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El problema de Colombia es la crisis moral ligada a un deficiente sistema educativo

Por: Ricardo Angoso

El país latinoamericano acusa los casos de corrupción, la impunidad, el fracaso del sistema judicial y la desafección de los ciudadanos ante su clase política.

La corrupción, la impunidad reinante en el país, el fracaso del sistema judicial y la escasa credibilidad de la sociedad colombiana en su sistema político tienen mucho que ver con la profunda crisis moral que padece el país desde hace décadas debido, sobre todo, al fracaso de su sistema educativo, si es que realmente es merecedor de ese nombre.

La corrupción se ha hecho algo presente, casi natural, en la sociedad colombiana, como si ya la ciudadanía se hubiera acostumbrado a la misma y la viera como un mal consustancial a nuestra clase política pero también a todos los sectores y estratos sociales, permeando todas las instituciones, empresas, organizaciones y, lo que es más grave, a todo el tejido de la sociedad civil. El problema no es sólo económico, ya que la corrupción genera pobreza, mal empleo de unos recursos públicos que podrían ser invertidos en educación y salud, el pesimismo en una sociedad que ya no cree en sus líderes, que deberían ser referentes morales y éticos, y una sensación generalizada de que el sistema está podrido y no tiene arreglo.

De ese estado de cosas que padecemos desde hace dos siglos, que tiene un dimensión más profunda que la económica al señalar a la administración como más propia de un Estado fallido que de un país moderno, funcional, justo y organizado, pueden surgir en el futuro fuerzas antisistema, movimientos de corte populista y caudillismos del más variado pelaje, tanto a izquierda como a derecha. Ahí radica uno de los verdaderos peligros que conlleva el problema.

Pero conviene que pongamos el foco en el verdadero problema: digo que la crisis de Colombia es moral y ética. Y esa doble crisis, que explica una buena parte de los comportamientos ilícitos, nefandos e inmorales de la dirigencia colombiana, está absolutamente ligada, diría que casi de una forma estructural, a la educación. Más bien habría que decir que a la falta de la misma, es decir, a la ausencia de un auténtico sistema educativo público, gratuito, incluyente y universal que fomente e implemente un conjunto de valores éticos y principios cívicos a los futuros ciudadanos de Colombia.

Un sistema que consiguiera superar la perniciosa segregación social que caracteriza al país desde la infancia, donde ya se acentúan los estratos y las diferencias entre las clases más pudientes y las más desfavorecidas, y el acceso al mismo en igualdad de condiciones de todos los futuros estudiantes. Un sistema educativo incluyente, superador de la desigualdad social y que no haga de la educación un negocio solo apto para los más favorecidos socialmente, de tal forma que solamente los ricos pueden estudiar en colegios de calidad y después acceder a los centros universitarios, discriminando, claramente, a los más pobres. Haría falta una auténtica voluntad política, algo de lo que carece en la actualidad la dirigencia, para poner en marcha ese sistema de educativo de carácter público de calidad que permita superar la crónica desigualdad social que ahora caracteriza a todos los tramos de la educación en Colombia, desde la infancia, como ya he dicho antes, hasta la formación universitaria.

Todo el mundo sabe que los colegios públicos en Colombia son un desastre, están escasamente dotados de medios, los profesores están mal pagados y deficientemente formados para ejercer sus tareas, y los centros aportan, en términos cualitativos, poco o nada a sus estudiantes; las clases más pudientes envían a sus hijos a colegios privados de mejor calidad o al menos con un nivel formativo superior a los públicos. Así las cosas, la segregación social se agudiza e incluso se intensifica antes de la llegada a la universidad, donde los sectores sociales con menos ingresos llegan con un nivel mucho más bajo y con pocas posibilidades de acceder a los centros universitarios, tanto por razones económicas como formativas, al haber recibido un aprendizaje mucho más deficiente que las clases pudientes.

Otro problema que manifiesta el ineficiente sistema educativo es la ausencia de controles de calidad de las instituciones educativas y de los profesionales que imparten sus conocimientos en las mismas; en Colombia es relativamente fácil ser docente y uno percibe que cualquiera, sin haber pasado el necesario proceso formativo, puede ejercer como profesor hasta en las más prestigiosas universidades del país. Hay muy pocos concursos públicos para dotar de docentes a la mayoría de las universidades, siendo los puestos adjudicados a dedo y generalmente a través de las famosas «palancas», y tampoco la administración ejerce ningún tipo de control acerca de la calidad de las plantillas universitarias, algo que explicaría por qué nunca las universidades colombianas están entre las doscientas mejores del mundo en ningún rankig de los que miden el nivel de calidad de las mismas en todo el mundo.

