Saltar al contenido principal
Page 2 of 3
1 2 3

España: Una escuela de segunda oportunidad para ‘ninis’

Europa/España/09 Agosto 2018/Fuente: El país

El Ayuntamiento de Barcelona abrirá un centro en 2019 para reincorporar a los estudios reglados a jóvenes de entre 16 y 25 años que no estudian ni encuentran trabajo

El Ayuntamiento de Barcelona ya ha puesto fecha y lugar para dar una nueva oportunidad a los jóvenes ninis, que no estudian ni trabajan. En septiembre de 2019, el Consistorio abrirá su primera escuela de segunda oportunidad para ayudar a estos chavales a reincorporarse al circuito de los estudios reglados.

A través de un tratamiento personalizado y de la mano de un equipo multidisciplinar de profesionales, el centro prevé reincorporar a chavales de entre 16 y 25 años al circuito de estudios reglados y dotarlos de herramientas para acceder al mercado laboral. Un estudio de la Fundación BCN Formación Profesional cifra en 17.000 los jóvenes barceloneses sin estudios ni empleo.

“Detectamos en su momento que los índices de personas con estudios superiores en Barcelona crecía, pero también lo hacían los de jóvenes que abandonaban los estudios. El objetivo de este tipo de centros es evitar que los jóvenes se descuelguen de los estudios y del mundo laboral”, explicó ayer la teniente de alcalde de Derechos Sociales y alcaldesa accidental, Laia Ortiz. Según el estudio de 2016 de la Fundación BCN Formación Profesional, el 13,2% de los jóvenes barceloneses de entre 16 y 24 años no estudia ni encuentra. Estos chavales, además de tener muy baja cualificación académica, tienen problemas para continuar o retornar al sistema educativo, no están preparados para incorporarse al mundo laboral y tienen recorridos vitales de alta complejidad.

La escuela, ubicada en el barrio de Navas contará con un grupo de seis profesionales (coordinador pedagógico, orientadores, profesores, educadores, etc.) que serán los encargados de pilotar el proyecto. “La clave es el diseño individualizado. Hacemos lo contrario de lo que ya viene dado. Partimos de cómo está este joven en este momento, cuáles son sus competencias y sus potencialidades”, apuntó la teniente de alcalde.

El objetivo, indicó Ortiz, es lograr que estos jóvenes, que no estudian ni tampoco encuentran trabajo por su bajísimo o nulo nivel de estudios, puedan retornar a los estudios reglados y dispongan de herramientas para entrar en el mercado laboral. Para ello, los chavales que entren en este nuevo dispositivo municipal recibirán una atención socioeducativa personalizada que va más allá de la meramente formativa. Así, además de que se impartirán aprendizajes académicos y competenciales para el mundo laboral, también cobrará importancia todo el ámbito psicoeducativo, emocional y “actitudinal” para “recuperar la autoestima de los alumnos”, dijo el Consistorio.

Ortiz insistió en que, precisamente esta atención integral con el abordaje socioeducativo en el punto de mira, es precisamente “donde falla el sistema”. “Queremos acompañar a los jóvenes y conseguir que recuperen los estudios y ofrecer a los alumnos una atención integral más allá de la instrucción educativa que se da en una centro ordinario de secundaria”, apostilló la alcaldesa accidental.

En un principio, según explicó Ortiz, el centro contará con 60 plazas para el curso académico 2019-2020 y se pretende ampliar hasta las 120 plazas al año siguiente. Cuando los alumnos se matriculen y el curso empecie a rodar, el equipo docente empezará a analizar y evaluar la situación formativa de cada alumno. Con el diagnóstico en la mano, se pondrá un marcha un plan personalizado para cada joven con formación y herramientas para mejorar sus habilidades personales y se les facilitarán itinerarios de formación. Los profesionales de la escuela de segunda oportunidad harán un seguimiento y evaluación de cada alumno a lo largo del curso.

Fuente: https://elpais.com/ccaa/2018/08/03/catalunya/1533325013_042804.html

Comparte este contenido:

¿Cuánto pierde la economía mundial por no educar a las niñas?

Por Braulio Palacios

Según el informe Oportunidades perdidas, El alto costo de no educar a las niñas, la educación primaria en niñas es insuficiente: Hay unas 132 millones de niñas, cuyas edades oscilan entre los seis años y los 17 años, que no asisten a la escuela.

Ver imagen en Twitter

World Bank

@WorldBank

Women with secondary education
✔️ Have more opportunities to make household decisions
✔️ Are at less risk of intimate partner violence
✔️ Have healthier, better educated children
✔️ Become more active members of their community

En los países de ingreso bajo, menos de dos tercios de las niñas termina la escuela primaria y solo una de cada tres niñas termina el primer ciclo de la escuela secundaria.

