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Francia prohíbe el uso de lenguaje inclusivo en los colegios

Europa/Francia/14-05-2021/Autor(a) y Fuente: www.eltiempo.com

Francia prohibió el uso del lenguaje inclusivo en los colegios al estimar que «constituye un obstáculo para la lectura y la comprensión de la escritura», poniendo fin oficialmente a un debate que divide desde hace años a los lingüistas y la comunidad educativa.

¿Un peligro mortal para la lengua de Molière o un medio para luchar contra la desigualdad de género? El lenguaje inclusivo, también conocido como no sexista o incluyente, es objeto desde hace años de un acalorado debate entre especialistas.

Para sus opositores es una «aberración» que pone en peligro las lenguas mientras que para sus partidarios es parte de la construcción de un mundo más justo que ha sido regido durante siglos por el orden binario.

El ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer, trató de dar por zanjado este debate al prohibir en los colegios el uso de la escritura inclusiva, que en los últimos tiempos ha cobrado protagonismo sobre todo entre los más jóvenes.

«Se debe prohibir el recurso a la denominada escritura ‘inclusiva’, que utiliza notablemente el punto medio para revelar simultáneamente las formas femenina y masculina de una palabra usada en masculino cuando se usa en un sentido genérico«, señaló en una circular publicada el jueves 6 de mayo en el Boletín Oficial del Estado.

Deberán, por ejemplo, desaparecer de las aulas las grafías «les député·e·s» que responde a una combinación del masculino plural (députés) con el femenino (députées) de la palabra diputado, en rechazo a la regla gramatical según la cual el género masculino se impone en el plural.

«Nuestra lengua es un precioso tesoro que tenemos la vocación de compartir con todos nuestros alumnos, en su belleza y fluidez, sin rencillas y sin instrumentalizaciones«, añade la circular dirigida a los rectores de la academia y al personal del ministerio de Educación Nacional.

El ministerio, no obstante, respalda la feminización de algunas palabras, sobre todo las profesiones, siempre y cuando se respetan las reglas gramaticales y pide a los docentes «respetar la igualdad entre niñas y niños» a través de «la lucha contra las representaciones estereotipadas».

Colegios en Francia

Para los partidarios del lenguaje exclusivo es parte de la construcción de un mundo más justo que ha sido regido durante siglos por el orden binario.

Foto:

EFE

«Una aberración»: Academia Francesa de la Lengua

El ministro no es el primero en declarar la guerra al lenguaje inclusivo. En 2017 la prestigiosa Academia Francesa de la Lengua la tachó de «aberración«: «La multiplicación de marcas ortográficas y sintácticas que conduce a una lengua desunida, dispar en su expresión, creando una confusión que roza la ilegibilidad».

Para Mathieu Avanzi, profesor de Lingüística en la Sorbona, este tema levanta pasiones porque «se toca a una lengua y a un sistema establecido» desde hace siglos. «El amor a la lengua es algo muy francés, en cuanto se toca la lengua se levantan escudos por todos lados», afirma.

Además, subraya, a muchos les molesta porque son propuestas que emanan de cierta forma de activismo. «Cuando las evoluciones de la lengua se hacen de forma natural, la gente no las ve, cuando responde a una línea militante, siempre causarán problemas entre algunos sectores«, resume para la agencia de noticias ‘AFP’.

Al margen del gobierno y de la Academia, el Senado es la otra institución francesa donde más polémicas ha generado el lenguaje inclusivo. El jueves, senadores de izquierda y derecha se opusieron en un diálogo de sordos.

El Ejecutivo, por boca de la secretaria de Estado de Educación Prioritaria, Nathalie Elimas, lanzó una salva de críticas contra lo que considera no «una cuestión menor» sino un «peligro» para la escuela y la lengua francesas, e incluso para la República.

«El lenguaje evoluciona porque la sociedad evoluciona», le respondió la socialista Laurence Rossignol, señalando que «el masculino genérico excluye a las mujeres».

El ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer, el 22 de abril de 2021 en París

El ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer, el 22 de abril de 2021, en París.

Foto:

AFP

¿Qué opinan los maestro franceses del lenguaje inclusivo?

En el mundo académico las reacciones son dispares. En un comunicado, el sindicato de trabajadores de la enseñanza SUD denunció un intento del ministro de «imponer su conservatismo a la comunidad educativa» y llamó a «ignorar estas instrucciones».

Pero otros docentes, en cambio, subrayan los problemas que puede acarrear el lenguaje inclusivo para los niños con problemas de aprendizaje, contrariamente a lo que podría sugerir el adjetivo inclusivo.

«Yo, como ciudadano, lo uso, pero no con mis alumnos. Los profesores somos conscientes de los problemas que puede plantear para los estudiantes disléxicos», dice a la ‘AFP’ Stéphane, profesor de historia en Toulouse (suroeste).

También hay dudas sobre la urgencia de esta batalla, mientras no se dan otras más apremiantes. «Me sorprende toda esta energía legislativa para combatir algo que no me parece que sea el problema más urgente para las escuelas, sobre todo en plena crisis de covid-19«, agrega.

