Judith Morales Pérez: «La literatura es uno de los medios más poderosos que tenemos los puertorriqueños para expresar lo que somos y lo que deseamos ser». Puerto Rico

Judith Morales Pérez (Ponce, Puerto Rico) es escritora, docente e investigadora. Ha ejercido la cátedra universitaria de español, géneros literarios y redacción y estilo por unas tres décadas, entre la Universidad de Puerto Rico y el Colegio Universitario de San Juan. En la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico ha ofrecido el curso de Redacción Jurídica. Se ha destacado como poeta y narradora. Toca guitarra, compone y declama. Es bruja -si bien nació leona- por pueblo de residencia habitual. Judith ha contestado todas nuestras preguntas. Todas sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.

– Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – Hace poco publicasteis El Club de las Gordas: ¿Una novela policial? (2022). ¿De qué trata o tratas en esta novela y cómo recorres entre la literatura y la realidad o no ficción? ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarle?

– Judith Morales Pérez (JMP, en adelante) – Este relato gira en torno al proceso de investigación de un crimen pasional, con la diferencia de que, en este caso, la víctima es una mujer gorda. Siempre he pensado que la literatura es un discurso que, aunque imaginario, reproduce la vida en todos los sentidos, y entre todos esos, mi novela expone el feminicidio, un mal que aqueja, lamentablemente, a mi país y a otros países hispanoamericanos. Caracterizar a la víctima de esta manera, me sirvió para aludir a otro problema social: la gordofobia. Trabajar este tema surge de una honda preocupación por esas mujeres gordas a las que se les dificulta enfrentarse al prejuicio y al discrimen.

– WRS –¿Qué relación tiene El Club de las Gordas: ¿Una novela policial? con vuestro trabajo creativo anterior y hoy?

– JMP – En narrativa, porque también he trabajado la poesía, el Club de las Gordas es mi segunda novela y está íntimamente enlazada a la primera, cuyo título es Lo que pasó después de Lady. En ambas, se expone la situación social de la mujer puertorriqueña, aunque desde distintas perspectivas. En la primera, hay una propuesta crítica hacia el feminismo; en la segunda, hacia la mirada que la sociedad moderna exhibe hacia la mujer gorda. Son temas afines, lo que cambió con la segunda fue el género. Como sabe, la novela policial requiere de una estructura particular que no me requirió la primera.

– WRS – Si compara su crecimiento y madurez como persona y escritora, ¿qué diferencias observa en su trabajo creativo o no inicial con el de hoy?

– JMP – Ambas experiencias, tanto la primera novela como la segunda, representaron una oportunidad de crecimiento y de exposición de unas ideas en las que creo y defiendo. Fueron oportunidades únicas para el aprendizaje de técnicas narrativas, dominio del diálogo, caracterización. Definitivamente, todavía debo mejorar muchos aspectos de la escritura para enriquecer aun más el disfrute que cualquier lector podría tener al acercarse a mi trabajo literario, así que creo que, si estas dos novelas contribuyeron en algo, las que vienen continuarán con el proceso. Como persona, disfruté muchísimo ver el impacto que la propuesta de ambas novelas causó en mis lectores. Los comentarios, particularmente con la segunda, reflejan que hubo en ellos un proceso de concienciación en torno al tema y un interés por adoptar la propuesta como estilo de vida.

– WRS – Judith, ¿cómo visualiza su trabajo creativo con el de su núcleo generacional de escritores con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico y fuera?

– JMP – Admiro el trabajo literario de esta generación de autores puertorriqueños y, sobre todo, me emociona ver la cantidad de mujeres que desde la década del setenta se han lanzado a la aventura literaria. Creo que comparto con ellas el deseo de hacer acto de presencia en un medio en el que por siglos se nos ha invisibilizado. No busco, sin embargo, ningún protagonismo que no sea el de narrar las historias que se me ocurren para que quienes las lean reflexionen sobre ellas, y las disfruten.

