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Ni víctimas, ni vencidos

Ni víctimas, ni vencidos

Ollantay Itzamná

Las y los indigenistas (sean activistas o académicos), regularmente suelen asumir a las y los indígenas como víctimas y/o vencidos por los poderes hegemónicos. De allí proviene, en buena medida, su filantropismo “étnico”.

Al asumir y presentar a un indígena como víctima, irremediablemente se le anula su condición de sujeto. Y, al asumirlo como vencido se reifica  la condición de “arrodillado” y “anulado políticamente”. En estas dos presunciones de: “víctima” y “vencido” se asienta el culturalismo apolítico y estéril que evitó y evita procesos de emancipación de los pueblos.

Las y los indígenas conscientes, y en disputa constante por consolidar proyectos emancipatorios, no somos víctimas, somos sujetos. No estamos vencidos, fuimos derrotados, y las inconclusas historias aún no han terminado. Estos y otros dispositivos fecundos son los que nos mueven y mantienen perseverantes en nuestras apuestas libertarias.

La conciencia de ser sujetos (no víctimas) y derrotados circunstanciales (no vencidos) nos previene de la “resignación apolítica”, y es nuestro antídoto al culturalismo oportunista que convirtió a muchos de los nuestros en plañideros folclóricos.

¿Por qué indígenas optamos por el indigenismo y/o victimismo?

El indigenismo entre los indígenas surgió en simetría con el acceso indígena a la academia occidental. La academia hegemónica, en buena medida, hizo de los pocos indígenas con títulos, “profesionales fashion bien portados”. Y, para mantenerse en su nuevo estatus el indígena “ilustrado”, “intelectual”, necesariamente tenía que ser un “actor” apolítico.

Es decir, no desafiar al sistema. Debía y debe distraerse y distraer a los suyos con discursos sobre trajes, “lenguas”, folclor, rituales, etc., ¡Jamás meterse en política para acompañar postergados proyectos de liberación de los pueblos”.

Otro factor  para el florecimiento del indigenismo y el victimismo folclórico fue y es el financiamiento y becas de la cooperación internacional. Indígenas que ascendieron social y académicamente, en varios casos, fueron cooptados por los Estados criollos, y en la mayoría de los casos fueron empleados por la cooperación internacional y las ONG. Y estas entidades, por sus fuentes de financiamiento, y los intereses que representan, promueven una “ciudadanía” apolítica. Ni Evo Morales (caso Bolivia), ni Thelma Cabrera (caso Guatemala) provienen de  las constelaciones de la cooperación internacional.

El victimismo es tan letal como el racismo

El racismo es una construcción sociopolítica con la finalidad de anular la capacidad de acción emancipatoria a los y las subalternas. De la misma manera, el victimismo indígena anula la capacidad de resiliencia y acción política emancipatoria a los vencidos. En ese sentido, el racismo es al victimismo como el monoculturalismo es al muticulturalismo. Letales ambos.

Urge no distraernos con la victimización. El sistema racista y patriarcal no cambiará jamás si acaso nuestro horizonte de acción se reduce únicamente a la “incidencia política”. Debemos constituirnos en sujetos políticos para promover procesos de cambios estructurales a nivel de los estados y de las sociedades, incluso cuando esta apuesta ponga en peligro el confort que nos reditúa el culturalismo apolítico.

Ollantay Itzamná

Defensor latinoamericano de los Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos

https://ollantayitzamna.wordpress.com/

@JubenalQ

Autor: Ollantay Itzamná

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En Israel, una minoría etíope se enfrenta al racismo

Redacción: Clarín

La comunidad, que empezó a llegar al país en 1991, afirma que no recibe las mismas oportunidades que los demás.

l único recuerdo que Izra Ayalo, de 25 años, no puede sacudirse fue el momento en que el oficial le dijo a un comandante: “Mira esto”, y volvió a alzar el puño.

“Desde entonces he tenido un agujero en el corazón”, dijo.

Izra Ayalo dijo que fue arrestado 10 veces bajo cargos falsos. Cuatro de sus arrestos fueron eliminados (Jonas Opperskalski para The New York Times).

Izra Ayalo dijo que fue arrestado 10 veces bajo cargos falsos. Cuatro de sus arrestos fueron eliminados (Jonas Opperskalski para The New York Times).

No es el único. El fatal tiroteo policial contra un adolescente etíope-israelí desarmado el 30 de junio desencadenó protestas iracundas y a veces violentas en ciudades de todo Israel, obligando a una evaluación nacional de lo que es, a decir de los israelíes de raza negra, una historia de racismo endémico, sobre todo en lo que se refiere al trato por parte de la policía.

Los etíopes-israelíes, una pequeña minoría de 150.000 en un país de 9 millones de habitantes, dicen que esperan que el asesinato de Solomon Tekah, de 18 años, sea por fin su momento. La policía asesinó a al menos cuatro etíopes-israelíes desde 1997. Otros siete fueron registrados como suicidios o murieron después de encuentros con la policía. Nueve de los 11 tenían menos de 25 años.

