Repolitización de los conflictos

Por: Leonardo Díaz

En otras palabras, reorientar los problemas sociales hacia un espacio público participativo.

El filósofo Daniel Innerarity ha escrito un interesante artículo titulado “Arrogantes y crédulos” (El País, 11-4-2021), donde aborda el problema de las implicaciones de analizar las tensiones políticas de las sociedades democráticas actuales subordinándolas a problemas de experticia y de conocimiento científico.

Innenarity denomina el fenómeno como “epistemologización de lo político” y una de las implicaciones que deriva del asunto es concebir los problemas de las democracias contemporáneas como consecuencia de la ignorancia ciudadana o de la incompetencia del liderazgo político.

Se trata de lo que en otros artículos he denominado “la perspectiva intelectualista de la política”. Desde esta mirada, los conflictos políticos se reducen a meros debates racionales donde la presentación de las evidencias y de las inferencias correctas de los datos bastaría para saldar los conflictos y para trazar políticas públicas correctas.

Para Innerarity esta actitud se concretiza en una colonización científica de los espacios que genera a su vez resistencias políticas. Una de las expresiones de esta oposición es el negacionismo.

Desde la perspectiva intelectualista, el negacionismo se explica como el producto de un déficit cognitivo. Así, el individuo que niega la eficacia de las vacunas, o sostiene que no existe la pandemia del COVID-19, carece de información o de conocimiento epidemiológico. Siendo asi, deberiamos verlo como alguien cuya voz no debe ser escuchada en la conversación sobre las políticas de salud dirigida por los expertos.

Pero semejante lectura del fenómeno es simplista. Si bien dentro del negacionismo encontramos personas que responden al perfil descrito, no todos se adecuan al mismo.

Por ejemplo, una de las manifestaciones del negacionismo es el movimiento anti-vacuna. Como ejemplifica la antropóloga Heidi Larson en su libro Stuck, How Vaccine Rumors Start–and Why They Dont Go Away, el negacionismo ante las vacunas es un tipo de catarsis relacionada con narraciones personales o del entorno, actitud de desconfianza hacia el gobierrno de turno, rechazo hacia determinados consorcios u organismos internacionales, entre otros factores.

No es casual que el negacionismo y el populismo político anti-experticia hayan proliferado en la era de los macrodatos. Hoy lidiamos en un mundo donde junto a la asimilación acrítica de los sistemas algorítmicos, existe una resistencia al control tecnocientífico de la vida cotidiana.

Ante esta situación, Innerarity propone “repolitizar los conflictos”. En otras palabras, reorientar los problemas sociales hacia un espacio público participativo para que las políticas públicas no se vean como una imposición de los expertos y que los enemigos de la ciencia no terminen pareciendo los amigos de la democracia.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/repolitizacion-de-los-conflictos-8936551.html

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Y sin la educación

Por: Hugo Aboites

Como las guerras, las pandemias tienen el potencial de sacudirlo todo, dentro y fuera de las naciones, en las instituciones y comunidades. Pueden desorganizar, recluir en sus casas a la mitad de la población, cerrar fábricas y comercios, acelerar crisis económicas, vaciar los almacenes y farmacias, dejar sin escuela a decenas de millones, alentar el miedo cerval a un enemigo invisible, obligar a pensar en la supervivencia mediante el conteo diario de los fallecimientos, agonizantes y contagiados y alterar así y llevar al límite los sustentos emocionales básicos que son fuente de estabilidad. Y además pueden impulsar a ver de distinta manera y a cuestionar las estructuras de poder que desde fuera y, en reflejo, desde dentro, organizan nuestras vidas.