– WRS – ¿Cómo concibes la recepción a su trabajo creativo dentro de Puerto Rico, y la de sus pares, bien sean escritores de novela u otro género?

– JMP – Buena pregunta. Con relación a mi primera novela, tengo el conocimiento de que recibió una injusta crítica por parte de un sector que se atribuye la propiedad de algunos temas, como el de la negritud; pero como creo que las luchas no tienen nombre y apellido, eso no me preocupa en lo absoluto. Quienes la han leído afirman que hace una excelente aportación a ese tema, y eso es suficiente. Con la segunda, logré que los lectores rieran, aun en medio del análisis de temas tan importantes y serios como son un feminicidio o el discrimen contra la mujer gorda.  Soy de las que piensa que un relato no existe solo para que un grupo de expertos lo apruebe o rechace, y no es, precisamente, esta opinión a la que le doy peso. Para mí es más importante el juicio que puede producir un lector común. Me basta con escuchar que me digan: “Me encantó la novela, ya estoy esperando la próxima”. Eso sí que es valioso, porque mi trabajo pudo carecer de muchísimas cosas que son pura teoría literaria, o no cumplió con las expectativas ideológicas de un grupo; sin embargo, si logró que alguien que nunca lee, o que no le gusta leer, no quiera abandonar la lectura y lleve mi libro a todas partes, para mí es suficiente.

– WRS – Sé que vos es de Puerto Rico. ¿Se considera una autora puertorriqueña o no? O, más bien, una autora de literatura, sea esta puertorriqueña o no. ¿Por qué? José Luis González se sentía ser un universitario mexicano. ¿Cómo se siente vos?

– JMP – La experiencia humana es universal, está y estará en cada uno de mis relatos, ocurra en Puerto Rico o en China; pero confieso que me encanta ese adjetivo unido al sustantivo del oficio. La literatura es uno de los medios más poderosos que tenemos los puertorriqueños para expresar lo que somos y lo que deseamos ser; por eso, elijo escribir una literatura que exponga mi identidad caribeña y puertorriqueña.

– WRS – ¿Cómo integra su identidad étnica y de género y su ideología política con o en su trabajo creativo?

– JMP – Soy latina, mujer, y fiel creyente de la libertad de pensamiento. Todo lo que se relacione con esa fórmula estará presente en todo lo que escriba. Hasta este momento, la única ideología que he dejado entrever en mis escritos es la que gira en torno a la posición social de la mujer, la que, evidentemente, hace una defensa valiente y ataca contundentemente al sistema que la oprime o le dicta cómo existir.

– WRS – ¿Cómo se integra su trabajo creativo a su experiencia de vida? ¿Cómo integra esas experiencias de vida en su propio quehacer de escritora hoy?

– JMP – Confieso que soy muy observadora, y suelo grabar lo que veo a mi alrededor: la forma en que las personas hablan, los gestos, sus posturas ante la vida; todo eso lo utilizo para crear mis personajes. Muchas veces, un personaje es el resultado de una combinación de características de varias personas que conozco. El Club de las Gordas fue la novela en que más hice esto, allí están mis amigas de la universidad, e incluso yo, pero, claro, dirigidas hacia la propuesta temática. Mi experiencia de vida está íntimamente relacionada con este trabajo creativo porque, como mujer gorda, me he enfrentado al discrimen, lo he vivido en carne propia, aunque con una actitud distinta a la que adoptan muchas mujeres. Creo que ningún escritor puede deslindar su experiencia de vida de su quehacer literario, quizás podemos distanciarla un poco, solo eso.

– WRS – ¿Qué diferencia observas, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a su trabajo creativo y a la temática del mismo? ¿Cómo ha variado?

