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Almelina, no es una fábula

Por: Heriberto Rivera.

El cine sigue siendo una poderosa herramienta para colocar en claro la realidad de los pueblos, sus luchas, sus anhelos, sus frustraciones y sus esperanzas; es una instrumento de la comunicación que tiene entre sus  fines mantener viva la memoria   colectiva para no olvidar momentos transcendentales en la existencia del hombre.

El docudrama, así llamado por sus creadores, Almelina,  es una combinación de la realidad y la ficción, de la captura de la realidad a través de los hechos y eventos que se  producen en la cotidianidad y que le dan sentido a la existencia, que logran generar gran impacto en el espectador que lo es por partida doble ya que refleja la vida de cada uno de nosotros.

Actualmente Venezuela viene siendo sometida a una guerra fratricida, a una guerra de sexta generación donde los escenarios de la violencia ya no son las montañas  ni la extensa llanura, ni las mesetas y valles topográficos, no son ya como se  conoce a  los espacios naturales de una guerra convencional.

Es una guerra, en cual todos sus habitantes están sometidos y son actores de primera línea, son protagonistas que sufren y padecen los rigores de una confrontación  sin cuartel, una guerra que ocurre a nivel del cerebro, donde las llamadas redes sociales inducen el odio hasta  hacerlo viral, donde se satisfacen los deseos sanguinarios de quienes ocultos bajo la tecnología puesta al servicio del crimen generan la caotización de la sociedad, creando desasosiego y situaciones de inestabilidad emocional para hacerla presa fácil del crimen, de la violación de las normas más elementales de convivencia.

Para que esta estrategia imperialista de la Guerra de sexta generación logre resultados positivos es necesario contar con lo que  llaman “Alienado Programado” (AP) o “individuo‐masa”, sujeto manipulado que responde a la realidad virtual que reflejan los medios y que actúa en consecuencia con lo que ve, sin meditar, o cuestionar la falsedad o realidad de lo que recibe. Echar un vistazo a la TV o mi Facebook, luego existo. Veo mi twitter, luego existo. Miro mi WhatsApp luego vivo. Así los medios  cercenan la capacidad de pensamiento, en  esto no hay posibilidad para el pensar reflexivo.

Esa guerra, que lamentablemente se debe reconocer que esta bien diseñada dentro de las imperfecciones del ser humano utiliza las  redes sociales para estimular la activación del cerebro reptiliano, de la parte irracional del “CPU” humano que lo induce a tomar decisiones que escapan del control de sus emociones y sentimientos.

Las redes sociales incentivan la violencia verbal lo cual tal vez sea menos perceptible que la violencia física, pero con efectos más graves y nocivos trasmiten la cultura necrófila, que  en manos de psicópatas pueden llegar a transformarlas en armas de  destrucción masiva.

El lenguaje va más allá, pues su contenido cargado de violencia es  expresado y  “retituar” sin meditar tiene un poder de penetración en el inconsciente, es tanto reflejo de la mente humana como  canal de trasmisión de pensamiento y emociones las palabras tienen efectos en la vida diaria. Las palabras tienen efectos en la vida diaria, con ellas podemos construir pero también destruir, edificar o derrumbar, levantar o aplastar, y declarar o finalizar una contienda. Todo depende del uso que le demos.

Esta guerra tiene a los medios de comunicación y sus instrumentos como su mejor apéndice y juegan un papel fundamental  por su alcance,  siendo utilizados por  la lógica de la violencia establecida como mercado que domina sobre la solidaridad en la información.

En ese contexto transcurre Almelina, la película que actualmente se exhibe en los escenarios públicos  donde se refleja el ambiente de la  barbarie belicosa de la manipulación mediática   al cual esta sometida la población.

Almelina, la película nace en una realidad violenta que describe y narra de forma extraordinaria-con  formato bien logrado, excelente fotografía, guion y parlamento, excelente plano actoral- los momentos por los cuales atraviesa las ciudades  y pueblos de Venezuela,  que se viene convirtiendo en ese movilizador de la memoria colectiva donde en cada cine-foro se pone de manifiesto la expresión y la gallardía de la madurez y el compromiso de la gente en este momento  tan crucial para la revolución Bolivariana.