No hemos llegado todavía a ese punto. A pesar de la alteración que ya sufrimos, la crisis de los sistemas que nos gobiernan y nos organizan no ha estallado aún. Ayuda grandemente el que exista una persuasión básica de que el manejo de la pandemia –por gobiernos y autoridades institucionales– en México está siendo exitoso y eso se traduce en una importante dosis de confianza. Lo corrobora, en contraste, la situación de España, Italia y, sobre todo, Estados Unidos que, gracias a Trump, es visto ahora como el más eficiente epicentro mundial de la pandemia. Ha ayudado también a la relativa tranquilidad el hecho de que el 20 de abril ha sido establecido por el gobierno mexicano –queriéndolo o no– como la fecha mágica del fin de la anormalidad. Es cierto que de inmediato se agrega que en esa fe-cha sólo se habrá conseguido un nivel de contagios manejable que no sature la capacidad de la infraestructura de salud del país, pero no queda claro su significado en términos del aproximado de contagios y fallecimientos diarios que significará lo manejable, qué tanto podrá domarse una curva en ascenso que se anticipa no será para nada semejante a la situación muy mitigada que hasta hoy vivimos. El otro elemento clave es el de la profunda desigualdad que tiene el país. Esta no es homogénea, no es igual en la ciudad que en el campo, en el norte o sur, entre los pueblos indígenas y sus comunidades, entre quienes tienen diversos niveles de escolaridad, de ingresos, de acceso a servicios médicos. Por eso es difícil prever. Si lo que tendremos a finales de abril no es alentador y el contagio ha comenzado a extenderse en esa otra mitad de México, la situación puede ser sumamente complicada y hasta descontrolada. En concreto, con un nivel de contagios que ciertamente será más alto que el que ahora tenemos, ¿volveremos a abrir escuelas y universidades? ¿Nos encerraremos otra vez con grupos de 30, 40 y hasta 60 niños y jóvenes? ¿y las empresas? ¿centros de diversión? Y si no lo hacemos, la crisis de la economía se alzará de un tamaño amenazador; además, podrá haber desabastos y reacciones sociales difíciles de controlar. Habrá dilemas muy profundos dentro del propio gobierno y las instituciones y estarán solos.

Todo esto sucederá dentro de una sociedad muy fracturada, con polos extremos de riqueza y de visiones de la sociedad. Ahí estarán incluidos los 30 millones de estudiantes y maestros, con el rol asignado de meros testigos de lo que otros hacen y deciden. Porque, en lugar de prepararnos durante años tejiendo lazos y redes de conocimientos desde las escuelas y universidades, hemos privilegiado la idea de la distancia escolar respecto de los grandes y pequeños problemas de la comunidad y la sociedad. Hemos adoptado la concepción del mundo y de la sociedad implícitos en el énfasis de la excelencia y calidad, las que llevan a un profundo conservadurismo social. El peso demográfico de la educación (organiza a casi un tercio de la población del país) y su potencial como generador de corrientes de conocimiento capaces de seguir funcionando a lo largo y ancho de la nación, desde vetas hasta enormes cauces, es estratégico para generar participación, en un momento como este y en una crisis –lo dijo el subsecretario de Salud– que no se agotará pronto; tal vez, se dice, hasta octubre.

Sólo los maestros que durante años se organizaron para resistir, dentro y fuera de la escuela, aliados con comunidades y colonias, tienen la experiencia y la visión de qué hacer en un momento como éste. Y ya comienzan a ensayarlo en la Ciudad de México y en Michoacán, manteniendo vivas las escuelas no como lugares físicos, sino como espacios de convergencia de problemáticas sociales que niños y padres, en sus casas, analizan y procesan. Es decir, lo que no sabemos hacer los académicos universitarios, individualizados y distantes del contexto, en instituciones vendedoras de cursos, asesorías e investigaciones y con una visión profundamente privatizada de nuestro trabajo. Y, como resultado, con universidades que no construyen su papel como actor social clave, somos los cascarones vacíos de nuestros edificios; como si no existiéramos para el país y para su gente.

Fuente:  https://www.jornada.com.mx/2020/03/28/opinion/020a2pol
Imagen: https://pixabay.com/photos/class-classroom-room-school-empty-1986501/
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Puerto Rico: Jóvenes aspiran a cambios en política pública del país

Redacción: Metro

Un grupo de estudiantes expresaron sus preocupaciones en torno a los temas de violencia de género, educación y cambio climático.

