Ocho mil millones…

Por: Vásquez Araya Carolina

La población mundial aumenta al ritmo veloz de las desigualdades. 

Como en un sistema de vasos comunicantes, el incremento de seres humanos sobre la faz de la Tierra no se refleja en prosperidad, sino en capacidades reducidas de supervivencia, en bajas tasas de crecimiento económico de los países no industrializados, mayores riesgos de provocar el colapso de los recursos naturales y unos indicadores de desarrollo en franco retroceso para las naciones del hemisferio Sur. En este escenario, difícil de medir y comprender en toda su dimensión, los habitantes más afectados por este fenómeno resultan ser los más vulnerables.

El hecho de alcanzar esa cifra simbólica obliga a reflexionar sobre la situación tan desigual en la que vive el segmento infantil de las sociedades. Con especial fuerza durante los últimos años por los efectos de la pandemia, niñas, niños y adolescentes se han visto recluidos en espacios limitados, alejados de su entorno social y muchos de ellos sometidos a la violencia doméstica y al rezago escolar; han experimentado los efectos más devastadores para su desarrollo físico y psicológico, en una etapa crucial de su vida. Ante la realidad de un sistema político y económico que los excluye de las oportunidades por su incapacidad para incidir en las decisiones que afectan su presente y su futuro, este segmento social ha quedado relegado en el goce de sus derechos fundamentales de manera indefinida.

En países como los nuestros -el gran continente americano lleno de riquezas- es mas que evidente la pérdida de acceso de la niñez a las oportunidades de educación, alimentación y atención en salud. Los recursos destinados a paliar -entre otras urgencias- la desnutrición crónica en los primeros años de vida, no representan un tema prioritario en naciones gobernadas bajo la regla de la concentración de la riqueza, la captura de los recursos nacionales en manos privadas y la explotación de la fuerza de trabajo bajo las consignas del neoliberalismo más descarnado. Estos factores no solo causan una grave marginación de las políticas públicas y las iniciativas de desarrollo social, sino impactan en el futuro de los países y obstruye sus posibilidades de avanzar.

El haber alcanzado la cifra de 8 mil millones de seres humanos, cuyas necesidades superan de lejos la posibilidad de satisfacerlas, solo tiende a alimentar las desigualdades y exacerbar los odios, permitiendo la consolidación de movimientos fascistas y retrocediendo a los peores momentos de la Historia, con supuestos planes para reducir la población quitando de en medio a los más necesitados: migrantes; pueblos originarios marginados del desarrollo y desplazados de sus territorios; y, de paso, a quienes no poseen los recursos ni la capacidad para defender sus derechos.

El único recurso posible para establecer un cierto equilibrio entre los sistemas imperantes y las oportunidades de desarrollo con orientación hacia el respeto por los derechos humanos, es una alineación de prioridades con acento en la redistribución justa de la riqueza, la imposición de medidas radicales para reducir el impacto ambiental y un consenso entre los poderes corporativos -cuyo dominio es incluso superior a los poderes de los Estados- con el propósito de contribuir a detener la crisis climática. Todos ellos, objetivos que ya han sido ampliamente discutidos, plasmados en documentos firmados y ratificados, pero jamás cumplidos.

El cambio climático, sumado al aumento demográfico, es una amenaza inminente.

Fuente de la información: www.carolinavasquezaraya.com

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Nuevo hito de la población mundial: 8 mil millones de personas

Según el World Population Clock, la población humana alcanzó los 8 mil millones el 15 de Noviembre. Según la ONU, este hito representa una celebración de la longevidad humana debido a las mejoras en la salud pública y la medicina, pero también viene con advertencias sobre la desigualdad, el acceso limitado a alimentos y recursos y el daño ambiental. A pesar de la impresionante cifra, el informe anual World Population Prospect muestra que la población mundial está creciendo al ritmo más lento desde 1950 y predice una desaceleración continua en la segunda mitad de este siglo.

Dado que más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, aproximadamente el 55,7%, según los últimos informes de ONU-Hábitat, los desafíos urbanos están creciendo exponencialmente. La ONU espera que este número aumente al 68 % para 2050, con cerca del 90% de este aumento en Asia y África. La urbanización acelerada puede plantear riesgos significativos, como el aumento de la desigualdad, pobreza, desarrollo sectorizado, exclusión social y contaminación. En este contexto, una agenda urbana bien equilibrada adquiere una importancia crucial para lograr ciudades inclusivas, seguras y sostenibles.