En promedio, las mujeres con educación secundaria tienen más probabilidades de trabajar y ganan casi el doble que las mujeres que no han recibido ningún tipo de educación.

El informe estima el impacto global de privar a las niñas de la educación. Sus hallazgos muestran el poder transformador de la educación para las niñas en seis áreas:

Ingresos y nivel de vida: En promedio, las mujeres con educación secundaria ganan casi el doble que las que no tienen educación.

Matrimonio infantil y procreación temprana: La educación secundaria universal para niñas podría prácticamente eliminar el matrimonio infantil. Como resultado, reducir el riesgo de tener un primer hijo antes de los 18 años.

Fertilidad y crecimiento de la población: La educación secundaria universal para niñas podría reducir tasas de fecundidad total y conducir a una reducción de la población mundial.

Salud, nutrición y bienestar: En los países en desarrollo, la educación secundaria universal para niñas podría aumentar el conocimiento de las mujeres sobre el VIH / SIDA. También podría mejorar su bienestar psicológico, reducir el riesgo de violencia infligida por la pareja y reducir los riesgos de mortalidad.

Toma de decisiones: la educación secundaria universal para niñas podría aumentar la capacidad general de toma de decisiones de las mujeres dentro de su hogar. También aumentar su capacidad para evaluar la calidad de los servicios básicos.

Capital social e instituciones: La educación secundaria universal para las niñas podría aumentar la capacidad de las mujeres para participar en conductas altruistas. También podría aumentar su capacidad de evaluar instituciones y servicios.

“NO PODEMOS SEGUIR DEJANDO QUE LA DESIGUALDAD DE GÉNERO PONGA OBSTÁCULOS EN EL PROGRESO MUNDIAL”, AFIRMÓ KRISTALINA GEORGIEVA

Mayor costo

Muchos de los impactos potenciales de la educación en los resultados de desarrollo se aplican a niños como a niñas. Pero no educar a las niñas es especialmente costoso debido a las relaciones entre la educación, el matrimonio infantil y la maternidad temprana, y los riesgos que conllevan para las madres jóvenes y sus hijos.

“Cuando 130 millones de niñas no pueden convertirse en ingenieras o periodistas, o directoras ejecutivas de una empresa porque la educación está fuera de su alcance, el mundo pierde billones de dólares que podrían ayudar a fortalecer la economía mundial, la salud pública y la estabilidad”, señaló Malala Yousafzai, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2014.

Ver imagen en Twitter

World Bank

@WorldBank

“When 130 million girls are unable to become engineers or journalists or CEOs because education is out of their reach, our world misses out on trillions of dollars that could strengthen the global economy, public health and stability» – @Malala http://wrld.bg/vZeH30kUfyD 

El BM concluye que las mujeres con educación secundaria están más capacitadas para tomar decisiones en sus hogares, incluso las relativas a la atención de su propia salud. Es menos probable que padezcan violencia de pareja y afirman que gozan de mayores niveles de bienestar psicológico.

Por otra parte, sus hijos son más sanos, y es menos probable que sufran malnutrición y más probable que asistan a la escuela y aprendan.

Por último, las niñas que han recibido una mejor educación suelen participar más plenamente en la sociedad y ser miembros activos de su comunidad.

Kristalina Georgieva, directora general del Grupo Banco Mundial.  indicó que la desigualdad en la educación es otro de los problemas reparables que está costando al mundo billones. “Es hora de cerrar la brecha de género en la educación y dar a las niñas y los niños las mismas oportunidades para triunfar, por el bien de todos”, concluyó.

Fuentes del artículo: https://republica.gt/2018/07/27/cuanto-pierde-la-economia-mundial-por-no-educar-a-las-ninas/

Comparte este contenido:

El derecho a la educación en Chile: un debate inconcluso

Por: Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

Dr. Juan Pablo Queupil

Centro de Investigación para la Educación  Inclusiva

Ha comenzado el año 2018 y en Chile asumirá el próximo marzo un nuevo presidente. Como era de esperar, la política educativa estuvo presente en cada uno de los debates que precedió la elección de la centro-derecha, representada por Sebastián Piñera, quien va por su segundo mandato, luego de que su primer gobierno haya desbancado a la centro-izquierda, liderada por Michelle Bachelet. Curiosamente, esto se repite por segunda ocasión.

En los últimos 45 años, estos dos bandos políticos han estado demarcados por el hito histórico del golpe de Estado de 1973, encabezado por el ya fallecido General Pinochet, quien aún pareciera tener una presencia en varios asuntos nacionales, reflejada en la imposición de reformas en educación, salud, sistema de pensiones, e incluso en la constitución chilena, entre otros ámbitos de acción.

