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España: Los nacidos en la generación del 90 cobrarán de pensión menos de la mitad de su último sueldo

www.lasexta.com/22 de julio de 2016

Los nacidos en la generación del 90 cobrarán de pensión menos de la mitad de su último sueldo. La OCDE ha calculado que el importe se irá reduciendo en los próximos años. Además, los expertos auguran que la hucha de las pensiones tiene los días contados y aconsejan ahorrar para la jubilación.

Dentro de 40 años, los españoles que se jubilen cobrarán menos de la mitad de su último sueldo. Según la OCDE, los que se retiran hoy perciben el 73,6% del último salario que cotizaron y la siguiente generación cobrará un 60,6%.

Y esa rebaja se irá incrementando hasta la que nació en los 90. Su pensión sólo alcanzará el 49,7% de su último sueldo. El organismo avisa de que ahorramos poco para la jubilación. Los fondos de pensiones privados suponen solo un 9% del PIB frente al 34% de media.

«Si no complementamos con un sistema privado nuestra futura pensión pública, nuestras pensiones no van a ser adecuadas», asegura el presidente de Inverco, Ángel Martínez.

Mientras la hucha de las pensiones tiene los días contados. El PSOE lo atribuye a un interés del Gobierno. «El modelo del PP es: ‘no tengo fondo de reserva, por tanto, hay que ir privatizando el sistema público de pensiones'», explica el diputado socialista Pedro Saura.

Por su parte, los sindicatos advierten de que las pensiones están garantizadas por ley. «No se trata de sacar de sanidad o de educación para poner en pensiones, sino de fortalecer la estructura fiscal», asegura Carlos Bravo, secretario de Protección Social de CCOO.

Con los niveles de natalidad actuales, en 2050, tres de cada 10 españoles tendrá más de 65 años.

Tomado de: http://www.lasexta.com/noticias/economia/los-nacidos-en-la-generacion-del-90-cobraran-de-pension-menos-de-la-mitad-de-su-ultimo-sueldo_2016072157911f066584a8b7b42a7c43.html

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¨El modelo económico global está fracasando¨

Por Bernie Sanders

¡Qué sorpresa! Los trabajadores en el Reino Unido, muchos de los cuales han visto cómo ha disminuido su estándar de vida mientras los más ricos de su país se vuelven más ricos, le han dado la espalda a la Unión Europea y a una economía globalizada que les está fallando a ellos y a sus hijos.

No solo los británicos están sufriendo. Esa economía cada vez más globalizada, establecida y mantenida por la élite económica del mundo, le está fallando a la gente en todas partes. Por más increíble que parezca, las 62 personas más ricas del planeta tienen tanta riqueza como la mitad más pobre de la población mundial, cerca de 3 mil millones de personas. El uno por ciento ahora posee más riqueza que el resto del 99 por ciento. Los muy muy ricos disfrutan lujos inimaginables mientras miles de millones de personas sufren pobreza extrema, desempleo y carecen de educación, vivienda, agua potable y seguridad social adecuada.

¿Este rechazo al estado actual de la economía global podría darse en Estados Unidos? Por supuesto que sí.

Durante mi campaña para la nominación presidencial del Partido Demócrata visité 46 estados. Lo que vi y lo que escuché demasiadas veces fueron las dolorosas realidades que pasan desapercibidas por la élite política y los medios.

En los últimos 15 años, han cerrado cerca de 600.000 fábricas en el país y han desaparecido más de 4,8 millones de trabajos de manufactura bien pagados. Gran parte de este problema está relacionado con acuerdos comerciales desastrosos que animan a las corporaciones a mudarse a países con salarios más bajos.

A pesar del gran aumento en la productividad, la media de los hombres trabajadores en Estados Unidos gana hoy 726 dólares menos que en 1973, mientras que la media de mujeres trabajadoras gana 1154 dólares menos que en 2007, después de ajustar la inflación.

Cerca de 47 millones de estadounidenses viven en la pobreza. Unos 28 millones no tiene seguro médico y muchos otros tienen malos seguros. Millones de personas están luchando con niveles escandalosos de deuda estudiantil. Tal vez por primera vez en la historia moderna, nuestra generación más joven probablemente tendrá un estándar de vida menor que el de sus padres. Aún más alarmante: millones de estadounidenses con una educación deficiente tendrán una esperanza de vida menor que la generación previa pues sucumben ante la desesperación, las drogas y el alcohol.

Mientras tanto, en nuestro país el uno por ciento más rico ahora tiene casi tanta riqueza como el 90 por ciento de los más pobres. Cincuenta y ocho por ciento de todo el nuevo ingreso se está yendo hacia ese uno por ciento. Wall Street y los multimillonarios, mediante sus “super-PAC” (Comités de Acción Política), pueden comprar elecciones.

En mi campaña, hablé con trabajadores incapaces de ganarse la vida con apenas 8 o 9 dólares la hora; jubilados que sufren para comprar la medicina que necesitan aunque reciben 9000 dólares al año en seguridad social; jóvenes que no pueden pagar la universidad. También visité a ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico, donde el 58 por ciento de los niños vive en la pobreza y solo un poco más del 40 por ciento de la población adulta tiene un trabajo o está buscando uno.

Hablemos claro: la economía global no está funcionando para la mayoría de las personas en nuestro país ni en el mundo. Este es un modelo económico que desarrolló la élite económica para beneficiar a la élite económica.

Necesitamos un cambio verdadero.

Pero no necesitamos un cambio con base en la demagogia, la intolerancia y el sentimiento antiinmigrante que tanto ha prevalecido en la retórica de la campaña de la salida de la Unión Europea, y que es fundamental en el mensaje de Donald Trump.

Necesitamos a un presidente que apoye vigorosamente la cooperación internacional que estrecha lazos entre la gente a nivel global, que reduzca el hipernacionalismo y disminuya la posibilidad de una guerra. También necesitamos a un presidente que respete los derechos democráticos de las personas y que luche por una economía que proteja los intereses de los trabajadores y no solo los de Wall Street, las empresas farmacéuticas y otros intereses especiales.

Fundamentalmente, necesitamos rechazar nuestras políticas de “libre mercado” y movernos hacia un mercado justo. Los estadounidenses no tendrían que competir contra trabajadores en países que pagan sueldos bajos y que ganan centavos por hora. Debemos tumbar el Acuerdo Transpacífico. Debemos ayudar a los países pobres a desarrollar modelos económicos sostenibles.

Necesitamos acabar con el escándalo internacional en el que las grandes corporaciones y los más ricos no pagan billones de dólares en impuestos a sus gobiernos nacionales.

Necesitamos crear decenas de millones de trabajos a nivel mundial, combatiendo el cambio climático global y transformando el sistema energético mundial para que se elimine el uso de combustibles fósiles.

Necesitamos un esfuerzo internacional para disminuir el gasto militar en el mundo y abordar las causas de las guerras: la pobreza, el odio, la desesperanza y la ignorancia.

La noción de que Donald Trump podría beneficiarse de las mismas fuerzas que promovieron la salida del Reino Unido de la Unión Europea debería prender una alarma en el Partido Demócrata en Estados Unidos. Millones de votantes estadounidenses, como los ingleses que apoyaban el brexit, se sienten comprensiblemente enojados y frustrados con las fuerzas económicas que están destruyendo la clase media.

Estamos ante un momento clave, donde el Partido Demócrata y el nuevo presidente demócrata necesitan dejar claro que apoyamos a los que están luchando y a los rezagados. Debemos crear economías nacionales y globales que funcionen para todos, no solo para un puñado de billonarios.

*Articulo tomado de: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Economia/Bernie-Sanders-El-modelo-economico-global-esta-fracasando

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El origen histórico de la neoliberal «Sociedad de la Información»

Por: Jorge Díaz Piña

Se puede indicar que fue en EE.UU. durante la primera administración del presidente Bill Clinton y la vicepresidencia de Al Gore, en 1993, que se dio el impulso definitivo a la constitución de la llamada «infraestructura de información global», que será el precedente oficial de la sociedad de la información, a través de la política nacional denominada «National Information Infrastructure – Agenda for Action», promovida por el gobierno de los EE.UU. y que comprendería «una tarea sin precedentes de redes de comunicación, computadoras, bases de datos y aparatos electrónicos de los consumidores, en los cuales se colocará una vasta información en manos de los usuarios»(United States, 1993). Junto con su impulso nacional, esta temática adquirirá relevancia estratégica en la agenda internacional de los EE.UU., que en función de la construcción de la infraestructura de información global presentará en diferentes escenarios y eventos mundiales documentos con proposiciones para viabilizar dicha infraestructura. Con el propósito de analizar algunos de esos documentos seleccionados, se hará una relatoría de los mismos.

Esos documentos, evidenciaran las orientaciones discursivas fundamentales en que se basará la globalización tecnoinformacional y que se expresaran en las estrategias para la creación de un régimen internacional de información y comunicación al servicio de la configuración del «libre comercio mundial» capitalista neoliberal. En este sentido se destacará en la relatoría documental la legitimación de directrices para las políticas de comunicación e información de carácter internacional, y el papel que se asignará a los gobiernos locales de las naciones en la renovación de la división internacional del trabajo tecnoinformacional capitalista.

La construcción de la sociedad de la información es concomitante con nuevos regímenes para su gobernanza. Regímenes de carácter mundial que van a impulsar la incorporación en el ámbito público internacional de actores privados y no gubernamentales como la organización no gubernamental (ONG) Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), que contrapesaran el papel de los estados nacionales, bajo la argumentación de que esos asuntos ya no son principalmente de los intereses nacionales, sino de interés más general o transnacional.

Respecto de los EE.UU., relataremos los documentos que se refieren a la dimensión global de la infraestructura de la información, además del ya indicado de carácter nacional estadounidense. La «National Information Infrastructure – Agenda for Action» (United States, 1993), propone considerar la información como uno de los recursos económicos más importante para la industria manufacturera y de servicios, así como para la seguridad nacional de los EE.UU. Así mismo, concibe la infraestructura de la información nacional para que los estadounidenses tengan acceso a la información y se comuniquen entre sí en cualquier momento y desde cualquier lugar. Esa infraestructura informativa es pensada como una articulación sin precedentes de redes de comunicación, como ya señalamos con anterioridad.

