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15 frases de Jean Piaget que todo docente debería conocer

Colombia / 14 de octubre de 2018 / Autor: Camila Londoño / Fuente: Elige Educar

“Lo que vemos cambia lo que sabemos. Lo que conocemos, cambia lo que vemos”. Esta es una de las frases que el célebre padre de la epistemología dijo a lo largo de su vida, inspirando a muchos profesionales que trabajan bajo la mirada de su teoría.

En 1896 nació en Suiza quien más adelante sería considerado el padre de la epistemología genésica. Además de epistemólogo, Jean Piaget fue psicólogo, biólogo y sus aportes al estudio de la infancia, además de su teoría constructivista del desarrollo de la inteligencia, lo posicionaron como una de las figuras más importantes en el mundo de la teoría pedagógica. Piaget tuvo dos hijos, a quienes les hizo un seguimiento detallado de su crecimiento, hecho que lo llevó a desarrollar varios de sus estudios sobre psicología infantil, entre esos, la ya mencionada Teoría Cognoscitiva a partir de la cual plantearía que el desarrollo cognitivo es una construcción continua del ser humano, marcada por varias etapas, necesidades y acciones tomadas por un individuo. Para hablar de su teoría, Piaget divide dichas etapas en periodos de tiempo y define el momento y el tipo de habilidad intelectual que un niño desarrolla según la fase cognitiva en la que se encuentra. Estas etapas son: la Sensoriomotriz (0 a 2 años), la Preoperacional (2 a 7 años), la etapa de Operaciones concretas (7 a 12 años) y la de Operaciones Formales (12 años en adelante).

Otros factores que se enmarcan dentro de las teorías piagetianas son la base genética y los estímulos socioculturales como agentes de diferenciación entre un individuo y otro, esto quiere decir que ciertas experiencias y acciones hacen que un niño construya sus propios dispositivos personales, tanto afectivos como cognitivos, para enfrentarse al mundo y aprender a lo largo de toda su vida desarrollándose en cada etapa. Pero más allá de su teoría, lo que intentamos recalcar es que Piaget ha influenciado en los procesos que se llevan a cabo en la sala de clase y a muchos, tanto a psicólogos como pedagogos, que estudian el pensamiento de los niños, su transformación a lo largo de los procesos cognitivos y la diferencia de éstos en comparación con el de los adultos. Por esto y todos sus aportes al entendimiento del desarrollo cognitivo infantil, enumeramos algunas frases del célebre científico suizo para considerar en los procesos de enseñanza.

1. “La inteligencia es lo que usas cuando no sabes qué hacer”.


2. “Educación, para la mayoría de la gente, significa tratar de llevar al niño a parecerse al adulto típico de su sociedad… pero para mí, la educación significa hacer creadores”.


3. “Es con los niños con los que tenemos la mejor oportunidad de estudiar el desarrollo del conocimiento lógico, conocimiento matemático, el conocimiento físico, entre otras cosas”.


4.“Las funciones esenciales de la mente consisten en la comprensión y en la invención, es decir, en la construcción de estructuras mediante la estructuración de la realidad”.

5. “Los niños tienen una comprensión real de lo que sólo inventan para sí mismos, y cada vez que tratamos de enseñarles algo demasiado rápido, nosotros les impedimos reinventarse a ellos mismos”.


6. “Comprender es inventar”.


7. “El segundo objetivo de la educación es formar mentes que puede ser críticas, que puedan verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece. El gran peligro de hoy son los lemas, opiniones colectivas, las tendencias ya hechas de pensamiento. Tenemos que ser capaces de oponernos de forma individual, para criticar, para distinguir entre lo que está bien y lo de lo que no”.


8. “Soy un constructivista, porque constantemente construyo o ayudo a construir el conocimiento”.


9. “Un niño nunca dibuja lo que ve, dibuja su interpretación de ello. Dibuja lo que sabe de él”.


10. “El primer indicio claro en el desarrollo del conocimiento es la continua creatividad”.


11. “El número de construcciones mentales que hacen los niños a tan temprana edad nos deja estupefactos”.


12. “Hay muchas similitudes entre el desarrollo del conocimiento en un niño y el desarrollo del conocimiento en la ciencia”.


13. “Las investigaciones no pueden detenerse, siempre debemos estudiar cómo el entendimiento de un nuevo conocimiento abre la mente a nuevas posibilidades”.

14. “Lo que vemos cambia lo que sabemos. Lo que conocemos, cambia lo que vemos”.


 

15. “El conocimiento no puede ser una copia, ya que siempre es una relación entre sujeto y objeto”.

 

Fuente del Artículo:

http://www.eligeeducar.cl/15-frases-jean-piaget-docente-deberia-conocer

ove/mahv

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España: Nace la primera app anti bullying y acoso que obtiene pruebas legales en caso de juicio

España / 10 de septiembre de 2017 / Autor: S.F. / Fuente: ABC

Ha nacido Parental Click, la primera aplicación de control parental basada en la jurisprudencia del Tribunal Supremo y que, gracias a la mediación activa de los padres y el consentimiento del menor, permite obtener pruebas legales y legítimas en caso de proceso judicial. El objetivo principal de la aplicación es permitir a los padres llevar a cabo un control consentido de sus hijos en el día a día y prevenir de forma eficaz y legal los casos de acoso sexual, cibernético y bullying.