Dentro de este ambiente post-elecciones presidenciales y de cambio de gobierno, no es sorpresa que la educación siga siendo una temática en la primera línea de la política pública chilena. Es claro que existe un consenso sobre los beneficios de una sociedad más educada, trayendo consigo efectos positivos en la economía, aspectos culturales, en la movilidad social, entre otros, analizados ampliamente por la literatura. Sin embargo, el retorno a la democracia en Chile, en los inicios de los años ’90, cimentó a los bandos políticos mencionados con dos posturas y visiones de la educación, en una dicotomía que se ha mantenido por casi cinco décadas. Además, como efecto de todo lo anterior, cabe considerar que Chile es uno de los países con mayor inequidad y segregación social y educacional en el mundo (Valenzuela, Bellei & De Los Ríos, 2010), lo cual no se ha logrado sortear y más bien se ha incrementado.

Así, desde que la dictadura impuso un modelo neoliberal para la educación, como lo ha resumido Atria (2014), la dicotomía en Chile radica en entender la educación como un bien de mercado versus un derecho social. Si bien la presidenta Bachelet ha intentado llevar adelante un cambio de paradigma hacia esta última noción de cómo entender y comprender la educación, esto no está declarado de forma explícita en la Constitución chilena heredada por la dictadura, y lo que pareciera ser aún más anecdótico, el electo presidente ha expresado explícitamente su inclinación por lo primero, igualmente matizando su discurso ante su inminente segunda elección.

Por ello, llama la atención que aún no ha sido abordado apropiadamente el debate sobre qué entendemos por el derecho a la educación en Chile. Si bien esta es una frase que aparece en cada proyecto de ley dentro de la reforma educacional impulsada por la presidenta Bachelet, más bien pareciera ser concebida en términos de “un ideal” o una visión de algo deseable (al menos declarativamente), y no como algo garantizado para los ciudadanos chilenos. Tal vez el más optimista podría aseverar que, a través de diversos mecanismos o programas, es un anhelo de recuperar un derecho usurpado por la dictadura. Así, entre estos últimos esfuerzos destacan la Ley de Inclusión Escolar (Ley N°20845, 2015), la reciente ley del nuevo sistema de educación pública (Ley N°21040, 2017) y la gratuidad de la educación superior –hasta ahora sólo para los seis deciles más pobres de la población, y en instituciones acreditadas–. En este sentido, si consideramos sólo esta última iniciativa, estaríamos lejos de afirmar que la educación es un derecho universal, pues además debemos considerar que en Chile hay miles de personas endeudadas por décadas, tras haber obtenido créditos y préstamos para cursar sus estudios superiores. Paradójicamente, la educación superior era gratuita (no involucraba pago de aranceles) antes de la dictadura, igual que la mayor parte de la educación pública escolar.

El propio Atria (2014), abogado constitucionalista de profesión y ferviente militante de la izquierda chilena, ha asegurado que la educación tiene dos dimensiones:

Bajo la primera, educación es lo que se provee al ciudadano en cumplimiento de su derecho; se trata aquí de la educación como derecho social. La segunda dimensión de la educación se desprende del hecho que hay algo importante (público) en las instituciones que proveen educación y en la forma en que lo hacen (p. 125).

Se trata entonces de un debate que debiera incorporar la comprensión de qué se entiende por ciudadanía y de “lo público”. Incluso más, Atria destaca que, al contrario de la educación escolar, el caso de la educación superior en Chile debe ser tratado de forma diferente, considerando la autonomía que (todavía) gozan sus instituciones. Sobre todo si se tiene en cuenta que ésta podría variar a medida que se incremente la cantidad de universidades que reciben aportes públicos directos o indirectos, aspecto que todavía está en discusión en un actual proyecto de ley. En el ámbito internacional, RESULTS, ONG de Estados Unidos, creó un índice del derecho a la educación -Right to Education Index-, el cual es comparativo entre diversas naciones, donde Chile ocupa el último lugar, superado incluso por países como Zimbabwe o Tanzania en aspectos tales como gobernabilidad, disponibilidad, accesibilidad, aceptación y adaptabilidad.

A su vez, si se habla del derecho a la educación, no puede dejarse de lado su innegable valor público. Así, por ejemplo, diversos factores del tipo “no académico”, usualmente asociados con el rendimiento escolar, son aspectos transcendentales de la educación, tales como la formación de la ciudadanía, el clima escolar, la motivación y el compromiso con el aula y la escuela, entre otros. En las últimas décadas, diversos investigadores han afirmado que el valor público de la educación radica en que los factores mencionados desempeñan un rol importante para que los niños y jóvenes se desarrollen plenamente como ciudadanos críticos y sean actores relevantes en la sociedad. En la práctica, ésto implica pasar de una lógica donde prima el individualismo y los intereses de las personas como entes aislados, a una donde se prioricen la cooperación y los intereses comunes. Además, y por sobre todo, cambiar las políticas de focalización de recursos a ciertos grupos de la población a uno de universalismo que beneficie a la sociedad como un todo.

