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La pandemia es un ultimátum ante el cambio climático, dice la Organización Meteorológica Mundial

El clima extremo combinado con la covid-19 fue un doble golpe para millones de personas en 2020, pero ni siquiera la desaceleración económica causada frenó el calentamiento global, y sus impactos cada vez se aceleran más, aseguró un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) divulgado este lunes 19.

Petteri Talas, secretario general de esa agencia de las Naciones Unidas, dijo que “tenemos 28 años de datos que muestran aumentos significativos de temperatura en la tierra y el océano, aumento del nivel del mar, derretimiento de hielo marino y glaciares, y cambios en los patrones de precipitación”, en todo el planeta.

La década 2011-2020 fue la más cálida de la historia, 2020 uno de los tres años más calientes, y la temperatura media mundial estuvo 1,2 grados Celsius por encima del nivel preindustrial (1850-1900), siendo que la meta mundial, ante el creciente calentamiento, es no pasar de,15 grados antes del año 2050.

Al presentar el estudio “El estado del clima mundial”, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que “en este informe se demuestra que no hay tiempo que perder. El clima está cambiando, y los impactos ya son demasiado perjudiciales para las personas y el planeta. Es indispensable adoptar medidas este año”.

“Tenemos 28 años de datos que muestran aumentos significativos de temperatura en la tierra y el océano, aumento del nivel del mar, derretimiento de hielo marino y glaciares, y cambios en los patrones de precipitación” Petteri Talas.

El informe precede una cumbre virtual de líderes sobre el tema, que se realizará los días 22 y 23 de abril, y la 26 sesión de la Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático (COP 26), prevista para noviembre próximo en Glasgow, Reino Unido.

En 2020, la covid agregó una dimensión nueva a los peligros meteorológicos, climáticos y los relacionados con el agua, impactando la salud y el bienestar humanos, explica el informe.

Las restricciones de movilidad, las recesiones económicas y las perturbaciones del sector agrícola exacerbaron los efectos de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos a lo largo de toda la cadena de suministro de alimentos.

Eso elevó los niveles de inseguridad alimentaria y ralentizó la prestación de asistencia humanitaria. La pandemia también interrumpió las observaciones meteorológicas y complicó los esfuerzos de reducción del riesgo de desastres.

La desaceleración económica deprimió temporalmente las nuevas emisiones de gases de efecto invernadero (causantes del calentamiento global), pero no tuvo un impacto perceptible en las concentraciones atmosféricas.

Las concentraciones de esos gases aumentaron en 2019 y 2020, las de dióxido de carbono superaron las 410 partes por millón (eran 280 ppm en el siglo XVIII). Si  siguen ese patrón podrían alcanzar 414 ppm en 2021.

Más de 80 por ciento del área oceánica experimentó al menos una ola de calor marina en 2020, y el nivel promedio del mar ha aumentado a un ritmo mayor en parte debido al mayor derretimiento de las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida.

Solo en Groenlandia la pérdida de hielo por desprendimiento de icebergs batió los récords de 40 años. En total, se perdieron unas 152 gigatoneladas de hielo de la capa de hielo de Groenlandia entre septiembre de 2019 y agosto de 2020.

En 2020 se produjeron fuertes lluvias e inundaciones en gran parte de África y Asia, y en contraste una severa sequía afectó a muchas partes del interior de América del Sur, como el norte de Argentina, Paraguay y las áreas fronterizas de Brasil y Uruguay, con pérdidas cercanas a 3000 millones de dólares.

En el Ártico siberiano y en Australia las altas temperaturas se acompañaron de incendios forestales, y en Estados Unidos los incendios más grandes jamás registrados ocurrieron a fines del verano y otoño.

El Valle de la Muerte en California, Estados Unidos, alcanzó los 54,4 grados centígrados el 16 de agosto, la temperatura más alta conocida en el mundo en los últimos 80 años.

Con 30 tormentas con nombre, la temporada de huracanes del Atlántico Norte tuvo la mayor cantidad registrada de la historia de estos fenómenos, y al otro lado del planeta, el ciclón Amphan fue el más costoso registrado en el norte del océano Índico, con pérdidas solo en India de 14 000 millones de dólares.

Más de 50 millones de personas se vieron doblemente afectadas en 2020 por desastres relacionados con el clima (inundaciones, sequías y tormentas) y por la pandemia, incluidos fuertes desplazamientos de comunidades enteras en América Central, África y el sureste de Asia.

