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España: La mitad de los niños pobres repite curso

Redacción: El Diario

La mitad de los niños pobres repite curso, frente a solo el 8 % del resto de los escolares. Además, su tasa de abandono escolar es mucho más elevada, tienen un bajo desarrollo de aptitudes cognitivas, más tendencia a la obesidad, más problemas de salud mental y mayores niveles de conflicto social.

Estas son solo algunas de las «cicatrices» que la pobreza deja en los niños y que el Alto Comisionado para la lucha contra la Pobreza Infantil, Pau Marí-Klose, se ha propuesto combatir con una batería de medidas plasmadas en los Presupuestos Generales del Estado para 2019, y que desgrana en una entrevista con Efe.

En España el 28 % de los menores de 16 años, 2,1 millones de niños, vive en riesgo de pobreza. Y, según cálculos del Gobierno, 700.000 de ellos lo hace en situación de carencia severa, es decir, sin tener garantizada su alimentación o cosas tan básicas como la luz o la calefacción o, simplemente, poder ir a un campamento en verano.

«Somos una anomalía en Europa, no hay ningún país con nuestro nivel de desarrollo» con unas tasas de pobreza infantil tan elevadas, asevera Marí-Klose, quien añade que se trata de una de las más altas de Europa, diez puntos superior a la media y que solo Rumanía y Bulgaria están por encima.

Una situación sobre la que ya han advertido a España la Comisión Europea y la OCDE.

Explica Marí-Klose que se trata de un problema estructural de la sociedad española que tiene su origen en dos factores.

El primero es la estructura del mercado laboral, con una elevada precariedad que afecta más a los jóvenes, «y por tanto a las familias jóvenes que son las que tienen hijos pequeños», un colectivo, además, muy perjudicado por el paro, y con bajas prestaciones por desempleo que se agotan sin que hayan conseguido otro empleo.

Y el segundo es la débil estructura de protección social para las familias.

España sólo dedica el 1,3 % de su PIB a políticas de familia e infancia, frente al 2,4 % de media de la UE. Y el gasto en prestaciones por hijo se sitúa en el 0,5 % del PIB (1,2 % en la UE).

Para recortar esa diferencia, explica el Alto Comisionado, las cuentas para 2019 recogen el desarrollo del Ingreso Mínimo Vital con un incremento de la prestación por hijo a cargo para las familias con ingresos inferiores al umbral de la pobreza, actualmente fijado en 17.800 euros anuales para los hogares con dos hijos.

Con esta nueva ayuda, una familia que ingrese menos del 50 % de esa renta recibirá una prestación por hijo de 341 euros, frente a los 291 actuales. En el caso de familias por debajo del 25 % del umbral, la prestación será de 588 euros.

Según los cálculos del Alto Comisionado, cerca de 1,3 millones de niños se beneficiarán de estas prestaciones, 700.000 de ellos de la de 588 euros.

Unas ayudas con las que prevén sacar de la situación de pobreza severa a 82.000 menores, y reducir la tasa un 12 %.

Para situar a España en la media europea ese Ingreso Mínimo Vital debería alcanzar los 1.800 euros en el caso de pobreza severa, 1.200 para alta y 600 para moderada, objetivos que figuran en el programa electoral del PSOE y que el Alto Comisionado confía el alcanzar en «un plazo de tiempo relativamente corto».

Pero no es suficiente. Para revertir la pobreza, detalla Marí-Klose, hay que trabajar en varios frentes: mercado de trabajo, luchando contra la precariedad; educación, recuperando la inversión anterior a los recortes, favoreciendo, con becas, el acceso a la educación 0-3 y a la universidad, y potenciando las actividades educativas y de ocio con programas como VECA.

«Somos un país que invierte poco en familia. Solo hay que pensar en países como Austria que, con un nivel de desarrollo y un PIB parecido al nuestro, tiene una prestación por hijo por encima de los 2.000 euros al año. Es universal y la reciben todos los niños.

Y es que si no se interviene «la pobreza se hereda» y los menores pobres se ven abocados a ser adultos pobres.

«Las oportunidades vitales de los niños que nacen y se crían en familias pobres están muy condicionadas por la adversidad económica que sufren con carencias de otro tipo: educativas, sanitarias, culturales, sociales… que dejan marcas, que dejan cicatrices».

Todas estas desventajas componen una «mochila social» que van arrastrando, que condiciona su futuro y que los convierte en adultos con más enfermedades, problemas sociales y difícil empleabilidad.

«En los países más desarrollados la infancia está considerada un bien público, no es exclusivamente un bien de las familias, el bienestar de los niños no es algo que solo haya que exigir a los padres», insiste Marí-Klose.

