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Niños de pueblos indígenas de México recibirán educación por radio en medio de COVID-19

América del Norte/México/26-04-2020/Autor(a) y Fuente: spanish.xinhuanet.com

Las autoridades mexicanas dijeron este viernes que se implementará una estrategia radiofónica, con el fin de acercar la educación a los niños y las niñas de los pueblos indígenas en medio de la pandemia de la COVID-19.

El secretario de Educación Pública (SEP, ministerio) de México, Esteban Moctezuma Barragán, precisó que esta estrategia se debe a que los infantes carecen y no cuentan con computadoras, tablets o celulares en sus comunidades, con los que puedan acceder a internet para unirse a grupos de clases en línea.

El objetivo, ahondó en un comunicado oficial, es integrar una barra programática de lunes a viernes, en 18 estaciones del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), y de la Red de Radiodifusoras Comunitarias e Indígenas, además de un espacio nocturno en siete estaciones en la frecuencia FM, aunque por lo pronto se irán programando en las diferentes comunidades.

Moctezuma Barragán detalló que el programa tiene 5 ejes: lectura y escritura; salud; cultura ciudadana; medio ambiente; y actividades prácticas con pertinencia cultural y lingüística.

«Los programas tendrán contenidos propios de las comunidades del área de cobertura de cada radiodifusora y se transmitirán en lenguas indígenas, con un enfoque intercultural para promover el aprendizaje colaborativo; el respeto a las opiniones; el desarrollo de habilidades cognitivas; la disciplina para realizar actividades educativas diariamente y la valoración de la lengua y cultura locales», destacó.

Además, dijo que para esta serie radiofónica se elaborarán 300 guías, con duración de 30 minutos, que incluyen actividades para grupos específicos como juegos y ejercicios que favorecen la psicomotricidad de los niños de 2 a 6 años de edad, así como orientación para madres y padres de familia para mejorar sus hábitos alimenticios.

La Estrategia Radiofónica para Comunidades y Pueblos Indígenas, forma parte del Programa «Aprende en Casa», implementado por la institución y el Gobierno federal, ante la contingencia sanitaria por la COVID-19 en México.

El pasado 23 de marzo el Gobierno de México implementó la denominada «Jornada Nacional de Sana Distancia», que estipula la cancelación de clases en todos los niveles, desde básico hasta superior.

Además estipula la cancelación de actividades públicas y privadas no esenciales y el trabajo desde casa, principalmente entre los grupos más vulnerables, que son las personas de 65 o más años, personas con males crónicos y mujeres embarazadas o en lactancia.

La jornada concluiría inicialmente el pasado 20 de abril, aunque el Consejo decidió dejar hasta el último día de mayo, dado el aumento de propagación del virus, que ya se ha cobrado la vida de 1.221 personas y acumula 12.872 casos confirmados.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-04/25/c_139006868.htm

Imagen: REBECA CRUZ GALVAN en Pixabay

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Joven salvadoreño sube a la copa de un árbol para no perder sus clases virtuales

Redacción: Panorama

La semana pasada, el presidente Nayib Bukele publicó unas fotos de Contreras siguiendo atentamente sus clases con los implementos de siempre y un tapabocas.

Seis años atrás, cuando el joven salvadoreño Alexander Contreras sembró, junto a su padre, un árbol de guaba al lado de su casa, jamás imaginó que le serviría para algo más que sombra y comida.

Pero desde que el Gobierno suspendió las clases hace poco más de un mes para evitar la propagación del coronavirus, Contreras, de 20 años, tenía que trepar a la copa del árbol para conseguir la señal necesaria que no obtenía en su casa y, así, poder seguir con sus clases universitarias por internet.

“Luego de verme frustrado, yo decía: ‘no voy a aprender, se me va a pasar el tiempo, voy a dejar una materia, puedo hasta como perder el año’”, se lamentó el estudiante de comunicaciones al pie del árbol, en su hogar de adobe y piso de tierra, donde vive con sus papás y cinco familiares más, en el humilde municipio Atiquizaya, a unos 84 kilómetros al oeste de San Salvador.