Los países “deben comprometerse a lograr emisiones netas de valor cero, a más tardar, en 2050. Deben presentar planes nacionales sobre el clima ambiciosos con suficiente antelación a la COP 26. Y deben actuar ahora para proteger a las personas contra los efectos desastrosos del cambio climático”, urgió finalmente Guterres.

Fuente: https://rebelion.org/la-pandemia-es-un-ultimatum-ante-el-cambio-climatico-dice-la-organizacion-meteorologica-mundial/

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Libro (PDF): Planes nacionales en derechos humanos. Debates y reflexiones sobre experiencias latinoamericanas

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Los textos reunidos en este libro dan cuenta de las tensiones y desafíos a la hora de generar políticas públicas en derechos humanos que sean inclusivas, que respondan a parámetros de participación ciudadana eficaces y con incidencia. También muestran la tensión observada ‒una vez más‒ entre el corto y el largo plazo: las temporalidades de los gobiernos y de los Estados. Asimismo, en estos escritos tenemos en cuenta el análisis de contextos y políticas desde el enfoque de derechos humanos que nos permite detectar que, con mucha frecuencia, los Planes de esta naturaleza ‒en tanto herramienta provista por instancias internacionales de protección‒ no terminan de ser implementadas en el nivel nacional o subnacional, sino que muchas veces se construyen como modos de “agradar” a las agendas internacionales, más que como formas de convocar e interpelar a los pueblos en iniciativas colectivas de transformación. Por ello, intentamos construir propuestas interpretativas que permitan analizar críticamente ‒y también fortalecer‒ a los planes de derechos humanos en estos caminos ambiguos de formulación, puesta en práctica y evaluación, porque creemos que estas políticas integrales y transversales son, o pueden ser, instrumentos para construir sociedades más justas e incluyentes, pero requieren trabajo y compromiso de largo alcance.

Autoras (es):
Victoria Kandel. Laura Gottero. Verónica Jaramillo. [Compiladoras]

Victoria Kandel. Laura Gottero. Verónica Jaramillo. Laura Pautassi. Eduardo C. B. Bittar. Hermes Corrêa Dode Junior. María de los Ángeles Villaseca Rebolledo. Enrique Azúa Herrera. Gabriel Adelfo Riaño Prieto. Gina Benavides Llerena. Javier Arcentales Illescas. Adriana Sletza Ortega Ramírez. José Luis Sánchez Gavi. Claudia Lovón. Cécile Blouin. Bruce Barnaby. Macarena Gómez Lombide. Ana Laura Piñeyro Jardim. Natalia Naz. Fernando Fischman. Wenseslao Martín. Jeremías Pérez Rabasa. Remo Carlotto. [Autoras y Autores de Capítulo]
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Editorial/Edición: CLACSO. UNLa.

Año de publicación: 2021

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-887-8

Idioma: Español

Descarga: Planes nacionales en derechos humanos. Debates y reflexiones sobre experiencias latinoamericanas

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2341&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1505

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Investigación: Los tres grandes retos demográficos del siglo XXI- Ángeles Sánchez Diezs

El número de habitantes en el mundo decide y define el desarrollo de las sociedades. Las megaciudades, las migraciones y el envejecimiento de su población son hoy factores clave. Gestionarlos desde la política marca el futuro.

En el siglo XXI el mundo se enfrenta a intensos desafíos demográficos. No obstante, a lo largo de la historia, siempre ha estado presente la preocupación por las implicaciones de los cambios demográficos en el desarrollo de las sociedades.

Autores como Malthus ya alertaron en el siglo XIX de los riesgos del crecimiento de la población. Más recientemente, científicos y organismos internacionales han centrado sus análisis en las vinculaciones entre las dinámicas demográficas y la sostenibilidad.

MÁS INFORMACIÓN

La población mundial ha pasado de 200 millones, a comienzos del siglo XVII, a 1 000 millones en 1850 y 7 500 en la actualidad. Y, según el Fondo de Población de Naciones Unidas, a finales de este siglo superará los 11 000 millones. A este crecimiento hay que sumar importantes transformaciones, como el proceso de urbanización, de envejecimiento y los movimientos migratorios.

El World Economic Forum (foro de Davos), que reúne a los países y los personajes más ricos y poderosos del mundo, publica cada año un informe sobre Riesgos Globales. Año tras año aparecen el envejecimiento, la falta de oportunidades para los jóvenes, el fracaso de la planificación urbana y los movimientos migratorios involuntarios como grandes riesgos para la economía y el crecimiento mundial.

¿Dónde se concentra la población mundial y dónde crece más?

