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Educación emocional o la conversión de los sujetos en ‘empresas de sí’

Por: Teresa García Gómez

Las prácticas mayoritarias que se están incorporando cada vez más en las aulas: cursos de educación emocional, de inteligencia emocional, coachingmindfulness, autoayuda, etc., contribuyen, de hecho, a una mayor psicologización de los problemas educativos y a su individualización, encubriendo las desigualdades y buscando soluciones individuales ante problemas que son contextuales y estructurales y obviando el papel que tiene en ellos la cultura escolar.

Las políticas educativas (leyes, planes de formación del profesorado, etc.) incorporaron hace ya algunos años la “gestión emocional” como principio pedagógico. Las emociones, como si de una empresa se tratara, se dirigen, se organizan, se manejan, se administran, se orientan y con las que se realizan las diligencias oportunas para el logro de un proyecto. Este proyecto es el bienestar propio para el logro de la felicidad. Así nos lo hacen ver las propuestas y las prácticas mayoritarias que se están incorporando cada vez más en las aulas de los diferentes niveles educativos: cursos de educación emocional, de inteligencia emocional, coachingmindfulness, autoayuda, etc. y que están siendo muy bien acogidas tanto por el alumnado como por el profesorado y por quienes se ven implicados indirectamente en ellas, como las familias y la comunidad educativa. Esta buena acogida, en gran parte, se debe: a) al empleo de un lenguaje fácilmente comprensible y de un discurso que apela al sentido común —quién no desea el bienestar de las personas o quién duda de que las técnicas de concentración y relajación ayudan a centrarse en la tarea en una sociedad acelerada y sobre-estimulada—; b) a la introducción de actividades y juegos divertidos que rompen con la rutina del trabajo escolar y relajan el clima de las aulas; y c) al ofrecimiento de una serie de técnicas que se convierten en recetas fácilmente aplicables. Son prácticas amables que parten de la idea de que el bienestar propio está en el interior de cada persona, por ello invitan a mirarse, escucharse, sentirse, indagarse y encontrarse para conocer el verdadero yo, puesto que lograr el bienestar propio es una cuestión individual, depende de uno mismo, de nuestra actitud y voluntad.

Dichas prácticas proporcionan una serie de herramientas para gestionar y controlar las emociones, clasificándolas y considerándolas en sí mismas como positivas y negativas no para atender a los hechos que las provocan y analizarlos críticamente en los contextos en los que se producen, sino para potenciar las primeras y evitar las segundas, que en el caso de no conseguirlo se diagnosticará con algún trastorno y, por tanto, tratable. Hecho que explicaría el aumento de síndromes y el número de personas diagnosticadas con alguno de ellos en estos últimos años.

Por otra parte, el conjunto de prácticas que vienen realizándose en educación emocional, inteligencia emocional, coaching y mindfulness van dirigidas al autocontrol, a la autorregulación, al autoconocimiento, al autodescubrimiento, a la autodeterminación, a la autosuficiencia, al autocultivo, a la autoconciencia y a la autorresponsabilización para el logro de los deseos y objetivos propios, convirtiendo al sujeto en empresa de sí, él es su propio proyecto, invirtiendo tiempo y esfuerzo en el desarrollo de una serie de habilidades, a través del entrenamiento constante, que formarán el capital humano para el futuro desempeño laboral. Es el entrenamiento en la institución educativa del gobierno de sí, del autogobierno, ajustando así, voluntariamente, la conducta y las expectativas a las prácticas y demandas de esta y en un futuro a las del mercado laboral sin que sea necesaria la imposición o la coacción. Es la formación de la subjetividad neoliberal, alimentando el yo, que está íntimamente ligada a la competencia del espíritu emprendedor. Es aprender a ser, un ser sujeto neoliberal o neosujeto, como lo denominan Laval y Dardot en su libro La nueva razón del mundo.

Colocan al sujeto como responsable de su estado y éxito académico, y, por ello, la mirada y la acción siempre recaen sobre él, obviando los contextos escolar, familiar, socioeconómico, político y cultural.

