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Costa Rica debe garantizar educación de calidad: OCDE

Costa Rica/07 de Agosto de 2017/Forbes

Costa Rica destina el mayor porcentaje de la riqueza nacional a la educación que cualquier otro país, debido a que da 7.6% del producto interno bruto (PIB) a este rubro.

El sistema educativo de Costa Rica tiene avances en materia de acceso a la educación durante las últimas dos décadas, pero deberá evolucionar para garantizar que la educación continúe siendo un motor para el desarrollo del país, aseguró la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

“Para que la educación siga siendo un motor de desarrollo económico y social en el país, Costa Rica tiene que brindar oportunidades de calidad a todos los estudiantes” afirmó Andreas Schleicher, director de la Dirección de Educación y Habilidades de la OCDE.

Costa Rica destina el mayor porcentaje de la riqueza nacional a la educación que cualquier otro país, debido a que da 7.6% del producto interno bruto (PIB) a este rubro. Sin embargo, la nación mantiene retos en la calidad de la educación.

En la prueba PISA 2015, los jóvenes de 15 años de Costa Rica se desempeñaron en promedio dos años por debajo de sus pares en los países de la OCDE y 33% de ellos no cuentan con las competencias esenciales en ciencias, lectura y matemáticas, explicó el organismo.

Sólo un 7.5% de los estudiantes más desfavorecidos logra ir a la universidad comparado con el 54% de los más favorecidos.

Ante estos retos, las OCDE hizo una serie de recomendaciones al país centroamericano:

  • Dar mayor prioridad a la educación y atención de la primera infancia en la política y el gasto público es vital dado el rol que puede desempeñar en el desarrollo de los niños, particularmente para los más desfavorecidos.
  • Poner el aprendizaje en el centro de las políticas y prácticas educativas en educación básica. Una visión clara y criterios compartidos sobre lo que constituye una buena docencia permitiría orientar desde las decisiones de contratación hasta los sistemas de apoyo continuo hacia la excelencia docente.
  • Hacer más inclusiva la educación diversificada, a fin de reflejar su nueva función como última etapa de escolarización y como puerta de entrada a oportunidades laborales y universitarias para todos los costarricenses. La estrategia Yo Me Apunto, que procura más recursos a las instituciones educativas de mayor riesgo, es una iniciativa prometedora para combatir la deserción.

Fuente: https://www.forbes.com.mx/costa-rica-garantizar-educacion-calidad-ocde/

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Nicas destinan más dinero en comida que en su educación y salud

Nicaragua/31 de Julio de 2017/La Prensa

El año promedio de escolaridad de la población equivale a decir que el nicaragüense “promedio” apenas logró aprobar el nivel educativo de “primaria”.

Los nicaragüenses destinan el 4.3 y 5.1 por ciento de su consumo anual per cápita para gastos en salud y educación, respectivamente, un nivel que se reduce aún más entre la población con los menores ingresos, según reveló el reporte de pobreza y desigualdad publicado por el Banco Central de Nicaragua en semanas recientes.

De los resultados de la Encuesta de Medición de Nivel de Vida 2016 se desprende que de los 32,356.12 córdobas, que fue el consumo promedio nacional del año pasado, 1,648.7 córdobas fueron destinados anualmente por un nicaragüense para gasto en educación y 1,391.9 para salud.

Es decir que por día el gasto en educación es de 4.52 córdobas en promedio por cada nicaragüense, mientras que en salud es de 3.81 córdobas, según la encuesta antes mencionada y elaborada por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide).

Consumo diaria

Los datos oficiales revelan que mientras más pobre es el nicaragüense el porcentaje que destina de su consumo diario para salud y educación es menor. Solo el 20 por ciento de la población con los ingresos más bajos apenas destina 3.41 por ciento de su consumo para gasto en salud y 4.74 por ciento en educación.

