara: una historia de tomas y confrontaciones”.

2 Ibíd.

3 Animal Político. “El auditorio Che Guevara: una historia de tomas y confrontaciones”.

4 Revista Proceso. “Ciencias Políticas de CU, centro de distribución de drogas”. Por: Patricia Dávila, 09-05-2015.

5 www.proceso.com.mx › Nacional

6 Rebelión. “De la chapocomedia a la realidad de Huitzizilpan”. Por: R. César González Ortiz, 22-01-2016.

7 La Jornada, jueves 21 de abril de 2016.

8 La Jornada. “La UNAM en la crisis de la República”. Miércoles 4 de noviembre de 2015. Por: Adolfo Gilly.

9 Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. “La teoría social latinoamericana. Cuestiones contemporáneas Tomo IV”. UNAM, Ediciones el caballito, 1996. Pág. 52

10 Los bienes de capital son la maquinaria, los inmuebles, las instalaciones y las infraestructuras que se utilizan junto a otros factores de producción (trabajo, materias primas y bienes intermedios), para producir a su vez otros bienes y servicios.

Se diferencian por tanto de los bienes de consumo, ya que éstos se destinan directamente a la venta final para satisfacer algún tipo de necesidad, mientras que los de capital se utilizan en nuevos procesos productivos. Y se diferencian también de otros factores productivos precisamente porque ellos mismos deben ser producidos.

Otra característica de los bienes de capital es que, una vez instalados, se utilizan durante un número de años y no sólo en un único ciclo productivo. Dicho de otra forma, los bienes de capital se adquieren en un año, pero prestan un servicio a la empresa que los adquiere durante varios periodos como consecuencia de su uso. Esto los diferencia de los bienes intermedios o las materias primas, cuyo valor es incorporado plenamente en el nuevo bien que están ayudando a producir.

11 Divisa es un concepto de la ciencia económica que refiere a toda moneda extranjera, es decir, perteneciente a una soberanía monetaria distinta a la del país de origen. Las divisas fluctúan entre sí dentro del mercado monetario mundial. De este modo, se pueden establecer distintos tipos de cambio entre divisas que varían constantemente en función de diversas variables económicas como el crecimiento económico, la inflación, el consumo interno de una nación, etc.

12 Ibíd. Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. Pág. 52

13 El Universal, lunes 11 de agosto, de 2014.

14 Ibíd.

15 Ibíd. Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. Pág. 54

16 www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/…es/index.htm

17 Ibíd. Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. Pág. 56

18 Ibíd. Pág. 57

19 Ibíd. Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. Pág. 58

20 Ibíd. Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. Pág. 59

21 Chomsky Noam y Dieterich Heinz. “La sociedad global. Educación, mercado y democracia”. Contrapuntos, 1996. Pág. 71

22 Ibíd. Adolfo Gilly.

23 Ibíd.

24 La Jornada, jueves 7 de julio de 2016.

25 Ibíd.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214359&titular=proyecto-de-larga-duraci%F3n-

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Reforma: institucionalización del mercado en la educación superior

Por: Isaac Gajardo Miranda

En 2006 miles de estudiantes secundarios salimos a las calles a manifestarnos en lo que se ha conocido como La Revolución Pingüina. Como adolescentes, invisibilizados por las instituciones, habíamos decidido avanzar en nuestros planteamientos pasando, de manifestarnos por mejores condiciones de infraestructura en nuestros colegios o la rebaja de la tarifa del transporte público, a reconocer que este tipo de problemas eran solo síntomas de una falla sistémica, que sentaba sus bases en la revolución neoliberal iniciada por la dictadura cívico-militar, pero afianzada y profundizada por el pacto de la transición –en el que la Alianza y la Concertación no tuvieron muchas diferencias-. Los dardos del movimiento estudiantil apuntaron a la Constitución pinochetista impuesta en 1980 y a sus leyes orgánicas, que amarraban el destino mercantil de la educación. El reclamo contra la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) comenzó a remover lo que el pacto político postdictatorial decía que no se podía modificar.

La violencia de los agentes del Estado desplegada contra menores de edad que nos manifestábamos en las calles causó revuelo internacional y visibilizó aún más nuestras demandas, que aspiraban a transformaciones sistémicas en la educación, a través de la derogación de la LOCE y cambios concretos en la administración de los precarizados establecimientos públicos (desmunicipalización). Todo esto terminó por forzar a la presidenta Michelle Bachelet a responder con la promesa de trabajar para enviar al parlamento dos proyectos de ley que consideraran las principales demandas estudiantiles. Para trabajar la reforma, la presidenta conformó el Consejo Asesor Presidencial de la Educación, en el que se depositarían las esperanzas de una sociedad que había logrado comprender los problemas de la educación y sintonizar con los estudiantes.

En 2007 se materializaron los compromisos presidenciales, a través de la presentación de la Ley General de Educación. El problema es ésta es que contaría con un amplio acuerdo de los partidos del pacto de la transición (como un solo bloque), pero con el rechazo del movimiento estudiantil y la sociedad chilena. Emblemática resulta la fotografía en donde todos los representantes de los partidos de gobierno y oposición se toman sus manos y las levantan, en señal de triunfo, al momento de pactar una reforma educacional que institucionalizó las desigualdades de la educación escolar y no solucionó las demandas levantadas por la movilización estudiantil, que continuaría ahora en rechazo a la reforma del bloque transicional, que a través de los medios –controlados por grandes conglomerados económicos- nos decían que hasta ahí no más, que los pendejos no sabíamos lo que significaba gobernar un país, que las cosas tenían que cambiar pero habían ciertos límites.

 

Otra promesa incumplida, otra mentira

Pero ¿por qué recordar ese pasado? Pues porque hoy pareciéramos estar en un momento en donde la historia se vuelve a repetir sin matiz alguno y, quienes nos movilizamos en 2006 siendo derrotados institucionalmente, en 2011 volvimos a las calles aun con más masividad que antes, esperando ganar. Michelle Bachelet tomó las consignas del movimiento estudiantil nuevamente, las usó en su campaña obteniendo un mayoritario apoyo ciudadano que la posicionó por segunda vez en el gobierno, pero cuatro años después de ese histórico 2011 volvemos a observar impávidos la caída de la promesa de construir un sistema más justo, reemplazada por la institucionalización de la educación de mercado.

Fortalecimiento a la educación pública, fin al lucro, gratuidad de la enseñanza y mayor calidad fueron las principales demandas levantadas por los secundarios de 2006, que en 2011 siendo universitarios nos volvimos a alzar. Bachelet respondió en su programa de gobierno, prometiendo que en sus primeros 100 días en La Moneda presentaría una “reforma estructural” que llevaría a la educación de ser un bien de consumo manejado bajo lógicas de mercado a convertirse en un derecho social garantizado para toda la población. Muchos creyeron en las promesas, pero otros sabíamos que era casi imposible que los mismos que construyeron la educación de mercado decidieran botar su proyecto neoliberal. Después de los primeros 100 días las acciones comenzaron a darnos la razón a aquellos desconfiados, que para nada nos sentimos ganadores, sino que todo lo contrario, lamentamos el haber tenido la razón. La “reforma estructural” prometida comenzó a postergarse, postergarse y postergarse, no una, dos o tres veces, sino que nueve y habiendo pasado más de dos años y medio de gobierno recién durante este mes el gobierno ha presentado al Congreso lo que ha denominado “Reforma a la Educación Superior”.

Quienes tenemos conocimiento de algunas cuestiones que suceden en los pasillos del Ministerio de Educación sabemos que hasta última hora las autoridades no estaban seguras con la presentación del proyecto. Incluso, tres días antes de la Cadena Nacional de la presidenta Bachelet anunciando el ingreso de la propuesta de ley al Congreso, el Mineduc se reunía con los rectores de las universidades estatales para intentar convencerlos de apoyar la “reforma” y éstos le daban la espalda, declarando valientemente que lo que se pretende hacer con la iniciativa es privatizar completamente el sistema. En esa misma reunión, sin ningún tapujo Nicolás Eyzaguirre, ex economista del FMI y actual ministro secretario general de gobierno (encargado de la tramitación del proyecto en el parlamento), declaró frente a los rectores que “el Crédito con Aval del Estado (CAE) continuará de por vida” para “ayudar” a quienes realicen sus estudios en “universidades privadas con arancel liberado”, reconociendo que la lógica de mercantil que mantiene endeudadas a más de un millón doscientas mil familias no desaparece, sino que se acentúa.

A las palabras del economista se suman las de Adriana Delpiano, asistente social ex miembro del think-tank Educación2020 y actual ministra de educación, quien declaró que “el problema del CAE es por la participación de la banca en este crédito”, asegurando que si se buscan soluciones, en ningún caso alguna pasa por suprimir las lógicas de endeudamiento estudiantil (La Tercera 9/07/2016). Y agregando una clave importantísima para comprender la forma en la que se gesta esta “reforma”, Delpiano señala en una entrevista televisiva que “no se sabe cuánto cuesta la gratuidad para el 100% de los estudiantes” (CNN Chile), dejando en evidencia el problema de fondo: jamás pensaron realmente en cumplir las promesas realizadas a la sociedad chilena. Le mintieron a la gente.

 

El problema de fondo: la institucionalización de la educación de mercado

Pero revisando el proyecto de educación superior presentado por el gobierno (evitaré hablar de reforma porque solo es un marco regulatorio del mercado) éste establece que todas las universidades deberán acreditarse para poder existir como tal, pero será decisión de cada plantel adherir a la gratuidad o no. Si se suman al sistema de gratuidad (comprendida como una beca, bajo la lógica neoliberal del financiamiento a la demanda) se deberán someter a un sistema de “regulación y fijación de aranceles” establecido por los organismos reguladores que la misma ley instituye (Subsecretaría, Superintendencia y Consejo para la Calidad de la Educación Superior).

