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Por un sindicalismo al servicio del magisterio

Por: Sergio Martínez Dunstan

En mi colaboración anterior, pretendí distinguir entre los derechos laborales establecidos en el Artículo 123 Constitucional y la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado (LFTSE). Así como también, los derechos profesionales surgidos de la reforma educativa establecidos en la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros y en el resto de la normativa asociada. Y, al final, plantee dos preguntas en una sola. Y como lo prometido es deuda, intentaré brindar algunos argumentos para una probable repuesta.

Algunos colegas reaccionaron en las redes sociales sobre su contenido. Por ejemplo, Pedro Flores Crespo, académico de la Universidad Autónoma de Querétaro, tuiteó: “¿Se pueden vulnerar derechos laborales dejando intactos los sindicales?” (https://bit.ly/3zx6njw) Teresa Bracho, ex Consejera Presidenta de la Junta de Gobierno del desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, señaló: “En teoría, no. Porque los sindicales suponen protección del derecho laboral” (https://bit.ly/2TzIY1v). A lo que el especialista en políticas públicas egresado de la Universidad de York en Reino Unido, reflexionó: “Por eso la dimensión no explícita de la política central para definir el objeto de estudio de la ‘policy’.” (https://bit.ly/3eWcmXf) Interesante aportación. ¿Cuál es su opinión gentil lector?

Desde otro ángulo, Lev Velázquez Barriga, Doctor en Pedagogía Crítica y Educación Popular, en la misma red social a propósito del artículo de opinión referido, mencionó que: la “libertad sindical se redujo a la promoción [de] muchos mini sindicatos, veáse el caso Veracruz donde crecieron por docenas y ninguno democrático.” (https://bit.ly/3ByXBU5) Y ustedes, amables lectores, ¿tienen otros datos?

Ahora bien, los derechos laborales se mantuvieron casi intactos salvo los relacionados con la libertad de sindicación la cual sigue siendo una asignatura pendiente. La protección de los derechos sindicales es un problema irresuelto. Es letra muerta la reforma a la LFTSE. Brilla por su ausencia la filosofía de los Convenios C087 y C098 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La culpa la tienen los dirigentes del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE). Aunque la complicidad del mismo gobierno es innegable. Es una omisión grave a sus atribuciones legales permitir el incumplimiento de las disposiciones.

La participación del magisterio en el Sistema de Carrera es individual y voluntaria. La ley contempla el derecho de interponer su defensa. Mientras que la intervención del sindicato, es marginal. Se limita a lo estrictamente laboral dejando un vacío en la protección de los derechos profesionales. La relación entre autoridades educativas y los maestros es directa, sin intermediarios. Dicho coloquialmente, se rascan con sus propias uñas. Y, en ocasiones, en contra de la voluntad de representantes sindicales. Han padecido una serie de arbitrariedades y abusos de autoridad por parte de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM). Reconocidas por la titular de la dependencia, la Secretaria de Educación y el propio Presidente de México. Mientras que los “lideres sindicales” gestionan privilegios al margen de la ley para ellos mismos y sus allegados. De esta manera son cooptados unos y otros por la autoridad educativa. Incluso hay denuncias con casos documentados de tales anomalías. Parece que el que tiene más saliva traga más pinole. Cada quien defiéndase como pueda es la consigna. A eso me refiero cuando digo que el maestro se encuentra en total estado de indefensión. Sus propios recursos son el único apoyo con que cuentan. ¿Para qué le sirve al magisterio un sindicato así?

En contraparte, la autoridad educativa se apropia de la rectoría de la educación. El goce de los derechos laborales del magisterio trae implicaciones educativas y de igual manera el ejercicio de los derechos profesionales conlleva repercusiones laborales. Basta revisar procesos tan relevantes en donde la SEP se arroga la atribución exclusiva:

  • El Sistema Abierto y Transparente de Asignación de Plazas.
  • La estructura ocupacional autorizada.
  • Los procesos de admisión, promoción, reconocimiento desde la determinación de los tiempos a través del calendario, la definición de los perfiles profesionales, la emisión de las convocatorias, el prerregistro y el registro de los participantes, el cumplimiento de cada una de las etapas y fases.
  • Los cambios de adscripción, las licencias y la compatibilidad de plazas.
  • El otorgamiento de licencias por razones de carácter personal.
  • La compactación de horas, la descompactación de plazas.
  • La apertura, crecimiento o modificación de centros escolares.
  • La asignación de plazas vacantes, objeto de los procesos de selección.
  • Los programas de formación, capacitación y actualización, de desarrollo de  capacidades y de desarrollo de liderazgo de gestión.
  • Los programas de reconocimiento para el personal docente, técnico docente, de  asesoría técnico pedagógica, de asesoría técnica, de tutoría y para quienes desempeñan funciones de dirección o supervisión que se encuentren en servicio.
  • El Programa de Promoción Horizontal por Niveles con Incentivos.
  • El Servicio de Asesoría y Acompañamiento a la Escuela.