La aplicación ha sido creada por el abogado español Pedro Valle y cuenta con el soporte de los prestigiosos expertos en psicología infantil, adolescente y familiar Psiconueve y de la consultora tecnológica Grupo Hasten.

Tres de cada cinco casos que llegan a la sala de lo penal del Tribunal Supremo son por acoso a menores. Esto ocurre en muchas ocasiones porque las pruebas presentadas por la acusación no han sido obtenidas de forma legítima y legal, de modo que son desestimadas. Las consecuencias de esto es el alargamiento durante años del proceso judicial, recurso tras recurso, incluso reduciendo las posibilidades de obtener una sentencia favorable. «La buena intención y la necesidad de ayudar cuanto antes no implica un buen resultado, hay resquicios legales que pueden suponer un freno, incluso que el acusado quede impune», manifiesta Pedro Valle.

Hasta el momento, las únicas herramientas disponibles eran aplicaciones espía que incluían un sistema de filtrado de contenido. Estas aplicaciones han ayudado a muchos padres a conocer situaciones que perjudican a sus hijos, pero no ayudan de forma eficaz a resolverlo. En caso de detectar un hecho denunciable, los padres primero tendrán que justificar su actuación y mostrar cómo se ha obtenido esa información.

Parental Click está diseñada para que toda la información que obtengan los padres pueda constituir una prueba procesalmente legítima de los hechos ocurridos. En caso necesario, su acción judicial será más breve y con mayores garantías de éxito. Es decir, no vulnera los derechos del acusado, ni el derecho a la intimidad del menor o del secreto de las telecomunicaciones.

Una herramienta de defensa en caso de abuso o agresión para el menor y una herramienta de control honesto y transparente para los padres.

En caso de abuso o agresión, el menor cuenta con un recurso que puede activar en la app llamado «Botón del Fuerte». De esta manera, sólo con agitar el teléfono se activan los sistemas de geolocalización y grabación de imagen y sonido con la idea de obtener pruebas legítimas de lo ocurrido. La geolocalización permite identificar además el lugar exacto de los hechos, algo clave en un proceso judicial ya que «dependiendo de dónde ocurran los hechos, el coste de la indemnización tendrá que ser asumido según corresponda. Siempre que los niños estén bajo la responsabilidad de un profesional -colegio, actividades extraescolares, campamento…- éste será el responsable. Si ocurren en Internet o fuera del centro, son los padres del agresor el que lo asumiría» matiza Pedro Valle. «Esta indemnización puede alcanzar los 40 mil euros», añade.

Por su parte los padres obtienen una herramienta honesta y transparente de control en el día a día, ya que el menor está totalmente informado de la información a la que tienen acceso sus progenitores. Así podrán detectar si su hijo es víctima de abusos -incluso si es agresor– y si hace un uso responsable de la tecnología. Parental Click también ofrece a los progenitores ayuda profesional online, tanto de los expertos tecnológicos como del equipo de psicólogos, además de acceso a una comunidad donde los padres y madres pueden compartir sus experiencias.

«Actualmente en España, más de un millón de padres espían a sus hijos en Internet, pese a sentir que no están haciendo lo correcto. Desde Parental Click no queremos desarrollar un entorno donde controlar todo lo que hacen los hijos mediante una app, sino ayudar a los padres a anticiparse a un problema. Ayudarles a que puedan guiarles mejor para que desarrollen conductas responsables en su uso de la tecnología», señala Valle.

¿Cómo funciona Parental Click?

Parental Click es la herramienta de control parental que más información da a los padres de forma legal. La app está especialmente pensada para aquellos padres que confían en sus hijos pero no en lo desconocido y desconocidos de Internet, y que buscan contar con una herramienta que, al estar instalada de forma consensuada con su hijo, no vulnere esa relación de confianza pero que les ofrezca todas las garantías de seguridad.

Las funciones del sistema se pueden configurar de acuerdo a la madurez del menor y a los riesgos a los que pueda estar expuesto. Periódicamente, el equipo de psicólogos planteará al menor una serie de preguntas tipo test para valorar su reacción en situaciones de riesgo cotidianas.

Acorde a ello, los padres podrán activar todas o algunas de las funcionalidades de acceso que permite la aplicación, de las cuales siempre tendrá conocimiento el menor. Ante situaciones puntuales de alto riesgo, el padre podrá activar algunas en modo oculto a éste sin infringir por ello la ley.

Parental Click permite visualizar:

-Cada foto o vídeo que el menor realice o reciba, sean borrados o no, lo reciben sus padres.

Geolocalización con consentimiento previo del menor, en el caso de no recibir respuesta en 5 minutos, se activa la geolocalización inmediata.

Historial de navegación.

-Agenda y alerta de nuevos contactos añadidos.

-Historial y contenido de las llamadas.

-Contenido en sus redes sociales.

Apps descargadas.

