Los objetivos educativos del G-20 para la próxima década

Por: Silvia Uranga

Recientemente el G-20 nos ha planteado, entre sus objetivos de desarrollo sostenible para el 2025, reducir en un 15% la proporción de jóvenes con mayor riesgo de quedarse fuera del mercado laboral. En Argentina esto nos genera un desafío extremadamente importante en la relación entre educación, comunidad, trabajo y desarrollo socioeconómico. Estos cuatro factores interdependientes son los responsables del proceso de inclusión social en todo país.

Más allá de nuestro territorio, en Europa, según algunos estudios, se dice que la tasa de desempleo de los jóvenes es de 17,2%; en Argentina asciende al 23,7% y de este porcentaje más del 40% de los jóvenes desempleados son extremadamente pobres o con una gran vulnerabilidad económica.

Esta problemática social va a subsanarse cuando los distintos sectores de la comunidad, empresarios, sindicatos, educadores, dejen de lado tantas diferencias y ayuden así a nuestros gobiernos a tomar las decisiones correctas para generar políticas públicas acordes con las demandas del siglo XXI, y así generar una educación y un proceso de desarrollo inclusivo a nivel social. Es ahí que las organizaciones de la sociedad civil juegan un papel muy importante como facilitadores entre los diferentes grupos.

Hay que reconocer que, en estos tiempos, los actores involucrados han sufrido cambios. Las empresas han sido parte de un cambio que quizá no les era propio en su creación y han tenido que absorber demandas que no le eran propias, ya que hoy la falta de mano de obra y recursos humanos es el problema que aparece siempre en todas las mesas de discusión.

La educación se encuentra también tratando de adaptarse a las nuevas realidades sociales que tiene que enfrentar, tales como las necesidades del mercado laboral, el uso de las nuevas tecnologías, las nuevas formas de cómo hoy nos informamos y comunicamos, lo que hace que los docentes necesiten una adaptación y una capacitación permanente. No sólo para dictar contenidos sino también para adquirir las competencias y aprender a aprender junto al joven y al adulto que se forman.

Sabemos perfectamente que, cuando estos diferentes actores no trabajan en un proyecto común, los países no logran un desarrollo sustentable y los que quedan fuera son los que menos acceso económico tienen. Hoy por hoy hay muchas organizaciones que se ocupan de la inclusión laboral como Fundación Para el Empleo, Fundación Pescar, Forge, Conciencia, Cimientos, organismos internacionales y nacionales.

Los problemas que muestran las cifras son muy grandes y se oye permanentemente la palabra ‘escalabilidad’, pero es importante no emprender proyectos que sólo apunten a la cultura del oasis. No son sólo las grandes ideas las que enamoran a la gente.

La juventud, especialmente, quiere ver las ideas encarnadas en ejemplos palpables que sirvan de modelo. Ojalá que el año que viene, cuando el G-20 llegue a la Argentina, tengamos en nuestro país una propuesta muy concreta y de fácil realización acompañada de muchos colaboradores comprometidos.

Fuente: http://www.infobae.com/opinion/2017/07/13/los-objetivos-educativos-del-g-20-para-la-proxima-decada/

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