Lo anterior resulta una brillante área de oportunidad para las organizaciones gremiales. Este escenario emergente arrojó un nuevo orden jurídico bajo la rectoría de la autoridad educativa quedando al margen la organización sindical porque así fue diseñado de origen el Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros. Los líderes sindicales han quedado obnubilados, preocupados por mantenerse en el poder. Carecieron de fuerza y capacidad para adaptarse a las circunstancias. Les faltó inteligencia para adelantarse a los tiempos, leerlos, interpretarlos. Mientras se ocupan en quitarse la camisa de fuerza impuesta, las autoridades educativas fortalecen su marco de actuación. El Estado Mexicano les ganó la partida a los sindicatos magisteriales. Les restó fuerza y acotó su poder de influencia. Los tienen entretenidos en lo que les conviene y alejados de las decisiones fundamentales. Están maniatados. Estamos siendo testigos del sometimiento de los sindicatos magisteriales. O ¿así siempre debió haber sido?

Con las ideas plasmadas en los párrafos anteriores estoy en condiciones de dar respuesta al cuestionamiento señalado al final del texto “Los derechos profesionales y los derechos laborales del magisterio”. ¿Cuál es el papel que está jugando el sindicato? La pugna por conservar el poder y la lucha por su sobrevivencia.

¿Cuál es el papel que debieran jugar las organizaciones sindicales en la defensa de los derechos profesionales del magisterio?

Volver a sus orígenes plasmado en su propio lema, “Por una educación al servicio del pueblo” pero visto desde otra perspectiva que retome lo fundamental de su razón de ser. Por un sindicalismo al servicio de los trabajadores de la educación. Considerando que los maestros se encuentran en total estado de indefensión hacia ellos debiera dirigirse la acción sindical de manera prioritaria. Nunca sin ellos. Siempre a su lado.  Acompañándolos en todo momento, abandonarlos nunca. Con ellos, por ellos y para ellos. Hasta que la dignidad se haga costumbre. Por un sindicalismo al servicio del magisterio.

Carpe diem quam minimun credula postero

Facebook: SergioDunstan
Twitter: @SergioDunstan

Blog: http://www.sergiodunstan.net

Fuente: http://www.educacionfutura.org/por-un-sindicalismo-al-servicio-del-magisterio/

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Mundo. Menos mujeres que hombres recuperarán el trabajo durante la recuperación del COVID-19: OIT

Mundo/30-07-2021/Autor(a) y Fuente: news.un.org

Menos mujeres recuperarán los trabajos perdidos por la pandemia de COVID-19 durante el período de recuperación que los hombres, según un nuevo estudio publicado el lunes por la agencia laboral de la ONU.

En  Construir un futuro más justo: los derechos de las mujeres al trabajo y en el trabajo en el centro de la recuperación de COVID-19 , la Organización Internacional del Trabajo ( OIT ) destaca que entre 2019 y 2020, el empleo de las mujeres disminuyó en un 4,2 por ciento a nivel mundial, lo que representa 54 millones de puestos de trabajo. mientras que los hombres sufrieron una disminución del tres por ciento, o 60 millones de puestos de trabajo.

Esto significa que habrá 13 millones menos de mujeres empleadas este año en comparación con 2019, pero es probable que la cantidad de hombres ocupados se recupere a los niveles de hace dos años.

Esto significa que solo el 43 por ciento de las mujeres en edad laboral del mundo estarán empleadas en 2021, en comparación con el 69 por ciento de sus homólogos masculinos.

El documento de la OIT sugiere que las mujeres han experimentado pérdidas desproporcionadas de empleo e ingresos porque están sobrerrepresentadas en los sectores más afectados por los cierres, como el alojamiento, los servicios alimentarios y la fabricación.

Diferencias regionales

No todas las regiones se han visto afectadas de la misma forma. Por ejemplo, el estudio  reveló  que el empleo de las mujeres fue el más afectado en las Américas, cayendo en más del nueve por ciento.

Le siguieron los Estados árabes con poco más del 4%, luego Asia-Pacífico con el 3,8%, Europa con el 2,5% y Asia central con el 1,9%.

