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Alemania: Berlín acoge manifestaciones contra las medidas de Gobierno ante la pandemia

Redacción: Mundo Sputniknews

Por sexta semana consecutiva Berlín es el escenario de manifestaciones contra las medidas puestas en marcha por el Gobierno para frenar la propagación de la pandemia de coronavirus.

Los manifestantes se juntan fuera del Teatro Volksbühne en plaza Rosa Luxemburgo en Berlín bajo el eslogan «No sin nosotros». Al mismo tiempo las manifestaciones siguen estando limitadas a solo 20 participantes debido a las restricciones impuestas por coronavirus.

Durante la protesta del 25 de abril la Policía de Berlín detuvo a más de 100 personas.

Hasta la fecha en Alemania se confirmaron más de 163.000 casos de contagio por el COVID-19, unas 6.600 personas fallecieron por la enfermedad.

El 21 de abril pasado el Gobierno alemán empezó a aliviar de manera gradual las restricciones por el coronavirus después de que la curva de contagios entrara en descenso. Sin embargo, la mayoría de las prohibiciones todavía sigue en vigor.

Fuente: https://mundo.sputniknews.com/europa/202005011091294062-berlin-acoge-manifestaciones-contra-las-medidas-de-gobierno-ante-la-pandemia/

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Slavoj Zizek: ¿Qué tienen en común las protestas de coronavirus y Francia (y es hora de ORGIES todavía?)

Por: Slavoj Zizek

Los brotes epidémicos, al igual que las protestas sociales, no estallan y luego desaparecen; persisten y acechan, esperando explotar cuando menos se espera. Deberíamos aceptar esto, pero hay dos formas de hacerlo.

Las personas fuera de China pensaron que una cuarentena sería suficiente para combatir la propagación del virus y que están más o menos seguras detrás de ese ‘muro’. Pero ahora que se han reportado casos de coronavirus en más de 20 países, se necesita un nuevo enfoque. ¿Cómo lidiar con amenazas tan traumáticas?

Tal vez podamos aprender algo sobre nuestras reacciones a las epidemias de coronavirus del psiquiatra y autora Elisabeth Kübler-Ross, quien, en On Death and Dying, propuso el famoso esquema de las cinco etapas de cómo reaccionamos al saber que tenemos, por ejemplo, una enfermedad terminal: Negación (uno simplemente se niega a aceptar el hecho, como en «Esto no puede estar sucediendo, no para mí» ); Ira (que explota cuando ya no podemos negar el hecho, como en «¿Cómo puede pasarme esto a mí?» ); Negociación (la esperanza de que de alguna manera podamos posponer o disminuir el hecho, como en «Solo déjame vivir para ver a mis hijos graduarse» ); Depresión (desinversión libidinal, como en «Voy a morir, ¿por qué molestarse con algo?» ); y finalmente aceptación («No puedo luchar contra él, mejor me preparo para ello». 

Kübler-Ross luego aplicó estas etapas a cualquier forma de pérdida personal catastrófica (desempleo, muerte de un ser querido, divorcio, adicción a las drogas) y también enfatizó que no necesariamente vienen en el mismo orden, ni las cinco etapas las experimentan todos. pacientes

Uno puede discernir las mismas cinco etapas cada vez que una sociedad se enfrenta a algún evento traumático. Tomemos la amenaza de una catástrofe ecológica.

Primero, tendemos a negarlo: «es solo paranoia, todo lo que realmente sucede son las oscilaciones habituales en los patrones climáticos». Luego viene la ira: a las grandes corporaciones que contaminan nuestro medio ambiente y al gobierno que ignora los peligros. A esto le sigue el regateo: ‘si reciclamos nuestros desechos, podemos ganar algo de tiempo; Además, también tiene buenos lados, ahora podemos cultivar verduras en Groenlandia, los barcos podrán transportar mercancías desde China a los EE. UU. mucho más rápido a través de la ruta del norte, nuevas tierras fértiles estarán disponibles en el norte de Siberia debido al derretimiento de permafrost. Luego viene la depresión («es demasiado tarde, estamos perdidos») y, finalmente, la aceptación: «estamos lidiando con una amenaza grave y tendremos que cambiar nuestra forma de vida».  