Como parte del Día Internacional de la Niñez, un grupo de jóvenes instó a la clase política a realizar cambios en la política pública del país que les afecta de cerca como establecer presupuestos participativos en las escuelas y ampliar las leyes de violencia doméstica para menores de edad.
El encuentro juvenil tuvo como sede la Fundación Popular en Hato Rey y se discutió tres problemáticas del país desde una óptica juvenil: violencia de género en la juventud, cambio climático y educación.

Para el joven Julián Nazario, de 15 años de edad, el sistema educativo del país requiere una amplia transformación que debe incluir la adopción del método de presupuesto participativo en las escuelas y aumentar el alcance de las escuelas Montessori. “Todos sabemos que educación tiene uno de los presupuestos más grandes de Puerto Rico y de alguna manera tenemos los mismos problemas que teníamos hace 10 y 20 años atrás”, comentó el joven oriundo del pueblo de San Germán.

Mientras que Baruc Tort criticó que el gobierno no esté adoptando más mecanismos para detener el cambio climático o lo que catalogó una “crisis climática”.

“Actualmente hay muy pocas leyes que estén ayudando a mitigar los problemas que ejerce el cambio climático”, señaló. El joven de 17 años opinó que hace falta más educación en temas de cambio climático para que las personas puedan exigirle mayor acción a las instituciones gubernamentales. “Cuando tienes un pueblo educado son mas capaces de lograr que la rama ejecutiva haga los cambios que exigen”, precisó.

Por su parte, Deborah Soler, planteó la urgencia que se acojan protocolos en las escuelas del país para combatir con la violencia psicológica en el noviazgo juvenil. “No hay un protocolo que trabaje la violencia psicológica en nuestras escuelas. Eso es una alerta gigante porque nuestros jóvenes aparte que no hay educación en el aspecto de violencia de género, no hay educación de qué términos ellos pueden utilizar para recurrir a ayudas en las agencias gubernamentales”, mencionó.

Asimismo, los tres jóvenes coincidieron en que las discusiones del país no deben limitarse a espacios exclusivamente para adultos y deben procurar las voces juveniles.

“Las personas adultas no consideran que tenemos la capacidad para aportar para erradicar estas problemáticas y nosotros le decimos y le pedimos que no solo somos el futuro, somos el presentes”, sentenció Soler, de 19 años de edad.

Fuente: https://www.metro.pr/pr/noticias/2019/11/20/jovenes-aspiran-cambios-politica-publica-del-pais.html

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Educación: racismo y xenofobia vs comprensión y ciudadanía.

Por Beatriz Villarreal

Las ciencias sociales estudian las relaciones y los contextos que establecen y desarrollan las personas en sus entornos cuando hacen que sus vidas ocurran. Los fenómenos y las tendencias actuales están modificando las estructuras económicas con la escasez del trabajo, los avances o retrocesos de  la producción y el intercambio. Se estudian desde la economía política pues el desempleo y los bajos salarios están generando nuevos impactos negativos  en la pobreza y la marginalidad en países que enfrentan problemáticas sociales explosivas como Nicaragua y Venezuela. Esas crisis se relacionan con las expresiones de racismo que se están dando este año 2018, en Costa Rica y algunos países suramericanos, como acciones de rechazo contra los nicaragüenses y contra los venezolanos que emigran de sus países en busca de mejores condiciones de vida. Estas situaciones son denunciadas y expuestas, ante la opinión pública, por personas comunes y por los medios de comunicación. Por  el impacto que generan y por su significado son abordadas por la política, la sociología, la historia o la psicología. Su objetivo es comprender, valorar, criticar, explicar y llegar a conclusiones de estas expresiones xenófobas de rechazo contra los extranjeros, por grupos  de nacionales radicalizados que reaccionan violentamente por diferentes razones.  Se sienten y se  creen desplazados por los extranjeros. Arremeten contra los inmigrantes y se convierten en expresión y en participantes de  acciones violentas  de protesta  y rechazo social.