– JMP – Mi primera novela se publicó en el 2019; la segunda, en 2022. La primera dejó un buen gusto en mis lectores, tanto así que me preguntaban constantemente cuándo lanzaría la segunda. He visto, sin embargo, una mayor respuesta (en términos de venta) con la segunda, quizás porque el tema de los cuerpos y las normas impuestas por la sociedad es un tema moderno y de interés actual. Muchas de mis lectoras se identifican con la novela con solo leer el título (porque son gordas o conocen a alguna mujer gorda), y una vez comienzan a leerla, disfrutan la perspectiva trágica y cómica, a veces burlesca, con que se trata el tema.  La opinión de quienes la han leído coincide con que la propuesta les ha ofrecido una manera particular de enfrentar el discrimen y, definitivamente, se sienten empoderadas.

– WRS – ¿Qué otros proyectos creativos tienes recientes y pendientes?

– JMP – Estoy dando los últimos toques a un libro mixto que llevará por título “Sandeces”. Es una mezcla de relatos breves, comentarios, anécdotas familiares y poemas jocosos. ¿Pendientes?, varias novelas, solo necesito el tiempo para sentarme a escribirlas…

Entrevista realizada en septiembre de 2022. Wilkins Román Samot, Doctor de la Universidad de Salamanca, donde realizó estudios avanzados en Antropología Social y Derecho Constitucional.

Fuente: https://rebelion.org/la-literatura-es-uno-de-los-medios-mas-poderosos-que-tenemos-los-puertorriquenos-para-expresar-lo-que-somos-y-lo-que-deseamos-ser/

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Libro(PDF): Lo sólido en el aire. El eterno retorno de la critica marxista

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

 

Los intelectuales, nos propone Eduardo Grüner, son aquellos que ven en la cultura no su apariencia de orden estático y apolíneo, sino su estado de crisis , palabra de la cual deriva aquel otro vocablo que caracteriza al pensamiento crítico cuyo ejercicio –siempre entre el conflicto trágico y la negatividad– define el rol de los intelectuales y constituye el objetivo de este volumen de ensayos. A través de una incesante interrogación a la tradición de “los marxismos”, el autor emprende una crítica ideológica al presente, un análisis de la decadencia del pensamiento crítico en la actualidad y una penetrante relectura de la obra de Marx tanto en clave general como específicamente latinoamericana. Se trata, como comenta Gisela Catanzaro en la introducción, de un “ajuste de cuentas” que busca menos dictaminar una sentencia final que preguntarse, en torno a cada concepto y avatar político, “¿cómo sigue la historia?”.

Autor: Eduardo Grüner.

Gisela Catanzaro. Rodolfo Gómez. [Presentación]

Editorial/Edición: CLACSO.

Año de publicación: 2021

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-876-2

Idioma: Español

Descarga: Lo sólido en el aire. El eterno retorno de la critica marxista

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2349&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1534

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Libro(PDF): La in-disciplina de Caliban. Filosofía en el Caribe más allá de la academia

Reseña: CLACSO

Muchos siglos debieron pasar para que la normalidad se tornara sospechosa y la indisciplina fuera entendida como sesgo distintivo existencial. Una historia de herejes, cimarrones y malditos ha empedrado el camino hacia la inclusión, aún por concluir. Muchas palabras tuvieron que desoírse, -bárbaros, desafectos, inmorales, subdesarrollados- y muchos significados negativos reconvertirse en valores. El lenguaje, ese don performativo, formó parte de los dispositivos simbólicos utilizados por el poder para legitimarse y su eficacia en estas lides ha resultado incuestionable. En esa facultad suya de crear mundos, las formas de nombrar han ejercido una poderosa influencia en todo el proceso de constitución de lo humano, especialmente como parte del suceso de «violencia irredimible» del que nos habló Martí.