“Todos tenemos historias como ésta”, dijo Ayalo, que trabaja en la ciudad de Netanya, donde está la mayor concentración de etíopes-israelíes del país. Dijo que sus antecedentes penales contenían 10 arrestos falsos, cuatro de los cuales han sido eliminados hasta ahora.

“Saben que no tenemos dinero para abogados”, dijo. “Saben que no podemos defendernos”.

En 2015, cuando dos oficiales fueron captados en vídeo golpeando a un joven soldado de origen etíope en un ataque sin provocación, el gobierno formó una comisión para erradicar el racismo. Encontró políticas y prácticas discriminatorias contra los etíopes-israelíes en la educación, la atención médica, el empleo y el Ejército, así como por parte de la policía. Se encontró que los etíopes eran acusados y encarcelados en proporciones mucho mayores que otros israelíes.

Cuando la ola más grande de unos 14.000 judíos etíopes llegó en 1991 en un transporte aéreo secreto, los israelíes se regocijaron y los inmigrantes besaron el piso. Pero la integración no fue fácil.

“La idea era que se desarrollarían mejor como comunidad”, dijo Isaac Herzog, un ex ministro de servicios sociales y bienestar que ahora preside la Agencia Judía, que se encarga de la inmigración. “Ese fue un error histórico”.

Según un estudio, sólo el 20 por ciento de los etíopes-israelíes que crecieron aquí tienen un título académico, en comparación con el 40 por ciento del resto de la población judía. El ingreso mensual de los hogares es casi un tercio más bajo que el promedio nacional.

“Es muy difícil para una persona negra tener las mismas oportunidades”, dijo Alamito Itzhak, de 32 años, de Netanya, quien dijo haber obtenido un certificado de maestra, pero trabaja como cajera en un supermercado. “A la gente le cuesta mucho verte como igual”.

Las autoridades dicen que ha habido avances. El ministerio de Justicia indicó que existe “una disminución en la vigilancia policial excesiva” y “una mejoría significativa en las interacciones de la policía con jóvenes etíopes-israelíes”.

En los años 80, cuando Zion Getahun era adolescente, caminó cientos de kilómetros desde Etiopía hasta Sudán, desde donde fue trasladado a Israel.

Había crecido escuchando el sueño de su abuela de llegar a Jerusalén. Llegar ahí fue “como tocar la luna”, dijo.

“¿Es éste el Israel con el que soñamos?”, añadió Getahun. “Es una pregunta que me hago”.

Fuente: https://www.clarin.com/new-york-times-international-weekly/israel-minoria-etiope-enfrenta-racismo_0_ONTYmTzcfc.html

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Angela Saini, autora de ‘Superior’: “Los racistas intentan presentar sus argumentos con ciencia para que su retórica funcione”

Redacción: SINC

La periodista de ciencia Angela Saini analiza en su nuevo libro Superior el resurgimiento de la ciencia racial y del racismo científico. Teme que esta ‘resurrección’ sea debida al auge de la ultraderecha y el nacionalismo, y considera que la raza es, ante todo, una cuestión de poder.

En 2017 la periodista de ciencia Angela Saini (Londres, 1980) publicó Inferioruna crítica al sexismo que ha afectado a la ciencia desde Darwin. Dos años más tarde la británica completa la serie con Superior, en el que analiza la ciencia (y pseudociencia) que ha estudiado las diferencias humanas y el racismo que las rodea.

Superior muestra el yin y el yang del estudio de las razas humanas. Por un lado, Saini habla con prestigiosos investigadores de la talla de Svante Pääbo, David Reich, Robert Plomin y Jonathan Marks. Por otro, se adentra en el lado oscuro de la academia, donde un círculo endogámico publica ideas del siglo anterior en revistas sin impacto y de sospechosa financiación.

Quedamos con Saini en una cafetería del centro de Londres, a escasos metros del Museo Británico con el que comienza Superior. La periodista teme que la ciencia racial esté aprovechando el resurgimiento de los nacionalismos y la ultraderecha para regresar de los rincones más tenebrosos del siglo XX. No es para menos: dos días antes de la entrevista la escritora había borrado sus perfiles en redes sociales, frustrada ante el acoso racista sufrido en Twitter. Precisamente esta semana volvía a tuitear desde su cuenta, agradecida por las denuncias de acoso de miles de usuarios.

“Páginas racistas y neonazis hablaron de mi libro. Reporté los insultos más atroces a Twitter, pero en la mayoría de casos no hicieron nada”

¿Ha sufrido más acoso que cuando publicó Inferior?

Sí, en parte porque era menos conocida entonces. Además, en Superior llamo por su nombre a neonazis, que se comunican entre ellos y estaban listos para atacar. Tienen una visión política muy fuerte. El sexismo aparece en todas las sociedades, pero el racismo tiene otro tinte político.

