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PISA: una prueba difícil de acreditar

Por: Eduardo Backhoff

PISA de nuevo se encontrará muy pronto en el escenario mundial. El 6 de diciembre próximo se darán a conocer los resultados del Programa de Evaluación de Estudiantes Internacionales que coordina la OCDE, cuya última aplicación se realizó en México el año pasado.

El informe de resultados de PISA-2015 se convertirá en la sexta edición del programa, desde que inició en el año 2000. Hay que recordar que PISA evalúa cada tres años las competencias de comprensión de lectura, matemáticas y ciencias naturales de aquellos estudiantes que tienen 15 años de edad y que se encuentran estudiando al menos el primer grado de secundaria. Al momento de la evaluación de PISA, en México cerca de tres cuartas partes de estos alumnos se encuentran terminando el primer grado de educación media superior y el resto el tercer grado de secundaria. Los resultados de PISA son un referente para evaluar la calidad de la educación que se ofrece en los distintos países que participan en este estudio internacional.

Son cada vez más los Estados que desean ponerse a prueba sobre lo que sus estudiantes aprenden, con el propósito de comparar su ejecución con la de otros países, así como la propia a través del tiempo. Esto se puede hacer de dos maneras: a través de las puntuaciones promedio del país (en una escala de 200 a 800, con una puntuación promedio de 500 puntos) y por medio de la proporción de estudiantes que se ubica en cada uno de los seis niveles de desempeño en que se divide la escala. Es bien sabido que los estudiantes mexicanos no han podido acreditar la prueba PISA en el pasado y, seguramente, no lo podrán hacer en la edición de 2015. Los resultados de México en esta prueba en el pasado han sido magros y muy desiguales, por decir lo menos.

Estos resultados han mostrado que la mayor debilidad de nuestro sistema educativo radica en que los estudiantes terminan la educación básica y continúan en la media superior sin poder adquirir las competencias de comprensión de lectura, matemáticas y ciencias, que son indispensables para poder tener éxito profesional en un mundo globalizado, que requiere de profesionistas cada vez más calificados. En este medio internacional México produce mano de obra barata, que seguramente será bienvenida en el mundo de las maquiladoras y de los negocios tipo Uber.

Pero, ¿qué resultados ha obtenido México en el pasado y cómo se compara el país consigo mismo a través del tiempo? De manera muy breve resumo los siguientes resultados. En las evaluaciones realizadas de 2000 a 2012 los porcentajes de estudiantes de 15 años que se ubicaban en el nivel más bajo de PISA (nivel 1) fueron los siguientes: entre 40 y 42% en comprensión lectora, entre 51 y 66 % en matemáticas y entre 47 y 51 % en ciencias.

En sentido contrario, los porcentajes de estudiantes que se ubicaban en los niveles más altos (niveles 5 y 6) no rebasó el 1% en ninguna de las tres asignaturas evaluadas. Respecto al comportamiento del país en este lapso de tiempo, podemos decir que ha permanecido igual en comprensión lectora y ciencias y que ha mostrado un ligero avance en matemáticas, equivalente a tres puntos por año. Sin menospreciar este avance en matemáticas, es importante analizar su importancia y significado. Por un lado, de acuerdo con la OCDE, 41 puntos en el área de matemáticas equivalen a un año de escolaridad formal. En la evaluación de 2012, México obtuvo 413 puntos; es decir, 81 puntos por debajo del promedio de los países de la OCDE (que fue de 494 puntos).

Tomando en cuenta esta diferencia, podemos decir que nuestros estudiantes de 15 años presentan un retraso de dos años escolares, respecto al promedio de estos países desarrollados. Asimismo, la puntuación de Corea en matemáticas fue de 554 puntos, lo que representa más de tres años escolares de diferencia. Alguien podría decir que es injusto compararnos con países que tienen un mejor desarrollo económico que el nuestro. Sin embargo, la puntuación de Vietnam fue de 511 puntos y la de Polonia de 518; países con los cuales sí nos podemos comparar en muchos sentidos.pisa

Con estos números podemos preguntarnos, ¿cuánto tiempo le llevaría a México alcanzar a Vietnam o a Polonia en matemáticas? Si conocemos que México avanza en esta asignatura tres puntos por año, la respuesta es simple: entre 33 y 35 años, siempre y cuando estos países no mejoren. De las otras dos asignaturas ni hablar, pues no se ve ningún avance signi cativo. En conclusión, PISA representa una prueba difícil de acreditar, cuyos resultados nos recuerdan que tenemos una asignatura pendiente con el país en materia de educación. ¿No son su cientes estos datos para insistir que requerimos a gritos una reforma educativa integral y de largo aliento que mejore los servicios educativos del país y con ello los resultados de aprendizaje?