“Dije: ‘Tengo que buscar una solución’ y, gracias a Dios, la encontré. Vi el árbol y pensé: ‘Si me subo a lo más alto probablemente me va a llegar la señal”, relató Contreras.

Sin embargo, el joven confesó que la señal no mejoró demasiado, pero que no tenía otra alternativa.

Desde entonces, de lunes a jueves, acompañado de un paraguas celeste, su teléfono celular y unos audífonos, el joven trepaba el árbol con destreza y reposaba su delgado cuerpo entre dos ramas por hasta cuatro horas, mientras tomaba sus lecciones de diseño, prensa escrita, elaboración de guiones y marketing.

“Un poco más cómodo”

La semana pasada, el presidente Nayib Bukele publicó unas fotos de Contreras siguiendo atentamente sus clases con los implementos de siempre y un cubrebocas y le ordenó a su secretario de Innovación, Vladimir Handal, contactar al joven.

“Conéctenle un dispositivo con buena señal y ancho de banda, gratuito. Díganle que lo felicito”, escribió Bukele en su cuenta de Twitter. La publicación ha logrado más de 56,000 “likes” en un país de 6,4 millones de habitantes, donde casi la mitad de la población no tiene acceso a internet.

Y, desde esta semana, el joven ya no tiene que subir al árbol para atender sus clases ya que el gobierno de Bukele le hizo llegar un dispositivo wifi, una computadora portátil y un celular con los que puede seguir sus estudios desde su sala.

Personas de todas partes del país, al ver su foto en la publicación del mandatario, le hicieron otros obsequios: un escritorio, una silla, una lámpara y un ventilador para combatir el abrasador calor, dijo el joven universitario.

“Estar allá arriba es muy incómodo. Estar sentado tanto tiempo (…) aguantando sol, aguantando calor. Ya voy a poder estar un poco más cómodo”, comentó Contreras.

Fuente: https://www.panorama.com.ve/novedades/Joven-salvadoreno-sube-a-la-copa-de-un-arbol-para-no-perder-sus-clases-virtuales-20200422-0044.html

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ONU: El mundo está al borde de una pandemia alimentaria

Redacción:  CHISPA

La ONU solicita la cooperación del mundo entero para frenar la crisis económica provocada por la pandemia del Coronavirus.

El director del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas advirtió el martes pasado que mientras el mundo se enfrenta a la pandemia del coronavirus, también está “al borde de una pandemia alimentaria” que podría desencadenar “múltiples hambrunas de proporciones bíblicas” en unos cuantos meses en caso de que no se implementen medidas de inmediato.

David Beasley, director general del Programa Mundial de Alimentos, dijo al Consejo de Seguridad de la ONU que incluso antes de que el COVID-19 se convirtiera en un problema, ya había informado a los líderes mundiales que “2020 enfrentaría la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial”. Eso se debe a los conflictos armados en Siria, Yemen y otras partes, las plagas de langostas en África, los frecuentes desastres naturales y crisis económicas, incluyendo Líbano, Congo, Sudán y Etiopía, indicó.

Beasley dijo que actualmente 821 millones de personas se van a dormir con hambre todas las noches a nivel mundial, y otros 135 millones enfrentan “niveles de hambre críticos o peores”, y que un nuevo análisis del Programa Mundial de Alimentos muestra que como resultado del COVID-19, otros 130 millones de personas “podrían verse empujados al borde de la inanición hacia finales del año”.

A través de un informe en video, informó que el programa que encabeza está proporcionando alimentos para casi 100 millones de personas prácticamente a diario, incluyendo “unos 30 millones de personas que, literalmente, dependen de nosotros para permanecer con vida”.

Beasley, quien se encuentra recuperándose de COVID-19, dijo que si no se puede llegar a esos 30 millones, “nuestros estimados muestran que 300.000 personas podrían morir de hambre a diario durante un periodo de tres meses”, eso sin incluir el incremento de hambruna a causa del coronavirus.

“En el peor de los escenarios, podríamos registrar inanición en alrededor de 30 países y, de hecho, en 10 de esos países ya tenemos a más de un millón de personas que están a punto de morir de hambre”, comentó.

