Rafael Ramírez y la Escuela Rural Mexicana

Por: Betzy Bravo

Rafael Ramírez Castañeda fue un maestro veracruzano que trabajó incansablemente para hacer realidad la educación rural. No solo demandó la construcción de escuelas, sino también se dedicó a organizarlas y dirigirlas. Entre todos los educadores de la época, se destacó por su extensa producción escrita, especialmente dirigida a maestros y maestras.

Su principal preocupación era proporcionar una educación técnica a la población campesina para, de alguna manera, contribuir a que ésta mejorase su situación económica. Los desafíos que afectaban las escuelas rurales en aquella época eran similares a muchos que hoy continúan afectándonos: la pobreza, las malas condiciones de higiene y la desintegración social. También era preocupante el alto índice de analfabetismo en el sector campesino, así como la desintegración social. Por último, destacaba la falta de preparación técnica en el ámbito rural.

Esos eran los desafíos y problemas que Rafael Ramírez se planteó contrarrestar. De acuerdo con su pensamiento, era fundamental satisfacer las necesidades básicas de la gente y liberar sus mentes de las preocupaciones abrumadoras sobre cómo satisfacerlas, pues con ello, las familias podrían ser fácilmente encaminadas hacia su mejoramiento educativo y, en última instancia, cultural.

Fue en 1923 cuando Rafael Ramírez participó en una de las primeras misiones culturales llevadas a cabo en Zacualtipán, Hidalgo. El proyecto estaba enmarcado en la iniciativa de elevar el nivel educativo del país. El objetivo principal de estas misiones era brindar educación en las comunidades rurales e indígenas de difícil acceso en todo el país, incluyendo las zonas montañosas y costeras. Esta experiencia permitió a Rafael Ramírez profundizar el análisis sobre los desafíos significativos que enfrentaban las comunidades rurales. En respuesta, decidió dedicar todos sus esfuerzos para resolverlos a través de la educación escolarizada.

Durante la expedición, Rafael Ramírez trabajó en colaboración con Narciso Bassols y Moisés Sáenz. Desde entonces establecieron los principios y normas que guiarían la educación rural. Con el tiempo, se desarrolló un completo sistema educativo conocido como  Escuela Rural Mexicana. El proyecto no sólo se centraba en brindar a niños y niñas una educación básica, sino que también se concebía como una “Casa del Pueblo”. En este sentido, personas adultas de todas las edades y géneros acudían a la escuela para aprender habilidades y mejorar sus aptitudes.

Gracias a la visión y dedicación de Rafael Ramírez, la Escuela Rural Mexicana se convirtió en un símbolo de progreso y desarrollo en las comunidades rurales, brindando oportunidades educativas y fomentando el crecimiento integral de las personas, sin importar su edad o género. Uno de los objetivos primordiales de la Escuela Rural era la educación para las personas adultas.

Para Rafael Ramírez, dicho sector era el más importante al que debe dirigirse cualquier empresa educativa, pues un proyecto educativo que no atiende a los elementos maduros de la sociedad se incapacita a sí misma para moldear a la niñez, ya que ésta es moldeada por la comunidad en su conjunto. Para Castañeda era necesario abordar la educación desde una perspectiva integral, que considerara a toda la comunidad y no solo a una parte mínima, ya sea niños, niñas o jóvenes.

Así, la educación, que ha sido concebida principalmente para las generaciones jóvenes, en el caso de la población rural, que se encuentra notablemente rezagada, debe proyectarse también hacia el sector adulto y extenderse a toda la comunidad. De lo contrario, la educación dirigida únicamente al sector no maduro de la sociedad sería una tarea insignificante y sin impacto duradero.

La labor incansable de Rafael Ramírez Castañeda y su enfoque en la educación rural dejaron una huella significativa en la promoción del conocimiento y el desarrollo en las zonas rurales de México. Hoy, el proyecto no está concluido, y hay movimientos sociales que hacen honor al ejemplo del pedagogo veracruzano, como la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez”.


Betzy Bravo es licenciada en filosofía por la UNAM e investigadora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.

Fuentes

Rafael Ramírez en La Casa Del Pueblo y el Maestro Rural Mexicano: Antología, Universidad de Texas, Secretaría de Educación Pública, 1985.

Villanueva, Salinas, R. “La educación rural, coincidencia de dos pedagogos latinoamericanos: Jesualdo Sosa y Rafael Ramírez Castañeda”.

 

Fuente de la información e imagen:  https://cemees.org

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La Pedagogía latinoamericana: ¿Qué tenemos de nuevo?

