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La pedagogía de la ignorancia en México

Por: José Carlos Buenaventura

El mundo está en una grave crisis mundial del aprendizaje como lo señala la ONU.[2] Esto se ve claramente en México cuando en las aulas de clase de educación media superior de las zonas periféricas, y hasta en las principales ciudades, más de la mitad de los jóvenes no sabe leer, escribir o hacer operaciones básicas. Esto sucede incluso en la educación superior cuando en los primeros semestres se les pide resolver simples operaciones matemáticas relativas a las tablas de multiplicar así como un ejercicio de comprensión lectora. Un ejemplo de ello es cuando en un grupo de 40 estudiantes, sólo 6 saben las tablas de multiplicar, lo que representa un 15 por ciento. Alguien podría decir que eso no importa, ya que estamos en la sociedad de la información y del conocimiento y que tenemos instrumentos como las calculadoras, celulares o computadoras, para obtener el resultado buscado.

El problema implica que el estudiante, al no aprender esto, no desarrolla parte del pensamiento abstracto y formal (nivel cognitivo fundamental), además de que será mucho más difícil adquirir la llave para entrar al mundo de la ciencia. Los conocimientos básicos que se deberían de garantizar en la educación básica no se están transmitiendo a un alto porcentaje de los estudiantes en las escuelas. No se sabe con exactitud cuántos estudiantes están en esta situación en México, una situación que llamaré de ignorancia o también de un analfabetismo funcional, a pesar de que se haya cursado preescolar, primaria, secundaria y bachillerato. Es nuestra responsabilidad intelectual y política preguntar: ¿cómo hemos llegado a esto? La pálida paradoja contemporánea puede enunciarse así: cuanto más se impulsó el discurso de la calidad educativa (hoy “excelencia”), el máximo logro de aprendizajes, así como el discurso del aprendizaje basado en el estudiante, cuanto menos se ha aprendido realmente en las escuelas.

Los datos que aparecen con mayor exactitud son aquellos que nos señala el INEGI: hay 4, 744, 057 analfabetas en México, así como los datos de estudiantes excluidos de educación superior por no alcanzar los puntajes esperando para tener acceso a la educación superior en instituciones públicas de prestigio como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en donde, año con año, quedan fuera más del 90% de los estudiantes que desean entrar a estudiar alguna de las carreras ofertadas ahí. Por un lado, encontramos que no crece la matrícula de estas instituciones, ya que no se le otorga presupuesto público que haga posible esto, por lo cual se argumenta la necesidad de llevar a cabo procesos de selección a través de exámenes. Por otro lado, podemos formular una hipótesis: un alto porcentaje de estos jóvenes no alcanza la meta ya que sus conocimientos y habilidades conseguidos en niveles anteriores no son adecuados ante el nivel de exigencia de los retos universitarios. Este no-saber, esta ignorancia estructural, nos conduce negativamente a una pedagogía de la ignorancia, esto es, a un proceso continuo de exclusión epistémica que no es exclusivamente responsabilidad individual (de quien “no estudió lo suficiente”), sino que es una responsabilidad fundamentalmente estatal, además de social y colectiva.

Con “pedagogía de la ignorancia” nos referimos, entonces, a un conjunto de mecanismos, prácticas e instituciones que han funcionado básicamente dentro de los marcos del neoliberalismo, doctrina que niega por principio la capacidad política y social de transformación de la realidad, reconociendo en el silencio ideológico que el conocimiento es poder, aunque en el artículo 3° constitucional esté prohibido educar en la ignorancia, es decir, en la incapacidad de lograr acceder a una vida pública realizada plenamente. La pedagogía de la ignorancia transmite reproductiva y mecánicamente el no-saber resolver problemas de diversas índoles en la realidad social de los ciudadanos, esto es, acrecienta la incapacidad de lograr el acceso a niveles más altos de estudio que por último han de contribuir (según ha quedado estipulado en nuestra Carta Magna) no sólo a la prosperidad personal sino sobre todo a la prosperidad colectiva, nacional. Esto no quiere decir que alguien sea un ignorante total, sino que los conocimientos e información que se transmiten no permiten resolver nacionalmente problemas sociales, culturales, económicos, tecnológicos, académicos, religiosos entre tantos otros de cuya resolución adecuada depende realmente nuestra auténtica independencia.

