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Los caminos de emancipación de la juventud como hipoteca del desarrollo

Autores: Daniel MacadarFernando FilgueiraVíctor Borrás

Esta nota forma parte de un ciclo de artículos que está publicando la diaria sobre dinámicas de población y su vínculo con el desarrollo, en una iniciativa conjunta con el Fondo de Población de Naciones Unidas.

Hemos hecho mención en diversas notas anteriores a la idea de bono demográfico o la etapa denominada “ventana de oportunidades demográfica”. Estas etapas se cierran en la medida en que los países envejecen y presentan tasas de fecundidad y natalidad cada vez más pequeñas. Una categoría clave de población en estos procesos es la adolescencia y la juventud. Estas poblaciones en nuestro país ya están disminuyendo en términos relativos a la población activa de mayor edad y a la población adulta mayor, aunque aún son una amplia proporción de la población. Entre los 15 y los 29 años se encuentra aproximadamente 22% de la población. En tan sólo diez años es esperable que dicha proporción descienda a 19,7% y hacia 2050, bajo algunos escenarios de caída marcada de la fecundidad como se está constatando en los últimos años, a tan sólo 16,6%. Estas son las nuevas cohortes que estarán ingresando a la vida adulta, laboral, familiar y reproductiva, y que en buena medida y dependiendo de cómo lo hagan, determinarán niveles futuros de productividad, bienestar, desigualdad y pobreza.

Si la primera infancia es clave para generar cohortes futuras integradas, productivas e innovadoras, esta etapa transicional determina si dichas inversiones se cosechan adecuadamente o, por el contrario, se dilapidan. Aún peor en algunos casos, las bajas inversiones tempranas y una matriz de desigualdad que incrementa las brechas en la adolescencia ya determinan que un porcentaje importante de las nuevas cohortes jóvenes pierdan el tren del siglo XXI, perdiendo el país con ello su recurso más y más escaso en el futuro: el humano.

Trayectorias y dilemas: historias imaginadas y sus implicancias

María, de 24 años, es soltera, estudia en la Universidad y empieza a preguntarse, dados los escasos trabajos que ha logrado conseguir, de qué manera podrá independizarse de sus padres. Con su pareja no se plantean aún la unión formal o el inicio de una vida en conjunto. Él cuenta con un empleo estable y ha finalizado estudios terciarios, pero enfrenta limitaciones de progreso laboral. Emigrar está dentro de su horizonte de posibilidades. Más lejos aún está la idea de un hijo o hija.

José, de 20, trabaja desde los 16 años, en changas y empleos inestables. Dejó sus estudios entre 4° y 5° año de liceo y ayuda económicamente en la casa de los padres, aunque cree que es crecientemente más una carga adicional que una ayuda y está viendo cómo alquilar algo básico. Con su novia terminaron la relación hace poco. Ella quería avanzar hacia una vida en conjunto, pero él no ve condiciones de autonomía aún.

Emilia tiene 18 años, está finalizando secundaria, pero quedó embarazada sin planificarlo y no cuenta con una pareja estable, ni mucha voluntad del padre biológico de ser parte de la vida de un hijo que ella ha decidido tener. Ha conseguido un trabajo con un salario bajo, pero estable, pero no ha podido sostener los estudios. No tiene claro si podrá trabajar luego de que nazca su hijo. En la casa de sus padres ella también sabe bien que una boca más es un tema complejo.

Estos ejemplos imaginados reflejan dilemas, tensiones y aspiraciones de los jóvenes en nuestro país en su tránsito a la vida adulta. Expresan también al menos cuatro hitos claves que normalmente son considerados para describir y evaluar la transición a la vida adulta: finalizar los estudios, iniciar la vida laboral, independizarse del hogar de origen e iniciar la vida reproductiva.

Ahora bien, la forma, la secuencia y el timing que asumen estos hitos también tendrán una influencia notoria en el futuro de los jóvenes y en el futuro agregado de la sociedad. Una transición en donde la tenencia de hijos es muy temprana, el ciclo educativo es abandonado mucho antes de su culminación o egreso y la salida del hogar de origen se realiza en un contexto de débil o precaria inserción laboral posee altas probabilidades de condenar a dichos jóvenes a la pobreza o al menos a una muy baja posibilidad de movilidad social ascendente durante su ciclo vital.