Si esto ya es un problema, porque la lógica mercantil está siempre detrás de todo, la cosa se pone más compleja porque el mismo proyecto establece que los denominados “beneficios estudiantiles” que la ley entiende como becas y créditos (aunque es completamente legítimo cuestionarnos si es que estos últimos son realmente un beneficio para los estudiantes) se entregarán a todas las instituciones acreditadas.

Ahora el problema grave: solo las universidades que adscriban a la gratuidad van a tener aranceles regulados, mientras que un conjunto de planteles que no se sumen a esta forma de financiamiento van a poder elevar todo lo que quieran sus aranceles y hacer que sus estudiantes los paguen a través de becas y formas de endeudamiento que el mismo Estado promueve. Esto representa un claro gesto hacia planteles como la Universidad Nacional Andrés Bello, la Universidad de Viña del Mar, la Universidad Santo Tomás y la Universidad San Sebastián, todas instituciones privadas investigadas por lucro y receptoras de más de un cuarto de los dineros del CAE para toda la educación superior (Fuente: Fundación Sol). Así, el gobierno entrega un gesto a estos planteles, permitiéndoles seguir creciendo a costa del endeudamiento y el subsidio estatal, pero no solo eso, pese a que se prohíbe no se tipifica el lucro como delito y se legaliza el traspaso de recursos de las universidades a otras instituciones relacionadas por concepto de arriendo de espacios, mecanismo utilizado por las casas que lucran para “retirar excedentes”, es decir, apropiarse de recursos que deberían invertir en la educación de sus estudiantes. Lucrar.

Pero esto no es coincidencia. Si miramos los directorios de las universidades-empresa, veremos que están conformados por muchos militantes del oficialismo, que han presionado fuertemente para que este proyecto de ley no avance por el camino que indicó la sociedad en 2011 y siga fortaleciendo su negocio educativo. El ejemplo más concreto es Hugo Lavados, rector de la Universidad San Sebastián, militante de la Democracia Cristiana (partido de gobierno), ex ministro de Bachelet, que ha sido acusado directamente de hacer lobby para que continúe el sistema de endeudamiento estudiantil como forma de financiar los estudios de miles de personas (revisar entrevista a Mónica González en CNN Chile). En el mismo cuadro está Jesús Villate, Director Ejecutivo para la región andina de la transnacional Laureate, grupo controlador de la Universidad Nacional Andrés Bello (universidad con la mayor matrícula del país) y otras 4 instituciones de educación superior, que mantiene estrechos vínculos con el gobierno.

El panorama es claro. Se avanza entonces hacia la institucionalización de un sistema que es la antítesis del “fortalecimiento de la educación pública”, petición estudiantil con la que se llenaron la boca personas como Michelle Bachelet y quienes hoy están en el congreso representando su programa de gobierno. El fin de la reforma es construir un sistema en donde lo privado sea el eje articulador del sistema educativo, como sucede con la educación escolar, en donde existan universidades privadas para quienes puedan pagarlas, planteles privados subvencionados por el Estado (a través de Becas) para quienes puedan hacer aportes propios o endeudarse, e instituciones públicas precarizadas y disminuidas para quienes no tengan recursos. Así, la Concertación, hoy Nueva Mayoría, sigue sumando puntos en su obsesión por construir guetos. Lo hicieron con la educación escolar, con la salud, con la vivienda y ahora avanzan a la educación superior.

No podemos permitirnos una nueva derrota. No otra vez. Hoy las fuerzas sociales deben decirlo claro y fuerte: la ley de educación superior enviada este mes al Congreso por el gobierno de Michelle Bachelet no es una reforma, ni menos tiene algún componente que desestabilice la estructura del modelo vigente. El proyecto institucionaliza la privatización de la educación como forma de administrar el sistema y el subsidio a la demanda a través de becas y créditos como mecanismo de financiamiento.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=214407

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El kirchnerismo universitario cordobés: de la resistencia a un blog

Argentina/01 Julio 2016/Autor: Gonzalo Valverde/Fuente: La Izquierda Diario

La fuerza liderada por el decano Diego Tatián no quiso que la Facultad de Filosofía y Humanidades se declare contra el Consejo Social de empresarios y burócratas impuestos por Juri.

En su primera sesión, la consejera estudiantil de la Juventud del PTS, Candela Guzman, presentó un proyecto de declaración para que la Facultad de Filosofía y Humanidades se pronuncie en contra del “Consejo Social Consultivo” creado por el rector Hugo Juri. Dicho consejo estaría conformado por empresarios, burócratas sindicales y una fundación ligada a empresas con el objetivo de que la educación universitaria sea puesta al servicio de esos mismos empresarios.

En la sesión, la consejera de la izquierda intervino planteando cómo el Consejo Social consultivo creado por Yuri era una clara violación a la autonomía universitaria, uno de los postulados de los reformistas de 1918 y lo que implica que sectores del empresariado comiencen a decidir sobre la educación o interfiriendo en la misma. Diego Tatián, decano de la Facultad, respondió manifestando su supuesto acuerdo con lo dicho por la consejera respecto a la autonomía universitaria. Sin embargo, el decano planteo que desde su espacio proponen que puede haber otros miembros del Consejo Social Consultivo.

Lo que el kirchnerismo universitario omite con este posicionamiento es que dentro del “Consejo Social” ya se encuentran empresarios amigos como es el caso de Manuel San Pedro, los miembros de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas o el burócrata repudiado por traicionar las luchas de las y los docentes, Juan Monserrat. Esta es la verdadera base social en la que el kirchnerismo se apoyó durante estos años, y se sigue apoyando. Queda descartado entonces, que Tatián se refiera a crear un consejo que contenga la voz de los docentes combativos que defienden la educación pública, o la voz de los obreros combativos de Guma, Valeo o Molinos Minetti, que enfrentan a la burocracia de sus gremios, y pelean por la reincoporación de sus compañeros despedidos.

Tampoco la salida de la fuerza política liderada por Diego Tatián parece estar en una declaración del Consejo Directivo, ni una movilización o cualquier acción: la salida es una “Carta Abierta” que van a publicar en el blog de esta organización en contra de la medida. ¿Y la resistencia para cuando?

Consultivo con empresarios y burócratas

Tal como viene funcionando a nivel nacional, pareciera que el kirchnerismo universitario cordobés busca garantizar la “gobernabilidad” de la derecha radical aliada al PRO permitiendo que sus planes neoliberales sigan su curso. Ni hablar de su pata estudiantil, La Bisagra, que con siete Centros de Estudiantes aún ni se han pronunciado sobre este “Consejo” que el pasado lunes tuvo su primera sesión.

Un movimiento estudiantil que enfrente a la derecha

“Exigimos la deregoación de la resolución rectoral que le da origen al Consejo Social Consultivo. Creemos que nada bueno puede venir de sectores del empresariado que, en su afán de lucro, sólo buscan mercantilizar aún más a la educación y poner a su servicio nuestros conocimientos. Creemos que la única forma de resolver la mayoría de las problemáticas que viven los trabajadores y sectores populares es con una universidad que ponga los conocimientos que produce a su servicio” sostuvo la consejera de la izquierda Candela Guzmán.

A su vez, la joven agregó “La Franja Morada y los radicales en su alianza con el PRO buscan imponer este Consejo Social Consultivo y avanzar para que en el Consejo Superior se incorporen empresarios y burócratas. El kirchnerismo y la Bisagra siguen sin hacer nada para frenar el avance neoliberal en la educación. La única salida que tenemos es con la auto-organización, discutiendo en cada curso y en grandes asambleas y saliendo a las calles para pararles la mano”.

El movimiento estudiantil ya vio la máxima expresión del neoliberalismo en lo que fue la Ley de Educación Superior. La resistencia y la lucha contra esa Ley sigue existiendo. Hoy el estudiantado sabe que de los planes neoliberales nada bueno puede venir.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/El-kirchnerismo-universitario-cordobes-de-la-resistencia-a-un-blog

Fuente de la imagen: http://dominicastuc.org/wp-content/uploads/2015/01/P1010063.jpg

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Entrevista a Noam Chomsky sobre Obama

Noam Chomsky en esta entrevista nos comenta desde su perspectiva como ciudadano de EEUU lo que sucede en el país anglosajón con los procesos electorales y donde se cimientan los problemas estructurales que hoy vive la sociedad americana que desde Bush y Clinton se viene basando una económica sustentada en lo financiero en vez de lo productivo. La entrevista representa una ventana interesante para contemplar el porqué del surgimiento de las escuelas Charters y los modelos emergentes de formación virtual, el porqué del giro económico desregularizado imperante en el país y el porqué de tantas desigualdades sociales. Cuando extrapolamos esto al ámbito educativo notamos como se impone cada vez más la mercantilización de la educación y el llamado por este imperio ante un apagón pedagógico, desde las aulas hasta las condiciones y dignificación del profesional de la docencia.

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La Educación como una cuestión de clase. Entrevista a Peter McLaren.

Entrevista a Peter McLaren

Hablando en términos generales, ¿cómo la teoría marxista ha influenciado en su trabajo?

Como marxista, veo los escritos de Marx y de otros especialistas marxistas contemporáneos, para ayudarme a analizar la actual crisis del capitalismo. Y en ese contexto trato de comprender la historia de la educación, particularmente en los Estados Unidos y en mi Canadá natal, pero también intento entender las tendencias educativas a nivel mundial, como parte de la formación de la clase capitalista transnacional y del estado capitalista transnacional. Desde 1987 he tenido la oportunidad de hablar en aproximadamente 30 países (muchos de los cuales continuo visitando, y algunos de los cuales visito regularmente como Méjico y Venezuela) a académicos, profesores y activistas sociales, y en muchos de esos casos he tenido también la posibilidad de formar alianzas activas.