Las consecuencias de lo anteriormente expuesto explican la escasa movilidad social que se manifiesta en la sociedad colombiana desde hace dos siglos y que un reducido núcleo social, compuesto quizá por unas 40 o 50 familias -sin exagerar-, hayan controlado con un poder omnímodo sobre la vida social, política, cultural y económica del país durante todos estos años. ‘Las élites han secuestrado al Estado a través de sus relaciones familiares’, señalaba el congresista David Racero. Unas élites que no han permitido el acceso de los más desfavorecidos a la educación, quizá para seguir controlando el país por saecula saeculorum, y mantener sus privilegios feudales -aparte del indiscutible derecho al saqueo del Estado sin miramientos ni compartido con nadie-, en una sociedad que demanda a gritos un sistema educativo funcional.

Y es que, como señala el analista Mauricio Caicedo, «es un error creer que todos los problemas de la sociedad se resuelven con el crecimiento económico: el crecimiento no resuelve la pobreza, la pobreza la resuelve la educación. El problema de la desigualdad en Latinoamérica no es un problema de crecimiento económico, sino de educación»

La clave del desarrollo social y económico en Asia en el último medio siglo, con grandes economías emergentes que ya dominan el mundo, como Corea del Sur, China, Japón, Singapur, Taiwán y Vietnam, por poner solamente algunos ejemplos bien gráficos, tiene mucho que ver con la calidad de sus sistemas educativos y la consiguiente movilidad social que emana de los mismos, de tal forma que llegan a la universidad tan sólo los más aptos y preparados y no aquellos que tienen más recursos económicos. Sin sistemas educativos de calidad, no hay progreso social ni desarrollo alguno, pudiéndose decir que educación y desarrollo son un binomio inseparable y que van juntos de la mano; sin educación no hay posibilidad de cambio social y ser capaces de generar bienestar, prosperidad y riqueza para la mayoría de la sociedad.

Termino, a modo de conclusión, con un apunte del ya citado Caicedo que ilustra bien el asunto y la escasa percepción que tiene del mismo la dirigencia colombiana: «Los gobernantes colombianos olvidan que no invertir en educación equivale automáticamente a invertir en ignorancia, en fanatismo, en resentimiento y en desigualdad social, y que las víctimas de esa pedagogía negligente no son solo las gentes humildes, sino toda la sociedad, incluidos los más poderosos y los mejor educados».

Fuente: https://diario16.com/el-problema-de-colombia-es-la-crisis-moral-ligada-a-un-deficiente-sistema-educativo/

 

 

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Venezuela tiene los docentes peor pagados del mundo, según experto en seguridad social

Redacción: El Carabobeño

Un profesor universitario de mayor escalafón (titular) y con la máxima dedicación (dedicación exclusiva), no supera los $20 mensuales, es decir no percibe por su trabajo un dólar diario, cifra inferior a la estipulada por los organismos internacionales especializados que ubica a la población por debajo de la línea de la pobreza ($2). Esto los ubica entre los docentes peor pagados del mundo.

Este criterio lo expuso el coordinador de la Coordinadora Nacional de Institutos de Previsión Social de las Universidades Nacionales y coordinador del Doctorado en Seguridad Social de la UCV, Absalón Méndez Cegarra, al señalar que todo el profesorado universitario de Venezuela se encuentra en situación de pobreza, en el lindero de la pobreza extrema.

“El profesor Ferreira destaca dos hechos muy importantes que están causando estragos en la Universidad venezolana –dijo Méndez Cegarra-. Uno, la fuga de talentos por la precariedad de los salarios que perciben los miembros del personal docente y de investigación. Dos, el deterioro acelerado de la institucionalidad previsional del sector profesoral universitario, especialmente en lo que atañe al cuidado integral de la salud”.

Señaló que  Ferreira solicita al nuevo ministro de Educación Universitaria que restituya los derechos adquiridos del profesorado universitario, violados abiertamente desde el año 2018, cuando se estableció y, aun antes, 2004, cuando se dejaron de aplicar las Normas de Homologación.  Manifestó el experto en previsión y seguridad social Méndez Cegarra que consta en acta suscrita por las partes, empleador y trabajadores, que el punto de partida de la nueva escala salarial era 4,75 salarios mínimos nacionales, a partir de esa base se establecía la interescala salarial.

“Ferreira acertadamente denunció que nada de esto ocurrió y se sometió al trabajador docente universitario a una situación precaria, de pobreza extrema, pues, ni ayer y, menos aún hoy, el salario del docente universitario es digno y proporcional a la sagrada misión que por ley la sociedad y el Estado venezolano le encomiendan”.

Aseguró Absalón Méndez Cegarra que en consecuencia es necesario, y así lo pide el profesor Ferreira, restituir el salario, su capacidad adquisitiva perdida para dignificar al docente universitario.