Esta pedagogía de la ignorancia ha funcionado a través de diversos mecanismos de control hacia los docentes y en general sobre la educación pública, lo que ha conducido a un desastre de la educación pública nacional, aunque no se mantengan constantes estos acuerdos, sino que son intermitentes, el problema es que crean en la cotidianidad prácticas en los docentes y en los diferentes actores educativos. Un ejemplo de esos acuerdos fue el 648 de la Secretaría de Educación Pública (SEP) donde los estudiantes de primero y segundo no podrían ser reprobados, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 2012. Nuevamente, para el 29 de marzo 2019 se publica el acuerdo 11/03/19, por el secretario de Educación Esteban Moctezuma, donde vuelve a tomar la misma idea de la no reprobación a los estudiantes de primero y segundo grado de primaria: sólo con asistir pasan. En tercero, cuarto y quinto grado deben tener un promedio mínimo de 6 y haber aprobado sólo 6 de las asignaturas cursadas y en sexto grado se dice que deben tener un promedio mínimo de 6 en todas las asignaturas, sólo que por la carga de trabajo los docentes no han reprobado a muchos estudiantes a lo largo de los años, ni lo harán en un futuro probablemente. Algo muy importante es que ha perdido valor la enseñanza del español y las matemáticas, que como lenguajes permiten conocer el mundo, ya que los estudiantes pueden reprobar estas asignaturas y acreditar otras. Además, que los padres de familia presionan para que sean acreditado su hijo o hija, así tengan que presionar al maestro, al director, ir a las supervisiones o a las direcciones operativas, ellos comprenden que el derecho de su hijo es pasar, más no el conocimiento. Volviendo a la retórica de la reprobación como el chivo expiatorio y responsable de que los estudiantes no aprendieran. Sin embargo, no se profundizaba en las causas de los malos resultados como eran y siguen siendo problemas de aprendizaje a nivel individual, la pobreza, el desempleo de los padres, la alimentación, la discriminación, la violencia estructural que se vive en los diferentes estados de la República o simplemente porque los maestros no pueden dar una atención individualizada y especializada cuando los grupos son mayores de 40 estudiantes, lo que nos lleva  a plantear que se necesitan más profesores y más escuelas que puedan dar más tiempo y atención a los estudiantes, ya que, hoy por hoy, en 60 minutos un maestro puede darle un minuto y medio de atención a cada estudiante; en seis horas 9 minutos; no sobran sino faltan muchos docentes en un país necesitado de una educación digna.

Los problemas educativos, no son sólo problemas educativos o didácticos, sino problemas sociales en determinados espacios y temporalidades. La salida fácil ha sido no reprobar. Mientras tanto, a los largo de los años nos endulzaban el oído con el discurso políticamente correcto de que cada día iban más personas a la primaria, a la secundaria y hasta al bachillerato, no importa si aprenden, sino que estén allí para ser guardados y controlados por docentes que no pueden cumplir con sus misión histórica que ha sido la enseñanza. Por otro lado, surgió un discurso conservador de los derechos humanos, donde el maestro perdió su figura social de autoridad (de una autoridad sapiencial y moral) y sólo se ha limitado como mero “cuidador” o en el mejor de los casos como “facilitador”, siempre y cuando no estresen ni incomoden a los estudiantes, ya que si esto pasa se violarían sus derechos fundamentales (aunque la contradicción es que tanto padres de familias como estudiantes no conocen estos derechos ni han sido formados en este horizonte).