El 60% de la población mundial está en Asia, donde se encuentran algunos de los países más poblados del mundo, como China, India, Pakistán e Indonesia. Mientras, otras regiones del mundo, particularmente Europa, están perdiendo importancia demográfica. En 1950, el 21,7% de la población mundial residía en el viejo continente, en 2015 tan solo lo hacía el 10% y en 2100 lo hará el 5,5%. Pero Europa no solo pierde peso demográfico, sino que su población envejece, como se observa en la tabla.

La clave de futuro está en la dinámica demográfica de África. En 2015 concentraba el 16% de la población mundial, porcentaje que se espera que suba hasta el 39% a finales de siglo. Más de la mitad del crecimiento de la población del mundo se concentra en Nigeria, Congo, Tanzania, Etiopía, Angola y Níger.

Población mundial (en millones de personas y en porcentaje sobre el total) Fuente: elaboración propia, a partir de información pública de la División de Población de la ONU
Población mundial (en millones de personas y en porcentaje sobre el total) Fuente: elaboración propia, a partir de información pública de la División de Población de la ONU

La creciente urbanización: el éxodo del campo a la ciudad

El desarrollo de los países suele ir ligado a un proceso de industrialización que genera importantes desplazamientos del campo a la ciudad (migraciones internas). En 1950 solo el 29,4% de la población mundial vivía en zonas urbanas. Hoy día esa cifra ha ascendido al 56% y a finales de siglo será del 67%.

No obstante, la realidad en cada una de las regiones del mundo es muy diferente. Entre el 70% y el 80% de la población europea y norteamericana vive en ciudades, frente a tan solo el 40%-50% en los países de Asia y África.

El paso hacia las ciudades plantea dos importantes retos: la viabilidad de las urbes y el despoblamiento del campo.

La creciente urbanización también genera problemas: la pobreza urbana y las megaciudades, con una fuerte relación entre sí, son quizás los más importantes.

La pobreza urbana tiene su máxima expresión en infraviviendas (suburbios, poblaciones, ranchitos, favelas…), que aglutinan a personas en condiciones de vida lamentables por la falta de servicios básicos. Además, quienes habitan en esos lugares sufren una importante falta de oportunidades laborales y un alto riesgo de exclusión social. En 30 países del mundo, más del 55% de su población urbana vive en tugurios.

El otro gran problema está en la proliferación de las megaciudades. En 1980 solo había cinco ciudades con más de 10 millones de habitantes; en 2021 son ya 16. Muchas de ellas (Delhi, Shanghai, Sao Paulo, Ciudad de México, Daca) están situadas en países altamente empobrecidos, donde el riesgo de fracaso urbanístico es mayor. Estas grandes ciudades plantean problemas de congestión y saturación, que reducen la calidad de vida de sus ciudadanos e introducen fuertes tensiones medioambientales.

La preocupación por la viabilidad urbana se ha recogido en la Agenda 2030, a través del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11. Lo que se pretende es lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles. Con este fin también trabaja ONU-Habitat, que tiene a su cargo el desarrollo de una hoja de ruta para la planificación del desarrollo urbano.

El envejecimiento de la población

Aunque el proceso de envejecimiento de la población es generalizado, hay grandes diferencias por regiones. Europa y América del Norte son las zonas más envejecidas del planeta. No obstante, Asia, el continente más poblado, registra un rápido proceso de envejecimiento. En 2020 el 56,7% de su población tenía más de 65 años, frente al 44% de 1990. Hay quien afirma que China será antes un país viejo que rico.

El envejecimiento conlleva grandes retos para los gobiernos. Quizá el más importante sea mantener la sostenibilidad de los sistemas públicos de pensiones (de reparto). En las últimas décadas, la gran mayoría de los países europeos han reformado sus sistemas, con vistas a incrementar la edad legal de jubilación y el tiempo de cotización mínimo necesario para tener derecho a una pensión. Frente al sistema de reparto está el sistema de capitalización, basado en los ahorros personales de cada individuo.

No obstante, sea cual sea el modelo, la realidad es que casi un tercio de la población mundial no percibe ningún tipo de pensión, ni pública ni privada. Además, existen importantes brechas en función del nivel de desarrollo del país, pero también según el sexo del trabajador.

Tras la crisis financiera de 2009 las medidas de ajuste estructural tuvieron efectos perversos sobre las políticas sociales, particularmente para los más desfavorecidos. La actual crisis del coronavirus, al menos en un primer momento, se está gestionando con un mayor apoyo a los ciudadanos. No obstante, el incremento de los niveles de deuda y déficit en el conjunto de las economías establece un futuro incierto.