¿Por qué dejó Twitter?

En las últimas semanas páginas racistas y neonazis hablaron de mi libro. Reporté los insultos más atroces a Twitter, pero en la mayoría de casos no hicieron nada. También había comentarios sexistas, está siempre conectado. Me fui porque hay que darles el mensaje a estas empresas de que si se van a quedar sentadas permitiendo el acoso, entonces nos iremos.

¿Se refiere a Quillette? Lo digo porque además de hablar de su libro, han recibido críticas recientes por señalar a periodistas.

Me refiero a webs más oscuras, aunque hoy está todo mezclado. Es muy difícil saber dónde están las fronteras, mira quiénes comentan. ¡Son los mismos! La gente que habla de mí en 4chan es la misma que habla de mí en Quillette.

Final UK cover

Usted habla del “retorno de la ciencia racial”, en la misma línea que un artículo de The Guardian que advertía de su “resurrección”. ¿De verdad se había ido?

Su popularidad va y viene, según la política del momento. Ahora, con el ascenso de la ultraderecha y los nacionalismos, esta gente se ha vuelto poderosa e intenta proteger su visión del mundo. Algunos están muy bien educados e intentan encajar su racismo con lo que saben. Eso implica retorcer y manipular los hechos.

Su arrogancia intelectual les hace pensar que entienden cosas que a la ciencia mayoritaria se le escapan. Intentan presentar sus argumentos con ciencia para reforzar la idea de que somos diferentes y que su retórica funcione. Por eso ahora tiene una popularidad que quizá no tenía antes, aunque es verdad que nunca se fue.

Hubo gente que malinterpretó Inferior asegurando que usted negaba las diferencias entre hombres y mujeres. ¿Teme que pase algo parecido con Superior?

Se asume que soy algún tipo de negacionista de la raza, que digo que no hay variación entre humanos. ¡Por supuesto que la hay! No digo eso en absoluto, es una malinterpretación deliberada. Lo que planteo es que la variabilidad humana no casa bien con nuestra visión de las categorías raciales. Esto no es algo controvertido, lo afirman los científicos todos los días. Hay variaciones estadísticas entre las poblaciones; no profundas, sino sutiles y no muy significativas.

Entonces, ¿sí existen las razas?

La raza es un constructo social, lo que quiere decir que existe. Que algo sea cultural no implica que no exista. De hecho, tiene repercusiones biológicas, como las tiene el género, por la desigualdad. La esperanza de vida de los afroamericanos es inferior a la media; no es por genética, es porque la raza tiene poder en nuestra sociedad. Por eso se investiga como una entidad cultural. Como entidad biológica tiene mucho menos significado que las diferencias socioeconómicas y la dieta.

Me sorprendió el capítulo sobre la medicina racial. ¿No funciona?

“Decir que la ciencia está libre de ideología es cada vez menos sostenible, el estudio del comportamiento humano fue político desde el principio”

A mí también me sorprendió. En India hay una alta tasa de diabetes. Puede ser en parte por la genética, pero sobre todo se debe a que los ricos abusan de la mantequilla, la sal y el azúcar, y asocian vivir bien con el sedentarismo. ¡Así por supuesto que va a haber diabetes! Es fatalista pensar en estas cosas en términos raciales, pero lo hacemos porque resulta fácil.

Ya existen casos de personas a las que la ciencia ha dicho que no pertenecen a la raza con la que se han identificado toda la vida. ¿Veremos más casos conforme los test genéticos se popularicen aún más?

Sí, y conforme las sociedades se hagan más mixtas. Ya tenemos problemas para colocarnos en estas categorías ‘duras’, lo que muestra su arbitrariedad. En América ser negro significa algo muy diferente que en Sudáfrica, Australia, Reino Unido o India. Tienen un significado diferente según el lugar, siempre lo han tenido y siempre lo tendrán. Tenemos que aceptar que la raza es un constructo social.

En Superior conecta el racismo científico con Trump y el Brexit. ¿Se puede separar ciencia e ideología?

Decir que la ciencia está completamente libre de ideología es cada vez menos sostenible. Algunas disciplinas como la física teórica quizá [ríe], pero el estudio de los seres humanos y su comportamiento fue político desde el principio. Sugerir lo contrario es negar que tenemos sesgos. Cualquiera que estudie las diferencias humanas y diga “estoy libre de sesgos, soy completamente objetivo” se engaña a sí mismo. De hecho, hacen más daño, porque a menos que sean conscientes de sus prejuicios serán incapaces de controlarlos.

“Quien estudie las diferencias humanas y crea que está libre de sesgos se engaña a sí mismo”

¿Qué responsabilidad ha tenido la ciencia en la supervivencia del racismo científico?