AFP

Fuente e Imagen: https://www.eltiempo.com/mundo/europa/francia-prohibe-el-uso-de-lenguaje-inclusivo-en-los-colegios-587005

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Patriarcado postmoderno y liberal

Por:  Teresa C. Ulloa Ziáurriz

Ni la explotación de la prostitución y la pornografía y los vientres de alquiler son fenómenos nuevos, pero lo cierto es que a partir de la ideología postmoderna y liberal, en la que las decisiones individuales pasan por encima del concepto del bien común, sin importar que esas decisiones individuales perpetúen estereotipos que reducen a las mujeres y a las niñas a objetos transables, comprables, vendibles o rentables, se han desatado niveles profundos de explotación salvaje y despiadada, en negocios multibillonarios cuya materia prima son los cuerpos de las niñas y las mujeres, bajo el falaz argumento del libre consentimiento.


Llega a tal grado el descaro del patriarcado que a estas actividades ilícitas se les justifica con el ridículo argumento de que las mujeres decidimos y consentimos, por supuesto dejando a un lado que la dignidad, la integridad, la seguridad de las mujeres no son bienes jurídicos disponibles, por lo que el argumento de consentimiento no es válido bajo ninguna circunstancia y mucho menos si hay pobreza, falta de oportunidades, eventos de violencia, o cualquier otra condición que coloque a las mujeres en situación de vulnerabilidad y mucho menos frente a negocios globales de millones de dólares, con la complicidad de muchos gobiernos y la corrupción de muchos funcionarios públicos.

Pero, lo más grave es que existen grupos de “feministas” enajenadas por ideologías patriarcales, pseudofeministas institucionales o enajenadas por las teorías queer que se olvidan de que el sujeto político del feminismo son las mujeres y que tanto en la prostitución, en la pornografía y en los vientres de alquiler se interseccionan elementos coloniales y discriminatorios que representan formas graves de violencia contra las mujeres, incluso el feminicidio.

La prostitución, la pornografía y los vientres de alquiler benefician a grandes empresas globales del ciberespacio, degradando los cuerpos y las funciones reproductivas de las mujeres y ordenando bebés por contrato y promoviendo la donación comercial de óvulos, incluso el turismo sexual y el reproductivo, a los ojos del mundo, promoviéndolos en redes sociales y en páginas web, como el portal más grande de pornografía Porhub y sus filiales de Mindgeek, que también opera YouPorn, Brazzers y una treintena de plataformas.

En un video porno titulado “Escort de Zona Divas mamando verga”, como muchos de los que pululan en la página de PornHub. Una joven realizando sexo oral a un pene anónimo. Sumisa frente a la cámara que la graba, complaciente. Un video que parece de aficionado, pero quizá no lo es. La escena dura 18 segundos, y en al menos tres años ha sido vista más de 212 mil veces.

La mujer del video era una joven proveniente del Chaco argentino, una de las zonas más pobres de aquel país. Llegó a Ciudad de México y fue víctima de feminicidio tres años atrás, durante la ola de asesinatos de mujeres en condición de prostitución vinculadas al portal Zona Divas. Aunque ella fue asesinada de manera muy violenta y su caso se difundió en los medios, el video sigue en línea, como lo informa Lydiette Carrión, en su artículo “Zona Divas en Pornhub”, publicado en Pie de Página el pasado 3 de marzo del presente año, en su columna Brechas.

Donde también señala que: El perfil que subió el video se describe así: “Soy un hombre de Calexico al ke le encanta coger putas!! Ya sean del Hong Kong Adelitas, Amnesia o de páginas de escorts como Solo Divas, Zona Divas, Musas […] y también de en vez en cuando grabarlas en secreto mientras me las cojo”.

Hasta la fecha, este perfil ha subido más de 70 videos, muchos de ellos parecen haber sido grabados sin que las mujeres supieran. Videos con las etiquetas de Zona Divas, nombres de escorts, de antros.

Cada “click” al video de Karen genera ganancias: dinero a la plataforma de Xvideo, o PornHub, que tiene más de un millón de visitas diarias, dinero a la persona o grupo que lo puso en línea, dinero a los que se anuncian en la página. Todos ganan, por supuesto, menos Karen. Así se configuraría la trata de personas; explotada antes de su asesinato por el crimen organizado de Ciudad de México; y explotada después por el más grande emporio de pornografía del mundo.

Y lo más grave es que aún así, hay grupos que se dicen feministas que argumentan que ella consintió y que lo hacía porque era mejor estar en la prostitución que quedarse en su pueblo, que ahí ganaban más, ignorando las condiciones de vulnerabilidad que la obligaron a viajar a México para ser explotada sexualmente por la delincuencia organizada y también por las páginas de pornografía.

Mindgeek prácticamente ostenta el monopolio de la pornografía en la red. Genera ganancias incalculables; cantidades que mujeres que aparecen en el sitio, como Karen, jamás vieron.

PornHub ocupa el lugar número 35 en cuanto a sitios más visitados del mundo. Apenas tres lugares por detrás aparece XVideos, donde la etiqueta “zona divas” cuenta con varios videos grabados a escondidas en hoteles, entre ellos, el de Karen.

PornHub y Xvideos “son sólo las dos propiedades más destacadas de un enorme abanico de webs para adultos que prácticamente dan a MindGeek una posición cercana al monopolio sobre el negocio”, explicó en 2018 José Manuel Rodríguez, un periodista especializado en asuntos digitales.

