Se destaca la educación en la primera infancia en Foro Internacional sobre Inclusión y Equidad

América del Sur/ Brasil/ 23.09.2019/ Fuente: redclade.org.

Mercedes Mayol Lassalle, Vicepresidenta Regional para América Latina y presidenta mundial electa de la OMEP, estuvo presente en foro internacional organizado por la UNESCO en la ciudad de Cali

Durante las sesiones paralelas del viernes 13 de septiembre, Mercedes Mayol Lassalle, Vicepresidenta Regional para América Latina y presidenta mundial electa de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP), participó de la mesa redonda “Fomentando asociaciones para la inclusión, el aprendizaje y el desarrollo de la primera infancia”. El diálogo formó parte en el programa del “Foro internacional de la UNESCO sobre inclusión y equidad en la educación: todas y todos los estudiantes cuentan”, realizado del 11 al 13 de septiembre en Cali, Colombia.

“En América Latina, ¿se está ofreciendo una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos los niños y niñas en la primera infancia?”

La mesa mencionada fue coordinada por Dragana Sretenov de Open Society Foundations, y contó con la presencia de Carmen Dionne, de la Universidad de Québec à Trois‐Rivières (Canadá); Natalia Soffi, Directora de la ONG Step by Step (Ucrania); y Ekaterine Dgebuadze, del Ministerio de Educación, Ciencia, Cultura y Deporte (Georgia), al lado de Mercedes Mayol Lassalle.

La intervención de la Vicepresidenta Regional para América Latina de OMEP partió del siguiente interrogante: “En América Latina, ¿se está ofreciendo una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos los niños y niñas en la primera infancia?”. En este punto, se buscó interpelar no solamente en lo que toca a la discapacidad, sino también por los niños y niñas que crecen en la pobreza, con violencias, en situación de migración o siendo desplazados, encarcelados; los afectados por el cambio climático, la contaminación, la degradación ambiental y el aumento de la frecuencia de los desastres provocados por el hombre; aquellos que sufren racismo, xenofobia y discriminación de género, explotación sexual o laboral.

Desde la OMEP, se afirmó que:

  • Existe una firme relación entre la Agenda 2030 y el marco legal de los Derechos Humanos – Declaración Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales, lo que incluye a la Convención sobre los Derechos del Niño y todas su Observaciones Generales. Por lo tanto, los derechos humanos son esenciales para alcanzar el desarrollo sostenible y sus principios y estándares se encuentran ahora firmemente reflejados en un nuevo y ambicioso marco de desarrollo mundial, con claro Objetivo de no dejar a nadie atrás, bajo el imperativo de igualdad y no discriminación. Los Estados están obligados a respetar y proteger, y realizar para todos los niños y niñas , todos los derechos humanos.
  • La Primera Infancia abarca el período comprendido desde el nacimiento hasta los 8 años, y los Estados Parte deberán reconsiderar sus obligaciones hacia los niños y niñas pequeños a la luz de esta definición, como sostiene la Observación General N.º 7 del Comité de los Derechos del Niño de la ONU. Se trata de una etapa de central importancia, donde se forman las bases de la estructura física, psíquica, cognitiva y social, existen riesgos para la supervivencia y el desarrollo, pero que contiene grandes posibilidades. Por ello son fundamentales: la creación de contextos adecuados para un sano desarrollo, los cuidados sensibles y respondientes, y una “buena educación”.
  • Los niños y niñas pequeños son portadores de todos los derechos humanos. Son ciudadanos y sus derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes, y deben ser garantizados desde el nacimiento.
  • La educación es un derecho humano fundamental de toda persona y la base para la realización de otros derechos.
  • No es posible cuidar sin educar, ni educar sin cuidar, son prácticas sociales inseparables y necesarias para el desarrollo pleno del sujeto humano. En la Meta 4.2 del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de número 4, referido a la educación, los Estados se comprometieron a asegurar que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a la atención y al desarrollo en la primera infancia y educación preescolar de calidad, a fin de que estén preparadas y preparados para la enseñanza primaria.
  • El cuidado y la educación en la primera infancia impulsan el desarrollo personal y social gracias a la alfabetización cultural. Por eso son tan importantes el juego, las actividades recreativas, la vida cultural y las artes. Mediante la atención y educación de la primera infancia (AEPI) se debe inculcar a los niños y las niñas valores de paz -comprensión- no discriminación y relación armoniosa con la naturaleza, los principios consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño.
Mercedes Mayol Lassalle en la sesión “Fomentando asociaciones para la inclusión, el aprendizaje y el desarrollo de la primera infancia”

 

Durante su participación, Mercedes Mayol Lassalle analizó la situación en América Latina y el Caribe: ¿qué es lo que está funcionando como obstáculo para la inclusión en la educación de la primera infancia en la región?, ¿cuáles son los obstáculos en los marcos legales?, ¿cuáles son los obstáculos vinculados a las políticas públicas?, ¿cuáles serían las cualidades de una política pública dirigida a garantizar el derecho a una educación inclusiva y de calidad?