*Consejero del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación

Fuente: http://www.educacionfutura.org/pisa-una-prueba-dificil-de-acreditar/

Imagen: 3.bp.blogspot.com/-ZnIOzAJmqio/Uf3YPYkPArI/AAAAAAAAFvY/kjdPm53gmtA/s1600/PISA+latinoamerica.jpg

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Los sistemas educativos de mejor calidad son los que tienen más igualdad.

Europa/Reino Unido/Fuente:http://www.clarin.com/

Por: David Istance Ricardo Braginski

Cuando llegue diciembre, nuestro país estará debatiendo una vez más los resultados de un examen a chicos de 15 años. La lupa no estará puesta tanto en cómo les fue sino en cómo quedaron en el ranking. La prueba PISA, que se toma cada tres años y mide la “calidad educativa”, es obra de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un organismo dedicado a la economía, que puso el foco en la educación. El inglés David Istance es uno de sus históricos especialistas. Estuvo 24 horas en el país.

¿Por qué la OCDE se ocupa de la educación?

La OCDE nació en los sesenta enfocada a la reconstrucción económica de Europa. Empezó a mirar atentamente a la educación porque, en el marco de la Guerra Fría, había una sensación de que nuestros sistemas educativos no eran lo suficientemente fuertes en ciencia y tecnología. Además, porque en una sociedad con pocas personas bien educadas, la economía pierde dinamismo.

¿Cómo surgieron las pruebas PISA y con qué objetivos?

Tuvieron que ver con la globalización de los noventa. Empezó a crecer en los países una demanda por conocer qué pasa en los sistemas educativos comparativamente. Nosotros siempre fuimos buenos comparando cuánto se invierte en docentes, tamaño de las clases, etc, lo que se conoce como los inputs del sistema. Pero con PISA apuntamos a los resultados: cuánto saben los chicos en matemática, comprensión de textos y ciencias. El objetivo no es saber quién lee mejor o peor, sino cómo están preparados para las habilidades del siglo XXI. Para resolver, con matemática, lectura y ciencia, los nuevos problemas que surgen.

¿Cuánta atención le tienen que prestar los gobiernos a PISA?

Por la manera que fue construida y los resultados que ofrece, es importante que lo tomen en serio. Es una muy significativa fuente de información, aunque no la única. Es solo un mensaje, pero uno muy importante.

¿Qué es lo más relevante que mostró PISA hasta el momento?

Que los sistemas educativos con mejores resultados son los que muestran también más igualdad. Por ejemplo, Finlandia, Corea del Sur u Holanda, que tienen diferentes sistemas educativos, obtienen buenos resultados. Lo que tienen en común es la igualdad. Por eso, si alguien sostiene que se puede afianzar la calidad educativa con desigualdad, PISA tiene un poderoso mensaje para dar. Alta calidad es alta igualdad, otra cosa no es posible.

¿Por qué los países asiáticos están primeros y Latinoamérica abajo?

Hay muchos factores. Uno es la cultura: allí se apoya fuertemente a la educación, desde las familias. Esto se traduce en jóvenes que se comprometen con el aprendizaje y quieren ser docentes. La profesión se vuelve más atractiva y hay docentes de más calidad. Se hace un círculo virtuoso. Además, los chicos pasan largas horas estudiando.

¿Es más importante entonces la cultura que el sistema educativo?

Bueno, el sistema educativo refleja la cultura.

¿Pero Corea y Finlandia, con culturas muy distintas, obtienen buenos resultados?

En los dos países se apoya la educación. PISA muestra que no hay una sola forma de llegar a buenos resultados. Dependen de factores culturales y de igualdad, y no de si las personas son más o menos inteligentes. Trabajé durante 10 años con muchos países y sus ministerios de Educación y encontramos algunas claves para la enseñanza. ¿Cuáles son?