El docudrama Almelina, refleja con claridad pero a la vez plantea interrogantes sobre la lucha de clases que se adelanta en Venezuela, donde se viene aplicando libretos  y guiones que hasta ahora-y se espera que no se logre su objetivo-han cumplido la meta de acabar con gobiernos y proyectos legitimados por la voluntad popular. Socavando las bases de la sociedad.

Si bien, el docudrama, si acaso lo llegasen  a ver los de la otra orilla, no ejercerá ninguna influencia pues esa gente esta programada para el odio y el desprecio hacia  los humildes; en el caso de la orilla irreductible, sirve pa reafirmar su compromiso, su lealtad y fe en el porvenir que se  construye en el presente, que si pasa por momento de  violencia inducida  en lo económico, social y política, llegara el momento para la paz; Almelina tiene esa fortaleza, partiendo de un momento de violencia seguramente que es un catalizador a futuro para encontrar la paz.

hriverat1@hotmail.com

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El largometraje ‘Patria dividida’ acerca la realidad saharaui a Pamplona

Sahara/21 de Abril de 2018/spsrasd

Baluarte acoge la proyección, esta tarde a las 19.00 horas Se trata de la primera película hecha 100% por un equipo saharaui

Está realizada por la Escuela de Cine del Sáhara, centro creado en 2011

Bajo el marco de las Jornadas de Paz, Convivencia y Derechos Humanos que organiza el Gobierno de Navarra, Baluarte acoge esta tarde la proyección de Patria dividida, la primera película saharaui de la historia. Rodada en 2013, es el relato de un joven saharaui perseguido por la policía marroquí que debe huir de las zonas ocupadas y atravesar el muro que separa el Sáhara Occidental. La proyección comenzará a las 19.00 horas y cuenta con entrada libre, previa retirada de invitación en las mismas taquillas del auditorio.

El largometraje, que se ha proyectado en varios certámenes y ganó el Premio del Público en el Festival Internacional del cine del Sáhara (Fisahara) en 2013, pudo realizarse gracias al trabajo de la Escuela de Cine del Sáhara, un centro que se construyó en 2011, en colaboración del Ministerio de Cultura de la República Árabe Saharaui Democrática y CEAS (Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara). Hoy día es ya el alma cinematográfica saharaui y desde aquellos inicios, más de treinta jóvenes han terminado sus estudios y actualmente trabajan en labores relacionadas con el mundo audiovisual.

Uno de aquellos estudiantes más destacados fue Brahim Chagaf, actual docente en el centro y también el protagonista de Patria dividida. Sobre la película, Brahim reivindica lo histórico del proyecto, al ser el primer filme donde “desde la idea hasta sacar los DVD, y todos los actores, equipo técnico y de producción han sido 100% saharauis”. Sin embargo, lamenta la escasa distribución de este histórico largometraje, que contó con un presupuesto de 100 euros. “Para pagar transporte a los actores que no eran de la escuela y ofrecer bocadillos algún día”, aclara.

Pero si bien Patria dividida fue la primera película saharaui, tras aquel debut han sido varios los proyectos que se han realizado en la escuela, un lugar que Omar Ahmed, director del centro, define como vital. “No solo damos formación -con una capacidad para 20 alumnos internos-, sino que también está ligado el festival Fisahara, están los cines móviles, la producción que hacemos en cooperación con gente extranjera…”, concreta.

Por ello no duda en señalar la escuela cinematográfica como una necesidad para los saharauis, pese a que haya “muchas dificultades para que la gente lo comprenda”. En ese sentido, continúa, parten de que “la lucha por el Sáhara es una lucha por la identidad, y por tanto hay que fortalecer la cultura”. Y la mejor vía para ello, en su opinión, es “dar formación y herramientas nuevas a los jóvenes para que ellos mismos fortalezcan su propia identidad cultural”.

Así lo corrobora Brahim Chagaf, ya que según su experiencia propia, pese a que dotan de total libertad creativa a los alumnos, “muy raras veces se salen de ficcionalizar un hecho que ha ocurrido o tratar un tema que les preocupa, siempre relacionado con la causa”. Los proyectos realizados durante estos años, hablan de “víctimas de las minas que hay en el muro de la vergüenza, ese que divide el Sáhara Occidental”, también se retrata la situación de “los saharauis que están bajo la ocupación, que por el simple hecho de salir a manifestarse en la calle se enfrentan a detenciones arbitrarias, encarcelamientos y desapariciones…”, o también se muestra la situación en los propios campamentos, pero desde la visión de “una situación con escasez de medios, en la que estamos porque queremos, porque estamos resistiendo y reivindicando un derecho”.

