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Entrevista a Marx Gómez: Esa extraña mercancía llamada conocimiento

Entrevista a Marx Gómez, investigador del «Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas»
Esa extraña mercancía llamada conocimiento

 

Tatuytv

Aprovechamos la visita del sociólogo e investigador del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) Marx Gómez, que realizara recientemente a Mérida, en el marco del décimo aniversario de la Fundación CENDITEL, para abordar un tema no menos complejo, y aunque invisible para muchos, es de una importancia cardinal para entender el alcance geográfico y nivel de penetración del capitalismo en los distintos ámbitos de la existencia humana, específicamente en el del conocimiento, al que el capitalismo ha identificado como una preciada y particular mercancía.

Para Gómez, la categoría Conocimiento Libre puede interpretarse «como una tautología, en tanto el conocimiento en sí mismo es libre, y al ser libre va hacia su socialización, su divulgación, su constante transformación (…), pero aunque parezca tautología, es más una condición de denuncia a ese Conocimiento Libre entendido como oxímoron, como si fueran cosas contradictorias, porque ahí es donde entra todo ese discurso de la propiedad intelectual que asume al conocimiento y la libertad como cosas disonantes»

Gómez amplía el debate reconociendo las tensiones históricas basadas en la «posibilidad del uso y apropiación [del conocimiento] con fines de conquista o con fines de liberación (…) pero concretamente esta discusión de Conocimiento Libre se inserta en una crítica a lo que llaman Capitalismo Cognitivo» que se constituye en una categoría mucho más clara de lo que «otras personas llaman sociedad de la información o sociedad del conocimiento olvidando que se trata de una sociedad capitalista».

Así, Marx Gómez retrata el proceso lógico e histórico en que el Capitalismo Cognitivo se constituye como una modalidad capitalista, que arranca desde finales del siglo XIX con los primeros instrumentos jurídicos tendientes a la privatización del conocimiento hasta el aceleramiento privatizador sufrido en la década de los 70′ y 80′ del siglo XX. Este esquema capitalista está sostenido en la idea de la Propiedad Intelectual y sus mecanismos jurídicos (Propiedad industrial, derechos de autor, patentes, etc) que ha venido robusteciéndose y consolidándose mientras que se expande geográficamente a través de toda una supranacionalidad concretada en instituciones como por ejemplo, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

Sin embargo, existen una serie de movimientos, gobiernos y organizaciones que han venido denunciando y oponiéndose a esta lógica de privatización del conocimiento, preconizando la idea del sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos al plantear que no puede hacer Justicia Social sin una Justicia Cognitiva, idea que Gómez amplía en la entrevista al aclarar que «al hablar de una crisis del capitalismo, y si aceptamos que esa crisis del capitalismo tiene múltiples factores, (…) pero que en última instancia es una crisis civilizatoria, una crisis del modelo occidental de sociedad, de política, de economía, de cultura, etc., pues el conocimiento que nos llevó a esta sociedad que está en crisis civilizatoria no está eximido de una revisión crítica; en pocas palabras, crisis civilizatoria es crisis del conocimiento también, y entonces al ser crisis de conocimiento, los procesos de justicia social por otro mundo posible son también por justicia cognitiva».

Vídeo de la entrevista

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=220769&titular=esa-extra%F1a-mercanc%EDa-llamada-conocimiento-
Imagen: http://reporteinsular.com/las-consecuencias-de-pensar-demasiado/
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Dinero

Por: Fernando Savater

Según Maurice Baring, un escritor amigo de Chesterton, “para saber lo que Dios piensa del dinero no hay más que fijarse en a quién se lo da”. Donald Trump es la mejor ilustración de esta teología económica. El dinero, medio indispensable para el intercambio social, puede ser absolutizado por el deseo como finalidad vital y en ese punto convertirse en droga ponzoñosa. Lo mismo le ocurre al sexo, otro medio que tiende a inflarse en fin. Esa droga es del tipo de la que bebía el doctor Jekyll para convertirse en Hyde: transforma al que la toma en homúnculo procaz y deforme, capaz de atropellar a quien se le cruce en el camino, aunque sea una niña desvalida. Sus adictos nos suelen producir más repugnancia que compasión, aunque en puridad también la merecen. Pero ¿cómo compadecer a Trump, ese payaso siniestro, o a la caterva de felones que vemos en el banquillo por las causas de corrupción? Pero también la envidia envenena. Incluso entre quienes van a insultarles a la puerta del juzgado sospecho que hay más de un indignado no tanto por la sucia rapiña sino porque sea otro quien haya tenido la ocasión de forrarse sin trabas como él mismo sueña… De la envidia a la admiración: ¡el millonario presidente!