Una última característica a mencionar es que la pedagogía de la ignorancia es una pedagogía que no toma en cuenta los conocimientos originarios de esta nación. Se relega, se niega o se destruye la enseñanza de las lenguas y culturas originarias de México, diciendo que su desaparición es un proceso natural y evolutivo y que sólo se pueden rescatarlas haciendo registros escritos de sus conocimientos para guardarlos en archivos, bibliotecas y museos o quizás sólo enalteciendo a una de ellas como el náhuatl (cuando en México existen más de 364 variantes lingüísticas en 68 agrupaciones lingüísticas y 11 familias lingüísticas de acuerdo al INALI). Recordemos que de acuerdo al INALI todas las lenguas originarias están en riesgo de desaparición. Se presume un cierto indigenismo, siempre y cuando no estén los indígenas de carne hueso. Esto es sumamente grave, ya que. como señala Noam Chomsky, uno de los sectores sociales nos está enseñando cómo controlar y confrontar el cambio climático, problema que pone en riesgo la vida humana, son precisamente los pueblos originarios de acuerdo con sus conocimientos ancestrales. Sin embargo, mientras siga imperando en la educación mexicana una pedagogía de la ignorancia no se nos permitirá por último la dignidad de nuestra historia, ya que siempre estamos preocupados en resolver los problemas que vienen del Centro económico internacional, que están representado por las naciones extrajeras y por los grandes empresarios nacionales e internacionales. Quizás, precisamente por eso, por estar nuestra mirada siempre orientada al exterior, es que nuestras políticas educativas han sido creadas para seguir manteniendo una dependencia (amarga y estéril para nosotros; dulce y fecunda para otros) que iniciara violentamente, acallando voces y alternativas, hace más de 500 años.

[1] Coordinador del Seminario de Perspectivas Críticas en Educación de México y Latinoamérica, que se realiza en la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. Agradezco las sugerencias y correcciones de David Elías Hernández y Jorge Alberto Reyes, integrantes del seminario.

[2]https://www.jornada.com.mx/2019/08/18/sociedad/029n1soc?fbclid=IwAR1tzihy5U4Z_rlLIhnxuFPMLBC2jQl-ywuwt88CmreCIFeAV_3Am7onGSo

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-pedagogia-de-la-ignorancia-en-mexico/

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Colombia: Jóvenes que se matan

Redacción: El Colombiano

Hay que ser firmes en la denuncia y búsqueda de soluciones al arraigo de la cultura de la intolerancia y la violencia que llevan a la muerte, al dolor y a la cárcel a cientos de jóvenes.

Conocer y profundizar en la solución integral de los problemas en la educación, entornos familiares, educativos, éticos, barriales y sociales de los niños es el camino para salvar a los futuros jóvenes. Hay que trabajar en y con los niños para que no se sacrifique y asesine a los futuros jóvenes, porque es en estos en quienes más se exacerba y arraiga el conflicto social.

En Medellín, una sociedad en la que la intolerancia, el desarraigo, la desesperanza, el microtráfico, la drogadicción, el abandono, el dinero fácil, la desescolarización, el desplazamiento y otras lacras sociales prosperan, sobre todo, en sus zonas más deprimidas, los jóvenes están matando a los jóvenes.

Aunque las cifras de esta violencia hoy comparadas con otros momentos aciagos del Aburrá, como los vividos en los años 80 y 90, sean relativamente inferiores, no dejan de ser desesperanzadoras y prueban que aún falta un largo trecho por recorrer.

Según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia de la Alcaldía de Medellín, enero 1 – julio 15, en la ciudad hubo un aumento del 48 % en muertes de jóvenes entre 18 y 24 años, al ser sacrificados 111. En ese mismo lapso, en 2017, hubo 75 asesinatos, de personas con esas edades.

El segundo rango con más muertes violentas en Medellín fue entre los 29 y 32 años, con 52 víctimas, frente a 31 del año anterior, un incremento del 67 %.

Estas dolorosas cifras vuelven a probar que en el centro del conflicto social está un sector de una juventud sola, desorientada, desesperada, malformada, desempleada e intolerante que se expresa a través de la agresión y la eliminación del otro.

Cuando se miran las cifras de desplazamiento, desescolarización, desempleo y drogadicción se encuentra una relación directa con esa violencia e intolerancia. Esto es síntoma evidente de que algo no funciona en la sociedad y que es allí donde deben concentrarse el Estado, la familia, la escuela, el barrio, la universidad, la Iglesia, las iglesias… No de otra manera puede superarse esa cultura de violencia y muerte tan arraigada en Medellín.