Uno de mis proyectos ha sido ampliar el alcance de la pedagogía crítica hacia la formación de un movimiento social, movimiento que yo llamo pedagogía crítica revolucionaria (siguiendo lo propuesto por la marxista británica Paula Allman) de modo de subrayar su propósito central de trabajar para un universo social por fuera del modo de producción capitalista. Trabajo en el área de lucha anti-capitalista y en el terreno de la epistemología, educando en contra del colonialismo del poder y tratando de crear un enfoque pluriversal en torno a los saberes indigenistas, a través de una crítica de la producción del conocimiento eurocéntrico y a través del trabajo con grupos subalternos quienes han sido víctimas del imperialismo estadounidense. Entonces, comienzo con una crítica a la globalización neoliberal, financiamiento, el funcionamiento autónomo de la economía monetaria, los estándares de vida de la clase trabajadora han sido sacrificados en pos del enriquecimiento del capital financiero, la tasa descendente de ganancias (una gran cantidad de mis estudiantes de la UCLA tomaron clases con Robert Brenner), la sobre-acumulación de capital y el concepto de acumulación por desposeimiento, tal como lo desarrolla David Harvey. Pero también trabajo con el análisis de la clase capitalista transnacional y el desarrollo de un bloque histórico, capitalista y global compuesto de empresas transnacionales e instituciones financieras, las elites que administran las agencias de planificación económica supranacionales, las fuerzas más importantes en los partidos políticos dominantes, los conglomerados de medios de comunicación, y las elites tecnocráticas, tal como lo desarrolla William I. Robinson en la UC (1), sede Santa Bárbara. Lo que me interesa de ésto es ver cómo las prácticas de clase de una nueva clase gobernante global se están comenzando a condensarse en un estado transnacional emergente en el que los miembros de la clase capitalista transnacional tienen una existencia objetiva por encima de cualquier políticas o territorios locales.

Epistemológico, estoy muy interesado en la pedagogía de la decolonización, y aquí estoy comenzando a trabajar con un marco desarrollado por la escuela de de-colonización entre cuyos exponentes se encuentran Enrique Dussel, Ramon Grosfoguel, Walter Mignolo, Catherine Walsh, Nelson Maldonado-Torres, y otros. Aquí amplío la idea de lo que ocurrió cuando las Américas fueron transformadas por el capital. Trato de pensar en el capital como en algo que está más allá del sentido limitado de una lógica económica; como una red integrada de procesos culturales, políticos y económicos, que se encuentran interrelacionados entre sí. Debemos dar cuenta del complejo entrecruzamiento de jerarquías de género, raza, sexo y clase dentro de los procesos globales geopolíticos, geo-culturales y geo-económicos del sistema mundo moderno/colonial.

Debemos tener en cuenta la jerarquía racial, de género, y sexual global que surgió de la expansión colonial europea y continúa siendo reproducida por el sistema capitalista mundial, moderno/colonial. Estamos tratando de acercar esta perspectiva a la izquierda marxista en Venezuela, y este verano comenzaremos a entrenar cuadros en las zonas rurales dentro de esta perspectiva decolonialista como parte de un proyecto que organizamos con el Ministerio de Educación. Estas multiples jerarquías o “heterarquías” no son epifenómenos del capitalismo, pero son constitutivas del mismo, cuando miramos las formaciones históricas que el capitalismo ha desarrollado, especialmente desde el comienzo de la conquista de las Américas hasta el presente funcionamiento del colonialismo del poder, o la persistencia del pensamiento dentro de perspectivas eurocéntricas, ausente en las administraciones coloniales reales.

Ahora, al hacer esta tarea, es importante advertir el costo de la abolición del capitalismo. Y aquí intento ser fiel a los propios escritos de Marx, a su crítica de los presupuestos y premisas de la economía política clásica, y esto me hace ser muy crítico de cierta constitución de organizaciones revolucionarias tanto del pasado como del presente. Como expresan Peter Hudis, Kevin Anderson y otros especialistas y activistas marxistas de las ciencias humanas, y puedo también sustentarlo en mis propias lecturas de Marx, Marx no estaba de acuerdo con el control de la sociedad por parte de un sólo partido estatal, no apoyaba regímenes autoritarios ni tampoco el control estatal de la economía. Por supuesto que él criticaba la propiedad privada, pero también se oponía a la noción de que la vida económica debía ser controlada por el estado como plan centralizado, economía estatal que supuestamente contrarrestara la anarquía del mercado desregulado. Estas dos posiciones eran totalmente rechazadas por Marx como expresiones de relaciones sociales alienadas. Marx identificó el problema central del capitalismo como la producción de valor.

¿Qué es la producción de valor? Bueno, ciertamente es diferente a la producción de riqueza. Como lo señala Peter Hudis, el valor es la riqueza computada en términos monetarios. Es la reducción de la mano de obra viviente concreta–o el hacer dirigido a la satisfacción de las necesidades humanas– a la mano de obra alienada abstracta que opera para aumetra el valor como un fin en sí mismo, como en el impulso por aumentar el valor mediante la creación del valor de cambio (es decir el intercambio de bienes como medio universal de interacción social en la plusvalía). Las relaciones sociales capitalistas toman una cierta forma de valor en las que las relaciones humanas adoptan la misma relación que entre objetos. Esa es la forma que debe abolirse y eso sólo se logrará mediante la abolición de la producción de valor.

La mano de obra, para Marx, tiene una naturaleza dual –la mano de obra útil o concreta (el hacer con un propósito o la actividad de vida consciente) y la mano de obra alienada o abstracta (lo que Marx sostenía era el valor y la plusvalía). Estas modalidades de mano de obra están en una relación viva, dinámica y antagonista debido al hecho de que el capitalismo exige que el trabajador venda su capacidad de trabajo al capitalista a cambio de un salario. John Holloway identifica aquí dos formas de lucha –la lucha de hacer con un propósito (mano de obra concreta) en contra de la mano de obra abstracta (la lucha de hacer en contra de la mano de obra, o la lucha de los trabajadores en contra de su propia existencia como clase trabajadora), y la lucha de la mano de obra en contra del capital (como ocurre en la lucha del movimiento obrero en contra de la explotación capitalista, es decir, mano de obra asalariada y capital). Necesitamos ver estas dos luchas como algo que está relacionado. Por ejemplo, yo soy crítico de los movimientos trabajadores y de los gremios docentes por muchas razones. Pero principalmente porque ellos definen la lucha como la de mano de obra en contra del capital, cuando en realidad, ellos verdaderamente sustentan la mano de obra abstracta o producción de valor. Ellos consideran que la producción de valor puede realizarse con menor explotación o que la mano de obra abstracta puede reconfigurarse en formas menos alienantes. Si bien esto puede ser cierto en el corto plazo, con la redistribución del capital a la mano de obra, esto exacerbará, en realidad, la crisis del capitalismo a largo plazo.

Estoy en contra de la producción de valor y considero que la única forma de crear una nueva sociedad es mediante la abolición de la producción de valor. No podemos jugar con las relaciones de distribución y circulación colocándolas bajo el control del estado y creer que podemos crear una sociedad socialista. Necesitamos abolir la relación de producción misma, porque sino crearemos un despotismo aún mayor que el que existe bajo el sistema de libre mercado capitalista. No podemos abolir la producción de valor alternando los mecanismos por los que se extrae el valor excedente del trabajador. La verdadera libertad no se puede alcanzar en una sociedad gobernada por el valor de cambio y la producción de valor. Aún las formas de producción cooperativas, no estatistas, no conducirán a la libertad si éstas permanecen atadas al valor de cambio, al dinero y a la producción de valor. En ese contexto, los trabajadores se convierten en sus propios explotadores. Como señala Peter Hudis, esas cooperativas eliminaron la necesidad de lo capitalista pero no se han eliminado a sí mismas de la relación capitalista per se, mensaje que traté de transmitir de manera convincente a los trabajadores fabriles en Argentina, que pertenecían al movimiento de fabricas ocupadas, y que me invitaron a hablar en una fábrica recuperada en Buenos Aires porque estaban instalando escuelas en esas “fabricas recuperadas”.

Como marxista, ¿cómo explicaría el estado actual de la educación pública y como caracterizaría los últimos intentos de reforma escolar?