Perspectivas desde América Latina y el Caribe

Según estudio regional, realizado en conjunto por CLADE, EDUCO y OMEP (lanzado en el 2018), sobre la situación del derecho a la educación y al cuidado de la primera infancia en la región, se ha constatado que el primer obstáculo tiene que ver con la desatención de ciertas condiciones irrenunciables que están relacionadas con el derecho a la educación. Katarina Tomasevski, ex directora general de la UNESCO, definió esas condiciones como la disponibilidad, asequibilidad (adaptabilidad), accesibilidad, aceptabilidad y calidad de la educación a lo largo de la vida.

En cuanto a las políticas públicas de AEPI, hay una fragmentación por edad, por lo que la niñez de 4 a 8 años está, de manera prioritaria, bajo la responsabilidad del sector educación, mientras que los niños y niñas desde el nacimiento a los 3 años, son atendidos/as por las áreas de protección social, o no son comprendidos dentro de políticas de gobierno, lo que lleva a un vacío en la provisión de la atención de sus derechos. La falta de protagonismo de los Estados impulsa el desarrollo de programas comunitarios y/o del sector privado con fines de lucro, lo que incrementa la estratificación y las desigualdades en el acceso y la educación de calidad basada en las condiciones económicas.

Las cualidades de una política pública dirigida a garantizar el derecho a una educación inclusiva y de calidad deberían ser aquellas que contemplen los siguientes principios: universalidad, progresividad, enfoque integral, variedad de formatos programáticos e institucionales, calidad entendida como construcción de sentidos: a nivel de la política pública, del sistema y de la práctica de las educadoras y los educadores, enfoque multi e intersectorial y financiamiento sostenible.

Resumiendo, Mercedes Mayol Lassalle destacó en su presentación que:

  1. Los marcos legales y las políticas públicas para la AEPI deben responder al enfoque de derechos humanos promovido por la Convención sobre los Derechos del Niño.
  2. Con el fin de eliminar las barreras que impiden la inclusión, la educación en la primera infancia debe estar plenamente disponible y accesible a todos los niños y las niñas desde el nacimiento, sin discriminaciones, siendo crucial que se fortalezcan los mecanismos de justicia, que aseguren protección y reparación de derechos vulnerados.
  3. La calidad es una dimensión central para la realización del derecho a la educación en la primera infancia y debe asegurarse desde un enfoque “educare”. Este término fue establecido por el Comité de los Derechos del Niño de la ONU, el cual reconoce “que las divisiones tradicionales entre servicios de “cuidado” y “educación” no siempre han redundado en el interés superior del niño, de manera que el concepto de “educare” se usa en algunas ocasiones para indicar la evolución hacia servicios integrados de AEPI, que refuercen un enfoque coordinado, integral y multisectorial de la primera infancia.
  4. El financiamiento para la AEPI debe estar previsto y asegurado en los presupuestos públicos.

Fuente de la noticia: https://redclade.org/noticias/se-destaca-la-educacion-en-la-primera-infancia-en-foro-internacional-sobre-inclusion-y-equidad/?fbclid=IwAR02FJFksidD_3AsqRKdfOQrWUjtFIPl0YJUyTayIL12cTzHzKHxG2twJy4

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“El trabajo infantil perpetúa la pobreza, el analfabetismo, la desigualdad de género y, en la mayoría de los casos, no conduce al desarrollo de habilidades”, dice Marcha Global

América del Sur/ Brasil/ 13.08.2019/ Fuente: redclade.org.