Pero como dijo Kate Millet,  «Ninguna institución lograría mantener su dominio si no contase con fieles coadjutores y abnegados cómplices»

Como dice la Plataforma Abolicionista de Badajoz, en su artículo “Las mujeres que apoyan a estos hombres”, publicado en Tribuna Feminista el pasado 3 de abril de 2021, que dice: “Encontramos acólitas que no quieren perder su posición de poder aunque eso signifique traicionar a su clase sexual, falsas feministas que dicen apoyar las luchas contra la violencia hacia las mujeres pero, eso sí, sólo aquellas violencias que les interesan y cuando les interesan, para prosperar y sacar rédito… No se puede ser feminista si se ignora que la sociedad patriarcal en la que vivimos se ha levantado sobre la esclavitud sexual y reproductiva, sobre el trabajo de cuidado doméstico de las mujeres. Este es el origen y la causa de nuestra opresión. La consecuencia es la imposición del género, para mantenernos en un lugar subordinado. El género es nuestra mordaza, no es una identidad, no es una performance, no se elige. El género es sumisión, es violencia contra las mujeres… Participan, activamente unas, por egoísmo o ignorancia otras, en desposeernos de todos nuestras herramientas legales, duramente conseguidas, aplaudiendo y celebrando el “avance social” que supone borrarnos como mujeres, incluso a las lesbianas, para el beneficio de los hombres, el neoliberalismo y el patriarcado.

Luego están las alienadas, con esas ya cuenta el sistema. Son esas mujeres que aún no han abierto los ojos, siguen viviendo en un Matrix patriarcal y piensan que lo que les pasa es culpa suya, que los hombres las protegen, que ellos son sus iguales, que todo lo que un hombre diga hay que creerlo. Sobre todo si dice estar sufriendo, entonces hay que ayudarlo sin pensar más. Entramos a formar parte o incluso constituimos grupos de activismo feminista bajo el 8M o Círculos Feministas de los que nos hemos salido, no indemnes, para poder sobrevivir a la violencia que el transgenerismo queer introdujo en ellos. Grupos de Feminismo que, en sus principios, como algo incuestionable, estuvo siempre el cuidado de la otra, el crear un espacio seguro de activismo, crecimiento y debate. De pronto asistimos a la incorporación, en estos espacios, de ideas y mujeres que exigían la inclusión de aquellos de quiénes habíamos huido, de nuestros agresores, de quien ya no nos fiábamos. Hombres que se colaban en el manifiesto como sujetos de nuestra lucha, que nos obligaban a incluir sus demandas y a soportar su presencia y sus discursos, disfrazados de falsa discriminación y derechos humanos. Compañeras que prefieren abandonar a las de su propio sexo para cuidar a estos hombres.

Por último, las mujeres que apoyan a estos hombres transexuales, transgénero, género fluido, etc, dando por válido que son mujeres si ellos afirman serlo y estimando que su defensa está por encima que la unión con sus hermanas, dicen sentir pena porque son hombres que sufren. Explican que su malestar viene del hecho de no haber nacido mujeres. Ignoran nuestras compañeras el sufrimiento de ellas mismas y de todas nosotras, de las que sí hemos nacido mujeres en un mundo patriarcal. Ellas dirán que no, que en el Feminismo todo cabe, que no hay que ser excluyente. Pero ¿se puede luchar contra el opresor dejándole que entre en nuestras filas, haciendo nuestras sus reivindicaciones? Me parece que no. Ignoran también las mujeres transincluyentes que, la disforia o incongruencia de género en los hombres no es un sufrimiento mayor que el que padecemos las mujeres por nacer mujeres.

Ignoran que la autoginefilia, la autoexcitación erótica con el propio cuerpo con aspecto femenino, es ampliamente reconocida como causa de la transexualidad en los hombres. Defienden una vez más las supuestas necesidades y libertades sexuales de los hombres por encima de los derechos de las mujeres. Son muchas «ignorancias» para que una mujer que tiene inteligencia media pueda pasarlas por alto. Más bien cierran los ojos y se tragan la pastilla azul, porque eso es más fácil que enfrentarse a la dura realidad.

Nuestras compañeras transincluyentes están introduciendo las luchas por las libertades sexuales, que ya tenían su espacio en los movimientos LGTB, en la lucha Feminista. ¿Vamos a acabar con el patriarcado cuando todas las personas puedan decidir su identidad de género o puedan elegir qué, cómo o con quién van a tener relaciones sexuales? Me temo que no. De todo esto saldremos perjudicadas las mismas de siempre, las mujeres, que aún no hemos levantado cabeza y ya nos la están pisando, con el silencio y la complicidad de muchas de nuestras hermanas”.

Pero, también con la complicidad de las autoridades y los legisladores. En el borrado de las mujeres hay muchos intereses, el primero destruir al movimiento feminista.


Fuente e imagen:   tribunafeminista

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El color púrpura

Por: Daniel Seixo

Comprendamos que la igualdad sexual y la igualdad de clase son ejes inseparables de una misma lucha

13 detenidos, entre ellos cuatro menores, por acorralar, insultar y abusar de una menor de 16 años en el Parque del Oeste en Madrid. Mientras bailaba despreocupada con sus amigos, la joven fue rodeada por una manada de hombres que sin mediar palabra comenzó a vejarla y agredirla sexualmente en grupo. Al día siguiente de esa misma semana santa, la Policía Nacional liberaba en el distrito de Arganzuela a una mujer bangladesí que llevaba dos años sin salir a la calle tras ser encerrada por su marido. Amenazada de muerte y agredida físicamente en numerosas ocasiones, tan solo la desesperada llamada de un amigo a las autoridades pudo poner fin a ese infierno.