Tu visión del mundo depende de las lentes con las que lo mires. Los humanos vivimos de formas muy diferentes y cambiantes. Al observar quiénes somos solo capturas una instantánea de ese momento y lugar, de ese grupo de gente y de su cultura. El estudio de la naturaleza humana intenta ver quiénes somos si quitamos todas las capas. Lo que yo argumento es que es imposible quitarlas todas, porque la cultura nos da forma desde el segundo en el que nacemos. No se pueden separar unas cosas de las otras.

Dice al final del libro que, en lo que respecta a las razas, “la historia tiene las respuestas, la ciencia no puede ayudar”. ¿No puede?

No podemos asumir que la raza tenga un significado biológico porque sabemos que no es verdad. No hay dudas sobre eso, la ciencia es clara. Uno de los argumentos que expongo en Superior es que los científicos necesitan conectar con las ciencias sociales para conseguir una imagen más completa de quiénes somos. No podemos estudiar a los seres humanos en el vacío. Podemos [investigar sobre las razas] si somos humildes, reconocemos nuestros sesgos y leemos las investigaciones en ciencias sociales.

Es imposible tratar este tema sin hablar de genes e inteligencia. Si hay diferencias poblacionales en cuestiones como la tolerancia a la lactosa, ¿por qué la inteligencia debería ser diferente?

Las diferencias entre grupos son estadísticas, no existen ‘genes de raza’. Además, si hablamos de tolerancia a la altitud, no significa que el resto de características de ese grupo sea también diferente. Por último, estas variaciones tienen que ver con la supervivencia, como la capacidad de aguantar la respiración. La inteligencia depende de miles de genes ¿Por qué estarían más concentrados en ciertos grupos? No hay evidencia genética ni evolutiva que lo sugiera. Da igual la sociedad en la que vivas: ser inteligente es beneficioso.

“Ya sea por razones de género, raza o clase, cuando se esgrimen ciertos argumentos genéticos siempre es para defender el poder”

Pero todavía hay gente que insiste en que los resultados de cociente intelectual (CI) difieren entre razas y culturas por motivos genéticos.

En primer lugar [los tests de CI] no son muy de fiar para medir la inteligencia. En segundo lugar, ¡tienen una carga cultural tan grande! No puedes coger a un grupo de gente que no ha crecido en la misma cultura ni tenido el mismo nivel de educación y luego compararlos con niños cuyas circunstancias son diferentes. Robert Plomin me lo dijo. Él, que defiende el hereditarianismo, no ve valor en esto ni sabe cómo hacerlo.

Existe un submundo bastante oscuro al margen de la academia que defiende, por ejemplo, que el ser humano está perdiendo inteligencia por culpa de los pobres y los inmigrantes. ¿Está todo conectado?

Durante cientos de años han defendido que en lo más profundo de nuestro interior somos diferentes. Lo interesante es que este debate no siempre ha sido con razas, sino con clases. Al comienzo de la historia de la eugenesia, se temía que los pobres fueran congénitamente incapaces y mentalmente débiles. Si no mejoraban a lo largo de las generaciones era porque pasaban su debilidad a sus hijos. Esto se aplica a los debates raciales, con la idea de que hay grupos que no cumplen los estándares genéticos del resto y que no deberían entrar en el país y reproducirse.

Por eso al final del libro llego a la conclusión de que todo esto trata sobre poder. Va de un grupo de gente que tiene poder diciéndole a otros que ellos no merecen tenerlo, que deberían ser controlados, que tienen menos derecho a vivir. Ya sea por razones de género, raza o clase, cuando se esgrimen estos argumentos genéticos siempre es para defender el poder.

Poder y también la necesidad de crear el mito de una nación. Usted relaciona el colonialismo con el origen del concepto moderno de raza. ¿Tenemos todavía esta mentalidad en países como Reino Unido y España?

La retórica paternalista de la civilización benevolente que cuida de otra más débil todavía se ve aquí con el Brexit, como resultado de lo mal que se ha enseñado la historia del imperio británico. ¿Asumimos que el final de la historia ya está escrito y no habrá otros ganadores en el futuro? Claro que los habrá, ya lo estamos viendo con países como China e India.

“Ser imparcial con el racismo es lo mismo que serlo con los negacionistas del cambio climático y los terraplanistas. ¿Por qué alimentar esa idea de que hay dos bandos opuestos y equivalentes?”

El orden mundial está cambiando y eso provoca inseguridad por perder un control que sentimos que se nos debe de forma natural. Y suponemos esto porque las ideas de superioridad e inferioridad han calado en el subconsciente. Puede que algún día haya museos en Singapur con artefactos europeos, como sucede con el Museo Británico. La arrogancia hace pensar a los constructores de imperios que el suyo durará para siempre.

En ese sentido, también critica los test de ancestros. ¿Aumentarán los nacionalismos su popularidad?