Prácticas que, además y como consecuencia de todo lo anterior, tal y como declaran sus defensores, tienen también como finalidad resolver problemas en el aula, previniendo o tratando estados de ansiedad, depresión y estrés, etc., y mejorar el aprendizaje y el rendimiento académico. Estos objetivos evidencian la idea de la que parten: dichos estados y el éxito escolar se deben a factores psicológicos e individuales. De ahí que coloquen al sujeto como responsable de los mismos, y, por ello, la mirada y la acción siempre recaen sobre él, obviando los contextos escolar, familiar, socioeconómico, político y cultural; en definitiva, desconsiderando las condiciones materiales de existencia de los individuos. Sirva de ejemplo las declaraciones, recogidas en un vídeo, que alumnado y profesorado de educación secundaria realizan para promocionar los supuestos beneficios del mindfulness en el aula en una conferencia dirigida a futuros y futuras docentes. Una profesora manifiesta que es muy estresante trabajar con treinta estudiantes en una clase con la competitividad que existe entre ellos y la ansiedad y el estrés que les genera los exámenes. Por otro lado, una alumna expresa haber sentido tristeza, mucha presión y estrés por las calificaciones al depender de estas su futuro. Ante los síntomas que se manifiestan en el sujeto, donde claramente la causa está en los requerimientos de las políticas educativas, en las prácticas realizadas en los centros escolares, en las expectativas familiares, etc., se recurre a la enseñanza de una serie de técnicas para la gestión del mundo afectivo y emocional con el objeto de que cada uno florezca y crezca para una mayor eficacia y rendimiento. Solo es cuestión de ejercitar una serie de habilidades para el bienestar propio, que cada persona trabaje “su interior”, sin un cuestionamiento de las circunstancias y situaciones que están produciendo dichos síntomas, como es un sistema de evaluación segregador y competitivo no centrado en la valoración de los aprendizajes sino más en la clasificación, diferenciación y jerarquización del alumnado, o para el establecimiento de rankings, o un currículum sobrecargado de contenidos que se tienen que memorizar. Y si el propio bienestar no se consigue, la responsabilidad siempre será del sujeto, pues es este quien no está gestionado bien sus sentimientos y emociones o no ha ejercitado lo suficiente ni de manera continuada; entrenamiento que, por otra parte, nunca tendrá fin porque no actúa sobre el origen de los problemas, los cuales son estructurales y no personales.

Estas acciones están contribuyendo a una mayor psicologización de los problemas educativos y a una individualización de estos, encubriendo las desigualdades y promoviendo el conformismo y la adaptación de los sujetos a las circunstancias y situaciones, buscando soluciones individuales ante problemas que son contextuales y estructurales y obviando el papel que tiene en ellos la cultura escolar.

La expansión de esta psicología para la gestión emocional en los contextos educativos tiene otras consecuencias. Entre ellas, genera una falsa conciencia al dirigir la mirada al interior ante los distintos problemas, al yo, y los problemas educativos no son de carácter psicológico, sino políticos, socioeconómicos y pedagógicos, tales como el escaso presupuesto destinado a la educación pública; la condiciones laborales del profesorado; el currículum academicista; las prácticas organizativas y de enseñanza excluyentes y reproductoras de las desigualdades sociales en relación a los géneros, la clase social y la cultura; etc.

Asimismo, refuerza y mantiene la separación de lo emocional y lo intelectual, la falsa idea de que sentimos con el corazón y pensamos con la cabeza, de ahí que prioricen las emociones. Estas en sí mismas no permitirán al alumnado entender las problemáticas de nuestro tiempo y a las que se deben enfrentar y cómo les afecta según el grupo social de origen al que pertenece si no se realizan procesos de reflexión y análisis que nos conduzcan a comprender y a buscar los modos de cómo las instituciones escolares deben abordarlas en el desarrollo de un trabajo educativo y no psicológico.

Por otra parte, implica que las instituciones educativas renuncien al desarrollo de una verdadera función educativa, una educación crítica, al apostar por una educación terapéutica y abandonar el campo de la pedagogía y de la didáctica para dar más espacio a este tipo de psicología en la educación, lo que implica renunciar a un proyecto común, no solo de escuela sino como sociedad.

Es necesario salir de uno mismo para comprender el malestar docente y el malestar del alumnado y actuar sobre las causas que los originan. Solo así se podrá contribuir a los cambios que se necesitan emprender en lo propios contextos escolares para que sus prácticas favorezcan a la democracia y a la justicia, haciendo efectivo el derecho real a la educación, no solo como acceso a las instituciones formativas sino en los mismos procesos de enseñanza-aprendizaje que en ellas se desarrollan, garantizando la equidad educativa.

Fuente de la información e imagen:  https://eldiariodelaeducacion.com

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«Mindfulness»: la nueva espiritualidad capitalista

Por: Ronald Purser

La práctica de meditación conocida como mindfulness es la nueva espiritualidad capitalista. Fetichiza el presente, favorece el «momentismo», fomenta el olvido de la memoria histórica y apunta contra la imaginación utópica. Una nueva espiritualidad a la medida del mercado. Una nueva espiritualidad a imagen y semejanza de McDonald’s.

Según sus patrocinadores, estamos en medio de una «revolución de la conciencia». Jon Kabat-Zinn, recientemente apodado el «padre del mindfulness», llega a proclamar que estamos al borde de un renacimiento global, y que el mindfulness «puede ser realmente la única esperanza que la especie y el planeta tienen para sobrevivir los próximos doscientos años».