Estima que la mueca de ajuste salarial hecha, aparentemente, en fecha reciente, es una burla al profesorado, pues no restituye para nada el poder adquisitivo del salario, al contrario, lo envilece mucho más, frente a una inflación que alcanzó, inexplicablemente, al dólar de los Estados Unidos de América.

“¡Cosa nunca vista! La hiperinflación dolarizó la economía nacional, menos los salarios de los profesores universitarios y, de paso, la inflación, también, impactó la divisa norteamericana. Estamos acorralados y sin salida”.

Recordó el coordinador de la Coordinadora Nacional de Institutos de Previsión Social que un aliciente del profesor universitario del pasado, admitiendo la precariedad salarial, era el derecho a la seguridad social y al disfrute de una institucionalidad previsional que atendía, entre otras necesidades, el cuidado integral de la salud.

“Todo esto se ha venido al suelo. El gobierno nacional creó un mal llamado Sistema Integral de Salud del Ministerio de Educación Universitaria (Sismeu), despojando a las Universidades e Institutos de Previsión Social de los recursos necesarios para atender los problemas de salud del sector universitario. Hoy, la cobertura básica del Sismeu no cubre absolutamente nada. Más gasta el interesado en obtener los recaudos para viabilizar la cobertura ofrecida que el monto o cuantía de la misma. El cuidado de la salud es vital”.

Finalmente denunció que los profesores universitarios son dignos de lástima en la actualidad. Apuntó que con marcada frecuencia se ven avisos solicitando colectas, ayudas económicas, para cubrir gastos en salud de profesores que han tenido la desdicha de enfermar o morir. Tal situación no debe continuar.

“Desde la Coordinadora Nacional de Institutos de Previsión Social y sus equivalentes (Fapuv), acompañamos los justos llamados y reclamos del Profesor Ferreira y pedimos a las Asociaciones de Profesores Universitarios, de uno y de otro sector (Averu – Arbol) y a los gremios en general, que se sumen a la campaña iniciada por el vicerrector administrativo de la Universidad de Carabobo para el recate de la dignidad del profesor universitario de Venezuela”.

Fuente: https://www.el-carabobeno.com/venezuela-tiene-los-docentes-peor-pagados-del-mundo-segun-experto-en-seguridad-social/

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África contra el complejo de ‘salvador blanco’: a juicio por la muerte de 105 niños

Redacción: El Confidencial

Una estadounidense sin estudios ni experiencia como médica dirige una clínica para tratar a niños malnutridos en Uganda. Sobre ella pesa una denuncia por la muerte de más de 100.

Serving His Children es una organización que proporciona asistencia hospitalaria a pacientes con desnutrición grave, alimentación suplementaria en hogares en los que viven niños con desnutrición moderada y madres embarazadas o lactantes en Uganda. Se presenta como un «ministerio inspirado y dirigido por Dios», asociado con el Gobierno del país, donde «hasta el 45% de las muertes de menores de cinco años se deben a la desnutrición». Detrás de este centro está una misionera estadounidense, Renee Bach, nacida en la ciudad independiente de Bedford, en el estado de Virginia, que decidió viajar a Uganda después de terminar el instituto, en 2007, sin saber muy bien a qué quería dedicar su vida. Dos años después de llegar al país africano, del que se «enamoró», constituyó esta fundación, de la que es directora.

En 2018, en la plataforma Medium se publicaba un artículo en primera persona, aunque sin nombre y apellidos, de alguien que había viajado a Uganda en 2010, cargado de un «complejo de salvador blanco» reforzado al conocer a Bach. «Así que con la educación superior y poca o nula experiencia, fundé otra ONG en la misma ciudad que ella tenía su proyecto». Su experiencia, relata, le valió para ver cómo en la fundación vecina, la de Bach, la norteamericana practicaba la medicina sin estudios ni experiencia. Y allí dice haber visto alguna muerte por negligencia. La cosa no pareció quedarse ahí: el pasado mes de enero, la organización ugandesa en defensa de las mujeres Women’s Probono Initiative (WPI) y dos madres, Gimbo Zubeda y Kakai Annet, presentaron una denuncia contra Renee Bach por negligencias practicadas en su clínica que llevaron a la muerte de sus bebés. Los datos ofrecidos por la defensa de la propia Bach definen el número de niños que fallecieron en su clínica: un total de 105. El pasado mes de marzo tuvo lugar la primera audiencia, y se espera que el juicio se celebre a principios de 2020.