La afirmación fue divulgada ayer en nota pública, elaborada como respuesta a las declaraciones recientes del presidente brasileño Jair Bolsonaro, que defiende el trabajo infantil. Según la nota, la manifestación del presidente en favor del trabajo infantil no solo contradice el principio constitucional de protección infantil, sino que también viola las obligaciones asumidas por el Estado brasileño en tratados internacionales

“(…) hemos estado observando de cerca los desarrollos en Brasil con respecto a las discusiones recientes en relación al trabajo infantil y sus implicaciones en las vidas de los niños, y más específicamente, las declaraciones del presidente Jair Bolsonaro, quién abierta y repetidamente ha defendido el trabajo infantil, para niños incluso menores de 10 años. (…) Como defensores de los derechos de los niños, condenamos fuertemente la aceptación de todas las formas de trabajo infantil como norma en la sociedad. El trabajo infantil, especialmente el trabajo infantil peligroso y que comienza a una edad temprana; no solo afecta el desarrollo físico, mental y emocional de los niños, sino que también perpetúa la pobreza de los hogares, el analfabetismo, la desigualdad de género y, en la mayoría de los casos, no conduce al desarrollo de habilidades”.

Esta es una afirmación de la Marcha Global Contra el Trabajo Infantil (Marcha Global) que consta en nota pública divulgada ayer (5), en respuesta a las declaraciones recientes del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en defensa del trabajo infantil. El líder brasileño afirmó en julio, durante una transmisión en vivo por la televisión, que “no hay problemas en ver un muchacho de nueve, diez años trabajar, pues el trabajo dignifica al hombre y a la mujer, no importando la edad”. Después, via Twitter, reforzó su opinión diciendo que está siendo atacado por la izquierda por “defender que nuestros hijos sean educados para desarrollar la cultura del trabajo desde temprano”.

Marcha Global

La Marcha Global Contra el Trabajo Infantil (Marcha Global) es un movimiento mundial de sindicatos, asociaciones de docentes y organizaciones de derechos de las niñas y los niños que se unen en su lucha contra el trabajo infantil y apoyan la educación para todas las personas. La Marcha Global trabaja en conjunto con las Naciones Unidas, agencias gubernamentales, partes interesadas locales, nacionales, regionales y mundiales en su esfuerzo por proteger y promover los derechos de los niños y las niñas, especialmente contra el trabajo infantil, la trata con fines de trabajo forzoso, la esclavitud infantil y la discriminación de género, al tiempo que respalda su derecho a una educación significativa, gratuita y de calidad.

La Campanha Nacional pelo Direito à Educação, foro brasileño miembro de laCampaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), participa de la Marcha Global.

Según la nota de la Marcha Global, la reciente declaración del presidente Bolsonaro sobre el trabajo infantil no solo contradice el principio constitucional de protección infantil de Brasil, sino que también viola las obligaciones asumidas por el Estado brasileño en tratados internacionales. La Marcha añade que la postura del presidente afecta negativamente al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular del objetivo de eliminar todas las formas de trabajo infantil hasta el 2025; además, pone en riesgo el bienestar y el desarrollo saludable de los niños y niñas de Brasil, defendiendo un escenario extremadamente contraproducente para la economía del país.

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hay alrededor de 152 millones de personas sometidas al trabajo infantil en todo el mundo. En Brasil hay 2,4 millones de niñas, niños y adolescentes que trabajan.

“La Marcha Global advierte que si los niños trabajan, más aún cuando lo hacen desde una edad temprana, tendrán graves consecuencias en su presente y futuro. Dichos niños se perderán la educación durante los años formativos de su desarrollo y continuarán realizando tareas repetitivas erosionando sus habilidades y la posibilidad de empleo en condiciones dignas en el futuro. En este proceso, sin darse cuenta, entrarían en el círculo vicioso de pobreza y analfabetismo que no sería fácil de desmantelar”, dice la nota.

Lee el comunicado completo:

Declaración de la Marcha Global Contra el Trabajo Infantil sobre las declaraciones del presidente brasileño

La Marcha Global Contra el Trabajo Infantil (Marcha Global) es un movimiento mundial de sindicatos, asociaciones de docentes y organizaciones de derechos de los niños que se unen en su lucha contra el trabajo infantil y apoyan la educación para todos. La Marcha Global trabaja en conjunto con las Naciones Unidas, agencias gubernamentales, partes interesadas locales, nacionales, regionales y mundiales en su esfuerzo por proteger y promover los derechos de los niños, especialmente contra el trabajo infantil, la trata con fines de trabajo forzoso, la esclavitud infantil y la discriminación de género, al tiempo que respalda su derecho a una educación significativa, gratuita y de calidad.

Desde la Marcha Global, hemos estado observando de cerca los desarrollos en Brasil con respecto a las discusiones recientes en relación al trabajo infantil y sus implicaciones en las vidas de los niños, y más específicamente, las declaraciones del presidente Jair Bolsonaro, quien abierta y repetidamente ha defendido el trabajo infantil, para niños incluso menores de 10 años.