Este libro resulta por ello muy necesario y bienvenido. Se integra, por derecho propio, a ese acto de justicia de renombrarnos, que ya dura más de un siglo. De mansos «arieles» a indomables «calibanes», nuestra fisonomía se perfila en este contundente cuerpo ensayístico, desde una hipótesis trascendental: la necesidad de reconocernos a contrapelo de los límites geopolíticos de una filosofía que se postuló a sí misma como omnipotente, cuya fragilidad se desnuda en manos de Félix Valdés García, cuando nos muestra caudales culturales de inobjetable densidad y holgura.

Autor (a): Félix Valdés García.

Editorial/Edición: CLACSO. Instituto de Filosofía de Cuba.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-766-6

Idioma: Español

Descarga: La in-disciplina de Caliban. Filosofía en el Caribe más allá de la academia

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2283&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1461

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El parentesco de todas las almas del pueblo negro

Reseñas/África/Noviembre 2020/elpais.com

¿Qué significó la esclavitud para el africano? Se lo pregunta el sociólogo W.E.B. Du Bois en esta obra fundacional del pensamiento sobre la negritud, publicada en EEUU en 1903, que acaba de editarse en castellano

“De cuando en cuando, la asistencia a la escuela menguaba y yo salía de paseo a descubrir las razones”, escribe W.E.B. Du Bois en Las almas del pueblo negro, acerca de su experiencia como maestro de escuela en las montañas de Tennessee (EE.UU.), a finales del siglo XIX. Entonces, descubría cuánto necesitaban aquellas familias a sus niños en la época de cosechas, incluso para cuidar a los hermanitos menores. “Pero los mandaremos de nuevo la semana que viene”, le contestaban, cuando el profesor pasaba a interesarse por las ausencias.

Las almas del pueblo negro, que acaba de editarse en castellano (publicado por Capitán Swing), es un libro fundacional de la negritud, escrito por el sociólogo, historiador y activista por los derechos civiles, en 1903, como recopilación de las luchas de un siglo sangriento en el que los países americanos abolieron la esclavitud pero, a cambio, enviaron a sus ciudadanos afroamericanos a las primeras líneas de los frentes de guerra. Esta obra señalaba, además, el amanecer de un siglo en que el panafricanismo abriría paso a nuevas reflexiones. Porque África no había quedado en África, sino que ahora era parte del mundo entero.

“Para la mayoría de aquellos para los que la esclavitud era una vaga remembranza de la niñez, el mundo era algo enigmático: poco les pedía el mundo a ellos, por lo que ellos respondían con poco; sin embargo, el mundo se burlaba de lo que ellos ofrecían”, escribe Du Bois, en un pasaje de memorias titulado Del significado del progreso. Aquel desarraigo de los descendientes de esclavos que describía Du Bois alcanzaba a Norteamérica, tan lejos y tan cerca de África, y parece haber surcado todo el siglo XX como la gran paradoja de los africanos de la diáspora.

Y quizá esa sea la carga que buscaron aligerar los intelectuales que, en Europa, guiaron los movimientos panafricanistas, desde Aimé Cesaire y Léopold Sédar Senghor hasta los dirigentes de la gran ola contra la segregación racial y el poder negro de los años sesenta, en el resto del planeta. Entre ellos, algunos Panteras Negras, que terminaron viviendo y muriendo en el continente de sus antepasados, como fue el caso de Stokely Carmichael, que nació en Trinidad y Tobago (en 1941), se crio y estudió en la universidad de Washington, y luego pasó casi toda su vida adulta en Guinea Conakry, como alumno del ghanés Kwame Nkrumah y como asesor del presidente Ahmed Sekou Touré.

De ahí el valor de repasar las almas del pueblo negro que nutrieron trayectorias de vida a ambos lados del Atlántico y al norte y el sur del Mediterráneo. Esta obra de un norteamericano sobre Norteamérica, que arranca con la pregunta “¿qué se siente cuando se es un problema?”, permite surcar los océanos en otros barcos: “[Un negro americano] no querría blanquear su alma negra en una oleada de americanismo blanco, pues sabe que la sangre negra tiene un mensaje para el mundo”.