En África, el empleo de los hombres se redujo solo un 0,1 por ciento entre 2019 y 2020, mientras que el empleo de las mujeres disminuyó un 1,9 por ciento.

Esfuerzos de mitigación

A lo largo de la pandemia, a las mujeres les fue considerablemente mejor en países que tomaron medidas para evitar que perdieran sus trabajos y les permitieron volver a la fuerza laboral lo antes posible.

En Chile y Colombia, por ejemplo, se aplicaron subsidios salariales a las nuevas contrataciones, con tasas de subsidio más altas para las mujeres.

Y Colombia y Senegal estuvieron entre las naciones que crearon o fortalecieron el apoyo a las mujeres emprendedoras.

Mientras tanto, en México y Kenia se establecieron cuotas para garantizar que las mujeres se beneficiaran de los programas de empleo público.

Construyendo hacia adelante

Para abordar estos desequilibrios, las estrategias sensibles al género deben estar en el centro de los esfuerzos de recuperación, dice la agencia.

Es fundamental invertir en la economía del cuidado porque los sectores de la salud, el trabajo social y la educación son importantes generadores de empleo, especialmente para las mujeres, según la OIT.

Además, las políticas de licencias por cuidados y los arreglos laborales flexibles también pueden fomentar una división más equitativa del trabajo en el hogar entre mujeres y hombres.

La actual brecha de género también puede abordarse trabajando por el acceso universal a una protección social integral, adecuada y sostenible.

Promover la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor también es un paso potencialmente decisivo e importante.

La violencia doméstica y la violencia y el acoso de género relacionados con el trabajo han empeorado durante la pandemia, lo que socava aún más la capacidad de las mujeres para estar en la fuerza laboral, y el informe destaca la necesidad de eliminar el flagelo de inmediato.

Promover la participación de las mujeres en los órganos de adopción de decisiones y un diálogo social más eficaz también marcaría una gran diferencia, dijo la OIT.

Dos mujeres revisan telares industriales en una fábrica de alfombras en Mongolia.
Foto de la OIT
Dos mujeres revisan telares industriales en una fábrica de alfombras en Mongolia.
Fuente e Imagen: https://news.un.org/en/story/2021/07/1096102
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OIT: Al menos 23 millones de personas han transitado por el teletrabajo en América Latina y el Caribe

América Latina y el Caribe/16-07-2021/Autor(a) y Fuente: www.ilo.org

Durante la pandemia el teletrabajo ha posibilitado la continuidad de negocios y empleos. Fue un salto inesperado hacia el futuro del trabajo que deja abierto un escenario de oportunidades y desafíos para la región, dijo hoy la OIT.

El teletrabajo irrumpió en los mercados laborales de América Latina y el Caribe como una manera de enfrentar las consecuencias de la pandemia COVID-19, permitiendo la continuidad de actividades en algunos sectores en el contexto de una caída devastadora de la actividad económica, con pérdida de empleo, caída de los ingresos y cierre de empresas.

Las estimaciones preliminares de la OIT indican que en el peor momento de la crisis, en el segundo trimestre de 2020, unas 23 millones de personas transitaron hacia el teletrabajo en la región. Al igual que en otros lugares del mundo, esta modalidad surgió como un mecanismo para garantizar la continuidad de ciertas actividades económicas y, con ello, de la relación laboral.

Una nueva nota técnica de la OIT difundida este martes, dice que en los países de la región donde existen datos disponibles entre el 20 y 30 por ciento de los asalariados que estuvieron efectivamente trabajando lo hicieron desde sus domicilios durante la vigencia de las medidas de confinamiento. Antes de la pandemia, esa cifra era inferior al 3 por ciento.

“La crisis causó una aceleración de tendencias en los mercados laborales, lo cual deja la sensación que junto a la situación dramática de la pérdida de empleo el futuro del trabajo se estuviera manifestando antes de lo esperado”, dijo el Director de OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro.

“El teletrabajo ayudó a amortiguar los impactos negativos de la crisis en los mercados de trabajo contribuyendo a la preservación de millones de empleos. Tras la recuperación seguramente seguirá siendo una opción y generando nuevas oportunidades, aunque está claro que aún está pendiente responder a desafíos tanto para los trabajadores como para las empresas que debieron implementarlo rápidamente”, agregó Pinheiro.

El informe destaca que aunque es muy temprano para predecir el alcance efectivo del teletrabajo, será necesario que los países y las sociedades estén preparados para asumir que esta modalidad llegó para quedarse, ya sea como una solución conveniente para algunas personas y empresas, o a través de la proliferación de formas híbridas que combinen trabajo en el establecimiento con trabajo desde el hogar.