Según el Programa Mundial de Alimentos, los 10 países con las peores crisis alimentarias en 2019 fueron: Yemen, Congo, Afganistán, Venezuela, Etiopía, Sudán del Sur, Siria, Sudán, Nigeria y Haití.

Beasley dijo que en muchos de los países, la crisis alimentaria es resultado de conflictos armados.

Pero señaló que habló de la posibilidad de una “pandemia alimentaria” porque “también existe el peligro real de que más personas puedan morir por el impacto económico del COVID-19 que por el virus en sí”.

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¿Por qué rompen la cuarentena en algunos países de Latinoamérica?

América Latina/19-04-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Sectores de la población no han cumplido con la cuarentena, implementada por algunos Gobiernos de la región, al no tener alimentos ni ayudas económicas para cubrir sus necesidades durante este período.

En medio de las medidas de aislamiento social para contener el nuevo coronavirus, distintos países de América Latina viven jornadas de protestas para exigir a sus respectivos Gobiernos mayores garantías alimentarias y de protección.

Sectores de la población no han podido cumplir con la medida preventiva de la cuarentena, implementada por algunos Gobiernos de la región, al no tener los recursos indispensables para cubrir sus necesidades durante este período.

Quienes ante la pandemia perdieron sus trabajos, no pueden comprar los implementos necesarios para permanecer en casa, pues también desaparecieron sus ingresos y no cuentan con ayuda económica o bonos alimentarios.

En países como Colombia, Brasil, Bolivia y Perú se han registrados protestas, bloqueos de calle, cacerolazos, entre otras acciones, para reclamar las condiciones adecuadas que les permitan resguardarse en sus hogares y evitar más contagios.

Colombia

En la capital colombiana de Bogotá se han presentado protestas contra las autoridades nacionales y locales para exigir ayudas económicas y alimenticias. Esta situación también se registra en otras localidades como Cali, mediante cacerolazos para que sus necesidades sean atendidas.

El Gobierno de Iván Duque anunció, en marzo pasado, que más de 2 millones de familias serían beneficiadas con ayudas superiores a los 330.000 pesos (80 dólares aproximadamente) para enfrentar la crisis, con el objetivo de «proteger» a más de 10 millones de colombianos, los más vulnerables.

Sin embargo, luego de 23 días de haber iniciado la cuarentena en esa nación, sectores de la población han salido a la calle para exigir a Duque las ayudas prometidas por los diferentes distritos, ya que aún no las han recibido.

Hernán Tobar@HernanTeleSUR

En medio de la cuarentena las familias vulnerables del sur de Bogotá Colombia, que vivian del rebusque, se han tomado las calles y han bloqueado las vías, exigiendo ayudas por parte del gobierno, aseguran que no tienen otra alternativa para no morir hambre. @teleSURtv

Video insertado

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Perú

El Gobierno de esa nación ha decretado multas de altas cuantías a quienes no cumplan con la inmovilización social, sin embargo, los sectores más vulnerables de la sociedad fueron perjudicados ante estas medidas de confinamiento.

Al respecto, la mayoría de los trabajadores informales no califican para los subsidios o entrega de alimentos de las autoridades, y deben continuar saliendo a las calles a buscar formas de ganar su sustento.

Verónica Insausti@Insausti_tlSUR

Diferencia abismal entre la ayuda que da gobierno de @MartinVizcarraC a sistema financiero y empresas respecto a los trabajadores, 70%de ellos, independientes. @AnahiDurandG lo explica. @teleSURtv

Video insertado

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Además, integrantes de comunidades indígenas peruanas han alertaron que no trabajan desde que empezó el aislamiento social, lo que significa que más de 370 familias están pasando hambre, pues no han recibido el bono de 108 dólares que prometió el presidente Martín Vizcarra al comenzar la pandemia.

Bolivia

Las familias bolivianas que viven de pequeños negocios de ventas en las calles o trabajan en otras residencias se han visto sin fuentes de ingresos y sin respaldos económicos.

Los habitantes de la ciudad de El Alto, en el departamento de La Paz, desoyeron la cuarentena para buscar alimentos, ya que no cuentan con los insumos necesario para permanecer en sus hogares.