«Nuestro objetivo es evitar que los menores accedan a contenido inapropiado, compartan datos personales o imágenes que les pueda perjudicar hoy o en el futuro. Queremos procurarles todas las ventajas de hacer un uso constructivo y responsable de la tecnología y acompañarles mientras aprenden a identificar y a reaccionar ante los peligros. También vamos a proporcionar pruebas procesalmente legítimas de los hechos ocurridos, obtenidas respetando los derechos fundamentales de las partes implicadas para que, llegado caso, puedan ser presentadas en un juicio e incrementar las posibilidades de éxito y reducir los tiempos procesales», indica su fundador. «Para el día a día, el resultado inmediato que se consigue con el uso de la app es que los menores recapaciten antes de hacer nada en Internet: hablar con desconocidos, publicar fotos, comentarios, participar en juegos, bromas o concursos, hacer fotos de sus amigos, selfies… Si no quieren o pueden compartirlo con sus padres es un error crear ese contenido y muy peligroso compartirlo en redes», concluye Pedro Valle.

Fuente de la Noticia:

http://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-nace-primera-anti-bullying-y-acoso-obtiene-pruebas-legales-caso-juicio-201707191723_noticia.html

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Pequeños tiranos: Niños que dominan a sus padres

Por:

Solemos asociar la infancia con un estado de ingenuidad y sinceridad. Sin embargo, no siempre es así. El hecho de que los niños absorban la información del mundo como si fueran una esponja también significa que pueden aprender a mentir muy rápido y a manipular a los demás para obtener lo que desean.

En la mayoría de los casos no lo hacen de forma consciente, al menos no al inicio. Sin embargo, llega un punto en el que se dan cuenta de que ese comportamiento disruptivo les permite alcanzar ciertas cosas, por lo que este se vuelve cada vez más frecuente, hasta que se convierte en el patrón de comportamiento habitual.

Aún así, lo cierto es que se habla muy poco de los niños que dominan a sus padres, a pesar de que este problema ha cobrado fuerza en los últimos años, fundamentalmente debido a una educación extremadamente permisiva en la que los pequeños crecen sin reglas ni límites claros.

Los niños pueden asumir diferentes estilos para lograr ese control sobre los padres, es importante detectarlos a tiempo para ponerles freno antes de que se convierta en un problema mayor.

1. Acosador desafiante

¿Tu hijo siempre se opone a ti?
¿A menudo intenta ponerte una zancadilla?
¿A veces te asustan sus ataques de ira?
Estos niños muestran una actitud profundamente desafiante ante sus padres. Su principal herramienta es llevarles la contraria en todo. Si les dicen que pueden irse, dirán que prefieren quedarse, y si les pides que se queden, se irán.
Normalmente se trata de niños impulsivos, impacientes y desafiantes que pretenden vivir según sus propias reglas, obviando las normas de los adultos. De hecho, estos niños rechazan los intentos de los padres de ponerle coto a sus conductas disruptivas. Cuando la educación corre a cargo de un solo progenitor, normalmente la madre, estos niños pueden llegar a comportarse de forma muy agresiva, hasta que la situación llega a ser insostenible.
Estos pequeños también adoptan una actitud autosuficiente y, a primera vista, parecen tener una gran autoconfianza, aunque en realidad suele tratarse de una máscara para esconder su miedo e inseguridad. Aún así, disfrutan de llevar la contraria, de generar discusiones y no se muestran dispuestos a dar su brazo a torcer. Para ellos, tener la razón es más importante que respetar a los demás o llevarse bien con los otros.
Buenas y malas noticias
Ser desafiante no es necesariamente un rasgo problemático. Muchos artistas, inventores, diseñadores y pensadores tienen una vena desafiante. Estas personas se oponen a los convencionalismos y precisamente por eso logran desarrollar nuevas perspectivas y formas de pensar, utilizan ese rasgo como una fuerza creativa.
Los niños desafiantes tienen mucha energía que necesita ser enfocada y canalizada para que encuentre una salida positiva. De hecho, si los niños se muestran demasiado complacientes y dóciles, si siempre están de acuerdo con sus padres, significa que no han desarrollado ideas, opiniones y puntos de vista propios, lo cual no es positivo.
Sin embargo, no es menos cierto que encauzar esa energía desafiante suele ser difícil, sobre todo si no se ataja a tiempo ya que los hábitos instaurados son difíciles de romper. Por eso, en algunos casos esa actitud puede causar graves problemas en la familia.

¿Qué le sucede al niño desafiante?
En la base de esa actitud desafiante suele esconderse un niño que, por alguna razón, se siente poco reconocido o incluso infravalorado. Ese niño suele vivir con el temor de que los demás lo olviden, razón por la cual, busca la atención, aunque para ello tenga que recurrir a un comportamiento disruptivo.
Lo curioso es que a menudo los padres no se dan cuenta de lo vulnerable que son estos niños pues son maestros escondiendo sus inseguridades. Sin embargo, en última instancia, esta actitud desafiante es una forma de dependencia ya que, para sentirse completos, estos niños necesitan tener a una persona a quien desafiar. Estos niños solo se sienten fuertes cuando pueden luchar con alguien.
¿Qué ganan los niños desafiantes con esta actitud? El desafío es una barrera protectora contra la inseguridad que generan las relaciones interpersonales, les proporciona una identidad temporal con la que el niño se siente más seguro.