Según las denunciantes, la demandada violó el «derecho de sus hijos a asistencia médica apropiada al ser tratados en una instalación médica ilegal en Masese«, ejerciendo «sin licencia», sin «experiencia médica apropiada ni certificación», lo que supone una violación de la Constitución ugandesa. En la querella (que se puede consultar completa aquí), aseguran que los servicios sociales del distrito de Jinja ordenaron el cierre de la clínica en 2015 —dato que fue confirmado por el responsable de Salud del distrito de Jinja, Dyogo Peter— y el posterior traslado de los niños en tratamiento a centros gubernamentales, pero que esta siguió operando y «admitiendo a niños enfermos». Las dos madres que presentan la denuncia junto a la WPI aseguran que creían que Bach era médica, y que a menudo se la veía vestida con «bata blanca, un estetoscopio y administrando medicamentos a niños a su cargo».

Varios exempleados de la supuesta clínica también creyeron que Renee Bach era médica, según las declaraciones juradas presentadas en apoyo de la demanda; confirmaron que vestía bata blanca y que se asumía que era una profesional de la medicina. La acusada no ha hecho muchas declaraciones públicas, pero el pasado mes de junio explicó a la cadena Fox News que «nunca» se había presentado a sí misma como «profesional de la medicina». «He asistido a nuestro equipo médico, en situaciones de crisis, pero nunca he practicado la medicina (…), ni me he puesto bata blanca ni nada de eso», señaló. Su abogado, David Gibbs, del Centro Nacional para la Vida y la Libertad, emitió un comunicado a la cadena CNN en el que aseguraba que Renee Bach «trabajó junto a los profesionales médicos ugandeses y aprendió a proporcionar asistencia en casos de necesidad, y a menudo ayudó a enfermeros y otros profesionales de salud a prestar servicios en situaciones de crisis», aunque, insisten, no practicó nunca la medicina.

En la denuncia se habla de «cientos de muertes», aunque no citan ninguna cifra concreta. La defensa de Renee Bach sostiene que murieron 105 niños de los más de 3.600 que fueron tratados en su centro; según la organización de medios sin ánimo de lucro NPR, de 2010 a 2015 trató a 970 niños con malnutrición severa, de los que 105 perdieron la vida. En una de las declaraciones juradas, el que fuera conductor de la SHC Charles Olweny aseguró que había trabajado para esta organización durante ocho años y que llevaba «de siete a diez cadáveres cada semana» a las diferentes aldeas; ofreciendo 50.000 chelines ugandeses (algo más de 12 euros), un pequeño ataúd y una bolsa de harina de maíz a cada familia, como forma de condolencia.

«Con esa tasa de mortalidad estaríamos hablando de miles de niños fallecidos, y ese dato no es exacto», defiende el abogado de la voluntaria. «Tremendamente inexacto», insiste. Con estas cifras, en ocho años se estimarían entre 2.900 y 4.100 muertes. El pasado mes de marzo, en una primera audiencia ante la justicia, se presentaron diferentes archivos, vídeos y artículos publicados en el blog de la página web del centro en los que Bach explicaba cómo trabajaba.

En un país pobre te pones una bata blanca de médico y la gente, desesperada, confía en ti

En uno de ellos, titulado ‘Patricia’ y que ya no existe en este blog, se podía leer el siguiente texto, escrito por la ahora demandada: «La llevé a la clínica, le puse oxígeno y me puse a trabajar. Mientras le tomaba la temperatura, le puse una vía intravenosa, le revisé el azúcar en sangre, la examiné para detectar si tenía malaria (…). Necesitaba una transfusión de sangre. A los 30 minutos de la transfusión, comenzó a a mostrar signos de una reacción anafiláctica. No era bueno, nada bueno. En 15 minutos le afectó a la respiración, que iba de mal en peor: la garganta empezaba a cerrársele… Le pusimos antihistamínico y nos fuimos a Kampala». Según la propia Bach, tuvo que recibir una segunda transfusión, y sostiene que sobrevivió. Después de haber sido trasladada a un hospital de Kampala.

Arthur Caplan, fundador y director de la División de Ética Médica en la Universidad de Nueva York, denunció que lo que Bach estaba haciendo en Uganda es «éticamente horrible». «Cuando tú estás en un país pobre y te pones una bata blanca, llevas un estetoscopio y hablas como un médico la gente, desesperada, confía en ti. Traicionar esa confianza es lo peor que alguien puede hacer. Creo que quiso hacer el bien, pero ese impulso de querer gestionar situaciones de salud muy difíciles la llevó por un camino equivocado, y no sirve como excusa».