Arrojo aquí el revelador dato de que en España los delitos contra la libertad y la indemnidad sexual han aumentado un 11,3 por ciento durante el pasado año, a la par que diversos estudios constataban un incremento de la violencia machista entre parejas menores de 14 años. Una sociedad democrática y con un sistema educativo y político desarrollado, contempla con aparente apatía como la violencia machista y los más retrógrados resortes de la sociedad patriarcal arrinconan amenazantemente la posibilidad de una igualdad real entre hombre y mujeres, cobrándose de forma sistemática con sangre cualquier desafío a esta estructura arcaica y demencial. Una violación cada cinco horas, más de 1000 asesinadas por el terrorismo machista e innumerables muestras de incomprensión o complicidad institucional, dibujan hoy un cuadro en el que sin duda alguna podemos observar que el estado español sigue siendo un lugar peligroso para las mujeres. Una sociedad en la que los buenos gestos, los anuncios de medidas políticas y los cargos ministeriales aparecen en primera página durante los diferentes 8 de marzo, pero en el que las diferentes tipologías de violencia contra la mujer continúan desarrollándose generación tras generación, sin que realmente nos atrevamos a tomar medidas radicales para atajarlo.

Comprendamos que la igualdad sexual y la igualdad de clase son ejes inseparables de una misma lucha

Esta misma semana 16 mujeres eran liberadas de una red de proxenitismo en la que bajo amenazas y narcotizadas con diferentes sustancias, se veían obligadas a ejercer la prostitución durante jornadas interminables de violaciones ininterrumpidas. Trasladadas desde Rumanía a Tenerife estas mujeres eran denominadas por el líder de esta organización criminal como “cajas registradoras”. Y aquí está la clave, la violencia contra la mujer se estructura desde el patriarcado en íntima e indivisible conjunción con las dinámicas económicas del capitalismo. Para gran parte de los hombres y de la sociedad en su conjunto, el lucro económico basado en la comercialización y explotación del cuerpo de las mujeres sigue suponiendo a día de hoy una realidad aceptable o incluso beneficiosa para el desarrollo de nuestras sociedades. Siempre que hayas nacido mujer, nuestro desarrollo como especie te permitirá alquilar tu cuerpo para las más diversas tareas por un salario o por un par de monedas sueltas, dependiendo de las coordenadas geográficas o tu código postal: ser penetrada por viejos decadentes o jóvenes violentos, practicar sexo en grupo para una página web o en una habitación de hotel durante una despedida de soltero, gestar al hijo de otros, sexualizar tu existencia para ligar el precio de tu cuerpo a la promoción de otros bienes de consumo, ejercer de reclamo sexual en la puerta de un garito o detrás de la barra, todas ellas funciones legitimadas y remuneradas en una sociedad que acepta con agrado una vejación, una violación o la venta de un hijo, siempre y cuando lo puedas declarar ante Hacienda. Está semana arranca el juicio por la violación grupal de tres hombres a una joven, en febrero de 2019, en una nave abandonada de Sabadell. Una de las tantas violaciones grupales que cada día se producen en nuestro país contra mujeres indefensas. Unas dentro de prostíbulos y otras fuera, unas contempladas como un acto reprobable por la justicia de nuestro país y otras asumidas como un mero trabajo por gran parte de la sociedad.

La violencia contra la mujer se estructura desde el patriarcado en íntima e indivisible conjunción con las dinámicas económicas del capitalismo

Y es que en este sentido, no existe otra alternativa que la abolición de la prostitución. No hay punto de negociación posible, términos medios o grandes diatribas filosóficas que puedan entorpecer este debate. Tan solo intereses económicos ye hipócritas que piensan con la polla o con la cartera. La violación sistemática de mujeres supone en la actualidad algo más del 0,35% del PIB nacional. Quienes desde el aparente marxismo se sitúan, y quieren situar a “la izquierda”, en posiciones regulacionistas, lo hacen únicamente buscando subterfugio en intencionadas confusiones acerca de la concepción marxista del trabajo, pero esta tramposa y cínica abstracción de puteros con ínfulas intelectualoides, no debe hacernos perder de vista que no existe en el marxismo, ni tampoco en ninguna teoría que mínimamente aspire a una transformación social justa y digna para el ser humano, resquicio alguno en el que la violencia sexual y la imposición de relaciones sexuales, sin el deseo como único condicionante de las mismas, pueda ser entendido como un trabajo y no como la imposición de la explotación cruenta del cuerpo y la mente de las mujeres. No debemos perder demasiado tiempo con aquellos que hablan de trabajo sexual y dicen defender los derechos de las explotadas sexualmente, mientras que únicamente defienden los impulsos de sus braguetas y esconden bajo palabrería barata sus patriarcales demonios internos. Llamemos a los puteros por su nombre y no dejemos que sus cuentos nos hagan avanzar cara a la legalización de la violación previo pago o la sindicalización de mafias de explotadores sexuales ocultas bajo la mascarada conocida del Tío Tom. Y no, no es el abolicionismo una teoría que abandone o sancione a las mujeres prostituidas, al contrario, esta corriente feminista de lucha contra la explotación sexual se ocupa de formar, atender y acompañar a todas esas compañeras violadas, agredidas, maltratadas y comercializadas impunemente en nuestras sociedades. Los cuentos de mujeres empoderadas bajo alquiler o sexualmente satisfechas previa selección de su violador, quedan en la realidad muy lejos de la vida que marcan las calles, los prostíbulos y los pisos que en nuestras ciudades se multiplican como pequeños campos de concentración en los que su hijo, sobrino, tío, padre o amigo abusan de mujeres inocentes e indefensas fomentando una transacción económica en la que únicamente buscan su placer sexual sin importarles las víctimas del mismo. Porque sí, la prostitución es un problema que silenciosamente nos toca habitualmente a todos de cerca. Nunca amparen al victimario, al menos nunca silencien una violación.