2. Acosador ansioso

¿Tu hijo siempre está nervioso?
¿Necesita que lo reconfortes y tranquilices continuamente?
¿Su discurso está lleno de angustia?
Los niños ansiosos son muy difíciles de manejar ya que lo mismo se aferran a sus padres en busca de apoyo que los rechazan. Por supuesto, es natural que los niños busquen en sus padres la validación de sus emociones, pero el niño ansioso va un paso más allá y llega a ser extremadamente agotador.
Los niños ansiosos no son capaces de calmarse, cuando se sienten amenazados o tienen miedo corren a sus padres en busca de protección. Sin embargo, una vez que ven satisfecha esa necesidad, rechazan esa relación. Ese ciclo de búsqueda/rechazo se repite constantemente, lo cual confunde a los padres.
En realidad, lo que sucede es que estos niños no quieren depender de sus padres, pero no son capaces de romper el cordón umbilical. Normalmente no son tan agresivos como los niños desafiantes, pero eso no significa que la relación sea menos intensa y agotadora desde el punto de vista emocional. En estos casos, los niños dominan a sus padres atándolos al rol de cuidadores eternos, pero les niegan el placer de sentirse retribuidos y amados plenamente.
Buenas y malas noticias
A diferencia de los niños desafiantes, que son extremadamente rebeldes, los niños ansiosos normalmente tienen demasiado miedo como para exponerse a situaciones peligrosas. De hecho, los padres a menudo tienen que motivarlos a salir de su habitación para que pasen tiempo con sus amigos.
Sin embargo, estos niños ansiosos tienen problemas para crecer y, si no se estimula la independencia y autonomía, seguirán siendo niños pequeños durante toda su vida, sufrirán el Síndrome de Peter Pan. El problema es que no están dispuestos a asumir riesgos y prefieren mantenerse en su zona de confort por lo que arrastran a sus padres a ella, limitando también su vida.
¿Qué le sucede al niño ansioso?
En algunos casos esa ansiedad puede ser un rasgo de su personalidad. De hecho, es probable que otras personas de su familia también padezcan ansiedad. Además, se debe tener en cuenta que la ansiedad y el miedo también se “contagian”, lo cual significa que puede ser un reflejo de uno de los padres.
En otros casos esa ansiedad puede estar causada por un evento traumático que el niño haya vivido, o puede deberse a inseguridades que en su momento no fueron debidamente abordadas y superadas. También puede ser el resultado de una educación sobreprotectora, que ha limitado las oportunidades del niño para poner a prueba su fuerza y destrezas, impidiéndole desarrollar la confianza necesaria.
En cualquier caso, eso no significa que el niño deba vivir con esa ansiedad y miedo durante toda su vida, estos problemas se solucionan dándole más responsabilidades y desarrollando su independencia y autonomía.

3. Acosador manipulador

¿Tu hijo miente a menudo?
¿Sabe cómo sacarle partido a tus miedos e inseguridades?
¿Te manipula diciendo que se hará daño o amenazándote con contar tus secretos?
Estos niños son muy buenos mentirosos, no dudan en falsear la verdad para evadir sus responsabilidades y lograr sus propósitos. Por otra parte, suelen tener una habilidad especial para descifrar las emociones de los demás y, obviamente, la utilizan a su favor.
Estos pequeños pueden inventar falsas enfermedades para no acudir al colegio y no dudan en usar el amor de los padres o su sentimiento de culpa si pueden sacar algún beneficio. Pueden recurrir a historias muy elaboradas que hacen leva en las emociones, y no dudarán en echar mano a la extorsión y el chantaje cuando las mentiras ya no funcionen.
Los niños manipuladores aprovechan las dudas y ansiedades de los padres para obtener lo que desean. Pueden recurrir a estrategias muy sutiles, como inspirar pena, pero también pueden mostrar su peor cara y llegar a la amenaza si ven peligrar sus planes.
Buenas y malas noticias
Los niños manipuladores tienen una capacidad especial para detectar las emociones de los demás, el problema es que la usan a su favor, sin tener en cuenta las necesidades y deseos de las personas. Sin embargo, bien encauzada, esta habilidad les permitiría desarrollar una gran Inteligencia Emocional, que es fundamental para tener éxito en la vida.
Sin embargo, los padres deben tener cuidado porque si no les ponen coto a tiempo a este tipo de comportamientos, quedarán en manos de sus hijos, les cederán el mando de la relación. Como resultado, estos pequeños pueden llegar a ser muy egocéntricos y demandantes, y nunca se darán por satisfechos.
 
¿Qué le sucede al niño manipulador?

Al contrario de la ansiedad, la manipulación es un comportamiento aprendido. Esto significa que quizá el niño ha aprendido a mentir, engañar y manipular de una persona cercana. En otros casos, el pequeño simplemente se ha percatado de que la manipulación funciona ya que los padres siempre ceden a sus demandas.

No obstante, en la base de estos comportamientos normalmente se encuentra un niño frágil que necesita reafirmarse. El niño manipulador no es más maduro, a pesar de la complejidad de las historias que crea y de cómo sabe halar los hilos de las emociones, sino todo lo contrario, es inmaduro porque es incapaz de asumir las consecuencias de sus acciones o de defender sus puntos de vista con argumentos razonables, por eso se ve obligado a usar la manipulación emocional.