Así, el cine se ha convertido en su mejor espejo y “gracias a la escuela nuestra voz ha llegado a muchos lugares a través de los proyectos realizados”, concluye Chagaf, que no duda en agradecer a Carlos Cristóbal, coordinador de la escuela, su apoyo tanto personal como económico. De hecho, él fue quien cubrió aquel presupuesto de 100 euros para rodar Patria dividida.

colaboración y apoyo Acerca de la situación de la escuela, Carlos Cristóbal apunta que si bien el centro nació “en un momento en que la cooperación vivía un momento más brillante en cuanto a recursos, tanto en Comunidades Autónomas, como Ayuntamientos, Diputaciones y gente de a pie”, actualmente tiene una situación muy limitada. Por ello, no oculta su orgullo hacia “los resultados que se logran”, ya que sus profesores y alumnos “viven en una situación muy precaria”.

Respecto al material de grabación, Chagaf recuerda que empezaron “casi con nada”, con dos trípodes -uno de ellos roto-, una cámara mini dv de cinta y otras cámaras de plató de conexiones muy antiguas, además de un ordenador -“la joya del centro”- para editar los proyectos. Actualmente, gracias al apoyo económico que ha recibido la escuela, han podido renovar equipos y ahora disponen de tres cámaras réflex, varios trípodes y más ordenadores para el montaje. “Conseguimos un resultado de buena calidad, en cuanto a imagen y sonido, con medios muy limitados”, comenta Chagaf.

Sobre el futuro de la escuela, Brahim señala que desde el pueblo saharaui tienen que “conservar y proteger su identidad, porque el propio enemigo está vendiendo una versión de que somos marroquís”. De ahí la importancia, a sus ojos, de “mostrar nuestra identidad, cultura y nuestras costumbres y trabajar desde el cine no solo mostrándolo, sino también trasladándolo a generaciones que continuarán la lucha”. Ese es el pilar fundamental de la escuela concluye. Patria dividida fue su primera piedra, Y tras la proyección de hoy, Brahim Chagaf, Omar Ahmed y Carlos Cristóbal explicarán sus claves.

Fuente: http://www.spsrasd.info/news/es/articles/2018/04/20/15024.html

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Un manual para Primaria presenta la migración irregular como una amenaza

España/10 de abril de 2018/Por: LOLA HIERRO/ Fuente: https://elpais.com

Save The Children pide la modificación del temario y el Ministerio de Educación alega que en ningún caso se alude a que los flujos migratorios son un riesgo para la paz y seguridad.

Un manual didáctico sobre seguridad y defensa destinado a alumnos de Educación Primaria de los colegios de España llama a considerar a los inmigrantes en situación irregular como una amenaza para la paz. El proyecto se titula Conocimiento de la Seguridad y la Defensa Nacional en los centros educativos (Educación Primaria), está formado por diez unidades y su fin es, «mejorar el conocimiento de la seguridad y la defensa nacional» entre el alumnado, explica la web del Ministerio de Educación. A lo largo de sus páginas, se habla del himno y la bandera española, el Rey, la unidad de España, la estructura de las Fuerzas Armadas, Guardia Civil, Policía Nacional y cuerpos autonómicos como los «Mozos de Escuadra», mencionados en su forma en castellano en lugar de la catalana mossos.

La guía es fruto del acuerdo alcanzado en diciembre de 2015 entre los ministerios de Educación y Defensa, y ha sido redactado por el Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa (CNIIE) y la División de Coordinación y Estudios de Seguridad y Defensa de la Secretaría General de Política de Defensa. El texto describe una serie de 12 riesgos y amenazas entre las que se incluyen el terrorismo, el ciberacoso, los conflictos armados o la proliferación de armas de destrucción masiva. El punto número siete corresponde a la inmigración irregular, en referencia a todas aquellas personas que ingresan en un país sin documentación en regla. Reza así:

7. Flujos migratorios irregulares: Los flujos migratorios se han transformado en un fenómeno con implicaciones para la política de seguridad. Así, nuestro país, al igual que en el resto del entorno europeo, se enfrenta a múltiples desafíos derivados del asentamiento de las corrientes migratorias irregulares. Si persisten en algunos países la pobreza, la desigualdad, los conflictos bélicos, los riesgos medioambientales, la debilidad institucional y los regímenes autoritarios resulta previsible que los flujos migratorios irregulares se mantengan o se incrementen ya que la ausencia de expectativas vitales, la falta de seguridad personal y la falta de derechos son factores determinantes que impulsan la emigración.