Como defensores de los derechos de los niños, condenamos fuertemente la aceptación de todas las formas de trabajo infantil como norma en la sociedad. El trabajo infantil, especialmente el trabajo infantil peligroso y que comienza a una edad temprana; no solo afecta el desarrollo físico, mental y emocional de los niños, sino que también perpetúa la pobreza de los hogares, el analfabetismo, la desigualdad de género y, en la mayoría de los casos, no conduce al desarrollo de habilidades.

La Marcha Global aplaude y reconoce el compromiso demostrado por Brasil al adoptar y ratificar varias convenciones y leyes que protegen los derechos fundamentales de los niños, como la Constitución de Brasil (1988) y el Estatuto del Niño y el Adolescente (1990), así como los acuerdos internacionales incluyendo la Convención sobre los Derechos del Niño (1990), el Acuerdo Americano sobre Derechos Humanos (1992), el Convenio 182 (2000) y 138 (2001) de la OIT. También reconocemos que Brasil ha desempeñado un papel fundamental y destacado en la lucha contra el trabajo infantil en la región y fue uno de los pioneros en la introducción de los programas revolucionarios de transferencia de efectivo como “Bolsa Escola” y “Bolsa Familia” para combatir el trabajo infantil y aliviar la pobreza en el entorno familiar. Últimamente, Brasil también se comprometió con la erradicación del trabajo infantil como una prioridad al firmar un compromiso internacional durante la IV Conferencia Mundial para la Erradicación Sostenible del Trabajo Infantil celebrada en Argentina en 2017.

Al considerar el marco mencionado anteriormente, la reciente declaración del Presidente Bolsonaro sobre el trabajo infantil no solo contradice el principio constitucional de protección infantil de Brasil, sino que también viola las obligaciones asumidas por el Estado brasileño en virtud de los tratados internacionales; que afectan negativamente el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el objetivo de eliminar todas las formas de trabajo infantil para 2025- poniendo en riesgo el bienestar y el desarrollo saludable de los niños brasileños y defendendiendo un escenario que sería extremadamente contraproducente para la economía brasileña.

La Marcha Global advierte que si los niños trabajan, más aún cuando lo hacen desde una edad temprana, tendrá graves consecuencias en su presente y futuro. Dichos niños se perderán la educación durante los años formativos de su desarrollo y continuarán realizando tareas repetitivas erosionando sus habilidades y la posibilidad de empleo en condiciones dignas en el futuro. En este proceso, sin darse cuenta, entrarían en el círculo vicioso de pobreza y analfabetismo que no sería fácil de desmantelar. El trabajo infantil con su doble filo privaría aún más a los adultos de condiciones de trabajo decentes porque los empleadores siempre preferirán a los niños sobre los adultos ya que ellos no exigen salarios mínimos y no pueden defender sus derechos.

Todos sabemos que, según la OIT, mientras que hay alrededor de 152 millones de trabajadores infantiles en todo el mundo, hay alrededor de 192 millones de adultos y jóvenes sin empleo globalmente. En Brasil hay 2,4 millones de niños y adolescentes atrapados en situación de trabajo infantil. El número de adultos brasileños desempleados ha aumentado a 13,4 millones, lo que muestra claramente que un niño trabaja en lugar de un adulto y, en consecuencia, el trabajo infantil alimenta el desempleo de los adultos, lo que deteriora aún más la economía nacional.

Mientras Brasil se encuentra actualmente en una situación de debilidad en el mercado laboral, se ha vuelto más imperativo que el país invierta en sus niños y jóvenes en aras de su desarrollo social y económico. Para lograr un necesario desarrollo sostenible en todas las dimensiones, los Estados y las sociedades deben reconocer y cumplir con el derecho de los niños a la educación, el bienestar, la protección, la supervivencia, el desarrollo y la participación, tal como se consagra en la Convención sobre los Derechos del Niño y de esta manera ser testigos de un impacto positivo no solo en ellos mismos, sino también en las familias, las comunidades y los países; no siendo Brasil la excepción.

Dado este escenario, la Marcha Global Contra el Trabajo Infantil condena inequívocamente cualquier forma de violación de los derechos fundamentales de los niños e insta a la comunidad internacional a llamar la atención sobre esta situación crítica que exige una acción conjunta que defienda y garantice el derecho de los niños a una educación gratuita y significativa, mientras sean libres de cualquier forma de explotación.