Enumero las más importantes. Que el aprendizaje es social: el mismo chico puede aprender de forma distinta según el contexto social. Y que si sienten emociones negativas (se sienten inadecuados o estúpidos) no aprenden bien.

¿Y qué puede hacer la escuela?

Personalizar los aprendizajes, de acuerdo a cada pueblo, sus backgrounds, los conocimientos que cada chico trae.

¿No es muy caro para países con crisis económica?

Respetar a los chicos no es caro. No hay una única fórmula para hacer esto. Lo que se necesita, principalmente, son conexiones horizontales, entre chicos que aprenden lo mismo, entre diferentes disciplinas. Que sean capaces de hacer esas conexiones. Algo que los sistemas educativos y las autoridades no suelen tener en cuenta porque se concentran en lo que pasa dentro del aula. Y lo que es muy importante, cada vez más, cómo se conectan con el afuera de la escuela. Y para eso es muy útil la tecnología.

¿Se usa bien la tecnología en la escuela?

A veces no y a veces sí. Pero lo que es seguro es que debe ser parte de la escuela, así como ya es parte de la vida cotidiana.

Fuente:

http://www.clarin.com/opinion/sistemas-educativos-mejor-calidad-igualdad_0_1643835732.html

Imagen:

http://images.clarin.com/opinion/David-Istance-Foto-Manuel-Foglia_CLAIMA20160903_0213_28.jpg

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Finlandia, un modelo que busca “lo vital” del conocimiento

Europa/Finlandia/6 de septiembre de 2016/Fuente: losandes

La educación en ese país europeo ha revolucionado los métodos tradicionales y es vista por muchos como un ejemplo.

Los alumnos finlandeses no llevan «tareas para el hogar», se manejan «prácticamente solos», y los docentes se ponen como objetivos pedagógicos la búsqueda de «la felicidad» de los chicos, mientras relativizan el puesto más alto del ranking que consigue ese país europeo cuando se mide con el resto del mundo.

En su película «¿Qué invadimos ahora?», Michael Moore explica el más que llamativo éxito educativo de Finlandia, un sistema basado «en unas pocas ideas muy claras», al que compara con el de Estados Unidos.

Adhesiones y rechazos circularon en redes sociales a partir del documental, en el que Krista Kiuru, la ministra de Educación y docentes de nivel primario y secundario de Finlandia, asegura que «la mejor escuela es la que está en el barrio» porque la educación es la misma para todos.

«Finlandia tiene algo que deberíamos imitar, que no es justamente el puesto que consiguió en el ránking internacional resultante de las pruebas estandarizadas (PISA), sino en hacer que el Estado garantice que docentes y alumnos puedan tener una relación ‘vital’ con el conocimiento», dijo Patricia Sadovsky, profesora de Didáctica de la Matemática en la Universidad Pedagógica (Unipe).

Hace algún tiempo, un maestro que fue alumno de Sadovsky llegó feliz a su clase y contó que no había podido dormir la noche anterior porque «estudiando y analizando los fundamentos en los que se basan los criterios de divisibilidad, se había dado cuenta de que él mismo podía inventar sus propios criterios», relató.

«Se refería a ese saber que uno aprende casi mecánicamente acerca de si un número es o no divisible por otro, como el que dice ‘un número es divisible por 3 cuando la suma de sus cifras es múltiplo de 3’; o el que enuncia ‘un número es divisible por 4 cuando sus dos últimas cifras son múltiplo de 4′», ejemplificó.

Sadovsky, también investigadora de Didáctica, entendió que «el maestro había comprendido que él podía crear otros criterios de divisibilidad gracias a haber desmenuzado el conocimiento referente a los sistemas de numeración que está implicado».

«Su alegría provino de que había producido él mismo un conocimiento, ese es nuestro desafío: entender que hay una vitalidad que proviene de apropiarse del conocimiento e incluso producirlo», enfatizó la profesora.

«El conocimiento permite dar una respuesta diferente a la que uno daría sin él», dijo la docente y recalcó que «la relación entre conceptos es el corazón del conocimiento». Por esa razón, sostuvo, «estamos en problemas si pensamos que la escuela da lo mismo que da Google.