Las imágenes de cientos de mujeres orinando en la calle durante unas fiestas populares en Galiza, han terminado en numerosas páginas porno internacionales en las que anónimos hombres de todo el mundo vacían sus bajos instintos violando la intimidad unas mujeres que han visto como para la justicia española esto no constituye delito alguno. El primer paso de la violencia contra las mujeres comienza en la cosificación: la acción de ignorar que la mujer que porta ese niño que has comprado es un ser humano, focalizarte durante una noche de fiesta en tus ganas de follar y no en la mujer a la que estás violando en un club de carretera o simplemente en dividir a todas las mujeres de tu vida en putas o parejas potenciales adecuadamente puras para tus exigencias. En esta cruenta realidad se educan hoy muchos de nuestros jóvenes que se inician su experiencia sexual en el porno y basan sus relaciones afectivas en MHYV, La Isla de las tentaciones o en las ocurrencias de cualquier Youtuber de tres al cuarto erigido en influencer y referencia moral. Admitámoslo, la niña violada, la mujer explotada, las manadas, los monstruos que a diario maltratan o asesinan a miles de compañeras en todo el mundo, son directamente fruto de un sistema que sigue considerando a las mujeres seres de segunda o en el mejor de los casos meros objetos con los que comercializar para lograr conseguir un rédito económico. Es por tanto lógico comprender que no existe revolución sin feminismo, ni podrá existir a su vez una verdadera revolución feminista sin un arduo trabajo de análisis de las abundantes disfunciones sociales del patriarcado. Disfunciones únicamente sustituibles por un sistema social capaz de estructurar un modelo de convivencia basado en la igualdad real y el respeto por todos los seres humanos. Por tanto, no existe otra alternativa que socialismo o barbarie. Es por esto que el mal llamado feminismo liberal, no se trata de otra cosa que la renegociación de tarifas por la explotación de las mujeres económicamente peor situadas. No caigamos en estas burdas trampas, comprendamos que la igualdad sexual y la igualdad de clase son ejes inseparables de una misma lucha.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/48390-2/

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Afganistán revoca prohibición de que niñas canten en público

La prohibición de que las niñas canten en público, impuesta la semana pasada por las autoridades educativas de la capital de Afganistán, fue revocada tras una campaña de protesta en las redes sociales.

Los coros de colegialas son habituales en los actos oficiales afganos, pero cuando las autoridades educativas de Kabul prohibieron la participación de adolescentes se produjo una reacción inmediata.

La orden suscitó temores de que los funcionarios de educación estuvieran «talibanizando» el país, anunciando un retorno a la época en que el grupo islamista prohibía la participación de las mujeres en casi todos los ámbitos de la sociedad.

A última hora del domingo, el ministerio de Educación emitió un comunicado en el que afirmaba que la prohibición «no refleja las posiciones o políticas del Ministerio».

El anuncio llegó tras una reacción masiva en las redes sociales con el hashtag #IAmMySong.

«En Afganistán, el ministerio de Educación ha sofocado hoy las voces de nuestras niñas al hacer ilegal que canten», tuiteó Shamila Kohestani, excapitana de la selección nacional de fútbol femenino.

La controversia se produce en medio de los temores de un posible regreso de los talibanes al poder, cuando Estados Unidos está estudiando la posibilidad de retirar las tropas que todavía tiene en el país en las próximas semanas, de conformidad con un acuerdo histórico firmado con los insurgentes el año pasado.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/03/15/mundo/por-descontento-afganistan-revoca-prohibicion-las-ninas-canten-en-publico/

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El Aquelarre de las Insumisas presenta: Feminismos historia- Segunda Ola

El feminismo ha sabido construir su historia a través de la elaboración de una genealogía de luchas intergeneracionales y la metáfora de las olas aparece siempre en el relato de esta historización. Las olas, como sinónimo de movimientos constantes, nos permiten vislumbrar una lucha que no se detuvo, que a lo largo de la historia resistió y combatió incansablemente a la opresión patriarcal.
El feminismo identificado con la “segunda ola”, también conocido como “feminismo radical”, surge hacia fines de los años 60 y se extiende bajo el lema de “lo personal es político”, intentando por todos los medios llevar lo privado a la arena política. Esta etapa marca el comienzo de una fuerte reflexión colectiva sobre las raíces profundas del patriarcado y la necesidad de la liberación de la mujer de la opresión, por su propia condición de género. Para estas feministas su lucha fue a la vez un desafío político y una ética personal.
En América Latina, a mediados de los años 70, salvo en algunos países del sur, donde por las dictaduras existentes los movimientos de mujeres fueron parte de la resistencia,  se comienzan a delinear el Movimiento Feminista y de Mujeres, con muchas de las características que en la actualidad presenta este gran colectivo de lucha y resistencia.
Desde el Aquelarre de las insumisas, como espacio que se propone tejer redes para organizarnos y visibilizar nuestras luchas por otros mundos posibles, entendemos que recuperar nuestra historia de resistencias feministas nos posibilita vislumbrar un futuro de esperanza donde no quepa el patriarcado, ni ninguna otra forma de opresión ni violencia.
Por tal motivo las invitamos al ciclo: “Historia del feminismo- Segunda Ola”, el día Sábado 27 de marzo del 2021 en los siguientes horarios:
13.00 hs. México
14.00 hs, Colombia- Perú
15.00 hs, Venezuela
16.00 hs. Argentina- Chile- Uruguay
Se transmitirá por el Facebook del Aquelarre de las Insumisas
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Oriente Medio y Norte de África: La violencia de género sigue destrozando la vida de las mujeres en la región