La educación es en la actualidad un sub-sector de la economía. La educación pública va en rápido camino hacia la privatización, es parte de la tendencia generalizada de la globalización neoliberal, siendo los dos ejes centrales la privatización y la desregulación, la que, dicho sea de paso, se ha impuesto a los estados nación, especialmente luego de la abrumadora derrota de los controladores de tráfico aéreo durante la administración Reagan y la derrota por parte de Thatcher de los mineros que fueron a la huelga en el Reino Unido en la década de 1980. Esto ha conducido a la actual crisis del capitalismo mundial, y sin embargo, sus políticas y prácticas son precisamente aquellas que suscriben, hoy, en gran medida los Republicanos (y en una versión más moderada los Demócratas). Todo esto es parte del esquema general de globalización neo-liberal dentro del que el Banco Mundial (controlado por los EE.UU.) y el Fondo Monetario Internacional han forzado a los gobiernos nacionales a desarrollar políticas económicas que enfaticen el crecimiento económico y los derechos de propiedad por sobre el bienestar social y los derechos personales. La educación dirigida por el mercado (la “voucherización de la educación”) condujo a la corporativización de la educación con fines de lucro y al movimiento de escuelas charter. La educación es una de las más grandes industrias del mercado y se encuentra en la actualidad controlada por administradores de fondos de riesgo, banqueros y especuladores que cuentan con el apoyo de la Fundación Walton (Walmart dona 50 millones al año al movimiento de escuelas “charter”(2)). La fundación Bill y Melinda Gates quiere cerrar miles de escuelas en estado de destrucción ubicadas en zonas urbanas marginales y reemplazarlas por escuelas charter. Y en algunos casos las empresas con fines de lucro crearon fundaciones sin fines de lucro para obtener subsidios y luego postularse para administrar escuelas charter. Los administradores de fondos de riesgo y los directores ejecutivos se convierten en defensores acérrimos de las reformas del mercado, generadas en el deseo de crear una fuerza de trabajadores de la educación más económica, la que está limitada por medidas contables más intolerantes, basadas en el resultado de exámenes básicos, y que cuente con menor poder gremial para luchar. Los mandatos de la educación federal ya no se interesan por su apoyo a la igualdad de acceso y de resultados para centrarse en cambio en la reducción del presupuesto para fondos escolares, la promoción de políticas para encontrar culpables, el pago por méritos o las políticas para reducción o despido del personal escolar, o el apoyo a evaluaciones estandarizadas basadas en un núcleo común de conocimientos –que tienen muy poco que ver con la producción de conocimiento significativo y crítico– y la resolución de problemas, y con otorgar créditos a los “ganadores” escolares en lugar de a aquellos estudiantes con mayor necesidad de asistencia financiera, y al control empresarial del currículum. Como ha señalado Stan Karp, el estudio más completo del desempeño de las escuelas charter, realizado por la Universidad de Stanford encontró que sólo el 17% de las mismas tenía mejores resultados que otras escuelas públicas con las que se podían comparar, y más del doble obtuvo peores resultados. Las escuelas públicas tradicionales aceptan a todos los niños, inclusive cifras mayores de estudiantes con grandes necesidades, mientras que las escuelas charter son muy selectivas respecto de quiénes admiten.

Las escuelas charter –avaladas con entusiasmo por Arnie Duncan– se han convertido en la nueva opción con sentido común para los pobres y para la clase media venida a menos que quieren escapar de la decadencia representada por las escuelas urbanas marginales con poco presupuesto, fracaso en los niveles de logro y en los exámenes estandarizados, y para aquellos que no pueden acceder a las escuelas privadas auténticas (al menos para los que pueden completar los requisitos de admisión y tienen dinero para pagarlas ya que los estipendios para las charter no pagarán todo). Para aquellos que tratan desesperadamente de escapar del desastre de las escuelas públicas, especialmente en los centros urbanos en decadencia, el mundo de las escuelas charter ha sido presentado por Duncan y su gente como la única opción posible. Pero la misma gente que impulsa estas escuelas son los mismos que han pasado años transitando por la enseñanza pública. Si uno examina la enseñanza pública como parte de la lógica de la globalización neo-liberal, se puede notar que el ataque a la educación pública es sólo una parte de la última frontera, en una movida por parte de la América corporativa y la clase capitalista transnacional para privatizar todos los recursos públicos, al menos tantos como lo público permita.

El movimiento privatista en la educación quiere acabar con el poder de los gremios docentes y destruir los salarios decentes de los trabajadores, ya sean éstos maestros u otros empleados públicos. Esto hay que verlo en el contexto de la lógica más amplia del capitalismo neo-liberal. No son sólo los Republicanos, sino los Demócratas también, quienes apoyan la candidatura de aquellos a favor de las escuelas charter, aún cuando saben muy bien que su apoyo selectivo evita el hecho de que haya dos veces más escuelas charter que fracasen que escuelas charter exitosas y que una gran cantidad de sus directores han sido acusados de malversación de fondos.

El Estado nos dice que hay escasez de profesionales en los EE.UU. en el área de tecnología,matemática, ingeniería y ciencias. Pero en realidad no hay escasez de profesionales en esas áreas en los EE.UU. De acuerdo a los datos del Foro Económico Mundial, EE.UU. se ubica primero en el mundo en competitividad global y alrededor de sexto entre134 países, en todas las categorías relacionadas a esas profesiones, y en cuanto a disponibilidad de conocimiento y experiencia. Por lo tanto si ese es el caso, ¿por qué la Carrera a la Cima de Obama justifica su programa alegando que EE.UU. necesita ponerse a la altura del resto del mundo? Nosotros ya estamos a la altura del resto del mundo. Sabemos que los estudiantes en aquellas escuelas que cuentan con un buen presupuesto se ubican tan bien o mejor que algunos estudiantes de otros países en los exámenes internacionales. Pero todo esto disfraza el hecho de que EE.UU. tiene el más alto porcentaje de niños en estado de pobreza en países industrializados, y nosotros sabemos que los niños de familias pobres que asisten a escuelas de bajo presupuesto se ubican por debajo del promedio internacional. Por lo tanto resulta claro que el problema es la pobreza. Y éste es un problema que no está siendo atendido debido a que ignoramos el hecho de que vivimos en una sociedad basada en la división de clases. ¡Utilizamos el término “en desventaja económica” o “estatus socioeconómico bajo” cuando deberíamos decir “clase trabajadora”! Cuando utilizamos el término estatus socioeconómico bajo, estamos naturalizando y legitimizando la desigualdad y al mismo tiempo tratando de racionalizarla. En nuestros estudios de la sociología de la educación no recurrimos a Marx para que nos provea de un marco explicativo de la pobreza, sino que nos referimos a Max Weber que describe a la clase, más en términos de hábitos de consumo y estilos de vida que en términos de condiciones objetivas de explotación. Cuando Weber escribió acerca de la lógica irracional del capital, las paradojas de la racionalidad capitalista y las ilusiones de progreso, no mostró mucha preocupación por los trabajadores y hasta defendió aspectos del capitalismo como parte de la ética del trabajo protestante. Por lo tanto, ¿nos sorprende que cuando se proponen “vouchers (3)” o escuelas charter los maestros puedan fácilmente encontrar una manera de racionalizarlos también, cuando la única lengua que ellos conocen acerca del concepto de clase a partir de sus estudios de educación, proviene de Weber?

Cuando el comisionado del estado de Nueva York en el Ministerio de Educación, David Steiner, le dijo al educador crítico, Henry Giroux en el congreso de Nexus en Ámsterdam en 2007 que “la justicia social promueve el odio. Odio al orden establecido”, se puso de manifiesto que el motivo de ataque de muchos líderes de la educación del sistema es el pensamiento crítico mismo. Estos pensadores entre los que se incluye Arnie Duncan, apoyan lo que Giroux llama metodologías prácticas e instrumentales de aula que, especialmente en el caso de los afro-americanos, funciona como parte de un circuito de poder que produce la conexión escuela-“prisión”. Los valores políticos reaccionarios se disimulan bajo el disfraz de razonamiento técnico y permanecen inmunes a la crítica de que la educación ha sucumbido al lenguaje de la empresa, a la ética de negocios del interés propio, al concepto de conocimiento como un bien pre-empaquetado, a la ilimitada búsqueda de la acumulación de capital, a la noción de que el progreso se mide por el crecimiento cuantitativo del consumo.

En algún momento, alrededor de finales de la década de 1980 el producto de las filiales de las empresas transnacionales fuera de sus países de origen sobrepasó el volumen de exportaciones de manufacturas a nivel mundial –y se produjo un cambio muy dramático en la habilidad de trasladar el capital fuera del control gubernamental. Esto también refleja el cambio en la naturaleza de la relación de poder entre el estado nación y las empresas transnacionales. El rol de las escuelas públicas ha cambiado también en concordancia con lo anterior. Las escuelas ya no se preocupan por cultivar ciudadanos democráticos para el estado nación (creando los códigos de ciudadanía y transmitiendo el carácter profundo del estado nacional a través de legitimizar la superioridad de la cultura burguesa de elite) sino que ayudan al estado nación a servir a las corporaciones trasnacionales. Las escuelas mismas se están convirtiendo en empresas corporativas. Estamos entrenando a nuestros estudiantes para que se conviertan en ciudadanos consumidores y no en ciudadanos democráticos. El futuro de la educación está ahora en manos de la ley corporativa representado por los fondos de riesgo, el capital financiero y las apuestas en el mercado de divisas, los que claramente determinan el destino de la enseñanza pública.

Con toda la discusión acerca de la reforma educativa, parece que la conversación ha sido algo limitada en su alcance. ¿Qué le gustaría ver que se agregue a ésta conversación y cuál sería el efecto que esto tendría?

Me gustaría ver un énfasis renovado en la lucha contra la pobreza como un medio para crear más igualdad, para crear mayor igualdad de oportunidad educativa. La lógica de los críticos de la educación conservadores ha sido por años, que las escuelas públicas gastaban de más, que tenían estudiantes urbanos pobres y fracasados, y que los gremios docentes no permitirían que se despidiera a los malos maestros, y que hasta que se despidiera el último 10% de los maestros con peor desempeño (algunas juntas escolares están solicitando que se agreguen medidas de valor agregado a los exámenes en un 30% de las evaluaciones a los maestros y en algunos en un 50%) nuestra nación no saldrá de su economía deprimida y no estará en condiciones de competir económicamente con otras naciones. Pero no es la falta de educación lo que genera pobreza y desigualdad económica sino la falta de empleo. Es la naturaleza misma del sistema capitalista. Una reforma educativa exitosa puede cerrar la brecha de niveles de logro incrementando la cantidad de estudiantes de clase trabajadora y de minorías que se desempeñan bien en la escuela, pero una buena educación no puede rescatar a la mayoría de los niños de la pobreza ya que hay demasiados empleos que pagan salarios mínimos.