La escuela es capaz de modificar el sentido común porque pone en juego el conocimiento, que es necesario para manejar todo ese cúmulo de información que circula en los medios».

El documental, que se viralizó por las redes sociales, muestra niños jugando en espacios amplios, horneando torta, construyendo estructuras en madera, cosiendo telas a máquina, entre otras actividades hechas en un clima relajado y ameno.

«Estamos hablando de Finlandia. Debería ocurrir esto en todos lados», señala un docente de España en tono crítico respecto a la educación que, dice, «no consigue» tener su país.

El comentario no se distancia demasiado de los de otros expresados desde Panamá, Perú, Ecuador y Argentina, sobre la película que circula por las redes a través de Youtube.

Los alumnos finlandeses tienen la jornada y año más cortos del mundo occidental, no llevan prácticamente tarea para el hogar, y casi no tienen que responder exámenes sobre la currícula, afirma el material de Moore. Basan su pedagogía en la toma de decisiones, la autonomía y la búsqueda de la felicidad a través de la experiencia con un alto grado de libertad, conducidos por un docente que potencia el conocimiento.

Operativos de evaluación

Evaluaciones como las PISA deberían ser parte de «ese intercambio vital que se da en aula», opinó la investigadora y profesora de Didáctica de la Matemática, Patricia Sadovsky. No hay «nada más lejos de eso que las pruebas silenciosas e individuales, con carácter punitivo, de los operativos de evaluación», afirmó Sadovsky.

Mientras que para muchos países son un «modelo a seguir», para Finlandia, que ocupa un alto puesto en el ránking, las pruebas estandarizadas no representan más que una estadística y, por esa razón, intenta que “no impacte en los objetivos educativos que se propone”, dicen los docentes en el documental de Michael Moore.

Fuente: http://losandes.com.ar/article/finlandia-un-modelo-que-busca-lo-vital-del-conocimiento

Imagen: losandes.com.ar/files/image/16/09/image57ccd86c76e3c5.35822667.JPG

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“Los colegios no pueden matar la curiosidad”: Mike Thiurman

Entrevista/06 de septiembre/Fuente: elespectador

El académico está de paso por Colombia para compartir la experiencia de ese país, uno de los modelos educativos más exitosos del mundo. Asegura que algunas claves están en “cuidar” a los profesores con salarios altos y fomentar la creatividad entre los estudiantes.

Singapur es un país pequeño y densamente poblado, donde habitan 5,3 millones de personas en 700.000 km². Desde su independencia de Malasia en 1965 quiso ser una economía robusta y hoy es reconocido por tener uno de los mejores sistemas educativos del mundo, pues ocupa las primeras cinco posiciones en las pruebas Pisa.

Mike Thiurman es el presidente actual del Sindicato de Maestros de Singapur (STU, por sus siglas en inglés) y llegó a Colombia para participar en el III Congreso de Gestión para la Transformación y la Innovación Educativa, organizado por la editorial Santillana que concluirá el sábado.

Thiurman tiene más de 15 años de experiencia en investigación educativa, y en su conversación con El Espectador aseguró que le apostaron a la educación por necesidad. “En mi país no hay recursos naturales, petróleo o nada para cultivar, sólo teníamos humanos. ¿Cómo cambiamos la mentalidad de la gente y transformamos la economía? Con la educación. No teníamos otra opción”, sostuvo.

¿Cómo puede Colombia aprender de la experiencia de su país?

Ya había conocido a la ministra Gina Parody en Singapur, y ella quería entender qué era lo bueno de nuestro sistema, qué funcionaba en nuestro país y qué podía adaptarse al contexto colombiano. Hay una agenda nacional, pero también una agenda global de herramientas universales que están cobrando mucha importancia. Cosas como la comunicación, la colaboración, el pensamiento crítico, la creatividad y ser capaces de adaptarnos y relacionarnos con los otros. Crear conexiones no solamente en términos de relaciones interpersonales, sino ser capaces de entender la perspectiva de los otros.

¿Qué hizo Singapur para estar en los primeros lugares de la educación mundial?

En nuestras mentes, el cambio era la única constante. Éramos una colonia británica, parte de Malasia, invadidos por Japón. Vimos que nuestra economía se transformó y vimos el mundo de afuera que se aceleraba. Si no cambiábamos, perdíamos. En la década de los 60, después de la independencia, empezamos a transformar cosas. Por ejemplo, hoy casi el 100 % de los colegios son públicos.