La meta 1.3 de la Agenda 2030 busca la implementación de sistemas de protección social para todos, prestando especial atención a las personas pobres y vulnerables, como herramienta fundamental para acabar con la pobreza extrema.

Los movimientos migratorios internacionales

La población migrante supone solo el 3,5% del total de la población. No obstante, las diferencias según países son muy importantes. Por ejemplo, en la gran mayoría de los países del Golfo Pérsico la población de residentes extranjeros supera el 50%.

Las migraciones son mayoritariamente intrarregionales, es decir personas que se desplazan dentro de su continente a países vecinos. Corredores como Bangladés-India, Rusia-Ucrania (y viceversa) y Kazajistán-Rusia (y viceversa) son algunos de los más importantes en el mundo.

En la Unión Europea, el tratado de Schengen, junto con otras políticas como el reconocimiento de títulos o el programa educativo Erasmus, facilita el movimiento de personas trabajadoras. Los movimientos en América se dan del sur al norte, destacando el corredor de Centroamérica-México hacia Estados Unidos.

La globalización se ha basado en la libre circulación de bienes, servicios y capitales, pero en mucha menor medida de personas. Es más, las barreras a la libre circulación de personas siguen muy presentes. La caída del Muro de Berlín, icono del fin de una era de restricciones en el movimiento de personas, no refleja la realidad. El muro México-Estados Unidos, la zona desmilitarizada entre Corea del Sur-Corea del Norte, las vallas de Ceuta y Melilla o el muro de Cisjordania son alg

unos ejemplos de las barreras físicas creadas para limitar los movimientos de personas.

Un niño palestino pasa junto a una de las pinturas del muro de Gaza.
Un niño palestino pasa junto a una de las pinturas del muro de Gaza.REUTERS

Los otros migrantes: refugiados y apátridas

Además de los movimientos de personas por razones laborales y de agrupamiento familiar, están los movimientos involuntarios o forzosos: el de los refugiados. Antes de la pandemia había 26 millones de refugiados y 4,2 millones de solicitantes de asilo.

El inicio de la guerra en Siria, en 2015, disparó el número de refugiados en el mundo. En la actualidad Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar son el origen del 68% de los movimientos forzosos. Turquía, Colombia, Pakistán, Uganda y Alemania reciben al 73% de los refugiados. A diferencia de lo que pudiera parecer, las personas se desplazan mayoritariamente a países vecinos.

La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 les otorga derechos en los países de asilo. El problema se plantea cuando se extienden los periodos en el que la persona es solicitante de asilo, y por lo tanto, sus derechos están muy restringidos.

A estos migrantes hay que sumar a los apátridas, personas a las que ningún país les concede la nacionalidad y que, por tanto, carecen de acceso a derechos básicos como educación, salud, empleo y libertad de movimiento. Algunos ejemplos de pueblos en situación de apatridia son los rohingyas en Myanmar o los nubios en Kenia, entre otros muchos.

La incertidumbre del futuro: ¿nuevas brechas?

Los retos demográficos ya eran importante antes de la pandemia, pero se han agudizado y muy probablemente se agravarán en el futuro. A medio plazo habrá que ver las repercusiones de las presiones fiscales derivadas del incremento de la deuda pública sobre políticas sociales como las pensiones.

Más incierto es si continuará el incremento desmedido de las ciudades o habrá un “retorno a lo rural”, facilitado por las oportunidades del teletrabajo. Ello dependerá de la inversión de los países para cerrar la brecha tecnológica entre lo urbano y lo rural. Sin embargo, esta oportunidad será esencialmente exclusiva de los países desarrollados.

Los inmigrantes, ya sean forzosos o voluntarios, también habrán de encontrar su espacio en un mundo con crecientes restricciones a la movilidad, que no se sabe cuánto durarán.

Ángeles Sánchez Díez pertenece al departamento de Estructura Económica y Economía del Desarrollo. Coordinadora del Grupo de Estudio de las Transformaciones de la Economía Mundial (GETEM), Universidad Autónoma de Madrid.

Fuente: https://elpais.com/planeta-futuro/2021-04-24/los-tres-grandes-retos-demograficos-del-siglo-xxi.html

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Que el mundo escuche el clamor de los refugiados. El Papa recibe a Filippo Grandi (ACNUR)

La inmigración, las guerras, el hambre, la pobreza y las pandemias son las emergencias que desde hace años provocan movimientos de poblaciones considerables hacia los países más ricos. Estas y otras cuestiones han sido abordadas en la audiencia del Papa Francisco con el Alto Comisionado del ACNUR, Filippo Grandi.