¿La solución? Reglas claras y límites precisos

Un niño que recurre a estas estrategias, no es un niño feliz. Por eso, es importante que los padres sean conscientes de que las reglas y los límites no significan una restricción de la libertad infantil sino que son necesarias para que los niños sepan exactamente que se espera de ellos.

Las reglas y los límites se pueden entender como una especie de puntos cardinales que los niños utilizan para orientar su comportamiento. Cuando no hay normas o son muy laxas, aumentan las probabilidades de que los pequeños desarrollen conductas disruptivas y terminen creando problemas en la familia. La disciplina y el amor no son antónimos, se puede disciplinar con amor.

Fuente: http://www.rinconpsicologia.com/2016/09/pequenos-tiranos-ninos-que-acosan-sus.html

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El que inventa, experimenta

Por Rafael Fenoy Rico

Se encontraba un abuelo empeñado en contarle a su nieto de 5 años una de las numerosísimas fábulas que tienen como protagonistas a gatos y ratones, cuando acordándose de poder ilustrar una de ellas recurrió a una imagen del cuadro de PIETER BRUEGHEL (1525 – 1569), que lleva por título «PROVERBIOS FLAMENCOS» (1559). Quien conoce esta pintura se recrea en un abigarrado escenario, lleno de personajes, humanos y animales, así como objetos de todo tipo, con los que Pieter (llamado el viejo) representa no menos de 118 proverbios, sentencias o refranes.

He aquí que el abuelo se percata de la imagen del hombre, armado hasta los dientes y bien enfundado y defendido por su armadura, que pretende poner “el cascabel al gato”. Acción poco menos que imposible si de escapar al arañazo del felino se pretende.

Pues en esto andaba el yayo cuando, sentado junto al crio y abriendo el libro que mostraba el cuadro, comenzó a contar la fábula siguiente: “Dicen que había en una casa un colectivo de ratones al que un gato, muy ladino y sigiloso, no dejaba estar en paz. Hartos estaban, de estar hartos de quejarse, cuando uno de ellos, con gorrilla verde, anunció a sus semejantes, allí reunidos, el invento que se le había ocurrido. –He tenido una gran idea. Todos los roedores quedaron expectantes. –Para quedar prevenidos cuando llegue el felino, pongámosle un cascabel al gato. –¡Bien dicho!, exclamó uno de los roedores asistentes. Otro razonó de esta guisa: –De esta forma podremos comer el queso en la cocina, tranquila y ricamente, ya que el tintineo cascabelino anunciará sin duda la inminente presencia del malvado felino. Dijo otro con entusiasmo -¡Sí! ¡Si!, de esta forma podremos recoger, para nuestros nidos, hilos y telas de los armarios… Iba en aumento el consecuente regocijo de los presentes cuando atemperado fue por el ratón del “pero”. Que, como bien se sabe, siempre existe en todo grupo de roedores. – Pero, aunque el invento es genial, ¿Quién le pondrá el cascabel al gato?

Los presentes, algo serios, comenzaron a mirarse entre ellos buscando a quien esta peligrosa hazaña acometiera. Pues en estos casos, si uno no pretende hacer, mejor encontrar a otro que lo haga. Y todos, después de cierto titubeo, fijaron sus ojos en el ratón de la gorra verde que enunció el invento de poner al gato el cascabel. Pálido quedó el ratoncito gorriverde, al comprender que el grupo le encomendaba la peligrosísima tarea. Intentó esbozar una disculpa, pero inmediatamente, y a coro, el común de los presentes formuló el inapelable designio de la titánica tarea. En esto, y antes de que el abuelo siguiera con el relato, el infante, dando prueba de una innegable inteligencia, exclamó: – Abuelo “el que inventa, experimenta”, está claro que el de la gorra verde “se la queda”.

Quedó el abuelo sorprendido al ver como hasta un niño de 5 años había podido aprender, en su proceso de socialización, un axioma fraguado en una sociedad individualista. En la mente infantil se va instalando, consecuentemente, la idea de que los problemas colectivos no tienen soluciones individuales. Por eso se eternizan.

Fuente: http://www.noticiasdelavilla.net/noticias/133/rafael-fenoy-rico/23028/el-que-inventa-experimenta.aspx#sthash.irnklSOs.dpuf

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Qué debemos saber a la hora de poner límites a nuestros hijos

Por Observatorio FAROS Sant Joan de Déu

Educación y límites son dos palabras indisociables. Criar a los hijos con unos limites claros desde la primera infancia equivale a ofrecerles unas herramientas emocionales para toda la vida, ya que los ayudarán a formarse como personas centradas y respetuosas y les permitirá reconocer la autoridad -que no el autoritarismo- de los adultos.

Estas son algunas de las conclusiones a las que han llegado las expertas consultadas tras más de dos décadas de experiencia atendiendo a la pequeña infancia.

