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Oriente Medio y Norte de África: La violencia de género sigue destrozando la vida de las mujeres en la región

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Amnistía Internacional ha resaltado cómo, a pesar de las limitadas reformas acometidas, las mujeres de la región de Oriente Medio y Norte de África siguen soportando una arraigada discriminación y sufriendo actos de violencia a diario, mientras, lamentablemente, los gobiernos se abstienen de tomar medidas para acabar con las detenciones arbitrarias, los secuestros, los asesinatos, los llamados homicidios “en nombre del honor” y otras formas de violencia de género.

Últimamente, tras el estallido de la pandemia de COVID-19 algunos países han informado de un incremento en el número de casos de violencia de género intrafamiliar y de llamadas a líneas de asistencia telefónica, debido a los prolongados encierros domiciliarios que han llevado consigo los confinamientos y los toques de queda.

“En la región de Oriente Medio y Norte de África, las mujeres y las niñas siguen viendo sus vidas destrozadas por la realidad diaria de la violencia, tanto en el hogar como en la calle. La violencia de género era ya motivo de preocupación constante en toda la región, pero el marcado aumento de la violencia de género en el ámbito familiar durante los confinamientos de la COVID-19 ha tenido consecuencias desastrosas”, afirma Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.

“A lo largo de los últimos años, aunque las personas que defienden los derechos de las mujeres en la región han ganado importantes batallas que se han traducido en tímidos avances en los derechos de las mujeres —sobre todo, reformas legislativas, con la derogación de leyes discriminatorias—, ese progreso se ha visto ensombrecido por la actuación de los gobiernos, que contribuyen a la violencia de género o, como mínimo, la toleran, lo cual sigue teniendo un efecto devastador sobre la vida de las mujeres”.

En la región de Oriente Medio y Norte de África, las mujeres y las niñas siguen viendo sus vidas destrozadas por la realidad diaria de la violencia, tanto en el hogar como en la calle.
Heba Morayef, Amnistía Internacional

En 2020, la pandemia de COVID-19 ha exacerbado los ya graves peligros a los que se enfrentaban las mujeres de la región, con lo que en algunos países —como Argelia, Irak, Jordania, Marruecos y Túnez— las organizaciones de derechos de las mujeres, las líneas de asistencia telefónica y los refugios para sobrevivientes de violencia de género intrafamiliar han constatado un aumento en el número de llamadas de socorro o de casos de violencia de género registrados.

En Argelia, el Centro de Información sobre los Derechos de la Mujer y la Infancia registró, al menos, 39 casos de asesinato o de “agresión y palizas deliberadas” con resultado de muerte durante el confinamiento de la COVID-19, aunque los grupos de derechos de las mujeres aseguran que la cifra real es, probablemente, superior.

La violencia de género sigue siendo endémica

Durante los últimos años, algunos países de Oriente Medio y Norte de África han experimentado tímidos avances legislativos e institucionales en relación con los derechos de las mujeres. Por ejemplo, en Arabia Saudí se ha reformado, con mucho retraso, el discriminatorio sistema de tutela masculina y se ha revocado la prohibición de conducir para las mujeres, mientras que en Túnez se ha establecido un mecanismo de denuncia para sobrevivientes de violencia de género en el ámbito familiar, y en Jordania se ha abierto un refugio para las mujeres amenazadas de los conocidos como “delitos en nombre del honor”.

En el Magreb, se han aprobado disposiciones jurídicas para combatir la violencia contra las mujeres, incluida una emblemática ley aprobada en 2017 en Túnez para proteger a las mujeres contra toda forma de violencia de género.

Sin embargo, estos avances se han visto ensombrecidos por la violencia y la discriminación que sufren constantemente las mujeres —sobre todo en cuestiones de matrimonio, herencia y custodia de hijos e hijas—, y han sido menoscabados, además, por la deficiente aplicación de las reformas y por la continua negación de participación activa a las mujeres.

Se han seguido registrando los conocidos como “homicidios en nombre del honor” en Irak, Irán, Jordania, Kuwait y las comunidades palestinas de Israel y Palestina, donde las autoridades se han abstenido de procesar a los perpetradores y de abordar las discriminatorias leyes y normas de género subyacentes, que permiten que esa violencia prolifere. En varios países, las defensoras de los derechos humanos han sido amenazadas —de violación, entre otras cosas—, intimidadas, limitadas en sus desplazamientos o, incluso, agredidas y asesinadas por agentes estatales y no estatales, que han intentado silenciarlas así.

En Libia, las mujeres y las niñas han sufrido agresiones físicas, secuestros, asesinatos y violencia sexual, así como campañas de desprestigio y abusos online, a manos de milicias y grupos armados. Recientemente, en noviembre de 2020, la abogada libia Hanan al-Barassi murió abatida a tiros en Bengasi tras haber criticado la corrupción de ciertas personas vinculadas a grupos armados del este de Libia.

Asimismo, en Irak, hombres armados mataron a tiros a Reham Yacoub, activista conocida por haber organizado actos de protesta en Basora en agosto de 2020.