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Amnistía Internacional ha resaltado cómo, a pesar de las limitadas reformas acometidas, las mujeres de la región de Oriente Medio y Norte de África siguen soportando una arraigada discriminación y sufriendo actos de violencia a diario, mientras, lamentablemente, los gobiernos se abstienen de tomar medidas para acabar con las detenciones arbitrarias, los secuestros, los asesinatos, los llamados homicidios “en nombre del honor” y otras formas de violencia de género.

Últimamente, tras el estallido de la pandemia de COVID-19 algunos países han informado de un incremento en el número de casos de violencia de género intrafamiliar y de llamadas a líneas de asistencia telefónica, debido a los prolongados encierros domiciliarios que han llevado consigo los confinamientos y los toques de queda.

“En la región de Oriente Medio y Norte de África, las mujeres y las niñas siguen viendo sus vidas destrozadas por la realidad diaria de la violencia, tanto en el hogar como en la calle. La violencia de género era ya motivo de preocupación constante en toda la región, pero el marcado aumento de la violencia de género en el ámbito familiar durante los confinamientos de la COVID-19 ha tenido consecuencias desastrosas”, afirma Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.

“A lo largo de los últimos años, aunque las personas que defienden los derechos de las mujeres en la región han ganado importantes batallas que se han traducido en tímidos avances en los derechos de las mujeres —sobre todo, reformas legislativas, con la derogación de leyes discriminatorias—, ese progreso se ha visto ensombrecido por la actuación de los gobiernos, que contribuyen a la violencia de género o, como mínimo, la toleran, lo cual sigue teniendo un efecto devastador sobre la vida de las mujeres”.

En la región de Oriente Medio y Norte de África, las mujeres y las niñas siguen viendo sus vidas destrozadas por la realidad diaria de la violencia, tanto en el hogar como en la calle.
Heba Morayef, Amnistía Internacional

En 2020, la pandemia de COVID-19 ha exacerbado los ya graves peligros a los que se enfrentaban las mujeres de la región, con lo que en algunos países —como Argelia, Irak, Jordania, Marruecos y Túnez— las organizaciones de derechos de las mujeres, las líneas de asistencia telefónica y los refugios para sobrevivientes de violencia de género intrafamiliar han constatado un aumento en el número de llamadas de socorro o de casos de violencia de género registrados.

En Argelia, el Centro de Información sobre los Derechos de la Mujer y la Infancia registró, al menos, 39 casos de asesinato o de “agresión y palizas deliberadas” con resultado de muerte durante el confinamiento de la COVID-19, aunque los grupos de derechos de las mujeres aseguran que la cifra real es, probablemente, superior.

La violencia de género sigue siendo endémica

Durante los últimos años, algunos países de Oriente Medio y Norte de África han experimentado tímidos avances legislativos e institucionales en relación con los derechos de las mujeres. Por ejemplo, en Arabia Saudí se ha reformado, con mucho retraso, el discriminatorio sistema de tutela masculina y se ha revocado la prohibición de conducir para las mujeres, mientras que en Túnez se ha establecido un mecanismo de denuncia para sobrevivientes de violencia de género en el ámbito familiar, y en Jordania se ha abierto un refugio para las mujeres amenazadas de los conocidos como “delitos en nombre del honor”.

En el Magreb, se han aprobado disposiciones jurídicas para combatir la violencia contra las mujeres, incluida una emblemática ley aprobada en 2017 en Túnez para proteger a las mujeres contra toda forma de violencia de género.

Sin embargo, estos avances se han visto ensombrecidos por la violencia y la discriminación que sufren constantemente las mujeres —sobre todo en cuestiones de matrimonio, herencia y custodia de hijos e hijas—, y han sido menoscabados, además, por la deficiente aplicación de las reformas y por la continua negación de participación activa a las mujeres.

Se han seguido registrando los conocidos como “homicidios en nombre del honor” en Irak, Irán, Jordania, Kuwait y las comunidades palestinas de Israel y Palestina, donde las autoridades se han abstenido de procesar a los perpetradores y de abordar las discriminatorias leyes y normas de género subyacentes, que permiten que esa violencia prolifere. En varios países, las defensoras de los derechos humanos han sido amenazadas —de violación, entre otras cosas—, intimidadas, limitadas en sus desplazamientos o, incluso, agredidas y asesinadas por agentes estatales y no estatales, que han intentado silenciarlas así.

