La transformación digital de los procesos de escolarización: Una realidad compleja y divergente

Por: Eduardo Sandoval Obando

Los avances en la exploración y comprensión funcional del cerebro humano durante el proceso de aprendizaje (Pineda y Orozco, 2018), han permitido caracterizarlo como un órgano complejo y flexible, capaz de interpretar patrones dinámicos de comportamiento, procesar información y en paralelo, coordinar múltiples funciones, tareas y actividades, apropiándose de la realidad y transformándola en diferentes saberes o formas de conocimiento (Tapscott, 2011). Esta capacidad para operar y funcionar de manera auto-organizada le permite al ser humano responder cotidianamente a los múltiples desafíos que le demanda su entorno (Sandoval-Obando, 2018a), en el marco de una sociedad atravesada por la incorporación y transformación vertiginosa de las tecnologías de la información y la comunicación (en adelante TICs) en los diferentes ámbitos del desarrollo humano (Carneiro, Toscano y Díaz, 2011; Sandoval-Obando, 2018b).

En este sentido, se observa que la tecnología digital instalada en la sociedad, como consecuencia de los procesos de globalización, han generado un aumento explosivo en el número de niños que se conectan en línea, transformando las pautas de comportamiento, dinámicas relacionales y procesos de aprendizaje que emergen en la infancia. De hecho, los jóvenes (de 15 a 24 años) son el grupo de edad más conectado. Más aún, el 71% están en línea, en comparación con el 48% de la población total, siendo los niños, niñas y jóvenes menores de 18 años quienes representan aproximadamente uno de cada tres usuarios de internet en el mundo (UNICEF, 2017).

No obstante, y paradójicamente, los procesos de escolarización y las prácticas pedagógicas que sustentan el sistema escolar tradicional imponen una lógica altamente normativa y homogeneizadora, que muchas veces limita las potencialidades de desarrollo del alumnado, al transmitir que estudiar es difícil, que el juego está vetado mientras se aprende y que el fracaso escolar sucede porque el alumno no se dedica lo suficiente o se vale muy poco (Iglesias, 2012; Sandoval-Obando, 2017). Pareciera ser entonces que la escuela y todo lo que ella implica (relaciones asimétricas entre profesores y alumnos, sistemas de medición estandarizada de los aprendizajes, cientificismo pedagógico, discursos hegemónicos e ideologías imperantes, incentivos económicos asociados a los ‘resultados de aprendizaje’, etc.), replican procedimientos arbitrarios coherentes con la humanidad en su sentido clásico, desconociendo las múltiples y complejas tramas sociales, históricas, culturales, políticas e incluso demográficas ocurridas durante el último tiempo. Estas transformaciones exigen el desarrollo de habilidades coherentes con una realidad compleja, en donde el alumnado del siglo XXI o ‘millennials’ (Howe y Strauss, 2000), convive tempranamente con el uso, conocimiento y vinculación a los medios tecnológicos disponibles (Palfrey y Gasser, 2008).

El desafío instalado en la sociedad digital imperante,apunta a la construcción de espacios y tiempos educativos en los que sea posible incentivar la creatividad, el pensamiento crítico, la colaboración y la innovación desde temprana edad (Novack, 2015), favoreciendo la incorporación de las TICs con fines y propósitos educativos específicos. Por consiguiente, Alonso, Prieto, García y Corchado (2019) señalan que los procesos de innovación educativa debiesen orientar acciones tendientes al diseño de actividades de aprendizaje colaborativo a través de la computación social, en donde la colaboración no se limite únicamente a la relación del estudiante con sus pares, sino que admita las interacciones del sujeto con los dispositivos tecnológicos (tablets, computadores, Videojuegos, teléfonos inteligentes, etc.). Como consecuencia de lo anterior, se ha observado la incorporación sostenida de las TICs en plataformas de aprendizaje complejas como Moodle, Wiki, o LAMS (Cress y Kimmerle, 2008), múltiples tipos de dispositivos y aplicaciones de aprendizaje compatibles con los dispositivos móviles (Melero et al., 2015), plataformas de aprendizaje basadas en la ubicación (Chou y Chanlin, 2014),aprendizaje basado en juegos (Barzilai y Blau, 2014), entre otras.