¿En serio? ¿Una revolución? ¿Un renacimiento global? ¿Qué es exactamente lo que ha sido volcado o transformado radicalmente para obtener un estatus tan grandioso?

La última vez que vi las noticias, Wall Street y las corporaciones seguían haciendo negocios como de costumbre, los intereses especiales y la corrupción política seguían sin control, y las escuelas públicas seguían sufriendo de falta de fondos y negligencia masiva. La concentración de la riqueza y la desigualdad se encuentra ahora en niveles sin precedentes. El encarcelamiento masivo y el hacinamiento en las cárceles se han convertido en una nueva plaga social, mientras que los disparos indiscriminados de la policía contra los afroamericanos y la demonización de los pobres siguen siendo moneda corriente. El imperialismo militarista de Estados Unidos continúa extendiéndose, y los desastres inminentes del calentamiento global ya se están mostrando de manera más evidente.

En este contexto, la arrogancia y la ingenuidad política de las porristas de la «revolución» consciente es asombrosa. Parecen tan enamorados de hacer el bien y de salvar al mundo que estos verdaderos creyentes, no importa cuán sinceros sean, sufren de una enorme ceguera. Parecen no tener en cuenta el hecho de que, con demasiada frecuencia, la atención se ha reducido a una técnica de autoayuda mercantil e instrumental que, sin saberlo, refuerza los imperativos neoliberales.

Para Kabat-Zinn y sus seguidores, los culpables de los problemas de una sociedad disfuncional son los individuos descerebrados y inadaptados, y no los marcos políticos y económicos en los que se ven obligados a actuar. Al transferir la carga de la responsabilidad de la gestión de su propio bienestar a los individuos, y al privatizar y patologizar el estrés, el orden neoliberal ha sido una bendición para la industria del mindfulness, que ahora se cotiza en 1.100 millones de dólares.

El mindfulness ha surgido como una nueva religión del «yo», libre de las cargas de la esfera pública. La revolución que proclama no ocurre en las calles o a través de la lucha colectiva y las protestas políticas o las manifestaciones no violentas, sino en las cabezas de individuos atomizados. Un mensaje recurrente es que el hecho de que no prestemos atención al momento presente -que nos perdamos en reflexiones mentales y en vagar por la mente- es la causa subyacente de nuestra insatisfacción y angustia.

Kabat-Zinn lleva esto un paso más allá. Afirma que nuestra «sociedad entera está sufriendo de un desorden de atención generalizado». Aparentemente, el estrés y el sufrimiento social no son el resultado de desigualdades masivas, prácticas empresariales nefastas o corrupción política, sino de una crisis dentro de nuestras cabezas, lo que él llama una «enfermedad del pensamiento».

En otras palabras, el capitalismo en sí mismo no es intrínsecamente problemático; más bien, el problema es la incapacidad de los individuos para ser conscientes y resistentes en una economía precaria e incierta. Y no es de extrañar que los mercaderes atentos tengan justo los bienes que necesitamos para ser capitalistas atentos y contentos.

El mindfulness, la psicología positiva, y la industria de la felicidad comparten un núcleo común en términos de despolitización del estrés. La ubicuidad de la retórica individualista del estrés -con su mensaje cultural subyacente de que el estrés es un hecho- debería hacernos sospechar. Como señala Mark Fisher en su libro Realismo capitalista, la privatización del estrés ha llevado a una «destrucción casi total del concepto de lo público».

El estrés, nos dicen los apologistas del mindfulness, es una influencia nociva que destroza nuestras mentes y cuerpos, y depende de nosotros como individuos el «estar atentos» y «ser conscientes». Es una proposición seductora que tiene potentes efectos de verdad. En primer lugar, estamos condicionados a aceptar el hecho de que hay una epidemia de estrés y que es simplemente una fatalidad de la era moderna.

Segundo, como el estrés es supuestamente omnipresente, es nuestra responsabilidad como sujetos estresados manejarlo, controlarlo y adaptarlo consciente y vigilantemente a los esclavos de una economía capitalista. La atención se centra en esta vulnerabilidad y, al menos en la superficie, aparece como una técnica benigna para el auto-empoderamiento.

Pero en su libro «Una nación bajo estrés»: El problema del Estrés como Concepto, Dana Becker señala que el concepto de estrés oscurece y oculta «los problemas sociales al individualizarlos de manera que perjudican más a aquellos que tienen menos que ganar con el status quo». De hecho, Becker ha acuñado el término estresismo para describir «la creencia actual de que las tensiones de la vida contemporánea son principalmente problemas del estilo de vida individual que deben resolverse mediante el control del estrés, en oposición a la creencia de que estas tensiones están vinculadas a las fuerzas sociales y necesitan resolverse principalmente mediante medios sociales y políticos».