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Anualmente, la world population review evalúa el crecimiento de las ciudades y el número de residentes que viven en áreas metropolitanas, para comprender las tendencias de evolución global. En 2022, Tokio mantuvo su condición de ciudad más grande del mundo, con 37 millones de habitantes, mientras que Delhi y Shanghái la siguieron en segunda y tercera posición. A medida que estas y otras megaciudades continúan creciendo, una serie de desafíos están demostrando ser cada vez más relevantes de abordar, a fin de crear mejores condiciones de vida para la población mundial.

La urgente necesidad de una vivienda adecuada y asequible

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La urbanización puede tener un impacto positivo en la calidad de vida de los residentes, pero para garantizar estos resultados, las políticas para gestionar el crecimiento urbano deben garantizar el acceso a la infraestructura y los servicios sociales a todas las personas, centrándose en las necesidades de los grupos vulnerables. Una de las necesidades más urgentes es una vivienda adecuada. Un informe de la ONU estima que alrededor de uno de cada cuatro habitantes de las ciudades vive en condiciones precarias, asentamientos informales o barrios pobres, una cifra que muestra lo rápido que la urbanización está superando la construcción de viviendas adecuadas y asequibles. Esto conduce a infraestructuras y servicios inadecuados y sobrecargados, como la recolección de desechos, los sistemas de agua y saneamiento, las carreteras, transporte, y muchos más.

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Acceso al transporte público

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En estos sistemas urbanos en desarrollo, el acceso al transporte público representa un servicio esencial para los residentes urbanos y un catalizador para la inclusión social y el crecimiento económico. El transporte actúa como un conector entre las personas y los servicios básicos como la salud, educación y oportunidades laborales. Además, el uso del transporte público está ayudando a mitigar la contaminación del aire y el cambio climático, ya que el transporte por carretera representa el 15% de las emisiones globales totales de CO2. Según la ONU, el acceso al transporte público está aumentando en todo el mundo, pero se necesita un progreso de mayor rapidez para mantener al día la tasa de crecimiento, y prestar especial atención para garantizar el acceso de las poblaciones vulnerables, como mujeres, niños, adultos mayores y personas con discapacidad.

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Espacios públicos abiertos 

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La red de calles y espacios públicos representa la estructura organizativa de cualquier ciudad. Cuando el espacio público es insuficiente o está mal diseñado, la ciudad se segrega cada vez más. Se ha comprobado que las inversiones en la red de calles y redes públicas mejoran la productividad urbana, los medios de vida y el acceso a los mercados, empleos y servicios públicos. Además, los espacios abiertos y verdes cumplen más que una función paisajística o estética; optimizan la calidad del aire, ayudan a reducir el calor urbano generado por el efecto de isla de calor urbana y crean espacios para actividades físicas, mejorando así la salud pública.

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Fuente: https://www.archdaily.mx/mx/992335/nuevo-hito-de-la-poblacion-mundial-8-mil-millones-de-personas

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La población mundial sigue en aumento, aunque sea cada vez más vieja

Redacción: News UN

En 2018, por primera vez en la historia, las personas de 65 años o más a nivel mundial superaron en número a los niños menores de cinco años. Sin embargo, para 2050 la población de África Subsahariana podría duplicarse y la India superaría a China como el país más poblado, llegando el planeta a los 9000 millones de habitantes en ese año.

La población mundial aumentará en 2000 millones de personas para 2050, pero solo nueve países representarán más de la mitad del crecimiento proyectado para entonces, asegura un nuevo informe de las Naciones Unidas.

India, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo, Etiopía, Tanzania, Indonesia, Egipto y los Estados Unidos (en orden decreciente), serán los países con mayor incremento de población para la mitad del siglo.

Además, se proyecta que la India supere a China como el país más poblado del mundo alrededor de 2027, mientras la población de África Subsahariana se duplicará para 2050 con un crecimiento de 99%.

Otras regiones verán tasas de aumento variables: Oceanía excluyendo Australia y Nueva Zelanda crecerá un 56%; África del Norte y Asia Occidental, un 46%; Australia y Nueva Zelanda, un 28%; Asia central y meridional, el 25%; América Latina y el Caribe, alrededor de un 18%; Asia oriental y sudoriental, solo un 3%; y Europa y América del Norte, apenas un 2%.