La psicóloga infantil Laia Delriu dirige la guardería Dintell de Barcelona, un centro con 40 años de vida especializado en niños de 0 a 3 años. Delriu, además, es madre de dos niñas, y afirma que «es necesario que los límites estén muy presentes desde el nacimiento para ayudar a formar la personalidad de los niños, y que sepan desde bien pequeños que las frustraciones existen: los límites deben ser muy claros desde pequeños «. La psicóloga reflexiona que la educación «tiene un papel clave en todo esto». «Hoy en día se vive un exceso de permisividad y sobreprotección de los hijos», explica Delriu, que advierte que hay que tener cuidado «porque todo lo que no se trabaja desde bien pequeños después trae consecuencias, y en algunos casos graves, como los trastornos de la personalidad «.

«Los límites que no se han trabajado en la infancia vuelven a brotar después en la adolescencia con fuerza, y es entonces cuando ya no estamos a tiempo«, advierte la experta, que explica que en ciertos casos se puede hablar de síndrome del niño emperador, es decir, de niños «tiranos que luego se volverán adolescentes agresivos». «Estos niños no han interiorizado los límites de manera clara, y les cuesta mucho aceptar normas.

Además, hay que añadir que son incapaces de asumir frutaciones. Se vuelven muy egoístas y poco empáticos. En el fondo, son niños que suelen ser muy dependientes «, señala. «No hay que tener miedo a decir no a los hijos. Hay padres que creen que los querrán menos o que la negativa les pasará factura «. Y es completamente al contrario.

Rutina y paciencia

La rutina y la paciencia son ingredientes básicos a la hora de preparar la maleta de los límites y las normas. La pedagoga y terapeuta familiar Cristina García, autora de la guía El método de la paciencia con hijos, publicado por Edúkame, reconoce: «Vivimos en una sociedad en la que la prisa y la exigencia nos acompañan en todas las situaciones de la vida. Queremos resultados inmediatos en la pareja, la profesión, la enfermedad y también con los hijos. La paciencia es una práctica que se ha de ir cultivando, pero tiene que salir de dentro de ti. Para ganar paciencia con nuestros hijos, el cambio debe venir primero de los padres y no al revés».

Reconoce que en la pequeña infancia necesitamos una dosis extra. «Especialmente a los 2-3 años, los niños no hacen fechorías para hacerte daño, sencillamente están explorando el mundo y forma parte del proceso evolutivo. No les etiquetes diciendo que son perezosos, desobedientes, lentos, desafiantes… El niño está creciendo y prueba los propios límites, y lo que necesita de los padres son pautas claras con seguridad, amor y constancia. Debemos acompañarlos en la frustración «.

García defiende los límites claros, pero advierte que los padres y los educadores deben adaptarse a las capacidades de la edad de la criatura y no deben perseguir la perfección. Lo ejemplifica: «Si pides a un niño de tres años que recoja los juguetes, no esperes que lo haga en cinco minutos y todo perfecto. Lo tienes que motivar, hacerlo como un juego, implicarte y dejarle un tiempo adaptado a sus capacidades». «Tener expectativas superiores a lo que los niños necesitan no solo lleva a perder la paciencia con facilidad, sino que genera mucha frustración y enfado», lamenta García.

Delriu detalla que los niños, desde bebés, comienzan a aprender los diferentes registros, qué pueden hacer con cada persona (con los abuelos, con los padres, con la maestra…). «Aprenden muy rápido y tienen una capacidad camaleónica para adaptarse. Por lo tanto, pueden aprender rápidamente donde hay un límite y que se debe respetar «.

Propone establecer las normas y los límites en los tres primeros años de vida de la criatura. «El adulto debe estar convencido y creer firmemente en ese límite. Si hay espacio para la duda, lo tambaleará. Hay que ser constantes y rutinarios en pautas de sueño, de comida… hasta que esa norma o límite quede interiorizada». Pero cuidado: «El exceso de rigidez también genera niños angustiados que no están preparados para los imprevistos o los cambios de planes, y eso tampoco es bueno». Hay que encontrar, pues, un equilibrio. «Hay que poner pocos límites, pero claros y concisos. Límites que difícilmente serán reversibles, aunque debe existir una cierta elasticidad, pero vale la pena ser firmes en algunos objetivos a trabajar «, aconseja.

Autonomía del pequeño

La psicóloga considera importante trabajar la autonomía desde pequeños. Es bueno que «adquieran responsabilidades y entiendan que las cosas tienen un esfuerzo. También que entiendan la diferencia entre un comportamiento adecuado, que debe ser porque sí, y un premio «.

Delriu y García coinciden en que no se debe premiar a los niños para acciones que tienen que hacer porque les toca, porque forman parte de la rutina familiar o educativa. «No se debe utilizar el chantaje para que hagan las cosas. Hay ciertas normas que deben cumplirse. Al igual que hay ciertos límites que no se pueden sobrepasar», argumentan ambas.

Para Delriu es «muy importante no darles lo que quieren y piden de manera inmediata». «De esta manera aprenderán a tolerar las frustraciones y controlar sus impulsos. Es necesario que el niño aprenda a esperar, a ser paciente. Hay que darles tiempo. Si ven un juguete que les gusta, no hay que comprarlo enseguida, sino esperar a una fecha señalada, que quede claro que se trata de un hecho extra», concluye.