Ya hay gente que se los hace para reforzar su idea de quiénes son. En Israel los están usando para determinar si alguien es judío o no, imagina que esa tecnología hubiera existido en la década de 1930. Me parece muy oscuro que todos, no solo la extrema derecha, hayamos comprado esta idea que biologiza la raza de forma inapropiada y refuerza en nuestras mentes que debe haber genes raciales. En realidad, los test muestran con quién puedes estar relacionado vagamente, pero no encuentran ‘genes europeos’ o ‘genes asiáticos’ porque no existen.

En Superior señala la Ilustración, un periodo que muchos reivindican hoy, como origen del problema del racismo científico. ¿Por qué?

La Ilustración reforzó ideas políticas que ya estaban ahí y las endureció con ciencia. Pasó lo mismo con el colonialismo y los genocidios que vimos en el siglo XIX. ¿Habrían ocurrido sin la ciencia occidental? Probablemente, pero la ciencia dio fuerza a estas ideas y legitimidad a estos constructos raciales, que hizo parecer más rígidos de lo que eran antes.

“No hay una conspiración: si la ciencia racial tiene problemas para publicar su trabajo, se debe a que no es muy bueno”

Me divirtió leer que, hace 70 años, ya se hablaba de cómo la censura y la corrección política estaban dañando la ciencia por culpa de “irracionales negacionistas de la ciencia”. Quienes repiten eso hoy, ¿son tan novedosos como piensan?

Les gusta presentarse así. Lo que me fascinó fue ver qué inteligentes habían sido al manipular el discurso usando eufemismos, hablando de libertad de expresión, libertad académica y diversidad de opiniones, para acomodarse en el discurso mayoritario. Hoy universidades y medios los apoyan sin darse cuenta de que son los herederos intelectuales directos de la eugenesia nazi. Han cambiado su forma de hablar, pero dicen lo mismo. Los hemos dejado entrar y ahora hay políticos que usan la misma retórica de hace 70 años.

Me recuerda a los ‘debates’ entre evolucionistas y creacionistas, o entre médicos y homeópatas. ¡No hay punto intermedio entre ser racista y no serlo!

Acabo de hacer una entrevista en la BBC y, tras contar el racismo que he vivido online, el entrevistador me dijo “voy a poner mi imparcialidad a un lado y decir que eso es terrible”. Yo pensaba: “¿Cómo puedes ser imparcial con el racismo?”. Es lo mismo que con los negacionistas del cambio climático y los terraplanistas. ¿Por qué seguimos alimentando esta idea de que hay dos bandos opuestos y equivalentes? Nunca los hubo. Solo hay hechos que están bajo escrutinio y siempre deberían estarlo. El poder contra el que luchamos aquí es la ideología de extrema derecha, no la ciencia. Si no podemos reconocerlo, entonces les estamos facilitando el trabajo.

¿Es tan preocupante? Me da la impresión de que es un círculo endogámico, que publica en sus revistas sin impacto y carecen del respecto del resto del mundo académico.

Es un círculo rígido, pero en sus bordes hay profesores de universidad y políticos. El velo se está levantando sobre ellos, mucha gente ha investigado y les está resultando más difícil mantener las apariencias. Es estremecedor que haya revistas serias que permitan a esas gentes estar en sus comités editoriales. Por ejemplo, Gerhard Meisenberg y Richard Lynn estaban en el comité editorial de Intelligence y contacté con el editor de la revista, que lo defendió por motivos de libertad académica. Después de escribir un artículo en The Guardian, a finales de 2018 habían quitado a Meisenberg. Pero el problema no se ha solucionado, otros no han hecho nada.

“Los estereotipos culturales han dado un significado a las etiquetas y una vez le hemos puesto una a alguien, sentimos que ya sabemos algo sobre esa persona”

Hoy, como dice uno de los investigadores en Superior, ¿“miramos a la ciencia como una racionalización de las ideas políticas”?

La ciencia tiene un poder en la sociedad que nada más tiene. Se considera objetiva, racional y legítima. Si parece un hecho científico, entonces no puede ser racista. Es lo que los racistas dicen en internet: “a los hechos no les importan tus sentimientos”, ignorando que los hechos no están de su lado. Lo venden como si estuvieran reprimidos por una conspiración que intenta silenciarles, mientras que ellos defienden la buena ciencia y son como Galileo o Copérnico.

Es extraño que alguien compre este argumento y lo que me impresiona es que mucha gente lo hace. No tengo problemas con los hombres blancos, lo tengo con quienes aseguren que la ciencia está de su parte, cuando no lo está. No hay una conspiración: si la ciencia racial tiene problemas para publicar su trabajo, se debe a que no es muy bueno.

Al final, como ellos dicen, “a los hechos no les importan tus sentimientos”.

No, pero no podemos usar eso con ellos, ¿verdad? [ríe].

Parece que el ser humano que necesita pensar en categorías como razas o naciones. ¿Qué podemos hacer?