Al ingerir de manera acrítica las premisas culturales del estresismo, el movimiento del mindfulness se ha promovido a sí mismo como un remedio científico. Pero el foco sigue estando puesto en el individuo que espera que sane la llamada «enfermedad del pensamiento» de la civilización moderna. Se nos dice que, al practicar el mindfulness, podemos cambiar hábilmente nuestro frenético «modo de hacer» a un «modo de ser» más armonioso, aprendiendo a soltar y a fluir en situaciones estresantes.

El mindfulness es la nueva inmunización, una vacuna mental que supuestamente puede ayudarnos a prosperar en medio del estrés de la vida moderna. Depende de nosotros convertirnos en lo que Tim Newton ha llamado individuos «en forma contra el estrés». El mindfulness se comercializa a menudo como una forma de mejorar nuestra productividad, una técnica útil para desarrollar la aptitud mental necesaria para que podamos convertirnos en trabajadores más productivos y eficaces. No es coincidencia que el lema de la aplicación de meditación más exitosa de mindfulness, Headspace, sea «una membresía de gimnasio para la mente».

La máxima de este movimiento es ‘vivir el presente’. Para los devotos conscientes, el cambio social y político depende de la fantasía de convertir a las masas distraídas para que sigan este consejo y vivan ‘conscientes’. El fetiche del presente auspiciado por el mindfulness es una práctica que cultiva la amnesia social, fomentando el olvido colectivo de la memoria histórica y, al mismo tiempo, excluyendo eficazmente la imaginación utópica.

Este momentismo actual aparece, al menos en la superficie, como un solvente terapéutico para todos nuestros problemas, haciendo más soportable nuestra situación actual. Pero esta capacidad de soportar el status quo equivale a un retiro permanente al refugio psíquico contra bombardeos de ahora, una especie de enterrar la cabeza en la arena, que actúa como un paliativo desinfectado para los sujetos neoliberales que han perdido la esperanza al pensar alternativas al capitalismo.

El movimiento mindfulness opera en resonancia con lo que Eric Cazdynen su libro, The Already Dead: The New Time of Politics, Culture and Illness, caracteriza como «la nueva crónica». Cazdyn explica que la nueva crónica «extiende el presente hacia el futuro, enterrando en el proceso la fuerza de lo terminal, haciendo que parezca que el presente nunca terminará». Solo tienes que estar en el momento presente y todo estará bien. Viviendo conscientemente, podemos continuar nuestras vidas aplazando, evadiendo y reprimiendo cualquier crisis en curso.

La falsa revolución de la conciencia proporciona una forma de enfrentar sin cesar los problemas del capitalismo refugiándose en la fragilidad del momento presente; la nueva crónica nos deja conscientes de mantener el statu quo. Se trata de un optimismo cruel que anima a conformarse con una pasividad política resignada. El mindfulness se convierte entonces en una forma de manejar, naturalizar y perdurar los sistemas tóxicos, en lugar de convertir el cambio personal en un cuestionamiento crítico de las condiciones históricas, culturales y políticas que son responsables del sufrimiento social.

Pero nada de esto significa que la conciencia debe ser prohibida, o que cualquiera que la encuentre útil sea engañado. Hay formas emergentes de conciencia social y cívica que evitan esta trampa. Estos métodos se están liberando del enfoque biomédico en la patología individual al integrar el activismo por la justicia social con la investigación contemplativa, cultivando el pensamiento crítico en lugar de la separación sin prejuicios.

Los innovadores en este campo están reescribiendo los planes de estudio de mindfulness mediante el empleo de pedagogías críticas y anti opresivas. Por ejemplo, Beth Berila ha desarrollado métodos de atención plena que ayudan a los practicantes a descubrir cómo han interiorizado la opresión, así como formas de desmantelar y desaprender el privilegio. Mushim Patricia Ikeda, junto con los maestros del Centro de Meditación de East Bay, ha desarrollado numerosos programas que conectan las preocupaciones por la justicia social con las enseñanzas budistas sobre la interdependencia, a fin de fomentar la solidaridad y el activismo comprometido con la causa. Y la Red de Mindfulness y Cambio Social del Reino Unido está experimentando con prácticas de mindfulness que abordan cuestiones sociales, políticas y ambientales.

Cuando reconocemos que el descontento, la ansiedad y el estrés no son solo culpa nuestra, sino que están relacionados con causas estructurales, la atención se convierte en combustible para encender la resistencia.

Este artículo es producto de la alianza entre Nueva Sociedad y Democracia Abierta. 

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Mindfulness en la escuela

Dejemos a los niños ser. Mindfulness en la escuela es la nueva y poderosa herramienta para cultivar su inteligencia emocional y lograr el cambio que necesitamos en educación.