Lo mismo ocurre con la creciente amenaza del control digital sobre nuestras vidas. Nuevamente, primero, tendemos a negarlo, y lo consideramos ‘una exageración’, ‘más paranoia de izquierda’, ‘ninguna agencia puede controlar nuestra actividad diaria’. Luego explotamos enojados con las grandes compañías y agencias secretas del estado que ‘nos conocen mejor que nosotros mismos’ y usan este conocimiento para controlarnos y manipularnos. Le sigue la negociación (las autoridades tienen el derecho de buscar terroristas, pero no infringir nuestra privacidad), depresión (es demasiado tarde, nuestra privacidad se pierde, la era de las libertades personales ha terminado). Y, finalmente, llega la aceptación: «el control digital es una amenaza para nuestra libertad, ¡debemos hacer que el público tome conciencia de todas sus dimensiones y comprometernos para luchar contra él!» 

RT

Incluso en el ámbito de la política, lo mismo se aplica a aquellos que están traumatizados por la presidencia de Trump: primero, hubo una negación (‘no te preocupes, Trump solo está postulando, nada cambiará realmente si toma el poder’), seguido de ira (a las ‘fuerzas oscuras’ que le permitieron tomar el poder, a los populistas que lo apoyan y representan una amenaza para nuestra sustancia moral), negociaciones (‘todo aún no está perdido, quizás Trump pueda ser contenido, toleremos un poco de sus excesos ‘), y la depresión (‘ estamos en el camino hacia el fascismo, la democracia se pierde en los Estados Unidos ‘), y luego la aceptación:’ hay un nuevo régimen político en los Estados Unidos, los viejos tiempos de la democracia estadounidense son una vez más, afrontemos el peligro y planeemos con calma cómo podemos superar el populismo de Trump ‘

En la época medieval, la población de una ciudad afectada reaccionó a los signos de peste de una manera similar: primero la negación, luego la ira (en nuestras vidas pecaminosas por las cuales somos castigados, o incluso en el Dios cruel que lo permitió), luego regateando (no es tan malo, evitemos a los que están enfermos), luego la depresión (nuestra vida ha terminado), luego, curiosamente, orgías (‘ya que nuestras vidas han terminado, obtengamos todos los placeres posibles: beber, sexo …’ ) Y, finalmente, hubo aceptación: ‘aquí estamos, comportémonos lo más posible como si la vida normal continuara’.

¿Pero cómo se vería nuestra aceptación aquí? Es un hecho extraño que estas epidemias muestren una característica común con la última ronda de protestas sociales como las de Francia o Hong Kong: no explotan y luego se esfuman, se quedan aquí y persisten, trayendo miedo permanente y fragilidad a nuestras vidas.  ¿Y no es así también como estamos lidiando con las epidemias de coronavirus que explotaron a fines de 2019? Primero, hubo una negación (no está ocurriendo nada grave, algunas personas irresponsables simplemente están esparciendo el pánico); luego, ira (generalmente en forma racista o antiestatal: los chinos sucios son culpables, nuestro estado no es eficiente …); luego viene la negociación (OK, hay algunas víctimas, pero es menos grave que el SARS y podemos limitar el daño); Si esto no funciona, surge la depresión (no nos engañemos, todos estamos condenados). 

Lo que deberíamos aceptar, con lo que deberíamos reconciliarnos, es que hay una subcapa de vida, la vida no muerta, estúpidamente repetitiva, pre-sexual de los virus, que siempre estuvo aquí y que siempre estará con nosotros como un oscuro sombra, representando una amenaza para nuestra supervivencia, explotando cuando menos lo esperamos. 