Yo intento tratar a cada persona como un individuo, porque más del 95 % de las diferencias entre personas son individuales. Es algo difícil, yo también tengo muchos sesgos y estereotipos, pero no se me ocurre otra forma de actuar. Los estereotipos culturales han dado un significado a las etiquetas: una vez le hemos puesto una a alguien, sentimos que ya sabemos algo sobre ese alguien. En lugar de ver a cada persona como crees que es, hay que darle la oportunidad de que muestre quién es de verdad.

Fuente: https://www.agenciasinc.es/Entrevistas/Los-racistas-intentan-presentar-sus-argumentos-con-ciencia-para-que-su-retorica-funcione

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Bolsonaro anuncia la suspensión de un concurso para transgéneros en una universidad

Redacción: Agencia EFE

El Ministerio de Educación de Brasil (MEC) intervino ante una universidad federal del país para que suspendiera un proceso de selectividad que reservaba 120 vacantes para personas transgénero e intersexuales, informó este martes el presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro.

El mandatario anunció en sus redes sociales que la Universidad de Integración Internacional de la Lusofonía Afro-Brasileña (Unilab) suspendió la convocatoria de manera «inmediata» después de una «intervención» de la cartera de Educación.

Unilab «lanzó una selectividad para candidatos TRANSEXUALES, TRAVESTIS, INTERSEXUALES y personas NO BINARIAS», escribió en mayúsculas el mandatario, quien añadió que, tras la «injerencia del MEC», la rectoría «se ha posicionado por la suspensión inmediata de la convocatoria y su posterior anulación».

En una nota, el Ministerio de Educación dijo que ha cuestionado «la legalidad del proceso selectivo» en Unilab a través de la Procuraduría General de la República porque la Ley de Acciones Afirmativas de Brasil -que busca ampliar la inclusión de grupos minoritarios en las universidades públicas- no «prevé plazas específicas para el público objetivo del citado certamen».

«La universidad no presentó un dictamen con base legal para la elaboración de una política afirmativa de cuotas, de acuerdo al edicto lanzado la pasada semana», afirmó la cartera.

En la convocatoria, la institución federal, creada en 2010, explica que el edicto fue lanzado para reemplazar 120 vacantes en diversas carreras que se produjeron ante el abandono de estudiantes que habían sido previamente seleccionados para dichas plazas.

El proceso selectivo estaría compuesto de dos etapas: la evaluación de un memorial con relatos de las historias de vida y expectativas de cada candidato y la composición de un escrito.

En el escrito, el tema podría ir desde la «representatividad de personas transgénero e intersexuales en las redes sociales» hasta «los desafíos de la familia contemporánea», pasando por las políticas de inclusión social en el mercado laboral, prácticas de combate al acoso escolar y la «identidad y empoderamiento social».

Según la Constitución brasileña, las universidades federales cuentan con autonomía «didáctica-científica, administrativa y de gestión financiera y patrimonial», es decir, tienen libertad para tomar decisiones independientes y no dependen del respaldo del presidente o de cualquier otro órgano público.

De acuerdo a un estudio publicado el pasado mayo por la Asociación Nacional de los Dirigentes de las Instituciones Federales de Enseñanza Superior (Andifes), tan solo un 0,2 % de los universitarios brasileños son transgénero.

Desde que asumió la Presidencia de Brasil el pasado 1 de enero, Bolsonaro, un polémico capitán de la reserva del Ejército debido a sus declaraciones consideradas homófobas, racistas y machistas, emprendió una cruzada contra las universidades públicas y el sistema educativo del país, que considera un embrión de la ideología de izquierdas.

Fuente: https://www.efe.com/efe/america/portada/bolsonaro-anuncia-la-suspension-de-un-concurso-para-transgeneros-en-una-universidad/20000064-4024426

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Estados Unidos: Trump insiste en que cuatro congresistas latinas y negras deben «irse» de EEUU

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, alimentó este viernes la polémica generada por los tuits en los que pidió «volver a su país» a cuatro congresistas demócratas latinas o negras y que son ciudadanas estadounidenses, al acusarlas de «racistas» e insistir en que deben «irse del país».

En medio de una fuerte controversia que ha generado nuevas acusaciones de racismo y supremacismo blanco contra Trump, el presidente redobló sus críticas a las legisladoras, que llegaron al Congreso este año y se han convertido en voces muy influyentes en el movimiento progresista en Estados Unidos.

«Si los demócratas quieren unirse en torno a las expresiones repugnantes y el odio racista que escupen las bocas y acciones de estas congresistas tan impopulares y que no representan (al pueblo), será interesante ver cómo les salen las cosas», escribió Trump en su cuenta oficial de Twitter.»Puedo decirles que ellas han hecho que Israel se sienta abandonado por los Estados Unidos», añadió.

En otro tuit, Trump preguntó: «¿Cuándo se disculparán las congresistas de la izquierda radical con nuestro país, el pueblo de Israel e incluso la oficina del presidente (de EE.UU.) por las expresiones repugnantes que han usado y las cosas terribles que han dicho?» «¡Mucha gente está enfadada con ellas y sus actos horribles y desagradables!», agregó.