Además, si una proporción importante de nuestros jóvenes transitan rutas como la descripta o similares, el país pierde un porcentaje importante de nuevos integrantes del mundo adulto en sectores de baja productividad y en muchos casos con necesidad de apoyos sociales a estos y su descendencia. Otras rutas pueden verse limitadas por las opciones del mercado, empujando a nuestros jóvenes a considerar la emigración o a postergar indefinidamente la emancipación hacia la vida adulta.

Estas rutas no se producen por el libre albedrío de cada joven solamente, aunque las decisiones de los actores son relevantes. Estas están fuertemente matrizadas por los orígenes sociales y la más amplia o más restringida estructura de oportunidades que enfrentan. Con qué Estado, mercado, en qué familias de origen y en qué territorios se transitan estos dilemas no son datos irrelevantes o con efectos aleatorios. Ellos determinarán en buena medida rutas diferenciadas a la vida adulta.

Hitos de la transición a la vida adulta en Uruguay: tendencias y estratificación

Las clases sociales de origen, el nivel educativo propio y de sus progenitores, el sexo de la persona y el lugar en donde habita (grandes áreas urbanas, localidades urbanas medias y pequeñas localidades rurales) posee una fuerte incidencia en las edades a las que los y las jóvenes finalizan sus estudios, inician su vida laboral, se emancipan de sus hogares de origen y tienen su primer hijo/a. Esta pauta fuertemente estratificada ya se había identificado con la primera Encuesta de Juventud en 1990 y se constata nuevamente, aunque con algunos signos alentadores, en la última encuesta, de 2018. Evidencia parcial entre 2018 y 2021 muestra tendencias de las buenas y de las otras.

Foto del artículo 'Los caminos de emancipación de la juventud como hipoteca del desarrollo'

Si bien el acceso al primer trabajo y el abandono del hogar de origen presentan diferencias por estrato social o clima educativo del hogar de origen, son estos otros dos mojones en las transiciones en donde el contraste es más marcado. Más de 50% de las y los jóvenes que tienen hijos declaraban ya ser madres o padres a los 20 años cuando provienen de hogares de bajo clima educativo. En materia de finalización o abandono de ciclo educativo, el contraste es muy marcado. Más de 50% de quienes dejaron el sistema educativo declaran no estar estudiando en hogares de bajo clima educativo a los 16 años, y 11% (lo cual no deja de ser alto) lo hacen a estas mismas edades cuando el hogar de origen posee un clima educativo alto.

Algunas tendencias alentadoras pueden haber mejorado parcialmente estos valores. Entre 2018 y 2021 el embarazo entre 15 y 19 años disminuyó a la mitad prácticamente, lo que estaría indicando una mejora tanto en los valores absolutos de los sectores bajos como en la estratificación en dicho hito transicional. También entre 2018 y 2019 (es difícil evaluar el año pandémico y posiblemente haya generado un importante retroceso) mejoraban los indicadores educativos de acuerdo a la Encuesta Continua de Hogares (ECH).

Foto del artículo 'Los caminos de emancipación de la juventud como hipoteca del desarrollo'

Por otra parte, es importante resaltar que en cuanto a la salida del hogar de origen y tenencia del primer hijo, los sectores medios y altos presentan una pauta bastante dilatada. 35% del total de jóvenes de clima educativo alto recién dejaría su hogar de origen luego de los 30 años. Esta dilatación es más marcada cuando se considera la tenencia de hijos. Más de 50% de los jóvenes de clima educativo alto no ha tenido hijos hasta los 35 años de edad. En materia laboral la pauta estratificada es menos marcada, pero existe. Del total de jóvenes con alguna experiencia laboral en el estrato alto, casi 25% la inicia sólo luego de los 22 años. Estos valores se revierten en los estratos bajos. Menos de 25% de los jóvenes con baja educación no han conocido experiencias laborales a los 18 años.

Existe otra opción no considerada en el análisis precedente que refiere a la opción emigratoria. Ante la pregunta de si en los últimos dos años han considerado la opción de dejar el país, las pautas son muy claras. Cuanto mayor el clima educativo del hogar y mayor la edad, aumenta la propensión migratoria.

En suma, una parte de nuestros jóvenes (al menos 50% de los que pertenecen al clima educativo bajo) está procesando transiciones sumamente vulnerables a la pobreza y la exclusión, además de la reproducción intergeneracional de la pobreza. Son aquellos que declaran haber finalizado su asistencia educativa a los 16 años y ser madres o padres antes de los 20 años. Por otra parte, en donde se concentra el capital humano de nuestra juventud observamos una tardía pauta reproductiva y salida del hogar de origen (y tenencia del primer hijo).