El análisis de la OIT dice que si bien ya antes de la pandemia existía el trabajo desde el domicilio, este abarcaba principalmente a trabajadores por cuenta propia, o en situaciones especiales se combinaba con trabajo en el establecimiento, “pero en el contexto de cuarentena pasó, en mucho casos, a ser la modalidad exclusiva de trabajo”.

“Sin embargo, no todos los trabajadores pudieron hacer uso de esta modalidad. Fueron principalmente las personas asalariadas formales, con alto nivel educativo, con relaciones de empleo estables, en ocupaciones profesionales, gerenciales y administrativas, y por supuesto con acceso a las tecnologías necesarias para llevar a cabo sus tareas, quienes registraron los mayores aumentos del teletrabajo”, explicó Roxana Maurizio, especialista regional en economía laboral de la OIT y autora de la nota técnica “Desafíos y oportunidades del teletrabajo en América Latina y el Caribe ”.

El informe destaca que tuvieron mucho menor acceso al teletrabajo “los trabajadores informales, cuentapropistas, jóvenes, de menores calificaciones y de bajos ingresos laborales, quienes experimentaron las mayores pérdidas de empleo y de horas trabajadas, especialmente en la primera mitad de 2020”.

De acuerdo con Maurizio también es importante considerar que en una región caracterizada por estructuras laborales con baja intensidad global en el uso de TICs y con elevadas brechas tecnológicas “era esperable que la difusión de la modalidad de trabajo a domicilio y, en particular del teletrabajo, no fuera homogénea entre los diferentes grupos de trabajadores”.

Por otra parte, la especialista de OIT agregó que antes de esta crisis el teletrabajo era considerado como una alternativa para lograr mejor conciliación entre la vida familiar y la laboral, pero durante el cierre provocado por la pandemia la situación fue compleja pues además cerraron las escuelas y se incrementaron las demandas de cuidado.

“Esto afectó en forma especial a las mujeres, dado que las responsabilidades familiares siguen recayendo mayormente sobre ellas” , precisó Maurizio.

El informe destaca algunos aspectos relevantes que deben ser abordados para enfrentar los desafíos del teletrabajo:

  • Principio de voluntariedad y acuerdo entre las partes
  • Organización y tiempo de trabajo
  • Seguridad y salud en el trabajo
  • Equipamiento y elementos de trabajo
  • Protección del derecho de privacidad de los trabajadores
  • Dimensión de género y teletrabajo
  • El papel de los actores sociales
  • Relación laboral y cumplimiento de la legislación

La región ha reportado avances en materia de regulación del teletrabajo. Sin embargo, el aumento sin precedentes de esta modalidad de trabajo expuso una multiplicidad de desafíos que deben ser abordados”, dice el análisis de OIT. “Sin controles adecuados, el trabajo desde el domicilio podría derivar en relaciones laborales que no reconozcan la dependencia y, por lo tanto, en aumentos del trabajo independiente o en relaciones laborales encubiertas”.

Los temas de la seguridad social, del cumplimiento de las jornadas, de libertad de asociación, de acceso a la formación laboral, de salud y seguridad en el lugar de trabajo, entre otros, forman parte de los temas a considerar. La nota técnica destaca que para abordar estos temas es clave el diálogo entre gobiernos, empleadores y trabajadores.

“Desde la perspectiva de las empresas, la modalidad de teletrabajo también representa desafíos para garantizar la continuidad de las operaciones y mantener los niveles de productividad requeridos para su supervivencia” , agrega.

“Resulta fundamental considerar las lecciones aprendidas durante la pandemia”, dice la nota técnica de la OIT, pero también indica que para futuros análisis sobre este tema “se requiere contar con estadísticas oficiales que brinden información adecuada, comparable y actualizada” sobre el teletrabajo en América Latina y el Caribe.

Fuente e Imagen: https://www.ilo.org/americas/sala-de-prensa/WCMS_811302/lang–es/index.htm

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Violencia y acoso, un problema estructural del capitalismo

Por: Eduardo Camín

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzó una campaña para promover la ratificación del Convenio sobre la Violencia y el Acoso, que entra en vigor el próximo 25 de junio de 2021, dos años después de su adopción por la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT)

Hasta el momento, seis países han ratificado el Convenio sobre la violencia y el acoso, 2019 (número 190): Argentina, Ecuador, Fiji, Namibia, Somalia y Uruguay. Los países ratificantes están jurídicamente obligados a cumplir las disposiciones del Convenio un año después de la ratificación. Junto con la Recomendación número 206, el Convenio 190 reconoce el derecho de toda persona a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso, y prevé un marco común para la acción.