En Libia, las mujeres y las niñas han sufrido agresiones físicas, secuestros, asesinatos y violencia sexual, así como campañas de desprestigio y abusos online, a manos de milicias y grupos armados. Recientemente, en noviembre de 2020, la abogada libia Hanan al-Barassi murió abatida a tiros en Bengasi tras haber criticado la corrupción de ciertas personas vinculadas a grupos armados del este de Libia.

Asimismo, en Irak, hombres armados mataron a tiros a Reham Yacoub, activista conocida por haber organizado actos de protesta en Basora en agosto de 2020.

En Egipto, gracias a una campaña online contra el acoso y la violencia sexual realizada por una serie de jóvenes feministas, varios hombres acusados de violación fueron detenidos en agosto de 2020. Sin embargo, pese a haber aprobado las autoridades egipcias una disposición legal que permite a la fiscalía garantizar el anonimato a las sobrevivientes de violencia sexual, se ha seguido deteniendo y procesando a sobrevivientes y testigos que han declarado en causas judiciales similares o que han denunciado la violencia sexual.

En 2020, al menos nueve influencers de las redes sociales fueron procesadas, acusadas de “violar principios familiares” debido a unos vídeos publicados en TikTok. Además, los medios de comunicación progubernamentales han llevado a cabo una agresiva campaña de desprestigio contra las mujeres sobrevivientes de violencia sexual y quienes las apoyan.

En Irán, la policía “de la moral” ha seguido imponiendo el cumplimiento de discriminatorias y degradantes leyes de uso obligatorio del velo, y sometiendo a diario a las mujeres y las niñas a acoso y agresiones.

Los derechos de las sobrevivientes, vulnerados

Las mujeres que dan el paso de denunciar abusos se encuentran con grandes obstáculos a la hora de acceder a la justicia. En Libia, pueden ser detenidas por “adulterio” y, entre la población refugiada y migrante, las mujeres no se atreven a acercarse a la policía, por temor a ser detenidas y deportadas. En Jordania, algunas mujeres han manifestado su temor a ser recluidas en albergues si denuncian actos de violencia en su contra. Pese a las reformas, en Arabia Saudí el sistema de tutela masculina continúa permitiendo a los varones tutores perpetuar la violencia contra las mujeres, que no están protegidas frente a la violencia sexual y física. Por ejemplo, las mujeres que sufren violencia en el ámbito familiar siguen necesitando el permiso del varón tutor para salir de los albergues.

Aunque algunos países han revocado disposiciones jurídicas que permitían a los violadores evitar ser procesados si se casaban con sus víctimas, ese tipo de leyes se mantienen en varios países de la región de Oriente Medio y Norte de África.

“La pasividad de los gobiernos a la hora de proteger de manera adecuada a las mujeres contra la violencia de género y de combatir la impunidad ha perpetuado esa forma de abuso. Para empezar, las autoridades deben condenar públicamente todas las formas de violencia de género y desmantelar las estructuras que facilitan esos abusos, tales como la tutela masculina,” asegura Heba Morayef.

“Además, deben garantizar la protección de los derechos de las sobrevivientes, que éstas puedan acceder de manera segura a la justicia y que los perpetradores rindan cuentas. Es preciso que las sobrevivientes puedan acceder a albergues, asistencia psicosocial y servicios jurídicos y de otros tipos adecuados”.

Fuente: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2021/03/mena-gender-based-violence-continues-to-devastate-lives-of-women-across-region/

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Reseña del libro: ¿Persiguió realmente la iglesia a la brujería?

El profesor Diego Valor publica “La profesión de las meigas”, un ensayo sobre la brujería a la luz de documentos inéditos de la Inquisición.

La brujería ha acompañado al ser humano desde sus inicios hasta hoy. Oráculos, pitonisas, sacerdotisas chamanes, curanderos, brujos y otras formas de esoterismo han sido algo tan común desde la Antigüedad como la falta de métodos científicos para explicar la naturaleza o para curar enfermedades. Este fenómeno en España está íntimamente ligado, sobre todo, a Galicia y sus meigas. Pero… ¿Quiénes eran? ¿Cómo vivían? ¿Qué hacían? ¿Cómo las consideraba la sociedad? ¿Cómo actuó la Inquisición con ellas? El profesor Diego Valor Bravo ha tratado de responder a estas y otras preguntas desde una investigación puramente académica. Publica “La profesión de las meigas” (Ediciones Cydonia), basado, fundamentalmente, en los archivos de la Inquisición, donde ha encontrado documentos inéditos y extraordinariamente reveladores. El libro está prologado por el prestigioso juez, José Antonio Vázquez Taín.

“Este no es un libro de brujería, sino de antropología social, un ensayo científico en el que analizo socialmente el fenómeno, sin entrar en valoraciones y sin caer en esoterismos soterrados”, introduce el autor. “La brujería no pertenece al pasado, paseando por Madrid vemos cartistas, videntes, chamanes que se anuncian públicamente, es un fenómeno que está en los medios, cine, televisión porque despierta una infinita curiosidad, aunque entre ellos se encuentran muchos charlatanes y caraduras que se las dan de brujos y si van a la cárcel es por estafadores, no por brujos”, explica Valor.