Al dividir la población en cinco subgrupos según sus ingresos, las cifras oficiales reflejan que los nicaragüenses que están en los segmentos medio son los que más gastan en educación, incluso más que los que están entre los nicas con más ingresos.

En un análisis publicado por el economista Adolfo Acevedo, quien cuestiona la falta de información oficial por parte del Ministerio de Educación de indicadores claves, señala que generalmente los alumnos que provienen de hogares de menores ingresos suelen abandonar a temprana edad las escuelas para dedicarse a trabajar.

De hecho según la encuesta de medición de pobreza 2015 que publicó la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (Fideg), en los últimos años el nivel educativo de los nicaragüenses no ha “experimentado mejoras importantes. Tal como en las mediciones anteriores, en promedio los nicaragüenses siguen teniendo menos de seis años de estudios aprobados, es decir que no alcanzan a terminar la educación primaria”.

Educación, clave contra la pobreza

La encuesta de Fideg reveló que en 2009 entre la población mayor a 10 años de edad el nivel educativo era de 5.9 años aprobados mientras que en el 2015 se había elevado a 6.2 años. “La educación es considerada la estructura básica en la que descansa el desarrollo de la sociedad y es un elemento trascendental para combatir la pobreza”, señaló en su reporte Fideg.

El año promedio de escolaridad de la población equivale a decir que el nicaragüense “promedio” apenas logró aprobar el nivel educativo de “primaria”, los cual es inferior a lo observado en el resto de los países centroamericanos”, indica el organismo no gubernamental.

El bajo gasto de los nicaragüenses tanto en educación como en salud está en línea con la reducida asignación en ambos segmentos que el Gobierno destina como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB).

Gastan más en comodidad

La Encuesta de Medición de Nivel de Vida 2016, publicada por autoridades del Gobierno, revela que los nicaragüenses gastan más en alimentación y vivienda, principalmente el segmento más pobre de la población.

Mientras el veinte por ciento de la población más pobre destina el 54.45 por ciento de su consumo para gastos en alimentos el otro veinte por ciento de la población con mayores ingresos apenas asigna el 32.5 por ciento para ese fin.

Fuente: http://www.laprensa.com.ni/2017/07/25/economia/2268800-nicas-destinan-mas-dinero-comida-educacion-salud

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Las demandas sociales que llevaron al paro de maestros en Colombia

Colombia/19 de Junio de 2017/Telesur

El salario de un profesional de la educación en Colombia es inferior al ingreso que generan otros profesionales o sus colegas en otros países con similar situación económica.

Más de un mes de paro cumplieron los docentes públicos en Colombia, demandas salariales y de trabajo los motivó a paralizar sus actividades, a la protesta se sumaron aproximadamente unos 3500 docentes, quedando sin clases 8.5 millones de niños en todo el país.

Los docentes entregaron un documento al Ministerio de Educación que contiene 30 puntos en el que reflejan varios temas de política educativa, el incremento del gasto público en educación hasta el 7.5 por ciento del PIB, un estatuto único que regule la carrera docente, temas de sostenibilidad económica con el cumplimiento de los acuerdos en materia de nivelación salarial logrados en 2015, sistema de salud, prestaciones sociales, entre otros.

El gremio docente colombiano asegura que el problema no es solamente salarial, va mucho más allá, y abarca la alimentación, el transporte y mejores infraestructura para los niños, además subrayan que la lucha es por la calidad de la educación en Colombia.

Respuesta del Gobierno colombiano a la situación de los docentes

Por su parte el Gobierno colombiano aseguró hace más de una semana, haber realizado a la Federación Colombiana de Educadores(Fecode) «una serie de propuestas» que fueron rechazadas por los docentes.

El presidente colombiano Juan Manuel Santos respondió al rechazo de las propuesta realizadas por su gobierno asegurando que no tienen más recursos que ofrecer. «Estamos al límite, no podemos ofrecer más porque no tenemos más recursos«.

Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), indican que Colombia está entre los países que mayor porcentaje de su producto interno bruto (PIB) destina a la educación,aproximadamente un 30% del total del gasto nacional en educación. sin embargo tales recursos son insuficientes para resolver la problemática.

El pasado 10 de junio el gobierno colombiano publicó el decreto de aumento del 8,75 por ciento en el salario para los docentes. El Ministerio de Educación asegura que los ajustes salariales y de nivelación están asegurados hasta el 2019.

¿Qué opinan los educadores del aumento salarial ?

El sindicato de docentes expresó luego del decreto de aumento que asignó el presidente Santos, que no se trata solamente de un aumento salarial por lo que se mantendría el paro hasta conseguir una negociación que llegue más cerca de sus demandas sociales.

El salario de un profesional de la educación en Colombia es inferior al ingreso que generan otros profesionales o sus colegas en otros países con similar situación económica.

Según datos de la OCDE indican que la situación de los docentes colombianos es bastante precaria ya que son los que más horas de trabajo cumplen en sus jornadas diarias.

 Represión en las marchas del sector de la educación pública

Desde el 9 de junio las marchas de los docentes han sido reprimidas por la policía. Entre las actividades de protestas llevadas a cabo por los docentes se incluye la multitudinarias marchas en Bogotá y otras ciudades del país.

Para los docentes es injustificable la agresión que han recibido por parte de los cuerpos de seguridad del estado contra las marchas pacíficas. Además aseguran que fueron atropellados con chorros de agua y gases lacrimógenos, lo que para ellos no tiene justificación ya que sus peticiones son justas.

El alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, al referirse a los enfrentamientos con los cuerpos de seguridad, ofreció disculpas en nombre del Estado a los profesores que salieron maltratados, aunque aseguró que no van a permitir que se bloqueen las líneas de transporte masivo.

Fuente: http://www.telesurtv.net/telesuragenda/Por-que-el–paro-de-maestros-en-Colombia-20170616-0039.html

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Paraguay destina más de G. 8 billones a educación.

América del Sur/Paraguay/13.06.2017/Autor y Fuente: http://www.lanacion.com.py

Paraguay destina un alto porcentaje del Presupuesto General de la Nación a educación pública, superando ampliamente los recursos económicos que son asignados a cuestiones de seguridad en el país. De acuerdo a los datos proveídos por el Poder Ejecutivo, el sector educativo tiene un presupuesto global de 8 billones 625 mil 67 millones, frente a seguridad, que se lleva 3 billones 815 mil 671 millones. Es decir, educación tiene más del doble de presupuesto, un 126% más que seguridad en el presupuesto de la nación del presente año.

El diario «5 días» publicó recientemente cifras inexactas en lo que afirmaba que en el país se gasta casi cinco mil millones de dólares para tratar de controlar la violencia, significando el 8% del Producto Interno Bruto (PIB) y que en educación ni siquiera se invierte 4% del PIB. El periódico de la capital de país cita como fuente al Instituto de Economía y Paz.

«En el caso paraguayo se cumple exactamente esta premisa, ya que según el último Índice Global de Paz presentado por el Instituto de Economía y Paz, se observa que el país destina un valor aproximado al 8% del Producto Interno Bruto (PIB), es decir unos US$ 4.917 millones en el año 2016, en cambio el gasto en educación alcanza apenas un 3%, esto lo deja a Paraguay en la ubicación 68 a nivel mundial en lo que se refiere a la paz que existe dentro del territorio nacional, subiendo 11 posiciones con relación a la edición anterior», señala la publicación.

El Poder Ejecutivo aclara que del total de su presupuesto que son 37.465.768 millones (37 billones 465 mil 768 millones) al Ministerio del Interior se destina 2.282.673 millones (dos billones 282 mil 673 millones), 6% del presupuesto del Poder Ejecutivo, al Ministerio de Defensa 1.532.998 millones (1 billón 532 mil 998 millones) 4%; mientras que al Ministerio de Educación: 6.941.896 millones (6 billones 941 mil 896 millones), 18,52% del presupuesto del Poder Ejecutivo a las universidades nacionales: 1.683.171 millones (1 billón 683 mil 171 millones).