Y frente a los poseídos por esa ilusión intangible (nada menos material que el dinero, Schopenhauer lo llamó “felicidad abstracta”), los auténticos materialistas buscan las riquezas verdaderamente indispensables. Las descubrieron sea al verse desposeídos por la catástrofe de comida, agua, cobijo, familiares o medicinas, como en Haití, en Alepo, etcétera… sea guiados por la razón y el sentimiento hacia los bienes que valen más allá de las tarifas bancarias: arte, amistad, conocimiento, amor. Aunque por mucho que intentemos prevenirnos del contagio, de vez en cuando todos somos intoxicados.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/11/11/opinion/1478875911_290034.html

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Entrevista a Claudio Rama: «Es necesario recuperar la etica universitaria»

31 Julio 2016/Fuente:claudio-rama.blogspot.com /Autor:Javier Lorca
Los procesos de mercantilización y transnacionalización están transformando las universidades. Para Claudio Rama, uruguayo, doctorado en Ciencias de la Educación, el nuevo escenario configura una tercera reforma, después de aquella primera que –desde Córdoba en 1918– propició la autonomía, la gratuidad y el cogobierno y de una segunda que –desde mediados del siglo XX– comenzó a masificar la formación superior bajo un modelo dual de universidades públicas y privadas. En esta entrevista, el ex director del Iesalc-Unesco, autor del libro La tercera reforma de la educación superior en América latina (Fondo de Cultura Económica), describe el nuevo fenómeno y reclama una recuperación ética de los principios universitarios.
–¿Cree que está agotado el modelo de universidad autónoma y cogobernada?
–La discusión por la autonomía tiene 800 años y va a seguir 800 más. Sobre la idea de autonomía del saber respecto de los poderes religiosos y de los Estados se fueron estructurando las universidades y se fueron conformando los marcos normativos. Hoy, algunas características de la autonomía se están transformando y hay muchos elementos que no van a volver. La capacidad de la universidad de evaluar ella misma su calidad parecería que la sociedad ya no la acepta, prefiere organismos independientes de evaluación. El establecimiento de criterios de ingreso diferenciados genera muchas discusiones y en muchos países empiezan a establecerse parámetros nacionales para evitar desigualdades. También está cambiando la autonomía del financiamiento. Y algunos países discuten el modelo que reúne en un solo consejo académico atribuciones ejecutivas, legislativas y judiciales: es decir, la concepción de la reforma donde un mismo consejo decide la norma, la aplica y es tribunal de alzada ante un reclamo, un modelo que no tiene relación con el espíritu republicano de separación de poderes.
–¿Las universidades están reproduciendo las desigualdades sociales?
 –Sería imposible que las instituciones educativas por sí mismas pudieran revertir desigualdades económicas y culturales, de acceso a la tierra, de la propiedad de medios productivos. América latina es una sociedad desigual, dentro de un sistema mercantil que genera desigualdades a nivel mundial. No creo en la utopía de que la universidad pueda resolver esas desigualdades. Otro tema es si las incrementa. Los estudios han constatado que en casi todos los países, más allá de los sistemas de acceso, la distribución de los sectores sociales dentro de la universidad no representa a todos. En América latina, desde los ’70, todos los estudios muestran que los sectores sociales que tienen mayor facilidad para ingresar son los que tienen un stock más alto de capital cultural y esto se relaciona con el acceso a la educación media. Los hijos de universitarios tienden a ser universitarios. Pero, como hay un proceso de masificación, se va reduciendo de algún modo esa inequidad.
–Pero esa masificación implica importantes diferencias de calidad entre las universidades.