El doble rasero

Du Bois habla de la «doble consciencia»: “Es una sensación peculiar, esa sensación de mirarse siempre a uno mismo a través de los ojos de los otros, de medir la propia alma con el baremo de un mundo que observa con desdén jovial y con lástima. Uno siempre siente esa dualidad: un americano, un negro; dos almas, dos formas de pensar, dos luchas irreconciliables; dos ideales en combate en un cuerpo oscuro, cuya fuerza obstinada es lo único que le impide romperse en pedazos”.

La doble consciencia parece una consecuencia del doble rasero social que no dejan de sufrir algunos sectores de la población, según pasan las décadas. Sin embargo, Du Bois quiere examinarlo, a fondo, en primera persona: “La historia del negro americano es la historia de esta contienda, de ese anhelo por alcanzar una madurez consciente, por fundir ese doble ser en uno mejor y más verdadero”.

La abolición de la esclavitud fue la llave de la primera puerta, pero tras esa, los pensadores y los activistas encontraron muchas otras puertas cerradas: “Trabajo, cultura, libertad, todo esto nos hace falta, no por separado, sino de forma conjunta, no sucesivamente sino al mismo tiempo (…) El problema negro no es más que una prueba concreta de los principios subyacentes a la gran república, y la lucha espiritual de los hijos de los libertos representa el duro trabajo de unas almas cuya carga casi sobrepasa los límites de sus fuerzas, pero que la soportan en nombre de una raza histórica, en nombre de esta tierra, la tierra de los padres de sus padres, y en nombre de la oportunidad humana”.

La barrera de color

Du Bois revisa las preguntas de antes y después de la cruenta contienda civil norteamericana, cuando los esclavos fugitivos eran tratados como contrabando de guerra (se los entregaban a los dueños en cuanto estos los iban a buscar), hasta describir el momento en que la Casa Blanca los emancipó para convertirlos en trabajadores. Narra los experimentos sociales del XIX, la iracundia de los blancos y sus acciones ante los sesgados tribunales de Justicia, así como el naufragio de la llamada Oficina de los Libertos. Como si no tuviera más de un siglo de antigüedad, en el libro se lee que hay zonas en las que el destino de la población es la muerte o la cárcel, ante lo que Du Bois anticipa: “El problema del siglo XX es la barrera de color”.

La actualidad de Las almas del pueblo negro radica en la profundidad con la que Du Bois aborda asuntos tan ligados entre sí como la educación y su contracara, la alienación del delito. Parece un ensayo de hoy cuando enfatiza en la necesidad de una sólida red de escuelas públicas con igualdad de acceso y en su certera definición de la función de la universidad: “No es simplemente enseñar a ganarse el pan, proporcionar maestros a las escuelas públicas o ser un centro de reunión social; ha de ser, ante todo, el órgano de ese ajuste armónico entre la vida real y un conocimiento de la vida cada vez mayor, un ajuste que constituye el secreto de la civilización”. Esto reflexiona mientras él mismo viaja en el vagón Jim Crow, el de los segregados.

El espíritu del panafricanismo

“¿Qué significó la esclavitud para el africano?”, se pregunta Du Bois. Y continúa: “¿Qué juicio le merecían el bien y el mal, Dios y el diablo? ¿Adónde fueron sus ansias y sus esfuerzos y, por lo tanto, dónde se ubicaban sus dolencias y sus desilusiones”. Entonces nos invita a leer la impotencia frente al látigo, sin sobreactuar pena alguna, sino explicando la hondura del flagelo que llevó a los esclavos a tener una vida espiritual tan poblada, llena de música, guiada por el carismático predicador y, por lo tanto, incitando a los investigadores sociales a indagar sin prejuicios en el sentimiento religioso, las idolatrías y sus catarsis: “La música de la religión negra es esa quejumbrosa melodía rítmica de emotivas cadencias menores que, a pesar de la caricatura y la profanación, sigue siendo la expresión más original y hermosa de la vida y las fatigas humanas nacida hasta ahora en suelo norteamericano”.