Fuente: http://www.lanacion.com.py/politica_edicion_impresa/2017/06/06/paraguay-destina-mas-de-g-8-billones-a-educacion/

Imagen: http://cdn-www.lanacionpy.arcpublishing.com/resizer/xTqXSz8oVCivgh08Ps5odZZoqR8=/999×666/s3.amazonaws.com/arc-wordpress-client-uploads/lanacionpy/wp-content/uploads/2017/06/05203111/05-MA-01-REEEEE-CP-copia.jpg?token=bar

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Cortapisas y caminos.

Hoy nuevamente y después de dos años del último paro del magisterio se volvió hablar de la educación en Colombia, de la falta de infraestructura, alimentación, transporte, salidas pedagógicas, condiciones económicas de los educadores, bibliotecas escolares, útiles, etc.

Por: Yesid Gonzalez Perdomo.

Como es costumbre en el país, los grandes temas para el futuro del mismo solo llegan a la agenda pública con paros, movilizaciones y mítines.

Hoy nuevamente y después de dos años del último paro del magisterio se volvió hablar de la educación en Colombia, de la falta de infraestructura, alimentación, transporte, salidas pedagógicas, condiciones económicas de los educadores, bibliotecas escolares, útiles, etc., la realidad es que son muchas las variables que permiten un buen proceso pedagógico en las escuelas; y lejos estamos del sueño santista de ser los más educados en el 2025.

Para lograr ese sueño, es necesario pensarse un sistema educativo que responda a las necesidades más sentidas de la población colombiana, situación compleja si tenemos en cuenta las particularidades y riqueza cultural que nos caracteriza. 

Las condiciones materiales de vida en el Chocó no son las mismas que las de Bogotá o Antioquia. Esas particularidades deben ser tenidas en cuenta para poder consolidar un sistema educativo que rompa las cortapisas que el establecimiento ha introducido para perpetuar la inequidad social. Para nadie es un secreto que el sistema capitalista funciona como un embudo donde solo muy pocos logran acceder plenamente a una vida digna.

Así pues, si se realiza un barrido por los países de América Latina, nos encontramos que Colombia no está dentro de los 5 primeros puestos en inversión del PIB para educación, y aunque es cierto que la destinación del presupuesto nacional para este año en el sector educativo es superior al de defensa por primera vez en la historia, no cabe la menor duda que es insuficiente, la buena educación necesita más recursos para materializarse.

Pero, si a la necesidad de inversión le sumamos que buena parte del presupuesto se va para despliegues mediáticos exagerados y una crónica contratitis de los amigos que rodean el MEN y las secretarías de educación, que proveen la pésima alimentación, la lenta implementación de redes y acceso a la internet, los mismos pupitres de hace dos siglos, las consultorías que copian modelos sin tener en cuenta el contexto colombiano como se hizo con el ISCE[1], el nuevo contrato de refrigerios en Bogotá, cambiado para mejorar sus bolsillos eliminando la fruta del menú, los únicos que no ven un buen negocio en la educación son los padres y madres de  familia, el cuerpo docente y nuestros estudiantes, quienes sufrimos la dictadura legal de ministras y secretarias, que evaden la mirada ante los enormes casos de corrupción en el secto.

Para concluir, mientras que la dirección de la educación del país continúe en cabeza de tecnócratas, abogadas o economistas, seguiremos teniendo los mismos problemas que nos aquejan desde la propia colonia, es necesario reorientar urgentemente  la educación en el país  en tiempos de pos acuerdo, un gran encuentro nacional por la educación debe ser convocado para que todos los actores involucrados, inicien un dialogo constante que permita en un lapso razonable, proponer una alternativa que supere de una vez por todas la crisis educativa colombiana.