Entienden que necesitan niños y que estos crezcan en buenas condiciones. Las ayudas por hijo a cargo están generalizadas porque simplemente reconocen que los niños importan y que son necesarios.

«Es de justicia y es una buena inversión económica inyectar recursos» a las familias más pobres, defiende al Alto Comisionado, que recuerda que, según cálculos de Save the Children, cada hijo tiene un coste de entre 400 y 500 euros mensuales.

Cuando se habla de luchar contra la pobreza infantil hay que tener un enfoque transversal a la hora de implementar medidas en los Presupuestos que corrijan las desigualdades.

Y entre ellas están los 1.780 millones para becas y ayudas a estudiantes; los 100 para la compra de libros de texto; y los 137 para aumentar el parque de viviendas en alquiler a precios asequibles.

Además, los Presupuestos incluyen 30 millones para atender a los menores migrantes no acompañados y 412 millones para acciones en favor de los inmigrantes.

«Hay que ir a las raíces del fracaso e invertir en la primera infancia, en la educación de 0 a 3 años», una medida fundamental y poderosa para compensar a estos niños.

«Muchas veces ya llegan al sistema reglado de los 6 años con desventajas cognitivas, que dificultan su aprendizaje y los lleva al fracaso escolar», explica.

Y ofrecer becas para el ocio educativo como el programa VECA con el que se compensa el «olvido veraniego» que sufren sin posibilidades de aprendizaje cultural, viajes o una alimentación equilibrada, del que ya se han beneficiado más de 46.000 niños.

Consciente de que el problema de la pobreza infantil es de toda la sociedad, el Alto Comisionado quiere diseñar una Alianza de País con el Tercer Sector y el mundo empresarial para buscar su implicación y la financiación necesaria para erradicar la pobreza.

Numerosos estudios corroboran que las inversiones en la lucha contra la pobreza resultan fiscalmente rentables, al producirse retornos económicos en forma de crecimiento económico, reducción de gastos sanitarios y de seguridad ciudadana.

«Nuestros niños son los adultos de mañana, y una sociedad que ignora el problema de la pobreza infantil está sentando unas bases muy frágiles para construir una sociedad económicamente competitiva», concluye Marí-Klose.

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/mitad-ninos-pobres-repite-curso_0_858814234.html

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En absoluta pobreza 1,2 millones de niños y adolescentes en Italia

Europa/Italia/15 Noviembre 2018/Fuente: Prensa Latina

En Italia 1,2 millones de niños y adolescentes viven en absoluta pobreza, según denunció hoy la organización no gubernamental Save the Children.
Las condiciones económicas no solo condicionan el futuro de los infantes, sino también el impacto del entorno donde viven, el cual influye en su crecimiento y desarrollo, destacó en una nota de prensa el organismo internacional. El reporte se basa en datos del IX Atlas de la Infancia en Riesgo ‘La periferia de los niños’, dedicada al entorno de los menores en esta nación.

La segregación educativa aumenta cada vez más la brecha de la desigualdad, especialmente en las grandes ciudades, donde viven muchos niños, destacó Save the Childre y precisó que es ‘allí donde debemos intervenir con políticas valientes y con recursos adecuados’.

En términos de ‘brecha asombrosa’ educacional entre unos y otros menores en una misma ciudad, comparó que en Nápoles, al sur de la península, en el grupo etario de 15 a 52 años sin estudios secundarios son el dos por ciento en Vomero y casi el 20 en Scampia; en Palermo, 2,3 para Malaspina-Palagonia y 23 por ciento en Palacio Real-Monte de Piedad.

En cambio en los barrios ricos del norte de Roma, añadió, los graduados superan el 42 por ciento, cuatro veces los que existen en la periferia y zona oriental de esta capital.

Más significativa es la diferencia, según el informe, en la norteña ciudad de Milán, donde por ejemplo en Pagano y Magenta-San Vittore los egresados superan el 51 por ciento, siete veces más que en Quarto Oggiaro, con apenas el 7,6.

Asimismo son profundas las brechas entre los jóvenes de 15 y 29 años que no estudian, están desempleados y tampoco están incluidos en algún programa de capacitación.

En Italia, según el informe, unos 3,6 millones de niños y adolescentes que viven en las 14 principales áreas metropolitanas del país, crecen en áreas o vecindarios considerados ‘suburbios desde muchos puntos de vista diferentes’, que van desde la distancia que media del centro de la ciudad, hasta déficits urbanos, funcionales y sociales.

Valerio Neri, director general de la organización encargada de promover la protección de la infancia, consideró absurdo que dos niños que viven a una cuadra de distancia crezcan en dos universos paralelos.