¿Qué dificultades se encontraron en ese camino de transformación?

Singapur es una sociedad multiétnica, multirracial, multicultural y multirreligiosa, y teníamos que unificar al país porque había colegios chinos, católicos, islámicos. Fue un viaje largo que nos tomó 12 años. No tenemos recursos naturales, no hay gas, no hay minerales, no hay petróleo, nada para cultivar, sólo tenemos humanos. ¿Cómo cambiamos la mentalidad de la gente y cómo transformamos la economía? Con la educación. No teníamos otra opción.

¿Y fue un cambio traumático para los profesores y estudiantes?

Tradicionalmente, los profesores hacen las charlas, procesan la información, parecen ser más inteligentes cada año, y los estudiantes se sientan y escuchan. Eso es algo difícil para los profesores, porque se sumergen en el currículo. “Tenemos muchas cosas que hacer, no hay tiempo para otras cosas”, dicen.

Entonces, ¿el currículo pasó a ser algo secundario?

Debemos entender que el currículo no enseña, la tecnología no enseña, sólo los profesores enseñan. Si los profesores no pueden motivar e inspirar a los estudiantes, van a fracasar. Nuestro foco es que se integre el currículo con las habilidades de los estudiantes.

En América Latina han surgido pequeños brotes de modelos alternativos de educación, pero no hay una posición unificada. ¿Es necesaria?

No podemos ser una educación centrada en el profesor, ni en el currículo, ni en la tecnología, sino en el estudiante. Hay que contestar la pregunta de qué necesita el estudiante cuando se gradúe del colegio. No necesita conocimiento per se, sino poder desenvolverse en el mundo.

Y, en la práctica, ¿cómo se desenvuelve el estudiante?

Los profesores pueden orquestar y facilitar cosas, y otras veces enseñar contenido. Pero deben lograr que los estudiantes hablen, discutan, piensen y compartan ideas. Eso significa hacer que el aprendizaje sea una actividad social.

¿A qué se refiere con actividad social?

Hacer que la educación sea una empresa social. Si nuestros profesores son de mente abierta, los estudiantes serán de mente abierta. Si los profesores desarrollan el pensamiento crítico, los estudiantes también lo harán.

¿Qué debe suceder en un salón de clase para hacer realidad esas nuevas habilidades?

Muchos profesores, por desgracia, sólo tienen una herramienta a la mano que, supongamos, es el martillo. Deben nutrir su caja de herramientas porque no pueden atornillar con el martillo y serrar con el martillo. Deben hacerlo con el destornillador y con el serrucho. Deben utilizar cada herramienta para cada propósito. Necesitamos dotar a los maestros de un conjunto de habilidades.

Para usted, ¿cuál es la habilidad más importante que deben desarrollar los niños?

El pensamiento crítico, que quiere decir preguntarse por qué. Eso se traduce en curiosidad. Los colegios mataron por mucho tiempo la curiosidad y la creatividad. Pero ahora la necesitamos. Dejen que los niños pregunten y no que obtengan respuestas.

¿Cuál es el objetivo del Sindicato de Maestros de Singapur (STU)?

La educación tiene que ser la prioridad número uno de cualquier nación. Por eso la organización busca proteger la educación y cuidar a los profesores.

¿Cómo los cuida?

Con condiciones dignas, valorando su trabajo, creando la atmósfera de profesionales competentes, y un punto clave: el salario.

¿Cuánto ganan los profesores en Singapur?

Están entre los tres mejores pagos del país y se dividen por categorías. En dólares, un profesor nuevo, recién graduado, puede ganar US$2.500 de básico. Si sus responsabilidades aumentan y acumula más estudios, gana más. Y un rector de un colegio, que ha alcanzado los cinco o seis niveles, gana como un subdirector de un ministerio, que es mucho dinero. Pero tiene que probarlo.

Es muy tentador ser un profesor.

¡Mucho! Y también muy difícil. De 100 que se presentan elegimos a los 30 mejores.

Singapur ocupa las primeras cinco posiciones de la pruebas Pisa y Colombia está en los últimos lugares. ¿Qué hace falta para superar esa brecha?