Y a un nivel aún más general, las epidemias virales nos recuerdan la última contingencia y la falta de sentido de nuestras vidas: no importa cuán magníficos edificios espirituales creemos, la humanidad, una estúpida contingencia natural como un virus o un asteroide puede terminar con todo. Sin mencionar la lección de ecología que es que nosotros, la humanidad, también podemos contribuir sin saberlo a este fin.

Pero esta aceptación puede tomar dos direcciones. Puede significar simplemente la re-normalización de la enfermedad: OK, las personas morirán, pero la vida continuará, tal vez incluso haya algunos efectos secundarios buenos. O la aceptación puede (y debe) impulsarnos a movilizarnos sin pánico e ilusiones, a actuar en solidaridad colectiva. 

Fuente e Imagen: https://www.rt.com/op-ed/481213-coronavirus-protests-slavoj-zizek/

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Violenta jornada de protestas deja al menos dos muertos en Irak

Redacción: El Comercio

Irak, uno de los países más ricos en petróleo del mundo, está sumido en la peor crisis social de su historia reciente. Los manifestantes reclaman la reforma del sistema político y la renovación total de su clase dirigente, que consideran corrupta e incompetente.

Al menos dos manifestantes murieron este miércoles por impacto de bala en Bagdad y varias carreteras fueron bloqueadas en el sur de Irak, un día después de otra violenta jornada que se saldó con al menos un muerto y varios heridos.

Según un corresponsal de la AFP en el lugar, se produjeron intensos disparos desde muros de cemento instalados en varias calles, tras los que se encuentran las fuerzas de seguridad.

Irak, uno de los países más ricos en petróleo del mundo, está sumido en la peor crisis social de su historia reciente. Los manifestantes reclaman la reforma del sistema político y la renovación total de su clase dirigente, que consideran corrupta e incompetente.

Este movimiento, el primero espontáneo en décadas, se caracterizó por la violencia, que dejó más de 350 muertos desde el 1 de octubre.

Tras los disparos con munición real que se produjeron por primera vez a plena luz del día en Kerbala, y que, según los médicos, causaron un muerto, las autoridades que administran los santuarios de la ciudad santa chiíta anunciaron el cierre excepcional de los jardines de infantes y escuelas primarias y secundarias religiosas.

Este cierre de dos días se aplica también a las mismas escuelas en Nayaf, la otra ciudad santa chiíta al sur de Bagdad, y en Al Hilla, en la provincia de Babilonia (sur).

El miércoles por la mañana, se observaban grandes columnas de humo negro por encima de Kerbala, visitada cada año por millones de chiítas de todo el mundo.

Los manifestantes cortaron varias carreteras, entre ellas la que lleva a Babilonia, en el sur.

En Diwaniya, más al sur, donde escuelas y administraciones también cerraron, los manifestantes instalaron piquetes para impedir que los funcionarios intentaran reabrir sus oficinas, según un corresponsal en el lugar.

En Kut y Nayaf, el sector público también permaneció paralizado. En Nasiriya y Basora, regiones petroleras en el extremo sur, una sentada bloqueó la sucursal local de la compañía estatal de petróleo de Nasiriya, pero sin afectar a la producción en esas dos provincias de oro negro, única fuente de divisas del país.

Fuente: https://elcomercio.pe/mundo/asia/irak-violenta-jornada-de-protestas-deja-al-menos-dos-muertos-fotos-nndc-noticia/

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Colombia: Los mensajes de la multitud

Redacción: El Colombiano

Aunque hubo focos de vandalismo, en especial en Bogotá y Cali, el grueso de las marchas cruzó en calma. Protesta masiva que amplificó descontentos e interpeló a la dirigencia pública y privada.

Si es por el número de asistentes, la movilización nacional de ayer puede considerarse un hito. Pero siendo crucial, por supuesto, el número de asistentes, el éxito de la movilización también vendrá marcado por el contenido y viabilidad de las reivindicaciones, la capacidad de lograr cambios, y por la receptividad en los diversos niveles de poder para atender el pulso de la opinión.