POR: Enver Torregroza

Los niños viven estresados. No es solo la presión del colegio, o la habitual presión de la casa. No es solo el bulling o acoso o las redes sociales y los smartphones lo que los agobia. También es porque ahora los niños andan tan ocupados como sus padres. No tienen tiempo para ser libres. No tienen tiempo para simplemente ser niños.
La infancia debería ser un tiempo para la libertad, el juego y el aprendizaje espontáneo.
Pero los miedos de los adultos han convertido la infancia en un entrenamiento continuo para todo, abusando de la indefensión de los pequeños que no saben porque hacen tanta cosa.
«Los preparamos para el futuro» dicen los papás. ¿Pero a qué costo? Sacrificando el presente. Que es lo único que hay.
Dudo mucho que eso sea una verdadera preparación para el futuro, benéfica y efectiva.
Los niños ocupados y estresados que asisten a mil clases muy poco se están preparando para disfrutar la vida, con consciencia del presente y atentos a sus emociones y a su cuerpo.
El mundo adulto contemporáneo está proyectando en los niños sus afanes y ansiedad y su sistemática tendencia a evadir el encuentro consigo mismo mediante las ocupaciones.
¿Cómo permitirle a los niños disfrutar de su infancia?
En Colombia existe la práctica inhumana de enviar a los niños al colegio en la madrugada, cuando la escuela debería comenzar a las 9:00.
A eso hay que sumarle que muchos padres no tienen tiempo para cuidar a sus hijos y por eso delegan la tarea en otros: niñeras, jardines infantiles desde que salen de la clínica, miles de clases, cursos y actividades para mantenerlos ocupados y «aprendiendo algo para su futuro».
Pero todo lo que necesitan los niños es que los amen y los dejen ser (que es lo que necesita todo ser humano a cualquier edad).
Lorena Santos, autora de «Respirando juntos: Mindfulness para niños» (Intermedio editores, 2018), propone que padres y maestros enseñemos a los niños a cultivar su inteligencia emocional y les ayudemos a reducir el estrés.
Pero sin clases, ni teorías. Solo con la práctica de la respiración consciente y la atención plena o «mindfulness».
Los niños necesitan herramientas para enfrentar la sobrecarga diaria de actividades e información a la que se ven sometidos y nada mejor que la atención plena, el vivir el presente de la práctica de mindfulness.
¿Qué es mindfulness?
No es nada nuevo. En esencia sol ejercicios de meditación y respiración originarios de la India y que tienen cientos o miles de años. Sabiduría de vida, pura y ancestral, probada y condensada.
Jon Kabat Zinn popularizó su práctica en EEUU en la década de los 70 porque logró introducirlos en la medicina occidental.
Andrés Martín lo introdujo en España y hoy en casi todo el mundo se practica.
En años recientes varios gobiernos has estado impulsando la introducción de mindfulness en la escuela. El Reino Unido tiene un programa piloto muy completo y algunos gobiernos locales en España y EEUU lo están aplicando para mejorar la vida escolar y el desempeño de los niños.
La principal impulsora de mindfulness para niños en Colombia es Lorena Santos, quien diseñó un programa único para que los padres lo apliquen en casa con sus hijos a través del juego y para que los maestros en jardines, escuelas y colegios lo introduzcan en clase.
Las ventajas de la meditación y la respiración atenta son numerosas: cultiva la inteligencia emocional, reduce el estrés y mejora el desempeño escolar en todos los campos. Ayuda a los niños a desconectarse de los aparatos y a disfrutar más de todo; del juego y la comida, de las clases y de la vida familiar.
Después de todo los niños tienen una capacidad natural para estar en modo mindful que solo hay que saber cuidar y cultivar.
Cómo afirma Lorena Santos, quien además es politóloga, «los gobiernos deberán esforzarse de ahora en adelante en introducir herramientas como la práctica de mindfulness en la educación básica para formar niños y niñas más felices e inteligentes emocionalmente, verdaderamente preparados para el siglo XXI… una herramienta para toda la vida.»
Fuente:
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Christian Plebst sobre Mindfulness: “Estamos ante un cambio en el paradigma”

Redacción: El País

El experto argentino en Trastornos del Espectro Autista visitará Uruguay para explicar los principios de un nuevo modelo educativo más inclusivo: la educación basada en las técnicas de mindfulness.

El argentino Christian Plebst, neuropsiquiatra infanto-juvenil, es ya un visitante habitual de Montevideo. Plebst, quien ha dedicado su vida al trabajo con niños y especialmente aquellos con Trastornos del Espectro Autista (TEA), fundó junto a otros profesionales el Programa Argentino para Niños, Adolescentes y Adultos con Condiciones del Espectro Autista (Panaacea).

El próximo sábado 3 de agosto, Plebst estará en Uruguay para la primera jornada de pedagogía consciente titulada Mindfulness en educación: ¿moda o cambio de paradigma?