La infraestructura de información pensada de esa manera potenciaría el crecimiento económico y el aumento de la productividad, lo que redundaría en el reforzamiento del liderazgo tecnológico de los EE.UU., tanto en su propio desarrollo como en el mundial. Ello debido principalmente a la reducción del tiempo de producción de nuevas mercancías. En resumen, contribuiría de manera decisiva a la promoción de la competitividad y, en consecuencia, a la creación de empleos. Del mismo modo, contribuiría también a mejorar la educación y la capacitación laboral a través del recurso de la infraestructura informativa, lo que a su vez, redundaría en el crecimiento de la misma infraestructura informativa. En este sentido, en el documento se afirma que la aplicación de estas orientaciones y objetivos asegurarían que el gobierno estadounidense brinde incentivos y apoyos a la industria, a los trabajadores, a las instituciones escolares y a los ciudadanos al usar esa infraestructura (ob. cit.).

Los objetivos principales de esa estrategia los ordena el documento del modo siguiente: a) estímulo a la inversión privada en la infraestructura; b) la promoción y protección de la competitividad; c) protección al libre acceso a infraestructura, tanto para los consumidores como a los proveedores de servicios; d) la preservación universal de los servicios para evitar la división entre quienes poseen y quienes no poseen acceso a la información; y e) garantía de flexibilidad para que las regulaciones normativas a adoptar sean compatibles con los cambios e innovaciones tecnológicas y mercantiles (ob. cit.)

Si al sector privado le corresponde realizar las principales inversiones y liderar el desarrollo tecnológico de la infraestructura informativa, al sector gubernamental le toca promover y apoyar el despliegue de la misma por medio de programas que complementen y fortalezcan los esfuerzos del sector privado (ob. cit.).

De allí que las tareas gubernamentales para mantener el liderazgo de los EE.UU. a nivel mundial en el terreno de la competitividad y respecto de las tecnologías de información y de las telecomunicaciones, conllevan a: 1º) la formulación de políticas de tributación y regulatorias que a su vez promuevan la participación del sector privado; 2º) fijar precios convenientes para favorecer que los recursos informativos estén al alcance de todos; 3º) actuar como instancia catalizadora en la promoción de innovaciones tecnológicas y de nuevas aplicaciones a través del apoyo a programas de investigación y ayuda al sector privado a fin de desarrollar las tecnologías necesarias a la infraestructura de información; 4º) la promoción de operatividad de la infraestructura para captar e incrementar usuarios garantizando que las operaciones sean interactivas y que las transferencias de información sean fáciles y eficientes; 5º) garantizar la seguridad de las informaciones y la confiabilidad de las redes; 6º) mejorar la gestión del espectro de radiofrecuencia; 7º) la protección de los derechos de propiedad intelectual de los usuarios; y 8º) la coordinación de los distintos niveles del gobierno involucrados entre sí, y respecto de los demás países , para prever y evitar obstáculos que puedan perjudicar a la industria estadounidense (ob. cit.).

Es de aclarar que el punto 2º) de las tareas gubernamentales redefine de manera privatizadora y limitante el concepto de «servicio universal» expresado en el literal d) de los objetivos anteriormente presentados dentro de esta estrategia.

En el plano internacional, la coordinación intragubernamental persigue que los servicios a comercializar le permitan al mismo gobierno central actuar en nombre de las firmas industriales nacionales, asegurándoles de este modo la apertura de mercados para exportar sus bienes tecnológicos y servicios informativos relacionados con las telecomunicaciones para los clientes extranjeros, eliminando barreras e incompatibilidades de patrones o criterios al participar hegemónicamente en comités o comisiones internacionales de patrocinio y desregulando e imponiendo normas de comercio a otros países.

El impulso para propiciar la infraestructura de información de forma global o mundial por parte de los EE.UU., se formuló en los lineamientos expuestos en el documento divulgado en 1995 titulado «Global Information Infrastructure – Agenda for Cooperation», elaborada por la Information Infrastructure Task Force (IIFT, 1994), aunque según Gore (1996), esos lineamientos fueron previamente hechos por él en la Conferencia de 1994 de la UIT en Buenos Aires y luego en la Conferencia del Grupo de los 7 (G7) en Bruselas en 1995. En el documento aludido la infraestructura de la información global es presentada como una red de redes locales, nacionales, regionales y transnacionales, y es considerada como resultante de la confluencia tecnológica y la competitividad que harían posible compartir información, interconexión y constitución de un mercado global de información (IITF, 1994).

Dicha agenda de cooperación tiene por objetivos principales la de nuevos mercados, la eliminación de barreras de incompatibilidad y el examen de las regulaciones internacionales. Después señala los aspectos que interesaban a los EE.UU. trabajar y acordar con las otras naciones. Por esto proponen un conjunto de orientaciones que asumirán como directrices a ser difundidas y adoptadas por los proyectos o políticas de las sociedades de la información de los demás países (ob. cit.).

Esas directrices se basaban en: a) el estímulo a la investigación del sector privado y la desregulación de los mercados; b) la promoción de la competitividad a nivel local, nacional, regional y global; c) acceso a las redes para todos los usuarios y proveedores, incluyendo a los gobiernos y al sector privado para ampliar la oferta de servicios e información; d) flexibilidad regulatoria para atender la naturaleza global de los mercados de telecomunicaciones, tecnologías de información y servicios informativos, y para facilitar las adaptaciones a las innovaciones tecnológicas; y e) garantía de servicio universal para proveer a todos con mayor acceso a los servicios básicos como especializados (ob. cit.). Aquí cabe citar al vicepresidente estadounidense Gore (1996), quien aludiendo a la llamada Ley de Metcalfe, la cual es también invocada para presionar a las naciones para que se conecten a la infraestructura informática global, resaltó «que el poder de una red de computadores aumenta aproximadamente en la proporción directa del cuadrado de la cantidad de personas conectadas a ella».

Puede señalarse que esas cinco orientaciones se inscriben en los «principios» neoliberales de liberalización, privatización, desregulación y competitividad.

Siendo que el aspecto regulatorio es considerado como fundamental para el desarrollo de la infraestructura de información, los EE.UU. elaboraron y divulgaron una guía destinada a los diseñadores de las políticas de los demás países del mundo, justificándola con fundamento en la falta experticia de estos países para orientar el proceso de regulación de la infraestructura global de información- Esta guía fue denominada «Connecting the Globe – A Regulators Guide to building a Global Information Community» (Kennard, 1999).

La guía se inicia reiterando las orientaciones generales enunciadas en la ya referida precedentemente «agenda para la cooperación». En este sentido son enunciadas las orientaciones de privatización, liberalización y competitividad en primer lugar, la de desregulación en segundo lugar, la de acceso universal a los servicios y tecnologías de información y comunicación en tercer lugar, y la de favorecer las oportunidades para las poblaciones desfavorecidas en último lugar. Aquí también se resalta el papel de la participación del capital privado para la construcción de la moderna infraestructura de telecomunicaciones. Asimismo, se le atribuye a los gobiernos nacionales y locales la función primordial de promoción de mercados abiertos a la competitividad y libres de regulaciones innecesarias (IITF, 1999).

Por otro lado, la guía resalta el uso de Internet al destacar ampliamente su potencial para incidir en el crecimiento económico y cultural, promoviendo en los países la implementación de políticas que desarrollen la red sin limitaciones de regulaciones en sus territorios. Focalizando su promoción en el comercio electrónico por Internet y, por este medio, la conformación de un mercado global inédito con base en su presunta neutralidad tecnológica (ob. cit.).

En la guía se describe el modelo de las entidades reguladoras de los EE.UU. como ejemplo a ser adoptado por los demás países. También trata de aspectos específicos de la infraestructura de información y de la cuestiones para su conformación global, tanto en términos comerciales como técnicos o tecnológicos. Se defiende un modelo competitivo de los servicios en telecomunicaciones en función de que los gobiernos nacionales remuevan las barreras legales que protejan a sus proveedores contra la incorporación de nuevos proveedores extranjeros. Obligándolos así, a compartir el mercado nacional cautivo. Por otro lado, se incita la promoción gubernamental local del uso de la Internet y de la infraestructura de información para dinamizar su mercado interno. En lo que respecta al espectro de radiofrecuencia, su coordinación es considerada como un aspecto relevante y álgido por lo que se remite a las recomendaciones de radiocomunicación de la UIT con el propósito de que sean asumidas.

La lectura de esta guía deja entrever el objetivo estadounidense de fijar a priori sus intereses con relación a las directrices para la liberalización y privatización de las telecomunicaciones, la universalización de sus servicios, las normativas para la radiofrecuencia y redes satelitales y, con particular relevancia, la asunción de la red de redes, Internet.

En resumen, lo que se propicia y se espera obtener como resultado es la internacionalización de parámetros que favorezcan el control de las infraestructuras nacionales, reduciendo las regulaciones al mínimo, y cuando sea necesario establecerlas a condición de que éstas se orienten de conformidad con los patrones y criterios propuestos por EE.UU. a nivel internacional.

Las orientaciones contenidas en los referidos documentos de los EE.UU., se convertirán en directrices diseminadas por las entidades internacionales para impulsar y afianzar las propuestas de concreción de las sociedades de la información. Esto permitirá identificar el advenimiento de un régimen mundial de información y comunicación del que participará la UE junto a otras naciones.

La adopción de la sociedad de la información por parte de la Unión Europea (UE) se establece mediante el documento presentado por la Comisión Europea (CE) en diciembre de 1993 denominado «White Paper on Growth, Competitiveness and Employment: the challenges and ways forward into the 21st century». En este documento se defiende la necesidad de desarrollar una infraestructura de información paneuropea como iniciativa para retomar el crecimiento económico en una economía cada vez más transnacional y competitiva con los EE.UU.

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ONU pide que se regule a las escuelas privadas

ONU/19 de junio de 2016/ el telégrafo

El Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instó a los Estados a regular a los proveedores de educación y a invertir en la educación pública. Según la entidad, la enseñanza privada, en la última década, se ha multiplicado hasta por 10, sin ninguna regulación. Para Sylvain Aubry, de la Iniciativa Global para los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el aumento de las cadenas comerciales de escuelas privadas con fines de lucro es evidente en Kenia, Ghana, Filipinas y otros países.

El CDH presentó una resolución en la que se pide regularlas y que se invierta en la educación pública. Por ese motivo, insta a todos los Estados a “acabar con todas las repercusiones negativas de la comercialización de la educación”. Aubry detalla que la resolución constituye un gran avance, ya que de forma inequívoca reconoce que la comercialización de la educación plantea graves problemas de derechos humanos que deben ser tratados con urgencia. La decisión fue celebrada por 21 organizaciones de la sociedad civil del CDH y da seguimiento a una medida anterior.