Por su parte, vecinos del distrito 15 zona sur de Cochabamba salieron, a principios de este mes, a las calles para demandar al Gobierno de facto que garanticen sus derechos, ya que no tenían alimentos ni recibían los bonos ofrecidos por las autoridades. «Tenemos hambre, tenemos hambre», exclamaban durante la movilización.

Tras el golpe de Estado contra Evo Morales, el Gobierno de facto ha implementado políticas en retroceso de los beneficios y derechos sociales ofrecidos por la gestión anterior, lo que agrava la situación del país en medio de la actual pandemia.

Brasil

Pese a que el Gobierno de Jair Bolsonaro se ha negado a tomar las medidas preventivas necesarias para contener los contagios, varios gobernadores decidieron atender las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), implementando cuarentenas en sus respectivas entidades, como Sao Paulo y Río de Janeiro.

Por su parte, movimientos sociales y comunidades campesinas del estado de Paraná (sur) donaron 35.000 kilos de alimentos para aquellas perso3nas que se encuentren en situación de vulnerabilidad social en ocho ciudades.

Desde hace más de un mes, en las principales ciudades brasileñas se realiza a las 20H30 (hora local) un cacerolazo en contra de Bolsonaro y de su gestión frente a la pandemia por la Covid-19, que ha dejado hasta el momento más de 33.600 contagios y más de 2.141 muertes.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/coronavirus-paises-latinoamerica-cuarentena-necesidades-ayudas-20200417-0021.html

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Qué la pandemia no agrave los sufrimientos populares

Por Julio C. Gambina

Antes de la pandemia por el coronavirus la situación de la mayoría de las trabajadoras y los trabajadores, las/os regularizadas/os o las/os que no lo están, las/os activas/os y pasivas/os, era grave, en términos de ingresos y acceso a derechos. Es una característica de este tiempo del capitalismo y la ofensiva capitalista, neoliberal, construida desde la salida de la crisis de los setenta del siglo pasado, que se manifiesta en caída de los salarios e ingresos populares, flexibilización y precariedad laboral, con empobrecimiento ampliado de los de abajo. La tendencia, más allá de algunos intentos por contener los regresivos efectos sociales, en el país y en el mundo, confirma un retroceso en las condiciones de vida de la mayoría social por casi medio siglo, y con impacto negativo sobre la naturaleza, afectada por el extractivismo exacerbado y el saqueo de los bienes comunes.

Esa “normalidad” no nos satisfacía y no queremos a ella volver, sin embargo, la presencia del virus corona y agrava los efectos regresivos sobre la población empobrecida, incluso, afectando a sectores de ingresos medios y altos, que claman contra ciertas medidas preventivas de aislamiento. El tema es el cierre parcial, bastante extendido, de esferas de la producción y la circulación de bienes y servicios, con su impacto limitante en el acceso a la satisfacción de necesidades elementales. Volver a la normalidad es el reclamo que se instala en cierto “sentido común”. Nos parece interesante discutir el tema relativo a que “normalidad” es aquella a la que se pretende volver. Por ejemplo, en aras de la “normalidad” se negocian salarios a la baja para mantener empresas, afectando desde el 30 al 70% de los ingresos salariales previos a la pandemia. Es sin duda un ajuste, tal y como ocurre con el ascenso de los precios, especialmente de los alimentos, medicamentos y otros bienes y servicios que integran la canasta básica. Para el caso argentino, más allá del congelamiento de tarifas y combustibles, entre otras disposiciones para evitar subas de precios, la última medición del INDEC explicita una nueva escalada de una inflación que venía en retroceso desde diciembre 3,7%; enero 2,3%; febrero 2% y que escala en marzo con el 3,3%[1], incorporando nuevas incertidumbres sobre el futuro cercano.