Sobre el seminario, el cambio en la educación y los desafíos que enfrentan los docentes en la actualidad, el neuropsiquiatra conversó con El País.

—¿Qué lo llevó a acercarse a las técnicas de mindfulness?

—Estuve pensando mucho en esto, sobre todo de cara a la charla. Son casi 30 años intentando entender el sufrimiento y la plenitud de la alegría, salud, bienestar y la felicidad tanto como psiquiatra de adultos como de niños y específicamente en los últimos 20 años en el área del autismo. En esa área, tuve la oportunidad de tener una ventanita para ver, por un lado, qué nos pasa cuando nacemos con cierto grado de desinterés o desconexión social y cómo hacemos entre todos para lograr que el mundo social vuelva a ser interesante para los niños y que ellos se quieran conectar. Para ellos debemos ser muy luminosos, para volver a interesar a alguien que ya está bien sin estar conectado. Entonces, mi experiencia profesional y de vida me dan una convicción muy fuerte que se une con la neurociencia, cada vez con mayor fuerza, convalidan que tenemos esa capacidad de desarrollar habilidades de conexión interior propias así como desarrollamos el aprender a leer y escribir.

—¿Estamos ante un cambio?

—Estamos en plena transición de un paradigma como alguna vez sucedió en la Edad Media y el Renacimiento. Podemos sentir y darnos cuenta porque ya tenemos suficiente historia para tomar conciencia de las capacidades nuevas. Hoy el gran desafío no tiene que ver con dar más conocimiento sino con dar nuevas facultades. Como todo cambio, implica resistencia de algunos grupos que se sienten amenazados, pero yo y muchas otras personas creemos que llegó para quedarse.

—Usted y su equipo proponen repensar lo que es la educación, la sabiduría, el amor, entre otros; ¿cuáles son las claves?

—Las definiciones que estudiamos en Facultad de Medicina o en el estudio de la educación como el magisterio fueron útiles y servían en el siglo pasado. El presente nos demanda algo diferente. Es una “re-evolución” de nuestras capacidades para desarrollar la paz, gratitud, calma y claridad que ya consideraban en la Antigua Grecia. Lo que muchos hablaban sobre aprender cosas externas pero hacer la suficiente pausa para equilibrar con una sabiduría interna. La palabra educar viene de euducer que quiere decir sacar de adentro, así que siempre supimos (y nos olvidamos) que educación es poder guiar las capacidades, fortalezas e individualidades de cada persona y no imprimir y formatear informaciones que provienen de un momento cultural. Para guiar eso tenemos los adultos dar rienda suelta al quién soy yo. Comprenderme y aceptarme primero para luego hacerlo con los demás.

—¿Cuál es el principal desafío de los docentes al momento de aplicar estas técnicas en el aula?

—Hoy el principal desafío es el grado de estructuración y cómo se mueve el sistema educativo. El sistema educativo es uno de lo que se mueve con más lentitud. A la vez es el sistema que más potencialidad tiene de cambiar la forma de ver el nivel de conciencia de una cultura, comunidad, país o planeta. Sin embargo, como en todo en la naturaleza lleva un proceso, no puede imponerse. Debe dejarse a disposición programas de calidad para que puedan profundizar estas capacidades y respetar sus tiempos. Además, deben aggiornarse quienes toman las decisiones. En definitiva también hablamos del bienestar docente, porque no se puede ser ejemplo si no se desarrollaron esas habilidades.

—¿Cuáles son las técnicas para aplicar mindfulness en el aula?

—Hoy los docentes pueden aprender mindfulness en un módulo de ocho semanas y que se llama MBSR, por su sigla en inglés de reducción de estrés basado en la atención plena. En el curso se comprende de qué se trata la atención plena y sus prácticas. En el aula, los docentes pueden trabajar con los niños al mostrar las áreas que se desarrolla al aplicar la paz, el amor o la gratitud, así como el enojo. También se puede trabajar con ejercicios de respiración o tener un espacio donde leer mensajes positivos en el aula sobre paz, amor o gratitud. Hay muchas maneras. El mindfulness implica prestar atención de manera deliberada a lo que estoy haciendo y a la actitud que tengo frente a eso. Está comprobada que la práctica presenta mejoras en la memoria, mejoras cognitivas en la atención y mejoras hasta en marcadores biológicos como la hormona del estrés y del bienestar.

Fuente: https://www.elpais.com.uy/vida-actual/christian-plebst-mindfulness-cambio-paradigma.html

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Cómo gestionar el ESTRÉS DOCENTE con éxito

España / 23 de junio de 2019 / Autor: Antonio Ciudad Real / Fuente: Imágenes Educativas

Algunos estudios, como el llevado a cabo por FETE-UGT, demuestran que los docentes son propensos a sufrir agotamiento emocional durante el curso escolar. Además, este mismo estudio afirma que el colectivo más vulnerable son los que se dedican a la Enseñanza Secundaria. Dicho agotamiento puede traducirse en estrés o, en un estado más avanzado, en el Síndrome de Burnout.