Javier González, investigador chileno afiliado al Centre of Development Studies de la Universidad de Cambridge, asegura que esta resolución es crucial para la comunidad académica. “Nos obliga a concentrar y aumentar nuestros esfuerzos de investigación en esta transformación social crítica, esto es, la privatización y comercialización de la educación, la cual pone en riesgo los derechos básicos”.

La resolución, que fue publicada este mes, fue adoptada por consenso de los 47 miembros del CDH, pero necesita ser acogida por los Estados de todo el mundo para que cumplan sus obligaciones legales. (I)

Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/sociedad/4/onu-pide-que-se-regule-a-las-escuelas-privadas
Si va a hacer uso de la misma, por favor, cite nuestra fuente y coloque un enlace hacia la nota original. www.eltelegrafo.com.ec

Imagen: http://www.eltelegrafo.com.ec/media/k2/items/cache/428eef899a1d016f0da6eac3b51847a2_XL.jpg

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Privatización de la educación universitaria y desestabilización: Proyecto de larga duración

Por: Ramón Cesar Gonzalez Ortiz

La colocación de barricadas en uno de los accesos a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como diferentes quemas y destrozos reportados el jueves 25 de febrero de 2016. En respuesta a la detención de Jorge Emilio Yorch Esquivel Muñoz. Mismo que fue señalado por las autoridades como vendedor de drogas afuera del auditorio Justo Sierra, actividad que supuestamente encubría mediante la venta de tacos1.

Debe correlacionarse con otros conflictos suscitados anteriormente en el Auditorio Justo Sierra, conocido como Che Guevara. Debido a que dicho auditorio ha estado bajo control de diferentes grupos desde 1999-2000, después del asalto policíaco-militar llevado a cabo por la hoy extinta Policía Federal Preventiva (PFP), el 6 de febrero de 2000 y que posibilito la culminación la huelga estudiantil en la UNAM, mediante la represión estudiantil.

En vista de que, conforme han salido los integrantes del Consejo General de Huelga de la UNAM, diferentes colectivos han mantenido el control del Auditorio Che Guevara, como la Coordinación de Colectivos Auditorio Che Guevara, y el grupo Okupache u Okupas. Siendo uno de los episodios más recientes que tuvo hechos de violencia, previo a las barricadas y las quemas reportadas por la detención del Yorch, el suscitado el día 3 de marzo de 2014 —en aquel entonces el rector de la UNAM era José Narro—. Aquel día un grupo de personas con el rostro cubierto trató de expulsar a otro colectivo para tomar el control del Auditorio Che Guevara. Las personas en el interior acusaron que los habían golpeado con toletes, además de atacarlos con pistolas eléctricas y pistolas de diávolos2.

Asimismo, en noviembre de 2014 se dio otro hecho violento en Ciudad Universitaria. Un oficial secretario del Ministerio Público, un elemento de la Policía de Investigación y dos peritos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) acudieron para hacer una diligencia, ante la supuesta denuncia del robo de un teléfono celular a una estudiante. Y cuando cumplían con tal diligencia, unas 20 personas, según la PGJDF, los agredió y en el altercado un elemento de la Procuraduría detonó su arma de fuego, por lo que resultó lesionado un estudiante en la pierna.

“El elemento de la Policía de Investigación dijo haber realizado disparos al aire para evitar el ataque, resultando lesionada en el muslo izquierdo, una persona de sexo masculino que se encontraba en el sitio”, indicó la Procuraduría. Mientras que, según la UNAM, “el grupo que se encontraba en el auditorio Justo Sierra persiguió al funcionario (que disparó) y algunos de sus integrantes lo lesionaron”. Tras esos hechos, personas con el rostro cubierto prendieron fuego a un vehículo de la PGJDF, y lanzaron objetos a elementos de la policía capitalina.

Hechos que guardan una estrecha relación con la detención del Yorch, durante la cual según indico la Procuraduría General de la República (PGR), que al momento de ésta realizada sobre Avenida Universidad, le encontraron 50 envoltorios de cocaína en piedra, 26 pastillas psicotrópicas “Ribotril”, y una bolsa con 300 gramos de marihuana. En tanto que la UNAM indicó que Esquivel Muñoz El Yorch,es una persona ajena a la universidad, y que los disturbios tras su detención fueron obra de “provocadores”, que se refugian en el auditorio Che Guevara.

A este respecto, catedráticos como Alberto Paredes de la Facultad de Filosofía y Letras, han venido promoviendo la expulsión de estos grupos al indicar que ningún grupo de profesores, estudiantes, o exestudiantes tiene el derecho de administrar por su propia cuenta el auditorio. Y que el hecho de no recuperarlo ha significado sensibilidad política excesiva para no provocar problemas con esos grupos que se han apropiado de ese auditorio, según indico el profesor. Añadiendo que muchos profesores e investigadores de la UNAM esperan que el nuevo rector, Enrique Graue, tome medidas legales y recupere el Che Guevara3.

Y acordes con la postura de Alberto Paredes, otros señalamientos han abundado aun más al contexto de una situación “caótica”, indicando mediante un comunicado en mayo de 2015 que, dentro de la UNAM, otra preocupación constante en cuanto a la seguridad de la máxima casa de estudios, ha sido el consumo, venta y distribución de drogas en las instalaciones universitarias. Y en 2014, se indico que se detectaron a 46 personas vinculadas con esas actividades.

Conforme a lo cual proceso reporto el año pasado que, desde mediados de 2014, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM se convirtió en el principal punto de venta de drogas en el sur de la Ciudad de México, según denunciaron alumnos y profesores de la institución. Además indico que, el fenómeno, “alarmante de por sí”, ha estado acompañado de una ola de asaltos, robos y acoso sexual. De forma tal que, estudiantes y trabajadores de esa facultad contaron a Proceso lo ocurrido y “clamaron” por su ayuda4.

Finalmente, viene a coadyuvar para la generación de un clima de psicosis general dentro de la UNAM, el asesinado del jefe de servicios de la facultad de Química, José Jaime Barrera Moreno, dentro de las instalaciones de la misma Universidad Nacional Autónoma de México, el pasado 28 de junio. Atribuyéndose tal hechos el grupo autodenominado Individualistas tendiendo a lo salvaje (ITS)5. En una carta abierta difundida en su portal con fecha 29 de junio. Dicha agrupación además indicó que todavía piensan ir más lejos, anticipando que habrá más crímenes y que a sus víctimas les arrancarán el cuero cabelludo.

Internacionalización del capital, nueva división del trabajo social y la reforma educativa

Todos los eventos que hemos destaco dentro de la UNAM, deben ser analizados dentro del marco general en que se esta moviendo el país, desde los sexenios panistas a la fecha. Puesto que tienen de fondo el hecho de que en México durante las tres ultimas décadas, se encuentra enquistado un modelo económico que solo funciona para una minoría, mediante la creación y mantenimiento de beneficios políticos y económicos, que han posibilitado que la riqueza de cuatro multimillonarios en nuestro país aumente de un equivalente al 2 por ciento del PIB en 2002, a 9 por ciento en 2014.

Debido a que parte de la fortuna de estos cuatro sujetos se deriva de sectores que han sido privatizados, concesionados y/o regulados por el sector público. Mediante un sistema regido por el amiguismo, que los privilegia y los protege, de cual son ejemplo Germán Larrea y Alberto Bailleros, dueños de empresas mineras6, entre otros tantos.

En el mismo tenor, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) condonó créditos fiscales por más de medio millón de pesos por impuestos no pagados a Ridman y Gregorio Idele Fridman, a los que se les perdonaron 479 mil 580 pesos, así como a Martha María Gutiérrez Cantú, la que debía 22 mil 690 pesos en impuestos. Personajes que se encontraban en la lista de mexicanos con inversiones en el extranjero y se acogieron al programa de repatriación de capitales, supuestamente vigente hasta el primero de junio pasado7.

De suerte tal que, como indicó Adolfo Gilly, la Constitución promulgada en Querétaro en 1917 ha sido desmantelada por el Congreso de la Unión. Y pese a que el país cuenta con muchas leyes, hoy México es un país sin ley. Sumido en múltiples violencias, ha desprotegido tanto a los trabajadores urbanos y rurales como a sus grandes riquezas naturales frente al poder de las finanzas, nacionales e internacionales que actúan fuera de toda ley que no sea la propia8.

Todo lo cual es concerniente al modelo de acumulación capitalista de tipo neoliberal que el Estado mexicano ha adoptado desde 1980. Mismo que ha trasladando funciones que antaño realizaba el Estado surgido de la revolución mexicana, como servicios de distinto tipo proporcionados hacia toda la población, mediante instituciones públicas, empresas estatales y paraestatales, rematados a una fracción de la burguesía mexicana y del gran capital trasnacional.

Y todo lo cual es resultado a su vez de la internacionalización del capital, manifiesto a partir de los años 50 en el hecho de que el parque industrial existente en regiones de América Latina, fue ampliado y desdoblado hacia nuevas ramas productivas (la automotriz, por ejemplo). Fenómeno que obedeció a una doble determinación: primero al hecho de que, la velocidad de la innovación tecnológica en los centros volvía rápidamente obsoletos equipos que no se encontraban todavía amortizados, por lo que resultaba atractiva su transferencia hacia los países dependientes, donde podían seguir siendo utilizados. Y en segundo lugar, la protección tarifaria o la imposición de las cuotas de importación que se habían mantenido en los países dependientes, (que unido a las facilidades creadas por dichos Estados para atraer al capital extranjero, como la construcción de infraestructura, cesión de terrenos, exención de impuestos, etc.) le ofrecieron a las empresas extranjeras mercados cautivos9.

Pero esto ocasiono dos problemas, en primer lugar la brusca introducción de innovaciones tecnológicas en los parques industriales, caracterizados por un parco desarrollo técnico, condujo a una gran heterogenidad tecnológica, especialmente en los sectores a los que se dirigió la inversión extranjera: bienes de consumo suntuario (artículos de lujo) y bienes de capital10.

Y en segundo lugar, las innovaciones tecnológicas fueron las causantes de que una vez trascurrido el plazo de maduración de las inversiones, éstas encontraran dificultades para poder reinvertir sus ganancias en el mercado nacional, debido a la saturación relativa del mismo, por lo que se propuso exportarlas a las matrices, lo que ocasiono nuevas presiones sobre las divisas11 disponibles, lo cual ocasiono la caída de la tasa de crecimiento en la región. Y esto llevo a su vez a promover la restricción de la repatriación de beneficios y posteriormente restricciones sobre la exportación de manufacturas. Hechos que en su conjunto derivaron hacia el surgimiento de organismos de integración regional, que en ese momento fueron la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), el Pacto Andino y el Mercado Común Centro Americano12.