Además de esta clara estratificación en los hitos transicionales a la vida adulta, el sexo y las construcciones de género asociadas importan. Las mujeres tienden a adelantar la salida del hogar de origen en forma moderada respecto de sus pares varones, en parte asociado a un más claro adelantamiento en la faz reproductiva. Por otra parte, los hombres ingresan más tempranamente al mercado laboral y abandonan más tempranamente el sistema educativo. También difieren las trayectorias según el área geográfica de residencia. En particular, los/as jóvenes del interior tienden a salir antes del sistema educativo que los de Montevideo, al tiempo que ingresan también antes al mercado de trabajo.

Inversión en juventud para mitigar la estratificación

Existen al menos siete políticas o áreas programáticas que deberían considerarse para poder enfrentar algunos de los problemas del país en esta materia.

En primer lugar, continuar con una política de Estado que garantice la opción reproductiva en calendario y cantidad es clave. Ello incluye el acceso a educación sexual, métodos anticonceptivos modernos y asistencia reproductiva cuando tal es el deseo, pero la biología es una limitante.

En segundo lugar, lo ya señalado en notas anteriores: combatir la penalización en materia de estudios y muy especialmente empleo e ingresos a la maternidad (y en menor medida a la paternidad). Las licencias, los apoyos monetarios a las familias con hijos pequeños y los sistemas de cuidado son parte de esta estrategia.

Tercero, las políticas educativas, especialmente aquellas orientadas a la retención en el ciclo medio y a una mayor diversidad y flexibilidad de ofertas terciarias, son fundamentales. En la parte baja y aún media de la estratificación es clave lograr mayores niveles de egreso y continuidad educativa con saberes que permitan inserción laboral y continuidad educativa. En la parte alta y en quienes acceden a estudios terciarios es importante diversificar la oferta en modalidades más cortas que el mercado demanda y la oferta educativa hoy no proporciona, y facilitar la complementación de experiencias laborales y continuidad educativa en carreras más largas.

Un cuarto desafío: las políticas activas de empleo deben robustecerse, procurando facilitar experiencias de calidad de primer empleo en todos los niveles sociales. Exoneraciones tributarias, subsidios, pasantías, lógicas de estudios duales que combinan formación con trabajo, tanto en el nivel terciario como en la finalización de ciclos medios superiores, son parte de la batería de opciones.

Foto del artículo 'Los caminos de emancipación de la juventud como hipoteca del desarrollo'

Un quinto y muy complejo desafío refiere a cómo retener a nuestros y nuestras jóvenes más capacitados. Es necesario, sin cercenar las posibilidades de estudios y experiencias laborales en el extranjero, generar incentivos y oportunidades para la permanencia y el retorno de estas juventudes. Ello requiere direccionar adecuadamente parte de la inversión en ciencia y tecnología hacia políticas que eviten el llamado brain drain (fuga de cerebros). Por otra parte, también son necesarias políticas de fomento de la inversión pública y privada (nacional y extranjera) que favorezcan con subsidios o exoneraciones a aquellas que crean y garantizan puestos de trabajo de alta calidad para nuestra juventud. Una economía dinámica y en crecimiento y un mercado laboral con menos barreras de ingreso a los más jóvenes forma parte de dicha estrategia. Lo primero depende de un conjunto complejo de aspectos bajo nuestro control y otros que no lo están. Lo segundo nos obliga a pensar en reglas de mercado laboral que disminuyan la brecha de oportunidades entre los protegidos y los que están a la intemperie.

Un sexto componente sí depende de nuestras capacidades. De la misma manera que existe una mayor propensión migratoria en los y las jóvenes de clima educativo alto, existe una proporción no menor de las olas inmigratorias que están llegando al país jóvenes y con buenos niveles educativos. Su plena integración a la continuidad educativa y a las oportunidades laborales es clave.

Un séptimo componente refiere a las políticas de acceso a vivienda propia y alquileres. Hoy para los sectores medios y altos, ni que hablar para los sectores bajos, el acceso a viviendas autónomas de calidad es extremadamente oneroso. Nuevamente es importante el desarrollo de mercados y ofertas accesibles para esta población.

Puede parecer paradojal que en un país que envejece las principales políticas para transitar dichas etapas supongan una fuerte inversión en infancia, adolescencia y juventud. Cuanto más tarde entendamos esto, menor será el aprovechamiento del bono, de los frutos de este para mejorar la etapa posterior a este, y más corta será la sábana fiscal, ya que la presión sobre el gasto de los adultos mayores se incrementará inevitablemente.