En Egipto, gracias a una campaña online contra el acoso y la violencia sexual realizada por una serie de jóvenes feministas, varios hombres acusados de violación fueron detenidos en agosto de 2020. Sin embargo, pese a haber aprobado las autoridades egipcias una disposición legal que permite a la fiscalía garantizar el anonimato a las sobrevivientes de violencia sexual, se ha seguido deteniendo y procesando a sobrevivientes y testigos que han declarado en causas judiciales similares o que han denunciado la violencia sexual.

En 2020, al menos nueve influencers de las redes sociales fueron procesadas, acusadas de “violar principios familiares” debido a unos vídeos publicados en TikTok. Además, los medios de comunicación progubernamentales han llevado a cabo una agresiva campaña de desprestigio contra las mujeres sobrevivientes de violencia sexual y quienes las apoyan.

En Irán, la policía “de la moral” ha seguido imponiendo el cumplimiento de discriminatorias y degradantes leyes de uso obligatorio del velo, y sometiendo a diario a las mujeres y las niñas a acoso y agresiones.

Los derechos de las sobrevivientes, vulnerados

Las mujeres que dan el paso de denunciar abusos se encuentran con grandes obstáculos a la hora de acceder a la justicia. En Libia, pueden ser detenidas por “adulterio” y, entre la población refugiada y migrante, las mujeres no se atreven a acercarse a la policía, por temor a ser detenidas y deportadas. En Jordania, algunas mujeres han manifestado su temor a ser recluidas en albergues si denuncian actos de violencia en su contra. Pese a las reformas, en Arabia Saudí el sistema de tutela masculina continúa permitiendo a los varones tutores perpetuar la violencia contra las mujeres, que no están protegidas frente a la violencia sexual y física. Por ejemplo, las mujeres que sufren violencia en el ámbito familiar siguen necesitando el permiso del varón tutor para salir de los albergues.

Aunque algunos países han revocado disposiciones jurídicas que permitían a los violadores evitar ser procesados si se casaban con sus víctimas, ese tipo de leyes se mantienen en varios países de la región de Oriente Medio y Norte de África.

“La pasividad de los gobiernos a la hora de proteger de manera adecuada a las mujeres contra la violencia de género y de combatir la impunidad ha perpetuado esa forma de abuso. Para empezar, las autoridades deben condenar públicamente todas las formas de violencia de género y desmantelar las estructuras que facilitan esos abusos, tales como la tutela masculina,” asegura Heba Morayef.

“Además, deben garantizar la protección de los derechos de las sobrevivientes, que éstas puedan acceder de manera segura a la justicia y que los perpetradores rindan cuentas. Es preciso que las sobrevivientes puedan acceder a albergues, asistencia psicosocial y servicios jurídicos y de otros tipos adecuados”.

Fuente: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2021/03/mena-gender-based-violence-continues-to-devastate-lives-of-women-across-region/

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Reseña del libro: ¿Persiguió realmente la iglesia a la brujería?

El profesor Diego Valor publica “La profesión de las meigas”, un ensayo sobre la brujería a la luz de documentos inéditos de la Inquisición.

La brujería ha acompañado al ser humano desde sus inicios hasta hoy. Oráculos, pitonisas, sacerdotisas chamanes, curanderos, brujos y otras formas de esoterismo han sido algo tan común desde la Antigüedad como la falta de métodos científicos para explicar la naturaleza o para curar enfermedades. Este fenómeno en España está íntimamente ligado, sobre todo, a Galicia y sus meigas. Pero… ¿Quiénes eran? ¿Cómo vivían? ¿Qué hacían? ¿Cómo las consideraba la sociedad? ¿Cómo actuó la Inquisición con ellas? El profesor Diego Valor Bravo ha tratado de responder a estas y otras preguntas desde una investigación puramente académica. Publica “La profesión de las meigas” (Ediciones Cydonia), basado, fundamentalmente, en los archivos de la Inquisición, donde ha encontrado documentos inéditos y extraordinariamente reveladores. El libro está prologado por el prestigioso juez, José Antonio Vázquez Taín.

“Este no es un libro de brujería, sino de antropología social, un ensayo científico en el que analizo socialmente el fenómeno, sin entrar en valoraciones y sin caer en esoterismos soterrados”, introduce el autor. “La brujería no pertenece al pasado, paseando por Madrid vemos cartistas, videntes, chamanes que se anuncian públicamente, es un fenómeno que está en los medios, cine, televisión porque despierta una infinita curiosidad, aunque entre ellos se encuentran muchos charlatanes y caraduras que se las dan de brujos y si van a la cárcel es por estafadores, no por brujos”, explica Valor.

Aunque brujas ha habido en todo el mundo, Galicia es imposible entenderla sin sus meigas, fenómeno que tuvo allí un especial arraigo. “No eran seres marginales, pertenecían al ámbito rural, muy primitivo, eran mujeres pobres, pero que tenía un poder especial. Vivían instaladas en su entorno social con total libertad, trabajaban de labradoras o posaderas, eran conocidas y ejercían su profesión libremente, no vivían apartadas, sino en el pueblo, y cumplían una función social, sanaban y hacían hechizos. La gente estaba convencida de que existía la magia y que había personas con capacidad para ejercerla y esto afectaba a toda la sociedad, a las clases sociales altas también les fascinaba su poder”, afirma.