Neri instó a ubicar a los menores en el centro de la atención, a preocuparse por saber dónde y cómo viven, e invertir en el desarrollo para combatir los desequilibrios y las desigualdades de los territorios italianos.

Save the Children contribuye, informó, a reducir las desigualdades en 18 ciudades italianas a través de una red que ofrece a niños de seis a 16 años la oportunidad de participar en actividades educativas y de capacitación, como talleres artísticos y musicales, juegos y actividades motrices, que involucraron este año a unos ocho mil 130 menores.

‘La periferia de los niños’ es el primer intento de cartografiar los suburbios italianos desde el punto de vista de la infancia, realizado por Save the Children con el apoyo del Instituto Nacional de Estadística y de otras asociaciones.

El volumen presentado este martes, curado por Giulio Cederna, con imágenes del fotógrafo Riccardo Venturi, cuenta con 290 páginas, 32 tablas, 120 mapas y 20 gráficos e infografías.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=228547&SEO=en-absoluta-pobreza-12-millones-de-ninos-y-adolescentes-en-italia
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Pobreza afecta al 77 por ciento de los niños hondureños, según Unicef

Centro América/Honduras/17 Octubre 2018/Fuente: Prensa Latina
El 77 por ciento de los niños hondureños vive en la pobreza y uno cada cinco sufre desnutrición crónica, señaló hoy el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Según el documento presentado en esta capital, también resulta significativo el retraso educacional desde distintos puntos de vista: En 2017, ejemplificó el texto, solo el 58,3 por ciento de los menores de tres a 17 años de edad asistió a la escuela.

‘El informe que estamos presentando hoy es un importante recordatorio de que, a pesar de nuestros esfuerzos colectivos, la niñez hondureña sigue enfrentando retos muy complejos’, expresó el representante de Unicef Mark Connolly.

De acuerdo con el estudio, hay avances en cobertura escolar, vacunación y reducción de los homicidios, entre otros aspectos; pero persisten grandes retos de carácter estructural, como la situación de pobreza multidimensional y la migración forzada debido a la falta de oportunidades en el país.

Al decir de Connolly, ‘la tarea que tenemos en frente es urgente, no hay causa más importante que los niños y niñas’. No podemos lograr, agregó, ‘un mañana sostenible si no cumplimos con los derechos del niño de hoy’.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=217970&SEO=pobreza-afecta-al-77-por-ciento-de-los-ninos-hondurenos-segun-unicef
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España: «Decepción» entre las ONG de infancia por el «escaso impacto» del acuerdo en la reducción de la pobreza

Redacción: Info Libre

  • La Plataforma de Infancia apunta que son conscientes de las limitaciones presupuestarias, pero que consideran «posible e imprescindible mejorar la inversión en los niños y niñas más pobres y vulnerables»
  • La asociación ha escrito una carta a Sánchez y a Iglesias para instarles a revisar el acuerdo y a mejorar la prestación por hijo a cargo, de forma «contundente», en cobertura y cuantía

La Plataforma de Infancia pide al Gobierno que su compromiso con la pobreza infantilse refleje en los Presupuestos Generales del Estado 2019. Considera que es «muy pequeño» e «insuficiente» el incremento en medidas de política social, informa Europa Press.

«Estamos muy decepcionados con este acuerdo por el escaso impacto que tendrá para reducir la pobreza infantil. Somos conscientes de las limitaciones presupuestarias, pero consideramos posible e imprescindible mejorar la inversión en los niños y niñas más pobres y vulnerables», apuntan.

Por ello, han escrito una carta a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias para instarles a revisar el acuerdo propuesta y a mejorar la prestación por hijo a cargo, de forma «contundente», tanto en cobertura como en cuantía.

«La pobreza infantil es el principal reto de España, no sólo por su magnitud, con más de 2,4 millones de niños y niñas en riesgo de pobreza y exclusión, sino también por elimpacto presente y futuro que tiene para estos niños y niñas y para la sociedad en su conjunto», afirma el presidente de esta plataforma, Adolfo Lacuesta.

Fuente: https://www.infolibre.es/noticias/politica/2018/10/11/decepcion_entre_las_ong_infancia_por_escaso_impacto_del_acuerdo_reduccion_pobreza_87671_1012.html

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Alemania: más de 4 millones de niños viven en la pobreza

Europa/Alemania/23 Agosto 2018/Fuente: Bajo palabra

Según el presidente de esta organización, Heinz Hilgers, el gobierno federal no ha hecho lo suficiente para combatir la pobreza infantil.