Fuente: http://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/debemos-saber-hora-poner-limites-nuestros-hijos

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Uso y abuso de la tecnología, los beneficios se traducen en problemas cuando los niños las usan demasiado tiempo

Por Pilar Fonseca

Que para muchos padres y madres el uso que sus hijos le dan a la tecnología es una preocupación, no es una novedad ni nos resulta algo desconocido.

Nos preocupa, a algunos nos preocupa mucho y a la vista de los estudios que no dejan de publicarse sobre ello, tenemos motivos más que de sobra para estar preocupados sobre el efecto que el abuso de las tecnologías puede tener en nuestros hijos.

Efectos negativos cuando hablamos de abuso aunque también hay efectos positivos asociados a su uso, el término medio, el tiempo es el que debemos marcar nosotros como adultos responsables e informados que se supone que somos.

Hace solo unos días que la psicóloga infantil Rocío Juárez, especialista en el hospital Vithas Xanit Internacional, publicaba un estudio en el que quedaba claro que el abuso o uso excesivo por parte de los niños de las tecnologías puede ser un motivo que perjudique sus esferas vitales.

Entendemos por esferas vitales aspectos tan básicos de la vida de una persona, independientemente de su edad, como trastornos de sueño, fatiga mental, cambios de humor, agresividad, ira, irritabilidad, malestar, inadaptación o incluso síntomas de depresión, apatía ante actividades sociales y lúdicas e incluso trastornos alimenticios.

En algunos menores se aprecia el abandono de aspectos vitales como la higiene o incluso la propia alimentación debido a un consumo excesivo de tecnología.

Que veamos como nuestros hijos van al baño o a la cocina acompañados de algún dispositivo electrónico o que les veamos que piensan y hablan continuamente sobre este tipo de ocio o que apreciemos sentimientos de sincera euforia cuando se acerca la posibilidad de su uso, son síntomas que nos tienen que poner en alerta como padres ante esta situación.

La perspectiva es para preocuparse sobre todo porque como padres y madres, somos conscientes que durante las vacaciones, nuestros hijos van a pasar más tiempo de lo habitual delante de las pantallas porque el uso de las tecnologías en su tiempo de ocio, a la mayoría les entretiene más que cualquier otra opción.

Racionalizar y razonar

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Que sea lo que más les gusta no quiere decir que sea lo único que deban hacer durante las vacaciones.

Lo podemos trasladar a otros planos, por ejemplo puede que su comida favorita sea la pasta y no por ello comen pasta todos los días ¿no? pues con las tecnologías como forma de ocio deberíamos ser igual de conscientes y razonables que para eso nosotros somos los adultos responsables.

Las medidas de control son imprescindibles aunque tenemos que tener en cuenta que bajo el epígrafe de “tecnologías” englobamos demasiadas cosas que poco o nada tienen que ver entre sí. Desde los juegos online a través de la consola a las redes sociales como el whatsapp o Instagram, sí les entretienen pero no, no es lo mismo unas y otras.

No se trata de demonizar el uso de la tecnología como producto de ocio por parte de nuestros hijos, de hecho están también medidos los beneficios que produce su uso en los menores, como el desarrollo de la capacidad deductiva y de procesos cognitivos en los que se incrementa la rapidez en el razonamiento así como la motivación por el aprendizaje. Lo que tenemos que hacer es distinguir cuando ese uso pasa a convertirse en abuso y tomar medidas al respecto.

Tomar medidas

Ninos Tic

El diálogo y el razonamiento es fundamental pero en cualquier caso, la decisión tiene que ser nuestra.

  • Podemos hacer una tablilla con un registro del número de horas que nuestro hijo emplea cada día en el ocio tecnológico y tratar de analizar con él sus beneficios, sus perjuicios y las posibilidades de introducir nuevas propuestas.
  • Podemos planificar juntos el tiempo de uso a la semana tanto de la tecnología como de actividades alternativas de ocio y deportivas
  • Es imprescindible que les expliquemos qué se puede y qué no se puede hacer con los dispositivos, no se trata de dejarles a su libre albedrío sino de que ellos nos cuenten lo que quieren hacer y que nosotros les ayudemos, les informemos, les enseñemos como hacemos en otros ámbitos de su vida.
  • Es muy positivo para todos que los dispositivos no estén en la habitación de nuestros hijos sino en una zona común de la casa, visibles a todos para evitar el aislamiento que podría padecer el menor.

No, nadie dijo que esto de la educación fuera fácil pero tampoco es imposible…

Fuente: http://www.bebesymas.com/juegos-y-juguetes/uso-y-abuso-de-la-tecnologia-los-beneficios-se-traducen-en-problemas-cuando-los-ninos-las-usan-demasiado-tiempo

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La nueva «crianza distraída» o cuando miramos el móvil más que a nuestros hijos ¿a tí también te pasa?

España/ Autora: Pilar Fonseca

La imagen se repite más de lo que nos creemos o lo que es peor, más de lo que nos damos cuenta.