Lo anterior pareciera tener un vínculo con los paradigmas de los bandos políticos predominantes en Chile, pero siempre bajo un modelo neoliberal imperante en los últimos 45 años. Así, por ejemplo, este ha implicado que el Estado cumpla básicamente  un rol subsidiario de la demanda por educación de acuerdo al status socio-económico de sus solicitantes. En otras palabras, los colegios reciben recursos económicos en base a la cantidad de estudiantes y de acuerdo al porcentaje de asistencia a clases del alumnado, generando una serie de incentivos perversos, afectando los factores académicos y no académicos del proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula. Recientes leyes han tratado de corregir estas “fallas de mercado” con un prisma basado en el concepto de “inclusión”, prohibiendo, entre otras medidas, la discriminación arbitraria de la admisión de las escuelas través de la mencionada Ley N°20845. Así, se ha tenido que recurrir a corregir las reglas del mercado a través de un sinfín de normativas y regulaciones, en un marco donde no se logra conciliar el pleno derecho a la educación.

Se advierte entonces que el Estado chileno sigue cumpliendo un rol subsidiario, ayudando a los segmentos de la población con menores recursos, con regulaciones tales como la “gratuidad” en la educación superior, o hasta hace pocos años, la política de vouchers para que estudiantes asistieran a la educación privada-subvencionada. Lo anterior ha experimentado una eliminación paulatina, aspirando a que las familias de menos recursos matriculen a sus hijos e hijas a escuelas públicas sin pagar ni un solo peso. En el debate, esto ha sido entendido por la centro-derecha como una trasgresión flagrante del derecho a elegir la educación que quieren los padres para sus niños y niñas. Por su parte, la centro-izquierda argumenta que difícilmente una familia de bajos recursos socioeconómicos puede elegir una educación privada, asociada usualmente a altos estándares de calidad, pero que involucra un alto costo económico relacionado con pagos de matrícula y otros gastos asociados. Así, el país aspira a algo mayor que el propio derecho a la educación, expresado en el derecho a una educación de calidad, lo cual, como era de esperar, también se ha vuelto un anhelo que aparece en diversos proyectos de ley, discursos y promesas inocuas. Si a ello se le suma el ideal de lograr una educación equitativa e inclusiva (en su más amplio sentido de la palabra), estamos ante un cambio radical de paradigma, al menos en términos declarativos, y solo el tiempo dirá si efectivamente se lograrán estos y otro nobles objetivos y metas educacionales.

De hecho, en términos de educación primaria, secundaria y terciaria, destaca la amplia cobertura que se ha alcanzado a nivel nacional (Hernández, Arteaga, Hernández & Lagarda,2017). Sin embargo, diversos estudios han mostrado que, en términos de calidad –puntajes en pruebas estandarizadas–, la distribución geográfica de colegios, vale decir, “oportunidades educativas”, está lejos de ser equitativa, y mucho menos cercana a la población vulnerable (Rodríguez, 2016).

Así, el debate sobre el derecho a la educación tiene varias aristas: políticas, sociales, técnicas, administrativas, pero sobre todo interpretativas, pues más allá de qué tipo de institución (pública o privada) es la que provee la educación en cierta localidad, no debe olvidarse que la educación tiene un valor intrínseco que contribuye a la comunidad en una serie de aspectos que son importantes para el colectivo social. De no abordarse primeramente este punto, el riesgo de no lograr una educación de calidad, gratuita, inclusiva y equitativa para todos puede incrementarse en proporciones tales, que puede mermar el futuro de varias generaciones de estudiantes. Es de esperar que en Chile el debate alcance la altura de miras necesaria para que el proyecto país en términos educativos sea realmente un derecho explícito y garantizado para cada uno de sus ciudadanos.

Referencias

Atria, F. (2014). Derechos sociales y educación: un nuevo paradigma de lo público. LOM Ediciones, Santiago, Chile.

Hernández, J. M. O., Arteaga, M. A. M., Hernández, P. M., & Lagarda, A. M. (2017). Análisis comparado de la cobertura de la educación superior en Corea del Sur y Chile: una reflexión para México. Perfiles Educativos39(155), 141-159.

Ley N° 20845. Diario Oficial de la República de Chile, Santiago, Chile, 29 de mayo de 2015.

Ley N° 21040. Diario Oficial de la República de Chile, Santiago, Chile, 16 de noviembre de 2017.

Rodríguez, P. (2016). La geografía de las oportunidades educativas: Determinando el acceso real de los estudiantes a establecimientos educacionales efectivos para generar políticas públicas que mejoren la provisión de educación de calidad. Proyecto FONIDE. Recuperado de https://centroestudios.mineduc.cl/

Valenzuela, J. P., Bellei, C., & De Los Ríos, D. (2010). Segregación Escolar en Chile. En ¿Fin de ciclo? Cambios en la gobernanza del sistema educativo. 209-229.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-derecho-a-la-educacion-en-chile-un-debate-inconcluso/

Comparte este contenido:

Se duplica el número de niños soldado reclutados en el norte de África y Oriente Medio

 África/18 de Septiembre de 2017/El Guardián

Un informe señala que 28 millones de niños viviendo en países en guerra necesitan ayuda humanitaria.