De manera que, la economía Latinoamericana desequilibrada por la preponderancia de la industria de bienes suntuarios, que se reflejo en 2014 a partir de la venta de automóviles, relojes, vinos, champaña, ropa de diseñador, entre otros artículos de lujo. Registraron un aumento de 5.2% en comparación con unos 13 mil 300 millones de dólares que se gastaron en 2013. Y tal situación ha apuntado a que el mercado suntuario creciera un 15 %13.

Y que ha tenido como consecuencia la restricción de los mercados nacionales, debido principalmente a la superexplotación del trabajo, manifiesta en la creciente concentración del ingreso. A este respecto la firma Wealth Insight, ha indicado que México es el segundo país en Latinoamérica con más millonarios en México, después de Brasil. De manera que el grupo de multimillonarios en México representa el 0.14% de la población mexicana, lo cual asciende a poco más de 119 millones de habitantes, en un abierto contraste con los 50 millones de pobres que hay en el país14.

Todo esto ha venido coadyuvando como un sólido cimiento para que estemos en la actual crisis. Debido a que estos hechos no han sido privativos de América Latina, sino que se ha dado una intensificación de la competencia internacional, desde la segunda mitad de los años sesenta, lo que acentuó el proteccionismo en los Estados Unidos y Europa, máxime cuando despunta Japón en aquella época y hoy China y Rusia, por citar dos países.

Y dentro de tal escenario, el capitalismo ha recurrido a las “crisis periódicas” para generar cambios en la economía. De manera que en cualquiera de sus manifestaciones, dichas catástrofes han derivado en la centralización de los medios de trabajo, lo que ha eliminado en consecuencia a los menos eficientes. Reduciendo la fuerza de trabajo mediante la destrucción o expulsión de las actividades productivas, a la vez que se promueve el empleo más intensivo y/o extensivo de la fracción de trabajadores que permanecen activos15.

Resultando así que, las distintas crisis que hemos venido asistiendo han dado lugar a una centralización salvaje, mediante la que se han formado una masa de recursos necesarios para la promoción del desarrollo de nuevas tecnologías, posibilitando mejorar las condiciones de competitividad. De manera que el retorno de las inversiones productivas hacia los países imperialistas, en el último tercio de los 70 favoreció una formidable revolución tecnológica, especialmente en áreas como la microelectrónica e informática, telecomunicaciones, biotecnología y nuevo materiales, así como en la producción de energía y la industria aeroespacial. Más aun, todos estos eventos propiciaron cambios sustanciales en los niveles de empleo y remuneración, así como en los modos de organización, gestión del capital y de la fuerza de trabajo.

La nueva división del trabajo hace necesario modificar la educación en el tercer Mundo

A partir de tales condiciones, el crecimiento económico dejo de corresponderse con la ampliación del empleo. Manifiesto en el hecho de que, tras ostentar de manera estable tasas de desempleo equivalentes a 4% de la fuerza de trabajo hasta 1973, el desempleo se elevo rápidamente en los 24 países más industrializados, alcanzando su punto máximo en 1983 con un 8%, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Afectando a 31 millones de personas, no obstante se logra superar un poco la recesión gestada a principios de esa década, llegando la tasa de desempleo a un 6% en 1990, pero después de entonces la línea ascendente en la tasa de desempleo ha continuado. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), El dato final del desempleo para 2015 se calculo en 197,1 millones de personas y para 2016 está previsto que aumente de alrededor de 2,3 millones para situarse en 199,4 millones. Siendo probable que otros 1,1 millones de desempleados se agreguen a la cifra en 2017, según el informe de la OIT Perspectivas sociales y del empleo en el mundo – Tendencias 2016 (WESO, en inglés)16.

Pero para imponer tal patrón de “desarrollo económico”, que combina crecimiento y desempleo, le ha sido necesario al sistema capitalista, romper con la resistencia del movimiento obrero. Ante lo cual se gestaron memorables batallas libradas a finales de los años 70 y principios de los 80, siendo una de las más duras la que llevo a cabo Margaret Thatcher contra los mineros ingleses, al principio de su gobierno. Y se repiten estos enfrentamientos en Estados Unidos, Alemania, Francia e Italia principalmente.

Luchas que en conjunto con el aumento del desempleo lograron debilitar a los sindicatos, observándose en el hecho de que entre 1970 y 1990 el índice de sindicalización de la masa laboral se redujo de 23 a un 17% en los Estados Unidos, de 42 a 40% en Gran Bretaña, de 22 a 10% en Francia y de un 37 a un 28% en Japón17.

Golpes contra la clase trabajadora que le permitieron a las empresas poder recurrir en gran escala a la terciarización de su personal, lo cual ha implicado el despido de trabajadores y su posterior recontratación, a través de pequeñas empresas prestadoras de servicios, eximiendo a las grandes empresas del gasto con prestaciones sociales. Así como les permitió adoptar medidas enmarcadas en la llamada flexibilización, procedimiento que ha obligado a los obreros a aceptar modificaciones en los contratos de trabajo, que le afectan desde el mismo puesto de trabajo, hasta el salario y la jornada laboral, en su duración e intensidad.

Y finalmente, pero de gran relevancia para comprender en su totalidad el actual proceso privatización de la educación universitaria, hacia abajo. Es el hecho de que los golpes asestados contra la clase obrera, acentuaron la diferenciación existente en los mercados de mano de obra, interponiendo una distancia creciente entre el trabajador y el proceso material de producción, lo que ha contribuido a aumentar la jerarquización existente entre los trabajadores, de acuerdo al grado de calificación, tanto desde el punto de vista del empleo como de la remuneración18.

Hechos que en primera instancia son atribuibles en buena medida al cambio tecnológico mismo, puesto que éste llevo a que incidiera el conocimiento de manera cada vez más importante en los procesos de producción. De forma que el conocimiento permitió a su vez que se abriera un amplio campo para el desplazamiento de la producción manufacturera a los países del Tercer Mundo. Y que ha sido una de las causas determinantes para la reducción de la oferta de trabajo en los Estados Unidos. Debido a que las fábricas modernas y el “estado del arte” de la maquinaria, han podido ser instaladas en casi todas partes del mundo. Resultando en que los productores rutinarios [directamente ligados a la producción] de los Estados Unidos, entraran en competencia directa con millones de productores rutinarios de otras naciones. Hecho que además afectará no sólo a los obreros, sino a los técnicos de nivel medio y alto (léase Instituto Politécnico Nacional).

Estos eventos llevaron a que los Estados Unidos dedicaran sus esfuerzos hacia la educación, desde el nivel prescolar hasta el nivel superior a fin de compensar la reducción de la oferta interna de empleo mediante la transformación en gran escala de personal existente, en cuadros altamente calificados. De suerte que los productores rutinarios en los Estados Unidos se convirtieron en cuadros altamente calificados y permitieron que sus viejos empleos se transfirieran hacia los países dependientes19.

Así, los países del Tercer mundo como México hemos sido colocados frente a una nueva división del trabajo, que ha venido operando a nivel de la fuerza de trabajo misma y no como anteriormente ocurría, a través de la posición ocupada en el mercado mundial por la economía nacional en donde el trabajador se desempeña. Dando paso así a una participación del trabajador en un verdadero ejército industrial internacionalizado, en proceso de constitución durante los 70’, hoy explícito en la lucha magisterial de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

Toda vez que la competencia obrera se encuentra en función del grado de educación, cultura y calificación productiva de cada uno de los trabajadores. Y a los únicos que se les pretende brindar una educación de calidad en nuestros países, para que puedan competir en el mercado mundial laboral, es a los hijos de las oligarquías nacionales, la burguesía monopólica, que están en contubernio empresarial con algunas fracciones que conforman el gobierno y la partidocracia.

Mientras que por otro parte la educación para la clase trabajadora pretende ser eliminada como un principio constitucional, y convertir a la educación en una mercancía solo asequible a las fracciones pudientes ya indicadas. Y a los profesores que trabajen en dicho esquema de escuelas privadas (ya imperante, pero no en masa como se pretende al desmantelar a la CNTE) sean debidamente superexplotados.

Situación que ha profundizado constantemente la dependencia de zonas como África y América Latina, debido a que los países imperialistas, desde antes de la nueva división del trabajo mantenían una inmensa superioridad en materia de investigación y desarrollo, lo cual les permitió innovaciones técnicas, configurándose así un verdadero monopolio tecnológico. Monopolio que sumado a la capacidad de inversión de los países imperialistas, les ha posibilitado ejercer el control sobre la transferencia de actividades industriales a los países más atrasados. De tal forma le han sido transferidas hacia países como México industrias menos intensivas en “conocimiento” e imposibilitándoles el surgimiento de economías nacionalmente integradas, al dispersar entre diferentes naciones las etapas de la producción de mercancías20.

Ocasionado que desde hace años, los altos salarios se encuentren en los países imperialistas, donde se han dando los mayores avances en la informática, la biotecnología, la tecnología espacial, las nuevas tecnologías y los nuevos materiales. Debido a que en los centros de investigación y las universidades de élite del Primer Mundo se han desarrollado las tecnologías del futuro y se han monopolizado mediante el derecho de patentes y licencias. Configurándose así cada vez más una brecha abismal desde el punto de vista de ciencia y tecnología, así como en lo referente al aspecto económico y de calidad de vida.

Por ejemplo, tan sólo en 1900, había 3,600 científicos e ingenieros por cada millón de personas en los países del Primer Mundo, mientras que en los países del Tercer Mundo se contaban apenas con 200 por millón. Mientras que Japón y Estados Unidos dedicaban en esos años el 3.1 y el 2.8 por ciento de su PIB a la investigación y el desarrollo, el promedio latinoamericano era tan sólo del 0.5 por ciento. Empeorando tan panorámica el hecho de que se ha dado una cooptación sistemática de los mejores pensadores del Tercer Mundo mediante la “fuga de cerebros” (Brain Drain), motivadas en gran parte por las mejores oportunidades de ingreso y oportunidades de trabajo21.

De suerte que la transnacionalización capitalista ha impactado, como ya destacamos, en la misma fuerza de trabajo, al transferir desniveles crecientes en materia de saber y capacitación técnica. Contexto en el cual se entiende la exigencia hoy en día de la “reforma educativa”. Que mantiene cuatro intenciones de fondo, expoliar a la clase trabajadora de parte de su raquítico salario, mediante la solvencia de su educación, quitarle al Estado gastos “superfluos” en materia de educación, “flexibilizar” a la fuerza de trabajo educativa para que se incorpore a la educación privada que se pretende sea brindada por escuelas patito como Grupo Azteca, y que se mantenga la división del trabajo que actualmente opera al nivel de la fuerza de trabajo misma.