Un manual para Primaria presenta la migración irregular como una amenaza

La ONG Save the Children, que defiende los derechos de la infancia en 120 países, ha denunciado este contenido por considerar que fomenta el racismo entre los escolares, entendiéndose como tal la creencia de que, por motivo de la raza, el color, el idioma, la religión, la nacionalidad o el origen nacional o étnico, se justifica el desprecio o la noción de superioridad de una persona. Por ello, la organización exige que el sistema educativo transmita valores de acogida y no discriminación a los alumnos. «Abogamos por una educación en la no violencia que inculque a los niños el respeto a todas las personas sin importar su origen, sexo, etc. Tal y como está formulado el temario, se señala a los migrantes que acceden de manera irregular como una amenaza para España y para los valores y principios sobre los que se basa nuestra sociedad», explica Jennifer Zuppiroli, técnica de incidencia política e inmigración de Save the Children.

Un portavoz de Educación resalta a este medio que no corresponde a su Ministerio determinar qué son las migraciones irregulares, sino que es el marco legislativo en vigor en España quien lo establece, así como la normativa comunitaria. No obstante, tras revisar el contenido del temario, opina que el enfoque adoptado «en ningún caso se alude a que los flujos migratorios son un riesgo para la paz y seguridad, sino que destaca la labor en la lucha contra la trata de seres humanos», explica por correo electrónico. «El Ministerio comparte con Save the Children la defensa de una educación basada en la no violencia, en la que se promuevan los valores de la igualdad de sexos y culturas, el respeto, la resolución pacífica de conflictos, y que acabe con estereotipos que generan y perpetúan abusos y violencias», indica el portavoz, y se hace alusión a la norma que lo contempla, la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre.

En el primer trimestre de 2018, la llegada de migrantes a España por mar ha aumentado un 38% respecto al mismo periodo del año anterior, con 3.345 personas, y también ha subido el número de quienes no logran alcanzar el destino porque mueren: en los primeros tres meses del año han perdido la vida 120 personas, un 150% más que en 2017, según la Organización Internacional de las Migraciones. Generalmente se trata de personas que huyen de contextos de pobreza en busca de mejores oportunidades económicas y laborales, pero también existen víctimas de trata, de violencia, guerras y persecución por su condición sexual, religión, etc.

La organización Save The Children ha solicitado que no se considere la inmigración irregular como una amenaza, sino que se expliquen cuáles son los verdaderos peligros que empujan a la población a salir. «No educar a temer la diversidad y el otro, sino al contrario, deben darle la vuelta al argumento», solicita la técnica. De lo contrario, el efecto que se consigue es que los niños perciban a los demás como una amenaza para su persona y sus valores. Y mientras, recuerdan desde la organización, en las aulas españolas hay niños y niñas de distintos orígenes, papeles y clases, y ninguno debe ser considerado una amenaza para nadie. De hecho, a 1 de enero de 2016 (últimos datos disponibles) los niños de entre 3 y 15 años nacidos en España pero de padres extranjeros ya eran 299.385, según datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y el 8,5% del alumnado en el curso 2017-2018 es extranjero. «Las clases españolas son muy diversas y la diversidad en la sociedad es un valor añadido», abundan desde Save the Children. En este contexto, cabe señalar que un estudio del Ministerio de Sanidad de 2011 (últimos datos hallados) reveló que la tasa de discriminación percibida por origen racial o étnico en el ámbito educativo ascendía al 23,9%.

Para Mikel Araguás, miembro de la federación SOS Racismo, el problema no es tanto si la migración es o no un riesgo, sino dónde coloca el fenómeno. «Por ejemplo, mezclar tráfico, Hezbollah y migraciones es un cóctel que el 99% de la población digiere mal, ya que acaban identificando una cosa con la otra. En la página 103, las migraciones aparecen entre las armas de destrucción masiva y el espionaje», alerta. Araguás lamenta que en ningún momento se haga referencia a palabras como diversidad, asilo. De hecho, que en las 245 páginas del texto solo figura dos veces el concepto «diversidad», y es para referirse a las Fuerzas Armadas y a las misiones. «Refugiado» o «refugiada» ni siquiera aparecen.