A continuación nos gustaría mostrar a través de dos infografías una serie de consejos orientados a modificar diferentes aspectos para comenzar a superar el estrés docente.

1. En primer lugar consejos de tipo personal para comenzar a tomar conciencia de nuestras emociones, respetar espacios de tiempo durante la semana para dedicarlos a nosotros o nosotras y fomentar hábitos saludables para fortalecernos.
2. Por último, una serie de ideas y estrategias para comenzar a modificar el contexto que nos rodea, principalmente el aula, en donde se produce la principal fuente de estrés docente, la disrupción. Herramientas orientadas a modificar la metodología de trabajo en el grupo de clase, cambiar el ambiente físico través de la decoración  y psíquico a través del humor y el trabajo participativo.

Fuente: http://www.eduforics.com/es/estres-docente-estrategias-comenzar-superarlo/

SEIS CONSEJOS PARA RECUPERAR EL BIENESTAR

Los siguientes consejos pueden ayudarte a evitar el círculo vicioso del estrés y recuperar el bienestar emocional y laboral.

  1. Toma las riendas de los conflictos. Un alumno o un grupo que genera enfrentamientos diarios amenaza la disciplina y rompe la estabilidad de la clase, creando un clima muy complicado para el docente. Por eso, la gestión y manejo de los conflictos en el aula es uno de los caminos más importantes para reducir el estrés diario del profesorado.
  2. Trabaja tus habilidades comunicativas. Una buena comunicación es esencial para transmitir los mensajes adecuados a los alumnos, familias o compañeros, a través de palabras y también a través de gestos, posturas y todo lo que implica la comunicación no verbal. Comunicarse correctamente previene el estrés y minimiza sus efectos. Trabajar la asertividad puede ser una excelente herramienta para lograrlo.
  3. Céntrate en aquello que te gusta hacer. Las emociones y sensaciones positivas nos ayudan a sentirnos mejor y, aunque en ocasiones los problemas nos agobien, hay que buscar siempre un espacio para la diversión y la felicidad de las pequeñas cosas. Recuerda todas las satisfacciones de la docencia que a veces se te olvidan: esos alumnos que te enseñaron tanto, las clases que te apasionó dar, esa actividad que resultó un éxito, la gratitud de aquellos padres, aquel trabajo preparado con tanta ilusión con tus compañeros…
  4. Establece metas. El día a día a veces no deja ver el presente y el futuro en perspectiva, pero es importante que encuentres tiempo para definir tus objetivos a medio y largo plazo. No se trata solo de que anotes lo que quieres hacer en clase la siguiente semana o la parte del temario que tratarás en los próximos dos meses, sino también los grandes objetivos que quieres conseguir con tus alumnos, la meta hacia la que quieres que se dirija tu trayectoria laboral, tu idea de hacia dónde quieres que discurra tu vida o cómo te ves dentro de cinco años. Planificar te ayudará a controlar tu trabajo y tu propia vida y evitar en la medida de lo posible la sobrecarga y el agobio.
  5. Afronta los problemas. Analiza lo que te preocupa, las personas o situaciones con las que tienes problemas, los retos concretos que te generan estrés o sufrimiento y decide cómo puedes solucionar cada uno de ellos: rechazarlo, aceptarlo o cambiarlo. Una vez establecida la estrategia, comprométete con ella y, si no estás contento con algo actúa en consecuencia.
  6. Pon en práctica el mindfulnessOtra de las causas del estrés es la rapidez que inunda nuestra vida cotidiana y la falta de tiempo para ser realmente conscientes de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. La atención plena o mindfulness es una actitud ante la vida que busca experimentar cada momento y retomar ese contacto con nuestro interior y nuestro exterior. Para ello, basta con comenzar dedicando un rato al día a saborear la vida, a fijarnos en lo que sentimos y lo que tenemos a nuestro alrededor, a parar, respirar y observar.