 –La mayor demanda de estudios universitarios, las desigualdades sociales, las restricciones presupuestarias y la diferenciación de mecanismos de ingreso han producido una notoria diversificación de los niveles de calidad en las universidades, dentro de un sistema que hasta las décadas del ’60 y ’70 mantenía un nivel homogéneo. Esa diferencia de calidad está asociada a circuitos sociales también diferenciados. O sea que una persona de bajos ingresos no logra ingresar a la educación superior y, si lo logra, ingresa en una institución de menor calidad, que luego le va a significar ingresos laborales menores.
–¿Qué cambios supone “la tercera reforma de la educación superior”?
 –La tercera fase se define por la internacionalización y por la injerencia estatal. A través de las agencias de evaluación de la calidad o de los ministerios, los Estados reducen la autonomía de la universidad pública y la libertad de mercado de la privada. Donde antes había dos actores institucionales, el público y el privado, ahora hay también actores internacionales. La matrícula de alumnos ya no está localizada nacionalmente. Cada vez más estudiantes se forman en la educación virtual, cada vez más alumnos migran, muchos directamente estudian para migrar. Cada vez más docentes se mueven en ambientes multiculturales, viajan para dar clases y conferencias, o son tutores a distancia. Vemos la creciente presencia de instituciones extranjeras en nuestros países, en forma presencial o virtual. Es una nueva realidad, la aparición de una educación sin fronteras, que marca una compleja situación y es una derivación del conocimiento global. Esto se da en el nivel de grado y, sobre todo, en el de posgrado. Hay 50 mil campos disciplinarios a nivel mundial, los países no pueden brindar esa cantidad de saberes y carreras. También los intereses dejan de ser nacionales. La destreza de un estudiante de Medicina africano que se va a dedicar al HIV, ¿le interesa sólo al Africa o a todo el mundo? ¿Y un veterinario en Asia, donde hay fiebre aviar? En esta irrupción veo el pasaje de una educación de segunda generación, que sólo les compete a los Estados nacionales, a una educación que se vuelve un derecho de tercera generación y le interesa a la comunidad internacional. Sin duda sigue habiendo demandas, pertinencias y saberes locales, pero lo internacional empieza a ser dominante.
–¿Cómo incide en este proceso la mercantilización educativa?
 –Más allá de que los actores internacionales tengan un origen público o privado, actúan siempre mercantilmente. La Universidad de París I se instaló en Doha y ahí cobra matrícula: en París claro que no cobra. El proceso de internacionalización ocurre en el marco de un sistema capitalista con una enorme competencia por los saberes. Europa ha alertado sobre el drenaje hacia Estados Unidos de sus profesionales altamente calificados. Africa ha planteado que su sistema universitario debería tener financiamiento europeo, porque de cada cinco egresados del Africa subsahariana, cuatro se van a Europa. Hay problemas de pérdida de capital humano en muchos países. Es un escenario complejo porque estamos en una etapa transicional, el exceso de suministro produce ofertas de baja calidad sin control. ¿Cómo garantizar la calidad si hay 50 mil disciplinas y la renovación de saberes se produce cada cuatro o cinco años?
–¿Por qué reclama una recuperación de la ética universitaria?
 –La mercantilización de los saberes pone en juego la ética. Tenemos falsificación de títulos, estudiantes que copian trabajos de Internet, profesores que inventan sus currículums… Es necesario recuperar la ética universitaria porque las banderas y los principios de la universidad se han ido deteriorando y hoy requieren un aggiornamiento, una reetización. En algunos países, los hijos de los profesores tienen facilidades para ingresar a la universidad. En otros países, las remuneraciones de los rectores de universidades privadas son inmorales. Más allá de los valores que va introduciendo el mercado, la sociedad debe sostener a la universidad como una institución de referencia ética, donde se desarrollen enfoques y visiones no mediadas por intereses particulares.
Fuente de la entrevista: http://claudio-rama.blogspot.com/2007/02/entrevista-es-necesario-recuperar-la.html
Fuente de la imagen: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/51/Etica9.png
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Pisa: 32,9% de alumnos ha repetido a los 15 años en España por el 12,4% de media en OCDE