El informe asegura que la población alcanzará su punto máximo a finales del siglo, llegando a 11.000 millones de personas.

Un mundo envejeciente

El estudio confirma que la población está envejeciendo debido a un aumento de la esperanza de vida y niveles más bajos de natalidad.

Se prevé que la tasa global de fecundidad, que bajó de 3,2 nacimientos por mujer en 1990 a 2,5 en 2019, disminuya aún más, alcanzando 2,2 nacimientos por mujer en 2050.

En 2019, la fecundidad promedio permanece por encima de 2,1 nacimientos por mujer durante su curso de vida (el mínimo para garantizar el reemplazamiento de las generaciones y para evitar un descenso de población): así en África Subsahariana el promedio es de 4,6 nacimientos por mujer; en Oceanía, excluyendo Australia y Nueva Zelanda, es de 3,4; en África septentrional y Asia occidental está en el 2,9, y en Asia central y meridional, en el 2,4.

Para 2050, una de cada seis personas en el mundo, entorno a un 16% de la población, tendrá más de 65 años, en comparación con el 9% o una de cada 11 en 2019.

Se proyecta que la proporción de la población de 65 años y más se duplicará entre 2019 y 2050 en África septentrional, Asia, y América Latina y el Caribe. Para 2050, una de cada cuatro personas viviendo en Europa y América del Norte podría tener 65 años y más.

En 2018, por primera vez en la historia, las personas de 65 años o más a nivel mundial superaron en número a los niños menores de cinco años. Se proyecta que el número de personas de 80 años o más se triplicará, de 143 millones en 2019 a 426 millones en 2050.

UNICEF/Frank Dejo
Niños bañándose en Zinder, en Níger, África Subsahariana.

Ventajas y desventajas

“Muchas de las poblaciones de más rápido crecimiento se encuentran en los países más pobres, donde el crecimiento de la población presenta desafíos adicionales en el esfuerzo para erradicar la pobreza, lograr una mayor igualdad, combatir el hambre y la desnutrición, y fortalecer la cobertura y la calidad de los sistemas de salud y educación para no dejar a nadie atrás”, asegura Liu Zhenmin, secretario general adjunto para Asuntos Económicos y Sociales de la ONU.

Muchas de las poblaciones de más rápido crecimiento se encuentran en los países más pobres.

Sin embargo, en la mayor parte de África Subsahariana, y en partes de Asia y América Latina y el Caribe, el descenso reciente de la fecundidad ha provocado que la población en edad de trabajar, entre los 25 y 64 años, crezca más rápido que la de otras edades, lo que, gracias a una distribución favorable de la población por edades, crea oportunidades para acelerar el crecimiento económico.

Para beneficiarse de este “dividendo demográfico”, los gobiernos deben invertir en educación y salud, especialmente para los jóvenes, y crear las condiciones propicias para el crecimiento económico sostenido, asegura el informe.

Asimismo, la relación de apoyo potencial, que compara el número de personas en edad de trabajar con los mayores de 65 años, está disminuyendo en todo el mundo. El envejecimiento demográfico tiene consecuencias sobre el mercado laboral y el desempeño económico, así como sobre las presiones fiscales que muchos países enfrentarán en las próximas décadas buscando desarrollar y mantener sistemas públicos de atención médica, de pensiones y protección social para las personas mayores.

La esperanza de vida en aumento

Globalmente, se espera que la esperanza de vida al nacer, que aumentó de 64,2 años en 1990 a 72,6 años en 2019, aumente aún más, alcanzando los 77,1 años en 2050.

Si bien se ha logrado un progreso considerable en la disminución de las diferencias de longevidad entre países, continúan existiendo brechas considerables. En 2019, quienes nacen en los países más pobres viven 7,4 años menos que el promedio mundial, debido en gran parte a que los niveles de mortalidad en la niñez y materna permanecen altos, así como a la violencia, los conflictos y el impacto persistente de la epidemia del VIH.

En 2019, cerca de la mitad de las personas viven en un país o zona donde la fertilidad es inferior a 2,1 niños nacidos vivos por mujer, en comparación con menos de una cuarta parte en 1990.

Los países con baja fertilidad ahora incluyen toda Europa, América del Norte, Australia y Nueva Zelanda, más 4 países o áreas de Asia central y meridional, 12 en Asia oriental y sudoriental, 20 en América Latina y el Caribe, 10 en África septentrional y Asia occidental, 2 en Oceanía y 1 en África subsahariana.