La educación actual tiene como ideal la formación de personas cada vez más humanas. Estudia las teorías educativas existentes, las tradicionales y las nuevas, los procesos educativos democráticos en algunos países, la aplicación y resultados de reformas educativas nacionales, entre otros, con el objetivo de dar luces a la investigación y al análisis de conflictos sociales como éstos. Además tiene como parte de su objeto de estudio que pensar  procesos novedosos y adecuados para formar personas más tolerantes y  aptas en los proyectos de  enseñanza y  aprendizaje  que les permitan  llegar a ser sujetos democráticos  con el conocimiento y el aprendizaje de  contenidos y valores que los incorpore plenamente a  una vida social armoniosa y laboral activa. Llegar a ser un protagonista y un ciudadano dentro de su contexto democrático requiere de niveles de comprensión intelectual de la realidad que le permita  lograr su realización y la de los demás, sean estos nativos o inmigrantes. Puede decirse que en el caso de Costa Rica una de las causas de este rechazo a los emigrantes  es la escasez de esta conciencia ciudadana de  grupos que no tienen en su mayoría acceso a buenos empleos, buenos salarios y a fuentes de trabajo calificadas. Creen que son desempeñados por los que llegan y se sienten desplazados.

La relación entre las ciencias sociales y la educación expande y potencia permanentemente nuevos caminos, espacios para pensamiento y formas de estudio y conocimiento. Esto ha permitido desde la academia establecer e institucionalizar nuevas carreras  profesionales que hacen posible pensar a las personas  desde diferentes corrientes filosóficas y  desde las nuevas concepciones de la vida cotidiana propias de la antropología urbana y la sociología. Son construcciones y representaciones culturales  capaces de formar personas aptas para relacionarse con las transformaciones y problemáticas sociales actuales que suceden en diferentes partes del mundo. El objetivo de las ciencias sociales y  la educación es parte de la teoría general de la ciencia moderna  y de la modernidad. Es definido como el proceso histórico que posibilita marcos de referencias  diversos así como nuevas formas de producción de conocimiento y  nuevas disciplinas que abordan  dimensiones humanas que no habían sido tomadas en cuenta anteriormente. Hoy requerimos de nuevas vías de conocimiento para ofrecer  respuestas concretas  a los problemas que enfrentamos para poder abordar esta  cotidianeidad. Esto requiere  de  formación de personas competentes  para dirigir y resolver las dificultades que se le presentan y que son parte de su existencia.

Este relacionamiento disciplinario-conceptual permite y posibilita avances en los que las   personas tenemos que aprender a pensarnos a nosotros mismos en torno a las redes de relaciones sociales que establecemos en todas las actividades diarias. En los fines que buscamos, en los sentimientos que desarrollamos y en las habilidades que aprendemos. Es un proceso continuo, abierto e inacabado como señala el humanismo filosófico y educativo. En la medida en que  más lo desarrollamos y profundizamos es posible  mejorar nuestra visión de  vida. Esto es lo que ha permitido generar  y  tomar en cuenta nuevas formas  de  conocer con gran vigencia actual como es la comprensión entendida como la forma más integral de aprender a conocer, a saber e  interpretar. De ahí que las teorías de la educación por competencias se han convertido en un proyecto de educación permanente. Son parte de los programas académicos profesionales y académicos de muchos países que quieren avanzar por la senda educativa.  Los contextos  sociales actuales ante el cercano avance de la Cuarta Revolución Industrial demandan cada vez más saberes  generales y específicos. Se debe estar al día en las tecnologías de la información con  una formación en competencias básicas, en competencias claves y más recientemente en competencias tecnológicas que requiere el mercado laboral. Es importante  estar actualizados en los conceptos recientes  sobre qué significa conocer desde la postura educativa de la comprensión. Así como estar actualizados para hacer  lecturas e interpretaciones adecuadas y sustantivas en torno a las disciplinas propias de la especificad pedagógica. O bien, contar con el aprendizaje de otro idioma para enriquecer la cultura.