Helen Duncan, la última bruja
Helen Duncan, la última brujaESPACIO MISTERIO

De ahí que dedique un capítulo a las élites que practicaban la brujería. “Iglesia, nobleza, jueces… Por ejemplo, una sobrina del duque de Alba fue procesada por bruja o un catedrático de retórica de la universidad de Santiago. La brujería y la magia era algo muy transversal -afirma Valor-, el 95% de las meigas eran personas humildes del pueblo, pero a lo largo de la historia ha habido ejemplos de reyes, emperadores, papas, obispos, altas jerarquías que también la practicaron. Las élites se dedicaban a la alquimia, la nigromancia y la astrología, pero las meigas no hacían nada de esto porque eran funciones intelectuales para las que había que tener cultura y ellas eran personas mayoritariamente iletradas.

Por otro lado, afirma, “la brujería era profundamente femenina. En una sociedad machista y patriarcal, estaban convencidos de que la mujer era la portadora del pecado en el mundo desde Eva, presa de pensamientos impuros y del comportamiento sexual desordenado que provocaba deseo en el hombre, con lo cual se convertía en un agente maléfico y los pobres hombres eran víctimas sometidas a su poder mágico y pecaminoso”. El profesor destaca además que entre las meigas había cierta jerarquía, dependiendo de si tenían una escoba o media eran más o menos poderosas. “Yo distingo tres tipos de brujas, las sanadoras, llamadas sabias, que se dedicaban a hacer un bien, a curar a la gente, asistir partos, una especie de medicina homeopática muy básica que funcionaba en muchos casos; luego las hechiceras, cuyos hechizos hacían que ocurrieran cosas, quien buscaba novio quería una pócima de amor para enamorarlo”, subraya.

Recreación en 3D de la bruja Lilias Adie, condenada a muerte en Escocia en 1704, realizada por la Universidad de Dundee
Recreación en 3D de la bruja Lilias Adie, condenada a muerte en Escocia en 1704, realizada por la Universidad de Dundee

“Los ingredientes del hechizo podían ser cabellos, uñas, piedras, ropa, la escudilla, cedazos, tijeras… además de unas palabras mágicas o conjuro. También usaban hierbas para pócimas y ungüentos, empleaban plantas como la belladona o el cornezuelo, curaban lisiados, luxaciones, trataban problemas de artritis, de articulaciones… una especie de medicina natural que cumplía una función social positiva. Pero hay un tercer grupo de meigas -señala- que hacían el mal porque reconocen haber hecho pactos con el demonio, con el maligno, se han puesto al servicio del diablo, que les manda hacer el mal, llevar la enfermedad y la muerte, arruinar las cosechas del vecino o le quitar la leche a las vacas”.

Sostiene Valor, que “el poder de la bruja ha sido catalogado como algo paradójico, por una parte hace bien y por otra es temido y odiado, pero siempre es sentido como algo fascinante”. Y aporta algo novedoso, la idea de que cuando hablamos de brujería nos introducimos en el mundo de la psicología y psiquiatría. Cataloga la brujería como un producto de la mente humana que nos une a nuestra parte infantil, dominada por el pensamiento mágico. “Una persona que cree en la magia es un niño -afirma-, cuando éstos no saben cómo funcionan las cosas, ni tienen base racional para para explicarlas, aparece la magia. Está estudiado y comprobado que la gente que cree en la magia es aquella que mantiene ese mundo infantil muy presente. Hay una sugestión hacia las meigas y esto produce una relación psicológica entre ella y el cliente, que cree en su poder para solucionar su problema”.

"Vuelo de brujas"de Francisco de Goya.
«Vuelo de brujas»de Francisco de Goya.

La Inquisición fue la institución encargada de perseguir la brujería. Iba contra las brujas, encarnación del maligno. Pero, ¿persiguió la Iglesia realmente a la brujería? “Al contrario de lo que se cree, nunca hubo una persecución feroz de la brujería -afirma el profesor-, la Inquisición gallega solo quemó a una bruja en toda su historia y su persecución fue menor que en el resto de España. Se calcula que en Europa mataron unas 50.000 mujeres acusadas de brujería y en España a una docena. La Iglesia luchaba por la pureza de la fe y para ellos algo contradictorio, los inquisidores eran personas con formación humanista y consideraban la brujería un producto de la ignorancia y no le prestaba mucha atención. En Galicia las penas fueron más benignas que en otros sitios, veían un problema irresoluble porque formaba parte del pueblo, que era inculto y estaba muy arraigado en él. Sin embargo, -como dice Vázquez Taín en el prólogo- la jurisdicción ordinaria, sí que mató a las brujas, con lo cual da la curiosa paradoja, de que la Inquisición no actúa sobre ellas, pero la justicia ordinaria sí”, concluye.

Fuente. https://www.larazon.es/cultura/20210217/5hnnyrxvsfhf7a6nemlhi2vxka.html

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Diálogo con la antropóloga Maya, Aura Cumes: Feminismo indígena: «El patriarcado no se puede entender sin el colonialismo”

Y “tampoco el colonialismo sin el patriarcado”, asegura la antropóloga maya Aura Cumes en diálogo con DW.

Aura Cumes Simón nació y creció en Chimaltenango, en la región central de Guatemala. Pertenece al pueblo maya kaqchikel.

