Ayudando a los más vulnerables de Haití: los desplazados con discapacidad

Las personas con discapacidad en Haití que han tenido que ir de un refugio temporal a otro a causa del terremoto, el fuego y la creciente violencia de las bandas criminales han podido encontrar por fin un hogar seguro, justo antes del Día Internacional de las Personas con Discapacidad que se celebra anualmente el 3 de diciembre.

Samuel cree que ser discapacitado visual en Haití es un castigo. Tras ser despedido de su trabajo por su discapacidad, le resultó imposible encontrar empleo. «Ha sido muy difícil alimentar a mi familia, por no hablar de pagar la matrícula” del colegio, dice este padre de dos hijos.

Con discapacidad visual desde hace más de una década, Samuel, de 48 años, ha pasado la mayor parte de este tiempo en el campamento La Piste, en Puerto Príncipe, la capital de Haití. Este lugar para desplazados internos ha acogido a personas con todo tipo de discapacidades desde el mortífero terremoto de siete grados que golpeo Haití en 2010.

Samuel (en el centro) y su familia esperan para salir de un emplazamiento provisional para desplazados internos en Puerto Príncipe.

OIM/Monica Chiriac
Samuel (en el centro) y su familia esperan para salir de un emplazamiento provisional para desplazados internos en Puerto Príncipe.

En junio de este año, el lugar fue devorado por las llamas, dejando a cientos de personas luchando por sus vidas y sin hogar una vez más. Poco después, una asociación local remitió a Samuel a Delmas 103, una escuela y lugar temporal de acogida en Puerto Príncipe, donde ha estado viviendo.

Violencia tras el terremoto

Los terremotos y los incendios no son los únicos peligros a los que se enfrentan los haitianos como Samuel. Desde marzo de 2020, un alarmante aumento de la violencia de las bandas en Puerto Príncipe ha provocado el desplazamiento de unas 19.000 personas.

La violencia está interrumpiendo el suministro de ayuda humanitaria a cerca de 1,5 millones de personas en todo el país, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).

Las personas discapacitadas desplazadas han sufrido con regularidad debido a la violencia constante. La Organización Internacional para las Migraciones está proporcionando asistencia de protección vital a los más vulnerables afectados por la violencia.

Judith, de 27 años y madre de dos hijos, sufrió una lesión medular por una herida de bala.

OIM/Monica Chiriac
Judith, de 27 años y madre de dos hijos, sufrió una lesión medular por una herida de bala.

Necesidades específicas

La oficial de proyectos de la Organización, Claire Gaulin, afirma que las personas con discapacidad tienen necesidades específicas.

«Los desplazados a la fuerza, ya sea por catástrofes naturales o por la violencia relacionada con las bandas, necesitan apoyo para ser reubicadas en un lugar seguro donde puedan vivir con seguridad y dignidad», y añade que «también requieren un examen médico para identificar sus necesidades de atención sanitaria. Muchos no han pasado por la consulta del doctor durante mucho tiempo, lo que a veces puede empeorar sus condiciones».

También han recibido muletas y sillas de ruedas, una línea telefónica de apoyo y ayuda para poner en orden su documentación.

«Las personas con discapacidad en Haití también se enfrentan con frecuencia a la discriminación, por lo que necesitan un apoyo específico para su integración y participación en la comunidad«, dice Claire Gaulin. «En última instancia, necesitan apoyo para recuperar su autonomía, lo que puede hacerse organizando formación para ayudarles a desarrollar actividades generadoras de ingresos y dándoles la oportunidad de acceder a servicios especializados.»

La Organización Internacional para las Migraciones creó un servicio de apoyo para la reubicación* voluntaria de más de 10.000 personas que viven en los barrios más afectados por la violencia, incluidas más de 5200 mujeres y niñas y 550 personas con discapacidad.

Las familias que vivían en una escuela han sido reubicadas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en otros emplazamientos seguros.

OIM/Monica Chiriac
Las familias que vivían en una escuela han sido reubicadas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en otros emplazamientos seguros.

La vuelta a la normalidad

Unas 247 familias desplazadas, entre las que se encuentra la de Samuel, ya han abandonado el edificio de la escuela Delmas 103 al que huyeron tras el incendio y han sido reubicadas en las regiones y casas que han elegido. Como parte del proceso de reubicación, la agencia de la ONU apoya a cada familia con asistencia en efectivo para cubrir un año de alquiler.

Mientras tanto, la OIM también ha renovado el sitio de Delmas 103, conocido por la mayoría como la Ecole Communale de Pétion-Ville. La escuela está ahora equipada con nuevos pupitres y pizarras, y está lista para recibir de nuevo a los estudiantes, tan pronto como sea seguro hacerlo.