La política pública asistencial en materia de alimentos y de ingresos monetarios intenta morigerar los efectos dramáticos sobre una mayoría empobrecida, que no puede resolver en la emergencia la reproducción de una cotidianeidad de subsistencia. Un tema adicional son los problemas logísticos del abastecimiento que no llega a todos los territorios, e incluso, se agrava con la evidencia de compras amañadas y sobreprecios. Por ello, no debe sorprender que ante las insatisfechas necesidades emerge la protesta e incluso la movilización pese al aislamiento, caso visible ante cesantías; pero también la solidaridad vía ollas populares, comedores en las barriadas y formas de asistencia comunitaria auto gestionada. La demanda por “resolver” estimula perspectivas críticas de desobediencia o movilización. En algunos casos, esta perspectiva es utilizada por el discurso de los sectores hegemónicos que inducen un fin apresurado de las medidas de prevención que involucran a la cuarentena. Es fuerte la presión empresaria para terminar con el aislamiento, que actúa sobre la realidad de necesidades insatisfechas en buena parte de la población empobrecida.

Por eso se necesitan medidas de política económica que vayan más allá de la emergencia y la subsistencia para empezar un camino de transformación en la producción y circulación de bienes y servicios. Una orientación hacia una nueva “normalidad”, diferenciada de la lógica de orden económico en que estábamos antes de la COVID19. Un punto de partida proviene de la cuarentena comunitaria, de esa parte de la población que no puede por condiciones objetivas cumplir con el aislamiento obligatorio. A estos sectores y espacios territoriales debe llegar asistencia financiera, material adecuado, incluso medidas y medios de seguridad sanitaria, formación y asistencia técnico profesional suficiente, que permita encaminar la producción material para el autoabastecimiento y la generación de producción social al entorno cercano, incluso más allá. Esa será la base de un plan más amplio que organice la producción y circulación de bienes y servicios hacia otra “normalidad” del orden económico social. Un plan que articule el saber popular con el profesional y que hoy recorre experiencias autogestionarias en todo el país.

¿De dónde saldrían los recursos?

La propia situación mundial está orientado el debate hacia inusitadas medidas, que en otro tiempo podían parecer imposibles. Los propios organismos internacionales están llamando la atención para flexibilizar restricciones fiscales o monetarios de los países ante la COVID19. Se demandan urgentes disposiciones relativas a la recomposición de la capacidad de atención de la salud pública y a una orientación estatal de la inversión en desarrollo científico y tecnológico relativo a la sanidad y a la emergencia. Más que achicar el déficit, las propuestas se orientan a relajar la contención del gasto público.

Es la caída de la producción mundial la que impone flexibilizar las restricciones a la emisión, que era y es norma sagrada entre los cultores de la corriente principal del pensamiento económico. Esta flexibilización de la política económica se verifica en los principales países del capitalismo mundial. Solo EEUU aprobó un paquete inicial de 8 billones de dólares más flexibilizaciones crediticias y subsidios. En el mismo sentido y en proporción relativa avanzaron Europa, Japón e incluso China. Se trata de una flexibilización relativa a contramano de una verdad sostenida por la ortodoxia monetarista, impuesta por la realidad del impacto económico y social de la situación de crisis.

No solo emisión, sino impuestos extraordinarios a los sectores más acomodados. La difusión de estudios sobre la desigualdad extendió el consenso para aplicar una tributación que achique la brecha de ingresos y riqueza. En Argentina empezó el debate, estando aún pendiente el alcance de los sujetos de la imposición y el monto a tributar, el que debe calibrarse en función de las necesidades de la emergencia y el plan de transformación productiva requerido y antes mencionado. Es obvio que los presuntos sujetos del impuesto despliegan una campaña crítica, intentando legitimar su papel de esenciales a la hora de definir el proceso productivo, invirtiendo la lógica teórica de que el capital es producto del trabajo humano.

La propuesta realizada a los tenedores de bonos de la deuda pública externa de legislación extranjera en estos días, habilita la discusión del uso de los recursos públicos, especialmente por los tres años de gracia en pagos de capital e intereses que promueve. Esta propuesta, como el re-perfilamiento de la deuda en divisas de legislación nacional, suspendiendo los pagos por este año abre un debate sobre el tema de la deuda. No es menor liberar recursos en la coyuntura, pero es evidente que no alcanza postergar un año los vencimientos de legislación nacional o tres años los de legislación extranjera. El problema subsiste, aun cuando se posterga un desenlace de inevitable default. Hay quienes sostienen que lo importante es el hecho de la suspensión temporaria, pero también habilita imaginarios que chocarán con la realidad de una impagable hipoteca sobre la economía y la sociedad en su conjunto.