Tenemos que tener en cuenta términos de comparaciones. Shanghái está entre los primeros y es sólo una ciudad de China, y Singapur debería ser comparado con Bogotá, porque la población de nuestro país es mucho menor. Sin embargo, aun así existiría la brecha. Lo más importante es trazarse metas para saber hacia dónde queremos llegar.

Hace poco este medio publicó una noticia que decía que somos obsesivos con los ránquines.

Los ránquines son importantes si significan algo para nosotros. Somos felices con nuestro ranquin de Pisa porque son las habilidades que queremos desarrollar. Pero si fueran otras habilidades, no nos importaría estar en el primer lugar.

Colombia está pasando por un momento de construcción de paz. ¿Cuál es la función de la educación?

La educación es un facilitador del proceso de paz. La educación permite adaptarse, perdonar, abrir la mente y seguir adelante. Aquí es necesario hacer un currículo de la paz, porque necesitamos guiar a los profesores en estos nuevos procesos.

Fuente: http://www.elespectador.com/noticias/educacion/los-colegios-no-pueden-matar-curiosidad-mike-thiurman-articulo-652473

Imagen:www.elespectador.com/files/imagecache/560_width_display/imported/bac8ab632eecb230984160b412fe5281_1472761445.jpg

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Liceales uruguayos tienen casi cinco años de retraso educativo

América del Sur/Uruguay/28 de Agosto de 2016/Fuente: El País

Los liceales uruguayos tienen un retraso en su nivel educativo de cinco años con respecto a los alumnos de Shanghai o Singapur, que son los mejores del mundo de acuerdo a las pruebas PISA. Con respecto al promedio de la OCDE, la diferencia de escolaridad es de dos años.

Un reciente estudio sobre la educación en América Latina, señala que en base a los resultados de las últimas pruebas PISA (2012), hay un año de escolaridad cada 41 puntos de diferencia entre un país y otro. «La diferencia entre el puntaje de los países de América Latina y el de Shanghai, China (el líder del ranking), equivale a cinco años de escolaridad. En efecto, en Pisa 2012 todos los países latinoamericanos se desempeñaron entre los veinte con los peores resultados en matemática, lectura y ciencia, de los 65 que participaron en la prueba», sostiene el trabajo.

Los alumnos chinos de Shanghai obtuvieron 613 puntos, mientras que los liceales uruguayos alcanzaron un promedio de 409 puntos. Esto hace 204 puntos de diferencia, equivalentes a casi cinco años de escolaridad. Es decir, un alumno uruguayo de 17 años alcanza un nivel de aprendizaje equivalente al de un estudiante chino de 12.

«Las pruebas internacionales revelan que América Latina se está quedando atrás», sostiene el informe Construyendo una educación de calidad: un pacto con el futuro de América Latina, de la organización Diálogo Interamericano, presentado esta semana en la sede argentina de Organización de Estados Iberoamericanos.

El documento está firmado por los expresidentes Ricardo Lagos (Chile) y Ernesto Zedillo (México), y exministros de Educación o actores relevante del área.

«En matemática, por ejemplo, el alumno promedio de la región está más de dos años de escolaridad detrás del alumno promedio de la OCDE», especifica el documento.

También revela que en cada país hay más de dos años de diferencia de escolaridad entre los alumnos más pobres y los más ricos. Por ejemplo, en el caso de Uruguay, la brecha es de 2,6 años de escolaridad a favor del 25% más rico de los alumnos que participaron de las Pruebas Pisa.

Por otra parte, en un país promedio de la OCDE el 12% de los estudiantes alcanza los niveles más altos de desempeño de la prueba, que implican el uso de pensamiento crítico y evidencia en ciencias, matemática y lectura, mientras que en Chile y Uruguay (los países con mejor desempeño en la región) menos del 2% alcanza esos niveles destacados.

Debate.

El documento que supera las 200 páginas, propone alternativas para mejorar el rendimiento educativo de la región. Considera que los sistemas educativos en América Latina «se enfocaron principalmente en el conocimiento académico, que otorga más importancia al dominio de los contenidos que a cómo se procesa e integra ese conocimiento adquirido».