Fuente: http://lasillavacia.com/silla-llena/red-de-la-educacion/historia/cortapisas-y-caminos-61307

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Aceleremos el progreso educativo

Por: Felipe Calderón

Enfrentamos retos formidables. La población mundial aumentará en más de 2 mil millones de personas hacia 2050 y debemos ser capaces de garantizar mejores condiciones de vida para más personas, particularmente en los países en vías de desarrollo. Es urgente proporcionar educación adecuada para que las nuevas generaciones puedan integrarse a mercados en vertiginosa transformación. Además, la automatización y los cambios tecnológicos pueden dificultar aún más el encontrar trabajo para aquellos trabajadores poco calificados.

Sin embargo, a nivel global, los recursos destinados a la educación son insuficientes: hay países en América Latina y África que están invirtiendo menos del 3% de su PIB en educación pública, cuando el promedio en países de altos ingresos ronda el 5%. Incluso cuando hay voluntad para invertir en educación, dichas inversiones han sido, en muchos casos, mal dirigidas e ineficientes. Esto se debe a que las políticas educativas han fallado en identificar claramente cuáles son los resultados deseados y dar los pasos adecuadas para llegar a ellos. Por ejemplo, frecuentemente se ha priorizado la expansión de la cobertura educativa a costa del aprendizaje mismo.

Particularmente, en América Latina, de los 111 millones de niños y adolescentes en edad escolar, 14 millones no asistían a la escuela, de acuerdo con datos de 2014. Adicionalmente, hay niños y jóvenes que, aunque asisten a la escuela, no aprenden a leer adecuadamente o a hacer operaciones matemáticas básicas, limitando severamente sus oportunidades.

No obstante, hay que reconocer el esfuerzo que estamos haciendo y los avances reales que América Latina ha logrado en décadas recientes. De acuerdo con la UNESCO, en 2014, en nuestra región invertimos en promedio 5% del PIB regional en educación, un aumento de 25% respecto a lo que se invertía en el 2000. Este porcentaje nos coloca, como región, a la par de varios países industrializados.Además, hoy en día, 8 de cada 10 niños en América Latina y el Caribe tienen acceso a la educación infantil y la mayoría de los niños están matriculados en la escuela primaria.

En varios países de la región, hay políticas públicas que pueden servir como ejemplo para otros países del mundo en desarrollo. En Brasil – uno de los países con logros importantes en materia de educación en América Latina – hay evidencia de que las niñas de escasos recursos que participaron en programas comunitarios de educación preescolar tienen el doble de probabilidad de alcanzar el quinto grado de educación primaria y tres veces más probabilidades de alcanzar el octavo grado en relación a sus pares que no asistieron a dichos programas. En México, las inversiones en educación superior de bajo costo han creado oportunidades educativas para jóvenes, aumentando la permanencia escolar; en paralelo, han favorecido una mayor disponibilidad de ingenieros y técnicos, impulsando la competitividad de industrias como la automotriz. Asimismo, con el programa social Oportunidades, logramos cerrar las brechas de género en educación primaria, secundaria y media superior. Más recientemente, hay que destacar el encomiable esfuerzo de distintas fuerzas políticas en México para mejorar la calidad de la educación.

Si queremos garantizar el derecho a la educación para todos nuestros niños, este es el momento de poner el pie en el acelerador; América Latina podría ser quien señale el camino en la dirección correcta. Nuestros países – junto a la comunidad internacional – se han comprometido a alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sustentables (ODS) “Educación Inclusiva y de Calidad para Todos”, promovido por la ONU, para el 2030. Si los países latinoamericanos se unen al esfuerzo común para alcanzar una educación inclusiva y de calidad para todos, estaríamos contribuyendo directamente al progreso en todos los otros Objetivos de Desarrollo Sustentable, tanto en nuestra región como a nivel global.