OCDE/19 de julio de 2016/

La OCDE plantea en este IV Informe del año 2012 un análisis en relación a: ¿qué hace de la escuela un entorno exitoso? Acaso ¿los Recursos, las políticas o las prácticas?

En este sentido, dotar a las personas con las habilidades necesarias para alcanzar su pleno potencial es propiciar su participación en un mundo cada vez más interconectado con la economía mundial, facilitando, por ende, mejores puestos de trabajo en una vida mejor es una preocupación central de los políticos alrededor del mundo. En relación a este particular, se ofrecen cifras aportadas por el estudio PISA donde se arroja que un 32,9% de alumnos han repetido a los 15 años en España por el 12,4% de media.

Entendiéndose con ésto que tienen pocas habilidades, las cuales limitan severamente el acceso a una mejor remuneración y gratificaciones sociales.

Se puede leer el informe completo (en su idioma original), en el siguiente link:

http://www.mecd.gob.es/dctm/inee/internacional/pisa2012/pisa2012volivinternacional.pdf?documentId=0901e72b8178af65

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El mercadeo de la música de la marginalidad

Por: Allan Bolívar

Escasos son los ámbitos de la vida de los humanos contemporáneos que no se encuentran expuestos a la mercantilización. Su fuerza de trabajo, sus cuerpos, ideas, potencialidades, arte, su cultura, se encuentran en venta al mejor postor. Nuevamente es la cotización en el mercado la que determina en el caso de la música, cómo se hace, cómo se viste, cómo suena y que debe decir o callar. Es el caso de la Champeta (1) criolla, música de la marginalidad, transformada para ser mejor vendida en un mercado en expansión.

Los «champetuos urbanos»

Brilla el sol y clima de enero ya no es el de Bogotá, la ciudad ha dejado atrás el frío pero también las fiestas decembrinas. Sus pobladores regresan al trabajo formal, al informal, al rebusque, a la brega por un peso para completar el diario, pero, así y todo, continúa sonando en las discotecas y principales emisoras el retumbar de un género musical encubado en el Caribe colombiano y que por segunda oportunidad se expande a pasos agigantados por el país y Latinoamérica.

Estamos ante la Champeta criolla, hija de las barriadas populares de ciudades como Barranquilla y Cartagena, donde este género musical en sus inicios y primeras fases se desarrolló entorno a las notas de la vida, expresando el pensamiento y los sentimientos de millones de ciudadanos en condición de exclusión y marginación; entonación perdida pues en las décadas que sobrevendrían sería tomada por el espíritu mercantil de difusores y promotores que limpiarían al género de toda capacidad de comunicar rebeldía.

Poco a poco, con el poder del mercado, la originaria champeta fue maquillada con los rubores de los nuevos ritmos afro caribes, dotada de una mayor calidad sonora (mejores estudios, mejor trabajo de producción), depurada de toda facultad de expresar cualquier tipo de contradicción y rebautizada con el nombre de Champeta urbana, como si nunca hubiera sido urbana en su gestación.

Maquillaje, comercialización que también también embalsamó a sus expositores más conocidos, entre ellos Mr. Black, El Twister y Kevin Flórez, quienes lucen atuendos muy particulares en los videos que pueden verse sintonizando los principales canales musicales del país. Cantantes, actores, vestidos fundamentalmente de suéteres, gorras, joyas (argollas, anillos, gruesas cadenas, finos relojes), chaquetas que les otorgan un estilo bastante parecido al de los contantes de reggaeton. Tampoco están ausentes los carros y las mujeres de «alta gama» que bailan al compás de sus canciones. Todo esto en nada es parecido a la forma en que lucía o realizaba sus videos Jhon Jairo Sayas, conocido como «El Sayayim», sepultado entre champetas y llantos el 18 de julio del 2012.

Muere el Saya, muere mucho de lo marginal

Era un medio día caluroso y brillante en Cartagena. El cortejo fúnebre se desplazaba poco antes de la dos de tarde por la avenida Pedro de Heredia, rumbo al Cementerio Central Jardines de Paz. Estaba hecho de personas que caminaban, autos, decenas de mototaxistas que unas veces lloraban, otras reían y siempre entonaban las canciones del ídolo que, aunque muerto, cantaba con su voz amplificada por potentes equipos de sonidos que retumban desde automóviles y camionetas. https://www.youtube.com/watch?v=irDyLgXAC_Q

Éste joven cartagenero, habitante del sector «El Taconazo» del barrio Olaya Herrera, fue quien vistió de gala al género musical de las barriadas populares de la ciudad, llevándolo a muchas de las emisoras del interior y de países como Venezuela y Panamá. La Champeta en su modalidad criolla, es decir, nacional, cantada en «cartagenero», con baile propio y «manera de ser», surge de la mano de la generación de cantantes que lideraba «El Saya» también integrada por otros solistas cómo «El Jonky», «El Afínaito», el antiguo «Mister Black» y «Álvaro el Barbaro».

Esta camada de jóvenes intérpretes fue la encargada de moldear la identidad del género en su dimensión urbana: fueron los que establecieron la simbiosis solista – picó (2), los primeros en obtener contratos con las grandes disqueras, los primeros en anotar «hits» de relevancia en las emisoras de ciudades como Bogotá y Medellín. Sería bastante injusto no reconocer el aporte de los padres fundadores de la Champeta entre los que se encuentran Justo Váldez, Viviano Torres y Charles King, así como la influencia preponderante en el surgimiento del género del Palenque de San Basilio que para estos efectos funcionó cómo un enclave de África, de donde se toma la matriz musical en que enmarca el golpe criollo del picó.