También considera que la guía no es la más adecuada para escolares de Primaria, no solo desde los contenidos, sino también desde el punto de vista pedagógico. Prueba de ello es cortapegar ordenanzas militares, algo que ocurre en el capítulo 2, las letras de algunas de las canciones propuestas o literalidades de la Estrategia de Seguridad Nacional 2017. «La mirada es securitaria y solo ofrece el punto de vista de la defensa», lamenta. En cuanto a la letra de las canciones, Araguás se refiere a la propuesta incluida en el temario de que los niños aprendan La banderita, un pasodoble de 1919 que se convirtió en el himno del Ejército español en la guerra de Marruecos.

Este manual se ha diseñado para ser impartido de forma optatitva en las asignaturas sustitutivas de la de Religión: Valores Sociales y Cívicos de Educación Primaria, pero de momento no tiene fecha de implementación, pues corresponde a las Comunidades Autónomas, responsables de definir los contenidos de estas dos asignaturas, decidir si autorizan a los centros educativos a usarlas. Save the Children ha conversado con un representante del Ministerio de Defensa para solicitar ese cambio de enfoque. «Nos han explicado su punto de vista y nos han avisado de que el temario debe ser actualizado según la nueva estrategia de seguridad en vigor», ha explicado Zuppiroli.

Educación defiende que la asignatura «Valores sociales y cívicos» ayuda a garantizar el derecho universal de los niños y niñas a recibir una educación que les permita desarrollarse al máximo de sus posibilidades, formarse en el respeto de los derechos y libertades, y prepararse para asumir una vida responsable en una sociedad libre y tolerante con las diferencias. Desde el Ministerio también se recuerda que no se ha planteado en ningún momento la creación de una nueva asignatura ni el desarrollo de un temario, sino que el manual es material curricular a disposición de los profesores, que lo pueden descargar libremente.

Fuente de la Reseña:

https://elpais.com/elpais/2018/04/04/migrados/1522840798_334292.html

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Oficios ancestrales, la nueva herramienta para la paz en Colombia

Colombia/10 de Marzo de 2018/Autor: Colprensa/Radio Televisión Nacional de Colombia

Los ministerios de Cultura y Educación acaban de firmar un convenio a través del cual buscarán fortalecer los procesos formativos en todos los niveles, en especial en el reconocimiento de los oficios y conocimientos ancestrales.

Dicho convenio busca aunar esfuerzos interinstitucionales, técnicos, administrativos, logísticos y humanos, para contribuir al fortalecimiento de procesos de educación, empleo y emprendimiento, así como al reconocimiento de los aprendizajes adquiridos a lo largo de la vida, para el caso de las personas con conocimientos tradicionales, trasmitidos de generación en generación.

La formalización de esta alianza entre las dos carteras fortalecerá el Programa Nacional de Escuelas Taller de Colombia: Herramientas de Paz, y la política de oficios de las artes y del patrimonio cultural que se está formulando desde el año 2015.

Según datos del Mincultura, en este Gobierno se fortaleció el Programa Nacional Escuelas Taller con la apertura de cuatro escuelas más en  Buenaventura, Tumaco, Quibdó y Cali. Además, se continuó el apoyo a las otras siete escuelas que ya venían operando en Cartagena, Popayán, Mompox, Bogotá, Barichara, Salamina, Caldas y Tunja.

Con este programa se capacitan gratuitamente a jóvenes colombianos, entre 18 y 25 años, en condición de vulnerabilidad, en oficios tradicionales representativos de cada región. Al final de su ciclo formativo, los egresados de las Escuelas Taller se convierten en emprendedores que entienden el patrimonio cultural como una fuente de desarrollo local. Desde 1992, fecha de creación de la primera ET en Colombia, se han capacitado más de 23 mil jóvenes y el 83,2 % de ellos se ha insertado laboralmente.

Desde el año 2015, el Ministerio de Cultura viene implementando el proyecto ‘Fortalecimiento de Capital Humano’, cuyo objetivo consiste en el desarrollo de estrategias  para el reconocimiento y valoración de los aprendizajes adquiridos a lo largo de la vida, a través del intercambio de información, del desarrollo de proyectos de investigación, innovación y/o transferencia de conocimiento, del fortalecimiento institucional y el desarrollo de una oferta de educación superior, de educación para el trabajo y desarrollo humano e informal pertinente y de calidad.