El nivel de escolarización en Oriente Medio y el Norte de África han retrocedido a niveles de hace diez años.

Sólo en Yemen, 1.700 niños han sido reclutados como soldados en los tres años de conflicto en el país.

El número de niños reclutados para luchar en conflictos de Oriente Medio y el Norte de África se ha duplicado en un año, según ha revelado un análisis de la ONU. El incremento de niños soldado en Siria, Yemen, Irak y otros países proviene de años de violencia, desplazamientos y falta de servicios básicos, reduciendo así las posibilidades de salir adelante para las familias, según Unicef.

Al menos  uno de cada cinco niños en la región –28 millones en total– necesitan asistencia humanitaria de inmediato. Más del 90% de estos niños viven en países afectados por conflictos, y en algunos casos las familias mandan a sus hijos a luchar.

“Sin un fin a la vista para estos conflictos, y con el declive de los recursos económicos de las familias, muchos no tienen otra alternativa que enviar a sus hijos a trabajar o casar pronto a sus hijas”, explica Geert Cappelaere, director regional de Unicef. “El número de niños afiliados a la lucha ha hecho más que duplicarse”.

La agencia ha dicho que ha presenciado anteriormente casos en los que niños han trabajado de porteadores, guardas, o de paramédicos, pero que ahora está viendo cómo ocupan roles más activos, llevando armas, encargándose de puestos de control y siendo entrenados como soldados asalariados. El número de niños reclutados para luchar creció de 576 en 2014 a 1.168 en 2015, según cifras verificadas por la ONU.

La situación en  Yemen es particularmente grave, con cinco veces más niños reclutados para conflictos armados en 2015 en comparación con el año anterior, aunque en Unicef creen que esta cifras son una estimación a la baja. En  Sudán y en Libia también estaban siendo reclutados niños como soldados.

Años de violencia, desplazamientos y falta de servicios básicos han afectado principalmente a los niños y amenazan con afectar su desarrollo normal, según Unicef. “El conflicto sigue privando de su infancia a millones de niños y niñas”, afirma Cappelaere. “Décadas de progreso están en peligro de verse revertidas a lo largo de Oriente Medio y el Norte de África.”

Las infraestructuras civiles –incluidos hospitales e instalaciones sanitarias, de agua, y de energía– han sido objeto de ataques en países como Yemen, Siria, e Irak. Millones de familias se han visto obligadas a huir de sus hogares, algunas de ellas en repetidas ocasiones, y bajo fuego.

La semana pasada, la ONU comunicó que 1.700 niños, algunos de hasta 10 años, han sido reclutados para luchar en el conflicto de Yemen que ya va por su tercer año. La deteriorada situación del país lo convierte en la peor crisis humanitaria del mundo, con casi 18,8 millones de personas necesitadas de ayuda y siete millones al borde de la hambruna.

Más de la mitad de las instalaciones médicas del país están fuera de servicio, las instalaciones de agua han sido destruidas y más de 15 millones de niños carecen de infraestructuras sanitarias y de agua. El país se encuentra asolado por el peor brote de  cólera del mundo, con más de 610.00 casos hasta la fecha. Más de  2.000 personas han muerto desde abril del año pasado de esta infección bacteriana –muy contagiosa pero curable–, con miles de casos nuevos cada día.

Dentro de Siria y de otros países receptores de refugiados, como el Líbano o Jordania, alrededor de 12 millones de niños sirios precisan de ayuda humanitaria, según Unicef. Aproximadamente dos millones de niños en Siria viven en zonas de difícil acceso o sitiadas, que han recibido asistencia humanitaria escasa en los últimos años.

En Irak, más de cinco millones de niños necesitan asistencia al intensificarse las luchas, como en los casos de Tel Afar y de Mosul. Necesitan comida, refugio y educación.

En la franja de Gaza, la actual crisis energética ha reducido el acceso al agua en un 30%. Se han duplicado en tres meses los casos de diarrea en niños, según ha comunicado la agencia de la ONU.

“Los niños en Oriente Medio y el Norte de África han sufrido niveles de violencia sin precedentes y han sido testigo de horrores que nadie tendría que presenciar. Si la violencia y las guerras continúan, las consecuencias –no sólo para la región sino para el mundo en general– serán nefastas.  Los líderes mundiales tienen que esforzarse mucho más para poner fin a la violencia por el bien de los niños y las niñas y  de su futuro,” afirma Cappelaere.