Como lo mencionó un líder social de la comuna 13 al referirse a este tema: hay que desterrar de las mentes y entornos de niños y jóvenes el cuento del dinero fácil, las rentas criminales, la cultura de la trampa, del vivo, del atajo, la agresión, el cara-dura, porque estas solo tienen futuros comunes en la cárcel, el dolor y la muerte.

Pese a los estudios y proyectos sobre las causas y componentes de las crisis y las muertes de los jóvenes, la aplicación de los mismos parece que se quedaran en el papel.

Debemos tener absoluta certeza sobre la condición de vida de nuestros niños, sus patrones y modelos de educación; formación religiosa, social, política, familiar y, por supuesto, institucional. Es decir, pedagógica, mirar qué les están enseñando, quién está al frente de su educación y cuáles son las estructuras y patrones que terminarán por determinar su futuro.

La formación de nuestros niños es la que perfila y cualifica a un joven con futuro o, caso contrario, a uno violento que puede terminar su vida de manera inútil y estúpida en nuestras calles al servicio de una banda o en un simple caso de intolerancia, que pudo resolver con una sonrisa, una palabra o un abrazo.

Excelente que nuestros niños aprendan en la escuela a sumar, escribir y leer, pero igual de importante, quizás mucho más, que reciban educación ética y moral, que aprendan a respetar las divergencias y puntos de vista contradictorios en un marco de reconocimiento y dignidad, como lo señaló en una entrevista en EL COLOMBIANO el filósofo colombo francés, Nelso Vallejo-Gómez.

Fuente: http://www.elcolombiano.com/opinion/editoriales/jovenes-que-se-matan-MY9067385

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Puerto Rico: En riesgo ocho programas clave del Departamento de Educación

Centroamérica y El Caribe/ Puerto Rico/ 18.06.2018/ Fuente: el nuevo día.

El recorte de $191.5 millones en el presupuesto del Departamento de Educación pone en riesgo la operación de ocho programas de la agencia más grande del gobierno, incluyendo la partida de Educación Especial, que recibirá $78.2 millones menos en momentos en que la Asamblea Legislativa impulsa una nueva Ley de Educación Especial.

En una vista pública de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Representantes, la secretaria de Educación, Julia Keleher, dijo que intentó redirigir unos ahorros por $135 millones generados en este año fiscal a la partida de Educación Especial, pero “esto no fue posible”.

A preguntas del representante popular Jesús Manuel Ortiz sobre si se afectaría la ejecución de los ocho programas, Keleher respondió: “sí”. Además de Educación Especial, los otros programas afectados serían Educación Vocacional y Técnica, Escuelas de la Comunidad, Seguridad Escolar, Educación de Adultos, Servicios Auxiliares y Asistencia Técnica, Mantenimiento de Escuelas Públicas y Dirección y Administración General.

Es en esta última partida donde se coloca el dinero para cumplir con las estipulaciones del pleito Rosa Lydia Vélez vs. Departamento de Educación. En el reglón de Escuelas de la Comunidad se encuentra la partida para compra de libros. De hecho, Keleher reconoció que no se compran libros en la agencia hace siete años.

Entre los ahorros identificados se encuentran $14.4 millones por el cierre de escuelas y $135 millones por concepto de nómina, ya que el número de empleados se redujo a 5,594 por concepto de jubilaciones, programas de retiro temprano y renuncias.

En la vista de ayer trascendió que 46 entidades han solicitado administrar escuelas charter, y 29 pasaron la primera ronda de requisitos.

Fuente de la noticia: https://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/enriesgoochoprogramasclavedeldepartamentodeeducacion-2428866.

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Puerto Rico: Auguran un “caos” por la matrícula en Educación

Centroamérica y El Caribe/ Puerto Rico/ 14.05.2018/ Fuente: www.elnuevodia.com.

Maestros y directores temen un “caos” al inicio del próximo semestre escolar por el sistema que utilizó el Departamento de Educación para matricular a los estudiantes.