Víctor Borrás es investigador del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. Fernando Filgueira es jefe de la oficina del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA). Daniel Macadar es investigador de UNFPA.

(*) Esta nota se apoya en el trabajo elaborado por Víctor Borrás para UNFPA, “Transición a la adultez en Uruguay: nueva evidencia en base a la Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud 2018” ; UNFPA 2021, Montevideo, Uruguay.

Bibliografía
Ciganda, D. (2008) “Jóvenes en transición hacia la vida adulta: El orden de los factores ¿no altera el resultado?”, en Varela, C. (coord.), Demografía de una sociedad en transición: la población uruguaya a inicios del siglo XXI, Montevideo: Trilce.

Filardo, V. (2015) “Cambios y permanencias en las transiciones a la vida adulta de los/as jóvenes en Uruguay (2008-2013)”. En Mirada Joven. Cuadernos Temáticos de la ENAJ N°1. Mides/INJU, Departamento de Sociología Facultad de Ciencias Sociales Udelar.

—————(2010) “Transiciones a la adultez y educación”. Cuaderno N° 5 UNFPA. Montevideo.

Filgueira, C. (1998) Emancipación juvenil: trayectorias y destinos. Cepal Montevideo.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/politica/articulo/2021/9/los-caminos-de-emancipacion-de-la-juventud-como-hipoteca-del-desarrollo/

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Formación Continua de Docentes: Tareas pendientes

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

No cabe duda que es importante reflexionar sobre el papel que juega la formación continua y la profesionalización de las figuras educativas en época de pandemia y post pandemia…

Una de las cuestiones pendientes por atender y de las más sentidas, por parte de las y los docentes, así como por las y los directivos escolares, debido a los vacíos y problemas que se han producido en México, es la que se refiere a la formación continua de estas figuras educativas durante el ejercicio de la profesión.

Uno de los problemas de las acciones de formación continua para maestras y maestros en servicio, como política pública, es la centralización, que no solamente se establece en los programas, sino también en el marco legislativo.

Esto, en términos de las atribuciones exclusivas del gobierno federal (SEP) en la materia, las condiciones laborales y los problemas de gestión institucional efectiva en el campo de la formación continua, que demandan las y los trabajadores de la educación a las autoridades educativas (en nuestro país y en la región iberoamericana, especialmente en los niveles de educación básica y media superior), sobre todo de la escuela pública.

Como respuesta a esa necesidad laboral y de desarrollo profesional del magisterio, a finales de 2020 se llevó a cabo el ciclo Iberoamericano de encuentros con especialistas denominado: “La Formación Continua y el Desarrollo Profesional Docente en el Contexto de Nuevas Normalidades”, el cual contó con la participación de estudiosos en la materia, ubicados en diferentes puntos de la región iberoamericana.

En relación con dicho evento académico, la noticia es que hace unos días se dieron a conocer las memorias del ciclo o encuentros realizados, en las cuales se reúnen los textos de las y los expositores a este importante conjunto de encuentros.

Así lo expresan los organizadores de este ciclo en la presentación de las Memorias: “…la agenda que se impone es fortalecer la formación inicial de las nuevas generaciones de profesoras y profesores y, sobre todo, reconfigurar la formación y el desarrollo profesional de quienes están al frente de la tarea educativa en este momento de grandes transformaciones radicales de la educación, con una visión de futuro.” (1)

De hecho, tanto la formación inicial como continua de docentes y directivos escolares son componentes indispensables en los proyectos nacionales de políticas públicas educativas de los diferentes países de la región, ya que a través de estas acciones aspiran a asegurar el derecho pleno a la educación de las niñas, los niños y jóvenes.

Sin embargo, el centralismo, la falta de apoyo a las escuelas normales y demás instituciones responsables de la formación inicial de profesionales de la educación (no sólo de docentes), como el CAM y la UPN; así como el manejo discrecional de los recursos financieros y materiales en materia de formación continua, contradicen las buenas intenciones que manifiestan las autoridades educativas federales y estatales sobre estos rubros.

Un Enfoque crítico sobre la formación continua

En la conferencia inaugural del evento mencionado, Francesc Imbernón, de la Universidad de Barcelona, afirmó: “Desde los años 80 empieza a investigarse la formación del profesorado y se ha avanzado mucho con investigaciones y experiencias. Actualmente hay mucha investigación y muchas evidencias para saber qué es lo que funciona y qué es lo que no funciona. A pesar de todo, se está cayendo a veces en los mismos errores del pasado; yo quisiera hacer esta reflexión en voz alta con ustedes, ver qué elementos son importantes, qué es lo que sabemos que funciona y qué es lo que sabemos que no funciona en la formación continua de los docentes.”