Nunca como en los últimos años la actividad del ACNUR, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, organismo fundado en diciembre de 1950, ha resultado tan esencial como en los últimos años para hacer frente a emergencias como la inmigración, la organización de campos para quienes huyen de la guerra, el hambre y las persecuciones de todo tipo. Hoy el Alto Comisionado del organismo de la ONU, Filippo Grandi, fue recibido en audiencia por el Papa Francisco. En los micrófonos de Radio Vaticano-Vatican News, Grandi destacó la difícil labor de dialogar con un mundo indiferente a las peticiones de los más pobres y vulnerables.

Comisario Grandi, la audiencia con el Papa Francisco llega en un momento difícil para toda la comunidad internacional, por razones bien conocidas, en primer lugar la pandemia. ¿Cuáles son los temas de la reunión con el Pontífice?

R. – En primer lugar, este difícil contexto internacional, en el que los grupos más vulnerables, aquellos de los que nos ocupamos -refugiados, desplazados- están especialmente expuestos, sobre todo a las consecuencias económicas de la pandemia. Luego, el contexto político también, que sigue siendo muy difícil para estas personas, también porque se ha politizado mucho, y la acogida, que debería ser un gesto humanitario, como nos recuerda precisamente el Papa Francisco, se ha convertido muchas veces en un tema de debate político. Pero también situaciones concretas: hablamos de Centroamérica, Sudamérica, especialmente del éxodo de venezolanos, Líbano: un país en profunda crisis. Y también de Europa y de la necesidad de que Europa se dote cuanto antes de un instrumento común de acogida, identificación de refugiados, integración, etc. Y debo decir que hay plena identidad de opiniones entre el Santo Padre y nosotros en estos temas.

¿Quiénes son los refugiados hoy en día? ¿Qué historias, incluso dramáticas, traen consigo?

R. – Son, según la definición histórica, personas que huyen de la violencia, la discriminación y la persecución. Y cada vez más, como ha recordado el Papa esta mañana, conflictos y guerras que parecen multiplicarse y no resolverse nunca. Y estos éxodos, estos exilios, se mezclan con otras situaciones: de pobreza, de cambio climático, de pandemias actuales. Se trata, pues, de flujos de población muy complejos y difíciles de gestionar para los gobiernos; pero sin una buena gestión, no sólo crean tensiones con las comunidades locales, que hay que resolver, sino que, sobre todo, dejan a estas personas en situaciones «suspendidas», muy duras desde el punto de vista humano y humanitario.

A veces es difícil dialogar con un mundo que suele hacer oídos sordos a las peticiones de los más pobres, los más vulnerables…

R. – Un mundo sordo, un mundo indiferente, un mundo distraído por muchos otros problemas, y la pandemia es por desgracia una distracción muy real. Pero también un mundo en el que desgraciadamente hay quienes gritan demasiado y utilizan el sufrimiento de estas personas para ganar votos, ganar elecciones y tener más poder. Y esto es lo que molesta y esto es lo que tenemos que contrarrestar precisamente el mensaje del Papa Francisco: el mensaje de solidaridad, de humanidad, el mensaje de fraternidad que constantemente trata de difundir en todos los países del mundo.

Los Refugiados: personas que ciertamente buscan un futuro mejor, pero que a menudo se ven obligadas a permanecer en lugares de recogida en condiciones muy difíciles. Una de ellas es la isla de Lesbos, donde hace cinco años el Papa Francisco fue…

R. – Ciertamente, porque hoy en día estos flujos humanos no sólo son una forma de que estas personas salgan de situaciones desesperadas, sino que desgraciadamente pasan por otros países que también están en situaciones desesperadas, o por contextos en los que estas personas no encuentran la protección, la estabilidad y la acogida que deberían encontrar. No es sólo la isla de Lesbos… Piense en Libia, que también es un país de tránsito. Pensemos en la ruta de los Balcanes -hablamos de ella con el Papa Francisco- que hoy en Italia vuelve a ser una fuente de llegadas y movimientos complicados. Así que, por desgracia, en un mundo en el que todos nos hemos vuelto más móviles, incluidos los refugiados y los migrantes, esta movilidad, que a menudo es aprovechada por los delincuentes y los traficantes, puede poner personas que huyen en otras situaciones peligrosas.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados es un organismo creado en 1950. Esta agencia de la ONU ha recibido dos premios Nobel de la Paz, en 1954 y 1981. ¿Significa esto que durante más de 70 años el trabajo de Acnur ha sido esencial?