La agencia anunció el sábado pasado que había concluido el periodo de matrícula, que, por primera vez, se realizó a través de una página cibernética. El registro había comenzado el 20 de abril.

Según el comunicado de Educación, 183,326 estudiantes confirmaron su matrícula en escuelas específicas, mientras que 33,421 alumnos solicitaron cambio de plantel y otros 20,008 pidieron nuevo ingreso, para un total de 236,755.

“Al conocer la cantidad de estudiantes que realmente tendrá cada escuela, podremos asignar todos los recursos realmente indispensables para cada plantel. También esto ayuda a realizar rutas de transportación más efectivas”, indicó la secretaria de Educación, Julia Keleher, en declaraciones escritas.

Pero esas cifras tienen otro significado para la Organización Nacional de Directores de Escuelas de Puerto Rico (ONDEPR) y la Asociación de Maestros.

“Los números confirman lo que habíamos advertido, que era un proceso atropellado, en el que los padres tienen que hacer el proceso en línea. Eso dificulta la solicitud de admisión”, sostuvo la presidenta de la Asociación, Aida Díaz, quien cuestionó cuántos de los estudiantes de “nuevo ingreso” corresponden a niños de preescolar y exigió que se divulgue cuántos estudiantes regresan después de irse de Puerto Rico tras el huracán María.

La matrícula, cuya fecha límite fue extendida en dos ocasiones, requería que las personas se registraran en una página web y luego confirmar la solicitud a través de un correo electrónico.

Díaz estimó que, con esas cantidades, habría unos 66,000 estudiantes todavía sin matricular.

“Eso envía un mensaje y levanta banderas de alerta. ¿Qué van a hacer? ¿Dejarlos en sus casas? Lo que pasa es que (las familias) tampoco aceptan los cierres de escuelas y (no matricular a los niños) es una forma de protestar por los cierres de escuelas y la forma en que (en Educación) han hecho las cosas”, señaló Díaz.

“Si un padre demuestra que no tuvo acceso a la matrícula en línea, tendrán que darle acceso a la escuela que solicite”, agregó. “Se proyecta un caos para agosto porque, si no sabes los números, no sabes los maestros que necesitas por materia y por nivel”.

Educación informó que asignará a sus correspondientes “escuelas receptoras” a todos los estudiantes que no se hayan matriculado y que provengan de cualquiera de las 266 escuelas que la agencia anunció que no reabrirán el próximo semestre.

“Lo que he recibido de algunos directores es que, en agosto, va a ser un caos”, dijo Jorge Soto Díaz, presidente de ONDEPR.

“La gente va a terminar haciendo la matrícula en las escuelas, donde debió haber sido siempre”, añadió.

El exdirector escolar indicó que, para muchos padres, todavía no es viable el acceso a internet para matricular a sus hijos.

Además, considera que el DE podía combinar la herramienta tecnológica de la matrícula con la asistencia personal de los directores escolares, con quienes tradicionalmente hacían las matrículas, y así obtener datos más reales sobre la cantidad de alumnos que recibirán en agosto.

“Tiene que originarse en la escuela. No puede ser arriba, a base de su percepción. La tecnología ayuda, pero tiene que usarse de forma efectiva”, abundó.

“Los estudiantes están ahí, pero han estado controlando el proceso y han sacado al director del proceso”, afirmó. “Se está viendo que es una forma de presionar a los papás para que lleven a sus hijos a una escuela a donde no quieren ir”.

Fuente: https://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/auguranuncaosporlamatriculaeneducacion-2422008

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Película: La clase” (2008)

 Reseña: Esta película francesa aborda problemas educativos propios de nuestro tiempo como la deserción escolar, el abandono familiar, la inmigración, la marginalidad y la pobreza. La historia gira en torno a un profesor de lengua francesa que dicta cursos en un colegio marginal de París.