La violencia y el acoso en el trabajo adoptan diversas formas y causan un daño físico, psicológico, sexual o económico. Tras la adopción del Convenio, la pandemia de COVID-19 ha puesto esta cuestión aún más de relieve, pues desde el inicio del brote en todos los países se han denunciado muchas formas de violencia y acoso relacionadas con el trabajo, en particular contra las mujeres y los grupos vulnerables.

Para conmemorar la entrada en vigor de este instrumento, la OIT pondrá en marcha una campaña mundial para promover su ratificación y aplicación. El objetivo de la campaña es explicar en términos sencillos qué es el Convenio, las cuestiones que abarcan y cómo procura poner coto a la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.

Guy Ryder, Director General de la OIT señaló al respecto: “Un futuro del trabajo mejor está exento de violencia y acoso”. Añadió que “el Convenio número 190 exhorta a todos los Estados Miembros de la OIT a erradicar del mundo del trabajo la violencia y el acoso en todas sus formas. Insto a los países a ratificar el Convenio y ayudar a construir, junto con los empleadores, los trabajadores y sus organizaciones, una vida laboral digna, segura y saludable para todas las personas”.

La Semana de Acción dio comienzo con un diálogo virtual de alto nivel. Entre los oradores estuvo el Director General de la OIT, Ministros de Trabajo de la Argentina y Madagascar, y representantes de la Organización Mundial de Empleadores (OIE), la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Unión Interparlamentaria (UIP).

Después de la Semana de Acción, la OIT publicará una guía destinada a ayudar a los mandantes y otras partes interesadas a promover y aplicar el Convenio y la Recomendación. La guía abarca principios fundamentales y medidas que los países pueden adoptar a fin de prevenir, abordar y eliminar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, entre otras cosas, ejemplos de leyes, reglamentos y políticas nacionales.

El dialogo virtual “de alto nivel” una dicotomía entre los hechos y las palabras
El arte de narrar es tan antiguo como la humanidad; pasando de las leyendas populares a las normas de buena educación de los relatos históricos y las leyes. Tal vez sea porque la existencia de un pensamiento narrativo es un género de aptitud o predisposición que, en la experiencia cotidiana, no siempre concuerdan el plano de las acciones (el hecho) y el de las palabras que expresan nuestros sentimientos.

Teniendo en cuenta estas reflexiones, adquieren un valor especial los informes sobre algunos temas, que implican un conjunto de teorías intuitivas relacionadas con el funcionamiento de la humanidad.

Sin dudas, las masivas movilizaciones que en los últimos años han tenido lugar en una gran cantidad de países en contra de los feminicidios y de las múltiples violencias machistas son una muestra de que la legislación concreta sobre violencia machista, así como la actuación de la Justicia en estos casos, es insuficiente, cuando no tardía.

Eso no significa no acompañar el reclamo de justicia para víctimas de feminicidio o violencia, o la exigencia al Estado por derechos elementales para las mujeres. Pero visto lo visto, no habría que conformarse sólo con eso.

No se debe ignorar que en la relación entre el capitalismo y el patriarcado se puede ver en las leyes hechas por el Estado capitalista y sus instituciones que benefician la legitimación de las violencias machistas, como pueden ser las reformas laborales y los recortes en sanidad, educación y leyes de dependencia, que se suman a las ofensivas que defienden el papel de la mujer como ama de casa y cuidadora dentro del hogar.

Y todo esto –recortes y roles de género- también beneficia al capitalismo con el ahorro de las tareas domésticas y de cuidados, es decir, el trabajo de reproducción del trabajo, que llevan mayoritariamente las mujeres dentro de los hogares, y que es indispensable para el mantenimiento de la fuerza de trabajo de la que se nutre el capitalismo.
Los Estados y sus leyes consideran el feminicidio como un fenómeno aislado, con componentes de comportamientos individuales. Muchas veces se presenta a estos individuos como inadaptados o con algún tipo de patología individual, dejando de lado que el machismo es una cuestión estructural.

Por lo tanto, se debe considerar sin ambigüedades como expresiones de violencia machista el maltrato físico y psicológico, la violencia laboral ejercida hacia la mayoría de las mujeres (trabajadoras, jóvenes e inmigrantes), la sexual, el acoso callejero, o la presión estética, por ejemplo.

Sin embargo, ninguna de estas expresiones de violencia machista desaparecerá bajo la actual sociedad capitalista. En el ejemplo de la presión estética, a pesar de que haya mujeres que rompen con los cánones estéticos que brutalmente se les imponen desde pequeñas, no estará al alcance de todas hasta que se acabe con el empleo en el que no te contratan si no encajas con lo socialmente considerado atractivo.