La Asociación de Protección Infantil (DKSB) destacó hoy en esta capital que 4.4 millones de niños viven en situación de pobreza en Alemania, cifra mayor a la estimada en 1.4 millones.

La asociación calificó esas cifras de ser un “certificado de pobreza para un país rico”, en el sentido de que el país se merece una mala calificación porque muchos de sus niños viven en esas condiciones.

Según el presidente de esta organización, Heinz Hilgers, el gobierno federal no ha hecho lo suficiente para combatir la pobreza infantil.

Además, “la forma como se elaboran las estadísticas no siempre coincide con la realidad, dado que muchas familias se pierden en los procesos burocráticos y no pueden recibir ningún tipo de ayuda”.

Existe por ejemplo la posibilidad de recibir una cantidad superior a la media de la prestación social llamada Hartz IV si se detectan situaciones de pobreza extrema.

La realidad es que sólo un 50 por ciento de los que tendrían derecho a recibirla la gestiona, cosa que se traduce en 850 mil menores de 18 años que se quedan con menos recursos en su día a día. También se suman a la cifra los 190 mil niños con padres o madres desempleadas que no reciben ninguna prestación.

La Asociación de Protección Infantil tiene registrados a tres millones de niños que reciben ayudas sociales por estar en el umbral de la pobreza.

A estos tres millones deben sumarse aquellas familias que reciben otro tipo de prestaciones (Hartz IV, ayudas a la vivienda, ayudas extra para la crianza), pero que no quedan oficialmente registradas como pobres.

El hecho de que ahora se hayan publicado estas cifras es consecuencia de una pregunta del partido de Los Verdes al gobierno de la canciller federal, Ángela Merkel, el pasado mes de junio.

Las preguntas al gobierno por parte de las fracciones legislativas de los partidos con representación en el Bundestag (Parlamento) son un procedimiento parlamentario de gran relevancia. Solo así salen a la luz determinadas informaciones.

Estas cifras también coinciden con la petición de este miércoles de la Asociación Alemana de Ciudades, que pide una mayor participación económica del gobierno federal en los anticipos para familias con niños y pocos recursos.

El gobierno federal paga el 40 por ciento y el resto debe abonarlo cada región federal. Desde el verano de 2017, existe la posibilidad de solicitar anticipos si se vive en una familia monoparental, se tienen hijos menores de 18 años y la pareja no abona ningún tipo de pago o manutención mensual.

Antes de 2017, el límite eran los 12 años. Esta medida contribuye a menguar el riesgo de pobreza infantil. Unos 700 mil niños se benefician de que ahora también sean abarcados por las estadísticas oficiales.

Fuente: https://bajopalabra.com.mx/alemania-mas-de-4-millones-de-ninos-viven-en-pobreza

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Pobreza e injusticia con nuestros niños

Por Miguel Ángel Rodríguez

 

El VIII Informe Estado de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia en Costa Rica presentado recientemente por UNICEF nos indica: “El país todavía enfrenta problemas de equidad que se reflejan en la pobreza infantil y disminución del acceso a bienes y servicios en la población, las desigualdades afectan con mayor fuerza a las niños, niños y adolescentes que viven en zonas rurales, costeras y fronterizas.”(Destacado es del original) Y en su informe de labores de 2017 UNICEF señala: “Entre los retos que tiene el país para lograr que las niñas, niños y adolescentes ejerzan plenamente sus derechos, está que las instituciones encargadas de liderar las acciones para la niñez y la adolescencia logren una mayor coordinación y mejoren el alcance de las políticas y las leyes existentes que promueven los derechos de esta población, y que progresivamente se reduzcan las desigualdades que todavía les afectan”.

Esas afirmaciones que se dan a pesar de los logros de Costa Rica en temas de educación y salud me movieron a revisar el programa en contra de la pobreza infantil del primer ministro del Reino Unido Tony Blair y las cifras de pobreza de niños y adolescentes en nuestro país.

El primer ministro Blair en 1999 anunció un compromiso del gobierno con la reducción de la pobreza infantil con metas específicas para varios periodos a fin de erradicarla en 2020, a cuyo fin el Parlamento aprobó la Ley de Pobreza Infantil. El Primer Ministro indicó que erradicar la pobreza infantil era el mejor mecanismo para crear igualdad de oportunidades y romper la trampa de la pobreza.

En la primera década de aplicación de este compromiso, que ciertamente coincidió en buena parte con años de buen crecimiento económico, se aplicaron medidas como ayudas en créditos de impuestos a las familias con niños, incentivos para promover el trabajo de los padres, educación temprana y una agenda de cooperación interinstitucional para dar apoyo a la niñez. En esos años la tasa de pobreza infantil se redujo muy significativamente y las metas se sobrepusieron a cambios de partido en el gobierno, a la Gran Recesión y a nuevas iniciativas de políticas para la niñez.