Ahora que Samuel ha recibido un nuevo alojamiento, su atención se centra en la salud de sus dos hijos adolescentes que, debido a una enfermedad hereditaria, ya están perdiendo parte de la vista.

«A los chicos les persigue la idea de que algún día se quedarán ciegos como su padre», dice Samuel. «Ahora que ya no vivo en sitios provisionales, puedo dedicar tiempo a encontrar los medios para cuidar de mi familia y continuar con mi terapia médica en un entorno seguro».

Este viernes 3 de diciembre conmemoramos el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.

*El programa de reubicación de la Organización Internacional para las Migraciones y el apoyo a los desplazados internos han sido posibles gracias al Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia de las Naciones Unidas (CERF). Estas actividades se han llevado a cabo en coordinación con la Dirección General de Protección Civil de Haití (DGPC), la Unidad Nacional de Construcción de Viviendas y Edificios Públicos (UCLBP) la Fundación J’Aime Haïti, así como la Oficina del Secretario de Estado para la Inclusión de las Personas con Discapacidad (BSEIPH).
Fuente: https://news.un.org/es/story/2021/12/1500792
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ODS1. El 50% de las familias en Afganistán han enviado a sus hijos a trabajar durante la pandemia de COVID-19

Según un informe realizado por World Vision hasta el 50% de las familias se han visto obligadas a enviar a sus hijos a trabajar durante la pandemia para hacer frente a las presiones financieras.

El 50% de las familias afganas encuestadas por World Vision se ven obligadas a enviar a sus hijos a trabajar, ya que la COVID-19 ha diezmado sus medios de vida.La ONG hace un llamamiento a los líderes mundiales que se reúnen en la Conferencia de Afganistán 2020 para que acuerden objetivos comunes para proteger a los niños afganos y devolverles la educación.

“El pueblo afgano ya se enfrentaba a una crisis compleja, debido a los conflictos, los sistemas de protección debilitados y los desplazamientos durante décadas, y la Covid-19 ha traído nuevos desafíos que conducen a un aumento del trabajo infantil y el matrimonio infantil. Al consultar a los niños y los padres, hemos descubierto que la mitad de las familias encuestadas se ven obligadas a enviar a sus hijos a trabajar o a mendigar para sobrevivir”, explica Asuntha Charles, directora de World Vision Afganistán.

El sondeo de World Vision también muestra que el 48% de las familias afganas encuestadas han perdido sus fuentes de ingresos durante la pandemia, y más del 50% no tienen acceso a alimentos. Los impactos secundarios de la COVID-19 no solo han provocado un aumento de las tasas de trabajo infantil, sino también matrimonio infantil. Estudios recientes muestran que una de cada tres adolescentes se ve obligada a contraer matrimonio infantil en Afganistán.

“Estas cifras son muy alarmantes y demuestran que la COVID-19 ha empujado a las familias vulnerables a situaciones que ponen en peligro sus vidas y a tomar medidas desesperadas. Hacemos un llamamiento urgente a los líderes mundiales para que den prioridad a la protección de los más vulnerables en Afganistán, en particular a los niños”añade Asuntha Charles.

World Vision se compromete a trabajar con los líderes y con la comunidad en Afganistán para proteger a los niños y las niñas y restaurar sus derechos básicos. La ONG ha publicado un informe,Nexus,que detalla sus planes de colaborar con el pueblo afgano para abordar sus desafíos e insta a otros agentes de cambio a que se asocien en estos esfuerzos.

“La conferencia debería dar prioridad al futuro de los niños afganos. Los líderes mundiales deben tener en cuenta que los niños representan el futuro de la paz, la recuperación y la prosperidad de Afganistán. No invertir adecuadamente en la protección y los derechos de todos los niños en Afganistán, incluida la educación de calidad, socavará cualquier esfuerzo por lograr un cambio sostenido”agrega Asuntha Charles. 

World Vision en Afganistán

World Vision inició operaciones de socorro de emergencia en Afganistán en 2001 abordando las necesidades urgentes de los niños y las familias afectadas por desastres naturales y décadas de conflicto. Más de una década después, los programas de World Vision en Afganistán se han expandido a sectores de desarrollo como salud, nutrición, WASH, protección y educación infantil, empoderamiento de la mujer y promoción de cambios sociales positivos a través de asociaciones interreligiosas.

Desde el inicio de operaciones, la ONG ha llegado a más de 10 millones de personas. Solo en 2020, 642.761 personas vulnerables se beneficiaron de las intervenciones. Actualmente, se están ejecutando 35 proyectos activos en las provincias de Herat, Badghis y Ghor.

Fuente: https://www.corresponsables.com/actualidad/ods1-50-familias-afganistan-enviado-hijos-trabajar-pandemia-covid19-world-vision

 

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