Como mujer y como indígena sabe largamente, y por experiencia propia, de discriminación y segregación.

«Desde muy pequeña fui confrontada con un terrible racismo, -no hay manera de no vivirlo- y también con la dominación sobre las mujeres”, dice en diálogo con DW.

«Es una situación que me atraviesa desde que nací, en un contexto racista colonial, de tremendo machismo patriarcal”, explica.

Pero su historia es la de seguir adelante pese a todo.

«Yo nunca acepté ni normalicé esa situación”, cuenta. Más aún: transformó sus experiencias de vida en objeto de estudio. Se dedicó a analizar las formas de dominación capitalista, colonial y patriarcal.

Hoy es académica: antropóloga, máster en Ciencias Sociales, y diplomada en Estudios de Género y Feminismo.

Y entonces, lo que a ella y a su comunidad le tocó atravesar, es capaz de leerlo en clave de sistemas de dominación hegemónicos.

«En los países latinoamericanos el patriarcado no se puede entender sin el colonialismo. Tampoco el colonialismo sin el patriarcado”, sentencia.

Aura Cumes Simón.Aura Cumes Simón: «La prioridad de las mujeres indígenas es analizar la manera en que se conjuntan el patriarcado y el colonialismo, el machismo y el racismo, y todo eso, con el capitalismo».

Así, verlos, nombrarlos y hasta intentar combatir cualquiera de estos sistemas por separado, no es más que una «segregación comprensiva artificial de la realidad”, entiende la antropóloga y activista maya.

«Los sistemas de dominación actúan de manera interconectada, y cuando lo hacen, su forma de operar es mucho más densa, nociva y perversa”, asegura.

Ejemplos le sobran, pero elige uno: «Yo estudié para ser secretaria, y cuando me gradué, fui a buscar trabajo a un banco. Allí se rieron de mí y me dijeron que no estaban buscando una sirvienta”, rememora Cumes Simón. «Esa experiencia marco mi existencia”, asegura.

Y analiza: «Ese es el lugar que el sistema colonial y patriarcal le deja a las mujeres indígenas en toda Latinoamérica: el de la servidumbre”.

Multiplicidad de obstáculos

Así las cosas, los obstáculos y desafíos que se le presentan a las mujeres indígenas son muchos y de variado tipo: simbólico, histórico, de poder y material.

En este sentido, en México, por caso, casi todos las y los indígenas son pobres. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 7 de cada 10 indígenas son pobres. Y 3 de cada 10, se encuentran en la indigencia.

Por lo cual, uno de los principales problemas a los que se enfrentan las mujeres indígenas es sencillamente el hambre.

María Mercedes Olivera Bustamante, pionera en la antropología feminista de México, explica que esa pobreza se vuelve parte de la subordinación de género, de clase y de etnia, por lo que no se puede separar de esa problemática.

Feminismo indígena

Y es justamente esta situación la que llevó a muchas mujeres a defender sus derechos combinando sus identidades de género y de etnia, y a dar lugar así a lo que muchos consideran el alumbramiento del feminismo indígena.

Ahora bien: ¿existe un feminismo indígena?

El consenso indica que no es solo uno: «No hay un solo pensamiento feminista indígena. Hay diferentes posiciones y planteamientos en función de la experiencia personal de cada mujer indígena”, sostiene Olivera Bustamante, lúcida y dispuesta al diálogo, a sus 86 años.

Mujeres indígenas en Bogotá, Colombia.

«Las mujeres indígenas están involucradas en las múltiples expresiones de los feminismos, pero principalmente aquellos feminismos que no solo se dedican a analizar el patriarcado como si fuera un patrón de dominación que no se conecta con nada más”, indica, en tanto, Cumes Simón.

«La prioridad de las mujeres indígenas es analizar la manera en que se conjuntan el patriarcado y el colonialismo, el machismo y el racismo, y todo eso, con el capitalismo, para entender por qué tenemos el lugar que tenemos”, completa la activista maya.

Se trata, sobre todo, de que sean las mujeres indígenas las que hablen por ellas, por sus necesidades, por sus prioridades, según su existencia y su cosmovisión.

Mujeres indígenas en el Amazonas.

Así, en palabras de la académica mexicana: «Tenemos que reconocer y valorar su especificidad como mujeres indígenas”.

No en vano, muchas integrantes de los pueblos originarios tienen una relación más bien de recelo con el feminismo. O por lo pronto, con el «feminismo occidental, blanco y eurocéntrico”, según define Cumes Simón.

«Tengo fuertes críticas a ese feminismo que no se quiere dar cuenta de que expande formas de colonialismo, que piensa que, sin ese feminismo, las mujeres indígenas no seríamos nada”, asevera la antropóloga guatemalteca.

«Existen prejuicios respecto al feminismo indígena, sobre todo desde la visión no indígena”, afirma, en tanto, a DW la académica mexicana.

Para Cumes Simón incluso, los prejuicios van aun más allá: «La expresión más absurda del pensamiento colonial patriarcal, es la idea de que los hombres indígenas son más capaces de ser machistas que los hombres blancos”, se indigna.

«Es el prejuicio colonial lo que ha expandido esa creencia”, completa.