Las clases gobernantes quieren culpar a la pobreza por el fracaso de nuestro sistema educativo porque es la comunidad la que asume el costo de pagar a las escuelas, mientras que les costaría más a los capitalistas pagar salarios decentes a los trabajadores. Estoy de acuerdo con John Marsh quien, en su libro a punto de salir, llamado Class Divided sostiene que la educación debería ser tratada como un fenómeno político –no de mercado. Necesitamos programas sociales e intervenciones no educativas en el mercado, ya sea a través de tasas impositivas re-distributivas, proyectos de obras públicas masivos, una ley de salario vital o el renacimiento de los gremios. Más trabajadores con títulos universitarios no producirán el aumento de los salarios mínimos ni tampoco reducirán la desigualdad. Necesitamos disminuir la cantidad total de gente que vive en estado de pobreza. No podemos usar los programas educativos para reducir la desigualdad ya que esto no funciona en una economía capitalista y entonces cuando la educación no funciona, el desempleo es abrumador y los puestos de trabajo escasos, ahí es cuando se puede culpar al sistema educativo público.

Parte de la razón por la cual los EE.UU. es uno de los países con mayor desigualdad en el mundo radica en el hecho de que nosotros hemos limitados nuestros derechos económicos. Nuestro principal vehículo de éxito económico se vincula a nuestro derecho a una educación decente. No podemos usar simplemente a la educación como nuestro principal derecho económico. Como sostiene Marsh, necesitamos más derechos económicos y es importante que estos no estén relacionados con la educación. Cada derecho que tenemos debe tener un estatus independiente, tal como el derecho a un empleo útil y remunerativo, el derecho a alimentos y vestimenta adecuados, el derecho a una educación decente, etc. Se ve a la educación como un requisito para todos los otros derechos, y se supone que una vez que a uno se le otorga el derecho a una buena educación todos los demás derechos se resolverán por sí mismos. Pero no se puede hacer que estos derechos dependan entre sí o de un derivado de algún otro. Deben permanecer separados. El único derecho económico que podemos ejercer en los EE.UU. es el derecho a una buena educación y este derecho se ha transformado en el derecho a una buena educación corporativa.

Aún en el año 2000 cuando la tasa de desempleo en los EE.UU. cayó a los 3,9 y la tasa de pobreza cayó a 11,3 teníamos 30 millones de personas viviendo en condiciones de pobreza en este país –y ésta es aproximadamente la población de Canadá–. Pero como informa Marsh los EE.UU. no generan mucha más gente pobre que otros países. Los países europeos alcanzan niveles de pobreza más bajos porque ellos ofrecen más programas sociales dirigidos a los pobres y a los desempleados. Si no existieran estos programas gubernamentales, Suecia tendría 26,7 de su población viviendo en estado de pobreza, pero con sus programas sociales el índice de pobreza es de 5,3 %. Seguramente, la educación ayuda a algunas personas a ingresar en el mercado laboral, e indirectamente puede crear unos pocos empleos más, pero lo que se necesita son empleos, salarios más altos y mejores programas de redistribución. Marsh cita a Douglass Willms, un profesor canadiense, que descubrió que entre los niños cuyos padres tienen niveles idénticos de educación, aquellos niños que vivían en países con desigualdades tenían peores rendimientos en las pruebas de alfabetización para adultos. Los niños de padres con títulos universitarios se desempeñan por lo general de la misma manera, ya sea que estos vivan en Finlandia, uno de los países con mayor nivel de igualdad, o los EE.UU., uno de los países con mayor desigualdad. Pero los niños en los EE.UU. cuyos padres sólo alcanzaron a completar su escuela secundaria tendrán peores resultados en las pruebas de alfabetización que niños en las mismas condiciones en Finlandia. Esto es así porque la desigualdad económica afecta la calidad de la vida familiar en áreas de salud, seguridad, niveles de consumo de drogas, etc. Entonces sí, necesitamos reformas educativas pero necesitamos reducir la desigualdad y la pobreza en la misma proporción, si lo que queremos es incrementar la calidad de la oportunidad educativa.

Ahora, por supuesto no nos detenemos aquí –hacemos lo que podemos para reducir la pobreza y la desigualdad, pero necesitamos luchar a nivel internacional para crear un universo social fuera de la forma de valor del trabajo– es decir, fuera de la producción de valor en su totalidad. Al menos, ese debería ser nuestro objetivo a largo plazo.

¿Qué rol, si le cabe alguno, le asignaría usted a la izquierda en el futuro de la reforma educativa?

Bueno, creo que la izquierda no puede aislar la actual crisis de la educación de la crisis global del capitalismo y la lucha más amplia en la lucha contra el capitalismo y la necesidad estructural de una transición equiparable hacia una economía de crecimiento cero. Es necesario que nos tomemos el trabajo de definir de qué manera sería posible otro socialismo o comunismo y cómo podría hacerse la transición hacia éstas posibles alternativas. ¿Cómo se verá un universo social por fuera de la forma de valor del capital, por fuera de la producción de valor? ¿Y cómo llegamos hasta ahí? David Harvey llama a esto organizarse para la transición anticapitalista. Sabemos que el capitalismo puede sobrevivir a esta crisis presente y que el costo para las mayorías populares será catastrófico, en tanto que seremos testigos de un aumento de represión política, militarización y violencia de estado.

¿Cómo puede la izquierda crear una nueva política revolucionaria que nos conduzca a organizar la vida social de modo tal que el hecho de aumentar el valor –mediante la adquisición de dinero –ya no sea considerado el bien más codiciado? En realidad, esto no se sostiene por sí solo. Harvey plantea que necesitamos una teoría corevolucionaria derivada del análisis realizado por Marx de cómo el capitalismo surgió del feudalismo. Él señala que el cambio social surge mediante el desdoblamiento dialéctico de las relaciones, desdoblamiento en el que se dan esencialmente 7 momentos –considerados como ensamblajes o conjuntos de actividades y prácticas– que tienen lugar dentro del cuerpo político del capitalismo y estos incluyen: las formas tecnológicas y organizativas de producción, intercambio y consumo; las relaciones con la naturaleza; las relaciones sociales entre personas; las concepciones mentales acerca del mundo, el conocimiento integral y los acuerdos y creencias culturales, los procesos laborales y la producción de bienes específicos, geografías, servicios; los acuerdos institucionales, legales y gubernamentales; y las conductas de la vida diaria que subyacen a la reproducción social. Harvey sostiene que cada uno de estos momentos, aún cuando esté marcado por tensiones y contradicciones es co-dependiente y co-evoluciona en relación con el otro.

La izquierda tiene una tendencia a mirar estos momentos aisladamente y focalizarse en sólo uno de ellos; considerándolo como el camino mágico hacia la transformación social. Pero cuando el capitalismo se renueva a sí mismo, lo hace coevolucionando todos esos momentos (hay que reconocer que hay muchos más que siete). Así es como el capitalismo surgió del feudalismo. De la misma manera, entonces, es que deberá producirse la transición del capitalismo al socialismo o comunismo. Nuestras intervenciones políticas estratégicas deben moverse dentro y a través de estos diferentes momentos. Así, los educadores necesitamos ver más allá de la crítica epistemológica en el aula. Es por esto que he intentado tratar a la pedagogía crítica revolucionaria como un movimiento social. La mayoría de las reformas educativas nunca cuestionan al capital como una relación social. Cuando esto ocurra, es posible que se pueda progresar algo realizando esfuerzos reformistas dentro del marco capitalista, pero probablemente eso tendrá corta vida. Esto no significa que no debamos intentarlo –debemos hacerlo. Sí, no deberíamos abandonar al socialismo re-distributivo pero siempre teniendo en mente la lucha mayor para desarrollar una vía hacia un universo social sin producción de valor.

Reforma y revolución no son mutuamente excluyentes. La dialéctica trata acerca de la mediación no de la yuxtaposición, así, la lucha no se da entre reforma y revolución sino trabajando para reformar el sistema dentro de la óptica política mayor de la lucha anti-capitalista. Pero tampoco podemos ver al capitalismo como algo aislado de otras jerarquías dependientes que, históricamente son co-constitutivas del capitalismo. Otra forma de mirar esto es desde lo que yo denomino la perspectiva decolonizadora marxista, utilizando algunas ideas de los teóricos sociales latinoamericanos, incluyendo el trabajo de Aníbal Quijano, Enrique Dussel, Gloria Anzaldúa, Walter Mignolo y Ramon Grosfoguel. Cuando nosotros, los que estamos en la izquierda, intentamos desafiar al capitalismo, necesitamos imaginarnos qué significaba el capitalismo para una mujer indígena de las Américas, en el siglo XV, cuando el capitalismo llegó. Debemos, en otras palabras, cambiar nuestra geo-política del conocimiento. Lo que llegó no fue sólo un sistema económico de capital y trabajo para la producción de bienes que serían vendidos para obtener una ganancia en el mercado mundial. Lo que llegó, fue un conjunto de jerarquías globales entrecruzadas a las que Grosfoguel denomina matriz de poder europeo/capitalista/militar/cristiana/patriarcal/blanca/heterosexual/masculina.