El éxito del programa se dio porque se establecieron metas relacionadas con las políticas económicas y sociales que tomaron en cuenta el crecimiento, la estabilidad económica y el desarrollo de otros programas sociales; con objetivos de corto y mediano plazo y que usaron instrumentos de educación, salud, capacitación, empleo y transferencias sociales.

Los informes de UNICEF sobre la situación de la niñez en nuestro país, los datos de matricula en los dos años de preescolar y la evolución de la pobreza infantil deben movernos a la reflexión y a la acción para establecer, aprobar y ejecutar metas que sobrevivan cambios de gobierno y de políticas, y que logren disminuir significativamente el flagelo de la pobreza de niños y adolescentes.

En los primeros cinco años de vida se basa el desarrollo posterior de la persona, pues se configura la gran mayoría de las conexiones y funciones del cerebro, y se condicionan las capacidades del adulto. Además la educación es un proceso acumulativo que construye sobre los conocimientos ya adquiridos.

Por eso en 1998-2002 establecimos un segundo año de educación preescolar para los niños de cinco años y lanzamos un programa para incentivar a los padres a estimular a sus infantes de cero a cinco años.

Para los niños de cinco años la escolaridad ya fue del 26,4% en 2002 y para los de seis años subió 6,6 puntos al pasar del 81,2 en 1998 al 87,8% cuatro años después. En los 13 años siguientes solo aumento 3,2 puntos para llegar en 2015 al 91,0%.

El programa De La Mano brindó a las familias de escasos recursos la información, capacitación y materiales necesarios para la estimulación temprana de sus hijos.

Para los niños de cinco años la cobertura sigue siendo insuficiente (64,1% bruta en 2015) y para los de seis años la proporción de la población cubierta que —alcanzó su máximo en 2008— ha venido disminuyendo. No se logró aprovechar la merma demográfica en la población de seis años para incrementar la proporción de cobertura. En 2015 la escolaridad bruta de estos niños era menor a la que ya se había alcanzado en 2003 y que siguió creciendo hasta 2008.

Para peores la falta de educación preescolar es mayor entre las familias que por su pobreza más la necesitan. El VI Informe sobre la Educación de Estado de la Nación investiga y nos dice: “se presentan diferencias en la cobertura de Interactivo II (cinco años de edad) y Transición (seis años de edad) de niños y niñas provenientes de distintos quintiles de ingreso. Específicamente, el gráfico 5 muestra una disminución desde el año 2010 en el acceso a la educación preescolar para los niños de familias en los quintiles I y II, con algunas pequeñas fluctuaciones entre año y año. Mientras para el año 2010 el 40,79% de los niños y niñas provenientes de los dos primeros quintiles se encontraban matriculados en los niveles Interactivo II y Transición, para el 2015 ese porcentaje bajó al 34,19%. En contraste, se observa una tendencia creciente en la asistencia de niños de familias en los quintiles IV y V. Mientras que el porcentaje de matrícula para los dos quintiles más altos fue de 37,62% durante el 2010, éste llego a 43,86% en el 2015 para los niveles de Interactivo II y Transición.” Además indica: “mientras en los hogares con climas educativos altos aumenta la cantidad de niños y niñas de menos de 4 años que asisten al sistema educativo, en los climas educativos medios y bajos esta asistencia se mantiene constante desde el año 2006”

Los datos de pobreza son apabullantes:

La proporción de costarricenses en pobreza no extrema de cero a cinco y de seis a 15 años de edad es mucho mayor a la de quienes son mayores a esa edad. En promedio de 1990 a 2017 entre los niños de cero a cinco años la pobreza no extrema fue del 20,7%, entre los de seis a 15 del 21,6% mientras entre los mayores fue de 13,2%. De manera similar la pobreza extrema golpea más a los menores, pues entre los menores de cinco años es de un 9,7%, entre los costarricenses de seis a 15 es del 9,6% y entre los mayores de 15 es de solo poco más de la mitad (5,1%)

Además la mayor pobreza de los niños aumenta en los últimos años, incluso si solo se toman los datos a partir de 2010 cuando se produce un cambio en la metodología de la Encuesta de Hogares que genera esta información del INEC.

A pesar de la crisis fiscal y de la desaceleración de la economía, este es un problema que no podemos dejar de lado ni posponer. Urge un gran acuerdo nacional que establezca metas y nos obligue y permita reducir la pobreza infantil y romper el círculo en el que la pobreza nos tiene entrampados.