Imbernón se refirió también a cuatro aspectos sobre los cuales conviene reflexionar, en torno a la formación continua como proceso que va de la continuidad a la discontinuidad del trabajo docente, en contextos de pandemia y sin pandemia.

Los cuatro aspectos, dicho esto de manera esquemática, son:

1. El nuevo papel del profesorado y de la institución educativa. De la individualidad a la colaboración. Colegialidad participativa versus aislamiento y solitud.

2. Formación desde dentro-territorio (situada). Situaciones problemáticas unidas a proyectos. “La formación continua es que primero vamos a ver qué situaciones problemáticas hay en un territorio o en una escuela y para eso les damos formación. El binomio se ha invertido: antes era formar profesoras y profesores e ir al contexto y ahora es ir al contexto y formar profesorado para mejorar ese contexto. Las condiciones de una formación continua situada han de ser en el centro o en el territorio; se llama territorio porque la problemática de varias escuelas puede ser la misma, pero siempre tiene que partir de las necesidades del personal docente.”

3. El nuevo concepto de formación continua. Actualización versus creación de espacios. “El nuevo concepto de la formación es que tenemos que intentar, con apoyo del profesorado, descubrir la teoría implícita que éste lleva a la práctica.”

Y 4. Conciencia del profesorado en los procesos de cambio. Identidad y empoderamiento. El profesorado como sujeto capaz de generar conocimiento.

Los siguientes fragmentos de la exposición del profesor Imbernón, me parecen especialmente relevantes: “Una asesora o un asesor puede brindar herramientas, por ejemplo, de evaluación, de intercambio, lo que significa pasar de la individualidad a la colaboración, es decir, una formación horizontal”… “Cuando hacemos de la escuela una comunidad de cambio pasamos a la innovación institucional.”… “La formación continua ha de ser de proceso, lo que significa intentar que no sea únicamente actualizar o capacitar en temas nuevos, sino crear espacios de aprendizaje y de cultura colaborativa que sean complementarios. La formación continua tiene una parte importante de actualización y capacitación, principalmente de temas nuevos, donde expertos nos explican cosas interesantes, pero la parte más importante y complementaria es la de crear espacios de aprendizaje en los centros con un proceso de cultura colaborativa.”

“…la formación continua aparece como revulsivo crítico para mejorar esta situación.” (se refería a los innumerables problemas que hay en la escuela)

“…la formación del profesorado y su desarrollo se tiene que trabajar con un modelo de formación centrada en el profesorado y con el profesorado, como decía Michael Fullan. Esto significa: trabajar la persona, más comunicación entre personas profesionales, todo el sistema relacional, las emociones, el trabajo conjunto, el sentirse bien, trabajar la identidad, la reivindicación y el empoderamiento de ser profesor o profesora. …una maestra o un maestro inculto, con bajos salarios, pobre, es vulnerable al sistema económico y social, es manipulable. Cuando es una maestra o un maestro culto, con identidad y empoderado, ya no le manipulan tanto los criterios sociales, económicos y tecnológicos. Después, trabajar la colegialidad, las dinámicas colectivas. … siempre que hay una formación continua, se han de crear estructuras de participación y diálogo en todo el proceso formativo.”

No cabe duda que es importante reflexionar sobre el papel que juega la formación continua y la profesionalización de las figuras educativas en época de pandemia y post pandemia; pero también es conveniente señalar las tareas pendientes que hay en México en torno a estos temas. Pongo sobre la mesa una de ellas:

El subejercicio de recursos públicos destinados a la formación continua de docentes y directivos escolares, que se cometió durante el gobierno de Peña Nieto, al no ser adecuadamente utilizados para apuntalar las acciones nacionales en el ámbito de dicha formación. Ese es un hecho que está suficientemente documentado, donde se muestra que, a diferencia de lo que se gastó en el área de comunicación social de la SEP, las tareas de formación continua fueron recortadas (2). Eso sucedió especialmente durante el periodo en que Aurelio Nuño fue titular de la dependencia (2015-2017).

Me parece correcto que las autoridades educativas (SEP, MejorEdu) convoquen y celebren eventos académicos con expertos o especialistas, del más alto nivel académico, sobre el tema de la formación de profesionales de la educación. Pero quizá sea también oportuno reconsiderar modelos críticos de abordaje en este campo y escuchar a las voces de los actores principales de la escena educativa: Docentes, directivos escolares, estudiantes y familias, así como abrirse a la discusión pública en torno a las tareas nacionales que están pendientes en este terreno.