Un informe reciente de la Comisión Internacional para el Financiamiento de Oportunidades Educativas Globales, de la cual tengo el honor de ser Comisionado, nos muestra que tenemos una gran oportunidad frente a nosotros: si todos los países logran acelerar las tasas de progreso educativo –en términos de cobertura y aprendizaje de habilidades básicas, a través de los niveles de educación preescolar, primaria y secundaria– hacia los niveles alcanzados por el 25% de países que están avanzando más rápidamente , lograremos que todos los niños de países en desarrollo tengan acceso a educación de calidad para el 2030.

Con este fin, la Comisión ha presentado un plan para aumentar gradualmente las inversiones globales en educación, con la meta de pasar de un total global de $1.2 billones de dólares actuales a $3 billones de dólares por año hacia 2030. En principio, los gobiernos de países en desarrollo deberán comprometerse a aumentar el financiamiento a la educación y a emprender reformas para hacer que el gasto educativo sea más eficiente y eficaz. Dichas reformas promoverán que las políticas educativas estén enfocadas a obtener los resultados adecuados, promover la inclusión de los grupos más desaventajados e innovar para mejorar la calidad de la educación.

A cambio, la Comisión plantea un acuerdo para desencadenar apoyo de la comunidad internacional dirigido a quienes asuman el compromiso anteriormente mencionado. En términos concretos, esto se logrará a través de una propuesta transformadora: un Mecanismo Internacional de Financiamiento para la Educación, el cual nacería a partir de una alianza entre el Banco Mundial, bancos regionales de desarrollo y países donantes. Esta plataforma no solo buscaría coordinar y armonizar la acción de los bancos multilaterales, sino que también tiene el objetivo de atraer capital privado para incentivar la participación de la banca de desarrollo.

La evidencia está de nuestra parte: invertir en educación es invertir en mejores oportunidades para mejorar la calidad de vida de las personas. Educar a una niña es el camino más seguro para reducir la mortalidad infantil. En países en desarrollo, reducir a la mitad el subsidio a los combustibles fósiles e invertir la mitad de ese ahorro en educación redundaría en un beneficio neto de $3 mil millones de dólares para el 20% más pobre de cada país. Asimismo, la creatividad y la innovación estimulan soluciones sustentables para resolver problemas locales, como expandir el acceso a la energía y al agua potable. La educación es una de las principales herramientas para formar ciudadanos comprometidos con las instituciones de sus países y los valores democráticos que fundamentan la vida en sociedad.

Por si fuera poco, hay evidencia adicional acerca de los beneficios económicos de invertir mejor en educación. El análisis de la Comisión arroja que, en países en desarrollo, cada dólar invertido en un año adicional de escolaridad genera 10 dólares en beneficios. Ampliar la cobertura y mejorar la calidad de la educación ayuda a desacelerar las presiones migratorias y a activar el crecimiento económico.

Por ello, los miembros de la Comisión pedimos al Grupo de los 20 -con Argentina, Brasil y México como miembros clave- que apoyen este plan. En este momento en el que los líderes se preparan para sus reuniones en Hamburgo, Alemania, pedimos que los países latinoamericanos lleven consigo las mejores prácticas de nuestra región, junto con el compromiso firme de mejorar nuestros propios estándares educativos de acceso, calidad y aprendizaje.

Poner en marcha el plan de la Comisión nos acercaría a lograr los Objetivos de Desarrollo Sustentable e ilustraría todo lo que puede ser alcanzado a través de la cooperación internacional, contrarrestando a las voces que, irresponsablemente, llaman al aislacionismo.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/05/27/opinion/1495900896_739206.html

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Falta de calidad educativa como una causa del rezago latinoamericano

Por: Miguel Ángel Rodríguez

Frente a los retos de la automatización y de un posible escenario menos propicio al comercio exterior, es aún más urgente dotar a los jóvenes de mayores habilidades.