Por: Miguel Ángel Pérez

El Ser latinoamericano, es un ente colectivo que corre desde el Rio Bravo hasta la Patagonia, su identidad está atravesada por el coraje, la rebeldía, la injusticia acumulada. En ningún lugar del mundo sólo en este continente, se tiene el contraste de dos mundos y de dos épocas: aquellas que es antes de la llegada de los europeos y la que (de)viene después y una tercera a modo de síntesis, de conjugación dialéctica, del encuentro entre dos momentos (el antes y el después) que es la época actual.

La América nuestra que fue violada, mancillada, ultrajada y saqueada desde el origen; vive y (sobre)vive, pero el pecado original está ahí. Pasamos de la invasión y los imperialismos europeos, a padecer otro imperialismo, que es más voraz y sanguinario, el imperialismo asentado en nuestro propio continente. De ahí que lo latinoamericano, es una conjugación de muchas voces, de muchas rebeldías integradas en una sola, de muchos proyectos para toda la gente de este vasto continente, articulados en la identidad latinoamericana.

La educación latinoamericana se teje y se des-teje a partir de claves diferentes, en los distintos contenidos siempre está presente el otro que un día llegó para saquear y mancillar, de ahí que las voces de protesta también estén acompañadas de las voces de propuestas.

La educación Latinoamericana en este momento se integra de tres grandes segmentos, tres componentes de un mismo sistema que no se acoplan ni son compatibles entre sí, más que en algunos aspectos:

  1. La primer educación está ligada con el proyecto educativo de los Estados nacionales, los sistemas educativos de los viejos sistemas oligárquicos, que le daban especial énfasis a un nacionalismo en abstracto, somos mexicanos primero y latinoamericanos después, el himno, la patria, la bandera y algunas costumbres especificas genera nuevas identidades, nuevos contenidos para una gran asignatura que se teje con relativa sencillez, a partir de una historia de vencidos, de derrotados, pero que levantan un himno de triunfo y de ofensiva. El sistema educativo nacional se coloca en medio entre las presiones de los organismos internacionales y las presiones del mundo de abajo de los pueblos, las razas y las raíces de las naciones pobres de América latina. Este  interés en querer quedar bien con el amo y el esclavo coloca a muchos gobiernos en una posición incómoda, el neo liberalismo colocará a cada gobierno en su lugar, hacerse del lado de los poderosos con un discurso embaucador para los que nada tienen.
  2. Un segundo componente es el que le da continuidad al imperio, es aquella propuesta que reproducen las propuestas de los organismos internacionales: la OCDE, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional; su interés está puesto en continuar con la expansión territorial, que los mercados sigan ganando, los ciudadanos de este continente (desde la lógica de dichos organismos) no son personas sino clientes u obreros, maquiladores y empleados de esas grandes empresas, voraces, cuyo único interés está puesto en la expansión, la ganancia y el control. El capital es el amo, y todos los contenidos de un currículo se tejen a partir de ahí, de aprender a obedecer, a acatar y a consumir.
  3. Tenemos un tercer componente del desarrollo educativo latinoamericano, ligado con las iniciativas y las tradiciones surgidas desde los márgenes del sistema, desde la periferia del sistema mismo, dichas iniciativas se tejen y se destejen por iniciativa e inventiva de pedagogos comprometidos con las causas del pueblo, educadores y educadoras que han aprendido a leer la realidad para aprovecharse de los recursos, son educadores comprometidos y estudiosos de la realidad social de los pueblos y las comunidades. A este proyecto se le conoce como educación alternativa, educación periférica, educación contra – cultural. El proyecto latinoamericano no es coherente, ni uniforme entre sí, pero en cada país se reivindican contenidos específicos de acuerdo a necesidades propias de cada región: por ejemplo la educación ambiental, la educación y defensa de los indígenas, la preservación de los recursos naturales, la defensa de los derechos humanos, la lucha a favor de los perseguidos y desaparecidos políticos, etc.

En conclusión la educación latinoamericana en los últimos años, se ha tornado en una compleja disputa por pretender hegemonizar e intentar predominar tanto uno como otro proyecto y en abrir espacios de diálogo y de negociación entre las partes para dar a conocer el proyecto especifico de cada grupo.

En la historia de nuestro continente se reivindican tres grandes vetas de herencia pedagógica:

  1. La escuela rural mexicana de Rafael Ramírez y de todo el grupo de pedagogos intelectuales de inicios del siglo XX en México (Saúl Rodiles, Isidro Castillo, Gabino Barreda, etc.)
  2. Los aportes pedagógicos de la Paulo Freire y la educación para la liberación y
  3. La conformación de una propuesta reciente cuyo nombre genérico es Educación popular y que tiene sus vetas y sus aportes en cada nación  latinoamericana, en ellas la escuela no es el espacio más importante para educar(se) sino la comunidad, el contexto, y el vínculo con la realidad que se estudia para ser transformada.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-pedagogia-latinoamericana-que-tenemos-de-nuevo/

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