«Un hombre indígena y un hombre blanco tienen la misma probabilidad de un ejercicio patriarcal”, asegura.
(cp)

Fuente: https://www.dw.com/es/feminismo-ind%C3%ADgena-el-patriarcado-no-se-puede-entender-sin-el-colonialismo/a-56578883

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México: Feministas de todo el país protestan contra candidatura de Félix Salgado Macedonio

Texto: Beatriz García /Foto: José Luis de la Cruz

Por la tarde en la capital de Guerrero, los tambores de mujeres feministas resonaron y las banderas moradas ondearon. Las manifestantes lanzaron consignas: “¡Va a caer, va a caer, el patriarcado va a caer!”, “¡Verga violadora a la licuadora!”, “¡Félix machista, te tenemos en la lista!”, “Señor, señora no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente!”. 

“¡Un violador no será gobernador!”, corearon una y otra vez feministas del país por avenidas de Chilpancingo, contra la candidatura a gobernador del morenista Félix Salgado Macedonio, acusado de violación y acoso sexual.

Los tambores de las mujeres de la Colectiva Nacional Feminista Ningún agresor en el poder hicieron más intensas las consignas.

Las mujeres se reunieron desde las dos de la tarde en la alameda Granados Maldonado para salir en marcha hacia el Tribunal Electoral del Estado (TEE), quien tendría la última decisión en Guerrero sobre la candidatura del morenista. La mayoría estaban vrstidas de colores negro y morado, y se cubrieron el rostro.

En la mañana, en la conferencia de prensa, cuando le preguntaron sobre Salgado Macedonio y las acusaciones en su contra, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, expresó: “ya chole”.

El aspirante a la gubernatura de Guerrero tiene dos acusaciones por violación ante la Fiscalía General del Estado (FGE), y tres por acoso sexual.

Por la tarde en la capital de Guerrero, los tambores de mujeres feministas resonaron y las banderas moradas ondearon. Las manifestantes lanzaron consignas: “¡Va a caer, va a caer, el patriarcado va a caer!”, “¡Verga violadora a la licuadora!”, “¡Félix machista, te tenemos en la lista!”, “Señor, señora no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente!”.

También llevaron pancartas en las que se leían: “Que arda lo que tenga que arder. #Ningúnagresorenelpoder”, “En México si una mujer aborta va a la cárcel, si un hombre viola puede ser gobernador “, “Presidente rompa el pacto. #Unvioladornoserágobernador”.

La marcha partió por la avenida Benito Juárez. En su paso por la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CDHG), las mujeres realizaron pintas con leyendas alusivas al descontento contra la candidatura de Salgado Macedonio. También rompieron cristales de puertas y ventanas en el edificio.

La marcha siguió y la acción se repitió en la fachada del Ayuntamiento capitalino. Dos cohetones tronaron dentro del inmueble, después de que romper cristales y encendieron fuego.

La siguiente parada fue en las instalaciones del Ministerio Público. Más cohetones, pintas y  fuego.

Las feministas llegaron a la avenida Lázaro Cárdenas, fuera de la casa de campaña del candidato. En el lugar las consignas y los tambores se escucharon. Las pintas con aerosol siguieron.

Las mujeres aseguraron que las instalaciones eran del operador financiero de Salgado Macedonio.

Continuaron en marcha rumbo al edificio del Tribunal Electoral del Estado (TEE). Buscaron que una comisión fuera recibida para entregar un pliego petitorio de impugnación a la candidatura de Salgado Macedonio.

Sobre la fachada estrellaron botellas de cristal, que en realidad eran explosivos artesanales. También escribieron algunas consignas: “AMLO cómplice”, “Machete al machote”.

Al recinto entró la integrante del colectivo Las Revueltas y de la Colectiva Nacional, Yolitzin Jaimes Rendón con un sobre. Era el pliego petitorio.

La marcha terminó fuera de las oficinas del recinto oficial del Poder Ejecutivo del estado, antes Palacio de Gobierno.

Ahí se escuchó por la bocina la voz de Yolitzin Jaimes. Dijo que el “impresentable”, junto con el partido Morena, cometen el agravio más grande contra las mujeres y niñas guerrerenses, porque existe la posibilidad de que llegue a la gubernatura «con toda la impunidad que la Fiscalía General del Estado les obtiene, porque la carpeta del 2016 (donde se le acusa por violación), ratificada en el 2017, fue detenida por las fuerzas políticas de este estado».

Después agregó: «No tenemos armas, nuestra única herramienta es la protesta”. Sentenció: “Porque nuestra voz, nuestra palabra es el tanque de guerra, la guerra que le vamos a hacer al impresentable Félix Salgado Macedonio”.

Este trabajo fue publicado originalmente en Amapola Periodismo Transgresor que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original

Fuente: https://piedepagina.mx/feministas-de-todo-el-pais-protestan-contra-candidatura-de-felix-salgado-macedonio/

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Conclusión del Foro Social: renovarse para la acción política o morir

Pantalla de la asamblea de clausura, el 31 de enero, del Foro Social Mundial 2021, que se realizó en formato virtual desde el 23 de enero. Las dificultades de organización de una reunión inédita, a través de medios digitales, no impidieron que, según los organizadores, hubiera 9561 participantes de 144 países y 1360 organizaciones en 751 actividades, entre talleres, mesas redondas, debates y asambleas sectoriales.