Los anuncios del gobierno sobre unos 66.500 millones de dólares en manos de privados, un 20% del total de la deuda, acompañados por el arco diverso del oficialismo y gran parte de la oposición, especialmente los gobiernos provinciales, manifiesta la voluntad de pagar la deuda pública, aunque ahora aparece la novedad de quitas de intereses (62%) y capitales (5,4%) con tres años de gracia. Argentina ofrece canjear a tenedores privados de bonos, 21 títulos con vencimientos que llegan hasta el 2117. El canje será por 10 nuevos títulos, 5 nominados en dólares y otros 5 en euros, con tasas de interés en ascenso desde 0,5% para los primeros vencimientos en 2023, y una suba progresiva que llega a tasas del 4,875%. La propuesta supone pagos del capital en cuotas anuales desde el 2026 al 2047. Todo con tres años de gracia, 2020, 2021 y 2022. La propuesta está abierta por 20 días y resulta incierto el final de la negociación. No queda claro el qué y el cómo de la acumulación económica desde ahora hasta el 2023 para generar las condiciones de pagos en ese año y luego con intereses crecientes desde el 2025, los que se acompañaran de desembolsos de capital desde el 2026 y sucesivamente hasta el 2047.

Una verdadera hipoteca. Por eso, la suspensión de pagos que se demanda ante la situación mundial y local resultaría más efectivo, claro que supone un nivel de confrontación más decidido con la lógica de poder especulativo local y global. Argentina no puede pagar afirman desde el gobierno e incluso el FMI, por lo cual, los escasos recursos de reservas internacionales deben ser aplicados a la emergencia y a la transformación productiva que sugerimos. No alcanza con años de gracia sin modificar el marco de la organización económica de la sociedad.

En realidad, la voluntad de pago se expresó desde el comienzo de la nueva gestión con las negociaciones abiertas con el FMI, lo que supone el reconocimiento de lo actuado en la gestión previa, del mismo modo que se estableció un cronograma de ofertas de negociación a creedores privados. Por eso el aval parlamentario para disponer más de 4.500 millones de dólares de las reservas internacionales dispuesto para cancelación de deuda en la “Ley de solidaridad” aprobada en diciembre pasado. Fue la primera medida para sustentar las emergencias ante el cambio de gobierno.

Sostenemos un financiamiento planificado que incluya emisión monetaria, utilización de las reservas internacionales, suspensión total de pagos de la deuda junto a una auditoria con participación popular, y una reforma tributaria a grandes fortunas para sustentar la emergencia y un plan de transformación económica. Una transformación del régimen y legislación financiero será también necesaria, con un conjunto de medidas relativas a la modificación sustancial del sistema de producción y circulación. Son definiciones que requieren de una acumulación de poder político que hoy necesita ser programa de una perspectiva de construcción de poder político para frenar las amenazas de mayor ajuste sobre la mayoría de la sociedad, pero, sobre todo, para pensar en el escenario futuro post pandemia. ¿Cómo queda la sociedad superada la emergencia en curso por el COVID19? ¿A qué orden económico social aspiramos? ¿Cuál normalidad motiva nuestra reflexión relativa al presente y al futuro? Son interrogantes que circulan más allá de la inmediatez por atender las urgencias de la reproducción de la cotidianeidad.

Buenos Aires, 19 de abril de 2020

[1] INDEC. Índice de precios al consumidor (IPC), marzo 2020, en: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipc_04_20405E6A626E.pdf (consultado el 18/04/2020)

El Autor escribe para OVE

Imagen: Jackie_Chance en Pixabay

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Millones de niños en Sur de Asia corren el riesgo de abandonar sus estudios

Redacción: La Vanguardia

Millones de niños del Sur de Asia pertenecientes a los estratos más vulnerables de la sociedad corren el riesgo de abandonar sus estudios debido al cierre de escuelas por el coronavirus, alertó este lunes el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

«La región ya tenía una crisis educativa crónica, con 95 millones de niños en edad escolar fuera de los colegios. Con la crisis actual del COVID-19, ahora muchos de los 430 millones de niños afectados por el cierre de escuelas en el Sur de Asia pueden abandonarlas», afirmó Unicef en un comunicado.