Fuente: https://www.radionacional.co/noticia/oficios-ancestrales/oficios-ancestrales-la-nueva-herramienta-la-paz-colombia

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¿Dónde comienza el respeto por los demás? Lanzamiento del manual «Escribir la paz»

31 de enero de 2018 / Fuente: https://es.unesco.org

“Escribir la paz» es un manual que invita a los jóvenes a descubrir las diferentes escrituras contemporáneas, introduciéndolos brevemente a ellas por medio de datos y ejemplos. Su objetivo fundamental es hacer que nuestro mundo, con sus diferencias, parezca un lugar un poco más cercano y familiar. «Escribir la paz» invita a los niños (principalmente en el rango de edad de 8 a 14 años) a tomar conciencia de la interdependencia de las culturas mediante la familiarización con los diferentes sistemas de escritura contemporáneos, su historia y sus diversos préstamos.

El manual contiene 24 guías para actividades concretas. Cada sección presenta los caracteres de un sistema de escritura, incluyendo un texto introductorio y un trasfondo histórico, y seguidamente las palabras «paz» y «hola», el/los idioma(s) que utilizan al sistema(s), y una actividad cuyas respuestas aparecen al final del manual.

Luego de 6.000 años del advenimiento de la escritura, ¿qué sabemos sobre los demás, sus sistemas de pensamiento y las transcripciones de sus sistemas de escritura? ¿Cómo pueden los diferentes sistemas de escritura contribuir a una mejor comprensión del mundo y de nuestro lugar en él? Al comenzar a aprender acerca de estos sistemas y su fascinante belleza, el manual conecta a los niños con la diversidad, abriendo así sus ojos al concepto de paz y a nuestra conciencia de ella.

© UNESCO

Tras la publicación del manual, el libro se encuentra disponible para que las escuelas lo experimenten durante un período determinado, con la ayuda de profesores y facilitadores piloto. El objetivo de estas pruebas piloto será demostrar el impacto en la percepción que tienen los niños de la diversidad cultural y de la naturaleza de las culturas intrínsecamente ligadas entre sí. Está previsto organizar una serie de actividades de formación con la red de Oficinas de la UNESCO y sus interlocutores locales.

La primera sesión de formación se celebrará del 21 al 22 de febrero de 2018 en Rabat (Marruecos), con el apoyo del Consejo Nacional de Derechos Humanos, puesto que el diálogo intercultural no puede tener lugar sin el respeto de los derechos humanos y la dignidad. Varios clubes de derechos humanos de escuelas marroquíes participarán en un protocolo experimental que se llevará a cabo durante varias semanas.

Actualmente, «Escribir la paz» está disponible en francés, árabe e inglés y será editado próximamente en español.

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Sobre el autor
Eric Cattelain coordinó el comité científico a cargo de la producción tanto el libro como el catálogo de la exposición. Doctor en Lingüística, Lengua y Cultura – Semiológica y profesor asociado del Departamento de Multimedia e Internet (MMI) de Burdeos (Francia).  También es la mente detrás del proyecto pantopie. Editó el manual francés, junto con Michel Lafon, que sirvió de base para las adaptaciones en otras lenguas.

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Contacto: Amina Hamshari, UNESCO, a.hamshari@unesco.org (link sends e-mail)

Fuente noticia: https://es.unesco.org/news/donde-comienza-respeto-demas-lanzamiento-del-manual-escribir-paz

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Competencias socio-emocionales: una clave de paz

31 de diciembre de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org/

Por: Rafael Orduz

Construir paz requiere que los colombianos recibamos una educación, formal e informal, que nos permita afrontar los retos individuales y colectivos con perseverancia, respeto, optimismo y confianza.

No sólo se trata de las destrezas asociadas a los múltiples ámbitos del conocimiento y la capacidad de innovación; se trata, muy especialmente, del desarrollo de las llamadas competencias socio-emocionales.

El plebiscito por la paz: apenas una primera etapa hacia la paz…

Después de arduos años de negociaciones, Colombia entra en una nueva fase histórica después de poner fin a un conflicto de más de cinco décadas. Caracterizado por la muerte de decenas de miles  de civiles y miembros de la fuerza pública, desapariciones forzadas, desplazamiento de millones, secuestros, ha sido uno de los últimos y absurdos vestigios de una guerra fría que culminó hace más de un cuarto de siglo con la caída del muro de Berlín.