Pero si nos remitimos a la Champeta criolla, a la de la barriada, a la que se vacila con las camisas multicolores y zapatos Nike o Adidas en el picó al que se va con las «leas», en el que se salta al ritmo de la música y se toma solo la mitad de la cerveza (la otra mitad para esparcirla en el aire) y en el que eventualmente se forma una que otra «chambrana», debemos necesariamente remitirnos a estos jóvenes que algunos años antes del inicio del siglo XXI –cantando lo que en mi opinión es la música de los más excluidos, de los sin voz, de los que no poseen el atuendo o la «cultura» para ser escuchados–, lograron precisamente hacerlo con docenas de decibeles y por todos los rincones de esta nuestra querida y excluyente Colombia.

Antes de estos jóvenes se imponía el ritmo de champetas provenientes de países como Zaire, Nigeria y Burkina Faso, traídos en la década de los sesenta y setentas por marinos cartageneros que visitaron las costas del África o intercambiaban con marineros de dicho continente. Muchos de estos Long play’s aún reposan en los escaparates de los coleccionistas de ciudades cómo Barranquilla y Cartagena que conservan en estos vinilos ritmos africanos cómo ju ju, Soukus y Soweto. Algunas de las champetas africanas que hacen parte del repertorio que llegó, hizo historia y se diseminó en diásporas de influencias para el género urbano, como: «La muha» http://www.youtube.com/watch?v=AXhVO0itSjs , «El satanas» http://www.youtube.com/watch?v=6mdVZcJBNAM , «El aquien» http://www.youtube.com/watch?v=7AAKPbjatGw , nombres criollos que fueron dados a champetas africanas cuyas letras no se alcanzaban a comprender, casi una metáfora lingüística del proceso de criollización que sobrevendría a estos primeros intentos por digerir el precipitado musical de espíritus de hombres de una misma constitución separados desde épocas inmemorables por la esclavitud y las cadenas del imperio ultramarino español.

En lo que considero una primera fase de criollización se recuerda cariñosamente al cantante Elio Boom quien con su famosa canción «La turbina» http://www.youtube.com/watch?v=XpYYCd5hd-s  abre el camino a principios de los noventa para que se empiece a cantar imitando a los africanos; luego vendrían las canciones en español cómo «Carlitos» http://www.youtube.com/watch?v=X8u0zdGzyU,  «Los caballeros del zodiaco»https://www.youtube.com/watch?v=u9j02d0_Vg0  y «El pato donald» http://www.youtube.com/watch?v=ZDJnAmVQiBY.  Es la camada de champetudos que lideraba el desaparecido Saya, la misma que se encarga de revestir a la champeta en paños menores de mayor musicalidad, contenido social y sentimental a sus letras, contando situaciones, cantando al desamor o a la traición. Son muy recordadas canciones cómo «los trapitos al agua» https://www.youtube.com/watch?v=ZWzIUEVLVA0 , «Cipriano» https://www.youtube.com/watch?v=IgeW3S2UG_w , «la suegra voladora» http://www.youtube.com/watch?v=Hso9BY-Xj1I , «Paola»http://www.youtube.com/watch?v=-DM6Y66-B9c , «La Fiscalía» https://www.youtube.com/watch?v=9dlS5K70RdU , «Braulio el templao»  https://www.youtube.com/watch?v=3oTIH_3tc3U , «Tras las rejas»https://www.youtube.com/watch?v=oHIEjx_D834.

Emerge la «Champeta urbana»

Desde entonces la champeta no sería igual, ya que en adelante estaría dotada de público y hablaría con elocuencia y muchos decibeles retando con sus movimientos sensuales y bailes «amazizados» las jerarquías impuestas por las élites, acudiendo a la sensualidad y al erotismo como armas de resistencia en contra del conservadurismo hipócrita que dictaba la supresión de este tipo de expresiones, mientras en las barriadas palpitaba el corazón al ritmo del picó y los candentes movimientos traducían el frenesí de una hipersexualidad marginalizada, condenada al oprobio. Pero resistió, la champeta resistió, aunque después de un periodo de inmersión y de pérdida de auge en el panorama musical nacional, retomaría su importancia y empezaría nuevamente a escucharse en el interior del país (hacía el 2012) pero esta vez con cambios que alterarían la naturaleza de expresión, su objeto social y su constitución como expresión popular cultural de las barriadas del Caribe.