Los elementos descritos hasta aquí demuestran que el aprendizaje ya no está limitado a las aulas tradicionalesen las que se replica y enclaustran los procesos de escolarización. A juicio de Nielsen (2016), se configura y consolida un entorno de aprendizaje experiencial, virtual e hiperconectado, mediante las múltiples posibilidades de comunicación e interacción que ofrecen las TICs, a través del correo electrónico, mensajería instantánea y Skype, etc. Adicionalmente, Sun y Yang (2015) han utilizado herramientas de la Web 2.0, como Facebook y YouTube para desarrollar y mejorar la confianza de sus estudiantes y sus habilidades de comunicación oral. En otra experiencia, Smit y Tremethick (2017) notaron que los estudiantes desarrollaron un nivel más alto de habilidades de pensamiento crítico y produjeron más ideas innovadoras mientras participaban en grupos de reflexión en línea. Por lo tanto, existe evidencia acumulada que legitima el uso del portafolio electrónico para el aprendizaje reflexivo, facilitando en los estudiantes, un manejo ordenado y efectivo de su notas, saberes, experiencias y reflexiones adquiridas dentro y fuera del aula (Pianpeng y Koraneekij, 2016 ).

Finalmente, nos parece importante recalcar en palabras de Sandoval-Obando (2018b) que la comprensión y abordaje del aprendizaje a través de las TICs están generando enormes transformaciones en el campo de la salud, la educación, la política, la economía y la ciber-seguridad. Sin embargo, estas temáticas tienen un camino tremendamente incipiente y sinuoso, lo que explica en parte, que las reflexiones que aquí se presentan, continuarán siendo motivo de discusión y análisis crítico en el futuro, debido a la velocidad con la que se están experimentando estas transformaciones y las implicancias que generan al corto, mediano y largo plazo en los diferentes sectores de la sociedad del conocimiento y la información.

REFERENCIAS

Alonso, R.; Prieto, J.; García, Ó. y Corchado, J. (2018).Collaborative learning via social computing. Frontiers of Information Technology & Electronic Engineering, 20(2), 265–282.

Barzilai, S. y Blau, I. (2014). Scaffolding gamebasedlearning: impact on learning achievements, perceived learning, and game experiences. ComputEduc, 70, 65–79. Doi: https://doi.org/10.1016/j.compedu.2013.08.003

Carneiro, R.; Toscano, J. y Díaz, (2011). Los Desafíos de las TIC para el Cambio Educativo (Coords.). Madrid: Santillana / Organización de Estados Iberoamericanos.

Chou, T. y Chanlin, L. (2014). Locationbased learningthrough augmented reality. J Educ Comput Res, 51(3), 355–368. Doi:https://doi.org/10.2190/EC.51.3.e

Cress, U. y Kimmerle, J. (2008). A Systemic and cognitive view on collaborative knowledge buildingwith wikis. Int J ComputSupport Collab Learn, 3(2),105–122. Doi: https://doi.org/10.1007/s11412-007-9035-z

Howe, N. y Strauss, W. (2000). Millennials Rising: TheNext Great Generation. New York: Vintage.

Iglesias, A. (2012). Educación Social e Escola. Menores na Educación Social, Alumnos, no Sistema Educativo. Revista Galega de Educación, (53), pp. 82-85.

Melero, J.; Hernández–Leo, D. y Manatunga, K. (2015). Groupbased mobile learning: do group size and sharing mobile devices matter? Comput Human Behav, 44, 377–385. Doi: https://doi.org/10.1016/j.chb.2014.11.078

Nielsen, D. (2016). Facilitating service learning in theonline technical communication classroom. J. Tech. Writ. Commun., 46, 236-256.

Novak, E. (2015). A critical review of digital storylineenhanced learning. Educ Technol Res Dev, 63(3), 431–453. Doi:https://doi.org/10.1007/s11423-015-9372-y

Palfrey, J. y Gasser, U. (2008). Born Digital: Understanding the First Generation of Digital Natives. New York: Basic Books.

Paredes, D. (2019). El aprendizaje-servicio como estrategia metodológica innovadora para el desarrollo de competencias digitales y ciudadanas. Revista Internacional de Tecnología, Ciencia y Sociedad, 7(2), 57-67. Recuperado de https://journals.epistemopolis.org/index.php/tecnoysoc/articl

Pineda, E. y Orozco, P. (2018). Estado del arte y abordaje del concepto de ludificación en el aprendizaje en primera infancia. Infancias Imágenes, 17(2), 147-162.

Pianpeng, T. y Koraneekij, P. (2016). Development of a model of reflection using video based on Gibbs’scycle in electronic portfolio to enhance level ofreflective thinking of teacher students. Int. J. Soc. Sci. Humanity, 6 (1), 26-31.