Trump echaba así leña al fuego de la polémica que comenzó este domingo, cuando él preguntó en un tuit «por qué esas legisladoras no vuelven a sus países y ayudan a arreglar los lugares completamente rotos e infestados de crimen de donde vienen».

El mandatario se refería a un grupo de legisladoras de la Cámara Baja, conocidas popularmente como «La brigada» («The Squad»), y formado por Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Rashida Tlaib y Ayanna Pressley. Todas ellas son ciudadanas estadounidenses, y tres de ellas nacieron en Estados Unidos: Ocasio-Cortez en Nueva York, Tlaib en Detroit (Michigan) y Pressley en Chicago. Omar, por su parte, nació en Mogadiscio (Somalia) pero obtuvo la ciudadanía estadounidense cuando era adolescente, después de llegar como refugiada al país junto a su familia.

Pero las raíces puertorriqueñas de Ocasio-Cortez, las palestinas de Tlaib y las somalíes de Omar le bastaron a Trump para exigir que las congresistas volvieran a su país, incluso cuando Puerto Rico es parte de Estados Unidos.

En declaraciones a la prensa durante un acto posterior en la Casa Blanca,Trump insistió en pedir que las congresistas «se vayan» de Estados Unidos: «Si odian nuestro país, pueden irse». Preguntado por si le inquieta que supremacistas blancos hayan alabado sus tuits, Trump respondió: «No me preocupa, porque mucha gente está de acuerdo conmigo«. Ocasio-Cortez utilizó su cuenta de Twitter para expresar que el mandatario estadounidense «tiene miedo».

Su comentario ha merecido la condena de un centenar de congresistas demócratas, incluida la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien ha tenido algunos desencuentros públicos con las congresistas de «La brigada». Ocasio-Cortez siguió este lunes denunciando las palabras de Trump, al advertir que son «propias de los supremacistas blancos», y exigió que los políticos republicanos condenen sus declaraciones, algo que hasta ahora han hecho pocos legisladores de ese partido, entre ellos la senadora Susan Collins y el congresista Chip Roy.

Fuente de la Información: https://www.elconfidencial.com/mundo/2019-07-15/trump-insiste-cuatro-congresistas-latinas-negras-deben-irse_2127039/

 

 

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Heroínas

Por: Olivia Muñoz-Rojas.

Mujeres luchadoras como Malala, Ocasio-Cortez y Carola Rackete son un ejemplo para las generaciones más jóvenes

Resulta un tópico recurrente decir que es la hora de las mujeres y los jóvenes. Pero no faltan motivos para pensar que, efectivamente, los héroes de nuestra época, tanto en la realidad como en nuestro imaginario, son heroínas que son, además, en su mayoría, jóvenes. Desde Malala hace unos años hasta Alexandria Ocasio-Cortez y Greta Thunberg en la actualidad, pasando por Carola Rackete y Megan Rapinoe; las grandes causas de nuestro tiempo —la igualdad entre mujeres y hombres, la lucha contra el cambio climático, contra el racismo y por la libertad sexual— son defendidas con autoridad, carisma y fuerza renovada por ellas. Constituyen un germen de esperanza en medio de la desoladora inercia social y política, incluso regresión, que observamos frente a retos en los que nos jugamos mucho como especie.

El 12 de julio de 2013, Malala, que cumplía 16 años ese día, conmovió al pleno de Naciones Unidas con un discurso sobre el poder de la educación frente al integrismo religioso. “El poder de la educación les asusta; el poder de las mujeres les asusta”, dijo, en referencia a los talibanes que, unos meses antes, le habían disparado en la cabeza, perforándole el cráneo, pero, milagrosamente, no el cerebro. Un lustro más tarde, en diciembre de 2018, Greta Thunberg, a punto de cumplir 16, se dirigía a los asistentes a la cumbre de Naciones Unidas sobre el clima en Katowice en un discurso más breve y duro sobre las consecuencias de la inacción política respecto del cambio climático. “Ustedes dicen que aman a sus hijos por encima de todo y, sin embargo, les están robando su futuro delante de sus propios ojos”. Aunque, auguraba Thunberg, “el cambio llegará, lo quieran ustedes o no”. Si bien la joven activista sueca no recibió la calurosa ovación que recibió Malala, el impacto de sus palabras no fue menor.

En Estados Unidos, el liderazgo de Alexandria Ocasio-Cortez surgió con fuerza en el seno del Partido Demócrata hace algo más de un año cuando ganó las primarias en el Estado de Nueva York y, posteriormente, el escaño al Congreso por ese mismo Estado en las legislativas de noviembre. Nacida en una familia humilde de origen puertorriqueño, la joven de 29 años se convertía en la congresista más joven de la historia, rompiendo estereotipos raciales, de género y clase. Impulsora del Green New Deal, comparte con Thunberg su profunda preocupación por el cambio climático. En un reciente intercambio entre ambas en The Guardian, destacaban la virtud de su juventud: “Como jóvenes, no estamos tan acostumbrados al sistema y no decimos ‘siempre ha sido así, no podemos cambiar nada”, argumentaba la activista sueca. “Siempre he dicho que la juventud es una forma de pensar”, le respondía la congresista estadounidense.