Intentando mantener en los países imperialistas los cuadros de trabajadores más calificados y en nuestros países los menos calificados, razones por las cuales, razones por las cuales se hacen “innecesarias” universidades públicas de calidad y el Instituto Politécnico Nacional. No obstante, tal proyecto de educación de élite, también ha predominado en los mismos países imperialistas, mediante lo cual se ha dejado fuera a grandes grupos de trabajadores.

La guerra contra las drogas y los narco-paramilitares, traje hecho a la medida del neoliberalismo

En este contexto, la UNAM como organismo viviente en el cuerpo de la nación e institución heredera, depositaria y creadora de un patrimonio de conocimiento encarnado en mujeres y hombres de la vida real. Tejido cultural que viene desde su múltiple herencia histórica y cubre desde la educación infantil hasta la investigación de frontera. Éste patrimonio inmaterial desde hace años también se encuentra bajo ataque22.

Sin escapar de hechos como el perpetrado hace más de un año en Ayotzinapa, donde fuerzas uniformadas del Estado desaparecieron a 43 estudiantes normalistas, futuros educadores. Dentro de una reformulación dictatorial que durante el largo y trágico siglo XX vivo nuestro continente y que a la par de la supresión de libertades, derechos y garantías, se dio un asalto o un intento para controlar la universidad desde el poder, ejemplos de lo cual son: Brasil, Chile, Argentina, Perú, Bolivia, Nicaragua, Honduras, Guatemala, etc.

De forma que hoy en México hemos estado presenciando irrupciones brutales del poder para someter tanto a maestros como a estudiantes. Muestra de esto son los recientes hechos de violencia suscitados por el Estado en Nochixtlán, Oaxaca. Así como los 43 estudiantes normalistas desaparecidos desde hace más de un año. Todo lo cual ha venido ocurriendo en medio de una vorágine de desapariciones, asesinatos, secuestros, feminicidios, apresamientos, violencia cotidiana y miedo que hoy recorre la República. Y que se presenta a las puertas de la UNAM tras su reciente sucesión en la Rectoría y la consiguiente demanda de resolución en el conflicto del auditorio Che Guevara.

Contexto en cual además no debemos pasar por alto el hecho de que todo el sistema educativo está en estos días bajo ataque. Desde el nivel kínder hasta el universitario, pasando por la primaria, la secundaria y la preparatoria. Y para lo cual la Reforma Educativa es la punta de lanza de tal ataque. Siempre que es una imposición del gobierno federal, al no ser debatida por los educadores y acordada con ellos, es decir, con quienes conocen y ejercen el oficio.

Manifestando su carácter punitivo mediante la detención de los maestros: Othón Nazariega Segura, Roberto Abel Jiménez, Efraín Picasso y Juan Carlos Orozco. Quienes permanecen presos en el penal de máxima seguridad de El Altiplano en el estado de México, lejos de sus familias, sus defensores y sus compañeros. Mientras que tantos se encuentran amenazados de apresamiento23.

Situación de represión, donde además no podemos pasar por alto que el actual gobierno en turno, igual que los gobiernos panistas pasados ha intentado construir una legitimidad mediante la desafortunadamente afamada “guerra contra las drogas” y juegos mediáticos como la fuga y recaptura del “Chapo Guzmán”, dejando aun lado la resolución y atención de problemas urgentes de la sociedad mexicana, como es la educación.

Y que peor aun, cada vez más han salido a la luz la participación de grupos paramilitares, o narco-paramilitares para reprimir la constante insurgencia social. Así lo vienen corroborando testimonios como los dados por pobladores y defensores de los derechos humanos en Nochixtlán, Oaxaca. Al indicar que elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca y civiles armados pertenecientes a la Unión de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort), grupo paramilitar ligado a facciones del PRI. Participaron En el operativo de desalojo del pasado 19 de junio, que cobró nueve vidas y dejó más de 100 heridos, en dicha comunidad24.

De acuerdo con los defensores de los derechos humanos, es más que improbable que los miembros de Ubisort hayan actuado sin el amparo de algún grupo de poder político o del Estado. Siempre que la organización triqui tiene fuertes vínculos con sectores del PRI, particularmente con el entorno del ex gobernador Ulises Ruiz, cuyos operadores políticos en Nochixtlán son los hermanos Herminio y Daniel Cuevas, diputado local electo y presidente municipal electo, respectivamente.

Además de que, el contacto histórico de la Ubisort con el poder estatal ha sido el ex diputado local y ex presidente municipal de Juxtlahuaca José Mejía, señalado públicamente por familiares de la activista Alberta Cariño como uno de los autores intelectuales de su asesinato, en un ataque en el que también pereció el finlandés Jyri Jaakkola (abril de 2010).

Motivos por los cuales los defensores de los derechos humanos consideran muy probable que el 19 de junio en Nochixtlán hayan actuado personas del grupo del ex alcalde de Santo Domingo Ixcatlán, Fredy Eucario Morales, no obstante que este se encuentre actualmente preso. Éste personaje en abril de 2008 ordenó el asesinato de tres personas a plena luz del día (a una la mataron a golpes y luego subieron el cuerpo a un vehículo y le prendieron fuego; a otra le cercenaron los genitales a machetazos).

De manera que, el comando paramilitar de la Ubisort, anteriormente encabezado por Eucario Morales, hasta la fecha, sigue operando en la región triqui y otras partes del estado. Señalados como un grupo paramilitar que también actúa en el narcomenudeo local, según afirmaciones de un defensor de los derechos humanos25.

Ante tal panorámica, es probable que los mismos elementos desestabilizadores se estén presentando en la máxima casa de estudios (UNAM), para por fin lograr si privatización.

Bibliografía

Sotelo Valencia Adrián. “Neoliberalismo y educación. La huelga en la UNAM a finales de siglo”. Ediciones el Caballito, 2000.

González Casanova Pablo. “La universidad necesaria en el siglo XXI”. Era, 2001.

González Casanova Pablo. “Aritmética contrarrevolucionaria”. Universidad Autónoma de Puebla, 1976.

Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. “La teoría social latinoamericana. Cuestiones contemporáneas Tomo IV”. UNAM, Ediciones el caballito, 1996.

 

Hemerografía

La Jornada. “La UNAM en la crisis de la República”. Por: Adolfo Gilly, miércoles 4 de noviembre, de 2015.

La Jornada, jueves 21 de abril de 2016.

La Jornada, lunes 4 de julio de 2016.

La Jornada, jueves 7 de julio de 2016.

Revista Rebelión. “Las universidades son de clase alta”. Por: Pedro Echeverría V., 24-02-2016.

Rebelión. “Los rectores deben ser otra cosa”. Por: Pedro Echeverría V., 11-03-2016. 

Rebelión. “En México se entregan varios millones de certificados desde primaria al doctorado”. Por: Pedro Echeverría V., 23-06-2016.

Rebelión. “México contra la privatización de su educación”. Por: Eleuterio Gabón, 06-07-2016.

Animal Político. “El auditorio Che Guevara: una historia de tomas y confrontaciones”. 

Revista Proceso. “Ciencias Políticas de CU, centro de distribución de drogas”. Por: Patricia Dávila, 09-05-2015.

Revista Contralínea, “Reforma educativa autoría de Mexicanos Primero”. 08-07-2016.

Notas

1 Animal Político. “El auditorio Che Guevara: una historia de tomas y confrontaciones”.

2 Ibíd.

3 Animal Político. “El auditorio Che Guevara: una historia de tomas y confrontaciones”.

4 Revista Proceso. “Ciencias Políticas de CU, centro de distribución de drogas”. Por: Patricia Dávila, 09-05-2015.

5 www.proceso.com.mx › Nacional

6 Rebelión. “De la chapocomedia a la realidad de Huitzizilpan”. Por: R. César González Ortiz, 22-01-2016.

7 La Jornada, jueves 21 de abril de 2016.

8 La Jornada. “La UNAM en la crisis de la República”. Miércoles 4 de noviembre de 2015. Por: Adolfo Gilly.

9 Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. “La teoría social latinoamericana. Cuestiones contemporáneas Tomo IV”. UNAM, Ediciones el caballito, 1996. Pág. 52

10 Los bienes de capital son la maquinaria, los inmuebles, las instalaciones y las infraestructuras que se utilizan junto a otros factores de producción (trabajo, materias primas y bienes intermedios), para producir a su vez otros bienes y servicios.

Se diferencian por tanto de los bienes de consumo, ya que éstos se destinan directamente a la venta final para satisfacer algún tipo de necesidad, mientras que los de capital se utilizan en nuevos procesos productivos. Y se diferencian también de otros factores productivos precisamente porque ellos mismos deben ser producidos.

Otra característica de los bienes de capital es que, una vez instalados, se utilizan durante un número de años y no sólo en un único ciclo productivo. Dicho de otra forma, los bienes de capital se adquieren en un año, pero prestan un servicio a la empresa que los adquiere durante varios periodos como consecuencia de su uso. Esto los diferencia de los bienes intermedios o las materias primas, cuyo valor es incorporado plenamente en el nuevo bien que están ayudando a producir.

11 Divisa es un concepto de la ciencia económica que refiere a toda moneda extranjera, es decir, perteneciente a una soberanía monetaria distinta a la del país de origen. Las divisas fluctúan entre sí dentro del mercado monetario mundial. De este modo, se pueden establecer distintos tipos de cambio entre divisas que varían constantemente en función de diversas variables económicas como el crecimiento económico, la inflación, el consumo interno de una nación, etc.

12 Ibíd. Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. Pág. 52

13 El Universal, lunes 11 de agosto, de 2014.

14 Ibíd.

15 Ibíd. Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. Pág. 54

16 www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/…es/index.htm

17 Ibíd. Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. Pág. 56

18 Ibíd. Pág. 57

19 Ibíd. Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. Pág. 58

20 Ibíd. Mauro Marini Ruy y Millán Márgara. Pág. 59

21 Chomsky Noam y Dieterich Heinz. “La sociedad global. Educación, mercado y democracia”. Contrapuntos, 1996. Pág. 71

22 Ibíd. Adolfo Gilly.

23 Ibíd.

24 La Jornada, jueves 7 de julio de 2016.

25 Ibíd.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214359&titular=proyecto-de-larga-duraci%F3n-

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New Book on Education Privatization. A Political Economy of Global Education Reform

 

La privatización de la Educación. Una economía política de la reforma de la educación global, es un libro producto de una investigación sobre la base de un enfoque sistemático y revisión de la literatura sobre los diferentes caminos hacia la privatización de la educación en todo el mundo.