Para las ciencias sociales los conceptos de hombre y mujer son las construcciones modélicas sobre las cuales trabajan. Les permiten construir  pensamiento y conocimiento acerca de las diferentes dimensiones en educación ciudadana y  ciudadanía. Son abordadas  utilizando  conceptos, valores y tipos ideales que sobre los (as) ciudadanos (as) y sus contextos democráticos  realizan. Son conceptos que se elaboran acerca de las dimensiones internas de las personas. Son ideas, pensamientos y sentimientos que se convierten en teorías para analizar y estudiar las experiencias que genera la realidad externa.

Para la teoría educativa actual las tendencias que evidencian y fortalecen las relaciones entre los campos del saber son las formas en las que las disciplinas sociales se plantean los problemas actuales para el estudio y la investigación del conocimiento que se quiere generar o sistematizar. Es el aprendizaje y estudio para la formación en capacidades y fortalezas ya que éstas son las que permiten la interdisciplinariedad en la construcción de temas comunes.

Fuente del artículo: http://s21.gt/2018/08/27/ciencias-sociales-educacion-racismo-y-xenofobia-vs-comprension-y-ciudadania/

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Películas de todos los tiempos que enriquecen la enseñanza

Argentina/02 de Junio de 2018/La Capital

Aseguran que el cine es una valiosa estrategia para las clases. Una variada lista de filmes para llevar al aula.
El cine es una valiosa y creativa estrategia en la educación. Con esta idea acuerdan profesoras y profesores que lo utilizan en sus clases. La lengua de las mariposas, Awka Liwen, Batalla real, Siete cajas y Machuca, figuran en una variada lista de películas que sugieren para llevar al aula.Opinan que el cine es un recurso didáctico para poner a disposición de los estudiantes, ya sea de manera planificada o bien porque aparece en forma espontánea en el intercambio. También que puede ser aprovechado para evaluar un tema dado y analizar diferentes problemáticas sociales que atraviesan la experiencia pedagógica. Pero no solo recurren a las películas para profundizar en los contextos sociales o históricos, sino además para cuestiones más específicas como ayudar a los jóvenes a desarrollar un proyecto de orientación vocacional o algo más puntual como una clase de inglés.

Hay un acuerdo en quienes enseñan y recurren al cine en sus clases: valen tanto las películas que puede sugerir el docente como las que aportan los estudiantes. Y por supuesto, entran en las recomendaciones los documentales y las series.

Didáctica y evaluación

Soledad López da clases de didáctica en los profesorados de instrumentos, composición, canto y dirección coral de la Escuela de Música de la Facultad de Humanidades y Artes (UNR). «Para desarrollar el vínculo de la educación y las artes he trabajado en el aula y sugerido a mis estudiantes películas tales como: Los coristas, Estrellas en la tierra, La sonrisa de la Mona Lisa, El profesor de violín, esta última incorporada por sugerencia de un estudiante», menciona la profesora universitaria.

Si se trata de avanzar en temas propios de la materia, como «los modelos didácticos, la relación educador/educando, la organización en el aula, los modos de asumir la docencia», suele compartir en sus clases fragmentos de los filmes Arriba Hazaña, La lengua de las mariposas, El espejo tiene dos caras, Tiempo modernos, Lecciones de vida, Un lugar en el mundo y el documental de Mario Piazza La Escuela de la Señorita Olga. Además de fragmentos de La educación prohibida y el programa de televisión Situación límite «Exámenes» (de Archivos Históricos RTA). «Por lo general propongo como evaluación de cierre de estas temáticas, que miren una película completa, para analizar distintos casos de situaciones de enseñanza y de aprendizaje y confrontarlas con diversos aportes teóricos con respecto a los distintos modelos didácticos», detalla Soledad y agrega que «los estudiantes muestran mucho entusiasmo por este recurso, tanto dentro del aula como en el trabajo posterior; buscan y comparten películas y series vinculadas a temas que desarrollamos en Didáctica (materia), ya que es una forma de ejemplificar, de materializar, analizar y discutir sobre categorías y autores que vamos abordando». Otros filmes que aportan la profesora y los estudiantes de sus clases son La sociedad de los poetas muertos, La ladrona de libros, La ola y Escritores por la libertad.