La Champeta criolla como género musical, y como estilo de vida, se consolidó en un primer momento como una expresión que integraba elementos de resistencia social y cultural capaces de trascender lo musical: compilaba un lenguaje popular, una lectura de la sociedad desde «los de abajo», un lenguaje oral característico, tipos de actuaciones, formas de gestionar relaciones sociales y conflictos, roles de género, ideas sobre la sexualidad, el progreso, la familia. Se encontraba asociada con expresiones de resistencia social de los marginados que con su música subvertían el ordenamiento jerárquico cultural permeando «de lo bajo», «de lo inferior», «de lo champe» a todos los estratos, mientras construía un lenguaje, un territorio y una identidad que hacía de su meca el picó.

¿Tiempo pasado? Ahora un nuevo estado de cosas parece estar configurándose a partir de un movimiento de mercantilización del género que está haciendo de los antiguos picós sofisticados sistemas de sonido cuyos toques, por el precio de la taquilla, están dejando cada vez más pela’os por fuera de los escenarios. Está alterando la manera en que originalmente se relacionaba el solista con el picó, y la relación de ambos con medios de difusión, catapultando a los cantantes por fuera de la matriz de difusión constitutiva, por fuera de los barrios, de la ciudad, del país, haciendo poderosos a antiguos difusores locales como «El Chawala» [http://www.eluniversal.com.co/suplementos/facetas/chawala-la-mente-detras-del-rey-de-rocha-182920]. Comienzan a aparecer en los vídeos las joyas, los autos de alta gama, las mujeres «fetiche», los lugares del primer mundo, el derroche, el consumo y la futilidad de letras sociológicamente insípidas, popularmente insignificantes.

Los empresarios de la música se están tomando por asalto el género ante la mirada impávida de muchos que en la década de los noventas crecimos junto a ella, viéndola tomar forma y arraigo en las ciudades del Caribe. Creo que han venido a buscar la potencia creadora que encuentran en los estratos bajos pues carecen (al ser esencialmente imitadores) de mucha creatividad. Se han topado con manifestaciones culturales, sobre las que antes habían escupido o explotado parcialmente, transformándolas en híbridos susceptibles de ser vendidos sosteniblemente en el mercado a estratos medios y altos que adoptan los nuevos artefactos culturales como exóticos pero «bien», popularmente chic’s, algo que no los mancha si lo consumen pues ya han sido depurados de toda su carga de contradicciones, cuestionamientos, neutralizados como alternativas insurgentes de identidad.

Surge un nuevo tipo de Champeta que está dejando atrás el mercado de Bazurto como epicentro de su difusión, se anuncia con los carteles multicolores de «El Runner» pero este ya no es su principal mecanismo de difusión, aunque se baile y se escuche se presenta poco conectada con el barrio, construye una sintaxis cultural que poco o nade tiene que ver con él, pero que está configurando un discurso basado en símbolos de progreso material, de consumo, susceptibles de hacer una nueva interconexión. Ésta variación de la champeta, que en adelante caminará con el mercado, tiene vocación de hegemonía, pues pretende apropiarse del nombre disolviendo en sí misma el resto de las expresiones de las barriadas que siguen bastante próximas a las originarias y son el testimonio viviente de que aún no está todo perdido.

Aunque ya la champeta de Kevin Flórez, Mr. Black, el Twister, entre otros, la conciben, piensan, hacen, difunden y venden en espacios que poco o nada tienen que ver con su constitución y rol original (escuchar/ver audio de la Orejera Espeluca https://www.youtube.com/watch?v=gWrndIgmJ6E  y vídeo del la nueva versión del Twisterhttps://www.youtube.com/watch?v=ammLFf6fPQc),  este tipo de champeta lleva traslapada consigo prácticas y expresiones populares que la nutren de creatividad. Son formas de hacer y de vivir la champeta, de construir picós caseros, de amenizar verbenas callejeras, de improvisación en el baile y en el canto que pueden verse en barrios del Caribe como La Chinita (Barranquilla), Pescaito (Santa Marta) y Olaya (Cartagena). Prácticas resilentes a la comercialización, al alcance de la creatividad de poblaciones que carecen de dinero, pero nunca de recursos creativos para construir identidades que siguen siendo para muchos «boletas», «orilleras», marginales, para otros, minas de oro por depurar, para luego negociar en el mercado de la música e instituir como la «Champeta urbana» efectiva, original.

Paz en la tumba del Sayayim. Ojalá las nuevas generaciones no olviden su legado.

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La Universidad Trump, acusaciones de fraude que ponen en apuros al magnate

MundoHispanico/10 de junio de 2016

La publicación de cientos de documentos sobre las técnicas agresivas y sin escrúpulos usadas en la Universidad Trump pone en apuros al virtual nominado republicano Donald Trump, que podría tener que testificar por fraude el 28 de noviembre, poco después de las elecciones presidenciales.