Las leyes y la política capitalista tienen un claro objetivo: gestionar los intereses de la burguesía. Confiar en esta legislación como garantía de “protección” o “libertad”, en lo que respecta a la violencia machista, es poner el peso de la lucha en el mismo Estado que legisla según los intereses que tenga en ese momento, a favor o en contra de los derechos de la mayoría de las mujeres.

En el mejor de los casos, cuando el Estado capitalista hace ciertas concesiones en forma de leyes, el problema sigue existiendo porque continúa rigiendo un sistema capitalista, que tiene uno de sus pilares en la desigualdad. Por lo tanto, a pesar de la legislación, las concesiones no son accesibles a todas las mujeres.

 

En muchos países con legislaciones avanzadas se concedieron permisos de maternidad. No obstante, la realidad sigue siendo que miles de mujeres tienen que renunciar a sus trabajos para cuidar de sus hijos e hijas porque tienen unos trabajos precarios y sigue existiendo una profunda brecha salarial entre hombres y mujeres. Todo esto se profundiza con los recortes en sanidad, dependencia y educación, por los que miles de mujeres tuvieron que volver a sus casas a cubrir este trabajo no garantizado por el Estado, dejando sus empleos o cargándose con una doble jornada laboral interminable.

La perspectiva o enfoque de género es una categoría de análisis de los hechos e instituciones sociales que incide en el examen de las relaciones entre poder, sexo y género, sus distintas manifestaciones y los procesos a través de los cuales se originan, reproducen y se transforman.
Así pues, se incide en el análisis de las ideologías y las relaciones sociales inequitativas, el acceso o no a los recursos materiales y simbólicos de la sociedad o sus limitaciones y las jerarquías sociales en función al sexo-género de las personas.
De esta forma, el enfoque de género proporciona una manera de descubrir y decodificar los significados de las diversas y complejas formas de interrelación humana, las relaciones de poder y sus distintas manifestaciones construidas culturalmente en función a la diferencia sexual.
Los convenios vinculantes avalados por los Estados pueden servir -a condición de que se apliquen. Que no sean un simple ardid de tardes soleadas en la ciudad de Calvino en interminables asambleas so pretexto de los derechos (in)humanos.

 

El autor es periodista uruguayo acreditado en la ONU- Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la).

Fuente e imagen:   www.alainet.org/
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Es necesaria una labor comunitaria para poner fin al trabajo infantil

Por: Peace Okebugwu

Publicada en www.ilo.org

Mientras crecí en Makurdi, en el estado de Benue (Nigeria), era habitual ver a niños trabajando. Siempre he soñado con combatir esa lacra tan arraigada en nuestra sociedad.

Me comprometí a luchar contra el trabajo infantil porque este constituía una amenaza para los niños de mi entorno. He conocido a niños que han sido abusados sexualmente, maltratados físicamente y privados de una educación y una infancia feliz. Es muy doloroso para mí.Durante mi estancia en la universidad, organizaba clases para niños que vivían en aldeas cercanas, ya que la mayoría de ellos no iban a la escuela. Mi objetivo era demostrar a sus padres la utilidad de la educación y suscitar en los niños el interés por la escuela.
Peace Okebugwu, trabajadora de una ONG, sostiene un cartel que dice "#Apruebe la ley sobre derechos infantiles en Bauchi", rodeada de alumnas con pañuelos azules y uniforme. Algunos niños descansan sentados en el suelo. Cabaña escolar rudimentaria.

Esta foto se tomó en una escuela secundaria estatal en el marco de mi proyecto sobre la Ley sobre derechos infantiles en el estado de Bauchi.

© Okebugwu Peace/Itodo Samuel

Los niños suelen trabajar con su familia en instalaciones agrícolas cercanas, o venden productos en las calles, en paradas de autobuses y gasolineras. Venden agua, leche de soja y galletas. Si proceden de familias de agricultores, pueden vender sus productos, por ejemplo, cacahuetes o maíz.En el campus de mi universidad veía a niños que trabajaban hasta las 11 de la noche y se quedaban dormidos cerca del pasillo de los estudiantes. Algunos alumnos se compadecían de esos niños, y otros lo aceptaban como algo normal.Tras licenciarme, me di cuenta de que quería hacer algo al respecto. Fui a campos de desplazados para impartir formación a adolescentes sobre salud sexual y reproductiva, y otros temas. Mis hermanos y mi padre me ayudaron.