Los países más poblados con baja fertilidad son China, los Estados Unidos de América, Brasil, Bangladesh, la Federación Rusa, Japón y Vietnam. En 2050, se espera que el 70% de la población mundial viva en países donde las mujeres dan a luz a menos de 2,1 hijos en promedio.

UNFPA Viet Nam/Nguyen Thi Hong T
La población mundial aumentará en 2000 millones de personas para 2050.

La migración como un factor en la reducción de la población en algunos países

Desde 2010, 27 países o áreas han experimentado una reducción en el tamaño de sus poblaciones del 1%. o más. Esto ha sido causado por los bajos niveles de fertilidad y, en algunos lugares, por las altas tasas de emigración.

Para 2050, se prevé que las poblaciones disminuirán en un 1% o más en 55 países o áreas, de los cuales 26 pueden ver una reducción de al menos el diez por ciento. En China, por ejemplo, se proyecta que la población disminuirá en 31,4 millones entre 2019 y 2050.

También se espera que catorce países recibirán a más de un millón de migrantes, mientras que diez países verán su salida.

Algunos de los movimientos migratorios más grandes son impulsados por la demanda de trabajadores migrantes, como en Bangladesh, Nepal y Filipinas, o por la violencia, la inseguridad y el conflicto armado en el caso de Siria, Venezuela y Myanmar. Bielorrusia, Estonia, Alemania, Hungría, Italia, Japón, Rusia, Serbia y Ucrania experimentarán una entrada neta de migrantes a lo largo de la década, ayudando a compensar las pérdidas de población causadas por un exceso de muertes infantiles.

©Alex Webb/ FAO
Emilia Felipe Jose hace tortillas en su casa de San Lorenzo, México, un lugar con gran población Guatemalteca que ha huido de sus países.

Otros datos sobre América Latina

Se proyecta que la población de América Latina y el Caribe, que se triplicó en tamaño entre 1950 y 2019, alcance su punto máximo justo por debajo de 768 millones alrededor de 2058 y luego disminuya a unos 680 millones en 2100.

Además, para la región, la proporción de la población de 65 años o más podría aumentar del 9% en 2019 al 19% en 2050.

También, América Latina continúa teniendo la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes después de África Subsahariana, con 63 niñas de cada 1000. La tasa de natalidad de las jóvenes de entre 15 y 19 años actualmente contribuye con el 15 por ciento de la fecundidad total de toda la región.

Además, el informe asegura que la pérdida neta de población debido a la migración internacional fue un 40% menor en 2010-2020 en comparación con 2000-2010.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2019/06/1457891

 

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El 40% de la población mundial no recibe educación en su propia lengua

Europa/ España/ 25.02.2019/ Fuente: www.eleconomista.es.

La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) recordó este jueves que el 40% de la población mundial no recibe educación en su propia lengua.

Es uno de los datos que subrayó la organización con motivo del Día de la Lengua Materna, que se conmemora cada 21 de febrero.

Asimismo, la organización subraya que en todo el mundo se hablan más de 7.000 lenguas diferentes y que Iberoamérica es una de las regiones lingüísticas más grandes, con 750 millones de hablantes de español o portugués. El español es la 2ª lengua materna más hablada a nivel mundial. Por su parte, el portugués es la 6ª lengua materna más hablada del mundo. La riqueza lingüística de Iberoamérica no acaba ahí: se multiplica por las cientos de lenguas originarias o indígenas de cada país (68 en el caso de México o más de 200 en Brasil).

En este contexto, OEI está trabajando desde finales de 2018 para que las escuelas ubicadas en pueblos cercanos a zonas fronterizas desarrollen un proyecto pedagógico conjunto, bilingüe e intercultural, que se pondrá en marcha este año. Los países fronterizos participantes en esta iniciativa son: España, Portugal, Brasil, Uruguay, Argentina, Paraguay, Bolivia, Colombia y Perú.

La propuesta, según explicó la organización en una nota, «es iniciar con experiencias piloto en el primer curso de la educación primaria, cuando la capacidad del estudiante para aprender idiomas es mayor y hay una mayor permeabilidad a conocer la cultura del otro». Este proyecto también incluye el intercambio de profesorado de uno y otro país para asegurar la práctica del bilingüismo y las vivencias que aporta la interculturalidad. Otro aspecto interesante en esta iniciativa es la relectura de las historias, geografías y culturas que unen esas personas que viven en áreas tan cercanas.