Fuentes:

(1) Memoria: La formación continua y el desarrollo profesional docente en el contexto de nuevas normalidades. Ciclo Iberoamericano de Encuentros con Especialistas. (2020) Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MejorEdu).

(2) Nayeli Roldán (2018) “SEP redujo recursos para capacitar docentes al mismo tiempo que multiplicó su gasto en comunicación social.” Animal Político. 13 de mayo, 2018. “Aunque a la SEP le fueron aprobados mil 654 millones de pesos para capacitar a docentes, sólo gastó 949 millones de pesos, es decir, tuvo un subejercicio de 42%; en cambio, gastó en comunicación social mil 963 millones de pesos.”

Contacto: jcmqro3@yahoo.com I Twitter: @jcma23


Publicado en SDPnoticias

Fuente: https://profelandia.com/formacion-continua-de-docentes-tareas-pendientes/

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Niñas, niños y adolescentes atrapados entre dos fuegos

Por: Marcelo Trivelli

Los niños primero es buen slogan porque este grupo ha estado rezagado en las políticas públicas, sobre todo en aquellas referidas a recibir una educación de calidad. Lamentablemente, no pasa de ser un slogan que se repite sin contenido por quienes dicen defender sus intereses. Niñas, niños y adolescentes han quedado atrapados entre dos fuegos con nefastas consecuenciaspara ellos.

La presencialidad en la educación ha concentrado la pugna de poder entre las autoridades del Ministerio de Educación y del Colegio de Profesores en Chile, siendo las y los estudiantes meros espectadores. Distinto hubiera sido si el diálogo se centrara en diseñar una política pública para la educación que tomara lo mejor de las clases remotas y lo mejor de la presencialidad.

Desde el comienzo de las clases remotas, en Fundación Semilla hemos destacado el trabajo de miles de docentes y profesionales de la educación que debieron reconvertirse sin contar con las herramientas pedagógicas ni los recursos tecnológicos para los desafíos que imponía el cierre de la educación presencial. Su compromiso es innegable.

La Agencia de Calidad de la Educación, reconociendo el problema que enfrenta la educación básica y media, diseñó un conjunto de instrumentos para que las comunidades educativas del país pudieran realizar un Diagnóstico Integral de Aprendizajes en sus respectivos establecimientos. Si bien ha existido confusión en cómo aplicarlo y sus objetivos, lo importante es que se está haciendo un esfuerzo para recabar información que permita diseñar mejores políticas públicas a nivel general y mejores programas a nivel de escuela o liceo.

En días pasados, la Agencia de Calidad de la Educación entregó algunos resultados de agregados del Diagnóstico Integral de Aprendizajes y sus conclusiones confirman el daño que ha provocado la pandemia en las y los estudiantes en las áreas socioemocional, lectura y matemáticas. Probablemente un daño irreversible que va en directa relación con la vulnerabilidad de los establecimientos educacionales. Es decir, la brecha se agranda en vez de achicarse entre los grupos socioeconómicos.

La misma Agencia ha constatado que una buena convivencia, que va de la mano con educación socioemocional, es la variable de control que mejor explica un buen logro en aprendizajes. Y la otra cara de la moneda: estudiar y aprender a leer y escribir, así como las matemáticas afectan positivamente el desarrollo cerebral y cognitivo.

Resulta de sumo interés la propuesta de la Agencia de la Calidad de la Educación en cuanto promueve utilizar estos instrumentos para que, a partir de ellos, las y los docentes promuevan el pensamiento crítico, planteando otros problemas desafiantes, que ojalá tengan más de una solución, que se resuelven con más de una estrategia y que permitan abrir diálogos ricos en contenido, imaginación y respeto mutuo.

Qué diferente hubiera sido si desde el comienzo niñas, niños y adolescentes hubieran estado primero en la preocupación de autoridades políticas y gremiales y no quedaran atrapados entre el fuego cruzado de una sola variable: clases remotas o presenciales.