Sin embargo, una vez el plebiscito dé por ganador el Sí el próximo 2 de octubre de 2016, empieza el verdadero reto de construir las bases para una sociedad en paz en la que sus miembros sean participativos, democráticos, solidarios, respetuosos, innovadores y productivos. Será un proceso que tomará, al menos, una generación. Se requiere, por tanto, de una visión compartida de largo plazo, que debe comprometer varias de las próximas administraciones públicas y, por supuesto, a la sociedad civil y sus organizaciones, las instituciones educativas y, no menos importante, el ámbito de las familias como educadoras primarias.

Educación de buena calidad: más allá del cliché

Es un lugar común referirse a la educación de buena calidad como uno de los factores críticos de éxito en un proceso de paz. Una de las señales mayores de inequidad social y económica consiste en la desigualdad de oportunidades de acceso. No obstante, la referencia puede convertirse en un cliché inofensivo típico de campañas políticas  sin mayor contenido. O, también, puede caerse en el riesgo de considerar que el logro de buena educación es equivalente a la obtención de buenos resultados en determinado tipo de pruebas académicas.

Las competencias del siglo XXI

¿Cómo convivir pacíficamente en sociedad, cómo trabajar en equipo siendo productivo e innovador, en contextos de alta competitividad global y local? Las llamadas competencias del siglo XXI establecen cuatro categorías de destrezas, asociadas a las maneras de pensar (pensamiento crítico y creativo; capacidad de resolución de problemas; aprender a aprender); maneras de  trabajar (competencias comunicativas para el trabajo en equipo); a las herramientas de trabajo (apropiación del uso de las tecnologías de la información) y a la manera de vivir en el mundo (ejercicio de los deberes y derechos ciudadanos; responsabilidad social).

Las competencias socio-emocionales: la clave final

No es posible el desarrollo de tales competencias sin las competencias socio-emocionales, a las que se les etiqueta también como “blandas”, “no-cognitivas”, asociadas al carácter y la personalidad, entre otros rótulos. Se trata de destrezas que se adquieren por vía informal y formal y en las que los entornos familiares y escolares de niños y jóvenes juegan un papel de primera línea.

De manera simplificada, algunos se refieren a las competencias socio-emocionales como aquellas habilidades que permiten identificar, entender y gestionar las emociones. Para la OECD *, tales competencias se traducen en tres grandes campos:

  • Logros (perseverancia, autocontrol, pasión por las metas)
  • Trabajo con los demás (procupación por el otro, asertividad, respeto)
  • Gestión de las emociones (calma, optimismo, confianza).

Colombia es un país caracterizado por amplias dosis de violencia intrafamiliar, intolerancia social,  excesiva desconfianza.  La necesidad de desarrollar en los niños y jóvenes las competencias socio-emocionales es un requisito indispensable para la convivencia pacífica, uno de los mayores retos después del Plebiscito por la Paz del 2 de octubre de 2016.


*OECD, Learning Social and Emotional Skills for Social Progress, Dirk Van Damme.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/editorial/competencias-socio-emocionales-una-clave-de-paz

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Cultura y educación para la paz.

Si la cultura es clasista y violenta… es muy probable que las relaciones en las escuelas sean así.

Por: Oscar Sanchez.

El Ministerio de Educación Nacional ha comenzado a acercarse a la gente para acompañar procesos de construcción de paz en las escuelas. Estuve en un encuentro nacional de jóvenes de los procesos GENeración PAZcifica y Pilos por la Paz, en algunos foros educativos regionales para reunir experiencias de convivencia escolar y en el foro educativo nacional en el mismo sentido.