ACCESO LIMITADO A LA TECNOLOGÍA

Los países de la región, hogar de casi un cuarto de la población mundial, han puesto en marcha canales educativos y cursos en línea para tratar de compensar el parón educativo, aunque Unicef advirtió de que pueden no ser suficientes para llegar a los más vulnerables y los residentes en zonas de difícil acceso.

«Solo el 33 % de los habitantes de la región tienen acceso a internet. El acceso a la radio y la televisión es limitado en algunas zonas», recordó Unicef.

ASIA DEL SUR SE DECANTA POR LA TELEVISIÓN

El Ministerio de Fomento de Recursos Humanos de la India, un país que cuenta con casi 4.000 casos de coronavirus y 109 muertes, está promocionando la televisión pública Swayam, con decenas de canales educativos, sin contar con las iniciativas de las escuelas.

«Estamos realizando clases en línea junto con nuestros estudiantes, y compartimos vídeos con ellos en Whatsapp (…) Si encuentran dificultades nos pueden preguntar directamente también por Whatsapp», dijo a Efe Vijay Sharma, profesor de instituto en una zona de Nueva Delhi afectada por la violencia entre musulmanes e hindúes que dejaron decenas de muertos en febrero.

«Emocionalmente, están muy desequilibrados», explicó Sharma.

En el vecino Bangladesh, donde las escuelas fueron cerradas el pasado 16 de marzo y por el momento cuenta con 123 positivos por COVID-19 y doce muertes, las autoridades también han elegido retransmitir lecciones por televisión.

Tele School es el canal televisivo educativo creado por el Gobierno de Pakistán para proporcionar clases a los millones de niños que no atienden a clases por el coronavirus, que ha causado 50 muertes y 3.227 contagios confirmados hasta ahora en el país, y donde los centros escolares estarán cerrados al menos hasta junio.

«Aunque no es tan bueno como clases directas, esperamos que esta herramienta alternativa sea útil para los estudiantes», dijo el ministro de Educación, Shafqat Mehmood, antes de aclarar que el canal empezará a emitir a mediados de este mes.

En Afganistán, un país en guerra donde el 75 % de las niñas están fuera del sistema escolar y que cuenta con una de las tasas de acceso a internet más bajas del mundo, la situación es más compleja.

«Hemos estado trabajando en una vía alternativa, a través de la televisión, radio, internet y reuniones reducidas en casas», dijo a Efe una portavoz del Minsiterio de Educación, Nooria Nazhat Nijrabi.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/vida/20200406/48344621281/millones-de-ninos-en-sur-de-asia-corren-el-riesgo-de-abandonar-sus-estudios.html

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México: «El virus del hambre mata a 8500 niños pero no sale en TV porque no mata a ricos», acusan en redes

Redacción: Tribuna

Internautas lamentan la gran difusión que se le ha dado al Covid-19 mientras que miles de niños pierden la vida diariamente pues no tienen qué comer

Al menos ocho mil 500 niños mueren cada día de desnutrición en el mundo, según estimaciones de Unicef, el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la División de Población de Naciones Unidas.

Sin restarle importancia al brote de coronavirus surgido en China y que afecta a casi todos los países, usuarios en redes sociales piden no olvidar a esos niños que carecen de alimentos, cuyo futuro es aún más incierto por la pandemia.

Una usuaria de Twitter escribió:

@Mary55081681 :  Este es el virus del «HAMBRE» mata a 8500 niños y niñas y la vacuna se llama «COMIDA»! ah pero esto no sale en laT.V.! ¿Sabes porqué?

Porque el hambre no mata a los Ricos en el mundo.

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También diversos internautas comentan que lo importante no es saber cuántos niños mueren de hambre al día o cuáles son las causas, «lo también es actuar y ser conscientes de que tu ayuda puede salvar sus vidas».

Fuente: eacnur.org

Fuente: https://www.tribuna.com.mx/viral/2020/4/15/el-virus-del-hambre-mata-8500-ninos-pero-no-sale-en-tv-porque-no-mata-ricos-acusan-en-redes-165987.html

 

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