El castellano varea

 

“¡No se dice así! Lo correcto es: el castellano varía. Es una barbaridad lo que enseñarán en las escuelas. Lo voy a tuitear. ¿De veras eso está en el libro de texto de la SEP? OMG!!! Sí, me pasaron el video de Loret en el chat de la oficina, y obvi hay que denunciarlo. No te tardes, tenemos que actuar ASAP porque estos tipejos, al final del día, quieren terminar con todo. Chatéalo para que se haga viral, y ponle el jashtag #MiEspañishNoSeToca. Son tan ignorantes, sobre todo YSQ. Estaría feliz si fuera oficial decir verdadtdijistes o fuistes. Por cierto, si quieres venir esta naigt, en vez de cocinar podemos pedir por delíveri un suchito. Así vemos, en estriming, la peli que nos recomendó Máic.

“Cuando nos muéramos, Manolo, no nos vamos a llevar nada a la tumba. No sé si haiga otra vida después de que se nos acabe la de orita, pero mientras tanto hay que vivir. ¿Quieres otra tortuga cubana?  Sí, pa. ¡Ecolecual! Así me gusta.”

“Cuando sea grande, y pase de primaria a segundaria, quiero que me des permiso de ir a alfa. Eso de enseñar a alguien a leer ha de ser chidísimo, ¿edá? Claro que sí, segurolas mhija, ya no más te falta un año.”

“Voy a ser sumamente lacónico, compasMas sin en cambio no significa que no me salga esplayado lo que tengo que decir.”

“¿Qué vas a hacer el finde, amiga? Ay, no sé: ya me cansé de ir a Cuerna y si voy con mis papás a Tepoz, me aburro porque hay muchos tepoztisos que creen que con ponerse unos pinchesguaraches ya se volvieron del pueblobueno. Puro amlover. Es lo malo de tener de jechu a una antropófaga del INA, y a mi papá que nomás sueña con volver al cecehache sur. ¿Tú sí vas a ir a Aca?”

“El árbitro me amolestó no más por puro teatro que hizo la delantera. Era bien clarito ofsai güey y el jalón que le di güey fue para que no seandara haciendo tiempo güey. El partido que pasó la semana pasada güey ese mismo árbitro no hizo nada cuando le dieron leña a Rosa no manches güey, ¡esa sí que era deveritas una expulsaciónChale…”

“El Pancho tiene una su casota bien grande de tamaño. Yo no me hago pensar clarito que le ajuste con esa su paga en la albañileada. Es media cuchara y muyapenasOra que si fuera maistro de obras tampoco le acabalabapalcanzar. Oye: ¿te puedo emprestar 500 pesos? Te los pago pronto.”

“¡Nombre! Si no sabe manejar ni el esepeese y se hace bolas con el ecsel, ¿cómo crees que le van a aceptar el peiper si en ese yurnal la referiada es muy estricta? Esa yurnal está en escopus y en el güebofsains, y tiene niveles de cuotación muy altos. Ni que fuera Burdié. Ándale, ya se acabó el breic; sigue el conversatorio y se va a poner buena la discusión: todos son esnitres.”

“Pareja, pareja, ¿me copias? Tenemos un 458 en la esquina de Lachabela y Uruguay; hay una femenina que ya dejó de estar por un 58. Tengo ponchado el cable con la Roja, pero a mí se me afigura que másmejor le copies a la Verde o diuna a los blancos del Seméforo.”

En la escuela, con el cuidado pedagógico y la destreza didáctica necesarias (y en el nivel de estudios adecuado) es posible enseñar a escribir en procura de entendernos, y también aprender que hay formas diversas de hablar: por regiones, barrios, oficios, clases sociales e, incluso, distintas edades. Ninguna es la netaNaiden—que es reverso de Alguien— puede ponerle valladares al camino de las lenguas vivas. Inventan, adoptan y adaptan de otras. Y eso importa saberlo y disfrutarlo: nos enriquece. Aguas con encaramar el eco de nuestros decires, henchidos de prejuicios y soberbia.

Fuente de la información: https://revistaaula.com

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Fundamentos filosóficos del racismo

Por: Leonardo Díaz

En palabras, de Taguieff, “el racismo depende de los contextos, más que de las disposiciones de ciertos actores”. Nos habla de “racismos”, los cuales se expresan de diferentes modos en distintas circunstancias:

Cuando mis lectores se encuentren en contacto con estas líneas, habré concluido mi participación en un coloquio virtual sobre los fundamentos filosóficos del racismo, junto al Dr. Roque Santos, colega a quien agradezco haberme proporcionado un artículo clásico sobre el problema: “El racismo”, del filósofo francés, Pierre André Taguieff.

En el referido escrito, Taguieff nos estimula a reformular la idea clásica del racismo como ideología biologicista, distinguiendo dos clases de nuevo racismo: el universalista, fundamentado en la negación de la identidad; y el diferencialista, fundamentado en la negación de la humanidad. El primero desconoce las especificidades propias de los distintos grupos humanos, rechaza la diversidad. El segundo fetichiza las especificidades fenotípicas o culturales de los colectivos, negándoles las raíces y atributos comunes que los vinculan como integrantes de la especie humana.

Usualmente, reducimos el racismo a expresiones políticas como el colonialismo y el nazismo. Taguieff entiende que esta actitud simplifica el problema y obscurece la comprensión del racismo como representación simbólica vedada e incorporada a las prácticas humanas, de aparente difuminación en el espacio público.

La propuesta de reformulación de Taguieff implica no analizar el racismo desde un enfoque esencialista, sino, situacional. En otras palabras, en vez de mirar las actitudes racistas como típicas de individuos con una naturaleza injusta o maligna -lo que nos llevaría a creer que su marginación o penalización resuelve el problema- debemos comprender de modo integral las variables sociales y culturales que posibilitan las prácticas racistas a fin de transformar estas acciones desde la transmutación de esas variables.

En palabras, de Taguieff, “el racismo depende de los contextos, más que de las disposiciones de ciertos actores”. Nos habla de “racismos”, los cuales se expresan de diferentes modos en distintas circunstancias:

  1. Como actitud, o como prejuicio que estigmatiza.
  2. Como práctica social, desde la discriminación a la persecusión.
  3. Como dinámica institucional, o normativización estructural excluyente.
  4. Como discurso ideológico, o cosmovisión del mundo.

Por consiguiente, debemos analizar procesos complejos donde interactúan entre sí estas modalidades, así como ellas con los factores determinantes de carácter económico, social y político.

Y sobre todo, recordar la advertencia de Taguieff de que el problema de los racismos no se soluciona con una cacería de individuos, ni con esa actitud tan mojigata de nuestros días de comprometerse con un discurso políticamente correcto. Esto solo arroja un velo sobre el problema y su solución, obstaculizando una batalla cuyo escenario fundamental no es psicologico, ni moral, ni legal; sino político.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/fundamentos-filosoficos-del-racismo-8861799.html

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