El libro invita a estudiar a fondo la economía política de la privatización de la educación a escala global y hace un análisis de las diferentes estrategias, discursos y agentes (incluidas las organizaciones internacionales, los empresarios de las políticas, organizaciones filantrópicas, grupos de reflexión y los sindicatos de maestros) que han contribuido a la promoción y/o resistencia a las tendencias de la provatización de la educación.

Información en el idioma original:

The Privatization of Education

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A Political Economy of Global Education Reform

Dear Colleagues,
We are pleased to announce the publication of our new book: The Privatization of Education.  A Political Economy of Global Education Reform. On the basis of  a systematic literature review approach, this book identifies and synthesises six different paths toward education privatization worldwide.

The book is the result of an in-depth investigation of the political economy of education privatization at a global scale. Among other things, it analyses the different strategies, discourses, and agents (including international organizations, policy entrepreneurs, philanthropic organizations, think-tanks, and teachers’ unions) that have contributed to advancing and/or resisting education privatization trends in very different educational settings.

 

Education privatization is a global phenomenon that crystallizes in countries with very different cultural, political, and economic backgrounds. In this book, the authors examine how privatization policies are being adopted and why so many countries are engaging in this type of education reform. The authors explore the contexts, key personnel, and policy initiatives that explain the worldwide advance of the private sector in education, and identify six different paths toward education privatization—as a drastic state sector reform (e.g., Chile, the U.K.), as an incremental reform (e.g., the U.S.A.), in social-democratic welfare states, historical public-private partnerships (e.g., Netherlands, Spain), de facto privatization in low-income countries, and privatization via disaster.

Stephen J. Ball: «The privatisation of education in its many different forms is now a basic component of education systems around the world. This book is a systematic account of these forms, their effects, and the politics of privatisation—global and national. Rich in examples, careful in its analysis, important in its conclusions and recommendations for further work, this book is a vital, rigorous, up-to-date resource for education policy researchers.»

Christopher Lubienski: «In this useful volume, some of the leading and emerging scholars of their generation offer important insights for our collective understanding of the political economy of market-oriented education reform. The authors brilliantly illuminate both the ‘why’ and the ‘how’ of this global trend toward market models for education, drawing on diverse cases from developing and rich countries to identify the multiple pathways by which privatization advances. Few issues are as significant but under-appreciated as is education privatization across the globe; few treatments of this issue offer both the breadth and nuanced understanding that this book does.»

Tomado de: http://us4.campaign-archive1.com/?u=f6d3d58ae47e826666fdef473&id=654e53b1d7

 

 

 

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La Universidad latinoamericana: ¿tiene falla de origen?

 

La Universidad es una conquista social de singular importancia para la democratización del saber y su relación con la transformación social.  Sin embargo, no es osado señalar que en el presente, presta un limitado aporte a los cambios sociales en su conjunto y mucho menos a los proyectos emancipatorios en América Latina y el Caribe.  Más allá de destacadas, honorables y admirables figuras que trabajan desde sus espacios, la universidad comienza a ser percibida socialmente como una institución de titulación para acceder al campo laboral, distante del imaginario que había construido décadas atrás de espacio para soñar y pensar lo social, lo humano y el contrapoder.

Este no es un fenómeno atribuible sólo a las instituciones universitarias. En muchos lugares de la región, los Estados nacionales y sus instituciones parecieran mirar en sentido opuesto al horizonte que están dibujando sus pueblos.  Este desencuentro es dramático y puede traer en el mediano plazo severos problemas de gobernabilidad en la región. Las dinámicas del pasado, los discursos de ayer, las respuestas que fueron efectivas cada día tienen mayores dificultades para empalmar con la agenda mínima ciudadana del presente. Es hora de pensar políticamente (con P mayúscula) sobre estos fenómenos, desde una perspectiva descolonial.

Y es que el proceso de colonización logró apropiarse del firmamento de espacios ciudadanos ocupando hasta las rutas de emancipación.  La colonización cultural –la peor de todas porque domina las ideas y con ellas el mundo-  pretendió y en muchos casos lo lograron,  enseñarnos cómo es que era permitido y posible ser libres; es decir, han pretendido enseñarnos los límites y fronteras de la propia libertad. Lo académico no fue ajeno a ello, por el contrario fue y es aún hoy en día, epicentro de ese sostenimiento del orden colonial en las estructuras de pensamiento.

Cuando el esclavo libre, ahora colonizado –neo esclavitud-  se atreve a pensar por sí mismo, atreviéndose a explorar, conocer, indagar, construir  nuevos caminos para concretar su libertad, suele encontrarse en el peor de los mundos. Por un lado la más feroz rabia del colonizador y por el otro la burla/temor/incredulidad de los iguales, quienes colonizados culturalmente, quieren que otro les muestre como cambiar los cosas, pero no creen posible ser protagonistas del cambio, es decir de la nueva historia.

La universidad latinoamericana debe construir una nueva historia, que le permita romper con el velo cultural del colonizado atreviéndose colectivamente a repensarse en todos los planos, desde la forma de crearse y actuar en ella misma, pero también atreviéndose a cuestionar sus orígenes y pensar una nueva forma de parir y nacer. Revisar sus prácticas y procesos desde ese ejerció descolonizador,  puede contribuir con el surgimiento de ese otro mundo no colonizado, alterno, donde pensar el mundo patas arriba sea sinónimo de cordura libertaria.

Al respeto Quijano, A. (2014) afirma que “al formular sus cuestiones en un espacio social abstracto, históricamente indeterminado, quienes así proceden no pueden evitar identificar a piori a esta cultura (o a esta sociedad y a este Estado) con la cultura (o la sociedad o el Estado). El contexto histórico social concreto se asume, pues, como dado, no cómo algo a cuestionar en el punto mismo de partida” (p.667).

Desde ese lugar de enunciación, me atrevo a plantear respecto a las universidades que los problemas que se evidencian y nos hacen siempre pedirle una y otra vez a ella: transformación … transformación … transformación universitaria tienen como punto de partida una falla de origen. Esta falla de origen, desde mi punto de vista, tiene que ver con el código genético con el cual se edifica la vida y el que hacer universitario. Falla de origen que se inicia en el propio momento de la fundación de las universidades.  Falla de origen que  se expresa en su concepción práctica, más allá de la definiciones teoréticas, al auto asumirse y ser aceptada por la mayoría de la gente, como una institución fundamentalmente para la docencia.  El gen problemático de la estructura de vida universitaria se desarrolla por una perspectiva colonial de su existencia.

De hecho, las universidades en América Latina y el Caribe tienen sus orígenes en procesos coloniales, asignándosele desde sus comienzos la tarea de formar a la burocracia y los funcionarios que demandaba el orden imperial de dominación. Para Tünnermann (1996) la universidad colonial en América Latina y el Caribe procura resolver:

  1. La necesidad de proveer localmente de instrucción a los novicios de las órdenes religiosas que acompañaron al conquistador español, a fin de satisfacer la creciente demanda de personal eclesiástico creada por la ampliación de las tareas de evangelización;
  2. La conveniencia de proporcionar oportunidades de educación, más o menos similares a las que se ofrecían en la metrópoli, a los hijos de los peninsulares y criollos, a fin de vincularlos culturalmente al imperio y, a la vez, preparar el personal necesario para llenar los puestos secundarios de la burocracia colonial, civil y eclesiástica. Por otro lado, las dificultades de las comunicaciones, arriesgadas y costosas, aconsejaban impartir esa instrucción en las mismas colonias;
  3. La presencia, en los primeros años del periodo colonial, en los colegios y seminarios del Nuevo Mundo, de religiosos formados en las aulas de las universidades españolas, principalmente Salamanca, deseosos de elevar el nivel de los estudios y de obtener autorización para conferir grados mayores. De ahí que las gestiones para conseguir los privilegios universitarios fueron con frecuencia iniciadas por estos religiosos de alta preparación académica (p.122)

Es decir, las Universidades en la región no fueron pensadas para el desarrollo de las naciones dominadas, ni para la formación de sus ciudadanos, mucho menos para el desarrollo de un conocimiento, ciencia y tecnología que les permitiera ser independientes.  Las universidades  en América Latina y el Caribe fueron arietes conceptuales de un conocimiento que reproducía el orden de dominación.  No fueron universidades desarrolladas a partir de las necesidades de la gente y los requerimientos de sus sociedades, sino implantadas desde las naciones que se asumían conquistadoras y por lo tanto dueñas de los nuevos territorios.

El propio Tünnermann (1996) distingue dos modelos en las universidades implantadas: la de Salamanca y la de Alcalá de Henares, ambas de origen español. El modelo de Salamanca respondió a “la idea de una universidad al servicio de un “estado-nación”, concepto que recién surgía en España (siglo XIV)… Todo el edificio de la transmisión del conocimiento descansaba sobre la cátedra” (pp-124-125).  Por su parte, la preocupación central de la universidad alcalaína fue la teología, material que sólo en épocas posteriores ocupó un lugar relevante  entre los estudios salamantinos. Su organización correspondió más bien a la de un convento-universidad” (pp-124-125).  Los modelos de Salamanca y Alcalá se desarrollaron sobre la base de la docencia, es decir como instituciones para impartir conocimiento.

Para Morles, Medina Rubio y Álvarez Bedoya (2002) en el proceso de construcción de la República, luego de alcanzar independencia nacional, la llamada universidad Republicana reemplazaría el modelo elitesco y eclesiástico imperante por uno más “dinámico, tolerante y científico (…) incorporando nuevas cátedras y laboratorios” (p.20), haciendo que las estructuras académicas[i] se asemejarán bastante al modelo Napoleónico. Continúan estos autores señalando que “con el modelo napoleónico de universidad se afirma en Venezuela, desde el último cuarto del siglo XIX, el pensamiento positivista y evolucionista. El modelo napoleónico se basa también en la docencia, con un carácter más científico contribuyendo a la ruptura con el dogmatismo religioso.