Han abrazado las grandes causas de nuestro tiempo: la igualdad, la lucha contra el cambio climático o el racismo y la libertad sexual

En las últimas semanas, han sido noticia, de manera simultánea y por motivos distintos, Carola Rackete, la capitana alemana del navío de la ONG Sea Watch 3que transportaba 40 migrantes en el Mediterráneo, y Megan Rapinoe, la cocapitana del equipo femenino de fútbol de Estados Unidos. La primera, de 31 años, por su decisión de desembarcar a los migrantes en el puerto italiano de Lampedusa por razones humanitarias a pesar de la negativa del Gobierno de ese país que procedió a su detención. La segunda, de 34, por su guerra de palabrascon el presidente Trump por su negativa a pisar la Casa Blanca si ganaba la selección estadounidense el Mundial femenino.

Más allá de estos titulares, ambas mujeres cuentan con años de actividad profesional y activismo a sus espaldas. Rackete, licenciada en Ciencia Náutica y Transporte Marítimo, trabajó en misiones medioambientales en el Ártico antes de unirse a las labores de rescate humanitario en el Mediterráneo. Rapinoe lleva años luchando contra la discriminación del deporte femenino y por una remuneración igual a la del masculino. Pareja de la jugadora de baloncesto Sue Bird, es miembro activo de varias organizaciones LGTBI.

Mujeres preparadas, luchadoras, seguras de sí mismas. De actitud serena, pero determinada, son un ejemplo para todos y, especialmente, para las generaciones más jóvenes y, entre ellas, las niñas. No tienen miedo de enfrentarse al poder, en su forma más concreta o abstracta, porque saben que les asiste aquello que llamamos solemnemente la verdad y la justicia”. “Me siento segura de todo aquello que digo”, respondía Rapinoe al ser preguntada por el revuelo de sus palabras sobre Trump, y añadía: “Y me siento cómoda y con confianza para lidiar con [las consecuencias]”.

Fuente de la reseña: https://elpais.com/elpais/2019/07/11/opinion/1562855121_892586.html

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Polémica publicidad del Ministerio de Educación de Brasil: La mujer negra que se transforma en blanca, la campaña racista de Bolsonaro

Redacción: Página 12

El Ministerio de Educación del gobierno de Jair Bolsonaro está envuelto nuevamente en una polémica. Luego de haber recortado el 30 por ciento del presupuesto educativo y desencadenado masivas manifestaciones en todo Brasil, la cartera que depende de Abraham Weintraub publicó una campaña publicitaria cuestionada por racismo. En la imagen divulgada, una mujer negra aparece como estudiante universitaria, pero la mano que sostiene su diploma es blanca.

En Instagram la campaña es aún peor porque un video muestra esa misma imagen pero ahora sobre el rostro de la joven negra con peinado afro se superpone el de una blanca de pelo lacio, como si se trasformara. Los usuarios de las redes sociales denunciaron que la sometieron a una especie de “blanqueamiento”, que esconde un mensaje simbólico peligroso.

El montaje se realizó para divulgar que ese era el último día de inscripciones para presentarse a las becas que dan un 50 por ciento o 100 por ciento de subvención para cursos de graduación por medio del Programa Universidad para Todos (Prouni). La elección del recorte del video, que muestra cómo la alumna entra la universidad siendo negra y sale blanco una vez que se recibe, no pasó desapercibida. “Mujer negra con diploma en mano blanca? Qué es eso? En serio pago los impuestos para ser cargado así”, se preguntaron. “No entiendo cómo a ningún miembro del equipo de comunicación se le ocurrió que el anuncio es racista”, resaltó otro internauta.

Si bien el foco de las críticas estuvo dirigido hacia la última publicidad de la mujer, el Ministerio también había grabado otro que mostraba a un joven blanco al que se le superponían caras diversas, incluidas de personas afrodescendientes.

Bolsonaro, quien recientemente aseguró que “el racismo es algo raro en Brasil” y que tiempo atrás había subrayado que los afrodescendientes “no sirven ni para procrear”, no salió a hacer ninguna aclaración al respecto, a pesar de que la publicidad data del 13 de junio. Por su parte, el MEC alegó que la estrategia de la propaganda buscaba «enfatizar que las oportunidades son iguales para todos los candidatos, y el lenguaje escogido fue la superposición de imágenes que demuestran la variedad de color, raza y género».

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/201088-la-mujer-negra-que-se-transforma-en-blanca-la-campana-racist

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