Sandoval, E. (2017). El Docente como Mediador Emocional y Cognitivo de Jóvenes en Contextos Vulnerados: Tensiones y Desafíos para la Transformación de la Práctica Pedagógica. Tesis conducente al Grado Doctor en Ciencias Humanas. Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Austral de Chile. Recuperado de http://cybertesis.uach.cl/tesis/uach/2017/egs218d/doc/egs218d.pdf

Sandoval-Obando, E. (2018a). La Estimulación Temprana en la Infancia: Una Tarea Relevante y Necesaria para el Desarrollo Integral. Otras Voces en Educación. ISSN: 2477-9695. Recuperado de: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/290431

Sandoval-Obando, E. (2018b). Aprendizaje e inteligencia artificial en la era digital: implicancias socio-pedagógicas ¿reales o futuras?. Revista Boletín Redipe, 7(11), 155-171. Recuperado de https://revista.redipe.org/index.php/1/article/view/626

Smit, E. y Tremethick, M. (2017). Value of online groupreflection after international service-learningexperiences: I never thought of that. Nurse Educ., 42(6), 286-289. Recuperado de https://insights.ovid.com/crossref?an=00006223-201711000-00007

Sun, Y. y Yang, F. (2015). I help, therefore, I learn: service learning on Web 2.0 in an EFL speakingclass. Comput. Assist. Lang. Learn., 28, 202-219.

Tapscott, D. (2011). Grown Up Digital: How the Net Generation Is Changing Your World. Nueva York: McGraw-Hill.

UNICEF (2017). Estado Mundial de la Infancia 2017: Niños en un mundo digital. New York: UNICEF. Recuperado de https://www.unicef.org/spanish/sowc2017/

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España: CCOO acusa a Educación de cerrar 23 aulas en centros públicos de la ciudad de Madrid

Europa/España/14.08.18/Fuente: www.europapress.es.

CCOO ha acusado a la Consejería de Educación de cerrar un total de 23 aulas en centros públicos de Infantil, Primaria y Secundaria en la ciudad de Madrid para el próximo curso 2018/19.

Por su parte, desde el departamento que dirige Rafael van Grieken aseguran que todos los alumnos de la Comunidad de Madrid tienen una plaza garantizada y que aún está abierto el proceso de escolarización.

Hasta que no termine este proceso, se seguirán haciendo los ajustes «necesarios» para «adecuar» la oferta de plazas educativa a la demanda de los alumnos y la familia. «En cualquier caso, el número de aulas se ajusta siempre a la demanda de cada zona», han insistido desde la Consejería.

Mientras, el sindicato alude entiende que hay demanda educativa que sustenta la «reapertura» de los grupos suprimidos, que afectan a más de una veintena de centros.

En concreto, aluden al CEIP Méjico, CEIP Pradolongo, CEIP Leopoldo Alas Clarín, CEIP Carlos V, CEIP Pio Baroja, CEIP Perú, CEIP Parque Aluche, CEIP Nuestra Señora de Lucero, CEIP Los Rosales, CEIP Ciudad de los Ángeles, CEIP Antonio de Nebrija, CEIP Barcelona, CEIP Antonio Machado, CEIP El Espinillo, CEIP Breogán, CEIP Jorge Manrique, IES La Estrella, IES Rey Pastor, IES Maríana Pineda, IES Juana de Castilla e IES Goya.

CCOO incide «especialmente» en el caso del CEIP República de Uruguay, centro donde la comunidad educativa se ha movilizado para exigir la reapertura de una segunda aula de Infantil.

En este sentido, el AMPA del centro ha impulsado «un proceso de escolarización propio en el que ha demostrado que, al menos 7 familias quieren que sus hijos e hijas estudien allí». El sindicato alude que este número de alumnos ha sido suficiente para habilitar una nueva aula en el colegio concertado San Viador.

No es un caso aislado, se trata de un proceso de reordenación de la oferta que se realiza desde hace unos años y que se intensificó con el pretexto de la crisis. Estas unidades que se cierran en centros públicos de la ciudad de Madrid siguen la tendencia iniciada hace años y mantienen los recortes de la educación pública aunque hemos salido oficialmente de la crisis», añade CCOO.

Para la secretaria general de la Federación de Enseñanza de CCOO Madrid, Isabel Galvín, con estas actuaciones, se vulnera la propia ley de libertad de elección de centro vigente en Madrid y no se escucha a las familias cuando estas eligen educación pública».

Además, manifiesta que «se da un trato desigual al no exigir las mismas condiciones a los centros públicos y a los concertados». «Se cierran unidades, se desaprovecha espacio e infraestructuras y se despilfarra el dinero público con el objetivo de manipular la oferta educativa para favorecer a la enseñanza concertada», ha insistido Galvín.

Ante esta situación, CCOO avanza que seguirá la vía jurídica porque los cierres «no se justifican» y promoverá movilizaciones con el resto de organizaciones de la Comunidad educativa.

Por su parte, desde la Consejería de Educación replican que la Comunidad de Madrid cuenta con una amplia oferta educativa que asegura la libertad de elección de las familias. Al respecto, alude a que el 93,6 por ciento de las familias madrileñas han obtenido plaza en el colegio elegido como primera opción.

Fuente de la noticia: http://www.europapress.es/madrid/noticia-ccoo-acusa-educacion-cerrar-23-aulas-centros-publicos-ciudad-madrid-20180813101408.html

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Exclusión incluyente.