Autores Galo Gómez, citado por D’Andrea, R. E, Zubiría, A y Sastre Vázquez, (2012) precisan respecto a la concepción Napoleónica de la universidad:

La Universidad Imperial creada en 1808 y organizada dos años más tarde, es algo muy distinto de lo que tradicionalmente se había entendido como Universidad. Es un organismo estatal, al servicio del Estado que la financia y organiza y que fija no sólo sus planes de estudios, su administración y el nombramiento de profesores, sino hasta la moral pública que ha de inculcar a sus discípulos: «Mi fin principal – declara el mismo Napoleón- al establecer un cuerpo docente es tener un medio de dirigir las opiniones políticas y morales». Una Universidad centralizada, burocrática y jerárquica. Es difícil encontrar algo más opuesto a lo que había sido la Universidad desde su origen» (Galo Gómez O., 1976, p.7)

 

Esta implantación no pasa desapercibida por parte de quienes se resisten a la dominación.  Propuestas y modelos alternativos comienzan a surgir en todo el continente en el siglo XX, los cuales tienen una expresión clara y firme en El Manifiesto Liminar (1918) que fundamentó la reforma de Córdoba, en el cual se plantea

Las universidades han llegado a ser así el fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la Ciencia, frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de los organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.

Agregando:

Nuestro régimen universitario -aún el más reciente- es anacrónico. Está fundado sobre una especie del derecho divino: el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de Autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios, no solo puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la substancia misma de los estudios. La autoridad en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: Enseñando. Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y de consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no a una labor de Ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclama el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de Ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de Autoridad que en estas Casas es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa-dignidad y la falsa-competencia.

 

El grito de Córdoba es el más importante cuestionamiento hecho a la universidad desde la perspectiva de sus estudiantes.  Los reclamos centrales se refieren a la forma y mecanismos de gobierno interno y de una u otra manera a la desconexión de la universidad con su entorno.  En buena medida, el Manifiesto Liminar impulsa un modelo de universidad para un nuevo ciclo de proyectos de independencia nacional.

En el siglo XX la idea de investigación universitaria se fue deslizando progresivamente hacia los posgrados. Para Lucas Luchilo (2010), “en América Latina, el fomento de la formación de posgrado fue y es una de las funciones básicas asignadas a los Consejos de Ciencia y Tecnología, que se crearon a partir de la década de 1950. Desde esta perspectiva, se trata de instrumentos de política con alta legitimidad y en los que los países de la región han acumulado experiencia, tanto en el nivel de promoción como en el de ejecución” (p.14).  Este auge se produce en medio del creciente influencia de las ideas de desarrollo nacional y regional, así como de la planificación auspiciadas, entre otras por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).  Sus resultados en términos de crecimiento sectorial (posgrados) y de impacto se mostraron limitados.  Posteriormente el neoliberalismo, en los ochenta y noventa del siglo XX,  se encargaría de generar un proceso de vaciamiento de la investigación y los investigadores universitarios promoviendo su migración hacia centros independientes de investigación con fuerte financiamiento privado y ubicados en los países del centro capitalista.

El Mayo francés con sus críticas iniciales al Libro Blanco del Ministro Francés de Juventud y deporte François Missoffe, abren un capítulo especial que lleva a la juventud mundial a repensar el compromiso de la universidad con los más altos ideales de la humanidad.  Pero la universidad siguió siendo una institución centrada en la docencia.  Los movimientos de profesores universitarios planteando la urgente necesidad de una reforma de la educación superior se multiplicaron en el mundo en las décadas de los setenta y los ochenta del siglo XX.

Es importante detenernos brevemente sobre los resultados alcanzados en materia de investigación en la región. Lemasson&Chiapee (1999) señalan respecto a la investigación universitaria que “los resultados obtenidos no permiten hoy, con los desafíos contemporáneos que conocemos, concluir que están listos para enfrentar el porvenir de manera constructiva. Si el camino pasado, aunque con muchas diferencias nacionales, fue positivo, la necesidad de continuar con el cambio es imperativa y va a exigir una visión y una voluntad resueltas” (p.315). Más adelante, estos mismos autores afirman:

Es fácil concluir que la única vía para asegurar la independencia a largo plazo, el desarrollo económico endógeno en nuevas esferas con un alto valor agregado y sistemas sociales más justos, es promover con urgencia las actividades de ciencia y tecnología como prioridades nacionales. Responder a esta urgencia significa que el momento de decisiones radicales ha llegado, particularmente respecto del papel de las universidades, las que constituyen en términos de recursos humanos actuales y futuros las instituciones claves del porvenir colectivo” (p.317).

 

Autores como Didriksson (2000) siguen apostando por el binomio clásico docencia-investigación. Seguramente Axel argumentará en defensa de esta direccionalidad –que no es una cuestión menor- que “la parte más dinámica del proceso [producción y transferencia de conocimientos[ii]] se ubica en la relación entre la docencia y la investigación, y el curriculum desde la perspectiva de la creación de un valor económico: el conocimiento, y de un valor social: los trabajadores del conocimiento“ (pp. 32-33). En consecuencia, la universidad latinoamericana sigue pensándose desde la docencia como epicentro sobre el cual gravita el grueso de su actividad general, pero también particular de cada profesor(a).  Es el círculo propio de una universidad pensada para aportar al papel asignado por el centro a la periferia, en el campo de la producción y transferencia de conocimientos.  En este sentido, la llamada producción del conocimiento universitaria, no es otra cosa que la adaptación de premisas generales al contexto de países dependientes y neocoloniales.

El emerger del neoliberalismo en el mundo, en el marco de la globalización económica y la mundialización cultural,  retan el pensamiento respecto a qué modelo de universidad demandan las nuevas formas de acumulación y producción capitalista puestas en marcha.  Desde los discursos de resistencia y alternativos se concentraron fuerzas contra la privatización de la educación y fue precario el debate a nivel del público en general.  Las polémicas respecto al presente y futuro de las universidades, sin neutralidad pero mucho más allá de la diatriba ideológica, fueron impulsadas en buena medida por instancias internacionales como la CRESALC, hoy convertido en IESALC UNESCO.

En los noventa del siglo XX la UNESCO plantea la necesidad de convocar a una Conferencia Mundial sobre la Educación Superior que repensara la universidad a escala planetaria, pero también como un espacio de reencuentro con la academia de la recién desmantelada URSS. Los documentos que circularon con carácter previo y las propias conclusiones de la I Conferencia señalaron preocupaciones muy especiales respecto a la eficacia de la universidad existente, la calidad de sus dinámicas y procesos de aprendizajes, el impacto de las NTIC y la cultura global en las dinámicas universitarias.  Esta conferencia, al igual que la segunda (2008) fueron precedidas por sendas Conferencias Regionales (CRES).  En cada uno de estos espacios se evidenció la urgencia de repensar a la propia universidad y los límites de los procesos de reforma interna.

El año 2018 se cumplen 20 años de la primera Conferencia Mundial de educación Superior y coincide con los cien años del grito de Córdoba. Pensamos que es un excelente momento para reanimar, retomar y reimpulsar el debate sobre la educación universitaria.  En esta dirección recibimos con alegría el anuncio hecho este 15 de Junio de 2016, en la propia ciudad y universidad de Córdoba, respecto al lanzamiento de la Tercera Conferencia regional de educación Superior (CRES) en la ruta –aún no anunciada por UNESCO- de la III Conferencia Mundial del sector. En hora buena celebramos este anuncio como oportunidad de oro para reabrir y relanzar los debates por esa otra universidad posible.

La Universidad para los proyectos de desarrollo nacional, de independencia y para la construcción de sociedades libres, democráticas, justas, igualitarias y, en permanente cambio tiene que ser una universidad pensada desde una perspectiva del Sur.  Boaventura de Sousa Santos (2008) nos habla de pensar lo nuevo con lo nuevo, porque

no puede enfrentarse lo nuevo contraponiendo lo que existía antes. En primer lugar, porque los cambios son irreversibles y en segundo lugar, porque lo que existió antes no fue una edad de oro, o si lo fue, lo fue solamente para la universidad y no para el resto de la sociedad, y en el seno de la propia universidad, lo fue solamente para algunos y no para otros. La resistencia debe involucrar la promoción de alternativas de investigación, de formación, de extensión y de organización que apunten hacia la democratización del bien público universitario, es decir, para la contribución específica de la universidad en la definición y solución colectiva de los problemas sociales, nacionales y globales” (p.30)

Para Aboites. H. (2011) “este cambio requiere una transformación de la mentalidad universitaria, las estructuras de gobierno, los mecanismos de acceso, la reglamentación y la organización académica, que deben ajustarse a las nuevas demandas y necesidades de acceso, formación y profesionalización que tiene la actual población joven y estructuralmente excluida, pero también a las necesidades de un momento de tránsito al posneoliberalismo como es el actual”. (p.273, en Bonilla, L y Segrera, F. [2011]. Educación universitaria para el siglo XXI. Ediciones CIM/OPSU, Caracas. Venezuela)

En la perspectiva que invitan Boaventura y Aboites, nos atrevemos a pensar la universidad del siglo XXI, el presente y el futuro inmediato, en tres momentos: el primero las universidades que se están creando o se van a crear, segundo las universidades que inician procesos de transformación y tercero, las universidades que permanecen inamovibles. En este artículo me referiré sólo a las primeras, esperando poder abordar los otros dos casos en próximos trabajos.

Estoy convencido que crear universidades sobre la lógica estructurante de la docencia con complementos de investigación y extensión –independientemente que se digan vinculadas- es un ejercicio colonial, que reproduce el modelo de conocimiento, formación, indagación y acción en lo social, propio, desde y para la dominación. Trataremos pedagógicamente de ir explicando paso por paso esta afirmación.

La universidad fundada en cátedras, escuelas, facultades está pensada en buena medida para reproducir el llamado “conocimiento de punta” en las distintas áreas. En esa orientación, por ejemplo, en la sociología, la medicina o la química surgen textos, contenidos curriculares, paradigmas, discursos, resultados que pasan a ser de uso común en los países de la periferia capitalista. A estos se les suele asociar al llamado “conocimiento de punta”; cuando lo cierto es que estas producciones son sólo  el “conocimiento liberado para consumo académico masivo” por parte del modo de producción[iii].  Desarrollos de ello, lo constituye el tan cotidiano internet de hoy, que pasó décadas siendo utilizado por el llamado complejo industrial-militar antes de que fuera conocido por todos nosotros; evidentemente la tecnología comunicacional “de punta” que debe estar usando ese mismo complejo hoy en día debe ser revolucionariamente distinta a la que usamos cotidianamente. Muchos otros ejemplos surgen en el campo de la genética, la medicina o la neurociencia. De hecho, la mayoría de las investigaciones más importantes realizadas en el 2015 –como en años anteriores-  se refieren al cerebro humano, sus usos y potencialidades las cuales aún no forman parte de  ese “conocimiento liberado para consumo académico masivo”. Entonces lo que se enseña en el modelo basado en la docencia es solo el cascarón del conocimiento de vanguardia.