Niño o niña en el parque y su padre o su madre mirando atentamente el Smartphone “es un momento, nada más” o “puedo hacer las dos cosas a la vez” son las frases más oídas pero a esto los expertos lo están llamando ya “Crianza Distraída” o cuando miramos el móvil más que a nuestros hijos ¿a ti también te pasa esto?

Plazas, parques, centros comerciales, algunos incluso van caminando o conduciendo mientras van mirando su móvil. Se empiezan a denominar como “smombies” a esos transeúntes que caminan sin dejar de mirar su móvil.

De hecho, este comportamiento se ha generalizado hasta tal punto que ha empezado a ser un peligro para los propios usuarios y ciudades como Estocolmo, Amberes o Bruselas entre otras, han señalizado las vías o las zonas para que caminen esos adultos que consideran más importante dar un like que su propia seguridad al desplazarse.

Pero lo peor es que siendo como somos en general, adultos hiperconectados, esto está intoduciéndose en la crianza de nuestros propios hijos aunque parece que no nos estamos dando ni cuenta.

Nos preocupa el abuso que hacen nuestros hijos de las nuevas tecnologías, de los videojuegos de las tablets. Nos preocupa cuando ese abuso se traduce en problemas en el colegio, problemas de conducta o problemas para establecer relaciones sociales, nos preocupa porque vemos a veces que les aísla tanto de los amigos como de la familia pero no somos conscientes del uso que les damos nosotros a esas nuevas tecnologías a todos esos gadgets que nos acompañan y al final los niños están viendo adultos hiperconectados y esos adultos somos en demasiadas ocasiones sus propios padres.

La crianza de los padres distraídos

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Así han empezado ya a definirlo distintos expertos «crianza distraída» la de los padres y madres que estamos pero sin estar cuando pasamos un rato con nuestros hijos.

Porque se ha convertido en un hábito el estar pendiente casi de manera compulsiva de los avisos del móvil y este hábito o realmente este abuso, influye de forma negativa directa e indirectamente en la crianza de nuestros hijos.

Y nuestros hijos lo notan, son pequeños sí pero no son tontos y sienten que en esos momentos han perdido la conexión con sus padres por lo que seguro que antes o después y de un modo u otro van a manifestar su malestar cómo y cuándo puedan y siempre dentro de sus posibilidades dependiendo de su edad. Es fácil que sientan que físicamente sus padres están con ellos sí, pero están pendientes de otra cosa, ellos sienten que les importan menos como es lógico de entender.

Los padres somos referencia primaria de las conductas de nuestros hijos, somos su espejo, nuestro comportamiento les da pautas para desarrollar su propio comportamiento. Si ellos aprecian que de forma habitual suele haber “algo” más importante que ellos cuando estamos juntos, entenderán que ese “algo” también puede ser más importante que sus propios padres cuando tengan edad e incluso que sus propios hijos cuando ellos sean padres. Y ese “algo” ya sabemos que es en demasiadas ocasiones: el móvil, el smartphone.

El niño no sólo crece físicamente que eso es lo más evidente, también lo hace emocionalmente y para hacerlo de forma constructiva y positiva, necesita que papá y mamá estén presentes, no sólo físicamente sino también su mente, su pensamiento, su atención, cuando están juntos.

Cuando son más pequeños necesitan jugar con sus adultos de referencia, sus modelos, sus padres y cuando van creciendo necesitan desarrollar una relación que les permita conversar con ellos y ninguna de ambas opciones: jugar o conversar con nuestros hijos, es compatible con que nuestra atención se la demos a lo que nos demanda nuestro teléfono móvil.

Reflexionar y Actuar

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Podríamos empezar por respondernos sinceramente a algunas preguntas:

  • ¿Por qué me cuesta tanto desconectarme?
  • ¿Dónde está sucediendo lo que de verdad importa en mi vida en este momento?
  • ¿Es tan urgente y tan importante lo que tienen que contarme a través del móvil como para que no puedan esperar?
  • ¿Estoy utilizando el móvil como un escudo porque pienso que no sé relacionarme con mis hijos?

Sí, algunas cuestiones son complicadas y quizás por ello sean las más importantes para que las respondamos de manera valiente y sincera, sino sólo estamos perdiendo el tiempo… otra vez.

Una vez que hemos reflexionado como adultos, hemos echado cuentas del tiempo que el móvil le roba a nuestra relación con nuestros hijos y hemos llegado a la conclusión de que ese tiempo es excesivo y no está justificado al cien por cien, tenemos que tomar medidas al respecto.

Por ejemplo, medidas concretas como apagar los móviles durante el tiempo de las comidas o dejarlos en otra habitación, al menos.

Se sabe que el tiempo de la comida se empobrece de forma muy triste cuando los adultos están pendientes del móvil y se engañan con aquello de que “pueden estar en dos sitios a la vez”.

O medidas más drásticas, como establecer el tiempo para estar con nuestros hijos libre de tecnología para todos.

No podemos olvidarnos que el ejemplo siempre lo damos los padres y que con nuestro comportamiento no dejamos ni un minuto de educar a nuestros hijos.

Fuente: http://www.bebesymas.com/ser-padres/la-nueva-crianza-distraida-o-cuando-miramos-el-movil-mas-que-a-nuestros-hijos-a-ti-tambien-te-pasa

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