El juez Gonzalo Curiel ordenó el viernes la publicación, antes del 2 de junio, de más de mil páginas de escritos judiciales sobre la Universidad Trump debido al interés público que puede tener el caso, abierto en 2010 en la corte del distrito Sur de California, con sede en San Diego.

El polémico proyecto educativo podría cruzarse en el camino hacia la Casa Blanca del magnate, que ha construido su campaña presidencial sobre su reputación como exitoso hombre de negocios.

“Donald Trump en sí mismo es un fraude”, consideró hoy en un acto en Nueva Jersey la demócrata Hillary Clinton, posible contrincante de Trump para la Presidencia y al que acusó de tratar de “estafar” a Estados Unidos de la misma forma que engañó supuestamente a los alumnos de su proyecto educativo.

Los centenares de documentos publicados hasta ahora, en respuesta a una petición del diario The Washington Post, retratan a la Universidad Trump como un negocio sin escrúpulos que presionaba a sus estudiantes para que adquirieran cursos sobre negocios inmobiliarios y finanzas con matrículas de casi 35.000 dólares.

“En la Universidad Trump enseñamos el éxito, de eso se trata todo, del éxito y eso puede ocurrirte a ti”, asegura el magnate en uno de los anuncios del centro, que abrió en 2005 y en 2010 tuvo que cambiar su nombre a “Trump Entrepreneur Initiative” dado que no contaba con una licencia para ser universidad.

Hasta 80.000 personas acudieron a los cursos gratis de iniciación de la Universidad Trump en los que los profesores presionaban a los estudiantes a inscribirse por 9.995 dólares en el curso “bronce”, por 19.495 dólares en el curso “plata” y por 34.995 dólares en el curso “oro”, según los escritos judiciales.

“La Universidad Trump prometía a sus alumnos que les ayudaría a hacer dinero, pero en realidad la Universidad Trump solo estaba interesada en vender a cada persona el curso más caro que podía”, afirma Ronald Schnackenberg, que trabajó para el centro entre octubre de 2006 y mayo de 2007.

En una declaración jurada, Schnackenberg asegura que la Universidad de Trump era “fraudulenta” y “se aprovechó de las personas mayores y sin educación para despojarlos de su dinero”.

Las acusaciones contra la Universidad Trump salieron a relucir el pasado mes de febrero cuando el senador Marco Rubio acusó a Trump de comenzar una “universidad falsa” durante un debate del proceso de primarias republicanas en Houston (Texas).

Entre los escritos publicados recientemente destacan testimonios como el de Schnackenberg y una serie de “manuales de estrategias” que servían de guía a los profesores para hacer publicidad.

Uno de esos “manuales de estrategias” recomienda clasificar a los estudiantes por su liquidez financiera, pero insta al personal a no dejar de vender cursos a los alumnos con menos ingresos.

“El dinero nunca debe ser una razón para no inscribirse en la Universidad Trump”, dice uno de los manuales, en el que se da instrucciones al personal para vender las clases, incluso a individuos escépticos y reacios, apelando directamente a sus necesidades psicológicas.

De esta forma, el centro da instrucciones sobre cómo guiar al comprador a través de una “montaña rusa de emociones” para que adquiera los cursos.

El magnate, que llegó a ser propietario del 93 % de la compañía, se ha defendido de las acusaciones, ha asegurado varias veces que muchos de sus alumnos están satisfechos y ha acusado al juez Gonzalo Curiel de estar en su contra por “ser de origen mexicano”.

En realidad, Curiel nació en el estado de Indiana (medio oeste de EEUU), según el registro de jueces federales del Gobierno.

Además del caso de Curiel en California, el magnate se enfrenta a otra investigación iniciada en 2013 por el fiscal general del estado de Nueva York, Eric Schneiderman, que afirma que la Universidad Trump defraudó 40 millones de dólares a más de 5.000 personas.

El juicio en California está fijado para el 28 de noviembre y el juez Curiel ha reclamado la presencia del magnate, mientras que en Nueva York una corte de apelaciones a finales de abril determinó que el proceso contra Trump debe seguir adelante, aunque todavía no se ha fijado fecha para el juicio.

Los registros de las cortes federales muestran que, desde principios de la década de 1980, Trump ha sido demandado al menos 150 veces y la mayoría acabaron con final feliz para el magnate.