Fuente de la noticia: https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/9714919/02/19/el-40-de-la-poblacion-mundial-no-recibe-educacion-en-su-propia-lengua.html

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Desigualdad social: un problema global

Por: Helle Jeppesen

La desigualdad social no es una ley de la naturaleza. Cinco medidas podrían reducir la brecha entre ricos y pobres.

La buena noticia es que la desigualdad entre los países del Sur y los del Norte está disminuyendo a medida que aumenta el producto interno bruto, especialmente el los países emergentes. La mala noticia es que en los países de todo el mundo, la brecha entre los ricos y los pobres  se está ampliando. Pero la desigualdad no es una ley de la naturaleza. Existen medidas tanto políticas como económicas para combatir la desigualdad.

Progresividad y evasión tributaria

La progresividad tributaria grava los altos ingresos a un mayor porcentaje que los bajos. El principio de la progresividad es la medida más eficaz para la redistribución de ingresos dentro de una sociedad. En muchos países, sin embargo, los ingresos del trabajo se gravan a una tasa más alta que los ingresos provenientes de activos como las participaciones accionarias. La reforma fiscal del presidente Donald Trump va en esa línea. Eso produce una redistribución desde abajo hacia arriba en lugar de a la inversa.

La evasión de impuestos también es un gran problema. La Comisión de la Unión Europea estima que los estados miembros pierden entre 50 y 70 mil millones de euros cada año debido a trucos legales por parte de los acaudalados y las grandes empresas. Un regreso al principio de la progresividad y un sistema en el que los ricos pagan más que los pobres podría financiar inversiones gubernamentales en educación y salud, por ejemplo.

Prosperidad y pobreza, lado a lado. Prosperidad y pobreza, lado a lado.

El que daña debería pagar

Hoy en día la economía trabaja a nivel global. Las materias primas se compran donde menos cuestan, luego se fabrica el producto en países con salarios bajos y se vende en todo el mundo. Las ganancias se gravan luego donde sea más favorable: en los llamados paraísos fiscales. Sin embargo, los costos de estas cadenas de producción globalizadas son pagados por los ciudadanos y el medio ambiente.

Una obligación de pagar impuestos en los lugares de producción y un registro mundial para impedir la evasión fiscal y el lavado de dinero podrían asegurar los recursos para inversiones públicas. La responsabilidad directa de las empresas por daños ambientales sería un incentivo para la producción de productos más respetuosos con el medio ambiente.

Salarios justos

Cuando las grandes empresas amenazan con reubicar una fabrica en otro país porque los salarios ahí son más bajos, los Gobiernos a menudo las apoyan. Lo que se pierde en el proceso es el salario justo, la seguridad en el trabajo y la seguridad social. Los salarios bajos significan también menos ingresos para el Estado y con ello menos dinero para inversiones públicas.

Si bien la mano de obra barata puede tener en el corto plazo un impacto positivo en las ganancias de las empresas, ellas perderán en el largo plazo si se ven afectadas por protestas, huelgas y disturbios sociales.

Los que quieran tener éxito en la economía digitalizada deben invertir en educación.Los que quieran tener éxito en la economía digitalizada deben invertir en educación.

Educación para todos

La educación es el garante del progreso social en todo el mundo. Con la «Agenda 2030» de las Naciones Unidas, los países miembros se han comprometido a velar por educación para todos hasta el año 2030. Cada vez más trabajos requieren un alto nivel de educación. Un buen sistema educativo para todos garantiza empleos mejor pagados y promueve la democracia y la participación en la sociedad a través de la equidad.

Promover la igualdad

Ya sea en países ricos o pobres: las mujeres ganan en promedio menos que los hombres y tienen menos probabilidades de pertenecer a la elite política o económica. Si la equiparación continúa al mismo ritmo que hasta ahora, pasarán 217 años hasta que hombres y mujeres tengan los mismos ingresos.

¿Podemos permitirnos discriminar a la mitad de la población mundial? Estudios muestran que las mujeres son las que priorizan la educación y la buena nutrición para sus hijos. Sin la participación activa de las mujeres, tanto económica como política, no será posible reducir la desigualdad social en el mundo.

Fuente: http://www.dw.com/es/desigualdad-social-un-problema-global/a-42647789

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