Link: http://noticias.universia.cl/educacion/noticia/2015/06/23/1127128/6-peliculas-educativas-docentes-estudiantes.html

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Debates para 2018 (Primera parte)

México / 2 de enero de 2018 / Autor: Pedro Flores Crespo / Fuente: Educación Futura

La política educativa será campo de constante pugna y debate el próximo año. 2018 marcará un tiempo netamente político por la coyuntura electoral. A pesar de que algunas voces ya anuncian catástrofes y tragedias, las próximas elecciones federales también abren, aparte del miedo y la incertidumbre, espacios para la crítica razonada, la participación política y la reflexión ciudadana. En este sentido, quisiera sugerir algunas áreas de discusión que nos señalan complejos problemas educativos y que, para tratar de resolverlos, es necesario llevarlos más allá del ambiente electorero que vamos a vivir.

  1. Los maestros como individuos. Tan pronto iniciaron las precampañas, los distintos actores políticos empezaron a considerar a las maestras y maestros como una masa maleable a sus propios intereses. Principalmente, los candidatos nacidos bajo la matriz revolucionaria (José A. Meade y Andrés M. López Obrador) no negaron la cruz de su parroquia y rápido buscaron el apoyo de los líderes sindicales y sus partidos a cambio de los votos de los agremiados. De tal manera, Meade irá en coalición con Nueva Alianza y todo hace suponer que López Obrador ya tiene de su lado a la maestra Elba Esther Gordillo y familiares. La pregunta que aquí formulamos hace semanas es si aún en estos tiempos tanto el Panal como la desafortunada maestra aún aportan capital electoral significativo (Adiós al juego de máscaras, EF, 10/12/17).

Si la educación y el desarrollo docente realmente importan, ¿no sería mejor que alguna opción político-partidista reconociera a los maestros de una manera amplia y no simplemente como súbditos, clientes o actores que sólo actúan por puro interés, como lo dejó ver la reforma educativa actual? Si en tiempos electorales los maestros hacen sentir su voz para exigir que se les vea como seres humanos que saben trazar sus propias rutas de desarrollo académico y que pueden utilizar los resultados de las diversas evaluaciones en beneficio de ellos mismos y de la niñez mexicana, el debate educativo cambiaría de eje y mejoraría sustancialmente. La autonomía docente – que implica una responsabilidad individual – junto con tener una representación laboral sólida y legítima conforman una agenda que rebasa por mucho los dimes y diretes de algunos precandidatos y sus equipos de campaña.

  1. Universidades y poder. Los modelos de financiamiento, gobierno y evaluación de las universidades públicas muestran, como lo han constatado diversos académicos, rasgos de franco agotamiento. Esto quizás explique los graves incumplimientos en materia de política universitaria que oportunamente comentó Roberto Rodríguez (¿Un sexenio perdido?, Campus, 01/11/17). A estas fallas, las ha cruzado una variable que hace 20 ó 30 años era poco observada: el conflicto entre los gobernadores y los rectores o rectoras de las universidades autónomas.

Por si esto fuera poco, la capacidad de interlocución entre el Gobierno Federal y las universidades, por la vía de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), parece disminuida e inclinada a favor del actor más poderoso. Ante la crisis financiera y los problemas “estructurales” que enfrentan algunas universidades públicas del país (Nayarit, Zacatecas, Morelos, Michoacán y Zacatecas), Jaime Valls, secretario general de la ANUIES, hizo eco del argumento oficial: el Gobierno Federal no las va a apoyar, es un problema, dijo, que tiene que “resolverse no solamente para coyunturas de cierre de año, sino que tiene que haber un replanteamiento fundamental en las universidades”. Valls prosiguió y dijo “ayudar” a las universidades “en las buenas prácticas de rendición de cuentas y transparencia, ya que muchas veces no se conoce la información de las universidades” (Reforma, 19/12/17 nota de Isabella González).

Sin dejar de reconocer la responsabilidad de los grupos directivos en el manejo administrativo de las universidades, la ANUIES, al tomar esta posición desdibuja su capacidad de interlocución, aun cuando gane simpatías con el gobierno en turno y sobretodo, con el precandidato oficialista, Mead, a quien Valls acompañó en su arranque de precampaña en Chiapas el pasado 14 de diciembre.