Imagen de Renee Bach en una campaña de GoFundMe para recaudar fondos para la demanda contra la estadounidense
Imagen de Renee Bach en una campaña de GoFundMe para recaudar fondos para la demanda contra la estadounidense

Organismos como ‘No White Saviors‘ acusan a Bach de haber aprendido a realizar algunas prácticas sanitarias a través de tutoriales de YouTube, mientras su abogado insiste en que «señalarla de fingir ser médica o de presentarse como enfermera no tiene sentido». «Renee tiene una gran experiencia médica, ha aprendido a hacer RCPs, o a colocar una vía intravenosa… pero nunca ha sido doctora. Así que solo ayudaba cuando podía ser útil«.

De la nada a la medicina

Bach había estado siempre implicada en programas de voluntariado: según el diario ‘News Advance’, periódico local del condado de Bedford y otros adyacentes también en Virginia, su familia tenía un terreno, la Granja de las Muchas Bendiciones, en las que practicaban la hipoterapia (terapias con caballos), y al terminar los estudios consideró que su año sabático lo dedicaría a algo relacionado con los niños. «Me interesaba trabajar en un orfanato; creo que es bastante común cuando no sabes nada del mundo y piensas en niños que se te ocurra lo del orfanato (…). Nunca había oído hablar de Uganda. Es como un país tan pequeño… no sabía mucho del país, ni conocía a nadie que hubiera estado allí, pero di un ‘salto de fe’ y sentí que era donde el Señor me estaba llamando para que fuera», explicó al citado diario.

Nunca había visto antes desnutrición (…) pero decidí que este era un campo que el Señor me estaba mostrando como necesidad urgente

Su año sabático terminó y regresó a Estados Unidos, donde trabajó en otra organización para personas con necesidades especiales, pero volvió a sentir la llamada. «Sentí que había una necesidad que satisfacer y que aquella comunidad no estaba consiguiendo, y que tal vez yo podría formar parte de ello». Así que regresó, se instaló en el barrio de Masese, un área «marginal» de la ciudad de Jinja, y fundó su organización. «Pensé que era extraño, porque nunca antes había visto antes desnutrición, y era como ‘¿qué está pasando?’, era muy raro (…). Pero después de haber visto a 12 niños malnutridos pasar por diferentes hospitales, y tener malas experiencias, decidí que este era un campo que el Señor me estaba mostrando como una urgente necesidad, y que ahí era donde teníamos que poner el foco».

Después de un periodo de prueba tratando a niños malnutridos, SHC se registró como centro de rehabilitación, en acuerdo con el Gobierno de Uganda. Lauri Bach, madre de la misionera y responsable de la organización en Estados Unidos, sostiene que le costó unos 25.000 dólares ejecutar el trabajo durante el primer año, aunque en 2017 el gasto se elevaba a 17.000 dólares mensuales. Y aunque la directiva está compuesta únicamente por familiares de Bach, los empleados son nacionales porque, según la propia fundadora de SHC, «los ugandeses son capaces y no necesitan un salvador blanco«.

«Creo que esta es la mentalidad de muchas personas, incluso yo la tuve cuando llegué por primera vez. Pensaba que simplemente no podrían hacerlo. Pero claro que pueden. Y definitivamente lo aprendí muy rápido, que a mí no me necesitaban allí«.

«No solo había desnutrición, había enfermedad»

En declaraciones a NPR, una enfermera recién egresada de Dakota del Norte, Jackie Kramlich, se unió a Bach en su centro de Uganda, al que entró con «mucha admiración» en el verano de 2011, cuando el centro solo tenía unos años, y se gestionaba desde la propia vivienda de Bach. Había tres enfermeras ugandesas contratadas, y una habitación que llamaba ‘la clínica’ con equipo médico: en el centro había más de una decena de niños en tratamiento al mismo tiempo. Pero cuando llegó, Kramlich fue consciente de que los niños que había allí no solo tenían malnutrición, sino otras enfermedes más complicadas: «Había neumonía, parásitos intestinales, tuberculosis… muchos incluso estaban en la etapa 4 de VIH», aseguró. Y casi cada semana moría un niño.

Tal y como Kramlich relató a la NBC, su preocupación aumentó cuando fue consciente de que Renee Bach no conocía el síndrome de realimentaciónun desequilibrio electrolítico que tiene lugar cuando a los niños desnutridos se les ofrece comida y bebida demasiado rápido, y que puede llegar a ser mortal. Kremlich confirma, además, que Bach practicó procedimientos médicos, tales como medición de medicinas, inicio de vías intravenosas o realización de transfusiones de sangre. No obstante, la gota que colmó el vaso fue la historia de Patricia, historia que desapareció del blog del SHC. «Estaba horrorizada. Ahí pensé que esto no iba de ayudar a niños, sino de que alguien quería involucrarse en esto para su propio beneficio».