Argumentaran los defensores de este modelo que la investigación autóctona esta llamada a reducir esta brecha. Esto tal vez sea cierto en términos teórico-conceptuales pero la realidad o la empírea nos dice a diario que la inmensa mayoría de la investigación que se realiza en las universidades está asociada a trabajos de ascenso en el escalafón universitario o de interés muy particular.  Con ello no pretende solapar o desconocer la meritoria labor que realizan algunos investigadores en casi todos los campos de las ciencias, pero a decir verdad esta es por lo general una labor muy particular y excepcional y no característica del sistema.

Los neoliberales usan esta verdad y realidad para asignarle la mayor cuota de responsabilidad al respecto, al personal docente universitario, eximiendo de culpas al sistema, los gobiernos nacionales, los mecanismos de conducción de la educación superior  y mucho más a la propia concepción universitaria.  El neoliberalismo educativo, interesado en la privatización educativa a inventado ranking, modelos de evaluación de eficiencia docente, sistemas de clasificación de la investigación, protocolos de reconocimiento de resultados de pesquisas, etc. que sólo terminan certificando los procesos de adaptación del conocimiento liberado por los centros de investigación que sustentan el modelo de producción del capitalismo del siglo XXI.

Pero lo que ya resulta inocultable, es que la universidad basada en la docencia con sus complementos de “investigación” y “extensión”, no le resultan útil ni al capitalismo, ni al socialismo en el siglo XXI  -desde una perspectiva “neutra” de carácter nacionalista-  pero si al modelo de globalización económica y mundialización cultural que impulsa a escala planetaria el neoliberalismo que implica una nueva ruina de las naciones de la periferia en beneficio de las del centro.  Es decir, el modelo de universidad, basada en la docencia se ha convertido en un mecanismo de perpetuación de la dominación.

No es la primera vez que este debate se abre y las propuestas de solución han sido variadas, desde cacarear una reforma universitaria que se elabore por todos democráticamente –lo cual no ha sido garantía alguna de romper el círculo de la dominación-  pasando por modelos organizacionales que terminan queriendo convertir a las universidades en Ministerios, altamente burocratizadas antes que en centros de generación de conocimiento. Pero nadie se atreve a cuestionar los paradigmas, conceptos y procesos sobre los cuales se crean nuevas universidades; por el contrario todos los dispositivos legales y de trámites están montados para repetir una y otra vez el modelo. Área de conocimiento de la nueva universidad a crear, facultades, carreras, programas de formación, cátedras y/o unidades curriculares con variados diseños funcionales terminan pareciéndose cada vez más las unas a las otras.

Esto se debe a que la genética epistémica de uno u otro intento tiene una misma raíz: la universidad basada en la docencia. Más allá de cualquier meta discurso innovador, en la mayoría de los casos cualquier iniciativa fenece cuando se concreta en carga de docencia en el aula, de actividades administrativas, de planeación de clases, de asesoría de tesis, etc.  del profesor universitario; allí mueren las ilusiones.

El desafío doble entonces reside en desarrollar investigaciones nacionales, regionales y locales que permitan ir rompiendo el círculo de la dependencia mediante conocimiento necesario para el desarrollo nacional a la par de ir disminuyendo la brecha de varias décadas existente entre conocimiento de vanguardia y conocimiento reproductor que se suele trasmitir en las universidades de los países de la periferia.  Todo ello a la par que se forman los ciudadanos calificados para los proyectos nacionales de independencia económica, tecnológica y cultural.

Las universidades son parte integral de un país de una región geopolítica, no son islas a la deriva en un mar abierto, ni un Estado dentro del Estado.  La necesaria autonomía universitaria en ningún momento puede significar una desconexión orgánica de las casas de estudios superiores con los proyectos nacionales de país. Por ello considero que el primer pensamiento proto universitario es el de identificar cuáles son los problemas centrales de un país; una vez identificado los 10 o 20 problemas prioritarios para el desarrollo nacional, verificar si alguna universidad de las existentes tiene el perfil para abordar su estudio, análisis y propuestas de solución.

De no existir, por ejemplo, en el área del petróleo, pensar primero en el diseño de un Centro Nacional de Investigaciones Petroleras –siguiendo con el ejemplo- que se dedique a estudiar los temas vinculados a esta campo,  desde una perspectiva transdiciplinaria, es decir desde los procesos técnicos de producción hasta los operativos de comercialización, pasando por la geopolítica del petróleo hasta la arquitectura financiera para la estabilización de los ingresos producto de las fluctuaciones de precios.  Y aquí el pragmatismo de gestión puede no siempre coincidir con las premisas ontológicas, epistemológicas o conceptuales del debate académico, porque se van a requerir estudios disciplinares, multidisciplinares y transdiciplinares en cada caso.

Centros de Investigaciones de este tipo, con una plantilla de investigadores con salarios equivalentes al promedio internacional mínimo estándar o más, pueden ser acusados por los conservadores o por los radicales del igualitarismo a ultranza, de elitescos.  Pero en ciertas etapas de la historia de las naciones libres y de avanzada se ha requerido y requiere conformar una élite generadora de conocimiento, cuya teleología de constitución es la democratización del mismo y el mejor uso con fines sociales.

Centros de investigación de este corte, produciendo resultados concretos luego de cinco, diez o quince años de investigación según sea el caso y la complejidad de los estudios que abordan debieran abrir estudios de postgrado, Doctorados, post doctorados, maestrías, especializaciones y cursos de alto nivel donde se socialice los procesos y resultados de investigación a la par de ir formando, mediante la lógica de equipos de investigación abiertos, el personal docente que trabajaría en el pregrado.  Se trataría de invertir la ruta de los procesos de docencia desde el posgrado hacia el pregrado, entendiendo los posgrados no como profesionalizantes, sino como dinámicas de investigación y construcción / validación de discurso científico alternativo. En consecuencia, las nuevas universidades deberían ser paridas por centros de investigación y desde ellos.

En consecuencia, serían investigadores con treinta horas mínimas de trabajo semanal investigativo quienes darían un máximo de 8 horas de docencia en la futura universidad.  Esta integración investigación-docencia asociada a la validación del impacto social del conocimiento emergente haría posible dar un salto en tecnología, ciencias, conocimientos, técnicas y procedimientos que posibilitarían avanzar en desarrollos nacionales que fundamenten económica, tecnológica y políticamente procesos de autentica independencia nacional.

Esto crearía otra serie de problemas, propios de lo nuevo que se crea a los cuales no hay que temerles, sino por el contrario abordarlos dado el impacto de lo nuevo que se construye.  Algunos de ellos, como el reconfigurar el concepto de la carrera docente universitaria, el tamaño de la universidad, su vinculación con contextos, el financiamiento, la cobertura, entre otros.  En los próximos artículos intentaremos abordar nuestra perspectiva sobre cada uno de ellos, además de plantearnos la reflexión y el debate respecto a cómo alinear las universidades existentes en un esfuerzo tan dialécticamente distinto a la génesis de las mismas, como el que estamos planteando.

A cualquier colega que diga que es posible hacer lo mismo con la universidad fundada sobre la docencia, tendríamos que pedirle que -no como excepción sino como generalidad- muestre donde se está dando esta haciendo lo mismo con el modo colonial viejo, basado en la docencia como epicentro. A los innovadores que han logrado muy buenas definiciones en reglamentos y estatutos universitarios sobre el papel de la investigación deberíamos pedirles que después de por lo menos una década, necesario seria tener resultados de gran impacto para mostrar.

La única forma de eliminar la falla de origen de la universidad es generando una nueva forma de creación del mundo universitario, ya no desde el conocimiento reproductor sino del creador, no desde la dominación sino de la liberación.  Se trata de atrevernos a romper con el molde colonial respecto a cómo se construye una universidad.  Eso implica dejar de pensar como los dominados que tienen temor de explorar una nueva ruta que no sea la que el amo les enseñó.  Creemos pues una universidad a partir de los procesos de investigación, sepultemos la vieja universidad atrapada en la camisa de fuerza de la docencia, construyamos una pedagogía desde el aprendizaje por descubrimiento.

 

Lista de referencias:

Bonilla-Molina, L (2001). Gerencia, investigación y Universidad. Ediciones Iesalc. Caracas Venezuela

Bonilla-Molina, L (2015). Calidad de la educación: ideas para seguir transformando el sistema educativo.  Ediciones Fonacit MPPE. Venezuela

Bonilla, L y Segrera, F. [2011]. Educación universitaria para el siglo XXI. Ediciones CIM/OPSU, Caracas. Venezuela

D’Andrea, R. E, Zubiría, A y Sastre Vázquez, (2012). Reseña histórica de la extensión universitaria.  Mimeografiado

Dridiksson, A. (2000). La universidad de la innovación: una estrategia de transformación para la construcción de universidades de futuro. Ediciones IESALC UNESCO. Caracas Venezuela

Lemasson, J.P y Chiapee, M. (1999). La investigación universitarias en América Latina. Colección respuestas. Ediciones IESALC UNESCO. Caracas. Venezuela.

Lucilo, L. (2019) Formación de posgrado en América Latina: políticas de apoyo, resultados e impactos.  Ediciones EUDEBA, Buenos Aires, Argentina.

Manifiesto Liminar: disponible en  http://www.unc.edu.ar/sobre-la-unc/historia/reforma/manifiesto

Morles, V., Medina R., E. y Alvarez B., N. (2002). La Educación Superior en Venezuela. Ediciones IESALC. Caracas, Venezuela.

Quijano, A. (2014). Cuestiones y Horizontes: Antología esencial de la dependencia histórico-estructural a la colonialidad/descolonialidad del poder. Colección Antologías. Clacso. Buenos Aires. Argentina

Sousa Santos, Boaventura (2008). La universidad del siglo XXI. Ediciones CIM. Caracas. Venezuela.

Tünnermann Bernheim, C. (1996) Breve historia del desarrollo de la universidad en América Latina, publicado en La Educación superior en el umbral del siglo XXI, Caracas: Ed. CRESALC, 1996, pp-11-38

 

[i] Especialmente en casas de estudios superiores como la Universidad Central de Venezuela a mediados del siglo XIX.

[ii] Contenido de los corchetes es mío para contextuar adecuadamente la cita

[iii] En este trabajo partimos del principio que todo conocimiento es primero usado, probado, implementado o desechado por las diferentes expresiones del modelo capitalista globalizado, previamente a su liberación en el mercado de consumo académico.

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