Las mediciones nos indican que de 1960 al 2000 América Latina creció su PIB per cápita menos, casi la mitad por año, que Asia y que el Medio Oriente y el Norte de África. ¿Será porque inició su crecimiento con un per cápita mayor y tenía ya mayores dificultades en alcanzar la productividad de los países más desarrollados? No, porque también creció menos que Europa y los países de la OCDE.
Así lo destacan Eric A. Hanushek y Ludger Woessmann en su artículo: “Escolaridad, logros educativos y el acertijo del crecimiento en América Latina” (Schooling, educational achievement, and the Latin American growth puzzle). Los autores comparan las tasas de crecimiento de nuestra parte de la tierra con otras zonas geográficas entre 1960 y el año 2000. Señalan que ese menor crecimiento se dio a pesar de tener inicialmente América Latina las tasas de escolaridad promedio más altas.
¿Será que la educación no incide en el crecimiento o que hay otras causas negativas para el crecimiento de América Latina tan poderosas que compensaron y anularon la ventaja en educación?
Al estudiar distintas evaluaciones internacionales de las habilidades literarias y matemáticas adquiridas por los alumnos concluyen esos autores, “El balance final de la evaluación de América Latina en las pruebas internacionales de habilidades de sus estudiantes es verdaderamente deprimente: el logro educativo promedio de los estudiantes de América Latina está cerca del fondo o en el fondo de la distribución internacional, y solo un pequeño segmento de cada corte por edades alcanza el más básico nivel de habilidades conforme a normas internacionales.”
Y más adelante, señalan: “En prácticamente todos los países latinoamericanos el estudiante promedio parece que adquiere menor aprendizaje por cada año de estudios, que el estudiante promedio del resto del mundo. Este es el elemento crucial para resolver el acertijo del crecimiento en América Latina”.
Debo aclara que en los datos que presentan estos autores, Costa Rica junto con Uruguay y en ese orden, son los países que mejor aprovechan los años de estudio para transferir habilidades a sus alumnos, pero este tema sigue siendo importante para nosotros.
No se trata solo de gastar más en educación. Ni siquiera se trata solo de mantener más tiempo a los jóvenes en el proceso educativo.
En gastar más hemos avanzado mucho, pues el gasto público en educación ha crecido vertiginosamente. De 2006 a 2015 el gasto en educación ha aumentado un 67% como proporción del PIB.
También en cobertura de la población hemos avanzado durante ese mismo período. De los jóvenes de 13 a 17 años en 2006 asistían a centros de enseñanza un 76,4%, y ya en 2015 se había elevado a un 87,6%. Visto desde el punto de vista del final del proceso para el bachillerato, la matrícula bruta en enseñanza diversificada en 2006 fue de 60,8% y ya en 2015 habíamos llegado a un 84,7%. Falta por hacer pero el empuje ha sido grande.
Pero lo que es fundamental es transferir conocimientos que los muchachos y las muchachas puedan aplicar. En este campo, las pruebas de PISA 2009, 2012 y 2015 nos muestran que tenemos problemas serios.
Frente a los retos de la automatización y de un posible escenario menos propicio al comercio exterior, es aún más urgente dotar a los jóvenes de mayores habilidades para que de esa manera se puedan incorporar a empleos bien pagados en el sector formal, o generen sus propias actividades productivas, que no sean simples maneras de sobrevivir ante la inexistencia de empleos adecuados.
Y para ello se debe convencer a los sindicatos de educadores de que es conveniente evaluar a los nuevos maestros y profesores antes de nombrarlos, darles soporte durante el primer año en que dan lecciones con la asistencia de un educador experimentado que los guíe en la aplicación del arte de enseñar, intensificar los cursos de capacitación de los docentes en servicio, y medir anualmente su desempeño.

Fuente: https://www.larepublica.net/noticia/falta-de-calidad-educativa-como-una-causa-del-rezago-latinoamericano

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