Vistas globalmente, las marchas fueron ordenadas y pacíficas. Salvo en Cali, con orden de toque de queda, y al atardecer y en la noche en Bogotá, con presencia de los infaltables actos de vandalismo y ataques a bienes públicos, los grandes núcleos de manifestantes lo hicieron con pleno respeto al orden. En particular, la movilización en Medellín fue impecable, al punto de que los marchantes impidieron que encapuchados pintaran las paredes y atacaran mobiliario y edificaciones.

En las ciudades capitales, predominaron la invitación y la actitud de los manifestantes de impedir desmanes. Quienes caminaban insistieron en que la violencia de los infiltrados lo único que provocaba era la deslegitimación de sus reclamos y sus llamados a que tanto gobierno, clase política y dirigencia privada ajusten la conducción del país y mejoren la atención a necesidades sociales apremiantes.

En las marchas afloraron causas ciudadanas diversas: la seguridad de las pensiones, las oportunidades para los jóvenes, la equidad salarial, el repudio a los asesinatos de líderes sociales e indígenas, los recursos para la educación pública, el costo de los servicios públicos, mejor transporte masivo, el apoyo al arte y al deporte, el hacinamiento carcelario, la atención al campesinado y el respeto a las minorías y la población Lgtbi. Una lista que se ampliaba más y más en las voces de los protestantes. Intereses y demandas entrecruzados que describen una historia larga de inasistencia y respuesta estatal precaria, que hoy le toca encarar al gobierno del presidente Iván Duque, que intenta paliarla en medio de las limitaciones presupuestales y fiscales que le anteceden.

Si bien están servidos debates cruciales sobre aspiraciones ciudadanas que merecen atención y respuesta del Ejecutivo y del Legislativo, también se plantean críticas y exigencias que parten de informaciones y supuestos infundados, porque no tienen asidero ni en los anuncios ni en las políticas del Gobierno Nacional, que por supuesto las ha rechazado y controvertido.

Hay que saludar que solo hubiese unas pocas manchas de violencia y violentos, a los que la misma ciudadanía desconoció y reprobó. La legitimidad y el resultado de la marcha refrendan las garantías constitucionales y legales que el Estado, el Gobierno y sus instituciones hicieron prevalecer frente al paro. La gente se hizo escuchar y la expectativa, evidentemente, es a que esa escucha tenga resultados tangibles en el corto y mediano plazo.

Los dirigentes deben saber que, con toda seguridad, este es un movimiento que no agotó en la jornada de ayer su intención de movilizarse y pedir cambios en múltiples sectores. Aunque hubo fragmentación de mensajes, y los liderazgos están dispersos, los dirigentes con capacidad de mando no deben persistir en el error de pensar que la sociedad colombiana es fría y pasiva y que así seguirá. Hay pulsiones claras en el resto del continente y aquí que deben hacer reaccionar cuando todavía es tiempo de hacerlo.

La colombiana es una democracia fuerte que cuenta, hasta ahora, con gobernantes respetuosos de las manifestaciones ciudadanas, en un sistema capaz de avanzar y fortalecerse sin diluir el orden institucional y las libertades individuales y colectivas. Lo demostró una fuerza pública previsiva dispuesta a proteger la integridad de la nación y de sus ciudadanos, y que cumplió la directriz: protestas sí, violencia, caos y destrucción, no.

Fuente: https://www.elcolombiano.com/opinion/editoriales/los-mensajes-de-la-multitud-DD12003671

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El estigma de la protesta social

Por: Yesid González Perdomo

Lo cierto es, que efectivamente en las últimas protestas convocadas han existido desmanes, muchos provocados por la agresividad del estamento policial contra los manifestantes, incluso por una campaña de infiltración para desprestigiar el movimiento social.

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CHILE Las protestas contra la desigualdad ponen a las universidades en crisis

América del Sur/Chile/universityworldnews.com

Las universidades en Chile están considerando tomar la acción drástica de extender el semestre actual de diciembre a marzo para hacer frente al impacto de las protestas masivas en curso en Chile, que ya han visto a muchos académicos perder sus empleos, y numerosos manifestantes han perdido la vida.