Kramlich abandonó SHC tras poco más de tres meses, a causa del comportamiento de Bach, y se sumó a la demanda contra su organización ofreciendo su testimonio. La fundadora de Serving His Children, no obstante, quiso rebatir sus críticas por el caso de Patricia: «Entró en ‘shock’ anafiláctico, sí. Pero eso pasa en Uganda. No es raro.La gente contrae el VIH a través de transfusiones sanguíneas», dijo Bach, quien defiende que ella no fue la encargada de realizarla, aunque «los profesionales que le habían enseñado a hacerlo, tanto en Uganda como en Estados Unidos» le habían trasladado que «era una habilidad en la que era buena».

Contra los ‘white saviors’

La propia Kramlich, junto a otra compañera, está ahora detrás de la campaña Barbie Saviortras una década trabajando como voluntarias en Uganda, comenzaron hace algunos años esta iniciativa para criticar a los recientemente calificados como ‘influencers sin fronteras’, aunque no tienen actividad en las redes sociales desde hace más de un año. Su idea era parodiar a la gente que viaja a países subdesarrollados y publica en las redes sociales su ‘selfies’ rodeados de niños o de mujeres de las comunidades, imágenes que refuerzan los estereotipos de estos países.

Se denomina ‘salvadores blancos’ a esos voluntarios que actúan supuestamente para ayudar a otras personas no blancas, pero en un contexto que puede concebirse como egoísta. Las críticas saltan cuando detrás de este ‘salvamento occidental’ están personas famosas, como ocurrió con la ‘influencer’ Dulceida en un viaje patrocinado al continente africano, donde regaló una serie de gafas de sol a varios niños africanos. «Tu viaje de voluntariado a África te beneficia más a ti que a África«. así definen desde AfroPunk la realidad de los ‘white saviors’ que viajan, en la mayor parte de los casos temporadas incluso cortas, para «ayudar a los demás».

Desde No White Saviors denuncian toda esta actividad, que perjudica más de lo que beneficia al país. En las últimas semanas, desde esta organización incluso han criticado cómo en países como Estados Unidos se están llevando a cabo adopciones de niños huérfanos que, en realidad, no lo son. No es ninguna novedad: en noviembre del año pasado, el diario ‘The Nation‘ llevó a cabo una investigación que destapó el mercado de adopciones en Uganda, detrás de la cual había otros ‘salvadores blancos’.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/mundo/2019-08-15/white-savior-uganda-centro-ninos-nutricion-muertes_2176283/

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Costa Rica: un ejemplo de solidaridad con la educación de los niños nicaragüenses

Redacción: Aleteia

Según la UNESCO, hay 28 millones de niñas y niños de todo el mundo que han sido víctimas de desplazamientos forzosos a causa de la violencia y la guerra. Millones más huyen de la pobreza extrema y la falta de servicios básicos, como salud o educación

En muchos lugares no son recibidos con todo el respeto a su dignidad con el que deberían ser tratados. Es más, en muchos sitios no solo son maltratados, sino sometidos a esclavitudes de todo tipo, empezando por la esclavitud de la ignorancia.No es el caso de Costa Rica, el país centroamericano que ha sido, para América Latina, un faro en lo que respecta a los derechos humanos y, ahora, un verdadero centro de acogida de miles de niños que huyen con sus familias de la vecina Nicaragua.

El trabajo conjunto del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y el gobierno de Costa Rica, a través del Ministerio de Educación han podido construir una estructura educativa en las ciudades fronterizas con Nicaragua, para que los menores que huyen del vecino país no pierdan clases.

Miles de niños pueden ir a la escuela

Cabe señalar que en Costa Rica la educación primaria es universal y está abierta a todos los niños y niñas, independientemente de su situación jurídica o de su estatus migratorio.

ACNUR ha ayudado a las escuelas situadas a lo largo de la frontera norte a absorber la llegada de alumnos nicaragüenses, proporcionando pupitres, sillas y material escolar en pueblos y ciudades como Los Laureles y Upala.

Durante más de un año –hay que recordar que la crisis nicaragüense inició en abril de 2018—los pequeños refugiados han podido asistir a la escuela. Según ACNUR, 55.000 nicaragüenses han solicitado asilo en Costa Rica y, aunque se desconoce el número, generalmente uno de cada cuatro refugiados es menor de edad.

La generosidad es posible

“La generosidad demostrada por Costa Rica encarna el espíritu del Pacto Mundial para los Refugiados”, dijo Milton Moreno. Representante de ACNUR en Costa Rica. “Estos esfuerzos demuestran que la solidaridad puede implementarse y servir de inspiración para todos nosotros”.

El apoyo de Costa Rica a personas refugiadas del entorno centro u sudamericano a cincuenta años atrás, sobre todo en las turbulentas décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado, cuando Honduras, Nicaragua, El Salvador y Colombia enfrentaron diversos tipos de conflictos armados.