La semana pasada, cifras de Unicef mostraron cómo está afectando la guerra a las oportunidades educativas de la infancia. Los conflictos en Irak y en Siria han significado que 3,4 millones de niños más no puedan ir a la escuela, haciendo que el número de menores  no escolarizados en Oriente Medio y el Norte de África vuelva a niveles del año 2007: 16 millones de niños.

Fuente: http://www.eldiario.es/theguardian/duplica-reclutados-Africa-Oriente-Medio_0_686282085.html

Comparte este contenido:

Sólo 1% de los estudiantes pobres completa la universidad

28 Mayo 2017/Fuente: cinu/Autor: Arne Hoel/World Bank

Existen grandes disparidades en el acceso a la educación universitaria según un nuevo informe presentado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

La cantidad de estudiantes universitarios en el mundo se duplicó y ascendió a 207 millones entre los años 2.000 y 2014, revela el estudio de la UNESCO publicado este jueves.

El documento explica que muchos gobiernos no han podido responder a la creciente demanda lo que crea grandes disparidades en el acceso a la educación universitaria. Así, el costo recae en las familias, muchas de las cuales no tienen capacidad de pago.

En el análisis de estas tendencias globales, el informe muestra que sólo el 1% de los estudiantes pobres puede completar cuatro años de educación universitaria, en comparación con el 20% de los que son ricos.

Por ejemplo, en México, menos del 1% de la población indígena acude a la universidad.

Los colegios y las universidades privadas han crecido exponencialmente y están absorbiendo la gran demanda. A nivel global inscriben a un 30% de los estudiantes. Pero, en América Latina, esa cifra es del 50%.

En el caso de la región latinoamericana, el informe menciona la situación de Chile e indica que en ese país el 55% cubre el costo de los estudios universitarios.

El organismo de la ONU señaló que existen políticas para solucionar este problema y acabar con los altos costos y préstamos que deben afrontar las familias.

Una de las sugerencias del estudio es que los créditos no excedan el 15% del ingreso mensual de los alumnos, además, plantea ofrecer ayuda financiera a los que más la necesitan.

Otra propuesta es crear una agencia que ofrezca ayuda estudiantil.
También propone, entre otros, crear legislación y marcos regulatorios que garanticen la equidad de acceso.

Fuente de la noticia: http://www.cinu.mx/noticias/mundial/solo-1-de-los-estudiantes-pobr/

Fuente de la imagen: http://www.cinu.mx/noticias/04-20-2017-University-Rabat.jgp

Comparte este contenido:

España: La tasa de escolarización de menores de 3 años en la ciudad de Barcelona es del 42,5%

España/17 de Abril de 2017/ 20 Minutos

La tasa ha crecido 10 puntos respecto a 2006. Este aumento ha sido asumido mayoritariamente por la guarderías municipales, que entre 2006 y 2016 han pasado de atender el 8,9% de los niños al 20%. Ciutat Vella es el distrito con la tasa de escolarización de menores de tres años más baja (26,7%). Los territorios con menos plazas públicas de guarderías son Sarrià-Sant Gervasi (11,6%) y el Eixample (13,7%).

La directora del Instituto Infancia y Adolescencia de Barcelona, Maria Truñó, y la teniente de alcalde de Derechos Sociales del Ayuntamiento, Laia Ortiz, han afirmado que la tasa de escolarización de menores de tres años en la ciudad es del 42,5%, mientras que en 2006 era del 32,9%.

Lo ha dicho Ortiz en la presentación del primer Informe Oportunitats Educatives a Barcelona 2016, que ha subrayado que este aumento ha sido asumido mayoritariamente por la guarderías municipales, que entre 2006 y 2016 han pasado de atender el 8,9% de los niños al 20%, mientras que el otro 22,5% lo cubren las guarderías privadas.

Ciutat Vella es el distrito con la tasa de escolarización de menores de tres años más baja (26,7%), seguido de Nou Barris (37,4%) y Horta-Guinardó (35,5%), mientras que en Sarrià-Sant Gervasi y Les Corts el 58% de los niños están escolarizados, por lo que Truñó ha reclamado incrementar la oferta pública y aplicar criterios de equidad en el acceso a las guarderías, entre otros. En Sarrià-Sant Gervasi el 58% de los niños están escolarizados. Los territorios con menos plazas públicas de guarderías son Sarrià-Sant Gervasi (11,6%) y el Eixample (13,7%), y la cobertura pública se eleva hasta cerca del 26% en Nou Barris y Sant Martí, lo que indica que en los distritos con tasas de escolarización más bajas son lo que, al mismo tiempo, las plazas públicas cubren mejor la demanda.

Truñó ha observado que los criterios de acceso y los precios se consideran las principales barreras de acceso a las guarderías municipales, aunque el Gobierno municipal ha recordado que se ha producido un aumento «notable» en las bonificaciones, que en el curso 2015-2016 alcanzaron a 2.766 niños.