Fuente de la información e imagen:  https://www.pressenza.com/es/2021/06/ninas-ninos-y-adolescentes-atrapados-entre-dos-fuegos/

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Libro(PDF): Hegemonía, cultura y educación. Introducción a las estructuras culturales disipativas

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Históricamente no ha sido fácil pertenecer a algo, ser alguien; lograrlo depende de la confluencia de múltiples circunstancias y factores en escenarios de conflicto y de tensión. Comprender esta complejidad ha sido, por otra parte, tarea permanente de la antropología, compartida cada vez más con otras disciplinas científicas que día a día ven desdibujar sus fronteras. Por eso, este texto es un pretexto, valga la expresión, para reflexionar sobre una antropología que permita avanzar algunas explicaciones relacionadas con la configuración de las estructuras culturales que pautan los modos de vivir que generan estos sobresaltos, incertidumbres, miedos e insatisfacciones. En últimas, se trata, ni más ni menos, de intentar recuperar la confianza en el ser humano.

Autor: Orlando Pulido Chaves.

Editorial/Edición: CLACSO. Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación. Campaña Mundial por la Educación.

Año de publicación: 2021

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-722-955-43

Idioma: Español

Descarga: Hegemonía, cultura y educación. Introducción a las estructuras culturales disipativas

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2382&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1554

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México: Una de cada cinco personas sufrió violencia física en esta pandemia

Por: Sofía Villafuerte Guillén

Muchas familias han vivido un aumento de la violencia durante el confinamiento por la COVID-19. Así lo muestra una investigación realizada por el Dr. Raúl Alcázar Olán, académico del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Iberoamericana Puebla, durante los meses del verano de este año.

De acuerdo con lo recabado en una encuesta, el 89.5 por ciento de los participantes afirmó haber sido víctima de violencia psicológica por parte de un familiar enojado, generalmente el cónyuge. Asimismo, el 94.4 por ciento de las mujeres y el 91.6 por ciento de los hombres han ejercido, estando enojados, algún tipo de violencia psicológica hacia algún familiar durante estos más 16 meses de pandemia.

Alcázar Olán, doctor en Psicología, desarrolló una investigación sobre el enojo y la violencia familiar durante la pandemia por COVID-19, en el estado de Puebla, con el apoyo del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Puebla (CONCYTEP), y con la colaboración de alumnos y de la docente Graciela Isabel Wilson Corral.

Este trabajo, que incluyó propuestas para la creación de políticas públicas que contribuyan a reducir el problema, reveló que durante la pandemia una de cada cinco personas ha sido víctima de violencia física por parte de algún familiar enojado, especialmente la pareja.

Asimismo, la investigación realizada durante este verano, la cual incluyó una muestra de 665 adultos, da a conocer que en la pandemia el 33.5 por ciento ejerce violencia física contra algún familiar, la mayoría de las veces hacia la pareja, aunque también hacia los hijos.

Alcázar Olán, integrante del Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT, subraya que el enojo excesivo, entre otros factores, es un elemento que aumenta las reacciones violentas, especialmente las de carácter psicológico. En consecuencia, afirma, el manejo emocional se vuelve indispensable para disminuir dichos episodios de violencia.

De acuerdo con el especialista y creador de la Escala de Pensamientos de Enojo ─reconocida por la American Psychological Association (APA)─, si bien no se trata de un problema nuevo, muchas familias han padecido un aumento de la violencia a partir de una serie de causas derivadas del confinamiento por COVID-19.

“Si bien los gobiernos federal y estatal han realizado esfuerzos para combatir la violencia familiar, mediante programas que buscan remediar el problema o sancionarlo, no hay, o son pocas, las iniciativas para la prevención”, recalcó el académico de la IBERO Puebla.

El especialista de la Universidad jesuita de Puebla asegura que existe más información estadística sobre la violencia hacia las mujeres que hacia los hombres. Sin embargo, varios estudios señalan que la violencia más recurrente está en las relaciones de pareja, en la cual hombres y mujeres han ejercido varios tipos de violencia hacia su cónyuge.

Como parte de la investigación realizada se trabajó en propuestas para una política pública que busque reducir el problema del enojo excesivo y la violencia familiar, entre las que destacan: implementar de medidas preventivas para fomentar el autocontrol del enojo y el cuidado mutuo en las relaciones familiares.

Así como también concientizar a la población sobre el problema mediante diversas actividades y medios; aumentar la participación de la sociedad civilcomo promotores de la lucha contra la violencia familiar, y reconocer los daños del enojo excesivo y la violencia familiar.

Las investigaciones Enojo excesivo y violencia familiar: Informe para maestros y padres de familia y Enojo excesivo y violencia familiar: hacia una propuesta de política pública en el Estado de Puebla fueron realizadas en colaboración con la profesora de la IBERO Puebla, Graciela Isabel Wilson Corral, y los alumnos de Psicología Gabriela Bermúdez Cruz, Jenifer Azuleni Martínez de la Cruz y Pedro Rivera Martínez. Estos informes serán publicados como libros en los próximos meses.