Posteriormente, mi pasión por ayudar a mi comunidad fue cada vez mayor.

Durante mi año de servicio en el programa National Youth Service Corps, en el Estado de Bauchi, en la región nororiental de Nigeria, constaté que en dicho estado se registraba una de las tasas más altas de casos de abuso sexual, trabajo y matrimonio infantil.
A raíz de ello, puse en marcha una campaña para fomentar la aprobación de la Ley sobre derechos infantiles, que actualmente es objeto de estudio.

No resultó sencillo: las partes interesadas no siempre estaban accesibles, y mi equipo necesitaba promover su labor entre el público. También afrontamos retos financieros, pues tuvimos que desplazarnos mucho.

Pero seguí adelante. Al ayudar a un niño, tengo la impresión de vivir mi sueño y siento la necesidad de hacer más.

Mis padres siempre me alentaron a centrar mi interés y a cumplir mis sueños, sin importar los retos que tuviera por delante. Ese impulso es el que me permite movilizar a los jóvenes contra el trabajo infantil. Peace OkebugwuJefe de proyecto

Al ser la tercera hija en una familia de cinco hijos, supe lo que es no poder satisfacer todas las necesidades. Ello me instó a superarme. Mis padres siempre me alentaron a alcanzar mis sueños, sin importar los retos que tuviera por delante. También tengo hermanos que me apoyan, en particular mi hermana mayor, con la que comparto objetivos.

Ese impulso me permite movilizar a los jóvenes contra el trabajo infantil. Les pido que participen en debates sobre nuestro objetivo común, y trabajamos de consuno para facilitar nuestra visión.

Actualmente trabajo con la fundación Beulah Future Leaders, ONG cuya sede se encuentra en el estado de Kaduna y se ocupa de problemas que afectan a niñas y mujeres. Colaboramos directamente con nuestros beneficiarios, y empoderamos a niños, adolescentes y jóvenes a través de la educación. Mejoramos su acceso a la información y a servicios en materia de derechos y salud sexual y reproductiva.

Con nuestro enfoque práctico comunitario, colaboramos con los más marginados, en particular niñas, mujeres y personas con VIH. Nuestro objetivo es erradicar el trabajo infantil, la violencia de género y el maltrato infantil mediante campañas de concienciación, intercambio de conocimientos, capacitación y programas de calidad.

Entre mis actividades encaminadas a la erradicación del trabajo infantil cabe destacar la organización de clases en comunidades rurales para niños que no van a la escuela, la colaboración con organizaciones y particulares en actividades de sensibilización y la organización de servicios de desarrollo comunitario.

Las demás personas pueden colaborar en la lucha contra el trabajo infantil en actividades de aumento de la concienciación, voluntariado y financiación de proyectos cuyo objetivo sea erradicar el trabajo infantil. También pueden elaborar carteles o escribir en periódicos locales.

Es importante colaborar con otras personas en campañas de sensibilización. Y conviene entablar contacto con jóvenes en escuelas y promotores de grupos comunitarios dispuestos a colaborar en acciones contra el trabajo infantil.

Este año se celebra el Año Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil. ¡Colabore!

Fuente e Imagen: https://voices.ilo.org/es-es/stories/es-necesaria-una-labor-comunitaria-para-poner-fin-al-trabajo-infantil

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200 mil niños más orillados a trabajar en México, lamenta ONG

América del Norte/México/18-06-2021/Autor(a) y Fuente: www.jornada.com.mx

Ciudad de México. Ante la crisis por la pandemia, se estima que 200 mil menores se incorporarán al trabajo infantil en el país en un año, advirtió Maripina Menéndez, directora de Save the Children México.

A ello, añadió, hay que sumar los “más de 3 millones de menores que abandonaron la escuela este ciclo escolar, y que están en un riesgo de sumarse” a las filas de las labores remuneradas y no, que actualmente suman 3.3 millones, según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI).

En el foro Niñez libre de trabajo, convocado por la de Comisión de Derechos de la Niñez y de la Adolescencia del Senado, Menéndez apuntó que es fundamental el papel de la sociedad para visibilizar esta problemática “que se ha normalizado y se vuelve mucho más compleja, desafiante y urgente de atender”, ya que someterse al trabajo formal, se interrumpe el desarrollo mental de los infantes y crea cadenas generacionales de abandono escolar y precarización de estilos de vida. Además de riesgos de sufrir maltrato sicológico, físico y hasta sexual.

En su más reciente informe, la Organización Internacional del Trabajo revela que los niños y adolescentes que se desarrollan en algún empleo –la mayoría de ellos en labores de alto riesgo– aumentó a 160 millones, debido a la emergencia sanitaria.