La democracia amenazada en una cantidad creciente de países, millones de muertos por la covid-19 y otras grandes crisis mundiales urgen a una renovación del Foro Mundial Social (FSM) para que protagonice acciones políticas en los procesos claves, según la conclusión de algunos de sus destacados miembros.

“Si no se renueva, se muere”, dictó Oscar González, exdiplomático mexicano y activista de los derechos humanos, en un debate sobre “El futuro del Foro”, cuando se cumplieron los 20 años de la iniciativa surgida bajo el lema de que “otro mundo es posible”.

Este fue un tema tan determinante como polémico de la 16 edición del FSM, la primera en forma virtual a causa de la pandemia de covid, que contó con 9561 participantes de 144 países y que involucró 1360 organizaciones en 751 actividades.

Durante los nueve días de debates, del 23 al 31 de enero, las búsquedas en el sitio digital del FSM superaron las 122 000, según los organizadores.

La realización constituyó una hazaña de centenares de voluntarios que tuvieron solo tres meses de preparación y reavivó las esperanzas de una revitalización del foro de la ciudadanía global, que tendrá su próximo encuentro en México, probablemente en enero de 2022, y de vuelta en forma presencial.

Pero la de 2021 estuvo lejos de los más de 100 000 participantes en algunas ediciones iniciales. Además la participación de este año estuvo demasiadamente concentrada en Brasil, con 58 por ciento del total, vale decir 5570 personas. En este país sudamericano, en la ciudad de Porto Alegre, surgió el FSM en enero de 2001.

“El Foro perdió legitimidad”, diagnosticó Cándido Grzybowski, uno de los principales organizadores de las primeras ediciones, cuando era director del Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicas (Ibase).

Su frustración lo llevó a “desistir” de la intensa actividad organizativa e incluso la participación en los encuentros mundiales de los últimos años, aun siendo miembro de su Consejo Internacional, la instancia coordinadora del FSM.

“El foro se desconectó del mundo real, dejó de acompañar los grandes hechos que conmueven la humanidad”, justificó en entrevista por teléfono a IPS desde su finca en las afueras de Rio de Janeiro.

En la década pasada hubo grandes movilizaciones de la sociedad, como la llamada “Primavera árabe”, el movimiento de los indignados en España, el “Occupy Wall Street” y las masivas protestas del “Black Lives Matter (las vidas negras importan)» el año pasado, sin que repercutieran en el FSM, se lamentó.

Reunir, articular y así empoderar los movimientos de la sociedad civil mundial es la misión asumida por el FSM desde su inicio hace años en Porto Alegre.

Pero su Carta de Principios lo limita a un “espacio abierto” para el debate plural y el intercambio de experiencias, “sin carácter deliberativo”. “Nadie estará autorizado a manifestar, en nombre del Foro y en cualquiera de sus encuentros, posiciones que fueran atribuidas a todos sus participantes”, es la regla.

El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, uno de quienes lidera propuestas para transformar el Foro Social Mundial de "espacio abierto de debates a espacio de acción", para tomar posiciones políticas e intervenir en las cuestiones globales relevantes, como la migración y la desigual distribución de las vacunas anticovid-19. Foto: Mario Osava/IPS

El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, uno de quienes lidera propuestas para transformar el Foro Social Mundial de «espacio abierto de debates a espacio de acción», para tomar posiciones políticas e intervenir en las cuestiones globales relevantes, como la migración y la desigual distribución de las vacunas anticovid-19. Foto: Mario Osava/IPS

Además el Consejo Internacional toma decisiones por consenso o consentimiento, es decir en la práctica cualquiera de sus miembros tiene derecho de veto.

Eso tiende a inviabilizar el cambio pretendido, de “espacio abierto a espacio de acción”, teme Grzybowski, quien aceptó la invitación del Grupo Renovador al debate sobre el futuro del FSM. Se trata de un autonombrado grupo que promueve nuevas líneas de debate y acción, para responder a una realidad mundial muy diferente a cuando surgió el Foro Social.

La esperanza del grupo es que, en el próximo foro, en México, una asamblea general pueda revisar la Carta de Principios y reorganizar el FSM de manera que tenga alguna instancia de decisión política, por mayoría, que “podría ser de 75 por ciento”, para adoptar posiciones y promover acciones en los procesos internacionales relevantes.

“México representará la renovación del Foro”, sostuvo el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, uno de los que encabezan el intento de renovación.

Es necesario que el FSM tenga un “pensamiento estratégico” sobre los temas claves, como el capitalismo, el racismo, el patriarcado y la reforma de las Naciones Unidas, propuso en el debate del grupo, coordinado por la socióloga belga Francine Mestrum, autora del libro “Los comunes sociales” y exprofesora de varias universidades.

Para desarrollar tal pensamiento convendría crear un centro de investigación (think tank) del FSM, sugirió Aleksander Buzgalin, coordinador del Foro Social Ruso y profesor de economía en la Universidad Estatal de Moscú.

Una forma democrática de tomar decisiones políticas, sobre cuestiones globales como  migración, las ciudades y tráfico de personas por ejemplo, es otra recomendación de Santos. Posiciones minoritarias serían consideradas, acotó.