Aunque brujas ha habido en todo el mundo, Galicia es imposible entenderla sin sus meigas, fenómeno que tuvo allí un especial arraigo. “No eran seres marginales, pertenecían al ámbito rural, muy primitivo, eran mujeres pobres, pero que tenía un poder especial. Vivían instaladas en su entorno social con total libertad, trabajaban de labradoras o posaderas, eran conocidas y ejercían su profesión libremente, no vivían apartadas, sino en el pueblo, y cumplían una función social, sanaban y hacían hechizos. La gente estaba convencida de que existía la magia y que había personas con capacidad para ejercerla y esto afectaba a toda la sociedad, a las clases sociales altas también les fascinaba su poder”, afirma.

Helen Duncan, la última bruja
Helen Duncan, la última brujaESPACIO MISTERIO

De ahí que dedique un capítulo a las élites que practicaban la brujería. “Iglesia, nobleza, jueces… Por ejemplo, una sobrina del duque de Alba fue procesada por bruja o un catedrático de retórica de la universidad de Santiago. La brujería y la magia era algo muy transversal -afirma Valor-, el 95% de las meigas eran personas humildes del pueblo, pero a lo largo de la historia ha habido ejemplos de reyes, emperadores, papas, obispos, altas jerarquías que también la practicaron. Las élites se dedicaban a la alquimia, la nigromancia y la astrología, pero las meigas no hacían nada de esto porque eran funciones intelectuales para las que había que tener cultura y ellas eran personas mayoritariamente iletradas.

Por otro lado, afirma, “la brujería era profundamente femenina. En una sociedad machista y patriarcal, estaban convencidos de que la mujer era la portadora del pecado en el mundo desde Eva, presa de pensamientos impuros y del comportamiento sexual desordenado que provocaba deseo en el hombre, con lo cual se convertía en un agente maléfico y los pobres hombres eran víctimas sometidas a su poder mágico y pecaminoso”. El profesor destaca además que entre las meigas había cierta jerarquía, dependiendo de si tenían una escoba o media eran más o menos poderosas. “Yo distingo tres tipos de brujas, las sanadoras, llamadas sabias, que se dedicaban a hacer un bien, a curar a la gente, asistir partos, una especie de medicina homeopática muy básica que funcionaba en muchos casos; luego las hechiceras, cuyos hechizos hacían que ocurrieran cosas, quien buscaba novio quería una pócima de amor para enamorarlo”, subraya.

Recreación en 3D de la bruja Lilias Adie, condenada a muerte en Escocia en 1704, realizada por la Universidad de Dundee
Recreación en 3D de la bruja Lilias Adie, condenada a muerte en Escocia en 1704, realizada por la Universidad de Dundee

“Los ingredientes del hechizo podían ser cabellos, uñas, piedras, ropa, la escudilla, cedazos, tijeras… además de unas palabras mágicas o conjuro. También usaban hierbas para pócimas y ungüentos, empleaban plantas como la belladona o el cornezuelo, curaban lisiados, luxaciones, trataban problemas de artritis, de articulaciones… una especie de medicina natural que cumplía una función social positiva. Pero hay un tercer grupo de meigas -señala- que hacían el mal porque reconocen haber hecho pactos con el demonio, con el maligno, se han puesto al servicio del diablo, que les manda hacer el mal, llevar la enfermedad y la muerte, arruinar las cosechas del vecino o le quitar la leche a las vacas”.

Sostiene Valor, que “el poder de la bruja ha sido catalogado como algo paradójico, por una parte hace bien y por otra es temido y odiado, pero siempre es sentido como algo fascinante”. Y aporta algo novedoso, la idea de que cuando hablamos de brujería nos introducimos en el mundo de la psicología y psiquiatría. Cataloga la brujería como un producto de la mente humana que nos une a nuestra parte infantil, dominada por el pensamiento mágico. “Una persona que cree en la magia es un niño -afirma-, cuando éstos no saben cómo funcionan las cosas, ni tienen base racional para para explicarlas, aparece la magia. Está estudiado y comprobado que la gente que cree en la magia es aquella que mantiene ese mundo infantil muy presente. Hay una sugestión hacia las meigas y esto produce una relación psicológica entre ella y el cliente, que cree en su poder para solucionar su problema”.

"Vuelo de brujas"de Francisco de Goya.
«Vuelo de brujas»de Francisco de Goya.

La Inquisición fue la institución encargada de perseguir la brujería. Iba contra las brujas, encarnación del maligno. Pero, ¿persiguió la Iglesia realmente a la brujería? “Al contrario de lo que se cree, nunca hubo una persecución feroz de la brujería -afirma el profesor-, la Inquisición gallega solo quemó a una bruja en toda su historia y su persecución fue menor que en el resto de España. Se calcula que en Europa mataron unas 50.000 mujeres acusadas de brujería y en España a una docena. La Iglesia luchaba por la pureza de la fe y para ellos algo contradictorio, los inquisidores eran personas con formación humanista y consideraban la brujería un producto de la ignorancia y no le prestaba mucha atención. En Galicia las penas fueron más benignas que en otros sitios, veían un problema irresoluble porque formaba parte del pueblo, que era inculto y estaba muy arraigado en él. Sin embargo, -como dice Vázquez Taín en el prólogo- la jurisdicción ordinaria, sí que mató a las brujas, con lo cual da la curiosa paradoja, de que la Inquisición no actúa sobre ellas, pero la justicia ordinaria sí”, concluye.

Fuente. https://www.larazon.es/cultura/20210217/5hnnyrxvsfhf7a6nemlhi2vxka.html

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