El informe también apunta que las escuelas públicas de la ciudad escolarizan el 45% de los alumnos de educación infantil de segundo ciclo, el 42% de educación primaria y el 36% de educación secundaria obligatoria, por lo que la matriculación en la red concertada es superior en todas las etapas, especialmente en la secundaria.

Segregación escolar

Ortiz ha destacado que el alumnado socialmente desfavorecido no se distribuye de manera equilibrada en el conjunto de la red escolar, sino que se concentra en unas escuelas e institutos determinados, un fenómeno que el Gobierno municipal asegura que «incide negativamente en la calidad del sistema educativo». Este fenómeno se puede observar a través de la distribución de la población extranjera en los centros educativos -los datos indican que la red pública está sobrerepresentada en todas las etapas educativas, especialmente la secundaria- y en la distribución de centros de máxima complejidad -en Ciutat Vella representan el 81,8% de los centros públicos-.

Resultados educativos

En relación a las pruebas realizadas en sexto de Primaria, el 22% de los alumnos de Ciutat Vella no las supera, seguido de Nou Barris (19%), Sants-Montjuïc (16,8%) y Sant Martí (13,8%), una situación similar a la que se produce con los resultados de las pruebas hechas en cuarto de la ESO, que en Ciutat Vella suspenden el 35,5% de los alumnos. Los ciclos de Grado Superior han aumentado de 13.700 a 22.10En la educación postobligatoria, la mayor parte de los estudiantes optan por el bachillerato -unos 22.300 alumnos en el curso 2015-2016-, aunque en los últimos diez años los que optan por cursar un Ciclo Formativo de Grado Medio (CFGM) han pasado de 9.000 a 12.000 matriculados, mientas que los Ciclos Formativos de Grado Superior han aumentado de 13.700 a 22.100.

En 2015, el 73% de los alumnos que habían pedido plaza de Formación Profesional (FP) lo hizo en un centro público, aunque éstos sólo pudieron absorber el 59% de las preinscripciones, por lo que los centros concertados y privados -con precios más elevados- recibieron «flujos importantes» de estudiantes, lo que influye en el acceso y continuación de los cursos.

Ortiz ha subrayado que a este hecho hay que añadir que la distribución de los centros públicos, concertados y privados varía mucho según los distritos, y ha afirmado que en Gràcia y en Sant Andreu no hay ningún centro de FP de titularidad pública.

Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/3010917/0/tasa-escolarizacion-menores-3-anos-barcelona-es-42-5-diez-puntos-mas-que-2006/#xtor=AD-15&xts=467263

Comparte este contenido:

¿Es posible educar en cualquier contexto?

Por Xavier Bonal

La educación no tiene capacidad para cambiar cualquier circunstancia, y hay que tener en cuenta cómo estas influyen en la posibilidad de que menores en contextos de pobreza aprovechen el tiempo de aprendizaje.

La pregunta es, por supuesto, provocadora, pero no afrontarla supone dar la espalda a un problema real al que se enfrenta nuestra sociedad y, en especial, las escuelas y los docentes en los entornos más vulnerables.

Vayamos por partes. Sabemos que la educación constituye, desde hace muchos años, la inversión considerada más necesaria para conseguir el desarrollo económico y la ruptura con la reproducción intergeneracional de la pobreza. Discursos, políticas y presupuestos han coincidido muchas veces en la misma dirección: más y más educación para generar las oportunidades necesarias que terminen con la injusticia que supone la inmovilidad que es consecuencia del origen social. Sabemos sin embargo, que después de tantos años de discursos, políticas y presupuestos, sigue siendo más probable que un niño pobre experimente una trayectoria educativa limitada, interrumpida o, en muchas ocasiones, de fracaso. Sabemos incluso que la globalización y la devaluación de las credenciales educativas reducen las posibilidades de movilidad social aún cuando se obtengan niveles educativos superiores a los de las generaciones precedentes y observamos también trayectorias educativas relativamente largas que no tienen traducción en mejoras significativas de inserción laboral y social.

Está menos explorada, sin embargo, otra cuestión importante. ¿Por qué el propio proceso de aprendizaje de los niños pobres está sujeto a tantos más obstáculos que el de un niño que no es pobre? ¿Cuál es la causa? ¿Es la escuela? ¿Es la familia? ¿Son los niños pobres más limitados para aprender? En definitiva, ¿es posible educar en cualquier contexto?