Al 2 de noviembre, el 75% de los 29 miembros de universidades públicas y privadas del Consejo de Rectores de las Universidades chilenas (CRUCH) estaban en huelga. Actualmente, más personas también están votando si se deben detener las clases. Otros han sido cerrados por temor a disturbios hasta nuevo aviso.

La extensión del semestre se está discutiendo en la mayoría de las universidades, ya que muchas no han abierto sus puertas desde el 18 de octubre, el inicio de la llamada «revuelta de octubre» en la que casi dos docenas de manifestantes han muerto y miles han resultado heridos durante la violencia por la policía que intenta controlar las protestas.

Mientras tanto, los estudiantes y académicos han quedado inseguros sobre el futuro de sus cursos y trabajos.

El 4 de noviembre, policías armados dispersaron una protesta en el gran campus de San Joaquín de la PUC en Santiago utilizando botes de gas lacrimógeno, un cañón de agua y balas de goma. Tres estudiantes resultaron heridos en lo que la policía etiquetó al Rector Ignacio Sánchez como «violencia desproporcionada».

Los estudiantes de la Universidad de Chile, la universidad más grande de Chile, votaron por una huelga indefinida. Nicole Martínez, vicepresidenta de la asociación de estudiantes de la Universidad de Chile, dijo que su universidad y otras universidades estatales «no deberían volver a clases hasta que el gobierno elimine efectivamente las violaciones de derechos humanos y dé una clara señal política para una nueva Constitución ”, según un informe del diario El Mercurio .

Cambiar la Constitución, aprobada bajo la dictadura de Augusto Pinochet y luego enmendada, se está convirtiendo rápidamente en la demanda más popular de los manifestantes callejeros en todo Chile.

Declaración de problema académico

Académicos, estudiantes y personal de universidades que no están en huelga o cerradas están manteniendo conversaciones conjuntas sobre la situación social y política en el país. Dos mil estudiantes, docentes y personal de la Universidad Técnica Federico Santa María participaron en diálogos el 5 de noviembre, por ejemplo.

Al mismo tiempo, muchos académicos han emitido declaraciones sobre la crisis actual, que casi ha detenido a Chile.

El 22 de octubre, los científicos políticos y sociales enviaron una carta al presidente de Chile, Sebastián Piñera, en la que pedían un acuerdo social, político y económico de gran alcance entre políticos, académicos, actores económicos y políticos.

Afirman que durante mucho tiempo «han estado trabajando e incluso advirtiendo sobre las tensiones en el tejido sociopolítico y [sugiriendo] posibles formas de recomponerlo». Terminan ofreciéndose contribuir, desde sus puntos fuertes, a «construir un país más justo, más inclusivo y democrático».

Cincuenta docentes de la facultad de educación de la PUC propusieron una «agenda educativa para el nuevo Chile». Critican el sistema de educación superior de la nación por la «proliferación desproporcionada de títulos docentes y universidades privadas que están mal reguladas, son masivas y están destinadas a los estudiantes más pobres que están excluidos de universidades selectas que reclutan grupos de mayores ingresos».

Piden un diálogo para desarrollar una nueva agenda. Dicen que las comunidades y actores educativos, la comunidad académica, las autoridades educativas y los líderes políticos deberían participar en el diálogo.

Por su parte, los académicos de las universidades estatales abogaron en su declaración pública, entre otras cosas, por la implementación de cambios constitucionales que devuelvan al estado su responsabilidad de «educación pública para todos», modificando el sistema de cupones que el gobierno proporciona para cada estudiante registrado. , así como sistemas de evaluación cambiantes para estudiantes y profesores. La declaración fue firmada por 100 académicos de una gran cantidad de universidades nacionales y departamentos universitarios.