Fuente del artículo: https://www.larepublica.net/noticia/pobreza-e-injusticia-con-nuestros-ninos

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Que la pobreza no te afecte en verano

Por: Saray Marqués

En los últimos días el Gobierno ha anunciado un aumento de presupuesto para enfrentar la pobreza infantil. Se cuentan por miles las niñas y niños que no saldrán de vacaciones y pasarán muchas horas solos en las próximas semanas.

“En un tiempo record” el Gobierno anunciaba el viernes 29 de junio, en Consejo de ministras y ministros, un programa, Veca, que se ha convertido en la primera medida de choque contra la pobreza infantil. En España hay 2,1 millones de niños en riesgo de pobreza –un 28,1% de los menores de 16 años– y, de ellos, 375.000 no tienen garantizada una alimentación sana ni pueden acceder a actividades como campamentos o colonias en el verano. A este grupo, el que presenta mayor riesgo de pobreza en España, se le dedica esta iniciativa, que se materializará en una disposición adicional en los PGE con 10 millones de euros más –con lo que se duplica la partida actual, de 5 millones– para apoyar a las comunidades autónomas y ayuntamientos que, en colaboración con diversas entidades, intentan paliar este déficit que los niños y niñas más vulnerables padecen durante los meses de vacaciones.

La ministra de Educación y FP y ministra portavoz, Isabel Celaá, no puso cifra a los niños y niñas actualmente atendidos dentro de este tipo de programas, que garantizan tres comidas diarias y un ocio de calidad, aunque sí afirmó que este incremento del presupuesto permitirá llegar a más del doble de destinatarios que hasta ahora y, desde luego, “a todos los que cumplan los requisitos de carencia severa” –esos 375.000–. El Gobierno, de hecho, no cierra la puerta a ampliar el presupuesto en función de las necesidades que se detecten: “Si hemos de gastar un millón de euros más, lo haremos. No podemos permitirnos que los derechos de los niños estén tan desprotegidos”, remachó Celaá.

Se evitarán así los “efectos dramáticos” en los más pequeños, esos niños y niñas de entre 4 y 6 años que pueden llegar en septiembre a la escuela con “hasta cuatro kilos menos”, aseveró Celaá, y se proporcionará a los más mayores, hasta los 16 años, más alternativas de tiempo libre, ampliando sus horizontes, muy limitados en sus hogares y sus barrios.

Se trata de la primera iniciativa de la primera Alta Comisionada para la Lucha contra la Pobreza Infantil de España, María Luisa Carcedo, que un día antes anunciaba que contará con el sociólogo de la Universidad de Zaragoza y editorde Agenda Pública, Pau Marí-Klose, como director de Infancia.

La experiencia de la crisis

La necesidad de contar con una alternativa menos precaria, “digna”, en palabras de la vicepresidenta Carmen Calvo, para estos niños y niñas durante los meses de verano está en agenda desde los años más crudos de la crisis. En 2014, la Defensora del Pueblo apelaba a las comunidades autónomas a abrir los comedores escolares en verano para atender a los menores en situación de mayor vulnerabilidad, tras sendas experiencias piloto en verano de 2013 en Canarias, donde los ayuntamientos colaboraban con la Consejería de Educación y la de Empleo para permitir que 182 centros abrieran sus comedores en verano, y Andalucía, que aseguraba tres comidas al día a 4.000 menores dentro de su plan extraordinario de solidaridad y garantía alimentaria.

También en 2014, desde el Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales se destinaban 17 millones a apoyar a las comunidades con proyectos similares –que, por ejemplo, en el caso canario supone una inversión de 1,1 millones de euros al año–.

Cuatro años después, con esta partida reducida a un tercio -hasta el anuncio del plan Veca, que la eleva hasta los 10 millones- también en una comunidad pionera como Canarias se ha visto caer el número de inscritos en los comedores escolares y talleres lúdicos de verano. Si en 2014 eran 4.000, este año son poco más de 2.000 los alumnos matriculados para los meses de julio y agosto. Pero la medida sigue siendo necesaria y, mientras lo sea, se seguirá prestando, advierten sus promotores.

Antes del anuncio del programa Veca, diversas voces habían reclamado, en este sentido, que no se baje la guardia en esta batalla. Así, desde CCOO se había comenzado la semana recordando a los “casi 600.000 menores” en situación de vulnerabilidad que se “quedarán sin la posibilidad de acceder al comedor escolar y a actividades educativas y sociales que complementen su educación”. El sindicato reivindicaba “el centro escolar como ámbito de socialización y de vida digna” para esos niños y niñas y apremiaba a las administraciones educativas a “mantener los centros abiertos en verano con un proyecto educativo y sociocultural suficiente y una inversión acorde a las necesidades de la infancia en situación de pobreza”, a través de “políticas públicas coordinadas entre las administraciones centrales, autonómicas y municipales”.