R. – Y pensar que el Alto Comisionado se fundó en 1950 para durar tres años. Y después de más de 70 años seguimos siendo, por desgracia -insisto en la palabra «por desgracia»-, necesarios. Entre otras cosas, este año 2021 se cumple el 70º aniversario de la Convención sobre los Derechos de los Refugiados: un documento que, a pesar de su edad, que ya empieza a ser avanzada, sigue siendo de gran relevancia.

Fuente: https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2021-04/clamor-de-los-refugiados-el-papa-recibe-a-filippo-grandi-acnur.html

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Crisis Migratoria: La Casa Blanca ve “improbable” cumplir la promesa de recibir a 60.000 refugiados este año. EE.UU

El Gobierno de Biden sostiene que mantendrá la cuota de 15.000 dejada por Trump, pero se desdice a las horas tras recibir un alud de críticas.

La Casa Blanca ha anunciado este viernes por la tarde que es “improbable” que Estados Unidos acepte a 60.000 refugiados este año, como se comprometió el presidente Joe Biden. Durante la mañana el Gobierno del demócrata informó que mantendría la cuota de 15.000 refugiados, un mínimo histórico que dejó la Administración de Donald Trump. La decisión provocó un alud de críticas del ala progresista del Partido Demócrata y de las ONG de refugiados, por lo que echaron pie atrás. La portavoz de la Casa Blanca, Jen Pskai, aseguró que van a elevar la cuota y que está se dará a conocer el 15 de mayo.

Desde el pasado 1 de octubre, cuando arrancó el año fiscal en Estados Unidos, apenas 2.000 personas que huyeron de la guerra y de la persecución en sus países han sido aceptadas en la potencia mundial. La decisión de este viernes también incluye ampliar el número de sitios desde donde se puede solicitar asilo.

Biden firmó este viernes tres órdenes ejecutivas que buscan revertir la ofensiva antiinmigratoria que estableció Trump. Una de ellas extiende las locaciones desde donde se puede solicitar asilo. El mandatario declaró esta mañana que la admisión de hasta 15.000 refugiados este año “sigue estando justificada por preocupaciones humanitarias y, por lo demás, es de interés nacional”. “Este es solo el comienzo”, advirtió Psaki. “Necesitamos reconstruir el programa de reasentamiento y estamos comprometidos a seguir aumentando el número de refugiados”, agregó en Twitter.

Congresistas del ala más progresista del Partido Demócrata, como Alexandria Ocasio Cortez, mostraron su rechazo a la “inaceptable” decisión de Biden. La representante Ilhan Omar, una exrefugiada, calificó la decisión como una “desgracia” que ponía el riesgo la vida de niños y niñas en campos de refugiados. “Lo sé, porque yo fui una”. Agencias de reasentamiento de refugiados, que operan bajo el mandato del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), también se quejaron por la promesa incumplida del mandatario.

Tras el alud de críticas, la portavoz Psaki se excusó diciendo que había una “confusión”, y que la Administración Biden sí subirá la cuota de refugiados. En un comunicado sostuvo que el mandatario ha estado consultando con sus asesores para determinar la cantidad que podrían ser admitidos de manera realista en Estados Unidos entre ahora y el 1 de octubre, cuando arranca el nuevo año fiscal. “Dado el diezmado programa de admisión de refugiados que heredamos”, ahora es “poco probable” que Biden pueda aumentar el número a 62.500 como lo había propuesto en su plan al Congreso hace dos meses.

Durante su campaña electoral, el demócrata había prometido elevar el límite de refugiados para el próximo año fiscal a 125.000 y que este año intentaría hacer un “adelanto” de ello. El secretario de Estado estadounidense Antony J. Blinken notificó el 12 de febrero al Congreso que el Gobierno pretendía permitir el ingreso de hasta 62.500 refugiados en el año fiscal, que termina el 30 de septiembre.

Fuente: https://elpais.com/internacional/2021-04-16/la-casa-blanca-ve-improbable-cumplir-la-promesa-de-recibir-a-60000-refugiados-este-ano.html

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Una nueva iniciativa protegerá a los niños en México de los peligros de la migración

El programa corre a cargo de dos agencias de las Naciones Unidas y cuenta con la aportación financiera de la Unión Europea. “Los derechos de todas las niñas, niños y adolescentes migrantes viajan con ellos y deben protegerse en todo lugar y en todo momento”, destaca el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en México.