Un sistema ejemplar de acogida

Según ACNUR, “Costa Rica siguió siendo un remanso de paz, manteniendo sus puertas abiertas para quienes se encontraban en riesgo”. Y no solamente acoge a los refugiados, sino que “ha desarrollado sistemas ejemplares de protección que permiten a las personas refugiadas prosperar”.

Entre otras medidas, Costa Rica, siempre según ACNUR, otorga a los solicitantes de asilo el derecho a trabajar y asistir a las escuelas mientras se procesan sus solicitudes, y les permite apelar si la decisión no es positiva.

Sin embargo, el creciente número de solicitantes de asilo en Costa Rica ha puesto a su sistema bajo una gran presión; de hecho, una media de 2.000 peticiones de asilo cada mes, lo ha desbordado. Pero, por lo menos para las niñas y los niños, hay esperanza de que no se queden sin escuela.

Fuente: https://es.aleteia.org/2019/07/12/costa-rica-un-ejemplo-de-solidaridad-con-la-educacion-de-los-ninos-nicaraguenses/
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Paraguay: Pobreza en las escuelas es por la falta de conciencia de autoridades

América del Sur/ Paraguay/ 12.08.2019/ Fuente: www.ultimahora.com.

Durante mucho tiempo, la excusa de los responsables de la educación para justificar la pobreza extrema en la que sobreviven numerosos locales de enseñanza básica y media era la falta de dinero para encarar las construcciones o reparaciones necesarias para contar con una infraestructura digna.

Sin embargo, en los últimos años, esa situación ha variado porque el Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide) provee a las gobernaciones y a los municipios dinero para invertir en el mejoramiento de los locales escolares.

Aun así, no se ha notado un sustancial avance y las evidencias de abandono siguen siendo notorias.

Un ejemplo de la miseria reinante es lo que sucede en la escuela de Cuero Fresco, distrito de Arroyito, en el Departamento de Concepción.

Allí, la sede educativa erigida a base de un material cocido se cae a pedazos, razón por la que los docentes determinaron que las clases fueran impartidas en la antigua aunque endeble construcción de madera.

Además, los alumnos y profesores carecen del elemental servicio de agua potable y la merienda escolar —que debiera llegar para la alimentación de los niños— brilla por su ausencia.

Lamentablemente, la Gobernación de Concepción —que había prometido solucionar de manera urgente el problema suscitado a raíz de la precariedad edilicia— no ha cumplido su promesa. Hoy, a modo de no creíble excusa, alega tropiezos burocráticos que han impedido reacondicionar el espacio físico severamente dañado por el paso del tiempo.

Es evidente que el caso de este local no es el único en el primer departamento de la República, por lo que la gravedad de lo que se plantea sube de tono, máxime cuando las escuelas paupérrimas se encuentran en el área de operaciones del grupo de delincuentes armados autodenominados Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).

Alguna vez el Gobierno dijo que a la vigilancia y la represión se agregaba el componente del desarrollo integral de la zona para cubrir con solvencia necesidades de educación, salud, vivienda, alimentación y requerimientos viales englobados en una estrategia de seguridad.

Por lo que se percibe en el campo educativo, esa visión que apunta al bienestar que desarticule la validez de las reivindicaciones planteadas por el grupo armado irregular ha quedado en la nada.

De más está decir que en las otras áreas tampoco se han visto mejoras sustanciales en los últimos años. De todo esto se colige la urgente necesidad de replantear el esquema de apoyo global al Departamento de Concepción y a los demás departamentos afectados por las incursiones de los delincuentes.

La educación es un bien colectivo de suma trascendencia para generar un proceso de cambio positivo.

Si se la abandona a su desgracia, tal como ocurre en Arroyito, mañana se lamentarán situaciones que hubieran sido prevenidas con una gestión eficaz en favor de la población de mayores carencias. Las autoridades ya no pueden seguir postergando la educación.

Fuente de la noticia: https://www.ultimahora.com/pobreza-las-escuelas-es-la-falta-conciencia-autoridades-n2837165.html

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Niñez: ¿Costo u oportunidad?

Por: Carolina Vásquez Araya

La niñez y la juventud representan la renovación indispensable para garantizar la permanencia y transmisión de valores, tradiciones y ese complejo legado cultural que conforma el patrimonio intangible de una nación. Sin esa dinámica de cambio generacional resulta imposible conservar el equilibrio del tejido social y, más importante aún, las capacidades de crecimiento y desarrollo para una sociedad cuyo principal recurso es el aporte productivo y creativo de sus integrantes. Sin embargo, en la mayoría de países latinoamericanos regidos por sistemas basados en un modelo de economía de mercado, la niñez ha pasado a convertirse en un renglón pasivo sin incidencia alguna en los programas políticos.