Ante esta problemática, no va a faltar el candidato que quiera “salvar” a las universidades públicas, sin embargo, el debate y la propuesta tendría que tomar otro giro para que seamos las comunidades universitarias los que discutamos qué responsabilidades compartimos, con qué reglas deseamos operar sin que esto signifique opacidad, cómo podemos construir nuevas coaliciones entre los diversos actores para negociar, en un terreno más abierto y transparente, el presupuesto público y sobre todo, cómo vamos a proceder para modificar la política universitaria imperante. Los universitarios no somos seres desconfiables y tampoco requerimos al “iluminado” para resolver nuestros problemas.

Fuente del Artículo:

Debates para 2018 (Primera parte)

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Para 2018, un pacto educativo

Por: Gilberto Guevara Niebla. 

En esta primera fase del debate político-electoral hacia 2018 es perceptible la pobreza de ideas y la superficialidad con que se abordan los problemas nacionales. Cuando se abordan. En educación no hay nada nuevo: se recurre a lugares comunes que a veces incluyen algunas propuestas absurdas, desconectadas de la realidad.

La educación es quizá el principal problema de México. Si asumimos que estamos viviendo una grave degradación en nuestra convivencia y que sus síntomas inocultables son la violencia, la ilegalidad, la impunidad, la corrupción y la irritación social, etc. no cabe duda que la educación es el principal factor para combatir, de fondo, estos males cuya presencia desmoraliza a todos.

Si, por otro lado, admitimos que son la pobreza y la desigualdad el sustrato estructural de los males que antes mencioné, no hay duda que la educación es la adecuada respuesta que se debe dar. Si elevar la productividad será el disparador de nuestra economía, ¿quién lo duda?, la clave la tiene la educación.
Pero, por otra parte, la educación es una maquinaria gigantesca, burocrática, ineficiente, que rinde resultados muy pobres. En su estado actual, no tiene capacidad para cumplir sus grandes tareas —hecho dramático que debería alarmarnos a todos.

Pues todos sabemos que, de alguna manera, nuestro destino colectivo está atado a la educación. Lo que la educación reclama es una acción de Estado decisiva, de largo plazo y de gran calado que convoque a todos los mexicanos a realizar un esfuerzo extraordinario para apoyarla.

Una acción de ese tipo no será nunca producto de la voluntad aislada de un partido político o un grupo de partidos. No, lo que se requiere es que todos los partidos políticos, sin excepción, se pongan de acuerdo para diseñar y echar a andar una estrategia ambiciosa en materia educativa.

Esa estrategia debe partir de movilizar a la sociedad en apoyo de la educación. Sería una cruzada. Empresarios, trabajadores, intelectuales, académicos, profesionales, comunicadores, organismos de la sociedad civil, asociaciones de padres de familia, sindicatos de profesores, deben ser convocados a actuar en favor de la educación.

Que todo mundo hable, se informe y discuta sobre educación; esto sería darle a la educación el lugar que le corresponde. Enseguida, sería necesaria una reforma fiscal significativa que permita al Estado dedicar un porcentaje mayor de dinero al rubro educativo pues, es bien sabido, falta mucho dinero en educación.

No se pueden negar los esfuerzos realizados en los últimos años en infraestructura escolar, pero las evaluaciones del INEE revelan que en esta área es mucho lo que todavía se necesita hacer (ECEA 2016 Y EVOE, 2017). Pero lo más importante es elevar la condición salarial de los maestros: no puede haber buena educación mientras los docentes vivan con carencias y angustias de orden material.
Se necesitará enseguida enfrentar la tarea de reconstruir la esfera de gestión del sistema educativo, dentro de la perspectiva de edificar un auténtico sistema federal, de tal forma que haya progresivamente menos centralismo y entidades federativas con mayor capacidad de decisión en educación.

Todo esto obliga a una reingeniería que tome en cuenta experiencias anteriores y que no pierda de vista la condición desigual y diversa de los sistemas educativos locales. El gobierno federal debe crear un mecanismo institucional poderoso para apoyar activamente el desarrollo de la educación en los estados más débiles. He aquí los primeros elementos para un programa de acción posible y deseable, si se piensa seriamente en el tema educativo.

Fuente del artículo: http://www.educacionfutura.org/para-2018-un-pacto-educativo/

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