Explica que para potenciar competencias cognitivas no tradicionales, los sistemas educativos deben poner el foco en los procesos del pensamiento en contraste con los productos del pensamiento.

«El aprendizaje basado en la realización de proyectos y la resolución de problemas sobre materiales nuevos y complejos puede fomentar el desarrollo de estas competencias», indica.

A modo de ejemplo detalla casos en Singapur y Japón, que son los países con los mejores puntajes promedio en la sección de resolución de problemas en PISA.

«En Singapur, tanto el currículo como las evaluaciones se revisaron en 1997 para darle mayor importancia a habilidades de pensamiento de orden superior y resolución de problemas. La incorporación de estas habilidades se lleva a cabo de forma independiente en cada una de las disciplinas (ciencias, ciencias sociales y matemática)», explica.

Por ejemplo, el currículo de ciencias se basa en la investigación científica, lo que permite que los estudiantes se involucren con un problema científico, recolecten e interpreten evidencia y hagan inferencias. En ciencias sociales, se busca perseguir una mentalidad de cuestionamiento, que involucra la revisión de evidencia para fundamentar puntos de vista, mientras que en matemática se pide a los estudiantes aplicar modelos matemáticos a situaciones reales.

En Japón, en tanto, se llevó a cabo una reforma curricular en la década de 1990 para reducir el contenido curricular y abrir más espacio para profundizar en el aprendizaje. En esta reforma se implementó un nuevo curso llamado Aprendizaje integrado, basado en proyectos para entender problemas complejos, como el bienestar social, la salud, los problemas ambientales o internacionales. Este curso busca que la experimentación y la observación permitan que los estudiantes descubran múltiples soluciones a problemas con distintas aristas.

Evaluación.

El trabajo observa que «en general las evaluaciones internacionales proporcionan gran cantidad de información que no se utiliza lo suficiente» y destaca que los datos pueden ser muy útiles para realizar análisis profundos de los factores contextuales que explican los resultados, o para comparar con rigor el desempeño de un país con el de los sistemas educativos de todo el mundo. Esta información es muy útil a la hora de diseñar e implementar reformas de política o mejoras específicas en los sistemas educativos».

El documento destaca que en Uruguay se haya creado el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), lo que entiende en el marco de un «afianzamiento muy evidente en los sistemas de evaluación educativa de América Latina en la última década».

Fuente: http://www.elpais.com.uy/informacion/liceales-uruguayos-casi-cinco-anos.html

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¿Por qué los niños chinos ganan las competiciones educativas?

China/2 de agosto de 2016/Fuente: el mundo

Hace unos días supimos que Estados Unidos había ganado de nuevo la Olimpiada Internacional de Matemáticas, en cambio cuando miramos la foto vemos varios niños con rasgos asiáticos, y si observamos el podio observamos que entre los 10 primeros están Corea del Sur, China, Corea del Norte, Singapur, Japón y Taiwán. Fijémonos entonces en qué podemos aprender de los niños chinos, antes que de los estadounidenses.

Equipo británico de 2015, que este año ha hecho un gran papel.

La tendencia en las últimas pruebas de rendimiento académico entre países de la OCDE, mostraban la misma tendencia.Asia encabezaba el último estudio PISA. Sanghái-China y Singapur ocuparon los primeros puestos en matemáticas, y los alumnos de Sanghái han registrado una puntuación equivalente a casi tres años de escolarización más que la mayoría de los países de la OCDE. Hong Kong, Taipéi, Corea, Macao y Japón también se encontraban en el grupo de países con mejores resultados.

La OCDE en sus informes advertía la importancia de mirar qué pasaba en esos países para comprender la razón de sus resultados educativos. Principalmente coinciden en tres características: el hincapié en la selección y formación y autonomía del profesorado, el establecimiento de objetivos explícitos y concretos del currículum (más que fijarse en la organización de los espacios o en la ratio alumno-profesor) y las altas expectativas de los padres en sus hijos.

No somos los primeros en advertir que la cultura asiática es un caso de estudio importante ahora mismo en educación. El profesor John Jerrim, del Instituto de Educación de Londres, nos visitó en Madrid a finales del pasado año para responder por qué los niños chinos son tan inteligentes.Veamos si lo que dice nos ayuda a entender por qué destacan en PISA y en las Olimpiadas Internacionales de Matemáticas. Su dilema fundamental (y el nuestro) es si el desarrollo y resultados académicos de estos niños se explican por los efectos del sistema educativo o de la cultura, es decir, del ambiente que respiran en casa.