Fuente: https://www.aulaplaneta.com/

Fuente del Artículo:

Cómo gestionar el ESTRÉS DOCENTE con éxito

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 23 de junio de 2019: hora tras hora (24×24)

23 de junio de 2019 / Autor: Editores OVE

 

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 23 de junio de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

 

00:00:00 – Cientos de profesores ticos protestaron contra políticas lesivas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/313343

01:00:00 – David Fernández de Arriba: “El cómic como herramienta didáctica presenta un lenguaje muy atractivo para los alumnos, en clase funciona muy bien”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/312953

02:00:00 – Educación superior pública puede cubrir solo el 51% de la demanda en Ecuador

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/313357

03:00:00 – Condiciones para reformas educativas exitosas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/313346

04:00:00 – Estados Unidos: El acoso escolar te pasará la factura… por 313 dólares

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/313362

05:00:00 – Otros 10 libros que todo docente debe leer

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/312672

06:00:00 – Libro: Violeta Parra, 100 años. Cuaderno Pedagógico (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/313462

07:00:00 – Chernobil educativo en Cataluña

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/313376

08:00:00 – Libro: El aprendizaje en la infancia y la adolescencia. Claves para evitar el fracaso escolar (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/313474

09:00:00 – “Ser un buen docente significa sacar a la luz lo mejor de cada alumno”: Rosa María Espot y Jaime Nubiola

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/313454

10:00:00 – Manual: Educación Inclusiva y de Calidad, Un Derecho de Todos (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/313470

11:00:00 – Cómo gestionar el ESTRÉS DOCENTE con éxito

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/312975

12:00:00 – ¿En qué países pasa más tiempo la gente leyendo?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/313372

13:00:00 – 10 mejores universidades del mundo #infografia #infographic #education

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La educación tiene que cambiar, pero ¿cómo?

España / 2 de junio de 2019 / Autor: Salvador Rodríguez Ojaos / Fuente: El Blog de Salvaroj

«Uno de los peligros que encierra la educación normalizada es el concepto de que una sola fórmula sirve para todos y la vida es lineal.» Ken Robinson

La educación tiene que cambiar. Lo cierto es que puede hacerlo y lo está haciendo. Y creo que es el cambio es tan necesario como inevitable. Los conocimientos y las destrezas que se necesitaban hace cincuenta años no son las mismas que las que se necesitan hoy, porque el mundo de hoy poco o nada tiene que ver con el mundo de hace cincuenta años.

Pero lo cierto es que se siguen necesitando conocimientos. Los niños y niñas que asisten a la escuela deben aprender los conceptos que les permitan ser parte activa y responsable de su sociedad, los conceptos que les permitan reconocerse como pertenecientes a su cultura y las habilidades que les permitan tener una vida individual y social plena. Y para ello no hay fórmulas universales ni mágicas (aunque algunos sigan pensando lo contrario)… aunque sí que existen recursos y posibilidades que faciliten conseguir nuestros objetivos educativos.

Si bien no podemos utilizar con todos nuestros alumnos y alumnas una misma solución para que aprendan, sí que debemos saber que el aprendizaje es más fácil cuando emociona. Y como a todos no nos emocionan las mismas cosas, es muy importante que los y las docentes tengan un conocimiento personalizado de sus alumnos y alumnas. Es evidente que también se aprende sin emoción, se puede aprender por obligación (todos lo hemos hecho y aún lo hacemos) y por necesidad (si el aprendizaje me facilita la vida es más factible conseguirlo).

La utilización de distintas metodologías didácticas también es un recurso que facilita el aprendizaje. Cuantos más y mejores recursos utilicemos, más y mejores posibilidades hay de que nuestros alumnos y alumnas aprendan. Pero como ya escribí en una ocasión: «Estos días hay demasiados fashion victims en nuestras aulas, docentes que aplican de manera poco reflexiva las metodologías de moda, por el simple hecho de estar de moda. Estas metodologías hay que conocerlas, reflexionar sobre ellas, aplicarlas y evaluarlas… no convirtamos en un inconveniente lo que es, sin duda, una ventaja.»

En este contexto, los y las docentes deben recibir una formación continua y coherente. Pero no solo de metodologías didácticas, neurociencia, mindfulness, etc., sino también de didácticas específica de las distintas áreas del conocimiento, sin que esto vaya en detrimento de trabajar los contenidos de forma integrada por proyectos. Tan importante es lo que se explica como la forma en la que se hace… y en las ofertas formativas habituales es muy difícil encontrar cursos de mejora de las didácticas específicas de las diferentes áreas del saber.

También se habla mucho de la incorporación de las TIC en nuestras escuelas como parte de ese proceso de cambio. La tecnología solo es efectiva cuando es invisible, es decir, cuando su uso no está por encima del objetivo educativo a conseguir, sino que es una herramienta, más dentro de un proceso complejo, para conseguirlo. Las TIC son tan necesarias como inevitables porque forman parte de nuestra vida cotidiana, pero siempre deben estar al servicio de la mejora del proceso de aprendizaje.

La educación está cambiando, pero depende de nosotros que ese cambio sea para mejor. Porque el cambio en sí mismo no conlleva una mejora. La mejora se produce cuando el cambio nos hace mejores personas.

Fuente del Artículo:

http://www.salvarojeducacion.com/2019/05/la-educacion-tiene-que-cambiar-pero-como.html

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