En clases de inglés

Ana Miotti es profesora de inglés, actualmente vicedirectora de la Escuela Secundaria 572. «Siempre me resultó casi imposible trabajar en clase un filme entero en inglés, por lo que muchas veces recurrí a cortos o escenas en lugar de películas completas (a veces con subtítulos en español o inglés y otras veces sólo con audio). Me resulta muy valioso el material que se incluye en el blog Film English (film-english.com/blog/). Tiene planes de clases preparados alrededor de cortos, animaciones o publicidades. El material siempre es de calidad y permite ser aprovechado para el análisis más allá de lo estrictamente lingüístico», comenta Ana del cine y sus clases de inglés. Destaca el cortometraje a In a Heartbeat (En un latido, en español), sobre el amor entre dos adolescentes gays, como una propuesta especialmente interesante para trabajar en nivel secundario.

En las charlas cotidianas con sus alumnas y alumnos, Ana dice que aparecen películas para recomendar, «desde los clásicos que ellos no han visto por ser muy jóvenes, hasta películas más modernas». Cita como ejemplo The arrival (o La llegada): «Ideal para trabajar desde lengua o lengua extranjera, ya que tiene como protagonista y heroína a una experta en lingüística. Su tarea consiste en descifrar y traducir el mensaje que unos extraterrestres intentan transmitir a la humanidad. Me parece que para los últimos años del nivel secundario sería apropiada, ya que además de los temas relacionados con la comunicación, también da pie para analizar a quiénes consideramos «diferentes» y cómo la amenaza de una posible guerra a escala global, afecta la política y la vida de los líderes de diversos países».

«Siga ese auto!»

«A veces las películas son parte estricta de la planificación, las utilizamos como «un caso» para analizar y en esa mirada sobre la película/caso se ponen en juego diversas perspectivas vinculadas a los textos de estudio, pasando por impresiones propias de cada uno. En otras ocasiones, las películas acuden a la clase de modo espontáneo, como parte del diálogo con los alumnos. Surgen de mi propio fondo cultural o del de los estudiantes y dan pistas a quienes las siguen para avanzar en la construcción de la propia formación», cuenta la profesora Mariana Caballero que trabaja en los profesorados de formación docente del Normal Nº 1 y del Instituto Nº 28 Olga Cossettini.

«A los estudiantes les decimos —continúa Mariana— que cuando una película atrapa hay que hacer como los detectives en las películas de misterio: se suben a un taxi y le dicen al chofer «Siga ese auto». En temas de cultura una vez que algo nos gusta hay que decirse a uno mismo «Siga a ese director, o actor, o guionista»». La educadora tiene su propia lista de películas a las que seguir en sus clases y que comparte: Awka Liwen, con guión de Osvaldo Bayer, es el filme con el que inicio el año de cursado en sus clases de historia social de la educación y política educativa argentina. «Nos brinda un pantallazo general sobre nuestra historia desde la perspectiva de los menos favorecidos, construyendo lo que algunos autores llaman justicia curricular», explica.

Para las clases de teoría del currículum y didáctica apela a «la bella película Shunko, de Lautaro Murúa»; y si se trata de trabajar en sociología de la educación, un buen recurso es el documental brasileño La isla de las flores, «que ayuda a desnaturalizar la vida cotidiana, a preguntarse y ver más allá de lo que parece obvio».

Un ida y vuelta

Para el profesor Marcos Gastón Zencic el cine es un recurso muy valioso, lo que justifica que siempre les recomiende películas a sus estudiantes, en especial porque asegura que muchos de los contenidos que se tratan en el aula pueden resultar más fáciles de comprender. Al momento de enseñar, comparte tanto películas completas como fragmentos. Marcos es director de la Escuela Nuestra Señora de Itatí y da clases en la Eempa del Colegio del Sur y en la Técnica 660.