En su alegato, CCOO se hacía eco del que viene siendo un recordatorio estacional de la ONG Educo. Suya es la cifra de 580.000 niños y niñas que, finalizado el curso escolar, no cuentan ni con la posibilidad de un espacio seguro donde disfrutar las vacaciones ni con la de al menos una comida completa al día.

Los sin vacaciones

En sus informes periódicos, Educo, que desde 2013 cuenta con sus propias becas de comedor en verano –las cuales han recibido un 33% más de solicitudes este año y han servido para repartir más de dos millones de comidas en este tiempo– ha ido retratando la realidad de estos niños de la llave, que lo son también durante los meses del curso, y que tienen todas las papeletas para unas limitadas expectativas vacacionales. Así, según una encuesta de Educo, en verano de 2017 el 60% de las familias en riesgo de pobreza que tenían trabajo, con hijos de tres a 16 años a cargo, no se fueron de vacaciones al menos de una semana al año.

Los informes de Educo hablan de trabajadores pobres –el 14,5% de la población asalariada–, que, por el hecho de contar con un trabajo, muchas veces se quedan fuera de determinadas ayudas, para los que precisamente el verano es temporada alta, con lo que conciliar en los meses en que sus hijos pasan más tiempo en casa es aún más difícil. O de padres y madres que no pueden permitirse los campamentos o talleres en verano, aunque la beca sufrague el 75% y se queden en 20 euros a la semana: un 41% de los niños que no se pudieron permitir participar aseguran que fue porque suponía un gasto imposible de asumir por la familia. Y hablan también de esos niños que se quedan en casa viendo la tele o absortos en internet o, si salen a la calle, “se agarran a un clavo ardiendo”, tomando como referente al primero que pillan, en palabras de Roger Caro, de Fundación Ítaca.

Y constatan una brecha. Si vives en un hogar en riesgo de pobreza, tendrás menos probabilidad de asistir a actividades en verano: El 44% de niños y niñas en esta situación, con sus padres trabajando, no acudió a ninguna en verano de 2017. Los que sí acudieron fueron sobre todo menores de 13 años y disfrutaron de estas actividades 9 días, de media. En cambio, si vives en un hogar sin estrecheces, no solo aumenta la probabilidad de haber acudido a campamentos o colonias –solo el 29% no lo hizo- sino que esta es mayor si eres adolescente y los días de disfrute pasan de 9 a 16.

También se posan sobre los efectos de los recortes: “Los recursos que existen que han sido recortados no llegan a todos los que se lo merecen porque tienen una situación adversa. Los criterios que se utilizan son restrictivos, y acaban cubriendo a los que más, más, más lo necesitan, pero hay una base muy amplia que se queda en ese limbo que no está suficientemente atendida (…), denuncia Elisenda Guedea, desde FAPAC.

Y se centran, en definitiva, en lo que Educo define el impacto relacional de la pobreza en la infancia y la adolescencia, pues la escasez no lo es solo de recursos económicos, sino de tiempo y de relaciones de apoyo, familiares y sociales. En sus informes, se hacen eco de los análisis de Carme Montserrat, del Instituto de Investigación sobre Calidad de Vida de la Universitat de Girona, para quien proporcionar a todos los niños en situaciones socioeconómicas difíciles el acceso a este tipo de actividades en verano es una medida compensatoria que, además de redundar positivamente en su salud, su autonomía personal, su rendimiento escolar y sus relaciones interpersonales, en definitiva, el bienestar general de estos menores, lo hace, sobre todo, en el bienestar subjetivo.

Diversos expertos insisten en que estas actividades recreativas, con comida incluida, no son un lujo sino una necesidad para estos niños y niñas, que el acceso al tiempo de ocio se trata de un espacio de protección para la infancia. Así, Maria València, de la Fundació Pere Tarrés, advierte de que “Para los niños que viven en contextos difíciles, rodearse de adultos que muestran una estabilidad y establecer con ellos vínculos afectivos positivos es mucho más saludable que pasar 14 semanas tumbados en el sofá con unos referentes desestructurados”.

El verano es una oportunidad para no desaprender o, mejor, para seguir aprendiendo. Lo constataba recientemente una investigación del Institut Català d’Avaluació de Polítiques Públicas (Iválua) a cargo de Miquel Ángel Alegre, jefe de proyectos de la Fundació Jaume Bofill, sobre el programa Èxit Estiu, que, aplicado durante el mes de julio los últimos cinco años en 50 institutos de Barcelona, ha demostrado incrementar un 12% las probabilidades de promocionar de los 2.000 alumnos de ESO participantes, con riesgo de convertirse en repetidores.