El organismo advirtió que, de no tomarse las medidas necesarias, 9 millones de entre 5 y 17 años en el mundo entrarían a la población ocupada en 2022.

México, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, es el segundo país de la región con mayor cifra de niños ocupados, después de Brasil y por encima de Perú. A escala nacional, Oaxaca, Puebla y Chiapas son los estados que presentan mayor problemática, así quedo manifiesto en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil que se conmemoró este sábado.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/06/13/sociedad/200-mil-ninos-mas-orillados-a-trabajar-en-mexico-lamenta-ong/

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Acuerdo global en la Conferencia de la OIT sobre la acción para la recuperación de la COVID-19

Ginebra / OIT 2021

La Conferencia Internacional del Trabajo ha adoptado un Llamamiento Mundial a la Acción en el que se esbozan medidas para crear una recuperación de la pandemia centrada en las personas y evitar que las economías y las sociedades queden marcadas a largo plazo.

GINEBRA (OIT Noticias) – Los delegados de 181 países que representan a los gobiernos, trabajadores y empleadores en la Conferencia Internacional del Trabajo  (CIT) han adoptado por unanimidad un Llamamiento Mundial a la Acción para una recuperación de la COVID-19 centrada en las personas, que dé prioridad a la creación de empleos decentes para todos y aborde las desigualdades causadas por la crisis.

El Llamamiento Mundial a la Acción para una recuperación centrada en las personas esboza un programa exhaustivo. Compromete a los países a garantizar que su recuperación económica y social de la crisis sea «totalmente inclusiva, sostenible y resiliente».

El acuerdo incluye dos conjuntos de acciones acordadas. El primero abarca las medidas que deben adoptar los gobiernos nacionales y sus «interlocutores sociales» empresariales y sindicales, para lograr una recuperación rica en empleo que refuerce sustancialmente las protecciones sociales y de los trabajadores y apoye a las empresas sostenibles.

Un segundo conjunto de acciones abarca la cooperación internacional y el papel de las instituciones multilaterales, incluida la OIT, con el objetivo de aumentar el nivel y la coherencia de su apoyo a las estrategias nacionales de recuperación de la pandemia «centradas en las personas».

Hace un llamamiento a la OIT -con su mandato de justicia social y trabajo decente- para que desempeñe un papel de liderazgo y utilice todos los medios para respaldar el diseño y la aplicación de estrategias de recuperación que no dejen a nadie atrás, incluso reforzando la cooperación con otras instituciones del sistema multilateral.

El Llamamiento a la Acción se basa en la Declaración del Centenario de la OIT para el Futuro del Trabajo , adoptada en la CIT de 2019. El Llamamiento ofrece una vía para acelerar la aplicación práctica de la Declaración mediante la mejora de las políticas y las inversiones que apoyan una recuperación de base amplia y plenamente inclusiva. También hace un llamamiento a la acción urgente y coordinada en áreas relacionadas, incluyendo la cooperación y la solidaridad internacionales para garantizar un acceso global e igualitario a las vacunas, los tratamientos y las medidas preventivas.

El Director General de la OIT, Guy Ryder, acogió con satisfacción el acuerdo: «La creación de una recuperación que sea inclusiva, sostenible y resiliente debe convertirse en una de las principales prioridades de las políticas públicas. Esta resolución ofrece un camino claro y completo que permitirá a los países convertir en acciones concretas la aspiración moral y política de no dejar a nadie atrás».

Y añadió: «La eficacia y la resiliencia de la recuperación de la COVID-19  dependerán en gran medida de su amplitud y de su carácter socialmente inclusivo. A menos que abordemos específicamente las desigualdades que se han agudizado durante esta crisis, existe un riesgo muy real de que las consecuencias económicas y sociales causen cicatrices a largo plazo, en particular para los grupos desproporcionadamente afectados, como los jóvenes y las mujeres, y las pequeñas empresas y microempresas que proporcionan la mayor parte del empleo mundial.»

En una sesión especial de la CIT, antes de adoptar el Llamamiento a la Acción, los delegados participaron en la primera jornada de la Cumbre sobre el Mundo del Trabajo, de dos días de duración: Acción global para una respuesta a la COVID-19 centrada en las personas. En la Cumbre se debatieron los efectos de la pandemia en los mercados laborales, y las estrategias de recuperación que promueven la justicia social y el trabajo decente.

En la Cumbre también se escucharon mensajes de vídeo de los principales líderes mundiales , como el Papa Francisco, el Presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, el Primer Ministro de Portugal, António Costa, y el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

 

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