Estudiantes de secundaria provocan protestas

Fueron estudiantes de secundaria, un grupo muy politizado y vocal en Chile, quienes encendieron el partido que inició la ola interminable de protestas. Enfurecidos por el aumento del boleto de metro en las horas pico en un 3.75%, que asciende a CLP30 (US $ 0.04), organizaron una evasión masiva de tarifas de metro en la que se abrieron paso con fuerza en las estaciones de metro. Los vándalos aprovecharon la agitación para destruir y prender fuego a varias estaciones.

La demostración de evasión de tarifas evolucionó rápidamente en protestas masivas, la más grande que Chile ha presenciado desde el gobierno de 17 años del dictador Pinochet que terminó en diciembre de 1990. Una de las marchas en la capital, Santiago, fue de 1,2 millones, según cifras de Ayuntamiento de Santiago.

Se han organizado grandes marchas de protesta desde la ciudad más septentrional de Arica hasta la ciudad más meridional de Punta Arenas en los centros y municipios del centro. La mayoría de ellos han sido pacíficos, pero también ha habido muchos incendios provocados y saqueos, principalmente de supermercados.

La respuesta del gobierno a los estragos fue llevar a los militares a las calles e instalar toques de queda, que agregaron combustible al fuego. Para amortiguar la ira de la gente, el gobierno revocó estas medidas.

«Las protestas no son por el precio del metro, sino porque el sistema nos está exprimiendo como limones», dijo Bessy Gallardo, una estudiante de derecho de 34 años que se unió a las protestas.

“Esto está sucediendo debido a décadas de injusticia, abuso y desigualdad. No hay seguridad social en este país. La gente gana poco y trabaja mucho y los salarios no son suficientes para llegar a fin de mes ”.

Hasta ahora, Chile fue aclamado en América Latina como un éxito económico, incluso atrayendo inmigrantes de lugares como Haití, Colombia, Perú y Venezuela. Tiene el número más bajo de personas en América Latina bajo la línea de pobreza (alrededor del 14%) y la esperanza de vida más alta (79 años). La matrícula terciaria bruta en Chile es del 88,46% (2017), más del doble que la de México con el 40,23% (2017), según el Instituto de Estadística de la UNESCO.

Pero el problema son las enormes desigualdades sociales y económicas del país que incluyen una fuerte división de clases que distingue a los ricos de los pobres y causa grandes quejas para estos últimos.

Ningún grupo o partido político ha liderado las protestas; solo los chilenos enojados han salido a las calles. La gente exige una mejor salud, pensiones más altas, educación más barata y mejor, un aumento del salario mínimo, impuestos más altos para los ricos, transporte mejor y más barato e incluso un cambio constitucional.

Impacto de la expansión de la educación superior.

Curiosamente, el gran aumento en el acceso a la educación superior ha jugado un papel importante en la ira expresada por los chilenos en las calles. El número de personas de 18 a 24 años en la educación superior pasó del 8% al 53% entre los años 1980 y 2018. Sin embargo, aunque muchos graduados han subido en la escala social, descubrieron que un título universitario a menudo no conduce a un trabajo bueno o seguro.

Por lo tanto, una gran mayoría de la población chilena, en su mayoría jóvenes, está constantemente expuesta a la incertidumbre e inestabilidad económica. El endeudamiento es la norma para ellos. Peor aún, ya no califican para los beneficios de la seguridad social, por lo que quedan en tierra de nadie.

Los jóvenes chilenos menores de 35 años, que representan el 27% de la población de 4.664.902 de Santiago, han sido el rostro visible de las protestas de los ciudadanos. Un estudio, «El Chile que está amaneciendo», del grupo consultor Cadem, reveló que el 57% de este grupo admite haber participado en marchas o en golpear ollas y sartenes, una forma típica de mostrar descontento, en comparación con el 34% de esos Entre 35 y 54 años.

Alrededor del 81% de los jóvenes comparte la opinión de que la crisis actual se debe a un descontento generalizado y constituye el 66% de los que califican mal la agenda social propuesta por el gobierno.