En otras palabras, llegó una formación de clase global pero otras jerarquías también, entre las que se incluía la división internacional del trabajo entre países centrales y periféricos, un sistema interestatal de organización político-militar controlada por hombres europeos e institucionalizada en las administraciones coloniales, una jerarquía global racial/étnica que privilegiaba a los europeos por sobre aquellos que no lo eran, una jerarquía global de género que privilegiaba lo masculino por sobre lo femenino y el patriarcado europeo por sobre otras formas de relaciones de género, una jerarquía sexual que privilegiaba a los heterosexuales por sobre los homosexuales, una jerarquía espiritual que privilegiaba a los cristianos por sobre los no cristianos/las espiritualidades no occidentales, una jerarquía epistémica que privilegiaba el conocimiento y la cosmología occidental por encima de las cosmologías no occidentales y que institucionalizó esta jerarquía en el sistema universitario global, y una jerarquía lingüística entre lenguas europeas y no europeas que privilegiaba las tecnologías europeas de comunicación como teoría y reducía las formas de comunicación no europeas al estatus de folclore o cultura, pero nunca conocimiento/teoría. Por lo tanto al adoptar una perspectiva anticapitalista, los docentes necesitamos prestar atención a cada momento como una parte de esta matriz de poder entrecruzado global. Estos momentos están internamente o co-constituyen “heterarquías”. Así, la izquierda puede participar de la reforma educativa, pero yo sostengo que necesita prestar atención a todos esos momentos –pero en términos de transición hacia un futuro anticapitalista y con vistas a crear un enfoque decolonial de producción del conocimiento. Y la izquierda necesita darse cuenta de que los problemas globales no pueden tener soluciones nacionales. Si vamos a participar de la reforma escolar, esto tiene que estar vinculado a las luchas anticapitalistas, a las luchas decolonizadoras, al pensamiento crítico de frontera que puede ayudarnos a repensar nuestro socialismo pensando con, y no acerca de, los conocimientos indígenas y epistemologías de los grupos subalternos. Necesitamos una alternativa posible a las formas existentes de organización social que reproducen la forma de valor del trabajo. Y esto requerirá educadores que puedan trabajar con economistas, filósofos, planificadores rurales y urbanos, geógrafos críticos, antropólogos, sociólogos, especialistas en tecnología, expertos en comunicación, teóricos sociales y activistas de la comunidad que quieran trabajar juntos con este objetivo en mente.

Al estudiar ciencias de la educación a muchos de nosotros se nos enseñan métodos y pedagogía crítica pero parece que eso no se traslada a la práctica cuando ingresamos a las aulas. ¿Cuál es su consejo para esos maestros que están trabajando con las restricciones impuestas por el programa de Obama Carrera a la Cima, que quieren implementar una pedagogía crítica sus las aulas?

Lo que está haciendo esencialmente el programa de Obama Carrera a la Cima, es incrementar la privatización y corporatización de la educación de tal manera que tiene como resultado la re-socialización de las percepciones de las mayorías populares dentro de los mitos legitimadores dominantes del capitalismo en EE.UU. La NEA y la AFT (4) asombrosamente aceptan el capitalismo neo-liberal y no están interesadas en una transformación estructural a largo plazo ni en el reordenamiento del poder de la burguesía y la elite empresarial privada. El sistema escolar no tiene obligación de preparar a los estudiantes para algo más que empleos de los niveles más bajos. Nuestra estructura impositiva regresiva jamás se ve desafiada. La democracia representativa estadounidense no es cuestionada, y ni siquiera comparada o contrastada con la democracia participativa, que enfatiza los aspectos sociales, políticos, económicos y culturales del accionar humano, basándose en los derechos humanos, o con la democracia directa que se centra en el control popular de los medios de producción y organización mediante consejos de trabajadores. El foco está puesto en enseñar para el examen, que se ocupa del conocimiento tecnocrático de resolución de problemas o conocimiento tecnocrático por sí mismo, pero no produce conocimiento significativo, conocimiento basado en los contextos que requieren análisis crítico y en una filosofía de la praxis, y en la ética de la justicia social.

Lo que se enseña en las escuelas de hoy es el conocimiento tecnocrático o la resolución de problemas técnicos –el pensamiento de mediosfines. Lo que está faltando es el conocimiento significativo, es decir, la habilidad para realizar elecciones morales y éticas, y para interpretar y criticar. Lo que está faltando es compromiso intelectual. Las escuelas entrenan a los estudiantes para convertirse en consumidores. En un mundo que enfrenta un colapso del ecosistema, lo que claramente necesitamos es abordar la enseñanza a través de la óptica de una pedagogía eco-socialista basada en la noción de sustentabilidad, y como socialistas, necesitamos reconocer que el desarrollismo socialista muchas veces ha involucrado a movimientos indígenas. Está claro que lo que necesitamos es traer a nuestras prácticas docentes una pedagogía que mire más allá de las formas occidentales/euro/estadounidense céntricas de conocer el mundo que se basan en la capacidad capitalista de desechar y una falta de consideración por el planeta, de modo de considerar formas alternativas y opuestas de pensamiento acerca de/ y en contra del imperialismo del capital neo-liberal de libre mercado.

Me refiero a buscar solidaridad con grupos no dominantes –en particular los grupos silenciados, grupos marginalizados, grupos indígenas– para reunir los imaginarios colectivos de todos los pueblos que buscan libertad dentro de la necesidad y dignidad para ellos mismos y sus comunidades, negando las epistemologías del imperio y las prácticas destructivas y genocidas de los regímenes imperiales y occidentales y sus relatos fraudulentos de inocencia histórica. Necesitamos diferentes perspectivas de justicia, derechos y cambio social y podemos adoptar perspectivas indígenas pero de maneras que no exploten a los pueblos indígenas en el proceso. En otras palabras, estoy hablando de desafiar nuestras concepciones acerca de la modernidad, y nuestras epistemologías basadas en el pensamiento europeo, para poder afirmar, los derechos epistémicos de los racialmente devaluados. Esto significa desafiar la matriz colonial de poder sustentada por teorías filogenéticas y ontogenéticas occidentales. La pedagogía crítica nos ofrece una distancia crítica que nos permite examinar nuestra propia formación epistemológica y ontológica, pero no la suficiente como para no poder matar a la bestia multicéfala que representa el capital y a sus compañeros de afilados dientes –el racismo, el sexismo, el imperialismo, el colonialismo.

Pero ¿cómo luchamos contra la opresión en el aula cuando maestros y alumnos son ambos evaluados en exámenes estandarizados que están haciendo mucho dinero para la compañías que están produciendo y desarrollando esos exámenes? Los exámenes estandarizados son una forma de control social que evita que los estudiantes exploren sus propias experiencias mediante enfoques epistemológicos basados en la reflexión crítica. La educación debería estar sustentada en un diálogo intercultural decolonizador, no capitalista. El motor para este cambio es el compromiso con los oprimidos, los marginalizados y los grupos subalternos. Este compromiso no viene junto con una conciencia crítica. En otras palabras, la conciencia crítica no es ni la raíz ni la condición previa de compromiso con la lucha revolucionaria sino el producto de dicho compromiso.

Un individuo no necesita ser críticamente auto-reflexivo para poder luchar. Es en el acto mismo de lucha que los individuos se transforman en seres críticamente auto-reflexivos y conscientes. Las identidades políticas con basamento crítico no son motivadoras de la acción revolucionaria sino que más bien se desarrollan como consecuencia lógica de dicha acción. Es por eso que, frecuentemente, les pido a mis estudiantes que se unan a un grupo comunitario, o movimiento social, y en su acto de lucha junto con esos grupos ellos desarrollarán una conciencia crítica que puede ser aumentada mediante la lectura y examen de textos. Pero ¿cómo pueden los maestros usar este enfoque en el ámbito de las escuelas públicas? Los maestros necesitarán educar a sus comunidades respecto de la crisis de la educación, para hacer que los padres estén de su lado. Los maestros necesitarán a los padres como aliados en contra de las administraciones represivas. Necesitarán educar a sus comunidades acerca de los peligros de las escuelas charter, y cómo sus promotores derivan dinero hacia esas escuelas para probar que son mejores que las escuelas públicas; también cómo las escuelas charter socavan el poder de los gremios docentes y la calidad de la educación y cómo las escuelas públicas con escasos fondos a menudo tienen como resultado una educación de baja calidad y cómo esto es utilizado luego como otra excusa para reducir el financiamiento de las escuelas públicas.

Sarah Knopp, una docente de Los Ángeles, habla de la práctica de desmantelar que tiene que ver con el proceso de destruir los gremios mediante la subcontratación para crear muchos lugares de trabajo pequeños –en lugar de otros grandes y con alto nivel de agremiación– de modo que cuando los trabajadores en esos pequeños negocios firman contratos de inferiores condiciones, se usan esos contratos para presionar a los trabajadores en plantas mayores a fin de que acepten concesiones similares. Debemos mostrarle a la comunidad que las escuelas charter son el paso inicial hacia la privatización y que el financiamiento corporativo reduce los fondos estatales y que, por otra parte, las escuelas con fondos públicos constituyen un derecho básico. Los docentes necesitan crear organizaciones dedicadas a luchar en contra de la evaluación estandarizada. Esto no lo pueden hacer solos, trabajando desde sus respectivas escuelas. Necesitan formar comunidades de lucha. Y necesitan educar a sus comunidades acerca del socialismo como alternativa para la sociedad y para las escuelas capitalistas.

La entidad de los docentes surge como algo en contra de las limitaciones de la desigualdad estructural. ¿Cuáles son los límites respecto de lo que un docente puede hacer? ¿Qué puede hacer un docente para ir más allá de esos límites?