Esta vez las demandas de fraude, publicidad engañosa y falsas promesas podrían agriarle la fiesta al candidato, no solo por las consecuencias judiciales sino por las repercusiones políticas que podría tener un juicio tan cerca de las elecciones presidenciales.

http://mundohispanico.com/noticias/la-universidad-trump-acusaciones-de-fraude-que-ponen-en-apuros-al-magnate

 

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Sindicatos de África oriental se unen contra el flagelo de la privatización de la educación

Los líderes de las organizaciones afiliadas Internacional de la Educación en África oriental se reunieron en Kampala, Uganda, para coordinar su respuesta a la creciente comercialización y privatización de la educación que  se extiende por el continente.

18 de mayo de 2016/ Internacional de la Educación

Los líderes sindicales de los afiliados de la Internacional de la Educación (IE),procedentes de Burundi, Kenia, Ruanda, Tanzania, Uganda y Zanzíbar compartieron sus experiencias nacionales y desarrollaron una comprensión más profunda de la respuesta global de la IE a la creciente comercialización y privatización de la educación. La reunión se llevó a cabo los días 15-16 de mayo en Kampala, y fue patrocinado por la Unión Danesa de Profesores (DLF ).

Las campañas nacionales

Los participantes llegaron a la conclusión de que la comercialización y la privatización de la educación es la mayor amenaza para la realización del objetivo de desarrollo sostenible (SDG) 4: «la educación inclusiva de calidad y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos». Se comprometieron a volver a sus paises con una renovada determinación para desarrollar e implementar campañas nacionales destinadas a exponer y revertir las políticas del gobierno que permiten, facilitan y fomentan la comercialización y privatización de la educación. Un objetivo clave de estos planes nacionales de campaña será garantizar que los gobiernos implementen y hagan cumplir un marco legislativo necesario para proteger y promover el derecho de todos los estudiantes a la educación pública gratuita y de calidad.

KNUT: La desigualdad de la privatización

«La privatización es un cáncer que debe ser eliminado de África», dijo Wilson Sossion, Secretario General de la Unión Nacional de Docentes de Kenia (KNUT) y Presidente del Comité Regional para África de la IE. «Representa una afrenta a los derechos de los niños.Se impulsará y profundizar la desigualdad «.

UNATU: La comercialización de un «virus»

Estos puntos de vista fueron repetidas por Julieta Wajega, Vicesecretario General de la Unión Nacional de Docentes de Uganda (UNATU). Dijo comercialización de la educación es un «virus» que está consumiendo la educación en Uganda y que está obstaculizando el logro de SDG 4, un requisito previo para la consecución de todos los objetivos de SDG. «A medida que los sindicatos de docentes, tenemos que movilizar para rodear y paralizar este virus hasta exterminarlo».

TTU: Construir alianzas

Yahaya Msulwa, secretario general del Sindicato de Maestros de Tanzania (TTU), reconoció la magnitud del desafío y la influencia de los grandes actores globales que impulsan la comercialización de la educación. Se recordó a los líderes que deben construir alianzas con actores de la educación de ideas afines y centros de trabajo nacionales para fortalecer su capacidad de ejercer presión con éxito para apoyar la educación pública gratuita y de calidad para todos.

ZATU: La insuficiencia de fondos de la educación pública

Las discusiones también se centraron en la necesidad de que los gobiernos cumplan con su obligación de financiar adecuadamente y adecuadamente la educación pública. En demasiados casos, las escuelas públicas están siendo privadas de los recursos que necesitan para allanar el camino para la privatización. Daud Mussa Tafurwa Omar, Secretario General de la Unión de Maestros de Zanzíbar (ZATU), dijo: «El problema es la educación pública carece de fondos suficientes. En consecuencia, existe una infraestructura deficiente y la falta de materiales de enseñanza y de aprendizaje en la escuela. Hay un número insuficiente de maestros «.

La falta de voluntad política

Los líderes sindicales rechazaron como reclamaciones huecas sobre un déficit de financiación cuando se trata de la educación de calidad para todos los fondos. En su lugar, se identificó una falta de voluntad política como la cuestión. Estaban horrorizados al saber que las nuevas estadísticas publicadas por Oxfam Internacional muestran que más dinero deja de África ilegalmente que toda la ayuda proporcionada.

Angelo Gavrielatos, director del programa para la respuesta mundial ha subrayado que las lagunas fiscales y los paraísos fiscales deben estar cerradas. «La comunidad internacional debe actuar para poner fin a este flagelo que está negando a los niños de África, los recursos que necesitan y merecen», dijo.

Fuente: http://www.ei-ie.org/en/news/news_details/3963

Fecha de publicación en OVE: 23 Mayo 2016

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