La Marcha Global reitera una vez más su compromiso de apoyar el trabajo de nuestros miembros y socios que están unidos contra el trabajo infantil en Brasil y más allá; y hace un llamado a todos los interesados que trabajan para la eliminación de esta forma de violencia contra los niños, a unirse y continuar discutiendo y comprometiéndose con el Gobierno de Brasil y con todos aquellos regímenes que favorecen la existencia de trabajo infantil, para que estos no solo abandonen esta mentalidad, sino para que trabajen de la mano con el movimiento contra el trabajo infantil para crear un mundo libre del mismo y amigable para todos los niños.

Fuente de la noticia: https://redclade.org/noticias/el-trabajo-infantil-perpetua-la-pobreza-el-analfabetismo-la-desigualdad-de-genero/

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Comenzó hoy la 71° Asamblea Mundial y Conferencia Internacional de la Organización Mundial para la Educación Preescolar

América del Sur/ Brasil/ 23.07.2019/ Fuente: redclade.org.

Como parte de las actividades de hoy, se presentó el estudio “El Derecho a la Educación y al Cuidado en la Primera Infancia: Perspectivas desde América Latina y el Caribe”

Con el tema “Identidades y Culturas en la Educación de la Primera Infancia”, se realiza del 22 al 26 de julio, en Panamá, la 71° Asamblea Mundial y Conferencia Internacional de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP).  

El evento reúne a maestros y maestras, equipos directivos de escuelas, educadoras y educadores populares, graduados y graduadas en Educación Infantil, Primaria y Especial, Artes, Psicología, Pedagogía y Medicina, así como otros profesionales que actúan en la atención y educación en la primera infancia.

El objetivo del encuentro es reflexionar sobre la diversidad de identidades y culturas presentes en la atención y educación en la primera infancia, y cómo garantizar el derecho a la educación y al cuidado con calidad, en estos contextos.

La Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) participará en los diálogos y reflexiones de la Conferencia Internacional de la OMEP, que será pública y tendrá lugar del 24 al 26 de julio.

Asamblea Mundial

Previamente a la Conferencia Internacional, los días 22 y 23, los miembros de la OMEP se reunirán en la Asamblea Mundial de la Organización.

Hoy (22 de julio), por ocasión del primer día de la Asamblea, Mercedes Mayol Lassalle, Vicepresidenta Regional para América Latina de la OMEP, presentó la publicación “El Derecho a la Educación y al Cuidado en la Primera Infancia: Perspectivas desde América Latina y el Caribe”, una iniciativa de OMEP, CLADE y EDUCO. Lanzado en octubre de 2018, el estudio analiza las leyes y políticas sobre educación en la primera infancia en América Latina y el Caribe, así como su financiamiento y procesos de justiciabilidad, identificando avances y desafíos para la realización del derecho humano a la educación de las niñas y niñas pequeñas/os.

Algunos de los hallazgos de la investigación

El estudio revela que, pese a que las Leyes Generales de Educación en la región reconocen la educación en la primera infancia como un derecho humano, persiste una fragmentación y dispersión de las políticas y prácticas para esta etapa educativa, así como la ausencia de un financiamiento adecuado.

Se señala la necesidad de profundizar en la relevancia y prioridad de la Atención y Educación en la Primera Infancia (AEPI, concebida para niñas/os de 0 a 8 años de edad) en los marcos jurídicos, políticos, presupuestarios e institucionales, de manera que los mismos tengan un mayor arraigo en el interés superior del niño y otorguen una mayor protección a sus derechos.

Dicho estudio verifica, por ejemplo, la desatención en las políticas estatales para la etapa que va de 0 a 3 años de vida – lo que resulta en que para muchas familias y niños/a la educación y cuidado en la primera infancia es todavía, en la práctica, un privilegio y no un derecho.

Se identifica y denuncia la cobertura insuficiente en la AEPI, especialmente junto a sectores sociales económicamente más rezagados, así como una infraestructura inadecuada para esta etapa educativa en términos de seguridad y accesibilidad para todas las personas. También se señala que la gratuidad de la AEPI todavía no se garantiza para todas y todos en la región, y que falta avanzar en la formación y valorización de docentes de esta etapa educativa.

Fuente de la noticia: https://redclade.org/noticias/comienza-hoy-la-71-asamblea-mundial-y-conferencia-internacional-de-la-organizacion-mundial-para-la-educacion-preescolar/

 

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