El profesor Jerrim desgranó está gran pregunta en 5 más concretas:

1. ¿Es algo novedoso que los niños chinos puntúen tan alto en PISA?

2. ¿Las buenas puntuaciones se deben más al sistema educativo o a la cultura asiática?

3. ¿Es por tanto Sanghái el mejor sistema educativo del mundo? ¿O es de nuevo la cultura asiática lo que marca la diferencia?

4. ¿Tienen mejores resultados porque simplemente son más inteligentes, independientemente de los efectos del ambiente?

5. ¿Sufren los niños chinos consecuencias negativas? ¿Son infelices por estar orientados al estudio y a la cultura del esfuerzo más que otros?

Para responder a estas preguntas, el John Jerrim tiró de archivo, y comprobó si había evolucionado el rendimiento de los niños chinos a lo largo de los años, en 1964 (FIMS), en 1981 (SIMSS) y en 2011 (TIMSS). Ahí observó que los chinos niños han rendido igual de bien desde los años 60.

Para comprobar si los sobresalientes resultados de los niños chinos se debían a la cultura o al sistema educativo, hizo una investigación empírica, tomando los resultados de los niños de padres chinos que habían nacido y asistido a la escuela en Reino Unido durante toda la etapa escolar. Así podría aislar el efecto el sistema educativo. Los resultados fueron increíbles. Los alumnos ingleses, de padres asiáticos, rinden igual de bien que los niños nacidos y escolarizados en chino con padres asiáticos. De esta manera, el profesor Jerrim concluye que lo que más influye es la cultura, y lo que menos (casi nada) el sistema educativo.

Además, a través de estudios cualitativos se medía la satisfacción emocional de estos niños asiáticos, conduciendo a afirmar que los niños chinos no son menos felices que los que rinden menos, es decir, que los «tiger parents», no impactan negativamente en la percepción de felicidad de sus hijos, y harían bien exigiéndoles más esfuerzo.

De esta manera, John Jerrim sacaba dos principales conclusiones: PISA y las Olimpiadas podría estar evaluando más bien la cultura educativa que los sistemas educativos, y apuntaba que no sería lógico fijarnos simplemente en transportar a España otras estructuras de otros sistemas educativos.

Por otro lado, se midió también el nivel educativo con el que entran los alumnos asiáticos y con el que salen. Y los resultados demuestran que el progreso de los niños asiáticos es mucho menor que el de los niños españoles. Es decir, los niños españoles avanzan más que los chinos en el mismo periodo de tiempo, aunque los asiáticos al final rinden mejor, aunque avancen menos, debido a que comienzan en una posición de salida de mayor ventaja.

En este momento el profesor Jerrim se está centrando en definir detalladamente cuáles son los factores de la cultura que impactan en el rendimiento escolar de los niños. Pero las expectativas de los padres sobre sus hijos y la cultura del esfuerzo fueron los dos factores que resalta a día de hoy.

Resumiendo, para próximos debates sobre los sistemas educativos asiáticos, tomaremos como puntos de partida las siguientes 5 evidencias:

1. El alto rendimiento educativo de los niños asiáticos no es algo nuevo.

2. La cultura asiática juega un importante rol en el logro académico.

3. PISA y las Olimpiadas hablan más de la cultura que del sistema educativo.

4. La cuestión no va sobre inteligencia, sino sobre el punto de partida y la cultura.

5. Hay menos evidencias empíricas sobre la infelicidad de los niños asiáticos que lo que podríamos pensar.

El Mastery Approach, que se lleva implantando en Asia desde hace años, y que ahora Reino Unido ha importado, podría empezar a dar un peso distinto al efecto del sistema educativo, compensando las diferencias del ambiente familiar. Pero de eso os hablaremos en otra entrada.

Fuente:http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/mejoreducados/2016/07/31/por-que-los-ninos-chinos-ganan-las.html

Imagen: http://www.minedu.gob.pe/fotosmed/portada/hoylleganalimaescolaresganadoresdeolimpiadasinternacionaldematematia2015180715.jpg

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