La Agencia de la ONU para los Refugiados y UNICEF anunciaron este viernes en México el lanzamiento del proyecto de Promoción global de mejores prácticas para niñas, niños y adolescentes en situación de migración.

La iniciativa busca reforzar las estructuras de atención y protección de la niñez y adolescencia en situación de movilidad humana en México, El Salvador, Zambia y África del Sur, y cuenta con la financiación de siete millones de euros aportados por la Unión Europea. Este proyecto de cooperación sur-sur comporta un intercambio de conocimiento y buenas prácticas entre países durante los siguientes 30 meses.

En México, el proyecto continuará promoviendo la reciente reforma de la Ley de Migración y la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político, mediante el fortalecimiento de los sistemas de protección para mejorar las opciones de cuidados alternativos, y reforzando las capacidades de recepción de familias con niños, niñas y adolescentes, la respuesta de salud mental y apoyo psicosocial, y la prevención de la violencia contra niñas, niños y adolescentes en situación de movilidad.

El plan se pondrá en marcha en los estados mexicanos de Baja California, Chiapas, Chihuahua, Tamaulipas y Veracruz en colaboración con los gobiernos federal y estatales, y en coordinación con diversas instituciones y organizaciones de la sociedad civil.

“Los derechos de todas las niñas, niños y adolescentes migrantes viajan con ellos y deben protegerse en todo lugar y en todo momento. Para fortalecer las instancias y los mecanismos encargados de protegerles, entre ellos brindar opciones de cuidado y de apoyo psico-emocional, es necesaria la suma de esfuerzos de todos los sectores involucrados”, señaló el representante de UNICEF en México, Christian Skoog.

UNICEF / Adriana Zehbrauskas
Migrantes en las afueras de Reynosa, México.

La COVID-19 disminuye el número de menores en movimiento, pero no los riesgos

Durante el año 2019, las autoridades mexicanas identificaron aproximadamente 52.000 niñas, niños y adolescentes en situación de movilidad humana.

A lo largo de su camino, estos menores se enfrentan a diversos tipos de riesgos y violencia, como la sexual y la de género, la captación por redes de trata o crimen organizado, separación familiar, abusos, extorsión o secuestro, entre otros abusos. Al mismo tiempo, afrontan una variedad de obstáculos para poder acceder a sus derechos y a mecanismos adecuados de protección internacional, sin importar si viajan con sus familias o no acompañados

“El número de niños solicitantes de asilo ha aumentado a nivel mundial y también en México. Sin embargo, no se identifica a muchos de los niños, niñas y adolescentes que llegan a México y necesitan protección internacional como refugiados. Son particularmente vulnerables frente a diversos riesgos durante el desplazamiento. El lanzamiento de este proyecto es muy oportuno y brindará un apoyo importante en la implementación de la reciente reforma legal que prohíbe toda detención migratoria de niños, niñas y adolescentes”, señaló el representante de la Agencia de la ONU para los refugiados en México, Mark Manly.

Aunque el cierre de fronteras debido a la pandemia de COVID-19 hizo disminuir las cifras, el escenario para los menores que se desplazan deviene aún más vulnerable, debido al confinamiento y a la reducción del acceso a servicios básicos como salud y educación, las limitaciones en un gran número de albergues y a las restricciones en el acceso a medidas de protección.

Sin embargo, el flujo migratorio ha vuelto a incrementarse durante los últimos tres meses estableciendo nuevos desafíos.

“Esta iniciativa de UNICEF y ACNUR, en favor de la protección de niñas, niños y adolescentes migrantes, se une a otros proyectos auspiciados por la Unión Europea en México en favor de los derechos de las personas migrantes que buscan la integración de las personas con necesidades de protección internacional a través del trabajo, la asistencia y reconocimiento de derechos de las personas migrantes, su atención en situaciones de emergencia, la trata de personas y la atención de las causas de la migración en los países de origen”, destacó Jean-Pierre Bou, embajador adjunto de la Unión Europea.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2021/03/1489772

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Medio Ambiente: El fenómeno La Niña y la deforestación golpean a la mariposa monarca en Norteamérica

Las autoridades ambientales de México han registrado una disminución en las hectáreas de bosque que ocupa el insecto, lo que aumenta los temores sobre su preservación.