Acá me voy a referir a mi trabajo en Venezuela en apoyo a la revolución bolivariana. Estoy trabajando en la actualidad con el Ministerio de Educación para el entrenamiento de cuadros de marxistas con una visión decolonizadora. La idea es que necesitamos una revolución en nuestras estructuras de conocimiento y en nuestros roles políticos, como educadores. Por ejemplo, podríamos aprender muchísimo del término buen vivir (sumac kawsay) un término que viene de los pueblos indígenas de la región andina, y de los Aymará en particular, que refiere a la armonía y el equilibrio entre hombres y mujeres, entre diferentes comunidades y entre los seres humanos y el medio ambiente natural. También necesitamos nuevos saberes tecnológicos y científicos para desarrollar alternativas al capitalismo neo-liberal, y para resistir la represión académica que estamos experimentando en nuestras escuelas y universidades cuando llevamos el lenguaje de Marx para ayudarnos a solucionar la actual crisis del capitalismo.

Mientras que la transformación educativa es una lucha necesaria aunque no suficiente para crear un nuevo universo social por fuera de la forma de valor del trabajo, necesitamos también una nueva geo-política del conocimiento, guiada por un imperativo anti-capitalista a fin de poder desempeñar nuestro rol como docentes y trabajadores culturales. El desafío para nosotros es encontrar la manera de recrear el estado de abajo hacia arriba a la par que trabajamos el objetivo de largo plazo de la transformación socialista. Los debates que encontramos son por lo general entre quienes creen que hay que tomar el poder del estado, tales como los chavistas y los autonomistas antiestado y anarquistas, y a menudo se cita a los zapatistas en estos debates como alternativa a seguir. Nuevamente, no creo que esto se trate de una opción “esto o aquello”. Me gusta el “andar preguntando” (caminamos y preguntamos) de los zapatistas en comparación con el “andar predicando” (caminamos y decimos) del enfoque estándar de repetición y recitado, propio de la pedagogía convencional. Pero también creo que hay que luchar para reconstruir el estado de abajo hacia arriba como un paso hacia una construcción colectiva.

Ciertamente necesitamos control del estado sobre la distribución del excedente para disminuir las desigualdades, pero el viejo modelo Keynesiano ya no basta en este tiempo de capitalismo neo-liberal y necesitamos nuevas formas de estatismo de izquierda, creado de abajo hacia arriba, utilizando la democracia participativa y la democracia directa como modelos potenciales. Estoy de acuerdo con John Holloway en cuanto que la revolución no se trata de destruir el capitalismo sino en rechazar crearlo. Hay maneras en las que ahora, podemos dejar de producir capitalismo, tales como la creación de jardines públicos, la lucha en contra del control corporativo de las escuelas, el protestar en contra del G8, etc. Diciendo “Ya Basta” a los recortes a la educación. Luchando en contra de los charteres con fines de lucro –¡“Que se vayan todos”! Pero también creo que necesitamos una filosofía coherente de una praxis ligada a una revolución epistemológicaque pueda incorporar y negociar tanto los conocimientos indígenas como el occidental y que desafíe los “paradogmas” de la racionalidad colonial occidental (lo que Aníbal Quijano llama “la colonialidad del poder” o “patrón de poder colonial”) y que abran espacios estratégicos que nos permitan conectarnos con nuevas conceptualizaciones de vivir en la Pachamama.

Mi postura es que necesitamos una praxis subjetivaconectada con una filosofía de liberación capaz de iluminar el contenido de la sociedad post-capitalista y de proyectar un camino hacia una sociedad totalmente nueva, presentando argumentos convincentes que planteen que es posible resolver la contradicción entre alienación y libertad. La clave, acá, está en que nuestras formas de organizar la sociedad deben ser coherentes con nuestra filosofía de la liberación. Necesitamos, por supuesto, priorizar el desarrollo humano y buscar nuevos marcos epistemológicos, rechazando participar del epistemicidio, o el silenciamiento y destrucción de las formas indígenas de entender y negociar el mundo. No todos nosotros podemos usar el lenguaje político del socialismo. Hablando en una escuela secundaria en las afueras de Medellín, Colombia, hace unos años, supe que los militares habían atacado unos años atrás, la comunidad con helicópteros, un tanque, artillería y tropas, y las fuerzas paramilitares, […] y si bien los docentes me habían pedido que hablara en su escuela, rechazaban mi lenguaje de lucha socialista porque los ponía a ellos y a sus alumnos en riesgo de vida. Ellos crearon su propio lenguaje de pedagogía crítica. Necesitamos un enfoque pluriversal para la pedagogía crítica –no hay un enfoque universal. Los docentes desarrollarán esos enfoques en sus comunidades de acuerdo a la especificidad contextual de sus luchas, su compromiso con los oprimidos y su compromiso de crear un futuro post-capitalista.

Muchos padres, particularmente padres de clase trabajadora, parecen haber adquirido la retórica de “elección y competencia”, “rigor académico” y “logro” y la idea de que la escuela debería ser más académica antes. ¿Qué ideas le ofrecería a los padres al momento de pensar acerca de la calidad de la educación de sus hijos que pudieran contrarrestar aquellas ideas que se ofrecen dentro del debate corriente?

Si, los padres de clase trabajadora, por lo general, quieren para sus hijos el tipo de educación que tienen los niños de Beverly Hills. No se los puede culpar por eso. Ellos creen que la educación es el único vehículo disponible para ellos y que todo es, en verdad, una cuestión del tipo de maestros que pueden contratar en la escuela pública de su barrio. Han adquirido la noción de meritocracia y la propaganda capitalista de que las escuelas charter son la mejor opción para sus hijos. A menudo ellos no se dan cuenta que las escuelas charter con fines de lucro tienen menores requisitos respecto del control público y requerimientos de transparencia que las escuelas públicas. Los defensores de las escuelas charter son aquellos que están detrás de las políticas para encontrar culpables de la administración Obama, detrás del debilitamiento de la negociación de los derechos de los docentes, detrás de darle subsidios a los “ganadores” en lugar de dárselos a aquellos estudiantes con mayor cantidad de necesidades y especialmente a aquellos que necesitan ayuda financiera. Conozco algunas escuelas charter barriales muy exitosas, pero este movimiento de escuelas charter es, en general destructivo, respecto de lo que queda de la educación pública.

Las escuelas públicas aceptan a todos los niños, incluso cupos mucho más grandes de estudiantes con alto grado de necesidad. El movimiento hacia la privatización de la educación puede rastrearse hasta los confines del Banco Mundial y los esfuerzos transnacionales para debilitar a los gremios docentes y crear estándares internacionales para colocar a todos los estudiantes del mundo codo a codo con las necesidades del capitalismo transnacional y de las directivas de la clase capitalista transnacional. Pero al mismo tiempo, necesitamos enfrentar la espantosa realidad de que, como las ciudades se están convirtiendo en lugares más segregados, las escuelas están volviendo a segregar y diferenciar racialmente a los estudiantes, denegando el acceso igualitario a los recursos educativos, a los ambientes escolares saludables y a la educación superior, a estudiantes de color. Los padres pueden convertirse en aliados en la lucha en contra de los embates actuales a la educación, que tienen sus raíces en las políticas desreguladoras del libre mercado, la religiosidad neo-liberal de las interrelaciones corporativas y el asalto administrativo y corporativo al estado de bienestar que tuvieron lugar durante las décadas de 1980 y 1990 y que trajeron como colación la reducción del gasto público y la provisión de subsidios estatales y de apoyo al capital. Fui parte de la nueva izquierda en la década de 1960, y parte del problema es que, en ese momento nos dejamos estar en lo que hace a las cuestiones laborales, ya que nos enfocamos con mayor interés en las cuestiones de derechos civiles. Necesitamos retomar, nuevamente ese camino y recorrerlo, manteniendo siempre nuestra defensa de los derechos civiles, muchos de los cuales están en proceso de ser reducidos a un nivel asombroso. Hay que invitar a los padres a nuestras reuniones, a nuestras luchas comunitarias, a nuestras alianzas más grandes en las que la política unilateral da paso a comprender cómo las luchas principales de nuestros días son luchas que están “interconectadas” y tienen un alcance transnacional.

El rigor académico es por supuesto una cuestión importante, pero el rigor puede conducir a rigor mortis. La cuestión central es el pensamiento crítico con intención revolucionaria. Hay que presentarles a los estudiantes varios lenguajes mediante los que ellos pueden ayudar a elaborar una idea crítica acerca de sus propias experiencias. Esos lenguajes son restrictivos y pasivos. Se encuentran también en las universidades. El enseñar economía clásica y teoría de la selección racional, dejando nuestra crítica marxista de la economía política, no nos va a sacar de la actual crisis del capitalismo. Las ideas tienen efecto y las pedagogías también lo tienen. Una pedagogía verdaderamente transformadora toma las experiencias de los estudiantes seriamente, y las desafía sin quitar la voz o entidad del estudiante, y se lleva adelante con el propósito general de transformar el mundo con el fin de hacerlo menos opresivo, menos explotador. Los enfoques académicos al conocimiento se basan por lo general en un enfoque pasivo respecto del aprendizaje. Lo que necesitamos es una teoría de producción del conocimiento activa y pedagogías que puedan producir el conocimiento/acción necesarios para crear futuros alternativos para nosotros y para el mundo en el que vivimos y trabajamos.

Notas
* Traducido por Maria Graciela Eliggi. Servicio de Traducción de la Facultad de Ciencias Humanas-UNLPam-2013.