Dos películas recientes con las que trabajó y nombra son El hombre de al lado, de Mariano Cohn y Gastón Duprat. «Utilizo esta película para trabajar la otredad y la sugiero para ver con jóvenes de segundo año en adelante». Otra es Cuestión de principios, de Rodrigo Grande. «La utilizo para trabajar las definiciones de ética y moral. La vemos con los jóvenes a partir de tercer año». «Lo interesante —señala— es que, muchas veces, se da un ida y vuelta. Los jóvenes también nos recomiendan sus películas o series. Considero muy importante poder mirarlas y ver que podemos «sacar de ellas» para hacerles una devolución. Sería algo así como intentar acortar la brecha generacional en lo que a cine respecta».

Para pensar y debatir la orientación vocacional

Sergio Enrique es psicólogo, especialista en temas de orientación vocacional. Dice que el cine es un medio más en su tarea profesional: «En mis actividades de orientación vocacional suelo compartir recursos audiovisuales con los jóvenes que están intentando construir sus proyectos de vida. Y si bien una película puntual no es el primer recurso, me gusta mucho poder discutir con ellos pelis distópicas donde los jóvenes son protagonistas».

«Daniel Korinfeld (psicólogo) ha analizado, de una manera muy clara e inteligente, cómo socialmente circulan en la actualidad determinadas narrativas y representaciones en torno a los jóvenes, que anudan ciertos significantes particulares sobre la idea de futuro: «Hoy pareciera que el futuro es un lugar plagado de amenazas. El futuro tiende a ser, sobre todo, el futuro temido». Este futuro temido podemos pensarlo como un tipo particular de cronotopo en la narrativa juvenil contemporánea. Según Mijail Bajtín, si examinamos los géneros discursivos preponderantes en cada época podemos acceder a la comprensión de su tonalidad emotiva. Para él, la predominancia de ciertos géneros literarios, en un determinado momento histórico, permite captar la singularidad de éste. Y de este modo, el lenguaje y sus variaciones son vías de acceso privilegiados a las transformaciones de la historia social. Así, un examen sobre ciertos éxitos de la literatura juvenil contemporánea puede considerarse como una puerta de acceso a la comprensión del presente».

Siguiendo la línea de esa argumentación, en la nómina de películas que menciona figuran aquellas que han sido un éxito de venta en el terreno de la literatura juvenil a nivel mundial: Batalla Real (1999) del libro de Koushun Takami; las trilogías Los juegos del hambre (2008-2010), de los libros de Suzanne Collins; Divergente (2011-2013) de los libros de Verónica Roth, y El corredor del laberinto (2009-2011) de los libros de James Dashner. También cita la película El dador de recuerdos (2014) de la obra de Lois Lowry. Recurre además a los videos de Youtube, para trabajar con jóvenes que están finalizando la escuela secundaria: el de la Murga la Mojigata (Vocación) y el de la Murga Cayó la Cabra (Cuplé sobre el trabajo). También los pone en discusión en los espacios de formación de profesionales psi y con jóvenes ingresantes. Enrique coordina el Sistema de Tutorías de Pares en Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas (UNR).

En filosofía y pedagogía

Laura Bravi es profesora de filosofía en la Escuela Secundaria Nº 551 y de pedagogía en los profesorados de inglés, biología, nivel inicial, nivel primario y de discapacitados intelectuales, en el Instituto Superior Nº 16 y en el Normal Nº 2. Describe al cine «como una valiosa y creativa estrategia didáctica para poner a disposición de los estudiantes y de diferente modos». Para sus clases se vale de los filmes en forma completa o de fragmentos. Para este último caso, pone como ejemplo El mundo de Sofía, basado en el famoso libro de Jostein Gaarder. Elige algún pasaje que pueda relacionar con lecturas propuestas o experiencias cotidianas de sus estudiantes. «La mayoría de las veces evito recomendar guías y elaboración de preguntas a posteriori de la proyección porque de alguna manera mata el encanto de la propuesta cinéfila», apunta y subraya que «además del contenido por el cual se elige una película, intento transmitir el amor por el cine, disfrutar ver un material audiovisual por el sólo hecho de verlo».