El pasado 19 de septiembre cruzaron el Río Bravo las primeras mariposas monarca en su viaje migratorio hacia los bosques de Michoacán y el Estado de México, donde se protegen del invierno colgadas de los árboles en enormes racimos. La fecha ha llamado la atención de las autoridades ambientales mexicanas, porque representa un adelanto en la temporada tradicional de migración, que es en octubre. Pero lo que más les ha desconcertado es una disminución en el número de hectáreas de bosque que este año ocupan las mariposas, una de las más bajas registrada desde 2018. Los ambientalistas ponen sus ojos en las temperaturas extremas generadas por La Niña —un fenómeno en el que desciende la temperatura global y que está cada vez más agudizado por el cambio climático— y la deforestación registrada en la reserva que es el santuario de la mariposa para explicar este cambio de comportamiento, que aumenta los temores sobre su preservación.

La mariposa monarca vuela a lo largo de 5.000 kilómetros desde Canadá hasta México para hibernar y reproducirse, en lo que es uno de los mayores espectáculos naturales del mundo. Este invierno, sin embargo, las monarca han cubierto apenas 2,1 hectáreas de terreno, una reducción marcada si se compara con la temporada de 2018, cuando ocuparon más de 6 hectáreas de bosques. Si esta tendencia continúa, las autoridades temen que se llegue a la situación de 2014, cuando las colonias de mariposas disminuyeron en un 95%, con apenas 0,67 hectáreas ocupadas. La desaparición de una flor conocida como algodoncillo, manjar para las mariposas que la tienen como una de sus principales fuentes de alimento, las temperaturas cada vez más extremas en invierno y la tala de los bosques donde está su santuario ponen en riesgo la migración de la mariposa y su propia supervivencia.

Jorge Rickards, director del World Wildlife Fund (WWF) en México, ha informado este jueves que entre 2019 y 2020 se han perdido 20,2 hectáreas de bosque en la reserva de biosfera de la mariposa, 13,3 de ellas debido a tala clandestina, lo que afecta las reservas de agua esenciales para garantizar la permanencia en la región de la monarca. “Sin duda el tema de la humedad del suelo, del ambiente, son elementos esenciales para la mariposa monarca”, ha explicado Rickards en conferencia de prensa. “En la medida que permitimos la degradación del bosque hay menos captación de agua, con efecto negativo para las monarca”. Gloria Tavera, bióloga de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, cataloga el fenómeno como “estrés hídrico” y asegura que este invierno colonias enteras de mariposas han bajado en busca de agua a las casas de los poblados cercanos a su santuario.

El santuario de la monarca, que es compartido entre los Estados de Michoacán y de México, está amenazado por el auge del cultivo del aguacate, fruto que tiene una gran demanda en Estados Unidos y del que Michoacán es el primer productor mundial. Muchos campesinos, agobiados por la pobreza, derriban los bosques de pino para cultivar el llamado oro verde. Pero en la destrucción del manto forestal también participan mafias que desarrollan toda una economía ilegal que incluye a taladores, centros clandestinos de procesamiento de los recursos forestales y transportistas, cuyo jugoso negocio es sacar de forma encubierta las materias primas, principalmente madera de pino, encino y oyamel. “Es difícil establecer la causa precisa del aumento de tala [durante el periodo 2019-2020]. Sin embargo, el cambio de uso del suelo es el tema que debe frenarse con mayor apoyo a todas las comunidades. Es necesario el aumento de programas de apoyo a proyectos productivos sustentables”, dice Rickards, del WWF.

A la pérdida del bosque se unen las temperaturas extremas que se registran en Norteamérica como consecuencia del cambio climático. Este año se ha producido el fenómeno La Niña, que tiene el potencial de generar un invierno más crudo. “En 150 años no habíamos visto esas bajas temperaturas en Texas y desde 1962 no había fríos tan extremos en Tamaulipas”, afirma Gloria Tavera. Esta bióloga dice que las heladas degradan los bosques y afectan los campos de flores donde se alimentan y reproducen las mariposas monarca, lo que preocupa especialmente a los ecologistas. “No ha habido mucho movimiento de apareamiento en las colonias, y en primavera las mariposas están listas para regresar [a Canadá]”, explica. “Esperemos que suban las temperaturas en la siguiente temporada para mantener este fenómeno migratorio vivo”, dice la bióloga. Si el frío vuelve a ser extremo, la monarca perderá su cálido refugio mexicano y con ello se acabaría su deslumbrante fenómeno migratorio.

Fuente: https://elpais.com/mexico/sociedad/2021-02-26/el-fenomeno-la-nina-y-la-deforestacion-golpean-a-la-mariposa-monarca-en-norteamerica.html

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