Una política de información y comunicación es otra necesidad del Foro para que no vuelva a frustrar sus participantes. “Nadie sabe lo que piensa el FSM sobre lo que sea”, arguyó.

“Queremos ser democráticos, ser diversos, pero también queremos existir”, realzó. En su evaluación, “hay demasiado miedo en el mundo y esperanza de menos, tenemos que organizar la esperanza”.

Falta representatividad en el actual Consejo Internacional para conducir los destinos de FSM, añadieron varios renovadores. En 2001 esa instancia coordinadora se componía de 175 organizaciones de todo el mundo, cantidad que bajó a 35 desde 2017, señaló Grzybowski.

Captura del debate del informal y autonombrado Grupo Renovador sobre el futuro del Foro Social Mundial, que parte de la propuesta de convertirlo en un sujeto político global, con toma de posiciones e intervenciones en los grandes temas actuales, como las amenazas a la democracia y la pandemia de la covid. El debate fue una de las 751 actividades que se realizaron durante la edición virtual del FSM, del 23 al 31 de enero. Foto: Mario Osava/IPS

Captura del debate del informal y autonombrado Grupo Renovador sobre el futuro del Foro Social Mundial, que parte de la propuesta de convertirlo en un sujeto político global, con toma de posiciones e intervenciones en los grandes temas actuales, como las amenazas a la democracia y la pandemia de la covid. El debate fue una de las 751 actividades que se realizaron durante la edición virtual del FSM, del 23 al 31 de enero. Foto: Mario Osava/IPS

De todas maneras el encuentro virtual de 2021 reveló ciertos consensos sobre el “otro mundo posible” que defienden los activistas. Un síntoma de debilidad, sin embargo, es la concentración en la contraposición negativa, las luchas son anticolonialistas, antirracistas, antisexistas, antipatriarcado, antineoliberales, antimilitaristas.

Algunas excepciones son propuestas afirmativas, como la renta básica universal, el ecosocialismo, la economía feminista y la creación de un parlamento del ciudadano planetario.

La agroecología aparece como un camino para la solución de muchos problemas actuales, desde la seguridad alimentaria, la reducción del uso de los agroquímicos y la consecuente mejora en la salud humana, menos deforestación favoreciendo el ambiente y la biodiversidad.

Una falsedad difundida en el mundo es que el agronegocio o agricultura comercial alimenta el mundo, un rol que cumple la agricultura familiar, según João Paulo Rodrigues, uno de los coordinadores del brasileño Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra.

La solución del hambre en Brasil depende de una reforma agraria que permita a ese sector triplicar su área sembrada, que hoy se limita a 30 millones de hectáreas, mucho menos que la gran agricultura empresarial que produce soja y maíz para exportar, aseguró Rodrigues como un ejemplo de lo que puede hacerse.

Además reduciría la deforestación, provocada por la expansión del agronegocio, y los efectos climáticos ya sentidos en la merma de lluvias que afectan extensas regiones brasileñas, acotó.

La expansión de la agroecología y un acercamiento campesino a los consumidores urbanos ayudaría a “construir una nueva sociedad”, concluyó.

Los pequeños agricultores enfrentan condiciones adversas en casi todo el mundo dominado por políticas que favorecen los grandes negocios. En India centenares de miles de campesinos protestan hace meses contra leyes que afectan su producción y sus vidas.

El #FSM2021 concluyó con varias asambleas sectoriales que aprobaron un programa de manifestaciones en todo el mundo para fechas como el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio) y Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre).

La Asamblea de los Movimientos Sociales, de Paz y Ambientales destacó una gran movilización a ser promovida el 15 de mayo, en contraposición al Foro Económico Mundial que tendrá lugar del 13 al 16 de mayo en Singapur, tras sostener una edición virtual en paralelo al FSM, entre el 25 al 29 de enero.

Se convocarán manifestaciones por el derecho a la salud y la protección social, especialmente con una protesta contra la mala distribución de las vacunas para inmunizarse contra la covid, que está favoreciendo los países ricos en desmedro de los más pobres.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2021/02/conclusion-del-foro-social-renovarse-la-accion-politica-morir/

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Es política de Estado la violencia de género

Por: Ilka Oliva Corado

Es política de Estado en  sociedades con gobiernos neoliberales, la violencia contra la mujer y las masas empobrecidas y explotadas. Antes que el brazo armado está el recurso de la religión que manipula emocionalmente  a los excluidos pero que violenta doblemente a las mujeres por su género. En nombre de la fe, amparados por religiones misóginas muchos hombres ejercen la violencia de género a tal grado de llegar a los feminicidios. Eso no es nuevo, no estamos descubriendo el agua azucarada. Pero un Estado ausente, infestado de corrupción, donde se propaga el machismo, la misoginia, la homofobia y se alimenta el patriarcado sistemáticamente es el responsable de la violencia de género y todo su contexto.