En países como Brasil y Chile, en donde el sector económico tiene el poder de decidir sobre un asunto tan sensible y alejado de su territorio como la educación, ha quedado en evidencia el dramático desequilibrio en las prioridades cuando se trata de los derechos inalienables de la niñez y la juventud. Con el cierre de establecimientos educativos “no productivos” y la eliminación de materias del pensum escolar por “no ser relevantes” como ha sucedido en Chile con la asignatura de Historia, se transparentan las intenciones de esos sectores poderosos cuyos intereses se contraponen de manera frontal con el desarrollo de una sociedad ilustrada, capaz de ejercer una ciudadanía fuerte y responsable.

Eso que sucede en dos naciones con algunos pasos más en la vía del desarrollo se repite en países mucho menos avanzados, en donde incluso se reduce la inversión estatal para fortalecer a otros sectores de mayor poder político, como sucede en Guatemala con las fuerzas armadas. La negligencia en el trato del tema educativo ha sido, en este país centroamericano, una política de Estado desde hace muchas décadas. Con el cierre de institutos vocacionales y el abandono de la red de escuelas públicas, la niñez guatemalteca carente de recursos –la abrumadora mayoría- es sometida a enfrentar las peores condiciones para tener acceso a una educación mediocre y sin mayores perspectivas.

Es evidente la intención detrás de esta “no-política educativa”: La creación de un contingente de seres humanos carentes de herramientas para progresar en el ambiente laboral de manera digna; un gran reservorio de esclavos cuyas opciones quedan reducidas a un salario de miseria o al desempleo. Un relevo generacional pobre y desprovisto de capacidades intelectuales debido a la desnutrición crónica, apto únicamente para las labores más duras en situación de explotación. Todo lo cual proporciona la excusa perfecta para mantener el sistema con la farsa de que para dar empleo es preciso flexibilizar las leyes laborales. Este cuadro tan poco promisorio es el sello de identidad de Guatemala, un país que pudo ser ejemplo positivo para el resto de la región.

El maltrato hacia la niñez y la pérdida de derechos de este sector tan importante se refleja no solo en la educación, también en la privación de recursos para el desarrollo de sus comunidades y en la falta de inversión pública en áreas como la infraestructura vial, la red de hospitales y centros de salud o en la raquítica presencia del Estado en áreas rurales, cuya incidencia en la mayor o menor calidad de vida de la población toca a todos sus integrantes.

Invertir en la niñez es invertir en el futuro de la nación; un axioma repetido hasta el cansancio. Sin embargo, quienes tienen el control del Estado y sus instituciones se han empecinado en colocar a este gran segmento poblacional en la columna de los costos. Caro pagará el país por esta manipulación del valor de la niñez y por no darle el trato que merece.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=258384&titular=ni%F1ez:-%BFcosto-u-oportunidad?-

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En México la educación más pobre la reciben los más pobres: SEP

Redacción: El Sol de México

El secretario de Educación, Esteban Moctezuma, aseguró que en el país hay oportunidades para quienes buscan el desarrollo del país.

El secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma consideró que en el país quienes reciben la educación más precaria, son los más pobres.

Hoy en México, la educación más pobre la reciben los más pobres

Asimismo Moctezuma advirtió que será necesario que la Nueva Escuela Mexicana se caracterice por ser inclusiva y concebir el talento como una cuestión de desarrollo personal y social, para hacerlo accesible a todos los jóvenes del país.

Al dar la bienvenida a becarios del programa Líderes del Mañana, del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey (ITESM), el titular de la SEP señaló que la Nueva Escuela Mexicana, debe contemplar construir con todos y para todos, así como aprovechar las riquezas que tiene el país para aliviar sus necesidades.

Para impulsar el talento en México, Moctezuma Barragán afirmó que en la SEP se estimula un enfoque que hace del talento una forma de reconocimiento y de inclusión, al definir a la excelencia educativa y a la equidad como dos de sus pilares fundamentales.

Acompañado por Salvador Alva Gómez, presidente del ITESM, Esteban Moctezuma refrendó que la equidad es un tema prioritario para el nuevo gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador; además, coincidió con la visión del Tecnológico de Monterrey de potenciar el talento y abrir las oportunidades para generar los agentes de cambio que se necesitan.

Finalmente, el secretario de Educación aseguró que en México hay oportunidades para quienes buscan el desarrollo del país, y destacó la importancia de reconocernos como una sociedad pluriétnica y multicultural para entender y admirar la riqueza de los pueblos originarios.

Fuente: https://www.elsoldemexico.com.mx/mexico/sociedad/en-mexico-la-educacion-mas-pobre-la-reciben-los-mas-pobre-esteban-moctezuma-sep-4000800.html

 

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