La pregunta la realizan Néstor López y Juan Carlos Tedesco para llamar la atención sobre la necesidad de interrogarnos por los efectos de la pobreza sobre la educación y no solamente sobre las virtudes de la educación para erradicar la pobreza. En escenarios cada vez más devastados por la pobreza y la desigualdad, la pregunta se convierte en fundamental. Supone alertar sobre necesidades fundamentales del niño en el terreno material, afectivo, psicológico o normativo. Supone cuestionar si el hambre, la violencia o el desafecto son factores fundamentales que pueden impedir que un niño, aunque esté físicamente en la escuela, sea incapaz de concentrarse o le resulte imposible asimilar las explicaciones de su maestra. Es legítimo preguntarse, como hacen estos autores, sobre las condiciones de educabilidad de los niños, esto es, sobre los factores ajenos a sus capacidades individuales que limitan injustamente sus posibilidades de aprendizaje y de éxito escolar. En las posibles respuestas a esta pregunta puede que residan buena parte de las razones por las que las nuevas reformas y prácticas educativas ofrecen resultados tan pobres para modificar la educación de los niños pobres.

La consideración de la educabilidad constituye un elemento muy valioso para analizar las relaciones entre educación y pobreza, puesto que pone el énfasis precisamente en aquellos factores asociados a la pobreza que impiden el aprovechamiento de las oportunidades educativas. No se puede obviar que la asistencia escolar y el aprovechamiento educativo implican unas mínimas condiciones materiales, afectivas y culturales que aproximen al alumnado a los mínimos exigidos por la institución escolar. Y las condiciones de pobreza, precisamente, tienden a dificultar la garantía de estos mínimos. Hablar de educabilidad, por tanto, hace referencia a la necesidad de disponer de unas mínimas condiciones materiales, tan básicas como la posibilidad de disfrutar de alimentación, ropa y material escolar; a la necesidad de un entorno familiar que no suponga obstáculos para las prácticas educativas; un entorno escolar con capacidad para aceptar diferentes ritmos de aprendizaje; un alumnado que haya interiorizado un conjunto de representaciones, valores y actitudes que lo disponga favorablemente para el aprendizaje escolar; un profesorado que confíe en las capacidades de su alumnado; unas condiciones sociales que permitan a las familias asistir a la escuela con regularidad. En definitiva, unos mínimos sociales, familiares y escolares para el desarrollo y el potencial éxito de las prácticas educativas. Tal como señala Tedesco, “por debajo de la línea de subsistencia, los cambios institucionales o pedagógicos tienen un impacto muy poco significativo en los resultados escolares de los alumnos”.

La reflexión sobre el concepto de educabilidad abre el campo para preguntarse por lo tanto si es posible garantizar el desarrollo de la educación en cualquier contexto social y educativo, o por qué una misma inversión educativa puede generar impactos completamente diferentes incluso en individuos del mismo entorno socioeconómico y cultural y con un nivel idéntico de renta. Pensar en términos de las condiciones de educabilidad de la infancia invita a pensar en qué factores pueden incidir en las posibilidades de aprovechamiento de la inversión educativa o en cómo interaccionan pobreza y educación en las prácticas cotidianas de los alumnos, en sus expectativas. La educabilidad, en definitiva, nos sugiere no ignorar una omisión que demasiado a menudo ha caracterizado a la política educativa: cuánta equidad social es necesaria para conseguir la equidad educativa. Lejos de cuestionar las potencialidades de aprendizaje de la infancia o su capacidad de resiliencia, estudiar las condiciones de educabilidad de los niños y niñas pobres es precisamente lo que nos puede ayudar a no reducir la interpretación de su experiencia escolar a una reflexión sobre sus capacidades.

Publicidad

En un momento en el que el concepto de “oportunidades de aprendizaje” está cogiendo fuerza para interpretar las desigualdades educativas (más allá del acceso a la escolarización formal), merece la pena tener en cuenta que entre esas oportunidades debe haber algo más que el tiempo de exposición del niño o niña a situaciones de aprendizaje. Las oportunidades de aprendizaje deben considerar las condiciones materiales, de socialización familiar, de entorno comunitario, de desarrollo psicológico y de todo aquello que identifiquemos relevante para asegurar la educabilidad. Trasladar la mirada pedagógica desde el modelo de transmisión a las condiciones de recepción es una tarea fundamental si queremos asegurar oportunidades de aprendizaje, aspecto sobre el que conviene insistir en un momento en el que la moda de la “innovación educativa” parece otorgar un poder ilimitado a los modelos de organización escolar, de formación de competencias y otras estrategias de transmisión como mecanismos con el poder suficiente para asegurar el éxito de la educación. La pedagogía no es transferible si no se considera el contexto social en el que se desarrolla, y especialmente si se ignoran las condiciones de educabilidad del alumnado más vulnerable.

En resumen, la heroica no existe cuando hablamos de pobreza. La respuesta a la pregunta es pues negativa. No, no es posible educar en cualquier contexto, especialmente si no se hace nada para cambiar ese contexto.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/02/16/es-posible-educar-en-cualquier-contexto/

Imagen: eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2016/10/colombia-niña-e1479024747145.jpg

Comparte este contenido:
Page 2 of 3
1 2 3
OtrasVocesenEducacion.org