Sin leyes que castiguen a quienes violentan a las mujeres en todas sus formas, la violencia de género continuará. Y el principal criminal es el Estado que con sus políticas niega el derecho al aborto, seguido de una planificación minuciosa de empobrecimiento de los sectores más explotados. Negarle el acceso a la educación a las niñas de los sectores más vulnerados. Obligarlas a parir manipulando a la población con que el aborto es un asesinato castigado por Dios, en lugar de informarles sobre sus derechos, sin inmiscuirse en sus cuerpos. El aborto es un derecho negado por Estados represivos donde gobiernan principalmente hombres machistas que lo utilizan como arma de castigo contra las mujeres por su género. Pero si una hija les saliera embarazada  la mandan a abortar a la mejor clínica del país o al extranjero y lo mismo con las cúpulas de la oligarquía.

Niñas sin acceso a la educación, sin alimentación sana, sin acceso a un sistema de salud, viviendo en casas que no cuentan con la seguridad mínima en entornos violentos sistemáticamente orquestados desde el Estado, son  niñas que jamás tendrán un desarrollo integral por ende tampoco serán mujeres realizadas, ni personal ni profesionalmente. Lo común será verlas siendo madres desde la adolescencia, por un abuso sexual, porque fue víctima del amor romántico tan patriarcal o porque fue casada a la fuerza, todo pero menos una persona feliz y realizada. Ninguna mujer puede ser feliz en esas condiciones.

¿Cómo puede ser feliz una niña con una madre que trabaja 16 horas en una maquila, en una fábrica, limpiando un edificio, un hospital, quemándose la vida en las fincas de cultivo? Una madre que sale de madrugada y regresa a altas horas de la noche a la que se le quita la oportunidad de compartir con sus hijos, de verlos crecer, de abrazarlos, de compartir tiempo de óseo con ellos. Si ella misma no lo tuvo, en esa cadena de abuso sistemático que es política de Estado.

Actitudes y acciones de abuso contra la mujer se cuentan por miles, no hay que llegar a los golpes para que se cuente como abuso, existe el abuso emocional también que es igual de dañino. Pero en nuestras sociedades la violencia ejercida desde el Estado en estas post dictaduras, también ha hecho que los hombres abusen a niñas, adolescentes y mujeres en entornos familiares porque saben principalmente que la vergüenza es una buena aliada y que con tal de que de las puertas hacia fuera no se enteren los demás, ellos pueden hacer lo que quieran de las puertas para adentro. Porque sigue siendo consejo sacerdotal o del pastor de la iglesia, perdonar, guardar silencio, mantener la familia unida a costa de los delitos que deben ser pagados con cárcel pero que si son ejercidos contra una mujer bien pueden ser perdonados por Dios.

Así es como vemos el aumento impresionante de abusos sexuales de niñas, por sus padres, abuelos, hermanos, por primos, adolescentes embarazadas abusadas dentro del propio hogar. Saben que no existe ley que los castigue porque las políticas de Estado son las de represión y violencia  a la población, las del empobrecimiento y explotación laboral porque entre más trabaje, más cansada está una persona, entre más hambre menos fuerza, menos tiempo y energía  para pensar, porque sin educación desconocen sus derechos y si esto se emplea adrede por género es mucho más beneficioso para un gobierno corrupto y criminal, tener niñas madres e infelices que adolescentes en camino hacia la educación superior y  a su desarrollo profesional: siendo madres son incapaces de cuestionar porque la pobreza las obliga a buscar la comida a deshoras para sus hijos, en cambio si se desarrollan profesionalmente tienen acceso a otro nivel de vida y exigen sus derechos y son cuestionantes de las políticas de Estado que si se lo proponen pueden cambiar.

Hemos llegado como sociedad a traspasar todos los límites porque los traspasó también el Estado, es por eso que un feminicidio no causa espanto, ni asombro ni indignación porque también dejó de sorprender que aterricen avionetas cargadas de droga y que las quemen después sin que se encuentre a los responsables. Porque dejó de sorprender que la misma policía o el ejército sean quienes custodien los cargamentos. Porque dejó de sorprender que los mismos miembros de las fuerzas de seguridad sean los que violen mujeres y no se les castigue. Entonces dice un civil: pero si ellos con uniforme violan por qué no puedo hacerlo yo con cualquier mujer, sea de mi entorno familiar o no. Si el mismo presidente ve que matan mujeres y no se pronuncia es porque no le interesa, entonces cualquiera sabe que puede violentar a la mujer que guste y no tendrá consecuencias.

Un crimen desde el Estado es negar alimentación, salud y educación a las niñas, pero también lo es voltear a otro lugar cuando las violentan por su género, cuando las golpean, las violan, las embarazan, las desparecen y las asesinan. Cuando sucede lo mismo con adolescentes y mujeres. Pero si un Estado no se pronuncia, ese gobierno debe ser cambiado de inmediato por la sociedad, entonces es el pueblo el que debe reaccionar y llevar al poder a gente capaz que entienda que es desde el Estado desde donde se deben ejercer las políticas que cambien la violencia sistemática hacia la mujer. Pero, ¿qué sociedad está dispuesta a hacerlo? Contra la violencia de género vemos a nivel mundial que son mayoritariamente las mujeres las que se pronuncian, porque los hombres sean de la ideología que sean son los más beneficiados con la inexistencia de leyes que castiguen semejante delito y aberración.

Pues serán las mujeres las que cambien las políticas de Estado de alimentar sistemáticamente la violencia de género.

Fuente:  https://cronicasdeunainquilina.com

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