1 N.del T.: UC: Universidad de California.

2 N.del T.: escuelas charter: financiadas con fondos públicos y mediante donaciones de personas públicas o privadas.

3 N. del T.: vales o cupones para obtener un descuento o un servicio.

4 N. del T.: NEA: Asociación Nacional de Educación; AFT: Federación

Estadounidense de Docentes

 

Tomado de:

  • Revista Praxis Educativa Vol XVII Nº 2, pp. 79-90. Julio – Diciembre 2013. Universidad Nacional de La Pampa, Argentina.
  • http://ojs.fchst.unlpam.edu.ar/ojs/index.php/praxis/article/view/781
  • http://iberoamericasocial.com/la-educacion-como-una-cuestion-de-clase-entrevista-peter-mclaren/
  • https://www.google.com/search?q=Peter+McLaren&espv=2&biw=1366&bih=623&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwi6ifiIgpzNAhVEHx4KHaYuAjIQ_AUIBigB#imgrc=h4DGByJPWkI4iM%3A
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Reino Unido: Have student loan interest rates really shot up?

Source: Have student loan interest rates really shot up?

Resumen: El mensaje publicado en Facebook por un graduado llamado Simón Crowther quien terminó su carrera de ingeniería civil el año pasado, sugiere que él y otros estudiantes han visto subir considerablemente las tasas de interés de sus créditos educativos, después de la venta de la compañía de préstamos estudiantiles a una empresa privada.El gobierno y los préstamos estudiantiles Company han señalado que tanto las tasas estaban en los términos y condiciones que los estudiantes se inscribieron para cuando se llevaron a cabo los préstamos

A young graduate was in the news this week after posting his student loan statement online showing that he was accruing up to £180 a month in interest – or a rate of 6.6% – when he thought he had signed up to a rate of just 0.5%

A Facebook post by a recent graduate suggesting that interest rates on student loans have been hiked went viral this week – so have rates really gone up?

The post, by a graduate called Simon Crowther who finished a degree in civil engineering last year, suggested that he and other students had seen their interest rates hiked after the sale of the Student Loans Company to a private firm. Crowther seems to have struck a nerve with other students when he published his statement, showing he was racking up as much as £180 a month in interest on a £40,000 loan for tuition fees and maintenance. He said he had expected to pay just 0.5% when he signed up, but rates had been increased when the company was sold off. But Crowther is mistaken – the interest rates on the loans had been set before he and his contemporaries started university in 2012.

Crowther and his friends were the first cohort to pay £9,000 tuition fees, and they are paying a higher rate of interest on their loans than those who started degrees earlier.

How much are they paying?

While they were at university, and during the year since those on three-year courses graduated, their loans have been attracting interest of inflation plus 3%, with the government setting the RPI – typically higher than CPI – as the measure of price rises. Since April, those who have finished university have been charged interest according to their earnings. Anyone earning less than £21,000 a year is charged inflation – now 0.9% – and this goes up on a sliding scale, so that by the time they earn £41,000 their debt is accruing interest at 3.9%.

The deal is the same for everyone starting university in England since September 2012. Older student loans have a lower interest rate. The current rate on loans taken out before September 2012 is 0.9%.

When Crowther and his contemporaries began their courses in 2012, inflation was 3.6%, so in their first year interest of 6.6% was being added. This March, the inflation rate was 1.6%, so in September their interest rate will be 4.6%.

Simon Crowther’s Open Letter to his MP Vernon Coaker.
Simon Crowther’s Open Letter to his MP Vernon Coaker. Photograph: Simon Crowther
That seems a lot – how does it compare with other loans?

Not well. Banks and building societies have been falling over themselves to attract borrowers and are offering credit cards with 0% interest for up to 40 months and personal loans with rates as low as 3.2% on borrowing of £10,000. Mortgage rates remain near record lows – you can borrow on your home at a rate of 1.14%.

So why don’t students use those options?

Because they can’t. Students typically don’t have the salary or credit history to secure the best deals. But they are open to some parents, and seeing how much the student loan is costing could make more wonder if it’s worth adding to their mortgage or taking money that is sitting in a poorly paying savings account to help out their offspring.
Graduate whose loan grew by £1,800 in one year says students were misled
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So are other loans better value?

Probably not. If you take out a mainstream loan to pay tuition fees, you will definitely have to repay 100% of it plus interest, whereas under the student loans system you might not have to repay as much.

Students who have taken loans since September 2012 do not have to make repayments unless they earn at least £21,000 a year. Repayments are set at 9% of their salary above that, regardless of the size of the debt, and after 30 years anything that has not been paid back is written off. People who earn well throughout their careers will end up repaying all of their loan and the snowballing interest, but those who take an average-paid job and gradually work their way up might never repay as much as they borrowed. If, for example, your average salary throughout the first 30 years of your career is £36,000, you will repay £40,320 – less than the £43,500 you could have borrowed – and if you take any of that time off – to start a family for example, or travel – you will repay less.

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Shouldn’t they have read the small print?

The government and Student Loans Company have both pointed out that the rates were in the terms and conditions that the students signed up to when they took out the loans. “The terms and conditions are laid out in an easy-to-understand format for borrowers to understand and set out the variable interest they will be charged,” says a spokesperson from the Student Loans Company.

However, the system is complicated and subject to change – for example, in 2015 the government overturned a promise to increase the threshold for repayments up from £21,000 each year from 2017 – a move that will cost graduates around £3,000 each over their career.

Ultimately though, many will have felt that they didn’t really have a choice.

Fuente: http://www.theguardian.com/money/2016/may/27/have-student-loan-interest-rates-really-shot-up

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En Chile: creadores del Crédito con el Aval del Estado defienden el modelo de financiamiento a 10 años de su implementación

Pilar Armanet y Sergio Bitar estiman que «es uno de los mejores créditos del mundo». El vicepresidente del Cruch dijo que «debe ser eliminado» para que la educación sea un derecho social.

Daniela Muñoz y Flor Guzmán/ 21 de mayo del 2016 / 03:00 Hrs

Mientras los detractores del Crédito con Aval del Estado (CAE) piden su eliminación, al asociarlo a la mercantilización de la educación superior y al endeudamiento de más de 600 mil familias; sus creadores resaltan los beneficios que a su juicio ha generado en la expansión de la matrícula de educación superior y el mayor acceso de sectores vulnerables.

“Creo que las críticas son por desconocimiento, porque este crédito ha sido una tremenda arma de igualdad y de acceso a la educación superior para miles de estudiantes”, afirma el ex ministro de Educación, Sergio Bitar (PPD).

El estuvo a cargo de la preparación y tramitación del proyecto que permitió crear el CAE durante el gobierno de Ricardo Lagos. Y junto a Bitar trabajó la entonces jefa de la División de Educación Superior del Mineduc y actual rectora de la U. de Las Américas, Pilar Armanet (PPD), quien defiende con orgullo ese modelo de financiamiento.

“Es un sistema que funciona porque tiene un componente  de solidaridad intergeneracional por el cual los alumnos que recibieron el beneficio pueden después ayudar a financiar a los estudiantes que vienen”, afirmó Armanet.

Además, dijo que “es uno de los mejores créditos del mundo en materia de financiamiento de la educación superior”. Apreciación en la que coincide Bitar.

Historia

Durante la campaña de Lagos se prometía que ningún joven iba a quedar fuera de la educación superior porque su familia no tenía dinero. Así, se comenzó a buscar un sistema que permitiera otorgar un crédito a los estudiantes que no estaban matriculados en universidades del Consejo de Rectores (Cruch), los que podían acceder al Crédito de Fondo Solidario.

“El Estado no tenía recursos para financiar un nuevo crédito, porque ya se entregaban altos montos a las universidades del Cruch, las que no tenían la capacidad de cobrar y por lo tanto no estaban obteniendo los recursos para seguir autofinanciando ese beneficio”, explicó Bitar.

Fue entonces cuando, tomando experiencias de otros países, se definió un sistema en que el Estado pudiera garantizar los préstamos que los bancos otorgaran a los estudiantes. Y paralelamente se elaboró un proyecto para crear un sistema de acreditación, que permitiera exigir ciertos grados de calidad a las instituciones privadas que se sumaran al CAE.

Así, en 2006, al inicio del primer gobierno de Michelle Bachelet, comenzó a entregarse el beneficio a 20 mil estudiantes, cifra que fue aumentando cada año hasta llegar a un total cercano a 700 mil beneficiarios en 2016. “Uno de los problemas que se produjo fue la alta tasa de interés con que partió el CAE, pero siempre se consideró que debía reducirse y así se estableció en la ley entregando facultades al Estado para rebajar la tasa subsidiando la diferencia, pero eso no se hizo”, explicó Bitar.

Y fue en 2012 cuando, en el gobierno de Sebastián Piñera, se rebajó la tasa del interés del CAE del 6% al 2%. Pese a eso, las críticas a ese modelo se mantienen acusándolo de endeudar a las familias de los estudiantes.

Por esto, el senador Carlos Montes (PS), el rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, junto a otros parlamentarios y rectores del Cruch están pidiendo que el CAE sea eliminado.

“Es una forma de financiamiento que vino a promover la educación de mercado, pero financiada con cargo a recursos públicos o endeudando a las familias, sin mayores requisitos para las universidades. Por esto creo que debiera ser eliminado, cumpliendo así con el compromiso de que la educación sea un derecho social”, afirmó el vicepresidente del Cruch y rector de la U. de Valparaíso, Aldo Valle.

En tanto, Alexander Páez, investigador de Fundación Sol, planteó que “el CAE capta una parte relevante del presupuesto de Educación, pasando del 2,4% en 2006 a 36% en 2016”. Y dijo que “esa misma plata se podría entregar directamente a las instituciones para financiar gratuidad sin generar miles de endeudados año a año”.

Según un estudio de Fundación Sol en 2010 había 210 mil jóvenes endeudados por CAE y en 2015 subió a más de 700.000.

Fuente: http://www.latercera.com/noticia/nacional/2016/05/680-681667-9-creadores-del-cae-defienden-el-modelo-de-financiamiento-a-10-anos-de-su.shtml

Fecha de publicación en OVE: 23 Mayo 2016

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