Si bien el presidente Piñera revirtió el aumento de las tarifas del metro y anunció otras medidas, como una reforma de las pensiones y un aumento del salario mínimo, la agitación nacional se prolongó hasta la tercera semana.

En el período transcurrido desde que comenzaron las protestas del 18 de octubre hasta el 3 de noviembre, 23 personas fueron asesinadas, 2.500 heridas, 4.400 detenidas y decenas parcialmente cegadas por proyectiles de goma y gases lacrimógenos disparados por la policía y los soldados.

Las protestas en curso obligaron al presidente Piñera a cancelar la cumbre de naciones de Cooperación Económica Asia-Pacífico, que Chile estaba organizando en noviembre, así como la reunión sobre cambio climático conocida como COP25 en diciembre. Aunque las cancelaciones empañaron la imagen internacional de Chile, Piñera explicó que su deber era atender la situación sociopolítica del país.

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=2019110708463148

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Atrapadas en Chile, alumnas de la UACh

Redacción: El Heraldo

Tres estudiantes de intercambio permanecen refugiadas en un departamento ante la creciente ola de violencia y disturbios callejeros.

Ante la violencia que permanece en Chile, estudiantes mexicanos de diferentes estados que se encuentran de intercambio en aquel país, entre ellos tres jovencitas estudiantes de la UACh, solicitan a la Secretaría de Educación Pública ayuda para regresar a México ante la suspensión definitiva del ciclo escolar en las universidades donde estudiaban.

El pasado 23 de octubre, la Embajada de México en Chile emitió un comunicado urgente en su página web alertando a todos los mexicanos en aquel país por motivos de turismo, negocios o estudios evitar desplazarse innecesariamente por las ciudades en conflicto y alejarse de las multitudes para evitar lesiones o detenciones por parte de los agentes policiales de Chile.

Las protestas y bloqueos, afectaron incluso a los viajeros por qué muchas de estas marchas obstruían la circulación de vialidades que conducían hacia la terminal aérea, lo que obligó a la Embajada a emitir recomendaciones para los mexicanos que iban a salir de Chile.

Los universitarios que permanecen allá, nunca se imaginaron que las marchas y protestas se fueran a extender por más de 20 días y que tuvieran que refugiarse en sus departamentos las 24 horas del día, por qué en las calles las marchas se tornaban cada día más violentas.

Prácticamente los jóvenes de intercambio sólo salían a comprar lo necesario y regresaban a sus departamentos. La Universidad de Santiago de Chile suspendió clases durante la primera semana de manifestaciones y lo mismo ocurrió con todas escuelas de aquel país.

La peor situación para ellos fue cuando dictaron toque de queda, por seguridad no salían para nada, ni siquiera a comprar comida. Las calles estaban siendo patrulladas por el ejército y los manifestantes llegaron a prenderle fuego a centros comerciales. Toda la ciudad estaba paralizada y los estudiantes observaban los desmanes desde las ventanas de sus apartamentos.

De manera definitiva, dos universidades dieron por suspendido el ciclo escolar, mientras que en la Universidad de Santiago de Chile donde estaban estudiando las jóvenes de Chihuahua: Sandra Mendoza, Sofía Perea y Rubí Ramírez de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, les informaron que una vez concluidas las manifestaciones se irían a huelga general.

Todos los estudiantes mexicanos ya perdieron el ciclo escolar y han solicitado a sus universidades regresar a sus estados de origen, sin embargo se toparon con un problema: al no emitir la Embajada de México en Chile un comunicado informando que la violencia representaba un peligro para los mexicanos, ni las universidades a las que pertenecen, ni la Secretaría de Educación Pública pueden apoyarlos económicamente para su retorno, puesto que sus vidas a decir de la embajada, no están en riesgo.

La Embajada de México en Chile, ha determinado que la situación no es tan grave para que los mexicanos salgan del país y eso mantiene varados a los universitarios en aquel país.

Fuente: https://www.elheraldodechihuahua.com.mx/local/atrapadas-en-chile-alumnas-de-la-uach-4427131.html

 

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