Mientras la educación sea una mercancía, los avances en escolaridad no nos harán mejores personas.

Por: Oscar Sánchez.

Pablo Gentili introdujo este concepto, que parece un oxímoron, para describir el proceso de escolarización en América Latina en los últimos cincuenta años, en el que se ha expandido notablemente el acceso de las masas recién urbanizadas (y por lo tanto, del grueso de la población) a la matrícula del ciclo básico en instituciones educativas precarias.

Es un proceso incluyente, pues sería necio negar el valor de esa presencia de los chicos en la escuela. Para entender la importancia del acceso y la permanencia que se han logrado en las ciudades de Colombia, solo hay que compararlas con el mundo rural disperso, donde la mitad de la población se queda por fuera de la secundaria y solo una cuarta parte llega a ser bachiller. Las condiciones de la población en ambos mundos son muy diferentes.

Pero en las ciudades, aun con el aumento de la cobertura, hay exclusión. No se puede llamar de otra forma a la desigualdad aberrante con la cual se ha hecho la expansión: mientras las clases medias pagan una educación con buenas condiciones, los pobres, con excepciones que confirman la regla, se quedan con el bagazo. Frente a ese hecho hay tres enfoques.

Uno que podemos llamar cínico, niega la exclusión y afirma que simplemente estamos haciendo lo que se puede. Que la desigualdad educativa es una condición temporal y que por el camino que llevamos llegaremos a la educación buena para todos, cada quien en su propia realidad. Y que cualquier esfuerzo adicional atentaría contra la sostenibilidad fiscal y la iniciativa privada. Es común escucharlo, expresado con crudeza, en boca de funcionarios a cargo de las finanzas públicas, y camuflado con eufemismos, en boca de buena parte de quienes manejan la educación.

Un segundo enfoque, que es el que venimos poniendo en práctica algunos convencidos del poder de la razón emancipadora y el empoderamiento popular, es el del desarrollo de las capacidades humanas. Este consiste en buscar gobernantes dispuestos a alimentar altas expectativas y apoyar con ingentes recursos públicos a los educadores y comunidades ejemplares en escuelas pobres, para cerrar brechas dando más al que tiene menos, sin forzar a los poderosos a una igualdad impuesta. Hemos apostado por formar a una nueva generación que entienda que la inclusión tiene que ser plena y que la buena educación, como el empleo decente, la salud preventiva y la seguridad ciudadana son derechos y no pueden ser desiguales, o dejan de serlo.

¿Seremos ingenuos quienes atribuimos a la educación en sí misma la capacidad de transformar el sistema ofreciendo a los débiles un lugar en el mundo?

Gentili, que ha sido dirigente del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, de Flacso y del Foro Mundial de Educación, propone un tercer enfoque que profundiza el anterior. Afirma que la inserción institucional, si bien es un avance, está muy lejos de marcar el camino del goce efectivo de los derechos y las relaciones humanas igualitarias que constituyen las bases de una sociedad democrática sustantiva. Lo que este autor llama ‘universalización sin derechos’ va más allá de la idea hoy aceptada en el mundo de que no basta con el acceso y hay que apostar a la calidad.

Gentili introduce tres reflexiones: i) existen la pobreza y la desigualdad educativas, aunque haya mayor acceso a la escuela, porque la universalización de la matrícula no cambia las estructuras sociales; ii) una educación con igualdad formal ante la ley y brutal desigualdad frente al mercado da como resultado un sistema segregado, en el que la educación no es un bien común, sino uno excluyente y, por lo tanto, no es pública, aunque se haya aumentado la oferta oficial, y iii) se ha impuesto recientemente una tendencia economicista que hace ver la educación predominantemente como un factor de producción, y se ha perdido su sentido como base de la humanización planetaria, planteado en las declaraciones de derechos humanos de hace 70 años.

En algo estamos de acuerdo con Gentili: mientras la educación sea una mercancía más, la formación integral de calidad sea un privilegio y prime el fin de educarse para ganarse la vida, antes que para construirse una vida, los avances en escolaridad no nos harán mejores personas ni nos llevarán a la justicia social.

Me queda la inquietud: ¿seremos ingenuos quienes atribuimos a la educación en sí misma la capacidad de transformar el sistema ofreciendo a los débiles un lugar en el mundo? ¿El cambio de las estructuras políticas, económicas y culturales es una condición para tener un derecho efectivo a la buena educación, o cambiando las mentes con un mayor esfuerzo político y pedagógico dentro del sistema actual podemos hacer que cambien esas estructuras?

Fuente:  http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/oscar-sanchez/exclusion-incluyente-discriminacion-educativa-135392

Imagen: http://elsalvadortrespuntocero.com/wp-content/uploads/2015/06/chica.jpg

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