Fuente de la información e imagen:  IBERO Puebla

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Uruguay. Cambios en la educación: Silva dijo que preparan experiencias piloto para 2022

Por: El País 

El presidente del Consejo Directivo Central (Codicen), Robert Silva, dijo este lunes a El País que en el año 2022 habrá “experiencias piloto” que se darán en el marco de una “gran reforma del sistema educativo” que empezó a cultivarse el año pasado, pero que quedará efectiva entre 2022 y 2023.

“Toda la reforma curricular comienza en el 2023. En el 2022 tendremos experiencias piloto o algunas acciones concretas en algunas áreas, pero todo comienza en el 2023. Se va a habilitar todo un proceso de diálogo, de consulta, con toda la sociedad, porque el tema de la reforma curricular no es solo de los docentes, es también de los estudiantes, de la familia”, dijo Silva a El País.

Uno de los cambios incluidos dentro de esta hoja de ruta, aprobada por la ANEP para concretar la transformación curricular, es la creación del Bachillerato Interdisciplinario General propuesto por Secundaria. Este nuevo plan propone que los estudiantes de este nivel educativo tengan la opción de elegir una orientación en sexto año de liceo, y no en cuarto como funciona actualmente.

La directora de Políticas Educativas de la ANEP, Adriana Aristimuño, dijo en agosto del 2020 a El País, que los cambios en bachillerato se darían “en principio” en el año 2023. “Hay un pre-acuerdo con la UdelaR en tender a que se pueda ingresar a más carreras sin tener que optar por una orientación en el bachillerato. La idea es que sea un bachillerato general”, sostuvo.

Al ser consultada este lunes sobre este tema, Aristimuño agregó: “Esto no es nada más que una experiencia para ver cómo sale y en realidad sobre la reforma curricular hay muy pocas cosas decididas. Por eso tenemos que hacer una consulta. Estamos lanzando muchos grupos de trabajo, esto no es algo que está cerrado, para nada”.

En ese sentido, Aristimuño explicó que “la idea más importante que tiene esta experiencia es ir hacia un bachillerato general, transversal, igual para todos los estudiantes, en el cual al final se puedan elegir algunas opciones”. Sin embargo remarcó que esto no era nada más que una “propuesta experimental que va a estar a estudio, para evaluar, su pertinencia y su conveniencia”. “En todo caso la tomaríamos como parte de la reforma, si consideramos que es viable y adecuada en lo que la reforma propone”, sostuvo.

“Va a ser algo acotado, que se va a hacer de manera experimental el año que viene por iniciativa de Secundaria. Nosotros estamos haciendo un proceso global, integral, que comprende todo el sistema educativo”, concluyó.

Estos cambios previstos para el 2022 y 2023 ya generaron reacciones en diversos sectores de la educación. El expresidente de Fenapes, Marcel Slamovitz, dijo que esta reforma en Secundaria «prohibe a los alumnos de la Educación Pública estudiar los saberes de la humanidad».

«El verdadero motivo de la persecución sindical: eliminar la resistencia ante esta reforma que elimina el asignaturismo, prohibe a los alumnos de la Ed. Pública estudiar los saberes de la humanidad. Reduce las orientaciones en bachillerato. Modelo chileno 100 por 100», escribió en su cuenta de Twitter.

Por otra parte, el exdirigente de Fenapes y expresidente de Ades(Asociación de Docentes de Educación Secundaria de Montevideo) Emiliano Mandacen se refirió a esta reforma como una «escandalosa pauperización de los contenidos, del concepto de formación integral», y la calificó como una «municipalización de la educación, vestida de autonomía de los centros, para favorecer los sectores empresariales».

«La educación al servicio del mercado. La ductilidad, y la obediencia de la mano de obra barata , alienada. Mientras las élites, se apropian del conocimiento universal para sus cuadros. El resto de la sociedad, debe “cultivar” habilidades para servir a ese status quo», escribió en su cuenta de Twitter.

Mandacen también atacó contra la «hoja de ruta» de la que habló Robert Silva y dijo que «el problema de fondo» de esa reforma no era la hoja en sí misma, sino que lo eran «los marcos conceptuales que la estructuran». «No hay que subestimar a la sociedad. Un debate serio, sin falsas neutralidades, donde se esconde un profundo conservadurismo», escribió.

https://www.elpais.com.uy/informacion/educacion/cambios-educacion-silva-dijo-preparan-experiencias-piloto.html

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