Medidas como esta pretenden rebajar los efectos del llamado verano del olvido, que penaliza sobre todo a los estudiantes de entornos más desfavorecidos, como se ha venido demostrando desde la década de los setenta en EEUU. De hecho, investigadores como Smith y Brewer atribuyen a las vacaciones estivales (de 11 semanas de duración en el caso de España) un desfase de tres meses (por año) en estos estudiantes con respecto a sus pares con entornos más estimulantes.

La respuesta de las organizaciones

Es por este importante efecto compensador de las desigualdades de estos programas en verano que las organizaciones de infancia valoran el Veca. Desde Unicef, Gabriel González-Bueno, especialista en políticas de infancia, reconoce que, siendo los programas de ocio, tiempo libre y comedor durante los meses de verano competencia autonómica y local, el Estado, con esta dotación extra de recursos, puede reforzarlos.

“Informes como los de Educo se centran en la realidad de miles de niños que se pasan las tardes durante el curso en casa solos, porque la incapacidad económica de la familia obliga a los padres a trabajar en esos tiempos, sin alternativa de cuidados. Y su situación se agrava en verano. No se van de campamentos ni de vacaciones, y no por elección propia, y pasan aún más tiempo solos, con el consiguiente desorden de horarios desde edades tempranas, con los hermanos mayores cuidando de los pequeños…” comienza. Ante esto, recalca, este tipo de programas ejercen como alivio: “Pero desde Unicef constatamos que nos encontramos muchas veces ante medidas de urgencia, a corto plazo, coyunturales, y apostamos no tanto por este tipo de servicios [apertura del comedor escolar estos meses completada con talleres lúdicos] sino por dotar a las familias de recursos suficientes para que sean ellas las que elijan sus soluciones durante el verano, si sus hijos van al campamento o no, como cualquier otro niño. Los servicios que se ofrecen en los colegios no son malos, pero lo vemos como algo limitado, puntual, cuando la lucha contra la pobreza requiere un abordaje en general”.

Sí, el indicador que mide la situación de pobreza o exclusión social (At Risk of Poverty and/ or Exclusion, AROPE) tiene en cuenta entre sus ítems la posibilidad de poder pasar fuera del hogar de residencia al menos una semana al año. Y en España, según la reciente Encuesta de Condiciones de Vida del INE, un 32% de hogares con niños de menos de 17 años no puede permitírselo –con variación desde el 23% del País Vasco al 45% de Extremadura-. Por tanto, González-Bueno ve positivo que desde el Gobierno se intente ayudar con una mayor partida a las instituciones y organizaciones que en los últimos años han multiplicado sus iniciativas para ofrecer una alternativa de ocio durante los meses de verano –en el caso de los niños el AROPE considera ir una semana a algún sitio nuevo o una segunda residencia, a casa de un amigo/ familiar/ vecino o de campamento-, pero esperan algo más.

El hecho de que se haya creado un Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, así como las personas elegidas –María Luisa Carcedo, con un perfil más político, y Pau Marí-Klose, más académico- les hace albergar esperanzas de que la política de infancia devenga en política de Estado: “No se podrá con estos PGE, pero es importante que se vaya abriendo ya un diálogo amplio en esta materia”.

Como Unicef, otras organizaciones de infancia proponen una prestación por hijo a cargo de 1.200 euros al año, frente a los 291 euros de ahora, y cambiar los umbrales para acceder a ella, de forma que llegue a las familias de los 2,1 millones de niños en riesgo de pobreza en España. Es el caso de Save the Children, que reclama continuidad en los planes de choque para la lucha contra la pobreza infantil para que de verdad tengan impacto, y hace constar la aspiración a un 2,4% del presupuesto para políticas de familia e infancia, en línea con la media europea: “La pobreza infantil solo puede combatirse con inversión y los niños han sido los más olvidados en los PGE de los últimos años. Es urgente dotar los planes de lucha contra la pobreza infantil del presupuesto necesario si no queremos ver cómo los niños y niñas más vulnerables siguen heredando la pobreza de sus hogares”, señala Andrés Conde, director de Save the Children España.

También desde Educo se aplaude el programa Veca por permitir que más niños y niñas disfruten este verano de las vacaciones, pero se reconoce que “queda mucho por hacer” y se subraya la importancia de “impulsar modelos de conciliación adecuados para las familias con niños a cargo”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/07/02/que-la-pobreza-no-afecte-en-verano/

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