   También para filosofía recurre a la serie Mentira la verdad: Filosofía a martillazos, que se transmitía en Canal Encuentro, de Darío Sztajnszajber. Y en la lista de películas, figuran entre otras, El hombre de al lado. de Gastón Duprat y Mariano Cohn, «esta película argentina nos ayuda a poner en discusión problemáticas desde la perspectiva de la ética, la alteridad, los modos de relacionarnos con el otro, trabajar la diferenciación entre tolerancia y hospitalidad»; El laberinto del fauno, Guillermo del Toro, «para profundizar, ampliar la propuesta platónica, inicialmente, de la dualidad. El mundo de las ideas, inteligible, reservado a lo infinito y auténtico y el mundo sensible, de los sentidos, la copia y la opinión. Usamos a veces ésta y a veces con la misma intencionalidad Matrix». De Jean Jacques Annaud, El nombre de la Rosa la utiliza para «contextualizar la edad media y ayudar a comunicar la idea del conocimiento como poder, la democratización del saber como construcción, la visión antropológica del hombre (y la mujer) desde la concepción cristiana». Otros filmes que frecuenta para sus clases son Caballos Salvajes, Agora y Sócrates.
Para ver y compartir
Las propuestas del cine en la enseñanza se abren también para el nivel superior. Como aquí las y los estudiantes son adultos además de verlas en clase, las sugiere para ver en los momentos que los tiempos de cada uno o permitan y por qué no compartir con sus familias o quienes deseen. «En el momento de la clase se hace una referencia, una presentación desde el argumento, la nacionalidad del director o directora, el año de realización y la época en la cual transcurre la trama de la película. Siempre con mucho entusiasmo invitando a que disfruten y a su vez queden deseosos de más cine», dice Laura Bravi.
Las películas que no son tan fáciles de conseguir se comparten en clase, como por ejemplo El pequeño Salvaje de François Truffaut (1970). «Con esta película, que vemos al comienzo del año, planteamos cuestiones como la adquisición de la cultura, el lenguaje, la posibilidad de educar: educabilidad, el rol del formador (¿deformador?), la construcción de la subjetividad, contextualizamos ideas como la de experimentar, el criterio de normalidad, educación especial, el vínculo entre la medicina y la educación», explica. Del mismo director también trabajan con Los 400 golpes, para hablar de «la escuela como institución de encierro, la infancia como construcción, el lugar de la mujer, de las niñas y de los niños, de la familia».
Una de las películas que la profesora recomienda ver y compartir es la de Gianluca Tavarelli María Montessori: Una vita per i bambini, para acercarse y conocer más de la obra de la médica y pedagoga italiana. Entra en esa línea biográfica, La escuela de la Señorita Olga, como «otro documental que nunca falta para acercar y conocer de un modo amoroso la experiencia de Escuela Nueva llevada adelante en Rosario». La lista de Laura se amplía con la mención de las películas Machuca, La mirada invisible, La lengua de las mariposas y Siete cajas.

Falta de espacios adecuados

La profesora destaca como recurso a valorar los Archivos fílmicos por parte del Ministerio de Educación de la Nación (hasta 2015), «que facilitó y promovió la inclusión del cine en el aula, acercando las películas originales y guías didácticas para abordarlas». Y señala un dato clave de la realidad de las escuelas, que suele conspirar con los deseos de llevar el cine a la escuela: «La falta de tecnología y espacios para mirar cine en las escuelas e instituciones públicas desgasta, frustra un poco el disfrutar del cine in situ, ya que hay pocos proyectores, pantallas, equipos de audios y salas acondicionadas para tal fin».

Fuente: https://www.lacapital.com.ar/educacion/peliculas-todos-los-tiempos-que-enriquecen-la-ensenanza-n1600854.html
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