Por último, Du Bois explicita el deseo de que “broten” de su libro “pensamientos vigorosos y acciones sensatas”. Justamente, la imagen que ilustra estas líneas forma parte de uno de esos brotes, en este caso, artístico, gracias a la inspiración del pintor marfileño Roméo Mivekannin, que expone, en estos días, su serie titulada Las almas del pueblo negro, en la galería Cecilie Fakhoury de Abiyán (Costa de Marfil), y de la que daremos cuenta en este mismo espacio.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/10/28/africa_no_es_un_pais/1603905538_517123.html

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Las enseñanzas del 12 de octubre

Por: Tahira Vargas García

El despojo de sus tierras, manejo de compra-venta y subastas de personas, violaciones sexuales de las mujeres y niñas, violencia y maltrato sufrido por cientos de miles de personas en esa empresa colonizadora y esclavista no se visibiliza en el tratamiento de este hecho histórico.

El 12 de octubre, una fecha cuyo recuerdo es altamente doloroso y difícil para toda América Latina y nuestro país.

En mi época de estudiante secundaria me enseñaron el 12 de octubre como el día del descubrimiento de América con la llegada de Cristóbal Colón al continente y un grupo de españoles. A través del tiempo desaprendí esta historia mal contada llena de vacíos y distorsiones.

Lamentablemente todavía se enseña esta fecha ocultando todo su impacto en nuestras tierras. No se describen las consecuencias para todas las civilizaciones que residían en la región. El despojo de sus tierras, manejo de compra-venta y subastas de personas, violaciones sexuales de las mujeres y niñas, violencia y maltrato sufrido por cientos de miles de personas en esa empresa colonizadora y esclavista no se visibiliza en el tratamiento de este hecho histórico.

El abordaje de los pueblos originarios en América Latina no aparece en nuestra historia, su cultura, sus creencias, sus prácticas y costumbres que son parte de nuestra identidad regional como tampoco la de los nativos de las distintas sociedades y etnias del continente africano que fueron secuestrados y trasladados en condiciones infrahumanas desde África, muchos muriendo en el trayecto para su esclavización, subasta y venta como quien vende un plátano o una yuca según el tamaño y grosor. El origen de estos hombres y mujeres traídos de distintos lugares de África, sus costumbres, idioma, creencias y prácticas sociales son totalmente desconocidas para nosotros.

¿Por qué se ha negado y se niega la verdadera historia del impacto del 12 de octubre y la colonización?

Se enseña la historia y geografía de Europa (mientras la de África es débil casi totalmente ausente), aprendemos la historia de la civilización occidental como si fuera la única existente en el planeta, negándose y ocultándose con los estigmas de “culturas salvajes” y “no civilizadas” desde el menosprecio a su gran riqueza cultural que corre por nuestras venas y dan soporte a nuestros orígenes.

¿Por qué se ha negado y se niega la verdadera historia del impacto del 12 de octubre y la colonización?

Obviamente que no es por casualidad o por accidente el que no se difundan nuestros verdaderos orígenes culturales y étnico-raciales. Negar nuestras raíces desde la negritud, la africanidad, de nuestros pueblos originarios en el caso de los Taínos y la mezcla con el componente español-europeo ha tenido y tiene una intención clara de seguir reproduciendo la lógica colonialista y racista que se instaló desde el 12 de octubre en toda Latinoamérica.

Junto a ello ha estado la intención permanente de dividir nuestra sociedad con el desprecio hacia todas las manifestaciones culturales que reflejan la identidad negada convirtiéndolas en: “vulgares”, “brujería”, “de mal gusto” y “barriales”. De esa manera se silencia la historia y se ocultan nuestras raíces y nuestra identidad con el velo de la falsa hispanidad.

Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/las-ensenanzas-del-12-de-octubre-8870816.html

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