Apoyado en la práctica de grupos juveniles y organizaciones sociales que se dedican a empoderar para la convivencia y aliado con otras entidades del Estado como la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos y algunas direcciones de calidad educativa de las secretarías de Educación, el ministerio se ha puesto en la tarea de identificar liderazgos estudiantiles y docentes para que las escuelas reconozcan su capacidad de transformación de la cultura. Al final del gobierno de la paz, se comienza a trabajar finalmente en la pedagogía de la paz más allá de la propaganda. También las organizaciones del magisterio, incluyendo al sindicato, han manifestado su interés en esa tarea

En estas actividades recientes se nota un esfuerzo genuino por reconocer los ejemplos colombianos del tipo de educación que hace transformaciones profundas. El Gobierno Nacional, en mi experiencia de un par de décadas, rara vez aprende de lo que hacen las instituciones educativas, las organizaciones sociales y las entidades territoriales; generalmente lanza desde arriba orientaciones tecnocráticas que rebotan contra la realidad. Por eso es importante este cambio de mirada. Aún no es profundo, llega solo al final del gobierno y alcanza solo a un puñado de personas, pero está trabajando con los más entusiastas y va en la dirección correcta. Así que, si se mantiene en 2018 y en el próximo gobierno, debe fructificar.

Una buena noticia es que es posible que la educación cambie la cultura. Y una aún mejor, que en Colombia se han llevado a cabo experiencias grandes y pequeñas que demuestran cómo hacerlo.

La cultura es lo que somos naturalmente; la educación, un intento artificial por que aprendamos a ser alguna cosa. Si la cultura es clasista, machista, racista, autoritaria, indolente (violenta, podríamos decir), lo más probable es que las relaciones cotidianas en las escuelas sean clasistas, racistas, etc., y que los estudiantes aprendan lo que esas relaciones les enseñan, así los textos escolares, las asignaturas académicas y lo que sale de los discursos formales de los profesores (el currículo explícito) esté lleno de contenidos sobre la democracia. Cuando decimos que la violencia está naturalizada en nuestra cultura, eso significa que la educación ayudará a construir una cultura de paz únicamente si consigue cambiar lo que somos. No lo que sabemos, ni lo que podemos repetir en algún examen. Así sea importante en cierta medida que conozcamos la Constitución, los hechos históricos, o algunos principios filosóficos, para aprender a ser pacíficos necesitamos construir la paz, más que aprender a hablar de ella.

Y no es solamente un asunto de la cultura de paz o violencia. El lenguaje y la comunicación, el modo como percibimos y analizamos lo que sucede en el entorno, nuestro interés en la música, la recreación y las artes, cómo nos movemos, lo que comemos, lo que consumimos, lo que comerciamos, el tipo de familia y de comunidad en las que nos agrupamos, las relaciones de poder, de conflicto y de cooperación, el comercio, la sexualidad, el afecto, la solidaridad, y por lo tanto, lo que llegamos a ser naturalmente, se define en la relación cotidiana entre las personas y en la comunicación social de masas o en pequeña escala.

Una buena noticia es que es posible que la educación cambie la cultura. Y una aún mejor, que en Colombia se han llevado a cabo experiencias grandes y pequeñas que demuestran cómo hacerlo. La mala noticia es que es muy difícil, y que si en los colegios nos limitamos a transmitir información o a dar consejos, la cultura, que es potentísima, enseñará las relaciones, moldeará las emociones y definirá los valores (lo que consideramos importante). Por eso, si la educación quiere formar, es decir, desarrollar a las personas en su esencia, la pedagogía tiene que estar muy bien pensada, y quienes dirigimos los procesos educativos, desde los maestros de aula hasta los ministros, debemos tener compromiso y capacidad para llevar adelante ese proceso, hacerlo con la gente en su realidad local, trabajar en equipo para lograrlo y comenzar el cambio por nosotros mismos.

A lo largo de la historia, en todas las civilizaciones y sociedades se han hecho intentos de construir cultura política, cívica y religiosa que incluyen el patriotismo, el conservadurismo, el folclorismo, la urbanidad mojigata, la sumisión al poder y la proliferación de manuales y cátedras de todo tipo. Y otras experiencias maravillosas de construcción de paz han trabajado en genuinos valores de ciudadanía, respeto por los derechos y convivencia. Lamentablemente, en Colombia las experiencias para formar una ciudadanía libre, aunque ejemplares, no han tenido continuidad ni difusión. Unas veces, las creencias y, otras, el complejo de Adán de muchos gobernantes (y docentes) las han tirado por la borda. Justo por eso es una buena noticia que ahora se quiera replantear el asunto y reconocer los liderazgos juveniles, sociales y docentes de las comunidades educativas como catalizadores de la cultura de paz. Enhorabuena.

Fuente: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/oscar-sanchez/cultura-y-educacion-para-la-paz-159238

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